Pujols Diaz Rody Josairi-Test de Inteligencia

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Nombre: Rody Josairi Pujols Díaz

ID: A00141569

Materia: Historia de la psicología

Profesor/a: Yudelka Betancourt Almonte

Actividad: Test de inteligencia

Fecha: 18/02/2022
Haz una reflexión y redacción mínimo de dos páginas.

Test de inteligencia.

La idea de generar un mecanismo que nos ayude a comprender la capacidad cognitiva y


potencial de éxito de las personas esta tan arraigado en nuestra cultura que no podemos
pensar en un sistema educativo sin este mecanismo. Sin embargo, las pruebas de
coeficiente intelectual tiene apenas poco más de un siglo, su origen fue mucho menos
loable de lo que imaginamos. Su propósito no era mejorar la oferta educativa, sino
filtrarla. A principios de 1900, psicólogos académicos y políticos buscaban una manera
de jerarquizar las oportunidades educativas, de agrupar a la población general; los que
estuvieran en los estratos más altos recibirán la educación de mejor calidad, los que
estuvieran en escalones inferiores tendrían un acceso a la educación mas magro. La
prueba de inteligencia desarrollada por Lewis ternan les dio justo lo que necesitaban
para concretar este sistema.

Para entender el talón de Aquiles de las pruebas de inteligencia, es necesario tomar en


cuenta el contexto en las que estás fueron creadas. A principio del siglo xx, el enfoque
de la ciencia era altamente evolucionista y esta se permeaba en la forma en la que
construíamos el conocimiento en temas sociales y filosóficos. Cuando se desarrollaron
las primeras pruebas de inteligencia no se tenía en mente utilizar sus resultados para
innovar en las formas en las que se educaba, ni crear distintas corrientes educativas que
sirvieran a diversas formas de aprender.

La inteligencia se define como la capacidad de comprender, así como la de resorber


problemas. Bajo este contexto, la escala Stanford-Binet cumple su cometido, examina la
capacidad de las personas para comprender las cuestiones planteadas en la prueba, así
como de responder a los problemas que incluyen. La validez del mecanismo no se
cuestiona, pero los contenidos del mismo quizás deberían estar bajo análisis,
especialmente tras cien años de que este mecanismo empezó a aplicarse. Para Antonio
Andrés Pueyo, catedrático de la facultad de psicología de la universidad de Barcelona,
la inteligencia se ha vuelto un concepto cada vez más difícil de comprender,
especialmente en una era en la que se generan maquinas con inteligencia artificial.
Según el prominente psicólogo, existen aspectos de la inteligencia que no cabrían en la
visión mecánica que respaldo la creación de las primeras pruebas de medición de la
inteligencia.
Hay test que evalúan distintos tipos de inteligencia y que se combinan en el cl. Esto es
lo que pasa con las llamadas escalas Weschler. También los test pueden estar
construidos para evaluar una sola capacidad general, como es el caso de los test de
Raven, sostiene pueyo. Los problemas que se enfrentaban a principios del siglo xx no
son los mismos que se enfrentan hoy en día. Los que vivieron en esa época no tenían
que preocuparse por cultivar el alfabetismo digital, de la misma forma que nosotros no
necesitábamos aprendernos de memoria los números de teléfono de nuestros contactos
más frecuentes. Si los retos son diferentes, las habilidades y capacidades intelectuales
para cumplirlos también deben serlo, así como los criterios para medirlos. Como se
menciono anteriormente, vivimos en la era de la automatización. Cada vez son más
trabajos que pueden hacer maquinas o robots, no solamente tareas mecánicas como la
producción en serie, sino también funciones más complejas como recoger patrones de
comportamiento en espacio digitales y distribuir anuncios de acuerdo al impacto que
tendrían en determinado perfil de consumo.

Todas estas pruebas tienen sus puntos fuertes y áreas de oportunidad, en el caso de la
prueba Bidet-Standford, esta es y sigue siendo, una herramienta excelente para
cuantificar lo que debe saber un estudiante para ser exitoso en el ámbito académico,
pero no como una prueba para aplicar o medir el conocimiento en forma creativa.
Aquellos que sacaron los puntajes más altos de la prueba y fueron elegidos por Terman
para seguirlos a lo largo de su carrera, consiguieron ir a las mejores universidades,
fueron contratados en los mejores trabajos y tuvieron ingresos más altos, pero fueron
pocos los 7 Las pruebas de inteligencia y su vigencia en el siglo XXI Historia de la
Psicología que cumplieron la promesa de ser ese “genio” que aportaría algo invaluable a
la sociedad. Como grupo no reinventaron la rueda, más bien aprendieron a rodar con
ella perfectamente. La prueba no era infalible, si bien sirvió para descubrir talentos
como el de Ancel Keys, Norris Bradbury y Shelley Smith, falló en captar otros como el
caso de Luis Álvarez, un estudiante rechazado por Terman, quien recibió el premio
Nobel de física en 1968.
En 2018, un sistema de inteligencia artificial analizó los comerciales más premiados en
los últimos 15 años y utilizó esos datos para escribir el guión de un comercial de Lexus;
los resultados fueron impresionantes para tratarse de una máquina y nos llevan a
preguntarnos, ¿qué trabajos podemos realizar los humanos más allá del alcance de los
sistemas de inteligencia artificial que están siendo mejorados constantemente? 8 Las
pruebas de inteligencia y su vigencia en el siglo XXI Historia de la Psicología Algunas
tareas intelectuales pueden ser mecánicas, como la recopilación de información, análisis
de datos o identificación de patrones que, por ejemplo, usó el sistema de inteligencia
artificial en cuestión para crear el guión del anuncio. Las capacidades intelectuales para
realizar estas tareas son consideradas en la prueba de inteligencia Stanford-Binet, sin
embargo, el pensamiento creativo, la sensibilidad artística y el sentido crítico necesarios
para dirigir el comercial solo podían ser aplicados por un humano, el director Kevin
McDonald. Bajo estas nuevas necesidades del mercado laboral, las pruebas de
inteligencia ya no necesitan registrar solo las capacidades intelectuales mecánicas de las
personas, sino todas aquellas áreas relacionadas con las habilidades blandas (soft skills)
o power skills, como se les ha nombrado recientemente.

Es crucial que aprendamos a medir y nutrir deficiencias educacionales en áreas como la


inteligencia emocional y social, además de otras habilidades más allá del estándar
educativo actual. No se trata de decir que hay un coeficiente intelectual o siete
inteligencias (o quince o treinta) y de usar un conjunto de criterios que separe a los
eficientes de los deficientes; se trata de encontrar un equilibrio entre la forma en que las
personas nos aproximamos a la comprensión de la cosas y cómo podemos construir
caminos para llegar a estas diversas condiciones cognitivas. De otra forma, la
inteligencia y sus criterios de medición van a seguir siendo una herramienta de control
social más que un recurso para general conocimientos y soluciones.

Rody Josairi Pujols Díaz


ID: A00141569

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