La Biblia de Las Brujas Tomo 2
La Biblia de Las Brujas Tomo 2
La Biblia de Las Brujas Tomo 2
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Manual completo
para la práctica de la brujería
LIBRO SEGUNDO
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LIBRO SEGUNDO
El C am ino d e la s B rujas
Principios, Rituales y Creencias
de la Brujería Actual
Apartado de Correos: 4
28670 Villaviciosa de Odón (Madrid)
2" edición en español: Mayo del año 2006
1.5.B.N.: 84-95593-08-4
1.5.B.N.: 84-95593-10-6 (Obra Completa)
Depósito Legal: B-5267-2003
Reservados todos los derechos. Ninguna parte de este libro puede ser
reproducida en cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o
mecánico, incluyendo fotocopiadoras, cassettes, etc., sin permiso escrito
de la editorial.
Lista de Fotografías...................................................................................7
Lista de ilustraciones.................................................................................9
Agradecimientos...................................................................................... 10
Introducción............................................................................................. 11
G losario.............................................................
Bibliografía........................................................
ín d ice .................................................................
Fotografías
Este libro, que está pensado como volumen adjunto a nuestro libro pre
vio, Los ocho sabbats de las brujas, tiene un doble propósito.
Cuando escribimos el libro anterior, tuvimos la fortuna de contar
con la ayuda de Doreen Valiente. Ella fue una de las sumas sacerdotisas
del difunto Gerald Gardner, además de coautora de la versión definiti
va de su Libro de las Sombras, la colección de rituales que cada nuevo
adepto a la brujería gardneriano (o alexandriano) copia a mano cuando
se inicia, y que en la actualidad constituye la liturgia aceptada (toman
do prestada una palabra cristiana) por un desconocido pero ciertamen
te considerable número de conventículos en todo el mundo.
El Libro de las Sombras nunca ha sido publicado y sólo existe en
copias manuscritas que, en teoría, se encuentran a disposición de los
adeptos iniciados. No obstante, el mismo Gardner reveló elementos del
libro, disfrazándolos en su novelaHigh Magic’s A id(1949)y expresándolos
abiertamente en sus ensayos Witchcraft Today (1954) y The Meaning of
12 E l C a m in o de las B rujas
1. Todos los libros mencionados en el texto se podrán encontrar en la Bibliografía con los
datos de su edición.
I n t r o d u c c ió n 13
2. El Ordo Templi Orientis (orden del Templo Oriental) es una orden de magia ritual de
«•dad desconocida. Fue mencionada por primera vez en prensa en 1904; Aleister Crowley
(según su propia versión) se convirtió en cabeza de la sección británica en 1912, y en 1917
Theodor Reuss lanzó un manifiesto en Suiza promulgando la Orden. (Véase The Secret
¡iituals of the O.T.O., de Francis King)
14 E l C a m in o d e l a s B rujas
inos que sea ella la que describa su investigación y sus frutos, que constitu
yen una sólida contribución a la historia del renacimiento del arte.
Janet Farrar
Stewart Farrar
declaración del Iniciador, “Ih doy una tercera para que pases esta venerable
puerta", sólo añade crípticamente ‘Se lo da’.
High Magic's Aid es más detallado: ‘Después, abrazándole ella des
de atrás con el brazo izquierdo alrededor de su cintura, y poniéndole el
brazo derecho alrededor de su propio cuello, él bajó sus labios hacia ella
y dijo: “Te doy la tercera contraseña: ‘Un beso’.” Nada más decirlo ella le
empujó hacia delante con el cuerpo, a través de la puerta, hasta entrar
en círculo. Una vez dentro ella le liberó susurrando: “Así es como todos
son conducidos por primera vez dentro del círculo.”' {High Magic’s Aid,
p. 292.)
Poner el brazo derecho del neófito alrededor del cuello de ella es,
desde luego, imposible si sus muñecas están atadas; y que ella le
haga g irar la cabeza con la mano para besarle por encima de su hom
bro, es casi imposible si él es mucho más alto que ella. Por eso propo
nemos que ella le bese antes de ponerse a su espalda. El elemento
esencial de la tradición es el em pujar desde a trás y Doreen dice que
en el conventículo de G ardner siem pre se hacía así.
‘Pienso que en su origen debió hacerse como una especie de prueba,’
nos dijo, ‘porque alguien podría preguntar, como en High Magic’s Aid,
“¿Quién te condujo dentro del Círculo?” La respuesta era, “Ellos me em
pujaron desde atrás.”'
La práctica alexandriana consiste en agarrar los hombros del neófi
to por delante, besarle y entonces arrastrarle dentro del círculo, hacién
dole girar en sentido de las agujas del reloj. Así es como ambos fuimos
iniciados, y tampoco nos sentimos peor por eso. Sin embargo, no vemos
ninguna razón para dejar de cumplir con la tradición original, sobre
todo porque está vinculada a un interesante significado histórico, así
que hemos vuelto al método gardneriano.
Cuando Stew art visitó el Museo de las Brujas de la Isla de Man en
1972 (entonces al cuidado de Monique Wilson, a quien Gardner dejó su
irremplazable colección y ella después vendió imperdonablemente a los
américanos), Monique le dijo que, como en su iniciación no le habían
empujado dentro del círculo desde atrás, ‘ningún brujo auténtico daría
un duro por ti’. Ella se ofreció para re-iniciarle‘adecuadamente’. Stewart
se lo agradeció diplomáticamente pero rehusó. La cautela respecto a la
cuestión de la sujeción pudo tener una base válida en los días de la per
secución; insistir en ello en la actualidad es mero sectarismo.
La segunda divergencia alexandriana principal respecto a la tradición
se refiere a la toma de la medida. Los conventículos gardnerianos guardan
las medidas m ientras que los alexandrianos se la devuelven al neófito.
26 E l C a m in o de las B ru jas
L a Preparación
Todo está preparado como para un círculo normal, con los siguientes
accesorios adicionales preparados:
1. Estos cordones o cuerdas son para hacer ‘magia de cordón', y todo adepto a la brujería
debe tener sus propios cordones personales. (No deben confundirse con uno largo y dos
I n ic ia c ió n al P r im e r G rado 29
la» pronto como sepa que va a ser iniciado, que adquiera p ara sí mismo
<•1 cuchillo de mango negro que prefiera. Al parecer, la mayoría de la
gente compra un cuchillo con funda corriente (la funda es útil para traerlo
y llevarlo al lugar de encuentro) y esm alta en negro el mango cuando no
es de ese color. Puede que no disponga de tiempo para g rabar los símbo
los tradicionales en el mango (véase capítulo XXIV) antes de ser consa
grado; esto puede hacerse después, con tiempo. Hay quien nunca ponen
símbolos, prefiriendo cum plir la tradición alternativa que dice que un
utensilio de trabajo no debe ser identificable como tal por ninguna per
sona ajena2 o porque el modelo de em puñadura del cuchillo elegido no se
presta p ara ser grabado. (El cuchillo ritu al de Stew art, en la actualidad
con m ás de doce años de uso, sí lleva símbolos; el Jan et, con los mismos
años pero con un mango diseñado, no; y tenem os otro cuchillo ritual,
hecho a mano por un artesano amigo, que tiene el mango de una pata de
ciervo, obviam ente imposible de grabar.) Sugerimos que las hojas de los
cuchillos ritu ales y las puntas deben ser em botadas, pues nunca se usan
para cortar sino p ara hacer movimientos rituales en un círculo atestado
de personas desnudas.
Los tres cordones deben ser de nueve pies de largo cada uno. Lo mejor
es evitar que se deshilachen los extremos con cinta aislante o atándolos
(‘azotándolo’ en términos marineros) con hilo del mismo color. Doreen dice
que ‘nosotros atábamos nudos para prevenir que se deshilacharan, y la
medida esencial era de nudo a nudo.’
También h ab rá que pedir al postulante que lleve su propia botella de
vino tinto, aunque sólo sea p ara recalcarle que los gastos de la comida y
bebida del conventículo, ya sea el vino del círculo o la comida que se
cortos mencionados en la lista anterior, que se usan para atar al postulante; nosotros
sugerim os que el conventículo debe guardar otros aparte para usarse sólo en las
iniciaciones.) Uno de los usos tradicionales del cordón de nueve pies era atarlo con un lazo
al cuchillo ritual clavado en medio del suelo, tirar del lazo en toda su longitud (cuatro pies
y seis pulgadas) utilizándolo como compás para trazar el círculo mágico. Doreen dice: ‘A sí
se hacía antaño cuando el suelo de las cabañas de la gente era de arena apisonada. Supongo
que podían haber utilizado el cuchillo de mango blanco o un pedazo de tiza para dibujar el
verdadero círculo, dependiendo de la superficie en la que estuvieran trabajando.’
2. Una de nuestras brujas, una ama de casa que tenía que m antener en secreto su práctica
del arte durante un tiempo, utilizaba como cuchillo ritual y cuchillo de mango blanco dos
cuchillos de la cubertería de su cocina, sólo identificables por ella misma; su pentáculo
era un plato de plata de su vitrina, y lo mismo con todos sus utensilios mágicos. Este
secreto, que en los tiempos de las persecuciones era obligado, fue por supuesto el origen
de la tradicional escoba de las brujas, un palo mágico que se empleaba para cabalgar
disfrazado como una corriente escoba casera.
30 El C a m in o d e l a s B rujas
E l R itu a l
3. En la práctica alexandriana sólo se emplean dos cordones, uno rojo para el cuello y las
muñecas y uno blanco para el tobillo. Sin embargo, Doreen nos dice: 'Nuestros cordones
eran normalmente rojos, el color de la vida, aunque a veces se utilizaban otros colores,
verde, azul o negro. No hay ninguna significación al respecto, excepto que preferíamos el
rojo siempre que podíamos conseguirlo, aunque no era tan fácil encontrar un buen cordón
de seda adecuado.'
4. Esto recuerda un aspecto de la iniciación masónica, como la presentación de un punto
en el pecho del postulante.
5. Entre los textos de Gardner, esta frase sólo aparece en High Magic’s Aid. El ritual
alexandriano la usa, pero como una orden posterior cuando se atan juntos los dos tobillos,
claramente en mal lugar.
6. Si el iniciador es el sumo sacerdote, esta puede ser una buena ocasión para añadir la
Bajada del Sol (véase capítulo VI) al ritual tradicional.
7. La Cruz Cabalística tiene su innegable origen en el Golden Dawn (véase Israel Regardie,
The Golden Dawn, 3a edición, Vol. 1, p. 106). Aparece en el texto de Gardner, ‘pero en la
I n ic ia c ió n a i. P r im e r G rado 31
práctica yo no recuerdo haberla hecho nunca’, nos aseguró Doreen. La incluim os aquí por
integridad, aunque nosotros no la usam os en iniciaciones; como m uchos adeptos a la
brujería, a m enudo usam os m agia cabalística, pero opinam os que está fuera de contexto
en algo tan tradicio-nalm ente w iccaniano como un rito de iniciación. M alkuth, G eburah y
G edulah {y, por lo dem ás, C hesed) son, por supuesto, los sefirots del Árbol de la Vida, y la
declam ación hebrea significa literalm ente, ‘P ues tuyo e s el reino, y el poder, y la gloria,
por siem p re’, un indicio in teresan te de que Jesú s conoció la Cábala. A lgunos cab alistas
creen que fue e ste conocim iento, incluso cuando era niño, el que asom bró a los doctores
en el Templo (Lucas II, 46-7).
6. High Magic's A id proporciona esta frase; el Texto B dice 'Amor perfecto por la Diosa, fe
perfecta en la Diosa'. Preferim os la m ás corta porque tam bién implica amor y fe dentro
del conventículo, y puede citarse y ponerse como modelo válido.
32 E l C a m in o de l a s B rujas
9. High Magic's Aid. proporciona esta forma; el Texto B dice 'Vosotros terribles señores y
dulce diosa.' Ya que los Señores de las Atalayas son los guardianes reconocidos de los
puntos cardinales y han sido convocados en el ritual del trazado del círculo, preferimos la
forma de High Magic's Aid. Aquí se utiliza el nombre normal del postulante; hasta el
segundo grado no se tiene un nombre de brujo.
10. O los nombres del dios y la diosa que usen en el conventículo. (Véanse nuestros
comentarios sobre los nombres de Cernunnos y Aradia en la p. 27).
11. Los textos de Gardner son iguales para ambos sexos: 'pechos, formados [o erigidos) en
fuerza y belleza.' Doreen explica: 'Se trataba de una alusión al cuerpo humano en cuanto
forma del Árbol de la Vida, con Gedulah a un lado y Geburah al otro.' Nosotros preferimos
I n i c ia c ió n al P r im e r G r a d o 33
pechos, formados de belleza' para la mujer y 'pecho, hecho de fuerza' para el hombre;
están más en consonancia con el Beso Quíntuple como saludo de la polaridad masculina/
femenina, y con el tono esencialmente wiccaniano (más que cabalístico) de los otros cuatro
fundamentos.
12. En otro lugar (véase p. 80) el Libro de las Sombras dice que mientras está arrodillado
el cordón que sirve para tirar del iniciado debe atarse a una anilla del altar.
34 E l C a m in o d e l a s B ru jas
lado, y en cuanto term ina con cada utensilio, lo coge del iniciado con un
beso y lo vuelve a dejar sobre el altar.
La iniciadora explica los utensilios como sigue:
!'Ahora te presento los Utensilios del Oficio. Primero, la Espada Má
gica. Con ella, lo mismo que con el cuchillo ritual, podrás trazar todos
los Círculos Mágicos, dominar, someter y castigar a todos los espíritus
rebeldes y demonios, e incluso persuadir a los ángeles y a los buenos
espíritus. Con ella en tu mano, eres el gobernador del Círculo.
‘Después te presento el cuchillo ritual. Es la verdadera arma del bru
jo, y tiene todo el poder de la Espada Mágica.
‘Después te presento el Cuchillo de mango blanco. Se usa para for
mar todos los instrumentos empleados por el Arte. Sólo puede utilizarse
dentro de un Círculo Mágico.
‘Después te presento la Vara. Se usa para invocar y controlar ciertos
ángeles y genios a quienes no corresponde el empleo de la Espada Mágica.
‘Después te presento la Copa. Se trata del vaso de la Diosa, el Calde
ro de Cerridwen, el Santo Grial de la Inmortalidad. En él bebemos en
camaradería y en honor de la Diosa.13
‘Después te presento el Pentáculo. Su propósito es servir para convo
car a los espíritus adecuados.
‘Después te presento el Incensario. Se usa para animar y dar la bien
venida a los buenos espíritus y para rechazar a los malos.
'Después te presento el Látigo. Es el símbolo del poder y la domina
ción. También sirve para provocar la purificación y la iluminación. Pues
está escrito, “Para aprender debes sufrir y ser purificado”. ¿Es tu volun
tad sufrir para aprenderV
El iniciado responde: ‘Sí’.
La iniciadora continúa: 'Ahora y por último te presento los Cordones.
Se usan para atar los sellos en el Arte, así como la base material, y tam
bién son necesarios en el Juramento.’
La iniciadora dice: ‘Y ahora te saludo en el nombre de Aradia, recién
nombrado [-a] sacerdote lsacerdotisa], brujo [bruja],’y besa al iniciado.
Finalmente, le conduce a cada uno de los puntos cardinales dicien
do ‘Escuchad, Poderosos Señores del este [sur, oeste, norte]; ha
sido consagrado [-a] sacerdote (sacerdotisa], brujo e hijo oculto de la
Diosa.’14
13. Este añadido a la lista del Libro de las Sombras es nuestro: lo hacemos por las razones
aludidas en la p. 343.
14. High Magic's Aid dice simplemente, 'sacerdote y brujo', y el Texto B 'sacerdote
Isacerdotisal y brujo de la Gran Diosa'. Por esta vez, preferimos la forma alexandriana.
36 E l C a m in o de las B rujas
más tarde deseó que el cordón umbilical no se hubiera cortado tan pron
to. Pero así fue como ocurrió, y sin malicia, estuvimos preparados para
atenernos a los resultados.
La tradición, al menos en lo que a la brujería gardneriana se refiere,
dice que la base del nuevo conventículo, o su sede, debe estar al menos a
una legua (tres millas) del anterior, y que sus miembros deben cortar
todo contacto con los miembros del antiguo. Cualquier contacto que sea
necesario debe producirse sólo entre la suma sacerdotisa y el sumo sa
cerdote de los dos conventículos. E sta práctica se llam a ‘evacuar el
conventículo’ y obviam ente tiene sus raíces en los siglos de la perse
cución. Sería muy difícil cumplirlo al pie de la letra en la actualidad,
particularm ente en ambientes urbanos; la regla de la legua, por ejem
plo, sería com pletam ente im practicable en lugares como Londres,
Nueva York, Sydney o Am sterdam . Pero aún queda mucho que decir
acerca de ‘an u lar el conventículo’ en el sentido de evitar deliberada
m ente cualquier superposición de trabajo en tre el conventículo a n ti
guo y el nuevo. Si no se hace así, las fronteras se desdibujarán y el
nuevo grupo será estorbado en su necesaria ta re a de establecer su
propia identidad y construir la m entalidad de su propio grupo. In
cluso puede haber una tendencia, en tre los miembros más débiles
del nuevo conventículo, a ‘correr a M am á’ con críticas a sus líderes
que mamá, si es sabia, fren ará con firmeza.
M axine cumplió rigurosam ente la regla de aislam iento entre
conventículos con nuestro recién creado grupo, y mirando con perspecti
va, estamos agradecidos de que lo hiciera.
Dos o más conventículos (incluyendo el originario y su rama) siem
pre pueden unirse, por invitación o mutuo acuerdo, para celebrar cual
quiera de los sabbats festivos estacionales, reuniones que pueden resul
ta r muy agradables, sin olvidar que se tra ta de ocasiones más para la
celebración que de trabajo. Por otra parte, las reuniones de trabajo en
los esbats en general no son una buena idea excepto cuando se hacen por
razones específicas o especiales (quizá el ejemplo clásico sea la famosa
reunión durante la guerra de los brujos del sur de Inglaterra para aunar
esfuerzos y frustrar los planes de invasión de Hitler, aunque la ‘razón
específica’ no tenga por qué ser siempre tan importante como en aquella
ocasión).
Los brujos o brujas de segundo y tercer grado juntos forman el grupo
de los ‘ancianos’ del conventículo. La manera y la frecuencia en que se
consulta con los‘ancianos’ dependerá de la suma sacerdotisa. Por ejem
plo, si surge un asunto disciplinario cuya resolución la suma sacerdotisa
40 E l C a m in o de las B rujas
1. Gardner dice que es posible que las historias de Istar y Siva hayan influido en el mito,
‘pero el asunto de la historia es distinto... Pienso que su origen es con mayor probabilidad
celta.’ (Witchcraft Today, pp. 41-2.)
42 E l C a m in o de las B r ujas
La Preparación
Todo está dispuesto para un círculo normal, con los siguientes acceso
rios adicionales preparados:
E l R itu a l
2. Estas son las palabras tradicionales de la presentación a las Atalayas, pero hasta que
no tenga un conventículo propio además de, al menos, otros dos que se hayan escindido de
él, una suma sacerdotisa no puede ser llamada Reina Bruja’. (Véase Los ocho sabbats de
las brujas, Fotografía 15.)
3. El Texto C dice simplemente: ‘Circundar tres veces. Seguro.’ Pero si la suma sacerdotisa
lo prefiere, no hay razón por la que deba cantarse la Runa de las Brujas mientras tanto,
que este caso continúa hasta que la Runa ha terminado.
44 E l C a m in o d e l a s B ru jas
4. Esta pregunta y este azote, primero por ia iniciadora y después por el conventículo, es
una adición alexandriana. La incluimos aquí porque nosotros la usamos. En nuestra opinión
introduce un cambio de ritmo estimulante entre las dos solemnidades del azote ritual y el
juramento, y además sirve para que todo el conventículo recuerde el nuevo nombre. De
todas formas se puede elegir. El Texto C sigue sin interrupción: Yo te concedo un nuevo
nombre, Repite tu nuevo nombre después de mí, diciendo...’ Doreen Valiente comenta
sobre nuestra costumbre: 'Es como la vieja costumbre de la Paliza de los Atados, cuando
se le daba a los niños un cachete o bofetada suaves para enseñarles donde estaban los
límites de la parroquia, una antigua costumbre popular que creo que se conserva en
algunos sitios.’
I n ic ia c ió n al Segundo G rado 45
5. A veces nuestra práctica consiste en que Janet llame a Stewart (o viceversa) para que
arrodille al otro lado del iniciado para formar también el Vínculo Mágico, de manera que
así podamos mandar ambos nuestro poder hacia el iniciado. En otras ocasiones, el que
haga las veces de asistente se sumará m entalm ente al esfuerzo de la iniciadora, sin
moverse. Se trata de uno de esos casos en los que una buena integración en el trabajo
sabrá intuitivam ente qué es lo correcto en cada momento.
6. Gardner no describió con palabras estos cinco puntos en su ritual sino que los mostró
con un dibujo.
46 El C a m in o d e l a s B rujas
ritu a l co n tin ú a con la presen tació n y uso de los utensilios del oficio.
Al tiem po que se va nom brando cada uno, la iniciadora lo coge del
a lta r y se lo tien d e al iniciado con un beso. O tro brujo del mismo sexo
que la in iciadora se s itú a a su lado, y cuando se te rm in a con cada
uten silio , lo coge del iniciado con un beso y lo vuelve a poner sobre el
altar.
P ara comenzar, la iniciadora dice:
'Ahora usarás los Utensilios uno a uno. En prim er lugar, la Espada
Mágica.’
El iniciado coge la espada y vuelve a trazar el círculo, pero sin hablar.
La iniciadora dice: ‘Segundo, el Cuchillo ritual.’
El iniciado coge el cuchillo ritu al y de nuevo vuelve a tra z a r el círcu
lo en silencio.
La iniciadora dice: ‘Tercero, el Cuchillo de mango blanco.'
El iniciado coge el cuchillo de mango blanco del a lta r y la vela blan
ca nueva. D espués usa el cuchillo p ara dibujar un pentagram a en la
vela, que vuelve a dejar en el altar.7
La iniciadora dice: ‘Cuarto, la Vara.’
El iniciado coge la v ara y señala con ella los cuatro puntos cardina
les, uno a uno.8
La iniciadora dice: ‘Quinto, la Copa!
El iniciado y la iniciadora ju n to s consagran vino en la copa.8
La iniciadora dice: ‘Sexto, el Pentáculo.’
El iniciado coge el pentáculo y lo m uestra a los cuatro puntos cardi
nales uno a uno.
La iniciadora dice: ‘Séptimo, el Incensario.’
El iniciado coge el incensario y lo lleva alrededor del perím etro del
círculo.
La iniciadora dice: ‘Octavo, los Cordones.’
7. El Texto C dice simplem ente 'Usar. S.' ('S es la abreviatura del Libro de las Sombras
para significar beso.) La inscripción en la vela es nuestra forma de utilizarla. El iniciado
guarda la vela en un lugar seguro, y cuando funda su propio conventículo, la enciende en
el altar durante el primer círculo del nuevo conventículo y deja que arda hasta el final.
Aunque nunca llegue a fundar un conventículo propio, seguirá guardando la vela como
una prueba de su derecho a fundarlo.
8. La práctica alexandriana consiste en llevar la vara tres veces alrededor del círculo,
señalando así doce veces los puntos cardinales en total. Los demás utensilios sólo hacen
el círculo una vez. Desconocemos la razón de esto.
9. Hemos añadido la copa a la lista de presentaciones del Libro de las Sombras, como
hicimos en el rito del Primer Grado, por las razones que explicamos en la p. 343.
I n i c ia c ió n al S egundo G rado 47
Nuestra señora la diosa nunca había amado, pero deseaba resolver to
dos los Misterios, incluso el misterio de la Muerte; por eso viajó a los
Infiernos."
Los Guardianes de los Portales la desafiaron: ‘Quítate los vestidos,
despréndete de tus joyas, pues nada puedes llevar contigo en esta nues
tra tierra.’
Así, ella se desvistió de sus ropas y se quitó las joyas, y la ataron,
como hacen con todos los que entran en los Reinos de la Muerte, la
Poderosa.12
Su belleza era tal, que la misma Muerte se arrodilló a sus pies y los
besó diciendo: “Benditos sean tus pies, que te han traído por estos cami
nos. Vive conmigo, pero déjame poner mi fría mano sobre tu corazón.’
Ella contestó; ‘Yo no te amo. ¿Por qué haces que todas las cosas que
amo se marchiten y mueran, y te regocijas de ello?’
‘Señora,’ contestó la Muerte, ‘es la edad y el destino, contra los que
no puedo hacer nada. La Edad hace que todas las cosas se marchiten,
pero cuando los hombres mueren al final de su tiempo, les concedo des
canso, paz y fuerza para que puedan volver. Pero tú, tú eres hermosa.
¡No regreses, quédate a vivir conmigo!’
Pero ella le contestó: ‘Yo no te amo.’
Entonces dijo la Muerte: ‘Ya que no aceptas mis manos en tu cora
zón, debes arrodillarte y recibir el azote de la Muerte.’
‘Si tal es mi destino, es mejor así,’ dijo ella. Y se arrodilló, y la Muerte
la azotó cariñosamente. Y ella gritó, ‘Ahora conozco los tormentos del
amor.’
10. En el texto C, el encabezamiento dice 'La Leyenda Mágica de A.' y empieza: 'A. nunca
había amado, pero ella...'. La versión de Witchcraft Today se titula El Mito de la Diosa',
y comienza: D. nunca había amado, pero ella...' 'A.' es la inicial del nombre de la diosa
usado por Gardner, y 'D.' se refiere sencillamente a diosa. Existen muchos mitos de la
diosa, pero La Leyenda del Descenso de la Diosa' resulta mejor como título identificativo.
Naturalmente, los conventículos pueden emplear su propio nombre de la diosa en lugar
de 'nuestra Señora la Diosa' si lo prefieren.
11. Los textos de Gardner dicen ‘to the nether lands’ (literalmente, 'a las tierras infernales’l,
uno de los pocos errores de Gardner, porque siempre se pronuncia -cómicamente- como
'to the Netherlands', es decir, ‘a Holanda'. Por esa razón opinamos que ‘a los infiernos' es
mejor.
12. Gardner añadió su propia nota al pie en el Libro de las Sombras: 'Los celtas tenían la
costumbre de atar a sus muertos. La cuerda que había atado a un cadáver servia para
adquirir la segunda visión.' En Witchcraft Today amplió y repitió esta nota.
I n i c ia c ió n al S eg u n d o G rado 49
1. La única versión publicada de la Ley wiccaniana que conocemos aparece como Apéndice
A en la biografía King of the Witches de Alex Sanders (véase en Bibliografía bajo Johns).
Aparece erróneamente bajo el título de ‘El Libro de las Sombras', sin embargo es típico
I n ic ia c ió n al T er cer G rado 51
del libro en su conjunto, que resulta más interesante como historia que como documento
de hechos fehacientes. Esta versión de la Ley pretende abarcar desde los días de la
persecución hasta la fecha, pero su antigüedad y autenticidad son en extremo dudosas. A
pesar de todo, es posible que atesore fragmentos de material tradicional, y siempre que se
ignoren los elementos obviamente desfasados, muchas de sus afirmaciones ofrecen una
buena guía de trabajo para los procedimientos de los conventículos. Doreen, que comparte
nuestras dudas, dice: ‘Por un lado tiene un aroma diferente al del chauvinismo masculino,
y por otro, es bastante aficionado a amenazar y condenar a las personas que no están de
acuerdo con él, como un predicador de una iglesia de barracón. Los versos 51-80 inclusive
estaban en el libro antiguo de Gerald, pero el resto no.' También señala que los brujos
fueron quemados en Inglaterra, cuando de hecho fueron ahorcados, ‘un pequeño detalle
que nos ha sorprendido a muchos. Personalmente, nunca he considerado este documento
como auténtico, aunque como dices puede que tenga fragmentos de material tradicional
que se transmitieron oralmente.’
2. La versión del Texto A es muy críptica. El Texto B un poco menos, y el Texto C apenas
añade los versos alternativos. La mayoría de los detalles fueron transmitidos oralmente.
High Magic's Aid de Gardner (p. 300) alude brevemente a! rito del tercer grado, cuando la
bruja Morven dice al héroe Jan: ‘Cuando hayas pasado el Pentáculo [es decir, el segundo
grado) mi tarea será descubrirte mayores misterios, el Misterio de los Misterios. Cuando
sepas en qué consisten, hablaremos más. No es algo que se haga a la ligera.’ Doreen
comenta:‘¡Algo más, y el editor de aquellos días |1949| podía haberlo rehusado!’ Aradia
de Leland (p. 14) afirma claramente que las brujas toscanas solían ‘amar en la oscuridad’
en honor a Diana, aunque esto parece haber sido más como ceremonial que mágico.
52 El C a m in o d e l a s B rujas
tenemos que subrayar aquí que, para los adeptos a la brujería, el sexo es
sagrado y constituye una hermosa fuerza-polaridad intrínseca a la natura
leza del universo y ajena a cualquier sentimiento de vergüenza. Debe tra
tarse con el debido respeto, pero sin gazmoñerías. El arte no tiene ningún
reparo en utilizar el coito, en privado y entre el hombre y la mujer elegidos
convenientemente, como un sacramento ritual profundo a todos los nive
les: físico, astral, mental y espiritual. La clave del Gran Rito ‘real’ (y en
realidad del simbólico) es la afirmación que se hace durante la declama
ción: ‘Pues no hay parte nuestra que no sea de los Dioses.5
En el ritual, se considera que el cuerpo de la suma sacerdotisa es el
altar de la diosa a la que representa, para la que además sirve como
canal. Su útero focal es reverenciado como ‘la fuente de la vida sin la
cual no existiríamos’, y desde luego no hay por qué excusar este antiguo
y sagrado simbolismo.
La cuestión es, naturalm ente, quienes son ‘un hombre y una mujer
apropiados5para representar el Gran Rito ‘real5en lugar del simbólico.
Debemos decir categóricamente (y creemos que la mayoría de los
adeptos al arte estará de acuerdo con nosotros) que sólo pueden ser un
hombre y una mujer entre quienes el coito forma parte normalmente de
su relación y es producto del amor; en otras palabras, marido y mujer o
amantes declarados. Además, siempre debe llevarse a cabo en privado3.
El Wicca desconoce la vergüenza, pero no es promiscuo ni exhibicionista.
El Gran Rito ‘real5debe invocar todos los niveles; y semejante integra
ción, en la atmósfera de creación de poder de un ritual solemne, ocasio
naría una situación violenta en cualquier relación que no se encuentre
aún armonizada con él.
Esto no quiere decir que el Gran Rito simbólico sea un mero expe
diente, ni de ninguna manera que carezca de efectividad. Puede ser un
rito potente y emocionante cuando lo celebran con sinceridad dos ami
gos armónicos que no sean amantes. Es cierto que también invoca todos
los niveles, pero de una forma que un hermano y herm ana maduros del
arte son perfectamente capaces de manejar.
¿Por qué el arte emplea un ritual sexual, o generativo, para señalar
su grado más alto de iniciación? Porque expresa tres principios funda
mentales del arte. En primer lugar, que la base de todo trabajo mágico o
creativo es la polaridad, la interacción de aspectos complementarios.
Segundo,‘igual que arriba, así es abajo’. Todos somos de la naturaleza de
los dioses, y un hombre o una mujer totalm ente realizado es un canal
para esa divinidad, una manifestación del dios o de la diosa (de hecho
manifiestan elementos de ambos). Y en tercer lugar, porque todos los
niveles, desde el físico al espiritual, son igual de sagrados.
Un hombre y una mujer que están preparados para el tercer Tado
son adeptos a la brujería que se han desarrollado hasta una fase en la
que estos tres principios no son sólo reconocidos en teoría sino que han
sido integrados en su actitud global hacia la vida y por tanto en ls prác
tica del arte. Así el Gran Rito, ya sea simbólico o ‘real’, expresa r tual-
mente esta fase de su desarrollo.
Entonces, ¿Cómo poner en práctica el Gran Rito en la iniciacñ,a del
tercer grado?
En el rito sólo hay dos participantes activos; el resto del conventículo
simplemente los apoya con su presencia silenciosa, ya sea a lo lar. ~o de
todo el rito simbólico o durante la prim era parte del ‘real’. En ambos
casos puede ser el hombre (que ya ha alcanzado el tercer grado) ei que
inicia a una mujer, o una mujer (también, del tercer grado) la que riicia
a un hombre; o puede ser que ambos, el hombre y la mujer, se» » del
segundo grado y van a recibir la iniciación al tercero bajo la super sión
de la sum a sacerdotisa y/o el sumo sacerdote. Este último caso es arti
cularm ente adecuado para una pareja de trabajo, sobre todo si stán
preparándose para fundar su propio conventículo o ya están dirigí «ido
uno como brujos de segundo grado pero guiados aún por el conventículo
del que proceden (nosotros mismos recibimos nuestro tercer grado jun
tos y en estas circunstancias, como explicamos en la página 38).
En todos estos casos el ritual es el mismo, por lo que en el texto que
sigue nos referimos a la mujer y al hombre simplemente como ‘la s acer
dotisa’ y ‘el sacerdote’.
A menos que el sacerdote sea de hecho el sumo sacerdote, acó; tum-
brado a representar el Gran Rito en los festivales u otras ocasión se
ría pedir demasiado esperar que se supiera de memoria la larga Decla
mación. Así pues, se puede optar a que la lea o que la declame mie.itras
el sumo sacerdote se ocupa de representarlo. (Esta es la única situ ción
en la que una tercera persona participa de una m anera activa.) ¿Ji el
Rito es ‘real’ tendrá que leer o aprenderse los pasajes finales.
Los textos del Gran Rito de Gardner incluyen tres flagelaciones ri
tuales sucesivas, el hombre flagelado por la mujer, la mujer por e* lom-
54 E l C a m in o de las B ru jas
La Preparación
E l R itu a l
La sacerdotisa se sienta sobre el altar (o en el trono frente al altar) de
espaldas al norte, sosteniendo el cuchillo ritual en la mano derecha y el
látigo en la izquierda en la Posición de Osiris (las muñecas cruzadas
sobre el pecho).
El sacerdote se arrodilla ante a ella, besa sus dos rodillas y deja des
cansar los antebrazos sobre sus muslos. Él inclina la cabeza hasta tocar
con la frente las rodillas de ella y permanece así unos momentos4.
Después, él se incorpora y coge el cáliz lleno de vino. Se arrodilla de
nuevo, ofreciendo el cáliz a la sacerdotisa.
La sacerdotisa deja el látigo y, sosteniendo el mango del cuchillo ritual
entre las palmas de las manos, mete la punta en el vino, diciendo:
‘El cuchillo ritual es a lo masculino, lo que la copa es a lo femenino5y
su unión otorga bendición.’
Entonces ella deja el cuchillo ritual, coge el cáliz, besa al sacerdote y
bebe. Besa de nuevo al sacerdote y le entrega el cáliz.
El sacerdote bebe, levanta y entrega el cáliz a otra mujer con un
beso. El vino es pasado de mujer a hombre, y de hombre a mujer, con un
beso, hasta que todos han bebido, después de lo cual el cáliz es vuelto a
poner en el altar.
El sacerdote coge el plato6 de pastas y se arrodilla de nuevo ante la
sacerdotisa, ofreciéndoselo.
4. El texto dice simplemente, ‘besa ambas rodillas, extiende los brazos sobre los muslos y
la adora.’
5. El texto dice ‘es lo masculino’ y ‘es lo femenino'; pero por las razones que explicamos en
la nota 4 del capítulo XII, opinamos que la correspondencia es más compleja, y preferimos
decir'es a lo masculino’ y ‘es a lo femenino’. Al bendecir el vino, normalmente el sacerdote
es quien pronuncia las palabras, pero en el Gran Rito, el Texto B las adjudica a la
sacerdotisa, dejando las palabras de la bendición de las pastas al sacerdote como de
costumbre.
6. El texto dice‘Patena (Pentáculo)’; algunos conventículos sirven las pastas en el pentáculo,
otros tienen un plato especial.
56 E l C a m in o de las B ru jas
7. En nuestra bendición normal de las pastas usamos el final más corto,‘el cumplimiento
del amor que es la felicidad perfecta’, y parece que se ha convertido en norma común. La
bendición completa (con la sustitución de ‘Reina’ por ‘Señor’) procede de la Misa Gnóstica
de Crowley, que emplea el final más largo como aparece aquí. Puede considerarse que la
forma más larga es adecuada con ocasión especial de un Gran Rito.
8. El texto dice sólo ‘Azote’, sin especificar el número de golpes; probablemente sean los
acostumbrados 3, 7, 9 y 21. En nuestra opinión, si se va llevar a cabo la flagelación, tres
golpes son más que suficiente.
I n i c ia c ió n al T ercer G rado 57
9. Sugerimos ‘dos veces’ si la sacerdotisa tiene el segundo grado y ahora recibe el tercero;
y ‘tres veces’ si ya ha recibido el tercer grado. El Texto B dice ‘dos veces’, pero Doreen
Valiente piensa que se refiere al número de azotes que ha recibido.
10. Después de esto el texto dice: ‘Se dice sólo si la sacerdotisa no ha preparado antes el
rito.’ No vemos la razón por la que no vaya a decirse siempre.
11. Nota de Doreen: ‘Mientras se da el Beso Quíntuple, después del primer beso en el pie,
la sacerdotisa abre los brazos y las piernas en la Posición del Pentáculo o de la diosa,
sosteniendo el látigo y el cuchillo ritual. Así personifica tanto al dios como a la diosa
durante unos momentos.'
58 El C a m in o d e l a s B rujas
12. El Texto A dice: 'Santos Pilares Gemelos, B. y J.' Se refiere a Boazy Jachin, los nombres
masónicos de los dos pilares gemelos del Templo de Salomón, que representan los principios
complementarios de la Severidad y la Merced. ‘B. y J.’ fueron suprimidos de los Textos B
y C. En este ritual, los ‘Santos Pilares Gemelos’ son los pechos de la sacerdotisa, que son
besados en este momento. (En la forma alternativa del Gran Rito que proporcionamos en
Los ocho sabbats de las brujas, pp. 51-4, a causa de la posición diferente de la sacerdotisa
y el sacerdote, se considera que los Pitares son las piernas de la sacerdotisa.)
I niciación al T ercer G rado 59
Fig. 1
13. E ste se llo e s conocido com o el P en tagram a Coronado. El m ism o p en tagram a e s besado
en la orden del P en tagram a Invocador de la Tierra, y el trián gu lo vertical e s b esad o en
sen tid o de la s a g u jas d el reloj. Recordando el S ello del P rim er Grado (el trián gulo invertido)
y el S ello d el S eg u n d o G rado (el p en tagram a invertido), D oreen se ñ a la que se com binan
en e l S ello d el T ercer Grado, 'pero y a no invertidos; ahora am bos e stá n en posición vertical,
en su v erd a d era posición. A d em ás, e s u n a figura qu e tien e ocho p u n ta s y trece lados,
am bos n ú m ero s im p ortan tes en el arte. T am bién podría se r in terp retad o com o “Dos ju n to s
en U no, sob re los C inco P u n tos de la H erm an d ad ”. O com o el se r h u m an o (el P entagram a)
coronado con el Cono d e Poder.’ (Por cierto, S te w a rt q uiere se ñ a la r q u e el p en tagram a del
tercer grad o d e la F ig u ra 7 (c) de la p rim era ed ición de What Witches Do ap areció
d esg r a cia d a m en te im preso de form a equivocada.
60 El C a m in o de las B rujas
14. Cuando el Gran Rito es simbólico, hay quien prefiere la alternativa que damos en Los
ocho sabbats de la brujería: es decir, que en lugar de que sacerdote ponga su cuerpo sobre
la sacerdotisa, una mujer bruja tiende al sacerdote su cuchillo ritual, y un brujo tiende a
la sacerdotisa el cáliz en este momento de la declamación. La sacerdotisa levanta el cáliz
y el sacerdote el cuchillo apuntando hacia abajo sobre el cáliz; con las palabras ‘Lanza al
Grial’ él mete la punta del cuchillo en el vino. Después de la declamación, él la besa y ella
bebe; ella le besa a él y él bebe, y el vino pasa entonces de hombre a mujer, y de mujer a
hombre.de la manera acostumbrada. A continuación el sacerdote se dirige a las Atalayas
como en el texto.
15. El Texto B dice: ‘Genitales a los genitales’; nos parece algo frío en el contexto poético
del resto, y preferimos la metáfora Lanza-y-Grial del Texto C. Si el Gran Rito es ‘real’, se
trata obviamente del momento de la unión, pero también resulta obvio que no podemos
dogmatizar sobre un rito tan privado.
I n i c ia c ió n al T ercer G rado 61
Los besos son como en la versión del Texto B, justo encima del vello
púbico, excepto en los dos lugares indicados como ‘besos en los pechos’ y
‘besos en el Sello del Tercer Grado’.
‘A yúdame a levantar
Como los Supremos quisieron,
El Altar de la Alabanza
Desde el comienzo de los días.
Así yazca yo
Entre los astros del cielo,
Pues así se encontraba
Cuando la Diosa abrazó
Al Cornudo, su señor,
Que le enseñó el Mundo,
Que vivificó el útero
Y conquistó la tumba.
Sé, como antaño,
El trono que adoramos, [beso]
La fiesta sin sombra,
El Grial que da la vida. [beso].
¡Antes de que se levante
La Milagrosa Espada, [se toca el falo]
E invoque con este signo
A la divina Diosa! [beso]
Tú que reinas a medianoche
Reina de los estrellados reinos
No podremos alcanzarte
Si tu imagen no es de amor, [beso]
Por el rayo plateado de luna, flecha del poder,
Por la hoja verde que brota
Por la semilla que florece,
Por la vida que corre por la sangre, [beso]
Por el viento que embiste y el fuego que salta,
Por el agua que fluye y la tierra verde,
Derrama el vino de nuestro deseo
De tu Caldero del Renacimiento, [beso]
Para que podamos ver con claridad
Tu extraño secreto al fin desvelado,
Tu maravillosos Pilares Gemelos alzados
62 E l C a m in o d e l a s B rujas
16. Si el rito e s‘real’, aquí es cuando el resto del conventículo debe abandonar la habitación.
IV C on sagracion es
2. Debe recordarse que un objeto cargado puede también conservar vínculos astrales con
(por ejemplo) un dueño anterior, un principio aprovechado en el intercambio de talismanes
vinculados o, a lo que quería referirme, anillos de boda. Hay que tener cuidado para que
esos vínculos no provoquen males no intencionados. Por ejemplo, en un círculo reciente
Janet llevaba un bonito vestido confeccionado para ella como regalo por un brujo amigo
in glés. E stáb am os trabajando psíq u icam en te, y con mucha in tensid ad, para la
neutralización y captura de un doble asesino psicótico que se encontraba en paradero
desconocido y había provocado una gran alarma social. Tomamos precauciones especiales
(pues los psicóticos son dinamita astral) para protegernos contra cualquier reacción
violenta. Justo antes de empezar, Janet se dio cuenta de que el vestido podía formar un
vinculo con nuestro amigo en Inglaterra, que no estaba sobre aviso y podía resultar
vulnerable. Inmediatamente se quitó el vestido y lo sacó del círculo. (Pusimos un límite
ile siete días para que nuestro trabajo surtiera efecto, y coincidencia o no, tuvimos la
satisfacción de saber que aquel hombre fue encontrado y detenido seis días después, sin
haber hecho más daño.)
66 E l C a m in o de las B rujas
3. La palabra hebrea Qabalah ha sido transcrita de varias formas, como Kabalah o Cábala,
a veces con una ‘b’ doble o una ‘h’ final. Nos hemos decidido por Cábala, pero cuando
citamos a otros, como aquí, respetaremos su propia elección.
4. Véase Apéndice A en la página 371 para la investigación de Doreen Valiente sobre la
historia de Dorothy Clutterbuck, la bruja de New Forest que inició a Gerald Gardner.
C o n s a g r a c io n e s 67
E l R itu a l
ritual damos el pasaje explicativo íntegro que sigue a las palabras pro
nunciadas en el Texto B/C. Es interesante observar que en este texto
‘Bruja’ se refiere a la mujer y ‘Mago’ al hombre brujo.
jEl R itu a l
E l R itu a l
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V E l R esto d e l L ib ro d e la s S om bras
Ya hemos abordado, en este libro y en Los ocho sabbats de las brujas, las
partes que el Libro de las Sombras de Gerald Gardner (Texto B) y su
versión definitiva recopilada por Gardner y Doreen Valiente (Texto C)
dedica a los rituales. También hemos proporcionado, siempre que nos
ha sido posible, y gracias a la inmensa ayuda de los conocimientos de
Doreen, las fuentes de este material.
Pero en el Libro de las Sombras hay muchas cosas más que no se
refieren a los rituales, y algunas han sufrido el mismo destino que los
rituales al ser mal citadas, distorsionadas y plagiadas. Como los ritu a
les, hace mucho tiempo que sus días ‘secretos’ pasaron, por mucho que
algunos lo lamenten, estuvimos de acuerdo con Doreen en que había
llegado el momento de que, en interés del arte y la fidelidad histórica,
se publicasen tam bién los auténticos textos de estos pasajes que no se
refieren a los rituales.
El R esto d e l L ib r o d e l a s S ombras 75
tos del culto de tu mente, di que tienes pesadillas, que un demonio te hizo
escribir eso inconscientemente. Piensa para ti, “No sé nada. No recuerdo
nada. Lo he olvidado todo" Métete esto en la cabeza. Si la tortura es
demasiado dura para soportarla, d i,“Confesaré, no puedo soportar este
tormento. ¿Qué quieren que les diga? Díganmelo y se lo diré.” Si tratan
de hacerte hablar de cosas imposibles, como volar por el aire, casarte con
el Demonio, el sacrificio de niños y comer carne humana, para lograr
alivio de la tortura, di, “Tuve un mal sueño, no era yo, estaba loco.”
‘No todos los magistrados son malos. Si encuentran alguna excusa
mostrarán clemencia. Si has confesado algo, después niégalo, di que bal
buceaste bajo tortura, no sabías lo que hacías o decías. Si te condenan,
no temas, la Hermandad es poderosa. Pueden ayudarte a escapar si eres
firme. SI TRAICIONAS EN ALGO NO HABRÁ ESPERANZA PARA TI
EN ESTA VIDA O EN LA QUE ESTÉ POR VENIR. Ten por seguro, si te
encaminas firme hacia la pira, que las drogas te ayudarán; ellos llega
rán a ti y no sentirás nada. Y no irás sino a la muerte, ¿y qué hay más
allá? El éxtasis de la Diosa.
'Lo mismo ocurre con los Utensilios mágicos; haz que parezcan tan
corrientes que cualquiera puede tenerlos en su casa. Haz que los pentáculos
sean de cera para que se puedan fundir o romper de golpe. No tengas
espada a menos que tu rango te lo permita, y no pongas nombres ni sig
nos en nada. Escribe los nombres y los signos con tinta antes de consa
grarlos y lávalos inmediatamente después. Nunca alardees, nunca ame
naces, nunca digas que desearías provocar la enfermedad de nadie. Si
hablas del Culto, di, “No me hables de eso, me da miedo, trae mala suerte
hablar de eso”.
Doreen comenta: ‘Considero que el texto es de dudosa autenticidad,
porque habla de ir “a la pira”, cuando en Inglaterra, después de la Refor
ma, no se “mandaba a la pira” a las brujas a menos que hubieran sido
encontradas culpables de asesinar a sus maridos, que estaba considera
do como una traición mezquina. En Inglaterra a las brujas se las casti
gaba con la horca; sólo en Escocia fueron quemadas en la hoguera. Hay
muchos autores que han escrito sobre brujería y que se equivocan al
respecto. Así que este “Prefacio” podría proceder o bien de antes de la
Reforma, lo que dudo mucho, sobre todo por sus referencias a los magis
trados, o bien de Escocia, pero tampoco veo razón para ello.’
Por nuestra parte, nosotros también hemos sospechado siempre del
Prefacio. En la época en que se empleaba la tortura, la mayoría de las
brujas eran analfabetas, y difícilmente existiría una regla como ‘ten un
libro escrito por tu propia mano’, e incluso aunque supieran leer y escri
El R esto d e l L ib r o d e l a s S ombras 77
bir, el aprendizaje del arte se hacía de boca en boca por razones de segu
ridad. Si se hubieran tenido esos libros durante los dos o más siglos que
duró la persecución, inevitablemente algunos tendrían que haber sido
requisados por las autoridades, acontecimiento que hubiera dado mu
cho que hablar. Sin embargo, y por lo que sabemos, eso nunca sucedió, lo
que sugiere con casi absoluta seguridad de que no los hubo.
Las instrucciones sobre cómo actuar ante la detención y sobre los
utensilios parecen más ciertas. En nuestra opinión el ‘Prefacio’ es una
reciente transcripción (quizá del siglo XIX) al papel de una mezcla de
conocimientos y prácticas de la época transm itidos verbalmente. El esti
lo de la prosa, que suena al pseudo-arcaísmo que tanto gustaba a los
Victorianos por considerarlo ‘literario’, apoya bastante esta opinión. Lo
d e ‘ir a la pira’ podría ser una confusión con el destino de otros mártires,
comprensible en una época en que los conocimientos históricos de la
gente común eran muy rudimentarios e imaginativos.
Poder
‘El poder se encuentra latente en el cuerpo y los expertos pueden sacarlo
y utilizarlo de varias maneras. Sin embargo, a menos que quede confina
do en un círculo se disipará velozmente. De ahí la importancia de cons
truir correctamente el círculo. El poder parece rezumar del cuerpo a tra
vés de la piel y posiblemente por los orificios del cuerpo, por eso hay que
estar convenientemente preparado. Las más pequeñas partículas de su
ciedad lo echan todo a perder, lo que demuestra la importancia de una
limpieza completa.
E l R esto del L ib r o de las S ombras 79
‘La actitud mental tiene una gran importancia, por lo que se debe
trabajar con un espíritu de reverencia. Cuando es necesario, tomar un
poco de vino y repetir durante la ceremonia, ayuda a producir poder. Se
pueden usar otras bebidas más fuertes o drogas, pero hay que tener mu
cha moderación, pues si se produce confusión, por ligera que esta sea, no
se podrá controlar el poder evocado.
‘La forma más sencilla consiste en bailar y cantar cantos monótonos,
al principio lentamente y aumentando gradualmente el ritmo hasta que
llegue el desvarío. Entonces se podrán hacer las llamadas, o incluso los
gritos salvajes y sin sentido producen poder. Pero este método inflama la
mente y hace difícil controlar el poder, aunque se puede adquirir control
con la práctica. El látigo es una forma mucho mejor de hacerlo, pues
estimula y excita tanto el cuerpo como el alma, al tiempo que se puede
mantener fácilmente el control.
‘El Gran Rito es con mucho el mejor. Libera un poder enorme, aunque
las condiciones y circunstancias dificultan que la mente pueda mante
ner el control al principio. Se trata de nuevo de una cuestión de práctica
y la fuerza natural de la voluntad del operador y en menor medida la de
sus asistentes. Si, como antaño, hubiera más asistentes entrenados pre
sentes y todas las voluntades se armonizaran adecuadamente, ocurri
rían maravillas.
‘Los hechiceros usan principalmente el sacrificio de sangre, y aunque
sostenemos que es malo no podemos negar que este método es muy efi
ciente. El poder se manifiesta a partir del momento en que se vierte san
gre reciente, en lugar de brotar lentamente como en nuestro método. El
terror y la angustia de la víctima añade entusiasmo y un animal muy
equeño puede producir un enorme poder. Im. gran dificultad, está en
trolar en la mente humana el poder de la mente de un animal más
•¿eño. Pero los hechiceros aseguran que tienen métodos para hacerlo y
•la dificultad desaparece cuanto mayor es el animal empleado y cuando
victima es humana desaparece enteramente. (La práctica es una abo
minación, pero es así.)
‘Los sacerdotes lo saben bien y en sus auto-da-fés', con el dolor y el
terror de las víctimas (los fuegos actúan casi igual que círculos), logra
ban un poder enorme.
‘Antiguamente, los Flagelantes provocaban poder, pero al no estar
confinado en un círculo la mayor parte se perdía. La cantidad de poder
creí ido era tan grande y continuo que nadie con conocimiento podía diri-
Prepararse adecuadamente
'Desnudos, aunque se pueden llevar sandalias (no zapatos). Para la inicia
ción, se atan las manos a la altura donde termina la espalda y se atan los
extremos de la cuerda en la parte delantera del cuello, dejando sueltos los
extremos para tirar de ellos. (Así los brazos forman un triángulo a la espal
da.) Cuando el iniciado está arrodillado ante el altar, la cuerda que sobra
se ata a una anilla del altar. Se ata un cordón corto como si fuese una liga
alrededor de la pierna izquierda del iniciado por encima de la rodilla, con
los extremos remetidos. Otro se ata en el tobillo derecho y los extremos
remetidos para evitar que estorben cuando haya que moverse. Estos cordo
nes se usan para atar juntos los pies mientras el iniciado se arrodilla ante
E l R esto del L ib r o d e l a s S ombras 81
La danza
‘La Doncella dirigirá la danza. Detrás de ella un hombre pondrá las
manos en su cintura y tras él se alternarán mujeres y hombres haciendo
lo mismo; la Doncella dirigiendo y ellos bailando detrás. Al final les
conducirá en un espiral hacia la derecha. Cuando se alcance el centro (lo
mejor es que esté señalado con una piedra) la Doncella se volverá de
pronto y bailará de vuelta, besando a cada hombre al pasar. Todos los
hombres y las mujeres girarán igualmente y bailarán de vuelta, los hom
bres besando a las chicas y las chicas a los hombres. Todo al ritmo de la
música; es un juego divertido, pero debe practicarse para hacerlo bien.
Nota, el músico debe mirar a los bailarines y hacer la música rápida o
82 E l C a m in o de las B ru jas
lenta lo mejor que pueda. Para los principiantes tendrá que ser lenta o
habrá confusión. Lo mejor de todo es hacer que la gente se conozca en
grandes asambleas.
Un divertido juego, ciertamente, y el comentario resulta apenas ne
cesario, excepto decir que aunque la mayoría de la música de los círculos
actuales procede (tristemente, quizá) de cintas o de discos, se tra ta de
una de esas ocasiones en las que, si es posible, debería intervenir un
músico. En nuestro conventículo tenemos la suerte de contar con tres
miembros que saben tocar el bodhrán (la pandereta irlandesa, ideal para
este tipo de baile-conga) y dos guitarristas. Nunca se debería desaprove
char a los músicos.
De las llamadas
‘Antiguamente se empleaban muchos cantos y canciones, especialmente en
las danzas. Muchos se han perdido para nosotros, pero sabemos que inter
venían las exclamaciones de IAU, HAU, que se parecen mucho al grito de
los antiguos: EVO o EAVOA. Mucho dependía de la pronunciación. En mi
juventud, cuando oí el grito IAU me parecióAEIOU, o mejor HAAEEIOOUU
o AAEEIOOOOUU. Puede que fuese la manera de prolongarlo para que
pareciese una llamada, pero parecen tratarse de los inicios de una invoca
ción, que solía ser AGLA. Y se dice que todo el alfabeto hebreo es tal cosa y
que por esa razón se recita como uno de los encantamientos más poderosos
Lo que sí es cierto es que durante los bailes esos gritos tienen un efecto
poderoso, como yo mismo he podido comprobar.
4Otras llamadas son: IEHOUA y EHEIE. Y también: HO HO HO
ISEISEISE.
‘IEO VEO VEO VEO VEOV OROV OV OVOVO puede ser un encan
tamiento, pero es más probable que sea una llamada. Es como el EVOE
EVOE de los griegos y el “¡Heave ho!” de los marineros. “Emen hetan”y
“Ab hur, ab hus"parecen llamadas; como “¡Horse and hattock, horse and
go! Horse and pellatis, ho, ho, ho!"
"’Thout, tout a tout tout, throughout and about" y “Rentum
tormentum” son probablemente intentos mal pronunciados de una for
mula olvidada, aunque puede que los inventasen algunos desgraciados
al ser torturados, para evitar pronunciar la verdadera fórmula.’
Doreen nos dice: To copié esto al pie de la letra del libro de Gerald,
como él a su vez parece que lo copió, al menos la primera parte, de algún
libro más antiguo, porque él no hubiera hablado de ello diciendo que era
brujo “en mi juventud”.’
El R esto d e l L ib r o d e l a s S om bras 83
El cono de poder
‘Esta era la manera antigua de hacerlo. Se señalaba el círculo y la gente
se colocaba para azuzar a los bailarines. En su interior había una fogata
o una vela en la dirección en la que se suponía que estaba el objeto del
rito. Entonces todos bailaban alrededor hasta que decidían que se había
alcanzado suficiente poder. Si el rito iba a ser expulsado empezaban en
sentido de las agujas del reloj y terminaban en sentido contrario, las
mismas vueltas cada vez. Después formaban un corro con las manos
unidas y se precipitaban hacia el fuego gritando lo que querían. Seguían
haciéndolo hasta quedar exhaustos o hasta que alguno desfallecía, cuando
decían que el encantamiento había alcanzado su destino.
Doreen comenta: ‘Gerald me dijo que esta era la forma en que se
practicaron los ritos contra la invasión de H itler en New Forest durante
la Segunda Guerra Mundial. Dijo que según la tradición se celebraron
rituales parecidos contra la Armada española y contra Napoleón.’
Debemos señalar que aunque este pasaje se titula el Cono de Poder
sólo se tra ta de una (aunque ciertamente muy poderosa) aplicación del
Cono, que también puede alzarse con la Runa de las Brujas y en otros
ritos como el cordón mágico (pp. 321-22) o la unión mágica de manos (pp.
321-22).
Lograr la Visión
‘Distintas personas alcanzan la visión por distintos caminos, rara vez acon
tece naturalmente, pero puede inducirse de varias maneras Una medita
ción larga y profunda puede lograrlo, pero sólo si se tiene talento natural, y
si se acostum bra a hacer prolongados ayunos cuando es necesario. Antaño,
los monjes y las monjas lograban visiones gracias a largas vigilias, combi
nadas con ayuno y flagelaciones hasta hacerse sangre. Otras mortificaciones
de la carne se practicaban con resultado de visiones.
‘En Oriente se consigue con diversas torturas mientras están senta
dos en una posición contraída, que retrasa el flujo de la sangre; estas
torturas, largas y continuadas, dan buenos resultados.
‘En el Arte nos enseñan una forma más fácil, que consiste en intensi
ficar la imaginación, y al mismo tiempo controlar el suministro de san
gre, y esto puede hacerse mejor usando el ritual.
‘El incienso es bueno para propiciar los espíritus, y también para
inducir la relajación al aspirante y ayudar a crear la atmósfera que es
necesaria para la sugestión. Mirra, Almáciga, raíces aromáticas de Enea,
corteza de Canela, Almizcle, Enebro, Sándalo y Ámbar gris, en combina
ción, todos son buenos, pero el mejor de todos es el Patchulí.
A
‘ l formar el Círculo, y encontrarse todo adecuadamente preparado,
el aspirante debe primero atar y llevar a su tutor dentro del círculo,
invocar los espíritus propicios a la operación, bailar alrededor hasta
marearse, mientras tanto invocando y anunciando el objeto del trabajo,
E l R esto d e l L ib r o d e l a s S ombras 85
Abandonar el cuerpo
‘No es prudente empeñarse en salir de tu cuerpo hasta que no hayas ganado
por completo la Visión. Se puede utilizar el mismo ritual que para alcanzar
la Visión, pero dispón de un lecho confortable. Arrodíllate de manera que
tengas los muslos, el vientre y el pecho bien firmes, los brazos estirados
hacia delante y atados uno a cada lado, para que haya una sensación deci
dida de ser empujado hacia delante. Cuando se induce el trance, deberás
sentir como un esfuerzo por empujarte a ti mismo fuera de la parte superior
de la cabeza. Deberá imprimirse al látigo una acción de arrastre, como si te
sacara o arrastrase fuera. Ambas voluntades deben estar completamente
armonizadas, manteniendo una corriente constante e igual. Cuando llegue
el trance, tu tutor puede ayudarte llamándote quedamente por tu nombre.
Probablemente te sentirás arrastrado fuera del cuerpo como si por una
estrecha abertura se tratase, y como si te encontrases de pie al lado de tu
tutor, mirando el cuerpo en el lecho. Primero haz lo posible por comunicarte
con tu tutor; si tiene la Visión es probable que te vea. Al principio no te alejes
demasiado, y es mejor tener a alguien contigo que esté familiarizado con
abandonar el cuerpo.
‘Una nota: Cuando, una vez abandonado el cuerpo, desees volver,
para provocar que el cuerpo espiritual y el cuerpo material coincidan,
PIENSA EN TUS PIES. Esto provocará que tenga lugar la vuelta.’
Se trata del pasaje no ritual más largo del Libro de las Sombras de
Gardner e inferimos que describe una práctica fundamental dentro de
la tradición y las actividades del conventículo de New Forest que dirigía.
Está cuidadosamente explicado, con meticuloso énfasis en la relación
tutor-pupilo y en las precauciones prácticas, psíquicas e interpersonales
necesarias. El propósito de las ataduras no demasiado fuertes y la flage
lación deliberadamente suave está claro: inducir lo que puede llamarse
de muchas maneras: clarividencia, expansión de la conciencia, apertura
hacia niveles superiores, apertura del Tercer Ojo o comunión con la Dio
sa; y, en una fase más avanzada, proyección astral. (Resulta interesante
que el texto no utilice ninguno de los términos técnicos del ocultismo o la
investigación psíquica coetáneos, como ‘proyección astral’ o ‘cuerpo as
tral’, lo que sugiere casi con certeza una tradición transm itida de perso
E l R esto d el L ib r o d e l a s S ombras 87
Los utensilios
'No existen tiendas de suministros mágicos, por lo que a menos que ten
gas la suerte de que te regalen o vendan utensilios, si eres un brujo pobre
tendrás que improvisar. Cuando lo seas tendrás que ser capaz de pedir
prestado u obtener un Cuchillo ritual. A sí pues, una vez trazado el círcu
lo, erige un altar. Cualquier mesa pequeña o baúl servirá. Debe haber
fuego sobre él (una vela bastará), además de tu libro. Si puedes conse
guirlo, para lograr mejores resultados, lo mejor es el incienso, pero tam
bién sirven unos carbones para quemar en un brasero pequeño hierbas
aromáticas. Si vas a poner vino y pastas, una copa y un plato con los
88 E l C a m in o de las B ru jas
Fabricación de utensilios
'Según una antigua creencia, los mejores materiales para hacer utensi
lios son aquellos que una vez estuvieron vivos, por oposición a las sus
tancias artificiales. Así, madera o marfil es mejor que metal, que es más
apropiado para espadas o cuchillos. Para talismanes, etc., el pergamino
virgen es mejor que el papel fabricado. Y las cosas que se fabrican a
mano son buenas, porque tienen vida en su interior.’
Cualquier comentario sería superfluo.
Instrucciones varias
'Una nota sobre el ritual del Vino y las Pastas. Se dice que en los días
antiguos a menudo se utilizaba cerveza o hidromiel en lugar de vino.
Se dice que se podía usar licores o cualquier cosa, “siempre que tuvie
ra vida” (es decir, que tuviera pegada).’
Desconfiamos de la moderna adición entre paréntesis. Opinamos que
la expresión ‘que tuviera vida’ quiere decir, probablemente, ‘de origen
orgánico’. El hidromiel en una de las bebidas favoritas de los adeptos a
la brujería, y esta condición viene apoyada por el hecho de ser al mismo
tiempo de origen vegetal y animal, puesto que se hace con miel, que las
abejas elaboran con el néctar de las flores. La cerveza fue la bebida ri
tual de los antiguos egipcios.
'Por esta razón, todos son hermanos y hermanas; pues hasta la Suma
Sacerdotisa debe someterse al látigo.’
Cuando la suma sacerdotisa inicia a alguien al segundo grado, por
ejemplo.
‘La única excepción a la regla que exige que un hombre sea iniciado por
una mujer y una mujer por un hombre, es que una madre puede iniciar a su
hija y un padre a su hijo, porque son parte de ellos mismos.’
A nosotros nos enseñaron que las iniciaciones madre-hija, padre-
hijo sólo eran permisibles'en caso de emergencia’. Es significativo que el
Libro de las Sombras de Gardner no incluya esa especificación.
'Una mujer puede encarnar al Dios o a la Diosa, pero un hombre
solamente puede encarnar a Dios.’
Una bruja asume un papel masculino cuando lleva la espada; ver p.
107.
“Recuerda siempre que si te tienta confesar o alardear de que perte
neces al culto, estarás poniendo en peligro a tus hermanos y hermanas.
Porque aunque en la actualidad los fuegos de la persecución se han aca
bado, ¿quién sabe cuándo pueden revivir? Muchos sacerdotes tienen co
nocimiento de nuestros secretos y saben muy bien que el fanatismo reli
gioso ha desaparecido o está en calma, y que mucha gente desearía unir
se a nuestro culto si se conociera la verdad de sus alegrías y las iglesias
perderían poder. Por eso, si alistamos a muchas personas podemos des
atar de nuevo los fuegos de la persecución contra nosotros. Guarda, pues,
siempre los secretos.’
Esta sería una advertencia procedente del periodo posterior a los
siglos de las persecuciones y anterior al renacimiento del ocultismo y la
brujería del siglo XX. La situación ha cambiado mucho en las últimas
E l R esto d el L ib r o d e l a s Sombras 91
décadas, pero todo adepto a la brujería debe tener presente que la per
secución, de una u otra forma, podría volver a levantar su fea cabeza. E
incluso hoy, debe seguir siendo una regla de obligado cumplimiento el
que la pertenencia de una bruja o un brujo al arte nunca pueda ser
revelada excepto por su propia y libre decisión.
‘Aquellos que participan en un rito deben saber exactamente los resul
tados que desean conseguir y deben mantener sus mentes concentradas con
firmeza en el resultado deseado, sin vacilaciones
De nuevo, ningún comentario que hacer.
El ritual de Bajar la Luna (véase Los ocho sabbats de las brujas, pp. 40-
42) es un elemento fundamental en el mantenimiento del círculo de un
conventículo. A través de este ritual el sumo sacerdote invoca el espíritu
de la diosa en la suma sacerdotisa, usando su polaridad masculina para
provocar la esencia divina en la polaridad femenina de ella. Si el ritual
tiene éxito, la suma sacerdotisa se convierte en un verdadero canal de la
diosa m ientras dura el círculo (con frecuencia el efecto de la invocación
puede demorarse en ella incluso después de la expulsión del círculo).
Algunos brujos parecen tener un don natural para Bajar la Luna; hemos
conocido brujos del primer grado invitados a dirigir un círculo por pri
mera vez que han inducido un sorprendente aire de autoridad en una
96 E l C a m in o de las B rujas
1. Señalaremos, de nuevo, que esto no significa que a los ojos del Wicca la diosa sea ‘más
importante’ que el dios. Ambos aspectos son eternamente iguales y complementarios.
Para una explicación más profunda de la estructura matriarcal del Wicca y su énfasis en
el aspecto de la diosa, véase Los ocho sabbats de las brujas, pp. 17-21, y también el capítulo
XV de este libro.
B ajar el Sol 97
L a Preparación
E l R itu a l
5 2,7
'¡Que se haga la luz!’
Los ritu ales wiccanianos pueden celebrarse p ara rendir culto, para
e m itir y u tiliz a r poder o p a ra la d ra m a tiz a ció n de conceptos
arquetípicos. Algunos (como los de iniciación, compromiso nupcial y
otros ritos de paso) combinan varios de estos elementos. Pero este es
un ejemplo de ritu al cuya intención principal es la dram atización.
E ste tipo de rituales cumplen un propósito muy constructivo porque
ayudan a los participantes a visualizar vividam ente estos arqueti
pos de una m anera real y a fortalecer vínculos entre el conocimiento
inconsciente y la comprensión consciente que se tiene de ellos.
El concepto de la Diosa Triple es tan antiguo como el tiempo. Aflora
lina y otra vez en mitologías muy diferentes, y su símbolo visual más
100 E l C a m in o de las B rujas
L a Preparación
E l R itu a l
El sumo sacerdote traza el círculo con todos los miembros del conventí
culo dentro excepto la doncella y la madre, que se encuentran al final del
sendero (fuera de la vista si es posible). Los elementos son transporta
dos alrededor y se convoca a los Señores de las Atalayas.
La sacerdotisa está de espaldas al altar. El sumo sacerdote y la an
ciana están frente a frente entre el altar y la hoguera, llevando aquel la
vara. El resto del conventículo se sitúa alrededor del perímetro del cír
culo mirando hacia dentro pero dejando la entrada del sendero libre.
El sumo sacerdote da la vuelta alrededor de la anciana una vez, en
sentido de las agujas del reloj, se sitúa en frente de ella de nuevo y dice:
‘En el interior de cada hombre y de cada mujer yace el misterio de
la Madre Oscura de toda la creación, la reina de los océanos, el cen
tro inmóvil al que todo debe volver como preludio para renacer. Que
ella venga a nosotros esta noche, pero no para crear desequilibrio en
esta nuestra Sacerdotisa [nombre de la bruja] que va a repre
sentarla, pues ningún ser humano puede llevar el puro poder de la
Gran Madre en su aspecto oscuro, mientras que en el equilibrio de
sus Tres Aspectos, todos están a salvo. Por lo tanto, tú , , repre
senta su aspecto oscuro sin miedo, sabiendo que sus otros aspectos
102 El C a m in o d e l a s B rujas
1. Como explicamos en Los ocho sabbats de las brujas, cuando alguien tenga que entrar o
salir del círculo, debe abrirse ritualmente una ‘entrada’ con un movimiento en sentido
contrario a las agujas del reloj y vuelta a cerrar después de ser utilizada con un movimiento
en sentido de las agujas del reloj. Normalmente se hace con una espada o un cuchillo
ritual, pero en esta ocasión se puede emplear perfectamente la vara.
R it u a l de l a s T res D io s a s 103
N uestro próximo ritu a l, que escribió Ja n e t, tam bién dram atiza con
ceptos arquetípicos. Esperam os que se explique por sí mismo, como
debe ser con cualquier ritu a l efectivo; pero si la ‘explicación’ fuese
todo, la le tra im presa b a sta ría . La efectividad de los ritu a le s estrib a
en el conocimiento que generan , que siem pre está por encim a de las
m eras palabras.
En sí mismo es un rito sencillo, pero exige el conventículo teórica
m ente ideal de seis parejas hombre-mujer y un líder (la sum a sacerdo
tisa) que pocos consiguen alguna vez, desde luego nosotros nunca. Sin
embargo, podría ser una interesante pieza teatral para representarla
en una de esas ocasiones en que dos o más conventículos se reúnen,
E l R it o d e l o s T rece M e g a l it o s 107
L a preparación
El R itu al
vientre, y voy al útero. No soy nada, pero aun así soy el Señor de Todos. Yo
moriré, y aun así volveré. Soy bueno, pero más terrible que los que me
han precedido. Soy Hombre.’
La mujer a su izquierda dice:
‘Soy la undécima de los Antiguos. Yo también soy la alumna. Con el
Décimo, busco la Verdad. No existe Él sin Ella. Mío es el gran Caldero de
la Creación, pero siempre soy Virgen. Soy incluso más terrible que el
Décimo, pues la lógica y la razón no son mías cuando mis pequeños son
destruidos por cualquiera de los demás. Soy cálida pero fría, dulce pero
destructiva. Reflejo a La de Piedra y a La Floral. Yo soy Mujer.’
El hombre a su izquierda dice:
Yo soy el Duodécimo de los Antiguos. Ocúltate de mi rostro si quieres,
pero sabe que yo soy el más poderoso de todos. El Décimo y la Undécima
bailan conmigo, e incluso La Floral llora lágrimas estivales a mis órde
nes. Pues soy la Rueda que siempre gira. Soy el Hilandero y el Tejedor, y
también corto las cuerdas de plata del Tiempo. Los hombres me conocen
como Destino, y soy el Hermafrodita.’
La mujer a su izquierda dice:
‘Soy la decimotercera de los Antiguos. Soy la Sombra del Santuario,
y la Rueda de Plata deArianrhod. Soy temida aunque amada y a menu
do anhelada. Cabalgo mi yegua blanca sobre los campos de batalla, y en
mis brazos los enfermos y los agotados encuentran descanso. Estaremos
juntos muchas veces, pues aunque soy la Victoriosa, también sny la más
solitaria de los Trece. Buscar a los Doce es pensar que no soy más que
una ilusión. La tristeza es para mí, la Decimotercera, y aun así también
es mía toda alegría, pues con mi abrazo se renueva la vida, y compren
derme es encontrar, conocer, recordar y amar de nuevo. Los hombres me
conocen como la Muerte, pero soy la Confortadora y la Renovadora, el
principio correctivo de la creación. La guadaña y la corona de la victoria
son mías, pues de todos los Trece, soy la única que no es eterna.’
Todo el conventículo (excepto la suma sacerdotisa en el centro),
adelantándose si es necesario, colocan sus manos en los hombros de los
demás con los brazos rectos, como en una danza griega, y empiezan a
moverse en corro en sentido de las agujas del reloj lentamente, diciendo
al unísono:
'Somos el círculo de la Creación, los megalitos del pasado, los guar
dianes del sendero del conocimiento, los trece custodios del Círculo Sa
grado.’
Mientras el conventículo se mueve en círculo en sentido de las agu
jas del reloj, la suma sacerdotisa levanta lentamente los brazos, total
E l R it o d e lo s T rece M e g a l it o s 111
y para em itir poder destinado a realizar obras útiles, y con estos objeti
vos se levanta ‘un límite entre el mundo de los hombres y los reinos de
los Seres Supremos’, una cápsula astral intermedia entre los planos donde
poder levantar el Cono de Poder e impedir que se disperse hasta que
llegue el momento de descargarlo en cumplimiento de la tarea decidida
de antemano. Desde este punto de vista, el círculo es más bien como un
cilindro en el motor de un coche. Si prendemos un periódico empapado
en gasolina, sencillamente arderá, pero con la misma cantidad de gaso
lina, vaporizada y bajo control, encendiéndose paso a paso en el cilindro,
producirá suficiente energía como para mover un coche durante una
milla o más.
E sta es una diferencia de énfasis respecto al círculo de los magos
medievales. El poder que esperaban ex traer era el de los espíritus
convocados en el Triángulo exterior al círculo, y trazaban el círculo
únicam ente p ara protegerse ellos mismos en un encuentro ta n peli
groso. C ualquier punto débil que tuviera podría hacerle sa lta r igual
que un pinchazo en el traje de un astro n au ta.
Quienes profesan la brujería no convocan la clase de males que los
magos medievales esperaban controlar como si de domadores de leones
se tratase, invocan a la divinidad, o a veces a los seres elementales de la
naturaleza, estos últimos con cautela pero con sensibilidad, no con una
silla y un látigo. Además, el poder em ana dentro del círculo, por lo que la
contención, más que la exclusión, es su principal función.
Por eso es por lo que los brujos y brujas, en el desempeño de su oficio,
con frecuencia son conscientes de entidades no deseadas ‘interesadas’,
pero cuando surgen tienden a ocuparse de ellas confiadamente, antes
que alterar el énfasis del círculo para hacerlo inaccesible.
Esto no quiere decir que el círculo mágico de la brujería carezca de
una función protectora; constituye, por definición, ‘un escudo contra toda
perversidad y m aldad’, entre otras cosas. Nosotros sugeriríamos que en
la mayoría de las reuniones de trabajo la función protectora (al contra
rio que la del círculo de los magos) es secundaria.
No obstante, las brujas pueden trazar y trazan círculos protectores
cuando surge la necesidad. Alrededor de la casa por la noche cuando el
plano astral está turbulento, alrededor de las camas cuando un invitado
(a menudo inconscientemente) tiene tendencias vam píricas1, o incluso
1. Por ‘tendencias vampíricas' no queremos decir, por supuesto, que su invitado vaya a
saltar sobre usted por la noche y clavarle unos cinematográficos colmillos en la yugular.
Ix)s adeptos a la brujería y los ocultistas usan el término'vampiro’ para describir a personas
114 E l C a m in o d e l a s B rujas
yas, deben omitirse las palabras ‘p ara presenciar nuestro ritos y ’, puesto
que no se va a llevar a cabo ningún rito.
En situaciones que demanden protección (que pueden surgir a menu
do, por ejemplo en público o en presencia de personas que no son brujas) se
puede trazar un círculo mentalmente, sin que en la mayoría de los casos
haga falta realizar ningún signo o movimiento externo que denote lo que
se está haciendo. Con práctica no resulta difícil. Lo que sí hace falta, como
en los ritos que se representan físicamente, es una gran fuerza de voluntad
y mucha concentración imaginativa. Indudablemente, las acciones físicas
logran facilitar este tipo de concentración, pero no por ello dejará de ser
necesaria siempre, y las operaciones mentales son una buena forma de
desarrollarla. Trazar un círculo mental puede suponer desde un rápido
‘cierre de cremallera’ de la esfera de azul eléctrico a una completa visuali-
zación del ritual completo, incluyendo el olor del imaginado incienso que se
expande alrededor, con la sensación familiar empuñar el cuchillo ritual;
depende de las circunstancias y el tiempo disponible. En una emergencia,
un instantáneo ‘cierre de cremallera’ representado mentalmente con una
emisión de deliberado esfuerzo psíquico puede ser igual de efectivo. Pero si
se dispone de tiempo y la seguridad de que no van a interrumpirle, visualizar
el ritual completo es una excelente disciplina y no hacerlo puede delatar
pereza, lo que debilita el efecto.
Hay una cosa que se debe tener presente siempre al trazar un círcu
lo protector: asegurarse de incluir a todos los que sean vulnerables y se
encuentren en las cercanías. Si se espera un ataque psíquico del exte
rior, un círculo que sólo abraza la cama puede proteger al que está acos
tado, pero el ataque frustrado puede volverse contra un miembro ino
cente de la familia que se encuentre en otra habitación. O si, como noso
tros, tiene gallinas y ponies en los edificios anexos, estos pueden recibir
el embate más fuerte del ataque. Por exceso de imaginación o paranoico
que parezca, se tra ta de experiencia práctica que hemos vivido nosotros
mismos y muchas otras personas.
2. Sobre el sellado del aura, un consejo de Dion Fortune. La heroína de Moon Magic (p.
«4) narra cómo, después de un ataque psíquico, se levantó de la cama y fue a donde
Encendiendo la vela del oeste: La decoración del Tem plo e n fa tiza el cará cter elem en tal
de las A ta la ya s
Altar con las estatuillas de la
diosa y dei dios de Bel Bucea, y
el propio Libro de las Sombras
de Gerald Gardner abierto por
el juramento del Primer Grado
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Ol li ________________
El texto escrito más antiguo de la encantación de ‘Bagahi’ (véase Apéndice B), del
manuscrito del trovador francés del siglo XII Rutebeuf, que se encuentra en la biblioteca
nacional de Paris
Los brujos americanos Oz (a la izquierda) y Wolf (a la derecha) visitando la Lia Fail
(Piedra del Destino), uno de los Cuatro Tesoros de los Tuatha De Danann, en la colina de
Tara, cor.dado de Meath. Con ellos están Janet y la doncella de nuestro conventículo,
Virginia Russel
Relieve tallado en piedra identificado por los arqueólogos como una figura de Cernunnos,
en el cementerio de Tara Hill
Vela y aguja de encantamientos (veáse capítulo XXII, ‘Encantamientos’)
124 E l C a m in o d e l a s B r u ja s
habían quedado los restos de la cena en la mesa, ‘se bebió lo que quedaba de leche y comió
un sandwich, pues no hay nada como la comida para cerrar los centros psíquicos’. A la
inversa, por supuesto, el esfuerzo psíquico puede ser menos efectivo con un estómago
lleno.
R it u a l e s d e P r o t e c c ió n 125
Talismanes
Un talism án no es exactam ente un ritual, aunque su fabricación y
consagración es un acto ritu al, por lo que encajan perfectam ente en
esta sección.
Un talism án es un objeto creado o adaptado con un propósito mágico
determinado, una especie de condensación física portátil de un encanta
miento que puede transportarse, o llevarlo encima quien quiera benefi
ciarse de él. Su objetivo puede ser lograr éxito en una actividad específi
ca o procurarse protección frente a un peligro determinado. Ejemplos
126 E l C a m in o d e l a s B r u j a s
El simbolismo es el siguiente:
Cara 1 Nombre de Stewart trazado sobre el cuadrante mágico de
Mercurio, que representa al dios (y planeta) de las Comunicaciones así
como al ingenioso que descubre los ases en la manga.
Cara 2 El nombre de Oghma, el dios celta de la sabiduría y de los
escribas, escrito en la grafía ogharn que se supone inventó.
Cara 3 Primero, la herradura apuntando hacia abajo, símbolo de los
herreros y herradores que siempre fueron considerados como magos
naturales. Sólo ellos tenían permitido mostrar las herraduras apuntan
do hacia abajo para verter su poder sobre las forjas. (Los herreros toda
vía clavan herraduras en la puerta de sus fraguas de esta forma.) La
‘forja’ de Stew art es, por supuesto, su máquina de escribir, por lo que en
este símbolo la herradura tradicional vierte su poder sobre las letras del
teclado de una máquina de escribir.
Cara 4 La pluma roja de Ma’at, la diosa egipcia de la justicia y de la
honradez. Por un feliz simbolismo doble, puede considerarse también
como la pluma de ave, emblema tradicional del escritor.
Nuestro diagram a está en blanco y negro, pero podrán utilizarse tin
tas de colores para mejorar el simbolismo. Por ejemplo, la Cara 1 podría
ser naranja, el color cabalístico de Hod/Mercurio. La Cara 2 podría ir en
verde, pues Oghma Grianaineach es el aspecto celta irlandés del dios de
los escribas. La cara 3 debería ir en negro, el color del hierro y de las
cintas de las máquinas de escribir. Y la cara 4, por supuesto, en rojo, el
color de la pluma de Ma’at.
En caso de que alguien se queje porque este talismán mezcla símbo
los romanos, celtas, egipcios, astrológicos, cabalísticos con los de la tec
nología moderna, responderemos ¿y qué? Nunca mezclaríamos un siste
ma de símbolos en un ritual de esta manera, pero un talismán es algo
personal, y en este caso lo que importa son las propias resonancias de
Stew art con los símbolos escogidos por él. Si a él le parece bien este
conjunto particular de símbolos, es toda la justificación que necesita.
(Como brujo, además, debería sentirse feliz porque invoca a la vez el
aspecto del dios y el de la diosa.)
Los cuadrados mágicos de los planetas son muy útiles para diseñar
talismanes, porque, como en el ejemplo anterior, un nombre personal
puede estar directamente vinculado con alguna cualidad de un planeta
128 E l C a m in o d e l a s B r u j a s
4 14 15 1
9 7 6 12
1 6 5 11 10 8
16 2 3 13
SATURNO
JUPITER
11 24 7 20 3 6 32 3 34 35 1
4 12 25 8 16
7 11 27 28 8 30
17 5 13 21 9
19 14 16 15 23 24
10 18 1 14 22
18 20 22 21 17 13
23 6 19 2 15
25 29 10 9 26 12
MARTE
36 5 33 4 2 31
22 47 16 41 10 35 4
SOL
5 23 48 17 42 11 29
30 6 24 49 18 36 12
13 31 7 25 43 19 37
38 14 32 1 26 44 20
21 39 8 33 2 27 45
46 15 40 9 34 3 28
VENUS
R it u a l e s d e P r o t e c c ió n 129
8 58 59 5 4 62 63 1
49 15 14 52 53 11 10 56
41 23 22 44 45 19 18 48
32 34 35 29 28 38 39 25
40 26 27 37 36 30 31 33
17 47 46 20 21 43 42 24
9 55 54 12 13 51 50 16
64 2 3 61 60 6 7 57
MERCURIO
37 78 29 70 21 62 13 54 5
6 38 79 30 71 22 63 14 46
47 7 39 80 31 72 23 55 15
16 48 8 40 81 32 64 24 56
57 17 49 9 41 73 33 65 25
26 58 18 50 1 42 74 34 66
67 27 59 10 51 2 43 75 35
36 68 19 60 11 52 3 44 76
77 28 69 20 61 12 53 4 45
LUNA
130 E l C a m in o d e l a s B r u j a s
1 2 3 4 5 6 7 8 9
A B C D E F G H I
J K L M N 0 P Q R
S T U V W X Y z
2,7
1,6 3
Expulsión ante ellos y les ordenó que se marchasen (con una frase más contundente que
esta). Todos se desvanecieron y dejaron de molestarle. Todavía se pregunta sobre este
inesperado simbolismo. Con mucha frecuencia, estas respuestas sencillas son más
poderosas que las complicadas. Una de las favoritas de Janet, cuando se enfrenta a un
problema urgente a! que no puede encontrar respuesta, consiste en imaginarse a la diosa
y gritar '¡Socorro!' Ha funcionado una y otra vez.
134 E l C a m in o d e l a s B r u ja s
Una cosa que siempre se puede cumplir y que vale la pena: que cada
uno se aprenda sus palabras de memoria, más que nada porque leer al
aire libre a la luz de la luna resulta muy difícil de hacer. Para facilitar
las cosas (y tam bién para que todos participen de m anera activa, por
poco que sea), hemos dividido las declamaciones en prosa entre varios
miembros del conventículo.
U na advertencia algo cínica: aquellos brujos que tengan horror a
‘contam inarse’ con nombres cabalísticos o egipcios (véase nota 3, p. 312)
harán mejor en evitar este ritual, porque Dion Fortune utilizó ambos.
Por n uestra parte, los encontramos en perfecta armonía con el estilo del
rito, así como con el espíritu de la Antigua Religión.
La Preparación
Búsquese una extensión de playa tan solitaria como sea posible, donde
la m area suba regularm ente y no de golpe. Se puede estudiar las tablas
de las m areas y observarlas in situ para saber con exactitud cuándo
subirá h asta cubrir el lugar escogido para hacer el fuego, que puede
estar sobre la mism a arena o sobre un lecho de rocas conveniente, siem
pre que las olas no salpiquen demasiado.
Escoja una noche en que la m area suba a una hora conveniente, y
dispóngalo todo para empezar el ritual una hora o más antes de que el
agua llegue h asta el fuego. La luna deberá estar tan cercana a la fase de
luna llena como sea posible.
Resulta poco probable que se pueda celebrar un ritual en desnudez
incluso cerca de una fogata a menos que la playa sea totalm ente privada
y la noche muy cálida. (Se pueden llevar trajes de baño, bañadores o
bikinis.) De m anera que la suma sacerdotisa, como los demás, irá proba
blemente vestida. Los colores adecuados son un vestido plateado con
una capa azul oscuro.
Además de m adera para el fuego y medios para encenderlo, los úni
cos m ateriales o utensilios necesarios son un cáliz para el vino, algo de
‘com ida-lunar’, de color blanco, y un cuchillo ritual para consagrarlos. El
m enú-lunar de Dion Fortune consistía en ‘cuajada de almendras, como
la que se hace en China, vieiras en sus conchas y unos pequeños pasteles
de miel en forma de media luna, como los mazapanes, para postre, todos
de color blanco. E sta curiosa cena pálida estaba realzada por un gran
montón de granadas.’ (The Sea Prietess, edición en tapas duras p. 204,
«‘(lición de bolsillo p. 111.) No obstante, la comida lunar escogida depen
derá del gusto, las posibilidades y la imaginación.
140 E l C a m in o d e l a s B r u j a s
Finalmente, los perros son sagrados para la diosa de la luna, así que
si los tienen y se puede contar con ellos para que anden cerca, llévelos
(con su propia comida), pero no exija nunca una disciplina rígida por
parte de los anim ales en un ritual: la diosa nunca lo haría.
E l Jtíuual
1. Decimos‘en lo que respecto a los animales terrestres' porque la investigación actual cada
día nos pro¡x>rciona nueva pruebas de que los cetáceos (las ballenas en general, incluyendo
el delfín, que es una ballena pequeña) tienen un nivel de conciencia que se puede comparar
con la nuestra, pero que hasta ahora no ha sido reconocida porque ha desarrollado una
‘forma’ muy diferente a la nuestra, merced a su entorno diferente, a sus distintos problemas
de reacción ante el peligro y al diferente sistema sensorial (en algunos aspectos superior) de
su conciencia. Tienen un sofisticado método de comunicación que, según muchos
investigadores, tiene la complejidad de un verdadero ‘lenguaje’. Cuidan de sus enfermos,
enseñan modales a sus jóvenes y tienen un marcado sentido de humor. Algunas ballenas
incluso componen 'canciones', que duran hasta media hora y que repiten casi exactamente
en ocasiones posteriores, de una complejidad en términos de ‘bits informáticos’ que Cari
Sagan ha comparado con la de la Odisea o los Eddas islandeses. Para un informe muy
interesante sobre el tema, léase Mind in the Waters (véase Bibliografía bajo Mclnyre). Pero
incluso asumiendo que las ballenas tienen una conciencia comparable con la del hombre,
nuestra opinión respecto a que el homo sapiens es la punta de lanza de la evolución sobre la
Tierra se mantiene. Las ballenas tal y como las conocemos existen aproximadamente desde
hace veinticinco millones de años, y en su medio ambiente, más simple, parecen haber
alcanzado una conciencia equilibrada e integrada que atiende a sus propios asuntos, por
decirlo así, sin afectar crucialmente al resto de la Naturaleza. El Homo sapiens, por otra
parte, ha existido desde hace sólo medio millón de años y está en una fase revolucionaria de
su desarrollo mental (y psíquico). A causa de esto, y de su capacidad sin igual para manipular
su medio ambiente, tiene un efecto casi ilimitado, para bien y para mal, sobre cada una de
las demás especies y sobre el planeta mismo. (En este contexto, avergüenza darse cuenta
de que el ser humano haya matado dos millones de ballenas en los últimos cincuenta años,
y que algunas especies de cetáceos se acercan rápidam ente a su extinción. Resulta
suficientemente cruel bajo cualquier punto de vista, pero si las ballenas se recuperan, como
parece probable, para llegar a ser tan conscientes, a su modo, como lo somos nosotros, no se
trataría de una ‘caza’, sino de genocidio, comparable con el programa de Hitler para
exterminar a los judíos.
L a R a c io n a l id a d d e la B r u j e r ía 149
ciencia de un nivel casi humano, pero no es más que una pura proyec
ción (y un concepto falso de la naturaleza de la conciencia) coloreada por
el hecho de que algunas de las pautas del instinto de los animales, sus
reflejos condicionados y su capacidad de aprendizaje, se superponen a
las de los humanos. Los dueños de animales domésticos entenderán y
aprenderán mucho más de las criaturas que aman si renuncian a su
fantasía y contemplan (por ejemplo) a un gato como un gato, con la dig
nidad de su propia naturaleza, y no como un ser humano con piel.
La conciencia no es sólo un don, es una responsabilidad. Otorga al
hombre‘el dominio sobre los peces del mar, sobre las aves del aire, sobre el
ganado, sobre toda la tierra y sobre todas las cosas que se arrastran sobre
la tierra’. En este sentido, el dominio no significa el derecho a explotarlos;
significa que, puesto que la creciente complejidad del hombre le sitúa, para
bien o para mal, en la punta de lanza de la evolución en la Tierra, detenta
la responsabilidad más importante (de hecho, la suya es la única especie
con responsabilidad consciente) hacia el conjunto de la naturaleza como
tal. Los brujos son especialmente conscientes de estojen sí mismo, el Wicca
no tiene relación alguna con la política, no se dedica a reunir votantes y
activistas de la tendencias que sean; aunque todos los adeptos a la brujería
tienden a defender la misma opinión cuando se tra ta de cuestiones
medioambientales.
Así pues, para el hombre, la conciencia supone una responsabilidad
consigo mismo y con su propia especie. Debe integrar lo consciente con
lo inconsciente, el intelecto con la intuición, la cabeza con el corazón, el
cerebro con los intestinos. Si no lo hace, el conflicto le paralizará o inclu
so le destruirá, y posiblemente a la Tierra también. Habrá traicionado la
confianza de su ‘dominio’.
Por lo tanto, para los adeptos a la brujería, cuya religión y arte provie
nen de las profundidades interiores, es obligatorio formar parte de las per
sonas sabias y demostrar que el Wicca satisface también las exigencias del
intelecto. Tienen que demostrarse a sí mismos y al mundo que su fe con
cuerda con la realidad y, por tanto, no contiene (por muy atractivo que
parezca en la superficie) las semillas de la autodestrucción.
La base del Wicca es un sistema filosófico en el que cada fenómeno,
desde la química a la clarividencia, desde los logaritmos al amor, encaja
razonablemente. Y desde el momento en que se ha convertido en un
movimiento de rápido crecimiento que se integra activamente en el
mundo real, debe (sin perder ni disminuir nunca su preocupación por
las profundidades psíquicas) explicar, examinar, desarrollar y mejorar
esta filosofía constantemente.
150 E l C a m in o d e l a s B r u j a s
2. Los diversos planos tal y como se integran en el conjunto que forma un ser humano se
discute con más detalle en el capítulo XII, ‘Reencarnación’; véase especialmente el esquema
de la p. 163.
L a R a c io n a l id a d d e la B r u j e r ía 151
3. Thelma Moss lo describe con agudeza: ‘El despertar de la ciencia de su largo sueño en la
cama de la materia.’ (The Body Electric, p. 253.)Y como dijo Gerald Durrell en sus programas
de televisión sobre animales, Ark on the Move: ‘Pienso que el científico ideal debería ser
medio poeta, medio lunático y medio artista; son tres mitades que forman un todo.’
152 E l C a m in o d e l a s B r u j a s
4. Para decirlo con palabras sencillas, en térm inos no científicos, la física nuclear ha
privado a las unidades básicas de la materia de su absoluta concreción. Paradójicamente,
m asa y energía, onda y partícula, han demostrado ser intercambiables. Las leyes de causa
y efecto se han vuelto válidas sólo hasta cierto punto. No importa en absoluto que estas
relatividades, discontinuidades y paradojas se cumplan sólo en los lím ites de nuestro
mundo, o sólo respecto a lo infinitam ente pequeño (el átomo) y lo infinitam ente grande (el
cosmos). Han provocado un cambio revolucionario en el concepto de la realidad, y la
realidad irracional se ha asomado detrás de la realidad de nuestro mundo “natural”, que
está gobernado por las leyes de la física clásica. En el dominio de la psique se han
descubierto sim ilares relatividades y paradojas. Aquí, de nuevo, otro mundo se asoma
dentro del mundo de la conciencia, gobernado por leyes nuevas y hasta ahora desconocidas
que son extrañam ente afines a las leyes de la física nuclear.’ Aniela Jaffé en Man and His
Symbols, p. 261 (Véase en Bibliografía ‘Jung, Cari G.’).
5. Un ejemplo fascinante de este cambio de actitud se encuentra en The Secret Vaults of
Time, de Stephan A. Schwartz (véase Bibliografía), que describe cómo un creciente número
de arqueólogos, incluyendo a J. Norman Emerson, el arqueólogo más respetado de Canadá,
han utilizado personas con poderes psíquicos en su trabajo, con éxitos dem ostrables y a
veces asombrosos.
L a R a c io n a l id a d d e la B r u j e r ía 153
7. En el vudú haitiano existe el mismo concepto. ‘La idea de la fuerza psíquica es a veces
descrita con la palabra “poin” (punto), que parece hacer referencia al punto de intersección
en el que la energía psíquica del mundo de lo invisible se transmite al mundo visible y
material.’ (Maya Deren, Divine Horsemen, capítulo 2, nota 29.)
L a R a c io n a l id a d d e l a B r u j e r ía 155
8. Ley que dice que la fuerza de una radiación decrece en proporción inversa ai cuadrado
de la distancia desde su fuente. Por ejemplo, si una lámpara arroja una cantidad x de luz
sobre un objeto a un metro de distancia, arrojará x/4 cantidad de luz sobre un objeto del
mismo tamaño a dos metros de distancia, x/9 a tres metros, x/16 a cuatro metros, y así
sucesivamente. Esta ley no se aplica a radiaciones emitidas tales como el radar parabólico
o reflector, pero la telepatía no tiene nada que ver con ninguna de estas emisiones; puede
recibirse en varias direcciones a la vez, y la fuerza de la recepción parece ser independiente
de la distancia.
156 E l C a m in o d e l a s B r u j a s
9. Por definición, el monoteísmo cree en un solo dios, mientras que el politeísmo lo hace
en muchos dioses. Sin embargo, debemos ser claros al respecto. La mayoría de los
politeístas, desde los sacerdotes del antiguo Egipto a los adeptos a la brujería actuales,
saben perfectamente que sólo puede haber una última Fuerza Creativa; ellos sencillamente
la personifican simbólicamente en diversos aspectos, tales como Isis, Osiris, Ma'at, Thot,
Aradia, Cernunnos, Afrodita, Marte, etc., para poder relacionarlos con todas aquellas
'longitudes de onda’ en las que el Creador se m anifiesta a sí mismo. Los monoteístas, en
el otro extremo, lo personifican como una sola figura (en la actualidad exclusivamente
masculina); mientras que por la puerta de atrás, el cristianismo admite en parte el principio
de los aspectos a través del mecanismo de la Trinidad, y el catolicismo en particular
admite, también por la puerta de atrás, el aspecto de la diosa en la forma, cuidadosamente
subordinada, de la Virgen María, y alcanza aspectos más especializados a través por
intermediación de los Santos. De todo esto se deduce que el monoteísmo no puede admitir
la polarización creativa a nivel divino, mientras que el politeísmo lo acepta totalmente.
L a R a c io n a l id a d d e la B r u j e r ía 157
los males que habrán desaparecido, las (para ser francos, sin duda sim
bólicas) dimensiones y los m ateriales, pero nada efectivo sobre lo que
sucede allí.
N uestra intención no es burlam os de la elevada arquitectura de San
Juan, ni siquiera quejarnos porque haga desaparecer el sol, la luna, el
mar, la noche y las velas, sino sugerir que su descripción negativa y
estática no procede de su estilo personal sino que pertenece intrínseca
mente al punto de vista monoteísta, no polarizado. Bajo el incontestable
gobierno de un Creador no polarizado, nada puede suceder.
El Cielo del Islam es mucho más interesante, aunque sólo sea por
que Mahoma era sexualmente sano y no legó a sus seguidores ninguna
de las inhibiciones y neurosis que el misógino Pablo deTarso impuso a la
cristiandad. Pues la polaridad, en su forma más hum anam ente agrada
ble posibilita el paraíso musulmán en la vida. Aunque inferior, para los
musulmanes la mujer está destinada por Alá a proporcionar y recibir el
placer. Para el cristianismo paulino, la m ujer no sólo es inferior, sino la
tentación al pecado, adem ás de moralmente débil, si no realm ente mal
vada (un punto de vista del que la Iglesia nunca ha llegado a despojarse
por completo, por mucho que nos resulta imposible encontrar justifica
ción alguna en las palabras o escritos de Jesús). El punto de vista m u
sulm án, a pesar de su inaceptable chauvinismo masculino10, admite de
buen grado el sexo en el cielo, cumpliendo así, al menos, uno de los as
pectos de la polaridad.
El budismo se sitúa en el otro extremo; su nirvana es francamente
estático, pero al menos es consecuente. Aspira a una existencia pura,
libre de polaridad y de actividad, en la inm utable Mente Eterna; así
pues, no esconde sus aspiraciones detrás de puertas de perla, ni siembra
el nirvana junto a árboles rebosantes de frutos.
A lcanzar el cielo, ya sea coral, sexual o estático, puede suponer
un largo camino para el creyente, pero estudiando la visión que se
tiene de él se puede d eterm in ar su actitud hacia la polaridad.
Los cielos terrenales del m aterialista (¿dónde si no iba situarlo?)
abarcan desde la riqueza individual del capitalista, el tenaz rechazo a la
10. Para ser justos con Mahoma, habría que decir que su Corán otorgó a las mujeres
ciertos derechos claramente definidos que no fueron oídos en aquel tiempo y cultura.
Para las mujeres árabes del siglo VII se trataba de un documento revolucionario que, sin
embargo, habría de sufrir el destino de todo dogma patriarcal; incluso siendo progresista
entonces, durante siglos de cambios fue anquilosándose en la Ley Divina hasta convertirse
en reaccionario.
158 E l C a m in o d e l a s B r u j a s
1. Una vez más, debemos hacer hincapié en que nunca se puede decir que todos los adeptos
a la brujería creen en una teoría particular, porque el dogma es extraño a! Wicca; cada
brujo o bruja cree en lo que él o ella considera aceptable o significativo. Respecto a la
reencarnación, algunos explican el fenómeno del recuerdo en términos de memoria racial
o genética, por la influencia del inconsciente colectivo, o de cualquier otra manera. En
nuestra opinión, estas explicaciones no son correctas, pero este es sólo nuestro punto de
vista, aunque sea el mayoritario.
R e e n c a r n a c ió n 161
3. ‘Espiritual’es una palabra cargada de significado para algunas personas, sobre todo las
que han sido educadas en el puritanismo. Es posible que prefieran el término ‘cuerpo
causal’, que a menudo se emplea como alternativa.
R e e n c a r n a c ió n 163
LA INDIVIDUALIDAD
Símbolo astrológico: el Sol.
Fig. 6
círculo del renacim iento’. Las cuen tas de ám bar (solar) rep resen tan las
encarnaciones m asculinas y las de azabache (lunar) las encarnaciones
fem eninas. (A unque esas vidas no se alte rn an necesariam ente.)
No obstan te, la form ulación‘m asculino-positivo, fem enino-negativo’
es u n a sim plificación, y aquí intervienen de nuevo los niveles. Lo m ascu
lino tiende a ser positivo en los planos m ental y físico, pero negativo en
el a stra l y el espiritu al; m ien tras que lo fem enino tiende a ser positivo
en los planos esp iritu al y a stra l, y negativo en el físico y el m ental. O
quizá se ría mejor decir en cada caso'activo-fertilizador’ en lugar d e ‘po
sitivo’ y ‘receptivo-form ativo’ en lu g a r d e ‘negativo’. E sta p au ta de entre-
cruzam iento de funciones e n tre lo m asculino y lo fem enino es uno de los
significados del símbolo del caduceo de serpientes e n trelazad as a lo lar
go de u n soporte vertical (véase F igura 7); es in teresan te observar que
se tr a ta de la divisa de H erm es/M ercurio, el m ás bisexual de los dioses
clásicos, cuyo signo astrológico ^ es en sí mismo una combinación de
los símbolos m asculino y fem enino4.
Un ejemplo fam iliar de este cambio de polaridad en los diferentes
planos es el de la m ujer-m usa y el h om bre-artista. B eatriz fertiliza a
D ante, y D ante alu m b ra el resultado; un paralelo exacto a la fertiliza-
4. El principio del cambio proporciona una respuesta a una cuestión que nos han preguntado
a menudo: ‘Al bendecir el vino, ¿por qué la mujer sostiene el cuchillo ritual y el hombre el
cáliz, cuando lo lógico seria al revés? La bendición del vino im plica a todos los planos. En
el plano m aterial, la pareja sim boliza el papel masculino-activo, femenino-receptivo con
su presencia corporal. En el plano m ental, el hombre adopta el papel activo pronunciando
las palabras necesarias. Pero la bendición sirve para tener efecto en los planos astral y
espiritual; y para expresarlo, la mujer sostiene el símbolo activo (el cuchillo ritual) y el
hombre el receptivo (el cáliz). Así, el ritual sim boliza perfectamente el entrecruzam iento
de las funciones m asculina y fem enina en varios planos. Todo esto nos recuerda que
llam ar al cuchillo ritual 'masculino’ y al cáliz ‘femenino’ puede no ser correcto en ciertos
contextos, pero llamarlos ‘activo’ y ‘receptivo’, respectivam ente, es preciso en todos los
contextos y en todos los planos.
R e e n c a r n a c ió n 165
ción de un hombre por una mujer en el plano físico5. Como dice Wilfred
en The Sea Triestess de Dion Fortune:‘Entonces comprendí por qué debe
haber sacerdotisas y sacerdotes, porque en una mujer existe una diná
mica que fecunda la naturaleza emocional de un hombre con la misma
certeza con que él fecunda el cuerpo físico de ella. Es algo que la civiliza
ción moderna, que todo lo convierte en estereotipos y en convencional,
ha olvidado. Una civilización que se ha olvidado de la Luna, Nuestra
Señora del Flujo y del Reflujo.’
Pero volvamos a lo que podría llamarse los mecanismos de reencar
nación. En la muerte física, el primero de los ‘escudos exteriores’ se des
prende: el cuerpo físico. El cuerpo etérico se desintegra, al romperse el
5. Esto no quiere decir, por supuesto, que sólo los hombres pueden ser poetas o artistas.
Sin embargo, parece ser cierto que la función de la musa es típicamente femenina. Tal vez
la mujer artista o poeta no necesita una musa; es difícil concebir a un Robert Graves
femenino escribiendo un libro titulado ¡El Dios Blanco! Tom Chetwynd sugiere que el
lado erótico de la vida (el principio de atracción y de relación) siempre está representado
por un dios masculino‘presumiblemente por ser el objeto de deseo más adecuado para las
mujeres’ (o para el ánima en el hombre), puesto que la musa (de las ideas) y la sabiduría
"son ambas femeninas por razones contrarias’ —como el tesoro buscado por el hombre o
por el animus en la mujer. (A Dictionary of Symbols, p. 143.) El aspecto oscuro de la musa
os la Sirena tibid, p. 274): en las relaciones personales, la mujer cuya influencia en la
psique del hombre es más destructiva que creativa.
166 E l C a m in o d e l a s B r u ja s
vínculo vital entre el cuerpo físico y los cuerpos astral, mental y espiri
tual . Separado de la fuente de suministro, por decirlo así, el cuerpo físico
ya no forma parte de una entidad total y comienza a descomponerse.
El foco de la conciencia se convierte, en primer lugar, en el cuerpo
astral. Por ahora, se encuentra en un estado continuo equivalente a la
proyección astral.
El grado de retirada de los planos depende de la persona. Algunos
(sobre todo aquellos atrapados por las obsesiones más burdas, como el
alcoholismo o una libido sexual insana) resisten el proceso, o bien ta r
dando mucho tiempo en comprender que están psíquicamente muertos,
o negándose a aceptarlo; esta es la explicación de muchas ‘obsesiones’ o
sensaciones de vampirismo psíquico que sienten los aún encarnados. El
exorcismo efectivo, gracias a un experto clarividente que conozca lo que
él o ella está haciendo, es una manera de hacer frente a esa entidad
astral y persuadirla de la necesidad de retirarse normalmente. Nuestro
amigo el reverendo Christopher Neil-Smith, uno de los mejores exorcistas
de Inglaterra, nos contó un caso típico. Una familia le llamó porque no
podía tener chicas au pair debido a que todas se sentían aterrorizadas
en la habitación de dormir que les proporcionaban (aparentemente, muy
agradable). Christopher descubrió la causa: un fantasma lesbiano. Dis
cutió con el fantasma utilizando sus propias palabras cristianas de po
der y le persuadió del error que cometía con sus molestias astrales. A
partir de entonces el problema desapareció.
(Sobre esta cuestión de palabras de poder: su efectividad depende
del realismo y el significado que tengan para el exorcista, y por supuesto
para la entidad astral. Obviamente, en este caso, las más efectivas fue
ron las cristianas. Un brujo, un hindú o un judío emplearían otras dis
tintas con el mismo efecto, aunque las creencias del'fantasm a’ también
son importantes. Recuerdo la historia del vampiro a quien retaron con
un crucifijo, y que replicó: ‘¡Ja, ja, ja. Has dado con el vampiro equivoca
do!’, lo que no es un chiste, como parece).
En el otro extremo de la escala, las almas bien integradas y avanza
das pueden, por voluntad propia, retrasar su retirada completa con el
objetivo de ayudar a sus amigos todavía encarnados. Nosotros creemos
que los padres de Stewart protagonizaron uno de esos casos. Su padre
murió físicamente en 1953, y su madre en 1958. Stewart y Janet no se
conocieron hasta 1970. En varias ocasiones clave en años recientes, la
madre de Stewart, con su padre detrás, lograron contactar con nosotros
utilizando a Jan et como médium, comunicándose a través de la escritu
ra automática y de otros medios, incluyendo algunas sorprendentes ‘co
R e e n c a r n a c ió n 167
que han tratado de abarcar más de lo que pueden; el ritmo de los aconte
cimientos puede ir por delante de sus conocimientos, dejándoles en un
estado peor del que estaban al comenzar. En cualquier caso, el mero
hecho de una iniciación auténtica, o de un compromiso oculto de alguna
clase, incluyendo la brujería, tiende a acelerar el karma, porque los ni
veles que permanecían dormidos se despiertan, que es todo lo que mu
chos de nosotros podemos afrontar.
Hay que hacer una aclaración más respecto al karm a antes de se
guir hablando del fenómeno de la reencarnación en grupo. Hemos ha
blado del karm a como un proceso casi impersonal, puesto en marcha por
las inexorables leyes de causa y efecto, y en qué consiste su principio
básico de acción. Pero eso no significa que no intervengan, o que se limi
ten simplemente a observar, aquellos a quienes a veces hemos denomi
nado ‘los Señores del Karma’. Existen entidades superiores de muchas
clases que actúan en los planos no materiales, intermedios entre la hu
manidad y las últimas fuerzas creadoras, como todas las religiones reco
nocen. Nosotros sólo formamos parte de un cosmos interdependiente,
complejo y con múltiples niveles, y estas entidades superiores tienen
que jugar sus propios papeles en la evolución de la vida en su conjunto.
Así pues, sería pecar de arrogancia imaginar que sus acciones no nos
afectan, o que nunca intervienen ni nos conducen en la dirección necesa
ria. Y lo que es más, se puede recurrir a ellos por el proceso de auto-
armonización conocido como invocación.
De alguna manera, podríamos compararlo con los granjeros. Un buen
granjero no ignora ni tra ta de sabotear las leyes de la naturaleza; las
aprovecha buscando el máximo rendimiento y una ecología equilibrada.
De la misma manera, los Señores del Karma no se saltan las leyes de
causa y efecto; pero si queremos pueden, y de hecho lo hacen, ayudarnos
a no estar reñidos con ellas. Nos pueden ayudar a utilizar los procesos
naturales en lugar de luchar contra ellos en perjuicio nuestro o en el de
otras personas. Si cooperamos con ellos deliberadamente y tratam os de
sintonizar con su voluntad, es posible que nos veamos impulsados en
direcciones cuyo inmediato significado no podemos colegir. En nuestra
jerga profesional, a veces lo llamamos ‘el Guión’ y para nosotros, como
para otras muchas personas, es algo que puede conducirnos por caminos
misteriosos, pero que al final resultan tener sentido.
Resumiendo: el resultado del karm a, como el de llevar una granja,
es uña combinación entre el inexorable proceso natural y la m anipula
ción inteligente de esos procesos por seres con un propósito determinado
que conocen el programa global.
R e e n c a r n a c ió n 171
7 Los druidas parece que fueron muy pragmáticos al respecto. Se dice que a veces se
Lucían verdaderos préstamos entre sí, contra pagarés pagables en su próxima encarnación.
172 E l C a m in o d e l a s B r u j a s
R. Ya que todas las relaciones son dinámicas, suponernos que incluso las almas gemelas
deben tener sus crisis. Uno de nuestros miembros amenazó con escribir una novela ocultista
titulada (!) The Tkousartd-Year Itch.
174 E l C a m in o d e la s B ru ja s
¿Cuáles son los mecanismos para reunir a las personas que han estado
asociadas entre sí en vidas anteriores? Después de todo, se puede acep
ta r el principio, pero aún así resulta difícil de aceptar que u n a ‘emoción
no saciada’ vaya a superar y cumplir una serie de aparentes coinciden
cias de residencia, empleo, encuentros casuales y cosas así, que en la
práctica lograrían provocar estos reencuentros. Por ejemplo, nosotros
decidimos conscientemente trasladarnos de Londres a Irlanda en 1976
por lo que nos pareció una razón puram ente económica: que la Repúbli
ca no cobra impuestos a los escritores. Sin embargo, por un lado existía
un profundo punto de inflexión en nuestro desarrollo wiccaniano y nues
tro trabajo, y por otro nuestro traslado nos puso en contacto íntimo con
varias personas sobre cuya implicación crucial en nuestras vidas pasa
das no tenemos duda. Y de todo esto, como meros refugiados tributarios,
no tuvimos la más ligera precognición. ¿Fueron los Señores del Karma
quienes sacaron nuestros billetes de barco? Como ya hemos dicho, pue
de que nos em pujaran en la dirección oportuna en el momento preciso;
pero seguram ente se habría logrado un progreso kármico muy escaso
con virtiéndonos en meros muñecos.
R e e n c a r n a c ió n 175
10. Hay que decir que las almas de grupo racial, tribal, etc., continuarán existiendo como
influencias colectivas incluso tras el incremento de la individualización de sus miembros;
y que estas influencias pueden ser para mal o para bien. Uno de los aspectos menos
admirables del pensamiento oculto europeo en el siglo XIX y principios del XX fue la
extendida convicción de la superioridad del alma racial europea (esto es, de los blancos
caucásicos). Muchos escritores y hermandades dieron por hecho que representaba la cima
de la evolución espiritual humana jamás alcanzada, en lugar de una contribución entre
otras muchas a esa evolución, que es lo más amable que se puede decir con certeza sobre
cualquier alma racial.
R e e n c a r n a c ió n 177
tañuelas). ‘Pero tu pelo debía ser negro... ¿Dónde está el otro hombre?’
‘¿Qué hombre?’ El niño desvió la pregunta y siguió: ‘Tú eras mi mamá.
Pero no eras la mujer de papá, eras su amiga.’Todo lo que dijo, de mane
ra totalm ente espontánea y con «Janet evitando deliberadamente suge
rir o insinuar nada, concordaba con lo que ya creíamos saber de la encar
nación de Jan et como cortesana en Segovia alrededor del año 1500; ade
más identificaba uno de sus hijos ‘perdidos’. El niño parecía actuar con
total naturalidad y siguió hablando de otras cosas como si entonces lo
recordase, y estuvo todo el tiempo muy cerca de Jan et hasta que llegó la
hora de que la familia se marchara. Ni él ni sus padres podían haber
tenido el más mínimo conocimiento acerca de la convicción de Janet de
haber vivido una encarnación en Segovia.
El m aterial sobre las reencarnaciones más impresionante es el que
se obtiene por regresión hipnótica. En muchos casos, psiquiatras profe
sionales han tropezado con el fenómeno por accidente, para después con
tinuar estudiándolo sistemáticamente. Hacer regresar a un paciente bajo
hipnosis, revivir experiencias de la infancia y desenterrar traum as que
entonces pueden ser apropiadamente tratados, es una técnica psiquiá
trica normal. Y al hacer regresar a sus pacientes a etapas cada vez más
tem pranas, muchos psiquiatras se han quedado sorprendidos al descu
brir que se remontan no sólo hasta el nacimiento o a las impresiones
uterinas sino que recuerdan vidas anteriores. Tras examinar estos datos
inesperados con un escepticismo profesional basado en la lógica, mu
chos de estos doctores han seguido sondeando hasta que, finalmente,
han terminado por quedar ellos mismos convencidos.
The Cathars and Reincarnation, de A rth u r G uirdham ; Many
Lifetimes, de Joan G rant y Denys Kelsey, y Have Reen Here Before, de
Edith Fiore, son libros que describen el fascinante proceso de este descu
brimiento. La colaboración de G rant y Kelsey fue particularm ente fruc
tífera. Al parecer, ella llegó a recordar totalm ente vidas pasadas que
describió en novelas (o autobiografías) como Winged Pharaoh y Life as
Carola. Por su parte, él era un psiquiatra que descubrió la evidencia de
la reencarnación de la m anera que hemos descrito. Ambos empezaron a
trabajar juntos en 1958 y term inaron casándose. Many Lifetimes es un
clásico del género12.
12. Sin embargo, Many Lifetimes introduce un concepto que no se encuentra en la teoría
clásica: el de la Individualidad inmortal que acumula un 'guardarropa' (el símil pertenece
a los mismos autores) de 'cuerpos suprafisicos' de vida en vida que parecen coincidir con
la idea común de los eterices. La sugerencia se refiere a que el cuerpo suprafisico que da
R e e n c a r n a c ió n 181
forma y contiene el cuerpo físico en esta encarnación puede ser uno que ha sido reactivado
a partir de una encarnación anterior (no necesariamente la inmediatamente previa).
Incluso podría ser uno adecuado a una etapa anterior a esta encarnación, insanamente
retenido más allá de su propio tiempo, dando así origen a una enfermedad, puesto que lo
físico y lo suprafisico son opuestos. Los autores parecen haber basado el logro de la curación
en esta teoría. No es necesariamente incompatible con la teoría clásica y la Individualidad
podría llevaren sí 'planes de acción’de cuerpos etéricos anteriores, y naturalmente tender
a volver a utilizarlos -igual que la solución líquida de una substancia cristalina lleva en sí
el ‘plan de acción' por el que reconstruye cristales de estructura y forma características.
Ciertamente, esta teoría del 'guardarropa' explicaría el hecho de que 'compañeros de
viaje', tal y como recuerdan encarnaciones pasadas comunes, son a veces (aunque no
siempre) recordados como visualmente semejantes a su apariencia actual, aunque debe
admitirse que. incluso cuando el recuerdo es auténtico, esta aparente semejanza puede
ser una proyección psicológica.
182 E l C a m in o d e las B r u ja s
id. O incluso del día siguiente; con frecuencia, los sueños emplean material precognitivo,
no necesariam ente significativo en sí mismo, sino como sim ples 'ladrillos y argamasa' del
contenido revelado. El libro clásico sobre este aspecto es An Experiment with Time , de J.
W. Dunne. Los registros de nuestros propios sueños corroboran las afirmaciones de Dunne
sobre el m aterial precognitivo de los sueños, aunque mantenemos una actitud abierta
respecto a su interpretación teórica del fenómeno.
184 E l C a m in o d e l a s B r u j a s
harás’1. El brujo piensa que los excesos del ascetismo masoquista por un
lado y el burdo m aterialismo por otro son dos caras de la misma mone
da, porque ambos distorsionan la totalidad hum ana rechazando uno o
más de sus niveles. Los brujos creen en el gozoso equilibrio de todas las
funciones hum anas.
Esta perspectiva se expresa perfectamente en la Carga (véase pp.
388-89): ‘Ríndaseme culto en el corazón que se regocija; pues mirad, to
dos los actos de amor y placer son mis rituales. Por tanto, dejad que la
belleza y la fuerza, el poder y la compasión, el honor y la humildad, el
regocijo y la veneración habiten en vosotros.' Vale la pena situar estas
categorías en sus correspondientes polarizaciones:
belleza y fuerza
poder y compasión
honor y humildad
júbilo y veneración
1. Esa fue la enseñanza de Jesús. Lo que empezó siendo una religión del amor y la conducta
positiva acabó siendo completamente transformada a través de un monstruoso crecimiento
del dogma en una estructura rechinante de acritudes sectarias y prohibiciones negadoras
de la vida.
L a É t i c a d e l a B r u j e r ía 187
4. La H ip ótesis de G aia la form ularon dos n otab les científicos, J a m es Lovelock y S id ney
E pton, en un artículo de la revista The New Scien tist del 6 de febrero de 1975. En él
postularon la poco convencional te sis de qu e ‘La vid a d efin e las condiciones m ateriales
necesarias para su supervivencia y s e asegura d e que perm anezcan.’ S eñ alaron que durante
3,5 0 0 m illon es de a ñ o s,‘Si la tem peratura y hum edad o salin id ad o acidez o cu alq u iera d e
la s d em ás v ariab les de la Tierra se hub ieran d esviad o de un estrech o m argen de valores
d u ran te cu alq u ier periodo de tiem po, la vid a hub iera sido an iq uilad a.’ El hecho de que
todas e s ta s variab les hayan perm anecido dentro de los lím ites de seguridad (con frecuencia,
com o Lovelock y Epton d em u estran , contra toda probabilidad) les lleva a la proposición
de que ‘la m ateria vivien te, el aire, los océanos, la su p erficie terrestre form aban parte de
un gig a n tesco siste m a qu e fue capaz de controlar la tem p eratu ra, la com posición d el aire
y del mar, el pH del terreno, etcétera, de m anera que fuesen óptim os para la su p ervivencia
de la biosfera. El siste m a parecía exh ib ir la conducta de un organism o sim p le, o incluso
de u n a criatu ra vivien te. A lgu ien con tan form idables poderes m erecía un nom bre a su
altura; W illiam Golding, el n ovelista, su girió G aia, el nom bre que los a n tigu os griegos
dieron a la d iosa de la Tierra.' En el artículo añadieron qu e ‘En el hom bre, G aia e s el
eq u iv a len te al siste m a nervioso cen tral y a una conciencia de sí m ism o y del resto del
universo*. Y p la n tea b a n fu n d a m en to s a leccio n a d o res y cien tífico s para h ab lar de la
responsabilidad que recae sobre la hum anidad.
L a É t ic a d e la B r u j e r ía 189
saber el tratam iento del médico para estar seguros de que cualquier
ji vuda que le proporcionemos no entre en conflicto con aquel. Se trata de
un terreno muy delicado, en el que hay que adentrarse con conocimien-
lo; las brujas y los brujos deberán ser los aliados del médico y no sus
rivales. La mayoría de los médicos se dedican a curar, y vale la pena
recordar que gran parte de ellos, además de sus conocimientos adquiri
dos, poseen un don innato de naturaleza psíquica que es lo que les con
duce a la profesión en primer lugar; con frecuencia actúan sin ser cons
cientes de poseerlo, excepto quizá intuitivamente.
El hecho que hay que afrontar es que si utilizamos esas drogas esta
remos inevitablem ente sosteniendo la poderosa red criminal que las
sum inistra. E stas redes (que a menudo cuentan con am istades en las
altas esferas) crean riqueza a costa de la ruina de mentes y cuerpos,
incluyendo, en una escala aún mayor, a los escolares. Sus actividades se
entrelazan con todas las demás formas de actividad criminal, desde el
chantaje a la corrupción política, y es probable que en la actualidad no
exista un elemento de la comunidad más vicioso y antisocial. Algunos
se interesan activam ente por el mundo del ocultismo, tanto como mer
cado como para abusar de su poder con fines particulares. Además de
todas estas cosas, cuando sus productos llegan al consumidor, su pure
za es cuando menos dudosa.
Compre drogas y estará manteniendo a individuos de este tipo.
Incluso si preparamos nuestros propios alucinógenos para uso per
sonal, como la Amanita muscaria, se corren graves riegos físicos y psico
lógicos, y la propia psique estará intentando recorrer un peligroso atajo
en la ilusión de que se controlan los niveles.
Las brujas y los brujos prudentes dejan en paz las drogas y alcanzan
su expansión de la conciencia por el camino más difícil, el único que
existe ya sea corto o largo.
r». El empleo de los términos ‘blanca’ para referirse a la magia ber.efactora y ‘negra’ para
la dañina es tradicional, aunque en la actualidad desafortunada a causa de su posible
falsa interpretación racista. Al haber admitido brujos de color en nuestro conventículo,
esperamos estar absueltos de cualquier falsa interpretación. Nosotros empleamos esos
términos, en su aceptado sentido mágico, porque son inmediatamente comprendidos cuando
hablamos con personas ajenas al culto. Algunos ocultistas utilizan en su lugar los términos
Hondero diestro' y'sendero siniestro’; pero (a) no siempre son comprendidos por las personas
logas, y (b) en el Tantra se emplean, respectivamente, para referirse a los principios
mágicos Dakshina Marg, o solar-m asculino, y Varna Marg, lunar-fem enino, y sus
implicaciones de ‘bueno’ o ‘malo’ parecen ser una corrupción chauvinista masculina de
m u s significados originales. (Véase Culis of the Shadow, de Kenneth Grant.)
194 E l C a m in o d e l a s B r u ja s
La Ley dice: ‘N unca aceptes dinero por el uso del arte, pues el dinero
m ancha a quien lo tom a.’ Es un principio universal en tre quienes
profesam os la brujería blanca no recibir dinero por trabajos mági-
196 E l C a m in o d e l a s B r u j a s
ricas que poseemos, sino que también embarca a los teólogos en contro
versias inútilmente absurdas. (¿Tenían ombligo Adán y Eva? ¿Cómo cu
pieron todos los animales en el Arca?, etc.) Algunos degradan el ritual a
un modelo rígido de ortodoxia que se aparta por completo de su signifi
cado inherente, mientras que otros reaccionan contra esto minimizando
los rituales hasta el punto de que su significado acaba por desaparecer.
Otros han perdido toda perspectiva en cuanto ai papel psicológico de los
símbolos, clasificándolos como ‘nuestros’ (y por tanto sagrados) o ‘suyos’
(y por consiguiente diabólicos), abandonando la idea de que un símbolo
puede tener distintos significados en contextos diferentes.
También es cierto que las religiones disponen de fieles que conocen
profundamente sus mitos, los rituales y su simbolismo, y que son capa
ces de utilizarlos de modo creativo dentro de la estructura de su propia
fe. Sin embargo, ocurre con frecuencia que cuando intentan expresar a
los demás sus ideas al respecto, sus correligionarios, cuya ‘fe’ es una
rígida estructura de reflejos condicionados, les miran de reojo como si
fueran unos herejes.
Lo que el Wicca tra ta de alcanzar en su empeño es ese entendimien
to para que se desarrolle entre sus miembros, lo que significa entender y
respetar las funciones psíquicas y psicológicas del mito, del ritual y del
simbolismo, y utilizarlos a plena conciencia según las necesidades y la
singularidad de cada individuo. Esto resulta mucho más fácil en una
religión no jerarquizada ni autoritaria como el Wicca, que no sólo tiene
capacidad para ser flexible, sino que realmente valora la flexibilidad.
Trataremos de definir cada uno de los tres términos por separado.
‘Los mitos son acontecimientos del espíritu expresados como ficción
de la m ateria.’ (Maya Deren, Divine Horsemen, p. 29). O más concreta
mente: ‘Los mitos podrían definirse como símbolos ampliados que des
criben vividamente las secuencias y pautas típicas de las fuerzas que
intervienen en la vida en su función cósmica, social e individual...Todos
los mitos surgen directamente de la psique humana, por lo que están
llenos de sabiduría y conocimiento de la naturaleza y estructura de la
misma psique. La mitología es la dramatización de la psicología.’ (Tom
Chetwynd, A Dictionary of Symbols, p 276.)
Lo que el Wicca persigue, como religión, es la integración de los as
pectos conflictivos de la psique hum ana entre sí y en el conjunto de la
Psique Cósmica. Como arte busca desarrollar el poder y el auto-conoci
miento de la psique individual (y en un conventículo, la agrupación coo
perativa de psiques individuales) para obtener resultados que están más
allá del alcance de una psique no desarrollada porque carece de concien
200 E l C a m in o d e l a s B r u j a s
1. ‘Prom eteo, el ladrón del fuego; H ércules, que m ató a! dragón; los incontables m itos de
la creación; la exp u lsión del paraíso; los m isterios de la creación; el nacim iento virginal;
la pérfida traición del héroe; el desm em b ram iento de O siris, y otros m uchos m itos y
cuentos de had as representan procesos psíquicos expresados en im ágen es sim bólicas. De
igual forma, la s figuras de la serpiente, el pez, la esfinge, los an im ales providenciales, el
Árbol del Mundo, la Gran Madre, la princesa encantada, el puer aeternus, el m ago, la
an cian a sabia, e l paraíso, etc., constituyen m otivos y contenidos del inconsciente colectivo.’
(Jalande Jacobi, The Fsychology of C. G. Jung, p. 47.) Nada m ás term inar de escribir este
capítulo, la princesa Gracia de Monaco ha m uerto trágicam ente en un accidente de coche.
La rea cció n m u n d ia l (e sp e c ia lm e n te aq u í en la Irlan d a de su s a n te p a sa d o s) fue
com prensible; era una dam a m uy querida, y con razón, pero la intensidad em ocional de
e sta reacción resu lta m uy sign ificativa. Gracia de Monaco ha sido, literalm en te, una
leyenda vivien te; vivió un m ito clásico a la v ista de todos. N ieta de un cam pesino que se
convierte en el eq u ivalen te m oderno del m úsico am bulante que es raptada por un príncipe
encantado para convertirse en princesa y gobernar a su lado en su principado de cuento.
Su historia es tan arquetípica que ha hecho m ella en el inconsciente de todo el mundo.
204 E l C a m in o de la s B rujas
2 . Que esta fuese la explicación del increíble éxito de la inmortal serie radiofónica The
Goon Show lo comprendió perfectamente uno de sus creadores, Michael Bentine.él mismo
u n dotado vidente. En su libro The Door Marked Summer (pp. 197-8), dice: ‘Para mí resulta
fascinante pensar que ahí, para todo el que oiga y piense en ello, se encuentra un ejemplo
definitivo del efecto que poseen los sencillos principios mágicos de la ritualización repetida
y su probada capacidad para evocar im ágenes arquetípicas instantáneas y poderosas en
la s m entes de quienes participan en sus ritos. El Golden Dawn, Stella Matutina (otra
orden mágica importante), Royal-Arch Freemasonry, los oscuros rituales de los nazis o, si
s e quiere, los hermosos ritos de la Misa Tridentina, todos utilizan los mismos principios
básicos de arrastre mental mediante símbolos ritualizados y la evocación deliberada de la
im aginación a través del sonido que nosotros (inconscientemente) usamos en la realización
d e The Goon Show.'
208 E l C a m in o de la s B rujas
hum ana está fuera de toda duda, y tanto los creyentes como los ateos
pueden utilizar técnicas que les perm itirán estar de acuerdo con ellos,
saludable y fructíferamente.
Voltaire dijo: ‘Si dios no existiera, habríamos tenido que inventarlo.’
Puede parecer úna frase cínica, pero también puede reformularse: ‘Sean
las formas arquetípicas de los dioses cósmicamente divinas o simplemente
piedras angulares vivas de la psique humana, seremos prudentes si esta
blecemos nuestra relación con ellas como si fueran divinas.’ Los mitos y los
rituales crean una comunicación fructífera con ios arquetipos, y dada la
naturaleza y la evolución de la psique humana, su simbolismo, su único
vocabulario efectivo, es básicamente religioso. Renunciar a los mitos y a
los rituales nos aparta de los arquetipos, separación que nos puede resul
tar peligrosa o tener consecuencia catastróficas.
X V B ru jería y sexo
dad viudo al dios1. El antiguo Egipto, por ejemplo, perm aneció siendo
m atrilineal políticam ente en todos los niveles de la sociedad h a sta la
época de la últim a faraona, Cleopatra. Como dice M argaret M urray (The
Splendour that was Egypt, p. 70), ‘La reina era reina por derecho de
nacimiento, m ientras que el rey lo era por derecho de m atrim onio’, y
esta m isma regla rigió tam bién p ara nobles y campesinos.
¿Cómo se produjo esta toma de posesión m asculina de la política, la
economía, la teología y las actitudes sociales? ¿Llegó a ser tan completa
que d u ran te muchos siglos se aceptó (incluso por la m ayoría de las m u
jeres) como el orden n atu ral de las cosas?
Nos atrevem os a decir que se tra tó de una fase evolutiva en la rela
ción entre las funciones consciente e inconsciente de la m ente hum ana.
El ego consciente, que distingue al homo sapiens del resto de los anim a
les terrestres, sólo ha estado con nosotros desde su prim er y rudim enta
rio d esp ertar hace quizá medio millón de años. D urante la mayor parte
de este tiempo, fue creciendo, aprendiendo y aportando su contribución
a la supervivencia h u m ana y sus logros. Alcanzó un alto nivel de desa
rrollo m ucho a n te s de que tu v ie ra lu g a r la tom a de posesión del
patriarcado; no estam os sugiriendo que hubo un repentino salto evoluti
vo en la in n a ta cualidad de la conciencia hum ana en los últimos cuatro
o cinco mil años. Pero lo cierto es que llegó a un estadio (de m anera
relativam ente repentina, en función de ese medio millón de años de tiem
po) en el que el ego consciente empezó a flexionar sus músculos y a rom
per ese equilibrio.
El desencadenante pudo muy bien ser el desarrollo tecnológico. Las
trib u s cazadoras vivían en lo que Marx y Engels llam aron ‘comunismo
prim itivo’. Cuando la caza era buena se alim entaban bien, y cuando era
escasa pasaban ham bre. No había un excedente apropiado, y por lo ta n
to tampoco una estru ctu ra de clase. El liderazgo del clan recaía n atu ra l
m ente en el cazador más inteligente, m ás fuerte y m ás experimentado,
cuya coordinación del esfuerzo del grupo sería obedecida tan de buen
1. La bruja americana Starhawk, que enfatiza la distinción vital entre 'poder-de arriba’ y
‘poder-de-dentro’, dice: ‘Utilizo la palabra matristic (“orientado hacia la madre”) antes
que “matriarcal” porque para mucha gente matriarcado implica una imagen contraria al
patriarcado. Los académicos debaten sin fin sobre si existieron alguna vez culturas en las
que las mujeres ejercieron el poder sobre los hombres. Lo que yo trato de decir sobre la
cultura centrada en la diosa es que el poder estaba basado en un principio diferente al del
patriarcado.’ (Dreaming the. Dark, p. 229.) Starhawk define la magia como ‘el arte de
evocar el poder-de-dentro y de utilizarlo para transformarnos a nosotros mismos, nuestra
comunidad y nuestra cultura, y para resistir la destrucción que aquellos que manejan el
poder-de-arriba están acarreando al mundo.' (Ibid .. p. xi.)
214 E l C a m in o d e l a s B r u j a s
grado (puesto que significaba más comida) como si fuera un buen capi
tán de un equipo de fútbol en la actualidad (porque significa más goles).
Debió haber especialistas, como el chamán o los chamanes, cuya magia
también estuvo orientada a favorecer la caza, o como el experto cascador
de sílex, liberado de otras tareas para m antener el suministro de puntas
de flechas. La división del trabajo entre los sexos debió estar condiciona
da por la demanda de partos y la crianza2, pero se trataba de especialis
tas, no clases económicas, lo mismo que cuando una familia encarga el
cuidado del jardín al miembro ecologista más hábil o un equipo de fútbol
pone en la portería al jugador que tiene los brazos más largos.
En esta etapa de la caza tribal, la supervivencia (y la diferencia en
tre una buena vida o una sufrida existencia) era un asunto totalmente
comunal, al que deberían dedicarse todas las capacidades, tanto planifi
cando y actuando conscientemente, como utilizando la intuición y el ins
tinto. La cooperación entre el ego y el inconsciente se daba por supuesta,
porque la supervivencia así lo exigía.
Se ha escrito am pliam ente sobre el desarrollo de las estru ctu ras
de clase que comenzaron tra s la aparición de la agricultura, con sus
crecientes especializaciones y sus adecuados excedentes, por lo que
no hay necesidad de rep etir aquí la historia. Sin embargo, sus reper
cusiones fueron cada vez más im portantes en la psique hum ana.
Debieron surgir conflictos dentro del ego en tre las dem andas de su
pervivencia de la tribu y las ventajas personales y de clase. La con
ciencia de grupo había dominado la tribu cazadora m ientras la con
ciencia propia e individual perm anecía en una relativa oscuridad.
(Este fenómeno persiste en la actualidad en los pocos enclaves donde
la cultura de la caza tribal todavía existe; por ejemplo, un aborigen
australiano sometido a un'señalam iento del hueso’ lo considera como
una exclusión ritu al de la trib u y m uere rápidam ente porque siente
que ya no existe. También intervienen otros factores, por supuesto, y
no dudamos de los auténticos poderes psíquicos de los brujos-médi
cos aborígenes, pero el sentim iento d e ‘dejar de existir’ es p articu lar
m ente significativo.) Sin embargo, en una estru ctu ra de clases, la
individuación procedería a pasos agigantados. Los peones avanza
ban hacia su coronación en núm ero cada vez mayor, y el ego cons
ciente de sí mismo fue diferenciándose rápidam ente del ego cons
c ie n te tr ib a l. (La c o n cien cia de c la se , que im p lica la feroz
3. Entre las autoridades que no pasaron por alto el momento culminante sexual menstrual
se encuentran el mismo Jung, C. D. Daly, Mary Jane Sherfey, Alex Comfort, PaulaWeideger,
William Masters y Virginia Johnson.
S exo y B r u je r ía 221
4. Shuttle y Redgrove sugieren que el símbolo del cérvix, el cono con la depresión central,
o más exactamente (según puede verse en el espéculo) como el bulto redondeado sobre un
creciente, aparece más extensamente de lo que se ha reconocido. El ornphalos es un ejemplo;
el árbol lunar asirio, uno de los símbolos más antiguos de la diosa, es otro. Nosotros
conocemos omphaloi que se reverencian en Irlanda, desde en una parroquia de Kells, en
el condando de Meath, a las muchas piedras ‘bullawn’ aparentemente naturales, rocas
con una depresión en la parte superior que guarda el agua de la lluvia y se cree que
poseen propiedades mágicas curativas. Nos preguntamos, también, si el disco y los cuernos
de Isis, normalmente interpretados como el disco solar entre los cuernos de la vaca, no
fueron en su origen un cérvix . (Véase Fotografía 13 para todos estos ejemplos).
S e x o y B r u j e r ía 223
sobre tocio en materias morales'. También descubrió que, aunque las mujeres católicas
reflejan actitudes ortodoxas en mayor medida que los hombres, 'hay pruebas de que la
brecha en el grupo de la juventud se estrecha.'
Un reportaje publicado el 13 de enero de 1983 por la Laity Commission de Inglaterra y
Gales afirmaba que las mujeres católicas de ambos países aceptaban que el aborto estaba
mal en general, pero no necesariamente en todas circunstancias. Consideraban la
contracepción 'como un hecho, además de un asunto de la conciencia personal', y existía
un sentimiento de que la Iglesia debería reconocer que matrimonios válidos a veces se
rompen y que debería permitirse a las partes volver a casarse si así lo deseaban. El
reportaje, Why Can't a Woman be More Like a Man?, estaba basado en discusiones entre
grupos de mujeres especialmente convocadas con ese propósito en 1976 y 1977, pero su
publicación parece que fue pospuesta a causa de los recelos habidos entre algunos miembros
de la misma Lay Commission. A las mujeres de los grupos les molestó ser tratadas como
ciudadanos de segunda o tercera clase dentro de la Iglesia, y el reportaje mismo invitaba
a la Iglesia a poner su propia casa en orden y a revisar por completo y con rigor sus
propias actitudes hacia las mujeres. En la actualidad todavía parecen orientarse hacia la
Edad Media.'
7. Incluso Dion Fortune no está totalmente libre de este prejuicio. Su libro The Esoteric
Philoaophy of Love and Marriage es excelente y está lleno de sabiduría oculta, pero lo
escribió entre las dos guerras, y algunas partes reflejan las actitudes de la época. Para ser
justos, las consecuencias de la explosión demográfica no se conocían hace medio siglo.
234 E l C a m in o d e l a s B r u j a s
Las actitudes de las brujas y de los brujos hacia otras religiones y sende
ros ocultos varían mucho, e incluso hacia las tradiciones wiccanianas
diferentes a la suya. Algunos, lamentablemente, confunden la rebelión
juvenil con la sensatez y en consecuencia maldicen indiscriminadamente
todo lo cristiano y a todos sus creyentes (o de cualquier religión paterna
que hayan heredado). Otros insisten en que el suyo es el único camino
wiccaniano verdadero y que los gardnerianos, los alexandrianos o los
partidarios del Seax-Wica y demás son herejes.
No obstante, la mayoría son constructivos y aceptan la antigua
m áxim a ocultista de que todas las religiones auténticas (dejando a
un lado la definición d e ‘au tén tica’ de momento) son diferentes cami
nos que conducen hacia las mismas verdades, y que la selección del
236 E l C a m in o d e l a s B r u j a s
1. Los sufís sostienen que Mahoma también impartió enseñanzas internas (‘la Sabiduría')
a unos pocos escogidos, diferente a sus enseñanzas exteriores transmitidas en el Corán
(‘el Libro’).
240 E l C a m in o d e l a s B r u j a s
a todos aquellos cuyos caminos son distintos pero cuyos objetivos últi
mos pueden ser más parecidos a los nuestros de lo que a veces creemos.
Haremos mejor tratan d o de entenderles y ayudándoles a entendernos.
Una vez admitimos en nuestro conventículo a un joven cristiano que
había sido misionero laico, pero que acabó desanimándose y perdiendo
gran p arte de su fe. Le iniciamos y enseñamos como brujo, y llegó a ser
uno muy bueno. Un año después, nos dijo que quería volver a la Iglesia.
Nos aseguró que nuestras enseñanzas le habían ayudado a entender su
propio cristianism o y a aclarar los conflictos que le habían estado para
lizando. Le dejamos em prender su camino con nuestra bendición y si
guió siendo nuestro amigo. Un hombre renovado.
Siempre que sentim os la tentación de reaccionar con agresividad
contra alguien que va por un camino distinto al nuestro, nos acordamos
de este joven y nos recordamos a nosotros mismos que por mucho que
otros caminos aparezcan iluminados con otros símbolos, puede que se
dirijan hacia la m ism a m eta.
X VII D ir ig ir un C on ven tícu lo
1. No hay necesidad de seguir insistiendo cada vez en ‘o amantes declarados’. Por ‘pareja
casada’ nos referimos a un hombre y una mujer que mantienen una relación sexual
exclusiva y estable, sea cual sea su situación personal o legal.
246 E l C a m in o d e l a s B r u j a s
El sumo sacerdote nunca deberá perm itir que todo esto se desboque.
Si ella se encuentra agotada antes de un círculo, podría sugerir que es la
noche perfecta para dejar que Bridget y Harry presidan m ientras ella
descansa. También deberá tener el ingenio suficiente para sacarse de la
manga dos o tres charlas de instrucción, o ejercicios de grupo, anuncián
dolos o no, que dirigirá él mismo para liberarla de la responsabilidad
durante un tiempo. Nunca deberá descuidar su defensa psíquica, recor
dando que toda la sensibilidad y apertura psíquica que se le exigen la
hacen especialmente vulnerable. Una parte importante de su trabajo
consiste en ser el guardaespaldas psíquico y tener siempre preparado el
círculo alrededor de la cama, el adecuado pentagram a de expulsión, el
ritual de los orificios del cuerpo o cualquier otra cosa que necesite. Si no
está casado ni vive con ella, debe lograr un equilibrio incluso m ás delica
do, siendo tan consciente de su situación como lo permitan las circuns
tancias, pero sin invadir su privacidad ni estar encima agobiándola. (In
cluso un marido deberá recordar esto; su esposa y suma sacerdotisa debe
sentirse protegida pero no ahogada ni mimada.)
Una sum a sacerdotisa conocida públicamente, sobre todo si posee
una personalidad viva y extrovertida, es probable que despierte celos,
provocando rumores maliciosos. Entre los que conocemos sobre noso
tros, unos dicen que Jan et tiene una serie de am antes, algunos con nom
bre y otros a los que ni siquiera ha conocido, y/o que Stew art tiene un
pequeño harén (la verdad es desde el principio siempre tuvimos plena
confianza en cada uno de los dos, y no tenemos intención ni deseo de
hacer otra cosa nunca); que Jan et se entretuvo con algunos de esos su
puestos am antes en un castillo de nuestra propiedad en medio de un
lago en el condado de Mayo (de hecho, nuestro hogar de Mayo era una
cabaña de dos dormitorios en una ciénaga); que el cuerpo de Ja n e t está
lleno de silicona (de hecho, es enteram ente tal y como la naturaleza lo
creó); que somos ricos (lo cierto es que, como muchos escritores autóno
mos, vivimos humildemente); que Jan et se cambió de sexo (!); que no
estamos casados legalmente (nos casamos en el Registro civil de Woking,
Surrey, el 19 de julio de 1975, como cualquiera puede comprobar); etcé
tera, etcétera.
Doreen Valiente tiene su propia lista de historias que ha oído sobre
sí m ism a.‘La que más me gusta,’ nos dijo,‘es que soy una hija ilegítima
D ir i g ir u n C o n v e n t íc u l o
<ie Aleister Crowley. Se supone que mi m adre fue una debutante en 1920
de familia aristocrática, y se dice que fui criada en una familia de acogi
da como si fuera suya porque su propia hija había muerto. Desgraciada
mente, se contradice con otra historia que asegura que soy una judía
polaca que vino a este país como refugiada durante la guerra, siendo
iniciada en los oscuros secretos de la Cábala en mi propio país. Los gita
nos de New Forest me adoptaron, y allí fue donde me conoció Gerald
Gardner. (Esta historia me la contó con total solemnidad alguien que no
sabía con quien estaba hablando, ¡y yo no se lo dije!) Además, se supone
que soy un agente secreto de la Cienciología, y de todas las historias que
se han contado sobre mí, alguien estuvo muy ocupado propagándola por
Brighton hace unos años. Y recuerdo otra sobre que una misa negra,
una orgía sabática o algo así que yo había organizado en Chislehurst
Caves. ¡Nunca he estado allí en toda mi vida! La más graciosa de todas
es muy reciente. Me confunde con Doreen Irvine, y asegura que me he
convertido en una cristiana y me he ido a Estados Unidos donde me
estoy forrando dando conferencias en contra de la brujería. ¡Espero que
ella no me demande!’
Todos estos chismorreos serían divertidos si a veces no resultaran peno
sos. Es un consuelo saber que proceden de una pequeña minoría de men
tes retorcidas y que la mayoría de la gente es civilizada y amistosa cuan
do uno es civilizado y amistoso con ella. Ser un resentido es lo último
que un brujo famoso debería ser.
La tradición dice que una futura madre se convierte en Reina del círcu
lo, y que debe ser honrada sea cual sea su grado. Sin embargo, debe
tener presente que no puede participar en el círculo, o en el trabajo, con
la misma efectividad que antes. Las antenas psíquicas de una mujer
embarazada se retiran para concentrarse en la nueva vida que bulle en
su interior. Si está especialmente dotada en proyección astral, casi con
total seguridad descubrirá que m ientras espera un niño no podrá hacer
lo en absoluto (las razones de la naturaleza para retirar el don durante
este periodo son bastante obvias). Su psique se refuerza alrededor de su
embarazo, por lo que no está en condiciones de liderar ni de ser el foco
del trabajo psíquico del conventículo. Lo más aconsejable para una suma
sacerdotisa embarazada es nombrar una adecuada delegada que la sus
tituya hasta que haya nacido el niño, o más probablemente una pareja
de trabajo que actúen juntos, desde el momento en que, probablemente,
su propio sumo sacerdote desee retirarse con ella. Durante esos meses
ambos podrán, por supuesto, participar en círculos, pero como estadis
252 E l C a m in o d e l a s B r u j a s
tas más que como líderes activos. La única excepción podría ser en los
sabbats festivos, que constituyen más ocasiones de celebración que de
trabajo. Por ejemplo, una suma sacerdotisa embarazada resulta ideal
para representar a la madre en el sabbat de Imbolg (véase Los ocho
sabbats de la brujería, Capítulo IV). Todo hombre y toda mujer son una
estrella’, y toda mujer, como todo hombre, es única; por lo que muy bien
puede haber mujeres brujas que posean una cualidad especial de poder
que, m isteriosam ente, las capacite p ara co n tin u ar como sum as
sacerdotisas en activo durante parte o todo su embarazo. Pero cualquier
mujer que se sienta capaz debe ser sincera consigo misma y estar segura
de que no está meramente racionalizando un deseo de mantener las
riendas en sus propias manos.
pero una base, y no una camisa de fuerza. Al ser una religión creativa y
en desarrollo fundada sobre antiguas raíces, abarca desde un amplio
espectro de formas consagradas por el tiempo a una total espontanei
dad. Nuestra propia práctica (que en nuestra opinión está bastante ex
tendida) abarca desde la observación precisa de rituales que nos gustan
mucho tal y como son a la impredecible inspiración del momento, con
frecuencia durante un círculo nocturno. Y así es como debe ser. De ma
nera semejante, los conventículos varían mucho según la zona del espec
tro que tiendan a enfatizar.
Para una exposición inteligente y articulada del aspecto espontáneo
(casi diríamos carismático) del espectro wiccaniano recomendamos los dos
libros de la bruja americana Starhawk, The Spiral DanceThe Spiral Dance
yDreaming the Dark. Algunas de las prácticas que ella y sus colegas hacen
pondrían los pelos de punta de un tradicionalista (con ‘t’ minúscula), pero
constituyen un sano correctivo al exceso de formalismo.
Y para un talante poético de la brujería y su misterio claroscuro, léase
Witches, de Erica Jong, con las inquietantes ilustraciones de JosephA. Smith.
(Es la clase de libro del que seguramente querrá comprar dos ejemplares,
uno para enmarcar las ilustraciones.)
Cada conventículo debe encontrar su propio carácter y su propia zona
de influencia dentro del espectro de posibilidades. Pero habrá que tener
cuidado para no saltarse ninguna de las longitudes de onda del espectro. Si
la luz blanca pura simboliza la realización y la integración psíquica que
todos buscamos, debe recordarse que para ser blanca incluye otros colores,
entre ellos algunos invisibles al ojo humano.
X V III D esnu dos en los R ito s
así. Familiarizarse con la desnudez enseña rápidam ente una verdad in
cuestionable: que el cuerpo desnudo en sí mismo no es ni más ni menos
excitante que el vestido, y que incluso un cuerpo desnudo atractivo pue
de ser menos perturbador que vestido con prendas deliberadam ente pro
vocativas. El atractivo sexual es una cuestión de conducta, de actitud,
de ‘vibraciones’; no de presencia o ausencia de vestidos.
Los condicionamientos patriarcales de los dos últimos milenios han
arraigado en la idea de que la desnudez equivale a sexo, y el sexo a
peligro. La m entalidad patriarcal se refiere a la sexualidad, en particu
lar la femenina, como la Sombra, es decir, todas profundidades incontro
lables de la psique que no pueden ser disciplinadas, ordenadas y conte
nidas por la rígida adm inistración del imperio del ego. La desnudez co
m ercializada (las chicas atractivas de las revistas, los cuerpos que ven
den refrescos o cham pús o coches) es otra cosa; el imperio del ego debe
producir beneficios para sobrevivir, y en cualquier caso degradar la sexua
lidad es una m anera de contenerla. Pero la desnudez relajada, no comer
cial, ya sea social o ritual, es peligrosa: es la Sombra negándose a seguir
el juego patriarcal.
Los adeptos a la brujería se niegan a participar en el juego p atriar
cal. Y quitarse la ropa en sus rituales es un signo de este rechazo.
Como se dice en la Carga: ‘Os liberaréis de la esclavitud; y como
señal de que sois realm ente libres, iréis desnudos en vuestros ritos.’ No
se tra ta de una innovación g ardneriana1, sino de una herencia de la
brujería toscana (A radia: the Gospel of the Witches, p. 6. Véase Biblio
grafía bajo Leland):
1. La actitud de Gerald Gardner respecto al naturismo comenzó en los años veinte, mucho
antes de convertirse en brujo. Se encontraba en un hospital malayo, aquejado de sinovitis
en la rodilla. Como el tratamiento médico se alargaba, persuadió a la hermana del hospital
para que trasladasen su cama al exterior y poder exponer su pierna al sol. Aquel mismo día
su pierna se enderezó. ‘Aquel aparente milagro influyó profundamente en las creencias de
Gardner. De pronto descubrió que el sol y el aire puro eran fuerzas positivas en lugar de
elementos que todo el mundo ignora porque los da por hechos. Esto le llevó, mucho después,
a aceptar consejos médicos y tomarse en serio el nudismo, lo que le ayudó además a romper
con los últimos vestigios de la rigidez victoriana que le habían rodeado en su niñez. Gardner
era un empirista; el calor del sol funcionó, y más tarde durante su carrera en Malaya y
después de su retorno a Inglaterra, a menudo utilizó sus saludables y estimulantes poderes
con buenos resultados.’ (J. L. Bracelin, Gerald Gardner: Witch, p. 67.)
258 E l C a m in o d e l a s B r u j a s
2. Para consultar recetas (y advertencias) véase Witch.es de Erica Jong, pp. 152-4.
D e s n u d o s e n l o s R it o s 259
Hemos dado aquí las razones por las que muchos conventículos tra
bajan desnudos. Son buenas razones, pero a decir verdad, para alguien
que nunca lo ha experimentado, puede parecerle algo intelectualizado.
Nada más lejos de la verdad. Los adeptos a la brujería que acostumbran
a trabajar desnudos saben lo relajante, natural, psíquicamente potente
y poco embarazoso que es.
La piel es realmente la librea de la diosa.
X IX C la riv id e n c ia y A d iv in a c ió n
entorno inmediato que el granjero, puesto que sus sentidos físicos son
mucho más agudos y siempre está pendiente de ellos. El granjero, por
otra parte, dispone de fuentes de información que son incomprensibles
para el perro. Sabe que m añana van a llegar más ovejas porque las ha
encargado por teléfono. Sabe que su vecino ha colocado una valla eléctri
ca, cuya presencia el perro tendrá que aprender por medio de una dolo-
rosa experiencia. Sabe que hay que ponerle al perro una inyección por
que el veterinario le ha advertido de que hay parvovirus en la zona.
Sabe que hay que sacar a sus ovejas de un terreno de pastoreo determ i
nado porque van a comenzar las obras de una nueva circunvalación.
Todas estas cosas afectan a las órdenes que debe dar al perro, y puede
que algunas sorprendan al animal, porque los datos en que se basan no
están al alcance de su capacidad de conciencia. El granjero distingue a
los amigos de los enemigos, pero todo lo que el perro puede hacer es
ladrar ante los extraños hasta que el granjero los identifique.
Si el perro tem e y molesta al granjero, su cooperación será forzada y
mínima. Pero si hay amor y confianza entre ellos, de m anera que ambos
contribuyan con su conciencia específica, su cooperación puede llegar a
ser casi mágica, como sabe cualquiera que haya visto a los pastores y sus
perros trabajando juntos.
De m anera parecida, el inconsciente posee fuentes de información
que el ego desconoce por completo. Y tan pronto como el ego se da cuenta
de esto y coopera con lo que no puede comprender directam ente, el equi
po (constituido por la psique total) se pone en marcha.
E sta comunicación del ego con el inconsciente es lo que los alquim is
tas y los ocultistas llaman la Gran Obra. Al principio, Aleister Crowley
llamó a su objetivo ‘el conocimiento y conversación con el ángel de la
guarda personal’, y más tarde ‘el conocimiento de la naturaleza y los
poderes del propio ser’. Geoffrey Ashe, en su sugerente novela The Finger
and the Moon, habla d e ia idea de que un ángel de la guarda, un vigilan
te espiritual, un ser superior, como si dijéramos, se cierne sobre uno de
nosotros’ y de que ‘está vinculado con la mente consciente a través del
inconsciente’. Pero sugiere una hipótesis más sencilla; ‘Lo que llamamos
inconsciente y ese otro ser son lo mismo. O mejor: lo que Freud y Jung
encontraron en la psique de cada persona, más allá del alcance de la
conciencia despierta, lo que después llam aron “subconsciente” o “incons
ciente”, es realm ente un aspecto de la vida de otro ser que habita en su
interior, otro ser del que ego se ha escindido, pero que todavía está ahí,
activo, pensando, consciente a su m anera. Considerado desde otro punto
de vista, este ser interno es también el ángel de la guardia. Los científi-
C l a r i v id e n c ia y A d i v in a c i ó n 269
la segunda disposición de las cartas fue casi la misma, aunque con dife
rencias con respecto a la primera que aclararon nuestras preguntas.
También hemos descubierto que ‘fastidiar’ al I Ching con el mismo pro
blema con frecuencia produce el hexagrama 4, Locura juvenil:
bonita sea la que diseñó Frieda Harris para Aleister Crowley, publicada
años después de su muerte por Llewellyn Publications, St Paul, Minnesota,
con el nombre de las Cartas del Tarot deToth; sin embargo, su simbolismo
es más propio de Crowley y confundirá a cualquiera que siga un aprendi
zaje basado en la tradición principal.
En cuanto a los libros sobre el tema, el clásico, basado naturalmente
en la baraja Rider, es The Pictoriál Key to the Tarot, de A. E. Waite. Su
autor desarrolla el tema con rigor pero puede llegar a ser insoportable
mente pomposo. Una obra excelente y moderna es A Complete Guide to
the Tarot, de Edén Gray, basada también en la baraja Rider.
Para los que quieran comparar los múltiples diseños e interpretacio
nes del Tarot, The Definitive Tarot de Bill Butler resulta de mucha utili
dad porque describe el simbolismo de las cartas de nueve diferentes ba
rajas (incluyendo las tres que hemos mencionado) y resume las inter
pretaciones realizadas por una docena o más de distintos expertos.
El libro de Crowley, The Book ofThoth, desvela el simbolismo de
su baraja.
Para empezar su estudio del Tarot, le recomendamos la baraja Rider
y el libro de Edén Gray. Le proporcionarán una norma fidedigna con la
cual podrá juzgar las demás.
Pero cualquier baraja del Tarot pronto desvelará significados que
son personales. No existe interpretación de ninguna carta que sea irre
futable, ortodoxa o ‘correcta’, sino que una vez que se ha edificado un
conjunto de significados propios, las cartas le hablarán en el lenguaje de
esos significados. Es buena idea llevar un cuaderno de notas sobre los
significados que le sugieren. Nosotros tenemos uno de anillas, en el que
cada página está encabezada por las fotografías en m iniatura de las car
tas en cuestión de Rider y de Sheridan (pues Janet prefiere la baraja de
Rider y Stewart la de Sheridan: la selección es siempre personal). Las
fotografías fueron fáciles de obtener; simplemente colocamos las barajas
extendidas con treinta cartas cada vez, las fotografiamos y cortamos de
las fotos resultantes las miniaturas de las cartas. Debajo anotamos los
significados que para nosotros han ido cristalizando a lo largo de años de
uso. Algunas de las cartas han ido adquiriendo motes, como ‘Busy-Busy
para el ocho de varas y ‘La dama triste’ para la Reina de Espadas. Toda
vía seguimos añadiendo notas al cuaderno.
A veces un concepto de otra disciplina arrojará nueva luz sobre una
carta. Por ejemplo, la carta del Carro con ‘el paralelogramo de fuerzas’;
compárela en un libro de texto elemental sobre dinámica y comprenderá
enseguida por qué. Al parecer, el conductor del carro ha enganchado y
272 E l C a m in o d e l a s B r u j a s
1. KETHER
3. BINAH 2.CHOKMAH
5. GEBURAH 4. CHESED
6. TIFERETH
8. HOD 7. NETSAH
9.YESOD
10. MALKUTH
nan todas las burbujas (un hervor cuidadoso facilita esta operación, pero
hay que dejar que se enfríe antes de sellar la redoma) y después se tapa
herméticamente con un tapón de corcho, sujetándolo con alambre y ase
gurándose de que no quede aire dentro.
Otro instrum ento de cristalomancia aún más barato es el cristal ne
gro, y hay quien asegura que es más fácil trabajar con él. Para ello se
necesita un cristal de reloj, el disco convexo de cristal (de sección plana,
no una lente) que protege su esfera. De nuevo, cuando más grande sea,
mejor, como en los relojes de mesa, pero cinco pulgadas de diámetro es
un buen tamaño. Se pueden comprar en alguna tienda de reparaciones
de relojes. Se limpian bien y se pintan por fuera (el lado convexo) con
pintura negra mate, varias capas, secándolas, por supuesto, antes de
aplicar la siguiente. Lo más práctico es una pintura de aerosol. El lado
cóncavo se convertirá en un espejo negro brillante.
El método para leer la bola de cristal, el cristal o el espejo negro, es
siempre el mismo. Siéntese confortablemente, preferiblemente dentro
de un círculo mágico, con el instrum ento de cristalomancia sujeto en las
manos ahuecadas y colocado sobre un terciopelo negro o en un adecuado
soporte. La habitación debe estar oscura con la sola luz de una vela o
velas dispuestas para que no se vean reflejos en la bola o el espejo. Al
principio, todo lo que deberá ver es un brillo vacío sin ninguna caracte
rística especial. Relájese, vacíe la mente, deje que sus ojos se desenfoquen
con naturalidad pero m anteniendo la mirada en el brillo. Al cabo de un
tiempo el brillo adquiere una consistencia lechosa y después se aclara,
antes de presentarle imágenes. No se impaciente si a la primera, la quinta
o la sexta sesión no ocurre nada. La perseverancia acabará por romper
la barrera.
Una vez que las imágenes empiecen a surgir, deberán registrarse.
Lo mejor es anotarlas enseguida, pero lo ideal consiste en disponer de
una grabadora o un compañero paciente que vayan registrando los co
mentarios sobre la marcha. En esto, como en muchas prácticas mágicas,
es de gran ayuda recibir el apoyo y a la vez la crítica constructiva de un
compañero. Haciéndolo por turnos y apoyándose mutuamente, cuando
llega el momento de interpretar los símbolos que brotan en la superficie
del cristal, dos mentes sintonizadas entre sí pueden alcanzar lo que po
dríamos llam ar visión estereoscópica.
(Recordaremos una vez más que, en Wicca, una asociación de traba
jo significa una pareja de un hombre y una mujer, por todas las razones
de polaridad psíquica que explicamos en el capítulo XV, ‘Brujería y sexo’.
También en cristalomancia es recomendable esta asistencia, aunque sólo
C l a r iv id e n c ia y A d iv in a c ió n 275
dedo durante años, todos los sucesos producirán en sus niveles no físicos
una respuesta armónica en los niveles correspondientes del anillo, y el
anillo los ‘recordará’. Un psicometrista vidente, al m anejar el anillo, re
cogerá estas ‘memorias’ con la misma resonancia armónica. (Por esta
razón es muy difícil psicometrizar objetos de plástico; al no ser ni orgá
nicos y minerales naturales, el plástico carece de virtualmente de fre
cuencia vital propia.)
Es posible que alguien juzgue todos estos comentarios sobre frecuen
cias vitales como una digresión técnica innecesaria, pero es importante
por dos razones. En relación con la psicometría, ayuda a eliminar el blo
queo psicológico creado por las opiniones del ego (‘¿Cómo puede una joya
muerta decirme algo de la historia de una mujer viva?’). Y a una escala
mayor, ayuda al ego a aceptar conscientemente la idea de que todo el uni
verso está vivo, sin la cual poco desarrollo psíquico será posible.
Volviendo a la práctica real de la psicometría. Algunas personas se
limitan a sostener el objeto en una mano y a cerrar los ojos. Otros prefie
ren sostenerlo contra el ‘tercer ojo’, que la tradición ocultista localiza en
la glándula pineal, en el centro de la frente justo encima de las cejas1.
Quienes lo sostienen en una mano prefieren la izquierda porque está
vinculada, psíquica y etéricamente, con la función intuitiva del lado iz
quierdo del cerebro. Sólo la experiencia revelará qué método funciona
mejor en cada uno.
Aparte de esto, la regla es la misma que para la cristalomancia: de
ja r que las impresiones fluyan y expresarlas sin inhibiciones, dejando
los análisis para después.
La cooperación del conventículo resulta idónea para desarrollar la
psicometría. Sus miembros pueden proporcionar objetos para su ‘lectu
ra ’ y comentar inmediatamente después lo acertados que estuvieron.
Este proceso no sólo descubre psicometristas dotados por naturaleza,
sino que ayudará a los que tengan que esforzarse mucho para desarro
llar sus aptitudes (lo que quiere decir la mayoría de nosotros), sobre todo
en el problema clave de distinguir entre las impresiones subjetivas y las
objetivas, mejorando así su capacidad clarividente global. La ventaja de
los ejercicios de psicometría entre amigos reside en que la función de
discernimiento se entrena mucho más deprisa.
requieren sentido común puede agotar las energías; con frecuencia mer
man el don y deforman la personalidad de la que depende la individua
lidad inmortal para su experiencia y expresión personal.
Una conciencia psíquica consentida en exceso puede hacemos des
cuidar nuestros sentidos cuando más nos hacen falta. Antes de la gue
rra, una amiga íntima de los padres de Stewart que era adepta de la
Ciencia Cristiana y poseía un poder psíquico considerable con capacida
des curativas murió en la flor de la vida al estrellarse su coche sin causa
aparente cuando conducía sola. Los que la conocían íntimamente (inclu
yendo su marido y los padres de Stewart) están convencidos de que en
aquel momento estaba concentrando sus pensamientos y su esfuerzo
psíquico en un caso de curación, cuando debería estar fijándose en la
carretera. Un caso extremo, pero la mayoría de los que poseen poderes
psíquicos han vivido experiencias igual de arriesgadas aunque a un ni
vel menos alarmante.
Una psique integrada significa equilibrada. Así pues, agudice su fa
cultad clarividente con inteligencia, pero nunca perm ita que se deterio
ren sus demás herram ientas.
XX" P ro yec ció n A s tr a l
■•V i..
- •" ' V -
V
Arriba: En esta cabaña del condado de Clare
vivió Biddy Early, la famosa bruja irlandesa
del siglo XIX
Artesanía ocultista: (A) cuchillo ritual con mango de pata de ciervo, fabricante desconocido;
(B) cuchillo ritual de bronce fabricado por Peter Clark, Irlanda; (D) Espejo de mano Athor
y sistrum fabricados por GeorgeAlexander, Inglaterra; (E) colgantes de George Alexander;
(F) broche de Isis de Muriel Chastener (USA); (G) cruz ansada de Peter Clark, Isis de
Christopher Bailey, dios cornudo de Knut Klimmek, todos irlandedes; y (H) brazalete de
George Alexander
Pantáculos planos zodia-cales, el
grande enjoyado, fotograbados
por Michael H inch, según el
diseño de Stewart(véase capitulo
XXIV, 'Utensilios de brujería')
E n tra d a re s ta u ra d a al
New-grange, el túm ulo
del condado de Meath del
3000 a. C. (véase capítulo
XXV, ‘En armonía con la
tierra’). Los rayos del sol
del so ls-ticio in v e rn a l
atra-viesan el ‘tragaluz
del techo’ (abertura su
perior) para ilumi-nar la
cámara central 79 pies
hacia el interior
La suma sacerdotisa, como representante de la diosa, puede en ocasiones utilizar el altar
como trono
P r o y e c c ió n A s t r a l
como brujo u ocultista que progresa, antes que a través de las técnicas de
ningún libro sobre introspección.
Decimos ‘en un estado de conciencia despierta normal’ porque hay
una forma en la que todo el mundo se proyecta sobre los niveles medios
astrales: al soñar. No en todos los sueños, porque la mayoría no son sino
un diálogo interno entre distintos elementos de la psique personal. Pero
existen algunos (y se aprende rápidamente a reconocerlos una vez que
se reconoce su utilidad) en los que la conciencia se aventura fuera de las
fronteras de la psique personal hacia la concurrida explanada del nivel
medio astral.
Una característica del sueño de proyección astral es que sesabe que se
está soñando. Aunque se está dormido, se es plenamente consciente. Se
puede examinar el sueño, experimentar con él y manipularlo. Otro rasgo
muy convincente de confirmación sucede cuando uno se encuentra con
amigos en el sueño y más tarde descubre que participaron en la experien
cia; aunque para eso hay que ser muy sincero consigo mismo y sólo con
trastar notas con los amigos en quienes se tiene plena confianza y se está
seguro de que carecen de pensamientos de realización de deseos. (Las
mujeres de nuestro conventículo son particularmente aptas para ello. Cuan
do empiezan las llamadas telefónicas matutinas, Stewart suele bromear:
‘Hola, anoche las chicas salieron otra vez al plano astral.’)
Hacerlo demasiado puede resultar agotador, y hay que tener el sen
tido y la fuerza de voluntad para dejarlo cuando sea necesario. Una
sum a sacerdotisa, sobre todo, al estar involucrada y preocupada psíqui
camente por todo el conventículo, si no tiene cuidado puede ver su sue
ño invadido con dem asiada frecuencia para su descanso, a menudo
involuntariam ente, por culpa de los miembros menos experimentados.
En el conventículo de Sanders, Maxine solía decirnos recién iniciados:
‘Recuerda, ¡siempre te estoy vigilando con mis ojos astrales!’ No fue
hasta mucho después, dirigiendo ya nuestro propio grupo, cuando nos
dimos cuenta de la seriedad de aquella frase.
Es probable que todo clarividente responsable que se dedique a
actividades ocultistas se encuentre en la situación de ten er que ac
tu a r con firm eza en el plano astral p ara solucionar una crisis. Este
tipo de enfrentam iento puede adoptar las formas típicas del nivel
medio a stral, simbolismos y cambios de forma mezclados con la con
ciencia real de objetos y lugares físicos.
Un ejemplo de nuestra propia experiencia. Sabíamos que X estaba
am argam ente celoso de Y, y que X poseía un considerable poder psíquico
en bruto, muy poca responsabilidad personal o psíquica y marcadas ten
296 E l C a m in o d e l a s B r u j a s
1. La invención de la aspirina puede atribuirse a tos druidas, pues fueron ellos quienes
descubrieron las propiedades analgésicas de la salicina, el extracto de la corteza de sauce
que es su precursor.
C u r a c io n e s
Herbalismo
Encantam ientos
Los principios y las técnicas de los encantamientos se discuten en el
siguiente capítulo. Todos los métodos descritos (encantamientos de ima
gen, encantamientos con velas, con el cordón mágico, la magia de manos
unidas o la creación de formas de pensamiento) pueden utilizarse con
fines curativos; y todos los refuerzos sugeridos (tales como el uso de colo
res y los nombres del dios o de la diosa más apropiados) también actúan
a favor de los encantamientos curativos.
Cada método tiene sus ventajas. Con el encantamiento de imagen,
es más fácil concentrar la fuerza de voluntad y la imaginación sobre una
zona particular del cuerpo. La magia del cordón o de la unión de manos
resulta apropiada en el marco de un esbat normal del conventículo. He
mos descubierto que los encanta-mientos con velas son idóneos para
hacer trabajos en solitario o en grupo cuando se recibe una petición de
ayuda curativa inmediata y no hay posibilidad de escapar a las obliga
ciones cotidianas; también es adecuado cuando se necesita ayuda du
rante unas pocas horas determinadas, como durante una operación, un
parto o la fase crítica de una enfermedad.
Trabajar con formas de pensamiento es muy efectivo cuando se re
quiere un esfuerzo principal por parte de un grupo o una asociación, y
especialmente cuando existen varios factores involucrados en la situa
ción; por ejemplo cuando han de tenerse en cuenta la conducta del pa
ciente familiar, el tiempo atmosférico o el riesgo de contagio infeccioso
con niños. Las formas de pensamiento pueden hacerse ‘a medida’ para
vigilar todos estos factores con más facilidad, por ejemplo, de lo que se
ría posible con un encantamiento de imagen.
Hay una forma de encantamiento exclusiva para lograr curaciones:
el uso de un doble. Se selecciona como doble a un miembro del conventí
culo del mismo sexo que el paciente y con la edad y características físicas
más parecidas posible; por ejemplo, un hombre de unos treinta años, con
pelo oscuro, de constitución maciza y peso medio. El conventículo lo con
sidera temporalmente una réplica del paciente, una especie de monitor-
cámara de televisión, m ientras que el doble se imagina a sí mismo como
tal, concentrándose en crear un fuerte vínculo astral con el paciente,
ausente físicamente. Entonces se lleva a cabo el trabajo curativo utili
zando el doble como canal. Algunos conventículos lo encuentran muy
efectivo, pero tiene sus peligros, siendo el más evidente la infección psí
quica del doble por el paciente. Hay que tener mucho cuidado protegién
dole, y el conventículo tener plena confianza en su capacidad para ha
C u r a c io n e s 303
2. Cuando una suma sacerdotisa (o ¿por qué no? una bruja o brujo que trabaje en solitario)
siente ese poder superfluo que ha quedado sin descargar, deberá asegurarse de que‘aterriza’
antes de que el grupo se disperse o se termine el trabajo. Los juegos absurdos que implican
movimiento físico, en claro contraste con el trabajo serio acabado de finalizar, son una
forma efectiva de hacerlo. Otra forma sencilla consiste en que todo el mundo salga fuera
de casa descalzos, o apretar las manos contra la tierra imaginando que el exceso de carga
se diluye en el terreno. Un método más radical consiste en lanzar al conventículo a un
carrera de una milla por el campo ¡a oscuras!
304 E l C a m in o d e l a s B r u j a s
C uraciones 305
zarlas para ver el aura a través sólo proporciona una ventaja secunda
ria. Bagnall (pp. 62-4) aconseja detalladam ente cómo usarlas.
Lo primero que se verá es el aura interna como una neblina grisácea
o azulada apenas visible que rodea el cuerpo. Al tiempo que la sensibi
lidad se va incrementando, empezará a discernirse una estructura. El
aura interna es norm alm ente estriada, es decir, consiste en líneas o
rayos finos muy densos que salen en ángulo recto a la superficie del
cuerpo. A veces, en algunas zonas, se prolongan rayos más brillantes
más allá del aura interna; se observarán sobre todo acercando una par
te del cuerpo a otra, por ejemplo una mano cerca de la cabeza, en forma
de rayos que atraviesan el espacio intermedio.
En cuanto se alcanza esta fase ya puede empezarse a utilizar la vi
sión áurica para diagnosticar. Hay dos fenómenos en particular que in
dican un mal funcionamiento y la localización del daño: una aspereza en
la uniformidad del aura, con las estrías haciéndose marcadamente
granulares, y los huecos o ausencias.
Otro fenómeno es la asimetría, cuando el aura interior aparece con
una profundidad distinta en lugares correspondientes a la izquierda y a
la derecha del cuerpo. Se tra ta sólo de una clave significativa cuando el
individuo es contemplado desde el frente o desde la espalda, puesto que
el aura que goza de buena salud debe ser simétrica. Si el individuo es
visto de lado, la asim etría no dice nada, porque sólo las auras de frente y
de espaldas se corresponden naturalm ente al contorno físico del cuerpo.
Cualquiera que aprenda a leer el aura con la intención de diagnosti
car posibles problemas de la salud debe estudiar el libro de Kilner de
cabo a rabo. El relato de los casos que aparecen en él es una mina de oro
de información. Empezando desde cero, e investigando con cientos de
pacientes (y gente sana también), descubrió muchos síntomas áuricos
útiles cuyos diagnósticos se confirmaban una y otra vez, aunque admi
tiendo no poder explicarlos. Por ejemplo, descubrió que los pacientes
histéricos siempre tenían un bulto anormal en el aura al final de la es
palda, y que los epilépticos siempre tenían el aura de la cabeza asimétrico,
siendo mucho más grande en el lado derecho que en el izquierdo. (¿Por
qué siempre de ese lado? se preguntó Kilner. Posiblemente a causa de un
desequilibrio entre las funciones del cerebro izquierdo y el derecho que
sólo pudo comprenderse mucho después.)3También acertó siempre en la
3. Otro extraño fenómeno relativo a la epilepsia. Una vez, cuando Janet estaba demostrando
la diagnosis clarividente a un grupo, una persona a la que desconocía le retó a que le
diagnosticara si padecía alguna enfermedad. Ella no pudo notar nada. Entonces, él se
C u r a c io n e s 309
quitó un colgante de plata del cuello y dijo que era epiléptico; había descubierto que
ningún vidente podía diagnosticarlo cuando llevaba algo de plata encima. Cuando se
quitó el colgante, Janet pudo distinguir la diferencia al instante. No hemos tenido
oportunidad de probarlo en otros epilépticos, pero es posible que los videntes puedan
hacerlo.
310 E l C a m in o d e l a s B r u j a s
Psicología
Todo adepto a la brujería tiene que ser un psicólogo, tanto para capaci
tarle en la comprensión de las razones que subyacen en las prácticas
wiccanianas como de las formas en que estas prácticas funcionan, así
como para comprender a las demás personas y tratarlas con una mayor
efectividad. Esto es especialmente im portante cuando se tra ta de hacer
curaciones. A menos que se tenga en cuenta la psicología del paciente, lo
más probable es que la clave del caso permanezca oculta, o incluso equi
vocarse en la orientación de la actitud mental necesaria del paciente
cuando se ha diagnosticado correctamente.
Pocos brujos son psiquiatras diplomados, o llegan a serlo; pero hay
ciertas lecturas sobre el tema que pueden resultar muy beneficiosas para
cualquier adepto. Nosotros estamos convencidos de que las obras de Jung
y sus discípulos son los mejores medios para formarse en este campo.
Freud abrió vastos horizontes nuevos en el entendimiento humano, pero
no carece de defectos que Shuttle y Redgrove (The Wise Wound, p. 177)
resumen en el inteligente comentario siguiente:‘Freud fue un gran hom
bre. Y sin embargo, era un gran hombre.’ Jung, que empezó estudiando
con Freud, llegó el momento en que rompió con él para seguir su propio
camino a causa de estos defectos. Creemos que su pensamiento sintoni
za notablemente con la filosofía wiccaniana porque está libre de estereo
tipos patriarcales, que seguían siendo una carga para Freud, y cual
quier pequeño hueco que la conciencia de su propia virilidad pudo haber
creado fue rápidamente compensado por discípulas como Esther Harding,
Jolande Jacobi y Aniela Jaffé.
Freud y Jung proporcionaron a la humanidad un visión totalmente
nueva de la estructura de su propia psique. No resulta exagerado decir
que Jung, sobre todo, proporcionó a la filosofía del Wicca una nueva com
prensión de sí misma, aunque sólo fuese por haber logrado que tomara
conciencia de una serie de conceptos (a los que proporcionó un lenguaje)
que h a sta la fecha los adeptos a la brujería sólo habían captado
intuitivamente.
Ya hemos citado en las páginas 182 y 201 algunos de los libros que
pueden leerse a modo de cursillo básico sobre el pensamiento de Jung;
314 E l C a m in o d e la s B r u j a s
pedirle que dibuje desde un apunte a un cuadro completo, para que to
dos lo estudien y lo guarden en la mente.
Para crear una forma de pensamiento en grupo hay que discutir
mucho con el fin de infundirle conscientemente las cualidades necesa
rias que posean los participantes y exponerlas verbalmente: por ejem
plo, ‘Fade tendrá la compasión de Mary, la determinación de Peter, el
discernimiento de Sheila, el ingenio de Tony, la alegría de Moira,’ etc.
Entre otras cosas, esto favorece la fortaleza de la conciencia que el grupo
tiene de Fade en cuanto ‘complejo’ que incluye elementos de todas sus
psiques.
Lo último que queda por decidir es la duración. Lo más normal es
que tenga un periodo determinado, que se incluirá en las instrucciones:
‘Completarás tu trabajo en siete días y después te dispersarás, volvien
do tus elementos a nosotros, que fuimos los que te creamos.’ O el tiempo
que se estime necesario. Sin embargo, puede haber formas de pensa
miento cuya duración tenga que dejarse abierta o incluso que sean deli
beradamente permanentes (por ejemplo, cuando se pone un guardián
en un sitio concreto). En este caso, la situación deberá reexaminarse
periódicamente, recargar la forma de pensamiento y vigilar posibles efec
tos colaterales inesperados.
(Por cierto, la forma de pensamiento de un guardián es un buen ejem
plo de la utilidad de un nombre. Suponga que hemos colocado un guar
dián llamado Mogrel en un lugar. En el momento en que notemos que le
acecha alguna amenaza, sencillamente diremos‘¡Mogrel, en guardia!’ al
tiempo que convocamos un repentino y deliberado flujo de fuerza de
voluntad que disparará todo el mecanismo de defensa psíquico.)
Hasta el momento nuestro grupo ha definido, nombrado y visualizado
su forma de pensamiento, el paso siguiente es activarlo ritualmente.
Cómo hacerlo es cuestión de la inventiva del grupo y de su habitual
forma de actuar. Por ejemplo, la suma sacerdotisa podría dirigirse a la
diosa y al dios en nombre del grupo, anunciando lo que se tra ta de hacer
e invocando su ayuda para dar vida a ‘Fade’, a ‘Mogrel’ o a quien quiera
que sea. O como en el encantamiento del muñeco de cera, una pareja
podría ‘dar nacimiento’ ritualm ente a la forma de pensamiento, aunque
en ausencia de una imagen m aterial el foco consistirá únicamente en
una concentración mental. Lo importante es que exista un foco, un mo
mento en el que todo el grupo visualiza simultáneamente la forma de
pensamiento empezando su existencia independiente. (Sea cual sea el
ritual empleado, resulta efectivo señalar este momento con el tañido de
una campana.)
E n c a n t a m ie n t o s
Una vez hecho esto, el grupo se sienta en un círculo y cada uno, por
turno, da instrucciones a la forma de pensamiento nombrándola y ha
blando con naturalidad, pero teniendo cuidado de expresar con exacti
tud el objetivo perseguido.
He aquí un ejemplo de nuestra propia experiencia. Cerca de la costa
del condado de Mayo existe un par de islas llamadas Inishkea, donde
acuden anualm ente un gran número de focas grises a dar a luz y ali
m entar a sus crías. En octubre de 1981 algunos individuos entre los
pescadores locales desembarcaron en las islas y causaron una trem en
da masacre de crías. Trataron de excusarse en el daño que causaban las
focas en la industria pesquera del salmón, aunque fuentes informadas
(incluyendo la misma industria pesquera) se apresuraron a señalar que
el verdadero daño se debía al exceso de pesca, los furtivos y el uso de
redes de dimensiones ilegales. La misma masacre transgredió la ley,
pues se supone que son los agentes gubernam entales los únicos que
pueden llevar a cabo cualquier sacrificio selectivo de focas después de
un exhaustivo estudio que confirme la necesidad de hacerlo. A pesar de
todo (siendo Mayo una zona muy poco poblada en la que todo el mundo
se conoce) nadie fue procesada.
La opinión pública quedó horrorizada y la controversia estalló en
forma de furiosas protestas en las correspondientes columnas de los pe
riódicos. La Wildlife Federation irlandesa anunció que organizaría cam
pamentos de voluntarios en Inishkea para vigilar las focas durante la
temporada de cría de 1982, y de hecho muchos voluntarios pasaron se
manas en las islas en 1982 y 1983.
Nuestro conventículo, ninguno de cuyos miembros pudo unirse física
mente a esos voluntarios, creyó que debería contribuir a su manera. En
noviembre de 1981 creamos una forma de pensamiento que llamamos Mara
(que en gaélico significa ‘del mar’). Janet se autorretrató en un cuadro
(véase Fotografía 18) como una figura verdigris emergiendo del mar y de
su misma sustancia, y mientras dispusimos de tiempo hicimos pequeñas
copias fotográficas del cuadro para que todos nuestros miembros pudieran
llevar una. Sus instrucciones fueron: ‘Te manifestarás visualmente y asus
tarás a cualquiera que trate de hacer daño a las focas en las islas Inishkea
o en sus cercanías. No harás daño a nadie a menos que persista en sus
intenciones y no haya otra manera de detenerle.’ Durante todo el ciño estu
vimos recargándola y volviendo a darle instrucciones cada luna llena.
Cuando fuimos iniciados en 1970, nos enseñaron que ‘sólo una bruja
puede investir a otra bruja’. En otras palabras, la única manera de con
vertirse en brujo o bruja consistía en ser iniciado por otro brujo o bruja,
del grado pertinente y del sexo opuesto. Probablemente, esa era la opi
nión del conjunto de los adeptos a la brujería en la época y como tal la
aceptamos también nosotros.
Todavía seguimos creyendo que es una buena regla y que hay que
cumplirla siempre que sea posible, porque significa que todos los nuevos
adeptos empiezan su aprendizaje bajo la tutela de un iniciador experi
mentado, y normalmente lo hace como miembro de un conventículo exis
tente. Los errores son menos peligrosos, los malentendidos se aclaran
328 E l C a m in o d e l a s B r u ja s
1. Entre paréntesis, opinamos que no fue Jesús quien creó la ChristianApostolic Succession,
pues parece ajena al espíritu de sus enseñanzas, sino que fue una invención de la institución
paulina por sus propias razones jerárquicas.
A u t o in i c i a c ió n 329
(Para ser totalm ente justos, el libro de Raymond Buckland, The Tree,
the Complete Book of Saxon Witchcraft, también ofrece un sistem a com
pleto que incluye la autoiniciación. Hay que decir que se tra ta de un
sistem a ‘inventado’ que Buckland sintetizó a p artir de la mitología y la
simbología sajona y al que llam o‘Seax-Wica’, un sistema viable para los
que se sienten sajones o pertenecen a su cultura, y que esté resumido no
le resta valor. Aparte del mismo libro, se puede obtener más información
en Seax-Wica Voys, PO Box 5149, Virginia Beach, Va 23455, USA. En
cuanto a nuestros propios libros, como los de Doreen, están basados en
la tradición gardneriana, que es de origen celta, por lo que nos lim ita
mos a proporcionar esta dirección para aquellos que estén interesados
en seguir la tradición sajona.)
Una vez decidido el modelo básico, ¿cómo empezar?
Si usted va a ser un brujo solitario y su intención es seguir el sistema
g ardneriano h a sta donde le sea posible, puede seguir el ritu al de
autoiniciación de Witchcraft forTomorrotu, que fue concebido precisamente
con ese propósito. No obstante, si prefiere empezar con un ritual más típi
camente gardneriano, entonces siga las instrucciones que proporcionamos
al final de este capítulo.
Todo adepto a la brujería debe prestar una atención constante a la
voz de su conciencia, así como proporcionarla el tiempo y las condiciones
para que pueda m anifestarse; eso es precisam ente lo que significa la
brujería. Es la voz del inconsciente, tanto personal como colectivo, y cuan
to más perfeccionemos nuestra capacidad receptiva a su mensaje, con
mayor claridad se transform ará en la voz de la diosa y del dios, ambas al
mismo tiempo (y mejor entenderemos lo que esas palabras ‘tam bién’
quieren decir). Para el adepto solitario son incluso más im portantes, si
cabe, porque él o ella no dispone de compañeros de oficio para verificar
los errores o para superar las propias decepciones. Por esa misma razón,
el brujo solitario deberá ser especialmente meticuloso en cuanto a la
ética mágica y a la autodefensa psíquica.
El camino de un brujo solitario autoiniciado está sembrado de escollos,
entre los que la soledad de su psique en expansión no es el menor. Nosotros
recomendamos ardientemente que el autoiniciado empiece el camino con
un compañero de oficio o como miembro de un pequeño grupo. La asocia
ción deberá ser siempre de un hombre y una mujer, y si es un grupo, este
deberá incluir al menos una mujer, por las razones de polaridad que ya
hemos discutido en profundidad. Una asociación inicial de dos mujeres
podría ser practicable cuando resulte imposible encontrar un hombre ade
cuado, pero una asociación de dos hombres suele ser mágicamente estéril.
A u t o in ic ia c ió n 331
Un ritual de autoiniciación
La preparación
Los utensilios que habrá sobre el altar (además de las velas) serán como
mínimo la espada, el cuchillo ritual, el cuchillo de mango blanco, la vara,
el pentáculo, el incensario, el látigo, los cordones, el cáliz de vino, el
aceite de ungir, el cuenco de agua, el cuenco de sal y un collar o colgante.
La iniciada y su compañero, como cualquiera que esté presente en
el círculo, deberán ir desnudos. La iniciada por completo, y cualquier
joya que suela llevar normalmente, como un anillo de bodas, deberá
dejarse sobre el altar para ponérselo de nuevo después del rito. (Habrá
que perdonar aquellos anillos de bodas que con el tiempo resultan im
posibles de quitar.)
El ritual
La iniciada consagra el agua y la sal, traza el círculo (con todos los pre
sentes en el interior), lleva el agua alrededor (rociando a todos los parti
cipantes y finalmente a sí misma), luego lleva el incensario, también
alrededor del círculo, y por último hace lo propio con la vela convocando
a los Señores de las Atalayas; encargándose de todo ella misma.
Si tiene un compañero, le da el beso quíntuple.
Ella m ira hacia el a lta r y levanta los brazos en alto abriéndolos2.
Y dice:
lío te invoco y te invito, a ti, Gran Madre de todos nosotros, que nos
das todo lo que es fructífero; por la semilla y la raíz, por el tallo y el brote,
por las hojas y la flor y el fruto, te invoco para que bendigas este rito, y
para que me admitas en la compañía de tus hijos ocultos.’
A continuación se sitúa de espaldas al altar y recita toda la Carga,
pero sustituyendo ‘ella’ y ‘su’ por ‘yo* y ‘mi’ o ‘mis’.
Después, de nuevo mirando hacia el altar, con los brazos levantados y
las manos saludando al ‘dios cornudo’ (el índice y el meñique extendidos y
los dedos medio y corazón plegados contra la palma de la mano) y recita la
invocación al ‘Gran Dios Cernunnos’.
Ahora se sienta o arrodilla en el centro del círculo mirando hacia el
A utoiniciación 333
Entonces besa su dedo índice y dice ‘Me consagro a mí misma con mis
labios’, y se toca a sí misma en los mismos tres sitios (besando el dedo
índice otra vez antes de cada toque) y continúa: ‘sacerdotisa y bruja’.
Si hay más personas presentes, el ritual se interrumpe para felicitar
a la recién iniciada bruja.
Una vez hecho esto, la ceremonia continúa y la nueva bruja cogerá por
turnos cada uno de los utensilios del oficio del altar dando las siguientes
explicaciones. (Besa cada utensilio antes de volver a dejarlo.)
‘Ahora cojo los utensilios. Primero, la espada mágica. Con ella, como con el
cuchillo ritual, puedo trazar los círculos mágicos, dominar, someter y castigar a
todos los espíritus y demonios insurrectos, e incluso persuadir a los ángeles y a
los buenos espíritus. Con ella en la mano, soy la que rige el círculo.
‘Después tomo el cuchillo ritual. Ésta es la verdadera arma de la
bruja, y posee todo el poder de la espada mágica.
'Después tomo el cuchillo de mango blanco. Se emplea para formar
todos los instrumentos utilizados en el Arte. Sólo puede utilizarse den
tro del círculo mágico.
‘Después cojo la vara. Se utiliza para invocar y controlar ciertos án
geles y genios a quienes la espada mágica no podría convocar.
‘Después la copa. Es el recipiente de la diosa, el caldero de Cerridwen,
el Santo grial de la inmortalidad. De ella beben los hermanos y herma
nas del Arte en camaradería y en honor de la diosa\
'Después el pentáculo. Su propósito es convocar los espíritus adecuados
‘Después el incensario, que sirve para alentar y dar la bienvenida a
los buenos espíritus y para expulsar a los malos.
‘Después el látigo, que es el símbolo del poder y del dominio. También
se usa para purificar e iluminar, pues está escrito que ‘Para aprender
debes sufrir y purificarte.»
Después y por último los cordones. Se emplean para atar los sellos
del Arte, así como la base material.’
A continuación coge el collar y se lo pone alrededor del cuello diciendo:
‘Con el collar, que es el círculo del renacimiento, sello mi compromiso
con el Arte de los Sabios.’
Finalmente, va hacia los cuatro puntos cardinales por turno y con los
brazos levantados, dice:
‘Oíd, Seres Supremos del Este fSur, Oeste, Norte]; yo,......, he sido de
bidamente consagrada sacerdotisa, bruja e hija oculta de la diosa.’
El cuchillo ritual
Fig.8
338 E l C a m in o d e l a s B r u ja s
Fig.9
Fig. 10
■Primeriado: Q f JJ X
Fig. 11 (a)
‘Segundo lado:
Fig. 11 (b)
Fig. 12
La espada
La v a ra
a b a l o r io a b a i/ jr io
DE COBRE D E H ,E R R O
Fig. 13
La copa o cáliz
El Pentáculo
Fig. 14
El incensario
Se tra ta literalm ente de una herram ienta de trabajo, pues sirve para
hacer cualquier tipo de corte (por ejemplo, en la Medida, véase p. 33) o
inscripción (como en la vela para la iniciación al segundo grado; véase p.
45) necesarios dentro del círculo, único lugar donde podrá utilizarse.
Tanto en The Key of Solomon como en High Magic'sAid aparecen símbo
los para la empuñadura y la hoja; copiarlos o no es, de nuevo, una cues
tión de preferencias.
El cuchillo de mango blanco, a diferencia del cuchillo ritual, debe
estar obviamente afilado, y mantenido así. Se pueden encontrar cuchi
llos adecuados y atractivos en muchas tiendas de utensilios de cocina.
Por otra parte, la idea de tener una pareja de cuchillo ritual y cuchillo de
mango blanco que hagan juego puede resultar atractiva, pero implicaría
una búsqueda algo más difícil.
El látigo
El látigo tiene dos usos: (1) puramente simbólico y (2) para su aplicación
suave, monótona y semihipnótica, de m anera que afecte a la circulación
sanguínea como ayuda para ‘alcanzar la Visión’. Su uso (2) se describe
detalladamente, con todas sus precauciones, en el pasaje del Libro de las
Sombras que citamos completo y comentado en las páginas 84-86. El
Libro también dice (p. 88) que debe tener ocho colas con cinco nudos en
cada cola, presumiblemente por las razones numerológicas que da en
otro lugar (p. 78). Nosotros seguimos teniendo el mismo desde siempre,
con mango de nogal y cuerdas de seda. Sin embargo, nos gusta más uno
que fabricamos m ientras vivimos en el condado de Mayo, cuyos ‘cordo
nes’ son de pelo de cola de caballo negros, cogidos durante el cepillado de
uno de nuestros ponies; el mango es un trozo de madera de pino de cien
tos de años de antigüedad, perfectamente conservada, que descubrimos
al sacar leña para combustible a unos pies por debajo de una turbera.
Ni The Key of Solomon ni High Magic’sA id incluyen símbolos para
el látigo.
Los U t e n s i l io s de la B r u j e r ía 349
Los cordones
El palo de escoba
El caldero
El collar
Es tradicional que las m ujeres lleven siem pre collares de alguna cla
se en el círculo. En nuestro conventículo tam bién los hombres llevan
talism anes o colgantes alrededor del cuello. Representan ‘el círculo
del renacim iento’.
El collar tradicional del arte que lleva la sacerdotisa consta de cuen
tas de ámbar y azabache ensartadas alternativamente. Simbolizan la
polaridad solar/lunar, luz/oscuridad, masculino/femenino en su perfecto
equilibrio. Por supuesto, puede fabricarse comprando un collar de ám
bar y otro de azabache, deshaciéndolos y ensartándolos de nuevo. Como
es lógico quedarán abalorios suficientes para hacer otro collar, a menos
que los abalorios de los dos originales sean muy diferentes de tamaño,
en cuyo caso puede que se necesiten los más grandes de uno y los más
pequeños de otro para al final tener un collar satisfactorio.
Tanto los collares antiguos como los modernos de ám bar se pue
den comprar, pero los de azabache, que fueron muy populares en
tiempos Victorianos, habrá que buscarlos en las tiendas de antigüe
dades de joyería.
El collar ámbar y azabache de una bruja resulta muy apropiado para
su compañero de trabajo. Desde luego, debe fabricarlo él mismo para ella.
(He aquí un pequeño consejo: doblar una hoja de papel a modo de acordeón
hace mucho más fácil clasificar las cuentas según su tamaño).
Aparte de este collar, se puede llevar cualquier cosa que le guste a
uno. Para una mujer, su collar favorito, especialmente si el color se co
rresponde con la obra que se lleva a cabo, o quizá una luna colgante u
352 E l C a m in o d e l a s B r u j a s
La liga
tina ciudad; celebrar los ocho festivales para mantener una conciencia
viva de los ritmos anuales; interesándose activamente e informándose
de los problemas medioambientales; respetar y comprender la verdade
ra naturaleza y necesidades de las otras especies, incluyendo el reino
vegetal, y enriquecer constantemente su relación con ellos, etc.
Pero las leyendas, la mitología y la tradición cultural también son una
parte vital de la tierra. Son las raíces por las que fluye la sabia de nuestra
relación con el planeta Gaia que nos ha tocado vivir. Por eso los brujos
sabios estudian en profundidad esas raíces locales, sus formas rituales, los
dioses y diosas que usan, sus experimentos astrales, e incluso se preocu
pan por familiarizarse ellos mismos con los lugares en que viven.
Esta es una de las ventajas de la flexibilidad del Wicca. Ninguna
forma ritual wiccaniana se considera como una escritura sagrada. Aquí
podemos aprender de los errores de los misioneros cristianos, que reci
bieron un sistema simbólico nacido en Oriente Medio, lo osificaron du
rante siglos de feudalismo y capitalismo en Europa, y lo impusieron con
todo lujo de detalles en otros lugares del extranjero que tenían sus pro
pias y ricas raíces. (Para ser justos, algunos misioneros actuaron con
una mayor sabiduría, pero no muchos, y ciertamente muy pocos en los
siglos pasados.)
El Wicca no tiene, o no debe tener, esas inhibiciones. Debe armoni
zarse y adaptarse al espíritu de su entorno real.
Para poner un ejemplo concreto; Australia. Estamos en contacto con
varios adeptos a la brujería de aquel país, tanto directamente como a
través de la revista de Catherine y Kent Forrest The Australian Wiccan
(PO Box 80, Lañe Cove, NSW 2066). La mayor parte de ellos tienen un
trasfondo cultural europeo, y muchos practican un sistema gardneriano
u otro similar. Resulta interesante contemplar cómo se enfrentan al he
cho de que en su país el sol viaje en sentido contrario a las agujas del
reloj y que el solsticio estival tenga lugar en diciembre. Al parecer utili
zan diversos métodos, tanto respecto a la dirección en que se traza el
círculo como en la colocación de los elementos, así como en la prepara
ción de los sabbats.
En el hemisferio norte, donde se formaron la tradición ocultista occi
dental y el Wicca tal y como los conocemos, el modelo de un círculo se
traza como m uestra la Ilustración 15 (a). En nuestra opinión, en el he
misferio sur el modelo debería ser como m uestra la Ilustración 15 (b), de
modo que en ambos casos el sol se levante en el elemento del aire, alcan
ce su cénit en el elemento del fuego, se sumerja en el elemento de la
agua y por la noche se esconda tras el elemento de la tierra, donde se
356 E l C a m in o d e l a s B r u j a s
Hemisferio Hemisferio
Norte Sur
18 de febrero
HALLOW EEN 18 de octubre
B E LTA N Eo RUDEi
14 de agosto
IS de abril FERTIVAL DEL
FERTIVAL D E L A A R C O IRIS
M AREA V ER D E
22 de junio
FESTIVAL D E L A
F lg . 1 6 T E M PO R A D A DE LLUVIAS
ser considerado más como un dios de la luz y del fuego, un San Miguel
precristiano. Dos de sus títulos eran Samhioldánach (‘igualmente hábil
en todas las artes’) y Lámhfhada (‘el del largo brazo o mano’). El último
verso de nuestra invocación significa ‘Oh, Lugh de la larga mano, hazte
presente ahora!’ (A nuestro conventículo del condado de Louth le pusi
mos el nombre de Lugh.)
Los Tuatha Dé Danann (Pueblos de la diosa Dana) de la leyenda
irlandesa, probablemente con alguna base objetiva, fueron los últimos
pobladores de Irlanda antes de que llegaran los celtas (los Gaels o Hijos
de Mil). Se los consideró como un pueblo mágico, y Lugh fue uno de sus
líderes. Cuando los Hijos de Mil les derrotaran en la guerra, los Tuatha
acordaron retirarse a las vacías colinas o sidh-mounds de Irlanda, don
de se convirtieron en la aristocracia de los sidhe o pueblos de las hadas.
Como tales, en la tolerante atmósfera del cristianismo celta, se convir
tieron en la manifestación de los antiguos dioses y diosas paganos, y así
han permanecido. Según los cuentos y creencias de los campesinos (y
ciertamente de las brujas) los Tuatha Dé Danann todavía están sanos y
salvos y viven en Irlanda.
Sus Cuatro Tesoros, claramente elementales1,juegan un importante
papel en la mitología irlandesa. Uno de ellos, el de Lia Fáil o Piedra del
Destino, la cual dio un fuerte alarido cuando el verdadero rey de Irlanda
se subió a ella (¿un reconocimiento de la Tierra?), seguramente pueda
verse aún: muchos arqueólogos sostienen que la roca iniesta en Tara
Hill, en el condado de Meath (véase fotografía 9) es la verdadera Lia
Fáil, aunque rivaliza con al Piedra de la Coronación en la Abadía de
Westminster.
Como muchos conventículos, guardamos un poco del vino y las pas
tas consagrados de cada círculo como ofrenda, pero de acuerdo con la
tradición irlandesa lo hacemos dejándolo en el alféizar de una ventana
orientada hacia el oeste, para los sidhe. Acompañamos la ofrenda con la
invocación: A Thuatha Dé Danann: beannacht Bhandé Danann libk agus
linn’ (‘Oh, Sidhe; Oh, Tuatha Dé Danann; que la diosa Dana os bendiga
y también a nosotros’).
La lista de los nombres de la diosa al comienzo de la Carga (véase
Apéndice B, p. 388) incluye dos irlandesas, Dana y Bride (Brid o Brígida),
1. Véase una descripción más detallada de los Cuatro Tesoros en The Arcana ofSymbolism
de WB. Crow. Dicen que llegaron de cuatro islas del océano, reminiscencias de la Atlántida;
resulta interesante observar que las legendarias ubicaciones Este/Sur/Oeste/Norte de
sus orígenes sean las mismas que ios elementos del Círculo Mágico de los brujos.
E n A r m o n ía c o n l a T ie r r a
364 E l C a m in o d e la s B r u ja s
Pero ahora tenía que probarlo.Tenía que conseguir algo más sustan
cial que una línea en un antiguo directorio de calles. Tenía el dato aproxi
mado de un posible matrimonio, del que tenía que haber algún registro
oficial. Así que si pudiera encontrarlo, vendría la edad que tenía en aquel
momento, lo que sería una pista para buscar un certificado. Escribí otra
esperanzada carta, esta vez al Registro Civil de Bournemouth, pregun
tando si existía el certificado de tal matrimonio o un certificado de de
función con los nombres de la señorita Clutterbuck o de la señora
Fordham.
A su debido tiempo el jefe del departam ento del registro me contestó
con mucha amabilidad. Su equipo había buscado exhaustivamente en
las listas, pero no tenían constancia de un matrimonio o un fallecimien
to con aquellos nombres. La búsqueda de un registro de matrimonio abar
có entre las fechas de 1936 a 1940 inclusive. La del registro de falleci
miento entre los años 1943 y 1948 inclusive. Como la vez anterior, me
sugería que hiciera una visita a Londres buscando en el índice nacional
de la Oficina central del registro civil.
Fue un inesperado contratiempo. Sin embargo, quizá la vieja Dorothy
se había casado en algún otro lugar. Incluso quizá se había muerto en
otro sitio. O es posible que su matrimonio se celebrase en una ceremo
nia de compromiso brujeril, en lugar de una ceremonia legal. Obvia
mente, tendría que ir a Londres a continuar mi investigación, pero dis
ponía de muy pocos datos para continuar, pues carecía de información
precisa sobre su nacimiento, matrimonio o muerte. Y podía haber doce
nas de Dorothys Clutterbucks entre los millones de nombres de aque
llos índices nacionales.
Parecía una tarea desalentadora, y lo era. Decidí, por suerte, ir a la
ciudad la víspera del primero de mayo de 1981. Me enteré de que los
certificados de nacimiento y matrimonio se guardaban en St Catherine
House, en Kingsway, y los certificados de fallecimiento en Alexandra
House, muy cerca. Estaban guardados en mamotretos enormes, normal
mente cuatro por cada año, que abarcaban cada trimestre. Después de
estar varias horas pasando las hojas, uno se siente como si hubiera esta
do acarreando sacos de carbón.
Primero lo intenté en el registro de matrimonios, por ser el dato más
aproximado del que disponía. No había nada. Después fui a Alexandra
House y realicé una búsqueda incluso más larga en pos de un certificado
de defunción. Yo sabía que la vieja Dorothy había presidido los ritos contra
Hitler en el bosque de New Forest, que habían comenzado en Lammas de
1940, por lo que entonces estaba viva. Y Gerald había publicadoHígh Magic’s
A pén dice A a v7
Aid en 1949. Lo que me daba los años 1941-48 ambos inclusive I ,<>h t opiiHC
todos. La única Dorothy Clutterbuck registrada durante ese periodo Iu<•
una chica de catorce años que había muerto en Manchester. En cuanto ni
apellido Fordham tampoco era probable que tuviera posibilidades.
De pronto, tropecé con una idea. ¿Se había cambiado el apellido
oficialmente? Busqué aire fresco alegrem ente m ientras recorría el
camino hacia la oficina pública del registro civil. Fueron amables y
competentes, pero no había nada allí. No quedaba nada por hacer
salvo coger el tren de vuelta a casa. Necesitaba algún detalle vital y
tenía que continuar buscándolo.
La biblioteca del condado en Bournemouth había sido de lo más útil al
enviarme fotocopias de las entradas relevantes de los antiguos directorios,
pero me ayudaron aún más al establecer que Gerald Gardner y su mujer
Donna habían vivido en Highcliffe en la época en que su biografía recoge
que fue iniciado por la vieja Dorothy, es decir ‘unos pocos días después de
que empezara la guerra’, en septiembre de 1939. Según Gerald Gardner:
Witch, esta iniciación tuvo lugar en la casa de la vieja Dorothy ‘una man
sión de la vecindad’. El mismo libro describe a la vieja Dorothy como ‘una
dama de renombre en el distrito’, “distinguida” y acaudalada. ‘Invariable
mente llevaba un collar de perlas que tenía un valor aquella época de 5.000
libras.’ El libro se publicó mientras Gerald estaba vivo, por lo que estos
detalles tuvieron que ser proporcionados por él.
La referencia del libro al Teatro Rosacruciano también cuadraba. Se
encontraba en Somerford y se inauguró en junio de 1938. La siempre
útil biblioteca central de Bournemouth me proporcionó fotocopias de
recortes de prensa al respecto. Como había dicho Gerald, la señora Mabel
Besant-Scott, hija de Annie Besant, vivía cerca y participó en el proyec
to. Todo muy interesante, pero no tenía ninguna relación directa con lo
que yo quería saber.
En aquel momento, me encontraba en un punto muerto y me dedi
qué a otros asuntos, entre ellos colaborar con Jan et y Stewart Farrar en
la prim era parte de este libro. Estaba a punto de llegar Halloween de
nuevo y lo celebramos alegremente, esta vez en casa con un grupo de
amigos. A menudo pensaba en la vieja Dorothy y recordaba aquella no
che en el bosque el año anterior. De algún modo estaba segura de que la
historia todavía no había terminado.
Sin embargo, no logré avanzar nada hasta el 1 de marzo de 1982. Por
entonces, estaba quitando el polvo de algunos libros en las estanterías y
reordenándolos, cuando detrás de aquellos libros encontré un pequeño
panfleto. Se titulaba The Museum of Magic and Witchcraft: the Story of
378 E l C a m in o d e l a s B r u j a s
Hay uno o dos cambios respecto a la versión de Los ocho sa/tlmii ¡Ir
las brujas. Se han cambiado unas pocas palabras de la Runa de Iiih Bru
jas para adecuarlas a la versión del texto C de DoreenValiente. El conju
ro Bagahi también ha sido ligeramente modificado, porque Doreen lia
conseguido recientemente el texto original del manuscrito del siglo XI11
(véase Fotografía 8) del trovador Rutebeuf, hoy en Biblioteca Nacional
de París (MS N° 837 (Ancien 7218), que aparece en la lista como ‘manuscrit
célébre’). El texto que incluimos aquí es el original.
En este ritu a l hay tre s cosas que proceden de innovaciones
alexandrianas: la invocación a Bóreas y la copia por todo el conventículo
de los Pentagramas de Invocación y Expulsión de la suma sacerdotisa,
los cuales incluimos porque nos gustan; y la colocación del altar en el
norte en lugar de en el centro como era la práctica de Gardner. Como a
muchos conventículos, el altar en el norte nos parece más satisfactorio,
sobre todo en los círculos interiores pequeños, y su simbolismo es total
mente aceptable en una religión terrenal.
Trazando el Círculo
El resto del conventículo copia los mismos gestos con sus cuchillos
rituales.
Ella se sitúa mirando hacia el sur con el conventículo a sus espaldas
y de nuevo traza el pentagram a de invocación de la tierra, diciendo:
A vosotros, Señores de las Atalayas del sur, a vosotros Señores del
fuego, os convoco../
Hacia el oeste, de la misma manera, dice:
A vosotros, Señores de las Atalayas del oeste; a vosotros, Señores del
agua, Señores de la muerte y de la iniciación, os convoco../etc.
Mirando hacia el norte, de la misma manera, dice:
A vosotros, Señores de las Atalayas del norte; a vosotros, Señores de
la Tierra; Bóreas, guardián de los portales del norte; a ti, poderoso dios,
a ti, dulce diosa; yo os convoco../ etc.
De principio a fin, todo el conventículo copia sus gestos con sus res
pectivos cuchillos rituales. Todos dejan ahora sus cuchillos rituales de
nuevo en el altar y se arrodillan al sur del círculo mirando hacia el nor
te, excepto la suma sacerdotisa, que permanece de espaldas al altar con
la vara en la mano derecha y el látigo en la izquierda, cruzados sobre el
pecho; el sumo sacerdote se arrodilla ante ella.
El sumo sacerdote‘baja la luna’ sobre la suma sacerdotisa. Primero
le da el beso quíntuple (véase p. 33), y después, arrodillándose otra vez,
la toca con su dedo índice en el pecho derecho, el pecho izquierdo y en el
pubis, los mismos tres puntos de nuevo y finalmente el pecho derecho.
(Mientras tanto, la suma sacerdotisa extiende los brazos hacia fuera.)
Mientras la toca, él dice:
‘Yo te invoco y convoco, Madre Suprema de todos nosotros, portadora
de todo lo fructífero; por la semilla y la raíz, por el tallo y el brote, por la
hoja y la flor y el fruto, te invoco para que desciendas sobre el cuerpo de
la que es tu sierva y sacerdotisa/
Él extiende sus brazos hacia arriba y hacia abajo con las palmas de
las manos hacia delante (todavía está arrodillado) y dice:
‘¡Ave, Aradia! Desde el cuerno de Amaltea
Derrama en abundancia tu provisión de amor; me inclino hu
mildemente
Ante ti, y te adoro hasta el fin;
con amoroso sacrificio adorno tu santuario.
Tu pie está en mis labios lbesándolo) mi oración se eleva
con el ascendente humo del incienso; después derrama
tu inmemorial amor, Oh, Poderosa, desciende
para ayudarme, pues sin ti estoy desamparado/
388 E l C a m in o d e l a s B r u j a s
Todos cogen su cuchillo ritual y miran hacia el este, con la suma «iicenluU
sa al frente. La suma sacerdotisa traza el pentagrama de expulsión de ht
tierra (abajo a la izquierda, ápex, abajo a la derecha, hacia delante n Iii
izquierda, hacia delante abajo, de nuevo abajo a la izquierda) en el aire
ante ella, diciendo:
A vosotros, Señores de las Atalayas del este; a vosotros Señores del Aire,
os agradecemos por asistir a nuestros ritos; partid pronto a vuestros pla
centeros y maravillosos reinos, os saludamos y despedimos... Ave y adiós.'
El resto del conventículo copia sus gestos con sus respectivos cuchillos
rituales, y repiten Ave y adiós’con ella. (Todo el conventículo hace lo mis
mo, detrás de ella, en cada una de las otras tres Atalayas.)
En el sur, de nuevo, por supuesto, con el pentagrama de expulsión, ella
dice: A vosotros, Señores de las Atalayas del sur; a vosotros, Señores del
Fuego, os agradecemos...’ etc.
Hacia el oeste: A vosotros, Señores de las Atalayas del oeste, a vosotros,
Señores del Agua; a vosotros, Señores de la Muerte y de la Iniciación, os
agradecemos...’ etc.
Y hacia el norte: A vosotros, Señores de las Atalayas del norte; a voso
tros, Señores de la tierra; Bóreas, guardián de los portales del norte; dios
poderoso, dulce diosa; os agradecemos...’ etc.
Esto completa la expulsión del círculo.
Glosario
Karnayna. Forma alexandriana (q. v.) del nombre del dios Cernunnos
(q. v.)
Keridwen. Véase Ceridwen.
Kernunnos. Véase Cernunnos.
Lammas. Véase Lughnasadh.
Libro de las Sombras. Libro que recoge la tradición de rituales e instrucciones,
copiado a mano del original por cada nueva bruja o brujo. Se han transmitido
diferentes versiones a través de las tradiciones wiccanianas; el Libro de las
Sombras gardneriano ha sido extensa y públicamente citado y tergiversado.
Lughnasadh. Gran sabbat de la víspera de agosto que se celebra normal
mente el 31 de julio. Su nombre significa ‘festival de Lugh’, el dios celta de
la Luz. Llamado a veces Lammas según su equivalente cristiano, está aso
ciado con la cosecha. Lúnasa es el nombre gaélico del mes de agosto, Lunasda
o Lunasdal el nombre gaélico de Lammas, el 1 de agosto. La denominación
del Día de Lammas en la Isla de Man es Laa Luanys o Laa Lunys.
Macrocosmos. El cosmos en su conjunto, en relación con el microcosmos,
su manifestación detallada (en particular el ser humano). Según el prin
cipio hermético de ‘como arriba, así es abajo’, el microcosmos participa
de la misma esencia que el macrocosmos y refleja su naturaleza.
Magia(k). ‘La ciencia y el arte de provocar un cambio en conformidad
con la voluntad’ (Aleister Crowley). Crowley añadió la‘k’ para distinguir
la verdadera magia de su concepto degradado y alejado de la realidad.
Muchos ocultistas han adoptado el término.
Mago. En general, un adepto ocultista masculino. En el Wicca, brujo del
segundo o tercer grado.
Manifestación. El efecto o producto, en un nivel del ser, de un fenómeno
o entidad ya existente en un nivel superior. Por lo tanto, la naturaleza
física es una manifestación de la divinidad creativa. La tierra misma
puede considerarse como una manifestación del principio de la Diosa
Madre, y a un nivel muy inferior, un fantasm a visto, o un fenómeno
polstergeist, es una manifestación visual o física de una entidad o activi
dad en el plano astral.
Medida. En el Wicca, el hilo con el que se registra ritualm ente las di
mensiones físicas de un iniciado del primer grado como símbolo de su
lealtad al conventículo.
Microcosmos. Véase Macrocosmos.
Misa Negra. Parodia deliberada y obscena de la misa cristiana celebra
da con propósitos de magia negra y que hablando con propiedad sólo la
puede celebrar un sacerdote corrupto o expulsado. Nunca ha formado
parte de la auténtica brujería.
G l o s a r io 401
Adler, Margot - Drawing Down the Moon (Beacon Press, Boston, 1981)
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B ibliografía 407
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emperatriz, 138 ética, 151,159, 185,186,197, 252,
Emperatriz (Tarot), 208 296, 330, 365
encantamientos, 65, 75, 82, 123, eufrasia, 300
159, 195, 198, 231, 283, 285, Eva, 199,258
299, 302, 316, 320 evocación, 207, 397
encantamientos de amor, 194 evolución, 148, 149,170, 176,187,
encarnación, 22 202,210,215,224,225, 234,365
endrino, 134 exorcismo, 166, 239,397
enebrinas, 347 expulsión (del círculo), 12, 67, 95,
enebro, 84,137 112,318, 336, 391,397
enfermeras, 190,290,299 expulsión, pentagrama de, 250
Engels, Friedrich, 213 extroversión, 200
Enoch, Llamadas de, 304
epilepsia, 308 F
equinoccio, 356,361, 397, 403
Eros, 73 familiar, 115,397
esbat, 39, 239, 302, 329, 397 fantasma, 166, 400
escalera de bruja, 397 Farrar, Agnes, 167
escisión, 242, 243, 259, 397 Fausto, 200,203
escoba, 343, 350,351, 385 Fernando V, 172
Escocia, 76, 359, 397 feromonas, 260, 305
Escorpio, 339, 346 Festival - véase Sabbat
eslavos, 359 feto, 167, 232
esmeralda, 345 ficaria, 300
espada, 31, 35, 63, 68, 72, 88, 102, fiesta de las luces- véase Imbolg
104, 105, 114, 296, 304, 332, Fiona, 373
334, 336, 337, 341, 359, 379, Fiore, Dr. Edith, 180
385,386, 397 flagelación, 54, 55, 56, 87
España, 173, 237 flamenco, 259; fotografía 14
espato de Islandia, 345 flores, 133,300, 351, 358
espéculo, 222 foca, 325
espejo, 266, 274,286, 292, 396 focas, 189, 325, 326
espíritu, 42,66,77,79,88,150,158, Fordham, Dorothy, 378 (véase tam
163, 197, 199, 208, 259, 275, bién Clutterbuck, Dorothy)
334, 349, 355, 401 Fordham, Rupert, 375
Essex, 363 forma de pensamiento, 133, 322,
Estados Unidos de América, 152, 323,325, 396, 397
218, 219, 227, 246, 251, 381 Forrest, Catherine y Kent, 355
Estrella (Tarot), 140 Fortune, Dion, 66, 135, 161, 162,
418 E l C a m in o d e l a s B r u ja s
Yaron, 68
Yeats, W. B., 337,398
Yesod, 272, 273,349
yin, 162, 222,224, 352; Fig. 6
yoga, 297
Yule (Pascua de Navidad), 96,263,
403