Anexo Tema
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TEMA
¿Y YO QUÉ?
Introducción
Estamos en un tiempo trascendental de la historia de la humanidad, somos
protagonistas del cumplimiento de una promesa de Dios, y es posible que siendo
protagonistas aún no lo sepamos.
Este es el tiempo, y nosotros somos la morada de Dios en la tierra, por lo tanto, Dios
nos entrega un papel protagónico según hechos 2:17-18 “vuestros hijos y vuestras
hijas profetizarán…” Entender lo que esto representa para nuestra vida cambiará
nuestro rumbo.
1.1. Nuestros jóvenes vean visiones: según esta promesa, los jóvenes
serán visionarios. Esto contradice la naturaleza psicológica de los
jóvenes, pues por lo general son cortoplacistas e inestables
emocionalmente: hoy dicen si, mañana dicen no.
Luego, el hecho de que un joven sea visionario con el cumplimiento de
la Gran Comisión es una obra sobrenatural.
Es necesario hoy preguntarnos ¿tenemos claro nuestros proyectos?
¿Sabemos a dónde estamos yendo con nuestros hábitos y decisiones?
1.2. Nuestros ancianos sueñen sueños: La visión del joven debe estar
encaminada y orientada por el sueño del anciano. Josué hubiera sido
un inútil o un desbocado si no hubiera tenido a un Moisés para que le
reiterara sus raíces. De igual manera, vemos cómo Eliseo tuvo a Elías,
Samuel tuvo a Elí, Saúl tuvo a Samuel y Timoteo tuvo a Pablo.
En este punto es necesario que nos preguntemos: ¿estamos
aprovechando el líder que Dios nos ha puesto? ¿Nos estamos dejando
guiar y contando con él o ella?
1.3. Los hijos y las hijas profetizarán: Ya sea que seamos “jóvenes” o
“ancianos”, unos y otros tenemos una función que cumplir: profetizar.
Esta palabra puede sonar muy extraña o confusa, pero realmente es
sencillo, consiste en llevar a otros el lenguaje del amor (Teoterapia)
2. El caso de Jonás: Así como nosotros hemos recibido una misión: “ser jóvenes
de visión y profetas”, así mismo Dios le encargó una misión a Jonás: “ir a Nínive
y buscar la conversión de ese pueblo”, pues eso es lo que caracteriza a un
verdadero profeta. Jonás 1:1-2.
2.1. ¿A qué lugar somos enviados?: Jonás 1:1-2. Jonás fue enviado a
Nínive, la cual era una gran ciudad, capital de Asiria, de más de
1.200.000 habitantes, además era una ciudad muy liberal, con
desintegración familiar, sin valores, con una gran promiscuidad y
donde se realizaban grandes festines y carnavales.
Era tanta su maldad y su perversión que Dios tomó la decisión de
destruirla. Así mismo nosotros somos enviados a las “Nínive” de
nuestro tiempo, para que llevemos con nosotros la presencia de
Dios, y le hablemos a otros de ese mismo mensaje que hemos
recibido.
2.2. Jonás huye de su misión: Cuando Dios nos encarga algo, es fácil
caer en el miedo, y hacer de cuenta que no es con nosotros,
esperando que otros lo hagan.
En el caso de Jonás, él se niega a obedecer el mandato de Dios y
decide huir. Jonás 1:3. El razonamiento de Jonás era el siguiente:
como Nínive era una ciudad tan perversa no iban a querer cambiar
porque para los ninivitas todo estaba bien. Jonás creía que haría el
ridículo, pues pensarían que estaba loco. Estos razonamientos
estaban sólo en su mente, porque los resultados luego demostrarían
lo contrario.