Nociones Fundamentales de Medicina Psiónica

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Nociones Fundamentales de Medicina Psiónica

24/Sep/2016 Webmaster

La Medicina Psiónica es una nueva concepción revolucionaria de la medicina, que afirma que todo lo
que existe en la Naturaleza, incluido el Ser Humano, fue creado a partir de PATRONES CUÁNTICOS de energía,
que si se encuentran ordenados, se manifestaran en SALUD, y si están desordenados, su manifestación será la
ENFERMEDAD, y el estado de SALUD permitirá al hombre cumplir en forma idónea el fin para el cual fue
CREADO.

Afirma también que la INTUICION, expresada en la practica de la RADIESTESIA MEDICA, se constituye hasta el
momento, como el único medio conocido capaz de detectar el orden desorden de estos patrones cuánticos.

Establece como elemento fundamental de su carácter PROFESIONAL MEDICO la tesis llamada: «TEORIA
ELECTRONICA DE LA MATERIA» Ó  «TEORIA ELECTRONICA DE LA VIDA», la cual reconoce que el
principio esencial de todo lo que existe en el UNIVERSO, es solo la ENERGIA, es decir: electrones en movimiento,
regidos por LEY Y ORDEN universales

E l desorden o desequilibrio de estos patrones cuánticos de energía se traduce en ENFERMEDAD, FRACASO,


DECAIMIENTO Y MUERTE El orden conlleva SALUD, FUERZA Y ARMONIA.

Para restaurar el orden perdido, el éxito, la armonía, la fuerza y la salud, solo pueden emplearse medios terapéuticos
de la misma calidad, es decir: EL CARACTER DE LOS MEDICAMENTOS, deberá ser CUANTICO
ENERGETICO, de donde hemos establecido el PRINCIPIO CURATIVO por excelencia  «LA PERFECCION DE
LA SALUD POR EL ORDEN DE LOS PATRONES CUANTICOS».

La aplicación de este PRINCIPIO CURATIVO UNIVERSAL e insustituible se extiende inclusive mas allá del
ámbito  de la medicina, tiene aplicación en todos los campos del  conocimiento  humano, redunda en beneficio de la
HUMANIDAD en forma asombrosa, por lo que los FUNDADORES de esta organización, a la que llamaremos
FUNDACION PARA LA INVESTIGACION DE LA MEDICINA PSIONICA CUANTICA,  con plena conciencia
de los factores causales del desorden y desequilibrio de los fenómenos naturales que han dejado de serlo de su
entorno y también de su propio desorden, han acordado reunir con su iniciador el DR. RAMIRO VIDAL JARQUIN
SANCHEZ, los descubrimientos MEDICO CIENTIFICOS realizados en el campo de la Bioenergética, ampliar su
investigación y aplicarlos en la practica medica cotidiana.

Así mismo, en la conciencia de que estos desequilibrios en el campo cuántico son susceptibles de corrección
mediante la aplicación de los principios y metodología de la MEDICINA PSIONICA CUANTICA los Fundadores
han decidido dar a conocer al mundo sus experiencias, considerando también que la medicina llamada
ALOPATICA   se encuentra en un callejón sin salida, frente a tantas PATOLOGIAS de nuestro tiempo ,sin
capacidad para enfrentarlas y vencerlas, lo que observamos en los cuadros de estadísticas que nos están entregando.

Si pasamos revista a todas las filosofías humanistas que se han preocupado por estudiar al Hombre, encontramos la
coincidencia racional de todas ellas en su consideración acerca de nuestra naturaleza.

El verdadero ser humano es un ser simple y complejo a la vez, cuya observación y comprensión integral sólo puede
ser lograda analizándolo bajo tres aspectos esenciales, indivisibles. Cada uno de ellos tiene elementos y
características individuales y, al mismo tiempo, inseparables. Están relacionados entre sí e influenciados de tal
manera que lo que afecte, influencie o beneficie a uno, afectará, influenciará o beneficiará las otras partes
compuestas como un todo.

Estos tres aspectos reconocidos por las filosofías humanistas son el Espiritual, el Psíquico y el Orgánico, en este
orden de importancia.

Esta concepción del Hombre, no como una tricotomía sino como una unidad indivisible, es la mejor lograda por el
pensamiento filosófico, ya que posibilita la respuesta a las incógnitas físicas y metafísicas del ser humano, como
podrían ser: origen, destino y objeto de la vida.

Al mismo tiempo, es verdaderamente importante esta concepción en el campo de la medicina, pues sólo así es
posible, como exigencia, estructurar una medicina con la que se pueda influenciar benéficamente los componentes
esenciales espirituales, psíquicos y orgánicos. De esta manera, le denominaríamos connatural y auténtica Medicina
del Hombre.

Durante toda la Historia de la Medicina al hablarse de Medicina Natural en todas sus diferentes acepciones –
Biológica, Holística, Integral, Energética, Tradicional, etc. – sólo se piensa para considerarla natural, en que estos
elementos «naturales» no contengan mezclas de elementos químico-sintéticos. Suponiendo que así sea, se acepta
que son naturales en sí mismos, lo que no implica su connaturalidad al hombre, que es lo que en realidad debe
buscarse.

Por ende, es completamente necesario definir la verdadera naturaleza humana, pues ello permitiría encontrar una
medicina que al llamarla Natural, no sólo se entienda «tomado de la naturaleza» sin mixturas ni elementos químico-
sintéticos, sino que sea de la misma naturaleza del hombre al que se pretende influenciar con ella.

Es necesario señalar que ninguna medicina cuyos elementos terapéuticos hayan sido tomados de la naturaleza
mezclándolos o extrayéndolos por medios químicos, puede ser considerada connatural al hombre.

Son productos naturales que, sin ser agresivos, ni son connaturales ni pueden ser completamente curativos. Son
modificadores, paliativos, pero al mismo tiempo sus engañosos resultados traerán a la larga patologías más serias,
oscuras y escondidas. Su influencia curativa no puede ser al cien por ciento, debido a su aproximación curativa a la
verdadera naturaleza del hombre. Dicha naturaleza sólo puede ser conocida e intuida por el razonamiento de la
antropología filosófica y la teología.

Si bien la medicina como tal nos hace conocer el aspecto orgánico en forma «casi» total con su magnífica y
moderna tecnología, todavía no ha logrado encontrar al hombre integral. Partiendo de esta realidad, sabemos que la
Resonancia Magnética, Magneto-encefalografía o Tomografía por emisión de positrones nos permite observar el
trabajo cerebral o la emisión de pensamientos o los lugares específicos de la materia gris donde «anida» la visión y
el «baúl de los recuerdos» que constituyen la memoria. Sin embargo, es evidente que esta información resulta
incompleta para acercarnos al concepto de Hombre Integral que nos ocupa.

Por su parte, la Psicología nos describe casi completamente el mundo de las emociones y sentimientos con los
cuales el ser humano se relaciona con sus semejantes y el entorno que habita y contempla. Esta descripción de
nuestra psique nos distingue de todos los seres y aún así no tenemos al hombre completo.

Esta búsqueda nos conduce necesariamente a la Religión. Todas las religiones, a lo largo de la Historia, han tenido
como razón de ser la comprensión del «Espíritu del Hombre».

Es curioso que todas concuerdan en que este «Espíritu-Mente-Chispa divina» es el principio vital invisible e
intangible, elemento primigenio de la vida, ordenador del movimiento y de la acción de la materia, de la emoción,
de los sentimientos, de la conciencia del bien y el mal. Es el principio ordenante que gobierna, equilibra y armoniza
todas las interacciones del pensamiento, de la psique y las funciones orgánicas.

Si este principio vital está presente, hay vida y movimiento; si está ausente, hay muerte.

Este es, pues, el hombre íntegro: chispa divina que nos participa la vida y el Ser; inteligencia creativa y ordenadora;
espíritu que nos hace expresión de ese Ser.

La Medicina del Hombre deberá ser, entonces, connatural, por lo que deberá surgir de su propia mente y ser tan
intangible como él. Por tanto, ninguna medicina química, material, animal, vegetal o mineral podrá sustituirla y
llegar al verdadero hombre en sus aspectos esenciales. Mucho menos llegará al principio vital o chispa divina que lo
anima y lo hace ser Hombre.

Ese principio vital presente en cada ser humano y en diferentes gradaciones en todo lo que existe, únicamente puede
tener su origen en el Creador de ese Universo, Inteligencia Suprema, Autor y Rector de todo lo existente.

Los diferentes rangos energéticos, bioseñales o frecuencias vibratorias existentes en esa chispa divina universal
están organizados de acuerdo con el número y posición de sus elementos atómicos y subatómicos. Así lo han
demostrado los físicos modernos. Las galaxias, nebulosas, estrellas y todo lo que llena el cielo que contemplamos y
la naturaleza que nos rodea: mares, ríos, plantas, montañas, cordilleras, microbios, personas y todo fenómeno
biológico son originados y dirigidos por una frecuencia vibratoria específica que sostiene todo en un perfecto estado
de interrelación.

Este equilibrio y armonía implican orden en cada fenómeno del universo y, en el caso del hombre, significa salud.

El siguiente elemento de observación del Hombre debemos hacerlo a la luz de la investigación científica, de aquella
que busca «la verdad»

Ciertamente ha pasado ya el tiempo en que al hablar del pensamiento científico acerca del hombre -el racionalismo
cartesiano- éramos conducidos hacia una segunda línea de pensamiento eminentemente mecanicista, que nos
separaba totalmente de la concepción de cuerpo, alma y espíritu que nos es revelada por la filosofía occidental
cristiana. Cada persona deberá ser libre de elegir la que le plazca.

No obstante algunos somos inconformes y tratamos a ultranza de llegar a distinguir la más cercana a la verdad.

En el intento de contemplar científicamente al ser humano considero necesario penetrar en el mundo de la física,
única ciencia que puede aclararnos el origen de todas las cosas, así como la interacción de todos los fenómenos
biológicos y la vida del hombre en la naturaleza.

No resulta aventurado concluir que en la actualidad los pensamientos filosófico y científico coinciden en su
concepción sobre el origen del hombre y la naturaleza de su ser: un patrón electromagnético que sostiene y dirige la
vida y mantiene su equilibrio y fuerza. Esto trae como consecuencia la sucesión de fenómenos biológicos
ordenados. En el caso del hombre la salud deriva del perfecto funcionamiento de cada uno de los sistemas y órganos
que lo componen. Todos ellos gobernados armónicamente por su respectiva bioseñal o frecuencia vibratoria.

Alcanzar este conocimiento es comprender de la manera más sencilla el proceso de la vida y del ser humano.

Por otro lado, la Mente es creadora de los más de 30000 pensamientos diarios. Estos son explosiones de energía
positiva convertidas en órdenes que, al recibir un neuropéptido o neurotransmisor, provocarán que el cerebro
«dialogue» con todo el organismo en una cadena incesante de comunicaciones.
Si estas órdenes son correctas, se traducirán en un buen funcionamiento, de lo contrario, se manifestará con
síntomas, dando claros avisos del desorden funcional provocado por las órdenes erróneas.

Destello divino, chispa de eternidad, fragmento de la mente infinita y eterna. Esa es la realidad de nuestro ser – con
minúsculas -. Tenemos el ser participado y esa participación nos lleva a buscar la plenitud, el SER, el Absoluto -con
mayúsculas-. Tal vez nos falta adquirir conciencia de lo que somos, de dónde venimos y hacia dónde vamos. El
camino es evidente.

Cada movimiento del Universo, cada proceso de la naturaleza, cada fenómeno biológico y cada acción y reacción de
la materia tiene como origen y es consecuencia de un patrón electromagnético o frecuencia vibratoria que lo
gobierna.

De patrones electromagnéticos ordenados surgen procesos, fenómenos, movimientos, acciones y reacciones


ordenados; de patrones desordenados sólo puede surgir caos y desorden.

Esta «realidad del ser», contemplada desde la filosofía, nos parece única y verdadera. La visión científica no ha
hecho sino reafirmarla en los últimos tiempos.

Dicha postura es práctica y fundamento de la Medicina Psiónica.

El Hombre, los elementos del Universo y todo lo que acontece en él tienen de origen su correspondiente rango
energético ordenado. Si este hecho fundamental es aplicado al hombre y a la medicina, se infieren dos principios ya
aplicados en su práctica terapéutica y afirmados por la Medicina Psiónica desde sus inicios:

 La perfección de la naturaleza por el orden de la frecuencia que origina sus fenómenos.


 La perfección de la salud por el orden de la frecuencia.

Este principio perfecciona el «arte de curar». Camina en el sentido de principios universales invariables confirmado
a la luz de la Filosofía y la Ciencia y ratificado por sus resultados en la práctica.El primero es de carácter y
aplicación universal. El segundo es aplicable al ser humano y la medicina.

Cabe señalar que en la Historia de la Medicina, son tres las leyes o principios conocidos que nos explican en forma
genérica la acción de la Terapia que se utiliza en un determinado momento.

         Similia Similibus Curantur conocida como «Ley de los semejantes», es base y sustento de la Ciencia
Homeopática descubierta por Samuel Hahnemann.

         Contraria Contraris Curantur o «Ley de los Contrarios» es aplicada casi en forma general por la Medicina
Alopática, aunque no es reconocida oficialmente como principio base de su acción.

El tercer principio, Aequalia Aequalibus Curantur, es aplicado por la Urino Terapia, la Nosodo Terapia y es base de
las vacunas aplicadas por la Escuela Alopática.

En estos tres principios de curación encuentran muchas Terapias la razón de su aplicación y efectividad terapéutica.
Algunas de ellas, pese a su eficacia, no comparten estos principios.

El nuevo principio descubierto por el autor y estructurador de la Medicina Psiónica es más sencillo en su aplicación
y superior en los resultados. Es un principio de orden universal.

A cada sistema, órgano, función, célula y fenómeno biológico del ser humano corresponde una frecuencia vibratoria
específicamente ordenada para realizar la función que le fue asignada. De esta manera se posee una salud
verdaderamente integral.
Cualquiera de estos elementos poseedor de un patrón o frecuencia vibratoria distorsionada, será incapaz de cumplir
la función o fenómeno biológico que le corresponde. Acusará, entonces, síntomas a los que conocemos como una
patología determinada.

La Radiónica y la Radiestesia son elementos fundamentales de la metodología de la Medicina Psiónica. Estas han
permitido al autor obtener y representar geométrica y numéricamente en tarjetas de Radiónica el patrón
electromagnético de cada uno de los elementos que componen la Esfera Orgánica, Psíquica y Espiritual del Ser
Humano. Al impregnarlas en medicamentos de su terapéutica, pueden proporcionarse de manera sencilla al hombre
enfermo. El hecho de corregir cada frecuencia distorsionada devolverá el correcto funcionamiento a cada célula,
órgano o sistema enfermo, restaurando su completa salud.

Conclusiones:

Un nuevo enfoque filosófico como respuesta al reiterado reclamo de pensadores dentro y fuera del mundo de la
medicina. Esta postura de ninguna manera se opone al concepto materialista del pensamiento científico actual. Al
contrario, los hace coincidir en su conocimiento del origen del hombre.

La Medicina Psiónica posee un nuevo principio terapéutico convertido en Principio Universal invariable expresado
como: «La perfección de la salud por el orden de la frecuencia». Principio que, acorde a la verdadera naturaleza del
Hombre, mantiene los rangos energéticos de sus componentes espirituales, psíquicos y orgánicos que proporcionan
el correcto funcionamiento general de la vida humana.

El autor de la Medicina Psiónica ha obtenido por medio de la Radiónica la representación numérico-geométrica del
patrón electromagnético de cada sistema y órgano del ser humano que controla su perfecto funcionamiento.
Utilizando los instrumentos de la misma Radiónica convierte dichos rangos energéticos en elementos terapéuticos.
Al proporcionarlos al paciente da inicio el reordenamiento dinámico de su fisiología energética, reubicándolo en el
camino de la Salud.

De esta manera ha dado a cada elemento terapéutico el nombre respectivo dentro de la Esfera Psíquica, Orgánica o
Espiritual a que pertenece. Por lo tanto, son obra, patrimonio y propiedad del autor de la Medicina Psiónica los
conceptos, nombres y representaciones en tarjetas de Radiónica de sus elementos terapéuticos, así como la
metodología de su aplicación.

Dr. Ramiro Jarquín Sánchez


(Transcrito de la 2ª edición de las Fórmulas Magistrales)

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