Ley de Viscosidad de Newton
Ley de Viscosidad de Newton
Ley de Viscosidad de Newton
Cuando a un fluido se le aplica una fuerza o un esfuerzo cortante, el fluido presenta una
resistencia al movimiento, conforme continúa dicho esfuerzo el fluido tiende a deformarse.
Posteriormente fluye y su velocidad aumenta conforme aumenta el esfuerzo. La resistencia al
movimiento relativo entre las capas adyacentes en el fluido es una de sus propiedades: la
viscosidad.
Las capas del fluido próximas a una placa sólida fija tienen velocidades más lentas que las alejadas
debido a los procesos disipativos que se generan. Parte de la energía cinética que poseen las capas
se transforma en calor. Vamos a representar el comportamiento de un fluido, que se encuentra
contenido entre dos grandes láminas planas y paralelas, de área A, que están separadas entre sí
por una distancia pequeña “y” y si es muy pequeña “dy”. Supongamos que inicialmente el sistema
se encuentra en reposo, t= 0, pero luego la lámina superior se pone en movimiento en dirección
del eje X, con una velocidad constante v.
Para muchos fluidos se ha determinado en forma experimental que la fuerza tangencial “F”
(Newton) aplicada una placa de área “A” (m2) es directamente proporcional a la velocidad “v”
(m/seg) e inversamente proporcional a la distancia “y” (m); que en forma diferencial se expresa:
t= F/A = µ (dv/dy)
Los fluidos que cumplen la expresión anterior se denominan Newtonianos. Para los fluidos
Newtonianos la viscosidad permanece constante a pesar de los cambios en el esfuerzo cortante.
Esto no implica que la viscosidad no varíe sino que la viscosidad depende de otros parámetros
como la temperatura, la presión y la composición del fluido. Para los fluidos no newtonianos, la
relación entre el esfuerzo cortante y la velocidad de cizalla no es constante, por lo tanto la
viscosidad (μ) no es constante.