Clase 2. Guerras Mundiales y Derecho Internacional Público.

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 7

GUERRAS MUNDIALES Y DERECHO INTERNACIONAL

ANTECEDENTES DE NACIONES UNIDAS

1) Presentación

Vimos en la clase anterior, con la que iniciamos el curso, algunos aspectos de la


historia del Derecho Internacional Público. En forma sucinta se aludió en aquella
oportunidad al origen de la asignatura, a lo que inicialmente fue el llamado Derecho
Internacional Clásico, y a lo que hoy es el Derecho Internacional Contemporáneo.

En ese primer encuentro se señalaron los caracteres centrales de esas dos grandes
etapas recorridas hasta el momento por esta rama del derecho. Y se concluyó
afirmando que la disciplina se integra por un conjunto de normas y principios cuyo fin
es regular las relaciones entre los sujetos del derecho internacional, en donde los
Estados encuentran todavía hoy un lugar preponderante.

En esta clase avanzaremos complementando lo visto hasta aquí, lo haremos


analizando los sucesos que dieron lugar a las llamadas guerras mundiales para ver
cómo ellas impactaron en la vida del Derecho Internacional Público.

El tiempo de las transformaciones

Se afirmó ya que el derecho es histórico y situado, señalándose con ello que


responde a una época y lugar determinados, a sus contextos y necesidades. Y al
hacerlo se mencionó con acierto que -por tanto- el derecho es dinámico, es decir
que cambia con frecuencia cuando cambia la realidad en la que se inserta.

Y nunca antes el mundo experimentó tantos cambios en tan cortos períodos de


tiempo como durante el siglo pasado, conocido como el de las transformaciones. Un
período en el que los sucesos se aceleraron. Basta con ver que por primera vez en
la historia un imperio nació y murió en un mismo siglo, como fue el caso del imperio
ruso.

Aquellas décadas se caracterizaron por los avances en las ciencias, con impactos
favorables en múltiples campos, como por ejemplo en los de la medicina, el
transporte y las comunicaciones en general. Pero también fue el siglo que permitió el
creciente y costoso desarrollo de la industria armamentística, las grandes guerras, el
surgimiento de regímenes autoritarios, los genocidios, el holocausto, el apartheid y la
guerra fría. Sin embargo, o mejor aún, debido a ello, fue asimismo el siglo de la
limitación a la soberanía estatal, de la prohibición del uso de la fuerza armada, de la
lucha contra el racismo, del reconocimiento de los derechos humanos, de la
aceptación del derecho humanitario, del fin del colonialismo, de la integración de los
países, del inicio de la conciencia ambiental, del anhelo de justicia universal. Y todo
ello ocurrió, en una proporción altamente significativa, en el marco de la disciplina
que comenzamos a transitar.

Fue un siglo en el que cambió la vida y cambió el derecho.

Y para entender cómo es que ello sucedió habría que referir a múltiples sucesos,
que resumiremos con fines pedagógicos en grandes acontecimientos que marcaron
la historia de la disciplina, relacionados en lógicas concatenadas: culminación de la
Primera Guerra Mundial y conformación de la Sociedad de las Naciones, fracaso de
la Sociedad de las Naciones e inicio de la Segunda Guerra Mundial, conclusión de la
Segunda Guerra Mundial y creación de las Naciones Unidas.

Y la Organización de las Naciones Unidas, con sus muchos aciertos y varios errores,
con sus coherencias y contradicciones, con sus avances y asuntos aún pendientes,
representa hasta el día de hoy a la comunidad internacional, la nuclea e impulsa.

¿Pero cómo fue que todo eso aconteció? Para ir más allá tenemos que explorar las
razones por las cuales se dieron los hechos que recién mencionamos.

Larga sucesión de causas y consecuencias

El ascenso de Guillermo II al trono alemán en 1890, y la consiguiente destitución del


Canciller Bismarck, provocó un cambio en la política exterior alemana. La nación
abandonó el complejo sistema de alianzas y contrapesos que había garantizado la
paz en Europa por casi veinte años, impulsando una política de hegemonía mundial.

Así, Alemania comenzó a desafiar al poderío británico. Esa y otras tensiones entre
países europeos, generalmente motivadas por disputas territoriales, alentaron la
conformación de dos grandes bloques, inicialmente el de la Triple Alianza y más
tarde el de la Triple Entente. El primero conformado por Alemania, Austria-Hungría e
Italia, el segundo por Gran Bretaña, Francia y Rusia.

Hacia 1900 los vínculos entre las naciones europeas ya eran de rivalidad y
confrontación, especialmente en terrenos económicos y navales. En simultáneo y
ante la aparición de potencias ajenas a la región, como Estados Unidos y Japón, el
tantas veces mal llamado viejo continente fue perdiendo la exclusiva centralidad que
hasta entonces había ostentado en el ámbito internacional.

En ese delicado contexto, el 28 de junio de 1914 fue asesinado en Bosnia el


Archiduque Francisco Fernando, heredero al trono austro-húngaro. El autor del
magnicidio fue un activista serbio, lo que mereció la declaración de guerra de
Austria-Hungría a Serbia. En forma inmediata y en virtud de las alianzas existentes
Rusia apoyó a Serbia y Alemania a Austria-Hungría. La Primera Guerra Mundial
había comenzado.
Se multiplicaron las declaraciones de guerra, se incorporó Francia y más tarde Gran
Bretaña. Al principio Italia se mantuvo neutral y más tarde intervino en contra de sus
viejos socios. Otras naciones se sumaron a las hostilidades. Rusia abandonó y se
retiró del conflicto por acuerdos con Alemania. El ingreso de Estados Unidos generó
un desequilibrio de fuerzas que posibilitó y precipitó el triunfo de los aliados.

La guerra y un primer intento de organización internacional

Situada entre julio de 1914 y noviembre de 1918, la Gran Guerra, tal como se la
denominó inicialmente, implicó la participación de 32 naciones, la intervención
directa de más de 70 millones de combatientes, la pérdida de más de 15 millones de
vidas y una cantidad superior a 20 millones de heridos. Nunca antes el mundo había
enfrentado un conflicto de semejante magnitud, las guerras anteriores difícilmente
habían movilizado cifras superiores al millón de personas. Jamás con tan elevados
sufrimientos humanos, jamás con tan altos costos materiales, jamás provocando una
vasta generación de viudas, de huérfanos y huérfanas, equivalente en número a una
población ocho veces superior a la que habita en la ciudad de La Plata.

Culminada la guerra, los principales líderes de entonces entendieron que era


indispensable generar condiciones que permitieran evitar sucesos similares en el
futuro, ya que si había ocurrido una vez podía volver a acontecer.

Pero, ¿es adecuada esa expresión? No fue algo que sencillamente pasó, de ningún
modo resultó un suceso natural e inevitable. Por tanto debiéramos decir: si lo habían
hecho una vez, lo podían reiterar. Y justamente por ese motivo la necesidad de
tomar medidas preventivas resultaba aún superior.

El mayor horror que la humanidad había enfrentado aún se encontraba a la vista. La


desgarradora evidencia de la enorme capacidad de destrucción que los Estados
habían tenido nunca más abandonaría la memoria de quienes resultaron
protagonistas de la época.

Y entonces, en pleno escenario posbélico, en el medio de falsos acuerdos que


imponían extraordinarios costos desde las naciones vencedoras a los países
vencidos, que incluían desde la quita y distribución de territorios hasta el pago de
cuantiosas indemnizaciones, pasando por el desmantelamiento de armas, se
avanzaba en la firma de un documento de alto valor. Mediante él se ponía en
marcha a una peculiar organización internacional, tantas veces conocida por su
condición de antecesora de las Naciones Unidas como por su denominación formal:
la Sociedad de las Naciones.

El Pacto de la Sociedad de las Naciones fue parte del conocido Tratado de Versalles
celebrado en 1919. Mediante su articulado se pretendía mantener la paz alcanzada
en el ámbito internacional con el cese de las hostilidades, y con ella también la
seguridad internacional.

Aquí es importante hacer un paréntesis para aclarar que un pacto, como el que le
dio vida a esta entidad que estamos comenzando a ver, es un tratado. Y los tratados
son documentos escritos que se caracterizan por contener disposiciones que obligan
a las partes que los celebran. Más adelante los estudiaremos en profundidad, ahora
podemos limitarnos a señalar que los tratados son equiparables a los contratos del
derecho interno, la diferencia fundamental es que en los tratados las partes suelen
ser Estados.

Había sido el Senado estadounidense el ámbito en donde se había hablado por


primera vez de la necesidad de promover una liga de países que evitara la guerra.
Su más enérgico promotor había sido el por entonces presidente Woodrow Wilson.
Sin embargo, y debido a una serie de dificultades en su política interna, Estados
Unidos nunca aceptó ser parte de la entidad.

Para hacer posible la persecución de sus objetivos, y de acuerdo a lo manifestado


en el tratado constitutivo, la organización contaba con una serie de órganos
principales, cuyas denominaciones, competencias, funciones y mecanismos de toma
de decisiones deben ser estudiados.

La Sociedad de las Naciones extendió sus actividades entre 1920 y 1939. La


doctrina señala que durante esos años desarrolló tres etapas: la fundacional, la
intermedia, y la de su decadencia y ocaso. La primera fue de 1920 a 1923 y permitió
la solución de litigios internacionales, la realización de conferencias mundiales y la
contribución con la recuperación de Austria. La segunda se prolongó entre 1924 y
1930, y posibilitó el ingreso de Alemania, pasando a ser una organización más
neutral y global. Durante dicha etapa la entidad internacional alcanzó su mayor logro
mediante la firma del Pacto Briand Kellog, que por primera vez prohibía la guerra. La
tercera, sucedida entre 1931 y 1939, fue marcada por el creciente aumento de los
conflictos internacionales y la preocupante falta de intervenciones que los
resolvieran pacíficamente, condiciones que derivaron en la Segunda Guerra Mundial
y con ella en la virtual desaparición de la entidad, que se haría formalmente efectiva
años después.

Con habitualidad se mencionan dos razones que permiten entender los motivos del
fracaso de la organización, a pesar de los méritos alcanzados. Uno es el hecho de
no haber albergado nunca a una importante cantidad de naciones, toda vez que en
un mundo aún convulsionado el ingreso de algunos países ocurría mientras en
paralelo se daba el egreso de otros. La otra razón se vincula a la exigencia de
unanimidad para la adopción de medidas en algunos de sus órganos más
importantes, lo que terminó por paralizar a la organización al impedirle el
cumplimiento de la tarea para la que había sido creada. Fue un aprendizaje útil para
el futuro.

Pero lo cierto es que, además de los problemas constitutivos y de funcionamiento


que la organización pudo tener, la verdadera dificultad yacía en el torpe modo
empleado para los aliados al someter a las naciones vencidas a consecuencias que
significaron la humillación de líderes y países que aún contaban con fuerzas, y por
tanto, con capacidades de recuperación. Los llamados Tratados de Paz celebrados
en lo que se denominó la Conferencia de París al término de la Gran Guerra fueron
el verdadero germen, motivando en menos de dos décadas aquello que se esperaba
que nunca más volviera a provocarse. También allí hubo una enseñanza para la
política, la diplomacia y el derecho, pero lamentablemente no fue del todo aprendida.

Una nueva guerra y otro intento de garantizar la paz y la seguridad

La Segunda Guerra Mundial, que le daría el nombre de primera a la anterior, se


extendió entre 1939 y 1944. Todas las cifras dolorosas provocadas entre 1914 y
1918 fueron ampliamente superadas.

A su término se entendió que volvía a necesitarse una organización internacional


que garantizara el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales. Pero esta
vez debía ser mejor. En octubre de 1945 nació la Organización de las Naciones
Unidas mediante un tratado conocido como la Carta Constitutiva de las Naciones
Unidas, también difundida como la Carta de San Francisco, por haber sido celebrada
en esa ciudad de Estados Unidos. Argentina es parte desde sus orígenes.

Luego de un preámbulo revolucionario para la época, el cuarto artículo llamaba a ser


conformada por todos los Estados amantes de la paz, dejando en el pasado la
mirada selectiva que sobre el asunto había imperado en su antecesora.

Los cambios más significativos del Derecho Internacional Público se estaban


materializando, y lo que había sido el derecho clásico le daba paso al
contemporáneo, con sus nuevas cualidades, aquellas explicadas en la clase
anterior. Un derecho más humanista y social, más centralizado y democrático.

Y con esa transformación dejaba de ser una disciplina orientada sólo a satisfacer los
intereses de los Estados, para dedicarse también a promover y proteger los de los
pueblos y las personas.

El Derecho Internacional Público actual es producto de aquellos sucesos y de otros


tantos que vinieron después, es la Organización de las Naciones Unidas, pero
también es mucho más. Y ya no es sólo lo que los Estados quieren que sea.
Podremos criticar lo que no funciona y lo haremos más de una vez. Pero deberemos
hacerlo de manera responsable, conociendo lo que verdaderamente es y sin perder
de vista sus virtudes y los enormes costos que debieron afrontarse para hacerlos
posibles. Y entonces entenderemos que cualquier carencia y que todo reproche será
saldado con más y mejor derecho, nunca con menos.

En nuestras próximas clases veremos las fuentes y los sujetos del Derecho
Internacional Público, al hacerlo mencionaremos a las Naciones Unidas, y después
volveremos a ella para dedicaremos específicamente a los propósitos, principios y
órganos de la única organización que efectivamente nuclea a todos los países del
planeta.

2) Preguntas para guiar el estudio

¿Cómo se desarrollaron los acontecimientos previos a la constitución de la Sociedad


de las Naciones?, ¿cómo fue que se gestó la entidad?, ¿qué objetivos persiguió?

¿Quiénes podían ser miembros de la nueva organización?, ¿lo eran en condiciones


de igualdad?, ¿qué postura adoptó la República Argentina al respecto?

¿Cuáles fueron los órganos principales de la Sociedad de las Naciones?, ¿cómo


ellos se integraron?, ¿qué competencias y funciones tenía cada uno de ellos?, ¿de
qué manera tomaban sus decisiones respecto de los conflictos sobre los que debían
actuar?

¿Se puede explicar la vida de la Sociedad de las Naciones mediante etapas?,


¿cuáles fueron y de qué modo ellas se caracterizaron?, ¿en qué consistió el llamado
Pacto Briand - Kellogg?

Señale los motivos por los cuales la Sociedad de las Naciones fracasó y las
consecuentes enseñanzas que la experiencia pudo generar de cara al futuro.

3) Recursos bibliográficos a emplear para el tratamiento del tema

- Diez de Velasco, Manuel. Los antecedentes de las Naciones Unidas, en “Las


Organizaciones Internacionales”. Editorial Tecnos.
- Pacto de la Sociedad de las Naciones
- Pacto Briand - Kellogg

Cátedra III
Derecho Internacional Público
FCJS / UNLP
Abril de 2020
La presente clase debe complementarse con el material de estudio que en ella se indica
y la presentación en power point que la acompaña

También podría gustarte