Apuntes Literatura
Apuntes Literatura
Unidad 1. El modernismo.
1. La irrupción del modernismo en la literatura castellana de fin
de siglo. Precedentes e influencias.
Desde finales del XIX la literatura española empieza a abandonar un Realismo y surgen los llamados
modernistas, que dieron a nuestra literatura el giro que necesitaba para recuperar su antiguo prestigio.
El cambio se inicia en las repúblicas hispanoamericanas, de la mano de autores como Martí o Nájera.
Este legado sería ampliamente recogido por Rubén Darío, quien con su viaje a España en 1892 inicia el
movimiento en nuestro país.
Cabe destacar que la fuente de inspiración de este movimiento descansa en las corrientes francesas del
simbolismo – evocación de ideas imaginarias mediante musicalidad y libertad expresiva –, y del
parnasianismo – arte por el arte" y perfección formal y métrica –; además de ciertos autores
románticos decimonónicos como Rosalía, Bécquer o Espronceda.
En estos años surge en Europa un movimiento hermano del modernismo llamado decadentismo,
integrado por Baudelaire, Wilde, Mallarmé... y que tiene su base en la conciencia de estar viviendo en
una civilización al borde de la extinción, lo que despierta un gusto por lo sombrío y enfermizo.
Azul… (1888).
Esta aglutina obras en prosa con algunos textos poéticos en los que se muestra el influjo, por un lado,
del romántico Víctor Hugo, y por otro, de poetas paranasianos; obteniéndose como resultado una
composición cargada de mitología.
En 1890 sale a la luz la segunda edición del libro, en la cual se equilibra el reparto entre prosa y verso,
se añaden ambientes exóticos y refinados como los amerindios y la influencia de simbolistas y
decadentistas como Walt Whitman. Destaca la preocupación por una renovación métrica y léxica.
Otras publicaciones.
El canto errante, Poema de otoño y otros poemas, Canto a la Argentina y otros poemas además de un
prosa de cuentos y textos periodísticos.
4. Delmira Agustini.
Su obra se reduce a tres poemarios: El libro blanco (frágil), de 1907; Cantos de la mañana, de 1910; y
Los cálices vacíos, de 1913. En su libro póstumo Obras completas aparece Los astros del abismo, un
conjunto de versos oscuros y barrocos.
El lenguaje de la uruguaya en su primera obra es claramente modernista, continuando en la línea de
Darío para adentrarnos en un mundo idealizado pero de sufrimiento con sueños difíciles de alcanzar.
Sus poemas se vuelven alegóricos con base en el empleo de colores simbolizados (blanco como
inocencia o rosa como pasión).
A pesar de ello, el primer libro se publica ya en una época en la que el modernismo está en decadencia,
lo que produce en ella un sentimiento de prisión en unas limitaciones que le impiden expresarse de
manera explícita.
La poesía de Delmira abarca muy pocos contenidos, entre los que destacan la sexualidad, el mundo de
los sueños y la muerte, unidos por la pasión amorosa y la angustia vital.
En cuanto a sus símbolos tenemos:
• Cisne: ambivalencia masculino-femenino.
• Araña: rutina.
• Búho: silencio que evoca melancolía.
• Cabellera femenina: primero la belleza y más adelante la entrega amorosa.
• La cabeza del amante: apropiación completa del ser amado.
La autora fue derivando hacia lo irracional, y acabó por apostar por el verso blanco, el verso libre, la
libertad de rima e imágenes irreales que la aproximaban a las vanguardias, de ahí que la crítica la
adscriba al posmodernismo.
El contenido erótico de sus versos causó polémica porque era mujer, así es que se la emparenta con el
decadentismo. Ello permite un concepción feminista de la literatura modernista.
El amor es para ella la única fuente de poesía, rezumando misticismo por la entrega absoluta a lo
amado, aunque todo ello va cediendo ante el fracaso de sus aspiraciones.
Agustina se centra en hacer autoanálisis psicológico, aislándose por ende del mundo exterior. De esta
suerte, su búsqueda de la felicidad choca contra un mundo cruel y convierte al amor en un delirio
enfermizo y decadente.
5. Conclusión.
La importancia de Darío en la literatura castellana no se comprendería sin su legado, pues gracias a la
configuración de un nuevo lenguaje se volvió un referente que lograría que nuestrras letras recuperaran
el pulso perdido, teniendo desde luego, un estilo muy vistoso y original. Por su parte, Delmira Agustini,
pese a su escueta producción se vuleve un eslabón necesario para trazar la historia de al literatura
contemporánea, pues pese a ser una gran admiradora de Darío, entendió que lenguaje no era suficiente
para dar forma a sus turbulencias interiores, lo que la acercó a las vanguardias. A diferencia de casi
todas sus coetáneas, Agustini fue de la pocas mujeres que no se ocultó bajo un seudónimo en lo que
escribió.
Unidad 2. La novela en la Generación del 98: Unamuno,
Baroja y Azorín.
1. La Generación del 98: concepto, características generales y nómina de
autores.
La denominación de Generación del 98 hace alusión a unos escritores que habían mostrado su
desagrado ante la sociedad de la Restauración y habían proclamado la necesidad de cambio social.
Darío pertence incuestionablemente al Modernismo, Valle-Inclán tendría una trayectoria difícil de
clasificar y Machado tardaría en acoger los ideales noventayochistas, pero Azorín, Maeztu, Baroja y
Unamuno sí que caben incuestionablemente en la nueva corriente, de hecho, los tres primeros
escribieron un documento conjunto: Manifiesto de los Tres. (1901). En él plasman la descomposición
del sistema y apoyan un reformismo lejos de los ideales revolucionarios de su juventud.
De este modo, distinguimos las siguientes señas de identidad de la Generación del 98:
• Antecedentes en pensadores ilustrados, liberales reformistas o incluso Larra.
• Evolución de posiciones juveniles radicales de denuncia social al conservadurismo.
• Esencial el tema de España.
• Estética antirretórica e inclinación al subjetivismo.
• Renovación de la prosa española, predominando el ensayo y la novela.
3. Conclusión.
Como hemos visto, estos autores rompen con la novela realista tradicional para dar cabida a nuevas
perspectivas y a la incorporación de otros géneros. Desde el punto de vista estilístico, la prosa es cada
vez más impresionista y fragmentaria. Y en cuanto al tema, se petende dar cuenta de las inquietudes de
los hombres y mujeres de aquel tiempo. Baroja es el mejor reflejando la diversidad de sujetos con sus
relatos fáciles, Unamuno lo condiciona más a la perspectiva filosófica e interna, mientras que Azorín,
harto del significado del tiempo, recrea en su prosa un sinfín de sensaciones que enlaza con un lirismo
e impresionismo intachables.
Unidad 3. Las trayectorias poéticas de Antonio Machado y
Juan Ramón Jiménez.
1. Introducción: la poesía española de las primeras décadas del S. XX.
Durante las dos primeras décadas del XX nuestra literatura avanzó desde Rubén Darío hasta la
generación del 27 pasando por los escritores novecentistas.
1.2. El Novecentismo.
Desde 1910 comienza el relevo gradual de la generación modernista, irrumpiendo en la cultura
española el Novecentismo, formado por autores que rechazan la vigente subjetividad y pretenden
acercar la sociedad española a Europa: Generación del 14.
Entre los rasgos comunes del novecentismo tenemos.
• Intelectualismo alejado del modernismo.
• Europeísmo y defensa de lo urbano frente a lo rural.
• Defienden un arte puro independiente de las preocupaciones del individuo, influjo de La
deshumanización del arte de Gasset.
• Rechazo por el ornamentalismo modernista y el prosaísmo realista.
Aunque es la prosa donde mejor se reflejan los ideales del 14, cabe destacar el ímpetu de renovación de
la poesía en las singulares trayectorias poéticas de Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez.
2. Antonio Machado.
Machado comienza su carrera poética en el modernismo para ir buscando una expresión más personal.
Primera etapa.
Representada por Soledades (1903), más tarde retitulado como Soledades. Galerías. Otros poemas
(1907).
Se nota la huella de escritores románticos como Bécquer y Rosalía, dando lugar a una lírica intimista
que rezuma tristeza.
Los símbolos más destacados son:
• Paso del tiempo: el reloj, la tarde, el agua fluyendo, los caminos…
• La muerte: las campanas, los cementerios, los cipreses, el agua estancada….
• Otros símbolos: el jardín (nostalgia de la infancia); la noria (la monotonía); el otoño
(melancolía); la fuente (anhelos); agua de la fuente (monotonía)…
Machado dialoga consigo mismo o con la naturaleza (poeta-médium).
En “Las galerías del alma”, el autor viaja por el mundo de sus recuerdos dibujando un paisaje que
representa su estado de ánimo.
Los temas recurrentes son el tiempo, la nostalgia, el amor, la angustia ante la muerte y la necesidad de
descubrir a Dios pese al impedimento de la razón.
Utiliza un estilo sencillo con colores y música. Su métrica es variada pero con predilección con formas
flexibles como las silvas o populares como el romance o la cuarteta.
Segunda etapa.
Se inicia con Campos de Castilla (1912), comenzando un período menos intimista y más historicista,
cobrando protagonismo el austero paisaje soriano.
En esta etapa se denotan sus vínculos con la Generación del 98, al ser un poesía más descriptiva que
tiende a reflejar un paisaje real y la decadencia de la sociedad española.
Machado ya hablaba del concepto de las dos Españas (la progresista y la conservadora) enfrentadas
por la envidia y el revanchismo.
Así, se percibe un abandono del esteticismo para dar paso a un tono reflexivo y épico con un léxico
cuidado y salpicado de arcaísmos, aunque sí manteniendo la proyección del alma sobre el paisaje.
En 1917, Machado amplía Campos de Castilla, incluyendo el ciclo de Leonor en el que muestra su
pesar por la muerte de su esposa. Aquí se acentúa la ironía y la crítica social, sobre todo en la sección
“Proverbios y cantares”.
Última época.
Escribe Nuevas canciones, obra muy irregular que incide en el tiempo, la búsqueda de Dios y el sentido
de la vida. En esta obra se aprecia el influjo de la lírica popular.
En esta etapa Machado atribuye sus poemas a autores imaginarios con personalidad bien definida –
como Abel Martín –, tal como se refleja en Poesías completas.
Machado es considerado sin mucha discusión uno de los grandes poetas españoles del XX. Él recogería
sus ideas sobre la literatura en general en Juan de Mairena, único libro de prosa que publicó en vida.
4. Conclusión.
Machado y Juan Ramón son dos figuras sobresalientes que orientan el rumbo de la poesía española en
el primer tercio del XX, quienes se inician en la variedad peninsular del Modernismo para alcanzat un
estilo profundo y conmovedor en el caso de Machado, y rigurosamente expresivo en el de Juan Ramón.
Tema 4. El grupo poético del 27 a través de algunos de los
principales autores y autoras: Salinas, Cernuda, Alberti,
Lorca y las sinsombrero.
1. La Generación del 27.
1.1. Introducción y caracterización general.
El grupo poético del 27 – denominado así por el tricentenario de la muerte de Góngora en 1927 – es
una de las cumbres de la literatura española que incluye a diversos poetas que escriben sus mejores
obras entre 1925 y 1935, momento en el que proliferan los movimientos de las Vanguardias en Europa,
caracterizadas por la búsqueda de novedad, el rechazo a la burguesía y el tono de superioridad.
A España pronto llegarán estas novedades gracias a la labor de los novencentistas, como Gómez de la
Serna con sus greguerías, pero especialmente tras la PGM con la llegada de Huidobro a España, padre
del Creacionismo, movimiento defensor de un arte autónomo del ser humano.
A partir de este surge el -ismo hispano por excelencia, el ultraísmo, movimiento ecléctico que rechaza
el arte clásico y pretende captar la realidad mediante percepciones fragmentarias.
3. Conclusión.
El principal mérito de los miembros del Grupo poético del 27 es el uso personal de la imagen como
recurso retórico, convirtiéndose en base de la expresividad poética y justificación de su admiración por
Góngora y las vanguardias; y luego, la incorporación definitiva del verso libre y el versículo a la
métrica castellana, a la vez que demuestran las posibilidades del lenguaje moderno dentro de las
estrofas tradicionales. Nunca en nuestra literatura coincidieron tantos artistas talentosos en poco más de
diez años de actividad conjunta.
Tema 5: el teatro español anterior a la guerra civil.
Lorca y Valle Inclán.
1. El teatro comercial de principios del S. XX.
En toda Europa, el teatro del S. XX se renueva y se supera el Realismo en favor de elementos no
verbales y grotescos, dando lugar a obras naturalistas y simbolistas inéditas hasta entonces, un avance
del que nuestro país se mantiene al margen por su deplorable situación cultural, lo que da lugar a la
continuidad de las tendencias decimonónicas que más agradaban a la burguesía y al exiguo éxito de
todso intento rupturista.
Entre las propuestas más exitosas, encontramos tres vertientes:
• Teatro poético en verso. Mezcla drama histórico-romántico con un lenguaje modernista.
Destacan Eduardo Marquina y los hermanos Machado.
• Teatro humorístico. Trama sencilla de tono costumbrista y temas irrelevantes que provocan
risa. Son relevantes los hermanos Álvarez Quintero, Pedro Muñoz Seca, creador del astracán
(género de humor fácil y de absurdo); y Carlos Arniches, que con obras como La señorita
Trévelez articuló tragicomedias que se consideran precedente de Valle-Inlán.
• Comedia burguesa. Crítica muy suave y elegante de los conflictos morales burgueses. El más
reseñable fue Jacinto Benavente, quien buscaba entretener con una suave sátira de la sociedad
contemporánea pero preservando los valores tradicionales. Sus obras más relevantes son Los
intereses creados y La malquerida.
3. Conclusión.
Valle y Lorca sobresalen enormemente en el panorama dramático español de principios del XX, que
pese a su éxito en otro géneros su labor en el mundo escénico fue determinante para que este tomara un
nuevo rumbo, pues sus afanes experimentadores fueron la salida a un teatro comercial estancado en las
piezas hechas a gusto de la burguesía.
Tema 6. La poesía española posterior a la Guerra.
1. La poesía española de posguerra. Miguel Hernández.
La Guerra Civil supuso un corte brutal en la producción literaria de nuestro país. Truncó la llamada
“Edad de Plata”, época en que estaban activos autores de la Generación del 98 y la Generación del 27.
Acabada la Guerra Civil, no solo el país estaba en ruinas, sino también su literatura.
Pocos permanecen, aunque esa permanencia en el país dará el impulso necesario para alzar la voz en un
tiempo de silencio
Miguel Hernández (1910-1942) se considera un autor de transición entre la Generación del 27 y los
primeros poetas de posguerra.
El estilo de Hernández se caracteriza por una apasionada expresión de emociones, creando metáforas
muy originales con un lenguaje muy cotidiano. Este domina la métrica clásica castellana y combina lo
culto con lo popular.
Su poesía gira entorno a tres temáticas.
• La vida y el amor simbolizado como esposa-madre cuyo vientre augura un futuro mejor.
• La muerte. Representada comúnmente con el toro.
• El compromiso político. Hernández combatió en el frente republicano y fue un poeta-soldado.
Podemos diferenciar las siguientes etapas.
➔ Primera etapa. Hasta el estallido de la Guerra Civil.
Perito en lunas, de estilo gongorino e influencia del 27.
El rayo que no cesa. Poemario amoroso constituido fundamentalmente por sonetos en los que
se cuelan elementos surrealistas. El poeta está preso en un amor apasionado por Maruja Mallo
sin evitar la premonición de la muerte.
➔ Segunda etapa. Trascurso de la Guerra Civil.
Viento del pueblo. Acentuado compromiso político y social con un lenguaje directo y
propagandístico. El poeta pretende ser la voz del pueblo cantando por los pobres y guerreros.
Combina el verso libre con la métrica tradicional.
El hombre acecha. Plasma su desencanto tras la derrota.
➔ Tercera etapa. Escritos en prisión.
Cancionero y romancero de ausencias. Se considera su mejor libro, en el cual trata temas
como la ausencia de sus seres queridos y el afán de libertad con un estilo sencillo y rítimico que
recuerda a la lírica tradicional. Su trágica situación dota al poemario de emotividad.
En España, la rehumanización poética comenzada con la Generación del 27 deriva en los años 40 y 50
en reflexión existencial y social, cuyos autores principales suelen agruparse bajo el rótulo de
Generación del 36, que se bifurca en dos tendencias:
• La poesía arraigada. Busca la serenidad clásica y renacentista, considerando al mundo como
armonía y orden (afín a los postulados del bando bélico vencedor).
Se reivindica a Garcilaso recuperando formas clásicas como el soneto y tematizando en amor,
religión y patria. Un neopopularismo ya atisbado en Lorca o Alberti.
Luis Rosales o Leopoldo Panero destacarán en esta corriente.
• La poesía desarraigada o existencial. Arranca en 1944 con la publicación de Hijos de la ira de
Dámaso Alonso, año en el que también se edita Sombra del Paraíso de Vicente Aleixandre.
Es una poesía centrada en el dolor humano ante un mundo caótico (tremendismo), con un
lenguaje coloquial, directo y duro en predilección por el versículo.
En el tema religioso le preguntan a Dios el porqué del sufrimiento.
También, se percibe cierta conciencia social que prepara el terreno a la literatura de los 50.
Los ejemplos más significativos son Dámaso Alonso y Carlos Bousoño, y los primeros
poemarios de Blas de Otero y Gabriel Celaya.
Paralelamente, surgen dos movimientos minoritatios: el postismo (humorístico y vanguardista) y el
Grupo Cántico (perfección formal y lenguaje refinado).
5. Conclusión.
Durante la época más complicada para la lírica castellana, las voces de aquellos que pudieron publicar
fueron determinantes para la supervivencia de la misma. En 2021, podemos ver hacia atrás y entender
cómo responde la evolución temática y estética de aquellos años con el contexto sociohistórico, pues en
los 40 todavía estaban presentes las heridas de la Guerra en su máximo ardor, dando paso a un tono
más reflexivo y de compromiso en los años 50, que se agotaría en los años 60 en favor de una poesía
más personal e intimista que trata temas de la vida cotidiana. Ya con la llegada de los tiempos del
Desarrollismo, se aunaron un conglomerado de tendencias y estilos que se corresponden con el
comienzo del aperturismo cultural.
Tema 7. La novela española de las tres décadas posteriores
a la guerra civil: Miguel Delibes, Camilo José Cela,
Carmen Laforet y Luis Martín Santos.
1. La narrativa española de posguerra.
Entre los novelistas que abandonan España al final de la guerra están algunos de los nombres de esta
etapa (Sender – Requiem por un campesino español –, Chacel, Ayala...), pero el contexto político hizo
que muy pocas obras se dieran a conocer de forma efectiva. El rasgo más característico es el tema de la
guerra, pero en España, el desconcierto a causa de la censura hace que algunos cultiven un realismo
barojiano y otros una línea triunfalista, así como vertientes humorísticas, poéticas o psicológicas.
El género cobra un nuevo impulso gracias a tres textos fundamentales, preludio de la novela social: La
familia de Pascual Duarte, Cela (1942); Nada, Laforet (1945); y La sombra del ciprés es alargada,
Delibes (1948).
4. Principales novelistas.
Pese a la complejidad del momento y las dificultades para la producción artística, la novela española
vio aparecer entre 1940 y 1975 muchos títulos dignos de mención y autores de alta calidad.
5. Conclusión.
El triste panorama literario que deriva de la Guerra Civil española solo pudo ser revertido por aquellas
voces que, tanto desde el exilio como dentro de España, lograron que el arte no dejara de fluir y nuestra
narrativa siguiera contando con grandes reliquias que hoy en día son un gran atractivo para el lector
medio, además de un modo de comprender cuál era la realidad que imperaba en nuestro país en
aquellos días, especialmente si se opta por una novela de los 40 o del Realismo Social, mientras que si
se escoge una novela de carácter experimental, es una gran forma de acceder a los límites a los que
puede ser sometido el género novelesco con técnicas que, hogaño, no dejan de sorprendernos.
Tema 8. Buero Vallejo y Sastre: el teatro posterior a la
Guerra Civil.
1. El teatro español de posguerra. Antonio Buero Vallejo y
Alfonso Sastre.-
Al igual que muchos poetas y narradores, dramaturgos como Aub o Casona dejarán España en 1939
para continuar su actividad en el exilio, donde se divulgarían algunas piezas de Lorca o Alberti,
mientras que en el país la férrea censura derivaría en un paupérrimo panorama.
La tendencia más destacada será el teatro humorístico que aupará a Jardiel Poncela (Angelina o el
honor de un brigadier, previa a la guerra) y Miguel Mihura (Melocotón en almíbar), creadores de
piezas próximas al teatro europeo del absurdo.
Al lado de este teatro humorístico, también se revitaliza la comedia burguesa, todavía representada por
Jacinto Benavente, quien fue imitado con menor fortuna por Edgar Neville o José Mª Pemán.
Esta fórmula capta la atención del espectador con personajes de clase media o acomodada que viven
sucesos que pasan fácilmente de la risa al llanto.
El estreno en 1949 de Historia de una escalera marca el inicio de una nueva etapa, la del teatro realista
y comprometido con el entorno, sin perder el público el gusto por los melodramas, comedias burguesas
o musicales, al mismo tiempo que el cine se vuelve una competencia cada vez más seria.
Así, se abría el dilema de si enmascarar el contenido de las obras para evitar la censura (posibilistas,
como Buero) o no hacerlo arriesgándose a que la obra fuera vetada (imposibilistas, como Sastre).
Pese a notorias diferencias, el teatro del Realismo Social y el cine comprometido de actores como
Berlanga o Bardem guardarán ciertas similitudes.
• Abordaje de temas como la injusticia, los recuerdos de la guerra o la explotación laboral.
• Vínculo con el realismo naturalista, el expresionismo vanguardista o el teatro de pregerra.
• Lenguaje directo y provocador alejado de la alta comedia.
3. Conclusión.
La llegada de la democracia y el fin de la censura son recibidas con esperanza en el teatro, sin embargo,
no se produce la revitalización esperada, pues las obras de Valle y Lorca que por fin pudieron
estrenarse eran de autores desconocidos para los españoles, además de que las primeras obras
publicadas sin censura realizaban una sátira que ciertas instituciones conservadoras todavía muy
influyentes en la sociedad no se tomaron demasiado bien. Pese a la posterior democratización y
apertura plena, así como la creación del Centro Dramático Nacional, el hecho de la proliferación del
cine, la televisión o Internet han frenado el crecimiento del teatro.
Tema 9. La narrativa hispanoamericana de la segunda
mitad del XX. El “boom” de la narrativa: Borges,
Cortázar, García Marquez y Vargas Llosa.
1. La narrativa hispanoamericana de la segunda mitad del XX:
características generales.
Hacia mediados del XX la narrativa hispanoamericana inicia una renovación tras una centuria de
Modernismo, la novela de tierra del Realismo, la novela indigenista y el ciclo novelístico de la
revolución mexicana, mientras que se produce un hartazgo del realismo y experimentalismo europeo y
norteamericano. Además, la proliferación de las Vanguardias juega un rol determinante en este terreno.
Las características comunes de este nuevo movimiento son:
• Abandono de lo rural en favor del mundo urbano, sin olvidar lo social.
• Integración de hechos fantásticos en un marco verosímil.
• Formalmente, aumenta el cuidado en la construcción de los relatos en su estructura y estilo.
• Influencia determinante de Kafka, Joyce y Faulkner, así como de elementos de filiación
surrealista.
Desde 1940 hasta final de siglo, se diferencian dos etapas, separadas por el “boom” de 1962.
La narrativa existencial.
Se hace eco de algunas de las cuestiones más recurrentes en la literatura occidental, especialmente tras
la Segunda Guerra Mundial: el sentido de la vida, el paso del tiempo, lo caótico del mundo….
Descuellan los nombres de Onetti y Sábato.
El realismo mágico.
Tarda un poco más en florecer, pero es de las facciones más relevantes.
Por esta vía literatura hispanoamericana marca distancias respecto a la del viejo continente: las
narraciones ofrecen un marco versímil en el que se integran mitos con naturalidad.
Los autores más representativos son Asturias, Carpentier, Roa y Rulfo.
3. Conclusión.
El boom dejó en años posteriores un terreno muy favorable en editoriales y público para que se
intentaran replicar sus fórmulos exitosas de forma ilimitada, así es que la lista de obras narrativas y
autores destacados de la literatura hispanoamericana de la segunda mitad del XX se hace inacabable.
Por reseñar algún autor, nombramos a Mario Benedetti con La tregua e Isabel Allende con La casa de
los espíritus.
Tema 10. La narrativa peninsular desde 1975 a nuestros
días. Principales tendencias: Almudena Grandes, Muñoz
Molina, Eduardo Mendoza, Rosa Montero.
1. La novela es las últimas décadas. Rasgos generales y variedad
de tendencias.
No puede hablarse de corrientes o grupos heterogéneos desde 1975 hasta hoy, pues todavía carecemos
de la perspectiva necesaria, aunque sí se aprecia la recuperación de la trama argumental y el objetivo de
que el lector considere unos hechos de ficción como verdaderos, con un rechazo generalizado al
experimentalismo que supone una vuelta a la tradición.
Así, se recupera la lectura placentera frente al ejercicio intelectual del periodo anterior. Un claro
ejemplo es La verdad sobre el caso Savolta (1975), de Mendoza, la cual abre esta etapa.
Además, regresan géneros como la novela negra o la policíaca, así como el uso del humor y la renuncia
al compromismo político.
En cuanto a la perspectiva, predomina la tercera persona, aunque convive con todo tipo de formas; y
mientras tanto, la cronología se vuelve más lineal, sin abandonar totalmente analepsis y prolepsis.
Así, hubo autores censurados en el franquismo que gracias a la llegada de la libertad tienen continuidad
en nuestros días narradores de posguerra como Cela o Delibes, la generación del Realismo de la mano
de Gaite o Marsé, los rupturistas como Benet y los nuevos narradores como Muñoz Molina.
Luego, es de reseñar la incorporación de numerosas mujeres escritoras, como Almudena Grandes,
Dulce Chacón o María Dueñas, quienes incluyen en su obra vivencias específicamente femeninas como
la maternidad.
En la narrativa reciente se volverá muy frecuente la ruptura de fronteras ente géneros, asimilando la
novelas elementos como la biografía, el ensayo o el reportaje.
En todo este conglomerado, se distinguen pluralidad de tendencias:
• Metanovela. El cuarto de atrás de Martín Gaite.
• Novela histórica. El hereje de Delibes.
• Novela policíaca. La tabla de Flandes de Pérez Reverte.
• Novela intimista. Corazón tan blanco de Javier Marías.
• Novela lírica. El lápiz del carpintero de M. Rivas.
• Novela testimonial. Trata temas de actualidad de forma crítica. Sefarad de Muñoz Molina.
• Novela de la generación X. Habla de los problemas de la juventud urbana. Ray Loriga.
4. Eduardo Mendoza.
Su primera novela es La verdad sobre el caso Savolta (1975), pionera en la transición democrática e
inaugura una etapa nueva en la narrativa española, aumentando la importancia de la historia, ya que
Mendoza siempre ha reivindicado “el placer de contar”.
Esta primera obra relata unos hechos ocurridos en Barcelona entre 1917 y 1919 con la presencia de un
aventurero enigmático en una trama amorosa que recorre los bajos fondos barceloneses. Esta obra
contribute a renovar la novela policíaca.
Entre los ragos técnicos destacables están el uso de las personas narrativas, los desajustes temporales,
la variedad de personajes y la mezcla de diversos subgéneros, que parten de la brillante retratación
histórica de la Barcelona de principios del XX.
Su segunda novela, El misterio de una cripta embrujada es totalmente distinta, ya que se trata de una
parodia de la novela negra en la que la policía utiliza para resolver un caso de un secuestro a un
detective anónimo recluido en un psiquiátrico.
La siguiente obra también es brillante, La ciudad de los prodigios (1986), que recuerda a la primera al
retratar la Barcelona decimonónica y de principios del XX. Es una novela histórica protagonizada por
el pícaro urbano Onofre Bouvila, obrero anarquista que consigue llegar a ser un alto burgués. Aquí
abandona la primera persona narriva en favor de la tercera en un impecable relato lineal.
Otras obra importante es Sin noticias de Gurb parodia de ciencia ficción.
Posteriormente ha comenzado ha escribir la tetralogía de Las tres leyes del movimiento.
5. Rosa Montero.
A parte de su reconocido trabajo periodístico, como novelista se dio a conocer en 1979 con Crónica del
desamor, influida por su oficio y centrada en una mujer periodista.
En 1983 publica otra obra altamente realista: Te trataré como a una reina. En ella, hace una defensa de
la condición femenina e intenta plasmar su dura realidad.
Otra novela aplaudida ha sido La hija del caníbal (de intriga) y la Historia del rey transparente
(histórica-aventurera)
En 2011, la autora iniciará la llamada distopía realista, con la obra Lágrimas en la lluvia, con la que
remite al Madrid del futuro donde trabaja la detectiva Bruna Husky.
En La ridícula idea de no volver a verte, realiza una investigación sobre la figura de Marie Curie e
introduce el diario que escribió tras el reciente fallecimiento de su marido. Por ello es que aquí se
plasma la ruptura entre fronteras de géneros.
La carne (2016), está protagonizada por la sexageneria Soledad, probablemente la novela más libre y
personal de Montero, la cual nos habla del paso del tiempo, la muerte y la necesidad de amar.
6. Conclusión.
El fin de la dictadura franquista dio lugar al periodo más estable de la historia de nuestro país, lo que
permitió que por fin una ingente cantidad de autores pudiera publicar de forma ilimitada sin importar
sus ideologías políticas y el contenido de su obra. Como decíamos al principio, no resulta sencillo
establecer una dinámica común más allá de que se percibe la recuperación de la trama argumental, lo
cual es comprensible, pues tras años de silencio y restricciones es normal que ahora surjan tendencias
muy dispares, por no mencionar la influencia que ha tenido la proliferación del cine, además de que al
ser una literatura tan reciente, no contamos con una perspectiva adecuada para delimitar denominadores
comunes ni grupos muy concretos.
Romancero Gitano. Guía de lectura.
0. Introducción.
El Romancero gitano es un poemario publicado en 1928 en el que recogen dieciocho composiciones
escritas entre 1924 y 1927 donde se exalta la dignidad del marginado y sufridor pueblo gitano.
El libro pretende ilustrar el destino trágico del ser humano, elevando todas las historias al personaje de
la pena negra, escondida en todas y cada una de las páginas del libro.
Lorca canta a un pueblo marginado al que eleva a una categoría mítica colocándolo al nivel de los
grandes mitos de la antigüedad clásica.
1. Temas.
El tema central del libro es, sin duda, la pena y la muerte, aunque el poemario se va matizando en
relación con los siguientes contenidos:
a) El tema gitano y andaluz, que ya había aparecido en las corrientes romántica y modernista.
Se aprecia una corriente neoprimitivista del corte del “cante jondo” en el que al autor recrea el
estilo de vida gitano ambientado en su tierra natal.
El elemento gitano representa la fantasía, la aventura, la libertad y lo que está al margen la ley,
frente a un cruel destino del que no se puede escapar.
El propio poeta señaló que hay una mitificación del pueblo andaluz desde lo lunar a lo terrestre,
apareciendo gitanos, caballos, arcángeles, brisa judía, brisa romana, crímenes….
b) El amor frustrado.
El deseo siempre entra en conflicto con la realidad en ejemplificaciones tópicas como “la
casada infiel” o “el muerto de amor”
También, el componente erótico resulta inquietante, por ejemplo en el “Romance de la luna,
luna” la luna es una mujer-bailarina que acaba poseyendo mortalmente a un niño.
c) La violencia y la muerte.
Es muy recurrente en el libro, desde el primer poema, donde la muerte del niño gitano a causa
de la luna supone una batalla entre gitanos, hasta “Thamar y Anmón”, donde David decide
intentar ajusticiar a su hijo Anmón tras violar a su hermanastra.
Sin embargo, la cumbre de la violencia se encuentra en el “Romance de la Guardia Civil”,
donde unos tricornios arrasan con una violencia de nivel extremo un poblado gitano.
d) El dolor y la frustración.
Se aborda el conflicto entre las instituciones opresivas y el deseo de libertad del individuo,
derivando en la pérdida de identidad de las últimas.
Así lo vemos en el caso de Antoñito el Camborio, quien es arrestado por la Guardia Civil por
coger un limón para disfrutar de su belleza.
e) La pena negra o el destino trágico.
Son la esencia de la Andalucía profunda, de Córdoba a Granada. Todos los personajes viven al
margen de las convenciones y están abocados a la fatalidad.
La pena negra queda personificada por Soledad Montoya en el romance homónimo.
f) La denuncia social.
Aunque no se puede considerar un libro social como tal, sí que está muy presente, por ejemplo,
el antagonismo de los gitanos con la guardia civil y la opresión que realizan estos últimos.
También se denuncia la represión religiosa, la desigualdad social y, en el romance de “San
Rafael”, la marginalidad que produce la homosexualidad.
5. Conclusión.
La Fundación incorpora la experiencia carcelaria de su autor aunque no quepa hablar de autobiografía.
Incluso las reflexiones de Asel se entienden como reflejo de las vivencias del escritor.
El dramaturgo puso los medios para que su mensaje pudiera resultar válido y actual en cualquier
tiempo, con la lección permanente de relegar en el espectador la decisión de permanecer en la
fundación u optar por la verdad.
Guía de Crónica de una muerte anunciada.
0. Introducción.
Gabriel García Márquez (1928-2014) es considerado uno de los mejores autores contemporáneos, y
pese a que se desenvolvió en varios géneros, descuella primordialmente por su labor novelística.
Posiblemente, su novela más reputada es Crónica de una muerte anunciada (1981), un bestseller en la
época.
La historia se inspira en un suceso real acontecido en Sucre, donde residía la familia de García
Márquez en 1951.
La prensa dio eco al caso en su momento, aunque el autor esperaría casi 30 años para convertirlo en
novela, lo que le permitió añadir el destino posterior de sus personajes.
Honor.
Está bien presente el tema del honor, el cual afecta a toda una familia y solo se puede reparar con
sangre.
Además, el honor se relaciona con otros temas presentes en la obra, como el machismo, la
intolerancia o la violencia.
Cabe subrayar la contradicción entre la religiosidad extrema del pueblo y su deseo de venganza,
pues pese a la multitudinaria visita del obispo, acaba pesando más el deseo de los pueblerinos de ver
cómo mataban a Santiago Nasar.
Luego, el autor tiende a omitir detalles que serían trascendentales pero deja a la libre
imaginación del lector, como si Santiago llega a mantener contacto sexual con Ángela.
Al fin y al cabo, a lo largo de la trama se percibe cómo todos los miembros de la comunidad están
obligados a cumplir con el constructo social del honor, especialmente los hermanos Vicario.
Dado que es la religión católica la que exige que ha de respetarse la virginidad antes del matrimonio,
los hermanos tras el asesinato le entregan los cuchillos al padre Amador para decir que han cumplido su
deber, un vínculo religión-moral que se tiñe de ironía cuando el obispo que viene al pueblo ignora
todo lo que sus habitantes le tenían preparado.
Amor.
El amor es otro de los temas que recorre el libro, pues el autor decidió fundir los hechos reales de la
trama que vivió en una historia de pasión amorosa que aumenta con la distancia y el tiempo.
Lo curioso es que en un principio, cuando iba a ser el matrimonio de conveniencias, Ángela no sentía
absolutamente nada por Bayardo, pero sí que lo hará muchos años después al reencontrarse con él, que
vuelve con todas las cartas que ella le había escrito.
De esta suerte, Márquez termina reivindicando en la ficción el amor más allá de lo que la realidad
se empeñe en imponer.
Aun así, esta no es la única relación amorosa que se nos presenta en la obra, sino también el noviazgo
de Santiago con Flora Miguel, o de los hermanos Vicario con sus respectivas esposas.
Fatum.
El fatum o destino trágico se convierte en otro gran tema de la novela.
Todo lo envuelve una atmósfera de tragedia clásica y hay un coro multitudinarios que teconoce una
responsabilidad colectiva de lo ocurrido.
El hecho de que nadia avisara y protegiera a Nasar muestra las motivaciones humanas de moral
colectiva, irracionalidad, morbosidad y defensa a rajatabla del código de honor.
La acumlación inverosímil de sucesos fortuitos, odios y rencores convergen en el desenlace nefasto:
• El hecho de que el obispo finalmente no pare en el pueblo agiliza la puerte de Nasar.
• Plácida Linero cierra la puerta de la casa porque Divina Flor le dice que Santiago está dentro.
• Yamil Sahiun no lo avisa porque teme alarmarlo inútilmente.
• Otros vecinos no los avisan porque piensan que ya está muerto.
La novela termina por desprestigiar el mito de la fatalidad, demostrando que somos los únicos dueños
de nuestro destino, ya que no había en sí ninguna fuerza ciega que supusiera la concurrencia de todos
esos hechos.
El círculo en torno al cadáver de Nasar simboliza la sociedad cerrada y sin futuro alguno
corresponsable del asesinato.
5. Conclusión.
Esta obra es uno de los grandes éxitos de García Márquez. Inspirándose en una historia real, el autor
envuelve en un halo mítico un texto que se presenta como periodístico y termina en una gran tragedia.
La estructura circular contribuye a reforzar la idea implícita de que el hombre es incapaz de luchar
contra un destino absurdo, del mismo modo que la falta de lugar y tiempo concretos hace que gane
importancia lo simbólico de la obra.
Si bien el género de esta obra se acerca a las crónicas de prensas, los vínculos entre algunos personajes
con otros de sus otros libros y la muerte dramática de Santiago, elevada casi a la categoría de leyenda,
vuelve a este escrito algo totalmente literario.
Guía de El lector de Julio Verne.
0. Introducción.
El lector de Julio Verne fue publicada en el año 2012 y constituye la segunda entrega de la serie
Episodios de una guerra interminable, ambicioso proyecto de de la madrileña Almudena Grandes
(1960).
Con este ciclo, Grandes pretende reconstruir diferentes momentos de la posguerra, que se prolongó
varias decadas más allá de 1939 en un homenaje a Galdós y sus Episodios Nacionales.
Ambientada en un pueblo jienense, Fuensanta de Martos, la novela relata la historia de Nino junto con
el contexto de la posguerra.
Así, en la novela podemos distinguir tres planos: el discurso histórico a través de Tomán Villén Roldán
y su resistencia contra el franquismo; el discurso mítico sobre su leyenda; y el discurso literario al
aparecer mencionados varios libros de otros autores.
1. Temas de la novela.
Se pueden señalar dos grandes ejes en el libro, que son las terribles condiciones de vida de la posguerra
y el proceso formativo del protagonista, aunque profundizando, podemos discernir seis grandes temas.
1.2. La amistad.
Del tema anterior, se desprende la amistad entre el niño y Pepe el Portugués. Su admiración por él le
servirá para discernir entre lo bueno y lo malo.
También, se alza una figura femenina que lo acompaña en ese trayecto, la maestra Doña Elena.
A otro nivel, están sus amigos de la infancia, especialmente Paquito, quien sí será guardia civil.
1.5. La educación.
Tenemos el ejemplo antitético de dos modelos de educar y enseñar.
Uno es el oficial, representado por el maestro del pueblo don Eusebio, quien debido al franquismo debe
adaptar su docencia a las directrices del régimen, es por ello por lo que penaliza a Nino cada vez que
este muestra en sus exámenes su conocimiento de Historia aparendido a través de Galdós. El maestro
también había tenido un desencuentro con Elías el Regalito por una situación análoga, lo que obligó a
este último a echarse al monte con los maquis.
Por otra parte, está la maestra roja doña Elena, que en la clandestinidad, le enseña taquigrafía,
mecanografía y francés a Nino, gracias a lo cual este adquiere una formación privilegiada.
3. Tiempo y espacio.
3.1. El tiempo.
Tiempo histórico.
Se divide en dos bloques, el primero el grueso de la trama y que abarca tres años, 1947, 1948 y 1949.
Por otra parte, el segund bloque abarca el último capítulo, que es un epílogo que sucede tras una elipsis
de once años, que nos permite saber qué fue de los protagonistas.
3.2. El espacio.
Los hechos de los primeros tres capítulos trascurren en Fuensanta de Martos, pueblo jienense donde
viven los guardias civiles y sus familia (Casa Cuartel), las familias de los escapados, y simpatizantes de
los vencedores y de los vencidos (como Cuelloduro, que tiene una taberna en la que se canta la canción
subversiva “La vaca lechera”).
El otro enclave fundamental son los montes cercanos a la localidad, donde se haya la resistencia
antifranquista, que baja al pueblo a buscar comida y ver sus familias.
El nudo de separación entre ambos mundos es el Cruce, donde está el molino de Pepe el Portugués, el
cortijo de las Rubias y la humilde casa de doña Elena.
También aparecen otros lugares, como Almería, donde viaja Nino con su madre y sus hermanas, así
como Madrid, Oviedo o Toulousse.
La cuarta parte nos traslada a Granada, aunque apenas ser describe la ciudad.
Por último, cabe resaltar el carácter simbólico de los lugares, pues Fuensanta es un espacio metonímico
en el que pueden verse reflejados todos los pueblos de España reprimidos por la dictadura franquista.
5. Conclusión.
Con El lector de Julio Verne, Almudena Grandes arranca una serie que reconstruirá una época terrible
en la lucha contra la desmemoria colectiva, para lo cual toma importante influencia en Galdós.
Nino, el protagonista, vive en un mundo de impostura, donde ni las personas son siempre lo que
parecen porque el miedo las obliga a camuflarse para evitar castigos terroríficos. Algunas sí que logran
sacar la valentía para rebelarse, muchas veces con un fatal destino. La cosa es que, finalmente, el
protagonista, contra todo pronóstico, consigue percatarse de la realidad y acaba siendo quien quiere ser.