0% encontró este documento útil (0 votos)
224 vistas4 páginas

Via Crucis

Este documento presenta las estaciones del Vía Crucis, con oraciones y reflexiones para cada una. Comienza con una oración inicial y luego describe las primeras siete estaciones, incluyendo la condena de Jesús, su carga de la cruz, sus caídas bajo la cruz, su encuentro con María y la ayuda del Cireneo. Termina con reflexiones sobre el consuelo de Jesús a las hijas de Jerusalén.

Cargado por

Walter Perello
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Formatos disponibles
Descargue como PDF, TXT o lea en línea desde Scribd
Descargar como pdf o txt
0% encontró este documento útil (0 votos)
224 vistas4 páginas

Via Crucis

Este documento presenta las estaciones del Vía Crucis, con oraciones y reflexiones para cada una. Comienza con una oración inicial y luego describe las primeras siete estaciones, incluyendo la condena de Jesús, su carga de la cruz, sus caídas bajo la cruz, su encuentro con María y la ayuda del Cireneo. Termina con reflexiones sobre el consuelo de Jesús a las hijas de Jerusalén.

Cargado por

Walter Perello
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Formatos disponibles
Descargue como PDF, TXT o lea en línea desde Scribd
Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1/ 4

1

VIA CRUCIS

ORACIÓN AL COMIENZO (DELANTE DEL ALTAR)

EN EL NOMBRE DEL PADRE……..


Señ or, aquı́ estamos, tu pueblo cristiano, dispuestos a meditar la pasió n y muerte de Jesucristo, tu Hijo.
Te ofrecemos nuestro silencio, nuestra atenció n, nuestro testimonio al caminar. Quienes estamos aquı́,
nos sentimos solidarios con Jesú s, y lo queremos seguir, porque lo reconocemos como a nuestro
Salvador.

CREO EN DIOS………

CANTO

PRIMERA ESTACIÓN: JESÚS ES SENTENCIADO A MUERTE


Te adoramos Cristo y te bendecimos
Porque por tu santa Cruz redimiste al mundo

En el inicio de este camino de la cruz, contemplamos a Jesú s condenado a una muerte injusta y nos
muestra que EP l, nuestro Dios, se ha vuelto capaz de sufrir. EP l inicia la bú squeda del que estaba perdido y
lo encuentra allı́ donde má s lejos parece estar de Dios: en la cruz, en el lugar de la violencia y la
injusticia má s grave, el lugar de la cobardı́a y el poder, el lugar del abandono y la crueldad, el lugar de la
muerte solitaria. Hacia allı́ Dios sigue al hombre para alcanzarlo con su abrazo, asumiendo todo su
dolor. En Jesú s vemos a aquel que ha vivido la miseria en su propio cuerpo, entonces sabemos que
nunca estaremos abandonados en la desesperació n. Nos muestra que é l nos acepta incondicionalmente
con toda nuestra fragilidad y nos invita a participar de sus sentimientos.
Dios guarda silencio; pero bienaventurados y bienaventuradas quienes saben escuchar el silencio de
Dios, má s elocuente que el palabrerı́o mentiroso de quienes dan falsos testimonios, con la intenció n de
matar la Fe verdadera, nuestra Salvació n y Vida eterna.

PADRE NUESTRO………

SEGUNDA ESTACIÓN: JESÚS CARGA CON LA CRUZ


Te adoramos Cristo y te bendecimos……..
Jesú s carga con su cruz y nos enseñ a a cargar la nuestra de cada dı́a. No como una pesada carga que
tenemos que sufrir solos, EP l está a nuestro lado para ayudarnos. Ası́ nos lo dijo: “Vengan a mı́ todos los
que está n aXligidos y agobiados, y yo los aliviaré . Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mı́,
porque soy paciente y humilde de corazó n, y ası́ encontrará n alivio.” (Mateo 11,,28) Su cruz hace liviana
nuestra carga, sus heridas curan las nuestras. EP l comparte nuestro destino y nos deja sus huellas para
no perder el camino.
Que yo comprenda, Señ or, el valor de la cruz, de mis pequeñ as cruces de cada dı́a, de mis achaques, de
mis dolencias, de mi soledad. Haz que convierta en ofrenda amorosa, en reparació n por mi vida y en
apostolado por mis hermanos, mi cruz de cada dı́a.

DIOS TE SALVE MARIPA…..


CANTO

TERCERA ESTACIÓN: JESÚS CAE, BAJO EL PESO DE LA CRUZ.


Te adoramos Cristo y te bendecimos...
Tú caes, Señ or, para redimirme. Para ayudarme a levantarme en mis caı́das diarias, cuando despué s de
haberme propuesto ser Xiel, vuelvo a reincidir en mis defectos cotidianos. ¡Ayú dame a levantarme
siempre y a seguir mi camino hacia Ti!.
Señ or Jesú s, tu Palabra me da á nimo y coraje: quisiera hacer memoria y poner entre tus manos todas
mis caı́das. Te pido me levantes con tu gracia. Te pido perdó n, Señ or Jesú s, por las veces que al caer
dudé de tu amor y tu Xidelidad.
Te suplicamos para que sigamos siendo levadura y fermento del Reino que nos enviaste a proclamar.
Creo en ti, Señ or, pero aumenta mi fe.
GLORIA AL PADRE………
2
CUARTA ESTACIÓN: JESÚS ENCUENTRA A SU MADRE
Te adoramos Cristo y te bendecimos…
En su camino hacia el Calvario, Jesú s va envuelto por una multitud de soldados, jefes judı́os, pueblo,
gentes de buenos sentimientos…Tambié n se encuentra allı́ Marı́a, que no aparta la mirada de su Hijo.
Llega un momento en que sus miradas se encuentran, la de la Madre que ve al hizo destrozado, la de
Jesú s que ve a Marı́a angustiada, y en cada uno de ellos el dolor se hace mayor al contemplar el dolor del
otro.
Marı́a es nuestra Madre de la Fe que nunca nos abandona, siempre estará al lado de cada hijo
necesitado, a nuestro lado, ayudá ndonos con su sabidurı́a a crecer en la fe, en la esperanza y en el amor
en los momentos má s oscuros del camino como lo hizo con Jesú s.
Haz, Señ or, que me encuentre al lado de tu Madre en todos los momentos de mi vida. Con Ella,
apoyá ndome en su cariñ o maternal, tengo la seguridad de llegar a Ti en el ú ltimo dı́a de mi existencia.

DIOS TE SALVE MARIPA…..

QUINTA ESTACIÓN: EL CIRENEO AYUDA AL SEÑOR A LLEVAR LA CRUZ


Te adoramos Cristo y te bendecimos…
Sin buscarlo fue parte de la cruz de Cristo, y con é l, la humanidad hizo un alto en el camino. Tuvo que
involucrarse con el dolor de Dios y ası́ compartió la cruz, se dolió con su dolor, cargó con su peso, alivió
su carga. De ese modo, se transformó , sin querer, y casi por obligació n, como muchas veces en la vida
nos pasa, en el buen samaritano; para que no nos olvidemos que no podemos pasar de largo frente a la
cruz del otro. Que nadie se sienta solo, cargando con su cruz sin nuestra ayuda. Só lo el amor hace liviano
el peso del dolor. Si la llevamos juntos, la cruz se convertirá en fuente de VIDA PASCUAL.

Cada uno de nosotros tiene su vocació n, ha venido al mundo para algo concreto. ¿Cuá l es la mı́a y có mo
la llevo a cabo? Pero hay algo, Señ or, que es misió n mı́a y de todos: la de ser cireneo de los demá s, la de
ayudar a todos. ¿Có mo llevo adelante esta misió n?

PADRE NUESTRO…………….

SEXTA ESTACIÓN: LA VERÓNICA ENJUGA EL ROSTRO DE JESÚS


Te adoramos Cristo y te bendecimos…….
En esta estació n contemplamos a esta mujer que acercá ndose a Jesú s, enjuga su rostro cansado y
abatido. Es tambié n aquella que por la intuició n del amor, descubre el verdadero rostro de nuestro Dios
humanizado, y lo guarda impreso en su corazó n. En el rostro de Jesú s podemos ver a Dios, en sus
palabras, en su vida, en cada uno de sus actos resplandece la imagen de Dios invisible que se hizo
hombre, hermano nuestro por amor.

Es la mujer valiente, decidida, que se acerca a Ti cuando todos te abandonan. Yo, Señ or, te abandono
cuando no me atrevo a defender al pró jimo ausente, cuando no me atrevo a rechazar una broma que
ridiculiza a los que tratan de acercarse a Ti. Ayú dame a serte Xiel.

DIOS TE SALVE MARIPA…………….

SÉPTIMA ESTACIÓN: JESÚS CAE POR SEGUNDA VEZ


Te adoramos Cristo y te bendecimos……..
Dios perdona siempre, su perdó n es incondicional e inmerecido. San Pablo, al hablar del amor
verdadero dice que: “el amor no lleva cuentas del mal” (1º Cor 13); si alguien sabe amar de verdad, ese
es Dios: el ú nico que no lleva cuentas del mal. Entonces, ¿no importa cometer caı́das, da lo mismo pecar
que no pecar? Para nada, porque el pecado nos hace mucho dañ o, como toda caı́da, cuanto má s grande,
peor. El pecado nos deshumaniza, nos encierra en nosotros mismos, nos distancia hasta de los que má s
queremos, no nos deja vivir ni con paz, ni con alegrı́a, ni con dignidad. Por eso Dios está siempre
tendié ndonos la mano para levantarnos con su perdó n. EP l no cambia, siempre nos quiere, siempre nos
espera, siempre desea lo mejor para cada uno de nosotros sus hijos. No es EP l quien tiene que cambiar
para empezar a mirarnos con otros ojos, somos nosotros los que tenemos que volver a é l con Fe. Quien
no conoce el gozo de saberse perdonado corre el riesgo de vivir huyendo de sı́ mismo, sin bajar nunca al
fondo de su corazó n, sin saber dó nde encontrar fuerzas para levantarse y seguir creciendo como hijo de
Dios, como hermano de todos, como mejor ser humano.
3
OCTAVA ESTACIÓN: JESÚS CONSUELA A LAS HIJAS DE JERUSALÉN
Te adoramos Cristo y te bendecimos…
Cuando las mujeres se acercan a consolar a Jesú s, EP l olvida sus dolores por consolarlas a ellas, pese a su
cansancio, pese al peso de la cruz y su dolor. El consuelo de Jesú s, es luz que ilumina nuestras tinieblas y
es escuela de compasió n. Al borde del dolor y al lı́mite de su agotamiento, su gracia y su amor siguen
derrochá ndose. En medio de las sombras nos da la luz de su consuelo... Vuelve hacia nosotros su mirada
y nos dice: “No lloren por mı́...”Mirando a Jesú s, que olvida sus dolores para consolar a quienes está n al
borde de su camino de cruz:
¿Descubro su rostro sufriente en quien necesita consuelo?
¿Descubro su gesto que me invita a trascender mis problemas para acompañ ar a
otros tambié n en su camino de dolor?

GLORIA AL PADRE………

NOVENA ESTACIÓN: JESÚS CAE POR TERCERA VEZ


Te adoramos Cristo y te bendecimos……
Lectura del libro de Job:
“Yo sé que mi Redentor vive y que é l, el ú ltimo, se levantará sobre el polvo. Tras mi
despertar me alzará junto a EP l, y con mi propia carne veré a Dios.”

Muchas veces en la vida nos sentimos derribados, nos pesa la vida demasiado. En
ese preciso instante miremos a Jesú s vencido por tercera vez por el peso de la cruz.
Por muy perdidos que nos encontremos, por muy fracasados que nos veamos, por muy
culpables que nos sintamos, Dios siempre está a nuestro lado y nunca es tarde para reconocer su
inXinita misericordia.
Oh Señ or, Tú nos has rescatado, nos has librado, con tu Cruz nos has hecho justos ante Dios. Es má s, nos
has unido tan ı́ntimamente contigo, que haz hecho de nosotros, en Ti, los Hijos de Dios, sus familiares y
amigos. Gracias, Señ or…haz que la Fe y la Gratitud hacia Ti domine nuestra vida.

PADRE NUESTRO………..

DÉCIMA ESTACIÓN: JESUS DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS


Te adoramos Cristo y te bendecimos…..
"Al llegar al lugar donde lo iban a cruciXicar, los soldados se repartieron su ropa y la
sortearon".
Jesú s está desnudo... No tiene nada má s que su vida y la ofrece con amor a Dios Padre
para salvarlos de la muerte y del pecado.
Para Jesú s fue sin duda muy doloroso ser ası́ despojado de sus propios vestidos y ver a qué manos iban
a parar. Y especialmente para su Madre, allı́ presente, hubo de ser en extremo triste verse privada de
aquellas prendas, tal vez labradas por sus manos con maternal solicitud y que ella habrı́a guardado
como recuerdo de su hijo querido.

(Silencio).

PADRE NUESTRO………….

DÉCIMO PRIMERA ESTACIÓN: JESÚS ES CRUCIFICADO


Te adoramos Cristo y te bendecimos
Habı́a llegado el momento terrible de la cruciXixió n, y Jesú s fue Xijado en la cruz con clavos de hierro que
taladraban sus manos y pies. Levantaron la cruz en alto y el cuerpo de Cristo quedó entre Cielo y tierra,
pendiente de los clavos.
El suplicio de la cruz, ademá s de ser infame era extremadamente doloroso. Siempre ha sido difı́cil
entender la locura de la Cruz, necedad para el mundo y Salvació n para el cristiano. La Liturgia canta:
“Dulces clavos! Dulce á rbol donde la vida empieza con un peso tan dulce en su corteza!”

Señ or, que yo disminuya mis limitaciones con mi esfuerzo y que ası́ pueda ayudar a mis hermanos. Y que
cuando mi esfuerzo no consiga disminuirlas, me esfuerce en ofrecé rtelas tambié n por ellos.

DIOS TE SALVE……………
4
DÉCIMA SEGUNDA ESTACIÓN: JESÚS MUERE EN LA CRUZ
Te adoramos Cristo y te bendecimos…
Se abren las tumbas, se desgarra el velo, y a impulso del Amor grande y fecundo, parece estar la cruz,
signo de duelo, cerrando augusta con el pie a lo profundo y con la excelsa cabeza abriendo el Cielo, y con
los brazos abarcando al mundo.
Te adoro, Señ or, muerto en la Cruz por salvarme. Te adoro y beso tus llagas, las heridas de los clavos, la
herida de tu costado…¡Gracias, Señ or! Has muerto por salvarme, por salvarnos. Dame la gracia de
responder a tu amor con amor, cumplir tu voluntad, trabajar por mi salvació n y la de mis hermanos.

(silencio – quien puede se pone unos segundos de rodillas)

GLORIA AL PADRE……..

DÉCIMO TERCERA ESTACIÓN: JESÚS ES BAJADO DE LA CRUZ


Te adoramos Cristo y te bendecimos…
Lo descolgaron. Al pie de la cruz estaba la Madre, que recibió en sus brazos y puso en su regazo
maternal el cuerpo sin vida de Su Hijo. Escena conmovedora, imagen de amor y de dolor, expresió n de la
piedad y ternura de una Madre que contempla, siente y llora las llagas de su Hijo martirizado. La espada
profetizada por Simeó n, atraviesa el corazó n de Marı́a.

Dé jame estar a tu lado, Madre, especialmente en estos momentos de tu dolor incomparable. Dé jame
estar a tu lado. Te pido má s: que hoy y siempre me tengas cerca de Ti y te apiades de mı́. Mı́rame con
compasió n, no me dejes, Madre mı́a!

DIOS TE SALVE MARIA……….

DÉCIMO CUARTA ESTACIÓN: JESÚS ES SEPULTADO


Te adoramos Cristo y te bendecimos…
Con la sepultura de Jesú s, el corazó n de su Madre quedaba sumido en tinieblas de tristeza y soledad.
Pero en medio de esas tinieblas brillaba la esperanza cierta de que su Hijo resucitarı́a, como EP l mismo
habı́a dicho. En todas las situaciones humanas que se asemejen al paso que ahora contemplamos, la FE
en la Resurrecció n es el consuelo má s Xirme y profundo que podemos tener. Cristo ha convertido en
lugar de mera transició n la muerte y el sepulcro.
Señ or, ensé ñame a ver lo transitorio y pasajero, a la luz de lo que perdura, y que esa luz ilumine todos
mis actos.

PADRE NUESTRO……..

DECIMO QUINTA ESTACION: JESUS HA RESUCITADO


Te adoramos Cristo y te bendecimos…
La espera no fue en vano, ni la esperanza fallida. En los planes salvı́Xicos de Dios, la pasió n y muerte de
Jesú s no tenı́an como meta y destino el sepulcro, sino la resurrecció n, en la que deXinitivamente la vida
vence a la muerte, la gracia al pecado, el amor al odio. El sepulcro está vacı́o. Cristo Jesú s resucitó
glorioso y triunfante para nunca má s morir. Es la omnipotencia de Dios….. el Amé n de Dios.
Señ or, quiero ser un testigo de la resurrecció n. Soy miembro de un Cristo que muere, pero lo soy sobre
todo de un Cristo que resucita. Llé nanos, Señ or, de fe, esperanza y alegrı́a.

GLORIA AL PADRE…………

ORACION DELANTE DEL SAGRARIO o ALTAR

Te suplicamos, Señ or, que nos concedas, por intercesió n de tu Madre la Virgen,
que cada vez que meditemos tu Pasió n, quede grabado en nosotros,
con marca de actualidad permanente, lo que Tú has hecho por nosotros, y tus constantes beneXicios.
Haz, Señ or, que nos acompañ e, durante toda nuestra vida, un agradecimiento inmenso a tu Bondad.
Tú , que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amé n.
DIOS TE SALVE MARIA… EN EL NOMBRE DEL PADRE………

También podría gustarte