Celula
Celula
FACULTAD:
Ciencias de la salud.
CARRERA:
Laboratorio clínico.
NOMBRE:
Robinson Alejandro Vera Arteaga.
ASIGNATURA:
Histología.
SEMESTRE:
Octubre 2021 –febrero 2022.
PARALELO:
“A”.
La Célula
Introducción.
La célula es una unidad mínima de un organismo capaz de actuar de autoperpetuarse.
Todos los organismos vivos están formados por células, y por lo general se consta que hasta
el mínimo ser vivo está conformado por al menos una célula, un ejemplo de estos, son los
organismos unicelulares como bacterias o protozoos. A diferencia de esto los humanos y
plantas están constituido por millones de células organizadas por tejidos y órganos.
En el presente se reconocen tres linajes celulares presentes en la tierra: Arqueas y Bacterias,
las cuales son procariotas unicelulares y las células eucariotas, las cuales pueden ser
unicelulares o formar organismos pluricelulares. Las procariotas no poseen compartimentos
internos rodeados por membranas, salvo excepciones, mientras que las eucariotas contienen
orgánulos membranosos internos, y uno de estos es el núcleo.
Toda célula, procariota o eucariota, es un conjunto de moléculas altamente organizado,
poseen numerosos compartimentos como funciones definidas. Considerando un
compartimento celular como un espacio, delimitado o no por una membrana, donde se lleva
a cabo una actividad necesaria o importante para la célula. Uno de los compartimentos
presentes en todas las células es la membrana plasmática, la cual permite delimitar el
espacio celular interno del externo.
Objetivo general.
Comprender el estudio de los seres vivos como sistemas complejos en relación al medio
que los rodea y conocer la organización estructural y funcional de la célula como unidad
constituyente de los seres vivos.
Objetivos específicos
Conocer las características diferenciales entre las células eucariotas y procariotas.
Comprender la importancia de los diferentes componentes celulares desde el punto
de vista estructural y funcional, su dinámica e interacción.
Historia de la célula
En 1665, Robert Hooke observó con un microscopio un delgado corte de corcho. Hooke
notó que el material era poroso. Esos poros, en su conjunto, formaban cavidades poco
profundas a modo de cajas a las que llamó células. Hooke había observado células muertas.
Unos años más tarde, Marcelo Malpighi, anatomista y biólogo italiano, observó células
vivas. Fue el primero en estudiar tejidos vivos al microscopio.
A partir de 1900, los investigadores de la célula enfocaron sus trabajos en dos direcciones
fundamentalmente distintas:
los bioquímicos, cuyos estudios se dirigieron a dilucidar los caminos por los cuales
la célula lleva a cabo las reacciones bioquímicas que sustentan los procesos de la
vida, incluyendo la fabricación de los materiales que constituyen la misma célula.
Teoría celular
Con el avance de la técnica microscópica y de la preparación y el tratamiento de los tejidos
la observación microscópica mejora considerablemente. En 1838 el botánico Matthias
Schleiden (1804-1881) postula que las estructuras elementales de las plantas están
constituidas por células y por productos derivados de ellas. En 1839 el zoólogo Theodor
Schwann (1810-1882) formula el mismo principio aplicado a los tejidos animales
atribuyendo a las células el carácter de unidades elementales dotadas de vida propia cuya
multiplicación determina el crecimiento de los organismos. Las aportaciones de ambos
científicos constituyen el fundamento de la teoría celular, una de las teorías unificadoras y
generalizadoras más importantes en la historia de la biología y una de las que más ha
incidido en la historia de la medicina. Se ha escrito que, con independencia de algunas
aportaciones previas, los nombres de Schleiden y Schwann están tan íntimamente asociados
al concepto de la teoría celular como los de Watson y Crick a la molécula del ADN.
El paradigma de la teoría celular se completó años más tarde con las aportaciones de
autores como Robert Remak (1815-1865), Rudolf Virchow (1821-1902) y Albert Kölliker
(1817-1905) que demostraron que las células se originan siempre a partir de otras
preexistentes y que las mismas constituyen el último elemento estructural capaz de
existencia autónoma al nutrirse, crecer y reproducirse como un minúsculo organismo ya
vivan independientemente o asociadas con otros elementos.
La célula y la medicina
A partir de ese momento la relación entre la célula y la medicina convergen de forma
definitiva. Tres son, a este respecto, las distintas etapas que podemos distinguir en esa
interrelación; etapas que sucesivamente se han ido superponiendo hasta llegar a nuestros
días. En la etapa inicial, tras postularse la teoría celular, la célula se interpreta como la
unidad estructural y funcional básica que compone nuestro cuerpo y conforma nuestros
tejidos. Desde entonces el avance en el conocimiento de la célula como sustrato de nuestra
corporeidad ha sido extraordinario y a ello ha contribuido la continua mejora de los
instrumentos microscópicos y de las técnicas histológicas e histoquímicas. Sobre el
significado que la célula sigue teniendo hoy en la construcción del edificio corporal baste
recordar las palabras pronunciadas hace unos años en Madrid por Sydney Brenner. La
célula, señalaba el premio Nobel de Medicina, y no el genoma, es el nivel correcto en el
que centrar cualquier investigación sobre nuestra construcción corporal. Debemos, añade,
averiguar cuantas células hay en el organismo, como se relacionan y cómo actúan y de este
modo quizá podamos obtener información sobre las bases que subyacen en las
interacciones que existen entre las células y entre estas y los tejidos.
A partir del último tercio del siglo XIX se desarrolla una segunda etapa en la relación entre
la célula y la medicina al interpretarse la primera como la unidad estructural básica en la
que asienta la enfermedad. La figura fundamental que impulsa este avance es Rudolf
Virchow (1821-1902), que en su famoso libro “Patología Celular” afirma que “la tan
buscada esencia de la enfermedad es la célula alterada”. A partir de ese momento investigar
una enfermedad supone necesariamente identificar las alteraciones celulares y tisulares
existentes en las lesiones. El gran avance de la medicina en el siglo XX tiene por tanto su
origen en la posibilidad de diagnosticar microscópicamente las mismas.
Composición química
En los organismos vivos no hay nada que contradiga las leyes de la química y la física. La
química de los seres vivos, objeto de estudio de la bioquímica, está dominada por
compuestos de carbono y se caracteriza por reacciones acaecidas en solución acuosa y en
un intervalo de temperaturas pequeño. La química de los organismos vivientes es muy
compleja, más que la de cualquier otro sistema químico conocido. Está dominada y
coordinada por polímeros de gran tamaño, moléculas formadas por encadenamiento de
subunidades químicas; las propiedades únicas de estos compuestos permiten a células y
organismos crecer y reproducirse. Los tipos principales de macromoléculas son
las proteínas, formadas por cadenas lineales de aminoácidos; los ácidos nucleicos, ADN y
ARN, formados por bases nucleotídicas, los polisacáridos, formados por subunidades de
azúcares y los lípidos, formado por ácidos grasos, grupos funcionales (como el fosfato).
Las células constan de muchas partes, cada una con una función diferente. Algunas de estas
partes, llamadas orgánulos, son estructuras especializadas que realizan ciertas tareas dentro
de la célula. Las células humanas contienen las siguientes partes principales:
Citoplasma
Dentro de las células, el citoplasma está formado por un líquido gelatinoso (llamado
citosol) y otras estructuras que rodean el núcleo.
Citoesqueleto
El citoesqueleto es una red de fibras largas que forman el marco estructural de la célula.
El citoesqueleto tiene varias funciones críticas, incluyendo determinar la forma celular,
participar en la división celular y permitir que las células se muevan. También brinda un
sistema similar a una vía que dirige el movimiento de orgánulos y otras sustancias
dentro de las células.
Retículo endoplásmico
Este orgánulo ayuda a procesar las moléculas creadas por la célula. Además, el retículo
endoplásmico transporta estas moléculas a sus destinos específicos, ya sea dentro o fuera
de la célula.
Aparato de Golgi
El aparato de Golgi empaqueta las moléculas procesadas por el retículo endoplásmico
para ser transportadas fuera de la célula.
Lisosomas y peroxisomas
Estos orgánulos son el centro de reciclaje de la célula. Digieren bacterias extrañas que
invaden la célula, eliminan las sustancias tóxicas y reciclan sus componentes celulares
gastados.
Mitocondrias
Las mitocondrias son orgánulos complejos que convierten la energía de los alimentos
para que la célula la pueda usar. Tienen su propio material genético, separado del ADN
del núcleo, y pueden hacer copias de sí mismas.
Núcleo
El núcleo sirve como centro de comando de la célula, enviando instrucciones a la célula
para que crezca, madure, se divida o muera. También alberga ADN (ácido
desoxirribonucleico), el material hereditario de la célula. El núcleo está rodeado por una
membrana llamada envoltura nuclear, la que protege el ADN y separa el núcleo del resto
de la célula.
Membrana celular
La membrana celular (o membrana citoplasmática) es el revestimiento exterior de la
célula. Separa la célula de su entorno y permite que los materiales entren y salgan de
ella.
Ribosomas
Los ribosomas son orgánulos que procesan las instrucciones genéticas de la célula para
crear proteínas. Estos orgánulos pueden flotar libremente en el citoplasma o estar
conectados al retículo endoplásmico
Conclusión
La célula es el componente básico de todos los seres vivos. El cuerpo humano está
compuesto por billones de células. Le brindan estructura al cuerpo, absorben los nutrientes
de los alimentos, convierten estos nutrientes en energía y realizan funciones especializadas.
Bibliografías
4. Las células - Fundamentos - Manual MSD versión para público general [Internet]. Manual
MSD versión para público general. 2022 [cited 1 January 2022]. Available from:
https://www.msdmanuals.com/es/hogar/fundamentos/el-cuerpo-humano/las-c%C3%A9lulas