Tres Hermosas Oraciones para Moribundos
Tres Hermosas Oraciones para Moribundos
Tres Hermosas Oraciones para Moribundos
Estas oraciones son muy útiles para el moribundo. Se deben repetir con
frecuencia como un acto suplicante a la misericordia de Dios
Historia:
Hace muchos siglos, vivía un Papa en Roma que había cometido muchísimas faltas y se sentía
abrumado de sus culpas, En cierta ocasión, sucedió que Dios Nuestro Señor permitió que este Papa
cayese gravemente enfermo sin remedio. Cuando el paciente sintió que ya se acercaba la hora
terrible de la muerte, mandó a llamar a todos los cardenales, obispos y a las demás personas bien
instruidas. Entonces el Papa moribundo les hablo así: «¡Mis queridos amigos! ¿Qué consuelo me
pueden dar ahora que me voy a morir y parece que merezco la condenación eterna por mis
múltiples pecados?» Por algunos momentos nadie se atrevió a contestarle esta pregunta. Entonces
uno de los presentes, llamado Juan, le replicó diciéndole: «¿Padre, por qué duda de la misericordia
de Dios?» Y el moribundo le respondió diciendo: ¿Qué consuelo me puedes dar en esta hora que
me voy a morir y temo ser condenado por mis pecados? Y Juan le contestó así: «Voy a leer tres
oraciones para su beneficio; espero en Dios que esta lectura le dé un poco de consuelo. También
espero que, por este medio, su alma obtenga la misericordia de Dios.» Ya no pudo hablar más el
Papa moribundo. Luego, el cura Juan se arrodilló con todos los presentes y rezaron, añadiendo
las siguientes oraciones.
Padre Nuestro…
Oyendo estas palabras, el cura exclamó: «¡Oh, santo Padre! ¡No podré contar estas
cosas porque nadie me creerá!» Enseguida, el Papa dijo: «En verdad te digo, que el
ángel de Dios permanece a mi lado y ha escrito estas oraciones en letras de oro, para
el consuelo de los pecadores.
Luego, el Papa dijo que estas oraciones, si son rezadas en la presencia de un gran
pecador que está a punto de morir, le ayudará con muchas bendiciones e incluso le
asistirá en su sufrimiento en el purgatorio, para que sea liberado de cualquier
castigo debido a sus pecados.
También dijo que: la persona que escucha la lectura de estas tres oraciones debe
creer verdaderamente que Dios Nuestro Señor lo protegerá de una muerte infeliz.
La historia nos dice que fueron llevados a la Basílica de San Pedro y fueron puestos
en el altar como señal de su gran amor por ellos. Él especialmente deseaba que a
cualquier persona que recitara estas oraciones, se le revelaría el día de su muerte
para que estuviese preparado y evitar el purgatorio.
Invocaciones por los moribundos
• Recibe, Señor, a tu siervo (sierva) en el lugar que debe esperar de tu
misericordia. R/ Amén.
• Libra, Señor el alma de tu siervo de todos los peligros del infierno, de los
lazos de las penas y de todas las tribulaciones. R/Amén.
• Libra, Señor, el alma de tu siervo, como libraste a Enoch y a Elías de la
muerte común a los hombres. R/. Amén
• Libra, Señor, como libraste a Noé del diluvio. R/.Amén.
• Libra Señor, el alma de tu siervo, como libraste a Isaac de ser inmolado, y de
la mano de su padre Abrahán. R/. Amén.
• Libra, Señor, el alma de tu siervo, como libraste a Lot de Sodoma y de las
llamas del fuego. R/. Amén.
• Libra, Señor, el alma de tu siervo, como libraste a Moisés de la mano del
Faraón, rey de los egipcios. R/. Amén.
• Libra, Señor, el alma de tu siervo, como libraste a Daniel en el foso de los
leones. R/. Amén.
• Libra, Señor, el alma a tu siervo, como libraste a los tres jóvenes del horno de
fuego ardiente, y de las manos de un rey cruel. R/. Amén.
• Libra, Señor, el alma de tu siervo, como libraste a David de las manos del rey
Saúl, y de las manos de Goliat. R/. Amén
• Libra, Señor, el alma de tu siervo, como libraste a Pedro y Pablo de las
cárceles. R/. Amén
• Y así como libraste de atrocísimos tormentos a tu dichosísima virgen y
mártir Tecla, así también dígnate librar el alma de tu siervo, y concédele que
contigo pueda gozar de los bienes del cielo.
Ábranse los cielos y alégrense con él los Ángeles. Recibe a tu siervo, en su Reino.
Recíbale, San Miguel, Arcángel de Dios, que mereció ser príncipe de la milicia celeste.
Ayúdele el Apóstol San Pablo que digno vaso de elección. Interceda por él San Juan,
Apóstol de Dios a quien fueron revelados los secretos del cielo. Rueguen por él todos
los Santos Apóstoles, a quienes el señor dio el poder de atar y desatar.
Intercedan por él todos los Santos y escogidos de Dios, que en este mundo sufrieron
grandes tormentos por el nombre del cristo; para que desligado de las cadenas de la
carne merezca llegar al glorioso reino de los cielos, por la gracia de nuestro Señor
Jesucristo, quien con el Padre y el Espíritu Santo vive y reina por los siglos de los
siglos. R/. Amén