Lar Rocha
Lar Rocha
Lar Rocha
RICARDO VIÑES
Y
ALICIA DE LARROCHA
Charles de Bériot 15
3
La opinión de Larrocha sobre su carrera 74
CONCLUSIONES 82
FUENTES 85
Bibliografía 85
Discografía 86
APÉNDICES 87
Programa del concierto de presentación de Viñes tras ganar el 1er Premio (1895) 91
Carta de Felipe Pedrell a Frank Marshall, seis días después de la muerte de Granados 96
4
INTRODUCCIÓN
Cuestiones previas: motivación, objetivos y metodología
caso de la música, este último término puede adoptar un significado casi literal, y muy
trasciende a las obras que intenta descifrar y acercar al público. Este interés se refuerza
medida de lo posible, aplicado. Las grandes figuras del arte –que son las que centran
piano español –probablemente las más importantes del siglo XX– de la categoría de
Ricardo Viñes y Alicia de Larrocha constituye un tema idóneo para completar un ciclo
no resultar abstracto o con poca conexión. No cabe duda de que la referencia de la vida
y pensamiento de los grandes pianistas en general deben darnos mucho que pensar en
que en mayor o menor medida pueden arrojar luz sobre nuestra propia manera de pensar
concretos como el estudio sistemático acerca de la pedagogía del pedal realizado por
Enrique Granados y Frank Marshall, que bien merece una reflexión en nuestros días; o
pedagógico” que abarca más de 100 años. Esto último cobra especial relevancia en
5
trabajos como este ya que es posible establecer, a través del análisis de aspectos
explican detalles interpretativos y maneras de pensar comunes entre estos dos pianistas
sustancialmente mis conocimientos. La vida y, sobre todo, las opiniones de los grandes
pianistas de una gran talla, pero Viñes y Larrocha sobresalen de entre todos ellos. En
concreto de música, la música impresionista que empezaba a surgir por aquel entonces
amistad directa de artistas de diversas áreas (pintura, literatura, música) en la que Viñes
influenciado por Pedrell, de quien fue alumno más que probable, unido a su
concepción del arte tan avanzada como la de los propios compositores contemporáneos
6
suyos, le convirtieron en estandarte de la literatura pianística de aquel tiempo. Y no sólo
eso: su éxito fue tan absoluto y continuado que aportó a los compositores
(especialmente Debussy y Ravel) sin duda las energías necesarias para continuar
explotando esta nueva estética sin titubeos, e inspiró a otros menos conocidos a persistir
estrenar obras inéditas allá por donde pasaba. Su concepción del arte le llevó
inevitablemente a abordar, o incluso intuir (por algo Debussy afirmaba que Viñes
interpretaba sus obras mejor que él mismo) recursos sonoros novedosos que
impresionaban una y otra vez al público. En un ambiente cambiante, hacia una estética
que los auditorios no siempre comprendían, fue el primero en vislumbrar una nueva
manera de tocar -en conexión directa con una nueva manera de componer– que nadie
que se remonta al siglo XIX, ha sido la pianista española por excelencia fuera de las
fronteras españolas. Ningún otro pianista español ha disfrutado de una carrera tan
una época en la que sólo unos pocos eran solicitados para ello, da una idea del prestigio
1
Puede consultarse on-line la discografía completa de Alicia de Larrocha en la página de la Asociación
Musical Granados-Marshall: http://www.granados-marshall.com/cast/aliciadisco.htm (2 de septiembre de
2009)
7
que su fama se empezó a extender desde una edad muy temprana, a pesar de que en
Su destacada fama internacional, su conexión directa con la escuela catalana (de la que
también es representante Ricardo Viñes) y sus esfuerzos por llevar la música española
alrededor del mundo y con tanto éxito, la hacen sin duda merecedora de un lugar de
privilegio entre los más grandes pianistas que ha dado España en toda su historia.
El objetivo primordial que se persigue con la elaboración de este escrito es, sin
recabar información sobre Ricardo Viñes y sobre la tradición pedagógica heredada por
música. Juntamente con esto, el enfoque dado al trabajo y los datos aportados pueden
Piano para que quede a disposición de cualquier interesado en la Biblioteca del Centro.
tienen un claro reflejo en la bibliografía existente sobre cada uno de ellos. Ricardo
8
Viñes vivió en una época crucial para el desarrollo de una nueva música, y su influencia
y su trabajo para darla a conocer le ha hecho ser objetivo de varios estudios profundos
cambio, Larrocha es una personalidad más reciente, que aún vive y cuya trascendencia
grandes intérpretes (hay que destacar que es la única representante de España que no
pianista, que unifique su biografía, opiniones, etc, por lo que esta parte de la
los cuales he mantenido charlas on-line y que amablemente han accedido a facilitarme
material, en especial algunas tesis doctorales. Igualmente importantes han sido las
parte Enrique Granados y Ricardo Viñes, con especial énfasis en los sucesivos
profesores que compartieron. Sus vidas se separaron cuando Granados regresó de París
9
Marshall), de la que saldría Alicia de Larrocha. En la segunda parte, se analiza la figura
de Ricardo Viñes desde múltiples puntos de vista: biográfico, pianístico (con atención
describen su manera de tocar), y se destaca su atracción hacia todas las artes en general
y la influencia que sobre él ejercieron. En la tercera parte, se retoma el hilo que quedó
Marshall, que más tarde sería el profesor de Alicia de Larrocha. Finalmente, se lleva a
cabo un amplio recorrido por la biografía de la pianista barcelonesa, para terminar con
interpretación pianística.
10
PARTE PRIMERA
El nacimiento de la tradición pianística catalana
Schubert da forma definitiva al lied, Mendelsshon redescubre a Bach, Berlioz fija las
bases de la orquesta moderna, Liszt hace giras por toda Europa (actuó en Barcelona seis
Mientras todo eso pasaba, en Cataluña, con la Revolución Industrial y con una
sociedad civil y un movimiento asociativo fuerte, comienzan los primeros indicios para
finales del s. XIX. Hay que resaltar que, a pesar de un vacío histórico importante en
11
En la formación de todos ellos la Renaixença y las ideas de Pedrell tuvieron
del XIX que comienza en dibujar una línea independiente y paralela a la Historia de la
persona: Beethoven, Chopin, Liszt, son claros ejemplos. Pero llega un momento en que
música que empezaba a surgir, especialmente en París, fue trascendental para la historia
entroncada con aquella, puede ser ilustrativo realizar un breve recorrido por el árbol
de finales del s. XIX y principios del XX. Como veremos, en un mismo recorrido
Larrocha.
12
catalanes emigrados durante la guerra con Francia. En 1830 se trasladó a Madrid donde
estudió piano con Pedro Albéniz y composición con Ramón Carnicer, obteniendo
Premio de Fin de Carrera en 1832, a los 18 años. Viajó en 1834 a París y después en
1836 a Lyon, donde recibió lecciones diarias de Franz Liszt durante un año. Tuvo varios
afamado profesor de piano. Obtuvo la cátedra de piano del Conservatorio del Liceo,
cierta envergadura que incluye misas con coro y orquesta, 2 sinfonías para orquesta,
obras camerísticas (cuartetos de cuerda, tríos y cuartetos con piano...) y algunas para
posición destacada. Sus tratados pedagógicos, como El arte del pianista, Método para
referencia en el estudio de este instrumento y permitieron que fuera posible hablar ya,
fue Juan Bautista Pujol, al que algunos denominan maestro de maestros, y cuya
2
Véase en el apéndice un fragmento de la teoría introductoria de este método.
13
con el compositor Paul-Henri Réber. Federico Mompou, al referirse a Pujol, afirma que
que podríamos llamar 'la escuela barcelonesa del piano'. Juan Bautista
haber sido maestro de una generación irrepetible de pianistas: Isaac Albéniz, Carlos
Vidiella, Joaquín Malats, Ricardo Viñes, Enrique Granados, entre otros. A partir de esta
precisamente en este punto donde se entroncan Ricardo Viñes y Alicia de Larrocha. Los
años que compartieron y los profesores comunes que tuvieron Viñes y Enrique
3
MOMPOU, Fréderic. «Escrits sobre músics : Enrique Granados». Véanse detalles en la sección de
bibliografía.
14
formarán nuevas generaciones de grandes intérpretes entre los cuales Alicia de Larrocha
es el máximo exponente.
Charles de Bériot
(1833 – 1914), hijo del famoso violinista Charles Auguste de Bériot y la legendaria
cantante de ópera María Malibrán. Había escrito junto a su padre 2 métodos de piano
de París en 1887. Entre sus composiciones destacan 4 conciertos para piano, música de
el joven Maurice Ravel y el también catalán Joaquín Malats, que llegó a París en 1889.
Se decía que De Bériot congeniaba mejor con los españoles que otros profesores de la
época.
aspectos pianísticos concretos tales como la calidad del sonido producido y el uso del
la influencia de su maestro en París. Por otro lado, tenía mucho cuidado en dotar a sus
la carta rítmica que debía ejecutarse antes de que fuese ejecutada, a la vez que se
descubría la carta rítmica siguiente; esto fomentaba que el pianista se fuese adelantando
15
visualmente respecto a lo que estaba ejecutando en cada instante (práctica necesaria
para una buena lectura a vista). Es muy posible que esto influyese muy positivamente en
la formación sobre todo de Ricardo Viñes, famoso por poder estudiar obras nuevas
(incluso desconocidas y recién terminadas) muy rápido, lo que con el paso del tiempo
hizo que llegara a poseer un repertorio excepcionalmente amplio, aspecto que también
causaba admiración. Bériot no daba mucho valor a los ejercicios de mecanismo pero, en
importancia de una digitación adecuada y constituye uno de los primeros pasos cuando
desaparecido hacía mucho tiempo para finales del XIX, la improvisación aún figuraba
entre las numerosas habilidades en las que uno de sus nuevos alumnos, Enrique
1922) había sido el primer músico catalán de la Reinaxença en contactar con la música
16
“la conquista musical del presente en bien del arte español, ha de realizarse por este
allí durante menos de 2 años, pero sus inquietudes tuvieron repercusiones muy
Exposición Universal de 1878, la música española tenía un lugar muy relevante, pero
tradicionales acerca de España. Gran parte de la música que se editaba en París a finales
del XIX consistía, precisamente, en seguidillas, boleros, habaneras, tangos, jotas, etc., lo
cual ponía a Pedrell aún más difícil el conseguir publicar. Pedrell, en su tarea de
musicólogo y crítico, mantuvo una batalla contra esta visión, y fue especialmente duro
con las Instituciones españolas que seguían insistiendo en exportar una imagen
tipo popular. España estaba de moda, pero solamente en lo que respecta a sus atributos
más exóticos.
o lo que es apócrifo.4”
4
PEDRELL, Felipe. En: La Ilustración Musical Hispano-Americana, I (15 de mayo de 1888), p. 58
17
En su esfuerzo por dar a conocer la música “seriosa”, la verdadera música que
anunciaban las noticias procedentes de Francia, junto con los conciertos que daban los
conferencias educativas en el Ateneo barcelonés en 1892 y 93, donde causó una positiva
si Viñes también estudió armonía y composición con Pedrell, pero la amistad que unía a
éste último con Juan Bautista Pujol hace que la hipótesis sea muy posible. En cambio,
en sus clases, aunque según testimonios de la época, las lecciones consistían sobre todo
La relación con Granados en particular era muy estrecha. Estudió con Pedrell
entre 1884 y 1887, año de la partida de Granados hacia París. Pedrell lo admiraba hasta
el punto de considerar las “Danzas españolas” de Granados (parte de las cuales habían
sido compuestas antes de marchar a París) como un ejemplo perfecto de arte nacional.
18
“No experimentó jamás ningún síntoma de asimilación
que ha inutilizado a tantos. Fue autóctono. Él. Siempre él, español por
encima de todo.5”
Con Albéniz pasó algo parecido. Su influencia fue también muy fuerte.
soporte teórico a su intuición artística. En París, el propio Albéniz diría que había
cuestiones técnicas, que su intuición ya sabía resolver de por sí, sino, de nuevo, de
cuestiones estéticas, “de gusto fino”, para encaminar bien la excepcional intuición
innata que poseía Albéniz. El propio Albéniz les dirá más tarde a Turina y a Falla que
no debe escribirse música a lo francés o a lo alemán, sino con acento español que pueda
(un Cancionero) llegó a manos del propio Claude Debussy, probablemente debido a
algún amigo español en común. Debussy sentía gran admiración por Albéniz,
precisamente por “haber bebido de las fuentes de la música popular de una manera lo
quieren llevar sus ideas más allá, se aferrará a un nacionalismo extremo, y se mostrará
5
PEDRELL, Felipe. «La personalitat artística d'en Granados». En: Revista Musical Catalana, XIII (15 de
junio de 1916), p. 174.
19
PARTE SEGUNDA
Ricardo Viñes, el pianista de la nueva música
Viñes, era abogado y cantaba en una coral; su madre, Dolores Roda, venía de una
familia acomodada y era pianista amateur. A la edad de 7 años, Ricardo Viñes inició sus
estudios musicales con el organista leridano Joaquín Terraza, pero, a causa de sus dotes
años, a Barcelona con la intención de estudiar con el prestigioso maestro Juan Bautista
Pujol, quien como ya se ha comentado, fue profesor de otros famosos pianistas de esa
generación como Carlos Vidiella, Marius Calado, Joaquín Malats o Enrique Granados.
transmitida por Pujol entronca a figuras tan aparentemente distantes como Ricardo
Viñes y Alicia de Larrocha gracias a unos orígenes comunes y unas enseñanzas que
perduraron especialmente en el tiempo por medio de la línea que lleva desde Enrique
hasta la misma Alicia de Larrocha, pasando por Frank Marshall, alumno directo de
Música de Barcelona, puesto que el joven pianista leridano sólo tenía 10 años, trabajó
en privado con el maestro Pujol, hasta que en 1887 fue admitido como alumno oficial.
20
Ese mismo curso, a la edad de doce años, obtuvo el Primer Premio de Piano de este
centro. Es posible que durante esta época Viñes también frecuentase las clases de
de octubre de 1887, para estudiar con Charles W. De Bériot, al igual que harían Malats
sueldo decente gracias a sus clases y a su trabajo como pianista en algunos cafés
Probablemente las verdaderas raíces de este movimiento fuesen las inquietudes estéticas
e ideológicas de los músicos, pues París era el centro del mundo cultural, y a cualquier
En noviembre de 1887 Viñes fue admitido como alumno oyente en la clase del
recibiendo clases particulares. De Bériot se entusiasmó con los adelantos del joven
El pianista Joaquín Malats, que también estudió con Bériot, llegó a la capital
francesa en 1889 y fue Viñes quien lo presentó al maestro. En un principio se veían muy
a menudo, pero, más adelante, la rivalidad creciente para la obtención del Primer
21
Premio del Conservatorio los distanciaría. Malats consiguió ser premiado en 1893, un
Bériot: Maurice Ravel. Con unos gustos afines por el arte en general, pronto empiezan a
explorar y a descubrir juntos la música más moderna del momento. Hasta 1889, Viñes
por clase fue la causa de este retardo. Parece ser que esta medida se tomó a causa de la
de París. Este reglamento tuvo una incidencia directa en la carrera de varios de los
compositor puesto que tenía ya 21 años y la edad límite era 22. El propio Viñes
Joaquín Malats, que había obtenido una beca del Ayuntamiento de Barcelona en 1889,
El mismo año que Viñes había llegado a París lo hizo también Granados.
(y con piano) del Hôtel de Cologne et d’Espagne. Viñes recuerda en su diario estos 2
años como los más felices de su vida. La amistad con Granados fue muy estrecha, al
igual que con Joaquín Malats en esos años. Aunque Granados fuese 8 años mayor que
Viñes, su afinidad era muy grande, tanto que juntos llegaron a protagonizar anécdotas
22
como su interpretación a 2 pianos del Rondó en Do M de Chopin en audición de
Père Lachaise para recitar a Bécquer sobre la tumba de Chopin. Cuando Granados
ciudad natal de ambos, Lérida, durante las fiestas de mayo para dar conciertos juntos.
Concurso de Piano del Conservatorio. La prensa se hizo eco de estos veredictos, que
sorprendieron a todos porque Viñes no hubiese resultado ganador sino sólo premiado
con accésit, y se llegó a comentar que el jurado no había sido imparcial. Finalmente, en
1894 , tras una espera de cuatro años, consigue el Primer Premio con el Tema variado
Op. 97, que Camille Saint-Säens había escrito para la ocasión. En el Conservatorio
recibió durante 1892 clases de música de cámara de Benjamin Godard y asistió también
padre, que por sus ideas políticas no tenía un trabajo estable, vivía en Lérida con el
23
La situación financiera casi miserable de los Viñes favorece la afición de
Ricardo por los números. En su Diario anotaba cualquier gasto: el precio de una
partitura, de un libro, incluso el número de serie de los pianos de alquiler. Llegó a idear
un código numérico secreto para referirse al que fue su amor de juventud, María Alba.
Estos problemas económicos serían paliados parcialmente con los ingresos de algunas
clases que Bériot le proporcionaba, y por los exiguos honorarios que recibía por hacer
Durante los primeros años, Viñes y su madre tan sólo frecuentaban los círculos
participante asiduo de sus salones. Al poco tiempo fue también solicitado en algunos
el respeto de estos círculos, no solamente como pianista sino como persona culta y fina
algunos de los más altos círculos artísticos e intelectuales franceses. En estos salones,
Viñes conocería a quienes seria durante algún tiempo su mecenas, el noble inglés Lord
Butterfield, con quien realizó algunos viajes. En uno de estos viajes -en Niza y
Montecarlo, en 1896, a sus 21 años- salió a relucir su desenfrenada pasión por el juego.
salas Érard y Pleyel). Colaboró también con las grandes orquestas y en conciertos de
cámara. Durante su trayectoria artística ofreció centenares de conciertos por todas partes
y realizó extensas y repetidas giras por Francia, Inglaterra, Suiza, Alemania, Italia,
24
Bélgica, Holanda, Portugal, América del Sur y, por supuesto, España, dónde sus visitas
nunca abandonará del todo su estudio parisino. Durante la Primera Guerra Mundial se
restablecida la normalidad en Europa, retomó sus habituales giras. Viñes efectuó en esta
época dos giras por el continente americano, en 1920 y 1924, sin llegar nunca a visitar
algunos años, hasta 1936, siempre cosechando grandes éxitos. Por primera vez en su
vida ganó bastante dinero con los recitales, un dinero que, debido a su obsesión por el
Una lesión de gravedad en el pulgar de la mano derecha, durante una gira por
Chile, le provocó un susto considerable. Fue operado pero esto no mejoró su estado y le
llegaron a asegurar que no quedaba más remedio que amputar el dedo. Finalmente,
América, muy maltratado por el juego, familiares y amigos le deben costear el viaje de
vuelta a Europa.
sin embargo, su personalidad artística empezaba a declinar. Fue condecorado por los
gobiernos francés, belga y español, pero a pesar de ello cada día recibía menos
25
solicitudes de conciertos y sus ingresos menguaron despacio. Las grabaciones
discográficas que realizó en 1930 y en 1936 le habían ofrecido una última posibilidad de
supervivencia. Tras algunas giras, volvió a Barcelona en 1940 donde, por decisión
estos últimos años sufrió dificultades económicas que no quiso confiar a nadie, y la
el 29 de abril de 1943. Había dado su último concierto el 19 de febrero del mismo año,
el recorrido propio de un joven pianista virtuoso en el París de finales del siglo XIX:
6
Entrevista en el diario madrileño El Imparcial, 1918.
26
camino convencional e inauguró una nueva manera de concebir el recital pianístico. Fue
uno de los primeros en evitar el exhibicionismo a favor del interés musical de las obras;
redescubrir desconocidas obras para tecla de los siglos XVI, XVII y XVIII, al igual que
Su primer recital fue en la Sala Pleyel, en 1895, como era costumbre en los
repertorio de una joven promesa del piano. En 1898 debuta en los conciertos de la
“Société Nationale”, organismo que tenía como objetivo dar a conocer al público las
concierto, titulado “2me concert (Musique Moderne)”, interpretó por primera vez el
dio numerosas primeras audiciones de Debussy, Ravel, Satie, Granados, Falla, Turina y
Fue en torno a 1900 cuando la figura de Ricardo Viñes comienza a ser tenida
en cuenta en los círculos artísticos de París, como “un valiente y a veces heroico”
27
defensor de la música moderna. La actitud de Viñes fue siempre la de alguien dispuesto
garantizado el éxito ante el público. Está documentado que en varias ocasiones sus
Autores Silbados”.
depuis ses origines jusq’a nos jours” (“La música para piano desde sus orígenes hasta
En el primer concierto incluía obras desde Cabezón (1510 – 1566) a Haydn (1732 –
a autores modernos. El número total de piezas interpretadas estaba en torno a las 50. El
animó para afrontar los siguientes. Repetirá su costumbre de tocar en ciclos de varios
28
literatura pianística. Él mismo decía en su diario que necesitaba hacer cosas de este tipo
mientras que la Sonata Op. 111, también de Beethoven, estaba presente en muchos de
sus programas. De joven practicaba y tocaba en las audiciones de alumnos los Preludios
y Fugas de Bach, los Estudios sinfónicos Op. 13, el Carnaval Op. 9 de Schumann y la
Fantasía Op. 17, junto con un considerable número de obras de Chopin. Fue requerido
en 1910 para participar en las celebraciones de los centenarios Chopin y Schumann que
de Liszt, compositor que Viñes admiraba mucho y a quien dedicó dos artículos en el
mismo año de su centenario: "A Franz Liszt, génie boycotté" y "Liszt précurseur".
Hacia 1909, junto a otros músicos y críticos musicales, entre los que estaban
Nationale” se vuelve un poco más conservadora, la SIM da una nueva alternativa a los
compositores más modernos. En los conciertos de la SIM Viñes estrenó algunas obras
de Satie.
próxima a su tiempo, en sus programas era muy frecuente encontrar obras de Albéniz
como la Rapsodia española para piano y orquesta, alguna de las Doce piezas
29
“Almería” y “Triana”; impromptus y nocturnos de Fauré, el Preludio, coral y fuga y las
Rimsky-Korsakov... Viñes programó e hizo suyas por igual las obras de grandes
han perdurado.
con fervor la música de sus compatriotas, a los cuales conocerá a su llegada a París. El
primer compositor español con quien trabó amistad fue Enrique Granados, que llegó a
París casi a la vez que Viñes. Aunque era 8 años mayor, la relación que los unió fue
muy estrecha durante esos 2 años de juventud, y continuarán viéndose cada año en las
fiestas de mayo en Lérida, ciudad natal de ambos. Viñes participará en los homenajes
Normal de Música de París en 1936. Fue seguramente su amistad con Granados lo que
le hizo conocer también a Frank Marshall (ver foto del apéndice). De hecho la
Academia Marshall ayudará a financiar uno de los viajes de regreso desde Argentina,
carrera de Viñes era indudable: él sugirió a los padres de Viñes que lo mejor para la
30
carrera de Ricardo sería emigrar a París, e incluso se ofreció a tutelarlo si preferían
enviarlo a estudiar a Madrid. Albéniz había nacido en 1860 y por tanto era 15 años
mayor, pero esto no es motivo suficiente para explicar que no estuviesen tan unidos
como podrían haberlo estado. Por aquel entonces, el ambiente musical de París se
encontraba dividido en dos tendencias estéticas opuestas: los partidarios del arte
Vincent d’Indy. Albéniz era afín a esta última tendencia, anti-debussista por excelencia.
Por otra parte, Viñes no apreciaba tanto la música de esta escuela sino más bien la
opuesta, y de hecho tenía en gran estima a Debussy. Aun así, Albéniz y Viñes se
profesaban una admiración mutua el uno por el otro, y la música de Albéniz era
frecuente en los programas de Viñes desde muy joven. No siempre fueron bien
La relación con Manuel de Falla sí fue muy intensa durante toda su vida.
Ricardo Viñes era una persona muy amigable y había entablado multitud de relaciones
importantes durante sus años en París, con artistas de todo tipo. Cuando Falla llegó a
especial a “Los Apaches”. Éstos eran un grupo de intelectuales que se había ido
franceses, sino también españoles, griegos, rusos, noruegos y polacos. Celebraban sus
reuniones en martes y sábado hasta 1914, año en que se dispersaron. Viñes solía
compartir velada con ellos desde 1903, y Falla, desde su llegada fue bien acogido. El
31
decirse que encontró en Viñes un verdadero amigo y aliado en su etapa parisina. Viñes
ofreció en primera audición en la sala Érard de París las Cuatro piezas españolas en
marzo de 1909, y en ese concierto tuvo que repetir como propina la Andaluza. Falla
dejará Francia en 1914, pero sus lazos de amistad se mantuvieron, y Falla le dedicó una
de sus obras cumbre, las Noches en los jardines de España, que aunque no fue estrenada
por Viñes, sí la interpretó en 1923 en los “Concerts Colonne” de París bajo la dirección
de Enrique Fernández Arbós. En este punto hay que recordar la importancia de Viñes en
la propia obra. Falla pretendía componer un Nocturno para piano solo, pero Viñes le
gran aventura del estreno del Retablo de Maese Pedro en casa de la Princesa de
todavía joven cineasta Luis Buñuel. Vista con cierta perspectiva, la profunda amistad
que unió las vidas de Falla y Viñes no es sorprendente en absoluto, puesto que se trataba
arte.
1922. Ser presentado en esta sociedad y de la mano del ya célebre Ricardo Viñes
32
La relación con Ravel y Debussy
Maurice Ravel fue el primer músico francés que Ricardo Viñes conoció al
llegar a París. Los lazos que se crearon entre ambos fueron de una gran solidez, por
diversos motivos. En primer lugar, ambos habían nacido el mismo año de 1875. Ambos
eran alumnos de la clase de Charles de Bériot, por lo que se ven regularmente y asisten
a los mismos conciertos. La madre de Ravel, que era de origen vasco y hablaba español,
entabló amistad con la madre de Viñes, razón adicional para la buena relación de sus
hijos. Este origen español pudo influirle a Ravel en lo que respecta a su música. Manuel
sin duda, por esa fuerza que da a todo recuerdo el tema de canción o
tiempos 7”
7
Cita del autor, Jorge de Persia, sin especificar la fuente, dentro del capítulo “Ricardo Viñes en París.
Primeros años del siglo XX” perteneciente al libro “Ricard Viñes: el pianista de les Avantguardes”,
editado por el Institut Municipal d’Acció Cultural de Lleida y Fundación Caixa Cataluña, 2007.
33
A partir de 1892 tiene lugar un período de formación cultural común. Esta
fuerza es interesante, dado que contiene ya la semilla de las grandes ideas y afinidades
literarias de Viñes y Ravel sean tan próximas. Se hace difícil definir quién de los dos
hallazgos, hablan largamente, intercambian libros y partituras, formando así una especie
E. A. Poe y Ch. Baudelaire, los dos grandes poetas en quienes se fijaron Viñes
apasionada curiosidad, hasta el punto que algunas de las obras literarias de estos autores
llegarán a tener una repercusión directa sobre su arte. Con respecto a Ravel, que cada
vez se centra más en el ámbito de la creación, influyó de manera directa en una de sus
grandes obras para piano, Gaspard de la nuit, basada en unos poemas de Aloysius
Bertrand, los cuales el compositor llegó a conocer justamente gracias a que Viñes había
adquirido esta obra durante una estancia en Londres. Los oscuros temas de Poe también
vascas y su amor por la cultura española, que le sirvió de gran estímulo para componer.
Cierto día, mientras sus madres hablaban en español, ellos pasaron un día absorbente
danza española, llevó a la “Habanera” de Sites auriculaires para dos pianos de Ravel,
34
española de Ravel continuaría con la Alborada del gracioso y su posterior orquestación;
L’Heure espagnole (1909), o incluso el Bolero (1928) y su última obra Don Quichotte à
Dulcinée (1933).
lógico que Ravel creara sus composiciones pensando en Viñes?”. Las cualidades de
interpretación en directo por encima de la grabación. Las obras más destacadas de esta
d’eau y Pavanne pour une infante défunte (1902) con un tremendo éxito; Miroirs (cuyas
Oiseaux tristes) en enero de 1906, con un éxito tan descomunal que le obligó a repetir la
Ésta será la última obra de Ravel que Viñes estrene. Aunque no hubo una
coincide con algunos viajes de Viñes y con la intención de Ravel de cambiar de pianista.
la idea estricta de Ravel. La joven Marguerite Long era más dócil y poco conocida por
entonces, y fue la elegida desde entonces. A pesar de esto, la amistad entre ambos
continúa, y Viñes sigue interpretando obras de Ravel en sus conciertos a lo largo del
35
interpretará Menuet spectral compuesto por Viñes y dedicado a la memoria de Maurice
l’aprés-midi d’un faune declaró que era la obra más bella que jamás había escuchado.
En una velada musical donde Viñes tocó una reducción a cuatro manos de esta obra se
de 1901 Viñes decide, aconsejado por Ravel, estudiar tres piezas para piano de Debussy
declara que el joven pianista interpreta sus obras incluso mejor que él mismo. Desde el
principio, con un inmenso respeto y una gran admiración, Viñes aborda la obra de aquel
que considera un maestro, el maestro por antonomasia de la música que más aprecio. No
talento con una cierta timidez. A pesar de esto, Viñes interpreta con esmero y orgullo,
tras tres varios ensayos con el compositor, aquellas tres piezas a los conciertos de la
“Société Nationale”, en enero de 1902. Viñes subraya que ha tenido un éxito tan
“fenomenal” con las piezas de Debussy que habría de haberlas repetidas todas. Ante
excepcional intérprete, y más todavía teniendo en cuenta que aquel día el mismo
Debussy, excelente pianista por otro lado, prefería ser auditor de su propia obra.
parecen empezar a cambiar desde este momento, según explica el musicólogo Elaine
36
Brody. También es cierto que pudieron haber absorbido elementos de la música de
Ravel. Pero Debussy y Ravel siempre mantuvieron en realidad una relación simbiótica.
Ravel tomó cosas de los conceptos de Debussy en música orquestal, y Debussy más
tarde se inspiró en la música para piano de Ravel. Y ambos eran estimulados por su
Las siguientes obras que escribió Debussy, Estampes, Masques, L’isle joyeuse,
las Images y los Préludes, pueden haber sido compuestos teniendo claramente en mente
Debussy, y más tarde tocan juntos una transcripción a dos pianos de Iberia del propio
compositor francés. Las relaciones con Debussy son cada vez más amistosas, y parece
ahora absolutamente natural que Viñes sea el encargado de dar en primera audición
todas las obras pianísticas de Debussy . A menudo se producen estrenos con prisas y,
varias veces, Viñes revela que la interpretación no ha sido del todo satisfactoria debido
el propio Debussy quien, la mayor parte a veces, reclama la presencia de Viñes para
estreno de Estampas, “las hemos interpretado alternativamente los dos”. Estos ensayos
En 1907, tras un almuerzo con Debussy, éste le hace escuchar a Viñes Poissons
d’or (que le pareció muy original y de gran belleza). Después, Debussy le muestra una
37
del tiempo se demostró la importancia de este acontecimiento, puesto que Debussy no
tuvo en absoluto costumbre de dedicar sus obras a nadie, pero Viñes fue la notable
excepción.
intérprete, Debussy, en una carta a otro amigo, escribe una dura crítica a la
cada vez más rigurosas y el arte de Viñes empezaba a distar ya mucho la concepción
exacto en sus indicaciones a los intérpretes, y rara vez le satisfacían las interpretaciones
de su música (salvo las de Viñes). Detestaba a casi todos los virtuosos famosos, que
todo, es conocida la anécdota que recoge el hecho que Debussy, en las últimas horas de
su vida (1918), reclamó la presencia de Viñes para escuchar por última vez sus Études.
1900, Viñes visitó Rusia, donde pasó un período de vacaciones en 1901. A partir de este
momento empieza a trabajar algunas de las obras pianísticas de los nuevos compositores
de este país: el Valse di bravura de Balakirev y algunas piezas de Borodin, que toca ese
38
audición en la "Société de Concerts" del Conservatorio de París el Concierto para piano
compositor.
interpretaba las obras comentadas. También lo pondrá en relación epistolar con algunos
Viñes.
en París los Cuadros de una exposición de Mussorgsky. Esta obra es calificada por la
más tarde en Berlín, con objeto de interpretar obras del maestro ruso. Poco después,
39
se sintió atraído por este intérprete que tocaba con tanto arrojo y entusiasmo la música
de sus compatriotas. Pese a que la música de Stravinsky no era muy frecuente en sus
conciertos, se sabe que Viñes tocó la Serenata para piano en el año 1927 en un Festival
pero algunos testimonios familiares indican que la estudió en privado. Por otra parte, sí
tiene constancia de que adquirió en 1895 la partitura del famoso preludio op. 3 nº 2 y
concepto de la programación de cada recital en sí mismo. Sin embargo, fue sobre todo
su estilo pianístico lo que tuvo una mayor incidencia en la génesis de la nueva música
para piano. Muy pronto, desde sus primeras apariciones públicas los críticos alabaron su
mecanismo y técnica, con términos como “gran nitidez”, “técnica sólida y ágil”,
pero también “variedad de color” y “extraordinario uso del pedal”. Aun así, algunos
insistieron en la dureza y aridez con las cuales tocaba ciertos pasajes, o en el ímpetu y
apasionamiento con los que afrontaba otras partes. Asimismo, también se le había
criticado su gusto por escoger un programa con obras de “digestión difícil”. Es cierto
precisión, serían mal entendidas por algunos críticos de su tiempos, pero su arte fue
40
A pesar de estos elogios de sus contemporáneos, no es fácil encontrar el secreto
ligado en gran medida a la propia formación del artista. Ricardo Viñes fue, como pocos,
la música, no era otra cosa que un destino donde poder hacer convergir todo lo que le
religiosa. Con frecuencia se ha hablado sobre cuáles eran las virtudes de su manera de
del Conservatorio de París, los críticos hablan de su técnica sólida, de unas maravillosas
estilo perfecto.
Pero no puede ser únicamente una técnica prodigiosa, ni una especial habilidad
concepto de las obras está fuertemente marcado por el cúmulo de sus lecturas, por su
talleres de pintores o escultores–, o incluso por las horas de conversación y debate con
una de sus virtudes más destacadas por las crónicas de la época: su capacidad para
41
En este “ir más allá de la partitura” se encuentra, muy probablemente, el
secreto del arte pianístico de Viñes. Si algo caracterizaba sus lecturas de las obras era la
fuerte personalidad que era capaz de imprimirles. Un tipo de sensibilidad especial que le
Viñes fue consciente de este talento desde muy joven. En 1895, con sólo 20
años, ya escribía en su diario que “la admiración que causa mi forma de tocar no es de
aquella (...) del momento. La admiración que yo causo es de aquella que parece no
existir allí en la sala, en el momento, pero que es profunda y aumenta de rato en rato,
(...) de aquella que queda grabada eternamente en la memoria de los que la sienten”.
Esta toma de conciencia se acentuó tras ganar en 1894 el codiciado Primer Premio del
Conservatorio.
música misma. 8”
8
MARNOLD, J. Crítica en el diario Le Figaro, 1910.
42
Como este texto señala, a pesar de que muchas de las obras que interpretaba
exigían unas capacidades técnicas increíbles, no había signos de virtuoso en él. No era
sencillo desde fuera, que el público no era consciente de las dificultades. La frase que
mejor lo resume es la de otro crítico que explica que “cuando este símbolo vivo de la
explica este mismo concepto con detalle en una carta enviada al musicólogo Elaine
Brody:
Él era los Cuadros [de una Exposición], él era las Noches en los
desaparecer casi hasta la nada, pero sin llegar a ella. Viñes siempre
estaba ahí, pero siempre bien acompañado. Tan parlanchín como era,
43
o adornos profesionales. Su técnica estaba ahí pero sólo para no ser
percibida.9”
que hace que Viñes sea natural en todo aquello que toca y que no
ahorró desavenencias, incluso con ciertos compositores que en otros momentos habían
importantes entre 1902 y 1908 (Pour le piano, Estampes, L’isle joyeuse, Images I y II).
9
NIN-CULMELL, J. Carta a Elaine Brody fechada en Barcelona a 15 de julio de 1971
10
MORIN, LÉO-POL. «Le Piano – Sa musique – Un interprète». En: Le Nigog, 1/8 (1918), pp. 265 - 266
44
“A propósito de las nuevas Images, ¡habría que persuadir
nunca a decírselo.11”
Viñes, aunque según amigos próximos a Debussy, sus interpretaciones siempre dejaron
huella en el compositor.
1898, hasta los años veinte, Viñes fue el encargado de ofrecer por primera vez, en
determinado momento Marguerite Long y otros serán los pianistas escogidos por el
compositor para protagonizar los nuevos estrenos (Concierto para la mano izquierda y
Concierto en sol, por ejemplo). Como en el caso de Debussy, los “criterios propios” de
Al igual que su maestro De Bériot, Viñes prefería los pianos Érard a los Pleyel
-justo al contrario que Chopin- ya que la repetición era más fácil, y además prefería sus
según se ha podido observar en fotografías y maquetas (ver apéndice), tenía los dedos
largos y un pulgar particularmente flexible. Las digitaciones que dejó marcadas en las
partituras en las cuales trabajó muestran que prefería mantener el máximo tiempo
11
DEBUSSY, Correspondance, p. 1083
45
posible la posición de la mano cerrada, porque obtenía así un mejor equilibrio,
reservando la tensión adicional para los pasajes que requerían extensión mayor. De la
permitía tocar la tecla antes de hundirla y esto le daba un mayor control del touché.
técnica en los pasajes difíciles de las obras que tocaba. Para el estudio de la técnica y de
los aspectos más mecánicos era partidario de utilizar un teclado mudo, ya que estaba
esta manera:
piano. Si le daban a elegir, prefería una interpretación con notas falsas pero en la que el
intérprete realmente llegase a la esencia de la música, antes que una recreación perfecta
que a la vez que precisa, fuese fría. “Sin corazón” es como él las tachaba. Entre los
12
POULENC, Francis. Moi et mes amis. París: La Palatine Ligugé, 1963, p. 43
46
pianistas que más apreciaba se encuentran Blanca Selva, Harold Bauer, Emil von Sauer
artificialmente. Para él, la audiencia era un requisito indispensable para conseguir una
inspiración no se producía.
honradez y generosidad, no sólo con la nueva música y sus compositores, sino también
en el trato con los más cercanos; todos lo recuerdan como una persona especialmente
días una obra para su estreno (y a asimilarla asombrosamente rápido), a leer muchas
música: siempre busca el mejor resultado y el que más satisfaga al compositor para dar
47
Las facetas pedagógica y compositiva
había dedicado también a la docencia. Algunos de sus discípulos más destacados fueron
Viñes, y Francis Poulenc, quien siempre declaró su deuda hacia las enseñanzas de
Viñes. También trabajaron con Viñes durante periodos más o menos continuados
Joaquín Rodrigo y Joaquín Nin-Culmell, entre otros. Maria Canals, que había sido
filosofía acerca de enseñanza del pianista, y que curiosamente coincide con una de las
todo movimiento inútil y que toca a flor de piel. También creía inútil
cierta formación técnica. Ricardo Viñes sostenía que todo viene del
y deprisa. Es saber hacer esto, pero también saberse valer de los dos
Desde 1904 fue requerido regularmente para formar parte del jurado por el
Concurso de Piano del Conservatorio de París; en 1913 fue miembro del jurado que
concedió el Primer Premio a José Iturbi. Colaboró también alguna vez con el
13
CANALS, María. Una vida dins la música. Barcelona: Edicions Selecta, 1970, p. 124
48
Conservatorio Americano de Fontainebleau. En 1936, como ya hemos mencionado,
Música de París, que despertó un gran interés. Dos artículos testimonian la importancia
redactado por un asistente a las sesiones del curso. Parece que en los años cuarenta se le
plan de estudios igual para todos los alumnos. Él consideraba que cada
discípulo era un mundo y que el que conviene para uno va mal para
diversas melodías para voz y piano, sobre versos de Baudelaire, Mallarmé y otros, que
han quedado inéditas (ver relación en el apéndice). De las obras que escribió para piano
solo, cuatro fueran editadas por el Instituto Francés de Barcelona tras su muerte. Fueron
14
Íd., p. 157
49
I. Menuet spectral, a la memoria de Maurice Ravel (1937-38)
Jordi Camell para la casa DiscMedi, grabada en Lérida en 1999, otra de Jordi Masó que
sólo incluye los homenajes 1 y 2, para la casa Naxos, y finalmente otra de Joaquín
francesa, pero su deseo de integrarse a la vida artística y cultural francesa es tan vivo
memorizar enseguida cualquier cosa le permitirá dominar con rapidez otras lenguas
aparte de la materna. Aun así, será el francés el idioma en el que desarrollará su cultura
continuará leyendo hasta el final de su vida. Hacia finales de 1893 -a los dieciocho
años- se apasiona por Baudelaire. Nunca jamás renunciará ni renegará de este poeta y se
50
Esta memoria prodigiosa le permitió adquirir en poco tiempo una cultura casi
que lo caracteriza, insiste en dar a conocer a todos sus amigos a estos dos grandes
Olimpo de poetas y escritores. Muy pronto Viñes conseguirá la obra completa de Poe,
en francés y en inglés. Estudiará este último idioma con el objetivo prioritario de poder
leer al que era uno de sus autores preferidos en su lengua original. Su lista de autores
Verlaine. Autores y obras que defenderá con pasión, persuadido que se trata para él de
de 1906 se cree tan cerca del escritor que acude en su socorro económico y le ofrece
ayuda financiera en un momento que la familia Bloy pasaba auténtica penuria. Léon
Bloy será el único amigo con el que Viñes entabló una confianza auténtica, y representó
para él casi la figura del padre que nunca tuvo. A partir de la muerte de la madre de
Viñes en 1907, que le afectó mucho, se refugiará cada vez con más frecuencia en casa
Las soirées del grupo de Les Apaches también le permitieron conocer al poeta
y ensayista Léon-Paul Fargue, con quien trabó también amistad. También conoció así al
51
crítico Calvocoressi, otro de los Apaches a quien está dedicada la Alborada del gracioso
de Ravel.
Ricardo Viñes también leyó a los clásicos españoles. Tenía especial admiración por
rudimentos de ruso, de griego, de árabe, sin olvidar su inclinación por las artes plásticas:
todo le interesa, todo le apasiona. Este enriquecimiento permanente nutre de una sangre
antiguas. Un día, a la pregunta “¿Cuáles son las cualidades necesarias para ser un gran
Otra de las facetas que más le atrae es la pintura. Desde su llegada a París, se
relaciona con los pintores de su tiempo y descubre la pintura francesa. Visita con
pictóricas. En cuanto tiene un poco más de dinero, pasa de comprar libros a crear una
52
En 1901, un joven de 20 años llamado Pablo Picasso entra en el mundo de
Viñes. Los inicios de Picasso en parís fueron muy difíciles, y tuvo continuos problemas
al pintor varias veces. Nunca rehusará ofrecer su ayuda a los jóvenes artistas y
53
PARTE TERCERA
El camino hasta Alicia de Larrocha
vivido muy de cerca, han llegado a nosotros a través de una línea sucesoria que nació en
exponente. Podemos afirmar que es el vivo reflejo de los ideales de Granados acerca del
cuidado del sonido como objetivo fundamental de todo pianista y en especial de quienes
toda una tradición pianística que ella adquirió y continuó hasta hoy en la famosa
antes de marcharse a París, cuando llegó a estar entre los profesores mejores pagados de
músico integral.
hecho de no haber abandonado nunca las clases le impulsa a crear una institución
destinada propiamente a esta finalidad. Felipe Pedrell le ayudará a hacerlo, pero también
54
con De Bériot le ratifica en la responsabilidad de difundir y velar por la correcta
formación de las futuras generaciones de músicos. Por otra parte, las ganancias de los
garantías económicas para poder mantener con holgura a una familia tan numerosa: se
había casado en 1893 con Amparo Gal, y habían tenido 6 hijos (Eduardo –también
pues, como una empresa sólida y con futuro, y a la larga reforzará su perfil de artista
durante los primeros años el subdirector de la nueva Academia. Además de este cargo,
protectores.
distribuían en grupos de alumnos y las clases duraban una hora. Cada mes se llevaban a
cabo dos exámenes privados para estimular al alumno a mantener el nivel que se le
55
calificaciones obtenidas, que podían ser de primera, segunda y tercera clase, y optar así
al documento llamado “premio” que se otorgaba en el concierto o sesión que cada grupo
organizaba a final de curso. Los que habían seguido todos los cursos con una nota final
de primer premio con sobresaliente y además habían cursado los dos años de clase de
protectores. En las audiciones privadas participaban los alumnos de los cursos elemental
o medio, y los del curso superior organizaban los conciertos públicos, en los que
especialmente los que proseguían los cursos de profesorado, gozaban de distintos ciclos
sobre la mecánica del pedal: Método teórico-práctico para el uso de los pedales del
piano (1912). Su preocupación por la calidad del sonido, por la expresividad que
producía, le hizo ir más allá en el desarrollo de todos los recursos que ofrece la técnica
pianística. Uno de los principales recursos para lograr esto es el uso del pedal, rasgo
especial habilidad de Granados en el uso del pedal están documentadas en una cita del
pianista y director americano Ernest Schelling, que habla de sus propio intentos de tocar
56
“Le escuché tocar muchas veces, e intenté reproducir los
efectos que él lograba. Tras muchos intentos fallidos, descubrí que sus
necesitaba” 15
“Mi método tendrá, por lo menos, el mérito de haber sido el primero”, decía
Granados. En efecto, ninguno de los tratados sobre la técnica pianística que habían
pulmón de un piano, el elemento que contribuye a ligar la calidad sonora de las notas.
El Método teórico-práctico para el uso de los pedales del piano presenta varias
ideas interesantes sobre la pedagogía del pedal. Se divide en dos partes; la primera de
pedalización debería enfocarse de tres maneras básicas. Por un lado, existe el pedal con
notas individuales (para mantener una línea legato o para mejorar la calidad del sonido).
En segundo lugar, el uso del pedal para conectar grupos de notas en sonoridades
15
MC GREGOR, Albert. «The Catalan Piano School». Notas adjuntas al disco The Catalan Piano
Tradition. International Piano Archives recording nº 109. Nueva York: Desmar, 1979.
57
necesario para determinar el punto adecuado de aplicación de pedal. En tercer lugar, el
pedal utilizado como herramienta de coloración para líneas melódicas (se ofrecen
muchos ejercicios para desarrollar la técnica de pedalizar una melodía mientras en otras
reales e imaginarios. Estos valores establecen una base rítmica para la frecuencia y
disonancia. Las referencias a otras disciplinas artísticas eran constantes, con objeto de
58
hacer más comprensible la comunicación del arte, y en esta ocasión Granados expresa
este concepto con una analogía a dos elementos arquitectónicos, el arco y la columna:
arcos.” 16
improvisador- las pautas de enseñanza para la correcta asimilación de una base sólida en
la técnica del piano. Una vez dominado el mecanismo que exige el instrumento, sólo el
verdadero artista puede determinar el modo de poner sus conocimientos al servicio del
arte.
para entender los secretos de la escuela pianística catalana. La propia Alicia de Larrocha
16
GRANADOS, Enrique. Manuscrito inédito sobre la técnica del pedal. Archivo Academia Marshall.
59
“solamente lo más básico, el primer nivel del estudio del pedal”17. La devoción de
la importancia que daba Granados a la posición del brazo, la muñeca y los dedos,
probablemente heredado todo esto de sus lecciones en París con De Bériot. Les hacía
repetir los ejercicios para 5 dedos en posición fija que él mismo había practicado en su
etapa parisina, ya que además los consideraba ideales como precalentamiento. Mandaba
ejercicios de Bériot (5 dedos) pasando por todos los tonos. Escalas con
las manos separadas. ¿Por qué? Porque mire [dibujo de las 2 manos],
17
Entrevista con Alicia de Larrocha realizada por Mark R. Hansen en el Hyatt Regency Hotel de Dallas,
Texas, el 14 de abril de 1983.
18
MC GREGOR, Albert. «The Catalan Piano School». En: The pianist’s guide to pedalling. Bloomington:
Indiana University Press, 1992.
60
si fuera esto [dibujo de las 2 manos como si ambas tuvieran el pulgar a
octavas y cada sábado tomo nota de los puntos que van ganando en el
metrónomo.
Chopin, los 8 primeros del 2º de id., los 8 primeros del 3º etc (...)19”
Frank Albert Marshall King nació en Mataró en 1883. Recibió las primeras
lecciones en su pueblo natal, y su evidente talento para el piano hizo que sus padres lo
19
GRANADOS, Enrique. Manuscrito dirigido a Juan Cortés (1872 – 1939), catedrático de piano del
Conservatorio de Valencia, aparecido en la revista Música en 1938.
61
Academia, tenía sólo 17 años y se convirtió también muy pronto en ayudante en las
estudios de piano.
como pianista. Fue, por ejemplo, a Madrid para presentarse al concurso Ortiz & Cussó,
Isabel la Católica. Realizó giras por España, Londres y Sudamérica, obteniendo éxitos
de la crítica.
musicales de cada país donde tocaba. El renombre que iba cobrando progresivamente le
acercó a muchas celebridades del momento, como el gran pianista Ferrucio Busoni,
La relación con Enrique Granados fue haciéndose cada vez más estrecha. Para
maestro. La composición ocupaba cada vez más tiempo a Granados, pese a que la
Academia seguía siendo su casa. Pero el hecho de poder contar con un continuador tan
fiel y brillante como Marshall le permitió dedicarse con más atención a su verdadera
62
vocación de creador. Paralelamente, la carrera concertística de Marshall prosperaba año
tras año.
para sus discípulos y para el incierto futuro de la Academia. Pedrell escribió enseguida a
Frank Marshall20 y le animó (casi le obligó) a que siguiera adelante con la Academia y a
que mantuviese viva la memoria de Granados, al tiempo que le ofrecía todo el apoyo
posible.
personalidad inquieta de Granados, Marshall retomó los estudios sobre la utilización del
casi científico al modo de aplicar este mecanismo a la sonoridad global del instrumento,
Marshall quiso ir más allá, haciendo al mismo tiempo un análisis riguroso de las obras
Redactó una aplicación más profunda de los presupuestos que marcaba Granados con
conjunción de todos los elementos que intervienen. Editó dos métodos: el primero,
escrito en 1919 y titulado Estudio práctico sobre los pedales del piano, enseñaba a
1940, estaba destinado a desarrollar este sentido de la sonoridad en el alumno por medio
20
Véase la carta completa en el apéndice.
63
En ambos métodos, Frank Marshall suscribe completamente los principios
sobre los pedales del piano empieza con un prefacio en el que el autor explica que el
método no es más que un punto de partida para el dominio del pedal. Indica que la
auténtica valía de los grandes pianistas se logra sobre todo mediante la intuición. “Para
De entre los numerosos ejercicios de cada una de las secciones (las cuales
Marshall, F., Estudio práctico sobre los pedales del piano, p. 13, nºs 12 a 17
piezas del repertorio romántico estándar, graduadas por nivel de dificultad. Varias son
64
del piano. Es significativo, sin embargo, que muchos ejemplos ilustren conceptos que
pedal, sino también adicionalmente contiene una ayuda pedagógica gráfica acerca de la
distribución de las voces y de la sonoridad. Esta grafía se basa en variar el tamaño de las
notas: cuanto más grande sea, más sonido debe recibir. La jerarquización de las voces
en algunos ejemplos se indica con tanto detalle que llegan a coexistir 3 o 4 tamaños
distintos de notas. Acerca de esta cuestión en particular, Larrocha explica que se trata
sonoridad y la producción de sonido. Recordó que elementos tales como los cambios de
interpretativas tienen mucho que ver con el sonido conseguido en el resultado musical
final. Las indicaciones de Marshall no deben ser tomadas en ningún caso como una ley
que el propio Frank Marshall como pedagogo, gracias a los talentos que iban
65
despuntando. Unos años después, fue nombrado Delegado en Barcelona de la
Asociación de Cultura Musical, y organizó una de las temporadas más brillantes del
Palau de la Música que incluía intérpretes de la talla de Rachmaninoff (al que Larrocha
formar parte del jurado del III Concurso Internacional Frédéric Chopin junto a
miembros como Wilhem Kempff o Alfred Cortot. Entre los alumnos más destacados,
particular.
padres fueron Eduardo de Larrocha y María Teresa de la Calle. Muy pronto empezó a
dar señales de su incipiente talento musical, y a los poco más de dos años (26 meses
66
A lo largo de toda la historia de la música ha habido muchos casos de niños
prodigio; Larrocha fue sin duda uno de ellos. Empezó sus primeras lecciones en
1929 en los salones de la Academia Marshall, como parte musical de una conferencia
encontraba un Minuet y una Marcha de Bach, el Andante en sol menor de Mozart, y sus
decía Turina.
calma requerida. Los primeros años las lecciones eran de solamente una clase por
semana, con una duración de media hora o tres cuartos a lo sumo. La educación fue muy
sentido musical y artístico. Por esa época, la enseñanza era muy distinta a la agresiva
disciplina que han llevado a cabo algunas escuelas en tiempos más modernos, sobre
de Bach por una obra de Rameau. De nuevo causó una impresión muy positiva en
crítica y público. Volvió a tocar en público en diciembre del 29. Esta actividad
67
perfeccionarse sino también ampliar repertorio. El 23 de noviembre de 1930 volvió a
Uno de los hitos más destacados de estos primeros años fue su debut en el
programa de ese concierto fue más complejo y extenso. Interpretó unas variaciones de
hada y el niño de Granados, además de obras de Bach y Mozart. Con motivo de este
recital se publicó un artículo en el que se hacía una reflexión acerca de los niños
musical, que los prodigios de hoy pueden ser, mediante una sabia y
barcelonés, por lo que muy pronto apareció el primer reportaje dedicado a su persona.
El 24 de enero de 1931, cuando Alicia aún no había cumplido los 8 años, Estampa
afirmaban que para su hija el piano era un juguete, y que ante él se pasaba la mayor
21
GÓNGORA, L. Artículo publicado en El Día Gráfico en diciembre de 1930.
68
parte de las horas del día. Tal dedicación al instrumento no era vista con muy buenos
ojos por sus padres, pero afirmaban, por otra parte, que tampoco podían oponerse
piano lo pasaba, según el citado artículo, en la casita en miniatura con muebles a escala
interpretó dos obras de Chopin, un vals y un nocturno. Otro nuevo hito lo marcó el
dirigida por Joan Lamote de Grignon. A partir de aquí, sus actuaciones en público
fueron más frecuentes. Tocó en varios escenarios de Barcelona, como el Ateneo, Amics
compuesta por ella titulada Fantasía. Poco después presentó otra obra suya titulada
Choral.
69
esposa intentaron llevarse a la joven Alicia de Larrocha a Marruecos para protegerla de
las penurias del conflicto, pero no fue posible y, de un modo u otro, prosiguió su precoz
desde este momento se convierte en una de las obras que más frecuentemente
interpretará. Más tarde, interpreta las Variaciones sinfónicas de César Franck. Durante
la temporada 1942 – 43 realizó una gira por el norte de España que la llevó a San
Sebastián y Bilbao.
los conciertos entre ambos pianistas fueron cada vez más frecuentes. Esta unión artística
músico de categoría, y así lo demostró en los conciertos con Alicia y en recitales como
presentaría muy pronto el problema del cuidado de los hijos. Ante tal situación, optaron
por la de abandonar, uno de ellos, la carrera, para poder tener así un contacto más
directo con los hijos. Las perspectivas más favorables en ese momento eran claramente
las de Alicia de Larrocha, por lo que Juan Torra decidió no continuar su carrera
70
profesional. Hasta ese momento, los conciertos conjuntos de ambos pianistas en
Catalana, donde Alicia de Larrocha interpretó junto con el pianista y compositor francés
Francis Poulenc el Concierto para dos pianos y orquesta de este último, en lo que
supuso el estreno en España de esta obra. La orquesta la dirigió Carlos Suriñach, amigo
personal de Larrocha.
1947, año en que realizó su primer concierto en el extranjero. Fue en Lausana, Suiza. En
una nueva gira que incluía París y Bélgica. En 1952 actuó en la Sala Pleyel de París
debut en Londres en el Wigmore Hall. Los éxitos eran cada vez mayores y las críticas,
más favorables. En febrero de 1954 hace su debut en Estados Unidos con la Orquesta de
San Francisco y con la Filarmónica de Los Ángeles dirigida por Alfred Wallenstein.
continuadora y heredera de una escuela que ya tenía un nivel artístico y pedagógico muy
alto, labor que durará hasta hace muy pocos años debido a la avanzada edad de
Larrocha.
71
Durante el verano de 1968, Alicia de Larrocha sufrió un accidente que casi
su lesión, no creyeron poder aportar una solución favorable que permitiera a la pianista
podía significar el accidente, decidió visitar al doctor Trueta, cirujano que por entonces
Oxford. Trueta no opinó, como sus colegas americanos, que la lesión de Alicia de
mano de la pianista. El éxito del doctor Trueta fue celebrado por los periódicos y por el
del médico. Pocos días después, iniciaba una nueva gira de conciertos.
Carnegie Hall de Nueva York, donde no incluyó música española salvo dos sonatas del
Padre Soler, hizo que sus apariciones en Estados Unidos fueran mucho más frecuentes a
cosechado, a pesar de que esa actuación del 68 no era la primera en ese mismo
festival Mostly Mozart, donde tocará asiduamente en la década siguiente. Durante los
años 70 realizó importantes giras por Estados Unidos y Canadá. A finales de 1973
72
Granados, con un nuevo éxito unánime de la crítica. Los artículos periodísticos le
dedicaban los mayores elogios, con conciertos especialmente memorables como cuando
También durante los años 70, realizó dos importantes giras por Australia, la
una vez más muy positivas. Interpretó el Concierto nº 2 de Chopin con la Adelaide
Symphony Orchestra. También interpretó las Noches en los jardines de España en esa
gira, que gustó bastante al público australiano. En su segunda gira, interpretó de nuevo
las Noches, junto al Concierto nº 25, KV 503 de Mozart y el Concierto para piano de
se prolongó con innumerables giras por países como Italia, Austria, Estados Unidos o
A lo largo de estas giras por todo el mundo, con un gran interés además en la
Kubelik, Masur, Mutti, Abbado, Chailly (con quien ha grabado los 5 conciertos para
73
La opinión de Larrocha sobre su carrera22
Alicia de Larrocha explica que el ambiente musical de su casa fue clave para
inculcarle su amor por la música. El hecho de que su madre y su tía fueran discípulas
directas de Granados, y que su tía además enseñase en la Academia Marshall, fue lo que
la llevó, cuando apenas tenía dos años, a acercarse al maestro Marshall al final de un
concierto de alumnos, tirarle del pantalón para llamar su atención, y decirle “estoy aquí
y quiero tocar el piano”. Al maestro le hizo gracia ver a una niña tan pequeña diciendo
esas cosas, pero le respondió que aún era demasiado joven. No obstante, su tía le habló
del talento de la pequeña, que podía reproducir de oído melodías que oía durante las
Reconoce que Frank Marshall no parecía tener un método absoluto ni constante, y que,
pese a ser crítico durante sus lecciones, la dejaba en gran medida hacer lo que la pianista
quería.
Continuó sus estudios habituales en el colegio hasta que sus padres se dieron
cuenta de que empezaba a ser demasiado, por lo que contrataron a un tutor privado.
empezó a tocar en público con mucha más asiduidad. Una de las observaciones más
impactantes y que siempre suele repetir en sus entrevistas es que nunca pensó en
forjarse una carrera como pianista profesional. “Mi profesor me permitía tocar en
22
Fuentes: MACH, Elyse. Great contemporary pianists speak for themselves. Nueva York: Dover, 1991
BLYTH, Alan. «Alicia de Larrocha talks to Alan Blyth». En: Gramophone, octubre de 1973, p. 34
MARCUS, Adele. Great pianists speak with Adele Marcus. Neptune (New Jersey): Paganiniana
Publications, 1979. Citamos aquí las fuentes de esta sección para no estar continuamente insertando notas
a pie de página, ya que se trata de una sección que recopila fragmentos de varias entrevistas.
74
especial.” “Aquí y allá me llamaban, y yo iba y tocaba. Si me invitaban, iba; si no me
Explica que el piano formaba parte de su vida porque lo consideraba como una
porque le encantaba; afirma que sus padres nunca la empujaron a ese mundo, y que no
acababa de gustarles que pasase tanto tiempo sentada al piano. Pero nunca se planteó
hacer una carrera, sino simplemente tocar para ella misma, y las cosas fueron
sucediendo. Cuando sale del escenario, sólo espera que la gente haya disfrutado con su
equivocado. No tiene nada que ver con el arte. Es como una olimpiada que es artificial y
mecánica. Es sólo trabajo, trabajo y trabajo para competir”. Piensa que el problema de
los pianistas actuales es que viven con demasiada prisa. Para ella, el arte es algo que
viene poco a poco y que necesita tiempo para desarrollarse. “No se puede pretender
introducir una moneda en una máquina expendedora para que salga la madurez por el
otro extremo de la máquina”. Asimismo, opina que falta en gran medida un sentido
vocacional, y el piano es visto con demasiada frecuencia como si fuese una profesión.
repetidamente en que eso es falso. “Nunca me especializo, es sólo lo que la gente quiere
escucharme tocar. Pero hasta los 18 años apenas toqué nada español, salvo una o dos
piezas de Granados que ni siquiera tienen une estilo español reconocible. Lo que tocaba
75
era el repertorio clásico. Hoy no tengo compositores preferidos.(...) Prefiero los recitales
tecnologías del sonido, tema recurrente sobre el que se suele cuestionar a todos los
artistas, Alicia de Larrocha no tiene una opinión muy favorable de ellas. A pesar de que
muchos crean que los nuevos sistemas de grabación discográfica, por ser más
sofisticados, son más perfectos y los resultados obtenidos más gratificantes, la pianista
no cree que sea así. Aunque opina que la tecnología del Compact Disc es admirable,
cree que los primeros discos eran mejores. Con ellos se podía apreciar la verdadera
cada vez más perfecto, más bello, pero pueden llegar a ser, por otro lado, demasiado
me encuentro tan libre; estoy siempre preocupada por las notas falsas.
76
Tampoco se siente demasiado atraída por las grabaciones en directo, a pesar de
estar de moda:
preocupación técnica que tienen que tener, el esfuerzo que tienen que
una obra de principio a fin simplemente para explorarla, porque “las notas me molestan
cuando no se expresa nada”. Busca enseguida los pasajes más difíciles, e intenta
encontrar una digitación adecuada para solucionarlos, puesto que considera la digitación
como uno de los puntos más importantes. Si una digitación elegida comprueba sobre el
acústica de la sala no responde como ella desearía. “En ocasiones esa digitación
improvisada no es muy ortodoxa, pero eso no importa”. Pero necesita trabajar siempre
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sobre el piano para esta labor. “Por eso no me obsesiono con trabajar fuera del piano
bastante insegura”. Además, “no practico por encima de las teclas. Es decir, puedo
“Memorizar acentos importantes aquí y allá puede ser una guía muy valiosa para la
difícil de memorizar, junto con unos marcados acentos muy característicos en muchas
de sus obras. “Creo en la idea de estudiar cada mano por separado, con las ideas en la
repertorio que suelen abarcar y tener siempre en dedos. Sobre este tema, Larrocha
replica que su repertorio no es tan amplio como le gustaría, ya que, según ella, durante
su juventud no trabajó tanto como debería haberlo hecho. Aun así, dice necesitar muy
poco trabajo para mantener el repertorio aprendido por entonces, al contrario que con
las obras aprendidas más recientemente, que requieren un estudio más consistente y
concienzudo antes de cada actuación. Pese a todo, vuelve a afirmar que es una persona
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irregular en sus hábitos, e incluso en su forma de estudiar. Admite no haber sido
manera de tocar es una cierta intuición espontánea, que no sabe muy bien cómo
explicar.
Sobre la leyenda de su mano diminuta hay que decir, en primer lugar, que no es
excesivamente pequeña. A pesar de ello, dice haber convivido siempre con ciertos
medida de lo posible, con ejercicios para alargar y abrir bien la mano. “Ojalá pudiese
dedos, sino simplemente poder expandirla más”. Confiesa que su obsesión es sentir que
la mano sea flexible pero firme al mismo tiempo, y a veces realiza ejercicios de
extensión sin ni siquiera darse cuenta, no sólo sobre el teclado sino también en cualquier
bastante tiempo, y que no es probable que se utilice actualmente. También indica que la
notación de Marshall, aunque adopte una forma visual distinta, sirve para iluminar los
que Marshall cita exactamente los mismos ejemplos musicales que Granados, y
23
Extraído de: HANSEN, M.R., The pedagogical methods of Enrique Granados and Frank Marshall: an
illumination of relevance to performance practice and interpretation in Granados' Escenas Románticas.
Tesis Doctoral, University of North Texas, EEUU. University Microfilms International (UMI), diciembre
de 1988
79
simplemente convierte la notación a su propio sistema. Los dos libros de Marshall se
constante evolución, que cambia con en función del piano, de la sala y de la acústica,
además del propio estado de ánimo o percepción personal del intérprete. Ella misma
la intuición que a reglas estrictas. Además, Larrocha aclara que las ideas acerca del
pedal que se encuentran en estos tres libros representan sólo una posibilidad pero
existen muchos otros enfoques para el uso del pedal, que ni siquiera son totalmente
rítmica del valor de las notas debe ser aplicada estrictamente en la etapa más temprana
demostrado el dominio del principio implicado, por lo que está preparado para darle
mayor libertad.
es posible, antes de que la nota sea percutida, con el fin de obtener la máxima
sonoridad. En lo que respecta a la subdivisión de los valores de las notas, afirma que en
80
su manera de tocar ha ido aumentando la velocidad (no la frecuencia) del cambio de
pedal, para intentar abrillantar el sonido el máximo tiempo posible. Igualmente, explica
que habitualmente estudia primero sin nada de pedal, para saber exactamente qué cosas
es capaz de hacer con los dedos sin tener que subyugarlos al pedal, y sólo después
introduce el pedal.
realmente novedoso era que Granados y sus seguidores pusieran tanto énfasis en el
pedal, su potencial sonoro y su práctica, y además todo ello insertado en la base de las
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CONCLUSIONES
Viñes (a Larrocha aún podemos seguir disfrutándola, no en directo por estar ya retirada,
pero sí a través de sus grabaciones), sería interesante recordar lo más destacado de cada
del piano. Una figura tan apasionante como la de Viñes sobresale, por encima de otras
virtudes, por una: su pasión por lo que hacía, lo que implicaba su entrega total a la
repertorios donde no existían referencias previas. Esta cualidad, que dice tanto de su
personalidad, es lo que hoy podríamos resumir como una “moral pianística” que ningún
intérprete puede olvidar cada vez que se inicia en el estudio de una nueva obra, un
nuevo autor o un nuevo estilo en general. Por otro lado, el enfoque “multidisciplinar”
que tanto influyó en la concepción musical de Viñes (y que tanto destacan las crónicas),
propia carrera concertística, no como una carrera en sí misma sino como el fruto natural
de su amor por la música, denota que desde muy pequeña, lo que la impulsaba a hacer
música era su propio disfrute, y sin duda, esto denotaba una dedicación y un gusto por
las interpretaciones más auténticas, por el gran afecto hacia el piano como una parte
no tiene nada que ver con giras de conciertos o con niños prodigio. Esta manera de
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pensar guarda cierta similitud con Viñes: precisamente porque su objetivo no consiste ni
tenía algo de esto en mente- , sino en “dar lo mejor del pianista” como norma básica
para la vida, es por lo que las interpretaciones de ambos pianistas tenían algo especial
Larrocha también incluyó esta filosofía: hasta qué punto Frank Marshall perseguía
inculcarle esta manera de pensar cuando, a pesar de sus destacadas dotes a edad
fomentar una imagen de “niña prodigio”. También tendría bastante que ver el hecho de
íntimamente ligada a la comprensión musical de las obras. Bériot solía hacer especial
en gran medida, pero aun así, algunas crónicas estadounidenses –que siempre se han
rendido unánimemente ante la pianista- han recalcado que nunca ha poseído una
una calidad de sonido –decisivamente influido por su tan estudiado uso del pedal- y una
intuición musical de una naturalidad inigualable; y estas habilidades son fruto, por un
los comienzos del aprendizaje. En este sentido, tampoco Viñes prestaba una atención
técnica también implica la capacidad de obtener colores de sonido dulces, de utilizar los
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pedales adecuadamente, etc. No obstante, en este caso las crónicas sí suelen hacer
musicales para la casa y la vida” que Robert Schumann dejó escritos y en los que se
años de estudio, y son lo suficientemente significativas como para dar pie incluso a
futuros estudios de carácter más filosófico que ayuden a la vida del músico y a su
desarrollo integral.
84
FUENTES
Bibliografía
BLYTH, Alan. «Alicia de Larrocha talks to Alan Blyth». En: Gramophone, octubre de
1973, p. 34
_____ . «Viñes, Ricardo». En: The New Grove Dictionary of Music and Musicians.
Editado por Stanley Sadie. Londres: Macmillan, 1980.
CLARK, Walter Aaron. «Pedrell, Felipe». En: The New Grove Dictionary of Music and
Musicians. Editado por Stanley Sadie. Londres: Macmillan, 1980.
GOODWIN, Noël. «Larrocha (y de la Calle), Alicia de». En: The New Grove Dictionary
of Music and Musicians. Editado por Stanley Sadie. Londres: Macmillan, 1980.
HANSEN, Mark. The pedagogical methods of Enrique Granados and Frank Marshall:
an illumination of relevance to performance practice and interpretation in Granados'
Escenas Románticas. Tesis Doctoral, University of North Texas (EEUU). Miami
(EEUU): University Microfilms International (UMI), 1988
85
KOREVAAR, David, SAMPSEL, Laurie. «The Ricardo Viñes Piano Music Collection at
the University of Colorado at Boulder». En: Notes, 61 nº 2 (diciembre de 2004), pp.
361-400.
MACH, Elyse. Great contemporary pianists speak for themselves. Nueva York: Dover,
1991.
MARCUS, Adele. Great pianists speak with Adele Marcus. Neptune (New Jersey):
Paganiniana Publications, 1979.
POWELL, Linton. «Pujol, Juan Bautista». En: The New Grove Dictionary of Music and
Musicians. Editado por Stanley Sadie. Londres: Macmillan, 1980.
SCHWARZ, Boris. «Bériot, Charles-Wilfrid». En: The New Grove Dictionary of Music
and Musicians. Editado por Stanley Sadie. Londres: Macmillan, 1980.
Discografía
LARROCHA, Alicia de. Goyescas (1963), Escenas románticas (1963), Valses poéticos
(1967), Seis piezas sobre cantos populares españoles (1967). De Enrique GRANADOS.
EMI Classics, CMS 7 64524 2, 1992.
LARROCHA, Alicia de. Iberia, Navarra, Suite española. De Isaac ALBÉNIZ. DECCA,
417 887 – 2, 1988
86
APÉNDICES24
Fragmento de la teoría introductoria del método para piano de Pere Tintorer
24
Fotografías tomadas de: Ricard Viñes i Roda, tesimoni d’un temps (material de Ricardo Viñes);
Academia Granados-Marshall: 100 años de escuela pianística en Barcelona (material de Granados,
Marshall y Larrocha). Véase el listado de referencias bibliográficas para datos detallados.
87
La escuela pianística catalana
Pere Tintorer
(1814 – 1891)
Barcelona 1849-50
Frank Marshall
(1883 – 1959)
89
Ricardo Viñes y Maurice Ravel
90
Programa del concierto de presentación de Viñes tras ganar el 1er Premio (1895)
91
Viñes en sus últimos años
92
Melodías para voz y piano compuestas por Ricardo Viñes
Prud'homme
• Nuages de feu (s.d) dedicada a Azucena Gasti sobre un soneto del propio Viñes
• Tears, idle tears (1935) dedicada a Lily Pons sobre un texto de A.Tennyson de
The Princess
• Tres tonades per a cant [i un sol dit de cada mà, diguem el dit Júpiter, àlias el
Adam
de R. Viñes
93
Enrique Granados, fundador de la Academia Granados-Marshall
94
Interior de la Academia Marshall, en la Rambla de Cataluña
95
Carta de Felipe Pedrell a Frank Marshall, seis días después de la muerte de
Granados25
Granados, usted y yo entre los primeros. Pero que el dolor no nos amilane. A
usted le toca conservar lo que él instituyó, esa Academia de la que salieron tan
teclado.
memoria. Me tendrá con usted con todo y por todo a su lado, por dictados de
Felipe Pedrell
25
Fuente: Archivo Academia Marshall
96
Frank Marshall, continuador de la labor pedagógica de Granados
97
José Cubiles, Ricardo Viñes, Joaquín Turina y Frank Marshall
98
Los alumnos de la Academia Marshall
99
La carrera internacional de Alicia de Larrocha
100