OrganizaciónPanamericanadelaSalud
OficinadeGénero,DiversidadyDerechosHumanos
Diplomado
VirtualEnfoque
de
Género
en
la
Gestión
P
ú
blica
y
Privadas
2020
1
Desde
una
perspectiva
de
derechos
humanos,
el
análisis
de
género
representa
una
dimensión
esencial
del
proceso
de
formulación,
implementación
y
evaluación
de
programas
que
buscan
adherirse
a
principios
de
no
discriminación.
Es,
también,
un
elemento
indispensable
para
la
evaluación
crítica
de
políticas,
programas
y
proyectos
en
curso,
en
cuanto
al
grado
en
que
dichas
intervenciones
respetan,
protegen
y
contribuyen
a
la
realización
de
los
derechos
a
la
igualdad
y
la
no
discriminación.
Adicionalmente,
el
análisis
de
género
constituye
un
instrumento
clave
de
abogacía
y
movilización
política
en
pro
de
la
rectificación
de
injusticias
y
cumplimiento
de
los
derechos
humanos
de
los
individuos
y
los
grupos
sujetos
a
distintos
tipos
de
discriminación
y
exclusión
por
razones
de
sexo.
El
propósito
de
este
trabajo
es
contribuir
a
la
comprensión
de
la
naturaleza,
los
usos
y
los
fundamentos
del
análisis
de
género,
con
referencia
particular
al
campo
de
la
salud.
Con
tal
fin,
la
discusión
se
ha
organizado
en
tres
secciones:
la
primera
se
refiere
al
carácter
y
aplicaciones
del
análisis
de
género
dentro
del
contexto
de
integración
transversal
de
la
perspectiva
de
género
en
políticas,
programas
y
proyectos;
la
segunda
presenta
los
conceptos
básicos
que
sustentan
el
análisis
de
género;
y
la
tercera
describe
el
proceso
metodológico
de
desarrollo
de
dicho
análisis.
I.
La
naturaleza
y
las
aplicaciones
del
análisis
de
género
El
análisis
de
género
es
un
componente
del
análisis
socioeconómico
de
una
situación
o
problema
dado.
Su
propósito
general
es
revelar
las
conexiones
entre
las
construcciones
de
género
‐‐
esto
es,
las
relaciones
sociales
de
desigualdad
entre
los
sexos
‐‐
y
la
situación
o
problema
en
consideración.
Sus
objetivos
específicos
son
los
de
identificar
en
contextos
socio
culturales
específicos:
a)
las
áreas
críticas
de
desigualdad
de
género
relacionadas
con
el
problema;
b)
la
forma
como
estas
desigualdades
afectan
y
pueden
ser
afectadas
por
ciertas
intervenciones;
c)
los
factores
que
contribuyen
a
estas
desigualdades;
y
d)
las
estrategias
más
adecuadas
para
el
abordaje
de
tales
desigualdades
(i)
.
Su
centro
de
interés
no
se
refiere
a
las
mujeres
o
a
los
hombres
per
se,
sino
a
las
relaciones
sociales
‐‐
y,
en
particular,
las
relaciones
i
Ver,
por
ejemplo:
Gender
and
Development
Program/
United
Nations
Development
Program
(GIDP/UNDP).
Learning
and
Information
Pack:
Gender
Analysis.
New
York:
UNDP;
2001.
http://learning.undp.org
.
‐‐‐‐
Hunt
J.
Introduction
to
Gender
Analysis
Concepts
and
Steps
Development
Bulletin.
2004;
64.
‐‐‐‐
UNIFEM
y
CEDAW
and
the
Human
Rights
Based
Approach
to
Programming.
New
York:
UNIFEM;
2007.
41
‐
44
p.
http://www.unifem.org/attachments/products/CEDAW_HRBA_guide_pt1_eng.pdf
.
OrganizaciónPanamericanadelaSalud
OficinadeGénero,DiversidadyDerechosHumanosDiplomado
Enfoque
de
Género
en
la
Gestión
Pública
y
Privada
LECTURABÁSICA:MÓDULO3
Análisisdegénero:basesconceptualesymetodológicas
Elaboradopor:ElsaGómezGómez
2de
poder
‐‐
que
construyen
y
mantienen
las
desigualdades
de
género.
Este
tipo
de
análisis
constituye
el
fundamento
de
los
procesos
de
incorporación
de
una
perspectiva
de
igualdad
de
género
en
políticas,
programas
y
proyectos.
Es
importante
resaltar
que
el
enfoque
respecto
al
análisis
de
género
que
se
plantea
en
este
trabajo
no
se
limita
al
estudio
de
las
características
e
implicaciones
de
las
relaciones
desiguales
de
género
con
respecto
al
problema
que
se
quiere
resolver,
sino
que
abarca
el
análisis
de
las
causas
de
tales
desigualdades,
así
como
los
cursos
alternativos
de
acción
para
rectificarlas.
Esto
quiere
decir
que
no
acaba,
por
ejemplo,
en
la
identificación
y
cuantificación
de
las
diferencias
por
sexo
en
la
morbi
‐
mortalidad
en
grupos
poblacionales
diversos;
sino
que
se
extiende
al
análisis
causal
(intra
‐
e
inter
grupo)
de
las
desigualdades
actualmente
remediables,
así
como
al
de
las
estrategias
apropiadas
para
superarlas.
Los
impactos,
y
la
formulación
misma
de
políticas
y
programas
no
son
neutrales
en
materia
de
género.
Sin
embargo,
por
el
hecho
de
que
ciertas
dimensiones
de
desigualdad
de
género
se
hallan
tan
profundamente
embebidas
en
la
cultura,
resultan
con
frecuencia
difíciles
de
percibir.
El
análisis
de
género
contribuye
a
hacer
visibles
estas
desigualdades
y
a
arrojar
luz
sobre
el
hecho
de
que
la
aparente
neutralidad
de
género
en
las
políticas
y
los
programas
puede,
en
la
práctica,
reflejar,
reforzar
‐‐
y
aún
exacerbar
‐‐
los
desequilibrios
existentes.
Contribuye
asimismo
a
revelar
las
brechas
entre
la
igualdad
formal
exigida
explícitamente
en
el
discurso
legal,
y
la
igualdad
real
que
ocurre
en
la
práctica,
en
términos
de
la
realización
de
derechos
y
oportunidades.
Los
siguientes
son
algunos
ejemplos
de
políticas
de
salud
aparentemente
neutrales
en
materia
de
género
que,
sin
embargo,
esconden
profundos
sesgos
en
tal
sentido.
La
presencia
de
estos
sesgos
se
asocia,
entre
otros
factores,
con
debilidades
en
el
análisis
y
la
abogacía
que
apuntalan
tales
políticas:
-
Los
criterios
de
asignación
de
recursos
basados
en
estimaciones
de
la
carga
de
enfermedad
y
discapacidad
(DALYS
o
AVADS)
subestiman
el
peso
de
las
necesidades
de
atención
de
las
mujeres,
al
no
dar
cabida
a
intervenciones
de
promoción
y
prevención,
las
cuales
constituyen
la
esencia
de
la
atención
a
la
salud
reproductiva
y
el
grueso
de
la
mayor
utilización
de
servicios
por
parte
de
las
mujeres
(1)
.
-
La
protección
social
de
la
salud
ligada
al
empleo,
particularmente
el
formal,
excluye
desproporcionadamente
a
las
mujeres
en
razón
de
que
éstas
participan
en
la
fuerza
laboral
en
menor
proporción
que
los
hombres;
adicionalmente,
cuando
participan,
se
insertan
más
frecuentemente
que
aquéllos
en
empleos
informales
y
de
tiempo
parcial,
generalmente
no
cubiertos
por
la
seguridad
social.
-
Los
sistemas
de
financiamiento
de
la
atención
de
la
salud
basados
en
criterios
actuariales
de
riesgo,
imponen
una
mayor
carga
económica
sobre
las
mujeres
quienes,
por
razón
de
su
rol
reproductivo
y
su
mayor
longevidad,
utilizarían
los
servicios
de
salud
con
mayor
frecuencia
que
los
hombres.
-
Las
medidas
de
contención
de
costos,
tales
como
la
reducción
de
servicios
públicos,
ocultan
el
hecho
de
que
los
ahorros
en
tales
servicios
son
transferidos
a
los
hogares
en
la
forma
de
aumentos
de
la
carga
de
cuidado
no
remunerado
que
generalmente
absorben
las
mujeres,
y
que
limitan
su
participación
en
el
mercado
remunerado.
1.
El
análisis
de
género
en
el
proceso
de
programación
El
análisis
de
género
es
usado
como
instrumento
básico
para
guiar:
(a)
el
desarrollo
de
iniciativas
dirigidas
específicamente
a
eliminar
severas
desigualdades
de
género
alrededor
de
problemáticas
particulares—por
ejemplo,
violencia
contra
las
mujeres;
y
(b)
la
integración
de
una
perspectiva
de
igualdad
de
género
en
todo
tipo
de
políticas,
programas
y
proyectos,
existentes
o
en
proceso
de
formulación.
En
el
contexto
de
programas
de
amplio
alcance,
el
análisis
de
género
debe
constituir
una
dimensión
integral
del
Análisis
de
Situación
que
se
realiza
periódicamente
en
los
niveles
regional,
nacional
y
subnacional.
Su
uso
no
debe
limitarse
a
la
fase
inicial
del
ciclo
de
programación
sino
que
debe
estar
presente
en
todos
los
momentos
claves
de
decisión
que
tienen
lugar
a
través
de
sus
distintas
fases,
esto
es,
durante
la
planificación,
la
ejecución,
el
monitoreo
y
la
evaluación.
3
a.
Durante
la
fase
de
planificación,
el
análisis
de
género
se
usa
con
los
siguientes
propósitos
(2)
:
•
Identificar
dentro
de
contextos
socioculturales
diversos,
las
áreas
críticas
de
desigualdad
de
género
relacionadas
con
el
problema
que
se
quiere
abordar,
así
como
la
articulación
de
esas
desigualdades
con
otras
relaciones
de
poder.
•
Determinar
el
impacto
que
las
relaciones
de
género
puedan
tener
sobre
el
éxito
de
la
intervención
y,
de
acuerdo
con
ello,
mejorar
la
sostenibilidad
y
la
eficacia
de
las
actividades.
•
Tomar
medidas
para:
prevenir
que
la
intervención
planificada
afecte
negativamente
a
uno
de
los
sexos,
asegure
una
distribución
equitativa
de
los
beneficios
de
la
intervención
entre
mujeres
y
hombres,
y
contribuya
a
avanzar
la
igualdad
de
género.
•
Identificar
áreas
estratégicas
de
acción
para
la
promoción
de
la
igualdad
de
género.
b.
En
la
fase
de
implementación,
el
análisis
de
género
asiste,
fundamentalmente,
en
el
examen
de
las
diferencias
por
sexo
y
otras
variables
pertinentes
en
relación
con
la
participación
de
la
población
‐‐
como
agente
y
beneficiaria
‐‐
en
el
desarrollo
de
la
intervención;
y
sirve
de
base
para
hacer
ajustes
pertinentes
a
la
estrategia.
c.
Durante
las
etapas
de
monitoreo
y
evaluación,
el
análisis
de
género
contribuye
a
la
determinación
de
los
impactos
diferenciados
por
sexo
de
la
intervención,
así
como
a
la
subsecuente
valoración
de
los
cambios
en
las
relaciones
de
género
y
el
progreso
hacia
la
igualdad
de
género
(2)
.
2.
El
análisis
de
género
desde
el
enfoque
de
derechos
humanos
El
abordaje
de
la
programación
desde
un
enfoque
basado
en
derechos
humanos
exige
que
el
análisis
de
género
no
se
limite
a
documentar
y
caracterizar
desigualdades
de
género
en
la
realización
de
derechos,
bajo
el
supuesto
que
otros
actores
tomarán
las
medidas
apropiadas
para
rectificarlas.
El
análisis
de
género
con
perspectiva
de
derechos,
debe
adicionalmente
analizar
las
causas
de
tales
desigualdades
y
las
posibles
estrategias
para
superarlas.
De
acuerdo
con
el
Entendimiento
Común
de
las
Naciones
Unidas
respecto
al
Enfoque
de
Cooperación
para
el
Desarrollo
Basado
en
Derechos
Humanos
(EBDH)
(3)
,
el
análisis
de
situación
(y,
por
ende,
el
análisis
de
género
dentro
del
mismo)
deberá
cumplir
dos
grandes
funciones:
a.
Identificar
los
derechos
y
obligaciones
que
serán
objeto
de
intervención
:
Esta
identificación
incluye
(i)
las
instancias
en
que
ciertos
derechos
son
negados
a
individuos
o
grupos
particulares
titulares
de
derechos,
por
ejemplo,
el
derecho
a
la
vida
en
el
caso
de
la
mortalidad
materna;
(ii)
las
obligaciones
correspondientes
por
parte
del
Estado
y
otros
titulares
de
deberes
frente
a
la
garantía
de
tales
derechos;
y
(iii)
las
causas
inmediatas,
subyacentes
y
estructurales
de
la
no
realización
de
esos
derechos.
(Para
la
identificación
de
derechos
y
deberes
en
el
contexto
de
la
discriminación
en
contra
de
las
mujeres,
un
punto
inicial
de
referencia
sería
CEDAW
con
sus
recomendaciones
generales).
b.
Identificar
los
vacíos
de
capacidad
que
deberán
ser
llenados
para
poder
avanzar
en
el
proceso
de
realización
de
esos
derechos
:
“Capacidad”,
bajo
EBDH,
incluye
todas
aquellas
condiciones
que
deben
existir
para
la
realización
de
los
derechos:
(i)
del
lado
de
los
titulares
de
derechos,
para
reclamarlos;
y
(ii)
del
lado
de
los
titulares
de
deberes,
para
cumplir
con
su
obligación
de
garantizarlos.
Esta
evaluación
servirá
de
base
para
el
examen
y
desarrollo
de
estrategias
dirigidas
a
robustecer
dichas
capacidades.
Las
capacidades
por
fortalecer
entre
los
titulares
de
deberes,
incluirían
la
creación
o
el
mejoramiento
de:
marcos
constitucionales
y
legislativos
apropiados,
infraestructura
institucional,
voluntad
política,
información,
y
criterios
de
asignación
de
recursos.
Entre
las
capacidades
por
fortalecer
en
los
titulares
de
derechos,
figurarían:
las
habilidades
organizativas,
el
establecimiento
de
coaliciones
nacionales
e
internacionales,
la
formación
de
redes,
la
abogacía
y
la
comunicación
con
legisladores,
y
el
análisis
de
políticas
(4)