Tratamiento de Genero en La Conquista y Colonizacion Americana
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Clío y Asociados. La Historia Enseñada / Número 4
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América colonial, trabajos como los de Asunción Lavrin, Pilar Gonzalbo, Susan Socolow,
Patricia Seed, entre otros, han permitido elaborar un panorama más matizado de la sociedad
colonial, al incorporar nuevos temas, tales como:
las motivaciones de las mujeres que arribaron a América desde el siglo XVI;
su rol en la transmisión de valores sociales y religiosos, así como de la cultura material y
doméstica hispánica;
el matrimonio, como base de la formación de las familias, los lazos de parentesco y las
redes familiares como vehículos de la estabilización social y de la conformación de los grupos
elitistas;
la posición y ocupación de las mujeres en la sociedad colonial;
los condicionamientos impuestos por la religión y la educación como formas de regular
las relaciones entre los géneros;
las normas legales y costumbres sociales que reglaban el comportamiento de las mujeres;
la situación de las mujeres indígenas y negras en el contexto del dominio colonial.
Todos estos trabajos nos acercan a realidades cotidianas y a motivaciones más profundas
de los comportamientos de individuos y sociedades, pues, como afirma Pilar Gonzalbo:
una historia que deje de lado la vida privada, doméstica y familiar, está condenada a ignorar la realidad
vital de casi todos los seres humanos durante casi toda su vida.( 1)
El libro de texto
son aquellos elementos curriculares, que por sus sistemas simbólicos y estrategias de utilización,
propician el desarrollo de habilidades cognitivas en los sujetos, facilitando la intervención mediada
sobre la realidad y la captación y comprensión de la información por el alumno.( 2)
Desde una perspectiva amplia, los materiales de enseñanza incluyen desde los medios
audiovisuales hasta los libros de texto y el material informático.
Optamos por trabajar con el libro de texto por ser un material que ocupa un lugar
protagónico en la clase, vale decir, es el que con mayor regularidad se utiliza en la enseñanza.
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De allí la importancia que tiene la adecuada elección del mismo y/o la realización previa de
un análisis crítico del material que será utilizado por los alumnos.
El docente prevenido reconoce las limitaciones que ofrece este material que, por otra
parte, no debería ser el único recurso didáctico utilizable.
Jurjo Torres Santomé, decano de la Facultad de Humanidades de la Universidad de La
Coruña, en una entrevista señala precisamente:
los textos actúan como intermediarios entre los discursos y prácticas ideológicas y políticas hegemónicas
en una sociedad concreta y las prácticas curriculares de las escuelas. De ahí que en la redacción de
los textos se trate de presentar la información como ya consensuada, con validez universal. Esto es lo
que explica que se pueda constatar la existencia de libros que reproducen los mismos valores,
concepciones y prejuicios que defienden los grupos sociales hegemónicos. Es obvio, por lo tanto, que
existan libros de texto con sesgos sexistas, clasistas, racistas, urbanos, centralistas, militaristas...( 3)
Por ello, deberían tenerse en cuenta las editoriales —empresas sometidas a presiones
políticas y económicas—, los autores —historiadores/as profesionales comprometidos o no
con la problemática del género—, docentes y alumnos/as, involucrados en el proceso de
enseñanza-aprendizaje.
Un adolescente no preparado para hacer un análisis crítico encuentra en el libro de texto
verdades no discutibles y, por lo tanto, adhiere a ellas sin reconocer qué cargas ideológicas
subyacen debajo de expresiones aparentemente inocuas.
En el caso específico de los libros de texto de Historia para las escuelas medias, hoy
sometidos a las presiones de la reforma curricular impuesta por la Ley Federal de Educación,
cabe preguntarse: ¿Qué estrategias educativas se reflejan en ellos? ¿De qué manera dichas
estrategias se articulan con un modelo historiográfico?
Eduardo José Míguez plantea que si bien no existe actualmente en nuestro país un para-
digma relevante y se opera sobre la base de un universo conceptual laxo, eso no significa que
se deba caer en el empirismo. Por el contrario, plantea la necesidad de encontrar el camino
para que el alumno logre pensar históricamente, aunque en forma imperfecta, como un
aporte valioso a la sociedad presente:
...no sólo en el sentido de que el pasado ayuda a comprender el presente, sino también en que la
comprensión histórica del presente parece una forma enriquecedora de aproximación a la realidad.( 4)
A los efectos del análisis, Míguez considera útil definir tres modelos básicos, aunque en
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Para el análisis empírico de los manuales escolares hemos optado por textos de edición
más reciente y de autores/as con un enfoque historiográfico más renovado:
Bustinza, J.A. y Grieco y Bavio, A.: Historia 2, Buenos Aires, editorial A. Zeta (Serie Plata),
1990.
Vázquez de Fernández, Silvia: Historia 2, Serie Horizonte, Buenos Aires, Editorial Kapelusz,
l993.
Jáuregui, A.P, González, A.S., Fradkin, R.O. y Jáuregui, S.G.: Historia 2, Buenos Aires, Edi
torial Santillana, 1989.
Alonso, M.E., Elizalde, R.M. y Vázquez, E.: Historia Europea Moderna y América colonial,
Buenos Aires, Editorial Aique, 1994.
Alonso, M.E., Elizalde, R.M. y Vázquez, E.: La Historia de las Sociedades. América en los
Siglos XVIII y XIX, Tercer Ciclo EGB, Buenos Aires, Aique, 1997.
Moglia, Patricia, Sislián, Fabián y Alabart, Mónica: Pensar la Historia Argentina desde una
Historia de América Latina, Buenos Aires, Editorial Plus Ultra,1997.
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Salvo excepciones, se observa una relación poco clara entre la concepción de la didáctica
y su articulación en un modelo historiográfico, ya que, por un lado, se busca la participación
activa del alumno, y por el otro, no se le ofrece un sistema conceptual sino una mera acumu-
lación de datos e información. Tal es el caso del texto de Bustinza y otros, en el que se
presentan por separado los contenidos y las actividades (incorporadas en el apartado Histo-
ria Activa, donde se incluyen fuentes secundarias y etnográficas, acompañadas por cuestio-
narios guías, crucigramas, palabras cruzadas, mapas e ilustraciones). Esta diferenciación per-
mitiría suponer que hay una “historia pasiva”.
En general, caen en el riesgo de producir modelos interpretativos cerrados y
unidireccionales. En nuestro caso, cada manual analizado presenta un solo enfoque sobre la
conquista.
Si bien se incluyen fuentes, en la mayoría de los casos constituyen un elemento decora-
tivo, ya que no son trabajados como una estrategia que permita trasmitir la “práctica disci-
plinaria” y hacer inteligible las articulaciones sociales. Por ejemplo, las ilustraciones del texto
de Editorial Kapelusz, pertenecientes a una serie de óleos anónimos denominados “Las Cas-
tas”, muestran personajes femeninos; sin embargo, al no existir propuestas de actividades,
quedan relegadas a un simple elemento accesorio. Una excepción interesante la constituye el
apéndice documental del libro de Alabart y otros, de editorial Plus Ultra.
En la totalidad de los manuales no es abordada la problemática de género. Por ejemplo,
en el libro de Editorial Aique, en la unidad que trata la conquista española de América una
referencia a la mujer se encuentra en un recuadro( 5) que lleva el título “La maldición de
Malinche”: la mujer indígena simbolizaría el colaboracionismo con los conquistadores de su
pueblo, con lo cual recaería sobre ella la responsabilidad de la derrota de la sociedad azteca y,
por ende, la carga de la traición. La siguiente referencia a una mujer aparece en un apartado
llamado “En nuestro siglo”. Se analiza el Premio Nobel de la Paz otorgado a la indígena
Rigoberta Menchú en 1992.( 6) Como en el ejemplo anterior, la mujer aparece en un
protagonismo individual, en este caso representando la defensa de los derechos indígenas
avasallados desde la conquista.
Los dos casos son paradigmáticos (mujeres destacadas), pero no reflejan el accionar
colectivo del grupo mujeres en su compromiso cotidiano.
En el mismo texto, el análisis de la conformación de la sociedad colonial se realiza a
partir de la fragmentación que impone el criterio de diferenciación étnica. Por lo tanto, las
únicas referencias a las mujeres son aquellas que se emplean para intentar explicar el mestiza-
je. Por ejemplo:
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El mestizaje se vio favorecido por el escaso número de mujeres llegadas de España, debido a que allí
sólo se le permitía emigrar a las casadas,
Los hijos mestizos eran producto de relaciones extramatrimoniales, ya que habitualmente los españoles
sólo se casaban con españolas.( 7)
...a través del tiempo, los diferentes grupos fueron ‘mezclándose’, ya sea por actos violentos o
voluntariamente, provocando importantes cambios en la composición de la población del continente.
Se conforman así grupos de mestizos (nacidos de parejas de españoles e indígenas), mulatos (de
blancos y negros) y zambos (de negros e indígenas)...( 8)
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Consideraciones finales
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Notas
1
Gonzalbo, P.(comp.): Historia de la familia, México, UNAM, l993, Introducción, p. 10.
2
Cabero Almenara, J.: Tecnología educativa: utilización didáctica del video, Barcelona, PPU,
l989, p. 60.
3
Torres Santomé, J. Decano de la Facultad de Humanidades de la Universidad de La Coruña,
entrevista en “Cuadernos de Pedagogía”, Nº 235, s/d., pág. 68.
4
Míguez, E.J.: “Reflexiones sobre la enseñanza de la historia y el uso de fuentes en la escuela
media en Argentina” en Propuesta Educativa, Flacso, año 4, Nº 7, octubre de 1992,
pp. 15 a 20.
5
Alonso, M.E., Elizalde, R.M. y Vázquez, E.: Historia europea moderna y América colonial,
Buenos Aires, Ed. Aique, 1994, pág. 10l.
6
Alonso, M.E. y otros: Historia europea moderna y América colonial, op. cit., pp. 110.
7
Op. cit., pág. 206.
8
Moglia, P., Sislián, F. y Alabart, M.: Pensar la Historia Argentina desde una Historia de América
Latina, Ed. Plus Ultra, Tercer Ciclo EGB, 1997, p. 84.
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