La Gramática Tradicional
La Gramática Tradicional
La Gramática Tradicional
Resumen
La gramática actual parte, en gran medida, de los estudios estructurales de Saussure. Pero no
podemos olvidar que la base de todos los estudios gramaticales se encuentra en lo que conocemos
como gramática tradicional, cuya importancia, pese al cierto olvido en el que ha caído, sigue siendo
capital. De ahí que mi propósito sea hacer un pequeño recorrido por los aspectos más importantes de
esta gramática, desde la época griega hasta el siglo XIX.
Palabras clave
Convencionalistas y naturalistas
Varrón
Patrística y escolástica
Gramáticas especulativas
Grammatica methodica y grammatica exegética
Lenguas universales
Orígenes del lenguaje
1. GRAMÁTICA TRADICIONAL
El interés de los griegos por la gramática se centra especialmente en la naturaleza del lenguaje,
si es convencional o natural. Lógicamente esto conlleva la aparición de dos líneas de estudio
principales:
• Los convencionalistas, que examinaron cuidadosamente la estructura formal de las palabras para
demostrar que éstas no reflejan la naturaleza de las cosas. Este examen les llevó a establecer
clases formales y a observar las variaciones de la estructura formal en las diferentes
combinaciones secuenciales, lo que dará origen a todo el complejo problema de las clases de
palabras y partes de la oración.
• Los naturalistas, que consideraban que, en su origen, la estructura formal de las palabras se
debía a las cosas a las que correspondía, de ahí que centraran su estudio en las palabras de tipo
onomatopéyico y fonosimbólicas
A esta época se deben también las primeras construcciones teóricas que toman la palabra como
centro y base de los estudios gramaticales y la primera distinción entre nombre y verbo.
Durante la época romana, los estudios gramaticales siguen especialmente los cauces abiertos
por la gramática griega. Se limitaron a estudiar la lengua latina bajo los modelos de la griega y fueron
muy pocos los que intentaron plantearse la problemática del estudio de la lengua desde un nuevo
ángulo. Uno de esos pocos fue Varrón, que destacó tres partes en el estudio gramatical (etimología,
morfología y sintaxis) y dividió las clases de palabras siguiendo un criterio formal. Así, Varrón distinguía
entre nombre (palabra con inflexión casual), diferenciando nombre propio, nombre común, pronombre
interrogativo y pronombre demostrativo; verbo (palabra con tiempo); participio (palabra con tiempo y
caso); y conjunción y adverbio (palabras sin tiempo ni caso).
Durante la Edad Media, los estudios gramaticales ocupan una posición destacada, debido
principalmente a los siguientes aspectos:
En cuanto a los escolásticos, buscaban armonizar los dogmas con la enseñanza de Aristóteles.
Intentaron sintetizar la fe y la razón. Consideraban que la palabra nacía del espíritu humano y por ello
ésta era resultado de la nominalización de las cosas; de ahí el nombre de nominalistas. Sus máximos
representantes fueron Santo Tomás de Aquino, que destacó el valor de los universales y sus
implicaciones lógicas y lingüísticas; y Guillermo de Ockam, que desarrolló un estudio sobre los
conceptos, dividiéndolos en conceptos que se refieren a las cosas (intentiones primae) y conceptos que
se refieren a los propios conceptos (intentiones secundae). Desarrolló también un estudio en torno a los
metalenguajes.
Posteriormente, ya en la baja Edad Media, los estudios sobre el lenguaje toman una dirección
teórica que se interesaba por las cuestiones generales de las categorías de la lengua y la significación,
de ahí que sus tratados se denominaran “gramáticas especulativas” o “modis significandi”. Estas
gramáticas generativas (que en sí eran tratados de semiótica) intentaban, mediante métodos lógicos,
conocer los mecanismos del lenguaje para la significación y sus valores de veracidad. Entre sus
representantes más significativos encontramos a Pedro de Helia (siglo XII), que analizó y comentó la
gramática de Prisciano en sus obras Summa super Priscianum y Comentumm Priscianum e introdujo
por primera vez un tratado sobre “los modos de significar” de la lengua; y a Tomás de Erfurt (siglo XIII),
autor de la Gramática especulativa, donde hablaría de la gramática como un estudio de signos, que no
tendría una finalidad normativa, sino más bien especulativa. Para Erfurt, el lenguaje es “un objeto para
el conocimiento lógico y la gramática se encarga precisamente de buscar sus unidades, de determinar
sus categorías y de clasificarlas”.
1.4. El Renacimiento
El renacimiento supone una vuelta al pasado clásico, de ahí el especial interés que los hombres
renacentistas tienen por restituir las latinitas en toda su pureza. Además, se recupera la lengua griega y
se renueva el interés por el conocimiento de la lengua hebrea. Junto a esto, los nuevos deseos
nacionales hacen que se produzca la sistematización de los estudios sobre las lenguas vulgares, lo que
llevará al castellano a límites insospechados. Antonio Nebrija se encuadra en esta corriente y será el
primeo en escribir la gramática de una lengua vernácula, la Gramática de la lengua castellana,
publicada en 1492. Su obra consta de cuatro partes, destinadas, como él mismo dice, a los “estudiantes
nativos”, es decir, a los que han aprendido el castellano desde su niñez. Estas cuatro partes son las
siguientes:
• Ortografía
• Prosodia y sílabas
• Etimología y dicción
• Sintaxis
Dentro del ámbito gramatical, hay un deseo de búsqueda de la correcta fijación del texto, lo que
llevará a un nuevo planteamiento de la teoría gramatical, con la necesidad de separar cada vez más
dos tipos de estudios: la grammatica methodica tendrá que apartarse de la grammatica exegetica. La
primera de ellas cumplirá con su función didáctica y llenará sistemáticamente la curiosidad por conocer
la propia lengua o la lengua de otros países. Sin embargo, la grammatica exegetica estará enlazada
con la problemática religiosa de la época y con la comprensión y explicación de autores clásicos y de
lengua vulgar.
A pesar de todo esto, las gramáticas siguen conservando su estructura tradicional, con apartados
dedicados a la métrica o a las figuras retóricas, aunque adquieren un carácter sistemático.
En el siglo XVII comienzan los primeros ensayos sobre las lenguas universales, que buscan un
alfabeto artificial y una clasificación lógica de todos los elementos. El intelectual de la época reflexiona
sobre el lenguaje, pero dentro de las corrientes del pensamiento, sobre todo Locke, con el apoyo de la
gramática de Port-Royal. Se preocupan por los problemas del origen del lenguaje e intentan encontrar
nuevos cauces a la gramática de tipo general. Es un siglo que presenta dos vertientes muy bien
diferenciadas. La primera es la tradición gramatical, que se desgrana, a su vez, en varios aspectos:
La segunda vertiente de la lingüística del XVII es la introducción de una nueva ciencia mediante las
ideas racionalistas de Descartes y empiristas de Locke. Esta nueva ciencia es un modelo de
construcción racional que sugiere la iniciación de una nueva filosofía basada en un sistema más amplio
y general que la ciencia particular. Se centra especialmente en el empleo sistemático de un nuevo
método matemático y en la observación, la razón y la experiencia. En lingüística, la mirada empirista
promueve el estudio de la fonética y de las distintas lenguas consideradas como gramaticalmente
independientes. El movimiento racionalista, por su parte, hace surgir las gramáticas filosóficas, entre las
que destaca las de Arnauld o la de Lancelot.
Por su parte, los escritores españoles del XVIII se preocupan también por el origen y la
naturaleza del lenguaje. En esta época se funda en Madrid la Real Academia Española (1713), que
será clave para la organización de todo lo que se refiere a los estudios de nuestra lengua, ya que
elaborará el Diccionario de Autoridades, que contiene el tesoro léxico del castellano, la primera
ortografía (1741) y la primera gramática (1771).
Durante el siglo XIX decae el interés por el problema de los orígenes del lenguaje, ya que la
preocupación de los españoles se centra en otras cuestiones como el proyecto de creación de una
lengua y de una ortografía de tipo universal. En este siglo se produce la ruptura con el logicismo de tipo
gramatical debido, especialmente, a la obra de Vicente Salvá, Gramática de la lengua castellana según
ahora se habla, que fue la primera obra dedicada a la descripción sincrónica del español y que preparó
el camino a otros autores como A. Bello con su Gramática de la lengua castellana destinada al uso de
los americanos.
Por otro lado, hay que señalar que durante la primera mitad del siglo XIX la preocupación
máxima es el establecimiento del parentesco entre las lenguas, utilizando, como método comparativo,
el análisis de la estructura morfológica. Sin embargo, el comparatismo, a partir de August Scheicher,
comienza a tomar otras directrices:
Junto a esto, cobra especial importancia el interés y la preocupación por los aspectos formales
del lenguaje, además de otros elementos anecdóticos como la aparición de los términos Synkretismus
(Brugmann) y Suppletivwesen (Osthoff).
Por otro lado, desde el punto de vista de la lingüística de tipo historicista, cabe destacar aspectos
como:
La lingüística del XIX fue ganando lentamente autonomía, se independizó de las teorías de otras
ciencias, sobre todo de las ciencias naturales, y fue creando sus propios métodos de investigación, lo
que hizo posible que se abriera camino las nuevas corrientes del siglo XX.
Después de todo este recorrido por la gramática tradicional simplemente quiero señalar, tal y
como sugirió Robins en su Breve Historia, que “toda ciencia arranca del pasado, el estado que alcanza
en una generación facilita el punto de partida para la siguiente (…) La lingüística, como las otras
ciencias del hombre, y como todos los aspectos de las culturas humanas, es a la vez producto del
pasado y matriz de su futuro”. De ahí que la gramática tradicional sea tan importante para la actual, ya
que ésta es la base sobre la que opera, sin ésta ni Saussure ni los gramáticos del XX podrían haber
llevado a la gramática al estado actual.
2. BIBLIOGRAFÍA
Autoría
Nombre y Apellidos: Yolanda Casado Guerrero