El Amor Mágico
El Amor Mágico
El Amor Mágico
“Busqué la divinidad y estoy a las puertas del Infierno. Caer... aún puedo
seguir cayendo... Aún a través de las llamas, he de tener una meta: ¡Hay una
senda hacia el Cielo!”
Miguel Serrano afirma que toda su obra escrita se halla centrada en el misterio
del Amor Mágico con la propia anima, en esta Iniciación de Amor, de los
Minnesänger.
Hay una mujer espiritual que nos llama desde la no-muerte. Ella nos puede visitar
“reflejándose” en una mujer mortal y su amor es fruto de la inmortalidad.
Existe un amor animal que da como resultado el hijo de la carne, pero existe el
amor mágico de cuya unión surge el hijo de la inmortalidad. La fuerza del amor
busca la unión de los pares opuestos. Fruto de la unión de los pares opuestos, de
la unión de los polos, surge el elemento vida: tan grande es el poder del amor.
En toda esta iniciación, el arquetipo del ánima es la Dama del Castillo. Como tal,
ella puede visitarnos más de una vez en la vida, “constelándose”, para usar la
expresión de Jung, con la aparición de una mujer real.
Serrano establece una distinción entre el arquetipo del anima, que es femenino,
equivaliendo al alma del hombre y el arquetipo del animus, que es masculino y es
el alma de la mujer. Equivale esto con que el “Cuerpo del deseo”, o cuerpo sutil,
etérico, en el hombre es femenino y en la mujer masculino.
Por esto, el hombre desea a la mujer y la mujer desea al hombre.
EL-ELLA es él que busca a ella y ELLA-EL, es ella que busca a él. La unión última,
indica Miguel Serrano (“NOS, libro de la Resurrección”), habrá de producirse no
en la fusión de los opuestos, no en el Andrógino primordial, sino entre EL-ELLA y
ELLA-EL, en la separación última y en la reunión en esta separación. En la
Resurrección esta unión será NOS.
Esta prueba del Asag consiste en acostarse desnudos en un mismo lecho con la
amada, pasando allí una noche sin tocarse. Vemos aquí cómo el Asag es casto y
pertenecería al “tantrismo de la mano derecha”.
Autores como Julius Évola afirman que en el momento actual del Kali-Yuga, el
cuerpo se halla tan materializado que no es posible encontrar una salida más que
haciendo uso de la propia materialidad, es decir, practicando el Tantrismo de la
Mano Izquierda y el Maithuna. El cuerpo físico carece de órganos apropiados
para el A-Mor y sólo los tiene para la reproducción y creación de los hijos de esta
vida, de la carne, que en verdad es el hijo de la muerte terrestre.
Así pues nos encontramos con el hijo Horus, un andrógino: el Cuerpo Astral
creado. Es él y ella: EL-ELLA en el caso de él y ELLA-EL en el caso de ella.
Porque el cuerpo astral sólo existe virtualmente, en potencia. Hay que crearlo,
inventarlo, en este proceso misterioso de A-Mor alquímico. El cuerpo astral es el
andrógino que vive más allá de la muerte del cuerpo físico.
Todo ello tras pasar por la Nigredo, la noche oscura y negra de la muerte mística,
la Albedo, o resurección de esa muerte y la Rubedo, la inmortalización por
medio de la materia espiritual roja que se produce en el Rayo Verde.