Luis Síntesis #3 Clase Dios UNO Y TRINO

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Nombre: Luis Fernando Rodríguez Laínez Asignatura: Dios Uno y Trino Catedrático: P.

Pablo Múnera

Síntesis (#3) del artículo ¿Qué palabra para referirse a Dios?


1. ¿Se puede nombrar a Dios?
Entremos en este problema, evocando los nombres comunes que designan los atributos de Dios,
sus cualidades, como la sabiduría, la bondad, etc. El misterio de Dios provoca en nosotros un
vértigo y a algunos las ha fascinado hasta el punto de que lo han convertido en un Absoluto
radicalmente separado en incognoscible. Tres complementos para nombrar a Dios, según Santo
Timas de Aquino: El primero es una repetición que resulta necesaria: en esta perspectiva de una
teología Natural teísta las perfecciones son sacadas de las criaturas y atribuidas a Dios; el
segundo complemento concierne a las teologías cristianas orientales a partir del siglo IV y sobre
todo durante el siglo V. Dios, en occidente es conocido como Ser allí, en Oriente como el Uno
más allá del Ser. Tercero solo las perfecciones puras, susceptibles de ser pensadas
conceptualmente la bondad, la verdad puede convertirse en atributos divinos.
2. El nombre propio de Dios
En el AT se habla con frecuencia del nombre de Dios, pero eso significa otra cosa. Igual que la
Santidad de Dios designa, a la vez, su trascendencia y su plenitud de vida; igual que su Gloria
significa su peso ontológico, su nombre evoca a su propia persona en tanto que es conocida: su
Nombre es amado, alabado, santificado, a veces se dice temible y eterno. Cuasi-nombre propios:
Yahveh, Elohim, Adonai o el Santo de Israel. Los cristianos le dan un nombre propio: Padre.
También se le da un atributo que adquiere un gran valor: Dios es Amor.
3. Los tres nombres
Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. La conjunción de la manifestación intensa y del misterio, leída
en interior de la experiencia cristiana, ha podido ser lo que ha conducido a utilizar un vocabulario
con tres termino diferentes para hablar de Dios. Las formulas ternarias son antiguas y numerosos
en el NT. Su prototipo es este: La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios y la
comunión del Espíritu Santo esten con todos vosotros (2Cor 13, 13).
4. Hacia Dios a través de la experiencia del mal
El mal no es ante todo un problema, sino una experiencia, para uno mismo o para los seres cuyo
sufrimiento siente uno como propio. ¿Por qué el mal? No existe una posible respuesta, el mal no
tiene ni puede llegar a tener sentido alguno, que es escandaloso para el hombre y convierte al
mundo en absurdo.
5. Hacia Dios a través de la misma muerte
La experiencia del exceso del mal, unida a una aspiración a la justicia, conduce, al margen de
toda búsqueda de explicación o de compensación, a volverse hacia Dios preguntándole si la
muerte es la ultima palabra. La experiencia espiritual de un estar en presencia de Dios en la
confianza y el amor, feliz pero incoativo y totalmente en claroscuro, hace nacer el deseo de un
encuentro a cara descubierta.
Nombre: Luis Fernando Rodríguez Laínez Asignatura: Dios Uno y Trino Catedrático: P. Pablo Múnera

6. Opinión Personal

Dios es un misterio, el cual no se le puede atribuir un nombre particular, ya que si se le da un


nombre dejaría de ser lo que es en sí, en otras palabras, perdería su esencia (su divinidad). El
nombre de Dios es impronunciable, el no necesita un nombre para que se le distinga, ya que el es
el eterno presente, el Dios único y vivo que a lo largo de la historia ha venido actuando en la vida
de los seres humanos. Sin embargo, encontramos en las Sagrada Escritura nombres simbólicos de
Dios, que brindan una cualidad o atributos sobre el Ser de Dios. Por ejemplo: Elohim, Adonai o
el Santo de Israel.

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