Grupo 1 - Resumen Rondas Probatorias Iure 1844 - 1880
Grupo 1 - Resumen Rondas Probatorias Iure 1844 - 1880
Grupo 1 - Resumen Rondas Probatorias Iure 1844 - 1880
Monroy C., Marco G. (1989). Delimitación terrestre y marítima entre Colombia y Venezuela.
Colombia: Universidad Santo Tomás. Facultad de Derecho. Colección Fray Antonio de
Montesinos. Editorial Usta
Nueva Granada
Lo acoge en la Convención de 1831; la ley del 21 de noviembre expone, en su
artículo 2: “Los límites de este Estado, son los mismos que en 1810 dividían el territorio de
Nueva Granada de las Capitanías Generales de Venezuela y Guatemala y de las
posesiones portuguesas del Brasil (...)”. También se acoge en la Constitución de 1832,
artículo 2: “Los límites de ese Estado son los mismos que en 1810 dividían el territorio de la
Nueva Granada de las Capitanías Generales de Venezuela y Guatemala, y de las
posesiones portuguesas del Brasil; por la parte meridional, sus límites serán definitivamente
señalados al sur de la provincia de Pasto”
Venezuela
Se acoge en la Constitución del 22 de septiembre de 1830, en el artículo 5: “El
territorio de Venezuela comprende todo lo que antes de la transformación política de 1810
se denominaba Capitanía General de Venezuela. Para su mejor administración se dividirá
en provincias, cantones y parroquias, cuyos límites fijará la ley”
*Venezuela también acoge ese principio en las constituciones de 1864, 1874, 1881, 1893,
1901, 1904, 1909, 1914, 1922, 1925, 1928, 1929, 1931, 1936
La línea limítrofe inicia en el Cabo Chichivacoa - dirección al cerro Las Tetas - Sierra de
Aceite - Teta Guajira - Montes de Oca - Perijá - Río Oro - Río Catatumbo - ríos Tarra y
Sardinata - rectamente hasta la Grita en el Zulia - quebrada Don Pedro - Río Táchira - Ríos
Torbes y Uribante - Nula - Sarare - dirección sur hasta laguna de Sarare - río Arauquita -
Agua - Paso del viento- laguna del Término - Apostadero sobre el Meta - continúa dirección
Norte-sur hasta la frontera con Brasil.
*Se celebra el Tratado de amistad, comercio, navegación y alianza especial entre ambos
países, el 23 de julio de 1842 (versaba sobre amistad, extradición, arbitraje, navegación,
tránsito, comercio en tiempos de paz y guerra, tráfico de esclavos y cónsules)
Valois (1970): SAN FAUSTINO: una de las causas contra la aprobación del tratado por
parte de Venezuela radicaba en un hecho histórico: en 1790 el Virrey José de Ezpeleta
nombró jefe político de San Faustino a Don José Agustín Santander, a quien correspondió
trazar sus linderos con la próxima San José, erigida en la Villa. En 1792 nació su hijo,
Francisco de Paula, y su padre, Agustín, aún seguía siendo jefe político, por lo que se
insistió mucho en que los fundadores y pobladores de San Faustino eran todas familias
procedentes de San Cristóbal.
Sureda, D., Rafael (1994). El Golfo de Venezuela: análisis histórico de tres tesis, para que
Colombia no posea áreas marinas ni submarinas en la costa guajira, entre Castilletes y
Punta Espada. Caracas, Venezuela: Academia de Ciencias Políticas y Sociales, Anauco
Editores.
NUEVA ETAPA EN LAS RELACIONES DIPLOMÁTICAS, ENTRE 1841-1844
Colombia insiste, bajo amenaza, que Venezuela acepte los límites de 1833 para
regularizar el intercambio comercial y así continuar conversaciones sobre el tema limítrofe.
Colombia expone los peligros que eso pudiese acarrear, debido a las pugnas internas de
ambos países
Fisura: este arreglo produjo un sin número de dificultades para Venezuela, a causa del
matuteo al que se prestaba el comercio de tránsito colombiano en detrimento del fisco y del
comercio nacional, por lo cual se introdujeron en años posteriores modificaciones en el
regimen de importacion de mercaderia hacia Nueva Granada.
Valois, A,. Daniel (1970). Reseña sobre los límites de Colombia y Venezuela. Bogotá,
Colombia: Editorial Bedout
ARGUMENTOS:
-TEMA GUAJIRA: Toro expone que debe tener soberanía desde la Península de Paria
hasta el Cabo de Vela por la antigua gobernación de Coquivacoa, otorgada por Isabel y
Fernando (1501) a Alonso de Ojeda. No obstante, Acosta expone una Real Orden (13 de
agosto, 1790), que ordenaba segregar de Riohacha (en NG), provincia virreinal, a
Sinamaica, para agregarla a Maracaibo. El documento exponía “Sinamaica, situada en
Riohacha”; entonces, si para agregar Sinamaica a Maracaibo, había que segregarla primero
de Riohacha, era obvio que de Sinamaica al Cabo de la Vela, no pertenecía a Maracaibo.
TORO TUVO QUE CEDER. (*) LEER PARTE PABLO OJER
Se habla también de la Real Cédula de 1777, donde expone que Maracaibo pertenecía a la
Capitanía General de Venezuela
Documentos similares desempacó Acosta, pasando por San Faustino, Barinas y el
Arauca; luego el Meta y bajando al Orinoco.
Dentro las negociaciones Toro - Acosta destacan las celebradas en Bogotá (1844-
45) y las celebradas en Caracas, 30 años después.
Fermín Toro recibió instrucciones de no aceptar menos que una partición por
mitad de la península, ya que era evidente que si quedaba de parte de NG, ésta era
incapaz de mantener sometidos a los indios y proteger de sus hostilidades el territorio
venezolano (ya se vio en 1833 cómo Río Hacha había pedido la intervención de Vzla para
dominar a los indios que estaban en aquella ciudad) <- ESE ES UNO DE LOS
ARGUMENTOS DE VZLA
Ojer expone que Toro se dejó convencer con respecto a Ríohacha y que, los
argumentos presentados (real cédula 1792 y 1786) eran débiles. De acuerdo a Ojer, se
sabe: (1) que los límites no estaban dado por el rey sino por el gobernador de Ríohacha,(2)
que no se correspondía con los términos dados por Sinamaica en 1792, sino que se trataba
de una propuesta anterior y (3), que estaba trastocado el orden, pues la comunicación de
que se había producido la transferencia de Sinamaica, se anteponía a la aprobación del rey.
En los documentos que entrega NG se pudieron precisar las siguientes pistas que ayudasen
a exigir mayor documentación:
-En la Real Orden de 1790 se dice que se instruye al Capitán General de Venezuela para
que “nombrado, por su parte, un sujeto que se entienda con nuestra señoría, señalen los
límites y territorios que deben ser jurisdicción de Sinamaica”
Como otra consideración, Ojer expone que aparte de transformar una línea tentativa
y unilateral en lindero acordados por las partes y definitivo; además de transformar esa línea
tentativa que se refería a una eventual delimitación de una jurisdicción municipal, en
divisorio interprovincial y, en consecuencia, en frontera nacional, en vez de seguirse por la
línea exterior de ese municipio, reclamó toda la Guajira presentando como frontera el
lindero internacional entre Sinamaica y Maracaibo. En otras palabras, en la transferencia de
Sinamaica a Maracaibo, se trataba de recibir la villa sin villa y sin territorio.
Toro se muestra débil en cuanto a San Faustino, posición que no lo culpa a él sino al
propio Ejecutivo que nunca supo descifrar que se trataba de un régimen anómalo, en el cual
los nombramientos de gobernadores a virreyes no probaban que ese territorio fuera parte
integrante de la territorialidad virreinal (y NG alegaba haber ejercido jurisdicción ahí).
Aunque sí se mostró firme en cuanto a la Real Cédula de 1786, sobre la comandancia de
Barinas, en el rechazo de la línea Michelena - Pombo, en cuanto a la frontera llanera.
Donde sí mostró firmeza fue en la ‘médula fluvial de venezuela’: línea Orinoco- Atabapo y
Negro, la cual, con prodigioso avance de reclamación, NG trató de desintegrar al Orinoco-
Casiquiare-Negro, planteada por el coronel Acosta.
EN RELACIÓN A LA GUAJIRA:
-TEMA ALTO ORINOCO: Toro expone la Real Cédula del 5 de mayo de 1768, según la
cual, todas las misiones religiosas del Alto Orinoco (cerca de Amazonas), en ambas orillas,
fueron adscritas a la gobernación de Guayana, quedando como jefe militar, el Gobernador.
Desde entonces, alega, Venezuela tenía posesión de esas misiones. No obstante, Acosta
lleva sus pretensiones hasta el Brazo de Casiquiare, respaldándose en la Real Cédula
del 5 de febrero de 1786, que lo demostraba. Por lo demás, exponía que las misiones ni
son territorios, ni definen linderos, aunque Toro expone la posesión engendra un derecho.
Sin embargo, NO HUBO ACUERDO.
SITUACIÓN EN COLOMBIA
En la Nueva Granada se inaugura, en 1849, la administración liberal del general
José Hilario López, el cual, con el relevo parcial de la clase dirigente y con la implantación
de ciertas reformas estructurales, alentó el espíritu revolucionario que se acentuó hacia
1853, pero que se desfiguró como impulso reformista serio con la elección del General José
María Obando y se frustró definitivamente con el golpe de Estado del General José María
Melo, el 17 de abril de 1854.
En ambos países se asistía al mediar el siglo XIX, a virajes políticos de largo alcance
histórico; se iniciaba la lucha contra la oligarquía que desaparece en Venezuela con la
guerra federal pero que, en la Nueva Granada se consolida. Porque es indudable que al
finalizarse la guerra federal en Venezuela, su oligarquía había desaparecido con la clase
política.
Venezuela alega que, sobre la base de la ley del 25 de febrero de 1836 (que
reglamentaba el comercio marítimo con la Guajira), cualquier buque que desee traficar con
la Guajira, debe primero presentarse en Vzla y sacar licencia, como muestra de que Vzla
tiene derechos en el territorio de la Guajira
1868: NG comenta que el tráfico sigue (y la península de la Guajira forma parte del territorio
colombiano, hasta el caño Paijana) y por ende, se decide que las embarcaciones, aun con
licencia, serán consideradas contrabandistas y se les tratará como tales. Venezuela decide
continuar el comercio por el territorio que considera de su jurisdicción.
Viendo que la Nueva Granada estaba dispuesta a restablecer sus relaciones con
Venezuela, el presidente venezolano nombra a Antonio Leocadio Guzmán para llevar a
cabo la negociación. Para comenzar, este último rechaza las declaraciones de Fermín Toro
de 1844 en el que reconoce la soberanía neogranadina sobre toda la península de la
Guajira hasta la línea Socuy-Limón-Cabo Paijama. Sobre el problema de la Guajira propone
como línea de derecho el Cabo de la Vela, rectamente hasta la teta guajira y de ésta, a la
cima de los Montes de Oca. En lo que respecta a San Faustino, Guzmán defiende la
soberanía venezolana sobre ese territorio, el límite occidental fue propuesto por Guzmán
atendiendo a una gran cantidad de documentos y partiendo del principio del utis possidetis
juris, estableció la siguiente frontera: de la boca en el Apaporis en el Yupurá (Caquetá) y por
el Thalweg del Yupurá hasta la embocadura del río de los Engaños y otros afluentes del
Apaporis y el Vaupés, hasta las cabeceras del negro, en la sierra Padavida, siguiendo al
punto de unión del Guayabero con el Ariari, para formar el Guaviare y de dicha unión, a
pasar por las cabeceras de los ríos Vichada y Muco, hasta la boca del caño Isimena, en la
margen meridional del río Meta.
Como la propuesta fue rechazada por Colombia, Guzmán planteó una partición del
territorio de una forma integral: Bahíahonda quedará por Venezuela y Porlete por Colombia:
línea del río Táchira, como límite natural hasta su confluencia en el Zulia de manera que
San Faustino quedara por Venezuela, en la frontera llanera, si Colombia no aceptaba el
lindero natural por el río Ele. Venezuela no tenía dificultad de atenerse a las cédula de 1786,
mediante la cesión a Colombia del territorio al sur del Meta hasta el Vichada se le hacía
ribereña del Orinoco y seguiría la línea por el curso del Vichada hasta el meridiano del
proyecto de Tratado de 1833 para continuar por el hasta el sur por los territorios brasileños.
Además, le ofrece a Colombia la libre navegación por el Orinoco por salida al mar. Por
supuesto, la propuesta hecha por Guzmán era muy exigente por lo que el diálogo se
paralizó por algún tiempo.
(Sureda, 1994) Venezuela también propone que se intercambien los puertos para que cada
quien tenga un puerto importante en la Costa Guajira. Leocadio Guzmán alegaba que se
trataba de un territorio improductivo para ambos y en cuya seguridad, ambos tienen el
mismo interés. Colombia cedería entonces 12 leguas, y Venezuela, 20, quedando cada
República con una mitad de la península, y en ella, un puerto al Atlántico. COLOMBIA NO
LO ACEPTA PORQUE ESE ACUERDO NO VENDRÍA ACOMPAÑADO DE
CONCESIONES DE NINGUNA CLASE
Ojer (1982)
FRONTERA GUAJIRA - MONTES DE OCA
Se rechaza la declaración de Toro de 1844, se propone como línea de derecho del
Cabo de La Vela rectamente a la Teta Guajira, y de ésta, a la cima de los Montes de Oca
SAN FAUSTINO
Guzmán presentó numerosos documentos en prueba de la soberanía de Venezuela
sobre tan exiguo territorio; entre ellos, destaca el expediente localizado por Baralt sobre el
arriendo del puerto fluvial de esa ciudad, con la nota de remisión por el ministro Julián de
Arriaga (1764) donde se trata el arrendamiento del puerto de San Faustino de la provincia
de Maracaibo. Además, alegó atenerse al límite natural del río Táchira, destacando que
Colombia, en sus años de vida independendiente, no había sacado provecho alguno de la
posesión de este territorio.
Kaldone, G., Nweihed. (1981) Panorama y crítica del diferendo: El Golfo de Venezuela ante
el derecho del mar. Caracas, Venezuela: Ediciones Venetesa
Pino I, Elías (1993). Los comienzos del Estado Nacional y Federación, autocracia y
disgregación. En Varios autores (1993). Historia Mínima de Venezuela (Pp 103 - 137).
Venezuela: Fundación de los trabajadores de Lagoven
Península de la Guajira
Para 1840, Venezuela apenas tenía en la Guajira un puesto fronterizo ubicado en
Sinamaica, es decir, mucho más acá inclusive de la actual frontera con Colombia; y esto a
pesar de que Venezuela reclamaba la casi totalidad de la península Guajira. Sinamaica, la
actual capital del Distrito Páez del Estado Zulia, ni siquiera está ubicado en territorio guajiro,
pero era desde ahí que el gobierno venezolano pretende ejercer soberanía sobre la
península. En 1842, José Antonio Páez, dictó el reglamento orgánico para fomentar el
comercio en la Guajira, y la reducción de los indígenas de Maracaibo; por estas leyes
se desprende que el gobierno central de Venezuela prácticamente consideraba a la
península como un territorio foráneo, no integrado al cuerpo de la patria, aunque
evidentemente no le reconocía ninguna soberanía a Nueva Granada, considerándolo al
parecer un territorio semi autonomo. La gestión jurídica neogranadina, en cambio, es
integracionista e implícitamente considera a la Guajira como parte de su territorio nacional,
ya que en 1843, la Nueva Granada dicta una ley sobre el comercio en la Guajira y establece
procedimientos en las demandas civiles y juicios de los guajiros.
*Salida obligada del Lago de Maracaibo y de la región que lo rodea: Zulia, Falcón, Táchira,
Mérida y Trujillo. ERA SALIDA NATURAL DEL PRINCIPAL PRODUCTO DE
EXPORTACIÓN, QUE ERA EL CAFÉ .
*Desde el punto de vista militar, constituye una zona estratégica para la defensa de la
nación, porque desde esta zona se controlan rutas marítimas que entran y salen del país.
Ojer, Pablo (1983). El Golfo de Venezuela. Una síntesis histórica. Caracas, Venezuela:
Instituto de Derecho Público de la UCV.
*Nueva Granada nunca realizó algún acto sobre la costa oriental de la Guajira o sobre el
Golfo. En cambio, Venezuela, tanto en tiempos de paz como en su guerra civil, ejerció pleno
derecho sobre sus aguas y costas.
*Durante las guerras civiles en NG, los dos países acuerdan la utilización por parte de NG
del Golfo de Venezuela, como ruta para el sometimiento de las provincias de la Costa
Atlántica por el gobierno de Bogotá. (año 1841). En 1861 se produce la misma situación, se
solicita el permiso para el paso de tropas por el territorio venezolano para someter a los
Edos rebeles, Bolívar y Magdalena, pues las distancias que separan el gobierno de las
costas y las fronteras con otros países, retardan las operaciones militares e inutilizan los
medios prontos de comunicación entre los jefes. NG NO DOMINABA NI UNA PULGADA DE
LA COSTA OCCIDENTAL DEL GOLFO
Por el contrario, Vzla, durante sus guerras civiles, tanto los revolucionarios como el
gobierno nacional entendían que les era indispensable el dominio del Golfo. Por esto, el
gobierno de Caracas siempre se vio en la necesidad de someterla a una vigilancia especial
y a decretar frecuentes bloqueos sin que JAMÁS fuese objetada la soberanía venezolana.
Venezuela ejercía dominio sobre el Golfo por mar y por tierra.
*Durante el período 1850-54 existía un ambiente de tensión política y durante los años 53 y
54 hubo levantamientos fracasados, tanto de conservadores como de liberales. EL
GOBIERNO DE NG SE VALE DE ESTO PARA PROMOVER UN MOVIMIENTO
SEPARATISTA CON LA CRUDA INTENCIÓN DE ABSORBER AL TÁCHIRA, MÉRIDA,
TRUJILLO Y ZULIA, CON EL OBJETO DE CONSEGUIR LA EXONERACIÓN DE
IMPUESTOS SUS MERCANCÍAS, EN SU PASO POR ESTAS REGIONES. EL TÁCHIRA
RESPONDE CON FIRMEZA Y DESHACE ESE PROPÓSITO
BLOQUEOS
1.- 1848 DURANTE LA REVOLUCIÓN DE PÁEZ: contra el gobierno de JTMonagas porque
Mcbo se había identificado con el alzamiento. El vicepresidente, encargado del Poder
Ejecutivo declara el bloqueo de la plaza de Mcbo y sus costas adyacentes; los buques de
guerra de las naciones amigas podían entrar pero no los barcos mercantes a los que se les
negó la entrada.
A partir del año 1846, el problema fronterizo queda en suspenso, pero las
pretensiones de los países se endurecen, principalmente las pretensiones magnificadas por
Colombia. Venezuela va a comenzar a vivir a partir de 1858 un periodo negro de su historia,
de por sí accidentado y brutal. Los gobiernos que se van sucediendo apenas se dan a basto
para reprimir las sublevaciones, cuando logran perpetuarse precariamente en la posesión
de la capital. La población nacional es escasa y crece lentamente, casi tan solo para cubrir
las mermas que dejan las guerras civiles y las endemias (siendo estas las más mortíferas).
Venezuela, la nación y sus gobiernos, descuidan sus fronteras. Los asuntos internacionales,
excepto cuando amenazan las potencias europeas, quedan relegados a un segundo plano.
En particular, la clase gobernante parece desconocer la noción misma de la integridad
territorial. Esto se convierte casi en una norma.
Otra cosa ocurre en Colombia. Esta nación pese a las dificultades internas que
atraviesa ocasionalmente, no olvida que colinda con Venezuela. Insiste en la ampliación de
su territorio y sostienen inflexiblemente varios puntos. El primero de esos puntos es no
reconocer las fronteras admitidas por el tratado Michelena-Pombo. Colombia pretende
ejercer soberanía sobre la Guajira y tener ribera con el Orinoco y en esto no está dispuesta
a ceder. El segundo punto es que quiere navegar libremente por el Orinoco inclusive por los
ríos Zulia y Catatumbo hasta el lago de Maracaibo. Su fidelidad a estos principios
diplomáticos darán en el Laudo Español. Colombia, a diferencia de Venezuela, tiene un
concepto territorial expansionista y además lo defiende mediante la diplomacia.
Desde 1833 hasta 1861: cuando triunfan los partidarios del federalismo radical, el país vive
una etapa de legitimidad caracterizadas por gobiernos conservadores que obedecen a la
orientación de jefes independentistas (igual que en Venezuela). Las sucesiones
presidenciales se hacen regularmente cada cuatro años. Dos revoluciones fracasan (las de
1839 y 1851), y sólo el golpe de José María Melo, en 1854, rompe la continuidad
constitucional. Sin embargo, este atentado a la constitucionalidad fracasa cuando los
partidos se unen para deponer al gobernante golpista, o sea, que el país vuelve a su cauce
institucional en 1855; se enjuicia al presidente depuesto por Melo, José María Obando (el
mismo que se acusa de ser responsable del asesinato de Sucre), por complicidad en el
golpe; y el Vicepresidente, Manuel Mallariano, termina el periodo legal de Obando. La
verdadera amenaza al orden público, ocurre de 1859 a 1862, cuando el país se hunde en
una prolongada y sangrienta guerra civil, de la cual salen victoriosas las fuerzas federales
encabezadas por Tomás Cipriano de Mosquera. El régimen federal se prolonga durante
doce períodos de dos años cada uno, y logra develar dos alzamientos de primera magnitud:
el golpe del 23-05-1867 y la revolución de 1876, este sistema federal sucumbe en 1855-
1886.
Por segunda vez asumirá la presidencia bajo la égida paecista, para iniciar el
cuatrienio en circunstancias económicas y políticas difíciles; los precios del café habían
bajado sustancialmente y las exportaciones reducidas en más de dos millones de pesos y
una oposición liberal creciente que amenazaba la hegemonía militar y política del paecismo.
El periodo se caracterizará por las ardientes luchas entre liberales y conservadores, la
agudización de la crisis económica, la sublevación de las pauperizadas masas campesinas,
la consolidación de la prensa libre, la agresividad del militarismo y el desprestigio de la élite
dirigente.
Política exterior con Nueva Granada: el trato con la Nueva Granada se verá perturbado al
comienzo del periodo por las constantes actividades que los grupos revolucionarios
antimonaguistas realizaban en las fronteras del vecino país. La cancillería venezolana
exigirá de la de Bogotá la internación de los asilados de acuerdo a las estipulaciones del
tratado vigente entre los dos Estados. Con este propósito acreditará en la capital granadina
al señor Guillermo Iribarren con el carácter de agente confidencial, la atención dada a
nuestro representado por el ministro doctor, Manuel Murillo, y a las medidas tomadas de
acuerdo a los asilados mejorarán notoriamente las relaciones diplomáticas.
Inaugurará un período no menos agitado que el anterior, con un país por los brotes
insurreccionales de liberales y conservadores, que por primera vez se fusionan para tratar
de derrocar el nepotismo monaguista y una aguda crisis económica y social que socababa
la estabilidad del régimen. La derrota de los movimientos revolucionarios al final del
cuatrienio, fortalecerá el aparato político-militar de los Monagas, reduciendo la oposicion al
régimen, que quedará limitada a las operaciones que, desde las Antillas, promueve sin éxito
el general Páez.
Nueva Granada: en primer lugar se negocian límites con Nueva Granada, las cuales
tropezaran con nuevos inconvenientes, Medardo Rivas (Nueva Granada) había solicitado a
mediados de 1851, la apertura de las negociaciones sobre los asuntos pendientes entre las
dos repúblicas, en especial la cuestión de límites. Poco se logrará de las reuniones entre
Rivas y Aranda, al tocarse el punto del territorio de Río Negro, donde Rivas manifestará que
su gobierno lo considera de su propiedad y solo convendría ceder una parte de su
pretensión, limitándola al territorio situado entre el río Meta y Orinoco hasta su confluencia
con el Guaviare. Esto fue rechazado por el gobierno venezolano por juzgar que estas
pretensiones perjudicaban los intereses de la república.
Bajo este contexto, la política exterior del país durante el breve periodo del gobierno
del General Castro estará limitada primordialmente a las causas y efectos que provocarán el
asilo de Monagas en la Legación Francesa y la intervención anglo-británica.
La política exterior del Gobierno se verá notablemente reducida por la guerra que
sacude al país y las drásticas medidas de la dictadura para mantener el poder político
nacional. En este sentido, los esfuerzos se centrarán en la búsqueda de recursos externos
y, como consecuencia de ello, en el mejoramiento de la imagen del país.
Bajo las directrices emanadas del Tratado de Coche, firmado el 24 de abril de 1863
entre el General Antonio Guzmán Blanco, en representación de los federalistas y Pedro
José Rojas, Secretario General del gobierno de Páez, se sentarán las bases de la futura
Administración Federal que presidirá el General Juan Crisóstomo Falcón. De la Guerra
Federal emergerá una Venezuela más atrasada y paupérrima, y una inestabilidad política
interna que no será superada, lejos de ello, al descentralizarse el gobierno y multiplicarse
los estados autónomos, la guerra que encumbra a Falcón y a su sexteto multiplica los focos
de conspiración y malestar, en una suerte de metastasis social. Se inaugurará una nueva
modalidad de protestas locales para derrocar gobiernos provinciales.
Colombia: arribará al país una Comisión Especial del Gobierno de la Nueva Granada,
presidida por José María Rojas en 1864, entre las instrucciones se encontraba una
propuesta de alianza de las tres naciones que habían conformado la República de Colombia
en una nacionalidad común y bajo la forma de un gobierno republicano, democrático y
federal. Por Venezuela se designara a Antonio Leocadio Guzmán. Poco durarán las
negociaciones ya que al promulgarse la Constitución Federal, el enviado colombiano
protestará debido a que el artículo 13, párrafo 10 establece la Guajira como venezolana,
protesta a la cual Venezuela hará caso omiso.
No será sino con el arribo del doctor Manuel Murillo a Caracas, en calidad de
Ministro Plenipotenciario en los primeros meses de 1864, cuando las negociaciones
alcanzarán un relativo progreso. El 13 de mayo suscribirá con el representante venezolano,
Fernando Arvelo la convención consular; el 24 del mismo mes firmará un tratado de amistad
y comercio marítimo y el 28, una Convención sobre Reclamaciones pendientes y
posteriormente, el Tratado de extradición. La propuesta de límites no fue aceptado por el
doctor Murillo, quien no obstante invitará al gobierno para continuar las negociaciones en
Bogotá, a fin de poder llegar a un acuerdo satisfactorio, retornando a su país el 13 de junio
de 1868.
Colombia: las iniciativas tomadas por el gobierno venezolano para restablecer las
relaciones con la vecina república, buscaban tomar medidas para evitar que los
colombianos naturalizados en el país y nuestros Agentes Consulares acreditados en
Colombia, participaran en la guerra civil que vivía esta nación, ordenando el ejecutivo el
retiro de la ciudadanía para los primeros y del exequátur para los segundos, tal como
sucedió con nuestro Cónsul en Río Hacha. Debido a esto, el gobierno de Bogotá enviará a
Caracas a José Borda y Antonio Padilla, este último encargado de preparar el terreno para
un arreglo amistoso de los asuntos pendientes entre ambos países. El comisionado
colombiano regresará a Bogotá para informar al Parlamento la decisión del gobierno
venezolano para reanudar las relaciones, aún cuando no regresará a Caracas y las
relaciones seguirán suspendidas el resto del período.
COLOMBIA
-Guerra de los supremos: El presidente José Ignacio de Márquez sancionó una ley en
1838 que suprimía los conventos católicos que albergaran menos de ocho religiosos, con el
fin de usarlos como centros de instrucción pública, de tal forma que el 30 de junio de 1839
varios sacerdotes de la ciudad de San Juan de Pasto se sublevaron.
-GUERRA CIVIL, 1854: Tras las elecciones presidenciales de 1853, en las cuales el
candidato liberal radical Tomás Herrera (apoyado por el general José María Melo) fue
derrotado por el candidato liberal moderado José María Obando. Melo no aceptó su derrota
y dio un golpe de estado el 17 de abril de 1854 contra el presidente Obando. De forma
inmediata se formó una alianza Constitucionalista militar de radicales y conservadores,
quienes iniciaron la ofensiva contra Melo
El Olimpo radical nos cubre una época en 1863 con el gobierno de Mosquera o el
caucano como algunos lo llamaban. Hasta 1880 no había en el país sino liberales y
conservadores. A partir de esta fecha el partido liberal gobernante, se divide en dos grupos,
uno encabezado por Núñez, partidario de hacer sustanciales reformas a la Constitución de
1863 y de darle un nuevo giro a ciertos aspectos de la política como las relaciones con la
Iglesia, buscando para ello la colaboración de la opinión conservadora. Otro, el sector
gobernante, que aceptando la posibilidad de hacer reformas a la Constitución, defendía la
gestión política y la obra de gobierno realizada por los liberales. Al primer grupo (Núñez), se
le llamó Independiente. A los que estaban en el gobierno, alguien, no se sabe quién, les dio
el nombre de Radicales. Los presidentes que gobernaban en esa época solo duraban dos
años en el poder y no tenían derecho a reelección, esto se prestaba para que el gobierno
cambiara a cada rato de gobernante; además, los gobernantes en tan poco tiempo no
podían dejar mucha huella; esto quiere decir que casi no podían hacer cosas notables por el
país.
En fin, los radicales hicieron un gran esfuerzo por incorporar el país al mundo
moderno o, como decían ellos mismos, por hacerlo partícipe de los progresos materiales y
culturales de su época.