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Capítulo 2

El documento presenta una introducción al marco teórico sobre la familia. Define a la familia como un sistema social fundamental compuesto por individuos unidos por lazos de sangre o culturales. Explica que la familia cumple funciones como la transmisión de valores y el desarrollo psicológico y social de sus miembros. Finalmente, resume los diferentes tipos de familia, incluyendo la nuclear, monoparental, adoptiva y sin hijos.

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Capítulo 2

El documento presenta una introducción al marco teórico sobre la familia. Define a la familia como un sistema social fundamental compuesto por individuos unidos por lazos de sangre o culturales. Explica que la familia cumple funciones como la transmisión de valores y el desarrollo psicológico y social de sus miembros. Finalmente, resume los diferentes tipos de familia, incluyendo la nuclear, monoparental, adoptiva y sin hijos.

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Capítulo 2

Marco Teórico

2.1 La Familia

La familia funciona como un sistema en el cual los elementos que lo integran interactúan
entre sí, al mismo el tiempo que interactúan en la sociedad e individualmente cada uno de
los miembros. En las relaciones familiares existen diversos roles que forman parte de la
naturaleza del ser humano, es la cultura con que se identifica en la sociedad que contribuye
a establecer la manera de relacionarse.

Se sabe que la familia es el componente fundamental de toda sociedad, donde cada


integrante unido por lazos de sangre se desarrolla en base del confort recibido en la misma.
En este contexto familiar es donde comienza la infancia y la convivencia con quienes están
más cerca en este caso se puede resaltar principalmente los padres en la familia.

De acuerdo a Martín- Cala, Martín; Tamayo- Megret, Minervy (2013), los integrantes de la
familia no son sólo las personas que tienen lazos de consanguinidad, porque culturalmente
se reconoce que los suegros, los cuñados, los yernos y otras personas, comienzan a formar
parte de la familia en la cual han establecido esos lazos psicológicos, legales, sociales,
económicos, etc.

Tanto mujer y hombre que conforme una familia se verá en la necesidad de adquirir valores
y habilidades para poder salir adelante y de estos mismos crear los propios valores y
principios que toda familia indispensablemente debe tener. Todo lo adquirido en familia a
través de los padres es lo necesario para el individuo para establecer su identidad y
desarrollar sus habilidades básicas de comunicación y relación en la sociedad para dar a
conocer su personalidad.
Cada familia tiene su historia, costumbre, valores y creencias que han sido adquiridos a
través de generaciones ya sea para bien o para mal. La evolución de la familia a través de
los años puede mejorar drásticamente, así como también pueden verse afectados por otros
factores, esto significa que el historial de una familia no determina el éxito o fracaso de la
misma. “Las personas que se dedican a perfeccionar la comunicación con sus seres
queridos disfrutan de excelentes relaciones familiares.” (Willie y Elaine Oliver, 2018, p.48)

No existen familias perfectas, pero si las que se esfuerzan por descubrir una mejor manera
de relacionarse, la dinámica de los padres debe funcionar imponiendo autoridad por medio
de la buena comunicación y cercanía como por ejemplo el padre debe tener autoridad con
cariño, en el tipo de rol que cada padre y madre trata, cuenta la experiencia que tuvieron en
su infancia, la cultura adquirida, las costumbres y las normas aprendidas, aunque en la
actualidad las cosas han cambiado, los patrones de crianza de años atrás son difíciles que
funcionen en la educación para los hijos actualmente, lo ideal es regularizar y adaptarse a
los ciertos cambios siempre persiguiendo que se logre dar una buena educación en valores.

Pertenecer a un grupo familiar es una de las necesidades básicas para todo ser humano ya
que alimenta el sentido de pertenencia y sobre todo permite el desarrollo psicológico y
social del individuo. Permite además de tener un ambiente en el cual poder relacionarse,
desenvolverse, compartiendo los distintos puntos de vista, siendo parte principal de un
ambiente donde los padres son los pilares para que los demás individuos funcionen de
manera positiva y se pueda alcanzar un adecuado ambiente familiar, proporcionando para
cada miembro tranquilidad y bienestar.

2.1.1 Funciones de la Familia

“En la familia se produce desde el primer día de nacido la integración del niño al medio
social, en el cual sus familiares portadores de la cultura, de las normas sociales, del
lenguaje, la afectividad, la inteligencia, los valores, costumbres y muchas otras
construcciones milenarias de la humanidad, lo cual hace que esta constituya la primera
mediación entre el individuo y la sociedad, sin lo cual no podría formarse lo humano”
(Martín, 2011, p. 11)

La familia cumple un rol importante en la conformación de identidad, la afectividad tiene


un gran impacto en el desarrollo emocional del niño y se va reflejando desde los primeros
años de vida, luego en todas las etapas del desarrollo se en forma de emociones,
sentimientos, motivaciones, necesidades, intereses, preocupaciones, gestos, alertas,
señalamientos, elogios, regaños, estimulaciones, compromisos, atenciones, medidas,
acciones de protección y cuidados, todo el ambiente afectivo y protector que es el medio
familiar, sin estas medidas de protección y afectividad, la vida y el desarrollo psíquico
humano es prácticamente imposible ya que las fases son indispensables para poder
desenvolverse adecuadamente cada etapa.

La familia cumple con otra función primordial que se refiere a la relación afectiva entre
miembros, la práctica y la transmisión de valores y costumbres, asi cómo el compromiso de
educación, para facilitarle al niño la oportunidad de desenvolverse adecuadamente ante
ciertos retos que la vida le impone, a la vez prepararlo para una productividad que provea el
ingreso económico para su subsistencia.

La familia también es la encargada de propiciar que el niño se desarrolle como miembro de


un grupo, con un sentido de pertenencia, con capacidad de entender y respetar la cultura, las
costumbres y los principios que se apliquen, esto indica una correcta adaptación como
también el establecimiento de una propia identidad personal, ya que es la imagen y
personalidad del niño la que se va formando juntamente con las distintas habilidades,
conocimientos, preferencias y carácter propio, siendo los padres los principales en
alimentar esa identidad ya que son los elementos indispensables y modelos a seguir, los
padres son la inspiración de un hijo y de allí parte la idea de cómo quieren ser cuando sean
grandes.

De acuerdo con Ellen G. White, (2006) aunque los padres de familia estén recargados de
ciertas responsabilidades, tienen la obligación de tener que velar cuidadosamente por la
felicidad y los intereses de los hijos, asi también tienen la total obligación de hacer que el
hogar sea tan atractivo para los hijos, refiriéndose a una calidad afectiva que no debe faltar,
más que calidad material con la cual se intente reemplazar ciertas debilidades de la familia.
Cabe resaltar que aún existe el paradigma en el que la madre es la encargada del vínculo
afectivo y mientras que el padre pasa a ser un proveedor económico, es tan solo una de las
características de disfuncionalidad que se manifiesta en este ámbito. Es importante enfatizar
y erradicar esta creencia ya que ambos padres tienen la misma función asi como la madre
tiene derecho de ejercer un trabajo y a la vez cumplir con su rol, asi también pasa con el
padre, el detalle consiste en la calidad y no en la cantidad de tiempo que se le dedique al
niño, lamentablemente en muchos lugares aún existe esta ignorancia.

“Los padres no deben ceder a las inclinaciones de sus hijos, sino conseguir la clara senda
del deber que Dios trazó, controlándolos con cariño y negándoles con firmeza y
determinación, aunque con amor lo deseen equivocadamente “(Ellen G. White, 2006, p.18)

El dar con cierta exageración también es inapropiado, a la vez es importante que ambos
padres eduquen con un mismo estilo de crianza persiguiendo un mismo objetivo y bien
fundamentado, es decir que se le explique para lograr el propósito de crearles una estructura
emocional sana y segura, que lo hijos logren comprender un pro y un contra de ciertas
actitudes y limitaciones, esto se puede lograr desde una sabiduría divina para poder
impactar en el la psique del niño siendo más viable y reconfortante la relación padres e
hijos.

2.1.2 Tipos de Familia

De acuerdo a Baquieiro Rojas, Eduardo y Buenrostro Báez (2005), existen una variedad de
familias con sus distintas características algunas precisamente los une un vínculo
consanguíneo otras porque son reconocidas a nivel institucional aun asi no deja de ser un
tipo de familia y tampoco un impedimento para funcionar como una verdadera familia,
incluso hay casos donde se opta por la adopción de un hijo donde se garantiza una calidad
de vida superior a las familias consanguíneas.
 Familia nuclear (biparental)
La familia nuclear es lo que conocemos como familia típica, es decir, la familia
formada por un padre, una madre y sus hijos. Las sociedades, generalmente, impulsan a
sus miembros a que formen este tipo de familias.

 Familia monoparental
La familia monoparental consiste en que solo uno de los padres se hace cargo de la
unidad familiar, y, por tanto, en criar a los hijos. Suele ser la madre la que se queda con
los niños, aunque también existen casos en en que los niños se quedan con el padre.
Cuando solo uno de los padres se ocupa de la familia, puede llegar a ser una carga muy
grande, por lo que suelen requerir ayuda de otros familiares cercanos, como los abuelos
de los hijos. Las causas de la formación de este tipo de familias pueden ser, un divorcio,
ser madre prematura, la viudedad, etc.

 Familia adoptiva
Este tipo de familia, la familia adoptiva, hace referencia a los padres que adoptan a un
niño. Pese a que no son los padres biológicos, pueden desempeñar un gran rol como
educadores, equivalente al de los padres biológicos en todos los aspectos.

 Familia sin hijos


Este tipo de familias, las familias sin hijos, se caracterizan por no tener descendientes.
En ocasiones, la imposibilidad de procrear de los padres lleva a éstos a adoptar a un
hijo. En cualquier caso, podemos perfectamente imaginar una unidad familiar en la que,
por un motivo u otro, no se haya querido o podido tener hijos. No hay que olvidar que
lo que define a una familia no es la presencia o ausencia de hijos.

 Familia de padres separados


En este tipo de familia, que podemos denominar familia de padres separados, los
progenitores se han separado tras una crisis en su relación. A pesar de que se nieguen a
vivir juntos deben seguir cumpliendo con sus deberes como padres. A diferencia de los
padres monoparentales, en los que uno de los padres lleva toda la carga de la crianza del
hijo sobre sus espaldas, los padres separados comparten funciones, aunque la madre
sea, en la mayoría de ocasiones, la que viva con el hijo.

 Familia compuesta

Esta familia, la familia compuesta, se caracteriza por estar compuesta de varias familias
nucleares. La causa más común es que se han formado otras familias tras la ruptura de
pareja, y el hijo además de vivir con su madre y su pareja, también tiene la familia de su
padre y su pareja, pudiendo llegar a tener hermanastros. Se trata de un tipo de familia
más común en entornos rurales que en los urbanos, especialmente en contextos en los
que hay pobreza.

 Familia homoparental

Este tipo de familia, la familia homoparental, se caracteriza por tener a dos padres (o
madres) homosexuales que adoptan a un hijo. También puede haber familias
homoparentales formadas por dos madres, obviamente. Aunque esta posibilidad suscita
un amplio debate social, los estudios han demostrado que los hijos de padres o madres
homoparentales tienen un desarrollo psicológico y emocional normal, como por
ejemplo explica este informe de la APA.
 Familia extensa

Este tipo de familia, la familia extensa, se caracteriza porque la crianza de lo hijos está a
cargo de distintos familiares o viven varios miembro de la familia (padres, primos,
abuelos, etc.) en la misma casa. Si alguna vez habéis visto la famosa serie “El Príncipe
de Bel Air”, se puede ver como Will vive en casa de si tío, que adopta el rol de padre de
éste. También puede suceder que uno de los hijos tenga su propio hijo y vivan todos
bajo el mismo techo.

2.2. Familia Disfuncional

Una familia disfuncional es un sistema familiar en el que los conflictos, la mala conducta,
el abandono o el abuso por parte de los padres ocurren de manera continua y regular.

Willie y Elaine Oliver (2018) indica que: “Los abusadores aprenden comportamientos
abusivos de varias fuentes, incluida la observación de padres y compañeros, la
interpretación errónea de las enseñanzas bíblicas y de algunos medios de comunicación
(p.66).

La importancia de la familia para el niño es tanto que se puede decir que la mayor parte los
rasgos han sido heredados de los padres, tanto a nivel genético como a través de los hábitos
aprendidos en la convivencia. Asi como se tiene esa facultad de crear un ambiente de
armonía, paz y de completo bienestar como también se puede enfermar a los miembros,
empleando pautas inadecuadas de convivencia y eso conlleva un deterioro claro de la salud
mental o física de los miembros de una familia.

Esto ocurre, en muchas ocasiones, porque los padres atraviesan situaciones problemáticas
que no han logrado resolver y se proyectan con el paso del tiempo. Una de las típicas
problemáticas en las familias disfuncionales es que los padres piensan constantemente en
separarse sin embargo nunca llegan a hacerlo, esto genera en el niño inseguridad y falta de
identidad personal ya que perciben la inestabilidad y no existe una figura de apego.

Asi también puede que sufran enfermedades mentales o adicción a drogas y nunca buscan
una estrategia en búsqueda de una solución o cuando uno de los miembros guarda algún
que de ser compartidos se pondría en riesgo la unión familiar, sin embargo, aquellos
miembros conocedores de tales secretos amenazan en posición de poder y de control sobre
el resto poniendo en riesgo el valor sagrado de la familia. Estos problemas desencadenan
una amalgama de situaciones que desequilibran a la familia, por ejemplo, la falta de respeto
hacia el orden de jerarquías, nadie tiene la potestad de autoridad, no hay límites y normas
en casa, cada uno opta por hacer lo que mejor convenga.

En la lucha por el poder económico, moral o emocional, dentro del seno familiar es
frecuente que surjan alianzas ya sea del lado de papá o mamá, pero lo único que genera es
la división, y lo más sorprendente es que la mayoría de estas relaciones con cierta
disfunción se generan de forma inconsciente un círculo vicioso, del que la familia termina
adaptándose sin darse cuenta de lo que realmente está sucediendo.

De acuerdo con Jorge Martija (2014) la sobreprotección es uno de los mecanismos más
usados para ejercer control sobre un padre, un hijo, o un hermano, en consecuencia, se ha
creado la denominación de «padres helicóptero» para referirse a aquellos progenitores que
tratan de dirigir la vida de sus hijos y a adultos, decidir los asuntos importantes por ellos, y
presionar para que la relación con el resto de los familiares se lleve a cabo según su criterio
personal. A veces logran dicha influencia a través de contar con el factor económico,
estrategia que, por otra parte, impide que los precarios lleguen algún día a ser por completo
autónomos ya que, sencillamente tienen todo lo necesario a su alcance.

Una familia también se ve afectada cuando uno o más miembros son adictos activos,
perturbando su funcionamiento. La dinámica de las relaciones, la comunicación y la
conducta de sus miembros, cambian y se hacen disfuncionales, como resultado del proceso
adictivo y pasan a formar parte del cuadro de la adicción, provocando así codependencia en
cada uno de los miembros, donde la ansiedad también es uno de los síntomas severos del
ambiente familiar.

Camejo, Lluch y Reynerio (2016) en su investigación indica que la persona alcohólica tiene
también mala relación con su familia. Abandona las obligaciones de la casa. Suele ser
agresivo con los parientes o familiares. Además de desconfiado, suele ser muy celoso con
su pareja y violento con sus propios hijos de los cuales se desentiende.

Los roles familiares disfuncionales, tienen un objetivo: el de proveer a la familia un


mecanismo de defensa para disminuir la ansiedad y el temor y dar la sensación de "estar
haciendo algo" para resolver el problema de la adicción, desgraciadamente, el resultado
final es que la adicción se nutre de esa misma reacción y la familia se enferma más aún,
estableciéndose un sistema familiar que gira en torno al adicto.

La disfuncionalidad se alimenta de la adicción que surge cuando una persona vive su vida a
través de los demás a costa de sus propias necesidades, con el fin de controlar a la otra
persona, nace de una necesidad de tener una relación, debido a la falta de amor como un
niño en su etapa de apego sobre su familia. Es una relación que lo único que caracteriza es
la desconfianza y obsesión, de vacío y de miedo, también es otra de las manifestaciones de
un ambiente disfuncional en familia sinónimo a una enfermedad, en la que se generan
conceptos como: obsesión, falta de límites, y conductas inapropiadas y de rescate,
compulsión y control, deseos de cambiar a la persona adicta, dejando de vivir para vivir la
vida del otro.

2.2.1 Características De Una Familia Disfuncional

De acuerdo a la psicóloga Eliette Hallak crecer dentro de una familia disfuncional podría
condicionar la vida y la personalidad del niño si no es atendido a tiempo. Esto puede
explicar la razón por la cual algunas personas a pesar de las circunstancias logran salir
adelante siendo exitosos. En base a su definición se pueden resaltar las siguientes
características claves de una familia disfuncional.
 Falta de empatía y sensibilidad.
 Falta de respeto y de límites hacia los otros.
 Desigualdad o trato injusto hacia algún miembro.
 Autoritarismo o por el contrario negligencia.
 Inmadurez de las figuras parentales.
 Trastornos no tratados en alguno de los progenitores.
 Antecedentes personales o familiares negativos.

En los niños se manifiesta como:


 Inseguridad.
 Baja autoestima.
 Dificultad para manejar sus emociones.
 Temor.
 Agresividad.
 Dificultad en algunas áreas escolares debido a problemas para concentrarse.

Dentro de una familia disfuncional existe una incapacidad para reconocer y satisfacer las
necesidades emocionales de cada uno de sus miembros; aunque pueda existir el deseo de
encargarse y proteger a los niños, no se logra concretar claramente cómo se debe actuar de
una forma natural y espontánea. Se siente íntimamente presionados a cumplir con sus roles
y esa presión interna se convierte en ansiedad, en desasosiego y exigencias hacia el propio
niño para que cumpla su desarrollo de acuerdo a lo que los padres exigen y no de acuerdo al
ritmo natural de desarrollo del niño.

“Los hijos reclaman atención y tiempo de los padres, lo hacen de muchas formas y si no lo
consiguen o se les da un trato inadecuado, comienzan protestando, siguen portándose mal, y
terminan por buscarse otros sustitutos generalmente negativos. (Solá David, 2008, p.18)

Cuando esta presión interna es muy intensa y persistente, los progenitores en una familia
disfuncional caen en la desesperación que suelen convertir su frustración en castigos físicos
y/o malos tratos psicológicos que dañan profundamente la psique del niño. Esto genera en
él confusión, lo angustian y lo atemorizan ya que en su corta edad aun no logra asimilar
muchas cosas, necesita oír a su alrededor voces acogedoras, tiernas y tranquilas.

Los miembros de una familia disfuncional, generalmente son personas psicológicamente


exigentes, críticas, desalentadoras y vengativas, que no pueden, no quieren o no saben
reforzar y recompensar los logros de los niños y premiar sus esfuerzos, seres que piensan,
rígida y equivocadamente, que es deber del propio niño actuar correctamente y a tiempo
todo lo que debe hacer, ya que es posible que los mismos trato s recibidos sean el impulso
hacia el v mismo trato, de esta manera adoptan gestos, aficiones e intereses que tratan de
imponer a tod a costa a los demás miembros.

2.3 Estilos de Crianza

Se según Césped y sordo (2009) indican que cuando se habla de estilos de crianza se hace
referencia a un conjunto de conductas ejercidas por los padres hacia los hijos. Los padres
son los principales responsables del cuidado y protección de los niños, desde la infancia
hasta la adolescencia.

Esto significa que los padres son los principales transmisores de principios, conocimientos,
valores, actitudes, roles y hábitos que una generación pasa a la siguiente. En este sentido, su
función es biológica, educativa, social, económica y de apoyo psicológico. Frente a lo
anterior, las dimensiones que caracterizan las prácticas educativas de los padres son el
control y exigencias; existencia o no de normas y disciplina; grado de exigencia a los hijos.
Otras dimensiones son el afecto y la comunicación que es el grado de apoyo y afecto
explícito hacia los hijos; mayor o menor comunicación entre padres e hijos

Para Vega (2006), existirían cuatro estilos de crianza: el estilo democrático, padres que
tratan de dirigir las actividades de sus hijos en forma racional considerando su edad
características individuales y circunstancias particulares; el estilo indiferente, ausencia de
control disciplina y exigencias distanciamiento emocional (frialdad) y rechazo en la
relación con los hijos; el estilo permisivo, que se caracterizaría por aquellos padres que
permiten que los niños rijan y dirijan sus propias actividades, es el hijo el que tiene el
control de la familia y los padres suelen doblegarse frente a sus requerimientos y caprichos;
y finalmente el estilo autoritario, en el existiría una imposición inflexible de normas y de
disciplina independientemente de la edad de los hijos sus características individuales y
diferentes circunstancias de la vida

Lyford – Pyke (1997) en su fructífera actividad científica y de investigación, señala que


frente a los estilos de crianza de los padres la permisividad existente en nuestra sociedad se
fundamenta bajo el concepto de que corregir a los hijos es disponerlos a traumas posteriores
y que el autoritarismo impone un estilo represivo y drástico en la educación, sin considerar
lo que los hijos piensan o sienten. Él plantea un nuevo concepto formativo: la “educación
con personalidad”, basada en una autoridad asertiva que exige adaptabilidad,
equilibrio y flexibilidad en la autoridad que los padres ejercen, lo que deben realizar con
cariño, estímulo y paciencia.

2.3.1 Importancia de los Estilos De Crianza

El desarrollo de la personalidad y de las emociones de los niños dependen en gran medida


de los procesos educativos y de socialización. Su autoestima está ligada en gran parte a
cómo se sienta de valorado por sus padres, y el aprendizaje sobre las emociones estará
vinculado a los procesos de socialización y afectivos que se den en el seno de su familia.

En las edades más tempranas de los niños, su familia tiene un gran peso en estos procesos,
es decir, sus padres y sus hermanos, en caso de tenerlos, son el centro de su vida y sobre lo
que basan su realidad. Además, las influencias que reciben los niños y sus familias son
multidireccionales. Por ejemplo, la relación de pareja que tengan los padres repercutirá en
su hijo, o el temperamento del niño tendrá efectos sobre los padres. También la relación
entre los hermanos, o de cada hijo con cada padre, repercutirá en el núcleo familiar: Todo
cuenta.
Por esta razón, debemos entender a la familia como un sistema de relaciones
interpersonales recíprocas, que no se encuentra aislado del entorno que le rodea ni ajeno a
sus influencias: El trabajo de los padres, las experiencias que vivan los hijos en la escuela,
la relación de los padres con la escuela, etc. También son importantes en el desarrollo del
núcleo familiar y de la familia como sistema.

En cualquier caso, la educación que brindan los padres a sus hijos es clave en su desarrollo,
pues será la que les indique cómo relacionarse con el mundo, qué cosas son las importantes,
o cuánto deben quererse a ellos mismos.

2.3.2 Los Cuatro Estilos de Crianza

 El estilo democrático

Es aquel que siguen los padres que mantienen muestras de afecto y aceptación explícitas,
presentan sensibilidad hacia las necesidades de sus hijos, favorecen que se expresen
verbalmente exteriorizando sus sentimientos y pensamientos. Además, tienen un alto nivel
de exigencia que busca el esfuerzo por parte de sus hijos, dejan las normas claras
haciéndoselas saber a sus hijos, y cumplen con los castigos o sanciones. La relación con sus
hijos se caracteriza por ser cálida, cercana, afectuosa y comunicativa. Tienden a mantener
diálogos explicativos con sus hijos basados en el razonamiento y la coherencia. Utilizan el
reforzamiento positivo, y animan a sus hijos a superarse continuamente.

Este estilo educativo es el más buscado y recomendado en general, puesto que están
demostrados sus efectos positivos para la salud mental de los hijos.

Los hijos de padres democráticos

Estos niños son los que tienen las características generalmente más deseadas por la cultura
occidental actual. Se caracterizan por tener una autoestima alta, con confianza en ellos
mismos, que se esfuerzan por conseguir sus objetivos y no se rinden con facilidad. Afrontan
las nuevas situaciones con confianza y entusiasmo. Tienen buenas habilidades sociales, de
manera que son competentes socialmente, y tienen una gran inteligencia emocional, que les
permite expresar, comprender y controlar sus propias emociones, así como comprender las
de los demás y tener empatía.

 El estilo autoritario

Los padres que siguen este estilo educativo dan gran importancia a las normas, el control y
la exigencia, pero las emociones y los afectos no tienen gran protagonismo en sus
interacciones con sus hijos. No suelen expresar abiertamente el cariño hacia sus hijos, y no
son muy sensibles a las necesidades que presentan sus hijos (sobre todo necesidades de
amor, afecto y apoyo emocional). A veces tienen una gran necesidad de control sobre sus
hijos, que expresan como una reafirmación de poder sobre ellos, sin explicaciones. No le
dan importancia a que los niños comprendan por qué tienen que hacer lo que se les pide, de
manera que las normas no se explican razonadamente, se imponen.

Frases como “porque lo digo yo”, “porque soy tu padre/madre” o “esta es mi casa y harás lo
que yo te diga” son típicas de padres autoritarios. Tienden a utilizar los castigos y las
amenazas como modo de moldear la conducta de sus hijos, que cumplen rigurosamente.

Los hijos de padres autoritarios

Estos niños suelen tener una baja autoestima, puesto que sus padres no han tenido en cuenta
sus necesidades emocionales y afectivas al mismo nivel que las normas. Han aprendido que
el poder y exigencias externas son prioritarias, y por eso se muestran obedientes y sumisos
ante poderes externos. Sin embargo, son niños inseguros con baja inteligencia emocional,
que difícilmente tienen autocontrol sobre sus emociones o conductas cuando una fuente de
control externo está ausente. Por esta razón, son vulnerables a presentar conductas
agresivas ante las situaciones cuyo autocontrol solo depende de ellos mismos. Además, son
poco diestros en las relaciones sociales, puesto que no terminan de comprender las
emociones y comportamientos de los demás, gobernando en ellos la inseguridad.

 El estilo permisivo

Al contrario de lo que sucede en el estilo autoritario, el estilo permisivo se caracteriza por


altos niveles afectivos y emocionales. Estos padres priorizan el bienestar de su hijo ante
cualquier cosa, y son los intereses y deseos del niño los que gobiernan la relación
padre/madre-hijo. En consecuencia, son padres poco exigentes, que plantean pocas normas
y retos a sus hijos. Ante la dificultad, permitirán a sus hijos que desistan fácilmente, y
tenderán a no cumplir los castigos y amenazas que les pongan a sus hijos (en caso de
utilizarlos).

Los hijos de padres permisivos

Estos niños se caracterizan por ser muy alegres, divertidos y expresivos. Sin embargo, al no
estar acostumbrados a las normas, los límites, las exigencias y el esfuerzo, también son
niños muy inmaduros, incapaces de controlar sus impulsos y que se rinden con facilidad.
Además, suelen ser niños bastante egoístas, puesto que siempre les han priorizado por
encima de todo, y no han tenido que renunciar a cosas por los demás.

 El Estilo Indiferente/Negligente

Este último estilo educativo podríamos calificarlo de inexistente. Realmente, los padres
prestan poca atención a sus hijos en ambas dimensiones, de manera que las normas y los
afectos brillan por su ausencia. Sus relaciones con los hijos son frías y distantes, con poca
sensibilidad en relación con las necesidades de los pequeños, olvidando en ocasiones
incluso las necesidades básicas (alimentación, higiene y cuidados). Además, aunque en
general no establecen límites y normas, en ocasiones ejercen un control excesivo e
injustificado, totalmente incoherente, que no hace más que marear a los hijos acerca de su
propia conducta y emociones.

Los hijos de padres indiferentes/negligentes

Provee al hijo de todo lo material, pero en lo demás se desentiende de él. No cuentan ni las
opiniones ni emociones del menor, por lo que crecerá en una atmósfera donde no se siente
querido. Se darán cuenta de que, para sus padres, antes que él están muchas otras cosas.
Este estilo educativo les convertirá en adolescentes resentidos, conflictivos y muy rebeldes,
con pocas ganas de tener aspiraciones en la vida. A algunos padres les produce un
verdadero malestar negar hasta el más mínimo capricho a sus hijos, pues sienten que los
hacen infelices, sin darse cuenta que, a veces, con esta acción pueden empujarlos a hacer lo
mal hecho.  Estos niños presentan problemas de identidad y baja autoestima. No conocen la
importancia de las normas, y, por tanto, difícilmente las cumplirán. Además, son poco
sensibles a las necesidades de los demás y especialmente vulnerables a presentar problemas
de conducta, con los conflictos personales y sociales que esto conlleva.
2.2.2 Concecuncias de la disfuncionalidad familiar y un estilo de crianza
inadecuado

El ámbito familiar en el ser humano es determinante en los primeros años de su vida,


debido a su influencia en el desarrollo emocional, personal, cognitivo, afectivo y
social El hombre por naturaleza es un ser social desde su nacimiento, porque necesita
de los otros para garantizar su supervivencia. Por tal motivo, la familia tiene como
finalidad iniciar el proceso de socialización, es decir según Vasallos y Castellano
(2013) se produce la interiorización de reglas, valores, comportamientos y
experiencias sociales que se da en el individuo. De esta manera, es un ente
primordial en la vida del ser humano, porque se le atribuye la función socializadora,
ya que moldea la forma que el individuo se relaciona con los otros.
35
Al respecto Domínguez (2011) concuerda que en la familia el sujeto inscribe sus
primeros sentimientos, experiencias, instaura sus principales pautas de
comportamiento social y le da dirección a su futuro. Se entiende así que los padres
deben proporcionar un ambiente que propicie desarrollar destrezas sociales y metas
individuales, lo cual permite conseguir objetivos sociales. De acuerdo a Makarenko
(1961) un ambiente familiar debe mostrar amor autentico, respeto mutuo,
expresiones de cariño y ternura abiertamente a la vista de los hijos desde los
primeros años, porque sirve como un medio de aprendizaje eficaz y dirige la atención
de los niños hacia relaciones sociales estables.
Por tal motivo, basándose en lo anteriormente descrito sobre la disfuncionalidad
familiar, se entiende la importancia de la estabilidad emocional y psicológica de las
figuras parentales. Es así, que debe quedar en claro que las funciones parentales son
importantes, por ello se distinguen tres funciones principales: la nutriente, la
educativa y la socializadora. En las familias disfuncionales se presenta un
debilitamiento de las funciones socializadoras y educativas. De esta manera Linares
(1997) afirma que el debilitamiento de ambas funciones altera en los hijos la
capacidad de inserción y adaptación social, porque no se incorpora en la psiquis las
normas y valores, lo cual genera un conflicto del niño con su entorno.
Habría que decir también que el debilitamiento de la función nutriente de tipo
emocional dificulta establecer un apego seguro entre padres-hijos. Según menciona
Finzi, Ram, Har-Even, Shnit y Weizman (2001) en sus investigación, los niños
agredidos físicamente optan por un apego evitativo, mientras que los niños que han
padecido de negligencia física mantienen un apego ansioso-ambivalente. Por otra
parte según Hughes (2004) afirma que aquellos niños que han sufrido diversas
36
formas de maltrato, abuso y negligencia presentan un apego desorganizado, ansioso o
evitativo.
Asimismo, el maltrato emocional por parte de los cuidadores primarios, genera en el
niño según Glaser (2002) un impacto psíquico, que conllevara dificultades en la
adolescencia y vida adulta del individuo, como: trastornos emocionales (baja
autoestima, ansiedad o estrés), desórdenes conductuales (como irresponsabilidad,
oposicionismo y comportamientos antisociales), bajo desempeño, deceso escolar,
agresividad y aislamiento social. Bien pareciera por todo lo anterior que la falta de
funciones parentales en las familias disfuncionales genera un efecto psíquico y social
negativo en los hijos.
Por lo tanto, el impacto que genera la familia se hace evidente a nivel social. Según
mencionan Rivadeneria y Trelles (2013) los niños y adolescente provenientes de un
hogar disfuncional, presentan dificultad para expresar afecto, expresar sus
necesidades, respetar normas, asumir responsabilidades y problemas para establecer
relaciones interpersonales adecuadas. Por ello la importancia de profundizar el
siguiente tema sobre las habilidades sociales y los factores que determinan su

desarrollo.

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