Bataglia - Anatomia y Fisiologia
Bataglia - Anatomia y Fisiologia
Bataglia - Anatomia y Fisiologia
Peso y Longitud:
El peso del feto oscila entre 3.000 y 3.500 grs.; el término medio del peso de la niña es
alrededor de 100 g. menor que el de los varones.
El feto maduro se reconoce por otros caracteres: abundancia del unto sebáceo; cabellos
largos; desaparición de casi todo el lanugo; uñas firmes; que llegan hasta la extremidad
de los dedos; tejido adiposo bien desarrollado, desaparición de comedones alrededor
de la nariz; tórax prominente; glándulas mamarias salientes; ombligo situado en la
mitad del abdomen, es decir, a 2 o 3 cm, debajo de la mitad del cuerpo; testículos en el
escroto; labios mayores recubriendo a los menores; orejas apartadas, con su cartílago
bien desarrollado; huesos del cráneo duros, suturas estrechas, circunferencia de la cabeza
igual o menor que la de los hombros; grito fuerte, movimientos de succión vigorosos
y sostenidos; el meconio se elimina pronto y a menudo. En la necropsia, se comprueba
la osificación avanzada de los huesos y las circunvoluciones cerebrales se parecen a las
del adulto. El estudio radiológico de los huesos de las extremidades superiores y de la
cabeza suministran datos útiles para determinar la edad fetal.
El cráneo está constituido por los huesos siguientes, netamente separados en el feto;
dos frontales, dos parietales, dos temporales, un occipital, un esfenoides y un etmoides.
El cráneo se divide en bóveda y base.
La bóveda está formada: por las mitades de la escama del frontal, los dos parietales, la
escama de los temporales y la del occipital. La base está formada por la parte basilar
del occipital, la porción petrosa del temporal y el esfenoides.
2. SUTURAS
Las suturas, espacios lineales rellenados por tejido fibroso, separan los diversos huesos
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35 Prácticos de
Obstetricia
Figura 14. Diámetros cefálicos anteroposteriores
(Según M. L. Pérez)
Figura 15. Diámetros cefálicos transver-
sales, suturas, fontanelas vistos desde
arriba. (Según M. L. Pérez)
3. FONTANELAS
Llamadas vulgarmente “molleras”, son espacios membranosos que forman las suturas
al entrecruzarse:
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Prácticos de 36
Obstetricia
riendo todo lo contrario cuando la cabeza está muy osificada; en tal caso, se reduce a un
espacio membranoso pequeño; no se la debe confundir, sin embargo, con la fontanela
menor, porque posee cuatro ángulos prolongados por suturas.
c) Fontanela lateral interior (pterion). En la confluencia del frontal, del parietal, del
temporal y del esfenoidal.
d) Fontanela lateral posterior (asterion). En la unión del occipital, del parietal y del
temporal. Más próxima al pabellón de la oreja que la fontanela menor, lo que ayuda a
diferenciar una de otra.
Las más importantes son las bregmática y la fontanela menor: nos permiten establecer la
actitud de la cabeza y su orientación en el transcurso del parto. Las fontanelas laterales,
difíciles de percibir por el tacto, no poseen mayor interés obstétrico.
Existen fontanelas suplementarias (de Gerdy; mediofrontal), inconstantes.
Constituida por piezas óseas (frontal, esfenoides, etmoides, porción petrosa del tempo-
ral y porción basilar del occipital); separadas por bandas de tejido cartilaginoso; éstas
forman al unirse una estrella de cinco ramas: la cruz de San Andrés; la rama anterior
separa las dos bóvedas orbitarias; las ramas antero laterales están situadas entre las
bóvedas orbitarias y las alas mayores del esfenoides; las ramas posteriores separan los
peñascos temporales del occipital.
Entre la porción basilar y la porción escamosa del occipital existe también una banda
cartilaginosa que bordea por detrás el agujero occipital; termina, de cada lado, en las
ramas posteriores de la cruz de San Andrés, durante el parto, esa banda cartilaginosa
permite movimientos de bisagra a la escama del occipital (bisagra de Budín).
De esta arquitectura depende la resistencia del cráneo fetal. La base es más sólida que
la bóveda; el centro de su resistencia se halla a nivel del cuerpo del esfenoides. En
cambio, la bóveda es mucho más elástica, cada uno de los huesos que la constituye está
menos osificado en la periferia que en el centro y puede modificar un poco su curvatura;
además durante el trabajo de parto, como consecuencia de las presiones que sufren, los
huesos de la bóveda cabalgan a menudo unos sobre otros los bordes posteriores de los
parietales sobre la escama del occipital el borde de un parietal recubre ligeramente el
otro borde, etc.
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37 Prácticos de
Obstetricia
CARA:
Formada por un gran número de piezas óseas. Llama la atención la desproporción entre
el cráneo y la cara: en el feto de término el conjunto de la cara corresponde a la octava
parte del cráneo total, mientras que en el adulto la cara representa la mitad del cráneo.
La resistencia de la cara es bastante grande, gracias a los maxilares superiores y los
molares, para fracturar el maxilar inferior se requiere ejercer sobre él una tracción de
unos 20Kg.
Varios son, en cambio, los diámetros transversales: a) Biparietal (B.P.), que une los dos
puntos más salientes de las eminencias parietales; es el diámetro transverso máximo,
mide 9,5 cm. b) Bitempral (B.T.), entre las dos fosas temporales, de un pterion al otro,
mide 8 cm (o sea 1.5 cm, menos que el biparietal) ; es también más reductible. Los
diámetros bimastoideo y bimalar son menos importante.
No son verdaderos círculos, tratase del contorno de la cabeza, pasando por el diámetro
del mismo nombre. Se las mide con una cinta métrica. Las más importante son las
siguientes: a) Occipitofrontal, que mide 34 cm. b) Sub occipitobregmático, que es
inferior a la occipitfrontal. Se la denomina pequeña circunferencia, mide 32 cm. c)
Suboccipital, que mide 33 cm. d) Occipitomentoniana, que pasa por las extremidades
del diámetro máximo, razon por la cual se la llama circunferencia grande, mide 37cm.
e) Submentobregmática, que mide 32 a 33 cm.
El cuello del feto es muy resistente, para que se produzca la decapitación, en caso de estar
retenida la cabeza fetal en el canal de parto, las tracciones ejercidas sobre los hombros
del feto han de sobrepasar 50Kg. La torsión del cuello puede alcanzar 180° sin acarrear
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Prácticos de 38
Obstetricia
lesiones apreciables, puesto que el movimiento se opera en toda la altura de la columna
cervical y parte de la columna dorsal. El diámetro biacromial (B.A.), corresponde a la
anchura de los hombros. Tiene 12 cm de longitud, por apelotonamiento, puede reducirse
a 9,5 cm y aún a 9 cm. La circunferencia biacromial mide 35 cm.
En el feto de término, la pelvis posee anchas porciones de tejido cartilaginoso entre los
diversos núcleos óseos. Ofrecen interés las siguientes medidas:
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39 Prácticos de
Obstetricia
COLOCACION FETAL
DIAGNOSTICO DE LA SITUACIÓN FETAL INTRAUTERINA
Entre esos interrogantes que toca aclarar en el último trimestre de la preñez, ocupa un
sitio destacado el de la situación del feto en el útero, entendiendo así a la relación
que observa su eje mayor con el eje mayor de la matriz.
Esta es la razón por la que sus muslos se comprimen contra el abdomen, las piernas
contra los muslos y los pies se entrecruzan y aplican contra las piernas; y por la que, los
miembros superiores se adoptan al espacio vacío que en la pared anterior del tórax pro-
ducen la columna vertebral y la cabeza, flexionándose obedientes a la misma causa.
El feto, en esa actitud, constituye un ovoide adaptado al ovoide uterino. De sus dos
polos, el mayor hasta el sexto mes del embarazo y algunas veces hasta el séptimo
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Prácticos de 40
Obstetricia
Figura 17. Colocación del feto en el útero. Figura 18. Las situaciones y presentaciones del
(Según Pschyrembel) feto. (Según J. León)
Pero en los dos últimos meses de la gestación, variando la fecha según el volumen del
feto, la paridad, etc; por el desarrollo desigual que en esa época alcanzan las distintas
partes del feto, el volumen de sus polos se invierten, y así, para satisfacer siempre a la
adaptación, la cabeza para a coincidir con el polo reducido del útero y las nalgas con
el polo más grande, después de evolucionar espontáneamente el feto (mutación de la
presentación).
Que influencias actúan para que el feto se sitúe casi siempre de ese modo, observando
la actitud que se ha referido?. Sin entrar al análisis de todas las teorías invocadas, dire-
mos que incluyen las exigencias de la acomodación (conceptos de Pajot que explican
el mecanismo del parto, y que Pinard adopta para explicar lo que ocurre en la matriz
durante los últimos meses de la preñez).
La ley de Pajot dice “Cuando un cuerpo sólido es contenido por otro, si el continente
es susceptible de alternativas de actividad y de repos, siendo las superficies deslizables
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41 Prácticos de
Obstetricia
y poco angulosas, el contenido tendrá que acomodar su forma y sus dimensiones a la
forma y a la capacidad del continente”
Se llama situación longitudinal del feto cuando su eje céfalopodálico coincide con
el eje mayor del útero normalmente constituido; y situación transversa u oblicua,
cuando su eje corta al de la matriz perpendicular u oblicuamente. Por consiguiente,
en la situación longitudinal uno de los polos fetales, el cefálico o el caudal, corresponde
siempre a la entrada de pelvis; en la situación oblicua, uno de los polos ocupa un sitio
próximo a la entrada de la pelvis, la fosa iliaca; y en la situación transversa, al alojarse
los polos en los flancos del abdomen, la parte comprendida entre ellos (tronco) es la
que ocupa la entrada de la pelvis.
La situación que guarda el feto, referida al órgano que lo contiene, no se puede di-
agnosticar por el interrogatorio sino en circunstancias excepcionales (multípara que
refiere el punto máximo donde percibe continuamente los movimientos activos, etc.)
La inspección permite saber hacia donde está dirigido el eje mayor del útero, que puede
o no coincidir con el del feto (útero asimétrico, útero cordiforme), de manera que es la
palpación la capacitada para recoger los signos que conducen a ese diagnostico de
situación fetal intrauterina.
PRESENTACIÓN:(Figs. 19 a 26)
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Prácticos de 42
Obstetricia
2) Presentación pelviana, la determinada por el segmento comprendido por encima
de un plano que pasa a nivel de las crestas iliacas;
En fin cuando la parte comprendida entre la cabeza y las nalgas es la que se ofrece a
la pelvis menor, lo que se insinúa corresponde al plano lateral del tronco o, con más
exactitud, a la región de la espalda y por eso se llama también presentación de tronco,
o de espalda o de hombro.
La región fetal que se presenta puede orientarse en sentidos diversos según lo haga hacia
uno u otro lado de la pelvis que va a recorrer. Diagnosticar esa orientación significa,
entonces, definir la posición, que es la relación que existe entre un punto de reparo
elegido del polo insinuado o encajado y la mitad izquierda o derecha de la pelvis
materna. De ahí que no haya sino dos posiciones, izquierda o derecha, según que ese
punto se sitúe hacia el lado izquierdo o el derecho de la pelvis. En la presentación de
vértice el punto de reparo elegido por tacto es el occipital, en la presentación de cara,
el mentón, en la presentación de frente la nariz, en la presentación pelviana el sacro y
en la presentación de tronco el acromion.
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43 Prácticos de
Obstetricia
Para conocerla estando el feto en situación longitudinal, se llevan las manos otra vez
hasta el polo inferior (presentación) y, desde allí, aplicadas lateralmente se busca el
otro polo, aunque sin separarse del feto. En este recorrido, una de ellas va a sentir la
convexidad del plano liso que une los dos polos (dorso), mientras la mano contraria
percibe irregularidades y depresiones de difícil interpretación, miembros superiores e
inferiores apelotonados sobre el plano ventral, punto de reparo por palpación en las
cefálicas de frente y cara.
En circunstancias difíciles hay que insistir con método y paciencia repetidas veces y en
más de una ocasión no va a ser el dorso sino los miembros, mostrándose súbitamente
a la mano que palpa, los que decidirán el diagnóstico (del lado opuesto al sitio donde
hayan aparecido, estará el dorso). Pero, frente al problema de un dorso imposible de
caracterizar resulta muy útil descender con la palma de la mano el fondo de la matriz,
en el sentido de la excavación, mientras la mano libre palpa uno u otro borde del feto
(maniobra de Budín), ya que al acortarse longitudinalmente el útero se acentúa y pone
de manifiesto la línea convexa del dorso fetal.
VARIEDAD DE POSICIÓN:
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Prácticos de 44
Obstetricia
variedad de posición es anterior o posterior. Para esto, si a medida que se va palpando
se reconoce la saliente convexa del dorso, ancho y muy adaptada a la superficie del
abdomen, la variedad de posición es anterior; o si, por el contrario, se descubre el borde
del dorso muy hacia fuera, en tanto que anteriormente impresionan las irregularidades
características de los miembros, la variedad de posición es posterior.
EXAMEN FÍSICO
Frente a la mujer que vamos a examinar hemos de tener en cuenta, que se trata de una
persona cuyo organismo es portador de una gravidez.
Por lo tanto el examen se orientará en primer término a buscar las modificaciones gen-
erales que la gravidez provoca en él y en segundo término a la búsqueda de los signos
propios del embarazo que nos permitan llegar a un diagnóstico obstétrico.
Por consiguiente, el examen de la embarazada consta de dos aspectos, el examen ge-
neral y el examen obstétrico propiamente dicho.
1. EXAMEN GENERAL
En este aspecto del examen tiene mucha importancia valorar debidamente la talla de
la embarazada, porque las pacientes brevilíneas de talla muy baja (menos de 1,50m.)
pueden presentar problemas óseos pélvicos sobre todo cuando son debidas a raquitismo,
enanismos o acondroplasia.
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65 Prácticos de
Obstetricia
Facies y Cráneo.
Los dientes son muy frecuentes que se encuentren cariados, casi siempre como con-
secuencia de movilizaciones de calcio y de la infección secundaria.
Las encías heperémicas, a veces presentan verdaderas hiperplasia, que sangran con
facilidad y que pueden plantear un verdadero problema para su tratamiento.
El cabello de la grávida puede con cierta frecuencia caer e incluso se han visto casos de
alopecia total que regresan después del parto. El pelo se vuelve lacio y quebradizo.
Debe contarse también con el llamado “edema oculto” que puede manifestarse y se lo
debe buscar en pacientes que guardan cama, a nivel del sacro, dicho edema debe ser
siempre sospechado cuando una paciente aumenta rápidamente de peso (más de 500
gr. semanales) y no se encuentran edemas evidentes en las regiones ya mencionadas.
En pacientes con edemas generalizados (gestósis tardía) o en pacientes con trastornos
de la circulación de retorno, puede observarse edema en la pared abdominal, el cual se
manifiesta por la impresión dejada por las prendas interiores o el estetoscopio, al
procederse a la auscultación de los latidos fetales.
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Prácticos de 66
Obstetricia
Cuello y aparato linfoganglionar
El estudio termina con la palpación del cuello y la investigación de las diversas cadenas
ganglionares que allí se encuentran.
La temperatura basal está aumentada en las grávidas en los primeros meses, tendiendo a
descender en el segundo trimestre de la gestación. Como en toda paciente que padezca
alguna afección, la temperatura es un índice clínico que deberá ser tenido en cuenta en
el embarazo; por consiguiente, no debe omitirse tomarla, sobre todo cuando la paciente
está internada o presente alguna afección coincidente con el embarazo.
Aparato cardiovascular
Central
Periférico
El pulso se acelera con el correr del embarazo pudiendo llegar cifras cercanas a 100 por
minuto y como consecuencia de la frecuente hipotensión se halla más blanda.
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67 Prácticos de
Obstetricia
para el retorno venoso con claros aumentos de la presión venosa. Sin embargo esto solo
no explica la presencia precoz y frecuente de várices en el primer trimestre.
Aparato Respiratorio
Fosas Lumbares
Consiste en la suave percusión con el borde cubital de la mano sobre las masas mus-
culares, dorso lumbar, para vertebrales, en forma descendente y bilateral, buscando
despertar el dolor que aparece cuando existe un proceso inflamatorio a ese nivel.
El signo de Guyon
Debe buscarse con el dedo índice, ejerciendo una suave presión sobre la zona de un-
ión costo muscular; en caso de inflamación de la pelvis renal, esta maniobra provoca
intenso dolor.
Esqueleto
El estudio del esqueleto es importante porque nos permitirá ratificar o rectificar impre-
siones clínicas referentes a la actitud y al biotipo. Además, la búsqueda de los distintos
elementos a nivel de la pelvis y miembros inferiores, se hace con una orientación
decididamente obstétrica.
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Prácticos de 68
de los pliegues inguinocrurales y de los miembros inferiores, además de la presencia o
ausencia de pie plano.
Al nivel de la cintura pélvica nos interesa el estudio del rombo de Michaelis. El rombo
de Michaelis (Fig. 27) se forma tomando como puntos de referencia en sentido longi-
tudinal la apófisis espinosa de la quinta vértebra lumbar y el origen del pliegue ínter
glúteo y en el sentido transversal las denominadas fosetas de Venus, que corresponden
a la parte posterior de las espinas iliacas postero superiores.
Las medidas del rombo tienen relativa importancia; lo que realmente es importante es
que dicho rombo sea simétrico, lo cual revela la ausencia de modificaciones estructurales
de la pelvis, si se producen cambios en las proporciones de los triángulos superiores del
mismo, esto nos permite inferir la presencia de alteraciones de los diámetros internos
de la pelvis.
Es decir que el rombo de Michaelis nos da una idea de la forma, tamaño y proporciones
de la pelvis.
Por último, de la pelvimetría externa (Figs. 28 y 29) debemos decir que ha sido aban-
donado en muchas clínicas, manteniéndose únicamente el diámetro denominado de
Baudelocque, diámetro antero posterior o conjugado externo.
Se mide con el pelvímetro, que es un instrumento obstétrico que consta de dos ramas
en forma de compás y una escala graduada que sirve para medir la apertura de los ex-
tremos de las ramas.
Para medir el diámetro de Baudelocque se colocan los extremos redondeados del pel-
vímetro sobre los puntos previamente identificados con ambos dedos índices, adelante
el borde superior del pubis y atrás la apófisis espinosa de la quinta vértebra lumbar.
Tiene normalmente una longitud de 20 cm, pretendiéndose que la resta de 8 cm. y medio
a la medida efectuada daría el valor del diámetro promontopúbico mínimo. En realidad
el valor de este diámetro estriba en los valores máximos y mínimo, entendiéndose que
por encima de 21 cm. se debe considerar amplio y menor a 18 cm. estrecho.
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71 Prácticos de
Obstetricia
tuberosidades isquiáticas o colocando el puño cerrado entre ambas tuberosidades is-
quiáticas.
Normalmente mide 8 cm. a los que se deben agregar 2 cm. correspondientes al espesor
de las partes blandas, del canal blando del parto.
Examen
Inspección
Deben estudiarse ambas mamas con la paciente sentada, frente a la luz y al observador,
con los brazos caídos en posición de descanso. Se compara la forma y el tamaño de
ambas mamas, anotando sus caracteres. Normalmente ambas son bastantes semejantes
aunque pueden observarse pequeñas diferencias de tamaño sin importancia clínica. En
el curso del embarazo pueden crecer considerablemente volviéndose más turgentes.
Tegumentos
En la mama grávida se puede observar una circulación venosa colateral que se objetiva
muy bien en la fotografía con rayos infrarrojos. A menudo pueden observarse desgarros
radiales de color violáceos, similares a las estrías dérmicas del abdomen.
Pezón y Areola.
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Prácticos de 72
Obstetricia
El pezón puede adoptar formas muy variadas, siendo importante observar si existe
umbilicación fija, que dificultará la lactancia. En la areola se observa una hiperpigment-
ación que a menudo desborda sus límites anatómicos, constituyendo lo que se denomina
areola secundaria. También al principio del embarazo se hipertrofian los tubérculos de
Montgomery que están en los bordes de la areola. Todos estos elementos son signos
que contribuyen al diagnóstico del embarazo.
Secreciones
La expresión de la mama permite salir unas gotas de secreción turbia, llamada calostro,
observada por lo general después de la 12ª semana de la gestación.
La inspección dinámica tiene menos valor para este tipo de examen que busca detectar
cambios fisiológicos o patológicos que eventualmente puedan interferir con la lactancia,
más que elaborar un diagnóstico a partir de una patología tumoral presente.
No se debe terminar la inspección sin una revisión somera de axilas y huecos supra-
claviculares.
Palpación
Palpación local:
Debe ser metódica y debe hacerse en ambas mamas, preferentemente con la paciente
recostada.
Palpación Regional:
Deben palparse metódicamente las axilas, que son el hilio linfático de la mama, y los
huecos supraclaviculares en busca de elementos patológicos: la axila derecha se palpa
con la mano izquierda y la otra con la opuesta. Los huesos supraclaviculares se palpan
desde atrás de la paciente.
Abdomen
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73 Prácticos de
Obstetricia
El estudio del abdomen de la grávida, se realiza utilizando los medios habituales de
semiología que son: inspección, palpación superficial y profunda y auscultación.
Tiene poco valor la percusión y se agregan como elementos importantes las medidas
de la altura uterina y de la circunferencia abdominal.
Inspección
Ya hemos visto los datos que se obtienen del abdomen en posición de pie. Se efectúa
la inspección estática y dinámica del abdomen de la grávida en decúbito dorsal. Es
importante consignar que para proseguir con el examen de la grávida, ésta debe tener
vaciados los emuntorios.
Inspección estática
El tamaño del abdomen nos da una idea de la edad del embarazo, si se corresponde con
la amenorrea, pero está sujeto a muchas variaciones.
Interesa ver la presencia de cicatrices, sobre todo aquellas que sean debidas a cesáreas
anteriores.
Por otra parte, se pueden observar estrías dérmicas (vergetures) que son producidas por
rotura de fibras elásticas y probablemente condicionadas y por un factor hormonal; son
rosadas o violáceas las de las primigestas y blanquecinas nacaradas las de las multi-
gestas.
Debemos observar además que muchas veces en los embarazos de término, el ombligo
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Prácticos de 74
Obstetricia
está totalmente desplegado, aplanado, otras veces haciendo una saliencia, no siendo
infrecuente la aparición de hernias umbilicales coincidiendo con la gravidez.
Inspección dinámica
En primer lugar, buscamos la diástasis de los rectos anteriores, para lo cual hacemos
incorporar a la paciente. Al contraerse los músculos se produce una saliente mediana
longitudinal, que desaparece con el reposo y por lo tanto nos señala la debilidad de la
cincha abdominal, lo cual puede tener cierta influencia para el pronóstico del pujo.
Durante el examen puede observarse una contracción espontánea del útero que pro-
voca una modificación de la forma y en el tamaño del abdomen, el cual se hace más
prominente.
Palpación
La palpación del abdomen debe efectuarse en forma sistemática, por cuadrantes, abar-
cando la pared anterior (las fosas lumbares se examinaron previamente). Con ello se
busca estudiar el estado de los distintos órganos contenidos en la cavidad abdominal,
hígado, bazo, riñones y vísceras huecas anotándose las anomalías que eventualmente
se encuentren de la localización habitual de los diversos órganos, especialmente el
apéndice.
Se mide la altura uterina, con una cinta métrica corriente. Se coloca, siempre con la
paciente en decúbito dorsal, la parte inferior de la misma sobre el borde superior del
pubis, sosteniéndola con un dedo de la mano derecha, mientras que la cinta desliza entre
los dedos índice y medio de la mano izquierda extendida, cuyo borde cubital se apoya
sobre el fondo uterino. Es recomendable usar el centímetro del CLAP.
Las medidas que se obtienen deben ser relacionadas con la edad del embarazo y su
principal valor reside en las modificaciones progresivas en los sucesivos exámenes.
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75 Prácticos de
Obstetricia
En condiciones normales, hacia el fin del embarazo la altura uterina alcanza cifras al-
rededor de los 32 centímetros y la circunferencia alrededor de 90 centímetros.
En primer término corroboramos la forma y tamaño del útero que habíamos descrito
con la inspección, el cual puede ser a gran eje longitudinal o a gran eje transversal,
dependiendo esto de la disposición intrauterina del feto.
Las manos que palpan aprecian la tonicidad o consistencia de la misma, elemento difícil
de definir y que solo se aprende con la experiencia.
Se trata de una resistencia a la depresión, que no debe confundirse con una contrac-
ción.
Mediante esta maniobra, también se puede apreciar la excitabilidad del útero que re-
sponde con una contracción de intensidad y duración variables y la percepción de mo-
vimientos intrauterinos. Elementos todos que nos permitirán ir haciendo el diagnóstico
de útero grávido.
Contenido Uterino
Líquido
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Prácticos de 76
Obstetricia
Fig. 31. Altura del fondo del útero en los distintos Fig. 32. Mediciones del abdomen y el útero en la
meses del embarazo. (Según J. León). embarazada. (Según J. León).
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77 Prácticos de
Obstetricia
Cuando este peloteo se percibe fácilmente al fin del embarazo se debe pensar en primer
lugar en un exceso de líquido y cuando se percibe en el fondo el útero nos puede hacer
pensar en una presentación paraeutócica (cabeza en el fondo). El exceso de líquido
amniótico al fin del embarazo (polihidramnios) debe hacer pensar sobre todo en mal-
formaciones, embarazo gemelar, eritroblastosis o diabetes.
Suele acompañarse de un aumento del tono de la pared uterina, auscultándose los latidos
fetales alejados.
Temas
Prácticos de 78
Obstetricia
Según el autor: con el conjunto de estas cuatro maniobras es posible también determinar
el tamaño del feto, el volumen de líquido amniótico y la resistencia y el espesor de las
paredes abdominales así como las del útero.
Nosotros aconsejamos por razones prácticas: iniciar la palpación por la cuarta mani-
obra por cuanto la encontramos más lógica en relación a los diagnósticos que vamos
realizando, ya sea con hipogastrio vacío u ocupado, caracteres del polo que lo ocupa, su
grado de encaje, luego de carácter de polo que se pudiera encontrar en el fondo uterino,
para corroborar el diagnóstico de presentación y situación y luego al llevar las manos a
los lados del útero tenemos la posición y finalmente el grado de encaje (peloteo).
La presentación puede ser móvil si está por encima del estrecho superior lo cual se diag-
nostica porque la palpación permite introducir la mano sobre la presentación y el borde
superior del pubis y por lo que se le pueden provocar desplazamientos laterales.
Finalmente es importante recordar que la grávida debe estar en decúbito dorsal, sobre
una mesa adecuada o en la cama, con la cabeza apoyada sobre una almohada baja y los
brazos extendidos a lo largo del cuerpo, musculatura en reposo. Es indispensable que
la vejiga y el recto hayan sido evacuados. Las manos del partero no han de estar frías,
adaptar suavemente toda la superficie de la cara palmar sobre el útero y no las puntas
de los dedos para no despertar contracciones que entorpecerían la verificación del
contenido. La exageración del panículo adiposo, el vientre péndulo de las grandes
multíparas, el polihidramnios, la presencia de tumores así como la hiperestesia, difi-
cultan el examen.
Auscultación
Uno de los signos fundamentales de vitalidad fetal son los latidos fetales.
Estos pueden percibirse por la auscultación directa aplicando el oído sobre el abdomen
materno (procedimiento abandonado) o en forma indirecta a través de instrumentos
apropiados. El más antiguo y más conocido es el ya clásico estetoscopio de Pinard que
últimamente está siendo desplazado por instrumentos que funcionan en base a ultra-
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Prácticos de 80
Obstetricia
sonidos, de gran sensibilidad.
Este instrumento se aplica sobre el vientre de la madre, por la base del cono, mientras
que el disco denominado auricular se aplica sobre el pabellón de la oreja.
Deben evitarse las posiciones forzadas en la cabeza que alcanzan y dificultan la cor-
recta apreciación de los latidos fetales. Estos deben contactarse durante un minuto en
condiciones normales, mientras simultáneamente se toma el pulso de la madre, para
apreciar la diferencia en las frecuencias de los latidos fetales con el pulso materno.
Los latidos fetales pueden auscultarse con este instrumento en condiciones excepcionales
alrededor del quinto mes, coincidiendo con la percepción de los primeros movimientos
fetales por la madre, en general sobre la línea media unos tres o cuatro centímetros por
debajo del ombligo.
La frecuencia cardiaca fetal oscila entre 120 y 160 latidos por minuto, con una media de
140 latidos por minuto. En condiciones fisiológicas, fetal, en el acmé de la contracción
uterina, difícilmente detectables con el estetoscopio de Pinard.
La intensidad de los latidos es muy variable dependiendo de diversos factores tales como:
edad del embarazo (mayor, cuando más cercano este el término), cantidad de líquido
amniótico (latidos alejados en el polihidramnios), disposición del feto, más débiles en
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81 Prácticos de
Obstetricia
las variedades de posición posterior, espesor del panículo adiposo de la madre, etc. Las
distintas presentaciones y variedades de posición condicionan también una variante en
el sitio de auscultación del foco máximo.
En las presentaciones podálicas debe buscarse los latidos fetales a ambos lados de la
línea media, a la altura del ombligo o más hacia arriba, en una línea perpendicular a los
puntos descritos para las presentaciones cefálicas.
Este haz que transcurre en la misma pero en sentido inverso es recibido por un receptor
y transformado electrónicamente en un sonido audible.