Vargas - La Música en La Prensa Española (1833-1874)
Vargas - La Música en La Prensa Española (1833-1874)
Vargas - La Música en La Prensa Española (1833-1874)
UNIVERSIDAD DE GRANADA
RESUMEN:
Esta tesis doctoral tiene por objeto estudiar la música en las publicaciones
periódicas españolas aparecidas entre 1833 y 1874. Para ello, se han establecido
diferentes tipologías de prensa desde el punto de vista musical: diarios de información
general, revistas culturales, revistas femeninas y prensa musical especializada. Así
mismo, se ha diseñado una metodología de trabajo para analizar y vaciar los contenidos
musicales de dichas fuentes mediante el uso de una base de datos informatizada. Para
ejemplificar la propuesta hemos aplicado este modelo de investigación a la prensa de
Granada y provincia de esos años, elaborando un catálogo de información musical que
asciende a 4.800 registros. Esta metodología de trabajo es, así mismo, permeable a
nuevas aportaciones y susceptible de aplicarse a otros contextos geográficos y
temporales diferentes al caso granadino.
3
ÍNDICE GENERAL
Agradecimientos ...................................................................................................... 5
INTRODUCCIÓN ......................................................................................................... 7
Descripción y justificación del tema de estudio ............................................... 9
Estructura e hipótesis ........................................................................................ 16
Estado de la cuestión ........................................................................................ 19
1. Fuentes para el estudio de la música en la prensa española (1833-1874) .......... 35
1.1. La música en la prensa de información general ........................................ 43
1.2. La música en las revistas culturales y de divulgación de conocimientos .. 195
1.3. La música en las revistas orientadas al «bello sexo» ................................. 259
1.4. Prensa musical especializada ..................................................................... 337
2. Metodología para el estudio de la música en la prensa española (1833-1874) ... 475
2.1. Localización de fuentes: archivos consultados .......................................... 479
2.2. Tratamiento y organización de la información (catalogación) .................. 486
2.3. Clasificación y análisis de contenidos musicales ...................................... 513
2.3.1. Por géneros literario-periodísticos ................................................... 519
2.3.2. Por temáticas o palabras-clave ......................................................... 655
3. La música en la prensa de Granada y provincia (1833-1874) ........................... 1003
3.1. Cultura, música y prensa en Granada ........................................................ 1011
3.2. Análisis de contenidos musicales de la prensa granadina ......................... 1045
3.2.1. La publicidad musical ...................................................................... 1054
3.2.2. Los suplementos de partituras ......................................................... 1083
CONCLUSIONES ......................................................................................................... 1091
Del mismo modo, me gustaría agradecer a otros especialistas que me han dado
útiles consejos e indicaciones sobre algún aspecto de mi investigación, entre ellos Luisa
Morales y Cristina Bordas por sus interesantes comentarios sobre comercio e
instrumentos musicales; Carlos José Gosálvez, por explicarme aspectos relacionados
con la edición musical de los suplementos de la prensa; Miriam Escudero, por compartir
conclusiones de su trabajo sobre la prensa cubana; Ricardo Miranda, por ofrecerme una
interesante visión de la música de salón del México decimonónico; y María Gembero,
por estimular mi interés en el estudio de la música en la prensa.
Otras personas con las que he compartido ideas relacionadas con la música y la
prensa del siglo XIX, que me han enriquecido enormemente, han sido Coral Morales
Villar, José Antonio Oliver García, Itziar Larrinaga Cuadra, Lorena López Cobas y M.ª
Ángeles Laguna.
También quiero agradecer su asistencia al personal de las hemerotecas, archivos
y bibliotecas a los que he acudido en busca de fuentes de prensa, entre ellos, el Museo-
Hemeroteca Casa de los Tiros de Granada, la Biblioteca Nacional de España, la
Hemeroteca Municipal de Madrid, la Hemeroteca Municipal de Sevilla, el Centro de
Documentación Musical de Andalucía, la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos y
la Hispanic Society of America. Así mismo, hago extensivo mi agradecimiento a los
responsables de RIPM, por invitarme a conocerlos en su sede de Baltimore a través de
la mediación de Esperanza Berrocal.
Así mismo, quiero dar las gracias a otras personas que me han ayudado en
aspectos técnicos del trabajo, como Esther González Alarcón, por traducir unos textos
en francés; además de a Ramón García y Ernesto Revilla por su asistencia informática.
La realización de esta tesis doctoral ha sido un proceso muy largo y casi
interminable para mí que he podido sobrellevar gracias al amor y apoyo de mi familia y,
en especial, al de mi pareja Antonio Gómez.
INTRODUCCIÓN
Esta tesis doctoral tiene por objeto estudiar la música en las publicaciones
periódicas españolas aparecidas entre 1833 y 1874. Para ello, se han analizado desde el
punto de vista musical diferentes tipologías de prensa, entre ellas, diarios de
información general, revistas culturales y femeninas, y publicaciones especializadas.
Así mismo, se ha diseñado una metodología de trabajo con dichas fuentes. Para
ejemplificar la propuesta hemos aplicado este modelo de investigación a la prensa de
Granada y provincia de esos años, siendo susceptible de adaptarse a otros ámbitos
geográficos y temporales.
Con respecto al marco espacial, nuestro análisis se centrará en el contexto
español, con especial incidencia en la prensa de Andalucía y Madrid, pero sin descuidar
otras áreas geográficas incluyendo también los casos canario y balear. Hemos de
aclarar, así mismo, que nuestro análisis no cubrirá la realidad del periodismo colonial
pues excedería los límites de nuestra tesis. A pesar de ello, conocemos las
investigaciones actuales sobre música en la prensa iberoamericana decimonónica de
diferentes países. Estos trabajos nos han ayudado también a enmarcar la investigación
pues abordan fenómenos nacidos de la misma matriz cultural e ideológica que el
periodismo español y, por ello, constituyen valiosas referencias metodológicas para
nuestro estudio.
Así mismo, justificamos los límites cronológicos comprendidos entre 1833 y
1874 por adecuarse a la temporalización del siglo XIX español adoptada por la
Historiografía del Periodismo y de la Musicología. Este periodo, que coincide con las
regencias de María Cristina y Espartero, el reinado de Isabel II y el Sexenio
Revolucionario, está jalonado de acontecimientos político-militares que marcaron la
vida de nuestro país en todas sus facetas, sin exceptuar los ámbitos de la cultura, la
prensa y la música. Tras la muerte de Fernando VII, se abre en España una etapa
10 María Belén Vargas Liñán
influida por la penetración del Romanticismo y las experiencias del periodismo francés
e inglés ideológica y técnicamente más avanzado, gracias al regreso de los exiliados
y a la adopción de medidas políticas más benévolas en materia de censura. Este hecho
conducirá al nacimiento en nuestro país de la prensa moderna, más madura y
evolucionada que la del primer tercio del siglo XIX, y que se irá desarrollando en las
décadas siguientes 1.
En el campo musical, el periodo estudiado corresponde a la época plenamente
romántica, caracterizado desde la década de 1830 por el auge del asociacionismo
cultural burgués y la actividad de los aficionados en los salones privados. La
restauración de la zarzuela y la apertura del teatro Real a mediados del siglo son otros
hitos esenciales del panorama musical español, junto con el inicio del movimiento coral
y la decadencia de la música religiosa −con ella, también la de la educación musical
tradicional−. Durante los años posteriores a 1860 irán adquiriendo peso la música de
cámara y sinfónica, y se hará efectiva la penetración de las obras de Wagner así como el
surgimiento del fenómeno del teatro de los bufos. En el campo ideológico −más que en
el de los hechos−, la vida musical de nuestro país en esas décadas se acompaña de una
profunda reflexión sobre la ópera y el nacionalismo musical español, que tendrá en la
prensa su principal aliada 2.
1
María Cruz SEOANE: Historia del periodismo en España: 2. El siglo XIX, Madrid: Alianza
Editorial, 1983; Antonio CHECA GODOY: Historia de la prensa andaluza, Sevilla: Fundación Blas
Infante, 1991.
2
Emilio CASARES RODICIO: «La música del siglo XIX español. Conceptos fundamentales»,
en CASARES RODICIO y Celsa ALONSO GONZÁLEZ, La música española en el siglo XIX, Oviedo:
Universidad de Oviedo, 1995, págs. 31-32.
3
Alfonso BRAOJOS GARRIDO: Prensa y «opinión pública» política en la Andalucía
contemporánea, Sevilla: Universidad de Sevilla, Alfar, 1991, pág. 24.
Introducción 11
prensa se representan los valores con los que se legitima una sociedad y una cultura,
pues en ella se registran hechos, ideas y valoraciones que proporcionan identidad a una
comunidad. De este modo, las publicaciones periódicas nos ofrecen vías para conocer la
realidad musical decimonónica, tanto en sus aspectos centrales −la música y los
músicos− como en otras cuestiones «periféricas» pero esenciales al hecho musical,
como la evolución del gusto y la recepción del repertorio por parte del público, las ideas
estéticas imperantes, la actividad editorial y comercial ligada a la música, los espacios y
ambientes musicales urbanos (en las capitales principales y en las ciudades y
poblaciones de provincias), o las polémicas musicales surgidas en esas décadas.
Por otra parte, desde su nacimiento, las publicaciones periódicas se convirtieron
en el medio más accesible a críticos y artistas para reflexionar, denunciar, informar,
educar y promocionar cuestiones relativas a la música en los tiempos que vivieron. Así,
tanto la prensa especializada como de amplio espectro cultural e, incluso, de
información general, se hacen eco de los debates suscitados dentro de las filas de
musicógrafos y periodistas musicales del siglo XIX. Estas discusiones giran en torno a
la defensa de la realidad musical española en asuntos como el nacimiento de la ópera
nacional, el surgimiento de la zarzuela restaurada, o la reivindicación al Gobierno por
una mejora de los establecimientos educativos y de la situación del músico.
En nuestro caso, gracias a las páginas de los periódicos y revistas granadinos
hemos podido recuperar buena parte de la historia musical de la ciudad a mediados del
XIX. La lectura de las publicaciones seriadas nos ha permitido reconstruir mentalmente
la atmósfera ochocentista de este centro y trasladarnos a los diferentes ambientes
musicales de aquella época. La prensa local nos informa, por ejemplo, sobre el
repertorio escuchado e interpretado en el Liceo granadino y otros círculos sociales, los
músicos –profesionales y diletantes– en activo, los espectáculos musicales más
demandados por la población, las polémicas suscitadas en torno a la actividad teatral de
los coliseos del Campillo e Isabel la Católica, el tipo de música que sonaba en las fiestas
del Corpus y otras celebraciones religiosas y populares, los bienes y servicios musicales
más consumidos por los aficionados y las características de la educación musical
recibida por los jóvenes de la burguesía –incluida la de la Escuela de Canto y
Declamación fundada por Ronconi−, entre otros aspectos.
12 María Belén Vargas Liñán
4
Josefa BALSELLS FERNÁNDEZ: «La hemeroteca como fuente para la investigación», Farua,
n.º 3 (2000), págs. 67-81.
Introducción 13
Aún con sus limitaciones e inconvenientes (el juicio muchas veces precipitado, la
inexactitud, la visión parcial o fragmentaria, la opinión selectiva del periodista...) las
publicaciones periódicas son hoy el venero más abundante y útil para el conocimiento de nuestra
vida musical, muy especialmente en los que concierne al siglo XIX [...] 5.
5
Jacinto TORRES MULAS: «Filarmonía y prensa musical», en Hemeroteca Municipal de
Madrid, 75 Aniversario, Madrid: Tercera Tenencia de Alcaldía, Cultura y Medio Ambiente,
Departamento de Archivos y Bibliotecas, D.L., 1995, pág. 165.
14 María Belén Vargas Liñán
[La prensa supone] esa presencia insustituible del punto de vista contemporáneo, del
eco real e inmediato que los hechos hallaban en la sociedad de su entorno y que, con frecuencia,
tendemos a ignorar o a menospreciar a cambio de una supuesta objetividad histórica 7.
Hasta el momento, las investigaciones musicológicas que trabajan con prensa del
siglo XIX se han planteado desde dos perspectivas: una, musical y, otra, hemerográfica.
En la primera, el objetivo de estudio es puramente musical (de tipo biográfico, histórico,
técnico, estético, etcétera) y en ella se hace uso de datos periodísticos como conducto de
información para documentar la investigación. En la segunda, se toma como referencia
una o varias publicaciones periódicas que son investigadas desde el punto de vista
musical (en su totalidad o en relación a un tema o autor concreto que aparezca o
participe en sus páginas). Todas estas iniciativas, sin embargo, resultan inconexas pues
han dado como resultado vaciados individuales de la prensa, con criterios dispares y sin
homogeneidad metodológica. En consecuencia, y a pesar del trabajo invertido, el
esfuerzo no se amortiza pues no hemos conseguido aún convertir la fuente
hemerográfica en una herramienta funcional, operativa y accesible para localizar
información musical.
6
TORRES: «La prensa periódica musical española en el siglo XIX: Bases para su estudio»,
Periodica Musica, vol. VIII (1990), pág. 1.
7
TORRES MULAS: «El Anfión Matritense, periódico filarmónico-poético», en Trabajos de la
Asociación Española de Bibliografía, vol. II, Madrid: Asociación Española de Bibliografía, 1998, pág.
423.
Introducción 15
ESTRUCTURA E HIPÓTESIS
ESTADO DE LA CUESTIÓN
− Fuentes y metodología:
Sólo desde hace treinta años –en los 80 del siglo pasado–, la prensa comienza a
ser considerada una fuente de valor historiográfico (una herramienta útil y
autosuficiente) para las ciencias sociales y, en general, para los historiadores de la época
contemporánea 8. Sin embargo, su utilización impone para el investigador unas
premisas: contrastar un periódico con otro, conocer su carácter y significación, sus
lectores, editores y propietarios, y sus tendencias ideológicas 9. Por otro lado, son muy
valiosas las aportaciones metodológicas que abordan la prensa de provincias, un ingente
arsenal de fuentes que muchas veces en minusvalorado a favor de los diarios de tirada
nacional 10.
8
Jesús TIMOTEO ÁLVAREZ: «Algunas puntualizaciones e hipótesis en torno a la
historiografía española especializada en prensa», en La prensa española durante el siglo XIX: I Jornadas
de especialistas en prensa regional y local celebradas en Almería en 1987, Granada: Instituto de Estudios
Almerienses, 1988, págs. 129-135.
9
Josefa BALSELLS FERNÁNDEZ: «La hemeroteca como fuente para la investigación», Farua,
n.º 3 (2000), págs. 67-81.
10
Jean François BOTREL: «La prensa en las provincias: propuestas metodológicas para su
estudio», Historia Contemporánea, n.º 8 (1992), págs. 193-214; Celso ALMUIÑA FERNÁNDEZ:
«Fondos y metodología para el análisis de la prensa local», en Fuentes y métodos de la historia local:
20 María Belén Vargas Liñán
− Géneros periodísticos:
No existen estudios que sistematicen los géneros de la prensa decimonónica
debido al momento tan temprano de su desarrollo en España –el periodismo no se
consideraba en el siglo XIX una disciplina como tal, sino una rama de la literatura−.
Sólo algunos tratados de retórica de la época abordan directamente los tipos de escritos
que aparecen en la prensa 11. A principios del siglo XX, aparecen manuales –como el de
Rafael Mainar− que arrojan luz sobre la prensa española en un momento de cambio 12.
En la actualidad, tampoco se ha adelantado mucho en este campo ya que el interés de
los especialistas se ha focalizado en el periodismo explicativo de la segunda mitad del
siglo XX y el de la nueva era digital del presente siglo. Sólo algunos pocos estudios,
como los de la profesora Marta Palenque, abordan los géneros periodísticos en el
contexto decimonónico 13. También el diccionario de periodismo de Martínez de Sousa
es muy útil a la hora de clarificar términos técnicos de la época estudiada, entre ellos
sobre tipos de escritos y secciones de las publicaciones periódicas 14. Debido al vacío de
publicaciones sobre contexto decimonónico, decidimos abordar los géneros
periodísticos de la prensa del siglo XX a través de diferentes artículos monográficos y
libros de referencia, y a partir de ellos analizar las semejanzas y diferencias con respecto
a los contenidos de la prensa del siglo XIX 15.
actas, Zamora: Diputación Provincial de Zamora, Instituto de Estudios Zamoranos «Florián de Ocampo»
(CSIC), Confederación Española de Centros de Estudios Locales, 1991, págs. 389-399.
11
Pedro MUÑOZ PEÑA: «Lección LVIII», en Elementos de retórica y poética ó Literatura
preceptiva, Valladolid: Imprenta y Librería Nacional y Extranjera de los H. de Rodríguez, 1892, págs.
355-359.
12
Rafael MAINAR: El arte del periodista, J. L. CEBRIÁN (prólogo), ed. facsímil, Barcelona:
Destino, 2005.
13
Marta PALENQUE SÁNCHEZ: «Entre periodismo y literatura: indefinición genérica y
modelos de escritura entre 1875 y 1900», en Luis Felipe DÍAZ LARIOS y Enrique MIRALLES (coords.),
Del Romanticismo al Realismo: Actas del I Coloquio de la Sociedad de Literatura Española del siglo
XIX, Barcelona: Universitat de Barcelona, 1998, págs. 195-204.
14
José MARTÍNEZ DE SOUSA: Diccionario de información, comunicación y periodismo, 2.ª
ed. act., Madrid: Paraninfo, 1992; Gonzalo MARTÍN VIVALDI: Géneros periodísticos: reportaje,
crónica, artículo (análisis diferencial), Madrid: Paraninfo, 1987.
15
El manual de referencia más actualizado que conocemos es el de Rafael YANES MESA:
Géneros periodísticos y géneros anexos: Una propuesta metodológica para el estudio de los textos
Introducción 21
publicados en prensa, Madrid: Fragua, 2004. Así mismo, hemos consultado numerosos artículos
dedicados a determinados géneros periodísticos (véase el apartado A.2 sobre «Géneros periodísticos» en
el listado de Fuentes secundarias).
16
María Cruz SEOANE: Historia del periodismo en España: 2. El siglo XIX, Madrid: Alianza
Editorial, 1983. Recientemente ha sido publicada una revisión actualizada de este clásico que analiza la
historia completa de la prensa española, en íd. y María Dolores SÁIZ: Cuatro siglos de periodismo en
España: de los «avisos» a los periódicos digitales, Madrid: Alianza, 2007.
17
Antonio CHECA GODOY: Historia de la prensa andaluza, Sevilla: Fundación Blas Infante,
1991.
18
CHECA GODOY: Historia de la prensa pedagógica en España, Sevilla: Universidad de
Sevilla, 2002; ÍD.: El ejercicio de la libertad. La prensa española en el Sexenio Revolucionario (1868-
1874), Madrid: Biblioteca Nueva, 2006.
19
José Antonio LLERA RUIZ: «Una historia abreviada de la prensa satírica en España: desde El
Duende Crítico de Madrid hasta Gedeón», Estudios sobre el Mensaje Periodístico, n.º 9 (2003), págs.
203-214; Juan Ignacio MARCUELLO BENEDICTO: «La libertad de imprenta y su marco legal en la
España liberal», Ayer, n.º 34 (1999), pags. 65-92.
22 María Belén Vargas Liñán
20
aportaciones de varios autores sobre las revistas ilustradas (con imágenes) . En el
campo de las publicaciones femeninas, destacamos la obra de Íñigo Sánchez Llama, que
hace un análisis profundo y acertado de la filosofía y usos que imperan en el mundo
21
femenino a través de las revistas dedicadas a mujeres . El mundo de la prensa en
relación con la mujer ha sido investigado en España desde los años 70 del siglo XX,
momento en que se realizan las primeras historias de la prensa femenina 22.
20
Jean François BOTREL, et al.: La prensa ilustrada en España. Las “Ilustraciones” 1850-
1920, Montpellier: Iris, Université Paul Valéry, 1996; Bernardo RIEGO: La construcción social de la
realidad a través de la fotografía y el grabado informativo en la España del siglo XIX, Santander:
Universidad de Cantabria, 2001.
21
Íñigo SÁNCHEZ LLAMA: Galería de escritoras isabelinas. La prensa periódica entre 1833 y
1895, Madrid: Cátedra, 2000.
22
Mercedes ROIG CASTELLANOS: La mujer y la prensa. Desde el siglo XVII a nuestros días,
Madrid: Impr. Tordesillas, 1977; ID.: La mujer en la historia a través de la prensa. Francia, Italia,
España (S. XVIII-XX), Madrid: Instituto de la mujer, 1982; Adolfo PERINAT y Mª Isabel, MARRADES:
Mujer, prensa y sociedad en España, 1800-1939, Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas, 1980;
Inmaculada JIMÉNEZ MORELL: La prensa femenina en España (desde sus orígenes a 1868), Madrid:
Ediciones de la Torre, 1992.
23
Francisco Javier GONZÁLEZ ANTÓN: «El primer periodismo granadino», en Revista de
archivos, bibliotecas y museos, tomo LXXXII, n.º 4 (octubre-diciembre 1979), págs. 707-725; íd.: «El
periodismo en Granada hasta la guerra de la Independencia», tesis doctoral dirigida por Octavio RUIZ
MANJÓN-CABEZA, Universidad de Granada, 1988.
Introducción 23
24
Independencia . En los años 80, el profesor Octavio Ruiz Manjón-Cabeza guió un
conjunto de trabajos sobre la prensa granadina del XIX, que dieron sus frutos en
diversas contribuciones a congresos 25. Dentro de este apartado no queremos olvidarnos
de dos tesinas inéditas dedicadas al periodo que nos ocupa, el reinado de Isabel II, cuyo
interesante contenido hubiera podido ser el germen de sendas publicaciones 26.
Por último, fuera de la capital únicamente hemos podido documentar el caso
27
motrileño , debido a que el desarrollo de la prensa en la provincia corresponde a un
periodo posterior a la época objeto de nuestro estudio.
24
Antonio GALLEGO BURÍN y Cristina VIÑES MILLET: Granada en la Guerra de la
Independencia. Los periódicos granadinos en la Guerra de la Independencia, Granada: Universidad de
Granada, 1990.
25
Francisco Javier GONZÁLEZ ANTÓN: «La evolución de la prensa granadina: de las gacetas
del XVIII al diario moderno», en Actas del III Coloquio sobre Historia de Andalucía: Historia
Contemporánea, vol. 3, Córdoba: Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Córdoba, 1985, págs. 255-258;
Purificación POMARES VILLANUEVA: «Panorama de la prensa granadina a través del catálogo de la
Hemeroteca “Casa de los Tiros”», en íbid., págs. 283-292; Juana MORAL LÓPEZ: «Panorama de la
prensa granadina a través del catálogo de la Hemeroteca de la Casa de los Tiros de Granada (1833-
1856)», en íbid., págs. 275-281; Octavio RUIZ MANJÓN: «La prensa granadina del siglo XIX: estado
actual de las investigaciones y objetivos para el futuro», en La prensa española durante el siglo XIX: I
Jornadas de especialistas en prensa regional y local celebradas en Almería en 1987, Granada: Instituto
de Estudios Almerienses, 1988, págs. 105-109. En esta línea se encuentra también la aportación de
Antonio CHECA GODOY: «La prensa en Granada durante el Sexenio Revolucionario, 1868-1874», en
Actas del I Congreso de Historia de Andalucía: Historia Contemporánea, vol. 1, Córdoba: Monte de
Piedad y Caja de Ahorros de Córdoba, 1978, págs. 481-492.
26
Juana MORAL LÓPEZ: «La prensa en Granada durante la primera parte del reinado de Isabel
II (1833-1854)», tesina de licenciatura dirigida por Octavio RUIZ MANJÓN-CABEZA (inédita),
Universidad de Granada, 1982; Francisco Javier GONZÁLEZ ANTÓN: «Aproximación al periodismo en
Granada durante el reinado de Isabel II (1844-1868)», tesina de licenciatura dirigida por Alfonso
GARCÍA RAMOS (inédita), Universidad de La Laguna, 1975.
27
Antonio CHECA GODOY: «Los antiguos periódicos de Motril: 126 años de historia de
periodismo local», El Faro, [s. n.] (10-10-1980), págs. 24-27; íd.: «Políticos y Periodistas: apuntes sobre
el poder en el Motril contemporáneo», Trocadero: Revista de historia moderna y contemporánea, n.º 5
(1993), págs. 335-352; José GARCÉS HERRERA: «El periodismo en Motril», Qalat: Revista de historia
y patrimonio de Motril y la costa de Granada, n.º 4 (2003), págs. 117-121.
24 María Belén Vargas Liñán
calle: una visión a través de la prensa en las ciudades de Murcia y Cartagena (1800-1875)», en Actas del
VI Congreso de la Sociedad Española de Musicología (Oviedo, 2004), Revista de Musicología, vol.
XXVIII, n.º 1 (2005), págs. 543-562; íd.: «La música teatral en Murcia a través de la prensa local (1800-
1851)», Revista de Musicología, vol. XXX, n.º 2 (2007), págs. 451-478.
35
Desde la Universidad de Sevilla, se llevó a cabo una investigación coordinada por la profesora
M.ª Isabel Osuna Lucena con el título Vaciado de las noticias musicales aparecidas en la prensa
sevillana desde 1850 hasta 1936, premiada en 1990 y en 1994 por la Consejería de Cultura de la Junta de
Andalucía a través del Centro de Documentación Musical de Andalucía. Véase María Isabel OSUNA
LUCENA: «La música en Sevilla durante 1850-1860», Laboratorio de Arte, n.º 10 (1997), págs. 505-520.
36
Ruth RIVERA MARTÍNEZ: «El hecho escénico a través de la prensa en el Valladolid del
cambio de siglo (XIX-XX): una propuesta metodológica», en Música y Prensa, Jornadas Internacionales
(Universidad de Granada, 2011).
37
Begoña GIMENO ARLANZÓN: Las publicaciones periódicas musicales zaragozanas en la
España de la Restauración (1883-1924): un estudio de la sociedad, cultura y actualidad artística locales,
tesis doctoral dirigida por Antonio EZQUERRO ESTEBAN y Esperanza VELASCO DE LA PEÑA,
Zaragoza: Universidad de Zaragoza, 2010.
38
María Belén VARGAS LIÑÁN: «La música en “El Álbum Granadino”: un periódico
intelectual de mediados del siglo XIX», en Actas del VI Congreso de la Sociedad Española de
Musicología (Oviedo, 2004), Revista de Musicología, vol. XXVIII, n.º 1 (2005), págs. 426-442. Francisco
J. GIMÉNEZ RODRÍGUEZ: Música española en el cambio de siglo: Granada y la revista «La
Alhambra» (1884-1924) (trabajo inédito). M.ª Ángeles LAGUNA MARTÍNEZ: «La vida musical
granadina a través de El Defensor de Granada: Enero a junio de 1885 », Trabajo Fin de Máster en
Patrimonio Musical, dirigido por María Belén VARGAS LIÑÁN y Francisco J. GIMÉNEZ
RODRÍGUEZ, Universidad de Granada, 2012.
39
Consuelo PÉREZ COLODRERO: «La vida musical de Andújar a través de la prensa
periódica: El Guadalquivir (1907-1917)», en III Congreso Internacional de Patrimonio Musical de
Andalucía y su proyección exterior (La Zubia-Granada, 2007).
40
Ignacio SUSTAETA LLOMBART: «La música en las fuentes hemerográficas del XVIII
español. Referencias musicales en la “Gaceta de Madrid” y artículos de música en los papeles periódicos
madrileños», tesis doctoral dirigida por Emilio CASARES RODICIO, Universidad Complutense de
Madrid, 1993.
41
Antonio MARTÍN MORENO: «Música y prensa en España en el siglo XVIII: El Diario
Curioso, Erudito, Económico y Comercial de Madrid (1786-1788)», en Música y Prensa, Jornadas
26 María Belén Vargas Liñán
Internacionales (Universidad de Granada, 2011). Yolanda ACKER (ed. lit.): Música y danza en el Diario
de Madrid (1758-1808): noticias, avisos y artículos, Madrid: Ministerio de Cultura, Centro de
Documentación de Musica y Danza, 2007.
42
Zoila LAPIQUE BECALI: Música colonial cubana en las publicaciones periódicas (1812-
1902), vol. I, La Habana: Letras Cubanas, 1979.
43
Silvina Luz MANSILLA: «Música y prensa periódica en la Argentina», Espacios de Crítica y
Producción, n.º 41 (agosto 2009), págs. 51-56.
44
Isabel PORTO NOGUEIRA y Luiz Guilherme DURO GOLDBERG: «Música de papel: os
papéis da música de concerto na sociedade ao sul do Brasil a través dos relatos periodísticos», en VII
Congreso de la Sociedad Española de Musicología (Cáceres, 2008). Patricia PEREIRA PORTO: «A
memória do Conservatório na imprensa: Análise dos artigos e críticas musicais referentes ao
Conservatório de Música de Pelotas no período de 1918 a 1923», disertación orientada por Isabel PORTO
NOGUEIRA, Universidade Federal de Pelotas (Brasil), 2009.
45
Mario MILANCA GUZMÁN: «La música en el periódico chileno “El Ferrocarril” (1855-
1865)», Revista Musical Chilena, vol. 54, n.º 193 (enero 2000), págs. 17-44.
46
Ellie Anne DUQUE: La música en las publicaciones periódicas colombianas del siglo XIX
(1848-1860), Santafé de Bogotá: Fundación de Música, 1998, 2 vols.
47
Josefina N. GONZÁLEZ: «Habana 1800: su pequeño mundo musical. Crónicas de “El
Regañón de la Habana”», Revista de Música, año 2, n.º 1 (1961), págs. 36-45; íd.: «La música en “El
nuevo Regañón de La Habana”», ibíd., año 2, n.º 2 (1961), págs. 86-111. Zoila LAPIQUE BECALI: «Un
periódico musical en Cuba: “El filarmónico mensual”», ibíd., año 2, n.º ? (1961), págs. 206-227. Miriam
ESCUDERO SUASTEGUI: «La música en el Papel Periódico de la Havana, 1790-1805», en Música y
Prensa, Jornadas Internacionales (Universidad de Granada, 2011).
48
Pablo GUERRERO GUTIERREZ: Noticias musicales. La música en Quito y el Teatro Sucre
en un periódico del siglo XIX, Quito: Corporación Musicológica Ecuatoriano CONMUSICA, Archivo
Sonoro de la Música Ecuatoriana, 2005.
49
Elías José PALTI: «La Sociedad Filarmónica del Pito: ópera, prensa y política en la República
restaurada (México, 1867-1976)», Historia Mexicana, vol. LII, n.º 4 (2003), págs. 941-978.
50
Hugo QUINTANA: «La música en la Caracas del siglo XIX y comienzos del siglo XX vista a
través de las páginas de “El Cojo Ilustrado”», en José PEÑÍN (coord.), Música Iberoamericana de Salón:
Introducción 27
Actas del Congreso Iberoamericano de Musicología (Caracas, 1998), vol. II, Caracas: Fundación Vicente
Emilio Sojo, 2000, págs. 445-491.
51
Eugenio COBO: «El folclore en la prensa romántica», Revista de Dialectología y Tradiciones
Populares, tomo LII, n.º 1 (1997), págs. 289-295. José GELARDO NAVARRO: El flamenco, otra
cultura, otra estética: testimonios de la prensa murciana del siglo XIX, Murcia: Región de Murcia,
Consejería de Educación y Cultura; Sevilla: Portada Editorial, 2003. José Luis ORTIZ NUEVO: ¿Se sabe
algo? Viaje al conocimiento del arte flamenco en la prensa sevillana del XIX, Sevilla: El Carro de la
nieve, 1990.
52
Ramón SOBRINO: «La prensa como fuente de información para la música sinfónica en la
España del siglo XIX», en Música y Prensa, Jornadas Internacionales (Universidad de Granada, 2011).
53
Ellie Anne DUQUE: «La música en Bogotá a mediados del siglo XIX y el repertorio de salón
aparecido en las publicaciones periódicas granadinas», en José PEÑÍN (coord.), Música Iberoamericana
de Salón: Actas del Congreso Iberoamericano de Musicología (Caracas, 1998), vol. II, Caracas:
Fundación Vicente Emilio Sojo, 2000, págs. 527-556. Hugo QUINTANA: «La música de salón de
Colombia y Venezuela, vista a través de las publicaciones periódicas de la segunda mitad del siglo XIX y
las primeras décadas del siglo XX. A propósito de un ejercicio de historia musical comparada», en Albert
RECASENS BARBERÁ y Chirstian SPENCER ESPINOSA (coords.), A tres bandas: mestizaje,
sincretismo e hibridación en el espacio sonoro iberoamericano, España: SEACEX, Akal, 2010, págs. 91-
99.
54
José PEÑÍN: «La vida de la zarzuela en la prensa venezolana», en Actas del Congreso
Internacional La Zarzuela en España e Hispanoamérica. Centro y periferia, 1800-1950 (Madrid, 1995),
Cuadernos de Música Iberoamericana, n.º 2-3 (1996-1997), págs. 487-513. Ángel SUÁREZ MUÑOZ y
Sergio SUÁREZ RAMÍREZ: «Teatro, parateatro y prensa en el Badajoz del siglo XIX», Revista de
Estudios Extremeños, vol. 57, n.º 2 (2001), págs. 755-801.
55
Mario MILANCA GUZMÁN: «Reynaldo Hahn y Teresa Carreño en El Cojo Ilustrado», Inter
American Music Review, vol. 11, n.º 2 (1991), págs. 75-83. Fidel RODRÍGUEZ: «Los compositores
venezolanos y sus obras en la “Lira Venezolana” y “El Zancudo” (1880-1883)», en José PEÑÍN (coord.),
Música Iberoamericana de Salón: Actas del Congreso Iberoamericano de Musicología (Caracas, 1998),
vol. I, Caracas: Fundación Vicente Emilio Sojo, 2000, págs. 279-319.
56
María Belén VARGAS LIÑÁN: «La música en la prensa femenina de México: “La Semana de
las Señoritas Mexicanas” (1850-1852)», en María GEMBERO USTÁRROZ y Emilio ROS-FABREGAS
28 María Belén Vargas Liñán
− Prensa especializada:
Jacinto Torres Mulas ha sido el especialista pionero en abordar el estudio de la
prensa musical de forma sistemática, a través de una serie de trabajos en los que analiza
los factores de su surgimiento, rasgos principales y evolución, aportando además un
catálogo de títulos aparecidos entre 1812 y 1990 59. Una vez trazado el camino, a partir
de ahí se han publicado algunos artículos que describen el contenido de importantes
60
publicaciones especializadas del XIX, como La Iberia Musical y Literaria , Gaceta
(coords. y eds.), Granada: Universidad de Granada, 2007, págs. 455-486; íd.: «La música en la prensa
femenina andaluza del siglo XIX a través de La Moda de Cádiz», en Francisco J. GIMÉNEZ
RODRÍGUEZ, etc. (eds.), El patrimonio musical de Andalucía y sus relaciones con el contexto ibérico,
Granada: Universidad de Granada, Junta de Andalucía, 2008, págs. 345-364.
57
María Belén VARGAS LIÑÁN: «El comercio en torno a la música de tecla en Granada a
través de la prensa (1833-1874)», en Luisa MORALES y Walter CLARK (eds.), Antes de Iberia: de
Masarnau a Albéniz / Pre-Iberia: from Masarnau to Albéniz, Garrucha (Almería): Asociación Cultural
LEAL, 2009, págs. 67-121.
58
María Belén VARGAS LIÑÁN: «El suplemento musical en las revistas culturales y femeninas
españolas (1833-1874)», en Begoña LOLO y José Carlos GOSÁLVEZ (eds.), Imprenta y edición musical
en España (ss. XVIII-XX), Madrid: Ministerio de Economía y Competitividad, Universidad Autónoma de
Madrid, 2012, págs. 463-476. Francisco J. GIMÉNEZ RODRÍGUEZ: «Partituras musicales en
publicaciones periódicas españolas del cambio de siglo XIX al XX», en ibíd., págs. 527-550.
59
Jacinto TORRES MULAS: Las publicaciones periódicas musicales en España (1812-1990).
Estudio crítico-bibliográfico. Repertorio general, Madrid: Universidad Complutense, 1991; íd.: «Fuentes
para la historiografía musical española del siglo XIX: más de un centenar y medio de revistas musicales
españolas», en La música en la España del siglo XIX (actas del III Congreso Nacional de Musicología,
Granada, 1990), Revista de Musicología, vol. XIV, n.º 1-2 (1991), págs. 33-50; íd.: «El trasfondo social
de la prensa musical española en el siglo XIX», ibíd., vol. XVI, n.º 3 (1993), págs. 1.679-1.700; íd.:
«Filarmonía y prensa musical», en Hemeroteca Municipal de Madrid, 75 Aniversario, Madrid: Tercera
Tenencia de Alcaldía, Cultura y Medio Ambiente, Departamento de Archivos y Bibliotecas, D.L., 1995,
págs. 165-167; íd.: «El Anfión Matritense, periódico filarmónico-poético», en Trabajos de la Asociación
Española de Bibliografía, vol. II, Madrid: Asociación Española de Bibliografía, 1998, págs. 421-458; íd.:
«Economía y poder en las publicaciones periódicas musicales. Una revisión tipológica», Nassarre, vol.
XIV, n.º 2 (1998), págs. 9-38; íd.: «Periódicos musicales: España», en Diccionario de la música española
e hispanoamericana, vol. 8, Madrid: Sociedad General de Autores y Editores, 2001, págs. 692-716.
60
Gloria Araceli RODRÍGUEZ LORENZO: «Joaquín Espín y Guillén (1812-1882): una vida en
torno a la ópera española», Cuadernos de Música Iberoamericana, n.º 12 (2006), págs. 63-87, en el que
aborda ampliamente la línea editorial de la revista madrileña La Iberia Musical y su continuadora La
Iberia Musical y Literaria.
Introducción 29
61 62
Musical de Madrid , y El Correo Musical de Zaragoza . Estas contribuciones son
muy valiosas, pero queremos recalcar la necesidad de acometer una futura monografía
sobre la historia de la prensa musical en España.
A nivel metodológico también son escasos los estudios que abordan de forma
interdisciplinar la Musicología y el Periodismo del siglo XIX. A este respecto, hemos de
mencionar un temprano estudio de Ramón Sobrino, en el que describe el vaciado y
elaboración de bases de datos, a partir de revistas musicales analizadas por su grupo de
63
trabajo de la Universidad de Oviedo . Así mismo destacamos la investigación inédita
de Francisco J. Giménez Rodríguez, sobre la música en la revista granadina La
Alhambra (1884-1885, 1898-1924) 64.
61
María de los Ángeles PIDAL FERNÁNDEZ: «Breve reflexión sobre la “Gaceta Musical de
Madrid”, un modelo de crítica musical en el siglo XIX», en Xosé AVIÑOA (ed.): Miscel·lània Oriol
Martorell, [Barcelona:] Universitat de Barcelona, 1998, págs. 359-378.
62
Begoña GIMENO ARLANZÓN: «Sociedad, cultura y actualidad artística en la España de
fines del siglo XIX a través de las publicaciones periódicas musicales: Zaragoza y la revista “El Correo
Musical”, 1888», Anuario Musical, n.º 60 (2005), págs. 169-215 y n.º 61 (2006), págs. 211-262.
63
Ramón SOBRINO SÁNCHEZ: «Un estudio de la prensa musical española en el siglo XIX:
vaciado científico e índices informáticos de la prensa musical española», Revista de Musicología, vol.
16/III, n.º 6 (1993), págs. 3.510-3.518.
64
GIMÉNEZ RODRÍGUEZ: Música española en el cambio de siglo: Granada y la revista «La
Alhambra», op. cit.
65
Ignacio HENARES y Lola CAPARRÓS (eds.): La crítica de arte en España (1830-1936),
Granada: Universidad de Granada, 2008; Esperanza NAVARRETE MARTÍNEZ: «La crítica de arte en la
prensa madrileña de la época isabelina», en La pintura de la época isabelina en la prensa madrileña,
Madrid: Fundación Universitaria Española, 1986, págs. 5-39.
66
Emilio CASARES RODICIO: «La crítica musical en el XIX español. Panorama general», en
Emilio CASARES RODICIO y Celsa ALONSO GONZÁLEZ: La música española en el siglo XIX,
Oviedo: Universidad de Oviedo, 1995, págs. 463-491; Emilio CASARES RODICIO: «Crítica musical»,
en Diccionario de la música española e hispanoamericana, vol. 4, Madrid: Sociedad General de Autores
30 María Belén Vargas Liñán
y Editores, 1999, págs. 168-186. Asimismo, los propios periodistas del XIX reflexionaron sobre el
ejercicio de la crítica musical. Véanse: José INZENGA: «De la crítica musical», Gaceta Musical de
Madrid, año I, n.º 2 (11-2-1855), págs. 9-11; V. J. BASTUS: «De la crítica artística teatral», Revista
Musical Española, año ?, n.º 77 (15-11-1858), págs. 2-4; Emilio DUROC: «De la libertad de la crítica
bajo el punto de vista musical», La Gaceta Musical Barcelonesa, año IV, n.º 150 (4-12-1864), págs. 1-2;
Vicente CUENCA: «La crítica y la música», El Artista, año I, n.º 3 (22-6-1866), págs. 1-2; José
PARADA Y BARRETO: «De la crítica y literatura musical», Revista y Gaceta Musical, año I, n.º 19 (12-
5-1867), págs. 93-94.
67
Manuel OSSORIO Y BERNARD: Ensayo de un catálogo de periodistas españoles del siglo
XIX, Madrid: Imp. y Lit. de J. Palacios, 1903. Emilio CASARES RODICIO (dir.): Diccionario de la
música española e hispanoamericana, 10 vols., Madrid: SGAE, 1999-2002.
68
Joaquín GRAU MARTÍNEZ: «Pedro Antonio de Alarcón, periodista», Gaceta de la Prensa
Española, n.º 114 (1958), págs. 3-51.
69
María Encina CORTIZO RODRIGUEZ: Emilio Arrieta: de la ópera a la zarzuela, Madrid:
ICCMU, 1998.
70
Jesús RUBIO JIMÉNEZ: «Las ideas teatrales de Gustavo Adolfo Bécquer», en Estrenado con
gran aplauso: teatro español, 1844-1936, Madrid: Iberoamericana Editorial, 2008, págs. 175-206.
71
José, PÉREZ VIDAL: Galdós, crítico musical. Madrid: Patronato de la Casa de Colón, 1956.
72
RODRÍGUEZ LORENZO: «Joaquín Espín y Guillén (1812-1882)...», Cuadernos de Música
Iberoamericana, op. cit.
73
Julio NOMBELA Y TABARES: Impresiones y recuerdos. Madrid: Temas, 1976.
74
Francisco J. GIMÉNEZ RODRÍGUEZ: «Felip Pedrell en la revista La Alhambra (1902-
1922)», Recerca Musicològica, n.º 16 (2006), págs. 117-148. Begoña LOLO: «La aportación de Felip
Pedrell a la crítica musical en la prensa diaria», Recerca Musicològica, n.º XI-XII (1991-1992), págs.
345-356.
75
Luis G. IBERNI: «La crítica periodística madrileña fin de siglo: Peña y Goñi», en Ramón
BARCE (coord.), Actualidad y futuro de la zarzuela: actas de las jornadas celebradas en Madrid del 6 al
9 de noviembre de 1991, Madrid: Editorial Alpuerto, 1994, págs. 201-213; íd.: «Introducción», en
Antonio PEÑA Y GOÑI, La ópera española y la música dramática en España en el siglo XIX. Apuntes
históricos, ed. facsímil, Madrid: ICCMU, 2004, págs. VII-XIX.
Introducción 31
76
José Antonio LACÁRCEL FERNÁNDEZ: «La faceta periodística de Mariano Soriano Fuertes
y Piqueras», en II Congreso Internacional Patrimonio Musical de Andalucía (La Zubia-Granada, 2006).
77
Antonio MARTÍN MORENO: «Francisco de Paula Valladar y Serrano y la música en
Granada», en VIÑES MILLET, Cristina et al.: Los sueños de un romántico: Francisco de P. Valladar
Serrano, 1852-1924, Granada: Caja Granada; Sevilla: Junta de Andalucía, 2004, págs. 69-90.
78
Véase el apartado «Listados de fuentes» de esta Tesis doctoral.
79
Carlos DORADO FERNÁNDEZ (dir.): Publicaciones periódicas del siglo XIX. España:
Andalucía, Madrid: Hemeroteca Municipal de Madrid, 2001; Alfonso BRAOJOS GARRIDO: «La prensa
de Andalucía Oriental en la Hemeroteca Municipal de Madrid», en Actas del III Coloquio sobre Historia
de Andalucía: Historia Contemporánea, vol. 3, Córdoba: Monte de Piedad y Caja de Ahorros de
Córdoba, 1985, págs. 237-244.
80
Antonio MANJÓN-CABEZA SÁNCHEZ: Guía de la prensa de Granada y Provincia (1706-
1989), Granada: Hemeroteca del Museo de la Casa de los Tiros, 1995, 2 vols.
81
Eduardo MOLINA FAJARDO: Historia de los periódicos granadinos (siglos XVIII y XIX),
Granada: Excma. Diputación Provincial, 1979.
32 María Belén Vargas Liñán
finales del ochocientos por parte de algunos intelectuales como Elías Pelayo Gomis 82 y
Francisco de Paula Valladar 83, a raíz de una exposición bibliográfica organizada por la
Sociedad Económica de Amigos del País de Granada en 1888, que contó con una
sección de publicaciones periódicas.
82
Elías PELAYO GOMIS: «Apuntes sobre el periodismo en Granada», Boletín del Centro
Artístico, año III, n.º 34 (16-2-1888), págs. 77-79 y n.º 35 (1-3-1888), págs. 93-96; íd.: «La exposición
bibliográfica de la Real Sociedad Económica de Amigos del País: IV. Los periódicos», ibíd., año III, n.º
47 (1-9-1888), págs. 197-203.
83
Francisco de Paula VALLADAR SERRANO: «Periódicos y periodistas granadinos», Boletín
del Centro Artístico, año III, n.º 40 (16-5-1888), págs. 140-142.
84
Robert COHEN: «Le Repertoire International de la Presse Musicale», Acta Musicologica, vol.
59, fasc. 3 (septiembre-diciembre 1987), págs. 308-324.
85
Esperanza BERROCAL: “La Música Ilustrada Hispano-Americana”, 1898-1902, Ann Arbor
(Michigan): UMI, University of Maryland, 1997; ÍD: “La Zarzuela”, 1856-1857, Baltimore (Maryland):
NISC, University of Maryland, 2000; ÍD: “La España Artística”, 1857-1858, Baltimore (Maryland):
NISC, University of Maryland, 2000; ÍD: “Revista y Gaceta Musical”, 1867-1868, Baltimore
Introducción 33
(Maryland): NISC, University of Maryland, 2001; ÍD: “Gaceta Musical Barcelonesa”, 1861-1865,
Baltimore (Maryland): NISC, University of Maryland, 2003, 2 vols.
86
Entre los títulos que se han catalogando citamos a: La Iberia Musical (1842), El Anfión
Matritense (1843) y Música. Álbum-Revista Musical (1917). Algunos artículos explicativos de este
proyecto son los de Francisco J. GIMÉNEZ RODRÍGUEZ: «Revistas Musicales: un proyecto de
reconstrucción del Patrimonio Musical de Andalucía (1800-1950)», en II Congreso Internacional
Patrimonio Musical de Andalucía, La Zubia-Granada, 2006; íd.: «Música. Álbum-revista musical
(1917)»; Esperana BERROCAL: «El repertorio internacional de la prensa musical: publicaciones
españolas e hispanoamericanas»; José Antonio OLIVER GARCÍA: «El Orfeo Andaluz. Revista Musical
(1842-1843); Juan de Dios RODRÍGUEZ BAILÓN: «El Anfión Matritense (1843), periódico
filarmónico-poético de la Asociación Musical», todos ellos en III Congreso Internacional de Patrimonio
Musical de Andalucía y su proyección exterior (La Zubia-Granada, 2007).
87
Lamberto del ÁLAMO, Isaac LAHOZA e Isabel LAHOZA: «Música y prensa diaria.
Creación de una hemeroteca musical informatizada», Eufonía. Didáctica de la Música, n.º 21 (enero
2001), págs. 107-115.
34 María Belén Vargas Liñán
88
Véase el apartado «Listados de fuentes» de esta Tesis doctoral.
1. fuentes para el estudio
de la música en la prensa española (1833-1874)
1
Véase el apartado 1.1. La música en la prensa de información general.
38 María Belén Vargas Liñán
Mientras que los semanarios están concebidos como un libro: de tamaño más pequeño que los
periódicos, con el texto a una o dos columnas sólo, y con un aspecto más cuidado −muchos
introducen motivos decorativos e ilustraciones− por estar pensados para coleccionarse y
encuadernarse conjuntamente.
Es requisito de las publicaciones periódicas del siglo XIX cumplir los objetivos de
informar, educar y entretener. En concreto, la finalidad de instruir a los lectores es una clara
herencia de la prensa ilustrada, eminentemente pedagógica, que aún mantiene con mucha
fuerza. Este rasgo, sin embargo, irá desapareciendo con el periodismo noticiero a finales de la
centuria, momento en que el centro de interés se traslada hacia lo informativo, publicitario y
recreativo.
El fenómeno de la prensa española en el siglo XIX está condicionado por una serie de
factores. En primer lugar, la inestabilidad política, causante de los frecuentes cambios en la
legislación sobre libertad de imprenta y de la omnipresencia de los periódicos de partido.
También, la precariedad de las comunicaciones influye en la mala distribución de los
ejemplares −con las consiguientes quejas de los suscriptores− y en el escaso desarrollo de la
prensa provincial y comarcal; esta situación tiende a mejorarse mediado el siglo, cuando
comienza a implantarse la red ferroviaria y telegráfica. Otro factor importante es la
polarización geográfica de la población española, que presenta un amplio contraste entre las
zonas rurales y la Corte. Este hecho incide en la existencia de una potente prensa madrileña
frente a la del resto del territorio español, a pesar de lo cual hemos de destacar el dinamismo
del periodismo andaluz y del litoral mediterráneo, en el que despuntan las publicaciones
barcelonesas a partir de la década de 1860 2. Por último, consideramos el analfabetismo como
una causa fundamental para entender las exiguas tiradas de los periódicos hasta finales del
siglo; a pesar de ello, la difusión del contenido periodístico era posible entre las clases
populares gracias a las lecturas colectivas en la calle o en cafés, y al acceso de la servidumbre
empleada en casas de la burguesía y aristocracia a publicaciones de carácter elitista (prensa
femenina y revistas ilustradas) 3.
Hasta el último tercio del siglo XIX, la figura del periodista español no es la de un
profesional del medio. Por el contrario, los responsables y escritores de la prensa suelen
2
En 1857, la mitad de los periódicos se publicaban en Madrid y la otra mitad en el resto de provincias,
con una importante representación de la prensa catalana. Véase José de CASTRO Y SERRANO: «Revista de la
prensa española: I-II», La América: Crónica Hispano-Americana, año I, n.º 15 (8-10-1857), págs. 11-12.
3
María Cruz SEOANE: Historia del periodismo en España: 2. El siglo XIX, Madrid: Alianza Editorial,
1983, págs. 14-15.
1. Fuentes para el estudio de la música en la prensa española 39
responder a dos tipos de perfiles: el de una persona que utiliza el periodismo como un
trampolín para escalar puestos en la política 4, o el de un erudito −profesional liberal o
funcionario− que en su tiempo libre emprende la fundación de un periódico o revista para
transmitir sus inquietudes intelectuales o defender los intereses de su ciudad 5. Resulta
habitual, tanto en Madrid como en provincias, el nacimiento de proyectos periodísticos por
parte de jóvenes escritores que no suelen durar más de un par de años, a pesar del entusiasmo
inicial con el que fueron concebidos, debido a la falta de solidez económica y de oficio. El
carácter aficionado de los periodistas del momento se advierte claramente en escritos técnicos
que exigen una formación profesional especializada. Es el caso de la crítica artística y
musical de la prensa de la época, cuyo contenido dista de mantener unos mínimos de calidad
la mayoría de las veces ya que no existe aún esa nueva categoría de escritor, el crítico
musical, que aparecerá a partir de los años 60 y 70 del siglo XIX. Hasta la fecha, se encargan
de hacerla literatos y autores dramáticos con amplia cultura artística y teatral, pero sin
experiencia ni conocimientos propiamente musicales.
4
En las Cortes Constitucionales de 1869 se sientan 61 diputados periodistas que suponen el 20% de los
parlamentarios, algunos de los cuales serán ministros y jefes de gobierno (como Sagasta, Pi y Margall, Castelar
y Nicolás Salmerón, entre otros). Véase Antonio CHECA GODOY: El ejercicio de la libertad. La prensa
española en el Sexenio Revolucionario (1868-1874), Madrid: Biblioteca Nueva, 2006, pág. 29.
5
En el contexto del periodismo español, no suele aplicarse el término «periodista» para designar a
quien escribe y colabora en un medio de prensa hasta la década de 1860. Antes de esa fecha se emplea más el
calificativo «publicista», en el sentido de persona que hace pública la información a través de la prensa (no
confundirlo con el de un comercial que ejerce la publicidad o que se dedica a vender un producto).
40 María Belén Vargas Liñán
ausencia de contenidos sobre música. Por el contrario, nos han interesado las publicaciones
de orientación pedagógica, religiosa, teatral, de bellas artes y de modas, por contener
información musical en ellas (éstas últimas las describimos dentro del grupo de revistas
culturales).
Desde el inicio queremos diferenciar con claridad dos expresiones que, por error, a
veces se utilizan indistintamente: «prensa musical» y «música en la prensa». En estudios
recientes consultados, hemos observado el uso incorrecto del término «prensa musical» para
referirse a la música en cualquier tipo de publicación periódica (sea ésta de ámbito general,
cultural o especializado); la expresión adecuada en este caso sería «música en la prensa». Por
su parte, «prensa musical» es sencillamente cualquier publicación seriada especializada en la
temática musical.
Nuestro estudio aborda precisamente la música en todas las tipologías de prensa. La
prensa musical es una de las categorías tratadas, pero −sin ánimo de restarle importancia−
pretendemos ahondar en los contenidos musicales de la prensa no especializada del XIX.
¿Por qué estudiar la música en la prensa no musical? Porque la prensa no especializada es la
que llega a la mayor parte de los lectores y, por tanto, tiene más repercusión en la sociedad de
la época. Porque una buena parte se publica fuera de Madrid, siendo más representativa del
panorama nacional. Porque profundiza en aspectos sociológicos de la realidad musical del
XIX que no trascienden tanto en la prensa especializada (por ejemplo, da cuenta del gusto y
las reacciones del público, la oferta y la demanda de productos musicales, la programación de
espectáculos, las polémicas suscitadas por los empresarios teatrales, los convencionalismos
de las reuniones musicales privadas, las modas en los trajes para asistir a eventos
filarmónicos e, incluso, nos revela el grado en que la sociedad de la época estaba imbuida de
cultural operística −este rasgo se percibe claramente en contenidos y publicaciones satíricas
del Sexenio, que utilizan la metáfora musical para explicar la revoltosa vida política del
momento−).
Desde la década de los años 40 del siglo XIX, es muy importante la presencia de la
música en los diarios, lo cual es síntoma del creciente interés de los lectores por la vida
cultural y musical. En contrapartida, no podemos obviar el hecho de que la gran mayoría de
contenidos musicales publicados en la prensa no especializada (periódicos generalistas y
revistas no musicales) son escritos de menor calado estético, con un análisis técnico pobre y
unas valoraciones y reflexiones de escaso criterio. Sin embargo, hay importantes excepciones
pues en algunos medios de larga trayectoria encontramos ensayos, reseñas y críticas
musicales firmadas por periodistas especializados. Entre ellos se encuentran Santiago de
1. Fuentes para el estudio de la música en la prensa española 41
1
Entendemos por publicación periódica de información general o prensa generalista aquella destinada
al público en general, con un estilo de redacción sencillo y que aborda contenidos variados. Suele publicarse con
asiduidad (diariamente, cada seis días o varias veces a la semana) y está organizada en secciones más o menos
estables.
46 María Belén Vargas Liñán
a) Prensa de opinión:
2
María Cruz SEOANE: Historia del periodismo en España: 2. El siglo XIX, Madrid: Alianza Editorial,
1983, pág. 139.
1.1. Fuentes: La música en la prensa de información general 47
3
José María MOSCOSO DE ALTAMIRA: «Artículo de oficio. Ministerio de lo Interior: Real Orden
aprobando el Reglamento que ha de observarse para la censura de los periódicos establecida por Real decreto de
4 de Enero de 1834», Gaceta de Madrid, n.º 107 (5-6-1834), págs. 475-476.
4
José LANDERO: «Artículo de oficio. [Ley sobre publicación de periódicos (22-3-1837)]», Gaceta de
Madrid, n.º 842 (26-3-1837), [pág. 1]; Juan Ignacio MARCUELLO BENEDICTO: «La libertad de imprenta y
su marco legal en la España liberal», Ayer, n.º 34 (1999), págs. 74-75.
5
SEOANE: Historia del periodismo en España..., pág. 184.
48 María Belén Vargas Liñán
utópica), además de la progresista y moderada. Todas ellas tienen o aspiran a tener su eco en
la prensa periódica 6. Las disposiciones tomadas para frenar la pluralidad periodística se
centraron en elevar la exigencia (económica) para ser editor responsable y aumentar las
cantidades requeridas para la fianza y las sanciones. Además, se produce una efectiva
discriminación en cuanto a la cuantía exigida como depósito de fianza: ésta era inferior para
los periódicos de mayor peso y tamaño –más caros y, por ello, consumidos por las clases
acomodadas−, mientras que resultaba más elevada en el caso de periódicos de formato
pequeño y más baratos –que leían los sectores populares− 7. Sin embargo, a pesar del
encorsetamiento legal, la diversificación de medios surgidos en el periodismo español desde
la década de 1840 es imparable, producto del aumento de la alfabetización de la sociedad que
conlleva la politización y culturización de los lectores.
La legislación de la prensa en el Bienio Progresista (1854-1856) restaura las medidas
promulgadas en 1837, volviéndose a la misma situación que se dio durante la regencia de
Espartero. En esta etapa política se redacta la Constitución progresista de 1856, que no llega a
nacer, si bien servirá de base para la futura Constitución del Sexenio Democrático, en la que
se plantean temas como la libertad de enseñanza, imprenta y asociación. En el texto de 1856
también se menciona expresamente la prohibición de secuestrar cualquier publicación antes
de que empiece a circular. El aperturismo del Bienio impulsa la aparición de multitud de
publicaciones periódicas, la mayoría de vida efímera, en un momento en que la prensa de
provincias experimenta un empuje importante y la de ámbito comarcal obtiene un estímulo
inicial.
El retorno de los moderados al poder en alternancia con los centristas de la Unión
Liberal durante los últimos años del reinado isabelino (1856-1868), supone para la prensa la
restitución de las medidas anteriores al Bienio. Así, la ley Nocedal de 1857 endurece las
sanciones y eleva la cuantía de la fianza o «depósito previo» obligatorio para las nuevas
publicaciones 8. Sin embargo, esta circunstancia no frenará el surgimiento de nuevos
6
María Cruz SEOANE y María Dolores SAIZ: Cuatro siglos de periodismo en España: de los
«avisos» a los periódicos digitales, Madrid: Alianza, 2007, pág. 102.
7
MARQUÉS DE PEÑAFLORIDA: «Parte oficial. [Real Decreto de 10 de abril de 1844 sobre reforma
de la ley de Imprenta», Gaceta de Madrid, n.º 3.497 (11-4-1844), págs. [1-4]; Manuel BERTRÁN DE LIS:
«Parte oficial. [Real Decreto de 2 abril 1852 sobre reforma de la ley de Imprenta», ibíd., n.º 6.496 (5-4-1852),
págs. [1-4].
8
Cándido NOCEDAL: «Parte oficial. [Real Decreto de 13 de julio de 1857 sobre la ley de Imprenta]»,
Gaceta de Madrid, n.º 1.652 (14-7-1857), págs. [1-2].
1.1. Fuentes: La música en la prensa de información general 49
menor dimensión. Otra constante relacionada con el auge de los diarios políticos en periodos
de libertad es la reducción de las publicaciones culturales (científicas, literarias y artísticas).
Del mismo modo, se produce la tendencia inversa durante las etapas de mayor estabilidad
política, en la que los gobiernos conservadores restringen las medidas aperturistas sobre la
imprenta.
A continuación analizamos algunos de los títulos más importantes de la prensa
política española seria y satírica de las décadas estudiadas, organizándola según tendencias
ideológicas. Cada medio es descrito desde el punto de vista general (ideario, cronología,
características y contenido), así como desde el musical. Pero antes sintetizamos la estructura
estándar de un número del periódico, adaptable tanto en el caso de la prensa de opinión como
de información.
13
SEOANE: Historia del periodismo en España..., pág. 203.
14
Rafael MAINAR: El arte del periodista, J. L. CEBRIÁN (prólogo), ed. facsímil, Barcelona: Destino,
2005, pág. 91.
52 María Belén Vargas Liñán
Imágenes 1-4. Ejemplo de secciones de un periódico generalista. La Constancia, n.º 229 (28-6-1853), págs. 1-4.
1.1. Fuentes: La música en la prensa de información general 53
54 María Belén Vargas Liñán
1.1. Fuentes: La música en la prensa de información general 55
56 María Belén Vargas Liñán
15
Véase el apartado 1.1.2. «Contenidos musicales en la prensa generalista».
1.1. Fuentes: La música en la prensa de información general 57
apartado de la crítica musical (1.1.2 / d.1), desarrollamos el estilo de Fígaro como articulista
satírico y crítico teatral. Además de Larra, también realizaron crítica de teatro lírico y, sobre
todo, dramático, José Bermúdez de Castro y un autor que firma con las iniciales B. B.
máscaras y remitidos de suscriptores que rebaten posicionamientos del crítico del periódico.
La crítica musical de las páginas de La Tribuna es muy valiosa por reflejar la importante
actividad operística de esos años tanto en el teatro valenciano como en el Liceo local.
Sexenio se adhiere a la ideología republicana menos radical. Contó con la colaboración de los
principales intelectuales, políticos y periodistas demócratas y republicanos, entre ellos Emilio
Castelar, Pedro Antonio de Alarcón, Manuel del Palacio y Carolina Coronado. Al inicio no
publica una sección de crítica musical en exclusiva, sino que comparte los comentarios de las
representaciones operísticas con otras informaciones culturales y sociales en la sección
«Revista de Madrid». A lo largo de los años, el folletín de teatros estará al cargo de diversos
periodistas, como Manuel Fernández y González, Luis Rivera, José M. Cuenca y Francisco
Flores y García. Observamos que la calidad de la crítica musical en este diario está limitada
por la condición literaria de los autores, muy buenos en su campo pero no especialistas en
cuestiones musicales. También encontramos en las páginas de La Discusión, la cartelera de
espectáculos, noticias breves referentes al Conservatorio de Madrid, escasos anuncios
comerciales, así como algunas reseñas en la sección «Gacetillas» que completan las críticas
de la sección del folletín.
líricas en los teatros de Madrid escritas por Eduardo Velaz de Medrano. Con los escritos de
este autor en El Español, la crítica musical en la prensa general española adquiere una
dimensión más seria y profesional (no por ello fuera del alcance de la generalidad del
público). Velaz también realizará la crónica musical del resto de eventos musicales de la
Corte (conciertos en sociedades y casas particulares, recitales de artistas extranjeros en gira y
ejercicios de alumnos del Conservatorio), ofreciendo interesantes reflexiones sobre la música
española y pequeñas disertaciones científicas sobre algún aspecto relacionado con sus
críticas. Además de la revista musical, El Español introduce información filarmónica en la
cartelera teatral y en sueltos de la gacetilla local, noticias breves de ámbito provincial,
anuncios, etcétera.
16
«Ecos madrileños», La Época. Hoja Literaria de los Lunes, año XXXVI, n.º 11.611 (10-11-1884),
pág. 1.
17
«Gacetilla», El Contemporáneo, año IV, n.º 638 (30-1-1863), pág. 4.
1.1. Fuentes: La música en la prensa de información general 65
En el otro extremo encontramos la prensa absolutista, que tiene uno de sus primeros
órganos en el periódico La Esperanza (Madrid, 1844-1874), de carácter religioso y
oficiosamente carlista. Es un diario de larga trayectoria y bien estructurado en secciones fijas
y variadas, pero con tendencia a sazonar las informaciones desde el punto de vista de su
18
Antonio CHECA GODOY: El ejercicio de la libertad. La prensa española en el Sexenio
Revolucionario (1868-1874), Madrid: Biblioteca Nueva, 2006, págs. 45-52.
66 María Belén Vargas Liñán
ideología. El análisis musical del diario nos ofrece un resultado escaso en cuanto a
profundidad de contenidos, que se reducen a avisos de eventos musicales, cartelera teatral,
curiosidades, anuncios, noticias breves y alusiones filarmónicas en el argumento de los
folletines. Únicamente, durante unos meses de 1845, el periódico publicó la sección «Revista
teatral» donde aborda las novedades lírico-escénicas de la Corte, si bien con escasa
profundización técnica.
La prensa carlista será clandestina hasta el inicio del Sexenio pero en la etapa
isabelina comienza a tener fuerza fruto del descontento de eclesiásticos y católicos motivado
por las desamortizaciones. Los medios carlistas aumentarán espectacularmente las cifras de
tirada durante el Sexenio, con periódicos tanto serios como satíricos. Sin embargo, correrán la
misma suerte que la prensa republicana federalista, ya que en enero de 1874 serán suprimidos
por decreto gubernamental 19.
Con respecto a la prensa general de otras tendencias, como la socialista utópica y
obrerista, no hemos hallado informaciones musicales de relevancia.
19
Ibídem, págs. 58-64.
1.1. Fuentes: La música en la prensa de información general 67
20
José de CASTRO Y SERRANO: «Revista de la prensa española: I-II», La América: Crónica
Hispano-Americana, año I, n.º 15 (8-10-1857), págs. 11-12.
68 María Belén Vargas Liñán
Imagen 19. Cabecera del Diario de Córdoba de Comercio, Industria y Administración (1855)
Por su parte, la prensa comarcal española anterior al último cuarto del siglo XIX es
bastante escasa en relación al número de títulos surgidos a partir de entonces. La existencia
de informaciones musicales en sus páginas depende de diversos factores, como la orientación
editorial de la publicación o la existencia de eventos musicales en el municipio. La prensa
comarcal es un fenómeno muy diverso que habría que estudiar caso por caso, como hemos
hecho nosotros con la prensa de la provincia de Granada.
En cuanto a la prensa regional, en los últimos años del reinado de Isabel II este
conjunto experimenta un gran impulso gracias al despliegue del transporte ferroviario y los
servicios diarios de telégrafos y correos. En esos momentos se crean fuera de Madrid y
Barcelona importantes periódicos pertenecientes a empresas familiares cuyo ámbito de
influencia va más allá de los límites provinciales. Algunos de ellos, como El Norte de
Castilla (Valladolid, 1856), Las Provincias (Valencia, 1866) y Diario de Cádiz (1867), se
han convertido en decanos de la prensa española pues aún siguen activos en la actualidad.
Para concluir este apartado sobre la prensa de ámbito provincial, comarcal y regional,
queremos reiterar la enorme valía musical de las fuentes hemerográficas procedentes de
ciudades diferentes a la Corte, pues transmiten el acontecer de la vida filarmónica de sus
respectivos centros durante décadas, lo que las convierte en objeto de interés primordial de
estudio por parte de los musicológicos.
1.1. Fuentes: La música en la prensa de información general 69
periódicos de este grupo son un marcado nacionalismo o defensa de las costumbres españolas
(y la consiguiente fobia a las modas extranjeras), cierto anticlericalismo, así como una
postura antimonárquica. En el aspecto formal, el discurso de las publicaciones satíricas se
expresa tanto en prosa como en verso, pero especialmente a través de diálogos, artículos
breves, sueltos (comentarios e informaciones), anuncios y epigramas. Así mismo, el uso de la
caricatura es un elemento cada vez más presente en sus páginas, especialmente desde la
segunda mitad del siglo XIX.
La música en la prensa satírica es un tema recurrente. Su importante presencia en este
género periodístico se circunscribe a diversos tipos de críticas: por un lado, encontramos
argumentos musicales para defender las costumbres nacionales frente a las foráneas; así
mismo, la música suele usarse como recurso metafórico a través del cual se parodian a
gobernantes y partidos en el poder (la música como metáfora de la vida política); también, a
través de ella se censuran tipos y comportamientos sociales en tanto en cuanto el mundo
filarmónico forma parte de la vida social de las personas. El hecho de que la prensa satírica
esté al tanto de las novedades musicales –en los teatros, residencias particulares, sociedades y
demás instituciones−, ironizando sobre ellas, demuestra que la música es un tema de
actualidad informativa de enorme interés por sí mismo, y también por convertirse en el marco
en el que se desarrolla la vida política y social fuera de las Cortes y de la calle. Además de
usarse como vehículo de denuncia política y social, la temática musical aparece en algunos
casos para criticar situaciones y hechos propiamente musicales (por ejemplo, en la primera
etapa de El Padre Cobos, del que más adelante trataremos).
A continuación describimos y ejemplificamos el uso de la música en las páginas de
las publicaciones periódicas satíricas. En primer lugar, hemos hablado del nacionalismo y la
defensa de lo español como respuesta a la invasión cultural extranjera, que ejercitan algunas
publicaciones a través de la temática musical. Este hecho, lo hemos observado especialmente
en un grupo de revistas de los años 40 del entorno de Ayguals de Izco y Martínez Villergas,
entre ellas, El Fandango, El Dómine Lucas, El Tío Camorra y La Linterna Mágica (1849-
1850). En sus páginas aparecen, de una forma más o menos explícita, una serie de antítesis
musicales referidas a bailes, instrumentos, géneros líricos y artistas tanto nacionales como
extranjeros, en los que siempre se prefiere a los primeros. Con respecto a los bailes, la prensa
satírica realiza una defensa de las danzas populares nacionales frente a las provenientes del
continente:
1.1. Fuentes: La música en la prensa de información general 71
El rigodón será muy bueno, pero no me gusta; la mazurca será invención de un genio de la
danza, pero no me peta; la galop, el britano, las italianas, la misma polka, universalmente celebrada,
serán bailes divinos, pero no me llenan. Lo que yo deseo cuando acabo de ver una comedia no es ver
salir un hombre muy serio a hacer juegos de pies en el baile inglés ni en la gavota, sino oír aquel
repiqueteo de castañuelas que me levanta de la luneta preludiando las inexplicables gracias del
fandango. Algunos dirán que tengo mal gusto, que no pertenezco al gran tono, que... qué se yo dirán 23.
[...] Ya vuelve a introducirse música extranjera en los bailes nacionales! Cuando la música de
nuestro fandango, bolero, cachucha, serení, zapateado, jota y demás bailes españoles derrama sal por
todas partes; al demonio se le ocurre bailar las boleras de Lucrecia Borgia! Otro día nos bailarán el
fandango de Ana Bolena, como si Ana Bolena hubiese tenido fandango ni hubiera tocado nunca las
castañuelas 24.
23
Juan MARTÍNEZ VILLERGAS: «Introducción. 2», El Fandango, n.º 2 (15-1-1845), págs. 19-20.
24
«Teatros», El Fandango, n.º 7 (15-6-1845), pág. 111.
25
«La polka», El Fandango, n.º 6 (15-5-1845), pág. 95.
26
Wenceslao AYGUALS DE IZCO: «La polka. Historieta moral», El Fandango, n.º 2 (15-1-1845),
pág. 31.
27
«Coplas andaluzas para jota y fandango», ibíd., pág. 26.
72 María Belén Vargas Liñán
Junto a los bailes, se promocionan los instrumentos españoles como seña de identidad
nacional. En la siguiente ilustración, una pareja de tipos andaluces canta, toca la guitarra
española y palmea un fandango:
[...] Esto no lo dice el Tío Camorra así como se quiera, sino al son de la guitarra, único
instrumento que el Tío Camorra sabe tocar, y eso por ser esencialmente español; pues de lo contrario
no lo cogería en sus manos. Hasta este punto lleva el ciudadano de Torrelodones su nacionalidad [...].
Cuando el Tío Camorra coge la guitarra para entonar un jaleo de aquellos buenos de la tierra de Dios, o
una jota aragonesa de aquellas que hacen decir a los franceses «¡magnifique!» y que nosotros llamamos
soléa, se alborota todo el cotarro, y copla viene contra los franceses, y copla va contra los ingleses,
puede decirse que de allí al cielo. Otras veces varía el compás, y rasgueando unas manchegas discurre
así acerca de la Cuádruple Alianza 28.
28
«El Tío Camorra debutando en la escena política», El Tío Camorra, paliza 1.ª (1-9-1847), pág. 2.
1.1. Fuentes: La música en la prensa de información general 73
Imagen 21. «Pasado y presente de la música», Gil Blas, año IV, n.º 104 (28-9-1867), pág. 3
Para darse un buen verde, no hay como asistir a la representación de la ópera I Lombardi, o
sea coles verdes, berzas o lombardas, música del maestro Verdi. Cada día gusta más a los aficionados.
[...] Para el teatro del Circo se ajusta un bajo barítono con diez mil francos mensuales y eso
que es un cantor ronco, ronco de nacimiento... llámase Ronconi.
[...] Apenas el famoso Liszt se nos fue con la música a otra parte, se nos descuelga de los
Países Bajos otro apunte a chupar nuestros bolsillos. El señor Van Gelder, violoncello solo de S. M. el
rey de los Países Bajos, viene a tocar el violín, el violoncello u el violín en los Países Altos. (...) Gelder
quiere decir dineros en alemán, que es por lo que acuden los extranjeros a embaucar a ciertos
zanguangos de la aristocracia y del buen tono.
[...] El extranjero Liszt sigue su famosa romería. En las Andalucías ha arrebatado... los parnés
29
.
Así mismo, la prensa satírica ataca los intereses de los empresarios teatrales por
contratar a artistas italianos, a la vez que parodia el mérito de éstos:
29
Wenceslao A[YGUALS] DE I[ZCO]: «Variaciones», El Fandango, n.º 2 (15-1-1845), págs. 20-21 y
23.
74 María Belén Vargas Liñán
Hay un tráfico en eso de la filarmonía que deja muy atrás al comercio de negros. Consiste este
tráfico en que hay en Italia algunos especuladores que contratan partes para Madrid, París, y otros
puntos, haciendo que principiantes salgan a lucirse en teatros de primo cartello, pero con la condición
de que han de dar al que les proporcione la contrata la mitad o la tercera parte del sueldo, y los
cantantes lo hacen con mucho gusto [...]. Siempre van ganando en el cambio dos o tres mil reales, y a
más la importancia que da el cantar en un teatro de primer orden, lo cual se tiene en cuenta para
escriturarlos en adelante. Y por eso vamos oyendo en el Circo de Madrid esas voces de carraca, pues se
dice que el señor Boneti, director de la orquesta, tiene un hermanito en Italia que hace milagros en el
comercio de voces, y que el señor Máiquez, aunque no le jeringa, le ayuda 30.
[...] Los dos comisionados [del teatro Real] están en tratos ya con una prima donna que es lo
que hay que ver, oír, oler, gustar y tocar. Con la voz llega al do cuando canta, por supuesto; y cuando
acciona llega con las manos a los cuernos de la luna. Además de la señorita Fuoco, viene otra bailarina
que gira un cuarto de hora seguido sobre la punta de un pie, acabando esta pirueta monstruo con un
salto que la eleva tres varas del pavimento, y cuando está en su mayor altura se detiene cinco minutos
en el aire 31.
[...] La célebre Lind, esa cantora conocida por el Ruiseñor del Norte, que gana cuantos
millones quiere haciendo gorgoritos; esas notabilidades que vienen del extranjero para estrenar nuestro
gran teatro de Oriente y llevarse a su patria nuestros aplausos y nuestros dineros, prueba hasta la
evidencia que el presente siglo está por la música, y el instrumento de moda es el violón 32.
Por el contrario, la prensa satírica muestra en general una especial sensibilidad por las
obras y los artistas del país, al mismo tiempo que no esconde su descontento con el gobierno
español por no favorecer ni promocionar los talentos propios. De este modo, el periodista de
El Fandango comenta lo siguiente, a propósito de la ejecución de la ópera Padilla o El asedio
de Medina de Joaquín Espín y Guillén en el teatro del Circo:
Faltaríamos a nuestro españolismo, si no diésemos el más cordial parabién a los señores Espín
y Larrañaga, y no declarásemos que el señor Tamberlick y la señora Ober-Rossi, a pesar de ser
extranjeros, han merecido bien de El Fandango. Ahora falta ver si para que este nuevo compositor
halle protección tendrá que firmarse Espini e Guilleni 33.
30
«Vida y milagros de Don Ramón María Narváez, vulgo Espadón, escrita en variedad de metros por
el Tío Camorra (...)», El Tío Camorra, paliza 10.ª (3-11-1847), pág. 160.
31
«Teatro Real», La Linterna Mágica, función 20.ª (1850), pág. 157.
32
«¿Qué es el mundo?», La Linterna Mágica, función 23.ª (1850), pág. 179.
33
«Teatros», El Fandango, n.º 8 (15-7-1845), pág. 127.
1.1. Fuentes: La música en la prensa de información general 75
Ha regresado a esta Corte el niño, célebre violinista, Jesús Monasterio, hijo y discípulo del
juez de primera instancia D. Jacinto, cesante desde el año 1834, a pesar de sus repetidas solicitudes y
honrosa clasificación en el ministerio competente. Este buen padre busca colocación en esta Corte para
poder proporcionar a su hijo la educación que reclama su singular y precoz talento, toda vez que no se
le costea por el Estado, según decreto expedido al efecto. Padre e hijo son españoles; es preciso haber
nacido en Hungría o en los Países Bajos para merecer la atención del gobierno 34.
[...] En esta nación no se premia el mérito, y aunque el señor Huerta no tiene nada que
envidiar relativamente a los Liszt, Rubinis, Tamburinis y Paganinis, no hará la fortuna que aquellos
sólo porque en lugar de Huerta no le ha dado la gana de llamarse Huertini. Si el gobierno español
fuese, como suponen algunos, amante de las artes y de las glorias nacionales, debería señalar una
pensión vitalicia a este artista eminente 35.
Se nos ha descolgado de luengas tierras un nación con su compañía de monos que hacen
habilidades estupendas. Con todo, no llegan ni con cien leguas sus monadas a las de los monos sabios
que abundan en los paseos, teatros y cafés de Madrid. Los monos extranjeros se limitan a columpiarse
34
«Variaciones», El Fandango, n.º 2 (15-1-1845), pág. 23.
35
«Eso va en gustos», El Tío Camorra, paliza 2.ª (8-9-1847), pág. 26.
36
«Liza artística y literaria del Liceo Literario y Artístico», Fray Gerundio, 9.º trimestre, capillada 178
(13-9-1839), págs. 342-351.
76 María Belén Vargas Liñán
en la cuerda floja, tocar algunos instrumentos, valsar, dar saltos mortales, y representar una escena
gastronómica [...]. A nosotros nos hacen reír más los monos sabios de Madrid que los extranjeros, y a
pesar de las gracias de nuestros animalitos, llevan la ventaja de que se dan en espectáculo gratis.
Además de los monos literatos, hay en Madrid monos diplomáticos [...]; monos del buen tono, que
habiendo nacido en humilde cuna, creen parecer marqueses con citar siempre la soirée, apestar a
almizcle y no soltar nunca los guantes blancos; [...] y hay por fin monos elegantes, que no tienen gusto
propio, y visten imitando en el traje y las maneras al primero que por la calle les parece extranjero [...]
37
.
Otro ejemplo en el que se caricaturiza a los elegantes, sitúa la escena en una velada
musical donde el talento artístico se mide únicamente al accionar la palanca de un
instrumento mecánico y donde se mezclan con poco gusto la música popular y la culta:
Hoy ya ha caído en desuso el piano. La otra noche concurrí a una soirée, y la niña de la casa,
sentada sobre una banqueta, se puso a dar vueltas al manubrio de un lindo organillo, a cuyo compás la
alegre concurrencia prestaba su obligado tributo a la diosa del zapateo; y luego un académico, amigo
37
«Los monos sabios», El Fandango, n.º 18 (15-5-1846), págs. 278-279.
38
Wenceslao AYGUALS DE IZCO: «Soneto», El Fandango, n.º 24 (15-11-1846), pág. 377.
39
«Los títeres. Letrilla», La Linterna Mágica, función 23.ª (1850), págs. 180-181.
1.1. Fuentes: La música en la prensa de información general 77
de la casa, tocó y cantó al arpa aquello de La salchichona, que tantas veces hemos oído en las verbenas
de San Juan y San Pedro cantar a los saboyanos 40.
Esta mezcla imposible de lo culto y lo popular, tan típica en los aficionados de escasa
sensibilidad artística, es puesta de relieve en el epigrama que transcribimos a continuación:
Se hace evidente una crítica dirigida a los aficionados de poco gusto, que emulan las
costumbres europeas con el propósito de aparentar exquisitez y finura cuando en realidad
estas cualidades son difíciles de adquirir de forma artificial.
Así mismo, la prensa satírica se detiene en retratar el público que concurre a las
funciones líricas y conciertos, ofreciendo una visión irónica pero a la vez objetiva y
desapasionada de la recepción de los espectáculos musicales por la audiencia:
40
«Hallazgo», Tirabeque, año I, capillada XV (10-12-1870), pág. 7.
41
El Fandango, n.º 8 (15-7-1845), pág. 121.
42
Ibídem.
78 María Belén Vargas Liñán
del teatro un salón de conferencias, de sesiones antiparlamentarias y de eternas disputas. Por eso
cuando desapareció la cazuela dijo el Tío Camorra que la cazuela no podía desaparecer, pues lo más
que haría sería cambiar de puesto. Y en efecto, la cazuela que antes estaba situada en la parte opuesta al
escenario, ha dado unos cuantos pasos de frente hasta colocarse cerca de los músicos, con la
circunstancia de que los murmullos de la antigua cazuela [...] no pueden compararse con los de la
nueva cazuela que tienen por objeto criticar la función desde que empieza hasta que concluye 43.
En las siguientes caricaturas se describen los diferentes públicos que acuden a los
espectáculos de la Corte (teatro Real, de la Zarzuela, del Príncipe, Bufos, Novedades y café-
teatro de Capellanes), así como los diversos ambientes que reinan en los conciertos dirigidos
por Barbieri. En última instancia, se critica la actitud hipócrita de los aficionados, que acuden
a tales eventos movidos por sus compromisos sociales y no tanto por razones artísticas.
43
«Dos funciones nuevas», El Tío Camorra, paliza 12.ª (17-11-1847), págs. 188-189.
1.1. Fuentes: La música en la prensa de información general 79
Imagen 23. Perea: «El público de los teatros de Madrid», Gil Blas, 3.ª época, año IV, n.º 2 (10-11-1867), pág. 3
80 María Belén Vargas Liñán
Imagen 24. «Fisonomía de los conciertos de Barbieri», Gil Blas, 3.ª época, año V, n.º 40 (22-3-1868), pág. 3
44
«Tirabeque en la tribuna de periodistas», Tirabeque, año I, capillada XI (6-11-1870), pág. 2.
1.1. Fuentes: La música en la prensa de información general 81
música y la política son especialmente frecuentes durante las etapas de mayor libertad de
prensa, como la regencia de Espartero, el Bienio Progresista y, especialmente, el Sexenio
Revolucionario. Estos contenidos suelen aparecer en todo tipo de géneros periodísticos, como
noticias, avisos, comentarios, críticas, carteleras, anuncios, diálogos, libretos, poesías e
ilustraciones.
Ya en los últimos años del reinado de Isabel II, algunas publicaciones satíricas –como
Gil Blas– lanzaron «musicalmente» sus invectivas contra la persona de la monarca y las
intrigas políticas de su reinado, previendo la llegada del clima revolucionario:
El aplaudido barítono señor Obregón continúa en Madrid estudiando varias zarzuelas con
objeto de aumentar su repertorio. Se dice que pasa muchas noches en claro hojeando la Reina por un
día. También se asegura que lleva siempre en el bolsillo El secreto de una dama 45.
45
Eugenio BLASCO: «Cabos sueltos», Gil Blas, año II, n.º 29 (17-6-1865), pág. 4.
46
Ibídem.
47
Eugenio BLASCO: «Cabos sueltos», Gil Blas, año II, n.º 39 (26-8-1865), pág. 4.
82 María Belén Vargas Liñán
Loja 25 de agosto:
Ar zeñó León Español: Man contao, zeñó Pepe, que toas las noches ze jarma un motín en la
ópera que yaman la Mua de Pichimi (Mutta de Portici).
Me la tenía tragá, hombre: farto yo de Madril, y jasta las muas arborotan.
¿Y qué jazen que no men yaman?
¡Un motín, y yo no zoy menistro! [...] 48.
Se habla del general Narváez para la plaza de director del Conservatorio de música. ¿Quién
puede disputarle sus derechos? Nadie como este ilustre calañés ha solfeado al pueblo de Madrid 49.
El Sr. López de Ayala ha sido nombrado director del Conservatorio, sin sueldo. Encuentro
esto mucho más natural que haber nombrado, como se decía, al cura Eslava; pues un señor con
manteos, dirigiendo las cátedras de música profana y de declamación, me hace el mismo efecto que si
se nombrase al Padre Sánchez cabo de comparsas del teatro de la Zarzuela. Para uno y otro cargo es
indispensable arremangarse la sotana 50.
48
Ibídem.
49
Eugenio BLASCO: «Cabos sueltos», Gil Blas, año II, n.º 54 (9-12-1865), pág. 4.
50
Ibídem.
1.1. Fuentes: La música en la prensa de información general 83
Así mismo, encontramos críticas musicales ficticias con el mismo propósito. Sin salir
de las páginas de El Tío Cayetano, encontramos una valoración de la ejecución de un Gran
concertante en la que metafóricamente se describe la sucesión de hechos de la revolución
septembrina. Como protagonistas (directores de la orquesta) aparecen los generales Prim,
Serrano, Topete y Concha, haciéndose alusión a las batallas de Trafalgar y Callao, así como a
las tropas (coros) de Málaga y Cádiz. Este ejemplo evidencia la familiaridad de los
periodistas y lectores con la terminología musical (concertante, andante, allegro, armonía,
bemoles, pizzicatto, tutti, stacatti, modulación, etcétera) 52.
Entre la abundante prensa satírica del Sexenio Revolucionario, aparece la publicación
antiliberal y carlista La Gorda (1868-1870), cuyo título hace alusión a la expresión «aquí se
va a armar la gorda», que en boca de todos circulaba en relación a los sucesos políticos del
momento. En sus páginas encontramos uno de los ejemplos más ingeniosos de sátira política,
a través del libreto modificado de La Traviata de Verdi. En este caso, los personajes de la
trama son los protagonistas de la situación política (el partido de la Unión Liberal –la
signorina Unione–, Antonio Cánovas del Castillo –il Duca Antonnio–, Juan Prim –il
Marquese Juanini–, Francisco Serrano –il Duca Francesco– y el general Topete –il Barone
Topetti–) 53. Es una muestra más del generalizado conocimiento de las óperas verdianas en la
sociedad decimonónica española, a través de las cuales surten efecto la ironía y el doble
sentido puestos en práctica por los periodistas satíricos.
51
«Menudencias», El Tío Cayetano, año I, n.º 8 (27-12-1868), pág. 4.
52
«Gran concertante», El Tío Cayetano, año II, n.º 14 (7-2-1869), pág. 2.
53
«La Traviata. Liberaletto d’autore anonymo. Música d’il maestro Estano Verdi», La Gorda, año II,
n.º 12 (16-1-1869), págs. 3-4.
84 María Belén Vargas Liñán
Imagen 25. «La Traviata» (extracto), La Gorda, año II, n.º 12 (16-1-1869), pág. 3
La prensa satírica de signo contrario utilizará los mismos recursos para desplegar sus
ataques contra los contrincantes políticos. Tal es el caso de La Píldora (1868-1869),
publicación republicana y opositora al gobierno provisional tras la Septembrina, en cuyas
54
«Fioriture», La Gorda, año II, n.º 57 (15-12-1869), págs. 2-3.
55
«Anuncios. Almacén de música del Porvenir», La Gorda, año II, n.º 26 (30-3-1869), pág. 4.
1.1. Fuentes: La música en la prensa de información general 85
56
«Bostezos», La Flaca, año I, n.º 6 (16-5-1869), pág. 23.
86 María Belén Vargas Liñán
57
María Encina CORTIZO RODRIGUEZ: Emilio Arrieta: de la ópera a la zarzuela, Madrid: ICCMU,
1998, págs. 194-204; Juan PÉREZ DE GUZMÁN: «De guante blanco. Historia del periódico El Padre Cobos»,
La España Moderna, año 13, n.º 145 (1-1-1901), págs. 93-119.
58
PÉREZ DE GUZMÁN: «De guante blanco...», La España Moderna, op. cit., pág. 110.
1.1. Fuentes: La música en la prensa de información general 87
número XI (del 3-12-1854) hacia una crítica de cariz político. En este sentido, nos interesa
más la primera época de la publicación por centrarse en cuestiones musicales.
Los diamantes de la corona tuvieron su origen en Francia. Sus padres se llaman Scribe y
Auber: sus padrastros, Camprodón y Barbieri.
Los diamantes franceses son los verdaderos.
Los diamantes españoles, los falsificados.
59
Ibídem, pág. 99.
60
Ibídem, pág. 103.
88 María Belén Vargas Liñán
[...] El Padre Cobos, amante cual ninguno de las glorias españolas, prefiere en esta ocasión los
diamantes... extranjeros... 61.
[...] En el teatro del Circo se acaba de representar una zarzuela del Sr. Camprodón: a ésta
seguirá otra del Sr. Olona, y se habla también de otra del Sr. Suárez Bravo. Estas obras podrán no ser
muy buenas, pero en cambio todas son originales... de Mr. Scribe 62.
[...] Pérdida. Del café Suizo al teatro del Circo se ha extraviado una zarzuela. El público está
inconsolable. Se ofrece una gratificación al que no la encuentre 63.
[...] ¡Gran noticia!! La emperatriz Catalina de Rusia, heroína de la Estrella del Norte, ópera
cómica de los Sres. Scribe y Meyerbeer, va a ser destronada en el teatro del Circo. Los agentes de esta
conspiración subterránea son los Sres. Olona y Gaztambide 64.
61
«Extracto de una carta sin sobre», El Padre Cobos, año I, n.º 1 (24-9-1854), pág. 3.
62
«Sección de indirectas», El Padre Cobos, año I, n.º 1 (24-9-1854), pág. 4.
63
«Sección de anuncios», El Padre Cobos, año I, n.º 1 (24-9-1854), pág. 4.
64
«Indirectas», El Padre Cobos, año I, n.º 2 (1-10-1854), pág. 4.
65
Ibídem.
66
«Corrales de Madrid», El Padre Cobos, año I, n.º 6 (29-10-1854), pág. 3.
1.1. Fuentes: La música en la prensa de información general 89
Así mismo, en las páginas de El Padre Cobos se desgranan, una a una, las
características necesarias para plantear una zarzuela que, en última instancia, resultan ser una
síntesis de todos los defectos de los que el género adolece:
Convendrá que el teatro donde se represente la zarzuela tenga el mayor número posible de
puertas de escape para facilitar las evasiones del protagonista, cuando el actor que haga este papel
pertenezca al gremio de los palominos atontados.
[...] El teatro, en los dos primeros actos, representará ocho o diez calles, cuajadas de coristas.
[...] En estos dos actos todo deberá reducirse a mucho ruido y pocas nueces. La acción será
lánguida, como en todas las piezas en que sobresale la maquinaria y la tramoya. Los personajes de la
zarzuela se limitarán a asomarse de vez en cuando por los bastidores, para que el espectador no se
impaciente.
Los coros cantarán ad libitum, y cada uno por su lado, de manera que resulte un conjunto
inarmónico, que no podrá menos que producir grande efecto 67.
También las críticas se dirigen contra el público que frecuenta el coliseo del Circo:
A algunos de los dilettanti que asisten al teatro del Circo, se les figura sin duda que la escena
del mismo es una plaza sitiada sobre la cual es lícito arrojar todo género de proyectiles. El ramillete que
cayó noches pasadas en la representación de Los diamantes de la corona, pesaba de seguro mucho más
que la actriz a quien iba dedicado.
Si continúa este abuso, pedimos una ley de pesos y medidas para los ramilletes 68.
Otro aspecto que El Padre Cobos trae a colación se refiere al estado de la música
española, así como la pérdida de calidad y buen gusto en las nuevas producciones puestas en
escena. En el siguiente ejemplo mostramos la postura del periodista a través de su ácido
punto de vista sobre la caótica situación de la música y el momento tan crítico que viven los
artistas:
67
«Plan de una zarzuela», El Padre Cobos, año I, n.º 10 (26-11-1854), pág. 1.
68
«Indirectas», El Padre Cobos, año I, n.º 3 (8-10-1854), pág. 4.
90 María Belén Vargas Liñán
Las quejas de amor, las tiernas súplicas, la pasión afectuosa y noble, que antes eran patrimonio
exclusivo de la flauta, oboe, clarinete y demás instrumentos delicados, han pasado en la actualidad al
dominio de la fuerza brutal de las orquestas.
Los clarines, trombones y figles monstruos, unen ahora sus tonantes y desgarradores sonidos a
la expresión de un afecto tierno de la tiple o el tenor, con la desfachatez de un gallo libertino y mal
encarado.
Las categorías y derechos adquiridos no se reconocen ya entre nosotros…
[...] La compañía del teatro Real parece que cada vez se aleja más de Madrid; y la numerosa
hueste de profesores y coristas comienza, según parece, a desfallecer y bostezar de un modo lastimoso.
[...] Las ferias están llenas de violines usados, de clarinetes, de figles, de libros de música de
todas clases, y de cuantos objetos pertenecen al arte. Esto dice mucho y claro.[...] ¿Puede darse
espectáculo más triste y desgarrador? 69
La ironía se recrudece aún más cuando critica la pésima calidad de las producciones
artísticas actuales a través de himnos y seudo-estudios científicos:
69
«Anarquía musical», El Padre Cobos, año I, n.º 2 (1-10-1854), págs. 2-3.
70
Ibídem, pág. 3.
1.1. Fuentes: La música en la prensa de información general 91
[...] La Alopatía es la curación de todos los males a fuerza de dejarlo a uno sin gota de sangre
en las venas.
La Homeopatía cura las enfermedades con glóbulos microscópicos.
[...] De toda esta plaga sajadora, embaucadora, ahogadora, infladora y tostadora, ha venido
como don celestial la Musicopatía, con la cual lo peor que puede suceder al que la usa es morir alegre
como unas castañuelas, y convertido en bemol [...].
Deber nuestro es señalar en este lugar diferentes dolencias, radical e instantáneamente curadas
por el nuevo sistema. Creemos por este medio merecer bien de todos cuantos viven en este valle de
lágrimas y suspiros.
La gota en su periodo álgido se cura con vivir tabique por medio de dos violinistas
principiantes. Los violines han de tocar el unísono, y han de tener medio punto de diferencia en su
afinación.
La tisis en tercer grado se cura cantando tres horas seguidas el final del Hernani.
La parálisis completa desaparece al minuto y medio, bailando de sol a sol, en un día de lluvia,
en campo raso y sin paraguas la tarantela de la Muta di Portici.
El insomnio más tenaz se convierte en sueño profundo oyendo ejecutar durante tres seguidos
un final de Verdi.
Para curar radicalmente el dolor de estómago, es probado que nada hay mejor que tocar por
espacio de seis años el bombo en una música de regimiento.
71
«Himno. Letra, de la imprenta. Música de un almacén», El Padre Cobos, año I, n.º 3 (8-10-1854),
pág. 2.
92 María Belén Vargas Liñán
Las tercianas huyen del individuo que cante un terceto a solo. Esto parecerá una paradoja; pero
es verdad. En prueba de ello, el Sr. Salas, que andaba hecho un alfeñique tercianario, curó apenas hubo
cantado el terceto a ídem de Gloria y peluca.
Los constipados no existen para los que concurren a serenatas, y ejecutan la melodía del Sr.
Allú titulada ¡A la luna!
Cáigase un individuo cualquiera, sin diferencia de sexo ni edad, desde un quinto piso en medio
de la acera, y esté seguro de experimentar un gran alivio si al romperse el espinazo oye por dicha una
lamentación en tono menor del maestro Eslava.
Para curar el spleen se recomiendan especialmente los walses del maestro Masarnau, y su
famosa sonata dedicada a Cramer.
La extirpación de los callos y sabañones se consigue con andar veinte y cinto horas seguidas
por el empedrado de la calle de la Luna, al compás de la introducción del Asedio de Medina.
Para los reumáticos nada hay mejor que hacer el papel de Tropezón en el final del acto primera
de La Estrella de Madrid, o el de Marqués de Caravaca en la escena de los locos de Jugar con Fuego.
[...] Otros muchos remedios pudiéramos indicar para dolencias de menor importancia; pero
por hoy concluiremos con el siguiente consejo.
Quien tenga precisión de tomar aires, recurra a los aires nacionales... por ejemplo, la Rondalla
del Sr. Ourdrid.
Si adoptando el sistema Musicopático que hemos expuesto no se consiguen los resultados
prometidos, El Padre Cobos, con la gravedad que le caracteriza, declara que la Musicopatía es un
sistema... como otro cualquiera 72.
72
«Musicopatía», El Padre Cobos, año I, n.º 5 (22-10-1854), pág. 3.
1.1. Fuentes: La música en la prensa de información general 93
Hay muchos tocadores de órgano que tocan, sin piedad, no el órgano de la Capilla Real ni el
de San Isidro, sino… el de Móstoles.
El acorde perfecto dejó de existir.
Otro tanto le ha sucedido al unísono.
Las diferencias en la afinación de los sonidos de una coma o de un punto o medio, son
pequeñeces que por antiguallas ridículas se desprecian ya por todo el mundo: no estamos, y con razón,
para pararnos en puntos ni comas (ni aún en admiraciones horizontales), que median entre sol sostenido
y la bemol, o entre si y do por ejemplo.
Los instrumentos extranjeros (muy particularmente los franceses), que el lujo, la moda, la
industria y el progreso nos han importado para nuestro recreo e instrucción, como fabricados en climas
muy distintos al de España, se abren y estropean con la mayor facilidad; y por lo tanto, a pesar de su
ingeniosa construcción y agradable vista, preciso y conveniente es confesarlo que se haría un gran
servicio al país si se prohibiese su importación.
Para rompernos los tímpanos, la paciencia y hasta el alma, nos basta y sobra con nuestra
música propia y con nuestros instrumentos nacionales, sean estos del tiempo de doña Urraca o del rey
que rabió.
Si la naturaleza nos ha favorecido con un sol hermoso y vivificante, y vemos claramente que
no pueden aclimatarse aquí los pianos, violines o cornetines fabricados en las orillas nebulosas del
Támesis o del Sena, procuremos perfeccionar nuestras guitarras como mejor podamos y no
desafinaremos tanto, y nos divertiremos más y viviremos más felices.
El rey de Prusia dio hace dos años un decreto prohibiendo que se desafinase en público
cantando o tocando algún instrumento. Un decreto semejante dado en Madrid haría cerrar los teatros
inmediatamente.
¡Lo que en estos tiempos se desafina!!! 73
Método infalible para cantar bien. Tener buena voz, mucho talento y no ser alumno del
Conservatorio 75.
73
«Cosas de la época», El Padre Cobos, año I, n.º 6 (19-10-1854), pág. 1.
74
«Filosofía del baile», El Padre Cobos, año I, n.º 6 (29-10-1854), pág. 3.
75
«Indirectas», El Padre Cobos, año I, n.º 3 (8-10-1854), pág. 4.
94 María Belén Vargas Liñán
En este breve recorrido por la prensa satírica isabelina y del Sexenio, hemos
comprobado que la música es una temática muy presente en sus páginas tanto como vehículo
de crítica social y política, como instrumento de reivindicación nacionalista, incluso como
centro de interés por sí misma, hecho que revela la enorme importancia de lo musical en la
sociedad decimonónica española.
76
«Anuncios. Juguetes», El Padre Cobos, año I, n.º 5 (22-10-1854), pág. 4.
77
«Indirectas», El Padre Cobos, año I, n.º 6 (29-10-1854), pág. 4.
1.1. Fuentes: La música en la prensa de información general 95
b) Prensa de información:
78
SEOANE: Historia del periodismo en España..., págs. 244-249.
96 María Belén Vargas Liñán
Aparecen diversas firmas en esta sección, entre ellas las de Narciso Martínez Sánchez y
Sebastián Figueras de la Costa, antes de ser asumida por Antonio Peña y Goñi al inicio del
Sexenio. Finalmente, queremos mencionar, a nivel anecdótico, que El Imparcial se hizo eco
de unas polémicas manifestaciones de Barbieri en el transcurso de uno de sus viajes a
Alemania en las que se quejaba de la deplorable situación de la música en España, aludiendo
irónicamente a la necesidad de que los alemanes conquistaran de nuevo nuestro país. La
reacción del gacetillero del periódico criticó las palabras poco afortunadas del compositor 79.
79
«Miscelánea política», El Imparcial, año II, n.º 455 (31-8-1868), pág. 1.
98 María Belén Vargas Liñán
c) Boletines oficiales:
La prensa oficial en España durante el siglo XIX tiene un peso importante dentro del
panorama periodístico (constituye un tercio del total, frente a los dos tercios restantes de
80
publicaciones de iniciativa particular) . La Gaceta de Madrid y los boletines oficiales
provinciales son medios de información que reflejan los criterios y decisiones del Gobierno
central −principalmente en materia legislativa− y de las administraciones provinciales. La
Gaceta de Madrid, existente desde el siglo XVII, se convierte en órgano oficial del Gobierno
español desde 1837 y no cambiará su título por el de Boletín Oficial del Estado hasta 1936.
Los boletines oficiales provinciales se crean a raíz de la Real Orden de 20 de abril de 1833
con el doble objeto de dirigir la opinión pública y dar a conocer la situación de la nación.
Surgen a consecuencia de la reorganización territorial y administrativa del Estado acometida
por Javier de Burgos en ese año. Además, serán las primeras publicaciones periódicas en
aquellas provincias que no disponen de imprenta, lo que las convierte en el estímulo
incipiente para la actividad periodística local de esos centros 81.
Las publicaciones oficiales servían de propaganda de la monarquía isabelina (en este
sentido pueden considerarse un tipo de prensa ideológica o de opinión) y comunicaban de
forma más efectiva las administraciones centrales, provinciales y municipales exigiendo el
cumplimiento de las leyes y normativas promulgadas por las autoridades. Así mismo,
82
constituían un medio de culturización e información práctica para la población . Tanto la
Gaceta de Madrid como los boletines oficiales decimonónicos organizaban su contenido en
tres partes: la primera y principal −«Artículos de oficio» o «Parte oficial»− incluye los textos
gubernativos, comunes a todos los boletines, y los emitidos por cada administración
provincial. La segunda corresponde a la «Parte no oficial», con noticias de diverso ámbito y
escritos variados de ciencias, artes, cultura, fomento y salud. La tercera contiene anuncios de
particulares e información utilitaria (mercados, espectáculos, vida religiosa...). Las dos
últimas partes rellenaban el espacio que quedaba vacante tras la inclusión de los contenidos
oficiales y, por ello, su aparición era variable y subsidiaria. La incorporación de materiales no
oficiales era habitual en la Gaceta y boletines decimonónicos, algo que en la actualidad sería
80
CASTRO Y SERRANO: «Revista de la prensa española...», La América..., op. cit., págs. 11-12.
81
SEOANE: Historia del periodismo en España..., págs. 144-145.
82
Sara NÚÑEZ DE PRADO: «De la Gaceta de Madrid al Boletín Oficial del Estado», Historia y
Comunicación Social, vol. 7 (2002), págs. 147-160.
1.1. Fuentes: La música en la prensa de información general 99
83
Contamos con un vaciado de las noticias festivas y ceremoniales de la Gaceta de Madrid entre 1700
y 1759, que incluye abundante información musical. Véase Margarita TORRIONE (ed.): Crónica festiva de dos
reinados en la «Gaceta de Madrid» (1700-1759), Toulouse: C.R.I.C. Université de Toulouse-Le Mirail; Paris:
Ophrys, 1998. También véase la obra de Ignacio SUSTAETA LLOMBART: La música en las fuentes
hemerográficas del XVIII español. Referencias musicales en la «Gaceta de Madrid» y artículos de música en
los papeles periódicos madrileños, tesis doctoral dirigida por Emilio CASARES RODICIO, Madrid:
Universidad Complutense de Madrid, 1993.
84
Para ampliar información sobre contenidos oficiales de tipo musical en la prensa, véase el epígrafe
G.17 («Documento oficial») del apartado 2.3.1 sobre «Géneros literario-periodísticos».
102 María Belén Vargas Liñán
85
C.: «Apéndice a la Gazeta de Madrid. Teatros. Coliseo del Príncipe: La quinta de Escorondón, ópera
en dos actos», Gazeta de Madrid, n.º 258 (15-9-1810), págs. 1.145-1.148.
86
[Nicolás de RODA], «Teatro: Barbero de Sevilla. Paulina García. Salas», BOPG, Suplemento (22-7-
1842), pág. [1]; «Teatro: Norma. Paulina García», BOPG, Suplemento (29-7-1842), pág. [1].
106 María Belén Vargas Liñán
d) Periódicos «avisadores»:
87
José Carlos RUEDA LAFFOND y Soraya BARBERO OLLERO: «Empresas financieras y
publicidad comercial en el Madrid isabelino, 1861-1866», en Carmen FERNÁNDEZ CASANOVA (ed.),
Semata. Ciencias Sociais e Humanidades, n.º 12 (monográfico sobre «Comerciantes y artesanos»), (2000), pág.
114.
1.1. Fuentes: La música en la prensa de información general 109
88
Yolanda F. ACKER (ed. lit.): Música y danza en el «Diario de Madrid» (1758-1808): noticias,
avisos y artículos, Madrid: Ministerio de Cultura, Centro de Documentación de Música y Danza, 2007. Antonio
MARTÍN MORENO: «Música y prensa en España en el siglo XVIII: El Diario Curioso, Erudito, Económico
y Comercial de Madrid (1786-1788)», en Jornadas Internacionales sobre Música y Prensa (Universidad de
Granada, octubre de 2011).
110 María Belén Vargas Liñán
89
Nuria RODRÍGUEZ MARTÍN: «Los inicios de la prensa publicitaria en España: las revistas
empresariales», en Juan José FERNÁNDEZ SANZ et alii (coords.), Prensa y periodismo especializado IV, vol.
1, Guadalajara: Universidad Complutense de Madrid, Asociación de la Prensa de Guadalajara, págs. 303-315.
1.1. Fuentes: La música en la prensa de información general 113
comercial−, aplicando las más modernas estrategias publicitarias −editar una revista propia
para difundir el catálogo de sus productos− 90.
Imagen 44. Cabecera del Boletín de Anuncios de La Puntualidad, Librería Universal (Málaga)
año 11, n.º 96 (31-1-1860), pág. 1
90
Jean-François BROTEL: «Capítulo IV. Los libreros y las librerías. Tipología y estrategias
comerciales», en Jesús A. MARTÍNEZ MARTÍN (dir.), Historia de la edición en España (1836-1936), Madrid:
Marcial Pons, 2001, págs. 155-156.
114 María Belén Vargas Liñán
a) Noticias y avisos:
Hemos clasificado este apartado según los ámbitos de las informaciones musicales
(locales, provinciales-nacionales e internacionales), ya que la mayoría de los periódicos
cuentan con secciones organizadas de este modo. De todo el conjunto, las novedades de
carácter local son las más numerosas en un diario debido a su cercanía en relación a los
lectores.
Este tipo de avisos y noticias suele aparecer en la prensa general en forma de sueltos o
informaciones breves, sin título y yuxtapuestos con otros del mismo ámbito (a veces se
individualizan resaltando en negrita la primera línea del texto). Aparecen unidos bajo una
cabecera común del tipo «Gacetilla», «Gacetilla de la Corte», «Gacetilla de Madrid»,
«Crónica de la capital», «Diario de las familias», «Noticias varias», «Noticias generales» o
«Miscelánea», entre otros. Resulta habitual en las noticias de la prensa de opinión la
constante presencia de comentarios personales del gacetillero y la costumbre de no revelar las
fuentes de información u omitir datos −que se supone conocen los lectores−, hechos que
restan crédito y veracidad al periódico. Así, es frecuente encontrarnos informaciones
imprecisas y basadas en rumores (con expresiones como «parece que...»), o que hacen uso de
informantes no identificados («según nos han informado...»).
Dentro del panorama de noticias con contenidos musicales de la prensa general, son
muy frecuentes las referencias a la música en actos militares y oficiales. Esto es debido a la
enorme politización de la vida española en la centuria, donde cobra sentido la presencia de la
música −en himnos y marchas militares− como símbolo de identidad nacional y unión
política, más allá del significado puramente artístico.
Aparte de lo anterior, un grupo numeroso de novedades musicales se vincula a la
esfera teatral (noticias relativas a licitaciones de coliseos, formación de compañías, listado de
sus miembros, expectativas del público al inicio de la temporada, ensayos y próximos
estrenos, polémicas con el empresario o con otras publicaciones periódicas, adelantos del
programa de beneficios y otras funciones especiales...). Es tal la relevancia de esta temática,
que algunos periódicos como El Clamor Público, La Iberia y El Imparcial disponen de
secciones propias de «Teatros», «Espectáculos» o «Crónica de teatros» −diferentes a los
espacios reservados a la crítica y la cartelera− donde avanzan las novedades del mundo
teatral.
1.1. Fuentes: La música en la prensa de información general 117
Otras noticias musicales que aparecen en las columnas de los diarios españoles se
refieren a la presencia de artistas foráneos en la ciudad, fallecimientos de músicos,
oposiciones a plazas de capillas musicales, sesiones de sociedades culturales o conciertos de
agrupaciones instrumentales −como la Sociedad de Cuartetos o la Artístico-Musical de
Socorros Mutuos−.
Madrid, eventos musicales con presencia de la familia real, etcétera; al mismo tiempo,
aparecen en estos medios quejas y comentarios contra las músicas callejeras nocturnas.
Las columnas de los diarios no están libres de sucesos luctuosos en los que aparecen
implicados músicos (en muchos casos como víctimas de acciones delictivas). En este tipo de
noticias observamos una tendencia a recrearse en detalles desagradables y morbosos que nos
anuncia el inicio de la prensa sensacionalista de la década de 1880.
Tanto los diarios madrileños como los del resto de España se interesan por informar
sobre acontecimientos de ámbito nacional, no siendo una excepción los sucesos musicales.
Las fuentes de información para cubrir estos contenidos son diversas −a veces no las
revelan−, pero principalmente los periódicos se sirven de corresponsales y suscriptores que,
desde los lugares de residencia, envían sus correspondencias de forma regular o puntual.
91
S. de M[ASARNAU]: «Noticias musicales», El Español, n.º 253 (10-7-1836) pág. 3; [Íd.]: «Noticias
musicales: Alemania. Inglaterra. Francia», Ibíd., n.º 269 (26-7-1836), pág. 4.
124 María Belén Vargas Liñán
También cobran relieve las noticias protagonizadas por músicos españoles en París.
Aparte de novedades teatrales, la prensa española informa sobre otros sucesos que
pueden llamar la atención de los lectores, como fallecimientos de críticos, musicólogos,
compositores e intérpretes extranjeros. En este sentido, destacamos un despacho telegráfico
de la agencia francesa Havas −aparecido en La Época− informando sobre la muerte de
Rossini; y una noticia publicada en el diario cordobés La Alborada que, haciéndose eco de un
periódico neoyorquino, informa sobre el estado de salud de la bailarina Lola Montes.
b) Carteleras 92:
Las carteleras de espectáculos son, junto con los anuncios, los contenidos musicales
más abundantes y constantes en la prensa generalista (si bien, algunos medios de los años 30
no la incorporan, como La Revista Española o El Vapor). El estudio de la cartelera durante
un periodo de tiempo considerable nos permite analizar la evolución de la programación de
espectáculos −principalmente teatrales− y esbozar la «vida» de los distintos coliseos y
salones activos en un contexto determinado. Además, el disponer de las carteleras de varios
medios de prensa coetáneos para una misma localidad puede ayudarnos a despejar dudas y
completar datos al respecto (de hecho, esto lo hemos llevado a cabo en nuestra investigación
sobre la prensa granadina). Dentro de la homogeneidad de la cartelera, podemos observar una
evolución a lo largo del siglo XIX y variaciones en función del medio. Durante los años 30
aparece un concepto antiguo de cartelera, con un texto rico en detalles dispuesto como un
artículo redactado:
92
Véase el epígrafe «Cartelera» (G8) en el apartado 2.3.1. («Clasificación y análisis de contenidos
musicales: Por géneros literario-periodísticos») de esta tesis doctoral.
1.1. Fuentes: La música en la prensa de información general 127
Desde mediados del XIX predomina en la mayoría de los diarios madrileños un tipo
de cartelera escueta y sintética, como consecuencia de la limitación del espacio en el
periódico y la diversificación de salas y teatros con espectáculos. Algunas no suelen
mencionar los géneros de las obras programadas −se sobreentiende que los lectores las
conocen−, aunque aportan otros detalles informativos como el número de la función de
abono.
c) Anuncios 93:
93
Véase el epígrafe «Anuncio publicitario» (G3) en el apartado 2.3.1. («Clasificación y análisis de
contenidos musicales: Por géneros literario-periodísticos») de esta tesis doctoral.
94
ACKER: Música y danza en el «Diario de Madrid»..., op. cit.
1.1. Fuentes: La música en la prensa de información general 133
Así mismo, ya hemos referido que los diarios de avisos de los años 40 del siglo XIX
incorporan pequeños grabados e imágenes −quizá por influencia de la prensa ilustrada− como
una estrategia para atraer la atención de los lectores de extracción popular, con altos niveles
de analfabetismo.
Hasta el último tercio del siglo, el anuncio es mayoritariamente breve −similar a los
anuncios por palabras actuales−, y en general predominan los anunciantes particulares o de
pequeños negocios. Además, no se ofertan marcas y los establecimientos no suelen conocerse
por un nombre o denominación sino por su ubicación en la ciudad.
Al final del siglo coexisten los anuncios breves por palabras −que se pagan por línea−
y los anuncios de texto más amplios acompañados de grabados, recursos tipográficos
llamativos, frases concisas y directas, eslóganes y cabeceras 95.
En cuanto a la relación entre los productos musicales anunciados y los órganos de
prensa (de opinión, de noticias, de avisos) donde aparecen, se aprecian sutiles vinculaciones.
Por ejemplo, el periódico elitista La Época hace publicidad de un producto musical
sofisticado −el piano mecánico antifoneles− proveniente de París:
95
Antonio CHECA GODOY: «El Siglo XIX. La edad dorada de la publicidad impresa», en Historia de
la publicidad, A Coruña: Netbiblo, 2007, págs. 33-57.
1.1. Fuentes: La música en la prensa de información general 139
Sin embargo, a pesar de estos casos, no existen grandes diferencias en los anuncios
musicales de los diferentes periódicos.
140 María Belén Vargas Liñán
d) Críticas y reseñas:
La prensa diaria, que con mayor circulación hubiera podido popularizar los conocimientos
estético-musicales en una sección destinada al efecto, no se cuidó de ello, y mientras la crítica literaria
era sostenida con gran brillo por escritores tan notables como Cañete, Alarcón, Selgas, o Valera, el
juicio razonado de las producciones musicales apenas se encontraba sino tímidamente y de tarde en
tarde 97.
96
Emilio CASARES RODICIO: «La crítica musical en el XIX español. Panorama general», en Emilio
CASARES RODICIO y Celsa ALONSO GONZÁLEZ, La música española en el siglo XIX, Oviedo:
Universidad de Oviedo, 1995, págs. 463-491. Luis G. IBERNI: «La crítica periodística madrileña fin de siglo:
Peña y Goñi», en Ramón BARCE (coord.), Actualidad y futuro de la zarzuela: actas de las jornadas celebradas
en Madrid del 6 al 9 de noviembre de 1991, Madrid: Editorial Alpuerto, 1994, págs. 201-213
97
CASARES: «La crítica musical en el XIX español...», op. cit., pág. 465.
142 María Belén Vargas Liñán
material considerable que reflejar en sus páginas. Por el contrario, observamos que la prensa
generalista de otras provincias no suele mantener una actividad crítico-musical tan regular ni
desarrollada, pues no disponía de personal especializado ni el dinamismo musical de esos
centros lo demandaba.
Con respecto a los aspectos supeditados a las decisiones del periódico, las críticas
musicales podían aparecer en varias ubicaciones del número: en el corpus del texto
−principalmente en la tercera y/o cuarta páginas−, en el folletín (espacio que compartían
simultánea o alternadamente con la crítica literaria y la novela por entregas) y, en raras
ocasiones, a toda plana en la portada del diario, como lo hizo La Época en varios números.
Imagen 115. José M. de Goizueta: «Revista musical. Teatro Real: La Africana» (extracto)
La Época, año 17, n.º 5.426 (23-10-1865), pág. 1
La mayoría de periódicos que practican la crítica musical, suelen reservar una sección
destinada en exclusiva a asuntos filarmónicos («Revista musical», «Crónica musical»),
existiendo medios −como La Revista Española− que dedican incluso un espacio particular a
la ópera italiana. Sin embargo, en otros casos, los juicios musicales comparten sección con el
resto de asuntos de la vida cultural («Revista de Madrid»), o bien aparecen en secciones
mixtas junto con otras disciplinas afines («Revista coreográfica y musical», «Crónicas de
teatros», «Revista musical y dramática», «Teatros y bellas artes», «Revista teatral y
literaria»). Las secciones musicales suelen extenderse a lo largo de varias columnas o en el
folletín de una página del periódico, si bien en un tercio de los casos ocupan más de una
1.1. Fuentes: La música en la prensa de información general 143
Anoche se ejecutó por segunda vez la ópera del Solitario, música del maestro Eslava. El teatro
estuvo lleno, y la concurrencia fue brillantísima. Toda la representación fue interrumpida por repetidos
y prolongados aplausos. Al final del primer acto entre innumerables bravos arrojaron de un palco a la
escena una preciosa corona de laurel, que uno de los señores concejales, en cuyo palco estaba el señor
don Hilarión desde el principio, colocó en las sienes del artista, al mismo tiempo que caían por todos
los ángulos del teatro composiciones poéticas dedicadas al autor de la ópera. El público pidió la
repetición del dúo final del primer acto, que se ejecutó en seguida. Concluida la función salieron a la
escena la señorita Corina di Franco y el señor Spech a recibir las muestras de entusiasmo de los
concurrentes por el feliz desempeño de sus respectivas partes 98.
98
«Noticias de España. Andalucía. Sevilla 12 de septiembre», El Espectador, n.º 48 (17-9-1841), pág.
3.
144 María Belén Vargas Liñán
Por otro lado, hemos de tener en cuenta que la crítica musical en la prensa general
gira principalmente en torno a la temporada teatral, el espectáculo por antonomasia en la
sociedad occidental decimonónica. Así, los asuntos sometidos a juicio por el crítico musical
se centran en la puesta en escena de las producciones líricas, de las cuales la ópera italiana
acapara la mayor atención −dos tercios del total en el conjunto estudiado−. A ésta le siguen
los repertorios de zarzuela, ópera franco-alemana, ópera española y género bufo, teniendo
una presencia testimonial la crítica de ballets franceses y otros bailes escénicos.
Ópera italiana
66%
Ópera
franco-alemana
9%
Baile escénico Ópera
1% Ópera bufa Zarzuelas
española
2% 20%
2%
99
«Teatros. Ópera italiana. Primera representación de la Chiara di Rosemberg del maestro Ricci», La
Revista Española, serie 2.ª, año 2, n.º 10 (8-12-1832), págs. 6 y ss.
100
Antonio PEÑA Y GOÑI: «Revista musical: Los holgazanes, zarzuela en tres actos, música de
Barbieri», El Imparcial, año V, n.º 1.389 (1-4-1871), pág. 1.
146 María Belén Vargas Liñán
Con respecto al estilo literario de las críticas, encontramos una amplia variedad. Así,
los escritos del periódico barcelonés El Vapor emplean una redacción espesa y anticuada −en
algunos casos, ampulosa y demasiado poética−; así mismo, tiende a mezclar en exceso el
discurso de carácter instructivo −semejante al de un ensayo científico− con el juicio artístico
propiamente dicho, lo que impide seguir con fluidez el razonamiento de la crítica.
No faltan aquellos que utilizan un lenguaje demasiado coloquial, quizá poco adecuado
para el contexto de una crítica musical:
La música de la ópera [I Due Foscari] es del maestro Verdi, que a pesar de ser actualmente
aplaudido en todos los teatros de Europa, no nos cuenta en el número de sus admiradores. Este célebre
maestro nunca apasiona, distrae. Original, vivaz y caprichoso, parece que su único objeto es el de
provocar a los espectadores a que echen de menos las bailarinas que deben danzar al son de aquella
música tan parlanchina y tan atropellada como el canto de las calandrias. Su instrumentación cautiva la
101
atención de los que tienen orejas; pero a los que tenemos oídos nos despunta los nervios [...] .
Ha partido con ella [la Giuli] los aplausos en esta ópera [La Traviata] el simpático Bettini,
quien algunas noches ha hecho furor en el final. ¿Saben Vds. qué noches? Las noches de lluvia. Es
observación que debemos a dos años de experiencia. Cuando el barómetro baja. Bettini canta como un
ángel. Acaso sea que la humedad de la atmósfera le suaviza la garganta. También suele hacer
maravillas cuando la tiple que tiene al lado es muy bonita.
[...] Pocas, muy pocas temporadas habrán visto una concurrencia tan constante, tan compacta y
tan distinguida como la que acude en la presente al coliseo italiano. No sabemos si los bailes, las
sesiones de cortes, las nieves o las crisis monetarias y ministeriales −cosas todas que llegan con el
crudo invierno−, harán mal tercio en meses sucesivos al Sr. Urries. Hasta hoy, ni el Buitre literario del
Circo, ni las elecciones, ni las lluvias del otoño, le han distraído la gente por una sola noche. Allí está la
101
Ramón de CAMPOAMOR: «Folletín. Revista de Madrid», El Español, n.º 346 (6-8-1845), pág. 1.
1.1. Fuentes: La música en la prensa de información general 147
flor de la aristocracia, l'elite de los salones y de los gabinetes. Allí está el gabinete en persona, es decir,
allí está casi todas las noches la mayoría de los actuales ministros 102.
Por otra parte, el que tengamos en cuenta la belleza del lenguaje en las críticas
periodísticas no es obstáculo para conferir suma importancia a aquellas que emplean
correctamente un vocabulario técnico-musical. Un ejemplo en el que se combinan ambas
características −corrección en el estilo literario y en el aspecto técnico− lo encontramos en la
crítica de la ópera Anna Bolena de Donizetti publicada en La Revista Española:
El canto de la señora Armerinda Manzocchi pertenece sin duda alguna a la mejor escuela. Su
modo de ejecutar en lo que se llama de declamación y spianatto, según a cada uno corresponde,
aparece puro, expresivo, bien ligado, y lleno de inteligencia. La señora Manzocchi tiene además mucho
brío, lo que se llama alma, como cantante y como actriz; y no por pertenecer al citado género spianatto
más bien que al de agilidad, carece de esta última. Antes al contrario, la hemos visto arrostrar con
denodada bravura varias dificultades de ejecución, y llevarlas a cabo con plausible limpieza, y notable
desenvoltura. Su físico, su voz y su canto reciben fácilmente las impresiones de la situación dramática,
y las transmiten casi siempre a los espectadores.
[...] ¿No permitirá la señora Manzocchi que, cumpliendo con el penoso encargo de censores,
nos tomemos la libertad de señalar alguno de sus defectos? [...] Es uno de ellos el de abusar la señora
Manzocchi con alguna frecuencia, y de un modo ingrato, del portamento de voz. Otra es la de cambiar
a veces su sonido, de manera que en una misma pieza, en un mismo momento, se oye una misma nota,
transmitida por la misma boca, con dos o tres sonidos diferentes. (...) Nosotros confesamos ser muy
partidarios de los que ligan mucho en el canto; mas a pesar de esta declaración, confesamos igualmente
admitir muy poco el portamento de voz. (...) Siendo su voz corta, y teniendo necesidad de portarla para
coger los puntos altos, puede acontecer que de aquí nazca el haberse acostumbrado al uso excesivo del
portamento 103.
102
Pedro Antonio de ALARCÓN: «Teatro Real», La Época, año 10, n.º 2.940 (5-11-1858), pág. 3.
103
«Boletín. Ópera italiana. Don Giovanni - Anna Bolena - Salida de la señora Armerinda Manzocchi»,
La Revista Española, año 5, n.º 437 (3-1-1835), págs. 1-2.
148 María Belén Vargas Liñán
periódico de aquella capital sobre el papel que hace en esta misma Lucia di Lammermoor
[...]» 104.
En ciertos casos, incluso, a pesar de manifestar una opinión propia e independiente,
observamos ciertos reparos en los críticos cuando tienen que contradecir el veredicto del
público:
Pero hablemos de la ópera [Catherina di Guisa de Coccia]. El público la silbó como lo silbó
todo: era noche de tormenta. Nosotros, sin querer tachar de injusto un fallo al que contribuyeron mil
accidentes que no debieran haber ocurrido, creemos sin embargo que no había motivo para que hubiera
sido tan severo 105.
[...] Squarcia estuvo perfectamente en todo su papel; el andante de su aria de salida fue
expresado con suma propiedad, y dispuesto estaba el público a aplaudirle, cuando se interpuso una
malhadada fermata que entibió la manifiesta buena voluntad con que iba a ser recompensado. Ahora
bien, ¿es suficiente una fermata para neutralizar el buen efecto de un andante admirablemente dicho?
Doctores tiene el paraíso que sabrán responder 107.
Todo lo contrario sucede con críticos como Gustavo Adolfo Bécquer que, a pesar de
su amplia cultura musical, no se considera una autoridad en la materia por carecer de
cualificación musical. Su concepto de la función del crítico −quizá demasiado modesta− se
104
«Folletín. Revista teatral», La Esperanza, n.º 162 (17-4-1845), pág. 1.
105
«Boletín del 5 de mayo. Teatro del Príncipe. Función del día 3 del corriente. Catherina di Guisa,
ópera nueva. Salida de la señora Talestris Fontana», La Revista Española, n.º 67 (6-5-1835), pág. 1.
106
E. VELAZ DE MEDRANO Y ÁLAVA: «Folletín. Revista musical», El Español, n.º 428 (9-11-
1845), pág. 1.
107
A[ntonio] P[EÑA] Y G[OÑI]: «Revista musical. Guillermo Tell. Polliutto. Saffo», El Imparcial, año
3, n.º 885 (13-11-1869), pág. 4.
1.1. Fuentes: La música en la prensa de información general 149
Nadie nos pregunte a qué reglas nos atenemos para juzgar, o de qué premisas filosóficas
parten nuestras conclusiones. Ni la estética, ni los rígidos principios del arte, ni la lógica, a veces,
tendrán nada que hacer en nuestros juicios: somos una voz más en el ruidoso concierto de las opiniones
del público. [...] Impresionable, como lo es generalmente la masa del público, como ella juzgando más
con el corazón que con la cabeza, satisfechos unas veces, mal humorados otras, sin el temor que trae
consigo el ejercicio de un magisterio al que generosamente renunciamos, [...] siempre procuraremos ser
justos y sacar a salvo, al menos, los fueros del sentido común 108.
Por otro lado, observamos una gran variedad de criterios de valoración aplicados en
las críticas musicales. Cuando se trata de estimar la calidad de una obra, además de tener en
cuenta la originalidad de la composición, algunos críticos subrayan la pertenencia a una
escuela musical determinada y el grado de pureza o mixtura de su estilo −especialmente
ocurre en la crítica operística−.
Esta rápida ojeada sobre los varios periodos de la historia de la música dará a conocer a
nuestros lectores que, al formar el análisis de las óperas que se canten en el teatro de Barcelona,
seguiremos las leyes de una clasificación rigurosa, fijaremos la escuela a que pertenecen [...]. Como
alumnos del arte, preferimos las escuelas puras; consideraremos siempre a las mixtas como un paso
retrógrado que nos aleja de la verdadera perfección 109.
El maestro Ricci [...], lo mismo que Donizetti, se ha decidido por la escuela belliniana. [...]
Los rasgos distintivos de este método consisten en la fuerza dramática, formando cierta contraposición
oportuna con celestiales consonancias y combinaciones peregrinas. Aspirando los instrumentos
robustos a varonil oposición, componen vigoroso claro-oscuro con los instrumentos suaves; y como las
palabras de los actores andan cual si dijéramos dramáticamente arrojadas en medio de estos
108
[Gustavo Adolfo BÉCQUER] «Variedades. Revista de teatros», El Contemporáneo, año 5, n. 1.165
(23-10-1864), pág. 3.
109
«Teatro italiano», El Vapor, año 1, n.º 9 (9-4-1833), pág. 4.
150 María Belén Vargas Liñán
El canto de Rubini se ostenta original, apasionado, dramático [...]: no se contenta con indicar
las pasiones, sino que las pinta, las exagera tal vez. [...] Burlaos del cantor que sólo vea las notas 111.
Este talento es menester concedérselo desde luego a la señora Grisi. Canta con arte: éste es su
mérito; y su rostro animado, todos sus ademanes manifiestan que siente lo que dice, y hacen olvidar
que hay arte en ella: éste es mayor mérito todavía. [...] Vimos la verdad, y la vimos perfectamente
expresada 112.
110
«Teatro italiano. Chiara de Rosemberg. Ópera del maestro Ricci (acto primero)», El Vapor, año 1,
n.º 32 (1-6-1833), págs. 2-3.
111
«Crónica teatral», El Vapor, año 1, n.º 57 (30-7-1833), pág. 2.
112
«Teatro de la Cruz. Primera salida de la señora Judith Grisi a nuestros teatros en la ópera de Bellini I
Capuleti ed I Montechi, la noche del 1.º del corriente», Eco del Comercio, n.º 3 (3-5-1834), pág. 1.
113
«Teatro italiano. Chiara de Rosemberg. Ópera del maestro Ricci (acto primero)», El Vapor, año 1,
n.º 32 (1-6-1833), pág. 2.
114
«Boletín. Teatros. Príncipe. Primera representación de Guillermo Tell, ópera seria en cuatro actos,
música del maestro Rossini», La Revista Española, serie 3.ª, n.º 398 (21-11-1834), pág. 1.
1.1. Fuentes: La música en la prensa de información general 151
Sus defectos [los del estilo musical del compositor] son el abuso de los tutis, el ruido
demasiado continuado, los unisonus tan repetidos y lo mal que escribe para las voces. [...] Ya hemos
insinuado lo mal que este compositor escribe para el canto, pues su música está en una tessitura tan alta
y tan mal dispuesta a veces para la voz, que ni se puede ejecutar con la facilidad debida ni se presta al
canto; sólo sí sirve para estropear las gargantas y pecho de los pobres cantantes. Éste es el mayor
defecto de Verdi 115.
Lo que Verdi ha escrito no es lo que la señora Bertolotti hace. Al llegar a este paso la cantatriz
ni ejecuta ni afina; no ejecuta porque no ha estudiado la vocalización; no afina porque no sabe fijar ni
dirigir su voz, pues en un canto ligado y seguido esta misma señora afina siempre, lo que prueba que la
falta está en su poca maestría, y no en la mala organización de la voz, ni por falta de oído 116.
Aunque el hablar de lo que se ignora es una especie de epidemia de la que pocos se libran,
confesamos ingenuamente que en materias de música no llevan nuestros juicios el sello de autoridad.
[...] Extraños a la lucha pedagógica de los maestros, tenemos por cosa cierta que la música, y en general
las bellas artes, son del dominio de cuantas personas tienen alma para sentir y razón para juzgar. [...]
115
E. VELAZ DE MEDRANO Y ÁLAVA: «Folletín. Teatro de la Cruz. Hernani. Primera salida del
barítono Ferri. Teatro del Circo. La Ondina. Primera salida de Mlle. Teresse Ferdinand», El Español, 2.ª época,
n.º 386 (21-9-1845), pág. 1.
116
E. VELAZ DE MEDRANO Y ÁLAVA: «Revista musical. Apuntes históricos. Teatro del Circo.
Giovanna d'Arco, ópera de Verdi», El Español, 2.ª época, n.º 728 (10-11-1846), pág. 4.
152 María Belén Vargas Liñán
Así como los enfermos no necesitan saber el nombre de su mal para saber dónde les duele, así tampoco
necesitan los sanos saber cómo se ha escrito una composición lírica para adquirir el convencimiento,
una vez oída, del placer que les causa o del enojo que les produjo. Por otra parte, nada nos parece tan
injusto como el empeño de limitar el dominio de las artes al escaso número de los que con razón o sin
ella se llaman inteligentes 117.
[...] Nos proponemos hablar de música por voluntad propia, pero sin que presten autoridad a
nuestras palabras otras circunstancias que el sentido común, la costumbre de ir al teatro, el oído
delicadísimo que nos dio naturaleza y un entusiasmo por la música, capaz de arrostrar todo género de
eventualidades. Declaramos pues que no conocemos la llave de sol, ni la semifusa, ni el do siquiera,
pero no por esto dejaremos de echar nuestro cuarto a espadas, sin que nos arredren las sonrisas
desdeñosas de ciertos maestros y críticos del trompón, que pretenden que para dar dictamen sobre una
ópera es preciso ser al menos compositor. Lucido andaría el mundo si el criterio público no tuviera voz
y voto!... En bellas artes todos juzgan con entendimiento y raciocinio; es decir, oído y costumbre de
escuchar buena música. [...] Lancemos pues una mirada de compasión a esos pobres de espíritu que
niegan la competencia a los demás, y hablemos algo de música. Formamos en las filas del vulgo y
nuestra opinión no participará en cambio del exclusivismo y las miserias de escuela que envenenan casi
siempre los dictámenes facultativos. No tememos ni envidiamos 118.
Esta declaración de derechos del crítico de El Clamor Público viene justificada por la
polémica mantenida con los miembros de la orquesta del Circo −a propósito del juicio de la
zarzuela Moreto de Oudrid−. En el curso de la discusión, el director Gaztambide recrimina al
crítico su falta de conocimientos musicales que le acrediten para juzgarlos:
El crítico o críticos musicales del expresado periódico, no solamente son de todo punto
incompetentes en la materia, sino que la han tratado con ligereza y mala fe en la parte que a nosotros se
refiere; y no por esto se crea que tratamos de rebelarnos contra los fueros de la crítica propiamente
dicha; todo lo contrario, la respetamos y aún la deseamos porque ilustra y enaltece; nos rebelamos
solamente contra los que encerrados en el laberinto de su ignorancia, abordan cuestiones que les son
ajenas y a falta de ciencia las trata en el terreno de la más ofensiva personalidad.
[...] Endereza a los incautos un parrafito tenebroso como el que dice: «La ejecución
instrumental es individual y colectiva. Se compone del arte de tocar los instrumentos y del de concertar
para la medida y el sentimiento a cierto número de ejecutantes reunidos», o cuando llama rondó a un
septimino con coros, o cuando pretende que los profesores de una orquesta se deben entusiasmar y
comunicar al público el gusto que les domina. ¡Vaya una idea extraña que tienen los simples
117
«Variedades. Revista musical», El Clamor Público, n.º 2.946 (19-2-1854), pág. 2.
118
«Variedades. Revista musical», El Clamor Público, n.º 3.781 (16-11-1856), pág. 2.
1.1. Fuentes: La música en la prensa de información general 153
aficionados de El Clamor! Sin duda no saben (entre otras muchas cosas) que la bondad de una orquesta
está en razón directa de su obediencia a las miradas y a la batuta del director.
[...] De otras muchas simplicidades de los simples aficionados [ellos se autodenominan así]
dejamos de ocuparnos, porque para probar que el autor o autores de la Revista musical en cuestión no
saben lo que pescan en materias de música, hasta con lo apuntado, pues si se fuera a comentar las
herejías musicales que de tiempos atrás viene diciendo El Clamor, serían necesarios tantos pliegos de
papel, cuanto números han salido a la luz del mismo periódico, y aún no bastarían. Vamos a concluir
rogándoles que aprendan siquiera los principios de la música para no exponerse a decir tanto desatino,
y que por lo que toca a nuestras personalidades sean más circunspectos 119.
Tampoco vamos a ocuparnos de los artistas del teatro Real. Les pedimos sinceramente nos
dispensen nuestro silencio. Para callar tenemos una poderosa razón: la música nos arroba, nos
transporta, nos enlanguidece, nos hace experimentar, en fin, grandes sensaciones; pero no somos
músicos: nosotros en la ópera somos público lego; todo corazón, nada crítica; no sabemos lo que es una
nota tal o una nota cual, ni qué lo sostenido, ni qué lo esfogato; ni aún conocemos la nomenclatura de
muchas de las partes de una ópera, lo que confesamos sin rubor alguno, porque si además de
folletinistas, revisteros, novelistas, sudatintas, en fin, de oficio en la mayor parte de los géneros que
constituyen la bella literatura […]; si además de todo esto fuéramos también músicos, seríamos un
fenómeno. Y no lo somos, ni mucho menos, no señor. Tratándose de un o de una cantante, nosotros no
podemos decir a nuestros lectores más que lo siguiente: «La signora o el signor tal, y éste y el otro nos
parecen muy buenos, nos gustan mucho: id a verlo y a ver si sois de nuestra misma opinión» 120.
Fernández y González expresa mejor que nadie la realidad de una parte de los
periodistas que hacen crítica musical, con la diferencia de que él admite sus carencias sin
ambages y, además, expresa lo que piensa sin maquillar su opinión:
Nosotros nada tenemos que ver con la parte artística del teatro Real, como no sea respecto a
decoraciones, que eso sí: respecto a aparato escénico y demás, estaremos diciendo siempre que nos
venga a cuento, y aunque no nos venga, que las decoraciones del Sr. Urries son detestables, abusivas,
impropias del finchado teatro lírico-coreográfico extranjero de España, y en completa inarmonía con la
119
Joaquín GAZTAMBIDE, [Comunicado], en «Variedades. Crítica musical», El Clamor Público, n.º
3.035 (4-6-1854), pág. 2.
120
Manuel FERNÁNDEZ Y GONZÁLEZ: «Folletín. Revista de teatros», La Discusión, año II, n.º 499
(11-10-1857), pág. 1.
154 María Belén Vargas Liñán
encomienda y la representación de su neo-católico empresario, antiguo soldado del rey, a quien para
ahuyentar no es necesario hacer la cruz, sino cantusar a media voz el desdichado himno de Riego.
Estaremos también hablando, hasta que logremos la enmienda, lo que quiere decir que estaremos
hablando en vano, mientras el Sr. Urries no se muera, o el teatro Real no pase a otras manos, de la
media luz de la Lucerna, de los pasillos que parecen de casa robada, de los salones de descanso
cerrados (acaso para que no se gaste gas), de las estufas (apagadas aún en las noches frías, tal vez para
que no se gaste leña), de la gatera abierta al público pesetero, para ir directamente al paraíso, y no a otra
parte alguna del teatro (lo que prueba cumplidamente el neo-catolicismo del empresario); hablaremos,
en fin, sin cesar de las mil y una enormidades que en el real coliseo produce el ingenio administrativo-
económico del Sr. Urries: cuando nosotros hablamos del teatro Real, entiéndase que lo hacemos con
relación a alguna monstruosidad, a algún abuso, a algún despropósito, alguna desvergonzada mancha
de aceite en algún telón viejo; a algún mueble inválido y feo a quien se haga servir a la fuerza, a los
nunca bien, como se debe, ponderados trajes, etc…. y decimos etcétera, porque si hubiéramos de hacer
una lista de lo que falta bueno y de lo que sobra malo en el teatro Real, sería necesario concluir,
epilogar, resumir cuanto antes por temor de meterse en el cuento o en la cuenta de nunca acabar.
Perdónenos, pues la señora Medori y su troupe en gracia a la sinceridad con que confesamos nuestra
incompetencia en materias de música, y no se ofenda porque no le demos un lugar en esta revista que
será puramente dramática 121.
Para juzgar de la música, no tenemos más que el sentimiento y el oído, nuestro gusto
particular, nuestro particular conocimiento de la armonía, de la situación y del efecto; no podemos,
pues, valernos de frases técnicas ni explanar doctrinas musicales, lo que no creemos haga gran falta,
porque la mayor parte de nuestros lectores no nos entendería, si pudiéndole usar, usáramos el alto
lenguaje del arte musical, incomprensible para los profanos; no tenemos la pobre pretensión de saberlo
todo 122.
Esta opinión es contraria a la defendida por críticos como Velaz de Medrano y Espín
y Guillén sobre las condiciones para ejercer el juicio artístico, aunque sí es compartida por
123
Peña y Goñi . Al hilo de esta cuestión, consideramos otro aspecto no menos controvertido
que se produce en el ejercicio de la crítica musical, esto es, la parcialidad o imparcialidad de
121
Ibídem.
122
Manuel FERNÁNDEZ Y GONZÁLEZ: «Folletín. Revista de teatros», La Discusión, año VII, n.º
2.211 (8-3-1863), pág. 1.
123
Consultar los apartados posteriores sobre la crítica musical en cada uno de estos autores.
1.1. Fuentes: La música en la prensa de información general 155
los críticos a la hora de juzgar una obra o interpretación artística. Aunque parece ser una
costumbre frecuente, poco trasciende en la prensa sobre esta práctica salvo algunas opiniones
como las del crítico de El Observador en las que acusa al periódico El Heraldo de falta de
rigor:
La compañía [del teatro Real] está recibiendo desengaños todos los días; díganlo Hernani,
Beatrice y aún Lucrezia, no obstante los elogios de El Heraldo, para quien lo blanco parece negro en
materias de crítica filarmónica. Y ya que mencionamos a este periódico, no podemos menos de
manifestarle, así como de pasada, que cuando en el teatro del Príncipe se cantó la Semiramide, con
objeto de solemnizar la proclamación de la Reina Doña Isabel II, figuraba una orquesta, no de quince
instrumentos, sino de treinta y seis profesores [...], y además salían dos bandas al palco escénico
compuestas de más de 40 músicos. [...] Esto recuerdan los jóvenes; pero los viejos suelen trascordarse
de las cosas, y de esta enfermedad vemos que sufre grandes ataques El Heraldo. Para curar a nuestro
olvidadizo colega, le recordaremos que en su número 3.000 del 19 de junio presentaba a un ángel en
cada individuo de las compañías de ópera y baile del teatro Real; después mudó de parecer [...] 124.
Su voz [del Sr. Boticelli], repetimos, que es magnífica; desde el sol grave hasta el fa agudo
toda es fuerte, sonora e igual; y en esta ópera se ha debido admirar más, por el tejido altísimo, pues es
en realidad de un barítono agudo, y se encontrarán muy pocos bajos, verdaderamente tales, que puedan
cantarla. [...] El principal defecto del señor Boticelli consiste en que no hay portamento de voz en su
canto, esto es, canta fortissimo, forte, piano y pianissimo; pero no hay la necesaria gradación en los
pasos de un piano a un forte, de un forte a un piano, y por supuesto le falta principalmente esta
gradación en cada una de las notas en el canto spianato 125.
124
«Revista musical», El Observador, n.º 1.532 (3-11-1852), págs. 2-3.
125
«Teatro de la Cruz. Mayo 31. Primera representación de la ópera nueva, titulada Il Furioso, música
del maestro Donizetti», Eco del Comercio, n.º 33 (2-6-1834), pág. 2.
156 María Belén Vargas Liñán
La voz de la señora Albertini tiene fuerza y extensión, modula agradablemente, y ejecuta con
mucha limpieza. Sobre todo admiró el público, y aplaudió por lo tanto, unas largas escalas cromáticas,
tan difíciles de ejecutar como saben todos lo inteligentes, y en que el oído más preocupado, si cabe
preocupación en los oídos, no perdía uno sólo de los rápidos semi-tonos que bajaban en fuga
precipitada. Pedimos perdón a los indicados inteligentes si la fraseología técnica que atrevidamente nos
lanzamos a emplear, peca contra la ortodoxia del contrapunto y de la ejecución 126.
Así mismo, algunos críticos bromean con el uso de ciertos términos imaginando
sarcásticamente la reacción de condena de los más dogmáticos:
El sonido de voz de la señora Manzocchi es muy agradable: su calidad tiene más de los contraltos que
de los tiples; en cuanto a lo limitado de la extensión, apenas nos atrevemos a denominarla mezzosoprano. Más
bien tendríamos inclinación a llamarla mezzocontralto; pero este dictado nos haría excomulgar por todos los
músicos rigoristas que no quieren neología en el arte 127.
[...] Conocida ya pues del público la ópera, y sabido el modo con que la desempeñan la mayor parte de
los cantantes, nos vemos por esta vez libres, con mucho gusto, de entrar en exámenes siempre espinosos, cuando
no hay mucho bien positivo que decir. Sólo apuntaremos que hemos vuelto a oír con placer las gratas melodías
de que abunda esta composición, a la cual estamos tentados por calificar de romántica. Líbrenos Dios, sin
embargo, de insinuarlo siquiera. Esto daría lugar a que nos obligasen a explicar que es lo que entendemos con
esta voz; y si tal hiciésemos, es muy probable que se levantase un tolle, tolle de románticos y clásicos, que de
consuno nos pusiesen como hoja de perejil 128.
126
«Folletín. Revista teatral y literaria», La Esperanza, n.º 265 (16-8-1845), pág. 1.
127
«Boletín. Ópera italiana. Don Giovanni - Anna Bolena - Salida de la señora Armerinda Manzocchi»,
La Revista Española, año 5, n.º 437 (3-1-1835), pág. 2.
128
«Boletín. Ópera italiana», La Revista Española, n.º 478 (13-2-1835), pág. 1.
1.1. Fuentes: La música en la prensa de información general 157
[...] Resulta de esto que el Crociato, por demasiadamente esmerado, por sobradamente
artístico, llega a fatigar el ánimo, al paso que a desorientar la imaginación. Es difícil seguir al autor con
serenidad y calma por entre aquel non plus ultra de combinaciones nuevas, de peregrinas armonías, de
inesperadas cadencias nunca oportunamente enflaquecidas por un discreto claro-oscuro, al efecto de
hacerlas más notables y plácidas al oído. Como no se cansa la orquesta de elevarse, llega a ser tan
remontado su vuelo que los ojos del espectador se fatigar de seguirlo 129.
[...] El dúo de dos bajos es admirable trozo de originalidad y travesura, apártase absolutamente
de la línea clásica indicada por el inmortal Cimarosa sin que deje de lucir propia y gentil armonía, con
no sé qué amagos de novedad 130.
[...] Sus combinaciones son profundamente armónicas, lucen sus periodos un tono agreste
filosóficamente acomodado a la índole feroz de aquellos tiempos [medievales], y no pocas veces se
advierte en algunas frases cierta intención de ternura que por desgracia se pierde, apenas despunta,
entre el general estruendo. [...] Esta frecuente superabundancia amónica quita a muchos cuadros de la
ópera el correspondiente claro oscuro 131.
[...] En la introducción de Luisa Miller hay un perfume de poesía agreste que refresca el alma
y la dispone a las emociones más tiernas. Las últimas notas del trío, que se pierden a manera que Luisa,
su padre y Rodolfo van caminando hacia la iglesia, es uno de los pensamientos más delicados. El aria
de barítono está llena de nobleza y sencillez. Es una melodía dulce y grave, que penetra en el corazón y
que termina con frases llenas de majestad y ternura 132.
[...] Arrieta se inspira sin duda en uno de esos momentos de infinita pasión, que suelen
conmover el corazón del verdadero genio, pues de otro modo no haría vibrar a su antojo con unos
cuantos acordes el de todo el que le oye, el público ríe o llora si Arrieta quiere que llore o ría, y este
poder absoluto que ejerce sobre las cuerdas del sentimiento, es una prueba de que la inspiración
armónica no se crea estudiando, se recibe al nacer como un don de la Providencia! 133.
Todo lo contrario ocurre en los escritos de los autores más acreditados −Velaz de
Medrano, Espín y Guillén, y Peña y Goñi−, que hacen gala de un lenguaje sencillo y directo,
sin entrar muchas veces en detalles técnicos para que la generalidad de los lectores lo
129
«Teatro italiano. Il Crociato in Egitto. Primera salida de la Sra. Bonini», El Vapor, año 1, n.º 16 (26-
4-1833), pág. 3.
130
«Teatro italiano», El Vapor, año 1, n.º 60 (6-8-1833), pág. 3.
131
«Teatro español. I Normandi, ópera de Mercadante», El Vapor, año 1, n.º 30 (28-5-1833), pág. 3.
132
«Variedades. Revista musical», El Clamor Público, n.º 2.595 (2-1-1853), pág. 3.
133
José VEGA: «Folletín. Revista teatral», Diario de Córdoba, año 12, n.º 3.228 (12-5-1861), pág. 1.
158 María Belén Vargas Liñán
[La Sra. Fontana] Silaba bien, como dicen los italianos; declama bien, y usa con alguna
frecuencia el portamento de voz en los andantes, lo hace de un modo que no choca y que se parece más
a ligar que a portar. La voz de esta cantatriz es de tiple bien determinado y aún sfogato: su calidad no
desagradable, pero no tiene cuerpo, lo que la hace poco a propósito para situaciones dramáticas fuertes
[...]. La señora Fontana siente cuanto canta pero no está dotada del don de transmitir a los oyentes sus
134
Jesús RUBIO JIMÉNEZ: «Las ideas teatrales de Gustavo Adolfo Bécquer», en Estrenado con gran
aplauso: teatro español, 1844-1936, Madrid: Iberoamericana Editorial, 2008, págs. 175-206.
1.1. Fuentes: La música en la prensa de información general 159
sentimientos. Ello es verdad que para conseguir este efecto no basta sentir [...] se necesita una acción
bien entendida y animada 135.
El final del primer acto, única pieza concertante que tiene la ópera [...] estuvo bastante
desordenado en su stretta: no atinamos porque el señor Ronzi en su andante haga uso del falsete;
preferiríamos la voz en pianísimo, porque el falsete sobre una tesitura tan baja como la de aquellos
compases de música, es siempre oscuro, de poco efecto, y lo que peor es, parece inseguro, aún cuando
así no sea 136.
Aún así, no falta algún crítico que se sincera diciendo: «Escribir de teatros es una
dificilísima cosa. Todos se creen entendidos en achaques de declamación, todos dan su voto,
y pocos, poquísimos, han estudiado el arte, ni alcanzan por lo tanto sus bellezas» 137. Por otro
lado, es de reconocer que muchos de ellos ofrecen interesantes reflexiones de tipo sociológico
sobre asuntos como la recepción de los espectáculos, el cultivo de la música por los
aficionados, etcétera.
Por las razones anteriores, muchos periodistas suelen eludir el juicio específicamente
musical de una composición. Para ello, aducen diversas razones, entre ellas, la pésima
ejecución del estreno de la obra y la premura de tiempo que media entre la interpretación y la
publicación de la crítica; otras circunstancias, como el hecho de que la obra ya ha sido
analizada anteriormente en el periódico, el que no despierta interés de ningún signo en el
público o que es demasiado conocida («Un análisis detenido de esta ópera sería una especie
138
de ultraje a los aficionados de Barcelona» ); la imposibilidad de incluirla en el número de
la publicación por falta de espacio y abundancia de materias; o el caso de haber sido
compuesta por uno de los grandes maestros de la música («Adrede hemos dejado de hablar
del modo con que está instrumentada la Gemma [di Vergy] porque nos ha parecido que con
sólo decir que es de Donizetti basta para que todos sepan que en esta parte no deja cosa que
135
«Boletín del 5 de mayo. Teatro del Príncipe. Función del día 3 del corriente. Catherina di Guisa,
ópera nueva. Salida de la señora Talestris Fontana», La Revista Española, n.º 67 (6-5-1835), pág. 1.
136
«Folletín. Ópera italiana. Gli Arabi nella Gallie, melodrama trágico puesto en música por el maestro
Pacini», La Revista Española, n.º 263 (18-11-1835), pág. 1.
137
M. GARCÍA: «Folletín. Revista teatral», Diario de Córdoba, año 8, n.º 2.109 (23-9-1857), pág. 1.
138
«Teatro italiano. La Cenerentola», El Vapor, año 2, n.º 63 (27-5-1834), pág. 4.
160 María Belén Vargas Liñán
139
desear» ). También algunos críticos se desentienden de entrar en detalles técnicos
aduciendo que
Otra razón puede provenir del posicionamiento estético del crítico, que decline hacer
la valoración de un género musical que no le merezca interés −como el caso de la zarzuela a
mediados del siglo XIX−:
La zarzuela traducida que con el título de Un día de reinado se estrenó el miércoles último en
el Circo, fue mal recibida. En rigor no merece los honores de una crítica formal y por eso no la
hacemos. Figúrense nuestros lectores lo que puede ser una producción lírica en que han escrito seis o
siete diferentes ingenios. [...] Si esta zarzuela no hubiera pasado ya al panteón donde tantas otras yacen
justamente olvidadas, nos extenderíamos algo más, pero habiéndola retirado ya la empresa o sus
autores, fuera poco generoso hacer su censura de ultra-tumba. Paz a los muertos 141.
139
X.: «Folletín. Ópera italiana. Teatro de la Cruz. Primera representación de Gemma di Vergy: ópera
trágica del maestro Donizetti. Salida del primer bajo de la compañía Signor Pietro Lej», La Revista Española,
n.º 526 (7-8-1836), pág. 1.
140
«Revista de teatros», Eco del Comercio, n.º 1.419 (20-3-1838), pág. 1.
141
«Variedades. Revista musical», n.º 2.946 (19-2-1854), págs. 3-4.
142
ZAMPA [ESPÍN Y GUILLÉN]: «Variedades. Revista musical. Gran Misa de G. Rossini», La Iberia,
año XIX, n.º 4.411 (26-2-1871), pág. 3.
1.1. Fuentes: La música en la prensa de información general 161
Cosa probada parece que han menester hacerse esperar las cosas en nuestro país para ser buenas, la
experiencia ha hecho para nosotros un axioma de esta proposición, tanto en política como en música. Pocas
cosas habrán ejercitado tanto nuestra paciencia como el Estatuto [Real] y la Sra. Grissi; en cambio sin embargo
muy pocas también nos han satisfecho más completamente. Si, atendidos estos ejemplos, puede dejar de ser
paradójica nuestra inducción, debe servirnos de gran consuelo; porque según ella ¿qué esperanzas no podemos
fundar de las cosas que en la actualidad nos tienen en expectativa? [...] Nada queremos hablar de la pacificación
completa de nuestras provincias del norte: el final del primer acto de la ópera de Bellini, con la particular
semblanza de poderse decir de uno y otro que hubo en ellos montescos y capeletes [sic].
¿A qué deducciones nos conduciría el empeño de hacer un artículo músico en política o un artículo
político en música? Ambas cosas viven de armonía, ambas cosas, por ahora, en nuestro país, excluyen todo justo
medio. En música no hay pieza absolutamente mala, no hay más que malos cantores; entre nosotros no puede
haber gobierno bueno ni malo [...]. En disensiones civiles, el que no es montesco o capuleto merece la
execración de Verona, contribuye al envilecimiento de la patria; su silencio, su egoísmo es criminal. En música,
162 María Belén Vargas Liñán
toda falta, toda entonación defectuosa, toda nota incierta es mortal para la obra. En política, todo sesgo es
innoble, toda debilidad inexcusable, toda equivocación criminal [...] 143.
Como podemos observar, Larra tiene la cualidad de imbricar las temáticas de sus
críticas con la cuestión política y social como telón de fondo permanente. Este solapamiento
también se observa en el empleo de fórmulas retóricas usadas en las Cortes y presentes en sus
escritos de crítica teatral («mi digno compañero», «pido la palabra»). Por su parte, la
valoración musical que hace Larra de estas producciones no es su punto fuerte, si bien
describe correctamente la técnica vocal de los cantantes y se apoya especialmente en aspectos
dramáticos de la obra.
143
FÍGARO: «Boletín de la Revista. Teatros», La Revista Española, año 4, n.º 205 (3-3-1834), pág. 1.
1.1. Fuentes: La música en la prensa de información general 163
que está iniciado en ellos. Si a esto se añade la imparcialidad, tan necesaria en toda crítica, preciso será
confesar que lejos de ser perjudicial, [...] la crítica, manejada según nos proponemos, podrá alentar a
los artistas, fomentar el arte y propagar el buen gusto 144.
Así mismo, declara su intención de realizar la crítica musical para un amplio espectro
de público (no sólo entendidos). Pero reitera que para poder juzgar es necesario «haber
aprendido los elementos del arte, estudiado sus infinitos recursos, la variedad de sus formas,
saber distinguir los errores y faltas de la armonía, del ritmo y melodía, antes de decidir ex
cátedra el mérito de una composición» 145. A continuación enumera los asuntos que merecen
ser reseñables o criticables en materia musical:
1.º Reorganización del Conservatorio de Música
2.º Creación de la ópera española
3.º Labor de extender el buen gusto
4.º Reforma completa de nuestras músicas militares
5.º Enseñanza general de la música
6.º Música religiosa y órgano
7.º Influencia de la música en los seres animados y en las enfermedades mentales
8.º Literatura histórica de la música
144
E[duardo] V[ELAZ] DE M[EDRANO] Y Á[LAVA]: «Sección musical», El Español, 2.ª época, n.º
352 (13-8-1845), pág. 4.
145
Ibídem.
164 María Belén Vargas Liñán
146
Eduardo VELAZ DE MEDRANO: «Revista musical. Ópera italiana. Inauguración de la nueva
compañía», La España, año 3, n.º 565 (10-2-1850), pág. 1.
1.1. Fuentes: La música en la prensa de información general 165
El navarro José María Goizueta ejerce la crítica musical durante más de veinte años,
desde 1862 hasta su muerte en 1884. Permanece especialmente ligado al diario La Época, sin
embargo entre 1862 y 1866 simultanea sus intervenciones en este periódico con las de La
España (muy frecuentes en 1864). Literato y dramaturgo de profesión, su actividad crítica se
resiente de la carencia de formación musical especializada durante las primeras etapas de su
carrera periodística. Si bien, esta laguna es cubierta satisfactoriamente gracias al interés del
propio autor por mejorar la calidad de su trabajo. La evolución positiva en el estilo y
contenido de la crítica musical de Goizueta está influenciada sin duda por los escritos de
Velaz de Medrano (su predecesor en La España). Comparando la crítica musical de Velaz de
Medrano y la de Goizueta en La España, observamos en el primero mayor erudición y
conocimientos especializados. Otra clara diferencia reside en el gusto personal de cada autor:
Velaz apuesta decididamente por el proyecto de la zarzuela y el fomento de la música
nacional, abordando una gran variedad de aspectos de la actualidad musical; por su parte,
Goizueta muestra una marcada predilección por la ópera italiana y francesa frente al
espectáculo zarzuelístico (defiende el proyecto de la música nacional pero su
posicionamiento es mucho menos comprometido).
Las críticas de Goizueta en La Época están dedicadas especialmente a las funciones
del teatro Real –en sintonía con el carácter elitista de la publicación periódica−. También
presta atención a los conciertos de la Sociedad de Cuartetos, de Conciertos y de Socorros
Mutuos de Artistas. Sin embargo, a partir del Sexenio observamos un tono más
«democrático» en sus intervenciones, que se refleja en el apoyo a la decisión del Gobierno de
decretar la libertad de los teatros y una mayor dedicación al género de la zarzuela. También
es curioso que desde estos años cambia su rúbrica profesional (de firmar como José María de
Goizueta, pasa a llamarse Goizueta a secas). Así mismo, extiende sus comentarios a las
reformas planteadas en el Conservatorio de Música de Madrid, en lo que atañe al
organigrama del profesorado y la adjudicación de plazas (en este sentido, juzga severamente
el nombramiento de profesores en cátedras sin alumnos, la elección de «preferidos» y el
consecuente despilfarro de dinero). Por otro lado, destacamos las cartas enviadas por el
crítico desde París, a propósito de la Exposición Universal de 1867 donde describe la
actividad musical de esta cita internacional.
166 María Belén Vargas Liñán
Su gran sonata [en La, para piano y violín, de Beethoven, opus 47], o mejor dicho, su
inimitable diálogo musical en que a vuelta de frases sentidas se mezclan otras juguetonas y chispeantes
de gracia y donaire; que unas veces se asemeja a dos genios luchando con vigorosa energía para llevar
a cabo una grande obra; otras, a una alegre bandada de mariposas de magníficos y vistosos colores
cubiertas, volando caprichosamente en un florido parterre, ya acercándose, ya huyendo, ya posándose
en el cáliz de una flor y libando su perfumada savia, ya besándose con amoroso afán, ya dándose
enojosos celos; es una de esas concepciones que sólo puede producir un genio tan poderosamente
fantástico como Beethoven 147.
Toda la música clásica necesita para su interpretación exacta, y para que produzca el efecto
deseado, una uniformidad de sentimiento tal en todos los ejecutantes, que la orquesta reunida parezca
un sólo instrumento: la acentuación de las frases y el ataque de la nota es distinto en las obras de
Beethoven, Mozart y Haydn de las de otros autores; aunque la música en general tiene para su
interpretación reglas más o menos fijas, la clásica tiene las suyas especiales, que es preciso observarlas
rigurosamente para que produzcan el resultado apetecido 148.
147
José M. de GOIZUETA: «Revista musical», La Época, año 16, n.º 4.882 (3-2-1864), pág. 1.
148
José M. de GOIZUETA: «Revista musical», La Época, año 17, n.º 5.231 (20-3-1865), pág. 3.
1.1. Fuentes: La música en la prensa de información general 167
Es bastante general el error de creer que el cuarteto de que tratamos es la reunión de cuatro
partes vocales ejecutadas por cuatro personajes en una ópera dada, con acompañamiento de orquesta.
También se da esta significación y nombre a toda pieza musical compuesta para piano y otros tres
instrumentos cualesquiera. El cuarteto, tal como lo consideramos en esta ocasión, es lo más difícil de
componer.
[…] La primera dificultad con que tropezaría un compositor dramático, es que el cuarteto es
imposible en los límites del estilo melódico en el cual su inferioridad sería reconocida. La segunda
consiste en que para componer un cuarteto es preciso saber cantar tan bien como en una ópera, pero de
una manera enteramente distinta. Confíese el canto a una parte dominante y llénense los acordes con
los otros tres instrumentos: entonces resultará una melodía cualquiera, un canto, una fantasía,
variaciones, etc., acompaña por tres instrumentos. Divídase la melodía principal de modo q cada una de
las partes domine y desaparezca por turno; y resultará lo que hoy se llama un concerto grosso o una
sinfonía concertante en miniatura. Píntese si se quiere en ella la pasión: al soplo creador del genio, el
amor o el odio, la alegría o la desesperación van a dar vida a cuatro máquinas de madera sonora: el
violín lanzará gritos patéticos; la viola sordos gemidos; el violoncello dirigirá al cielo sus ojos bañados
en lágrimas resultando en todo esto el cuarteto instrumental dramático; es decir, la ópera sin acción, sin
palabras, sin cantantes, sin orquesta; la rana hinchándose para adquirir la corpulencia del buey.
[...] No hay que contar con el prestigio de la ejecución, puesto que las ideas musicales
dependen de las combinaciones del conjunto, sin que puedan sobresalir en una parte más que en otra:
tampoco hay que contar con los efectos materiales o acústicos, puesto que se limitan a la emisión del
sonido de cuatro instrumentos homogéneos: mucho menos aún con la presentación o mise en scene,
puesto que no se ven allí más que cuatro ejecutantes sentados a una mesa como si jugaran al tresillo, y
que en los intervalos de descanso se ocupan en encender un cigarro, sonarse las narices o limpiar con
un pañuelo los cristales de sus gafas.
Género que por sus condiciones y atributos es la piedra de toque de la ciencia del compositor;
género que enseña mucho; que es la música favorita de los entendidos y aficionados de gusto ya
formado, y el espantajo y el azote de los profanos y de todas las señoras inteligente o no, sin excepción
alguna 149.
149
José M. de GOIZUETA: «Revista musical», La Época, año 14, n.º 4.516 (4-11-1862), pág. 3.
168 María Belén Vargas Liñán
Otra obertura, la del Flauto mágico, de Mozart, siguió a las piezas anteriores. Esta pieza,
escrita por el autor para piano, fue arreglada para cuarteto y últimamente para los instrumentos de
cuerda de la orquesta. En cuarteto la hemos oído este invierno (...). No falta quien ha creído ver en
estos arreglos una especie de profanación, que nosotros, menos severos, no encontramos, puesto que en
nuestro concepto gana mucho tal cual se ejecutó la noche del viernes, en comparación de cómo pudiera
ejecutarse por el pianista más hábil. (...) Una sola pregunta nos permitiremos [acerca del andante de la
Sonata Pastoral de Beethoven]: ¿no resultaría una monotonía pesada y perjudicial si se repitiese la parte
en tono mayor? Nosotros creemos que sí, y así lo habrá comprendido también sin duda el que arregló la
sonata para cuarteto, puesto que suprimió dicha repetición 150.
150
José M. de GOIZUETA: «Revista musical», La Época, año 17, n.º 5.245 (4-11-1862), pág. 4.
151
María Encina CORTIZO RODRIGUEZ: Emilio Arrieta: de la ópera a la zarzuela, Madrid: Instituto
Complutense de Ciencias Musicales, 1998, págs. 158-204.
1.1. Fuentes: La música en la prensa de información general 169
España. El desarrollo de la «ópera nacional», personificada en las últimas temporadas en la zarzuela del
152
teatro del Circo, será otra de las ideas que aparezcan .
152
Ibídem, pág. 159.
170 María Belén Vargas Liñán
de estallar en un ruidoso aplauso al escuchar la inspirada frase de Poliutto [...]. No cesó el público de
aplaudir en toda la stretta, en términos que apenas se oía del tutti de la orquesta, partes y coros más que
un huracán de voces y ruido confuso que el público dominaba y confundía con su aplauso atronador:
era verdaderamente un espectáculo curioso el ver todas las manos de la sala (que era un lleno completo)
aplaudir con todas sus fuerzas y gritar «¡bravo, bravo!» [...] y ver accionar de todos modos y cantar y
tocar a tutta forza por espacio de cinco minutos sin que nadie pudiera entenderse entre tan admirable
torrente de entusiasmo y de aplauso 153.
Tanto por su estilo como por su contenido, la crítica de Espín nos recuerda a la
realizada por Velaz de Medrano años atrás, ya que ambas se distinguen por su maestría y
capacidad de instruir a los lectores. En este sentido, Espín, al igual que Velaz, comparte con
el público sus reflexiones sobre el ejercicio de la crítica musical («Para juzgar con acierto de
la ejecución de un spartito [...] es necesario mucho pulso, grandes conocimientos en el
contrapunto y en la composición dramática, y sobre todo un valor a toda prueba para analizar
154
lo que en realidad no puede hacerse más que admirable» ). Una muestra del carácter
didáctico de sus escritos la encontramos en la descripción de la filosofía y estilo musical tan
polémico de Wagner −quizá algo osado en las páginas de un periódico generalista−, a
propósito de la interpretación de la obertura de Rienzi por la Sociedad de Conciertos 155.
Por otro lado, ahonda en la cuestión de la ópera nacional y la zarzuela, si bien su
criterio no es tan abierto como el de Velaz de Medrano. Espín no identifica el género de la
zarzuela como la ópera nacional con mayúsculas, aunque considera que está en el camino de
conseguirlo:
153
ZAMPA [ESPÍN Y GUILLÉN]: «Variedades. Revista musical», La Iberia, año XVII, n.º 4.022 (13-
11-1869), pág. 3.
154
ZAMPA: «Variedades. Revista musical», La Iberia, año XVII, n.º 4.016 (6-11-1869), pág. 3.
155
ZAMPA: «Variedades. Revista musical», La Iberia, año XX, n.º 4.724 (8-3-1872), pág. 3.
156
J. ESPÍN Y GUILLÉN: «Variedades. Revista musical», El Clamor Público, n.º 3.937 (22-5-1857),
pág. 3
1.1. Fuentes: La música en la prensa de información general 171
[...] Más tarde apareció la zarzuela, teniendo a su frente a sus artistas célebres, como es el
señor don Francisco Salas, a poetas como Vega, García Gutiérrez y Olona, compositores como
Gaztambide, Barbieri, Arreita y Oudrid, que han conseguido aclimatar este género popular en nuestra
patria, y que han familiarizado al público a oír cantar en el idioma de Cervantes; esto es de gran monta,
y ha facilitado el camino para que la ópera nacional, o sea grande ópera, sea recibida con agrado y
entusiasmo por nuestro ilustrado público 157.
Así mismo, analiza las necesidades concretas para que el género nacional prospere en
España:
Por último, queremos destacar que Espín no sólo es buen crítico −domina el lenguaje
y los campos de la composición musical y dramática−, sino que también despliega un
discurso elegante y didáctico. No suele entrar en detalles excesivamente técnicos, salvo
cuando se encuentra inmerso en alguna polémica, y lo hace para avalar con más garantía sus
comentarios.
159
Luis G. IBERNI: «Introducción», en Antonio PEÑA Y GOÑI, La ópera española y la música
dramática en España en el siglo XIX. Apuntes históricos, ed. facsímil, Madrid: ICCMU, 2004, págs. VII-XIX.
160
Ibídem, págs. IX-X.
161
Ibídem, pág. X
162
Ibídem, pág. XIV.
1.1. Fuentes: La música en la prensa de información general 173
Estoy bastante escarmentado de los camelos que el teatro de la Ópera ha tenido a bien
propinarnos, muy especialmente en la última temporada, y por esta razón, aferrado a aquella máxima
de Santo Tomás «ver y creer», espero el cuadro de la compañía para emitir sobre ella mi franca opinión
y juzgar a los artistas con toda la severidad.
[...] El cuerpo de coros ha sufrido, según noticias, una reforma radical: ¡buena falta hacía!
Aquellas cuerdas tan desiguales; aquellos barbos de ambos sexos que se mantenían siempre en
completa inmovilidad; aquella cátedra de ventriloquia cuyas individuas, en su mayor parte, se
entretenían en pasearse alrededor del tono sin llegar jamás a él; aquel ejército de amazonas que
tremolaba sin cesar el incoloro pendón de la desafinación y la parálisis; sí señor, ha hecho Vd. muy
bien en transformarlo por completo. Coristas que sepan leer correctamente sus particellas, que sepan
entonar con precisión y expresar los sentimientos que en las óperas expresan las colectividades, esto es
lo que hace falta.
[...] ¿No le parece a Vd. que es un escándalo, sí señor, un verdadero escándalo que mientras
las obras de Mozart, Weber y otros muchos compositores han dado la vuelta al mundo, no se haya
cantado en Madrid más que el Don Juan del primero, y ninguna ¡mentira parece! ninguna ópera del
sublime autor de Freyschutz? [...] 163.
Triste, muy triste es confesarlo, pero ha sucedido precisamente lo contrario. Desde Jugar con
fuego y El dominó azul, la zarzuela ha descendido con notable rapidez; Pan y Toros y El molinero de
Subiza han sido los últimos resplandores de una luz que se apaga, y el género bufo la ha acogido por
último en su seno, donde ha acabado de perder la importancia de los tiempo primitivos, la importancia
de la verdadera ópera cómica.
Y la causa de esta decadencia lamentable, dirán nuestros lectores, ¿dónde está? ¿en los poetas,
en los compositores, en los cantantes, en el público? No lo sabemos, no queremos saberlo [...].
Entretanto es preciso no hacerse ilusiones: la zarzuela agoniza, la zarzuela se consume lentamente» 164.
163
Antonio PEÑA Y GOÑI: «Sección de noticias», El Imparcial, año V, n.º 1.523 (16-8-1871), pág. 2.
164
Antonio PEÑA Y GOÑI: «Crónica musical. El motín contra Esquilache, zarzuela en tres actos,
música del maestro Arrieta», El Imparcial, año V, n.º 1.523 (16-8-1871), pág. 2.
174 María Belén Vargas Liñán
cuestión técnica sobre el canto de la soprano Adelaida Peralta −Espín sostiene que canta
respetando la partitura y Peña mantiene que transporta parte de la melodía original para
acomodarla a su voz−. A pesar del respeto que Peña y Goñi −joven de 24 años− profesa a
Espín y Guillén −figura respetada de edad madura−, aquel no se arredra y contesta punto por
punto a los detalles técnicos que motivaron el desacuerdo. Así mismo, la divergencia de
criterios es evidente cuando Peña le pregunta a Espín por qué no se dedica a cubrir la crítica
de las zarzuelas («¿Será tal vez porque no predomina en la última producción de Barbieri il
165
bel canto?») . De lo cual se deduce que en el fondo subyacen diferencias de concepto y
preferencias estéticas: Espín es más conservador en su gusto musical y defiende la ópera
italiana y española; mientras, Peña y Goñi se decanta por el género de la zarzuela.
Para finalizar este apartado sobre la crítica musical en la prensa general del siglo XIX,
sólo nos queda hacer un llamamiento sobre la importancia de su investigación y la necesidad
de acometer un amplio estudio monográfico sobre el tema.
165
Antonio PEÑA Y GOÑI: «Revista musical. Beneficio de Tamberlick. Al señor Zampa», El
Imparcial, año IV, n.º 1.031 (10-4-1870), pág. 1.
1.1. Fuentes: La música en la prensa de información general 175
e) Otros contenidos:
En los puntos anteriores hemos abordado las informaciones musicales más habituales
en los periódicos generalistas (es decir, noticias de diverso ámbito, carteleras, anuncios, y
críticas y reseñas artísticas). Ahora tratamos los contenidos musicales que aparecen con
menos frecuencia en los periódicos (ello no se debe a su menor importancia sino a que están
más vinculados con otro tipo de publicaciones periódicas, como boletines oficiales y
revistas). En primer lugar, describimos los de tipo informativo (disposiciones oficiales y
crónicas), seguidos de los escritos de opinión (cartas y comunicados de suscriptores, artículos
y comentarios) y de creación literaria (novelas, ensayos, poesías, cuadros costumbristas),
dejando en último lugar los contenidos de entretenimiento (chistes, anécdotas y curiosidades).
e.1) De información:
166
Véase la descripción de contenidos musicales aparecidos en la Gaceta de Madrid y boletines
oficiales (apartado 1.1.1 / punto c).
176 María Belén Vargas Liñán
e.1.2. Crónicas:
religioso de Malinas de 1864, así como los concursos musicales organizados en la Exposición
Universal de París de 1867, entre otros.
Imagen 118.
«El Congreso de Malinas. Primera edición»
[Extracto]
La Época, año 16, núm. 5.063 (6-9-1864), pág. 4
178 María Belén Vargas Liñán
Imagen 119. UN VIAJERO ESPAÑOL: «Cartas a La Época. París durante la Exposición» [Extracto]
La Época, año 19, núm. 6.0299 (24-7-1867), pág. 2
1.1. Fuentes: La música en la prensa de información general 179
e.2) De opinión:
Las cartas al director son el cauce de los suscriptores para aclarar cualquier
circunstancia que aparece en las páginas del periódico. En materia musical, son frecuentes los
comunicados −muchas veces polémicos− en los que se amonestan las actuaciones de ciertos
empresarios teatrales, se realizan puntualizaciones a las reseñas de las funciones líricas
−incluso se condena la parcialidad de los periodistas−, y también se completan lagunas o se
añaden nombres de intérpretes no citados en la reseña correspondiente.
Los artículos y ensayos sobre música son escritos que raramente encontramos en los
periódicos por ser más propios de revistas de cierto calado cultural. Por eso nos ha
sorprendido localizar, entre los diarios examinados, interesantes escritos de opinión firmados
1.1. Fuentes: La música en la prensa de información general 183
por Santiago Masarnau en El Español de Andrés Borrego. Esta publicación gozó de un tono
intelectual y científico poco habitual en los medios de información general de su época
−recordemos que en sus columnas Velaz de Medrano también publicó críticas y reseñas
musicales en los años 40−. En los citados ensayos, aparecidos en julio y agosto de 1836,
Masarnau desarrolla su pensamiento sobre la decadencia de la música en el momento actual
sin perder de vista la perspectiva histórica −desde la Antigüedad clásica− ni la situación de
cada país europeo. En esencia, el compositor critica la incapacidad de la música moderna de
conmover, que es sustituida por una música «ruidosa», virtuosística y de dificultad técnica.
Para explicar sus ideas, se centra en los dos géneros que considera predominantes −la música
de piano y la ópera italiana−, aunque también aborda la realidad de la música militar y
religiosa 167.
Un artículo musical de enorme actualidad, que hemos encontrado en El
Contemporáneo, aborda las raíces de la decadencia del teatro lírico en España. Según el texto
−de autor anónimo−, una de las razones reside en la centralización de la educación musical y
la imposibilidad para muchos jóvenes de no poder formarse en Andalucía o Cataluña, de
donde provienen numerosos talentos musicales. Otra de las causas del escollo filarmónico
español, es el nulo estímulo a la música nacional por existir actuaciones negligentes como la
del empresario del teatro Real 168.
Por último, dentro de los escritos de opinión, nos ha llamado la atención unos
comentarios de El Imparcial criticando las declaraciones de Barbieri a un periódico alemán
acerca de la situación musical en España. En ellas, el compositor llegó a afirmar que «no
puedo menos de llorar, recordando el triste estado en que se encuentra nuestra pobre España;
y suelo decir frecuentemente a los señores alemanes con quienes trato: ¿por qué no tienen
Vds. la bondad de ir a conquistarnos?» 169.
167
S[antiago] de M[ASARNAU]: «Música», El Español, n.º 246 (3-7-1846), pág. 3; «Música. Su
estado actual, cómo y cuánto ha decaído», n.º 260 (17-7-1836), pág. 4; «Música. Caracteres de decadencia en la
música moderna», n.º 267 (24-7-1836), pág. 3; «Música. Ópera italiana. Su decadencia», n.º 274 (31-7-1836)
pág. 3; «Música. Defecto capital de que adolece la tendencia a la mejora de la música moderna», n.º 281 (7-8-
1836) pág. 3; «Música sagrada», n.º 289 (15-8-1836), pág. 2; «Música militar», n.º 302 (28-8-1836), pág. 4.
168
«Variedades. El arte lírico en España. Consideraciones generales y de actualidad. El teatro Real. El
jurado musical de 1863», El Contemporáneo, n.º 938 (24-1-1864), pág. 4.
169
«Miscelánea política», El Imparcial, año 2, n.º 455 (31-8-1868), pág. 1.
184 María Belén Vargas Liñán
170
SEOANE: Historia del periodismo en España..., pág. 205.
1.1. Fuentes: La música en la prensa de información general 185
También son frecuentes las anécdotas, pues en ellas se encierra una cierta enseñanza
o moraleja que está en sintonía con el carácter pedagógico del periodismo decimonónico. El
texto que incorporamos −extraído por La España de un periódico de París− narra el episodio
pseudo-verídico de la compra de un órgano por el compositor Meyerbeer para la
representación de su Roberto, el diablo en el teatro de la Ópera.
190 María Belén Vargas Liñán
Así mismo, no hemos hallado diferencias sustanciales de tipo musical entre la prensa
de partidos con respecto a la prensa noticiera, aunque es cierto que en los primeros años de
La Correspondencia de España están ausentes los contenidos de crítica y opinión artística.
Por otro lado, la existencia de la música en la prensa satírica no tiene significado
propio ya que su presencia se justifica en tanto en cuanto vehículo para la crítica ideológica y
social (salvo en contadas excepciones, como El Padre Cobos −que polemiza por cuestiones
musicales− y otros periódicos que incorporan contenidos filarmónicos sin componente
satírico).
En conjunto, la presencia de información musical en los medios generalistas está
condicionada por su carácter no especializado y la limitación de espacio, lo que incide en el
predominio de contenidos de información frente a los de opinión, y en el menor grado de
profundización y análisis de éstos con respecto a los aparecidos en las revistas culturales y
musicales. A pesar de la tónica general, valoramos la existencia de algunos contenidos
musicales de gran calidad en la prensa general, obra de periodistas cualificados (entre otros,
Masarnau, Espín y Guillén, Velaz de Medrano, Goizueta, Peña y Goñi, Parada y Barreto, y
Arrieta).
1.1. Fuentes: La música en la prensa de información general 193
194 María Belén Vargas Liñán
1.2. LA MÚSICA EN LAS REVISTAS CULTURALES Y DE DIVULGACIÓN DE CONOCIMIENTOS
Entre los rasgos principales de contenido y edición que presentan las revistas
culturales isabelinas y del Sexenio, podemos citar los siguientes:
Gráfico 3. Número de páginas por entrega de las revistas culturales españolas (1829-1874)
Tiradas escasas y venta por suscripción. Éste es un rasgo extensivo a casi toda la
prensa española decimonónica debido a la precariedad del mercado de lectores, hecho
que se agudiza en el caso de las publicaciones no generalistas.
a) Tipos de revistas según sus objetivos, temáticas y público lector. En relación a este
criterio, identificamos diversos tipos de revistas culturales sin que necesariamente se trate de
categorías excluyentes:
a.1) Publicaciones de tipo enciclopédico
a.2) Publicaciones divulgativas
a.3) Revistas artístico-literarias
a.4) Lecturas familiares 1
a.5) Revistas dirigidas a la infancia y la juventud
a.6) Revistas de teatros
a.7) Boletines de toros, espectáculos y loterías
a.8) Revistas religiosas
1
Dentro de las revistas culturales hemos incluido aquellas orientadas a la ilustración de las familias así
como a la educación infantil y juvenil. Por el contrario, hemos considerado en un grupo aparte la prensa
expresamente dirigida al sexo femenino (si bien a veces algunas publicaciones mezclan contenidos dedicados a
la mujer, el hogar, la familia y los niños). Véase apartado 1.3. de esta Tesis Doctoral.
1.2. Fuentes: La música en las revistas culturales y de divulgación de conocimientos 203
2
Bernardo RIEGO: La construcción social de la realidad a través de la fotografía y el grabado
informativo en la España del siglo XIX, Santander: Universidad de Cantabria, 2001, págs. 121-122.
204 María Belén Vargas Liñán
Trataremos de todos los conocimientos útiles al hombre en sociedad, si bien con cierta
ligereza y estilo sencillo que facilite su comprensión a toda clase de personas. [...] Todas las materias
que han sido objeto de los estudios e investigaciones de los sabios, hallarán su sitio en nuestro Boletín,
presentándonos un ancho campo de donde tomaremos sin excepción cuanto nos parezca conducente a
fin de presentar a nuestros lectores lo que necesita saber, siquiera superficialmente, una persona culta, y
proporcionarles un entretenimiento agradable 4.
3
Ibíd., págs. 125-127.
4
«Nuestro plan», El Castellano. Boletín de Ciencias, Artes y Literatura, núm. 1 (6-1-1839), págs. 1-2.
1.2. Fuentes: La música en las revistas culturales y de divulgación de conocimientos 205
Por el contrario, otras revistas peninsulares desarrollan una vertiente más intelectual
que popular, combinando artículos amplios y especializados sobre economía política,
comercio, industria, legislación, estadística, civilización, geología, química... con secciones
de variedades y escritos de creación literaria. Éste sería el caso de Revista Andaluza (Sevilla,
1840-1842) −continuación de la Revista Gaditana−, El Salmantino (Salamanca, 1843), La
Floresta Andaluza (Sevilla, 1843-1844) o Revista de Ciencias, Literatura y Artes (Sevilla,
1855-1860). También queremos mencionar las publicaciones barcelonesas El Arte (1859-?) y
Revista de Cataluña (1862-1863), exponentes del movimiento cultural de la Renaixença.
Por otra parte, además del propósito universal de ilustrar a la sociedad, observamos en
las revistas de provincias un afán de fomentar la cultura y economía locales −de su
206 María Belén Vargas Liñán
Mediado el siglo XIX, surge un concepto más moderno de revista cultural que
trasciende la fórmula «pintoresca» de las «enciclopedias populares» de las décadas de 1830 y
40. Esta nueva visión viene acompañada de un mayor interés por la actualidad política
−tanto nacional como internacional−, con lo que se abandona el apoliticismo característico de
las publicaciones anteriores. Según Bernardo Riego, en estos momentos surge una nueva
categoría cultural −el acontecimiento− que supone dar relevancia social a un hecho singular
de actualidad a través de los medios de comunicación 5. La nueva tendencia es introducida
por revistas de calidad, que perduran en el tiempo y cuentan con colaboradores de prestigio.
La Ilustración de Fernández de los Ríos (Madrid, 1849-1857) es la primera publicación con
este enfoque novedoso −importado de la prensa extranjera−, que se sirve de la imagen como
herramienta gráfica de información a la misma altura que el texto. Pero, además de las
llamadas «Ilustraciones» (de las que trataremos en el apartado 1.2.2 / c), aparecieron otras
revistas sin imágenes que trascienden los temas intemporales instructivos −también
abordados en sus contenidos− para informar sobre cuestiones de actualidad política interior y
exterior. Es el caso de La América (Madrid, 1857-1886), Revista Contemporánea Salmantina
(Salamanca, 1864-1865?) o Revista de España (Madrid, 1868-1895). La América es una
5
RIEGO: La construcción social de la realidad..., op. cit., pág. 145.
1.2. Fuentes: La música en las revistas culturales y de divulgación de conocimientos 207
fuente excepcional para conocer las relaciones exteriores entre España e Hispanoamérica
(entre sus temas aborda la emigraciones, las comunicaciones, la nacionalidad de los hijos de
los emigrantes, proyectos de reuniones científicas y exposiciones, etcétera). A nivel musical
contiene escritos de envergadura con críticas firmadas por Velaz de Medrano, el conde de
Morphy y Goizueta.
Este conjunto de revistas sigue la misma filosofía que las de la categoría anterior
−divulgar conocimientos a través de una miscelánea temática−, sin embargo el tratamiento de
los contenidos no es tan profundo ni riguroso, sino que suele presentarse a modo de
curiosidades y anécdotas, de una forma superficial y menos extensa; al mismo tiempo, las
secciones recreativas ganan peso en relación a las del primer grupo. Estos rasgos −variedad
de asuntos en su vertiente divulgativa− se advierte incluso en algunas cabeceras, como es el
caso del Almacén Pintoresco o El Instructor (Cádiz, 1834-1835) −considerado por sus
redactores un «Almacén de curiosidades»− y El Ramillete (Madrid, 1840), cuyo título hace
referencia poéticamente a un conjunto de cosas amables.
208 María Belén Vargas Liñán
En muchos casos nos resulta difícil determinar las diferencias entre las publicaciones
que hemos considerado «enciclopedias populares» y las que llamamos revistas meramente
divulgativas. Sin embargo, creemos que la clave se encuentra en la mayor calidad,
profundización, planificación y didactismo de las primeras (responden a un planteamiento
más ambicioso), frente al carácter más modesto, espontáneo y recreativo de las segundas.
Desde este punto de vista, consideramos que un gran conjunto de las publicaciones periódicas
editadas en ciudades y poblaciones de provincia pertenecen a esta categoría de revistas de
divulgación. Con respecto a la organización de contenidos en cada número, la mayoría
presenta una estructura típica compuesta por artículos de mayor amplitud al inicio, seguidos
de escritos de creación literaria y, en las últimas páginas, un conjunto indeterminado de
sueltos sin título o formando parte de una sección miscelánea. A veces también se publica al
cerrar la entrega una crónica de los últimos eventos culturales.
1.2. Fuentes: La música en las revistas culturales y de divulgación de conocimientos 209
En casi todo el territorio peninsular, la prensa romántica de los años 30 y 40 del siglo
XIX (tanto en su vertiente artístico-literaria como de mayor diversidad temática) experimentó
una vigorosa existencia. En ciudades andaluzas como Sevilla, Cádiz, Málaga y Granada surge
un sinnúmero de revistas que, a pesar de su fugaz existencia, contribuyen a promover el
movimiento romántico y a dinamizar la vida cultural en sus respectivos centros informando
sobre la actividad de coliseos y sociedades de instrucción y recreo 7. A este conjunto
pertenecen las publicaciones literarias sevillanas El Cisne (1838) y sus continuadoras, El
6
Los responsables de El Artista fueron Eugenio de Ochoa y Federico Madrazo. Salía cada semana,
llegando a publicar sesenta y cinco entregas a lo largo de tres tomos. Cesó por no encontrar suscriptores debido
al alto precio de la suscripción (presentaba una edición casi de lujo).
7
Antonio CHECA GODOY: «7. Las revistas del Romanticismo», en Historia de la prensa andaluza,
Sevilla: Ediciones Alfar, 2011, págs. 99-106.
210 María Belén Vargas Liñán
Paraíso (1838) y El Nuevo Paraíso (1839) 8; así como, las revistas gaditanas La Aureola
(1839-1840), La Estrella (1842-1843) y El Andaluz (1844-1845). En Málaga se editan La
Amenidad (1844-1845) y, unos años antes, el semanario de literatura y bellas artes El
Guadalhorce (1839-1840), principal exponente del periodismo romántico local que ofrece
una calidad extraordinaria en contenido y en presentación (a semejanza de El Artista) 9.
Muchas de estas revistas contienen hermosas estampas litográficas de tipos costumbristas,
monumentos, vistas y paisajes, retratos, figurines de moda y partituras musicales.
8
Marta PALENQUE: «El romanticismo en Sevilla: El Nuevo Paraíso (1839)», Bulletin of Hispanic
Studies, vol. 68, núm. 4 (1991), págs. 455-462.
9
El Guadalhorce: Periódico Semanal de Literatura y Artes, editó ochenta y tres números en dos series,
correspondientes a cada año de aparición. Fue una revista dirigida por José Medina y Aguayo durante el primer
año, y por A. J. Velasco, en el segundo.
1.2. Fuentes: La música en las revistas culturales y de divulgación de conocimientos 211
10
Antonio CHECA GODOY: «Apuntes para un censo de la prensa pedagógica en España», Historia de
la Educación. Revista Interuniversitaria, vol. XII-XIII (1993-94), págs. 597.
216 María Belén Vargas Liñán
11
Los contenidos examinados corresponden a la segunda serie de Revista de Teatros (a partir de 1843).
12
L. M. B.: La España Teatral, año 1, núm. 1 (7-9-1856), págs. 1-3.
13
F. P. de M.: La España Teatral, año 1, núm. 2 (14-9-1856), págs. 1-2; L. M. B.: Ibíd., págs. 2-3.
218 María Belén Vargas Liñán
reflexiona sobre el enorme auge de la zarzuela desde el punto de vista de las consecuencias
−negativas− que este hecho provoca en el teatro dramático 14. Si bien critica la interpretación
de zarzuelas de escasa calidad, defiende la creación de un arte lírico nacional argumentando
la existencia del rico arsenal de música popular español y las características musicales del
propio idioma15.
No queremos terminar este apartado sin mencionar la rica prensa teatral aparecida en
el ámbito andaluz, especialmente sevillano, con títulos como Boletín de Teatro (1837), El
Látigo del Teatro (1846), La Platea (1849-1850) y La Luneta (1849-1850).
Imagen 31. Cabecera del Boletín de la Sociedad Económica de Amigos del País de Málaga (1861)
Por su parte, las revistas vinculadas con sociedades de instrucción y recreo dedican
mayor peso a reseñar las sesiones artístico-literarias convocadas regularmente o los
conciertos y bailes extraordinarios celebrados con motivo de la visita de algún invitado
especial. Muchos liceos de ciudades y poblaciones españolas contaron con órganos de
difusión propios, unos nacidos a la par que las propias sociedades y otros producto de
acuerdos posteriores entre revistas y entidades (no olvidemos que este vínculo garantizaba la
existencia de la publicación periódica). Entre los casos estudiados podemos citar: el Liceo de
Sevilla y la Revista Andaluza (durante 1841), el Liceo de la Coruña y El Liceo (La Coruña,
1846), la sociedad burgalesa El Genio y su revista homónima (Burgos, 1846), el Círculo
Científico, Literario y Artístico de Málaga y El Círculo (Málaga, 1856-1857), y la también
malagueña sociedad Lope de Vega que editó una publicación del mismo nombre entre 1863 y
1865(?).
222 María Belén Vargas Liñán
El Liceo de Granada también contó con varias revistas oficiales a lo largo del siglo
XIX (véase el apartado 3.1.6.), así como el cordobés. La revista El Liceo de Córdoba (1844-
1846?) surge gracias al impulso de su primer director, Mariano Soriano Fuertes, como
«Periódico de Literatura, Música y Modas», con una línea editorial muy consagrada a la
institución liceísta. En la etapa de Soriano Fuertes, la información sobre el Liceo es muy
abundante, reflejando el dinamismo de la sociedad en esos momentos. No sólo se da cuenta
de las sesiones celebradas (a través de avisos, programas, reseñas y comentarios), sino
también de la composición de las secciones y de problemáticas concretas planteadas (como la
realización de obras en el edificio y donaciones económicas de los socios). La estructura de
cada número se inicia con una sección administrativa («Secretaría general del Liceo»),
continuando con reseñas de sesiones, además de relatos y otros contenidos literarios, para
finalizar con la sección «Crónica» y, eventualmente, anuncios de bibliografía y revistas
culturales. La «Crónica», además de incluir avisos de la propia sociedad, informa sobre
eventos en otras entidades culturales locales como el teatro y la Sociedad Filo-Dramática, y
sobre la vida cultural de las sociedades madrileñas gracias a la estrecha relación de Soriano
con Espín y Guillén, director de La Iberia Musical y Literaria. Durante el primer año la
publicación distribuyó figurines de modas y partituras, pero en febrero de 1845 la dirección
pasó a Luis Maraver, quien reorientó su intereses hacia la literatura y las bellas artes en
detrimento de las modas y la música.
Una segunda vía que explica la aparición y existencia de muchas revistas culturales
decimonónicas es su condición de suplemento literario de diarios nacionales y provinciales de
información general. Al igual que los suplementos de anuncios publicitarios y avisos entre
particulares, algunas publicaciones literarias eran ofrecidas semanalmente a sus suscriptores
por empresas periodísticas consolidadas (era práctica habitual que la revista saliera el día de
la semana que el diario no se publicaba). La tradición de los suplementos literarios comienza
en el periodismo español a mediados de la década de 1840, siendo una de las primeras
experiencias la Revista Literaria de El Español (Madrid, 1845-1847). Esta publicación gozó
de gran prestigio −al igual que el propio diario− ya que contó con una extensa nómina de
224 María Belén Vargas Liñán
Otro tipo de suplementos son los almanaques que distribuyen desde los años 60 del
XIX algunas publicaciones periódicas con los que premian la fidelidad de sus suscriptores.
Esta estrategia es puesta en práctica por el diario sevillano El Porvenir −con el Almanaque
Enciclopédico y Popular de El Porvenir−, la barcelonesa Gaceta Universal de Agricultura,
Industria, Artes, Avisos y Noticias −con el Almanaque Cómico, Serio, Epigramático,
Científico, Musical, Satírico e Ilustrado−, y la revista femenina La Moda Elegante −con el
Almanaque Enciclopédico Español Ilustrado, que edita Julio Nombela−. Poseen un carácter
enciclopédico-divulgativo y recreativo, con información variada y práctica propia de este tipo
de publicaciones (pronósticos, eclipses, juicio del año, calendario, santoral, fiestas), así como
poesías, consejos útiles, anuncios e ilustraciones.
Imagen 37. Cabecera del Almanaque Enciclopédico y Imagen 38. Cabecera del Almanaque Enciclopédico
Popular de El Porvenir, para el año 1865 Español Ilustrado para 1871
es muy frecuente que el proyecto surja a partir de una reunión de escritores que alberguen el
propósito de difundir de forma impresa sus creaciones literarias. Tal circunstancia se da en la
revista sevillana El Cisne (1838), alentada por la tertulia que lidera el Duque de Rivas en la
capital andaluza.
Queremos dedicar un apartado especial a la prensa ilustrada del siglo XIX por su
importante contribución a la cultura gráfica contemporánea española. Este interés ha venido
propiciado tras conocer el estudio de Bernardo Riego sobre la imagen en la prensa española
decimonónica desde el punto de vista social y político 16. Basándonos en las premisas de este
autor, establecemos nuestro análisis de las revistas ilustradas y del género periodístico de la
imagen tomando como referencia la temática musical.
El origen de nuestra cultura gráfico-informativa de hoy (en prensa, televisión e
internet) se puede rastrear en el tratamiento que la imagen recibe en las páginas de la prensa
ilustrada decimonónica (salvando las distancias en cuanto a convencionalismos estéticos y
narrativos marcados por el contexto de cada época). A partir del reinado de Isabel II
comienzan a darse en España nuevas necesidades de comunicación social y política que
demandan el uso de imágenes en los medios impresos. Esta tendencia irá en aumento, de tal
manera que en el Sexenio Democrático se produce un momento de gran experimentación
gráfica en la prensa.
El uso de la imagen como medio informativo hunde sus raíces más directas en la
cultura de la Ilustración y, en concreto, en La Enciclopedia francesa, donde aparecen láminas
descriptivas de útiles de trabajo de diferentes oficios que complementan la información
textual. Esta gran obra, transmisora de un universo de valores propiamente ilustrados (entre
ellos, la utilidad de la difusión del saber, la conciencia realista, y la idea de progreso y
modernización a través de la tecnología), es heredada por la sociedad del siglo XIX.
En este contexto existe una gran variedad de productos gráficos dirigidos a
determinados públicos (libros ilustrados, pliegos de cordel, carteles, estampas, calendarios...).
Sin embargo, de entre todos, la prensa ilustrada se erige como el espacio más importante de la
cultura gráfica decimonónica, cuyo papel será decisivo para la formación y transmisión del
16
RIEGO: La construcción social de la realidad..., op. cit.
228 María Belén Vargas Liñán
ideario burgués al resto de clases sociales, lo que provoca una aculturación o tendencia a la
uniformidad cultural. Debido a su amplio reclamo social, las publicaciones periódicas con
imágenes son una constante desde la década de 1830, conformando un conjunto muy
heterogéneo y variado dentro de la prensa decimonónica española. A pesar de lo complejo
que resulta organizar estas fuentes, Bernardo Riego ha establecido una clasificación en
función de la técnica gráfica utilizada y la finalidad que la imagen asume en ellas, que
adoptamos y ampliamos en nuestra investigación:
Grabado 1850-1880
Ilustraciones en madera
Imagen informativa
Fotografía
Desde 1880
españolas. Todo ello con el fin de reforzar el concepto de identidad nacional que pretende
transmitir la ideología burguesa.
Imagen 42. «Costumbres nacionales. El bolero» Imagen 43. Embocadura del teatro de la Cruz de Madrid
El Fénix, tomo 2, núm. 34 (24-5-1846), pág. 117 El Siglo Pintoresco, núm. 12 (12-1846), pág. 287
Un segundo grupo de prensa ilustrada lo forman las revistas románticas que incluyen
litografías en sus páginas. No sólo consideramos estas publicaciones un grupo aparte por
utilizar una técnica gráfica diferente al grabado en madera. Por el contrario, las revistas de
esta categoría tienen unos rasgos peculiares que las diferencian de los otros grupos: presentan
un carácter minoritario y elitista −son publicaciones caras, no populares−, con contenidos de
índole culta e intelectual −están despojadas de cualquier perfil práctico o didáctico− y
enmarcadas en el movimiento estético del Romanticismo. Suelen ser productos editoriales
17
El color fue introducido por primera vez en los figurines de moda repartidos por la revista Cartas
Españolas (1831-1832), de José María de Carnerero.
234 María Belén Vargas Liñán
Desde mediados del siglo XIX comienza a darse un nuevo uso de la imagen en la
prensa ilustrada como elemento informativo −no sólo estético−, que complementa o sustituye
al texto. De este modo, nace una nueva categoría en la prensa gráfica: la imagen informativa
o de actualidad. Esta innovación se hace realidad en las llamadas «Ilustraciones», una
fórmula periodística importada del continente que en España se inaugura con La Ilustración
(1849-1857). La imagen como vehículo de comunicación debe ser fiel a la realidad, sin
embargo, los convencionalismos del periodismo gráfico decimonónico son bien distintos de
los actuales. En estos momentos, la objetividad de la imagen no está basada en los hechos
literales −recordemos que aún no se utiliza la fotografía como fuente gráfica directa− sino en
la representación pictórica que el dibujante −testigo de lo sucedido− lleva a cabo.
La Ilustración, que dirige Ángel Fernández de los Ríos, intenta poner en práctica una
visión progresista de la información como elemento de desarrollo social y económico del
país. Su director pretende difundir los sucesos públicos de actualidad, así como dar realce a
los productos de la propia industria con el fin de contribuir al progreso de la nación. Sin
embargo, a pesar del esfuerzo invertido por su director, el semanario fracasó por ser un
proyecto adelantado a su tiempo y por no darse en el país las condiciones propicias para su
éxito. Confluyeron obstáculos de todo tipo: atraso tecnológico y escasez de grabadores que
cubrieran las informaciones gráficas de actualidad, censura restrictiva de prensa (que prohíbe
abordar determinados sucesos políticos −atentados fallidos a autoridades−), falta de respaldo
del público y reticencias de las empresas a mostrar sus productos en las páginas de la revista.
236 María Belén Vargas Liñán
El semanario llegó a publicar miles de grabados con una amplia variedad temática
compuesta por tipos y escenas populares, retratos, vistas, inventos, modas, espectáculos
públicos, mapas, planos, etcétera. Sin embargo, las limitaciones tecnológicas obligaron a
publicar grabados reproducidos en revistas europeas y españolas anteriores. Entre ellos, se
incorporaron imágenes musicales ya aparecidas en el Semanario Pintoresco Español −del
que había sido director Fernández de los Ríos− y El Siglo Pintoresco −absorbido por el
primero−.
Imagen 60. «Embocadura del teatro del Liceo Artístico y Literario de Madrid»
El Siglo Pintoresco, tomo 1, núm. 7 (10-1845), pág. 145 / La Ilustración, núm. 11 (12-5-1849), pág. 88
1.2. Fuentes: La música en las revistas culturales y de divulgación de conocimientos 237
61 62
63
64
Imagen 61. «Guitarpa», La Ilustración, núm. 2 (10-1-1852), pág. 20
Imagen 62. «Harmonium», Ibíd., núm. 50 (13-12-1851), pág. 396
Imagen 63. «Gran piano de D'Erard», Ibíd., núm. 41 (11-10-1851), pág. 325
Imagen 64. «Trombe-piano-forte», Ibíd.,núm. 13 (27-3-1852), pág. 125
conjunto abundante de grabados dedicado al teatro Real desde diversas perspectivas con
motivo de su construcción y apertura en 1850 (reproducimos dos de ellas):
Imagen 71. «Tipos de Castilla La Vieja. Una churra en traje de fiesta yendo al baile»
El Museo Universal, año XIII, núm. 48 (28-11-1869), pág. 380
A pesar del auge del dibujo grabado, desde mediados de los años 80 del siglo XIX
disminuye su capacidad comunicativa en la prensa ilustrada, siendo sustituido por la
fotografía como principal técnica de reproducción de imágenes. Este hecho se debe a varios
factores: el cambio de la percepción del público que demanda más fidelidad y realismo, la
pérdida de credibilidad en la información transmitida por los dibujos (con una retórica
exagerada) y la superación de las limitaciones técnicas de la fotografía (hasta el momento no
podía captar imágenes en movimiento ni nocturnas).
El uso de la imagen en las revistas ilustradas también fue muy explotado a través del
retrato. A continuación mostramos una selección de retratos de compositores, intérpretes y
tratadistas aparecidos en estas fuentes.
1.2. Fuentes: La música en las revistas culturales y de divulgación de conocimientos 243
9. Carolina Ferni 10. Vicente Cuyás 11.Marietta Gazzaniga 12. José M. Gomis
13. Charles Gounod 14. Joseph Haydn 15. Jenny Lind 16. Ana de Lagrange
17. Franz Liszt 18. Lola Montes 19. María Malibran 20.Santiago Masarnau
244 María Belén Vargas Liñán
21. G. Meyerbeer 22. Jesús Monasterio 23. Nantier Didier 24. Paulina Cabrero
25-26. A. Ortolani Tiberini y E. Tamberlick 27. P. García Viardot 28. Felip Pedrell
29. Giorgio Ronconi 30. Gioacchino 31. Francisco Salinas 32. Enriqueta Sontag
Rossini
33. Fernando Sor 34. Johann Strauss 35. Teresa Carreño 36. Giuseppe Verdi
18
Además de mantener viva la expectativa del consumidor, la distribución por entregas de bienes
(regalados como suplemento u obtenidos con un coste económico) permitía al editor o comercializador invertir
con menos riesgo, al disponer de un margen para observar el éxito o fracaso del producto en el mercado.
1.2. Fuentes: La música en las revistas culturales y de divulgación de conocimientos 247
Hasta el momento hemos localizado 293 partituras distribuidas por las revistas de
educación y recreo (de las cuales 145 pertenecen a la prensa cultural). Este conjunto
constituye sólo una parte de lo que en realidad se publicó en la prensa de la época. La
desaparición de estos fondos puede deberse a diversas circunstancias: en primer lugar, a que
el suplemento tenía un uso independiente de la revista, de la que se desvinculaba desde el
mismo momento de su adquisición; otra eventualidad posible era su pérdida o robo (en las
administraciones de correos o por coleccionistas y anticuarios de hoy en día). Por otra parte,
aunque lo analizado sea sólo una muestra del total, podemos describir con rigor estos
suplementos pues en conjunto presentan características bastante homogéneas, lo que nos hace
suponer que el resto sigue esa constante. Así mismo, nuestras conclusiones se reafirman
248 María Belén Vargas Liñán
19
DUQUE, Ellie Anne. “La música en Bogotá a mediados del siglo XIX y el repertorio de salón
aparecido en las publicaciones periódicas granadinas”. En: Música Iberoamericana de Salón, Actas del
Congreso Iberoamericano de Musicología. José Peñín (coord.). Caracas: Fundación Vicente Emilio Sojo, 2000,
Vol. II, pp. 527-556. LAPIQUE BECALI, Zoila. Música colonial cubana en las publicaciones periódicas
(1812-1902). La Habana: Letras Cubanas, 1979. VARGAS LIÑÁN, M.ª Belén. “La música en la prensa
femenina de México: La Semana de las Señoritas Mejicanas (1850-1852)”. En: La música y el Atlántico.
Relaciones musicales entre España y Latinoamérica. María Gembero Ustárroz y Emilio Ros-Fábregas (coords.
y eds.). Granada: Universidad de Granada, 2007, pp. 455-486.
20
Cartas Españolas se publicó en Madrid entre 1831 y 1832, estaba dirigida por José María de
Carnerero a inspiración de la Revue Française. La Hemeroteca Municipal de Madrid informa en su catálogo de
la existencia de estas piezas de música que acompañan a la revista.
21
Los responsables de El Artista fueron Eugenio de Ochoa y Federico Madrazo. Salía cada semana,
llegando a publicar sesenta y cinco entregas a lo largo de tres tomos. Cesó por no encontrar suscriptores debido
al alto precio de la suscripción.
1.2. Fuentes: La música en las revistas culturales y de divulgación de conocimientos 249
22
El Guadalhorce: Periódico Semanal de Literatura y Artes, editó ochenta y tres números en dos
series, correspondientes a cada año de aparición. Fue una revista dirigida por José Medina y Aguayo durante el
primer año, y por A. J. Velasco, en el segundo.
23
El Laberinto: Periódico Universal, fue una publicación quincenal que llegó a editar sesenta entregas.
Sus responsables fueron Antonio Flores y Antonio Boix.
24
El Andaluz: Periódico de Literatura, Artes, Modas y Teatros, publicó un total de treinta y cinco
números con una frecuencia semanal.
25
El Liceo de Córdoba: Periódico de Literatura, Música y Modas, salió a la luz a lo largo de cincuenta
números. En febrero de 1845 la dirección pasó a Luis Maraver, dando un giro en la línea editorial hacia la
literatura y las bellas artes en detrimento de la música.
26
La Ilustración: Periódico Universal, fue fundada por Ángel Fernández de los Ríos.
250 María Belén Vargas Liñán
Las piezas musicales aparecidas en la prensa cultural −al igual que en la femenina−
pertenecen en su totalidad al género de salón, con una mayor presencia del piano solista a dos
y cuatro manos (el 70%). El volumen restante corresponde a obras para canto con
acompañamiento de piano −y excepcionalmente, de guitarra o arpa−, en el que predominan
las canciones a una sola voz (con algunas excepciones para dos y tres voces o coro). El
repertorio para piano de los suplementos se caracteriza por su virtuosismo, estando formado
por caprichos y fantasías, pero especialmente por un gran volumen de danzas de salón (el
85% de las piezas con esta plantilla). Polcas, polcas-mazurcas y valses son las danzas más
exitosas –a tenor de su difusión− junto a otros ritmos bailables entre los que se registran
redovas, danzas habaneras o contradanzas, chotis, mazurcas, georgianas, polonesas, galops y
lanceros. En muchas de ellas advertimos un gusto especial por los patrones de polca, que, al
combinarse rítmica o coreográficamente con el vals, la mazurca y el chotis, dan lugar a un
interesante grupo de danzas híbridas. El resto de las piezas instrumentales –una minoría− lo
integran adaptaciones de fragmentos de óperas y zarzuelas, himnos y marchas, así como
obras de un pianismo más intimista y lírico.
En el grupo de partituras para canto, se observa una clara diferencia entre las obras de
inspiración italiana o belcantista –cuya estética es predominante− y las canciones españolas,
de raíz populista, algunas de las cuales contienen rasgos de estilo y temática morisca. Dentro
del segundo grupo aparecen títulos como “La Curriya”, “La Buñolera” y “El Curro” de
Mariano Soriano Fuertes −editadas en El Laberinto y El Liceo de Córdoba−; “El carpintero”
de Iradier, dos piezas tituladas “Canción española” de Barbieri y “La perejilera” de
Fernández Caballero –provenientes de La Ilustración−; “El contrabandista” de Mariano Reig
–publicada en El Guadalhorce−; y “La coqueta” de Antonio de la Cruz –recogida en El
Álbum Granadino−. Dentro del repertorio vocal también aparecen arreglos de obras
religiosas y óperas, himnos, recitados de poemas con acompañamiento instrumental, y valses
coreados.
propios talentos, algunos de ellos jóvenes músicos que alcanzaron una proyección nacional
(tal es el caso de Mariano Vázquez y Antonio de la Cruz, cuyas primeras obras aparecen en
las páginas de El Álbum Granadino). Por el contrario, las revistas publicadas en Madrid
incorporan composiciones de autores de primera fila, como Barbieri, Arrieta, Oudrid,
Gaztambide, Iradier, Espín y Guillén, Fernández Caballero, Soriano Fuertes, Sánchez Allú o
Guelbenzu; junto a otros secundarios ligados a instituciones y círculos culturales de la Corte,
como Florencio y Manuel Lahoz, Manuel de la Mata, Ignacio Ovejero, Lázaro Núñez-
Robres, Camilo Schubert, Rafael Taboada, etcétera. En relación a los autores de los textos,
contamos con firmas como las de Antonio Arnao, Antonio Trueba, Francisco Camprodón,
José M.ª Albuerne, Vicente Barrantes y Antonio García Gutiérrez, presentes en La
Ilustración; así como de Pedro Antonio de Alarcón en El Álbum Granadino. Hemos de
apuntar, además, que algunas autorías sólo se rubrican con iniciales o se dejan anónimas, lo
que nos hace sospechar de la presencia de compositoras y poetisas cuya identidad es
silenciada por los convencionalismos de la época.
27
En cuanto a las técnicas de impresión y grabado musical de los suplementos , se
aplican diversos procedimientos en función de la tecnología y los medios que dispone cada
revista, siendo la estampación litográfica y los tipos móviles los más utilizados. La litografía
se emplea en un conjunto importante de partituras (el 43%) pues constituye una forma rápida
y barata de reproducción de música impresa, a pesar de no ofrecer una presentación
impecable –por su aspecto de manuscrito−. Las partituras litografiadas, además de constituir
ediciones modestas y de inferior calidad, solían contener erratas de grafía musical −en
alturas, figuraciones y alteraciones− ya que los establecimientos donde se realizaban no
solían contar con personal cualificado (hemos de tener en cuenta que el dibujo en la piedra se
hacía con los signos musicales invertidos para que salieran del derecho cuando se pasaba el
papel, lo cual añadía más dificultad a un trabajo ya de por sí complejo). La litografía fue
empleada principalmente en las revistas culturales de provincias, como El Andaluz, El Álbum
Granadino, El Genil y El Guadalhorce –cuyo caso es excepcional pues sus estampas
consiguen un acabado muy próximo al resultado calcográfico−.
Un segundo tipo de impresión musical muy difundido es el tipográfico (con el 49%),
empleado por las empresas periodísticas más solventes: el establecimiento de La Ilustración –
27
GOSÁLVEZ LARA, Carlos José. La edición musical española hasta 1936. Madrid: AEDOM, 1995.
Quiero expresar mi agradecimiento a Carlos José Gosálvez por ayudarme a identificar las técnicas de grabado
musical de algunos suplementos de la prensa del siglo XIX.
252 María Belén Vargas Liñán
28
Las partituras también se ofrecían, aunque en menor medida, a otros destinatarios, como
compositores y cantantes, editores de la revista (en agradecimiento del autor por haber publicado su
composición), suscriptores en general, amistades, familiares, e, incluso, a la Milicia urbana.
254 María Belén Vargas Liñán
Tabla 1. Rasgos musicales y editoriales de los suplementos de partituras repartidos en la prensa cultural
española, 1831-1874 (fondos conocidos)
1.2. Fuentes: La música en las revistas culturales y de divulgación de conocimientos 255
Tabla 2. Piezas musicales distribuidas en las revistas culturales españolas, 1831-1874 (fondos conocidos):
256 María Belén Vargas Liñán
1.2. Fuentes: La música en las revistas culturales y de divulgación de conocimientos 257
258 María Belén Vargas Liñán
1.3. LA MÚSICA EN LAS REVISTAS ORIENTADAS AL «BELLO SEXO»
1
Inmaculada JIMÉNEZ MORELL: La prensa femenina en España (Desde sus orígenes a 1868),
Madrid: Ediciones de la Torre, 1992, págs. 21-22.
262 María Belén Vargas Liñán
2
Aunque el despegue de la prensa femenina española se produce al inicio de la etapa isabelina, tuvo sus
precedentes en el primer tercio del siglo XIX con la aparición de Correo de las Damas (dos publicaciones
homónimas surgidas en Cádiz, 1804-1807 y La Habana, 1811), El Amigo de las Damas (Cádiz, 1813), Periódico
de las Damas (Madrid, 1822) y La Moda o Recreo Semanal del Bello Sexo (La Habana, 1829-1830).
3
En uno de sus artículos, la revista Correo de las Damas critica los bailes populares españoles a la vez
que ensalza las danzas de salón foráneas, por fomentar las relaciones sociales y carecer de dificultad técnica.
Véase «Variedades: Del baile», Correo de las Damas, año II, n.º 32 (25-1-1834), págs. 250-253.
1.3. Fuentes: La música en las revistas orientadas al «bello sexo» 263
Moniteur de la Mode (1843-1913), publicó sus figurines en los suplementos del Álbum de
Señoritas y El Correo de la Moda.
Volviendo al Correo de las Damas, hemos de situar su aparición en un momento
histórico clave pues fue testigo de la nueva etapa iniciada en el periodismo español tras la
muerte de Fernando VII en 1833. La publicación defenderá un ideario conservador con
respecto a la mujer que será seguido por sus sucesoras. Este conjunto de valores se sustenta en
los ideales burgueses −herederos del pensamiento ilustrado− según los cuales la institución
familiar es la base del estado y, en consecuencia, la educación de la mujer es tan necesaria
como la del hombre, en aras de su papel como futura madre. Sin embargo, fuera de su ámbito
de influencia −el hogar−, la mujer es considerada un objeto pasivo e inspirador de las
creaciones masculinas («han nacido para amar y ser amadas, no para leer y ser leídas» 4), por
lo que su instrucción debe ser refinada con el objeto de brillar en sociedad («deberá una mujer
bien educada no sólo poseer sólidamente las reglas de la economía doméstica, sino también
aquel brillo exterior que se exige y es necesario en su sexo» 5). Con respecto a la religión,
Correo de las Damas es exponente de un proceso de secularización vivido por el periodismo
femenino español −al igual que el cultural−, que se inicia en 1833 y perdura hasta el final de
los años 50. Este fenómeno es consecuencia, a nivel social, de la relajación de costumbres y la
penetración de usos y modas franceses y, en la esfera política, del liberalismo burgués y el
posicionamiento de la Iglesia española junto a la causa carlista. Así, la prensa de modas revela
a la mujer los misterios para potenciar su belleza, sustituyendo parcialmente el altar de santos
y vírgenes por el «altar del tocador», al mismo tiempo que le inculca unos valores
humanitarios −de practicar la filantropía y la beneficencia− desbancando a las antiguas
prácticas y creencias religiosas 6.
La revista Correo de las Damas dedicó especial atención a la música, tanto en
cantidad como en calidad de sus contenidos. Por un lado, esta temática será el centro de
atención exclusivo junto con la moda a partir de las reformas realizadas en 1835. Por otro
lado, los temas musicales están presentes en todo tipo de géneros periodísticos y son tratados
4
«De la literatura en las mugeres», Correo de las Damas, año I, n.º 20 (13-11-1833), pág. 155.
5
«Dos palabras sobre la educación de las mugeres», Correo de las Damas, año III, n.º 4 (28-1-1835),
pág. 26.
6
Dora PÉREZ ABRIL y José Antonio VILA CRESPO: «Ángeles sin alas: La constitución del tocador
en la mujer burguesa de la Valencia del siglo XIX», Millars: Espai i historia, n.º 25 (2002), págs. 32-33.
264 María Belén Vargas Liñán
Imagen 1. «Música. Del sonido y de la voz», Correo de las Damas, año I, n.º 6 (7-8-1833), pág. 41.
7
Por ejemplo, en un comunicado enviado a la revista se reflexiona sobre la escasa consideración de los
músicos en la sociedad del XIX. Véanse «Música», Correo de las Damas, año III, n.º 41 (7-11-1835), págs. 324-
325; n.º 42 (14-11-1835), págs. 331-334; n.º 43 (21-11-1835), págs. 337-338.
8
Los redactores de La Mariposa reflexionan sobre lo paradójico que supone la aparición de una
publicación de lujo y, hasta cierto punto, frívola en tiempos bélicos para el país −lastrado por el enfrentamiento
carlista−, justificando su existencia con el argumento de que la distracción también es necesaria en momentos
difíciles. Véase «Introducción», La Mariposa, n.º 1 (10-4-1839), págs. 1-2.
1.3. Fuentes: La música en las revistas orientadas al «bello sexo» 265
espacio a describir el origen de bailes populares como el ole, el fandango y el bolero −muy
practicados por las clases humildes gaditanas y que llegaron a los escenarios del teatro 9−; al
mismo tiempo criticó los nuevos bailes de salón introducidos en España a través de los
Pirineos, llegando a comentar irónicamente lo siguiente acerca de la polca en nuestro suelo:
He aquí otra nueva importación francesa que acaba de eludir y burlar la vigilancia y los
derechos de la aduana [...]. Sabemos ya de algunas bienaventuradas que han tomado lecciones de polka.
En esta época nada es tan necesario [...] 10.
9
F . F[LORES] A[RENAS]: «El ole», La Moda, n.º 30 (20-11-1842), págs. 13-14; «El fandango», ibíd.,
n.º 85 (10-12-1843), pág. 3.
10
[Francisco FLORES ARENAS]: «La polka», La Moda, n.º 122 (25-8-1844), págs. 3-4.
11
«Prospecto», Álbum de las Bellas (Sevilla, 1849).
12
En el escrito «Un recuerdo de la Edad Media» se habla poéticamente de la actividad de bardos y
trovadores medievales. Véase F[rancisco] J. F[ERNÁNDEZ] DE S[OTO]: «Un recuerdo de la Edad Media»,
Álbum de las Bellas, tomo I, n.º [7] (mayo? 1849), pág. 87.
1.3. Fuentes: La música en las revistas orientadas al «bello sexo» 267
Las artes, las ciencias y conocimientos abstractos, no diremos que estén de más en la
educación de una señorita, pero sí que se les debe considerar como accesorios, y que el objeto principal
de su educación es formar una buena esposa y madre, y una inteligente directora del gobierno interior
de una casa 13.
El Correo de la Moda es una revista muy valiosa dentro del panorama periodístico
femenino del XIX. Su actividad perdura durante más de cuarenta años, llegando a convertirse
en la publicación de mayor trayectoria después de la gaditana La Moda. Aunque su principal
soporte son los contenidos vinculados a labores de costura y vestido −publicaba patrones y
figurines parisienses de Le Moniteur de la Mode−, se muestra muy implicada en la instrucción
práctica de las mujeres. No es una revista de gran carga moralista pues fomenta el consumo
suntuario y dictado por las tendencias de lo fashionable. A lo largo de su existencia tuvo
varios responsables (entre ellos, Francisco Castelló, P. J. de la Peña, Ángela Grassi y Aurora
Pérez Mirón) y experimentó una lógica evolución, tanto en el aspecto formal como en el
ideológico. No sabemos con exactitud cuándo cambia su fisonomía, pero en el año 1869 es ya
una revista ilustrada que combina profusamente imágenes con textos ampliando su formato a
tres columnas (sufre una transformación semejante a la de La Moda Elegante en 1861). Así
mismo, observamos un cambio en el mensaje transmitido en sus páginas sobre la educación
de la mujer y su papel en la sociedad. Así, en los primeros años parte de un posicionamiento
conservador, según el cual concibe la instrucción femenina únicamente como una cualidad de
la mujer bien educada, pero a partir del Sexenio Revolucionario este ideario va tornándose
más aperturista llegando a proclamar el derecho de la mujer a recibir formación y a trabajar
fuera del seno del hogar.
13
Micaela de SILVA Y COLLAS: «Sobre el matrimonio», La Elegancia, n.º 2 (septiembre 1846), pág.
9.
268 María Belén Vargas Liñán
En torno a los años 50 del siglo XIX, la prensa de «modas y salones» en provincias
asoma tímidamente al panorama periodístico (el caso de La Moda de Cádiz había sido
excepcional por su solvencia y repercusión internacional). Además de la anteriormente citada
revista sevillana Álbum de las Bellas, en la segunda mitad de la década aparecen otras
publicaciones igualmente efímeras bajo los títulos Silvina (Valencia, 1857) y El Instructor y
Recreo de las Damas (Santa Cruz de Tenerife, 1857-1858). En particular, la revista tinerfeña
ofrece una orientación híbrida −como hace gala su título− abordando por igual los aspectos
educativos y de entretenimiento a través de un enfoque muy pragmático, con el fin de
responder ampliamente a los intereses de la población femenina potencialmente lectora de las
14
islas canarias . Ambas publicaciones son transmisoras de valores conservadores y
patriarcales sobre el universo femenino, si bien El Instructor revela una mentalidad
14
La revista combinaba las crónicas de moda parisienses −basadas en los periódicos franceses recibidos
en la redacción− con ensayos morales, poesías y relatos, recetas de cocina y pasatiempos. Además, distribuía un
«Manual enciclopédico de instrucción» y sorteaba novelas. Según Teresa González, la publicación se distribuyó
en todo el archipiélago canario a excepción de El Hierro y Fuerteventura. Véase «El Instructor y Recreo de las
Damas». Primer periódico canario dedicado a las mujeres, Teresa GONZÁLEZ PÉREZ (estudio introductorio),
ed. facsímil, Las Palmas de Gran Canaria: Idea, 2004.
1.3. Fuentes: La música en las revistas orientadas al «bello sexo» 269
15
«Influencia de la mujer en la sociedad moderna», El Instructor y Recreo de las Damas, año 1.º, n.º 16
(10-4-1858), pág. 2.
16
Íñigo SÁNCHEZ LLAMA: Galería de escritoras isabelinas. La prensa periódica entre 1833 y 1895,
Madrid: Cátedra, 2000.
17
SÁNCHEZ LLAMA (ed.): Antología de la prensa periódica isabelina escrita por mujeres (1843-
1894), Cádiz: Universidad de Cádiz, 2001.
270 María Belén Vargas Liñán
18
El Vergel de Andalucía fue una revista cordobesa redactada casi en exclusiva por mujeres, entre ellas,
Carolina Coronado, Adela García, Robustiana Armiño, Ángela Grassi, Manuela Cambronero y Amalia
Fenollosa. También contó con la participación de Mariano Soriano Fuertes, pues la breve publicación coincidió
en el tiempo con la estancia del músico y periodista en la ciudad califal.
19
Carlos R. de ARELLANO: «Biografía. La condesa de Paredes», El Espósito, tomo I, n.º 2 (20-5-
1845), págs. 11-12.
20
En estas revistas participan como redactores y colaboradores Gertrudis Gómez de Avellaneda,
Carolina Coronado, Josefa Moreno Martos, Dolores Gómez de Cádiz de Velasco, Robustiana Armiño, Ramón de
la Sagra y el fourierista Sixto Sáenz de la Cámara.
21
PÉREZ ABRIL y VILA CRESPO: «Ángeles sin alas...», Millars: Espai i historia, pág. 33.
22
La Psiquis promociona las actividades filantrópicas de las burguesas valencianas, como la
organización de un baile de máscaras a beneficio de los reclusos de la prisión de la ciudad. Véase La Psiquis, n.º
1 (2-3-1840).
1.3. Fuentes: La música en las revistas orientadas al «bello sexo» 271
conyugal 23. Igual le sucede a la revista El Mensajero de las Modas, al fomentar el lujo y el
glamour en la mujer, llamando, al mismo tiempo, a la moderación de costumbres a través de
las moralejas de sus relatos 24.
Los contenidos de entretenimiento no están ausentes en las páginas de estas revistas de
orientación educativo-moralizante, pues en ellas se incluirán abundantes relatos, poesías y
crónicas de modas, si bien esta sección no adquiere las dimensiones que tenía en la prensa
recreativa de «modas y salones». En consecuencia, la presencia de la música no merece una
atención especial, es más, va a verse reducida notablemente, pues casi siempre aparecerá de
forma indirecta y tangencial: a través de alusiones en ensayos sobre educación femenina,
dentro del argumento de novelas, y en avisos y crónicas culturales-teatrales. Una prueba de
ello es el hecho de que las reseñas musicales siguen asumiéndolas de oficio periodistas
varones, a pesar de que el resto de contenidos sobre educación y moral femenina sean
encargados novedosamente a escritoras y colaboradoras que despuntan en estos momentos.
23
Micaela de SILVA Y COLLAS: «Reflexiones sobre la coquetería», La Elegancia, n.º [15] (diciembre
1846), págs. 119-120.
24
«Primera dicha y último recurso», El Mensajero de las Modas, n.º 3 (marzo 1852), págs. 2-3; «El
dote», ibíd., n.º 7 (julio 1852), págs. 2-3.
25
Para defender sus posiciones, la revista se expresaba diciendo lo siguiente al corresponsal del diario
barcelonés El Áncora: «¿Será acaso el promover esa alarma contra nuestro periódico porque lo redactan
mujeres? ¿Desde cuándo pues ha sido patrimonio exclusivo de los hombres el predicar la verdad?». Véase
JACOBA: La Mujer, año I, n.º 5 (31-8-1851), pág. 6.
272 María Belén Vargas Liñán
cultural que dirigido a las féminas (por ejemplo, los anuncios no incitan a las mujeres al
consumo de productos de belleza, sino que instan a la beneficencia y a conocer las obras
literarias de escritoras y poetisas). Por su parte, la revista Ellas: Órgano Oficial del Sexo
Femenino nació con una clara intención feminista, línea que fue mitigándose en diversas
reconversiones de la publicación bajo los títulos Gaceta del Bello Sexo y Álbum de Señoritas,
las tres bajo la misma coordinación y equipo de redactoras. A pesar de ir dulcificando su línea
hacia posiciones más convencionales defenderá un periodismo educativo, no sólo de
conocimientos y saberes domésticos sino de tipo ético.
La presencia de la música en estas publicaciones educativas de carácter aperturista está
lejos de la mostrada en la prensa de «modas y salones», ya que es bastante escasa en
comparación a las revistas de evasión. Este hecho nos hace reflexionar sobre el verdadero rol
de la música con respecto a la mujer burguesa. Observamos que la función de la música está
pensada más a aumentar el atractivo y lucimiento femeninos que a procurar una formación
artística con fines profesionales que coadyuve a la emancipación de la mujer.
Pero, si ya escasean los contenidos musicales en la prensa femenina educativa que
tímidamente muestra un talante liberal, estos serán inexistentes en publicaciones del tipo de El
Nuevo Pensil de Iberia (Cádiz, 1857-1859). Ésta es la primera revista española íntegramente
feminista, defendiendo posiciones ligadas al fourierismo y al socialismo utópico. Sus
contenidos versan sobre temas culturales y sociales, de literatura, costumbres y moral, pero la
música está ausente en sus páginas. Este hecho reafirma nuestra tesis de que la presencia de la
música en la prensa femenina tiene sentido en tanto en cuanto refuerza el canon tradicional
establecido. De ahí que el fuerte vínculo de la música con la «prensa de modas y salones» se
diluya poco a poco cuando las publicaciones van sustituyendo sus intereses recreativos por
otros más pragmáticos y éticos en relación con la mujer, y transformando su ideario hacia
posiciones cada vez más abiertas.
La tendencia que muestra la prensa femenina hasta mediados del XIX se invierte al
final del reinado de Isabel II. Como explica Jiménez Morell, en la década de los 60 se
producirá un retroceso ideológico en las revistas dirigidas a las féminas −que acentúan el
carácter moralizante y didáctico− como consecuencia de la situación política y social de
España en los años previos a la revolución del 1868: «El atrincheramiento en posturas cada
vez más conservadoras con respecto a la mujer es consecuencia de la reacción antiliberal que
1.3. Fuentes: La música en las revistas orientadas al «bello sexo» 273
se produce tras la caída del bienio progresista, y el retorno del moderantismo al poder» 26. Las
revistas femeninas aparecidas en estos momentos serán, por tanto, transmisoras de valores
ultraconservadores, monárquicos y católicos. Dentro de este grupo destacamos cuatro
publicaciones madrileñas de gran solidez y estabilidad: La Educanda (1861-1865), La Violeta
(1862-1866), El Ángel del Hogar (1864-1869) y La Guirnalda (1867-1883). En la periferia,
podemos citar las revistas granadinas El Protector del Bello Sexo, o El Mentor de la Mujer
(1860-?) y La Aurora Accitana (Guadix, 1871). Aunque ofrecen contenidos de evasión y
solaz, su objetivo principal es educar religiosa y moralmente a las lectoras, además de ofrecer
una instrucción que «no ha de ser ni científica ni erudita, sino eminentemente práctica»,
siempre encaminada al adiestramiento de la mujer como esposa y madre 27. Son publicaciones
periódicas que viven al margen de la realidad, a pesar del momento crítico prerrevolucionario
por el que pasa el país («nada de análisis sociales, que disecan y empequeñecen el espíritu;
nada de ofrecer a sus ojos [de las jóvenes] los raquíticos cuadros realistas que buscan con afán
los innovadores de nuestra época transitoria» 28).
El peso de los contenidos musicales varía en función de la consideración que cada
revista tenga de la instrucción musical en relación con la formación de la mujer. En concreto,
la revista La Educanda recomienda la enseñanza de las bellas artes y la música en las jóvenes,
pero considera que la práctica musical en el sexo femenino ha de estar encaminada sólo al
«adorno» y en último extremo con vistas a una posible dedicación profesional 29:
Nada hay tan propio para la educación de una niña como la música, el dibujo, la pintura al
pastel, a la aguada, y aún al óleo, no habiendo faltado mujeres que han sido excelentes pintoras y
renombradas artistas. Cuando la niña llega a figurar en la sociedad, si su posición es desahogada,
cultivando las bellas artes hará las delicias de las personas que la rodean; y si la fortuna se muestra
ingrata con ella, puede encontrar también en sus mismas habilidades un recurso honroso para vivir 30.
Las habilidades artísticas únicamente eran cultivadas por las jóvenes antes de casarse,
como una forma de atraer la atención en las reuniones de sociedad. En este contexto de cuidar
la imagen social, encontramos una práctica muy extendida entre las mujeres acomodadas: la
26
JIMÉNEZ MORELL: La prensa femenina en España..., ibíd, pág. 123.
27
Ibíd., pág. 136.
28
Las REDACTORAS: «A nuestros lectores», La Violeta, año 1, n.º 1 (7-12-1862), pág. 2.
29
«Ejercicios con que se completa la educación de la mujer», La Educanda, n.º 13 (1-7-1861), pág. 199.
30
SARA: «Madrid en 1864. Cartas a una niña [III]», La Educanda, año III, n.º 59 (24-2-1864), pág. 52.
274 María Belén Vargas Liñán
moda del álbum 31. Este objeto resulta casi imprescindible a las jóvenes de buena familia, por
lo que La Educanda ofrece instrucciones para confeccionarlo recordando a las usuarias
añadir, entre sus páginas, papel pautado para las partituras que los compositores admiradores
32
les dediquen . Como podemos observar, la concepción de la música en estas revistas es
bastante accesoria, y lo corroboramos de nuevo a través de un detalle: La Educanda decide
sustituir en octubre de 1865 el suplemento musical que reparte mensualmente por un figurín
33
de modas a petición de las suscriptoras . A pesar de esta pobre consideración, el carácter
didáctico de las publicaciones influye para que el tema de la enseñanza musical sea abordado
en sus páginas. De este modo, se publican estudios que valoran positivamente la práctica del
canto en las primeras edades (no sólo por las ventajas artísticas que reporta sino por las
adquisiciones lingüísticas y morales que proporciona):
31
Según Romero Tobar, «el álbum era un objeto suntuario que sumaba las cualidades materiales del
buen papel y la lujosa encuadernación con el peso específico de las firmas que a él contribuían con textos
literarios, partituras musicales, trabajos plásticos o fotografías y dedicatorias». Véase Leonardo ROMERO
TOBAR: «Dibujos y pinturas en álbumes del siglo XIX: Una variedad del ut pictura poesis», Príncipe de Viana,
año 61, anejo 18 (2000), págs. 331-342.
32
«Variedades: El álbum», La Educanda, año II, n.º 30 (16-7-1863), pág. 240.
33
También distribuía una Gramática musical a los abonados por un año a un coste de 16 reales. Véase
«Obras que se regalan a los señores suscritores por un año», La Educanda, n.º 22 (15-11-1861), s.p.
[Contraportada].
34
UN AMANTE DE LA MÚSICA: «La enseñanza de la música como elemento de educación», El Ángel
del Hogar, año V, n.º 14 (16-4-1868), págs. 107-108.
1.3. Fuentes: La música en las revistas orientadas al «bello sexo» 275
El piano ha destronado a la aguja: el trabajo ha tenido que ceder su puesto al arte. ¡La música!
Adquirir una reputación de pianista notable, de cantatriz arrebatadora, para ser llevada de aquí para allá,
y calurosamente aplaudida en los conciertos de salón, en las reuniones de buen tono, he aquí lo que
trastorna hoy muchas cabezas femeniles.
¿Y la exhibición de nombres propios en los periódicos en medio de hiperbólicos elogios?
¡Corazón de artista! ¡Consumada cantante! ¡Alma de fuego! Estas palabras, las más de las veces vacías
de sentido, resumen ahora toda la ambición de las niñas casaderas, y aún de las madres mismas de
aquellas clases de la sociedad donde se daba culto otras veces a la piedad, a la timidez, al recogimiento.
[...] Recomendamos a nuestras lectoras el estudio de la música, pero dentro del círculo destinado a las
hijas de familia que no van a servirse del canto y del piano como de una profesión lucrativa 35.
Estas revistas irán reduciendo los ensayos moralistas e instructivos para dar paso a
nuevos contenidos de calado cultural e intelectual −incluso informativo y publicitario−. La
Violeta experimentó una evolución en este sentido, incluyendo secciones estables dedicadas a
35
[Jerónimo] M[ORÁN]: «La aguja y el piano», La Guirnalda, año I, n.º 10 (16-5-1867), págs. 73-74.
276 María Belén Vargas Liñán
femenina −que podría intuirse feminista−, subyace una mera crítica política a los sucesivos
gobiernos liberales desde la firma del Estatuto Real de 1834 36.
También de cariz político es La Margarita (Madrid, 1871-1872), publicación
conservadora y defensora de los intereses carlistas. Esta revista toma su nombre de la reina
Margarita de Borbón-Parma, esposa de Carlos VII −sobrino de Fernando VII y primo de
Isabel II− que pretendía al trono español y francés. A ella está dedicada la revista, siendo
presentada como prototipo de mujer. Durante el Sexenio Democrático continuó el modelo
femenino de la época anterior consistente en una mujer virtuosa, moralmente superior y
«ángel del hogar», aunque se había perdido el sentido de feminidad propio del canon
isabelino. De este modo, la imagen de la mujer pasiva y sumida en sus labores domésticas se
abre paso en ámbitos vetados hasta entonces (como la causa carlista) 37.
La presencia de la música en las dos publicaciones políticas que acabamos de describir
es inexistente o muy escasa. En La Margarita, aparecen sólo referencias indirectas a la
música aunque siempre instrumentalizadas políticamente. Así, en una crónica de un viaje a
San Sebastián, se hace alusión al zortzico interpretado por un grupo de vascongados (que el
cronista asemeja con el himno carlista) 38. Del mismo modo, en un artículo de fondo sobre la
mujer carlista se describe el entusiasmo de la lucha política a través de la música: «[...] en
medio del estruendo se percibe esa sublime música, ese canto vascongado que está en
nuestros corazones y termina con la sencilla y embriagadora exclamación ay! ay! mutillac» 39.
Así mismo, en un relato aparentemente inocuo las protagonistas desarrollan la siguiente
escena:
36
Según Jiménez Morell, las posturas ideológicas manifestadas en la revista Gobierno Representativo y
Constitucional del Bello Sexo Español coinciden con las del clero desamortizado. Véase JIMÉNEZ MORELL:
La prensa femenina en España..., ibíd., págs. 43-46.
37
Rebeca ARCE PINEDO: Dios, Patria y Hogar. La construcción social de la mujer española por el
catolicismo y las derechas en el primer tercio del siglo XX, Santander: Universidad de Cantabria, 2008, págs.
38-39.
38
Carolina P.: «Caprichos de la moda. Impresiones de viaje», La Margarita, año I, n.º 7 (14-5-1871),
pág. 52.
39
Juan de LUZ: «Política femenina: Las mujeres carlistas», La Margarita, año I, n.º 31 (29-10-1871),
págs. 241-242.
278 María Belén Vargas Liñán
40
ESPERANZA: «Ecos de Madrid», La Margarita, año I, n.º 32 (5-11-1871), págs. 255-256.
1.3. Fuentes: La música en las revistas orientadas al «bello sexo» 279
A continuación presentamos los contenidos más característicos que llenan las páginas
de las revistas femeninas del siglo XIX. En función de cada periódico y de su tipología, varía
la proporción en que aparecen determinadas temáticas y secciones:
h) Artículos de instrucción:
Su enfoque es también muy variado, pudiendo encontrar desde estudios con gran rigor
científico −una minoría− a escritos amenos a modo de «curiosidades».
i) Contenidos de entretenimiento:
Son abundantes en la prensa recreativa, están formados especialmente por pasatiempos
(dameros, ajedrez, jeroglíficos, charadas, logogrifos, adivinanzas y chistes), así como por
máximas y pensamientos, epigramas, anécdotas, calendarios y santoral.
j) Publicidad:
Está presente como sección estable sólo en algunas revistas de mujeres, ya que no es
tan habitual como en los diarios de asuntos materiales. En la mayoría de los casos suele
aparecer de forma esporádica en forma de «consejos» o «recomendaciones comerciales» pero
sin lugar fijo dentro de la publicación.
k) Noticias de actualidad:
Esta sección no es tan frecuente en las páginas de la prensa femenina, que no concede
relevancia al aspecto informativo. Un caso curioso y excepcional lo representa Correo de las
Damas, que incorpora secciones diferenciadas para noticias de Madrid y del extranjero
aunque nunca de carácter político sino del mundo de la cultura, las artes y la sociedad
elegante. La actualidad en la prensa femenina la protagonizan los sucesos relacionados con la
familia real (deceso de Fernando VII, visitas reales a diversas provincias españolas,
casamientos de los infantes, alumbramientos de Isabel II, presentación de los hijos de la reina
en el templo, actos oficiales con presencia de los reyes o atentados), de los que las revistas del
«bello sexo» muestran una sensibilidad especial.
m) Suplementos:
Se reparten en casi todas las revistas femeninas ya que son elementos muy estimados
por las lectoras. La inclusión de suplementos acrecienta considerablemente su coste
económico, convirtiendo las revistas femeninas en un producto elitista. Para hacerlas más
asequibles, muchas empresas ofertan diversas tarifas de suscripción (básica o económica, y
completa o de lujo) según se incluyan o no estos complementos; en otros casos, el suplemento
se ofrece gratuitamente a cambio de un abono de larga duración (semestral o anual). Suelen
repartirse como suplemento toda suerte de productos, entre ellos colecciones de cuentos y
novelas; retratos de personajes conocidos; figurines de trajes, dibujos de labores y bordados, y
patrones; grabados de muebles y carruajes; además de partituras. Vemos, pues, que la
literatura, la imagen, el vestido y la música son utilizados como reclamo comercial debido al
poderoso atractivo que ejercen sobre el público, y, en especial, sobre el colectivo femenino de
clase media-alta que constituye el principal cliente de la prensa de educación y recreo.
41
Es uno de los artículos musicales de mayor nivel intelectual publicados en la prensa femenina
analizada. Describe acústicamente la formación del sonido, tanto en la voz como en los instrumentos, explica la
fisiología del aparato vocal y ofrece consejos para el cuidado de la voz. Véase «Música. Del sonido y de la voz»,
Correo de las Damas, año I, n.º 6 (7-8-1833), págs. 41-44.
42
Victorina B. y MAZZINI DE DOMÍNGUEZ: «La voz humana», La Moda Elegante, año XXI, n.º 21
(18-8-1861), pág. 166.
43
Describe el origen de la ópera en Italia en la edad Moderna y su evolución con las obras maestras de
Mozart, Cimarosa y Rossini. Véase «Origen de la ópera italiana», Correo de las Damas, año I, n.º 19 (6-11-
1833), pág. 148.
44
Este estudio defiende la correspondencia entre las facultades psíquicas y los relieves del cráneo de
cada individuo, describiendo los resultados de los trabajos médicos de Lavater con Gluck y de Gall con Rossini.
Véase J. L. M.: «La frenología aplicada a la música: Gluck y Rossini», La Moda, n.º 90 (14-1-1844), págs. 2-3.
45
Pedro de VERA: «Bellas artes», La Educanda, año III, n.º 60 (29-2-1864), págs. 62-63; E.
HERNÁNDEZ: «Bellas artes: La música», ibíd., n.º 80 (31-7-1864), págs. 221-222.
284 María Belén Vargas Liñán
música religiosa 46. Son relativamente abundantes las biografías de músicos, entre ellos, la de
47
los compositores Mozart y Bellini −uno de los más admirados y valorados por los
aficionados a la ópera 48−, la soprano Enriqueta Sontag 49, y la poetisa y cantante renacentista
Louise Labé 50.
46
En un estudio musicológico se analizan las obras de Palestrina, Pergolessi, Astorga y Rossini. Véase
«Revista música: El Stabat Mater», Álbum de Señoritas, año I, n.º 10 (8-4-1852), págs. 79-80.
47
Julián CASTELLANOS: «Galería de artistas célebres: Mozart», La Violeta, año III, n.º 158 (10-12-
1865), págs. 594-596.
48
La Moda Elegante publicó un estudio musicológico muy documentado sobre de la vida y la
trascendencia de la obra de este autor. Véase O.: «Bellini», La Moda Elegante, año XXII, n.º 14 (5-4-1863),
págs. 108-110.
49
La CONDESA DE ARACELI: «Mujeres célebres: Enriqueta Sontag», El Correo de la Moda, año
XIX, n.º 7 (18-2-1869), págs. 49-50.
50
«Luisa L'Abbé», El Mensajero de las Modas, n.º 1 (enero 1852), pág. 4.
51
José ORTEGA: «La música», La Moda Elegante, año XXII, n.º 4 (25-1-1863), págs. 27-28.
52
Miguel AGUSTÍN PRÍNCIPE: «Variedad de juicios acerca de la belleza», El Correo de la Moda, año
XIX, n.º 37 (2-10-1869), págs. 290-291.
53
Enrique DOMENECH: «El drama, la ópera y la zarzuela», La Violeta, año III, n.º 120 (19-3-1865),
págs. 138-141.
54
La ADALIA: «Teatro», El Vergel de Andalucía, tomo I, n.º 8 (7-12-1845), págs. 59-60.
1.3. Fuentes: La música en las revistas orientadas al «bello sexo» 285
salón 55, y defienden la importancia de recibir una educación en canto y piano que, junto con
56
otras adquisiciones, hagan de la beneficiaria un ser exquisito y refinado . Si bien, otras
publicaciones, desde una perspectiva moralizante, critican las modas del siglo y, entre ellas, el
recreo excesivo de las mujeres que les hace pasar más tiempo en la toilette y en la lección de
piano, canto, baile, dibujo e idiomas, que aprendiendo las labores de su sexo 57.
Las poesías publicadas por la prensa femenina suelen incluir frecuentes referencias
filarmónicas, especialmente en composiciones de temática amorosa, debido al elevado poder
evocador y metafórico de la música. En la poesía romántica, las imágenes musicales son
pretextos literarios que envuelven las palabras en una atmósfera etérea y onírica. Como
ejemplo, transcribimos el siguiente poema publicado en la revista sevillana Álbum de las
Bellas, firmado por uno de los redactores y dedicado a la señorita Carmen de Berróstegui 58:
55
Se considera el baile como una actividad muy recomendable para la juventud, por proporcionar
diversión, ejercicio, sociabilidad y la posibilidad de entablar relaciones con el otro sexo, a la vez que se critica la
moda absurda de mostrarse aburrido en estas veladas. Del mismo modo, se aconseja a las mujeres mayores
frecuentar los bailes sólo cuando las conveniencias lo exijan. Véanse Carlos R. DESILES: «El baile», La Moda,
año 16, n.º 41 (11-10-1857), págs. 431-432; «Extracto de las memorias del Doctor Lallemand, sobre la
educación física de las jóvenes», El Correo de la Moda, año 2.º, tomo 1.º, n.º 15 (1-6-1852), págs. 232-234; ANA
MARÍA: «Deberes de las viejas para con la sociedad (conclusión)», La Mujer, año I, n.º 2 (10-8-1851), pág. 2.
56
Alfonso KARR: «Sobre la edad de las mujeres», El Correo de la Moda, año 2.º, tomo 1.º, n.º 15 (1-9-
1852), págs. 330-331.
57
Andrés de CAPUA: «El siglo positivo», El Tocador, tomo I, n.º 27 (2-1-1845), pág. 420.
58
J[osé] B[ENAVIDES]: «A la señorita doña Carmen de Berróstegui, en su composición para el Álbum
de su amiga doña Romana de Lassaletta», Álbum de las Bellas, tomo I, n.º [8] (mayo 1849), págs. 131-132.
286 María Belén Vargas Liñán
Además de este tipo de versificaciones, menudean himnos y poemas escritos para ser
musicados (unas veces se trata de los textos de las partituras repartidas en la revista, otras
veces de cantos populares españoles y de otros países 59).
59
Es el caso de los poemas publicados en Correo de las Damas titulados «Himno para cantar al piano»
(himno guerrero a favor de la reina niña Isabel II), «Himno a la Milicia Urbana de Isabel II, compuesto por un
individuo del cuerpo» y «Canción en el Marino Faliero. Drama de Casimiro Delavigne, traducido por D.
Ventura de la Vega». Veánse Correo de las Damas, año II, n.º 42 (20-3-1834), pág. 6; ibíd., año II, n.º 49 (25-4-
1834), págs. 5-6; ibíd., año III, n.º 43 (21-11-1835), págs. 338-339; La Mujer, año I, n.º 1 (3-8-1851), págs. 2-4;
1.3. Fuentes: La música en las revistas orientadas al «bello sexo» 287
En los relatos o novelas, la música está presente dentro del curso de los
acontecimientos vividos por los protagonistas, como la asistencia a bailes lujosos 60, a la ópera
o a conciertos, en los que las melodías crean un potente efecto sugestivo en ellos 61, o bien en
escenas donde el personaje femenino principal es una aficionada que toca al piano sus
melodías favoritas 62. Otras veces los relatos reflejan episodios reales o figurados de artistas, o
bien utilizan una composición musical conocida como hilo conductor: en estos casos las
referencias filarmónicas se multiplican 63. En general, se trata de relatos que reflejan ideales y
sentimientos románticos, y reproducen personajes y ambientes característicos de esa estética,
como el amor idealizado o no correspondido, la lucha por la libertad, el artista incomprendido
«Cantos populares de Suecia», El Mensajero de las Modas, n.º 11 (noviembre 1852), pág. 3; «Cantos populares
de Dinamarca», ibíd., pág. 4; Francisco J. ORELLANA: «Seguidillas»; ibíd., n.º 8 (agosto 1852), pág. 4; E. A.:
«El heliotropo. Canción. Música de...», Silvina, n.º 20 (17-5-1857), pág. 315.
60
«Un wals de Straus [sic]», La Ilustración, n.º 21 (8-2-1846), págs. 6-7; Jacinto LABAILA: «Pero...»,
Silvina, n.º 2 (11-1-1857), pág. 23.
61
La revista El Tocador contiene un nutrido conjunto de relatos en los que la música siempre está
presente de un modo u otro: en la novela «La carta interceptada», la protagonista baila un vals que alguien toca
al piano; en «Una historieta del tiempo del Imperio» el personaje femenino, convaleciente de una enfermedad en
una casa de campo, se anima al escuchar música al piano de Bach y Mozart; en la novela «El diablo verde» se
narra la invitación al baile de máscaras de la duquesa de R... donde el personaje de Carlos invita a Blanca a
bailar la contradanza al son de la música orquestal; y un largo etcétera. Véanse Melania WALDOR: «La carta
interceptada», El Tocador, tomo I, n.º 3 (28-7-1844), pág. 41; «Una historieta del tiempo del Imperio», n.º 4 (28-
7-1844), pág. 55; Gustavo DES ESSARDS : «El diablo verde», n.º 18 (31-10-1844), págs. 278-279; Jacinto
LABAILA: «Una trinidad femenina: I. El palco número 10», Silvina, n.º 12 (22-3-1857), págs. 178-182.
62
En la revista La Mujer, se publica un relato epistolar en el que la protagonista canta un romance
acompañándose del piano sin darse cuenta de que su padre observa con ternura la escena. Así mismo, en El
Instructor y Recreo de las Damas se recoge un relato por entregas traducido del francés sobre una pianista
aficionada que tendrá que elegir entre su pasión musical y el amor de su marido. Véanse ENRIQUETA:
«Tiempos pasados y tiempos presentes. A mi querida amiga María. Carta tercera (conclusión)», La Mujer, año I,
n.º 52 (25-7-1852), págs. 6-7; «Variedades», El Instructor y Recreo de las Damas, año 1.º, n.º 22 (10-6-1858),
págs. 2-4; ibíd., n.º 23 (20-6-1858), págs. 2-3.
63
«Paganini: Su último concierto», El Espósito, año I, n.º 3 (30-5-1845), págs. 22-24; LESPES: «El
desván del diablo», La Ilustración, n.º 20 (25-1-1846), págs. 3-4 [sobre la ópera Roberto el diablo de
Meyerbeer]; «Artistas célebres», Álbum de Señoritas, año I, n.º 5 (29-2-1852), págs. 35-36 [sobre la formación
musical de la soprano Rosine Stoltz a cargo de su maestro enamorado Ramier]; Micaela de SILVA: «Un amor de
niños», El Correo de la Moda, año XIX, n.º 41 (2-11-1869), págs. 324-325 [sobre un episodio de la vida de
Paganini];
288 María Belén Vargas Liñán
64
o una escena en el cementerio . A veces se incluyen cuentos infantiles de temática musical
65
. La música en ellos se introduce fácilmente por ser una de las artes más representativas del
movimiento romántico. Por otro lado, los escritos de creación literaria a veces aparecen
acompañados de pequeñas ilustraciones con connotaciones musicales 66.
64
«El baile en el cementerio (leyenda rusa)», La Mariposa, n.º 21 (30-10-1839), págs. 165-166; Micaela
de SILVA: «El violín del diablo», El Correo de la Moda, año XIX, n.º 19 (18-5-1869), págs. 150-151; n.º 21 (2-
6-1869), págs. 165-166; n.º 23 (18-6-1869), págs. 181-182;
65
Hermanos GRIMM: «Los músicos de la ciudad de Brema [Bremen]. (Cuento infantil)», La
Guirnalda, año III, n.º 59 (1-6-1869), págs. 275-276.
66
Es muy común la imagen de una figura femenina tocando el arpa. Véanse J. des D.: «El arpa de Berta.
(Leyenda)», Correo de las Damas, año III, n.º 27 (21-7-1835), págs. 209-212; Carmen de BERRÓSTEGUI: «A
mi lira», Álbum de las Bellas, n.º [12] ([junio] 1849), págs. 153-154.
67
«Teatros. La Norma: Función ejecutada por los discípulos del Conservatorio de María Cristina en la
noche del 23 del corriente para aumentar los fondos destinados a la guerra del Norte», Correo de las Damas, año
III, n.º 44 (28-11-1835), págs. 348-349.
68
«Gran baile. Dado en obsequio de S. M. la Reina Gobernadora por el Sr. Ministro de Hacienda, conde
de Toreno», Correo de las Damas, año III, n.º 8 (28-2-1835), págs. 61-63; «Baile en el palacio de S. M. la Reina
Madre», Álbum de Señoritas, año II, n.º 45 (31-12-1852), págs. 126-128.
1.3. Fuentes: La música en las revistas orientadas al «bello sexo» 289
69
espectáculos con el fin de atraer la afluencia de público . Estas publicaciones hicieron un
seguimiento de la actividad del Liceo de Madrid en unos años de especial esplendor para la
sociedad tras su traslado a los salones del palacio de Villahermosa 70.
A mediados de los años 40, otras revistas se encargaron de la crónica teatral y cultural
de la Corte. Gaceta de las Mugeres incorporó escuetas reseñas de las funciones operísticas en
los teatros de la Cruz y del Circo que, a pesar de su brevedad, sorprenden con interesantes
71
apreciaciones sobre aspectos compositivos e interpretativos . Su continuadora, La
Ilustración, aumentó los contenidos musicales a través de una sección fija titulada «Crónica
de la semana» donde se detallaron los acontecimientos socio-culturales de mayor interés
(bailes reales y saraos aristocráticos, funciones en los principales coliseos, sesiones del Liceo,
Museo Matritense e Instituto Español, así como los conciertos en la residencia de Saldoni). El
Defensor del Bello Sexo dio su opinión sobre el estado de los teatros del Circo, de la Cruz y
72
Príncipe en cuanto a infraestructura y representaciones operísticas , y ofreció una puesta al
día de las sociedades del Liceo y Museo Matritense, dando sugerencias sobre la organización
de conciertos de Cuaresma 73. En La Elegancia tuvieron bastante peso las secciones «Revista
de teatros» y «Crónica de las sociedades» de Madrid, ocupando regularmente al menos dos
74
páginas de la revista . Debido a la marcada influencia francesa que acusa esta revista,
también se incluyó el apartado «Teatros de París», con la crónica de espectáculos y
69
«Diversiones públicas: Teatros», El Buen Tono, año I, n.º 2 (31-1-1839), pág. 7; «Álbum: Teatros»,
La Mariposa, n.º 10 (10-7-1839), pág. 80.
70
En aquel momento las sesiones del Liceo madrileño eran uno de los acontecimientos socio-musicales
más relevantes de la Corte, especialmente cuando la reina regente M.ª Cristina hacia acto de presencia en ellos.
Véanse A. de T. y C.: «Concierto en el Liceo», El Buen Tono, año I, n.º 1 (15-1-1839), págs. 7-8; «Concierto»,
La Mariposa, n.º 6 (30-5-1839), págs. 47-48.
71
«Libro de memorias. Crónica teatral», Gaceta de las Mugeres, n.º 5 (12-10-1845), págs. 6-7; n.º 6
(19-10-1845), pág. 7.
72
José de SOUZA: «Un paseo por los teatros», El Defensor del Bello Sexo, s.n. (26-10-1845), págs. 59-
60.
73
GÓMEZ COLÓN: «Crónica de sociedades», El Defensor del Bello Sexo, s.n. (15-3-1846), págs. 139-
140; ibíd., s.n. (29-3-1846), págs. 154-156.
74
Dan información sobre las funciones y miembros de las compañías de los teatros de la Cruz, Príncipe,
Circo, Variedades, Museo e Instituto. Sobre las sesiones de las sociedades madrileñas, véase a modo de ejemplo
GÓMEZ COLÓN: «Crónica de las sociedades. Liceo. Sesión regia (31 de octubre de 1846)», La Elegancia, n.º 9
(noviembre 1846), págs. 71-72.
290 María Belén Vargas Liñán
[...] Era al lado de un teatro la casa y, antes de subir, me paré a contemplarle; salía mucha
gente con el semblante alegre, presté atención y pude comprender que su contento provenía de haber
expulsado a una compañía de actores que representaban exclusivamente comedias de una tierra donde
zezean mucho, habiendo colocado en su lugar compañía de ópera nacional, a fin de sacar a la música
del miserable estado de postración en que se halla, lo que esperaban conseguir contando con maestros
iguales en mérito a los Arrietas, Saldonis, La-Hoces, Ovejeros, etc., y ayudados con la protección del
gobierno, celoso de los adelantos y glorias del país que gobierna 77.
75
Se ofrece detallada información de las funciones en los Italianos, Grande Opera, Theatre-Français,
Opera-Comique, Odeon, Gymnase, Vaudeville, Varietes, Theatre-Historique, Aubigu-Comique y Porte Sain-
Martin. Véanse «Teatros de París. Conciertos», La Elegancia, n.º 21 (febrero 1846), pág. 168; n.º 34 (mayo
1846), págs. 269-270.
76
Luis CUCALÓN ESCOLANO: «Teatro del Circo», La Luna, n.º 3 [10-4-1848], pág. 46; Íd.:
«Revista de abril», ibíd., n.º 9 [1-5-1848], págs. 128-130.
77
CUCALÓN: «Carta del corresponsal de La Luna en el infierno», La Luna, n.º 5 [17-4-1848], pág. 74.
78
E. de TAMARIT: «Revista música y coreográfica: Teatro Real», Gaceta del Bello Sexo, año I, n.º 3
(23-12-1851), págs. 21-22; íd.: «Revista música y coreográfica», ibíd., año II, n.º 7 (23-1-1852), págs. 50-51;
[íd.]: «Teatros», Álbum de Señoritas, año II, n.º 34 (8-10-1852), págs. 39-40; íd.: «Revista lírica y coreográfica:
Teatro Real», ibíd., año II, n.º 37 (31-10-1852), págs. 62-63.
79
ANA MARÍA: «Revista teatral: Teatro Real», La Mujer, año I, n.º 29 (15-2-1852), pág. 4.
1.3. Fuentes: La música en las revistas orientadas al «bello sexo» 291
ofrece una extensa reseña del estreno verdiano de Rigoletto en el Real, acontecimiento que
generó gran expectación entre los aficionados 80. Paralelamente, estas revistas relatan también
los triunfos de la «naciente ópera española» en el coliseo del Circo con la ejecución de las
primeras exitosas zarzuelas, entre ellas Jugar con Fuego de Barbieri y La Estrella de Madrid
de Arrieta 81.
La distancia entre el coliseo regio y los demás espacios escénicos madrileños se
acentúa en las publicaciones ultraconservadoras aparecidas al final de la era isabelina, en una
señal inequívoca de su adhesión a la causa monárquica: vinculan los ambientes más selectos
con el género operístico frente a la zarzuela grande y la ópera bufa ejecutadas en el resto de
teatros de la capital española. Esta diferencia se hace evidente en las crónicas teatrales de La
Educanda y La Guirnalda, que dedican espacio prioritario a las funciones operísticas del
teatro de la plaza de Oriente (en especial, aquellas presenciadas por miembros de la realeza) y
a los conciertos de música clásica dados por la Sociedad de Cuartetos 82.
A finales del reinado de Isabel II y durante el Sexenio, las revistas femeninas siguen
83
haciéndose eco de las tertulias y conciertos en residencias privadas . Además, describen las
nuevas instituciones educativas creadas expresamente para mujeres, como el Ateneo Artístico
y Literario de Señoras, donde se imparte gratuitamente todo tipo de enseñanzas femeninas,
entre ellas, música, piano, arpa y canto («... generalmente los estudios son áridos, y como la
mujer no debe profundizar en las materias, sino tener nociones de todo, hemos adoptado como
forma agradable y amena las conferencias, que tendrán lugar en el Ateneo todas las noches...»
84
).
Por su parte, las revistas femeninas publicadas fuera de Madrid nos permiten conocer
la temporada lírica y otros eventos musicales en sus respectivas localidades. Así, La Moda
describió de primera mano la vida teatral en Cádiz durante las décadas centrales del siglo
XIX, distinguiendo entre las novedades operísticas del coliseo Principal y las funciones de
80
«Teatros», El Correo de la Moda, 2.ª época, n.º 7 (24-2-1853), págs. 55-56; ibíd., n.º 37 (8-10-1853),
págs. 295-296; «Variedades. Rigoletto», El Correo de la Moda, n.º 39 (24-10-1853), págs. 308-310.
81
E. de TAMARIT: «Revista música y coreográfica: Teatro del Circo», Gaceta del Bello Sexo, año I,
n.º 3 (23-12-1851), pág. 22; «Teatros», El Correo de la Moda, 2.ª época, n.º 39 (24-10-1853), págs. 310-311.
82
Carolina SOREL: «Revista de Madrid», La Educanda, año II, n.º 47 (24-11-1863), págs. 375-376;
V[icente] O[LIVARES] B[IEC]: «Revista musical», La Guirnalda, año I, n.º 3 (1-2-1867), págs. 22-23.
83
«Salones», El Correo de la Moda, año XIX, n.º 23 (18-6-1869), págs. 184.
84
Faustina SÁEZ DE MELGAR: «Ateneo Artístico y Literario de Señoras: Asociación de enseñanza
universal, artística, religiosa y recreativa», El Correo de la Moda, año XIX, n.º 5 (2-2-1869), págs. 39-40.
292 María Belén Vargas Liñán
85
género cómico y zarzuela representadas en el escenario del teatro Balón . Además, insertó
numerosas crónicas de los conciertos dados por los alumnos de la Academia Filarmónica de
86
Santa Cecilia, con el fin de estimularlos en la interpretación ante un auditorio . Desde
Valencia, el semanario Silvina da cuenta de los acontecimientos culturales de la ciudad del
Turia a través de la relación epistolar entre dos amigas ficticias −Adela y Herminia−. Sus
cartas aparecen en la sección «Correspondencia», describiendo las representaciones de
zarzuelas en los teatros Principal y de la Princesa, las sesiones musicales y bailes de máscaras
del Liceo, el Casino y el Círculo Valenciano, así como las reuniones en casas particulares de
87
la alta sociedad local (en todas ellas, prima la crónica de modas sobre la reseña artística) .
Desde un punto tan alejado del Levante como las islas Canarias, la prensa femenina dejó
constancia en sus páginas de funciones teatrales amenizadas con música, como una velada en
la que tomó parte la orquesta de la Sociedad Filarmónica de Tenerife dirigida por Nicolás
Power, hecho que conocemos a través de El Instructor y Recreo de las Damas 88.
Hay muchos grados de hacer la crítica artística en la prensa femenina. Lo más común
era encargar esta tarea a uno de los redactores de la revista y sólo en contadas ocasiones la
realizaban críticos especializados (como es el caso de Vicente Cuenca Lucherini para El
Correo de la Moda 89). En cuanto a la calidad de los juicios, Correo de las Damas desarrolla
una crítica musical cuidadosa y detallista, sin gran calidad técnica pero de cierto calado,
propia de un periodista aficionado al mundo de la ópera que se atreve a describir
individualmente las cualidades vocales de los divos, como en la reseña del estreno de L'Elisir
d'Amore en el teatro del Príncipe durante el verano de 1833:
85
Francisco FLORES ARENAS: «Revista de Cádiz», La Moda Elegante, año XXI, n.º 5 (28-4-1861),
pág. 40.
86
Esta institución, fundada en 1859, cubría la carencia de oferta musical educativa de la ciudad y
ofrecía una enseñanza gratuita a un público mixto. Véase FLORES «Academia Filarmónica de Santa Cecilia»,
La Moda Elegante, año XXV, nº 8, (25-2-1866), págs. 63-64.
87
La sección «Correspondencia» aparece al final de cada entrega de Silvina. En uno de los números, se
reseñó el estreno en el Liceo del Stabat Mater del valenciano Joaquín Velázquez. Véase ADELA:
«Correspondencia: Liceo valenciano», Silvina, n.º 15 (12-4-1857), págs. 234-238.
88
«Variedades: Revista teatral», El Instructor y Recreo de las Damas, n.º 20 (20-5-1858), págs. 2-3.
89
Cuenca Lucherini se encarga de la «Revista quincenal», donde describe con detalle las intervenciones
de la Sociedad de Conciertos de Madrid que realizó a finales de los años 60 una importante labor difusora de la
obra de Wagner. Véase CUENCA LUCHERINI: «Revista quincenal» El Correo de la Moda, año XIX, n.º 33 (2-
9-1869), pág. 264.
1.3. Fuentes: La música en las revistas orientadas al «bello sexo» 293
Señora Albertazzi. Su voz es extensa y de buena calidad, y si su octava aguda tuviese tanto
cuerpo como la hermosa octava baja, nada dejaría que desear en cuanto a la voz. Nótase en su canto
muy buena escuela. Sabe graduar sus fuerzas: no emprende demasiado; y en lo que se propone, su
ejecución es satisfactoria. Aunque sus adornos son de muy buen gusto, le falta sin embargo aquel
desahogo, aquella coquetería, llamados comúnmente maestría, y que nosotros de buena gana
llamaríamos alma. Está al principio de la carrera: pertenece al sexo hermoso a quien consagramos
nuestras líneas, y como tal sólo podemos dirigirla flores de galantería y deseos de perfección [...] 90.
Nuestro siglo es harto más dado a los goces materiales que a los placeres del entendimiento; en
la ópera se siente, pero no se piensa; ella nada nos enseña, y los hombres [...] van pues a los teatros a
92
recrear sus oídos o su vista, y prescinden por completo de lo que puede hablar a su razón .
Además, critica la escasa calidad de los argumentos de los libretos operísticos («la
mayor parte de los compositores consideran a los libretos como una percha que les sirve para
colgar su música...» 93). Por otro lado, el juicio artístico de Flores con respecto al género lírico
es fundamentalmente conservador. A nivel musical prefiere el bel canto al estilo verdiano y
rechaza la zarzuela por considerarla un género vulgar que está influenciado por la opereta
90
V.: «Teatros. Revista semanal», Correo de las Damas, año I, n.º 7 (14-8-1833), págs. 53-54.
91
M.ª Belén VARGAS LIÑÁN: «La música en la prensa femenina andaluza del siglo XIX a través de
La Moda de Cádiz», en El patrimonio musical de Andalucía y sus relaciones con el contexto ibérico, Francisco
J. GIMÉNEZ RODRÍGUEZ, Joaquín LÓPEZ GONZÁLEZ y Consuelo PÉREZ COLODRERO (eds.), Granada:
Universidad de Granada, Junta de Andalucía, 2008, pp. 349-350.
92
FLORES: «Del estado de los teatros en España», La Moda Elegante, año XXIII, n.º 46 (13-11-1864),
pág. 368.
93
FLORES: «Revista de Cádiz», La Moda Elegante, año XXI, n.º 5 (28-4-1861), pág. 40.
294 María Belén Vargas Liñán
94
francesa . A nivel literario-argumental, el crítico ensalza el modelo de mujer inocente
aunque desgraciada de Lucia di Lammermoor frente al de las «Traviatas que sublevan todos
los sentimientos de la moral pública y del pudor social» 95.
Es interesante la confección de la crítica teatral en La Elegancia. Esta revista presenta
cierto criterio musical aunque sin profundizar en aspectos técnicos, centrándose en las
descripciones del público asistente y los detalles anecdóticos de la velada (pues son los más
buscados por los lectores). Algunos juicios musicales emitidos en esta publicación revelan
posturas conservadoras, que muestran preferencias por la ópera belcantista frente a la
verdiana 96 y por el género operístico frente a la zarzuela incipiente 97. Además, hay opiniones
que consideran inadecuada la música popular y los bailes nacionales ejecutados al cierre de
las funciones teatrales 98.
Otro ejemplo de incompetencia musical del crítico nos lo ofrece la revista Álbum de
Señoritas. En ella, el periodista Emilio Tamarit confiesa su incapacidad al verse abocado a
valorar técnicamente una composición original interpretada en la soirée de la compositora
Paulina Cabrero («No somos competentes en cuestiones musicales; emitimos la impresión
99
que nos causa, o la que notamos causa a la generalidad [...]») . Sin embargo, esta falta de
conocimientos artísticos no causa excesivo sonrojo en el periodista, que parece más
preocupado por el aspecto femenino y social del evento («[...] A la una terminó tan agradable
reunión, en la que abundaban las flores y las hermosas; esto es, lo que hay de más encantador
en la tierra y en la sociedad») 100.
Pero no todo son impericias, hay otros periodistas que ejercen con acierto la crítica
teatral y musical en la prensa femenina. Es el caso de Diego de Rivera, encargado de cubrir la
sección «Teatros» en La Educanda, y de Felipe Pérez de Anaya, autor del apartado «Revista
musical» presente en muchos números de La Violeta. Por otro lado, el aficionado Vicente
94
FLORES: «Teatro del Circo. Si yo fuera rey: zarzuela en tres actos», La Moda Elegante, año XXII,
n.º 20 (17-5-1863), pág. 160.
95
FLORES: «Compañía lírica italiana», La Moda Elegante, año XXII, nº 48 (29-11-1863), pág. 384.
96
«Revista de Teatros: Circo», La Elegancia, n.º 18 (enero 1846), págs. 143-144.
97
Críticas dirigidas a la parodia El sacristán de San Lorenzo de la ópera Lucia di Lammermoor de
Donizetti por su falta de originalidad y gusto. Véase «Revista de teatros: Cruz», La Elegancia, n.º 22 (febrero
1846), pág. 176.
98
«Revista de teatros: Príncipe», La Elegancia, n.º 23 (febrero 1846), pág. 184.
99
[E. de TAMARIT]: «Revista de Madrid», Álbum de Señoritas, año II, n.º 43 (16-12-1852), págs. 111-
112.
100
Ibíd., pág. 112.
1.3. Fuentes: La música en las revistas orientadas al «bello sexo» 295
101
Comentarios relativos al estreno de la obertura de Tannhäuser por la Sociedad de Conciertos que
dirigía Gaztambide. Véase V[icente] O[LIVARES] B[IEC]: «Revista musical», La Guirnalda, año II, n.º 39 (1-
8-1868), pág. 118.
102
«Concierto de guitarra», Correo de las Damas, año III, n.º 16 (28-4-1835), págs. 126-127.
103
«Álbum: Un prodigio en música», La Mariposa, n.º 15 (30-8-1839), pág. 120.
104
«Crónica semanal», La Ilustración, n.º 20 (25-1-1846), pág. 7.
105
E. de TAMARIT: «Revista música y coreográfica: Teatro del Circo», Gaceta del Bello Sexo, año I,
n.º 3 (23-12-1851), pág. 23.
106
ADELA: «Correspondencia», Silvina, n.º 3 (18-1-1857), págs. 47-48.
107
«Concierto del señor Barbieri», La Guirnalda, año I, n.º 6 (16-3-1867), pág. 46; V[icente]
O[LIVARES] B[IEC]: «Revista musical», La Guirnalda, año III, n.º 58 (16-5-1869), págs. 271-272.
108
V[icente] OLIVARES BIEC: «Nueva compositora de música», La Guirnalda, año I, n.º 11 (1-6-
1867), págs. 86-87; íd.: «Acontecimiento musical», ibíd., n.º 23 (2-12-1867), pág. 182.
296 María Belén Vargas Liñán
109
FLORES: «La puerta del concierto», La Moda, nº 40 (29-1-1843), pág. 53.
110
«Bailes», Correo de las Damas, año II, n.º 45 (5-4-1834), págs. 5-6; «Las máscaras», Ibíd., año III,
n.º 4 (28-1-1835), págs. 29-30.
111
«Diversiones públicas: Máscaras», El Buen Tono, año I, n.º 2 (31-1-1839), págs. 7-8.
112
«Crónica de la semana: Máscaras», La Ilustración, n.º 23 (22-2-1846), pág. 8.
1.3. Fuentes: La música en las revistas orientadas al «bello sexo» 297
113
aristocracia parisina . En las décadas siguientes continuarán las referencias a estas
celebraciones pues las máscaras siempre fueron una diversión segura en la España
decimonónica, independientemente del signo político de los gobernantes. Así, a principios de
114
los años 50 se comentan los bailes públicos en el salón del Circo de Mr. Paul , pero
115
ninguno hace sombra al espacio más distinguido, que no es otro que el coliseo real .
También, durante el carnaval de 1858, se describió un baile de trajes celebrado por la
aristocracia tinerfeña en las páginas de la revista El Instructor y Recreo de las Damas 116.
Algunas revistas disponían de informadores externos que les hacían llegar crónicas de
eventos culturales desde diferentes ciudades. La revista gaditana La Moda Elegante, por
ejemplo, contó con una importante red de corresponsales en diversos puntos del mundo como
117
París, Bruselas, La Habana y Madrid . A través de ellos describió las reuniones en los
salones privados parisienses, la agenda cultural del teatro Italiano y otras instituciones de la
ciudad del Sena, como la Academia Real de Música y la sala Ventaduor, los bailes en el
118
Casino o los conciertos en las Tullerías ; así mismo, las suscriptoras a La Moda conocieron
las actividades musicales de la alta sociedad cubana, que gozaban de un refinamiento
119
exquisito, además de las funciones en los teatros Tacón y de Puerta de Colón . También la
publicación El Defensor del Bello Sexo publicó una crónica sobre la Sociedad Filarmónica de
Puerto Rico a través de su corresponsal en aquella isla caribeña 120.
113
«París. Baile de la princesa Czartoriska», La Elegancia, n.º 26 (marzo 1846), págs. 207-208.
114
Emilio de TAMARIT: «Revista música y coreográfica: Máscaras», Gaceta del Bello Sexo, año II, n.º
7 (23-1-1852), pág. 52.
115
«Bailes», Álbum de Señoritas, año I, n.º 4 (23-2-1852), pág. 31.
116
«Baile de trages en el palacio del Excmo. Sr. Capitán General», El Instructor y Recreo de las Damas,
n.º 11 (20-2-1858), págs. 2-3.
117
A pesar del declive comercial que Cádiz experimentó a lo largo del XIX, la ciudad estaba bien
comunicada con ultramar y con el interior de la Península a través del puerto y de la línea ferroviaria Cádiz-
Sevilla, inaugurada en 1861. Este hecho explica en parte el éxito de la publicación, que permitió difundirse
ampliamente, recibir numerosas suscripciones y, además, contar con un conjunto de administraciones y
corresponsales en diferentes partes del mundo.
118
Mariano URRABIETA: «Revista de París», La Moda Elegante, año I, n.º 1 (3-1-1861), págs. 4-6.
119
Julio ROSAS: «Revista de La Habana», La Moda Elegante, año XXI, n.º 3 (14-4-1861), pág. 22.
120
Francisco NÚÑEZ DE URQUIZA: «Sociedad Filarmónica de Puerto Rico», El Defensor del Bello
Sexo, s.n. (1-3-1846), pág. 121.
298 María Belén Vargas Liñán
En este apartado hemos de distinguir los contenidos textuales y visuales. Los primeros
están integrados por la crónica de modas propiamente dicha (recogida de los dictados de las
revistas parisienses), y los segundos están formados por imágenes (figurines, patrones,
dibujos de bordados y encajes) aparecidas en los suplementos y/o en el interior de la revista
−en el caso de las publicaciones ilustradas−, acompañándose de sus respectivas descripciones.
La música está presente en las crónicas y explicaciones de modelos de vestir, a través
de las descripciones de trajes para asistir a reuniones musicales (bailes, conciertos y teatro), y
de los prendidos y peinados que complementan los anteriores. En los vestidos para baile
femeninos −así como en abrigos, manteletas y capas para la salida de tales eventos− se alude
121
a diseños, tejidos y tonos . Por ejemplo, la revista El Mensajero de las Modas incide en la
importancia de realizar una acertada elección del traje en función de cada solemnidad, dando
recomendaciones sobre la selección de determinados tejidos y complementos:
[...] Es preciso, indispensable pensar en banquetes, soirées, teatros, bailes y conciertos. Para
una dama verdaderamente a la moda, todos estos placeres representan exigencias distintas. Elígense las
telas más ligeras para el baile, porque a éste sólo se va en cuerpo; para el teatro, para los conciertos,
para los banquetes, son de rigor las sedas más exquisitas, porque allí es de buen tono llevar adornos, en
los cuales se casan las flores más delicadas con los más ricos encajes 122.
En numerosas crónicas de modas se explica con gran detalle cómo deben ser los
tejidos y diseños de los trajes de baile: las faldas suelen presentar formas amplias y cómodas,
con telas vaporosas de tul, gasa, tarlatana o muselina, en tonos claros y luminosos, y en
algunos casos se recomiendan los volantes. Para los trajes de teatro, las telas deben ser más
ostentosas −del tipo seda, gro, tafetán− y los colores más vivos y llamativos. Para los abrigos
a la salida del teatro y baile son más idóneos rasos, pieles y terciopelos. Igual importancia
tienen los complementos de estos ropajes, por lo que las revistas de moda no escatiman en
121
«Modas de París. Para señora», El Tocador, tomo I, n.º 14 (3-10-1844), págs. 223-224; ibíd., n.º 21
(21-11-1844), pág. 335; «Sección de modas: Trages de baile», El Defensor del Bello Sexo, s.n. (15-3-1846), pág.
139; «Revista de París: Modas de señora», La Elegancia, n.º 19 (enero 1846), pág. 145; «Esplicación [sic] del
figurín: Traje de baile», Álbum de Señoritas, año II, n.º 44 (24-12-1852), pág. 120.
122
«La moda», El Mensajero de las Modas, n.º 1 (enero 1852), pág. 1.
1.3. Fuentes: La música en las revistas orientadas al «bello sexo» 299
ofrecer pormenores sobre tocados, joyas, gorros, sombreros, bolsos, guantes, medias y
zapatos acompañantes a aquellos.
Imagen 5. «Cuerpo escotado con berta Imagen 6. «La misma berta por la espalda
y peinado de flores para baile» y peinado Ondina para baile»
El Correo de la Moda, año XIX, n.º 8 (26-2-1869), pág. 61
«El peinado, por lo mucho que se luce en un baile, es acaso la parte principal, la más esmerada del
tocador de una bella» 123.
123
«Modas», El Mensajero de las Modas, n.º 11 (noviembre 1852), pág. 1.
300 María Belén Vargas Liñán
Imagen 7. «Peinado Kebe para baile» «Imagen 8. Peinado Artemisa para baile»
El Correo de la Moda, año XIX, n.º 2 (10-1-1869), pág. 12
Imagen 9. Zapato y bota para baile Imagen 10. «Trajes de baile y reunión»
El Correo de la Moda, año XIX, n.º 4 (26-1-1869), págs. 25 y 29
1.3. Fuentes: La música en las revistas orientadas al «bello sexo» 301
Imagen 13. «Cofia para teatro» Imagen 14.Traje y abrigo para baile
El Correo de la Moda, año XIX, El Mensajero de las Modas,
n.º 40 (26-10-1869), pág. 316 n.º 2 (febrero 1852)
302 María Belén Vargas Liñán
124
«Revista de modas», El Correo de la Moda, año 2.º, tomo 1.º, n.º 28 (15-12-1852), págs. 443-
444.
125
Sobre la evolución de la moda femenina y masculina en el siglo XIX, véase Pablo PENA
GONZÁLEZ: El traje en el Romanticismo y su proyección en España, 1828-1868, Madrid: Ministerio de
Cultura, 2008.
126
«Modas», El Instructor y Recreo de las Damas, año 1.º, n.º 26 (20-7-1858), pág. 2; «Modas.
París», Correo de las Damas, año II, n.º 33 (30-1-1834), págs. 258-259.
1.3. Fuentes: La música en las revistas orientadas al «bello sexo» 303
127
Sobre el lenguaje de la moda en las revistas románticas, consultar el artículo de Pablo PENA
GONZÁLEZ: «Análisis semiológico de la revista de modas romántica», Estudios sobre el Mensaje
Periodístico, n.º 7 (2001), págs. 365-381.
128
«Revista de modas», El Correo de la Moda, año 2.º, tomo 1.º, n.º 16 (15-6-1852), pág. 255.
304 María Belén Vargas Liñán
estrenada pocos meses antes en París, es una prueba más de la estrecha conexión entre
las novedades musicales y de la indumentaria que observamos en las revistas de modas
del XIX. La moda parisién llega también a las tinerfeñas gracias a El Instructor y
Recreo de las Damas, en donde se describe el «pañolón Haydé» en una clara alusión a
la ópera de Auber, Haydée, ou le Secret 129.
Por otra parte, en las ilustraciones de diseños de moda es habitual que aparezcan
instrumentos musicales que, como elemento accesorio –de adorno−, ayudan a enmarcar
los modelos en una escena creíble (por ejemplo, el hogar familiar). En este contexto,
suelen presentarse una o varias figuras femeninas cantando y/o tocando el piano,
leyendo una partitura de pie junto al mismo, o simplemente apoyadas levemente en el
instrumento convertido en signo evidente de status social.
129
«Modas», El Instructor y Recreo de las Damas, año 1.º, n.º 1 (10-1-1857), pág. 4.
1.3. Fuentes: La música en las revistas orientadas al «bello sexo» 305
Imagen 20. «Modas de París», Correo de las Damas, año I, n.º 10 (4-9-1833)
1.3. Fuentes: La música en las revistas orientadas al «bello sexo» 307
Imagen 23. Figurín de modas, La Violeta, año IV, n.º 202 (8-11-1866)
310 María Belén Vargas Liñán
Imagen 25. Figurines de moda, La Guirnalda, año VI, n.º 128 (16-4-1872)
312 María Belén Vargas Liñán
Imagen 26. Figurines de moda, El Último Figurín, año I, n.º 1 (6-10-1871), pág. 8
1.3. Fuentes: La música en las revistas orientadas al «bello sexo» 313
Imagen 31. «Labores», La Educanda, año IV, n.º 133 (8-9-1865), pág. 261.
[...] Es aplicable también esta guirnalda [bordada], haciéndola de tamaño mayor, para
banqueta de piano, poniendo las hojas de aplicación de terciopelo sobre un fondo de cachemir o
paño, cosidas a punto de remiendo, y bordando con torzal los troncos y racimos 130.
130
Joaquina G[ARCÍA] BALMASEDA: «Labores», La Educanda, año IV, n.º 133 (8-9-1865),
pág. 262.
1.3. Fuentes: La música en las revistas orientadas al «bello sexo» 315
e) Anécdotas y curiosidades:
131
«Anécdotas. Paganini», Correo de las Damas, año I, n.º 12 (18-9-1833), págs. 90-91.
132
«Álbum: Rossini», La Mariposa, n.º 21 (30-10-1839), pág. 168.
133
GUERRERO: «Novedades musicales: El quirogimnasta», La Moda, n.º 70 (27-8-1843), pág. 2.
134
«La vaca música», La Moda, n.º 78 (22-10-1843), pág. 4.
135
«Efecto de la música en los animales», Correo de las Damas, año I, n.º 20 (13-11-1833),
págs. 158-159.
136
Resulta muy curioso y original el «Proyecto de un nuevo método de música ambulante»,
donde se comparan las notas, figuras y otros signos musicales con personajes y caracteres humanos para
hacerlos comprensibles a los profanos en la materia. Véase Correo de las Damas, año III, n.º 35 (21-9-
1835), págs. 277-279.
137
«Orijen [sic] de la gama», La Mariposa, n.º 6 (30-5-1839), pág. 48.
138
«Anécdota», La Moda, n.º 28 (6-11-1842), pág. 8.
139
Adolfo DELAHAYE: «Origen de los entremets», El Correo de la Moda, año 2.º, tomo 1.º, n.º
18 (15-7-1852), págs. 284-286.
140
«Las taitianas, belleza, trage, gusto por la música, danza [sic]», La Mujer, año I, n.º 38 (18-4-
1852), págs. 3-4.
141
«Destino de las mujeres egipcias y sus ocupaciones en los serrallos. Ceremonia de su
casamiento», La Mujer, año I, n.º 41 (9-5-1852), pág. 7; «Casamiento en la Abisinia», El Mensajero de
las Modas, n.º 7 (julio 1852), págs. 3-4.
316 María Belén Vargas Liñán
f) Noticias:
142
«Teatro de la capital [granadina]», La Mariposa, n.º 3 (30-4-1839), pág. 24.
143
«Crónica semanal: Arista española», La Ilustración, n.º 26 (22-3-1846), pág. 8.
144
Especialmente esta información se da en actos celebrados en colegios femeninos. Véase La
Mujer, año I, n.º 41 (9-5-1852), pág. 8; «Enseñanza de la mujer. Exámenes para institutrices», La
Guirnalda, año VII, n.º 157 (1-7-1873), págs. 89-90.
145
V[icente] O[LIVARES] B[IEC]: «Necrología: Constanza Nantier», La Guirnalda, año I, n.º
24 (16-12-1867), pág. 189.
146
M. SORIANO FUERTES: «Último homenaje a Rossini», El Ángel del Hogar, año V, n.º 46
(16-12-1868), págs. 363-366; «Funerales de Rossini», La Guirnalda, año II, n.º 48 (16-12-1868), págs.
186-187.
1.3. Fuentes: La música en las revistas orientadas al «bello sexo» 317
h) Anuncios:
147
A. de G.: «Pensamientos sobre el sonido de una campana. Oda de Schiller», La Mariposa, n.º
23 (14-11-1839), págs. 179-180.
148
«Publicaciones periódicas de Madrid», La Mariposa, n.º 5 (20-5-1839), págs. 39-40.
149
«Avisos interesantes: Música», Correo de las Damas, año I, n.º 5 (31-7-1833), pág. 40;
«Publicaciones nuevas», ibíd., año I, n.º 9 (28-8-1833), pág. 72; «Anuncios», ibíd., año III, n.º 41 (7-11-
1835), pág. 328; «Aguinaldo filarmónico», El Correo de la Moda, 2.ª época, n.º 46 (16-12-1853), pág.
368; «Anuncios: Walses célebres. Barba-azul y El robo de Elena», ibíd., año XIX, n.º 23 (18-6-1869),
pág. 184; «Música. La Melodía, publicación para piano, bajo la dirección del Centro Musical», La
Guirnalda, año VI, n.º 123 (1-2-1872), s.p. [Contraportada].
150
«Anuncio», La Mariposa, n.º 9 (30-6-1839), pág. 72; «Anuncio. Himno a la paz», ibíd., n.º 18
(30-9-1839), pág. 144; «Anuncios. Quiá!», ibíd., n.º 29 (26-12-1839), pág. 232.
318 María Belén Vargas Liñán
151
producto en la España isabelina . Su presencia en la prensa recreativa dirigida a
mujeres es inevitable pues se trata del instrumento musical femenino por antonomasia
−aunque no exclusivo de ellas−, identificador de un status social acomodado y, por
152
tanto, presente en los hogares burgueses . A continuación insertamos un ejemplo
publicado en La Moda, que utiliza un estilo y argumento publicitario muy peculiar:
[...] Bellísimas, sonoras y rotundas voces, multiplicidad de los registros que las
modifican, suavidad en la pulsación; de esto pueden juzgar todos los que no tengan las orejas del
rey Midas. Pero estos pianos, además, no constituyen sólo un instrumento. Son un adorno digno
de los mejores salones por sus formas elegantes y por el exquisito primor con que están
construidos. El Sr. Quirell posee los certificados de las fábricas de Londres y París que acreditan
la legítima procedencia de sus pianos 153.
i) Ilustraciones:
151
Sobre la publicidad de estos productos en la prensa decimonónica, véase María Belén
VARGAS LIÑÁN: «El comercio en torno a la música de tecla en Granada a través de la prensa (1833-
1874)», en Luisa MORALES y Walter CLARK (eds.), Antes de Iberia: de Masarnau a Albéniz / Pre-
Iberia: from Masarnau to Albéniz, Garrucha (Almería): Asociación Cultural LEAL, 2009, págs. 67-121.
152
«¿Qué oigo? Los acordes de un piano. ¿De dónde saldrá ese sonido? ¡Qué he dicho! Un piano
cuando hay lo menos veinte alrededor de mi casa. Yo mismo tengo siempre en el bolsillo la llave del mío
[...]». Véase «Lo que se ve por la ventana», El Mensajero de las Modas, n.º 10 (octubre 1852), pág. 2.
153
La Moda publica abundantes reclamos de firmas extranjeras de pianos comercializados a
través de establecimientos gaditanos. Véase F. F[LORES] A[RENAS]: «A los pianistas», La Moda, n.º 8
(22-2-1857), pág. 95.
154
El Tocador, tomo I, n.º 6 (8-8-1844), págs. 95-96.
1.3. Fuentes: La música en las revistas orientadas al «bello sexo» 319
grabados decorativos acompañando poemas y otros textos, y rara vez en mayor formato,
a modo de retratos de artistas, como el que incluimos a continuación:
Imagen 32. F. SÁINZ: Retrato de Verdi, La Elegancia, n.º [21] (febrero 1847)
Por otra parte, la revista La Moda incorpora un recurso visual muy interesante:
gráficos para explicar en perspectiva aérea diferentes coreografías de baile,
155
acompañados de las descripciones textuales de estos . Similar recurso es usado en El
Instructor y Recreo de las Damas donde se describen detalladamente los pasos de unos
lanceros −coreografía similar a la contradanza francesa aunque bailada con una música
de estilo propio−, en los que se explican las evoluciones de los miembros de la cuadrilla
a través de un conjunto de figuras que, sin embargo, no se conservan en las existencias
localizadas 156.
155
Los gráficos especifican las figuras y evoluciones en el espacio de cuatro parejas en el baile
del cotillón, indicándose el número de compases musicales y los movimientos correspondientes. Los
pasos y formas de enlace concretos de los bailarines se detallan en el texto que acompañan. Véanse
[«Coreografía: El cotillón»], La Moda Elegante, año XXI, n.º 4 (21-4-1861), pág. 32; «Figuras para el
cotillón. Vals», ibíd., n.º 5 (28-4-1861), pág. 40.
156
«Baile: Los lanceros», El Instructor y Recreo de las Damas, año 1.º, n.º 5 (20-12-1857), págs.
2-3.
320 María Belén Vargas Liñán
Imagen 33. Coregorafía del cotillón, La Moda Elegante, año XXI, n.º 4 (21-4-1861), pág. 32.
1.3. Fuentes: La música en las revistas orientadas al «bello sexo» 321
j) Pasatiempos:
Imagen 34. Jeroglífico, El Instructor y Recreo de las Damas, n.º 1 (10-11-1857), pág. 4
(Solución: «Buena fama, ladrón encubre»)
l) Suplementos musicales:
157
«Teatros», Gaceta de las Mugeres, n.º 5 (12-10-1845), pág. 8; n.º 6 (19-10-1845), pág. 8.
158
«Teatro Real: Bailes de máscara», El Correo de la Moda, n.º 7 (1-2-1852), pág. [98].
159
«Lucia di Lammermoor», La Mujer, año I, n.º 47 (20-6-1852), pág. 8.
1.3. Fuentes: La música en las revistas orientadas al «bello sexo» 323
tandas de bailes sacadas de sus temas» 160). En el siguiente gráfico podemos observar la
proporción de partituras distribuidas por algunas publicaciones periódicas femeninas:
Correo de las Damas repartió en 1834 tres partituras para canto con
acompañamiento de piano y guitarra, dos de ellas eran himnos patrióticos defendiendo
161
la causa de la futura reina Isabel y en contra de los carlistas . Se trata de uno de los
primeros repertorios estampados litográficamente en España ya que esta técnica de
grabado musical comenzó a aplicarse en nuestro país en torno a 1831 162. En los últimos
meses de vida (noviembre-diciembre 1835), la revista comenzó a distribuir un
suplemento musical de forma estable consistente en 24 láminas al mes para diferentes
plantillas, sin embargo pronto se suspendió debido a desacuerdos entre el director y el
editor musical. A pesar de su brevedad, el suplemento musical del Correo de las Damas
160
Prospecto del Correo de las Damas (1833).
161
«El amante desconsolado» para voz y piano, por J. S.; «Himno» para voz y piano, por H.
Ávila; «Himno. A la Milicia Urbana, compuesto y arreglado a música para guitarra por C. J.», para dos
voces agudas y una voz de bajo con acompañamiento de guitarra. Véanse Correo de las Damas, año II,
n.º 33 (30-1-1834); ibíd., año II, n.º 42 (20-3-1834); ibíd., año II, n.º 48 (20-4-1834).
162
Carlos José GOSÁLVEZ LARA: La edición musical española hasta 1936, Madrid: AEDOM,
1995, pág. 59.
324 María Belén Vargas Liñán
tiene especial interés por ser una de las pocas revistas que incluyó explicaciones
relativas al modo de estudiar las partituras repartidas:
[...] Dos son las cancioncitas que damos hoy, y las 6 arietas restantes servirán como de
piedras preciosas, que esparcidas con estudiada simetría, darán a no dudarlo un brillante realce a
nuestro periódico. Quisiéramos decir algo del modo de expresar estas dos canciones: pero ¿cómo
transmitir al papel las inflexiones que inspiran al corazón? Es imposible; escribiríamos
eternamente, y nada diríamos. Sólo podremos prevenir que son muy fáciles de ejecutar, pero
muy difíciles para cantarlas bien. Es necesario poseer un gusto refinado. Véase La pastorcilla de
los Alpes. La frescura de la melodía, la sencillez y, al mismo tiempo, la vivacidad, pintan a la
perfección la gracia de un humor alegre y franco, pero sin coquetería; sencilla, pero sin afectada
modestia. Tanto al que cante como al que acompañe le recomendamos mucho: primero, el
carácter que indica la poesía; después, la precisión en las anotaciones, sobre todo que no se
precipiten los tiempos. Es tanta su delicadeza, que la menor cosa que se dejase pasar sin
marcarla, sería una pérdida. Este género de miniatura música no admite grandes pinceladas. Así
mismo, se necesita mucha delicadeza para la Gita in Góndola (Paseo en Góndola).
Particularmente el primer ritornelo debe tocarse pianissimo y, si en el mismo tiempo se usa del
pedal, la oscilación de la voz del instrumento dará una grande semejanza al movimiento de las
aguas de un lago.
El acompañamiento, cuando entra la voz, debe seguir la misma suavidad marcando sólo
los movimientos que sirven para expresar el bogar del marinero.
Nunca acabaríamos si tuviéramos que decir cuánto se nos ocurre. Estúdienlas por tanto
las aficionadas y los profesores, que llegándolas a entender y ejecutar bien, estarán compensados
sus trabajos cualesquiera que sean 163.
163
Correo de las Damas, año III, n.º 41 (7-11-1835), págs. 325-326.
1.3. Fuentes: La música en las revistas orientadas al «bello sexo» 325
164
La abundancia de obras de compositores alemanes y franceses en el suplemento musical de
La Moda Elegante se explica porque éste era editado en el país vecino, al igual que el figurín de modas, y
ambos se remitían desde el continente a la redacción de la revista. Este hecho pone de manifiesto el
carácter cosmopolita de la ciudad de Cádiz, donde se publicaba el semanario, que estaba conectado con
los principales puertos europeos y americanos a través de las rutas del comercio marítimo.
326 María Belén Vargas Liñán
Imagen 36. Partitura de «A une Bourse», con música de Henry Brun y texto de Emile Auger
La Moda Elegante, año XXI, n.º 18 (28-7-1861), pág. 141
1.3. Fuentes: La música en las revistas orientadas al «bello sexo» 327
Imagen 37. Partitura del galop «La anarquía», El Correo de la Moda, n.º 12 (abril 1852)
Lahoz y Camilo Schubert. Además, se publicaron cuatro piezas para canto con
acompañamiento pianístico de gran lirismo, que acusan la influencia del lenguaje
belcantista. Éstas son obra del granadino José María del Castaño, Manuel Lahoz y N.
Toledo. El repertorio distribuido por El Correo de la Moda se grabó con medios
modestos, utilizando estampación litográfica, y fue repartido como separata de la
revista.
165
Las partituras están reproducidas en la edición de Teresa González. Véase «El Instructor ...»,
GONZÁLEZ PÉREZ (estudio introductorio), ed. facsímil, Las Palmas de Gran Canaria: Idea, 2004. Así
1.3. Fuentes: La música en las revistas orientadas al «bello sexo» 329
Caso diferente constituyen las dos únicas piezas musicales publicadas por El
Mensajero de las Modas en 1852, que aparecen incluidas en el corpus de las entregas y
utilizan los tipos móviles como procedimiento de impresión musical 166.
La revista La Guirnalda, que consiguió sobrevivir a los años críticos del reinado
isabelino y el Sexenio Revolucionario, repartió piezas musicales mensualmente y, a
partir de la Gloriosa (en septiembre de 1868), cada tres meses. Editaba una portada
bellamente litografiada para que las suscriptoras formaran un álbum musical con las
partituras distribuidas cada año. Sólo conservamos la música de cuatro piezas pero
contamos con las referencias de las obras editadas desde la aparición de la publicación
en 1867, sumando un total de cuarenta (hasta el año 1874). En esta colección hay un
equilibrio numérico entre las obras para piano solo y aquellas para canto y piano. Del
primer grupo, el predominio de las danzas de salón es absoluto, mientras que las escritas
para tesituras vocales representan un conjunto más heterogéneo pues incluyen canciones
españolas y árabes, romanzas italianas, himnos religiosos y aires de danza cantados. Los
autores del repertorio de La Guirnalda son en su mayoría desconocidos (probablemente
por su condición de aficionados), aunque cabe destacar las firmas de Joaquín Espín y
Guillén, Lázaro Núñez-Robres y Dámaso Zabalza, así como la participación de dos
compositoras anónimas y de los propios redactores de la revista, Vicente Olivares Biec
y Jerónimo Morán.
Imagen 38.
Portada del álbum musical de La Guirnalda (1873)
mismo, ha sido grabada su interpretación pianística en el CD El piano de salón romántico II, dentro de la
colección La creación musical en Canarías, n.º 26 (DISCAN, 2001).
166
Las partituras de El Mensajero de las Modas fueron realizadas en el solvente establecimiento
tipográfico del Semanario Pintoresco Español, cuyos talleres también publicaron la numerosa colección
de partituras distribuidas por la revista La Ilustración (Madrid, 1849-1857).
330 María Belén Vargas Liñán
Gráficos 3-4. Años de existencia y ejemplares publicados por la prensa femenina española (1833-1874)
1.3. Fuentes: La música en las revistas orientadas al «bello sexo» 331
Tabla 2. Rasgos musicales y editoriales de los suplementos de la prensa femenina española, 1833-1874
(existencias conocidas):
Tablas 3-10. Piezas musicales distribuidas en las revistas femeninas españolas, 1833-1874 (existencias
conocidas):
334 María Belén Vargas Liñán
1.3. Fuentes: La música en las revistas orientadas al «bello sexo» 335
336 María Belén Vargas Liñán
1.4. PRENSA MUSICAL ESPECIALIZADA
1.4.1. Definición:
La primera cuestión que nos planteamos en este apartado es definir qué es la prensa
musical. La entrada dedicada a «Periódicos musicales» en el Diccionario de la música
española e hispanoamericana describe en un sentido amplio la prensa musical como
«publicaciones periódicas que tratan de la música desde diferentes perspectivas [...]. Aunque,
en términos generales, no todas ellas están necesariamente especializadas en la música,
muchas se ocupan de ella y en este sentido son consideradas por su aporte» 1. Esta definición
es válida desde una perspectiva general aunque quizá no resulte demasiado útil, por su
ambigüedad, como criterio de clasificación de las fuentes.
Tras estudiar el fenómeno del periodismo musical español, entendemos por prensa
musical especializada las publicaciones periódicas orientadas íntegra o parcialmente a la
música, en este último caso si comparten intereses de forma equilibrada o en relación de
prioridad con otras temáticas afines, como la literatura o las bellas artes. En el contexto del
periodismo decimonónico español es muy frecuente la aparición de títulos con un enfoque
mixto o de amplio espectro dentro de las disciplinas artístico-literarias, debido probablemente
a la necesidad de responder a las demandas de la mayoría de lectores. Sin embargo, desde el
punto de vista metodológico, este hecho nos plantea una dificultad a la hora de valorar el
grado de especialización de una revista, es decir, determinar si se trata de prensa musical o de
prensa cultural –algo en muchos casos difícil de diferenciar–. Con vistas a la elaboración
futura de un catálogo de la prensa musical del XIX, es preciso establecer unos parámetros
claros con los que analizar las fuentes hemerográficas y determinar así los rasgos
característicos de las revistas musicales surgidas en este contexto.
En primer lugar, hemos de examinar si la publicación hace referencia en su título a la
música, hecho que determinaría un interés manifiesto de los redactores hacia la temática. En
este sentido, las revistas musicales suelen incorporar en la cabecera calificativos relacionados
con su centro de atención, tales como «escénico», «filarmónico», «lírico», «musical»,
1
Jacinto TORRES et al.: «Periódicos musicales», DMEH, vol. 8, Madrid: SGAE, 2001, pág. 692.
340 María Belén Vargas Liñán
«teatral», etcétera; o bien suelen añadir términos vinculados con el mundo de la música,
como los alusivos a personajes mitológicos («Anfión», «Euterpe», «Orfeo»), a instrumentos o
accesorios musicales («gaita», «lira», «metrónomo»), al ámbito teatral o interpretativo
(«bufos», «coliseo», «corista», «entreacto», «escena», «Fígaro», «orfeón», «palco»,
«sociedad coral», «teatro», «zarzuela»), o a la teoría musical («compás», «ritmo», «solfeo»).
Además de guiarnos por los títulos y subtítulos con los que las revistas son
bautizadas, es necesario realizar un análisis cuantitativo –numérico– y cualitativo –en calidad
y profundización– de la información musical de cada publicación para ponderar la presencia
de la música en relación con el resto de contenidos, y, de este modo, determinar el grado de
especialización de la fuente hemerográfica. Con respecto al análisis cuantitativo, tendríamos
que vaciar y analizar un volumen representativo de existencias en cada caso para determinar
la proporción de temáticas musicales y no musicales (las primeras deberán ascender, al
menos, a un tercio de la información examinada de la publicación). En cuanto al aspecto
cualitativo, el nivel de profundización del contenido musical vendría determinado por
diversos factores, entre ellos, la extensión y valor científico de los artículos de fondo, la
calidad técnica y argumentativa de las críticas, el nivel intelectual de los ensayos, la
sistematización y organización de la noticias, el valor ilustrativo e informativo –
independientemente del decorativo– de los grabados y gráficos, el tipo del suplemento
musical repartido, el prestigio de los redactores y colaboradores, así como la consideración
que de la revista tuvieran otras coetáneas; en definitiva, valoraríamos el interés de todos los
contenidos musicales publicados en sus páginas. Así mismo, una de las claves para apreciar
con gran acierto si estamos ante una publicación periódica especializada nos la dan los
artículos de fondo o doctrinales de las primeras páginas (ensayos y escritos de opinión,
estudios científicos o reseñas de estrenos importantes), pues constituyen los textos más
creativos y que exigen mayor competencia periodística, normalmente elaborados por los
redactores principales.
1.4. Fuentes: Prensa musical especializada 341
Las revistas musicales surgen en España a partir del segundo tercio del XIX, con
algunos precedentes en las décadas anteriores. Basándonos en los estudios de Jacinto Torres
sobre la prensa musical española 2, analizamos a continuación los diversos condicionantes
que influyeron en este fenómeno periodístico, entre los que podemos anotar los siguientes:
– Factores políticos. A partir de 1833 el periodismo español va a verse favorecido por la
apertura de nuestro país a Europa, lo que propiciará la distribución de publicaciones
periódicas musicales procedentes del continente. Otro factor de esta índole –a tener en
cuenta como una constante a lo largo del siglo– es la correspondencia entre épocas de
estabilidad política y fuerte censura, que constituyen momentos florecientes para la
aparición de publicaciones culturales y musicales. Este fenómeno se dio especialmente
durante la Década Moderada (1843-1854) y la Restauración (sobre todo en los 80 del
XIX), por ser años en que los editores, ante la prohibición de publicar periódicos
políticos, sacaban a la luz revistas de carácter literario, científico y artístico.
– Factores económicos. El surgimiento de las publicaciones periódicas musicales no se
entiende en muchos casos sin el respaldo financiero de empresas del sector (casas
editoriales y almacenes de música), que actúan como escaparate comercial del
establecimiento que las costea con la consiguiente limitación en la línea editorial de la
revista 3.
– Factores tecnológicos. El desarrollo de la prensa ilustrada a partir de la década de 1830
y la evolución de las técnicas de impresión favorecen la edición del periódico musical,
en cuyas páginas se insertan ilustraciones, partituras y fragmentos musicales
combinados con el texto de los artículos.
2
Jacinto TORRES MULAS: Las publicaciones periódicas musicales en España (1812-1990). Estudio
crítico-bibliográfico. Repertorio general, Madrid: Instituto de Bibliografía Musical, 1991; íd.: «El trasfondo
social de la prensa musical española en el siglo XIX», Revista de Musicología, vol. XVI, n.º 3 (1993), págs.
1.679-1.700.
3
«El dueño de una tienda de música era, al tiempo, editor de las partituras que en él se vendían y que, a
su vez, eran publicitadas a través de las páginas de un periódico también de su propiedad». Véase Jacinto
TORRES: «El Anfión Matritense: Periódico Filarmónico-Poético (Madrid, 1843)», en Trabajos de la
Asociación Española de Bibliografía, vol. 2, Madrid: Asociación Española de Bibliografía, 1998, pág. 428.
342 María Belén Vargas Liñán
a) Características.
4
TORRES: Las publicaciones periódicas musicales en España...; íd.: «Periódicos musicales»,
Diccionario de la música española..., vol. 8, págs. 692-693.
344 María Belén Vargas Liñán
Amplia editorial. Las revistas del sector suelen incluir un rico espectro de temas
musicales, con el mismo objeto de extender los puntos de interés y aumentar las
posibles suscripciones. Esta tendencia editorial está en sintonía con la orientación de
las principales revistas musicales europeas de la época. Resulta evidente a mediados
del siglo XIX la dificultad de especialización en un campo musical concreto, pues
incluso los proyectos periodísticos nacidos con un enfoque definido –hacia la ópera,
la zarzuela, el teatro, los orfeones y sociedades corales– abren el abanico de sus
intereses a todo tipo de informaciones musicales e, incluso, no musicales. Éste sería el
caso de las revistas La Ópera, Correo de los Teatros, El Orfeón Español, La
Zarzuela, Eco de Euterpe, El Metrónomo, La Escena, El Entreacto, etcétera.
mediados de 1856. Por otro lado, el cese por motivos de censura política no es
habitual en el sector de las revistas musicales, excepción que se confirma con La
Zarzuela, cuya desaparición se produjo tras una multa de las autoridades no abonada
por sus responsables. Cuando tratamos el carácter efímero de las revistas musicales
nos referimos a una existencia media que puede oscilar entre varios meses y dos años,
aproximadamente. Sin embargo, también se dieron en el periodo estudiado
importantes ejemplos de publicaciones longevas, tales como La Iberia Musical y
Literaria y La Gaceta Musical Barcelonesa (que alcanzaron un lustro de vida), La
España Musical de 1866 (que consiguió publicarse durante más de una década) y Eco
de Euterpe, cuyo caso resulta una verdadera rareza pues su existencia transcurrió
durante más de medio siglo (de 1859 a 1911). En el gráfico siguiente se observa la
evolución cronológica de las principales revistas musicales surgidas entre 1842 y
1874.
de suscripción y de anuncios, por lo que era habitual que contaran con el respaldo de
instituciones culturales o establecimientos comerciales. Al igual que la prensa
cultural, muchas publicaciones periódicas musicales se convierten en órganos
portavoces de sociedades artístico-literarias de diversa índole, como La Iberia
Musical o El Anfión Matritense lo fueron de la Asociación Musical, El Orfeo Andaluz
de 1847 con respecto a la Sociedad Filarmónica Sevillana, Gaceta Musical y
Literaria de España con la Academia Real de Canto y Declamación, Gaceta Musical
de Madrid de 1855 con la sociedad Orfeo Español, las revistas claverianas en relación
a la Sociedad Coral Euterpe, o El Orfeón Español con las Asociaciones Artísticas
Musicales, Bandas de Música del Ejército y de los Orfeones Españoles, por citar los
ejemplos más representativos 5.
Así mismo, la mayoría de revistas está ligada a empresas comerciales que
utilizan sus páginas para dar publicidad a sus productos y servicios. Los almacenes de
instrumentos y partituras son los principales negocios asociados a las revistas
musicales, como estuvieron los establecimientos de Lodre y Carrafa con La Iberia
Musical / La Iberia Musical y Literaria, el de Pedro Taberner en Sevilla con El Orfeo
Andaluz y Revista Musical Española, el de Martín Salazar y Antonio Romero con
Gaceta Musical de Madrid de 1855, el de Casimiro Martín con La Zarzuela y Gaceta
Musical de Madrid de 1865, el de los hermanos Budó con La Gaceta Musical
Barcelonesa, el de Andrés Vidal y Roger con La España Musical de 1866, el de
Bonifacio Eslava con Revista y Gaceta Musical, o el de Villegas y Martín con la
revista El Arte. Pero no sólo éstos, también otros empresarios se interesaron por dar
salida a su producción a través de los medios de comunicación escritos. Así, algunas
imprentas ofrecieron cobertura a revistas especializadas que anunciaban los catálogos
de partituras y tratados musicales editados en sus talleres, entre ellas el
establecimiento de Juan Manini en La Filarmonía, la tipografía musical de José Vilar,
Torras y López en El Mundo Musical, El Barcino Musical y La Lira Española, o el
taller de Juan Moyano en Revista Musical Española. Por último, empresas de
espectáculos –como la de los Jardines Euterpe dirigida por Clavé–, y agencias
teatrales –como la de los Bufos de Arderíus– fundaron sus propias revistas que
convirtieron en instrumentos al servicio de sus respectivos negocios.
5
Del conjunto de revistas musicales examinadas entre 1842 y 1874, sólo la cuarta parte fueron
proyectos independientes sin vinculación conocida con ninguna entidad patrocinadora.
1.4. Fuentes: Prensa musical especializada 351
b) Secciones:
Además de repasar las constantes del fenómeno periodístico musical español del
ochocientos, vamos a describir los rasgos predominantes en contenido y formato que
presentan estas revistas. Con respecto a la organización de la información, la mayoría de los
títulos sigue una estructura integrada por unas secciones habituales, que comienzan
Con uno o dos artículos de carácter doctrinal más extensos (a veces seriados a lo largo de
varios números), alguna poesía o narración de índole no musical, a veces alguna carta al periódico (que
invariablemente servía de pretexto para alentar alguna polémica), apuntes biográficos y, al final, las
crónicas nacional y extranjera, tratadas éstas por lo común de manera sucinta y con predominio de la
información sobre la opinión (no entendiendo estrictamente como tal la abundante adjetivación, los
constante epítetos y las alusiones encomiásticas tan características de la prosa de la época), con el
añadido de las habituales “Advertencias” o “Avisos” a los suscriptores para anunciar la entrega
complementaria de partituras o grabados, prometer mejoras en la publicación o reclamar el pago de los
morosos 6.
Entre la crónica informativa de diverso ámbito geográfico y los avisos finales suelen
incluirse apartados dedicados a curiosidades y anécdotas musicales, así como una sección de
anuncios que progresivamente irá adquiriendo gran peso dentro de la publicación.
Sobre la distribución de suplementos musicales, Jacinto Torres comenta que
En efecto, la gran mayoría de las revistas del sector distribuye partituras (lo hace un
80% de las publicaciones analizadas). Sin embargo, la práctica editorial de los suplementos
musicales en la prensa no nació con las revistas filarmónicas, sino con las publicaciones
culturales y orientadas a la mujer en los años 30 del ochocientos (en ese momento existían
coleccionables de partituras por entregas pero sin texto periodístico). Esta costumbre será
6
TORRES: «El Anfión Matritense...», pág. 427.
7
Ibíd., pág. 426.
352 María Belén Vargas Liñán
adoptada como propia por las publicaciones periódicas especializadas desde La Iberia
Musical de 1842. Del conjunto examinado, únicamente no ofrecen literatura musical las
publicaciones orientadas al movimiento orfeonístico –hecho que resulta obvio pues los
intereses de sus lectores no estaban vinculados con la música de salón, que es la repartida
habitualmente en estas colecciones–; tampoco repartieron partituras algunas revistas del
Sexenio que estaban especializadas en teatro. El suplemento de las revistas musicales suele
consistir en una colección diseñada previamente, organizada en secciones de diferentes
géneros o plantillas, en la cual el suscriptor puede elegir a cuál abonarse. Normalmente tiene
un coste adicional a la suscripción de la revista. El número de páginas de música y la
frecuencia de su distribución es mayor que en el caso de las revistas culturales y femeninas.
Así mismo, la partitura suele repartirse como separata de la publicación, con paginación
independiente o sin ella. Por otro lado, el grabado calcográfico es la técnica de impresión más
utilizada por la gran calidad de sus resultados. Estas ediciones suelen introducir más detalles
técnicos que las publicadas en la prensa cultural, con riqueza y precisión de matices
dinámicos, indicaciones metronómicas, signos de expresión tímbrica, etcétera.
c) Formato:
Dentro de los rasgos físicos o de formato, trataremos sobre el diseño de las portadas,
el uso de ilustraciones, la disposición del texto en columnas, el número de páginas por
entrega, así como la periodicidad de la revista.
Las cabeceras de la prensa musical de la época presentan un aspecto bastante austero,
con predominio de las líneas rectas, caracteres tipográficos sencillos y escasez de adornos
(únicamente las de El Barcino Musical y El Metrónomo introducen algunos elementos curvos
en las letras que componen el título). Por otro lado, las revistas musicales no suelen
incorporar con profusión ilustraciones, hecho que contrasta con la riqueza de grabados y
diseños aparecidos en gran parte de la prensa femenina y cultural coetánea. A lo sumo,
añaden imágenes decorativas en las cabeceras, como es el caso de La Ópera y El Orfeón
Español 8. Sin embargo, se sirven de los adelantos de la impresión gráfica utilizados por las
revistas ilustradas para elaborar retratos de músicos, portadas y grafías musicales contenidas
8
En el guión e) de este apartado sobre la prensa musical especializada, incorporamos las cabeceras de
las principales revistas musicales españolas de 1842 a 1874.
1.4. Fuentes: Prensa musical especializada 353
en las partituras y dibujos de instrumentos que distribuyen en los suplementos o que insertan
en el corpus del texto. Cabe destacar el uso de la imagen en la prensa musical del Sexenio, de
tipo caricaturesco en La Correspondencia de los Bufos y El Entreacto, que enriquece
enormemente el contenido del texto reforzando la intención crítica o satírica de estas
publicaciones.
De forma similar a las revistas culturales, la distribución del texto en las páginas de
las publicaciones musicales suele ser a doble columna, excepto en las revistas del Sexenio
cuyo formato, más amplio y moderno, impone la triple columna y reduce el tamaño del texto.
Otro rasgo característico del diseño de la primera prensa musical española, es el uso de una
cenefa o línea enmarcando cada página con sencillas decoraciones en los ángulos. Por otro
lado, la extensión y periodicidad de los títulos es muy variable, si bien predominan las
revistas de cuatro u ocho páginas y de frecuencia semanal. Creemos que la elección entre uno
y otro formato responde principalmente a criterios económicos (a mayor necesidad de ahorro,
menor extensión de páginas). Así mismo, es característico de las revistas musicales del
Sexenio el formato en cuatro páginas.
En las tablas siguientes, mostramos una comparativa de las características y elementos
formales de las revistas musicales estudiadas.
354 María Belén Vargas Liñán
d) Tipología:
9
Claudi FUSTER I SOBREPERE: Catàleg de la premsa musical barcelonina des dels seus orígens
fins al final de la Guerra Civil (1817-1939), Barcelona, Arxiu Municipal, 2002, págs. 24-25 (nota a pie de
página n.º 108).
1.4. Fuentes: Prensa musical especializada 357
10
Un acercamiento a la trayectoria personal y profesional de estos personajes que ejercieron de
periodistas musicales, podemos encontrarla en las entradas correspondientes del DMEH editado por la SGAE
bajo la dirección de Emilio Casares Rodicio.
11
«A los suscriptores de la Gaceta Musical de Madrid», Gaceta Musical de Madrid, año II, n.º 27 (6-7-
1856), pág.1.
12
Gracias a la obra de Ossorio y Bernard hemos podido conocer datos de numerosos autores y descifrar
algunas identidades ocultas bajo sobrenombres periodísticos. Véase Manuel OSSORIO Y BERNARD: Ensayo
de un catálogo de periodistas españoles del siglo XIX, Madrid: Imp. y Lit. de J. Palacios, 1903.
360 María Belén Vargas Liñán
1.4.5. Origen y evolución de la prensa musical española (hasta el último cuarto del
siglo XIX):
Hasta que no se lleve a cabo una historia de la prensa musical en España no podremos
obtener un listado definitivo de las revistas especializadas en nuestro campo de estudio. El
13
publicado por Torres hace dos décadas supone un enorme logro, teniendo en cuenta que es
el primer catálogo riguroso elaborado hasta la fecha, sin embargo creemos necesaria una
revisión del mismo donde se apliquen criterios más objetivos para identificar la prensa
musical.
Sin ser nuestro propósito en esta tesis doctoral llevar a cabo una historia de los
primeros periodistas musicales ni del devenir de la crítica musical, esbozamos a continuación
la trayectoria de los principales títulos del periodismo musical español desde los primeros
ensayos realizados en los años 30 del siglo XIX hasta las revistas surgidas en el Sexenio
Revolucionario, intentado ofrecer una visión comprensiva de su evolución a través de las
décadas estudiadas.
13
Jacinto TORRES: «La prensa periódica musical española en el siglo XIX: Bases para su estudio»,
Periodica Musica, vol. VIII (1990), págs. 1-11.
14
Inspirada en la Revue Française, el origen de esta publicación vino dado por la disolución de una
tertulia cuyos componentes, al establecerse en diferentes lugares, quisieron seguir manteniendo el contacto de
forma epistolar.
362 María Belén Vargas Liñán
dedicada, y aportando un análisis de las obras estrenadas» 15. A partir de noviembre de 1832,
16
la revista de Carnerero comenzó a publicarse bajo el título de La Revista Española ,
continuando la actividad de crítica teatral y artística ofrecida por su predecesora. En ella,
Mariano José de Larra y José Bermúdez de Castro colaborarían haciendo esta labor.
Otra de las publicaciones periódicas culturales que marcaron el camino del
periodismo musical fue El Artista (Madrid, 1835-1836). Sin duda ésta es una de las
principales revistas románticas españolas, de gran belleza tipográfica y contenido textual y
litográfico de extraordinaria calidad. Sus jóvenes responsables, Eugenio de Ochoa y Federico
Madrazo, quisieron seguir la línea de la revista parisina L’Artiste, de Achille Ricourt. Salía
cada semana, llegando a publicar 65 entregas de doce páginas cada una a lo largo de tres
17
tomos . Cesó a los quince meses de su aparición por no encontrar suficientes abonados
debido al alto precio de la suscripción –presentaba una edición casi de lujo–. La revista se
orientó principalmente al campo de las bellas artes y la literatura, aunque es importante el
volumen de contenidos musicales ofrecidos en sus páginas, a cuyo cargo se encontraba
Santiago Masarnau. El Artista es considerada uno de los precedentes de la prensa musical
española por la profundidad de las reseñas musicales de Masarnau, impregnadas de un amplio
conocimiento técnico y un espíritu moderno y cosmopolita –sus estancias en París y Londres
18
le habían familiarizado con todas las corrientes musicales europeas– . La aportación de
Masarnau en El Artista constituye un referente para las revistas especializadas de la década
siguiente, pues en sus reflexiones ya se plantea la necesidad de la existencia de un género
lírico nacional 19. En el segundo tomo de la publicación se incluyó una partitura para canto y
piano titulada «Pobre María!», con música de Santiago Masarnau y texto de Eugenio Ochoa,
y dedicada a la figura de la amada difunta dentro de un ambiente propiamente romántico.
15
Emilio CASARES: «La crítica musical en el XIX español. Panorama general», en Emilio CASARES
RODICIO y Celsa ALONSO GONZÁLEZ: La música española en el siglo XIX, Oviedo: Universidad de
Oviedo, 1995, págs. 464-465.
16
La Revista Española se refundió en marzo de 1835 con El Mensagero de las Cortes, y en agosto de
1836 apareció como Revista Nacional tras absorber a El Nacional.
17
El primer y segundo tomos contienen 26 números cada uno, y el tercer volumen, 13 números. Con
cada entrega se distribuían una o dos estampas litografiadas.
18
En su libro sobre Masarnau, Federico Suárez dedica un capítulo a la participación del joven músico
en la revista El Artista, analizando el estilo de su crítica y realizando un listado de sus colaboraciones a lo largo
de los tres volúmenes de la publicación. Véase Federico SUÁREZ: Santiago Masarnau y las Conferencias de
San Vicente de Paúl, Madrid: Rialp, 1994, págs. 67-108.
19
S[antiago] M[ASARNAU]: «Los dos Fígaros», El Artista, tomo I, n.º 6, págs. 65-66.
1.4. Fuentes: Prensa musical especializada 363
b) Década de 1840:
Tras los tanteos de la década anterior, por fin aparecen en 1842 las primeras revistas
especializadas en música en España: La Iberia Musical y El Orfeo Andaluz. Son empresas
particulares fruto del empeño personal de Joaquín Espín y Guillén y Manuel Jiménez,
respectivamente. Una y otra vivieron diversas etapas a lo largo de su existencia, adaptándose
a las circunstancias más favorables para poder permanecer activas. También ambas
manifestaron su compromiso con la situación de la música española en sus diversos frentes, y
lo hicieron a través de escritos de opinión que analizamos más abajo. Sin embargo, La Iberia
de Espín fue la publicación más estable desde el punto de vista temporal y de mayor peso
periodístico, pues editó un gran número de entregas y tuvo una importante proyección e
influencia en publicaciones futuras. A diferencia de El Orfeo, su trayectoria no sufrió
interrupciones pero estuvo marcada por tres etapas que describimos a continuación.
20
Para analizar esta publicación periódica nos hemos basado en el catálogo y estudio introductorio que
hemos realizado para RIPM: Belén VARGAS LIÑÁN: “La Iberia Musical” (1842): Introducción y
Catalogación, Baltimore: The RIPM Consortium Ltd., 2008 (ed. electrónica)
<http://ripm.org/journal_info.php5?ABB=IBM> (junio 2012). Así mismo, para el estudio de todas las etapas de
la revista (hasta 1846), hemos consultado la investigación de Gloria Araceli RODRÍGUEZ LORENZO:
«Joaquín Espín y Guillén (1812-1882): una vida en torno a la ópera española», en Cuadernos de Música
Iberoamericana, vol. 12 (2006) , págs. 63-87.
364 María Belén Vargas Liñán
se publicó cada semana desde el 4 de septiembre de 1842 hasta el 19 de junio de 1845 21. Se
trata de la continuación de La Iberia Musical de 1842 sin variaciones en su línea editorial,
salvo en la inclusión de contenidos literarios (que están presentes en menor proporción que
los musicales). En este sentido, creemos que la nueva orientación compartida de la revista en
su nueva etapa responde sobre todo al compromiso adquirido de convertirse en portavoz de
una «sociedad de literatos y profesores de música» conocida como la Asociación Musical.
Este vínculo se rompió, sin embargo, en diciembre de 1842 debido a desacuerdos entre el
director de la revista, Joaquín Espín, y el responsable de la asociación, Juan Manini 22.
Resulta difícil sintetizar el contenido de las páginas de La Iberia Musical y Literaria
por tratarse de un semanario muy prolífico tanto en entregas como en contribuciones
originales. En primer lugar, llama la atención la riqueza y variedad de los artículos de fondo o
doctrinales con que dan comienzo los números, entre los que podemos encontrar escritos de
historia de la música, estudios sobre aspectos técnico-musicales, biografías de compositores e
intérpretes, reseñas musicales e información relacionada con la propia revista (balances y
reformas, polémicas con otros órganos, etcétera). Así mismo, La Iberia Musical y Literaria,
al igual que su antecesora, se mostró muy comprometida con la realidad musical española a
través de valiosos artículos de opinión que abordan la decadente situación contemporánea 23,
en concreto, tratan sobre el caótico estado de la enseñanza musical, el incierto futuro
profesional de los jóvenes artistas, la desprotección de los compositores y de la industria
nacional por la ausencia de medidas institucionales 24, el sombrío panorama de las sociedades
21
En 1845 comenzó a subtitularse Gaceta de Teatros, manteniendo esta atribución en la siguiente
etapa.
22
Desde principios de 1843, la Asociación Musical tomará un cauce independiente a través de un
nuevo órgano, El Anfión Matritense. A pesar del intento de guardar las formas, La Iberia mantendrá una fuerte
polémica con el director de El Anfión, Juan Manini, tras la repentina ruptura entre ambas partes y el surgimiento
de este nuevo órgano de prensa, que supuso una nueva competencia para la revista de Espín y Guillén.
23
Una de las síntesis más geniales sobre la situación del músico español la aporta Espín y Guillén en el
artículo seriado titulado «Los músicos pintados por sí mismos, o sea fisiología del músico», publicado en La
Iberia Musical y Literaria en diversas entregas a partir del año 2, n.º 32 (20-8-1843).
24
La revista defendió la actividad de los constructores de pianos nacionales, describiendo las
condiciones adversas de su negocio –en desventaja con las grandes firmas europeas– y animándolos a
movilizarse para solicitar protección. Así mismo vertió duras críticas a la reina Isabel II y a las clases altas por
preferir instrumentos extranjeros más modernos y por no proteger a la industria nacional. Veánse Joaquín
ESPÍN Y GUILLÉN: «Industria nacional», La Iberia Musical y Literaria, año 2, n.º 45 (19-11-1843), págs. 369-
370; Ibíd., n.º 46 (26-11-1843), págs. 377-378.
1.4. Fuentes: Prensa musical especializada 367
25
Espín y Guillén fue contrario a la adjudicación arbitraria de plazas musicales en las capillas
religiosas, criticando la ausencia de oposiciones públicas para optar a estos puestos. Véase ESPÍN Y GUILLÉN:
«Capilla Real de S. M.», La Iberia Musical y Literaria, año 2, n.º 49 (17-12-1843), págs. 401-402.
26
Gloria Araceli Rodríguez describe cómo La Iberia Musical y Literaria reclama la necesidad de crear
un género lírico nacional, pero critica el hecho de que en la prensa de la época se incide más en cuestiones de
infraestructura o lingüísticas que en las puramente musicales. Así mismo, analiza las razones expuestas por la
revista sobre el fracaso del establecimiento de la ópera española, extrayendo una serie de factores determinantes
entre los que se contemplan la tradicional hegemonía de la Iglesia en la formación musical de los compositores
y su prohibición de trabajar la música lírico-profana, el desánimo y la precaria situación de los músicos
españoles tras las desamortizaciones, la invasión del belcanto y el furor generado en el público, la carencia de
protección del Gobierno y la orientación italianizante del Conservatorio de Música de Madrid. Véase
RODRÍGUEZ LORENZO: «Joaquín Espín y Guillén...», op. cit., págs. 68-69.
368 María Belén Vargas Liñán
cuatro las secciones del suplemento musical a cambio de ser anunciado en sus páginas 27. Sin
embargo, con las reformas llevadas a cabo en 1844, el suplemento de partituras redujo de
nuevo su extensión y secciones debido a que el planteamiento anterior era inviable
económicamente. En estas reformas, además, la revista sufrió una reestructuración de sus
contenidos apareciendo a partir de ahora distribuidos en dos secciones claramente
delimitadas, una musical y otra literario-dramática.
27
Esta ampliación del suplemento respondió probablemente a un intento de superar la competencia
mantenida con El Anfión Matritense, revista que ofrecía una gran variedad de partituras musicales a los
suscriptores.
28
«Al público», La Iberia Musical, año v, n.º 20 (24-5-1846), págs. 157-158.
1.4. Fuentes: Prensa musical especializada 369
poco después, lo que, unido al cansancio que los escritos de Espín revelan en ese momento,
propició el cese definitivo de la misma 29.
La organización de la revista a lo largo de las más de veinte entregas editadas en esta
etapa no experimenta grandes cambios con respecto a los años anteriores, salvo la aparición
de la nueva sección «Gaceta de teatros» que introduce breves reseñas de las funciones
teatrales en las principales ciudades españolas. Observamos, entonces, que a pesar del
planteamiento inicial de orientarse a la música teatral en exclusiva, la publicación tiende a
conservar el amplio abanico temático que la caracteriza. De esta etapa destacamos, por un
lado, la visión más pesimista mostrada por Espín sobre la situación de la música española
(que está viviendo una época de grandes cambios aunque el porvenir es dudoso para las
nuevas generaciones de artistas) 30, y por otro lado, las críticas a la Academia Real de Música
dirigidas a su responsable, Dionisio Scarlatti y Aldana, por el fracaso estrepitoso del proyecto
y las negativas consecuencias en la creación de la ópera nacional 31.
Después de este recorrido por los cinco años de La Iberia Musical, no podemos dejar
de reflexionar sobre la vocación pedagógica y la labor defensora de la música española que
constantemente llevó a cabo la revista de Espín y Guillén, así como su influencia en
publicaciones posteriores como la Gaceta Musical de Madrid de 1855. Dentro del panorama
de revistas musicales surgidas en la década siguiente, la huella de La Iberia se haría más
evidente en la publicación de Eslava, entre otras razones, por compartir un mismo objetivo –
el compromiso con la música española y la preocupación por adoctrinar o culturizar a los
lectores–, y por sus semejanzas en la estructuración de contenidos y secciones. Finalmente,
otro elemento que ambas revistas tienen en común es el hecho de contar con figuras
carismáticas –Espín y Eslava– tras de sí, que fueron los verdaderos impulsores y alma máter
29
Según los datos del Catálogo Colectivo de Euskadi (Eresbil - Archivo Vasco de la Música), la fecha
de cese es septiembre de 1846. Para Jacinto Torres, la revista consigue mantenerse al menos hasta el 3 de
septiembre de 1846 tras una etapa muy irregular. Veánse el catálogo de Eresbil (archivo vasco de la música):
<http://www.katalogoak.euskadi.net/cgi-bin_q81a/bilgunea/O9236/ID5a1c576d/NT2?ACC=120> (junio 2012);
TORRES: «El Anfión Matritense..., pág. 430.
30
J. ESPÍN Y GUILLÉN: «Nuestra situación», La Iberia Musical, año v, n.º 15 (19-4-1846), págs.
117-118.
31
G[IL] Y Z[ÁRATE]: «Sobre la Academia Real. Protesta», La Iberia Musical, año v, n.º 18 (10-5-
1846), págs. 141-142; M. del P.: «Más sobre la ópera nacional», ibíd., n.º 19 (17-5-1846), págs. 149-151) y n.º
21 (21-6-1846), págs. 165-167.
370 María Belén Vargas Liñán
32
La primera etapa de la revista finalizó de forma inesperada. Tan sólo un aviso a los suscriptores
informando del retraso de las entregas por enfermedad del grabador de música, hace pensar que El Orfeo
Andaluz tuviera dificultades en publicarse, si bien no sabemos las razones verdaderas de su desaparición.
33
«Aviso», El Orfeo Andaluz, año II, n.º 12 (28-2-1843), pág. 96.
34
«Introducción», El Orfeo Andaluz, 2.ª época, n.º 1 (octubre 1847), págs. 1-2.
1.4. Fuentes: Prensa musical especializada 371
35
En total se repartieron cuatro canciones de Eslava, Eugenio Gómez y Francisco Rodríguez; seis
danzas para piano de José Miró, José María Rodríguez y Antonio del Canto, y dos fragmentos de la ópera Las
Treguas de Tolemaida de Eslava.
36
Dedicada a figuras relevantes del panorama musical nacional e internacional, como Manuel García,
Cherubini, Eugenia García, Luis Lablache, Cristina Villó, Eslava (con un número monográfico publicado el 11-
2-1843), Tamburini, la Taccinardi-Persiani, Indalecio Soriano Fuertes y José Miró.
37
En ella se hace un seguimiento de la temporada de ópera en el teatro Principal de Sevilla, en el curso
de la cual se representó Las Treguas de Tolemaida de Eslava. También se reseñan los recitales dados por el
pianista José Miró, el cantante José Ojeda Manti, el violinista Masoni y el pianista Daddi, y los trabajos de la
compañía dramática. Fuera del teatro, se da cuenta de los conciertos sacros de Semana Santa en la Catedral.
38
Se incluyen noticias breves sobre novedades teatrales y sucesos musicales de Zaragoza, Oviedo,
Madrid, Valladolid, Granada, Cádiz, Córdoba, Málaga y Santiago de Compostela.
39
En el ámbito internacional, El Orfeo Andaluz se hizo eco de conciertos pero sobre todo de novedades
operísticas de numerosas ciudades italianas y otras capitales europeas como París, Londres, Viena, Lisboa,
Berlín o Nueva Orleáns.
40
Manuel JIMÉNEZ: «¿Por qué el arte de la música no prospera en España?», El Orfeo Andaluz, año I,
n.º 6 (21-11-1842), págs. 43-46.
41
Antonio FERNÁNDEZ CABRERA: «Supresión de las capillas de música catedrales», El Orfeo
Andaluz, año II, n.º 9 (12-1-1843), págs. 68-69.
42
Manuel JIMÉNEZ: «Dos palabras sobre el estado de nuestro liceo», El Orfeo Andaluz, año II, n.º 11
(24-2-1843), págs. 86-88.
372 María Belén Vargas Liñán
43
Antonio FERNÁNDEZ CABRERA: «Proyecto sobre el establecimiento de escuelas de canto en las
capitales de provincia», El Orfeo Andaluz, año II, n.º 13 (21-3-1843), págs. 101-103; Ibíd., año II, n.º 14 (31-3-
1843), págs. 109-111; Ibíd., año II, n.º 15 (26-4-1843), págs. 116-117.
44
Hilarión ESLAVA: «Plan que se propone para las capillas y escuelas musicales», Gaceta Musical de
Madrid, año I, n.º 3 (18-2-1855), págs. 17-19.
45
La colección de la Hemeroteca Municipal de Madrid llega hasta el núm. 36 de la segunda época, que
creemos se publicó en julio de 1848.
46
El Orfeo se distribuía gratuitamente a los socios y en sus páginas se publicaban contenidos
relacionados directamente con la sociedad: programas de conciertos y crónicas de las sesiones musicales,
artículos de opinión sobre la marcha del establecimiento, listados de socios y extractos de las actas de las juntas
generales, dando indicaciones a los socios sobre el cumplimiento del reglamento. La Sociedad Filarmónica
Sevillana celebraba sus sesiones en el Museo de pinturas de la ciudad bajo el patrocinio del conde del Águila.
Además de esta asociación, la revista siguió las actividades de otras entidades similares en localidades cercanas,
como la Sociedad Filarmónica Gaditana y la Sociedad Filarmónica de Écija.
1.4. Fuentes: Prensa musical especializada 373
cerca la reacción del público ante cada estreno de la compañía lírica y la suspensión de
47
representaciones por enfermedad de varios cantantes principales . Por otra parte, Manuel
Jiménez no dejó de insertar escritos críticos sobre la pésima situación de los músicos en
España, culpando a las instituciones de no estimular ni apoyar económicamente a los artistas
nacionales, y comparándola con las condiciones de otros países europeos. También analizó
las causas de la ausencia de ópera nacional en España, hecho que achacaba al gusto del
público por el repertorio italiano y a los intereses económicos de los empresarios 48.
Junto a Manuel Jiménez –redactor principal– fue colaborador asiduo durante la
primera época Antonio Fernández Cabrera, quien se encargó de elaborar la sección
biográfica, además de redactar algunas crónicas teatrales y artículos de fondo de la revista.
También se publicaron traducciones de artículos de la Revista Musical de París o La Francia
Musical, y de títulos nacionales como La Iberia Musical y Literaria, El Anfión Matritense o
El Genio, junto a remitidos de suscriptores de Santiago de Compostela y de Oviedo, además
de otros comunicados aclaratorios enviados a la redacción de la revista.
47
Manuel Jiménez analizó con claridad en sus escritos el origen del tradicional fracaso de los
espectáculos operísticos en Sevilla, aduciendo que se debía más a la falta de calidad de los mismos y las
acciones especulativas de los empresarios, que a la incultura del público. Así mismo, insertó en la revista
interesantes reseñas de los estrenos de I Lombardi, Attila y Hernani de Verdi, La Sonnambula de Bellini, La
Favorita de Donizetti, y Corrado de Altamura de Ricci.
48
Manuel JIMÉNEZ: «Oposiciones artísticas», El Orfeo Andaluz, 2ª época, n.º 4 (octubre 1847), págs.
1-2; íd., «Ópera nacional», 2.ª época, n.º 14 (enero 1848), pág. 1 y n.º 15, págs. 1-2; íd., «A la prensa española.
Desastroso fin del proyecto de la ópera nacional», 2ª época, n.º 26 (abril de 1848), págs. 1-2.
374 María Belén Vargas Liñán
50
El Anfión Matritense: Periódico Filarmónico-Poético de la Asociación Musical
inicia su publicación el 3 de enero de 1843 y durante un semestre salió a la luz cuatro veces al
mes, editando 26 números. La revista surge para ser el nuevo cauce de expresión de la
Asociación Musical en sustitución de La Iberia Musical y Literaria de Espín y Guillén. Este
cambio será el causante de que comience su andadura de forma polémica, con un cruce de
49
Para realizar el análisis de esta publicación periódica hemos consultado el catálogo elaborado por
Juan de Dios RODRÍGUEZ BAILÓN: “El Anfión Matritense” (1843): Introducción y Catalogación, Baltimore:
The RIPM Consortium Ltd., 2009 (edición electrónica); y J. TORRES: «El Anfión Matritense...», págs. 421-
458.
50
Desde el número 13 añade en el subtítulo el adjetivo «pintoresco» ya que la revista proyectaba
perfeccionar sus medios de impresión para incluir grabados en sus páginas, sin embargo esta mejora no se
produjo.
1.4. Fuentes: Prensa musical especializada 375
escritos entre el director de la Asociación Musical, Juan Manini, y Joaquín Espín. Así, en el
prospecto del primer número se explica que
Reflexiones posteriores hicieron ver bien pronto que si el señor Espín continuaba con la
dirección absoluta de LA IBERIA, no era posible que ésta pudiera ser el eco exclusivo de la
ASOCIACIÓN, como sus componentes necesitaban, y de aquí la creación de EL ANFIÓN
MATRITENSE que hoy comienza a salir a [la] luz, en lugar del periódico del señor Espín que se había
pensado adoptar. Era en efecto difícil que siendo LA IBERIA una propiedad ajena pudiese la
ASOCIACIÓN disponer de sus columnas a medida que las necesitase, y no disponiendo de ellas en
este sentido era preferible crear un periódico enteramente nuevo 51.
Tras esta serie de justificaciones, la reacción de Espín no se hace esperar desde las
páginas de La Iberia, lo que provoca una réplica mucho más explícita de Manini en defensa
de la postura de la Asociación Musical:
El señor Espín había unido La Iberia a la Asociación Musical para que fuese órgano de sus
doctrinas, y siendo esto así, la Asociación entendió que aún cuando el periódico mencionado fuese
propiedad suya, y aún cuando quedase la dirección a cargo de su dueño, no por eso dejaría éste de
facilitar sus columnas a la Asociación cuando éstas las necesitase. Otra de las consecuencias que la
Asociación sobreentendió fue, que si la mayoría de los asociados resolvía una cuestión musical en
sentido opuesto al modo particular de ver del señor Espín, haría éste el sacrificio de sus opiniones
personales cediendo al voto del mayor número, compuesto de profesores ilustrados, y que sin ultrajar a
Espín, podemos decir que valen tanto como él. El director de La Iberia no accedió a ninguna de las dos
cosas, y no accediendo, claro es que su periódico no cumplía con la promesa contraída de ser eco de la
ASOCIACIÓN MUSICAL 52.
51
«Prospecto», El Anfión Matritense, n.º 1 (3-1-1843), pág. 2.
52
Juan MANINI: «El director administrativo de la Asociación Musical, al director de La Iberia
Musical y Literaria», El Anfión Matritense, n.º 1 (3-1-1843), págs. 4-5.
376 María Belén Vargas Liñán
53 54
artículos doctrinales , biografías y críticas musicales de diversa índole que ocupan las
primeras páginas del número, a continuación aparecen comunicados y poesías enviadas a la
redacción, la crónica de actualidad musical (nacional y extranjera), e incluso anuncios
publicitarios en algunas entregas. La publicación mostró su compromiso con artistas y
artesanos del mundo de la música a través de diversas acciones, entre ellas organizando una
ayuda solidaria al arruinado constructor de pianos José Larrú, ofreciendo ideas a los
empresarios teatrales sobre cómo programar la temporada y dando un decálogo de normas a
los jóvenes músicos para profesionalizar su actividad. No aparecen escritos sobre el estado de
la música española o la ópera nacional; sólo trata, de forma general, la relación de la música
con la poesía como base de la creación de la ópera nacional.
Una de las secciones de mayor interés de El Anfión Matritense son los artículos de
fondo, que están dedicados a analizar de forma profunda y técnica obras musicales y trabajos
científicos originales, algunos publicados en las secciones del suplemento (como el Método
de solfeo de Juan Antonio Nin, el Método de piano de Pedro Albéniz, o la melodía italiana Il
Lamento de Francisco Valdemosa). Las reseñas críticas de estos trabajos se enriquecen con
comunicados –algunos polémicos– enviados por los suscriptores que debaten aspectos
contenidos en ellos. De esta forma, el intercambio y colaboración de numerosos músicos y
escritores enriqueció las páginas de la revista, dando idea del carácter abierto y el interés por
convertirse en un foro de discusión científica entre suscriptores y miembros de la Asociación
Musical (circunstancia que, tal vez, no hubiera podido darse con tanta fluidez dentro del
espacio de La Iberia Musical y Literaria) 55.
53
Los artículos doctrinales abordan aspectos muy diversos, entre ellos la relación entre la música y
otras artes, como la literatura (dentro de la concepción de la ópera como resultado de la unión entre música y
poesía) y la pintura. Así mismo, se estudian desde una perspectiva histórica aspectos de organología, de teoría
musical, de sociología y géneros musicales concretos. No faltan tampoco escritos sobre historia de la música
(como la escrita por Pedro Mata, dedicada a los tiempos primitivos).
54
El Anfión Matritense dio cuenta de eventos musicales ocurridos en la Corte, como conciertos sacros
en el Liceo y la Real Capilla, la inauguración del Gimnasio Musical de Madrid y algunas funciones líricas en el
teatro del Circo.
55
La revista dio cabida a las composiciones poéticas de autoras como Gertrudis Gómez de Avellaneda,
Ángela Grassi, Carolina Coronado, Josefa Moreno y Nartos y Robustiana Armiño de Cuesta; y de escritores
aficionados como Francisco Luis de Reyes, Florencio Gómez Parreño, Agustín de Alfaro y Godínez, José María
de Albuerne y Cipriano López Salgado, entre otros. También intervinieron a través de colaboraciones o
enviando comunicados Antonio Alcalá Galiano, Pedro Mata, Joaquín Gaztambide, Téllez de Lazeu, Basilio
Basili, Eduardo Domínguez de Gironella, Juan Antonio Nin, Enrique Blanchard, Román Gimeno, Pedro
1.4. Fuentes: Prensa musical especializada 377
Otro de los aspectos más atendidos por los responsables de la publicación fue el
suplemento musical, por tratarse de uno de los elementos más atractivos para el público –y
determinantes de cara a obtener suscripciones–. Así, El Anfión distribuyó ocho páginas a
elegir entre cuatro secciones diferentes de obras (métodos de solfeo y ejecución instrumental,
tratados de armonía, contrapunto y composición, piezas para piano y canto, y música para
aficionados), que más adelante se irían ampliando con obras para otros instrumentos y
agrupaciones (guitarra, violín, flauta, órgano y banda militar). El precio del abono dependía
del número de secciones elegidas por los suscriptores. También prometía la distribución cada
seis meses de tres retratos litografiados de artistas célebres (llegando a repartir los tres
primeros) y tenía previsto rifar un piano entre los abonados que lo hubieran sido durante un
año completo, sin embargo esto no se haría efectivo pues la publicación sólo duró un
semestre.
El Anfión Matritense desaparece el 2 de julio de 1843. En un principio, los redactores
anuncian el cese temporal de la publicación debido a las circunstancias políticas del momento
–el alzamiento militar contra Espartero–, prometiendo que continuarían sus trabajos en el
menor tiempo posible. Sin embargo la publicación no reapareció, pero el proyecto fue
retomado por La Filarmonía, de la que tratamos en los párrafos siguientes.
La Filarmonía: Periódico Musical y Literario tuvo una existencia aún más efímera
que El Anfión Matritense, saliendo cada semana desde el 5 de octubre hasta diciembre de
Canales, Florencio Lahoz, Matías Aliaga y López, Ventura Bruguera y Codina, Antonio Neira, Pedro Albéniz y
Eduardo Canalejas.
378 María Belén Vargas Liñán
1843 56. Jacinto Torres argumenta las causas de su nacimiento y la vinculación con El Anfión
del modo siguiente:
A principio del otoño, apareció en Madrid un periódico musical, La Filarmonía, que era un
claro intento de renovar El Anfión y aprovechar su clientela, continuando con el reparto de piezas de
música que habían quedado incompletas. En La Filarmonía volvemos a encontrar varias de las firmas
que aparecían en el periódico anterior, del que mantuvo su misma tipografía y disposición [...]» 57.
56
Conocemos un total de 11 números publicados por la revista.
57
J. TORRES: «El Anfión Matritense...», págs. 429-430.
58
«Crónica nacional», La Iberia Musical y Literaria, año 2, n.º 35 (10-9-1843), pág. 294.
59
«Publicaciones periódicas», Boletín Bibliográfico Español y Extranjero, año IV, n.º 21 (1-11-1843),
pág. 325.
1.4. Fuentes: Prensa musical especializada 379
participación de colaboradores 60. Dentro de los escritos musicales, se incluyen las biografías
de Guido de Arezzo, Haydn, Mozart y Gluck, todas ellas firmadas por el seudónimo «Aben-
Aljafe». Así mismo, aparecen reseñas operísticas de funciones en el teatro madrileño del
Circo –una de ellas escrita por Joaquín Gaztambide– y también otras provenientes de
provincias (como la dedicada al estreno de D. Pedro el Cruel de Eslava en el teatro sevillano
61
). Sobre el panorama musical contemporáneo, destacamos un artículo en defensa de la
necesidad de las bandas militares –a pesar de ser denostadas por un sector de aficionados y
músicos– y otro escrito en el que se analiza la decadencia de la enseñanza musical en las
capillas religiosas 62.
La Filarmonía fue un proyecto fugaz que duró poco más de dos meses y cuyo final
se debió probablemente a la incapacidad económica para afrontar la publicación de la revista
y el costoso suplemento musical. Como una solución de continuidad, en enero de 1844 es
absorbida por la Gaceta Musical y Literaria de España, pasando sus redactores a trabajar en
esta revista.
60
Entre otras firmas, publicaron poemas Carolina Coronado, Miguel Agustín Príncipe, José María
Bremón, Francisco Luis de Retes, José María de Albuerne, D. Collado y Peralta, Luisa Recarte y Carlos Massa
(poesías). El folletín es firmado con el seudónimo «Don Yo».
61
Eugenio GÓMEZ: «D. Pedro el Cruel, o Muerte de D. Fadrique. Ópera de don Hilarión Eslava
(Sevilla 6 de octubre», La Filarmonía, año 1, n.º 6 (9-11-1843), págs. 22-23 y n.º 7 (16-11-1843), pág. 25.
62
José FERRER: «Bandas militares», La Filarmonía, año 1, n.º 3 (19-10-1843), págs. 9-10;
«Enseñanza de la música antiguamente y causas de su decadencia», ibíd., n.º 4 (26-10-1843), págs. 13-14.
380 María Belén Vargas Liñán
cuanto a los artículos de opinión, la revista se centra en analizar el porvenir profesional de los
músicos. Los redactores mantienen que la escasez de creaciones literarias y musicales de
calidad no responde a la falta de talentos en el país sino a la ausencia de protección
gubernamental y de cobertura de los empresarios teatrales. En este sentido, la publicación se
muestra muy comprometida con el movimiento de las sociedades culturales, alabando los
trabajos desarrollados en ellas que superan artísticamente a los presentados en muchos teatros
de la capital 65. Con tal panorama, la Gaceta Literaria y Musical toma la iniciativa y plantea
en sus páginas crear una asociación nacional de artistas que, bajo la protección de la recién
llegada al trono Isabel II, bautiza con el nombre de Academia Real Española de Música y
Declamación, cuyas bases desarrolla en la siguiente etapa de su trayectoria.
En enero de 1844 la revista inicia una nueva etapa con el objeto de dar impulso a la
publicación, transformando parcialmente su título para dar primacía a la parte musical –sin
duda debido a la incorporación de los redactores de La Filarmonía, revista que en ese
momento se refunde con la Gaceta–. Así mismo, comienza a editarse con mayor asiduidad
(de seis números mensuales pasa a publicar dos por semana), hace ligeros cambios
tipográficos en la cabecera e incluye ilustraciones, y, además, organiza su contenido en
por oscurecer el desarrollo melódico, analiza los defectos que suelen presentar los libretos fomentando el trabajo
colaborativo entre músicos y poetas, se muestra contrario a las licencias de los cantantes líricos que transforman
las partituras interpretadas a favor de su lucimiento vocal, además de señalar las diferencias entre el estilo vocal
de los cantantes de salón y los de la escena operística.
65
Dedica gran parte de la crónica madrileña a las sesiones del Liceo Artístico y Literario, el Instituto
Español, la Sociedad Matritense, la Academia Filarmónica y la sociedad dramática El Genio, entre otros
establecimientos asociativos culturales.
382 María Belén Vargas Liñán
66
apartados más claros y homogéneos . Este nuevo periodo tiene relación con la creación de
la Academia Real de Música y Declamación ya que la revista se convierte en su órgano
portavoz desde febrero de 1844. En sus páginas se irán describiendo los avances del proyecto
que, sin embargo, encontrará obstáculos en su camino pues, a pesar de aprobarse el
reglamento y conseguir el auspicio de la Reina, la Casa Real se negará a ceder el local del
teatro de Oriente solicitado por los redactores. Aún así, los jóvenes organizadores se
vanaglorian de ser los primeros en plantear una Academia Real ligada a la fundación del
teatro nacional 67.
En otro orden de cosas, la Gaceta Literaria y Musical repartía al mes una pieza para
canto con acompañamiento de piano y otra para piano solo. Los suplementos se enriquecen
con los cambios practicados en la revista y, desde el número 13, comienza a insertar en el
corpus del texto una historia de la música acompañada de grabados de instrumentos
musicales antiguos. Así mismo, aumenta el suplemento musical a 16 páginas, con un
incremento de doce reales en el coste de la suscripción mensual.
La mayoría de los artículos de la Gaceta no están firmados o aparecen bajo la rúbrica
de «La Redacción», pero otros son escritos por Juan García de Torres y José María Andueza
(que se esconde tras el seudónimo de «Aben-Zaide»). Además de ellos, un nutrido plantel de
colaboradores literarios aportan sus poesías y narraciones 68.
66
Estos apartados llevarán los siguientes títulos: «Sección doctrinal», «Sección poética», «Folletín»,
«Sección biográfica», «Sección histórica», «Crónica nacional», «Crónica extranjera», «Bazar» y «Anuncios».
67
Sobre el proceso de creación de la Academia Real y los detalles del proyecto, véanse «Importante»,
Gaceta Musical y Literaria de España, n.º 19 (24-1-1844), pág. 152; «Reglamento general de la Academia Real
Española de Música y Declamación», ibíd., n.º 21 (31-1-1844), págs. 164-166; ibíd., n.º 22 (3-2-1844), págs.
172-174; ibíd., n.º 23 (7-2-1844), págs. 183-184; ibíd., n.º 24 (10-2-1844), págs. 189-190; LA REDACCIÓN,
ibíd., págs. 185-186.
68
Dentro de este grupo, podemos citar a F. I. de Retes, José M.ª Albuerne, Vicente Sainz Pardo, J. M.
de Andueza, M. Ruiz Lorenzo, Dámaso Calvo, Carolina Coronado, Eduardo L. Pelegrín, N. S. Cantón, José
Manuel Tenorio, Francisco Martínez Arizala y Damián Rayón.
1.4. Fuentes: Prensa musical especializada 383
El Mundo Musical: Periódico Filarmónico que sale cada domingo se publicó desde el
5 de enero hasta el 11 de mayo de 1845, editando 19 entregas más un prospecto inicial. Fue la
384 María Belén Vargas Liñán
69
primera revista musical barcelonesa , con un planteamiento misceláneo o de editorial
amplia. Surgió como un proyecto de gran fuerza, producto del entusiasmo y empeño personal
de su director, Eduardo Domínguez de la Gironella. Su propósito era claramente educativo y
de divulgación musical entre los artistas y aficionados, especialmente en lo que se refiere al
suplemento musical que estaba pensado para distribuir métodos de enseñanza, tratados y
partituras. Domínguez había llegado a Barcelona proveniente de París, donde residió desde
1843, con el propósito de emprender una aventura periodística para contribuir a elevar el
empobrecido nivel musical en España e intentar equipararlo a la situación europea. En su
estancia parisina había alimentado el proyecto de trasladar a Barcelona, en la medida de sus
posibilidades, la vida filarmónica de la población francesa y los medios de educación musical
allí existentes. Sin embargo, el planteamiento del director resultó cuanto menos ingenuo,
como podemos observar en muchas empresas periodístico-culturales surgidas en los años 40
del XIX. Prueba de ello es la corta existencia de la revista, que no pudo hacer frente a los
elevados costes de producción al carecer de un número suficiente de suscriptores.
Concebida la revista principalmente con una finalidad instructiva, los artículos de
opinión o editoriales no son demasiado abundantes en sus páginas. En este sentido podemos
considerar la publicación como una pequeña enciclopedia de conocimientos musicales, pues
70
bebe fundamentalmente de tratados y publicaciones periódicas extranjeras , así como de
informaciones de colaboradores nacionales –entre ellos, el periodista sevillano Manuel
Jiménez– y en menor medida de escritos propios.
69
Los catálogos de Claudi Fuster, Jacinto Torres y Joana Crespí inician el listado de revistas musicales
barcelonesas con La Lira de Apolo (1817-?), el Periódico de Música (1819-?), El Genio (1844-1845) y El
Filarmónico (1845-?). Nosotros no las consideramos revistas musicales propiamente dichas ya que, en realidad,
se trata de colecciones de partituras por entregas sin texto periodístico, en el caso de las dos primeras y la
última, así como de una revista cultural de amplio espectro, en el caso de El Genio. Véanse Claudi FUSTER I
SOBREPERE: Catàleg de la premsa musical barcelonina des dels seus orígens fins al final de la Guerra Civil
(1817-1939), Barcelona, Arxiu Municipal, 2002, págs. 27-34; Jacinto TORRES et al.: «Periódicos musicales»,
DMEH, vol. 8, Madrid: SGAE, 2001, págs. 692-716; Joana CRESPÍ: «Publicaciones periódicas musicales del
siglo XIX en Catalunya», en Actas del 18.º Congreso de la Asociación Internacional de Bibliotecas Musicales,
Archivos y Centros de Documentación (San Sebastián, 1998), Madrid: AEDOM, 1999, págs. 213-234.
70
Se sirve, por ejemplo, de contenidos del Tratado de melodía de Anton Reicha y de artículos
procedentes de Le Magasin Pittoresque, La Moda de Milán y La France Musicale, entre otras revistas
extranjeras.
1.4. Fuentes: Prensa musical especializada 385
musical fue posteriormente adoptado por la revista El Barcino Musical, que salía de los
mismos talleres, los cuales perfeccionaron la técnica de impresión para editar obras a mayor
escala.
Tras cinco meses de actividad, El Mundo Musical dejó de publicar entregas debido
probablemente a dificultades económicas. Si bien, posteriormente los suscriptores recibieron
el ofrecimiento de abonarse a la revista El Barcino Musical, quien quiso aprovechar el tirón
iniciado por la publicación de Eduardo Domínguez.
El semanario presenta una estructura estable a lo largo de todos sus números. En las
74
primeras planas se incluye uno o dos «estudios musicales» como artículos de fondo , a
continuación escritos de creación literaria (poesías y relatos) , una sección de «Miscelánea»
(con noticias comentadas y curiosidades artísticas de otras provincias y ciudades europeas) y,
posteriormente, el apartado «Revista» (en el que se reseñan las funciones de los teatros
barceloneses –y a veces de Madrid y París– utilizando un estilo conciso y siguiendo el orden
de los días de la semana). En algunas ocasiones se incorporan advertencias a los suscriptores
sobre el suplemento musical. En general, el contenido de la revista está más orientado a
ilustrar e informar a los lectores que a emitir opiniones sobre el estado de la música española,
a excepción de algunos escritos del sevillano Manuel Jiménez, donde reflexiona sobre el
cambio de gusto musical con el advenimiento del Romanticismo, la crisis de las capillas
catedralicias y la decadencia de la música religiosa en España 75.
Por otra parte, la revista repartió un número variable de páginas de música con cada
entrega, que salía de los talleres de la tipografía musical de Vilar, Torras y López, donde
también tenía su redacción y uno de los puntos de suscripción. Estas partituras consistían en
reducciones para canto y piano de fragmentos de ópera italiana.
El Barcino Musical es la primera revista musical barcelonesa que incluye algún texto
en catalán (sólo en poesías). Este hecho, junto con otros elementos, como la inserción de
biografías de artistas catalanes –del compositor Vicente Cuyás y del literato Jaime Tió– y la
presencia del intelectual Víctor Balaguer en calidad de redactor principal, nos hace considerar
la publicación un terreno de ensayo y tanteo de las ideas en defensa de la cultura catalana;
ideas desarrolladas posteriormente por La Lira Española y La Violeta de Oro, exponentes del
movimiento cultural previo a la Renaixença.
Con respecto a las fuentes de información, la revista se nutrió de la prensa europea
(La France Musicale de París y Il Pirata de Milán, principalmente), así como de un conjunto
de redactores y colaboradores encabezados por el director literario Víctor Balaguer –autor de
algunos estudios y breves novelas– y por Juan Mañé y Flaquer, que sustituye al primero
durante sus viajes a Madrid. Con respecto a los colaboradores musicales, destacamos a
74
Tratan sobre temas muy diversos, incluyendo disertaciones sobre el gusto en la música, estudios
sobre los instrumentos de caña y la música sagrada, ensayos sobre los cantos populares y los tipos dentro del
mundo de las cantantes, reseñas de conciertos en la Sociedad Musical Barcelonesa, así como biografías de
diferentes artistas contemporáneos.
75
M. JIMÉNEZ: «Estudio musical. El gusto en la música», El Barcino Musical, año 1, n.º 1 (21-6-
1846), págs. 1-3.
388 María Belén Vargas Liñán
Manuel Jiménez (que envía sus escritos desde Sevilla), José M.ª de Argüelles y Arturo
Vilgabec (éste último se encargaba de la sección «Revista»). La parte literaria tiene amplia
presencia y de ella se encargan otros colaboradores, como Félix de Antonio, Eduardo
Asquerino, Gerónimo Borao, Amalia Fenollosa, J. Fontán, Eusebio Freixa, Eugenio Guinot,
Leo Lespis, R. Medel, Félix Orestes, Carlos de Pravia, Vicente Sainz Pardo, y Antonio
Trueba y la Quintana.
En el último número de la revista, correspondiente a la entrega 17, se anuncia su
refundación bajo el título de La Lira Española, que aparecerá a la semana siguiente con un
nuevo formato y otras reformas practicadas.
colaboradores asiduos– hacerse eco de los eventos musicales de Madrid y provincias (como
Sevilla), de París y las ciudades italianas con más actividad teatral.
La Lira Española mantiene una distribución de contenidos parecida a la de El Barcino
Musical aunque más clarificada y sistematizada. Los artículos de fondo suelen dedicarse a
temas musicales de tipo instructivo, con escritos sobre historia de la música en general y de la
ópera italiana en Madrid. Especial interés tiene un artículo de opinión firmado por Antonio
Passarell sobre la ópera nacional, en el que el autor condiciona el éxito del género lírico al
76
trabajo conjunto entre músicos y poetas españoles . Los apartados «Crítica teatral» y
«Revista de teatros» ofrecen reseñas de la actividad lírico-dramática del coliseo Principal (o
de Santa Cruz) y del teatro Nuevo de la ciudad condal, así como de los conciertos celebrados
en la Sociedad Musical Barcelonesa, en el Casino Filarmónico (o Sociedad Filarmónica?) 77 y
en algunas residencias privadas, como la del Sr. Verger a la que asistió en una ocasión la
soprano Amalia Brambilla. Las poesías, relatos y reseñas sobre obras literarias son
emplazados en las secciones de «Crítica literaria» y «Literatura», así como en la parte inferior
de cada página (espacio tradicionalmente reservado en la prensa decimonónica para el
folletín). En la «Gacetilla» aparecen noticias breves de sucesos de la actualidad musical de
otras provincias y del extranjero, confiriéndole cada vez más peso a la crónica de Madrid.
Los apartados ubicados en las últimas páginas son la «Miscelánea», que da cabida a
curiosidades, opiniones, avisos musicales y otros escritos cortos, así como la sección de
anuncios.
El semanario continúa ligado a la tipografía musical de Vilar, Torras y López, donde
está domiciliada la redacción. Este establecimiento consigue, después de invertir importantes
sumas de dinero para perfeccionar el sistema de tipografía musical, ofrecer servicios de
impresión musical y comercializar un catálogo de obras ya editadas, que son publicitados en
las páginas de la revista. Del mismo modo que El Barcino, distribuye con cada número diez
páginas de música (a veces alternando ocho y doce páginas en entregas consecutivas para
aprovechar todo el espacio de los pliegos de impresión y reducir costes). Las piezas
76
A[ntonio] P[ASSARELL]: «Ópera nacional. Música. Libretos», La Lira Española, n.º 10 (20-12-
1846), págs. 38-39.
77
Según nuestras pesquisas, este establecimiento, que celebraba sus conciertos en el salón de San
Agustín, no es el mismo que el de la Sociedad Filarmónica de Barcelona fundada en 1844; sin embargo, no
hallamos en las fuentes consultadas una diferenciación clara entre ambas sociedades debido a que en estos
momentos aparecen numerosas asociaciones culturales y filantrópicas en la ciudad creadas por jóvenes
intelectuales y entusiastas.
390 María Belén Vargas Liñán
repartidas suelen ser adaptaciones de óperas italianas para canto y piano o piano solo, si bien
en la primera entrega los directores distribuyeron la canción A una ingrata compuesta por
ellos mismos. En la redacción de la revista participaron, además de Víctor Balaguer, J. de la
78
Torre, Juan Mañé y Flaquer (sustituyendo al director literario en sus ausencias ) , Pablo
Piferrer, Manuel Jiménez (desde Sevilla), Ramón de Valladares y Saavedra (corresponsal en
Madrid), Juan del Peral (corresponsal en París) y Antonio Passarell, entre otros.
78
Víctor Balaguer viajó a Madrid con motivo del enlace de Isabel II con su primo Francisco de Asís.
79
La Sociedad Filarmónica y Literaria de Barcelona (1844-1857), fundada en principio como Sociedad
Filarmónica, fue creada para el fomento de la música vocal e instrumental y tenía clases abiertas de música,
idiomas, literatura, historia o filosofía moral. Véase Francisco de Paula BALDELLÓ: «La “Sociedad
Filarmónica” de Barcelona, 1844-1857», en La música en Barcelona, Barcelona: Dalmau, 1943, págs. 29-45.
80
Antonio FARGAS Y SOLER: «Ensayo analítico del drama musical y principios esenciales sobre la
unión de la poesía con la música», La Violeta de Oro, n.º 9 (20-12-1851), págs. 66-70.
1.4. Fuentes: Prensa musical especializada 391
c) Década de 1850:
c.1) Publicaciones surgidas a la sombra del teatro Real: La Ópera y Correo de los
Teatros
revista había comenzado a publicarse el 6 de octubre anterior, saliendo cada domingo hasta
su cese al año siguiente 81. El director y redactor principal fue Juan Antonio Uría.
A pesar de los escasos números conservados, podemos señalar algunas constantes en
la organización interna de la revista. Así, las primeras páginas son ocupadas por varios
artículos de fondo (ensayos y estudios históricos), seguidos de una extensa reseña dedicada a
los estrenos o funciones más destacadas de la semana en el teatro Real. Posteriormente,
aparece una crónica de eventos musicales –titulada «Revista de Madrid»–, que en algunos
números dedica plenamente a reseñar las funciones de otros teatros de la Corte –como el
Circo, o el teatro de Palacio–. Además, suele haber espacio para insertar alguna poesía, relato
o curiosidad musical obtenida de otras fuentes (de prensa o de algún colaborador).
Finalmente aparece la sección «Álbum» donde se refieren sucesos artísticos de provincias y
del extranjero.
A partir del segundo año, la «Parte artística» (musical) y la «Parte literaria» quedan
divididas con claridad en las secciones de la revista, dedicando más espacio a la crónica de
acontecimientos culturales, de teatros y de moda, además de los habituales escritos científicos
y novelas originales. Esta línea editorial mixta queda de manifiesto también en el subtítulo
del semanario, cuya cabecera añade un atractivo grabado de motivos musicales y vegetales.
81
El último número conocido data del 11 de mayo de 1851.
1.4. Fuentes: Prensa musical especializada 393
82
Se trata de un interesante artículo de opinión –quizá seriado aunque desconocemos el resto de
entregas– sobre la situación de la ópera nacional y las posibles vías para resolver la cuestión. En él, se defiende
la idea de que el desarrollo del género sería posible reuniendo un plantel de voces extraordinarias, debiendo
encargarse de esta labor las instituciones educativas y, en especial, el Conservatorio de Música. La búsqueda de
jóvenes con buenas aptitudes para el canto debería hacerse por todo el país y pensionar a aquellos con dotes
especialmente destacadas. El autor –cuyo nombre desconocemos– opina que es un despilfarro educar voces
mediocres que sólo consiguen engordar las filas de coristas en los teatros. Además de esta vía, otro frente para
asegurar el porvenir del arte lírico español sería la composición de obras de este género, para cuyo fin anima a
los compositores a producir de forma continua y sin descanso pues es la única forma de que aparezcan trabajos
de calidad artística. Véase «Porvenir del arte lírico en España», La Ópera, año 1, n.º 10 (8-12-1850), págs. 1-2.
83
Éste es un ensayo escrito por Manuel Jiménez tras una estancia en la ciudad Condal en 1849
acompañando al guitarrista Trinidad Huerta en su gira de conciertos. En las entregas conservadas, Jiménez
aborda la realidad musical barcelonesa desde el punto de vista de los instrumentistas, tanto ejecutantes de
orquesta como pianistas y organistas. También trata sobre la decadencia de la música religiosa y el estado
lamentable de la creación de la ópera nacional tras unos años de impulso en la ciudad; así mismo, hace
referencia a la rivalidad entre el teatro del Liceo y el de Santa Cruz. El artículo sería de nuevo publicado en
1855 en La España Musical y Literaria. Véanse Manuel JIMÉNEZ: «Barcelona musical. Reseña sobre su estado
actual [Partes V, VII, VIII y XII]», La Ópera, año 1, n.º 10 (8-12-1850), págs. 3-4; n.º 12 (22-12-1850), págs. 2-
3; n.º 13 (29-12-1850), págs. 2-4; año 2, n.º 12 (23-3-1851), págs. 2-4; n.º 18 (11-5-1851), págs. 3-5.
84
F. LISZT: «F. Chopin [Artículos VI y VIII]», Íbid., año 2, n.º 12 (23-3-1851), págs. 4-5; n.º 18 (11-
5-1851), págs. 5-6.
394 María Belén Vargas Liñán
85
literario, así como de desdecirse en sus afirmaciones sobre la zarzuela . Por otra parte, el
diario El Clamor Público también la acusó de emitir un juicio musical sin fundamento al
86
desacreditar al director de orquesta Rachelle sin razones justificadas . Finalmente
conocemos otra polémica mantenida con el Correo de los Teatros, de la que tratamos en el
apartado dedicado a esta otra publicación.
La Ópera anunció en su prospecto la distribución mensual de una pieza de música y
un grabado (consistente en el retrato de un artista célebre o la perspectiva de una escena
87
operística o de un baile conocido) , si bien no tenemos la certeza del reparto de estos
suplementos ya que en las entregas no se hace referencia a ellos.
Con respecto a los autores de la revista, la mayoría de artículos de fondo no están
firmados aunque sabemos que el redactor principal fue Juan Antonio Uría. También destacan
las colaboraciones musicales de Manuel Jiménez y C. Mariategui. Los escritos de creación
literaria son obra de José María de Albuerne, Antonio María Ordóñez, M. Balens Montero,
Francisco Vila y Goyri y Emilio Bravo, entre otros.
85
F. BARBIERI: «Cuatro palabras a La Ópera, gaceta musical que se publica en Madrid», La
Ilustración, n.º 43 (26-10-1850), págs. 343-344; íd., «Contestación al periódico titulado La Ópera, y a sus
redactores», ibíd., n.º 46 (16-11-1850), pág. 366.
86
«Crónica de teatros: Teatro de Oriente», El Clamor Público, n.º 1.942 (13-11-1850), pág. 3.
87
«Parte indiferente. Gacetilla de la capital», El Heraldo, n.º 2.563 (27-9-1850), pág. 3.
1.4. Fuentes: Prensa musical especializada 395
Apenas circulaba en España, porque su principal objeto era enterar a los agentes y empresarios
del extranjero de los grandiosos y fenomenales éxitos que alcanzaban en Madrid, lo mismo los que en
efecto despertaban entusiasmo que los que eran rechazados por el público. Los elogios dependía de la
cuantía o de la subvención que el artista destinaba al periódico. [...] Era, pues, el único explotador de
cantantes y bailarines en la Villa y Corte [...]. Los cinco o seis que por aquel tiempo escribíamos en los
periódicos y revistas de teatros no estábamos, a Dios gracias, contaminados, y los elogios que
tributábamos a los artistas que los merecían eran sinceros y completamente gratuitos 90.
Correo de los Teatros nació con el aliciente de la inauguración del teatro Real, cuyas
funciones son reseñadas al inicio de cada número. Tras este apartado siguen las reseñas
correspondientes al resto de coliseos madrileños (Español, de Variedades, del Circo, del
Instituto, de Palacio y de la Comedia), dedicando a cada uno secciones individuales. En ellas
se comentan espectáculos de ópera, zarzuela, baile y teatro declamado, así como
celebraciones de conciertos y bailes en el Palacio Real, eventos en residencias particulares y
en otros establecimientos (Liceo, Círculo Filarmónico y Conservatorio de Música y
88
No sabemos con exactitud si la revista desaparece en este momento o perdura más tiempo. Por otro
lado, el periódico fue continuado por el Nuevo Correo de Teatros (1857-1858) dirigido por el mismo
responsable.
89
La REDACCIÓN: «Al público», Correo de los Teatros, año I, n.º 1 (23-11-1850), pág. 1.
90
Julio NOMBELA: Impresiones y recuerdos, Madrid: Tebas, 1976, pág. 482.
396 María Belén Vargas Liñán
Declamación). La preponderancia de la crónica del teatro Real fue disminuyendo poco a poco
hasta que en el segundo año de la revista aparecía integrada con las de los demás teatros, bajo
el enunciado común de «Teatros de la Corte» o «Teatros de la capital». Además de Madrid, la
revista hace un seguimiento de la actividad teatral de otras provincias y del exterior, cuya
información es obtenida a través de la correspondencia enviada por la prensa de cada ciudad
a la redacción del periódico.
Aparte de los contenidos dedicados al teatro –que son los principales–, el resto de
espacios se rellena con apartados de tipo ilustrativo y recreativo, cuya información por lo
general no es original sino extraída de otras publicaciones periódicas y obras
contemporáneas. Dentro de este grupo destacamos la sección «Apuntes biográficos», que está
91
dedicada a intérpretes y compositores europeos ; la sección «Literatura», que se reserva a
relatos seriados, poesías y ensayos de crítica literaria sobre diferentes géneros; así como una
serie de artículos de temática variada –históricos o de actualidad– que no pertenecen a
92
ninguna sección concreta . En último lugar se inserta el bloque titulado «Álbum», con
noticias vinculadas al mundo de la música relativas a giras de artistas, ajustes de cantantes,
próximas publicaciones, establecimientos culturales, etcétera. A este apartado pertenece el
enunciado «Artistas disponibles», que tenía como fin informar a los empresarios sobre
posibles contrataciones de intérpretes. Progresivamente irán incorporándose en la última
página anuncios e, incluso, la cartelera diaria de algunos teatros y espectáculos.
La revista de Cataldi centró uno de sus focos de atención en el oficio de los cantantes
y actores –quizá ello se debía a la propia condición del director y, especialmente, a las
aludidas comisiones recibidas de aquellos–. Así, además de incluir la mencionada sección de
«Artistas disponibles», también publicó artículos en defensa de su situación y a favor de la
protección de los teatros. Si bien estas reivindicaciones tenían poca fuerza, es más, adolecían
91
Entre ellos, los cantantes italianos Italo Gardoni, Giorgio Ronconi, Teresa de Giuli-Borsi y Agustín
Rovere; los compositores italianos Gaspar Spontini y Gaetano Donizetti; el cantante francés Paul Barroilhet; la
pianista y compositora madrileña Paulina Cabrero; la bailarina italiana Fanny Cerrito; el bailarín francés Saint-
León; los libretistas Antonio Hurtado de Mendoza y Eugenio Scribe; el profesor vienés Carlos Wiesserlé; la
arpista Virginia Pardi de Marras; y el maestro de capilla Vicente Palacios.
92
Dentro de este grupo, la revista publicó unos pocos ensayos sobre teatro lírico, como el titulado
«Origen y progresos de la zarzuela u ópera cómica española hasta la tan aplaudida Jugar con fuego» de Martín
Sánchez Allú (recogido de El Pasatiempo Musical), así como el estudio histórico «Monumentos públicos:
Origen del teatro Real de Madrid. Coliseo de los Caños del Peral».
1.4. Fuentes: Prensa musical especializada 397
de ser excesivamente laudatorias hacia las decisiones de la Reina en esta materia (a propósito
de la petición de cese de la deuda del teatro Español).
En otro orden de cosas, a partir del segundo año, el periódico publicó como
suplemento una colección de semblanzas de artistas célebres y autores teatrales que iba
acompañada de algunos retratos. Se tituló Galería de artistas célebres, o sea colección de
semblanzas o retratos de muchos actores de todos los géneros y de los escritores dramáticos
de primer orden.
Desde el punto de vista de las fuentes, la mayoría de contenidos de la revista –que en
esencia estaba formado por las reseñas, gacetillas y otros artículos– no aparecen firmados,
por lo que suponemos que fueron redactados por Pascual Cataldi o bien tomados de otros
autores y revistas. En la parte literaria se identifican los autores Blas M. Araque, Luis Nobile,
Manuel Cañete y Ángela Grassi. La firma de Pascual Cataldi aparece expresa y únicamente
respaldando alguno de los escritos alusivos a la polémica que mantuvo con la revista La
Ópera, su competidora más directa. Poco después de aparecer Correo de los Teatros, el
periódico mantuvo una polémica con la revista La Ópera de Juan Antonio Uría. El contenido
de esta controversia no se revela con claridad en las páginas del Correo de los Teatros.
Únicamente sabemos que en esta escaramuza periodística estuvo implicado Il Pirata de
Turín, dirigido por Francesco Regli, y parece tener relación con unas informaciones falsas
relativas al teatro Real emitidas por Cataldi a estas dos revistas.
Entre 1854 y 1858 aparecen cuatro revistas musicales de gran peso en España que
consolidan el buen estado de salud de la prensa especializada. En su mayoría son proyectos
respaldados por un gran número de personas. Además de este hecho, la madurez alcanzada
por estos periódicos se manifiesta en diversos aspectos: la claridad y homogeneidad de sus
secciones, el rigor científico y las opiniones bien fundamentadas de los temas abordados, la
solidez y coherencia de los proyectos que defienden –la sociedad Orfeo Español y el género
de la zarzuela, entre otros–, así como el interés o preocupación por la situación de la música
española (algo familiar en las páginas de la prensa del sector). Sin embargo, en estos
momentos los planteamientos han evolucionado con respecto al discurso nacionalista de las
revistas de la década anterior. Ahora se defiende el género de la zarzuela como vía para llegar
398 María Belén Vargas Liñán
a la ópera española, se buscan instituciones concretas y factibles que canalicen una educación
musical efectiva y generalizada en el país, se produce una toma de conciencia sobre el
empobrecimiento de las prácticas musicales y la concepción de la música por parte de los
aficionados, así como se intentan buscar soluciones a la situación estancada de la música
militar y religiosa. A pesar de la trascendencia de estos proyectos, la existencia de cada
revista no perduró más de dos años –en el mejor de los casos– presentándose como empresas
reconvertidas unas en otras debido a su propia trayectoria y a las circunstancias externas que
las condicionaron.
93
Contamos con informaciones contradictorias en los anuncios de la prensa contemporánea sobre la
fecha de aparición de la revista, pues unas fuentes consideran que fue el 16 de enero mientras que otras el 1 de
febrero de 1854. Véanse «Sección de anuncios. Música», Diario Oficial de Avisos de Madrid, n.º 92 (31-1-
1854), pág. 4; «Anuncios. Librería de P. J. García, plaza de Cort», El Balear, año 7, n.º 1.779 (16-2-1854), pág.
4.
1.4. Fuentes: Prensa musical especializada 399
Literario (que había sido creado en Madrid en 1853) 94. Tras el paréntesis de varios meses de
inactividad, la publicación reaparece en septiembre para anunciar una serie de reformas. Así,
la segunda época de la revista se inicia a partir del 9 de octubre de 1854 y finaliza al año
siguiente 95. Los responsables de la misma en esta etapa fueron Juan de Castro como director
96
de la sección musical , y José Marco al frente de la sección literaria, quien era también su
propietario junto a Francisco Carles.
Imagen 17. Cabecera de La España Musical y Literaria, 2.ª época, n.º 5 (8-11-1854)
94
Las escasas existencias que disponemos de la primera etapa nos impiden valorar el grado de
dedicación de la revista a esta sociedad cultural.
95
En la segunda etapa, editó 10 números durante el último trimestre de 1854. Del año siguiente
conocemos hasta la entrega 17, correspondiente al 2 de junio de 1855. Sin embargo, la revista se publicó hasta
finales de ese año, según el testimonio de Julio Nombela. El periodista describe en sus memorias la formación
de una sociedad con el objeto de sacar rendimiento económico de la publicación, ya que hasta el momento José
Marco había invertido en ella esfuerzo sin remuneración alguna. También Nombela comenta que la revista se
editaba desde hacía dos o tres años, es decir, desde 1852 ó 1853. Véase NOMBELA, Impresiones y recuerdos...,
págs. 427-433.
96
Juan de Castro se desligará de la revista a finales de marzo de 1855.
400 María Belén Vargas Liñán
musicales de la época. Inicia cada número con artículos de fondo (doctrinales o de crítica), a
los que siguen biografías, crónicas de noticias nacionales y extranjeras, artículos de
variedades y anuncios. Así mismo, aparece una sección literaria extensa en la que se incluyen
relatos, poesías, crítica literaria y reseñas de teatro dramático.
En el aspecto musical, la revista ofrece interesantes reflexiones y opiniones acerca
de la situación del país en relación con el resto de Europa. Ya en el prospecto a la segunda
época muestra su decisión de impulsar el género de la zarzuela, entendida como el camino
para llegar a la ópera nacional:
Todas las naciones civilizadas como Francia, Italia, Alemania, Inglaterra y otras cuentan
con uno o más periódicos musicales, exclusivamente consagrados a ilustrar a los pueblos [...].
Esta necesaria publicidad se hacía aún más sentir en nuestra patria; sobre todo, en una
época en la que el gusto musical se va desarrollando cada vez más con las nuevas producciones
denominadas zarzuelas, que son un gran paso dado hacia la ópera española 97.
97
«Prospecto», La España Musical y Literaria, octubre 1854, [pág. 1].
98
Ricardo CARUANA Y BERARD: La España Musical y Literaria, año 2, n.º 16 (26-5-1855), págs.
121-122.
99
José MARCO: «Ópera española», La España Musical y Literaria, año 2, n.º 16 (26-5-1855), págs.
123-124.
1.4. Fuentes: Prensa musical especializada 401
100
frívolo, y no una ciencia y lenguaje universal . Por otro lado, numerosas páginas de la
publicación se dedican al estado de la música en Barcelona, a través de una serie de ensayos
escritos por Manuel Jiménez que ya habían salido a la luz en la revista La Ópera 101. Antes de
abandonar la temática musical, no queremos omitir las reseñas de conciertos dados en el
Conservatorio –donde se elogia la música de guitarra a propósito del recital dado por el Sr.
Cano– y las críticas de funciones operísticas en el teatro Real y del Circo, entre ellas la del
102
estreno de La Traviata de Verdi . En el aspecto literario, los redactores de La España
Musical y Literaria publicaron en colaboración con los del diario La Iberia una corona
poética dedicada a Manuel José Quintana con motivo de su coronación en marzo de 1855,
que fue repartida a los suscriptores por entregas.
La revista distribuyó un suplemento de partituras y, a partir de la segunda época,
añadió otro de carácter literario (dando a elegir uno de los dos). El suplemento musical
constaba de cuatro páginas de música al mes, a escoger entre piezas para órgano, piano,
canto, guitarra y flauta 103. Por su parte, el suplemento literario estaba formado por 32 páginas
del Álbum de la España Musical y Literaria, con composiciones en prosa y verso de
escritores españoles conocidos. En cuanto a los autores, hay que aclarar que La España
Musical y Literaria incluyó numerosos textos de críticos y eruditos de prestigio nacionales y
extranjeros. Sin embargo, los colaboradores musicales que escribieron directamente para la
revista fueron Juan de Castro, Joaquín María Bover, Manuel Jiménez, Ricardo Caruana y
Berard, y Pedro de Prado y Torres.
100
Pedro de PRADO Y TORRES: «Los dilettantis [sic] a la violeta», La España Musical y Literaria,
año 2, n.º 16 (26-5-1855), págs. 122-123.
101
En las entregas conservadas en esta revista, se aborda la música barcelonesa desde el punto de vista
de los pianistas y organistas, la ópera nacional y la senda abierta por Vicente Cuyás, los compositores líricos y
de música religiosa, las tribulaciones del teatro del Liceo, la importancia de las obras didáctico-musicales y la
función precursora de Fargas y Soler, así como la fabricación catalana de instrumentos musicales. Véanse
Manuel JIMÉNEZ: «Barcelona musical. Reseña sobre su estado actual [Partes VI, VIII, IX, XI, XII, XIII y
XIV]», La España Musical y Literaria, año 2, n.º 6 (15-2-1855), págs. 41-44; n.º 8 (3-3-1855), págs. 57-60; n.º 9
(10-3-1855), págs. 65-67; n.º 12 (8-4-1855), págs. 89-91; n.º 13 (24-4-1855), págs. 97-100; n.º 14 (5-5-1855),
págs. 105-108; n.º 17 (2-6-1855), págs. 129-131.
102
Juan de CASTRO: «Concierto», La España Musical y Literaria, 2.ª época, n.º 2 (18-10-1854), págs.
2-3; A., «Teatro Real», ibíd., año 2, n.º 5 (8-2-1855), págs. 36-37.
103
En el prospecto a la segunda época, se anunciaba la distribución de una colección de sonatas para
teclado y de doce estudios para piano, compuestos por Nicolás de Ledesma.
402 María Belén Vargas Liñán
104
Para describir esta publicación nos hemos basado en el catálogo y estudio introductorio de la revista
que en estos momentos estamos preparando para RIPM. Así mismo, hemos consultado la investigación de M.ª
de los Ángeles PIDAL FERNÁNDEZ: «Breve reflexión sobre la Gaceta Musical de Madrid, un modelo de
crítica musical en el siglo XIX», en Miscel·lània Oriol Martorell, Xosé AVIÑOA (ED.), Barcelona: Universitat
de Barcelona, 1998, págs. 359-378.
105
En 1855 sacó un total de 48 entregas y, al año siguiente, 52.
106
A ella pertenecía un grupo numeroso de músicos de prestigio, entre los que se contaban Florencio y
Manuel Lahoz, Francisco F. de Valldemosa, Manuel Mendizábal, Antonio Aguado, Francisco de Asís Gil,
Antonio Mercé de Fondevilla, Ignacio Ovejero, Juan Gil, Martín Sánchez Allú, Indalecio Martín, Miguel
Arenas, Emilio Arrieta, Nicolás Toledo, José Guelbenzu, José María González, Emilio V. Anchorena, José Puig,
Ángel Inzenga, Pedro Albéniz, José Valero, Juan Miralles, Joaquín Gaztambide, Rafael Botella, Justo Moré,
Manuel de Moya, Pedro Herrero, Mariano Martín, Nicomedes Fraile, Francisco de Cortabitarte, Rafael
Hernando, José María de Aranguren, Mariano Pastor, Juan María Guelbenzu y Daniel Sebastián Gabaldá.
1.4. Fuentes: Prensa musical especializada 403
escritos que fueron elevados sin éxito a la Reina y al Gobierno, siendo recogidos en las
páginas de la revista 107.
107
Véanse Hilarión ESLAVA et alii: «Exposición que dirigen a S. M. varios profesores de Madrid»,
Gaceta Musical de Madrid, año 1, n.º 1 (4-2-1855), págs. 3-4; ESLAVA: «Plan que se propone para las capillas
y escuelas musicales», ibíd., año 1, n.º 3 (18-2-1855), págs. 17-19; ESLAVA y José INZENGA: «Señores
individuos de la Comisión de arreglo y administración del Teatro Real», ibíd., año 1, n.º 4 (25-2-1855), págs.
27-28.
108
Se trataba de extractos traducidos de la Biographie universelle des musiciens del musicólogo belga.
404 María Belén Vargas Liñán
111
La revista informó de esta cesión en el n.º 27 del segundo año (6-7-1856), págs. 1-2.
112
PIDAL FERNÁNDEZ: «Breve reflexión sobre la Gaceta Musical de Madrid...», pág. 362.
113
Para analizar la revista nos hemos basado en el estudio realizado por Esperanza BERROCAL: “La
Zarzuela”, 1856-1857: Introducción y Catalogación, Baltimore (Maryland): NISC, 2000.
406 María Belén Vargas Liñán
114
Francisco A. BARBIERI: «La zarzuela. Consideraciones sobre este género de espectáculos», La
Zarzuela. Periódico de Música, Teatros, Literatura Dramática y Nobles Artes, año I, n.º 1 (4-2-1856), págs. 2-3
y n.º 2 (11-2-1856), págs. 9-11. Pedro Antonio de ALARCÓN: «Folletín. Revista de teatros. De Los comuneros
en particular. De las zarzuelas en general», El Occidente, año I, n.º 267 (20-11-1855), págs. 1-2.
115
BERROCAL: “La Zarzuela”..., págs. XVI-XVII.
1.4. Fuentes: Prensa musical especializada 407
Los artículos doctrinales giraron en torno a la zarzuela, ópera italiana y ópera española,
pero también fueron objeto de atención gran variedad de temas relacionados con la historia de la
música y el teatro. Entre los temas de interés nacional, los editores mostraron especial preocupación
por el estado de la educación musical en España [...]. Se dedicaron muchos artículos en La Zarzuela
a las actividades del Conservatorio de Música de Madrid y [...] se incentivó la creación de nuevas
instituciones educativas: en concreto, el proyecto de establecer el Instituto Filarmónico y el
Gimnasio Musical. También en el orden doméstico, la revista llamaba la atención sobre la
decadencia en la práctica y tradición de la música litúrgica formal en España. En relación a los
asuntos teatrales, los temas tratados con mayor frecuencia atañen a la selección del repertorio, a la
adecuada traducción de obras extranjeras al español y a la práctica de la censura gubernamental [...].
Capítulo aparte merecen los numerosos escritos que la revista dedicó a la apertura del Teatro de la
Zarzuela en Madrid (1856) [...].
En las crónicas, la revista cubría las representaciones de óperas, obras teatrales,
vaudevilles, etc., en España y en el extranjero. Se trataba generalmente de breves comentarios sobre
los cantantes y/u obras, rara vez de estudios analíticos. También se aludía en este apartado a [...] las
reuniones semanales de música de cámara organizadas por el pianista Juan Guelbenzu en Madrid.
De las provincias españolas de ultramar, fue Cuba el mayor foco de atención [...].
Las recensiones bibliográficas dieron prioridad a las publicaciones españolas del
momento, tales como la Reseña histórica de la Escolanía de la Virgen de Montserrat (1856) de
Baltasar Saldoni y el Método teórico-práctico de canto (1856) de Juan de Castro. En lo que
concierne a las artes, de especial interés fueron las recensiones de Niceto Gante sobre la Exposición
Universal de París [de 1855] y la Exposición de Bellas Artes de Madrid [...] y los artículos de José
María Andueza sobre arquitectura. Entre los escritos literarios merece la pena citarse el estudio que
sobre escritores contemporáneos napolitanos publicó Velaz de Medrano y la novela seriada
Anatomía del corazón de Teodoro Guerrero.
En cuanto a las cuestiones de índole internacional, el contenido de La Zarzuela es similar
al de otras revistas musicales contemporáneas como evidencian los artículos publicados sobre la
música en Alemania, Francia e Italia (con énfasis en la ópera), sobre la historia y origen de los
instrumentos, y sobre compositores e intérpretes 116.
116
Ibíd., págs. XVII-XVIII.
408 María Belén Vargas Liñán
117
Para analizar la revista nos hemos basado en el estudio realizado por Esperanza BERROCAL: “La
España Artística”, 1857-1858: Introducción y Catalogación, Baltimore (Maryland): NISC, 2000.
118
La revista publicó 49 números más otros 3 sin numeración aparecidos previamente. Así mismo, la
entrega 32 no llegó a editarse por un error en la numeración ocasionada por un cambio temporal de imprenta.
119
BERROCAL: “La España Artística”..., pág. XIII.
410 María Belén Vargas Liñán
Con respecto a los artículos de fondo, la revista trata temas de interés nacional.
Especialmente los asuntos zarzuelísticos ocupan un lugar destacado, «pero al contrario que su
antecesora La Zarzuela, La España Artística reconoce que el género pasa por un momento de
120
declive y alude a la polémica sobre la creación de la ópera nacional española» . Otros
aspectos reflejados en la revista son la educación musical en España y las dificultades por las
que atraviesa (haciendo referencia a la gestión del Conservatorio de Música de Madrid), así
como la música militar. En las reseñas y artículos doctrinales se sigue la actualidad en
materia de ópera italiana y francesa, la historia de los instrumentos, las técnicas vocales, la
danza y la estética musical.
En materia teatral, la revista publica semblanzas biográficas de actores y actrices, y
artículos doctrinales en los que se aborda la administración de los teatros, además del papel
de la prensa y la censura. En la sección literaria destacan las numerosas contribuciones de
Julio Nombela sobre el estado de la literatura dramática española. A partir de junio de 1858,
tras la dimisión de Velaz de Medrano como director, se percibe un incremento en el número
de artículos dedicados a esta sección (con poesías, novelas y artículos anecdóticos y
humorísticos) en detrimento de los específicamente musicales.
En las crónicas se sigue la actualidad madrileña y barcelonesa especialmente,
aunque es notable el esfuerzo de la revista por ofrecer un panorama más amplio de la vida
musical española mediante el nombramiento de corresponsales de provincias. Sin embargo,
hay escasez de noticias musicales de las colonias americanas (excepto de La Habana). La
España Artística distribuyó tres suplementos, el primero, bajo el nombre de Álbum Musical,
consistió en dos colecciones de seis danzas de salón del compositor Mollberg; el segundo se
tituló Filosofía de la Música; y el tercer suplemento fue la Galería de retratos iniciada por La
Zarzuela en 1857.
Los principales colaboradores de la revista fueron Juan Anchorena, Antonio Arnao,
Ricardo Barnola, Enrique Cisneros, Antonio Cordero, Salvador Daniel, Hilarión Eslava,
Niceto Gante, Juan Ramón Igualada, Florencio Janer, Román Jimeno, Francisco Lozano y
Frau, Francisco Maeztu, Eduardo Velaz de Medrano, Julio Nombela, Joaquín Velázquez y
Niceto de Zamacois. También participaron de forma eventual un gran conjunto de músicos,
críticos y escritores (y otros autores no identificados que firman con seudónimos). Así
mismo, en el prospecto de la revista se anunciaba una extensa nómina de colaboradores de
prestigio, cuyas firmas no constan en las páginas de las entregas. Este hecho resulta habitual
120
Ibíd.
1.4. Fuentes: Prensa musical especializada 411
en este tipo de prensa, que podemos entender como una forma de dar apoyo a la publicación a
pesar de no participar en ella directamente. Por otra parte, la revista reprodujo en sus páginas
artículos extraídos de la prensa nacional e internacional.
Imagen 22. Cabecera de Revista Musical Española. Publicación quincenal, año 1, n.º 1 (1-11-1856)
121
La última existencia conocida corresponde al número 78, del 1 de diciembre de 1858. Sin embargo,
hay muchas entregas desaparecidas ya que las dos colecciones localizadas –la de la Hemeroteca Municipal de
Sevilla y la del Thomas J. Dodd Research Center de la Universidad de Connecticut– están bastante incompletas.
Por otro lado, nos cuestionamos si la revista realmente llegó a sacar más de 70 entregas o, por el contrario, se
dieron errores de numeración, ya que existe un desfase importante entre las entregas del 15-9-1858 (núm. 37) y
el 15-11-1858 (núm. 77).
412 María Belén Vargas Liñán
Por otra parte, merece interés el artículo que inaugura la publicación, donde se
ensalza la importancia de la música de salón para justificar la costosa labor de edición y
distribución del suplemento por parte de la revista. Wardemburg argumenta que la música de
salón es
126
R[icardo] W[ARDEMBURG]: «Revista musical Española», ibíd., año 1, n.º 1 (1-11-1856), págs. 1-
2.
127
El formato se hizo más pequeño, modificando ligeramente la disposición de la cabecera.
414 María Belén Vargas Liñán
Imagen 23. Cabecera de Revista Musical Española. Publicación semanal, año 2, n.º 34 (1-4-1858)
128
Desconocemos las fechas exactas de surgimiento y cese de la publicación. El último número
localizado es la entrega 38, del 16 de mayo de 1858.
129
Manuel JIMÉNEZ: «Necesidad de la ópera en Sevilla», Revista Musical Española, año 2, n.º 33
(20-3-1858); íd., «Cómo quiere el público la ópera», ibíd., año 2, n.º 34 (1-4-1858), pág. 2; íd., «Sociedad
Filarmónica Sevillana», ibíd., año 2, n.º 34 (1-4-1858), págs. 2-3 y año 2, n.º 38, (16-5-1858).
1.4. Fuentes: Prensa musical especializada 415
d) Década de 1860:
d.1) El fenómeno coral en la prensa catalana (Clavé versus Tolosa, o dos formas de
entender la música): Eco de Euterpe, El Metrónomo y El Orfeón Español. Epílogo en
los años 70: Eco de Barcino
Desde finales de los años 50 del XIX y primera mitad de la década siguiente aparecen
en el panorama periodístico-musical una serie de revistas orientadas al mundo de las
sociedades corales y orfeones en Cataluña. Son publicaciones interesantes por estar ligadas a
una práctica musical que arrastró gran número de seguidores. Dentro de este grupo hemos de
distinguir, por un lado, las revistas llamadas «claverianas», Eco de Euterpe y El Metrónomo,
que son exponentes del movimiento coral fundado por Clavé e instrumentos de transmisión
de su ideario estético-social; y, por otro lado, la publicación El Orfeón Español de los
hermanos Tolosa, cuya línea editorial es más amplia y rigurosa dentro del campo musical. La
trayectoria de estas revistas estará acompañada de disputas dialécticas entre sus directores,
que representan dos formas antagónicas de entender y practicar el canto coral y, en última
instancia, dos concepciones diferentes de la música.
416 María Belén Vargas Liñán
respaldada por la empresa de los Jardines Euterpe –propiedad de Clavé–, que era la verdadera
sostenedora de las revistas publicadas por éste y utilizaba sus páginas para darse publicidad.
Según Fuster i Sobrepere, la publicación «inaugura las llamadas revistas claverianas, dura
muchos años y sirve de modelo a muchas revistas tanto de Barcelona como de toda Cataluña,
que incluso le copian el nombre, lo que hace pensar en el prestigio que debía tener» 133.
Eco de Euterpe combinaba dos objetivos: por un lado, dar difusión a los conciertos
corales de la sociedad de Clavé, cuyos programas aparecían en la primera página, y por otro,
amenizar e instruir a las clases trabajadoras que acudían a estos conciertos con escritos
musicales y sociales. En la primera entrega aparecen sintetizados los contenidos de la
publicación:
133
Claudi FUSTER I SOBREPERE: Catàleg de la premsa musical barcelonina des dels seus orígens
fins al final de la Guerra Civil (1817-1939), Barcelona, Arxiu Municipal, 2002, pág. 56; íd., «Les revistes
musicals barcelonines, 1817-1868», Barcelona: Quaderns d’Història, n.º 12 (2005), págs. 128-129.
134
J. A. CLAVÉ: «La dirección de los jardines de Euterpe, a sus constantes favorecedores», Eco de
Euterpe, año I, n.º 1 (15-5-1859), pág. 2.
418 María Belén Vargas Liñán
trata más de una hoja propagandística y de educación popular que de una publicación
especializada en música.
En cuanto a la disposición del contenido de la revista no existe una estructuración en
secciones fijas, a excepción de la ubicación de los programas de conciertos en la primera
página y los anuncios de la empresa de los Jardines Euterpe en la última. Con respecto a las
firmas que aparecen en ella, colaboró una extensa nómina de autores con escritos de creación
literaria (poesías y relatos). La mayoría de los contenidos de instrucción musical son
anónimos y obtenidos de enciclopedias o bien originales de Clavé. Éste era también el autor
de los textos transcritos en la revista de las canciones que la sociedad coral euterpense
entonaba en sus recitales.
tanto del socialismo como del nacionalismo» 136. Josep Anselm Clavé fue el fundador, editor,
director y propietario de la revista. Durante las ausencias profesionales de Clavé, la dirección
de la revista era asumida por José Bach y Serra. La financiación del semanario era similar a la
del Eco de Euterpe, ya que de ella se hacía cargo la empresa Clavé de los Jardines de Euterpe
–que anunciaba sus conciertos y la forma de adquirir abonos en sus páginas–, además de
costearse probablemente con la suscripción de las sociedades corales euterpenses.
Después de analizar su propósito y contenido, consideramos El Metrónomo una
revista musical por ser este tema el centro de interés principal y, especialmente, todo lo
relacionado con el movimiento coral generado por Clavé dentro y fuera de Cataluña. Presenta
un doble carácter, por un lado informativo (pues incluye noticias de inauguraciones y actos
de las entidades euterpenses en toda España), y por otro lado, un componente educativo-
intelectual (pues desarrolla el ideario de las sociedades corales transmitido a sus miembros
por el fundador). El discurso de la revista no es tan didáctico como el desplegado por su
contemporánea Eco de Euterpe (que hacía uso de recursos de la literatura popular), aunque
no faltan en sus páginas el ingrediente recreativo e instructivo, presente a través de relatos,
poesías con las letras de las composiciones coreadas de Clavé, máximas y pensamientos.
Cada número de El Metrónomo se inicia con la sección «Efemérides musicales», que
137
incluye los acontecimientos de los días del calendario correspondientes a cada entrega . En
segundo lugar, aparece un artículo de fondo relacionado con el movimiento de las sociedades
138
claverianas . Posteriormente, se da cuenta de los actos e inauguraciones de corales
euterpenses en numerosos puntos de Cataluña, a través de avisos, crónicas, cartas enviadas a
Clavé y extractos de otras publicaciones periódicas que editan poesías dedicadas al fundador
del movimiento. Después, se reserva un espacio a la creación literaria, donde se incluyen
poesías de las composiciones coreadas de Clavé (dentro de la colección «Flores de estío»),
así como narraciones y relatos. A veces, éstos últimos son sustituidos por estudios musicales
de tipo instructivo. La última o penúltima página de la revista corresponde a la «Crónica
musical», con noticias breves y curiosidades del mundo teatral europeo y nacional (de
136
FUSTER I SOBREPERE: Catàleg de la premsa musical barcelonina..., pág. 66; íd., «Les revistes
musicals barcelonines...», pág. 132.
137
Esta sección está inspirada y toma información del Calendario Musical realizado por Mariano
Soriano Fuertes para 1859 y 1860.
138
Como artículos de fondo se publicaron ensayos sobre las sociedades corales en España y los
progresos de las sociedades inspiradas en la línea de Clavé, estudios sobre el sonido, la voz y la laringe, reseñas
de la primera actuación de los coros euterpenses en Madrid, así como biografías de músicos célebres españoles.
420 María Belén Vargas Liñán
139
Suele tratarse de productos dirigidos a las sociedades corales, como estandartes, ediciones de las
poesías de Clavé, abonos para asistir a los conciertos de los Campos Elíseos, instrumentos musicales, etcétera.
140
José Anselmo CLAVÉ: El Metrónomo, año I, n.º 1 (11-1-1863), pág. 2.
141
TOLOSA y José Anselmo CLAVÉ: El Metrónomo, año I, n.º 11 (22-3-1863), págs. 1-6; CLAVÉ,
ibíd., n.º 13 (5-4-1863), págs. 1-2.
142
«Sin comentarios», El Metrónomo, año I, n.º 15 (19-4-1863), págs. 1-2.
143
La génesis del movimiento coral en España es tratada por Jacinto Torres en un artículo donde se
describen las dos concepciones antagónicas de aquel fenómeno socio-musical (los orfeones de Juan Tolosa y las
corales euterpenses de Clavé). Véase Jacinto TORRES MULAS: «El origen de los orfeones y sociedades
corales en España», Cuadernos de Música, año I (1982), págs. 79-91.
1.4. Fuentes: Prensa musical especializada 421
144
Durante el verano de 1864, la revista redujo sus apariciones a un número mensual (salía el primer
domingo de mes) debido a los compromisos de los redactores en la organización de los conciertos dados en el
Prado Catalán.
422 María Belén Vargas Liñán
tales como informar sobre la actualidad de diverso ámbito (local, nacional e internacional),
instruir con artículos de tipo «enciclopédico» o doctrinal, generar opinión con editoriales y
ensayos, y reflexionar sobre la situación musical del momento (en diversos ámbitos como la
educación, la profesión y situación social del músico, la música militar, los mecenas, el
carácter nacional de la música española y la escasa protección del Gobierno). Así mismo,
mantuvo el objetivo que le dio origen, abordando el canto orfeonístico y la vida de las
sociedades corales españolas en un momento de crisis y regeneración de la música en el país,
con especial atención a la actividad del Orfeón Barcelonés. Además, intentó dar a conocer en
España el movimiento de orfeones tan extendido en otros países europeos y, en particular, la
escuela de Guillaume Boquillon-Wilhelm (fundador del orfeón parisién). A lo largo de las
entregas del segundo año, observamos un desplazamiento en el centro de interés de la revista.
De tal modo, la actividad orfeonística abandonó las secciones reservadas a la opinión y sólo
apareció en la sección «Crónica local», siendo ocupados los artículos de fondo por otros
temas relacionados con la situación de la música en España u otras cuestiones de interés
general.
Los apartados de El Orfeón Español son bastante estables, sintetizándose en los
145
siguientes: artículos de fondo , sección recreativa (de relatos y poesías), estudios
146 147
biográficos y anécdotas, artículos sueltos, revista de orfeones , revista de teatros,
crónica (de diverso tipo y enunciado, como «local», «de la semana», «extranjera», «de
Madrid», «Gacetilla de Barcelona», «Correspondencia»), y sección de anuncios.
Tras un análisis de los contenidos, podemos afirmar que la revista se mostró
sensibilizada con la situación del músico en España –su objetivo fue «publicar un periódico
de música para los músicos»–, por eso ofreció frecuentes artículos de fondo sobre la música
en el ejército, la sociedad de socorros mutuos de artistas-músicos, los profesores de orquesta
145
Además de ensayos sobre la música religiosa, los orfeones, la educación musical y la música en el
ejército, la revista publicó interesantes artículos doctrinales sobre la melodía, la lectura musical, los
instrumentos de viento-metal y las bibliotecas musicales, entre otros temas.
146
Se dedicaron a compositores como Rossini, Haydn, Lully, Rameau, Boieldieu, Verdi, Bach,
Schumann, Mozart, Bellini, Moreau, Auber, Hipólito Mompou, Berlioz, Meyerbeer, Beethoven, Cristóbal de
Morales, Juliana Morell y Sobejano; y a las cantantes Christiani y Mme. Eichthal.
147
Esta sección sólo aparece en los primeros números y en ella se da cuenta de las actividades de los
orfeones catalanes (de Barcelona, Lérida, Gerona y Tarrasa, entre otros), y los de Valencia y Cuba, dedicando
especial atención al Orfeón Barcelonés que dirigen los hermanos Tolosa (posteriormente se integrará en la
«Crónica local»). Hemos de reparar en el hecho de que no se mencionan noticias relativas a las agrupaciones de
Clavé pues éstas no son consideradas orfeones sino sociedades corales.
1.4. Fuentes: Prensa musical especializada 423
y el estado social de los músicos españoles, invitando a los profesionales a participar en sus
páginas con el objeto de servir de plataforma de comunicación y coordinación entre ellos, y
dando cauce de expresión a sus necesidades y aspiraciones.
Así mismo, desde la publicación se vertieron opiniones contrarias a los
procedimientos musicales de las sociedades euterpenses, lo que conduciría a diversas
148
polémicas con el director de la revista El Metrónomo, Josep Anselm Clavé . Además de
disputarse la paternidad de las sociedades corales españolas 149, el choque dialéctico entre los
hermanos Tolosa y Clavé residió en una diferencia de planteamiento de la educación musical
en cada una de sus agrupaciones: para los primeros, «sin el estudio de la música es imposible
encontrar [en el canto coral] otra cosa que un mero pasatiempo», mientras que para el
fundador de las corales euterpenses, la formación técnica no era esencial pues, en última
instancia, la música era un mero instrumento de civilización y cultura de las masas obreras.
Pero las controversias domésticas con la competencia de los coros claverianos no
distrajeron a El Orfeón Español de otras cuestiones de relevancia nacional, como el tema de
la ópera española (tratada a raíz de las primeras representaciones de zarzuela en Barcelona).
En este sentido, los hermanos Tolosa se cuestionaron cuál era el camino que conducía a la
ópera nacional ya que el panorama compositivo se había reducido de tal modo que los autores
habían adoptado únicamente por dos géneros (la ópera italiana y la zarzuela), y ninguno de
ellos conducía al género lírico español. Así mismo abordaron las medidas posibles de
150
protección del Gobierno a los artistas . También son interesantes los escritos sobre
educación musical, en los que se describe la actividad de la escuela gratuita de solfeo y canto
elemental que los hermanos Tolosa fundaron en 1853, así como otros dedicados a la
151
enseñanza musical en la instrucción primaria . Por otra parte, se reflexionó en la revista
148
El artículo que alimentó mayor enfrentamiento periodístico con Clavé –y que acabó ante la justicia–
fue el titulado «Tú lo quisiste, tú te lo ten...». Véase El Orfeón Español, año I, n.º 25 (15-3-1863), n.º 27 (29-3-
1863), n.º 28 (5-4-1863) y n.º 30 (19-4-1863).
149
Por esta razón, el subtítulo de El Orfeón Español se amplió a partir del número 27, añadiendo el
texto «Directores los señores Tolosa hermanos, introductores del canto orfeónico y fundadores de la primera
sociedad coral en España», en una alusión explícita a esta disputada primacía con Clavé.
150
TOLOSA: «De la música española», El Orfeón Español, año I, n.º 45 (2-8-1863), págs. 1-2; íd.,
«Todavía algunas palabras sobre música nacional», ibíd., n.º 50 (6-9-1863), págs. 1-2.
151
En este sentido, destaca un artículo recogido en la revista leridana Eco de Instrucción Primaria:
«De los maestros de instrucción primaria», El Orfeón Español, año I, n.º 40 (28-6-1863), págs. 1-2; ibíd., n.º 41
(5-7-1863), págs. 1-2.
424 María Belén Vargas Liñán
sobre el absoluto desconocimiento de la música clásica por parte del gran público y el mérito
de iniciativas como la recién creada Sociedad de Cuartetos de Madrid 152.
Además de los hermanos Tolosa, los redactores y principales colaboradores de la
revista fueron Vicente Cuenca Lucherini (corresponsal en Madrid), J. T. Vilar, Miguel
González (responsable de todos los escritos no firmados), Hilarión Eslava y Salvador Posada.
152
TOLOSA: «De la música clásica», El Orfeón Español, año II, n.º 17 (17-1-1864), págs. 1-2.
153
Para ampliar información sobre la publicación y la trayectoria de Ramón Bartomeus al frente de la
Sociedad Coral Barcino, véanse TORRES: «El origen de los orfeones...», págs. 82-83; María Teresa
GARRIGA: «Ramón Bartomeus (1832-1918): perfil humà i musical», Revista Catalana de Musicologia
[Societat Catalana de Musicologia], núm. III (2005), págs. 85-92.
1.4. Fuentes: Prensa musical especializada 425
Imagen 27. Cabecera de La Gaceta Musical Barcelonesa, año 3, n.º 106 (4-10-1863)
Los artículos que Soriano Fuertes escribió para La Gaceta Musical Barcelonesa están
concebidos desde una perspectiva musicológica superior al nivel de la crítica musical contemporánea
154
Para analizar la revista nos hemos basado en el estudio realizado por Esperanza BERROCAL:
“Gaceta Musical Barcelonesa”, 1861-1865: Introducción y Catalogación, Baltimore (Maryland): NISC, 2003.
155
La revista cesaba su publicación en el periodo estival, en concreto, durante agosto (en 1861), de
junio a septiembre (en 1862, 1863 y 1864), y de junio a octubre (en 1865).
156
La revista publicó hasta el n.º 178, sin embargo habían aparecido dos entregas diferentes bajo el n.º
175.
426 María Belén Vargas Liñán
española, situando a la revista entre las más interesantes publicaciones de su género publicadas en
España en el periodo central del siglo diecinueve.
[...] Bajo fuerte influencia de la cultura francesa, la revista intentaba en última instancia
resistir a la dominación de la música italiana y fomentar la música española, en particular la de
Cataluña 157.
157
Ibíd., pág. XV-XVI.
158
Ibíd.
1.4. Fuentes: Prensa musical especializada 427
ocuparon un lugar preferente en la revista y la opinión de la misma sobre éstos parece ser
muy influyente en la vida musical del teatro.
De las noticias madrileñas, la revista prestó especial atención a la inauguración de la
Sociedad de Cuartetos de Monasterio en 1863, así como participó en polémicas discusiones
sobre temas musicales de la capital (como el controvertido sistema de notación musical
propuesto por el teórico José Gil y Navarro, al que se opusieron un grupo de profesores del
Conservatorio de Madrid).
Con respecto a la zarzuela –a propósito de las representaciones en la ciudad Condal–,
La Gaceta Musical Barcelonesa defendió el género en los primeros números para más tarde
criticar la escasa calidad de los libretos y denunciar el carácter lucrativo del espectáculo,
acusándolo de ser el causante del gusto vulgar del público y de la falta de repertorio catalán.
A pesar de que la revista se opuso al predominio de la ópera italiana, Verdi ocupó un lugar
importante en sus páginas (a veces era criticado por su manera de componer, otras veces
defendido por su posición en la escena musical contemporánea). La revista también enjuició
al Gobierno español en temas musicales.
Hay que destacar el interés de la publicación por la música francesa, insertando
amplios artículos sobre el estreno del Fausto de Gounod en el teatro del Liceo en 1864 y
otras noticias relacionadas con compositores franceses. Otros artículos a destacar son los
dedicados a la correspondencia de Beethoven y a la visita de Verdi a España, así como otros
tantos sobre la música en otros países de Europa, África y Asia. La serie de artículos más
larga versó sobre la influencia de la música en los seres animados, pero otras series más
importantes fueron las dedicadas a la educación musical de los ciegos, la historia de la ópera
cómica, y las vidas y trayectorias de compositores y artistas del siglo XV. A partir del
número 14, la revista publicó esporádicamente una sección literaria que incluyó artículos,
poesías y relatos cortos. No aparecieron frecuentes escritos sobre bellas artes y
ocasionalmente se insertaron recensiones bibliográficas (salvo la reseña sobre el Diccionario
biográfico-bibliográfico de efemérides de músicos españoles de Baltasar Saldoni).
El semanario publicó con frecuencia suplementos de texto donde se completaba la
información de las entregas dedicados a diversos asuntos, como los relativos a las polémicas
por la gestión del teatro del Liceo y la organización de las honras fúnebres del compositor
Mateo Ferrer. Así mismo distribuyó el suplemento Álbum Musical, con ocho páginas de
música para canto y piano o piano solo al mes (basadas en melodías operísticas). Los
suscriptores también podían comprar otros dos suplementos: Álbum para los jóvenes artistas
(quincenal) y el Carnaval del Liceo (semanal).
428 María Belén Vargas Liñán
159
La Biblioteca de Catalunya conserva la colección completa de la revista hasta el 24 de febrero de
1877, con un total de 551 entregas. Desconocemos si en esta fecha desaparece la publicación o continúa hasta
1878 ya que, según testimonio de Andrés Vidal Llimona –hijo del editor Andrés Vidal y Roger–, su existencia
se prolongó durante trece años. Véase Andrés VIDAL LLIMONA, «Diccionario Biográfico-bibliográfico de
efemérides de músicos españoles escrito por Baltasar Saldoni. Tomo II», Crónica de la Música, año III, n.º 117
(16-12-1880), pág. 1.
1.4. Fuentes: Prensa musical especializada 429
160
del propio Andrés Vidal en Barcelona, que aprovechaba sus páginas para anunciarse . Esta
publicación recoge el testigo que deja La Gaceta Musical Barcelonesa –desaparecida hacía
menos de un mes– como el referente más serio y estable de la prensa musical en Cataluña
durante los últimos años del reinado isabelino hasta el inicio de la Restauración.
Los contenidos de la publicación se distribuyen de la manera habitual en la prensa
musical, sin embargo los títulos de las secciones cambian con frecuencia a lo largo de las
161
entregas, lo que le da un aspecto heterogéneo y desordenado a la revista . Al artículo de
fondo de la primera página le sigue la crónica informativa de la capital barcelonesa, que
puede aparecer a través de diversos enunciados, como «Revista musical de la semana»,
«Barcelona», «Noticias locales» o «Actualidades» (a veces se incluyen artículos sueltos sin
título). Las reseñas de funciones de los teatros locales se incluyen bajo el encabezado
«Barcelona», «Gran Teatro del Liceo» –en el caso de representaciones en este coliseo–,
«Revista de espectáculos» o «Espectáculos». Las noticias musicales de la Corte o de otros
puntos de la geografía española suelen publicarse en el apartado «Correspondencia particular
de La España Musical», «Noticias» o «Actualidades»; así mismo, las novedades de ámbito
internacional están presentes en los apartados «Noticias», «Extranjero», «Correo de Italia» y
«Correo de Francia» (cuando se refiere a informaciones de estos países). La sección
«Variedades» albergó semblanzas biográficas y algunos relatos musicales; y el «Folletín» –
situado en la parte inferior de las dos últimas páginas– se reservó al diccionario biográfico de
músicos elaborado por Fargas y Soler (basándose en los estudios de Fétis). Finalmente,
aparece la «Sección de anuncios» 162, que ocupa la cuarta y última plana.
Observamos que La España Musical plantea dos centros de interés principales, uno
relacionado con la situación de la música española en sus diversos frentes, y otro
protagonizado por los asuntos musicales del ámbito barcelonés.
Con respecto al primero, se analiza el estado de decadencia musical del país y sus
consecuencias en los músicos profesionales, incapaces de sobrevivir de su oficio como en
160
El establecimiento de Vidal y Roger era representante único en España de diversas casas editoriales
alemanas, comercializaba en comisión y exportaba instrumentos musicales, así mismo realizaba labores de
edición musical y fabricaba instrumentos.
161
Para describir esta publicación nos hemos basado en el análisis de los 101 primeros números,
correspondientes a 1866 y 1867.
162
Se publicitan los establecimientos musicales de la ciudad (los de Andrés Vidal, Bernareggi y Martín
Plana, así como la agencia teatral de Andrés Parera) y se anuncian tratados de autores catalanes (como un
almanaque musical de Obiols y el método de flauta de Parera, entre otros).
430 María Belén Vargas Liñán
décadas anteriores (debido a la falta de una adecuada instrucción que posibilite la existencia
163
de buenos intérpretes) . Así mismo se critica a los autores de zarzuelas –entre ellos,
Barbieri– por no educar al público y ofrecerle, a cambio, obras efectistas y de baja calidad.
Desde la revista se proponen soluciones a tal situación, que no pasan ya por pedir protección
al Gobierno ni apoyo a establecimientos que sólo consideran la música un entretenimiento
social. Por el contrario, estas propuestas se basan en el asociacionismo musical y en la
creación de una red de conservatorios en varias ciudades españolas coordinados desde
Barcelona –pensamiento que revela una consideración de Cataluña como el motor cultural y
artístico de España– 164. Así mismo, se reivindica lo español a propósito de unas críticas a los
programadores de los bailes de máscaras del Liceo por elegir danzas de origen francés, y a
través de protestas por el nombramiento de un maestro italiano como director de la temporada
165
de ópera del Liceo . Sobre la música religiosa, se pone en tela de juicio el modo de
adquisición de las plazas de las capillas musicales tras la desaparición del procedimiento por
oposición. Así mismo, se reflexiona sobre la necesidad de un cambio en el estilo de la música
166
del templo que se encamine hacia una estética más espiritualista . También se dedican
abundantes escritos a la música militar, defendiendo la idea de que no sólo es útil para
acompañar el batallón del ejército sino que su intervención es necesaria en muchos momentos
de la vida civil (para solemnizar actos oficiales) y por su fuerte influjo en el sentimiento
popular de cohesión nacional 167.
El otro campo de atención prioritaria de La España Musical es la actividad musical en
Barcelona. Esta faceta se lleva a cabo a través de reseñas de acontecimientos filarmónicos,
como la actividad de los coros de Clavé y del Orfeón Barcelonés, recitales de artistas
163
La revista hace alusión a numerosos maestros catalanes de una generación anterior, como Andreví,
Ferrer, Barba, Vilanova, Passarell, Gil, Sala, Obiols, Jurch, Aguiló, Pañó y Lines; que no han sido reemplazados
por una juventud con talento ni formación.
164
Andrés PARERA: «El arte musical y los artistas músicos en España», La España Musical, año 1, n.º
1 (4-1-1866), pág. 2; n.º 5 (1-2-1866), pág. 2; n.º 6 (8-2-1866), págs. 1-2.
165
PARERA: «Los programas de los bailes del Liceo o la Francomanía», La España Musical, año 1,
n.º 3 (18-1-1866), págs. 1-2; E[duardo] de C[ANALS]: «¡Pobre arte! Estado actual de los maestros catalanes»,
ibíd., año 1, n.º 12 (22-3-1866), págs. 1-2.
166
J. BISCARRI: «Ensayos de crítica musical», La España Musical, año 1, n.º 1 (4-1-1866), págs. 2-3;
n.º 2 (11-1-1866), pág. 2; n.º 4 (25-1-1866), pág. 2; T.: «Misa de la Merced», ibíd., año 1, n.º 37 (27-9-1866),
pág. 1.
167
S. C.: «Músicas militares», La España Musical, año 1, n.º 48 (13-12-1866), págs. 1-2; Adolfo SAX:
«Necesidad de las militares», ibíd., n.º 51 (10-1-1867), págs. 1-2.
1.4. Fuentes: Prensa musical especializada 431
catalanes como el pianista Miralles, ejecuciones de música religiosa como la misa de Calvo y
Puig interpretada en la iglesia de la Merced, conciertos en sociedades culturales, entre ellas el
Centro Artístico y el Ateneo Catalán, además de las funciones en los teatros del Liceo,
Principal y Romea. Así mismo, la fabricación local de instrumentos está presente en las
páginas del semanario, de forma especial a través del establecimiento de Bernareggi y el de
su sucesor, Andrés Vidal.
Además del interés por lo local, hay un tratamiento especial hacia la música francesa
y las noticias provenientes del país vecino. De este modo, se insertan en la revista extractos
de la publicación L’Art Musical sobre la Exposición Universal de París de 1867 y un ensayo
de Castro y Serrano sobre la inauguración del nuevo teatro de la ópera de París.
La revista distribuye una pieza musical gratis al trimestre «entre las obras modernas
de más fama». El hecho de que se repartan pocas obras musicales –en comparación con los
suplementos de otras revistas especializadas– puede deberse a los intereses del editor Andrés
Vidal de vender las de su establecimiento, cuyo catálogo de obras es anunciado en la revista.
En relación a los autores de la revista, la mayoría de los artículos son anónimos o
aparecen firmados con iniciales, probablemente serían escritos por Ramón Tresserra i
Thomson (redactor de la revista según Saldoni). También Andrés Parera colaboró en los
primeros números, ya que desde el número 24 abandonó la publicación para empezar su
propia empresa periodística –La Iberia Artística–. También colabora Jaume Biscarri i
Bossom de Saga, encargándose de la sección «Ensayos de crítica musical», así como un
joven Felipe Pedrell, que escribe para la revista sus primeros ensayos sobre estética musical.
Otras firmas son las de Eduardo de Canals, Eusebio Font y Moreso, F. O. Rivas, Francisco
Luis Obiols y Valera Silvari. Según el prospecto, la revista anuncia que tiene corresponsales
en Madrid, París, Milán y Londres, así como en las capitales de provincia.
d.3) Proyectos sólidos en tiempos convulsos (albores de la revolución del 68): Gaceta
Musical de Madrid, La Escena, El Artista, Revista de Bellas Artes, y Revista y Gaceta
Musical
En los últimos años del reinado isabelino surge una serie de revistas musicales de gran
solidez y seriedad, no tanto por su perdurabilidad en el tiempo sino por la estabilidad de su
concepción periodística, basada en la coherencia de planteamiento, estructura y aspecto
formal. En ellas participaron una generación consolidada de críticos musicales, entre los que
432 María Belén Vargas Liñán
mencionamos a Óscar Camps y Soler, Vicente Cuenca Luccherini, José Parada y Barreto,
Antonio Fargas y Soler, y Mariano Soriano Fuertes. El crecimiento de actividades e
iniciativas musicales en estos momentos en España contribuye a llenar de contenido las
páginas de las revistas especializadas, en las que podemos leer abundantes reseñas de las
representaciones en el teatro Real y otros coliseos de la capital, y de recitales en las recién
creadas Sociedad de Cuartetos y Sociedad de Conciertos. Así mismo, en sus páginas se va
reflejando la introducción de la música instrumental entre los aficionados, la actividad de la
Sociedad Artístico-Musical de Socorros Mutuos y del Conservatorio de Música, la evolución
del estilo musical y su recepción por parte del público, y las diversas iniciativas para
incentivar el desarrollo de la ópera española en unos años en que comienza a declinar la
zarzuela restaurada. Por otro lado, hemos de destacar el esfuerzo de estas publicaciones por
procurarse una importante red de corresponsales, tanto nacionales como internacionales, para
ofrecer las últimas novedades musicales en diversos ámbitos. Por último, hemos de señalar
que estas revistas mantuvieron el objetivo de instruir al lector a través de publicaciones de
autores nacionales y de traducciones de obras extranjeras.
168
La revista finalizó su primera etapa porque su director tuvo que ausentarse de Madrid. Véase La
REDACCIÓN DE LA GACETA MUSICAL DE MADRID, «Advertencia. A los señores suscritores de la Gaceta
Musical de Madrid», El Artista, año I, n.º 11 (22-8-1866), pág. 1.
1.4. Fuentes: Prensa musical especializada 433
Si por lo general la crítica musical [...] no se ejerce con un acertado, sereno e imparcial
criterio, hay que achacarlo a la circunstancia de que los escritores suelen no saber música, y los
músicos suelen no saber escribir. [...] Salvo alguna ligerísima excepción, los periódicos musicales han
alcanzado en Madrid una efímera y fugaz existencia, porque las empresas que las sostenían estaban
formadas por artistas, y porque los redactores eran artistas también 169.
Cada número de la revista se inicia con un artículo editorial, mostrando una clara
preferencia por la ópera italiana –más que por la zarzuela–, y concediendo especial atención
al estado de la música española en lo referente al género sagrado, la actividad de las
sociedades corales, la enseñanza musical y la trayectoria del Conservatorio de Música de
Madrid. A partir de 1866 la Gaceta diversifica sus intereses temáticos, ampliándolos a la
música instrumental con ocasión de reseñar las audiciones de la Sociedad de Cuartetos y la de
Conciertos.
La crítica de ópera italiana del teatro Real es realizada por Mario Halka (seudónimo
de la cantante y pedagoga Rosario Zapater de Otal), en las que hace gala de un gran nivel
intelectual. Estas críticas y reseñas, ubicadas normalmente en la primera plana, irán siendo
169
«Prospecto», Gaceta Musical de Madrid (1865), pág. 1.
434 María Belén Vargas Liñán
relevadas a una sección posterior de la revista, titulada «Teatro Real». Junto a la crítica teatral
y musical, el semanario publicó ensayos sobre la situación musical del momento, dedicando
especial atención a la música sagrada. En este sentido, denunció el estado deplorable de la
música religiosa en el país y propuso crear bibliotecas musicales para evitar la destrucción de
170
ese rico patrimonio y aumentar el personal de las capillas musicales . También se interesó
por el estado real del progreso musical en provincias, recabando información a través de sus
corresponsales sobre la existencia de promotores (sociedades, escuelas de música y bandas)
171
que impulsaran la práctica y la instrucción musical en cada una de ellas . Sobre la
enseñanza de la música y la marcha del Conservatorio de Música de Madrid publicó otros
tantos escritos, entre los que merece la pena citar la serie firmada por Mariano Soriano
Fuertes que dio pie a una larga polémica con Rafael Hernando, plasmada en las páginas de la
revista 172.
Desde el número 5, se incluyó en la parte inferior de las primeras páginas un
folletín denominado con el nombre originario de esta sección, «Feuilleton». En él se realizan
comentarios abreviados de funciones en el teatro Real y otros coliseos importantes españoles
redactados en francés e italiano («Nouvelles de L’Espagne» o «Notizie di Spagna»). Las
reseñas en francés son firmadas por Paul, o bien, Lionel, y las escritas en italiano por
Gennaro y –en otras ocasiones– por Fiorello. En la última parte de cada número aparecen
otros contenidos: el apartado «Noticias» con sucesos musicales ocurridos en distintos lugares;
y la sección «Correspondencia», con las crónicas musicales de los corresponsales nacionales
e internacionales, que pasará a diversificarse en «Crónica extranjera», «Crónica de Ultramar»
y «Crónica de provincias», según su ámbito geográfico. Así mismo, Gaceta Musical de
Madrid incorporó biografías de músicos en el bloque «Variedades» o como artículos fuera de
sección. Finalmente los «Anuncios», que sirven para dar difusión a productos y
establecimientos del gremio, publicitaban la fábrica de instrumentos de cobre y madera de
170
X.: «Lo que es y lo que debería ser la música religiosa en España», Gaceta Musical de Madrid, año
1, n.º 1 (5-10-1865), pág. 2; O[RTEGA]: «El arte músico religioso en las iglesias parroquiales de España», ibíd.,
n.º 9 (30-11-1865), págs. 35-36; Mariano SORIANO FUERTES: «Jueves Santo», ibíd., n.º 26 (29-3-1866),
págs. 103-104; Antonio CORDERO FERNÁNDEZ: «Reforma de la música religiosa y de sus medios de
ejecución», ibíd., n.º 39 (8-7-1866), págs. 156-157; n.º 40 (15-7-1866), págs. 160-161; n.º 41 (22-7-1866), págs.
163-164.
171
O[RTEGA]: «Estado de la música en varias provincias de España», Gaceta Musical de Madrid, año
1, n.º 2 (12-10-1865), págs. 6-7.
172
Esta polémica se extendió a lo largo de numerosas entregas.
1.4. Fuentes: Prensa musical especializada 435
Adolfo Sax en París, la casa editorial milanesa Ricordi y el almacén de música de Antonio
Romero en Madrid, entre otros.
Los contenidos de la segunda época de la revista (1877-1878) son mayoritariamente
de carácter informativo y crítico frente a los de opinión, manteniendo los artículos dedicados
al teatro Real al inicio de cada entrega (relativos a reseñas de funciones, información de
abonos, polémicas con el empresario, contratación de compañías, etcétera). La publicidad
suele ocupar la última página completa –incluso a veces parte de la penúltima–, lo que nos da
idea del gran peso que tienen los anuncios en la financiación de la revista en esta segunda
época. Una sección nueva se titula «Proposiciones a artistas», que está dedicada a informar
sobre nuevas contrataciones de cantantes, intérpretes y actores.
Desde febrero de 1866, Gaceta Musical de Madrid ofreció mensualmente y por un
precio adicional el suplemento Biblioteca Musical gracias a un acuerdo con el calcógrafo
173
Faustino Echevarría . Esta colección comenzó a repartirse tras reformas realizadas en la
revista y haciendo caso de las indicaciones de varios suscriptores («[...] lo conveniente que
sería que nuestro semanario regalase piezas de música, prefiriendo la de maestros de nota
españoles a la de los extranjeros, y siempre a la publicada, la inédita»). La colección fue
continuada por El Artista, tras absorber a la primera. Así mismo, la Gaceta daba la
posibilidad a los compositores de publicar en la revista, enviando sus obras para que fueran
sometidas a una revisión artística y decidir la idoneidad de su edición. También se propuso
rifar entre los suscriptores de todo el año 1866 un instrumento de valor (un piano Pleyel o
Erard, un armonium, un arpa o los instrumentos de cuerda, madera o viento elegidos), si bien
el sorteo no se llevaría a cabo ya que la revista desapareció a los pocos meses.
Los principales redactores y colaboradores de la Gaceta Musical de Madrid fueron
Óscar Camps y Soler (corresponsal en Toro, Zamora), Emilio Arrieta (encargado de la crítica
de la Sociedad de Conciertos), Mariano Soriano Fuertes (corresponsal en París tras la
desaparición de la Gaceta Musical Barcelonesa) y Manuel G. Llana. Así mismo, firman con
seudónimos e iniciales Rosario Zapater de Otal y José Ortega, además de otros autores no
identificados («Assur», «X.», «X. X.», «N.», «M. H.», «Un Anticuario»).
173
El suplemento distribuía ocho páginas de música a elegir entre cuatro secciones (música religiosa,
música para piano, para piano y canto, y para banda militar y orquesta), siendo repartida cada sección en una
entrega del mes. Véase «Gaceta Musical de Madrid. Segundo año de la publicación. Segundo prospecto»,
Gaceta Musical de Madrid, año 2, n.º 16 (18-1-1866), pág. 1.
436 María Belén Vargas Liñán
174
A lo largo de las dos temporadas en que se publicó, cambió varias veces el subtítulo. Así, desde la
segunda época (en octubre de 1866) aparece como Revista Semanal de Teatros y, unos números después, adopta
el de Revista Semanal de Música y Teatros.
175
«A nuestros lectores», La Escena, año 1, n.º 1 (7-6-1866), págs. 1-2.
1.4. Fuentes: Prensa musical especializada 437
de Anaya, que informaba sobre las principales funciones en otros coliseos madrileños (como
los del Príncipe, Zarzuela, Variedades, Bufos madrileños y Circo, con representaciones de
teatro declamado y zarzuela).
Tras estas primeras secciones, se insertaba la «Crónica» que rápidamente sería
reemplazada por los enunciados «Crónica extranjera» y «Crónica nacional». En la primera, la
información filarmónica era cubierta por «ilustrados y verdaderos corresponsales en varias
cortes de Europa, entre otras, París, Londres, Lisboa, San Petersburgo, Moscou, Berlín,
Florencia, Viena, Milán, etc., etc.» con los que contaba la revista. En la segunda, se incluían
noticias teatrales y musicales de Madrid y provincias, y a veces se editaban escritos
anecdóticos o curiosidades. Así mismo, el bloque «Variedades» incorporaba semblanzas de
compositores, cantantes e instrumentistas; sin embargo cuando se creó la sección
«Biografías», aquella se reservaría a otros asuntos de tipo instructivo, entre ellos, la historia
de los géneros musicales, la música en otros países o la fabricación de instrumentos. Además
de los anteriores, a veces aparecía el apartado «Correspondencia» donde se publicaban
remitidos de suscriptores o crónicas musicales provenientes de otras ciudades españolas. La
sección «Anécdotas» surgió en la segunda época e incluyó episodios musicales de este tipo.
Por último, desde 1867 estuvieron presentes los «Anuncios» al final de cada entrega, donde
se hacía difusión de la agencia teatral recién creada por Narciso Martínez.
Además de los contenidos insertos en secciones, La Escena publicó otros escritos
sueltos sobre música vocal, como los argumentos de algunas óperas que previamente
analizaba en reseñas, artículos históricos dedicados al canto en Italia (por Scudo), listados de
funciones y programas de conciertos del teatro Real, relación de las compañías de los teatros
más importantes de España y Europa, así como el epígrafe «Artistas de canto disponibles».
Sin embargo, no llegó a realizar reflexiones sobre la situación de la música y la ópera
españolas. Se abstuvo de repartir suplemento de partituras, aunque en la segunda temporada
distribuyó retratos de artistas en cada trimestre. La nómina de colaboradores apareció en
algunas entregas de la segunda época e incluía nombres prestigiosos de las letras y la música,
entre los que cabe mencionar los de Juan Alonso y Eguílaz, Augusto Anguita, Ángel Avilés,
Francisco Asenjo Barbieri, Eusebio Blasco, Antonio Fernández Grilo, Luis García Luna,
Joaquín Gaztambide, Juan María Guelbenzu, Leandro Ángel Herrero, Rafael Hernando,
Emilio Mozo de Rosales, Lázaro Núñez-Robres, Manuel Ortiz de Pinedo, Felipe Pérez de
Anaya, Antonio Pérez Rioja, Julián Alfredo Príncipe, José Ramos, Eduardo Saco, Baltasar
Saldoni, Mariano Vázquez y Juan Antonio Viedma.
438 María Belén Vargas Liñán
176
Se publicaba los días 7, 15, 22 y 30 de cada mes. La distribución de números fue la siguiente: 48 en
el tomo I (1866-1867), 48 en el tomo II (1867-1868) y 28 en el tomo III (1868).
177
Este contenido comprendía la semblanza biográfica del artista y un comentario de una de sus obras
más destacadas. A partir del número 12 aparecerá dentro de la sección «Estudios biográficos arreglados al
español por S. Posada».
1.4. Fuentes: Prensa musical especializada 439
178
musical determinada . La crítica musical estuvo a cargo del director, Vicente Cuenca,
comentando –además de las reseñas dedicadas a la ópera en el Real– las funciones del teatro
Rossini, de la Zarzuela y del Circo, recitales de la Sociedad de Conciertos y de la de
Cuartetos, así como otros eventos puntuales, como un concierto de Teresa Carreño en el
teatro Real.
Con respecto a los artículos de finalidad instructiva publicados en El Artista,
podemos distinguir entre estudios, por un lado, y ensayos o escritos de opinión, por otro.
Dentro del primer grupo, hemos de señalar el rigor científico de los estudios histórico-
técnicos, que se dedican a diferentes géneros, como la música de salón, la ópera nacional en
diversos países, la música instrumental o la música coral de la capilla imperial de San
Petersburgo; a temas organológicos, con especial predilección por los instrumentos de teclado
179
; a aspectos técnicos de análisis e interpretación, como los que versan sobre la melodía, la
figura del director o la instrumentación; a cuestiones históricas, como los dedicados a la
música en tiempo de Carlo-Magno y su influencia en la evolución del canto eclesiástico, la
música en tiempos del Cristianismo, o sobre el bardismo y la música bajo los merovingios;
así como, otros escritos sobre pedagogía musical. Dentro de este conjunto, El Artista toma
prestados numerosos escritos de la prensa europea pero siempre sometiéndolos a análisis y
comentarios.
Con respecto a los escritos de opinión, hemos de destacar un grupo de ensayos de
gran interés enfocado a cuestiones sociológicas, entre ellas, el furor filarmónico de las masas
180
populares y el éxito del cultivo de la música frente a otras artes ; la necesidad de instruir el
gusto musical de los aficionados (para aumentar la calidad artística de la música que
demandan) 181; el juicio del público basado en el desconocimiento musical 182
, etcétera. En lo
que atañe a la música española, se debatieron en las páginas de la revista las conclusiones del
congreso de Malinas (Bélgica) de 1863 en relación a la música en los templos, aplicándose a
178
Las narraciones resultan especialmente ilustrativas. Dentro de este grupo, encontramos escritos de
ficción vinculados con los compositores Gluck, Schubert, Mendelssohn y Rossini, entre otros.
179
Destacamos la reseña del piano americano Steinway presentado en la Exposición Universal de París
de 1867. Véase «El piano Steinway», El Artista, tomo 2, n.º 24 (30-11-1867), págs. 188- 189.
180
En este artículo se hace un juicio negativo a los directores de las sociedades corales por la falta de
instrucción hacia los coristas y la poca variedad de repertorio que interpretan. Véase Luis ROGER: «De la
popularidad de la música», El Artista, tomo 1, n.º 34 (15-2-1867), págs. 1-2.
181
«Del juicio en la música», El Artista, tomo 1, n.º 37 (7-3-1867), págs. 2-3.
182
Luis ROGER: «Los juicios del público», El Artista, tomo 2, n.º 17 (7-10-1867), págs. 1-2.
440 María Belén Vargas Liñán
183
la situación en nuestro país , y se anunció el concurso de composición de ópera nacional
184
. Dentro de los artículos extensos, se incluyó también la «Bibliografía» que consistió en
reseñas de tratados musicales de reciente publicación, entre ellos el Diccionario Biográfico-
bibliográfico de efemérides de músicos españoles de Saldoni.
En la segunda parte de la revista –las cuatro últimas páginas– aparecían apartados
fijos más o menos frecuentes, como la sección «Salones», que realizaba la crónica social y
artística de veladas musicales en residencias privadas madrileñas (celebradas especialmente
durante el invierno); la sección «Correspondencias», donde se publicaban remitidos de los
corresponsales de provincias y extranjero con la crónica de los eventos musicales en aquellas
ciudades y países; el bloque «Miscelánea», que agrupaba sueltos breves sobre sucesos
musicales de diverso ámbito; y, finalmente, la sección «Anuncios», reservada para la última
plana donde se publicitaban productos musicales y establecimientos (especialmente el
almacén de Antonio Romero, con el que la revista mantenía un acuerdo comercial).
El Artista continuó la distribución de la colección Biblioteca Musical del editor y
calcógrafo Faustino Echevarría que repartió la Gaceta Musical de Madrid. Para completar los
compromisos con los suscriptores de esta revista, se distribuyó el suplemento entre agosto y
noviembre de 1866, cesando a partir de ese momento. Sin embargo, desde abril de 1867 –y
gracias a un acuerdo con el editor musical Antonio Romero–, se retomó la entrega del
suplemento musical. En relación a las fuentes de información, el director Vicente Cuenca fue
uno de los principales redactores (se encargó de las reseñas teatrales del Real y otros coliseos
madrileños). También participaron como autores Salvador Posada (en la sección «Estudios
biográficos»), Manuel Climent, Oscar Camps y Soler, Ángela Grassi (con escritos de
creación literaria), Juan Pedro Pérez, y F. Calvo y Teruel. Eventualmente colaboraron M. de
Acorta, Jaime del Enzin, Alejo Acevedo, Camilo Dupré, Mario Fontane, J. Ildefonso Jimeno,
Manuel G. Llana, Mauricio Cristal, José García, Armando de Pontmartín, Enrique Panofka,
183
En el Congreso de Malinas se discutieron cuestiones importantes sobre la música religiosa, como las
razones de por qué el pueblo había dejado de cantar en las iglesias (porque el clero no daba ejemplo, la música
se había hecho más compleja y sólo la podían entonar los chantres); o cuál era el criterio que podía seguirse para
determinar que la música interpretada en las iglesias tenía apariencia religiosa o profana. En este sentido, se hizo
una crítica muy severa a la música religiosa moderna –la iglesia no era una sala de conciertos–: si la música
enturbiaba el mensaje religioso de las palabras, el rito dejaba de ser un oficio católico para convertirse en un
recital. Véanse «Dos cuestiones de arte religioso», El Artista, tomo 1, n.º 15 (22-9-1866), págs. 1-2; Manuel
CLIMENT: «La música religiosa», ibíd., n.º 16 (30-9-1866), págs. 1-2; n.º 17 (7-10-1866), págs. 1-2; n.º 18 (15-
10-1866), págs. 1-2.
184
Mario HALKA: «La ópera española», El Artista, tomo 2, n.º 27 (22-12-1867), págs. 1-2.
1.4. Fuentes: Prensa musical especializada 441
Luis Viardot, F. Chiaromonte, F. Luis Obiols, Luis Roger, Amadeo Moreaux, Eduardo de
Canals, Julio Janin, Eugenio Guinot, Julio Carlez y Baltasar Saldoni.
Madrid», sobre los miembros de las compañías y las funciones en los principales teatros de la
capital (sería sustituida más adelante por la sección «Revista Musical»); «Crónica general»,
que incluye sueltos de noticias de diversa índole artística dividiéndose más adelante en
subsecciones (Madrid, Provincias y Extranjero); y «Novedades teatrales de provincias»,
bloque menos frecuente y dedicado a las noticias de Barcelona y otras ciudades españolas.
A pesar de la disminución de contenidos musicales anteriormente aludida, los temas
filarmónicos que abordó la revista son de gran interés pues, además de hacer la crónica de la
actualidad músico-teatral, estuvo muy atenta a las nuevas tendencias estéticas introducidas
desde el continente. De este modo, prestó atención a la música instrumental clásico-romántica
a través de la actividad concertística de la Sociedad de Cuartetos de Monasterio y de la
185
Sociedad de Conciertos de Barbieri , así como trató las corrientes más modernas de la
ópera francesa y centro-europea. El periodista Mesa y Leompart recogió numerosas noticias
provenientes del continente y las conectó con la realidad musical española. Así, la revista se
hizo eco de un concurso de sociedades corales organizado en Francia por el barón de Taylor y
dirigió su atención a las agrupaciones catalanas animándolas a participar en el evento europeo
186
. Así mismo, dio a conocer el éxito de las sociedades cooperativas en Inglaterra y su
propuesta de adoptar el método de suprimir a los intermediarios (empresarios teatrales) entre
187
el músico y el público –algo que, por otro lado, sería de dudosa aplicación en España– .
Por otro lado, el crítico insertó ensayos sobre la música de los compositores alemanes desde
los clásicos hasta la moderna escuela de Wagner, deteniéndose en la obra de Weber 188.
Con respecto a la actividad musical madrileña, la publicación hizo un seguimiento
de la actividad de la Sociedad de Cuartetos y de Conciertos de Barbieri publicando reseñas y
programas de próximos conciertos, realizó la crítica de los recitales ofrecidos por la pianista
Teresa Carreño en el Conservatorio de Música, e informó sobre las novedades en la
estructura de esta institución (con la separación de la directiva en tres secciones –Música,
Declamación dramática y Declamación lírica–). También la revista elogió la trayectoria de la
185
El periodista Mesa y Leompart realizó una defensa de la música clásica instrumental por ser más
inteligible y provocar efectos más benéficos que la música vocal y dramática. Véase J. MESA Y LEOMPART:
«La Sociedad de Cuartetos y la música clásica», Revista de Bellas Artes, n.º 12 (23-12-1866), págs. 89-90.
186
«Orfeones y sociedades corales», Revista de Bellas Artes, n.º 8 (25-11-1866), pág. 61; «Festival
universal de 1867», ibíd., n.º 22 (3-3-1867), pág. 175.
187
«Sociedades cooperativas de artistas», Revista de Bellas Artes, n.º 9 (2-12-1866), págs. 66-67.
188
J. MESA Y LEOMPART: «La música moderna en Alemania», Revista de Bellas Artes, n.º 26 (31-
3-1867), págs. 201-202; n.º 29 (21-4-1867), págs. 225-228; n.º 33 (19-5-1867), págs. 259-261.
1.4. Fuentes: Prensa musical especializada 443
189
«De la enseñanza artístico-teatral», Revista de Bellas Artes, n.º 2 (14-10-1866), págs. 10-12; n.º 3
(21-10-1866), págs. 20-21.
190
Francisco ASENJO BARBIERI: «Protección oficial a la música», Revista de Bellas Artes, n.º 20
(17-2-1867), págs. 157-158.
191
Tenemos constancia de la distribución de una polonesa para piano compuesta por Adolfo de
Quesada.
444 María Belén Vargas Liñán
192
Para analizar la revista nos hemos basado en el estudio realizado por Esperanza BERROCAL,
“Revista y Gaceta Musical”, 1867-1868: Introducción y Catalogación, Baltimore (Maryland): NISC, 2001.
193
J[osé] P[ARADA] Y B[ARRETO]: «Exposición Universal de 1867», Revista y Gaceta Musical, año
1, n.º 1 (6-1-1867), pág. 1.
194
Esperanza Berrocal especula con otras razones de tipo económico y político (no olvidemos la
proximidad de la revolución septembrina), como las verdaderas causas del cese. Véase BERROCAL, “Revista y
Gaceta Musical”..., pág. XIV.
1.4. Fuentes: Prensa musical especializada 445
195
las obras de literatura musical europeos (algo de lo que se carecía en España) . En el
mismo prospecto, analizaron la situación de la música española en diversos frentes,
observando que hay gran afición del público pero carencia de medios para generalizar la
educación filarmónica. La publicación se orientó hacia dos objetivos: por un lado, difundir
los conocimientos musicales y dotar al público de instrumentos técnico-científicos para poder
apreciar la música (a través de la publicación de obras de literatura musical en fascículos); y
por otro lado, plantear cuestiones que condujeran a mejorar la situación de la música y los
músicos españoles (a través de reformas apremiantes), todo ello evitando usar un lenguaje
hiriente y sin provocar polémicas. Entre las mejoras y cambios necesarios a aplicar sobre la
tradicional línea de las instituciones musicales, la revista propuso la creación de escuelas o
academias de música en provincias (sucursales del Conservatorio de Madrid) y de una
Academia Real de Música, la realización de acciones encaminadas a la instalación de la ópera
nacional y a aumentar el crédito artístico de los músicos españoles –labor de concienciación
de la prensa–, la reforma de las capillas catedralicias, la fundación de una sociedad de
fomento para jóvenes compositores, y la instauración del verdadero espectáculo de la
zarzuela, entre otras iniciativas 196.
Según Esperanza Berrocal, el planteamiento y la temática no es diferente a la de
otras revistas musicales españolas de la época, sin embargo Revista y Gaceta Musical es un
eficaz instrumento para acercarnos a la vida musical española en el siglo XIX debido al
197
prestigio de sus colaboradores y la original aportación de algunos de sus artículos .
Berrocal continúa describiendo los contenidos de cada entrega:
195
«La música necesita sin duda en nuestro país de ese resorte poderoso para hacerla salir del estado de
inacción en que se encuentra». Véase «Prospecto», Revista y Gaceta Musical (1866).
196
Ibíd.
197
BERROCAL, “Revista y Gaceta Musical”..., pág. XIII.
198
Ibíd., pág. XV.
446 María Belén Vargas Liñán
199
Esta serie está dedicada a Pitágoras, Guido d’Arezzo, Monteverdi, Corelli, Pergolessi, Gluck,
Mozart, Weber y Rossini, entre otros.
1.4. Fuentes: Prensa musical especializada 447
e.1) Una nueva concepción del periódico musical como escaparate empresarial: El
Teatro, El Entreacto, La Correspondencia de los Bufos, La Propaganda Musical, La
Armonía y El Arte
200
Es la fecha del último número que hemos consultado, correspondiente a la entrega 3 del segundo
año.
201
La revista El Entreacto publicó una carta remitida por el director de El Teatro justificando el cese de
la empresa debido a sus numerosas ocupaciones profesionales. Véase «Advertencia», El Entreacto (11-2-1871),
pág. 1.
1.4. Fuentes: Prensa musical especializada 449
202
«Los alabarderos de antaño», El Teatro, n.º 1 (31-10-1870), págs. 1-2; YO, «¿Qué es el teatro?»,
ibíd., n.º 6, 7 y 8 (diciembre 1870).
450 María Belén Vargas Liñán
203
En esta fecha anuncia su suspensión y la mejora de su edición para la nueva temporada teatral, sin
que volviera de nuevo a imprimirse
204
Manuel OSSORIO Y BERNARD: Ensayo de un catálogo de periodistas españoles del siglo XIX,
Madrid: Imp. y Lit. de J. Palacios, 1903, pág. 97.
205
El Entreacto funcionaba como una plataforma de promoción de artistas: aquellos suscritos a la
revista podían anunciarse gratuitamente, o bien hacerlo a través de la agencia teatral «Araujo y compañía» (si no
eran abonados).
1.4. Fuentes: Prensa musical especializada 451
Imagen 36. Perea: Caricatura de Francisco Salas, El Entreacto, n.º 25 (20-5-1871), pág. 3
Además de la mencionada serie biográfica, los artículos de fondo tratan sobre temas
vinculados al objeto de la revista, entre ellos, se analizan desde una perspectiva sociológica
452 María Belén Vargas Liñán
206
los diversos tipos pertenecientes al mundo del teatro , el público que asiste a estos
espectáculos 207, o lo que ocurre en el patio de butacas durante los entreactos de las funciones
208
; así mismo, aparece una serie de artículos sobre la música en lugares exóticos, como
Japón, Persia, China, Java, Turquía, Rusia y Patagonia. Con respecto al ejercicio de la crítica,
el semanario dedicó reseñas tanto a las funciones de ópera como de zarzuela, sin embargo no
aparecen artículos doctrinales sobre el estado del teatro en España, a excepción de un
interesante ensayo titulado «Los teatros y el teatro» de L. García del Real sobre el fenómeno
de los bufos de Arderíus y la crisis del género (publicado en las últimas entregas) 209.
En febrero de 1871, El Entreacto absorbió a la revista El Teatro (que había
comenzado a publicarse en octubre de 1870). En relación a las firmas de los escritos
musicales, conocemos las colaboraciones de Manuel de Palacio (autor de una poesía dedicada
a Gaztambide), Antonio San Martín, M. Ramos Carrión, P. de Guzmán, Enrique Príncipe y
Satornes, C. de Cortázar y F. Cortabitarte, entre otros.
206
M. RAMOS CARRIÓN: «Tipos teatrales: El apuntador», El Entreacto, n.º 3 (17-12-1870), pág. 3;
íd., «Tipos teatrales: El galán joven», ibíd., n.º 7 (14-1-1871), pág. 2; «Tipos teatrales: N. N.», ibíd., n.º 23 (6-5-
1871), págs. 1-2.
207
P. de GUZMÁN: «El reflejo: observaciones fisiológico-teatrales», El Entreacto, n.º 4 (24-12-1870),
págs. 1-2; Enrique PRÍNCIPE Y SATORNES: «Fisonomía de una representación. Anverso», ibíd., n.º 19 (8-4-
1871), págs. 2-3 y n.º 20 (15-4-1871), pág. 2.
208
C. de CORTÁZAR: «El entreacto: artículo doctrinal», El Entreacto, n.º 15 (11-3-1871), págs. 2-3.
209
L. GARCÍA DEL REAL: «Los teatros y el teatro», El Entreacto, n.º 32 (8-7-1871), págs. 1-2; n.º 33
(15-7-1871), págs. 1-2; n.º 34 (22-7-1871), págs. 1-2; n.º 35 (29-7-1871), págs. 1-2.
1.4. Fuentes: Prensa musical especializada 453
La Correspondencia de los Bufos no tiene más que una misión: la de defender a tinta y pluma
los intereses morales y materiales del teatro de los Bufos Arderíus.
210
Véase Emilio CASARES RODICIO: «El teatro de los bufos o una crisis en el teatro lírico del XIX
español», Anuario Musical, n.º 48 (1993), pág. 219. Sobre Arderíus y su periódico propagandístico, véanse
también Francisca ÍÑIGUEZ BARRENA: La parodia teatral en España (1868-1914), Sevilla: Universidad de
Sevilla, 1999; Enrique MEGÍAS GARCÍA: «La Correspondencia de los Bufos (1871): Ideología de un teatro
musical divertido en una España en transformación», Revista de Musicología, vol. 31, n.º 1 (2008), págs. 125-
149; Sergio BARREIRO SÁNCHEZ: «La escena madrileña en la segunda mitad del siglo XIX: Francisco
Arderíus y los Bufos madrileños», Stichomythia, n.º 8 (2009), págs. 96-107; CASARES: «Género bufo»,
DMEH, vol. 5, Madrid: SGAE, 1999, págs. 868-875.
454 María Belén Vargas Liñán
[...] Procurará tener gracia y será impolítica; es decir, no hablará jamás de política, pues eso se
queda para graves y encopetados periodistas, y nosotros a Dios gracias carecemos de tales
circunstancias: conste también 211.
211
Francisco ARDERÍUS: «Advertencia importante», La Correspondencia de los Bufos, año 1, n.º 1
(16-2-1871), pág. 1.
212
Rafael GARCÍA Y SANTISTEBAN: «La buena sociedad», La Correspondencia de los Bufos, año
1, n.º 1 (16-2-1871), pág. 1. Esta fina ironía, que pone en evidencia las costumbres hipócritas de las clases
medias y altas, aparece en otros contenidos del periódico, véase: «Arderíus a los vecinos del barrio de
Salamanca», ibíd., n.º 7 (30-3-1872), pág. 1. Las caricaturas aparecidas a partir del número 6 son también muy
críticas con este sector del público madrileño.
1.4. Fuentes: Prensa musical especializada 455
Los números de la revista presentan algunas secciones fijas. Tras las advertencias
habituales, cada entrega se inicia con un amplio apartado titulado «Revista de la semana:
Acontecimientos más notables de Madrid», que más adelante cambiará su título por el de
«Sucesos varios», donde se incluye un amplio y heterogéneo conjunto de escritos breves
sobre la actualidad madrileña. Desde el número 6, esta sección queda desplazada a la
siguiente página al introducirse en la primera plana una caricatura de amplio tamaño, así
como la cartelera de los espectáculos madrileños pertenecientes a la empresa de los Bufos. En
la tercera página aparece la sección «A los Sres. Corresponsales de la galería de los Bufos
Arderíus», con avisos y contestaciones a los corresponsales de provincias por Alfredo Guerra.
En la parte inferior de las dos últimas páginas se ubica la sección «Folletín», donde se
456 María Belén Vargas Liñán
213
incluyen informaciones teatrales u otros escritos que parodian las novelas por entregas
publicadas en la prensa contemporánea. Finalmente, aparecen algunas charadas y epigramas
antes de la «Sección de anuncios», que publicita las creaciones literarias de los colaboradores
y autores de La Correspondencia de los Bufos.
Resultan interesantes y muy divertidos algunos escritos donde se analizan diferentes
214
tipos del público asistente al teatro de los Bufos . Así mismo se dedican ensayos a
reflexionar sobre el fenómeno teatral contemporáneo justificando la importancia de los bufos
y su finalidad hilarante, que es la más demandada por el público en esos años del Sexenio 215.
También Arderíus da consejos muy útiles a los empresarios teatrales 216.
Además de los responsables de la publicación (Francisco Arderíus, Alfredo Guerra y
Eduardo Valladares), los textos de la revista fueron firmados por un buen número de
colaboradores, cuyos nombres aparecen en el encabezado de la misma y entre los que se
encuentran Antonio de San Martín, Santiago Infante de Palacios, Mariano Leorroux,
Santisteban, Ayala, Blasco, Gabriel Castilla, Cortázar, Fabra, Federico Prado, Picón, Larra,
Lustonó, Ortiz Pinedo, Ricardo Puente y Brañas, Pastorfido, Pina, Ramos Carrión,
Valladares, Arroyo y Cobos, Cubero, Castillo, Granés, Larra, Liern, Lustonó, Álvaro Luceño
y Becerra, Pastor, Ponzano, Rivera, Barbieri, «y todos los españoles y españolas que sepan
leer y escribir».
213
Entre ellas, la relación de obras dramáticas representadas en los teatros españoles con información
de títulos y fechas.
214
Antonio de SAN MARTÍN: «El can-can» y «Los cómicos sociales», La Correspondencia de los
Bufos, año 1, n.º 1 (16-2-1871), págs. 1-3; J. PIERI: «Los acomodadores», ibíd., año 1, n.º 4 (9-3-1871), pág. 2.
215
Antonio de SAN MARTÍN: «El teatro de nuestros abuelitos y el teatro moderno», La
Correspondencia de los Bufos, año 1, n.º 5 (16-3-1871), pág. 2; F. PRADO: «El género bufo y Arderíus», ibíd.,
año 1, n.º 5, pág. 3.
216
Francisco ARDERÍUS: «Consejos de Arderíus a los empresarios de teatros», La Correspondencia
de los Bufos, año 1, n.º 9 (13-4-1871), pág. 2.
1.4. Fuentes: Prensa musical especializada 457
217
Albergamos dudas sobre el momento de su desaparición, ya que la empresa editorial no dio señales
de cansancio o inviabilidad en ese momento.
218
Emilio Yela de la Torre había sido tenor de ópera italiana, alumno del Conservatorio Imperial de
París, profesor de canto de la emperatriz Eugenia de Montijo y primer maestro de canto del teatro de la Ópera de
París. Véanse CASARES: «Yela de la Torre, Emilio», DMEH, vol. 10, Madrid: SGAE, 2002, pág. 1052; Coral
MORALES VILLAR: «Los tratados de canto en España durante el siglo XIX: Técnica vocal e interpretación de
la música lírica», tesis doctoral dirigida por Emilio ROS FÁBREGAS, Universidad de Granada, 2008.
458 María Belén Vargas Liñán
y la enseñanza del canto y la declamación. Cada entrega contiene varios artículos de fondo
que abordan desde una perspectiva bastante crítica todos estos temas. Sobre el género lírico,
Yela de la Torre censura con vehemencia a las autoridades por vetar la representación de
óperas españolas en el teatro Nacional y a los empresarios por su ambición falta de
escrúpulos, a la vez que es consciente de la escasa formación de los jóvenes artistas (sin
219
medios para proveérsela) . Con respecto al teatro Nacional de Ópera, los duros juicios de
Alejo Aley sobre las representaciones operísticas de Meyerbeer se dirigen especialmente a la
mala gestión del empresario Teodoro Robles 220. En relación a la Escuela Nacional de Música
–antiguo Conservatorio de Música y Declamación– se hace una crítica a la enseñanza del
221
canto llevada en el establecimiento por no lograr apenas progresos en los alumnos . Así
mismo, aborda la música en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, a propósito de la
petición de creación de una sección musical en la institución, hecho que agradece al político y
222
escritor Juan Valera por su iniciativa . Otros artículos extensos versan sobre la técnica del
canto, con extractos del tratado de Yela de la Torre, y sobre el mal ejercicio de la crítica de la
música vocal en la prensa (producto de la incompetencia periodística o a causa de intereses
223
ocultos) ; así como un curioso escrito sobre el comercio musical en España y las
perspectivas favorables de los últimos años gracias a la mayor actividad musical en el país
224
. Tras los artículos doctrinales o de opinión, aparece la sección de «Noticias», donde se
ofrece una miscelánea de sueltos sobre sucesos de actualidad musical de diverso ámbito
geográfico; y, en algunos números, se dedican escritos a la «Correspondencia» de
219
Emilio YELA DE LA TORRE: «La ópera nacional», La Propaganda Musical, año 1, n.º 2 (31-1-
1872), pág. 1; n.º 3 (15-2-1872), pág. 1; n.º 4 (29-2-1874), pág. 1; n.º 5 (15-3-1874), pág. 1; n.º 6 (31-3-1874),
pág. 1; n.º 7 (15-4-1872), pág. 1. J. M. CÉSPEDES: «El teatro en España», ibíd., n.º 2 (31-1-1872), págs. 1-2.
Véase también la descripción del contenido de estos ensayos, en Ramón SOBRINO: «La ópera española entre
1850 y 1874», en La ópera en España e Hispanoamérica, vol. II, Madrid: ICCMU, 2002, págs. 133-134.
220
Alejo ALEY: «Teatro Nacional de la Ópera. Primera representación de El Profeta», La Propaganda
Musical, año 1, n.º 2 (31-1-1872), pág. 2; íd., «Teatro Nacional de la Ópera», ibíd., n.º 3 (15-2-1872), págs. 2-3.
221
Y[ELA] DE LA T[ORRE]: «Escuela Nacional de Música. Necesidad de una reforma», La
Propaganda Musical, año 1, n.º 3 (15-2-1872), pág. 2; n.º 6 (31-3-1872), págs. 2-3.
222
Y[ELA]: «La música en la Academia de Bellas Artes de San Fernando», La Propaganda Musical,
año 1, n.º 6 (31-3-1872), págs. 1-2; íd., «Al Sr. D. Juan Valera, director de Instrucción Pública», ibíd., pág. 2.
223
YELA: «¿Qué es la voz?», La Propaganda Musical, año 1, n.º 3 (15-2-1872), págs. 1-2. ALEY: «La
crítica vocal», ibíd., n.º 8 (30-4-1872), pág. 2.
224
Baldomero MUÑOZ: «El comercio de música en España», La Propaganda Musical, año 1, n.º 7
(15-4-1872), pág. 2.
1.4. Fuentes: Prensa musical especializada 459
225
YELA DE LA TORRE: «La voz: su mecanismo, sus fenómenos y su educación según los principios
de la física, la anatomía y la fisiología», La Propaganda Musical, año 1, n.º 3 (15-2-1872), págs. 1-2.
460 María Belén Vargas Liñán
publicación –cuyo lema era «Todo por y para el arte»– se centró en el teatro lírico y
dramático, dirigiéndose a un público de lectores aficionado a este espectáculo. Así mismo,
ofreció sus páginas a las empresas y artistas del mundo lírico-dramático a través de la
mencionada Agencia Teatral, que constituía el sostén económico de la revista.
Las escasas entregas conocidas de La Armonía mantienen unas secciones más o
menos estables, de tal manera podemos describir unos rasgos regulares de la publicación. Así,
cada número comienza con un artículo de fondo dedicado a reflexionar sobre el teatro, o bien,
226
a biografiar la trayectoria de artistas de relevancia histórica . A continuación, suele
aparecer el apartado «Crónica musical» –también llamado «Teatro Nacional de la Ópera»–
del que se encarga Carlos del Pozo y Rodríguez, y en el que se realiza la reseña operística
semanal de las funciones en el antiguo teatro Real. En algunos números, se incluye también
la sección «Conservatorio Nacional de Música», con los programas y reseñas de los ejercicios
líricos de los alumnos. La crítica teatral correspondiente a los demás coliseos madrileños se
completa en los bloques «Juicio crítico» y «Más de teatros», escritos indistintamente por José
Giménez Fernández y Carlos del Pozo. A continuación, se incluye la «Correspondencia de
provincias» –posteriormente titulada «Correspondencia particular»– donde se transcriben las
cartas remitidas por los suscriptores-corresponsales al director de la revista con la crítica de
227
espectáculos en las diferentes ciudades españolas . Seguidamente, aparecen varios
apartados –«Extranjero», «Provincias» y «Miscelánea»– con noticias breves del mundo
musical de ámbito internacional, nacional y madrileño. Las anteriores secciones suelen
aparecer en todos los números, al contrario de lo que ocurre con la titulada «Modas», de la
que se encarga M.ª Pilar Sinués de Marco, que está presente esporádicamente. Uno de los
contenidos finales de cada entrega es el enunciado «Variedades», que introduce poesías y
listados de los artistas contratados en los teatros españoles y registrados en la Agencia Teatral
de la revista. Finalmente aparece la «Sección de anuncios» en la última página, donde se hace
publicidad a la mencionada Agencia Teatral, así como a otros establecimientos musicales –el
almacén de Romero, por ejemplo– y no musicales.
La temática principal abordada en los escritos de opinión de La Armonía versa sobre
la defensa de un teatro de calidad desde el punto de vista artístico y moral, por ello critica el
226
Se incluyeron las biografías de Lope de Vega y Beethoven. Véanse J. M.ª B. Y A: «Lope Félix de
Vega Carpio. Biografía», La Armonía, año 1, n.º 5 (5-12-1872), pág. 1; C. B.: «Ludwig van Beethoven», ibíd.,
año 1, n.º 6 (12-12-1872), pág. 1.
227
Entre ellas conocemos la funciones en los teatros de Jerez de la Frontera, Valencia, Barcelona,
Almería, Cádiz, León, Alicante, Santander, Badajoz, Palma, Gibraltar, La Habana, Murcia y Coruña.
1.4. Fuentes: Prensa musical especializada 461
éxito del género bufo en la escena española del momento pues supone el abandono del
228
proyecto de regeneración del teatro nacional . Extractamos una parte del ensayo de José
Giménez y Fernández titulado «Estado actual del teatro», donde critica a todos los
participantes en el espectáculo teatral –público, intérpretes, bailarines, empresas y autores–,
como causantes de esta situación deplorable:
Los abusos que hoy se cometen; las rivalidades que existen; el poco amor del público al
premiar lo bueno y desahuciar lo malo, y el desinterés con que mira la regeneración del Arte lírico-
dramático, son las causas que se oponen a que éste llegue al verdadero estado de esplendor, que en
otros tiempos le vimos.
Hoy no se distingue el artista que trabaja con asidua constancia, del que se presenta ante el
público con el único objeto, como vulgarmente se dice, de salir del paso y cobrar el suelo.
Hoy no se diferencia entre los Teatros, los que rinden culto al verdadero Arte a costa de
grandes sacrificios, de los que su único deseo es presentar esa clase de obras que, si no moralizan, en
cambio atacan ruda y bajamente a personas dignas de respeto.
Hoy parte del público no va al Teatro a instruirse, antes por el contrario, a admirar las formas
de tal o cual bailarina, que alza y baja las piernas según le parece, convirtiendo lo que se llama baile en
una colección de posiciones obscenas que producen grandes aplausos en nuestra juventud que, ansiosa
de placeres, no distingue la virtud del vicio [...].
Hoy la mayoría de las empresas teatrales, son los rivales más encarnizados que existen,
deseándose unas a otras los descalabros mayores, para lo que mutuamente ponen en práctica los medio
posibles.
Hoy estas mismas empresas, a pesar de sus promesas, al hacerse tales, reúnen unos cuanto
amigos que, hechos escritores de pronto, se encargan de llenar la Contaduría de obras nuevas que, si
bien carecen de las condiciones necesarias para ser representadas, cobran de propiedad lo que
buenamente les asigne el empresario [...]; evitando de este modo proteger a la juventud estudiosa que
ofreciendo dar gloria a su patria, tiene que desistir de su propósito, al verse desamparada por las
personas que más debían estimularla.
¡Con tales abusos puede regenerarse nuestra tan decaída escena! [...] 229.
Al finalizar el primer mes de andadura, La Armonía repartió una pieza para canto y
piano titulada «Invocación a la Virgen», con música de R. Taboada y letra de José Zorrilla.
Así mismo, anunció en el prospecto la distribución de retratos de poetas y actores dramáticos,
228
A este respecto, véanse C. del POZO Y RODRÍGUEZ: «Regeneración lírico-dramática», La
Armonía, año 1, n.º 2 (14-11-1872), pág. 1; J. GIMÉNEZ Y FERNÁNDEZ: «Estado actual del teatro», ibíd., n.º
3 (21-11-1872), pág. 1; N. L.: «Siempre los mismos», ibíd., n.º 4 (28-11-1872), pág. 1; J. GIMÉNEZ Y
FERNÁNDEZ: «Razones convencen», ibíd., n.º 7 (19-12-1872), pág. 1.
229
J. GIMÉNEZ: «Estado actual del teatro», op. cit.
462 María Belén Vargas Liñán
que creemos no llegó a efectuar. En cuanto a las fuentes de información, los principales
colaboradores y redactores de la revista fueron Carlos del Pozo y Rodríguez y José Giménez
y Fernández, encargados de las secciones permanentes de «Crónica musical», «Juicio crítico»
y «Más de teatros». Así mismo, María del Pilar Sinués de Marco participó en la de «Modas»,
y Juan Cuesta y Armiño escribió un artículo sobre literatura dramática. También el director,
Carlos Santigosa intervino para contestar un escrito firmado por Peña y Goñi publicado en El
Imparcial.
230
La entrega 63 no anuncia el fin de la publicación, por el contrario inserta artículos que
previsiblemente continuarían en los siguientes números.
231
Para Celsa Alonso, la revista El Arte es la continuadora de la Gaceta Musical de Madrid (1855-
1856) en la labor de difusión de canciones españolas editadas a través del establecimiento del director. Véase
Celsa ALONSO: La canción lírica española en el siglo XIX, Madrid: ICCMU, 1998, pág. 373.
1.4. Fuentes: Prensa musical especializada 463
pianos y editorial del director Villegas y Martín (sucesor de Casimiro Martín), que era uno de
los puntos de suscripción y se anunciaba en la cuarta página. La publicación se hace eco de
las preocupaciones del momento, en especial retoma el debate de la ópera española en un
momento de crisis de la zarzuela. De este modo, manifiesta con claridad que uno de sus
objetivos es levantar la ópera nacional a través del resurgimiento de la ópera cómica, es decir,
la zarzuela:
Pensamos dedicar preferente atención a la zarzuela, que es nuestra ópera cómica, no sólo
porque es el género musical verdaderamente española que tenemos, sino porque, juzgadas las cosas
desapasionadamente, ha de ser la única base posible para llegar al planteamiento de la ópera nacional,
como un desarrollo, como un progreso, como un adelantamiento de la zarzuela 232.
232
E[duardo] M[EDINA]: «Una publicación de Barbieri», El Arte, año 1, n.º 2 (11-10-1873), pág. 1.
464 María Belén Vargas Liñán
233
La REDACCIÓN: «El Arte a los artistas y al público», El Arte, año 1, n.º 1 (5-10-1873), págs. 1-2;
M[EDINA]: «¡Una limosna por Dios!», ibíd., n.º 1, págs. 3-4; íd.: «Protección a la música», ibíd., n.º 2 (11-10-
1873), págs. 4-6; Francisco A. BARBIERI: «Reseña histórica de la zarzuela», ibíd., n.º 2, págs. 2-4; Andrés
PARERA: «La ópera nacional», ibíd., n.º 3 (18-10-1873), págs. 2-3; n.º 4 (25-10-1873), pág. 3; n.º 6 (8-11-
1873), págs. 3-4.
234
El opúsculo de Parada y Barreto se titulaba «Estudio crítico-analítico de la cuestión de la ópera
española con instrucciones, observaciones y consejos útiles y provechosos a los poetas y a los jóvenes
compositores de música que se dediquen en España al cultivo del drama lírico», y se publicó en El Arte desde el
número 7 al 15.
1.4. Fuentes: Prensa musical especializada 465
Acuña, Pedro Antonio de Alarcón, Antonio Arnao, Fermín M.ª Álvarez, José Vicente Arche,
Emilio Arrieta, Ruperto Chapí, Hilarión Eslava, Bonifacio Eslava, Joaquín Espín y Guillén,
Manuel Fernández y González, Antonio García Gutiérrez, Rafael García Satiesteban, Juan
Eugenio Hartzembusch, Rafael Hernando, José Inzenga, Mariano Martín Salazar, Manuel
Bretón de los Herreros, Ramón Mesonero Romanos, Jesús Monasterio, Manuel del Palacio,
Antonio Peña y Goñi, Mariano Pina Bohígas, Mariano Pina Domínguez, Antonio Romero y
Andía, Francisco Salas, José Selgas, Mariano Soriano Fuertes, Antonio Trueba, Dámaso
Zabalza y José Zorrilla. Esta relación es publicada en todas las cabeceras para dar prestigio a
la publicación, aunque los redactores y colaboradores asiduos fueron en realidad muchos
menos: Eduardo Medina, Lorenzo González Agejas y José Parada y Barreto (hasta el número
15). Otras colaboraciones esporádicas son las de Espín y Guillén, Barbieri, Andrés Parera e
Ildefonso Jimeno, entre otros.
235
Véase E. F. F.: «Americana La primavera» (para piano), en Almanaque cómico, serio,
epigramático, científico, musical, satírico e ilustrado, con grabados originales. Publicado por la Gaceta
Universal de agricultura, industria, artes, avisos y noticias. Barcelona: Imp. de los hijos de Domenech, 1866,
[pág. 24].
236
Emilio Casares comenta que «los diccionarios, efemérides, memorias, crónicas y calendarios
musicales, fueron una moda en el XIX español», si bien creemos que en esta afirmación se refiere
466 María Belén Vargas Liñán
publicaciones de este tipo: los volúmenes del citado autor (correspondientes a 1859, 1860 y
1873), y un Almanaque Musical y de Teatros para el año 1868. Ambas propuestas presentan
una concepción semejante, consistente en la inserción de un calendario, santoral o
efemérides, que en realidad sirve de pretexto para incorporar a continuación una serie de
escritos destinados a analizar el estado de la música en el país. Estas obras constituyen un
compendio de información sobre teatros, instituciones y establecimientos musicales de
Madrid, así como un cauce de expresión de las ideas de sus respectivos autores sobre la
situación musical española. Por su parte, el volumen de 1868 ofrece información adicional
del resto de provincias (sobre teatros y sociedades). Mientras tanto, los publicados por
Soriano Fuertes resultan especialmente reivindicativos desde el punto de vista del
nacionalismo musical; además, estos presentan el atractivo de incluir una curiosa e
interesante selección de música popular e histórica española (un tipo de repertorio casi
inexistente en los suplementos habituales de la prensa musical de esos años).
principalmente a los primeros –los diccionarios–, entre los que contamos con los de Parada y Barreto, Saldoni,
Carmena y Millán, Eslava, Fargas y Soler, y Pedrell. Véase Francisco ASENJO BARBIERI, Emilio CASARES
(ed.): Biografías y documentos sobre música y músicos españoles (legado Barbieri), vol I, Madrid: Fundación
Banco Exterior, 1986, pág. XLIV.
237
El calendario de 1859 contiene 78 páginas más 8 de partituras, y el de 1860, 53 páginas más 11 de
partituras.
1.4. Fuentes: Prensa musical especializada 467
Imagen 42. Cabecera del Calendario Musical para el año de 1859 (editado en 1858)
Cada calendario se inicia con una introducción en verso sobre lo que el año traerá en
acontecimientos musicales. A continuación se incluye el santoral –elemento propio de los
238
calendarios generales– y las efemérides musicales de todos los días del año . Además, la
edición de 1859 aporta información sobre «Salidas y puestas del sol», algo que también era
habitual en los almanaques de la época (como el famoso El Firmamento del zaragozano
Mariano Castillo). Seguidamente introduce el apartado «Establecimientos de música», que
ocupa el grueso del volumen, donde se narra la trayectoria de las principales instituciones
españolas de educación musical, como el Real Conservatorio de Música de Madrid, el Liceo
Filarmónico-Dramático de Isabel II de Barcelona, la Escuela artística gratuita del teatro de la
Zarzuela o la Asociación benéfica de artistas músicos (surgida en 1857); y la de los teatros
más importantes de España e Italia, añadiendo la relación de miembros de las compañías
líricas italianas y españolas contratadas en nuestro país durante la última temporada. Después
238
Cada fecha del calendario aparece vinculada con un acontecimiento musical memorable
(nacimientos y defunciones de compositores e intérpretes, inauguraciones de instituciones, estrenos teatrales y
otros sucesos dignos de mención). Al hilo de esta supuesta rigurosidad, Robert Stevenson comprobó que la
fecha del nacimiento de Cristóbal de Morales –correspondiente al 2 de enero de 1852– era pura invención de
Soriano Fuertes. Véase Robert STEVENSON, La música en las catedrales españolas del Siglo de Oro, Madrid:
Alianza, 1993, pág. 23. Así mismo, el periodista musical Antonio Cordero criticó esta falta de rigor en las fechas
de las efemérides. Véase Antonio Cordero: «Música. Dudas varias acerca del Calendario musical de 1859,
publicado en Barcelona», Las Bellas Artes, n.º 24 (15-2-1859), págs. 279-281.
468 María Belén Vargas Liñán
239
incluye una serie de «Apuntes biográficos» dedicados a compositores y cantantes . Las
últimas secciones corresponden a curiosidades y anécdotas musicales, relatos y poesías
dedicadas al tenor Rubini, la mezzosoprano María Malibrán, y a otros asuntos. Además, el
calendario de 1860 publicita los trabajos del autor bajo el enunciado «Obras publicadas por
Mariano Soriano Fuertes» indicando los establecimientos donde adquirirlas en Madrid y
Barcelona. Al final de cada volumen se añade un conjunto de obras para canto y piano. En el
primero, editado por Juan Budó, hay una muestra de canciones populares representativas de
diferentes zonas del país: un zorcico vascongado, una cansó catalana, el vito gaditano y una
jota aragonesa. Esta línea es continuada en el calendario siguiente con la inserción de un
polo, una canción española y una danza americana. Las piezas aparecen firmadas por Soriano
Fuertes, M. Delgado, J. A. Clavé, Nicolás Manent y Ranieri Vilanova.
De las ediciones de 1859 y 1860, hemos de valorar el esfuerzo documental realizado
por Soriano Fuertes –el principal autor de los contenidos– sobre los establecimientos
pedagógico-musicales y teatros españoles y europeos mencionados, que son descritos en su
origen y evolución dando información actualizada de listados de profesores y alumnos,
miembros de compañías y repertorios interpretados. Desconocemos la trascendencia que el
anuario tuvo en el panorama periodístico-musical español de aquel momento, si bien creemos
que no fue demasiada. Esta creencia la justificamos en el hecho de que el Almanaque Musical
y de Teatros de José Ramos se auto-atribuye erróneamente la primicia de ser la primera
publicación de estas características (sin duda debido a que desconocía los elaborados por
Soriano).
Calendario Histórico Musical para el año de 1873, salió a la luz en 1872 y supuso la
240
continuación de los realizados por Soriano en 1859 y 1860 . Esta publicación fue editada
por Antonio Romero y Andía, cuyo establecimiento se anuncia en la cubierta y contracubierta
posteriores (con un listado de partituras y métodos de música comercializados en el mismo).
239
Entre ellos, se publicaron las semblanzas de Indalecio Soriano Fuertes, José Sobejano, Félix María
Girón, Sofía Cruvelli, María Alboni, Enrico Tamberlick y G. H. Roger.
240
El volumen contiene 103 páginas más tres piezas musicales intercaladas en el texto con una
paginación independiente.
1.4. Fuentes: Prensa musical especializada 469
Imagen 43. Cabecera del Calendario Histórico-musical para el año de 1873 (editado en 1872)
Tras una introducción sobre el origen histórico de los calendarios y la inserción del
«Santoral y efemérides musicales», este volumen contiene un conjunto de ensayos sobre el
estado de la música española hilados por el autor a partir de la descripción de diversas
instituciones musicales de reciente creación. Así, con motivo de haberse formado la comisión
241
española para la Exposición Universal de Viena de 1873 , comienza con una «Reseña
histórica sobre las canciones españolas» donde reflexiona sobre la enorme riqueza del
242
patrimonio español en cantos populares y sobre la falta de estudios realizados al respecto .
A continuación, en un extenso ensayo titulado «Academias» sobre el origen histórico y la
presencia de la música en las academias griegas de la Antigüedad, Soriano realiza una ardua
defensa del nacionalismo musical español y de la introducción de la música en la Academia
243
de Bellas Artes de San Fernando . Le sigue un escrito sobre la «música del porvenir»,
donde el autor se posiciona en contra de la concepción operística de Wagner 244.
Tras unos años residiendo fuera de España, Soriano Fuertes se congratula de los
progresos del movimiento musical experimentado en España durante la década de los 60
gracias a iniciativas privadas, como la Sociedad de Cuartetos y la Sociedad de Conciertos –
así como otras agrupaciones fuera de Madrid, entre ellas, la Sociedad de Cuartetos Clásicos
241
Esta comisión estaba integrada por Arrieta, Barbieri, Hernando, Antonio Romero y Soriano Fuertes.
242
[ROBERTO]: «Reseña histórica sobre las canciones españolas. Leída en la sección de Bellas Artes
de la comisión nombrada para los trabajos de la Exposición Universal de Viena», Calendario Histórico Musical,
págs. 33-38; íd.: «Exposición universal de Viena en el año de 1873», ibíd., pág. 101
243
«Academias», Ibíd., págs. 39-53.
244
«La música del porvenir», Ibíd., págs. 54-56.
470 María Belén Vargas Liñán
245
«Sociedad de Cuartetos», «Sociedad de Conciertos», Ibíd., págs. 57-58 y 59-64.
246
«Sociedades corales», Ibíd., págs. 65-71.
247
«Conservatorios», Ibíd., págs. 72-79.
248
Soriano Fuertes alaba los méritos del artista haciendo especial hincapié en su larga trayectoria como
editor (desde 1856), dentro de la cual destaca sus trabajos destinados a la música española y la ópera nacional.
Véase «El editor D. Antonio Romero y Andía», Ibíd., págs. 96-99.
1.4. Fuentes: Prensa musical especializada 471
249
Se compone de un total de 128 páginas, de las que 121 son numeradas y las 7 finales corresponden a
contenidos dedicados a erratas, índice y anuncios.
250
«[...] Que sepamos, todavía no había aparecido en nuestro país un libro de este género, que versara
única y exclusivamente sobre la música y los teatros». Véase «Prólogo», Almanaque Musical y de Teatros,
Madrid: J. A. García, 1867, [pág. 5].
251
Juan José JIMÉNEZ DELGADO: «Juicio del año», Ibíd., págs. 7-8.
472 María Belén Vargas Liñán
252
Así mismo, ofrece información de las nuevas compañías y precios de butaca de los principales
teatros para la próxima temporada de 1867-1868. Véase «Apéndice», Ibíd., págs. 117-121.
253
Esta relación de datos está incompleta en algunas provincias, como es el caso granadino donde no
ofrece información alguna sobre las sociedades culturales y musicales de la capital.
254
Juan ALONSO Y EGUÍLAZ: «Estado del teatro español», Ibíd., págs. 13-16.
255
Felipe PÉREZ DE ANAYA: «La zarzuela y su desarrollo», Ibíd., págs. 69-71.
256
José RAMOS: «La ópera en Madrid», Ibíd., págs. 103-105.
1.4. Fuentes: Prensa musical especializada 473
Finalmente, este calendario ofrece otros contenidos ilustrativos y amenos, como una
serie de semblanzas biográficas dedicadas a los compositores Eslava, Gaztambide, Barbieri y
Arrieta, y a los cantantes Rossina Penco, Enrico Tamberlick y Antonio Selva. Además, en la
sección «Variedades» aparecen curiosidades y noticias musicales de ámbito internacional y
nacional, entre ellos los incendios del teatro Real y de La Coruña, necrologías, así como una
relación de revistas musicales contemporáneas.
La contribución del Almanaque Musical y de Teatros es importante ya que aporta una
interesante reflexión sobre el estado del teatro español en los albores de la revolución de
1868, momento en que confluyen la crisis de la zarzuela restaurada, el auge del teatro de los
Bufos y un devenir incierto para el cultivo de la ópera debido a sucesos como el incendio del
teatro Real. Así mismo, este volumen ofrece valiosos datos sobre la actividad teatral y
asociativa de Madrid y el resto de poblaciones españolas.
474 María Belén Vargas Liñán
2. Metodología para el estudio
1
Véase el apartado 2.3. de este capítulo («Clasificación y análisis de contenidos musicales»), donde
desarrollamos nuestro planteamiento sobre las peculiaridades de la prensa decimonónica y la forma de tipificar
sus contenidos, basándonos en diferentes monografías y manuales del campo de las Ciencias de la Información.
2
Véase el apartado 2.2. de este capítulo («Tratamiento y organización de la información»). Véanse
también: José LÓPEZ YEPES (coord.): Manual de Ciencias de la Documentación, 2.ª ed., Madrid: Pirámide,
2008; íd. y María Rosario OSUNA ALARCÓN (coords.): Manual de Ciencias de la Información y
Documentación, Madrid: Pirámide, 2011; Nieves IGLESIAS MARTÍNEZ e Isabel LOZANO MARTÍNEZ: La
música del siglo XIX. Una herramienta para su descripción bibliográfica, Madrid: Biblioteca Nacional, 2008.
3
Tim CARTER: «El sonido del silencio. Modelos para una musicología urbana», en Miguel Ángel
MARÍN LÓPEZ, Andrea BOMBI y Juan José CARRERAS LÓPEZ (eds.), Música y cultura urbana en la Edad
478 María Belén Vargas Liñán
Debido a la distinta naturaleza de la prensa de los tres primeros cuartos del siglo XIX
y la aparecida después, consideramos que los estudios dedicados a la música en la prensa de
uno y otro periodo deben abordarse de forma separada aunque la metodología aplicada sea
común. Como se explicará más abajo, el periodismo del siglo XX no es una mera evolución o
continuidad del decimonónico. Por el contrario, a partir de la década de 1870 y con el cambio
de siglo, la prensa española comienza a desarrollar un periodismo de empresa, en el que la
tradición latina −basada en la prensa de opinión− va siendo desbancada por la anglo-sajona
−de información−. El periodismo practicado en cada etapa presenta unos rasgos diferentes
(en cuanto al discurso periodístico o estilo de redacción, géneros utilizados, secciones del
periódico, argumentación de la crítica artística, etcétera), que habrá que tener en cuenta a la
hora de enfocar un estudio musicológico con fuentes de prensa.
Moderna, Valencia: Universitat de València, 2005, págs. 53-68; Miguel Ángel MARÍN LÓPEZ: Music on the
margin. Urban musical life in eighteenth-century Jaca (Spain), Kassel: Reichenberger, 2002.
2.1. LOCALIZACIÓN DE FUENTES: ARCHIVOS CONSULTADOS
Gran parte de la prensa del siglo XIX se ha perdido por no considerarse en su día un
documento de valor histórico-científico como para conservarlo adecuadamente. Por ello,
cualquier estudio que utilice las fuentes hemerográficas de este periodo ha de contar con el
condicionante de la carencia de existencias, siendo lo habitual encontrarnos con colecciones
incompletas. En este sentido, tenemos el conocimiento y la intuición de que aún queda un
volumen considerable de periódicos y revistas en colecciones privadas cuyos dueños –en
algunos casos– desconocen lo que tienen, por tratarse de documentos heredados de familiares
que los guardan por su valor sentimental. Desde 2001 hemos llevado a cabo un laborioso
proceso de localización de publicaciones periódicas y vaciado de fondos en busca de datos
musicales. Esta tarea ha sido realizada en diferentes archivos públicos españoles y extranjeros
(de Almería, Barcelona, Granada, Madrid, Sevilla y Estados Unidos), así como en
colecciones privadas de eruditos de la provincia de Granada. Echando la vista atrás a estos
diez años de investigación, hemos de reconocer el enorme coste en tiempo, esfuerzo y dinero
que nos ha supuesto la revisión de cientos de colecciones de diarios y revistas, miles de
números de tales publicaciones e infinidad de páginas impresas.
Afortunadamente, este método de investigación −que podríamos llamar artesanal−
está en vías de extinción en los últimos años. Gracias a las últimas tecnologías, una ingente
cantidad de títulos de prensa está siendo escaneada por un número creciente de bibliotecas,
convirtiendo este material en documentos con formato OCR (Reconocimiento Óptico de
Caracteres) y de acceso libre a través de internet. Ello implica tres ventajas: una, poder
consultar las fuentes de forma inmediata, gratuita y sin desplazarnos de nuestro lugar de
trabajo; dos, disponer de material digitalizado que nos permita su posterior manipulación e
inserción en otros documentos informáticos generados por nosotros −con los permisos
pertinentes a la institución que los alberga−; y tres, optimizar el rastreo de información
musical dentro de cada ejemplar de prensa a través de las teclas de búsqueda. En relación a la
tercera ventaja hemos de tener en cuenta, sin embargo, que un porcentaje de los contenidos
textuales no se captura con la búsqueda informática debido a la lectura incorrecta de los
caracteres (en el caso de que éstos aparezcan inclinados, girados, borrados, oscurecidos,...).
Por ello, a pesar de las facilidades a nuestro alcance, es irremplazable e inevitable en cierta
medida la búsqueda ocular, tanto para verificar que no se nos escapa ningún dato relevante,
480 María Belén Vargas Liñán
como para conocer a fondo el tipo, contexto e ideología de la publicación periódica, además
de ubicar la información que nos interesa dentro del resto de contenidos 1.
A continuación detallamos los archivos consultados in situ y describimos brevemente
las colecciones de fondos hemerográficos que albergan:
1
Consultar el apartado 1.2.5 («Fuentes secundarias y terciarias: Repositorios»), donde se describen las
hemerotecas digitales de prensa histórica a las que hemos tenido acceso.
2
Fecha de la última consulta de los enlaces web: Junio de 2012.
2.1. Metodología: Localización de fuentes 481
3
Carlos DORADO: «Hemeroteca Municipal de Madrid», DMEH, vol. 6, Madrid: SGAE, 2000, págs.
226-227.
482 María Belén Vargas Liñán
Hemeroteca Provincial Sofía Moreno Garrido de Almería (c. Navarro Rodrigo 17,
Almería):
Creada en los años 80 del siglo XX a raíz de una donación particular de fondos, este
archivo nació con el objetivo de impulsar el patrimonio biblio-hemerográfico almeriense.
Además de libros, folletos, láminas y otros materiales, conserva 134 publicaciones periódicas
del siglo XIX, principalmente de Almería, además de otros puntos de Andalucía y Murcia.
<http://www.bibliotecadiputacion.almeria.es/>
Biblioteca del Real Conservatorio Superior de Música de Madrid (c. Santa Isabel 53,
Madrid):
La biblioteca del Conservatorio de Música y Declamación de Madrid ya fue
proyectada en el momento de su creación en 1830, hecho que se recoge en los estatutos del
centro redactados por Francesco Piermarini. Sin embargo no se haría una realidad en ese
momento. En la actualidad, este centro posee un gran volumen de partituras del siglo XIX, así
como libros y revistas especializadas de aquella centuria (la colección de prensa musical
complementa la existente en la Biblioteca Nacional). Esperamos que este archivo pronto
publique un catálogo pormenorizado de sus fondos y, en especial, de las revistas que alberga.
<http://www.educa.madrid.org/web/csm.realconservatorio.madrid/biblioteca_labibliot
eca.html>
2.1. Metodología: Localización de fuentes 483
Hispanic Society of America (613 West 155th St, Nueva York-NY 10032, EEUU):
Esta institución cuenta con un museo y una biblioteca dedicada a las artes y la cultura
del mundo hispánico. Fue fundada a principios del siglo XX y alberga una de las más
prestigiosas colecciones de arte y literatura hispanas fuera de la Península Ibérica y de
América Latina. La colección de prensa española correspondiente al periodo entre 1833 y
1874 es muy variada, asciende a casi 60 títulos publicados en toda la geografía española,
destacando la correspondiente a prensa diaria y revistas culturales y satíricas.
<http://www.hispanicsociety.org>
4
Hay que tener en cuenta que un grupo importante de publicaciones se ha perdido y sólo se conoce a
través de fuentes secundarias.
5
Desde estas líneas queremos agradecer la valiosa ayuda proporcionada por Rafael del Rosal Pauli en
Loja, Isabel Garcés Arcos y Antonio Peralta Gámez en Motril, Antonio García de Paredes Muñoz en Baza, y
Julio Javier García de los Reyes en Guadix. Todos ellos, coleccionistas y cronistas de vocación, han dedicado
décadas de su vida a estudiar la historia de sus respectivas localidades.
2.2. TRATAMIENTO Y ORGANIZACIÓN DE LA INFORMACIÓN:
Cuando investigamos por primera vez una publicación periódica, antes de proceder al
vaciado de datos musicales debemos analizar las características de la fuente en sí misma para
contextualizar la información que nos interesa. Para ello, es recomendable hacer una
exploración lo más detenida posible de todas las existencias conservadas de la fuente, con el
fin de tener una visión de conjunto. En este sentido, aconsejamos adquirir reproducciones de,
al menos, varios números completos de cada título, preferiblemente en formato digital 1. El
análisis general de la publicación nos permitirá conocer diversos aspectos de la misma: sus
datos identificativos (título completo, lugar de publicación, cronología, periodicidad,
números editados, relación con otras publicaciones); los autores y responsables; los
elementos físicos que la caracterizan (páginas, formato, medidas); sus contenidos generales y
musicales (tipología, ideario, línea editorial y secciones estables, temáticas y géneros
periodísticos con información musical, suplementos); así como las existencias localizadas
(archivos, soportes, estado de conservación). Por otra parte, hemos de tener en cuenta que
podemos obtener algunas de esas informaciones a partir de los catálogos hemerográficos
donde se incluye la revista o periódico investigado, lo cual nos ahorra parte del trabajo
(siempre y cuando después cotejemos la información con la fuente original) 2.
Con el fin de sistematizar la información anterior, hemos diseñado una plantilla o
modelo de ficha de publicación periódica para procesar la información relativa a cada título
periodístico. Ha sido elaborada basándonos en el esquema propuesto por RIPM
(Retrospective Index to Music Periodicals) para los estudios introductorios de cada revista
musical. También hemos consultado las fichas que utilizan diversos catálogos de prensa
1
Ya hemos comentado que en la actualidad se están digitalizando y disponiendo en la red gran parte de
los fondos hemerográficos del siglo XIX, sin embargo aún queda mucho por hacer. En los casos en que no se
haya llegado a este tratamiento, las soluciones de reproducción de periódicos y revistas antiguos son muy
diversas en función de la normativa de cada centro: unos archivos permiten hacer fotografías sin flash con
cámara particular, otros proporcionan reproducción en formato de fotocopia (papel), Cd, microfilm o
diapositiva.
2
Consultar el apartado 1.2.4 («Fuentes secundarias y terciarias: Catálogos y bases de datos»).
486 María Belén Vargas Liñán
editados por archivos e instituciones españolas 3, así como las que aportan Jacinto Torres y
Claudi Fuster en sus respectivas recopilaciones de revistas musicales españolas y catalanas 4.
3
Carlos DORADO FERNÁNDEZ: Publicaciones periódicas del siglo XIX. España, Madrid:
Hemeroteca Municipal de Madrid, 2001 y 2002 (varios vols.); Antonio MANJÓN-CABEZA SÁNCHEZ: Guía
de la prensa de Granada y Provincia (1706-1989), Granada: Hemeroteca del Museo de la Casa de los Tiros,
1995, 2 vols.
4
Jacinto TORRES MULAS: Las publicaciones periódicas musicales en España (1812-1990). Estudio
crítico-bibliográfico. Repertorio general, Madrid: Instituto de Bibliografía Musical, 1991, págs. 129-130;
Claudi FUSTER I SOBREPERE: Catàleg de la premsa musical barcelonina des dels seus orígens fins al final
de la Guerra Civil (1817-1939), Barcelona, Arxiu Municipal, 2002, págs. 21-25.
2.2. Metodología: Tratamiento y organización de la información (catalogación) 487
FICHA n.º
Título
Subtítulo / Lema
IDENTIFICACIÓN
Lugar
Fechas (inicio / cese)
Periodicidad
Números publicados
Importancia relativa /
Contexto histórico
Relación con otras revistas
y periódicos
Fundador / Director
Editor/es principal/es
RESPONSABLES
Impresor/es
Otros impulsores
(instituciones, empresas)
Redactores
Colaboradores musicales
Corresponsales
Seudónimos / iniciales
Páginas
DESCRIPCIÓN
Formato
FÍSICA
(columnas, cabecera,
paginación, decoración)
Medidas
Precio
Tipología
GENERALES
Ideología
Línea editorial / Orientación
temática
CONTENIDOS
Secciones estables
Temáticas
MUSICALES
Géneros periodísticos
Artículos significativos
Suplementos
Valoración de la presencia
de la música
Archivo/s
Signatura
FONDOS
Dirección web
Existencias
(fechas / números)
Soporte
Conservación
Tabla 1. Modelo de ficha de publicación periódica
488 María Belén Vargas Liñán
Para completar los campos de esta ficha de trabajo hemos de analizar la publicación
periódica en toda su extensión. Desde el punto de vista documental, el análisis de la fuente
hemerográfica nos posibilitará clasificar y tratar sus características desde premisas objetivas
(tipología y orientación, años de aparición, géneros y temáticas musicales, cantidad y calidad
de los contenidos musicales, etcétera). Así mismo, aprenderemos a localizar y saber
interpretar la información musical contenida en sus páginas, valorando la presencia de ésta en
relación al conjunto y conociendo con qué propósito se publica (finalidad informativa,
recreativa o instructiva). Por otro lado, si nuestra investigación pretende analizar repertorios
completos de prensa (de un lugar, periodo temporal o tipo de fuente concretos),
recomendamos elaborar gráficos cronológicos y gráficos que reflejen el número de entregas
publicadas por cada título, pues visualmente nos mostrarán cuáles fueron las publicaciones
periódicas más importantes del conjunto estudiado, y los años con mayor y menor número de
revistas lanzadas al mercado.
A modo de ejemplo, aportamos en las páginas siguientes las fichas de cuatro
publicaciones periódicas de diversa tipología surgidas en Madrid y Granada: una revista de
orientación femenina, Correo de las Damas (Madrid, 1833); una publicación musical
especializada, La Iberia Musical (Madrid, 1842); un semanario artístico-literario
postromántico, El Álbum Granadino (Granada, 1856); y un diario político de información
general, La Idea (Granada, 1868-1873).
2.2. Metodología: Tratamiento y organización de la información (catalogación) 489
FICHA n.º 1
Título Correo de las Damas
Periódico de Modas, Bellas Artes, Amena Literatura, Música,
Subtítulo
Teatros, etc. / Periódico de Música, Teatros y Modas
IDENTIFICACIÓN
Lugar Madrid
Fechas (inicio / cese) 3/6/1833-31/12/1835 (suspendida tras 30/5/1834 hasta 7/1/1835)
Periodicidad Semanal (1833), 6 al mes (1834), 4 al mes (1835)
Números publicados 100 (más prospecto)
Importancia relativa / Primera revista femenina española de «modas y salones», marca
Contexto histórico tendencias en las publicaciones posteriores, de influencia francesa
Relación con otras
Vínculos con la revista El Artista
revistas y periódicos
Fundador / Director
Editor propietario Ángel Lavagna
RESPONSABLES
FICHA n.º 2
Título La Iberia Musical
Periódico Filarmónico de Madrid. Diario de los Artistas, de las
Subtítulo Sociedades y de los Teatros, dirigido por una Sociedad de
IDENTIFICACIÓN
Profesores
Lugar Madrid
Fechas (inicio / cese) 2/1/1842-28/8/1842
Periodicidad Semanal
Números publicados 35 (más prospecto)
Importancia relativa / Primera revista especializada en música de la España peninsular,
Contexto histórico referencia para otras publicaciones posteriores
Relación con otras Continuada por La Iberia Musical y Literaria (1842-1845) y La
revistas y periódicos Iberia Musical (1846)
Fundador / Director Joaquín Espín y Guillén
Editor principal
RESPONSABLES
Medidas 26 x 17 cm
Precio 12 reales (suscripción mensual), 40 reales (suscripción trimensual)
Tipología Musical especializada
GENERALES
Secciones estables
Curiosidades musicales, Advertencias a los suscriptores...
Ópera, compositores, historia de la música, música española,
Temáticas
actualidad musical, Conservatorio de Madrid, sociedades...
MUSICALES
FICHA n.º 3
Título El Álbum Granadino
Subtítulo Periódico Artístico y Literario
IDENTIFICACIÓN
Lugar Granada
Fechas (inicio / cese) 3/2/1856-16/11/1856
Periodicidad Semanal
Números publicados 42
Importancia relativa / Revista postromántica con una visión pesimista de la cultura
Contexto histórico granadina por la emigración de los talentos locales a la Corte
Relación con otras Recoge la herencia cultural de la revista El Eco de Occidente
revistas y periódicos (1854-1855), publicada por Pedro Antonio de Alarcón
Directores, Propietarios José Salvador de Salvador y Antonio J. Afán de Ribera
Editor principal
Francisco Ventura Sabatel (núm. 1-4), Tomás Astudillo (núm. 5-
RESPONSABLES
Impresor
15), Sres. Higueras y Otero (núm. 16-42)
Otros impulsores
(instituciones, empresas)
Redactores José Salvador de Salvador y Antonio J. Afán de Ribera
J. M. Arrambide, M. Pineda (ilustrador), N. Paso Delgado, N. Roda; R.
Colaboradores musicales Entrala, M. Vázquez, F. Rodríguez Murciano, A. Guillén, A. Cruz, B.
Ruiz Henares, J. Espinel y Moya, A. Martín Blanca... (compositores)
Corresponsales
Seudónimos / iniciales Alpújar, El Tío Paco, El Galán Duende
Páginas 8 (6)
DESCRIPCIÓN
FÍSICA
Dirección web
Existencias
Completas
(fechas / números)
Soporte Microfilm y papel
Conservación Buena
492 María Belén Vargas Liñán
FICHA n.º 4
Título La Idea
Subtítulo Diario Defensor de los Derechos del Pueblo / Diario Republicano Federal
IDENTIFICACIÓN
Lugar Granada
Fechas (inicio / cese) 12/10/1868-3/5/1873 (?)
Periodicidad Diaria (excepto lunes)
Números publicados 102 (?) en 1.ª época; 847 en 2.ª y 3.ª épocas
Importancia relativa / Representante de la prensa liberal granadina del Sexenio
Contexto histórico Democrático
Relación con otras
Polémicas con el diario católico La Alhambra (1857-1874)
revistas y periódicos
Eduardo José Reillo (1870), Francisco de P. Entrala (1871), Melchor
Director/es
Almagro (1871), Bernardo Perier (1872), Juan Quirós (1873)
RESPONSABLES
Editor principal
Impresores Fco. de los Reyes, Imp. Granadina, Imp. de La Idea, Lorenzo Puchol
Otros impulsores
Redactores Los directores
Francisco de Paula Entrala, Severino Pérez Vázquez, Manuel del
Colaboradores musicales
Palacio, Pedro Antonio de Alarcón, etc.
Corresponsales
Seudónimos / iniciales Jadihel, Trueno Gordo, M., E. R., F. C., X.
Páginas 4
DESCRIPCIÓN
FÍSICA
Secciones estables
Espectáculos públicos, Anuncios, Variedades, Comunicados
Vida teatral (espectáculos, compañías, público), cafés musicales,
Temáticas
comercio musical, aficionados, himnos, bandas, conciertos
Avisos, carteleras, noticias, reseñas, comentarios, anuncios,
MUSICALES
Géneros periodísticos
poesías, programas
Sobre la aficionada Martirio Fernández Arroyo (2.ª época, n.º 15); sobre la
Artículos significativos actuación de Silverio Franconetti en el café El Recreo(1.ª época, n.º 10-11)
Suplementos No
Valoración de la presencia Contenido moderado pero interesante para un diario político /
de la música calidad aceptable (crítico con los círculos musicales conservadores)
Archivo/s CTG, BVA
Signatura CTG: 168
FONDOS
5
Jacinto TORRES: «El Anfión Matritense: Periódico Filarmónico-Poético (Madrid, 1843)», en
Trabajos de la Asociación Española de Bibliografía, vol. 2, Madrid: Asociación Española de Bibliografía, 1998,
págs. 421-458.
494 María Belén Vargas Liñán
Otro modelo posible es el propuesto por RIPM, que hace un vaciado íntegro de cada
publicación periódica musical 8. Este sistema tiene la ventaja de aplicarse de forma
exhaustiva y estandarizada en publicaciones de diferentes países. Cada trabajo de RIPM
consta de tres partes: un calendario, un índice de palabras-clave y autores, y un estudio
introductorio de la revista musical.
6
Yolanda F. ACKER: Música y danza en el «Diario de Madrid» (1758-1808). Noticias, avisos y
artículos, Madrid: Centro de Documentación de Música y Danza-INAEM, 2007.
7
El catálogo de Acker está inspirado en otro anterior sobre noticias festivas y ceremoniales de la
Gaceta de Madrid entre 1700 y 1759, que incluye abundante información musical. Véase Margarita
TORRIONE (ed.): Crónica festiva de dos reinados en la «Gaceta de Madrid» (1700-1759), Toulouse: C.R.I.C.
Université de Toulouse-Le Mirail; Paris: Ophrys, 1998.
8
Para ampliar información sobre el proyecto internacional RIPM y conocer su actividad, consultar el
apartado 1.2.4 («Fuentes secundarias y terciarias: Catálogos y bases de datos»).
2.2. Metodología: Tratamiento y organización de la información (catalogación) 495
9
La catalogación de RIPM establece diversos niveles de contenidos dispuestos en el calendario con un
sangrado distinto. Los editores del catálogo distinguen entre siete niveles: el nivel 1 corresponde a una unidad
independiente de contenido, el nivel 2 a una sección única dentro de una unidad, el nivel 3 a cada una de las
secciones pertenecientes a una unidad (en el caso de que haya varias), el nivel 4 a cada subsección que forme
parte de una sección, el nivel 5 a partituras o imágenes independientes dentro de un título común, el nivel 6 a un
título colectivo de ejemplos musicales o ilustraciones dentro de un contenido de texto más amplio, y el nivel 7 a
cada uno de estos ejemplos musicales o visuales. Véase la guía del usuario publicada por RIPM
<http://www.ripm.org/pdf/spanish.pdf>.
496 María Belén Vargas Liñán
A partir de 2000 los trabajos de RIPM están siendo publicados en edición electrónica
(sólo pueden consultarse en línea mediante suscripción) y en la actualidad han dejado de
editarse en papel. La reforma ha venido acompañada, desde mayo de 2009, de la
2.2. Metodología: Tratamiento y organización de la información (catalogación) 499
digitalización de los fondos originales a los que pueden acceder los suscriptores. Sin duda,
este nuevo aporte era extremadamente necesario para cubrir las lagunas de información que
presentan las entradas del catálogo (los comentarios editoriales resultaban en muchas
ocasiones insuficientes para conocer con detalle el contenido de artículos y reseñas). El
catálogo informatizado puede consultarse con dos fines, para realizar búsquedas de palabras o
simplemente para echar un vistazo a la revista indexada. El primero permite localizar
fácilmente datos concretos pues ofrece la posibilidad de limitar la búsqueda en varios
parámetros (revista, idioma, años, palabras-clave, autor, tipo de contenido, etcétera) y así
hacerla más efectiva. El modo de vista presenta el calendario de la publicación periódica con
un aspecto similar al de la edición tradicional en papel. A continuación mostramos el aspecto
del calendario on-line en modo de búsqueda. En el siguiente ejemplo, la localización de
información se limita a los contenidos del tipo reseña («review») que contienen la palabra-
clave «ópera» dentro de la revista La Iberia Musical:
dentro de ésta, a aquellas revistas que conservan completas sus existencias, lo que conlleva
que gran parte de la información musical publicada en prensa no sea considerada ni difundida
a través de esta vía. Un tercer condicionante lo encontramos al observar que el vaciado de
información musical, en algunos casos, no incorpora todos los títulos de obras, personas e
instituciones citadas en la fuente original –sólo lo hace en el caso de reseñas–, pues deja esta
función al criterio editorial y, en consecuencia, el usuario de la base de datos no llega a
conocer detalles musicales a menos que consulte la fuente original.
No queremos dejar de citar dos trabajos que abordan el estudio de la música en las
publicaciones periódicas de determinados contextos geográficos y temporales; uno es el de
Pablo Guerrero Gutiérrez sobre la música en la capital de Ecuador a través del periódico El
Comercio: Bisemanario Mercantil, Científico, Literario Político y Noticioso (Quito, 1886) 10;
y el segundo, el de Lamberto del Álamo, Isaac Lahoza e Isabel Lahoza, quienes realizan una
11
cata de vaciado de noticias musicales en cuatro medios españoles de actualidad . Ambos
estudios reflexionan sobre la importancia de la investigación musical en prensa y proponen
sus propios modelos de fichas de catalogación y bases de datos musicales. Quizá el primero
se queda un tanto obsoleto ya que vuelca los resultados de una investigación efectuada en
1990 y no contempla la opción de informatizar los datos. Con respecto al segundo, se trata de
una iniciativa muy interesante y enormemente intuitiva, si bien no se acompaña de un aparato
científico que lo respalde ni tampoco de un catálogo hemerográfico amplio.
10
Pablo GUERRERO GUTIERREZ: Noticias musicales. La música en Quito y el Teatro Sucre en un
periódico del siglo XIX, Quito: Corporación Musicológica Ecuatoriano CONMUSICA, Archivo Sonoro de la
Música Ecuatoriana, 2005.
11
Lamberto del ÁLAMO, Isaac LAHOZA e Isabel LAHOZA: «Música y prensa diaria. Creación de
una hemeroteca musical informatizada», Eufonía. Didáctica de la Música, n.º 21 (enero 2001), págs. 107-115.
2.2. Metodología: Tratamiento y organización de la información (catalogación) 501
Tras estudiar los sistemas anteriores para catalogar revistas musicales, pasamos a
describir nuestro modelo o método de vaciado y catalogación. Nuestra reflexión sobre la
necesidad de aplicar una metodología al vaciado de información musical de la prensa, se
12
originó tras conocer un artículo del profesor Ramón Sobrino publicado en 1993 . En él se
sintetizaba la línea de trabajo llevada a cabo por su grupo de investigación sobre el vaciado y
tratamiento informático de la prensa musical española del siglo XIX y principios del XX.
Este modelo es el que inspiró al Dr. Francisco J. Giménez Rodríguez en su estudio inédito
titulado Música española en el cambio de siglo: Granada y la revista «La Alhambra» (1884-
1924) y, basándonos en ambos, hemos creado el que planteamos en esta tesis.
Para diseñar la ficha de contenidos musicales de la prensa hemos utilizado la
herramienta Microsoft Access (de la suite Microsoft Office), mediante la cual gestionamos la
información musical como una base de datos. Los apartados pueden completarse tanto en el
modo de «tabla» como en el de «formulario», siendo éste último el que da el aspecto final a
la ficha, pues permite visualizar de forma ordenada la imagen de la fuente original así como
los datos extraídos de su análisis. Nuestra herramienta presenta una serie de ventajas con
respecto al resto de modelos examinados, entre las que podemos mencionar las siguientes:
–Puede aplicarse a cualquier tipo de publicación periódica (no exclusivamente
musical), sin limitarse, además, a aquellas que conservan la colección completa de
existencias. Nuestra premisa es incluir cualquier contenido con información musical por muy
escaso que éste sea en la producción hemerográfica de información general y orientación
cultural.
–Permite localizar cualquier dato musical: obras, personas, instituciones, lugares,
publicaciones periódicas o establecimientos comerciales relacionados directa o
indirectamente con la música.
–Realiza un tratamiento de la información más analítico al incorporar los campos
«Género» y «Palabras clave», que creemos pueden facilitar al investigador la búsqueda de la
información musical.
12
Ramón SOBRINO: «Un estudio de la prensa musical española en el siglo XIX: vaciado científico e
índices informáticos de la prensa musical española», Revista de Musicología, vol. XVI/3, n.º 6 (1993), págs.
3.510-3.518.
502 María Belén Vargas Liñán
A diferencia del sistema del RIPM, que basa su catálogo en unidades dentro de las
cuales los contenidos se organizan en categorías o niveles −según su localización en la fuente
original−, nuestro modelo de catalogación presenta todos los contenidos al mismo nivel de tal
manera que a cada uno de ellos corresponde una entrada o ficha hemerográfica. A pesar de
eso, refleja también la ubicación del contenido catalogado indicando la sección o apartado
donde se encuentra.
El criterio que hemos seguido para vaciar los fondos de prensa consiste en dedicar una
ficha o unidad hemerográfica por cada contenido musical independiente y con entidad. En
cuanto al aspecto o distribución de los campos, cada ficha se distribuye en tres columnas:
–La columna de la izquierda está ocupada principalmente por la imagen digitalizada
de la fuente original. Hemos de aclarar que siempre reproduciremos páginas íntegras −no
fragmentos− de la publicación periódica con el fin de que podamos disponer de toda la
información que nos transmite la fuente. Además del texto, hemos de tener en cuenta los
elementos no verbales (gráficos, imágenes) y los elementos paralingüísticos (sección, página,
13
titular, despiece, ubicación en la página) . La imagen puede ampliarse a través de los
comandos «Ver con Windows» o «Ver con programa externo», que permiten una cómoda
lectura. Así mismo, podemos pasar a las páginas siguientes de la fuente −si las hubiera−
mediante las flechas inferiores. Bajo la imagen hemos ubicado el campo «Observaciones»,
para introducir cualquier aclaración sobre la ficha.
–La columna central, más estrecha, corresponde a los campos «Género/s» y «Palabras
clave» (en el caso de ésta última, hemos reservado siete espacios para describir con detalle la
temática de la información musical).
–La columna de la derecha incluye el resto de campos de texto relativos a datos sobre
la publicación periódica (título de la revista, lugar, número, fecha y páginas), así como la
información musical propiamente dicha (sección, título y apartado; autor; resumen del
contenido; personas, obras e instituciones musicales; lugares de interés musical;
publicaciones periódicas y establecimientos comerciales vinculados con la información
musical).
13
El conocer la ubicación y el contexto de la información musical dentro de la publicación periódica es
fundamental ya que nos ayuda a inferir el grado de relevancia o insignificancia dado a ésta. En otros casos, sin
embargo, los contenidos son dispuestos por el cajista o maquetador en función de su extensión y de otros
condicionantes; por ejemplo, el texto situado en la tercera plana es reajustado hasta casi el momento de entrar en
imprenta ya que en dicho lugar se introduce la información recibida al cierre de la edición (telegramas y noticias
de alcance o última hora).
2.2. Metodología: Tratamiento y organización de la información (catalogación) 503
Con respecto a los datos aportados en la ficha, distinguimos tres tipos de campos que
aparecen en colores diferentes:
a) Campos en azul: contienen información objetiva de la publicación periódica y del
catálogo.
Registro: número de registro de la ficha dentro de nuestro catálogo.
Publicación: título del periódico o revista (sin subtítulo).
Fecha: expresada en año, mes y día (aaaa/mm/dd); año y mes (aaaa/mm); o año
(aaaa), según los datos cronológicos conocidos. Si la información musical se ha
publicado en varios números de la publicación, habrá que crear tantas fichas
como contenidos periodísticos comprenda.
Serie / Tomo / Época / Año / Número (según aparece en la fuente original).
Páginas (según aparece en la fuente original).
Sección / Título / Apartado: titulares de la publicación periódica que albergan la
información musical catalogada, especificando los distintos niveles de ubicación
(de más amplio a más reducido). En el caso de no llevar enunciado se utilizan
tres asteriscos (* * *). Sin embargo, si se trata de un contenido sin titular que
forme parte de una sección más amplia junto con otros contenidos similares,
habrá que poner alguna indicación entre corchetes para ayudar a localizarlo con
rapidez en la fuente original (número de orden aparición, columna izquierda-
derecha-central, espacio inferior-superior, etcétera).
Autor/es: nombre y apellidos, iniciales o seudónimo de los firmantes (según
aparece en la fuente original o completada entre corchetes). En el caso de
contribuciones anónimas se utilizan tres asteriscos (* * *).
b) Campos en rojo oscuro: aportan datos extraídos del contenido periodístico.
Contenido: descripción resumida de la información periodística utilizando
guiones y formas verbales no conjugadas para facilitar la lectura.
Personas: nombre de las personas aparecidas en la fuente aclarando la actividad
musical o cultural por la que son citadas.
Obras: piezas musicales mencionadas en la fuente incluyendo los datos
conocidos en el orden siguiente: Compositor, Título (género musical),
Libretista; Intérprete/s; Lugar de ejecución (fecha). Cuando se citan más de dos
obras musicales interpretadas en algún evento, sintetizamos la información
504 María Belén Vargas Liñán
1
Pedro MUÑOZ PEÑA: «Lección LVIII», en Elementos de retórica y poética ó Literatura preceptiva,
Valladolid: Imprenta y Librería Nacional y Extranjera de los Hermanos de Rodríguez, 1892, pág. 357.
2
Ibíd., págs. 357-359.
514 María Belén Vargas Liñán
comentarios −comments−, es decir, entre información y opinión. A mediados del siglo XIX,
esta segunda tendencia comienza a perfilarse en el panorama periodístico español pero sin
desbancar la hegemonía de la prensa ideológica. El empuje del periodismo informativo es
propiciado por un conjunto de mejoras tecnológicas y en las comunicaciones (invención del
telégrafo y desarrollo del ferrocarril), así como por el surgimiento de las agencias de prensa,
la progresiva alfabetización de la sociedad española y la aparición de una serie de conflictos
internacionales (guerra de Crimea, unificación de Italia, conflicto del Norte de África) que
demandan mantener puntualmente informada a la población 3. Esta tendencia, a la que va
ligada una concepción empresarial del periódico, se refuerza progresivamente en los inicios
del siglo XX al mismo tiempo que disminuye el interés por la prensa ideológica y política en
España.
La tercera tendencia es la del periodismo explicativo o interpretativo, que se inicia
después de la Segunda Guerra Mundial y se desarrolla en la segunda mitad del siglo XX.
Surge a consecuencia de la necesidad de los lectores de una explicación o interpretación de
las noticias que reciben de otros medios −como la radio y la televisión−, pero sin enjuiciarlas.
En la actualidad, la aparición de internet ha revolucionado el mundo de la comunicación,
provocando el nacimiento del periodismo digital en los inicios del milenio. El
ciberperiodismo no sólo aporta una copia de la publicación periódica en la web, sino también
ha creado una nueva forma de hacer periodismo. En la tabla siguiente mostramos el
desarrollo de las tendencias periodísticas a lo largo de la historia, destacando la franja
temporal correspondiente a nuestro estudio:
1800 1835 1850 1870 1900 1920 1945 1975 1990 2010
Periodismo ideológico
Periodismo informativo
Periodismo explicativo
Periodismo digital
3
Los primeros periódicos españoles de este tipo fueron La Carta Autógrafa (1848) −reconvertida en La
Correspondencia de España (1858)− donde los artículos de fondo de la primera plana ceden sitio a las noticias;
Las Novedades (1850), Las Provincias (Valencia, 1866), El Imparcial (1867) y La Voz de Galicia (A Coruña,
1872).
2.3. Metodología: Clasificación y análisis de contenidos musicales 515
4
Pastora MORENO ESPINOSA: «Géneros para la persuasión en prensa: los artículos de opinión del
diario El País», Ámbitos: Revista Internacional de Comunicación, n.º 6 (2001), págs. 107-121
<http://grupo.us.es/grehcco/ambitos06/pastora.pdf>.
5
Marta PALENQUE SÁNCHEZ: «Entre periodismo y literatura: indefinición genérica y modelos de
escritura entre 1875 y 1900», en Luis Felipe DÍAZ LARIOS y Enrique MIRALLES (coords.), Del
Romanticismo al Realismo: Actas del I Coloquio de la Sociedad de Literatura Española del siglo XIX,
Barcelona: Universitat de Barcelona, 1998, págs. 195-204; Sonia FERNÁNDEZ PARRAT: «Periodismo y
literatura: una contribución a la delimitación de la frontera», Estudios sobre el Mensaje Periodístico, n.º 12
(2006), págs. 275-284.
6
Rafael YANES MESA: Géneros periodísticos y géneros anexos: Una propuesta metodológica para
el estudio de los textos publicados en prensa, Madrid: Fragua, 2004.
516 María Belén Vargas Liñán
− Para establecer el listado de categorías temáticas propuesto nos hemos guiado por
la frecuencia y regularidad con que aparecen dichos temas en las fuentes
hemerográficas estudiadas, así como por el conocimiento de la realidad musical
del siglo XIX español que nos proporcionan los estudios musicológicos actuales.
En este sentido, hemos añadido algunas entradas que, a pesar de estar
escasamente representadas en la prensa investigada, serán temáticas que tendrán
mayor auge en la prensa posterior (como «Etnomusicología», «Musicología»,
«Musicoterapia» o «Wagnerianismo»).
− Las categorías temáticas y de géneros establecidas son susceptibles de ampliarse
o reducirse en función de nuevas revisiones y de la incorporación de catálogos de
revistas de diferentes épocas que reflejen nuevas realidades de la música.
− Los ejemplos escogidos de géneros y temáticas pertenecen a publicaciones
periódicas publicadas entre 1833 y 1874, el marco temporal de nuestro estudio.
Únicamente quedan fuera de él dos textos de 1830 y 1875, que hemos
seleccionado por ser de gran interés para ejemplificar determinados géneros
periodísticos.
− Algunos contenidos examinados presentan características propias de más de un
género periodístico; esto es debido al carácter mixto de la prensa decimonónica.
− Dentro del abanico de géneros propuesto encontramos unas categorías
periodísticas más definidas −entre ellas, el artículo de fondo, la crónica, la crítica,
etcétera− y otras que no son géneros propiamente dichos sino formas de redactar
y transmitir la información en la prensa −tales como la carta, el diálogo, el
listado, el catálogo, el glosario, el prospecto, etcétera−.
− Existen géneros periodísticos no contemplados en nuestra clasificación, como el
reportaje y la entrevista, que cobraron auge a partir de finales del siglo XIX y, por
tanto, quedan fuera del periodo de esta investigación.
2.3.1. Clasificación y análisis de contenidos musicales por géneros literario-periodísticos:
1
Véanse las voces «Aclaración», «Advertencia», «Glosa», «Ítem», «Mentís», «Nota», «Rectificación»
y «Suelto», en José MARTÍNEZ DE SOUSA: DICP, 2.ª ed. act., Madrid: Paraninfo, 1992.
522 María Belén Vargas Liñán
G2. Anécdota:
Relato breve de un suceso curioso y poco conocido que se hace como ilustración,
ejemplo o entretenimiento. Aunque a veces sean humorísticas, el principal propósito de las
anécdotas no es simplemente provocar risa, sino expresar una realidad más general que el
cuento corto, ilustrando o ejemplificando una situación o personaje 2. En la prensa, hemos
localizado descripciones de sucesos que ilustran en tono satírico los convencionalismos socio-
musicales de las clases burguesas; episodios ocurridos a compositores y cantantes famosos;
narraciones de hechos acaecidos en el pasado que condicionaron la evolución de un género
musical o un baile determinado, etcétera.
2
Véase la voz «Anécdota», en MARTÍNEZ DE SOUSA: DICP, op. cit.; REAL ACADEMIA
ESPAÑOLA: Diccionario de la lengua española, op. cit.
524 María Belén Vargas Liñán
G2. Anécdota:
G2. Anécdota:
3
Véanse las voces «Anuncio», «Anuncio breve», «Anuncio preferente», «Argumento», «Noticia-
anuncio» y «Reclamo», en MARTÍNEZ DE SOUSA: DICP, op. cit.; Antonio CHECA GODOY: «El Siglo XIX.
La edad dorada de la publicidad impresa», en Historia de la publicidad, A Coruña: Netbiblo, 2007, págs. 33-57.
2.3.1. Metodología: Géneros periodístico-literarios 527
4
Una propuesta para estudiar los anuncios de productos musicales en la prensa decimonónica la
encontramos en M.ª Belén VARGAS LIÑÁN: «El comercio en torno a la música de tecla en Granada a través de
la prensa (1833-1874)», en Luisa MORALES y Walter A. CLARK (eds.): Antes de Iberia: de Masarnau a
Albéniz, Garrucha (Almería): Asociación Cultural Leal, 2009, págs. 67-121.
528 María Belén Vargas Liñán
Imagen 9. «Teatro»
El Postillón (Gerona), año 6, n.º 1.406 (27-4-1842), pág. 4
5
Véanse la voces «Artículo», «Artículo doctrinal o doctrinario» y «Opinión», en MARTÍNEZ DE
SOUSA: DICP, op. cit.; Pastora MORENO ESPINOSA: «Géneros para la persuasión en prensa: los artículos de
opinión del diario El País», Ámbitos: Revista Internacional de Comunicación, n.º 6 (2001), págs. 107-121
<http://grupo.us.es/grehcco/ambitos06/pastora.pdf> [Junio de 2012]; íd.: «Rasgos diferenciales de los géneros
periodísticos de opinión», Sala de Prensa: Web para Profesionales de la Comunicación Iberoamericanos, año
V, vol. 2, n.º 60 (octubre 2003) <http://www.saladeprensa.org/art501.htm> [junio de 2012].
532 María Belén Vargas Liñán
Imagen 16. José María de A[ndueza]: «De la zarzuela. Artículo primero» (1.ª pág.)
La Zarzuela (Madrid), año 1, n.º 3 (18-2-1856), pág. 17
2.3.1. Metodología: Géneros periodístico-literarios 533
Imagen 18.
Francisco Flores Arenas:
«Del estado de los teatros
en España»
La Moda Elegante (Cádiz),
año 23, n.º 46 (13-11-1864),
págs. 367-268
536 María Belén Vargas Liñán
Imágenes 19-20. José María de Luque: «Folletín. Revista semanal del Teatro»
La Alhambra (Granada), año 1, n.º 144 (16-10-1857), págs. 1-2
2.3.1. Metodología: Géneros periodístico-literarios 537
G5. Aviso:
Noticia o advertencia dada a alguien. Dentro del significado polisémico que encierra el
término «aviso», nosotros lo aplicamos en su connotación de información breve referida a un
hecho que se prevé va a suceder, es decir, en el sentido de «adelanto» o «avance». De otro
modo lo asemejaríamos a una noticia breve, esto es, un suceso ya acaecido. Por otro lado,
también incluimos en esta categoría las llamadas insertas en primera página sobre algún
contenido aparecido en el interior de la publicación periódica o en el suplemento 6.
6
Véanse las voces «Adelanto», «Advertencia», «Avance», «Aviso», «Llamada» y «Rataplán», en
MARTÍNEZ DE SOUSA: DICP, op. cit.
538 María Belén Vargas Liñán
G5. Aviso:
G6. Biografía:
Historia de la vida de una persona. Más que biografías extensas, las publicaciones
periódicas suelen ofrecer semblanzas, apuntes o notas biográficas −a veces en varias
entregas−, con ocasión del fallecimiento u homenaje de algún personaje. También
encontramos en la prensa escritos biográficos de figuras del pasado, con el fin de rescatar
talentos olvidados o para instruir a los lectores sobre grandes nombres en la historia de un arte
o disciplina 7. En el terreno musical, son frecuentes los contenidos biográficos dedicados a
compositores y cantantes de ópera. Prácticamente todas las revistas especializadas publicaron
biografías de músicos. Véanse los géneros «Ensayo» (G20) y «Necrología» (G28).
7
Véanse las voces «Artículo biográfico», «Biografía», «Biobibliografía», «Perfil» y «Semblanza», en
MARTÍNEZ DE SOUSA: DICP, op. cit.
540 María Belén Vargas Liñán
G6. Biografía:
G6. Biografía:
G6. Biografía:
8
Alejandro CÓRDOVA JIMÉNEZ: «Las cartas al director como género periodístico», Zer: Revista de
Estudios de Comunicación, vol. 16, n.º 30 (2011), págs. 189-202 <http://www.ehu.es/zer/hemeroteca/pdfs/zer30-
10-cordova.pdf> [Junio de 2012].
9
Véanse las voces «Aviso al público», «Carta abierta», «Carta al director», «Comunicado» y
«Remitido», en MARTÍNEZ DE SOUSA: DICP, op. cit.
544 María Belén Vargas Liñán
G8. Cartelera:
Contenido periodístico que informa sobre las funciones teatrales u otros espectáculos.
Habitualmente se publica en los periódicos −de frecuencia diaria− junto al resto de la
información práctica, pero no suele aparecer en las revistas debido a la periodicidad más
10
dilatada de éstas . Incluye diversos elementos: día y hora de la función, relación de obras a
interpretar (título, autor y género −si son conocidas se obvian algunos datos−), así como el
precio de entrada. Además, puede ofrecer otros detalles, por ejemplo, el nombre de los artistas
que intervienen, si se trata de una función a beneficio de algún componente de la compañía,
los precios de localidades y abonos al comienzo de la temporada, el número de la función de
abono a la que corresponde, las obras que están ensayándose −de próximo estreno−, etcétera.
Véase el género «Programa (de fiestas, conciertos)» (G32) y la temática «Teatro
(programación)» (T79).
10
Véase la voz «Cartelera», en MARTÍNEZ DE SOUSA: DICP, op. cit.; Olga CRUZ MOYA: «La
cartelera teatral almeriense de 1874 a través de la prensa diaria», Revista de Humanidades y Ciencias Sociales
del IEA, n.º 16 (1998), págs. 109-134.
2.3.1. Metodología: Géneros periodístico-literarios 549
G8. Cartelera:
11
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA: Diccionario de la lengua española, op. cit.
2.3.1. Metodología: Géneros periodístico-literarios 551
Imagen 41. «Catálogo de las piezas que la Revista Musical Española ha repartido a sus suscriptores...»
Revista Musical Española (Sevilla), año 2, n.º 34 (1-4-1858), pág. 4
Imagen 42. «Lista de las obras escritas por D. Ramón Carnicer desde el año de 1818» (extracto)
Gaceta Musical de Madrid (Madrid), año 1, n.º 9 (1-4-1855), pág. 66
554 María Belén Vargas Liñán
G10. Chiste:
Dicho o historieta muy breve que contiene un juego verbal o conceptual capaz de
mover a risa. Muchas veces se presenta ilustrado por un dibujo, y a veces consiste sólo en éste
(humor gráfico) 12. La mayoría de chistes musicales que aparecen en la prensa investigada se
refieren al mundo del teatro, por ser uno de los centros principales de la vida social española
del siglo XIX.
12
Véanse las voces «Caricatura», «Chiste», «Historieta» y «Humor gráfico», en MARTÍNEZ DE
SOUSA: DICP, op. cit.; REAL ACADEMIA ESPAÑOLA: Diccionario de la lengua española, op. cit.
2.3.1. Metodología: Géneros periodístico-literarios 555
G10. Chiste:
G10. Chiste:
G11. Crítica:
13
Véanse las voces «Análisis», «Crítica», «Recensión» y «Revista», en MARTÍNEZ DE SOUSA:
DICP, op. cit.; Rafael YANES MESA: Géneros periodísticos y géneros anexos: Una propuesta metodológica
para el estudio de los textos publicados en prensa, Madrid: Fragua, 2004, págs. 153-157; Pedro VÍLLORA:
«Apuntes para un modelo de crítica teatral en prensa», Anales de la Literatura Española Contemporánea
(ALEC), vol. 29, n.º 2 (2004), págs. 135-144.
558 María Belén Vargas Liñán
G11. Crítica:
G11. Crítica:
Imagen 50. «Noticia de algunas obras del Señor D. Manuel José Doyagüe,
que cediendo a nuestra amistad nos ha remitido un modesto y digno discípulo suyo» (1.ª pág.)
El Salmantino (Salamanca), n.º 9 (29-4-1843), pág. 71
560 María Belén Vargas Liñán
G11. Crítica:
G11. Crítica:
G11. Crítica:
G12. Crónica:
14
Véanse las voces «Crónica», «Historia», «Relación» y «Story», en MARTÍNEZ DE SOUSA: DICP,
op. cit.; Juan Carlos GIL GONZÁLEZ: «La crónica periodística. Evolución, desarrollo y nueva perspectiva:
viaje desde la historia al periodismo interpretativo», Global Media Journal (Edición Iberoamericana), vol. 1, n.º
1 (primavera 2004) <http://gmje.mty.itesm.mx/gil.html> [Junio de 2012].
15
Sobre crónicas especializadas, véanse las voces «Crónica teatral», «Crónica de sociedad», «Crónica
taurina» y «Crónica viajera», en MARTÍNEZ DE SOUSA: DICP, op. cit.; María Celia FORNEAS
FERNÁNDEZ: «La crónica taurina y su verdad», en Periodistas taurinos españoles del siglo XIX, Madrid:
Fragua, 2002, págs. 237-275; íd.: «Orígenes y evolución de la crónica taurina», Estudios sobre el Mensaje
Periodístico, n.º 13 (2007), págs. 385-398; íd.: «¿Periodismo o Literatura de viajes?», Ibíd., n.º 10 (2004), págs.
221-240; Olga PÉREZ ARROYO: «Historia, evolución y teoría de la crónica taurina en la prensa escrita»,
Anuario de la Universidad Internacional SEK (Santiago de Chile), n.º 6 (2000), págs. 225-235.
564 María Belén Vargas Liñán
G12. Crónica:
G12. Crónica:
G12. Crónica:
G12. Crónica:
G12. Crónica:
16
Véase la voz «Artículo de costumbres», en MARTÍNEZ DE SOUSA: DICP, op. cit.; María Celia
FORNEAS FERNÁNDEZ: «El artículo de costumbres: crónica, crítica, literatura y periodismo», Estudios sobre
el Mensaje Periodístico, n.º 11 (2005), págs. 293-308.
570 María Belén Vargas Liñán
G14. Curiosidad:
G14. Curiosidad:
G14. Curiosidad:
G15. Diálogo:
Escrito literario, en prosa o en verso, en que se finge una plática o controversia entre
17
varios personajes . Es un recurso redaccional que, al igual que la epístola, puede utilizarse
en la elaboración de géneros de mayor envergadura, como artículos, críticas, crónicas o
cuadros de costumbres. Cuando el diálogo no es fingido, sino reproducción de una
conversación entre el periodista y un personaje real nos encontramos ante una entrevista,
género que se desarrolla en la prensa desde finales del siglo XIX.
17
Véase la voz «Diálogo», en MARTÍNEZ DE SOUSA: DICP, op. cit.; REAL ACADEMIA
ESPAÑOLA: Diccionario de la lengua española, op. cit.
576 María Belén Vargas Liñán
G15. Diálogo:
G15. Diálogo:
578 María Belén Vargas Liñán
G15. Diálogo:
G16. Discurso:
Escrito de no mucha extensión en el que se discurre sobre una materia para enseñar o
persuadir. Suele aparecer en la prensa decimonónica formando parte de las crónicas de
sociedades culturales u otras instituciones 18. En ellas se transcriben numerosos discursos que
fueron pronunciados en actos de apertura, inauguraciones y otros eventos de carácter
extraordinario de dichas entidades. En el campo musical, hemos de citar el discurso
pronunciado por Barbieri con motivo de la creación de la sección de Música en la Academia
de Bellas Artes de San Fernando en 1874. También hemos incluido uno de los discursos
inaugurales del curso escolar en el Conservatorio de Música de Madrid. En la prensa cultural,
especialmente en los boletines oficiales de sociedades artístico-literarias, los discursos
publicados en sus páginas contienen alusiones indirectas a la música, centrándose en las
disciplinas artísticas en general.
18
Véase la voz «Discurso», en MARTÍNEZ DE SOUSA: DICP, op. cit.; REAL ACADEMIA
ESPAÑOLA: Diccionario de la lengua española, op. cit.
580 María Belén Vargas Liñán
G16. Discurso:
G16. Discurso:
Imagen 72. Emilio Arrieta: «Discurso leído en la inauguración del curso escolar de 1874 a 1875
en la Escuela Nacional de Música, el día dos de octubre» (extracto)
El Arte (Madrid), año 2, n.º 54 (11-10-1874), págs. 1-2
582 María Belén Vargas Liñán
G16. Discurso:
En esta categoría incluimos los escritos redactados por la autoridad donde se disponen
una serie de órdenes o principios a seguir (circulares, bandos, órdenes, decretos, leyes,
disposiciones, edictos, normativas, tarifas, etcétera), que muchas publicaciones periódicas
19
recogen en sus páginas . En la prensa decimonónica, este tipo de escritos suele aparecer en
los boletines oficiales provinciales y en los diarios de información general. En relación a la
música, contamos con bandos municipales por los cuales se regulaban las celebraciones del
carnaval, circulares para el pago de los impuestos de contribución industrial (en los que se
hallan los profesionales del sector musical), tarifas arancelarias donde se indicaba la tasa de
productos importados (como cuerdas de instrumentos) y convocatorias oficiales de
oposiciones para plazas de profesor en el Conservatorio de Música de Madrid. También se
transcribieron íntegramente textos legislativos como el Decreto Orgánico de los Teatros de
1852, o la Ley de Instrucción Pública promulgada en 1857 (conocida como «Ley Moyano»
por ser éste el Ministro de Educación que la aprobó), en la que se regulaban las enseñanzas
profesionales de música.
19
Véanse las voces «Anuncio judicial», «Bando», «Circular», «Comunicado» y «Edicto», en
MARTÍNEZ DE SOUSA: DICP, op. cit.
584 María Belén Vargas Liñán
Imagen 75. Manuel de la Mata (Secretario): «Ministerio de Fomento. Dirección general de Instrucción pública»
Gaceta de Madrid (Madrid), n.º 263 (20-9-1874), pág. 725
2.3.1. Metodología: Géneros periodístico-literarios 585
G18. Editorial:
20
Véanse las voces «Artículo de fondo», «Artículo doctrinal o doctrinario», «Delantal» y «Editorial»,
en MARTÍNEZ DE SOUSA: DICP, op. cit.
588 María Belén Vargas Liñán
G18. Editorial:
G18. Editorial:
Imagen 79. Nicolás de Paso y Delgado [Director de la revista]: «La palabra del Liceo» (1.ª pág.)
El Liceo de Granada (Granada), año 1, n.º 1 (1-4-1869), pág. 1
590 María Belén Vargas Liñán
G18. Editorial:
G18. Editorial:
592 María Belén Vargas Liñán
G19. Efemérides:
21
Véase la voz «Efemérides», en MARTÍNEZ DE SOUSA: DICP, op. cit.
2.3.1. Metodología: Géneros periodístico-literarios 593
G19. Efemérides:
G19. Efemérides:
G19. Efemérides:
G20. Ensayo:
Es un género de opinión que está presente en la prensa desde sus orígenes, en el siglo
XVII. La ensayística publicada en la prensa decimonónica adopta diversas modalidades,
siendo las más representativas el ensayo doctrinal, científico y literario. El ensayo doctrinal
trata cuestiones ideológicas. El ensayo científico consiste en un escrito de divulgación
científica −en cualquier disciplina: arte, letras, ciencias, técnica, estética,...−, con un marcado
carácter didáctico o a modo de tratado condensado, en el que el autor refleja las conclusiones
de su trabajo. A veces se alude al ensayo científico con el término «estudio». El tercer tipo se
caracteriza por su carácter poético y menos conceptual que el anterior. El contenido del
ensayo no suele estar vinculado con la actualidad y el lenguaje empleado es de carácter
erudito. Son quizá estos rasgos los que diferencian el ensayo del artículo de fondo, aunque a
veces es difícil separar la frontera entre ambos géneros. El ensayo periodístico aparece de
forma más habitual en las revistas culturales y especializadas que en las páginas de los
diarios, aunque en éstos últimos hemos hallado también escritos de esta categoría 22.
Con respecto a los ensayos de temática musical publicados en la prensa del siglo XIX,
destacamos la abundante presencia de estudios o ensayos científicos (a veces muy próximos a
los ensayos doctrinales), y en menor medida de ensayos literarios o poéticos.
Véanse los géneros «Artículo de fondo o doctrinal» (G4), «Biografía» (G6) y
«Necrología» (G28).
22
Véanse las voces «Artículo retrospectivo» «Ensayo» y «Estudio», en MARTÍNEZ DE SOUSA:
DICP, op. cit.; Antonio LÓPEZ HIDALGO: «El ensayo periodístico», Estudios sobre el Mensaje Periodístico,
n.º 8 (2002), págs. 293-306.
2.3.1. Metodología: Géneros periodístico-literarios 597
G20. Ensayo:
G20. Ensayo:
G20. Ensayo:
G20. Ensayo:
G20. Ensayo:
602 María Belén Vargas Liñán
G20. Ensayo:
Imagen 91. Nicolás de Roda: «Influencia del teatro en las costumbres, y de éstas en el teatro» (1.ª pág.)
La Alhambra (Granada), tomo 3, n.º 11 (14-6-1840), pág. 125
2.3.1. Metodología: Géneros periodístico-literarios 603
Conjunto de reglas que rigen una institución o normas que regulan un concurso. En la
prensa decimonónica es frecuente la publicación de reglamentos de sociedades culturales y de
establecimientos educativos, así como la inserción de las bases de certámenes artísticos y de
exposiciones industriales.
Véase el género «Documento oficial» (G17).
Imagen 92. «Reglamento general de la Academia Real Española de Música y Declamación» (extracto)
Gaceta Musical y Literaria (Madrid), n.º 21 (31-1-1844), págs. 164-165
604 María Belén Vargas Liñán
Imagen 93. «Don Jorge Ronconi, fundador director de la Escuela de Canto y Declamación de Isabel II»,
La Alhambra (Granada), año 5, n.º 1.370 (18-10-1861), pág. 3
2.3.1. Metodología: Géneros periodístico-literarios 605
Imagen 95.
«Programa para el certamen
musical abierto por la sociedad
El Fomento de las Artes»
La Idea (Granada),
año 4, n.º 359 (20-7-1871), pág. 3
2.3.1. Metodología: Géneros periodístico-literarios 607
G22. Glosario:
Imagen 96. «Nuevo diccionario de música para suplir las necesidades... del arte en general» (extracto)
El Artista (Madrid), año 3, n.º 8 (30-7-1868), pág. 59
23
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA: Diccionario de la lengua española, op. cit.
608 María Belén Vargas Liñán
G22. Glosario:
24
Véanse las voces «Dibujo», «Caricatura», «Figurín», «Gráfico» e «Ilustración», en MARTÍNEZ DE
SOUSA: DICP, op. cit.; GAMONAL TORRES, Miguel Ángel: La ilustración gráfica y la caricatura en la
prensa granadina del siglo XIX, Granada: Excma. Diputación Provincial de Granada, 1983.
25
BOTREL, Jean François, et al.: La prensa ilustrada en España. Las “Ilustraciones” 1850-1920,
Montpellier: Iris, Université Paul Valéry, 1996.
610 María Belén Vargas Liñán
Imagen 100. Antonio Gómez: «Galería de La Iberia Musical: Indalecio Soriano Fuertes»
La Iberia Musical (Madrid), año 1, n.º 11 (13-3-1842), s.p.
Imagen 102. Sierra, Llopis: «Descripción del teatro Real, vulgo de Oriente» [Grabados]
La Ilustración (Madrid), n.º 47 (23-11-1850), pág. 372
2.3.1. Metodología: Géneros periodístico-literarios 613
Imagen 104. « Exposición Universal. Objetos varios: Gran piano por D'eeard [Erard]» [Grabado]
La Ilustración (Madrid), n.º 41 (11-10-1851), pág. 325
614 María Belén Vargas Liñán
G24. Jeroglífico:
Enigma o ejercicio que requiere cierta destreza mental con el objeto de distraer e
instruir al lector. Pasatiempo o juego de ingenio que consiste en presentar un conjunto
compuesto por signos, figuras, letras y partes de voces en que se halla oculta la respuesta a
una frase que se propone 26. Normalmente esta frase no tiene connotaciones filarmónicas pero
los creadores de los pasatiempos periodísticos suelen servirse de signos musicales −claves,
figuras, silencios, pentagramas− para construir la sentencia oculta que hay que descifrar.
Además de este contenido, hemos incluido en esta entrada una curiosa pieza musical a modo
de jeroglífico publicada por la revista La Moda Elegante, donde los intérpretes tienen que
reconstruir la partitura para tocarla al piano a cuatro manos.
Véanse otros ejemplos de jeroglíficos extraídos de la prensa femenina (apartado 1.3.3.,
punto j −Pasatiempos− de esta Tesis doctoral).
26
Véanse las voces «Acertijo», «Adivinanza», «Jeroglífico» y «Pasatiempo», en MARTÍNEZ DE
SOUSA: DICP, op. cit.
616 María Belén Vargas Liñán
G24. Jeroglífico:
Obra dramática escrita para ser puesta en música, dando lugar a los diferentes géneros
27
de teatro musical (ópera, zarzuela y similares) . En ocasiones, las publicaciones periódicas
culturales y teatrales insertaban los libretos de óperas famosas que iban a ser estrenadas en
breve, o bien relataban su argumento para poner en antecedentes al lector.
27
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA: Diccionario de la lengua española, op. cit.
618 María Belén Vargas Liñán
Imagen 113. «Maestros de capilla que hubo en la Santa Iglesia Catedral de Sevilla durante el siglo XVII»
Revista Gaceta Musical (Madrid), año 2, n.º 9 (2-3-1868), pág. 42
620 María Belén Vargas Liñán
G28. Necrología:
28
Véanse las voces «Artículo necrológico» y «Necrología», en MARTÍNEZ DE SOUSA: DICP, op.
cit.;
2.3.1. Metodología: Géneros periodístico-literarios 627
G28. Necrología:
G28. Necrología:
G29. Noticia:
29
Véanse las voces «Alcance», «Boletín», «Breve», «Cuña», «Gacetilla», «Ítem», «Noticia», «Nota»,
«Recorte», «Rumor», «Story», «Suceso», «Última actualidad» y «Urgente», en MARTÍNEZ DE SOUSA: DICP,
op. cit.
630 María Belén Vargas Liñán
G29. Noticia:
G29. Noticia:
G30. Partitura:
30
María Belén VARGAS LIÑÁN: «El suplemento musical en las revistas culturales y femeninas
españolas (1833-1874)», en Begoña LOLO y José Carlos GOSÁLVEZ (eds.), Imprenta y edición musical en
España (ss. XVIII-XX), Madrid: Ministerio de Economía y Competitividad, Universidad Autónoma de Madrid,
2012, págs. 463-476.
2.3.1. Metodología: Géneros periodístico-literarios 633
G30. Partitura:
Imagen 130. M. Soriano Fuertes: «El Curro» (canción española para voz y piano)
Suplemento musical n.º 2 (1.ª pág.)
El Liceo de Córdoba (Córdoba), año 1, n.º 14 (26-12-1844)
634 María Belén Vargas Liñán
G30. Partitura:
G30. Partitura:
31
Véase la voz «Epigrama», en MARTÍNEZ DE SOUSA: DICP, op. cit.; Olga CRUZ MOYA y Ginés
BONILLO MARTÍNEZ: La poesía publicada en la prensa almeriense del siglo XIX, Almería: Diputación de
Almería, Instituto de Estudios Almerienses, 2001.
2.3.1. Metodología: Géneros periodístico-literarios 637
(Programa de concierto)
Imagen 139. El Liceo de Córdoba (Córdoba), año 1, n.º 8 (4-12-1844), pág. 4
642 María Belén Vargas Liñán
Imagen 140. «Anuncios: Festividad del Santísimo Cristo de la Salud, en Santafé [...]» (Programa de fiestas)
BOPG (Granada), n.º 227 (19-9-1858), pág. 4
2.3.1. Metodología: Géneros periodístico-literarios 643
G33. Prospecto:
Exposición o anuncio breve que se hace al público sobre una nueva publicación
periódica, explicando sus características, objetivos y condiciones de venta 32.
32
Véánse las voces «Introducción» y «Prospecto», en MARTÍNEZ DE SOUSA: DICP, op. cit.
644 María Belén Vargas Liñán
G33. Prospecto:
G33. Prospecto:
Género literario en prosa donde se narra una historia imaginaria con el fin de
33
entretener a los lectores . Es muy frecuente en la prensa del siglo XIX la inserción de
novelas por entregas a lo largo de varios números de la publicación con el fin de alimentar el
34
consumo y la suscripción regular . Los editores de la publicación periódica procuraban, de
este modo, no hacer coincidir la conclusión de un serial y el inicio de otro con el final de una
suscripción mensual, sino que el cambio de novela se producía en la mitad de este periodo
para evitar las bajas de los abonados 35.
Los relatos y folletines periodísticos del siglo XIX están plagados de referencias
musicales, pues suelen recrear ambientes burgueses cuyos protagonistas se ven envueltos en
diversas situaciones musicales (asistencia a representaciones operísticas, bailes y conciertos).
En otras ocasiones los relatos reflejan episodios novelescos de artistas músicos del pasado o
de personajes figurados bajo una óptica romántica.
Véase lo tratado en este trabajo sobre la música en los relatos de la prensa femenina
(apartado 1.3.3 / punto b −escritos de creación literaria−).
33
Véanse las voces «Cuento», «Folletín», «Historia», «Narrativa», «Novela», «Relato» y «Serial», en
MARTÍNEZ DE SOUSA: DICP, op. cit.
34
Miguel GALINDO: «Breves notas sobre el periodismo y el folletín en la prensa castellonense del
XIX», Boletín de la Sociedad Castellonense de Cultura, tomo XLVI, vol. II (1970), págs. 174-198; Genoveva
LÓPEZ SANZ: Relato breve de ficción en la prensa de Madrid (1838-1842), tesis doctoral dirigida por María
José ALONSO SEOANE, Madrid: Universidad Complutense de Madrid, 2002; Borja RODRÍGUEZ
GUTIÉRREZ: «Los cuentos de la prensa romántica española (1830-1850): Clasificación temática»,
Iberoromania: Revista dedicada a las Lenguas y Literaturas Iberorománicas de Europa y América, n.º 57
(2003), págs. 1-26.
35
Rafael MAINAR: El arte del periodista, J. L. CEBRIÁN (prólogo), ed. facsímil, Barcelona: Destino,
2005.
2.3.1. Metodología: Géneros periodístico-literarios 647
Imagen 147. G. Romero y Larrañaga: «El rosario de Haydn, o el canto del cisne: I. La torre» (extracto)
La Iberia Musical (Madrid), año 1, n.º 23 (5-6-1842), pág. 91
2.3.1. Metodología: Géneros periodístico-literarios 651
G35. Reseña:
Descripción del contenido y/o ejecución de obras literarias, artísticas o científicas, sin
36
emitir un juicio crítico sobre las mismas . En la prensa española del siglo XIX es difícil
encontrar análisis objetivos de una creación artística sin estar acompañados de comentarios y
opiniones del periodista. A nivel musical, podemos considerar dentro de este género las
informaciones breves sobre interpretaciones y representaciones filarmónicas, así como sobre
bailes, que suelen agruparse en las secciones finales de cada número de una publicación bajo
el encabezado común de «Crónica», «Revista», «Ramillete», etcétera.
Véase el género «Crítica» (G11).
36
Véase la voz «Reseña», en MARTÍNEZ DE SOUSA: DICP, op. cit.; YANES MESA: Géneros
periodísticos y géneros anexos..., op. cit., pág. 233.
652 María Belén Vargas Liñán
G35. Reseña:
G35. Reseña:
Imagen 151. El Liceo de Granada (Granada), año 1, n.º 12 (15-9-1869), pág. 192
654 María Belén Vargas Liñán
2.3.2. Clasificación y análisis de contenidos musicales por temáticas o palabras clave:
Imagen 152. «Anuncios: Gran piano de Erard de cola entera» (accesorios de música)
La Correspondencia de España (Madrid), año XVIII, n.º 2.460 (8-2-1865), pág. 4
Imagen 156. «Sección de anuncios del diario: A los anteojos flint-glas de Bohemia» (accesorios de teatro)
Diario de Córdoba de Comercio, Industria y Administración (Córdoba),
año 9, n.º 2.440 (19-10-1858), pág. 4
2.3.2. Metodología: Temáticas o Palabras-clave 661
T2. Acústica:
T2. Acústica:
T2. Acústica:
Imagen 160. «Sección doctrinal: Definición física del sonido» (1.ª pág.)
Gaceta Musical y Literaria de España (Madrid), n.º 16 (13-1-1844), pág. 121
T2. Acústica:
T2. Acústica:
Imagen 163. J. J. R.: «Sobre las consonancias músicas y la causa física del placer que producen» (extracto)
El Anfión Matritense (Madrid), n.º 17 (30-4-1843), pág. 129
Imagen 164. «Efectos de la música sobre el hombre. Artículo II. La música y la sensibilidad física: II» (extracto)
Revista de Bellas Artes (Madrid), n.º 3 (21-10-1866), pág. 19
666 María Belén Vargas Liñán
T3. Aficionados:
T3. Aficionados:
Imagen 165. J. Espín y Guillén: «Los músicos pintados por sí mismos. V. Todos cantamos» (1.ª pág.)
La Iberia Musical y Literaria (Madrid), año 2, n.º 41 (22-10-1843) pág. 339
668 María Belén Vargas Liñán
T3. Aficionados:
T3. Aficionados:
T3. Aficionados:
Imagen 168. E. R.: «Folletín. Revista musical: Martirio Arroyo» (1.ª pág.)
La Idea (Granada), año 3, n.º 15 (2-6-1870) pág. 1
2.3.2. Metodología: Temáticas o Palabras-clave 671
T3. Aficionados:
T4. Análisis:
T4. Análisis:
Imagen 171. José Parada y Barreto: «De la fuga escolástica» (1.ª pág.)
Revista y Gaceta Musical (Madrid), año 1, n.º 25 (23-6-1867) pág. 127
674 María Belén Vargas Liñán
T4. Análisis:
Imagen 172. José Parada y Barreto: «Del acorde de sétima disminuida (...)» (extracto)
Revista y Gaceta Musical (Madrid), año 1, n.º 42 (20-10-1867) pág. 227
2.3.2. Metodología: Temáticas o Palabras-clave 675
T4. Análisis:
Imagen 173. J. V. R.: «De la observancia de las reglas en la composición libre» (extracto)
Revista y Gaceta Musical (Madrid), año 2, n.º 10 (9-3-1868) pág. 45
676 María Belén Vargas Liñán
Imagen 181. Pedro A. de Alarcón: «Del baile en general y del baile del Liceo en particular» (1.ª pág.)
El Eco de Occidente (Granada), n.º 10 (5-3-1854) pág. 78
Con este epígrafe nos referimos a los números coreográficos que forman parte de un
espectáculo teatral. Son interpretados por los miembros de la compañía de baile
intercalándose entre las piezas dramáticas y/o líricas de cada función. Se trata de bailes
nacionales, franceses o de otras nacionalidades, así como de otros de nueva creación. En la
prensa aparecen a través de carteleras, reseñas y crónicas teatrales, donde destacan nombres
como la Guy-Stephan, Petipá, la Pinchiara y Petra Cámara, que pasaron por los escenarios
españoles de mediados del XIX.
Con este rótulo nos referimos al conjunto de danzas tradicionales, como el fandango,
las seguidillas, el bolero o el ole, que están presentes en las páginas de la prensa a través de
coplas y letrillas, de estudios que investigan sus orígenes históricos, y de crónicas festivas −de
romerías y veladas nocturnas− donde se describen las costumbres y diversiones de las clases
humildes. Algunos de los bailes populares, como el bolero, salen de su marco original para ser
llevados a los escenarios teatrales.
Véanse las temáticas «Costumbres y tradiciones» (T24) y «Música popular /
Flamenco» (T52).
T9. Bandas:
Las bandas constituyen un tipo de agrupación musical muy extendido en el siglo XIX
español. Los testimonios hallados en la prensa contemporánea sobre esta temática se refieren
principalmente a formaciones militares, siempre presentes en actos oficiales de instituciones
políticas y culturales, en homenajes a personalidades y autoridades, o en celebraciones cívico-
religiosas. Es frecuente encontrar avisos y programas con las piezas musicales interpretadas
por éstas para amenizar el paseo de los viandantes. Así mismo, aparecen reclamos entre los
propios músicos para organizar bandas marciales. Por su parte, las revistas especializadas
−como La Filarmonía, Gaceta Musical de Madrid, El Orfeón Español o El Artista−
defenderán la utilidad de las bandas militares a pesar de ser denostadas por una parte de los
aficionados e instrumentistas. A este respecto hemos incluido el artículo «De los deberes que
atañen a los directores de orquesta y bandas de música» publicado en El Artista, donde se
sistematizan muchos aspectos técnicos relativos a la práctica musical bandística. También la
publicación de Eslava difundió una propuesta de reforma de las bandas militares con el fin de
mejorar la situación del músico en el ejército.
Véanse las temáticas «Música al aire libre» (T45) y «Música militar» (T50).
T9. Bandas:
T9. Bandas:
Imagen 194.
«De los deberes que atañen a los directores de orquesta y bandas de música (Conclusión)» (extracto)
El Artista (Madrid), año 3, n.º 43 (22-4-1868), pág. 247
T10. Beneficios:
T10. Beneficios:
T10. Beneficios:
Imagen 201. «Método completo de flauta compuesto por don José María Beltrán»
El Artista (Madrid), año 2, n.º 44 (30-4-1867), pág. 3
Imagen 208. «Continúa el inventario del Convento de S. Basilio inserto en el núm. 402»
BOPG (Granada), n.º 415 (24-9-1838), pág. 3
2.3.2. Metodología: Temáticas o Palabras-clave 699
Constituyen uno de los espacios musicales del momento −junto con teatros, sociedades
culturales y residencias particulares−. En las ciudades españolas hay una amplia gama de
estos establecimientos en función del nivel social del público y el tipo de música interpretado.
Según nuestros datos, las actuaciones en cafés musicales aparecen referenciadas en la prensa
desde la década de 1830 a través de avisos y carteleras, o por medio de reseñas y crónicas de
actuaciones. A modo de ejemplo, incluimos testimonios del selecto café de los Lombardos
−junto al teatro de San Fernando− donde llevaba a cabo sus sesiones la Sociedad Filarmónica
Sevillana; también tenemos noticias del modesto café-teatro El Recreo, en Granada, donde
actuó el cantaor Silverio Franconetti en 1868. Por otro lado, es interesante un artículo
publicado en La Zarzuela donde se examina el fenómeno del café-concierto en Europa.
Imagen 209. Ángel Pío de Bries: «Miscelánea: Concierto en el salón alto del café de los Lombardos»
Revista de Ciencias, Literatura y Artes (Sevilla), tomo V, s.n. (1859), pág. 445
700 María Belén Vargas Liñán
T14. Canción:
Sobre la canción aparecen contenidos de diversa índole en la prensa del siglo XIX. Es
frecuente encontrar la transcripción de letras de canciones −patrióticas, amorosas, satíricas−,
especialmente cuando se trata de adaptaciones nuevas a melodías conocidas, o bien textos
poéticos de canciones originales (con o sin música). En la prensa especializada y cultural
encontramos artículos de carácter científico-estético dedicados a estudiar el cancionero de un
país determinado o a analizar diversas tipologías dentro del género.
Véanse las temáticas «Música de un país» (T48), «Música popular / Flamenco» (T52)
y «Nacionalismo / Regionalismo musical» (T60), así como el género «Partitura» (G30).
T14. Canción:
T14. Canción:
T14. Canción:
T14. Canción:
Imagen 219. Miguel Ruta: «Vademecum de los jóvenes compositores. II: La Balada» (extracto)
Gaceta Musical de Madrid (Madrid), año 1, n.º 18 (3-6-1855), pág. 139
2.3.2. Metodología: Temáticas o Palabras-clave 707
Imagen 222. «Nuevo sistema de canto-llano, sin pauta o pentagrama por D. Matías Aliaga López»
Boletín de Anuncios de la Puntualidad (Málaga), año 12, n.º 103 (31-10-1860), pág. 7
2.3.2. Metodología: Temáticas o Palabras-clave 709
Los escritos que abordan el canto lírico con cierta profundidad aparecen casi
exclusivamente en la prensa musical especializada. Dentro de esta temática, encontramos
estudios sobre técnica vocal, como los publicados por El Orfeón Español (preceptos para
aprender a cantar), El Liceo de Córdoba (sobre aspectos de vocalización y solfeo para canto)
y El Liceo Granadino (con normas para usar los adornos vocales). En otras ocasiones, el
canto lírico se plantea en relación con la situación de la ópera nacional y el estado de su
enseñanza en España, como así lo hace El Orfeo Andaluz (con un proyecto de establecimiento
de escuelas de canto en provincias), La España Artística (con un remitido de Antonio
Cordero) y El Artista (en relación al Conservatorio de Madrid). De una forma más concreta,
otras revistas promocionan la actividad de determinados centros de educación vocal, como la
academia de canto del profesor Yela de la Torre en La Propaganda Musical, y la Escuela de
Canto y Declamación del barítono Ronconi a través de la revista granadina El Paraíso.
Véanse las temáticas «Educación musical / Profesores de música y baile» (T29) e
«Establecimientos educativos» (T32).
Imagen 223. Juan M. de Arrambide: «Observaciones sobre el uso de los adornos en el canto (...)» (extracto)
El Liceo Granadino (Granada), n.º 2 (14-5-1860), pág. 11
710 María Belén Vargas Liñán
Imagen 224. Santiago Ramos: «Disertación filosófica y científica acerca de la música (Continuación).
Del canto (...)» (1.ª pág.)
El Liceo de Córdoba (Córdoba), año 3, n.º 1 (1-1-1846), pág. 1
2.3.2. Metodología: Temáticas o Palabras-clave 711
Imagen 229. Antonio Fernández C[abrera]: «Supresión de las capillas de música catedrales»,
El Orfeo Andaluz (Sevilla), año 2, n.º 9 (12-1-1843), págs. 68-69
716 María Belén Vargas Liñán
Esta categoría temática está estrechamente ligada al género «anuncio», si bien además
de mensajes publicitarios contamos con otros contenidos periodísticos −minoritarios− que
tratan sobre la actividad comercial musical; son los que incluimos en este apartado. Entre
ellos, incorporamos una noticia sobre el éxito comercial de una edición de partituras por
entregas y uno de los numerosos avisos oficiales que la administración dirigía a los gremios
para el pago de la contribución industrial. Así mismo, hemos localizado algunas reflexiones y
balances sobre el comercio musical y la fabricación de instrumentos en España; destacamos la
publicada en Revista y Gaceta Musical que incorpora publicidad encubierta de dos casas
musicales madrileñas. Véase el género «Anuncio (publicitario)» (G3).
Imagen 240. Claudio Moyano (Ministro de Fomento): «Ley de Instrucción Pública» (extracto)
BOPG (Granada), n.º 222 (16-9-1857), pág. 2
726 María Belén Vargas Liñán
Imagen 243. A. Fernández C[abrera]: «Estudios biográficos. Don Hilarión Eslava» (1.ª pág.)
El Orfeo Andaluz (Sevilla), año 2, n.º 10 (11-2-1843), pág. 74
728 María Belén Vargas Liñán
T21. Conciertos:
T21. Conciertos:
T21. Conciertos:
T21. Conciertos:
Imagen 268. «Las taitianas. Belleza, traje, gusto por la música, danza»
La Muger (Madrid), año 1, n.º 38 (18-4-1852), págs. 3-4
746 María Belén Vargas Liñán
Imagen 272. [José María de] L[uque]: «Revista de espectáculos. Crítica teatral. Introducción»,
La Semana (Granada), n.º 5 (6-10-1859), págs. 39-40
750 María Belén Vargas Liñán
T26. Declamación:
Imagen 274. «Teatro: Observaciones sobre el estado actual de la declamación en España» (extracto)
BOPG (Granada), serie 3, n.º 6 (10-10-1836), pág. 1
2.3.2. Metodología: Temáticas o Palabras-clave 751
T26. Declamación:
T26. Declamación:
Imagen 285. Correo de las Damas (Madrid), año 3, n.º 41 (7-11-1835), págs. 325-326
758 María Belén Vargas Liñán
Bajo este epígrafe incluimos varios aspectos relativos a la enseñanza de la música. Por
un lado, son muy numerosos en la prensa española los anuncios de establecimientos
educativos privados en los que se oferta la materia de música: como rama de adorno en
colegios de educación general o como materia especializada en academias particulares. Así
mismo, incorporamos artículos más amplios donde se reflexiona sobre la importancia de la
educación musical en general y en los diferentes niveles (instrucción primaria, profesional y
universitaria), así como en la educación especial (para los ciegos y talentos precoces). Otro
contenido relativo a educación musical publicado en la prensa son las nuevas disposiciones
legales emanadas de la Ley de instrucción pública de 1857, donde se regulan los estudios de
composición y de música vocal e instrumental. En este apartado no incluimos la actividad
pedagógico-musical realizada por muchas sociedades culturales de la época.
Véanse las temáticas «Canto lírico» (T16), «Establecimientos educativos» (T32) y
«Sociedades / Instituciones» (T73).
Imagen 293. Óscar Camps y Soler: «Consideraciones sobre la pedagogía musical: I» (1.ª pág.)
El Artista (Madrid), año 3, n.º 31 (22-1-1868) pág. 149
2.3.2. Metodología: Temáticas o Palabras-clave 763
Imagen 294. M. Soriano Fuertes: «Sobre la enseñanza de los ciegos. II» (extracto)
La Gaceta Musical Barcelonesa (Barcelona), año 5, n.º 164 (12-3-1865) pág. 1
(educación musical especial)
764 María Belén Vargas Liñán
T30. Espectáculos:
Pertenecen a esta temática todos los contenidos de la prensa que traten sobre
actividades de ocio musical en un sentido amplio (teatro lírico, conciertos, bailes públicos,
funciones de acrobacia, corridas de toros, etcétera). Suelen aparecer en forma de avisos,
carteleras, reseñas y noticias, éstas últimas, por ejemplo, dando cuenta del balance económico
de la industria del ocio en las grandes ciudades europeas.
T30. Espectáculos:
T30. Espectáculos:
Imagen 300. M. Soriano Fuertes: «El editor D. Antonio Romero y Andía» (1.ª pág.)
Calendario Histórico Musical para 1873 (Madrid), (1872), pág. 96
768 María Belén Vargas Liñán
Imagen 304. L. M.: «La nueva fábrica de pianos de Bernareggi y Compañía» (extracto)
La España Musical (Barcelona), año 2, n.º 93 (31-10-1871), pág. 1
770 María Belén Vargas Liñán
A este apartado pertenecen las informaciones sobre los distintos centros de educación
musical existentes en el periodo estudiado de los que la prensa contemporánea se hace eco. El
principal y más documentado es el Conservatorio de Música de Madrid, pero también están
presentes el Conservatorio del Liceo de Barcelona, la Escuela de Canto y Declamación de
Isabel II en Granada, así como otros establecimientos musicales circunscritos al ámbito local.
No incluimos en este epígrafe la actividad pedagógico-musical realizada por muchas
sociedades culturales de la época.
Véanse las temáticas «Educación musical / Profesores de música y baile» (T29) y
«Sociedades / Instituciones» (T73).
Imagen 310:
«II. Escuela de Canto y Declamación de Isabel II»
El Paraíso (Granada), n.º 4 (25-10-63), pág. 6
2.3.2. Metodología: Temáticas o Palabras-clave 775
Imagen 311. Juan Miguel Arrambide: «Observaciones sobre el adelanto y progreso de la música
en el espectáculo teatral llamado ópera» (1.ª pág.)
El Álbum Granadino (Granada), n.º 9 (30-3-1856), pág. 69
776 María Belén Vargas Liñán
Imagen 313. Felipe Pedrell: «Apuntes y observaciones para la estética musical» (extracto)
La España Musical (Barcelona), año 1, n.º 15 (19-4-1866), pág. 59
778 María Belén Vargas Liñán
Imagen 314. A. Rodríguez Villa: «Origen del Romanticismo. Su carácter distintivo del Clasicismo»
Lope de Vega (Málaga), año 3, n.º 5 (21-1-1865), págs. 6-7
2.3.2. Metodología: Temáticas o Palabras-clave 779
Imagen 315. P. A. de Alarcón: «Bellas artes: La música en el siglo XIX» (1.ª pág.)
El Eco de Occidente (Granada), n.º 2 (8-1-1854), pág. 9
780 María Belén Vargas Liñán
T34. Estrenos:
T34. Estrenos:
Imagen 317. Roberto [M. Soriano]: «Gran teatro del Liceo. Fausto. Drama lírico en cinco actos» (extracto)
La Gaceta Musical Barcelonesa (Barcelona), año 4, n.º 126 (21-2-1864), pág. 4
T34. Estrenos:
T34. Estrenos:
Imagen 321. [Manuel Jiménez]: «Teatro de San Fernando. I Lombardi alla prima crociata.
Música del maestro Verdi. Primera representación» (extracto)
El Orfeo Andaluz (Sevilla), 2.ª época, n.º 11 (diciembre 1847), págs. 2-3
784 María Belén Vargas Liñán
T35. Etnomusicología:
Imagen 322. Francisco A. Barbieri: [Extracto de una carta dirigida a Andrés Vidal
agradeciéndole el envío de unas canciones populares catalanas]
La España Musical (Barcelona), año II, n.º 52 (17-1-1867), pág. 3
2.3.2. Metodología: Temáticas o Palabras-clave 785
T35. Etnomusicología:
Imagen 328. Bonifacio Eslava: «La música en la Exposición Universal de 1867. II» (1.ª pág.)
Revista y Gaceta Musical (Madrid), año 1, n.º 23 (9-6-1867), pág. 117
790 María Belén Vargas Liñán
T37. Himnos:
T37. Himnos:
T37. Himnos:
Imagen 335. Evaristo San Miguel (letra): «Himno de Riego con acompañamiento de piano»
La Ilustración (Madrid), n.º 283 (31-7-1854), pág. 301.
794 María Belén Vargas Liñán
T37. Himnos:
Imagen 341. M. A. G.: «La música en los primeros tiempos del cristianismo» (extracto)
El Artista (Madrid), año 2, n.º 43 (22-4-1867), pág. 2
800 María Belén Vargas Liñán
En este epígrafe incluimos los grabados publicados en las páginas de la prensa donde
aparecen objetos, personas y ambientes que pueden ayudarnos a conocer aspectos de las
prácticas y costumbres musicales de un determinado contexto, tales como instrumentos,
técnicas interpretativas, formas de ejecución, representaciones musico-dramáticas, disposición
de las salas de concierto, público filarmónico, etcétera. Así mismo, hemos recogido un escrito
que trata sobre una obra de arte de temática musical. Véanse las temáticas «Música y moda»
(T55) y «Organología» (T63), así como el género «Ilustración / Gráfico» (G23).
Imagen 348. «Sobre la ópera española (Embocadura del teatro del Liceo Artístico y Literario de Madrid»
El Siglo Pintoresco (Madrid), tomo 1, n.º 7 (octubres 1845), pág. 145
804 María Belén Vargas Liñán
T41. Instrumentación:
Imagen 356. Aben-Zaide [José M.ª Andueza]: «Sección doctrinal» (1.ª pág.)
Gaceta Musical y Literaria de España (Madrid), n.º 18 (20-1-1844), pág. 137
808 María Belén Vargas Liñán
T41. Instrumentación:
Imagen 357. Camps y Soler: «Apuntes didácticos sobre la instrumentación» (1.ª pág.)
El Artista (Madrid), año 3, n.º 13 (7-9-1868), pág. 97
2.3.2. Metodología: Temáticas o Palabras-clave 809
T41. Instrumentación:
Imagen 359. «De la ejecución de las obras musicales cuando provienen de compositores noveles» (extracto)
Revista y Gaceta Musical (Madrid), año 1, n.º 21 (26-5-1867), pág. 108
2.3.2. Metodología: Temáticas o Palabras-clave 811
1
La música de cámara es un género de tradición centroeuropea cuya práctica durante el siglo XIX en
los países de ámbito latino es sustituida por el género de salón. Véase Celsa ALONSO: «Los salones: un espacio
musical para la España del XIX», Anuario Musical, vol. 48 (1993), págs. 165-206.
2.3.2. Metodología: Temáticas o Palabras-clave 825
Imagen 385. J. Mesa y Leompart: «La Sociedad de Cuartetos y la música clásica» (extracto)
Revista de Bellas Artes (Madrd), n.º 12 (23-121866), pág. 89
2.3.2. Metodología: Temáticas o Palabras-clave 827
Imagen 387. Manuel Jiménez: «Primer concierto de los señores Masoni y Daddi»
El Orfeo Andaluz (Sevilla), año 2, n.º 16 (14-6-1843), pág. 127
2.3.2. Metodología: Temáticas o Palabras-clave 829
Se trata de uno de los géneros de mayor éxito entre los aficionados del siglo XIX,
junto con la música dramática. Es por ello que se interpreta en todos los espacios existentes:
sociedades culturales, residencias particulares, cafés musicales e, incluso, salones de casas
editoriales y almacenes de música. El repertorio de salón está integrado principalmente por
obras para piano sólo y para canto con acompañamiento instrumental, entre las que podemos
hallar canciones originales, reducciones de óperas y zarzuelas, danzas de salón, fantasías
sobre motivos operísticos y música sacra. Debido a su enorme presencia en la vida musical de
cualquier ciudad de la época, esta temática es muy abundante en la prensa, especialmente en
forma de programas y reseñas de conciertos, suplementos de partituras, y anuncios. Queremos
destacar el artículo de fondo con que se inaugura la Revista Musical Española de 1856
dedicado a la música de salón, en el cual se valora positivamente este género musical por su
importancia sociológica y pedagógica.
Véanse las temáticas «Distribución de partituras» (T28) y «Partituras» (T65).
Imagen 394. Teodoro Guerrero: «Origen e historia de la música en China» (1.ª pág.)
La Iberia Musical y Literaria (Madrid), año 2, n.º 40 (15-10-1843), pág. 329
834 María Belén Vargas Liñán
Imagen 402. Manuel Jiménez: «¿Por qué el arte de la música no prospera en España?» (1.ª pág.)
El Orfeo Andaluz (Sevilla), año 1, n.º 6 (21-11-1842), pág. 46
840 María Belén Vargas Liñán
Son escasos los contenidos genéricos sobre música orquestal sin referirnos a una
orquesta determinada. Hemos encontrado ejemplos en los suplementos y colecciones de
partituras anunciados y/o distribuidos por las revistas, que a veces incluyen la sección de
música para banda y orquesta. Otro contenido a considerar en este apartado son los programas
de las funciones teatrales que aparecen habitualmente en los diarios; en ellos, la sucesión de
obras suele abrirse con música orquestal (sinfonías u oberturas), cuyo título no se especifica
en la mayoría de los casos.
Véase la temática «Orquestas» (T64).
Imagen 413. Óscar Camps y Soler: «Consideraciones sobre la música popular» (extracto)
Gaceta Musical de Madrid (Madrid), año 2, n.º 31 (5-5-1866), pág. 124
848 María Belén Vargas Liñán
El auge del espectáculo taurino a partir del siglo XIX demanda información y crónicas
en la prensa general. A pesar de que las crónicas taurinas suelen ser ricas en detalles, sólo
algunas aluden escuetamente a las intervenciones de bandas musicales antes y en los
intermedios de las funciones, así como a las señales con clarines y trompetas que anunciaban
distintos momentos de la corrida. Otros contenidos periodísticos sobre música taurina
aparecen en las carteleras y en breves comentarios sobre las demandas del público de
melodías de zarzuelas (como las de Pepe-Hillo de Cereceda, Pan y toros de Barbieri, y En las
astas del toro de Gaztambide), que gozaban de gran repercusión fuera de los cosos taurinos.
Imagen 433. Jules David: [Figurines de trajes para baile] (de Le Moniteur de La Mode)
El Correo de la Moda (Madrid), n.º 46 (16-12-1854), s.p.
866 María Belén Vargas Liñán
Imagen 437. Jacinto Labaila: «Una trinidad femenina: I. El palco número 10» (extracto)
Silvina, n.º 12 (22-3-1857), pág. 179
Imagen 441. Aureliano Ruiz: «Fisonomía de las reuniones: Semblanzas de las liceístas»
El Liceo de Granada (Granada), año 1, n.º 10 (15-8-1869), págs. 156-158
2.3.2. Metodología: Temáticas o Palabras-clave 871
Imagen 443.
«Concierto dado la noche del domingo 1.º de Setiembre
por la Sra. Cristina Villó de Ramos» (extracto)
BOPG (Granada), serie 5, n.º 175 (9-9-1844), pág. 4
Los escritos de la prensa donde se trata la música en relación con otras artes suelen ser
ensayos extensos de estética musical. En ellos se suele abordar la clasificación de las bellas
artes, además de las peculiaridades y capacidades de expresión de cada una de ellas, siendo un
tema muy frecuente durante el Romanticismo. En uno de los escritos pertenecientes a este
conjunto, José Parada y Barreto hace una defensa de la superioridad del músico sobre el poeta
en cuanto a las dificultades de su oficio, criticando los perjuicios que la protección excesiva
de la literatura en España ha causado a la música. Así mismo, la relación entre música y
poesía es muy estudiada en algunas revistas especializadas que abordan la cuestión de la
ópera nacional y estudian la unión entre ambos lenguajes.
Imagen 446. J. Acosta: «Pensamientos sobre la poesía, música y pintura» (1.ª pág.)
El Liceo de Granada (Granada), año 1, n.º 11 (1-9-1869), pág. 166
2.3.2. Metodología: Temáticas o Palabras-clave 875
Imagen 447. José Parada y Barreto: «De la poesía y literatura comparadas con la música» (1.ª pág)
Revista y Gaceta Musical (Madrid), año 1, n.º 9 (3-3-1867), pág. 47
876 María Belén Vargas Liñán
Imagen 452. «Noticias sacadas de la secretaría capitular de la Santa Iglesia Catedral de Zamora»
Revista y Gaceta Musical (Madrid), año 2, n.º 21 (25-2-1868), pág. 91
2.3.2. Metodología: Temáticas o Palabras-clave 879
Imagen 453. J. V. R.: «De los elementos que constituyen el saber en música» (1.ª pág.)
El Arte (Madrid), año 2, n.º 15 (11-2-1874), pág. 1
880 María Belén Vargas Liñán
T59. Musicoterapia:
T59. Musicoterapia:
Imagen 456: El Vizconde de Pontecoulant: «Influencia de la música en los seres animados» (extracto)
La Gaceta Musical Barcelonesa (Barcelona), año 1, n.º 36 (3-11-1861), pág. 1
2.3.2. Metodología: Temáticas o Palabras-clave 883
T59. Musicoterapia:
Imagen 457: J. V. R.: «Estudio del piano considerado como medio higiénico» (1.ª pág.)
Revista y Gaceta Musical (Madrid), año 2, n.º 16 (22-4-1868), pág. 69
884 María Belén Vargas Liñán
T59. Musicoterapia:
Imagen 458: J. L. M.: «La frenología aplicada a la música. Gluck y Rossini» (1.ª pág.)
La Moda (Cádiz), n.º 90 (14-1-1844), [pág. 3]
2.3.2. Metodología: Temáticas o Palabras-clave 885
T59. Musicoterapia:
T59. Musicoterapia:
A pesar de que el término «nacionalismo musical» no es acuñado hasta los años 80 del
siglo XIX, la defensa de la música nacional en la prensa especializada española es constante
desde su nacimiento con La Iberia Musical. Aparte de la cuestión de la ópera nacional –a la
que dedicamos una entrada especial−, el volumen de escritos dedicados a reivindicar la
música española tiene un peso considerable en las fuentes hemerográficas. Espín y Guillén,
Mariano Soriano Fuertes, Hilarión Eslava, Manuel Jiménez o Parada y Barreto son algunos de
los periodistas especializados que abordan la cuestión del nacionalismo musical a través de
ensayos reclamando más protección de las instituciones a los profesionales, proponiendo
proyectos para el progreso musical español en todos sus frentes, publicando investigaciones
sobre la historia de la música española, divulgando el estado de la industria musical en el país,
solicitando la introducción de la disciplina musical en la Academia de Bellas Artes de San
Fernando, etcétera. También la prensa especializada publicó varios artículos sobre el
panorama filarmónico barcelonés y el estado de decadencia de la música en Cataluña, siendo
éste un reflejo de la situación generalizada en el país. Por otra parte, en esta entrada
consideramos también aquellos contenidos periodísticos dedicados a la música nacional de
otros países. Véanse las temáticas «Música española» (T49) y «Ópera española» (T62).
Imagen 462. M. Soriano Fuertes: «Reseña histórica sobre las canciones españolas»
Calendario Histórico Musical para 1873 (Madrid), (1872), pág. 33
2.3.2. Metodología: Temáticas o Palabras-clave 889
Imagen 464. José Parada y Barreto: «Del verdadero carácter de la música española» (1.ª pág.)
Revista y Gaceta Musical (Madrid), año 1, n.º 18 (5-5-1867), pág. 87
2.3.2. Metodología: Temáticas o Palabras-clave 891
Imagen 468. M. del Romero: «Origen de la canción nacional inglesa God save the King»
La Iberia Musical y Literaria (Madrid), año 1, n.º 7 (16-10-1842), pág. 51
T61. Ópera:
Es el género lírico por antonomasia hasta mediados del siglo XIX, momento en que la
zarzuela se convierte en el espectáculo preferido por el público. En la prensa de información
general encontramos infinidad de carteleras que incluyen funciones operísticas y reseñas de
las mismas. En éstas últimas se suele comentar la ejecución de los intérpretes, el estado e
idoneidad del vestuario y aparato escénico, e incluso aspectos empresariales, siendo menos
habitual el análisis técnico de la composición −normalmente la crítica no es realizada por
periodistas especializados−. Por el contrario, las revistas culturales y musicales podían
dedicar la apertura de sus números a la crítica de un estreno lírico, y en las páginas siguientes
de la sección «Crónica» hacían un seguimiento más breve de las sucesivas representaciones.
Además de lo anterior, hemos hallado en la prensa estudios históricos y ensayos estéticos
sobre el origen del género, los componentes y fines principales del espectáculo operístico. En
este sentido, destacamos el estudio de Parada y Barreto publicado en Revista y Gaceta
Musical, «De la disposición y forma del espectáculo de la ópera», donde analiza los
condicionantes para la creación del libreto y la composición musical de una ópera.
Imagen 471.
«Teatro. El Pirata, ópera seria en dos actos del célebre Bellini. Noches del 6 y 7 del corriente » (1.ª pág.)
BOPG (Granada), n.º 142 (9-4-1836), pág. 1
2.3.2. Metodología: Temáticas o Palabras-clave 895
T61. Ópera:
Imagen 472. Nicolás de Roda: «Teatro: Barbero de Sevilla. Paulina García. Salas» (1.ª pág.)
La Alhambra (Granada), 2.ª época, tomo 1, n.º 7 (julio 1842), pág. 211
896 María Belén Vargas Liñán
T61. Ópera:
Imagen 473. Ramón de Valladares: «Apuntes para la historia de la ópera italiana en Madrid» (1.ª pág.)
La Lira Española (Barcelona), n.º 5 (15-11-1846), pág. 17
2.3.2. Metodología: Temáticas o Palabras-clave 897
T61. Ópera:
Imagen 474. [Manuel Jiménez]: «La ópera y las decoraciones [del teatro de San Fernando de Sevilla]» (1.ª pág.).
El Orfeo Andaluz (Sevilla), 2.ª época, n.º 12 (diciembre 1847), pág. 1
898 María Belén Vargas Liñán
T61. Ópera:
Imagen 475. Parada y Barreto: «De la disposición y forma del espectáculo de la ópera» (extracto)
Revista y Gaceta Musical (Madrid), año 1, n.º 14 (7-4-1867), pág. 67
2.3.2. Metodología: Temáticas o Palabras-clave 899
Es uno de los temas candentes de la prensa especializada del país en el siglo XIX.
Ramón Sobrino, en su estudio sobre el género durante el tercer cuarto de la centuria, analiza
la evolución del estado de opinión y las soluciones propuestas por compositores y críticos a
través de las fuentes hemerográficas 2. Nosotros incluimos extractos de algunos de esos
artículos que llenaron las páginas de las revistas musicales en los que se hace patente la
necesidad de fundar y desarrollar el género lírico nacional, expresando opiniones diversas
acerca de cómo hacerlo y de su relación o no con la zarzuela. Este aluvión de opiniones
periodísticas no se vio acompañado, sin embargo, de un trabajo compositivo ni un amplio
número de estrenos. De forma testimonial, incluimos la reseña de la ópera Veleda, creada por
José Antonio de Martos y estrenada en Granada a principios de 1843.
Véanse las temáticas «Música española» (T49) y «Nacionalismo musical» (T60).
2
Ramón SOBRINO: «La ópera española entre 1850 y 1874», en La ópera en España e
Hispanoamérica, vol. II, Madrid: ICCMU, 2002, págs. 77-142.
900 María Belén Vargas Liñán
Imagen 479. Parada y Barreto: «Del verdadero carácter de la música española» (1.ª pág.)
Revista y Gaceta Musical (Madrid), 1.ª época, n.º 18 (5-5-1867), pág. 87
2.3.2. Metodología: Temáticas o Palabras-clave 903
Imagen 481. «Teatro: Veleda, ópera seria en cuatro actos y en español (...)» (1.ª pág.)
El Genil (Granada), n.º 12 (5-2-1843), pág. 187
2.3.2. Metodología: Temáticas o Palabras-clave 905
T63. Organología:
Imagen 483.
«Sección de variedades: El primer violín de Beethoven»
BOPG (Granada), n.º 21 (24-1-1857), pág. 3
Imagen 482.
F. F[LORES] A[RENAS]: «A los pianistas»
La Moda (Cádiz), n.º 8 (22-2-1857), pág. 95
906 María Belén Vargas Liñán
T63. Organología:
T63. Organología:
T63. Organología:
Imagen 489. José O[rtega]: «El clarinete del sistema Romero» (extracto)
Gaceta Musical de Madrid (Madrid), año 2, n.º 28 (14-4-1866), pág. 113
2.3.2. Metodología: Temáticas o Palabras-clave 909
T63. Organología:
Imagen 490. Parada y Barreto: «Del piano, la guitarra, el arpa y el órgano hidráulico» (1.ª pág.)
Revista y Gaceta Musical (Madrid), año 1, n.º 27 (7-7-1867), pág. 139
910 María Belén Vargas Liñán
T63. Organología:
Imagen 491. Parada y Barreto: «Del piano, la guitarra, el arpa y el órgano hidráulico» (1.ª pág.)
Revista y Gaceta Musical (Madrid), año 1, n.º 18 (5-5-1867), pág. 89
2.3.2. Metodología: Temáticas o Palabras-clave 911
T64. Orquestas:
T64. Orquestas:
T64. Orquestas:
Imagen 497. Parada y Barreto: «Orquesta del Teatro Real» (1.ª pág.)
Revista y Gaceta Musical (Madrid), año 1, n.º 4 (27-1-1867), pág. 19
914 María Belén Vargas Liñán
T65. Partituras:
T65. Partituras:
T65. Partituras:
Imagen 503. Revista Literaria Granadina (Granada), n.º 13 (27-6-1847), pág. 101
Imagen 506. F. Barbieri: «Cuatro palabras a La Ópera, gaceta musical que se publica en Madrid» (extracto)
La Ilustración (Madrid), n.º 43 (26-10-1850), págs. 343-344
920 María Belén Vargas Liñán
Para esta entrada contamos con algunas noticias y crónicas de prensa sobre homenajes
musicales a personajes importantes, así como distinciones otorgadas por autoridades a
compositores e intérpretes por su mérito artístico. También incluimos los premios de los
concursos anuales concedidos a alumnos de establecimientos educativos musicales.
Véase la temática «Exposiciones y certámenes» (T36).
Imagen 508. «Conservatorio Nacional de Música y Declamación: Alumnos premiados en los concursos públicos
de 1859» (extracto)
Calendario Musical para el Año Bisiesto de 1860 (Madrid), (1860), pág. 23
922 María Belén Vargas Liñán
Imagen 515. «Se suscribe en la librería de Benavides y de Pérez, a La Iberia Musical y Literaria»
El Genil (Granada), n.º 12 (19-2-1843), pág. 224
2.3.2. Metodología: Temáticas o Palabras-clave 927
Imagen 516. José Parada y Barreto: «Del periodismo artístico en España» (extracto)
Revista y Gaceta Musical (Madrid), año 1, n.º 34 (25-8-1867), pág. 183
928 María Belén Vargas Liñán
Imagen 517. «Apuntes históricos sobre los periódicos musicales y dramáticos (Se continuará)»
Correo de los Teatros (Madrid), año 2, n.º 21 (19-4-1852), pág. 3
2.3.2. Metodología: Temáticas o Palabras-clave 929
Imagen 524. Antonio Cordero y Fernández: «De los festeros y su industria» (extracto)
Revista y Gaceta Musical (Madrid), año 1, n.º 11 (17-3-1867), pág. 55
Imagen 526. «Avisos: Librería de Gelabert» Imagen 527. «El Correo de la Moda»
El Genio de la Libertad (Palma de Mallorca), Boletín de Anuncios de la Puntualidad (Málaga),
n.º 13 (15-1-1857), pág. 4 año XI, n.º 96 (31-1-1860), pág. 6
2.3.2. Metodología: Temáticas o Palabras-clave 933
T72. Salones:
Son espacios de sociabilidad burguesa típicos del siglo XIX, en ellos se desarrollan las
prácticas musicales propias de la época −de interpretación, baile y escucha− donde suena un
repertorio –música de salón– de gran peso en la literatura musical romántica de ámbito latino.
Los salones pueden ser privados (de residencias particulares), semi-privados (de sociedades
culturales) o públicos (de establecimientos comerciales −academias de baile, casas de
música−, de instituciones −centros educativos, museos− o de locales preparados ex profeso
para organizar bailes de máscaras en la temporada de carnaval). A veces el término «salón»
aparece en la prensa con una connotación de «espacio privado» propio de las residencias.
Véanse las temáticas «Baile de salón» (T6), «Cafés musicales» (T13), «Música de
salón» (T47), «Residencias particulares» (T71) y «Sociedades / Instituciones» (T73).
T72. Salones:
T72. Salones:
Imagen 539. «Baile de trajes en casa del Sr. de Burdon» (1.ª pág.)
La Amistad (Málaga), n.º 8 (22-2-1855), pág. 5
942 María Belén Vargas Liñán
T72. Salones:
Imagen 540. [Luis Montes]: «Sesión extraordinaria del Liceo de Granada (...).
En el Salón de Embajadores del palacio árabe de La Alhambra» (1.ª pág.)
La Alhambra (Granada), serie 2, tomo 1, n.º 7 (julio 1842), pág. 225
2.3.2. Metodología: Temáticas o Palabras-clave 943
Esta entrada se refiere tanto a contenidos sobre sociedad culturales como instituciones
relacionadas con la música. El movimiento asociativo en España cobra interés a partir de la
década de 1830, impulsado por los cambios políticos de la Regencia de María Cristina, la
vuelta de los exiliados del continente que introducen las nuevas ideas del Romanticismo y
Liberalismo, los procesos desamortizadores que produjeron un excedente de músicos
desocupados y de solares reutilizados para las sedes de entidades civiles, así como una serie
de medidas legislativas emitidas en febrero de 1839 que autorizaron el derecho de reunión y
asociación. En estos años surge un tipo de sociedades instructo-recreativas de corte burgués
que fomentan entre los aficionados el cultivo de las artes, las ciencias y las letras: son los
liceos, ateneos, círculos, academias, etcétera. Muchas de estas sociedades entran en crisis en
los años 40 debido, en parte, al cambio político de signo moderado en el país y también a la
reforma de los teatros españoles (de febrero de 1849). Surgen en estos momentos nuevos tipos
de asociaciones: sociedades líricas y filarmónicas −exclusivamente musicales−, asociaciones
obreras −corales y orfeones− y, en la década de los 60, aparecen las primeras entidades
musicales profesionales dedicadas a defender los derechos de los artistas y a ofrecer
conciertos con fines empresariales 3.
En esta entrada hemos recogido un gran número de escritos periodísticos con
información relativa a las sociedades que surgieron tanto en capitales como en poblaciones
españolas. Aunque no podemos incluir todos los contenidos localizados por falta de espacio, a
este espacio pertenecerían las noticias sobre su constitución o desaparición; reseñas de
conciertos, funciones teatrales y bailes organizados en su seno; avisos a los socios; actas de
juntas de gobierno; discursos; listados de socios; programas de sesiones; memorias anuales de
actividades; reglamentos y noticias sobre el establecimiento de clases de música para socios o
de acceso libre, y un largo etcétera. Téngase en cuenta que muchas sociedades publicaban
boletines y revistas culturales distribuidas gratuitamente a sus miembros, en las que se
informaba sobre las actividades realizadas y se difundían las novedades. Por otra parte, hemos
encontrado en la prensa interesantes ensayos que reflexionan sobre el fenómeno asociativo
musical en España y publican datos estadísticos sobre las entidades existentes.
3
Las bases para el estudio del asociacionismo musical español en esta centuria y la siguiente han sido
establecidas en las actas del curso «Sociedades Musicales en España. Siglos XIX-XX», celebrado en La Granda-
Asturias en agosto de 1997. Véase Cuadernos de Música Iberoamericana, vol. 8-9 (2001).
944 María Belén Vargas Liñán
Imagen 541. José Inzenga: «La asociación aplicada a la música» (1.ª pág.)
Gaceta Musical de Madrid (Madrid), año 1, n.º 15 (13-5-1855), pág. 113
2.3.2. Metodología: Temáticas o Palabras-clave 945
Imagen 545. Ildefonso Jimeno: «Sociedad Artístico-Musical de Socorros Mutuos» (1.ª pág.)
El Arte (Madrid), año 1, n.º 5 (1-11-1873), pág. 2
948 María Belén Vargas Liñán
Imagen 547. «Estadística musical. Relación por provincias de las sociedades de música existentes en España,
en 1867, con expresión de los pueblos en que están situadas, y título especial las que lo tienen» (1.ª pág.)
Almanaque Musical y de Teatros (Madrid), año 1-1868 (1867), pág. 87
950 María Belén Vargas Liñán
Imagen 548.
Emilio Y[ela] de la T[orre]: «La música en la Academia de Nobles Artes de San Fernando» (extracto)
La Propaganda Musical (Madrid), n.º 6 (31-31872), pág. 1
2.3.2. Metodología: Temáticas o Palabras-clave 951
Bajo este epígrafe incluimos los textos periodísticos que describen comportamientos,
costumbres y personajes típicos de la sociedad decimonónica relacionados con el mundo de la
música. Encontramos algunos escritos –en tono irónico– dedicados a ciertos tipos sociales
característicos de la época, como los aficionados que sufren de «furor filarmónico», los
jóvenes que adolecen de indiferencia y se aburren en un baile, el público que asiste al coliseo
o determinadas profesiones ligadas al espectáculo teatral, como la del apuntador. También
contamos con atractivos ensayos que describen las diversas formas de reunión social en una
ciudad de provincias (paseo, tertulia «de tono» y «de medio pelo», residencia privada, teatro,
campo y liceo). Véanse las temáticas «Aficionados» (T3) y «Teatro (público)» (T80), y el
género «Cuadro de costumbres» (G13).
Imagen 556. E. Domínguez de Gironella: «A las empresas de teatros (...)» (1.ª pág.)
El Anfión Matritense (Madrid), año 1, n.º 5 (5-2-1843), pág. 34
958 María Belén Vargas Liñán
Imagen 561. F. Flores Arenas: «Del estado de los teatros en España» (1.ª pág.)
La Moda Elegante (Cádiz), año XXIII, n.º 46 (13-11-1864), pág. 367
2.3.2. Metodología: Temáticas o Palabras-clave 961
Imagen 562. Nicolás de Roda: «Influencia del teatro en las costumbres, y de éstas en el teatro» (1.ª pág.)
La Alhambra (Granada), tomo 3, n.º 11 (14-6-1840), pág. 125
962 María Belén Vargas Liñán
Imagen 563. Antonio de San Martín: «El teatro de nuestros abuelitos y el teatro moderno» (extracto)
La Correspondencia de los Bufos (Madrid), n.º 5 (16-3-1871), pág. 2
2.3.2. Metodología: Temáticas o Palabras-clave 963
Nos referimos a las condiciones materiales de los coliseos, tanto las del propio edificio
como las de los equipamientos internos para el público y los ejecutantes. Hemos extraído gran
variedad de contenidos periodísticos sobre el tema: noticias sobre la proyección y
construcción de nuevos teatros acompañadas de ilustraciones (como los dibujos de la revista
El Orfeo Andaluz con motivo de la inauguración del Teatro de San Fernando en 1847),
ensayos sobre la importancia de la decoración e iluminación escénicas en el espectáculo
teatral, y estudios técnicos sobre la manera de proyectar mejoras en áreas determinadas de un
teatro (paraíso, palcos, patio de butacas, escena, lugar para la orquesta, alumbrado, etcétera).
Imagen 567. M. Soriano Fuertes: «Descripcion del teatro Real de Madrid» (1.ª pág.)
Calendario Musical para el Año Bisiesto de 1860 (Madrid), (1860), pág. 29
966 María Belén Vargas Liñán
Imagen 568. Manuel Jiménez: «La ópera y las decoraciones» (1.ª pág.)
El Orfeo Andaluz (Sevilla), 2.ª época, n.º 12 (dic 1847), pág. 1
2.3.2. Metodología: Temáticas o Palabras-clave 967
Imagen 578. Luis Roger: «Los juicios del público» (1.ª pág.)
El Artista (Madrid), año 2, n.º 17 (7-10-1867), pág. 129
El grupo más numeroso de escritos periodísticos sobre esta temática se relaciona con
la notación musical. Podemos encontrar anuncios de nuevos sistemas para facilitar la lectura
musical, noticias sobre el desciframiento de la notación neumática, curiosidades sobre el
origen del nombre de las notas en la música occidental o en otras culturas, etcétera. Por otro
lado, algunas revistas culturales publican pequeños métodos por entregas con nociones
preliminares de teoría musical (por ejemplo, el Semanario Instructivo de Santiago de
Compostela). También se anuncian en la prensa cursos y tratados de armonía, contrapunto y
fuga que pueden adquirirse por correspondencia.
La prensa especializada incorpora otros estudios de mayor envergadura sobre los
antiguos sistemas musicales de algunas culturales orientales y occidentales e, incluso, ofrece
métodos de solfeo y tratados de armonía en algunas secciones del suplemento (es el caso de
El Anfión Matritense). Así mismo, El Orfeón Español publicó un artículo sobre la lectura
musical dirigido especialmente a los miembros de las corales; en él destaca la importancia de
saber interpretar los signos musicales y describe paso a paso cómo se aprende a leer música
en varios meses.
Con este tema hemos clasificado aquellos escritos periodísticos que describen de
forma miscelánea el pulso cultural de una ciudad a través de un abanico de ambientes y
contextos (teatros, sociedades, visitas de artistas, actos oficiales, celebraciones religiosas,
festividades patronales, etcétera). Por otra parte, también consideramos en este grupo aquellos
editoriales de una nueva revista donde se hace balance de los avances y retrocesos en los
campos del arte, la cultura o el periodismo de la ciudad en que nace la publicación, con el fin
de justificar su aparición y contribución al fomento del lugar.
Imagen 598. Sofía de S...: «Revista: París. Ópera. Teatros. Costumbres» (1.ª pág.)
La Moda (Cádiz), n.º 30 (20-11-1842), págs. 14
2.3.2. Metodología: Temáticas o Palabras-clave 991
Imagen 599. «Miscelánea [1]», El Eco del Mediodía (Almería), año 3, n.º 495 (5-6-1866), pág. 3
T84. Wagnerianismo:
T84. Wagnerianismo:
T84. Wagnerianismo:
El género zarzuelístico cobró presencia en la escena española desde mediados del siglo
XIX, momento en el que va ganando terreno a la ópera italiana. Sobre zarzuelas, juguetes
cómico-líricos, apropósitos lírico-dramáticos y una larga serie de denominaciones –que
describen obras de unos parámetros musicales similares– encontramos en la prensa diversos
tipos de contenidos: carteleras de funciones, reseñas y críticas de composiciones y
ejecuciones, noticias sobre miembros de compañías, así como ensayos y escritos de opinión
manifestando el recelo contra la emergencia del género restaurado en los años centrales del
XIX. A partir del último tercio de la centuria, surge el fenómeno del teatro de los bufos que
tendrá su reflejo en las páginas de la prensa coetánea generando nuevas controversias entre
defensores y detractores.
Véase la temática «Polémicas musicales» (T66).
Imagen 609. Francisco A. Barbieri: «La zarzuela. Consideraciones sobre este género de espectáculos»
La Zarzuela (Madrid), año 1, n.º 1 (4-2-1856), págs. 2-3
1000 María Belén Vargas Liñán
En las décadas centrales del siglo XIX, Granada mantenía una intensa vida cultural
y musical, a pesar de ser un centro económico en decadencia y de estar alejado de los
principales circuitos comerciales y de comunicación del país 1. Esta condición cultural se vio
sin duda favorecida por el carácter aristocrático 2, administrativo y universitario de la capital,
que, unido al atractivo de su fisonomía, la convirtieron en un punto de encuentro obligado de
viajeros artistas y músicos 3. La ciudad contaba con diversos espacios de ocio e ilustración
para las clases populares y burguesas: teatro, cafés musicales, sociedades de instrucción y
recreo, tertulias privadas, librerías e imprentas, y centros de educación superior y
especializada. Todos ellos conformaban un entramado que brindaba al interesado la
posibilidad de cultivarse y relacionarse socialmente.
El propio urbanismo de la ciudad favorecía esta oportunidad de sociabilidad, recreo y
deleite cultural, siendo dos de sus puntos neurálgicos la plaza de la Constitución –actual plaza
Bibarrambla– y el Campillo. La primera era, desde muy antiguo, el lugar de celebración de la
1
Sobre el declive del comercio granadino y el lamentable estado de las comunicaciones a mediados del
siglo XIX, véase GAY ARMENTEROS, Juan y Cristina VIÑES MILLET. Historia de Granada IV: Edad
Contemporánea, siglos XIX y XX. Granada: Don Quijote, 1982, pp. 35-50; MADOZ, Pascual. Diccionario
geográfico-estadístico-histórico de Andalucía: Granada. Valladolid: Ámbito-Editoriales Andaluzas Unidas,
1987, p. 170 (edición facsímil con un estudio introductorio de J. Bosque Maurel).
2
Durante el siglo XIX había establecida mucha nobleza en Granada, entre la que podemos citar los
Marqueses de Altamira, de la Constancia, de Saltillo y de Torrealta, y los Condes de Floridablanca, de la
Conquista, de Benalúa, y de Villanueva. Asimismo, había familias con apellidos ilustres aunque no
aristocráticos, como los Calderón, Pulgar, Herrasti, Díez de Rivera, Agrela, etc. (Véase GUEROLA, Antonio.
Memoria de mi administración en la Provincia de Granada como Gobernador de ella desde 27 de noviembre de
1863 hasta 25 de enero de 1864. Sevilla: Fundación Sevillana de Electricidad, 1996, p. 31; estudio introductorio
de Federico Suárez).
3
Atraídos por la ciudad y su folklore musical, Liszt y Glinka visitaron Granada en los años 1844 y
1845, así como el barítono italiano Ronconi, que, a raíz de su actuación en el teatro en 1852, decidió
establecerse en un carmen cercano a la Alhambra durante diez años. La permanencia de Ronconi en la ciudad –
cuya estancia combina con constantes salidas profesionales– será muy beneficiosa, pues contribuye a extender la
imagen de Granada como capital cultural, llevando a cabo diversas iniciativas en su seno. La más ambiciosa de
ellas, a pesar de su brevedad, es la fundación y dirección de la Escuela de Canto y Declamación de Isabel II
desde 1861 a 1864, por la que pasaron cantantes y compositores de talla internacional, como el propio Verdi en
1863.
1014 María Belén Vargas Liñán
fiesta del Corpus e integraba el núcleo comercial de la capital junto a las cercanas calles de
Mesones y Zacatín y el antiguo mercado de la Alcaicería. La zona del Campillo constituía un
amplio espacio de ocio en torno a los monumentos de Mariana Pineda e Isidoro Máiquez, en
cuyas inmediaciones se localizaban el teatro y algunos cafés frecuentados habitualmente por
intelectuales 4. Cerca de este lugar, en el Realejo, se encontraba el ex convento de Santo
Domingo –actual colegio de Santa Cruz–, convertido en estos años en uno de los «templos de
la cultura granadina». El edificio, después de ser desamortizado en 1835, albergó diversas
sociedades e instituciones hasta finales de los años ochenta del XIX, momento en que sería
desalojado por orden municipal para instalar en dicho local una academia militar 5. En los
decenios centrales de ese siglo fue sede del Museo de pinturas, el Liceo Artístico y Literario,
la Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos, la Academia de Bellas Artes, la
Sociedad Económica de Amigos del País de Granada y el Museo de Antigüedades.
3.1.1. Espacios musicales públicos: el coliseo del Campillo y los primeros cafés-teatros
La población acudía a diario al teatro del Campillo, erigido en el solar que hoy en
día ocupa el edificio Cervantes 6. Era el único espacio escénico abierto al público en la ciudad
hasta que en octubre de 1863 se inaugurase el primer teatro Isabel la Católica en la plaza de
4
Después de la reforma urbana de la primera mitad de siglo, el ámbito del Campillo queda conformado
por tres espacios: el Campillo Bajo o plaza de Máiquez –actual plaza del Campillo–, donde se erguía la columna
en homenaje al actor que fue sustituida por una fuente en 1854; el Campillo Alto –en la parte de la actual calle
Ángel Ganivet–; y la plaza de Bailén –actual plaza de Mariana Pineda–, presidida por la escultura dedicada a la
heroína granadina. Véanse Juan GAY ARMENTEROS y Cristina MILLET VIÑES: Historia de Granada, IV.
La época contemporánea, XIX y XX, Granada: Don Quijote, 1982, págs. 220-221; Joaquín BOSQUE MAUREL
y Bernard VINCENT: «Los centros de sociabilidad en Granada», en Lino ÁLVAREZ REGUILLO, et al.,
Plazas et sociabilité en Europe et Amérique Latine: colloque des 8 et 9 mai 1979, Madrid: Casa de Velazquez,
1982, págs. 103-116; Fernando ACALE SÁNCHEZ: Plazas y paseos de Granada: de la remodelación cristiana
de los espacios musulmanes a los proyectos de jardines en el ochocientos, Granada: Editorial Universidad de
Granada, Atrio, 2005, pág. 157.
5
Juan Manuel BARRIOS ROZÚA: Guía de la Granada desaparecida, 2.ª ed., Granada: Comares,
2006, págs. 170 y ss.
6
Este edificio, construido tras la demolición del coliseo en 1966, conserva el mismo nombre que el
teatro llevó desde 1905 (teatro Cervantes), en conmemoración del escritor en el año del tricentenario de la
primera edición de su novela más universal, el Quijote.
3.1. Cultura, música y prensa en Granada 1015
los Campos, pasando aquel a llamarse teatro Principal. Tradicionalmente Granada había
gozado de una escena privilegiada, siendo una de las pocas ciudades de provincia con
temporada teatral estable. Así mismo, contaba con una afición exigente e instruida. Hasta la
mitad de siglo, el predominio de la ópera italiana fue absoluto pero, a partir de ese momento,
el repertorio lírico experimentó un cambio de tendencia con la imparable emergencia de la
nueva zarzuela. El éxito del género zarzuelístico sería creciente a partir de ese momento en
Granada, desatando el furor del auditorio ante el asombro y la indignación contenida de los
críticos por la baja calidad de las representaciones 7.
Paralelamente a la programación del repertorio y a la ida y venida de compañías
dramáticas, líricas y coreográficas, a través de la prensa trascendían numerosas quejas del
público y los críticos por el lamentable estado del coliseo, que no había sufrido una
remodelación completa desde su apertura en 1810. A pesar de las mejoras practicadas desde
1835 en las instalaciones y el aspecto exterior del edificio 8, estas reformas ya no eran
suficientes a mediados de siglo, pues el teatro del Campillo se había quedado pequeño y las
condiciones para los actores y espectadores eran deplorables: manchas en telones y
bastidores, falta de higiene, telarañas, cables sueltos, poca iluminación, ambiente cargado de
humo, etcétera. Por fin, en 1858 se realizó un proyecto de ampliación de localidades, a cargo
del arquitecto José Contreras 9, que fue materializado al año siguiente con la construcción de
nuevas butacas, la introducción del alumbrado con sistema de candelabros, la pintura del
techo de platea y un nuevo telón de boca 10.
7
Para profundizar en el estado de la escena granadina en estas décadas, véanse José Antonio OLIVER
GARCÍA: «Aproximación al teatro lírico en la Granada romántica (1832-1850)», Revista de Musicología, vol.
XXVIII, n.º 1 (2005), págs. 408-425 (actas del VI Congreso de la Sociedad Española de Musicología, Oviedo,
noviembre 2004); íd.: «Granada en el nacimiento de la nueva zarzuela del XIX: 1842-1851», en Francisco J.
GIMÉNEZ RODRÍGUEZ, etc. (eds.), El patrimonio musical de Andalucía y sus relaciones con el contexto
ibérico, Granada: Universidad de Granada, Junta de Andalucía, 2008, págs. 141-151; íd.: El teatro lírico en
Granada en el siglo XIX (1800-1868), tesis doctoral dirigida por Francisco J. GIMÉNEZ RODRÍGUEZ,
Granada: Universidad de Granada, 2012.
8
Isidro E. SÁEZ PÉREZ: «El teatro Cervantes de Granada», en Homenaje al profesor Antonio Gallego
Morell, vol. III, Granada: Universidad de Granada, 1989, págs. 175-191.
9
José Luis LÓPEZ JIMÉNEZ: «Historia irrecuperable. El Teatro Cervantes: un proyecto para la
ciudad», Olvidos de Granada, n.º 4 (1985), págs. 10-11.
10
PIPELET [José M.ª de LUQUE]: «Revista de Granada. Agosto y Setiembre», La Semana, n.º 5 (6-
10-1859), pág. 38.
1016 María Belén Vargas Liñán
Saliendo del teatro del Campillo, en los alrededores del edificio, se emplazaban
algunos locales de consumición de bebidas que añadían atractivo a la zona convirtiéndola en
punto de reunión de muchos viandantes. Uno de aquellos establecimientos, muy conocido en
toda la ciudad, era el café del Comercio, que ofrecía música a diversas horas de la tarde y la
noche. Este tipo de amenizaciones se llevaba a cabo desde los años treinta del siglo XIX y
tenían lugar en el salón de las estatuas del café, consistiendo en música instrumental para
piano con acompañamiento de trompa o flauta 11.
A partir del Sexenio Revolucionario, el local se amplió con un escenario
convirtiéndose en el café-teatro del Recreo, con actuaciones casi a diario. Las primeras
referencias que tenemos sobre este café-teatro datan de octubre de 1868 a propósito de una
actuación del cantaor Silverio Franconetti, si bien la programación habitual del
establecimiento se dirigía más a un repertorio de carácter lírico-dramático y no tanto de cante
flamenco 12. Imaginamos que en esos años existirían otros cafés musicales en la ciudad –los
desconocemos por las escasas noticias sobre el tema en la prensa local–, aunque no se
generalizaron hasta el último cuarto del siglo, siendo dos de estos locales el café de Italia y el
café del León 13.
11
«Avisos. Música de piano», BOPG [Boletín Oficial de la Provincia de Granada], n.º 122 (30-11-
1833), pág. 4; «Aviso», ibíd., n.º 461 (2-11-1834), pág. 4; «Aviso a los filarmónicos», ibíd., 2.ª serie, n.º 69 (28-
11-1835), pág. 4; «Café de la Guardia Nacional», ibíd., n.º 112 (12-2-1836), pág. 4.
12
«Espectáculos públicos. El Recreo», La Idea, año 1, n.º 10 (22-10-1868), pág. 3; «Sección local.
Teatro del Recreo», ibíd., año 1, n.º 43 (29-11-1868), pág. 3. Para conocer la cartelera del Recreo, véase el
diario La Idea durante el periodo 1868-1872.
13
C. CÉSAR: «En el café de Italia: Artículo III», El Genil, año 1, n.º 6 (9-11-1873), págs. 21-23. Una
visión de los cafés granadinos con música y espectáculo de las últimas décadas del XIX y primeras del XX es
ofrecida por José GONZÁLEZ MARTÍNEZ: Café, copa y música: cafés, hoteles y cine mudo con música en
Granada, Granada: Caja General de Ahorros de Granada, 2008. Véase también Eduardo MOLINA FAJARDO:
«Cafés cantantes del siglo XIX», en El flamenco en Granada: teoría de sus orígenes e historia, Granada:
Miguel Sánchez, 1974, págs. 83-90.
3.1. Cultura, música y prensa en Granada 1017
Desde los años treinta del XIX, Granada comenzó a contar con numerosas sociedades
culturales de carácter semiprivado: unas, de gran tradición y peso institucional; otras,
efímeras y modestas que casi no han trascendido debido a su escasa relevancia. La
abundancia de este tipo de centros se vio favorecida por el carácter aristocrático,
administrativo y universitario de la ciudad, al que se unió la creciente clase media local y la
presencia de una importante intelectualidad. Del conjunto de sociedades completamente
desconocidas hoy en día, hemos recogido algunos nombres que se dieron en la ciudad, como
el movimiento artístico El Vergel y la sociedad dramática de aficionados La Serenata, con
sede en la placeta del Hospicio Viejo 14.
Pero, sin lugar a dudas, el Liceo Artístico y Literario se convirtió en el referente de
las entidades que combinaban instrucción y recreo en Granada y provincia a mediados del
XIX. Este centro había sido restablecido en 1847 bajo el nombre de Sociedad Literaria y
Artística tras desaparecer el Liceo primitivo al inicio de la Década Moderada. La primera
etapa del Liceo granadino transcurrió de 1839 a 1843 en su sede del colegio Miguel de la
calle Duquesa. Su desaparición se debió más a causas políticas –su junta directiva estaba
conformada por cargos liberales que fueron cesados al final de la regencia de Espartero– que
a razones de tipo económico o institucional. Después de unos años de escasez de iniciativas
culturales en la ciudad, la sociedad volvió a establecerse a finales de los años cuarenta gracias
al impulso de un grupo de intelectuales encabezados por Nicolás de Paso y Delgado 15.
El Liceo granadino fue el círculo cultural de mayor prestigio e influencia en la ciudad
durante la época isabelina y el Sexenio, tanto por la condición social y el elevado número de
miembros como por su larga trayectoria, por lo que resultaba la mejor alternativa de reunión
social para la clase burguesa 16. A nivel operativo, la entidad basaba su funcionamiento en un
14
«Gacetilla granadina», El Granadino, n.º 11 (15-5-1848), pág. 4; Matías MÉNDEZ VELLIDO:
«Cosas que fueron», en Granadinas: colección de artículos, Granada: Tip. de José López Guevara, 1896, págs.
313-323.
15
Nicolás de PASO Y DELGADO: «La palabra del Liceo», El Liceo de Granada, año I, n.º 1 (1-4-
1869), págs. 1-6; Reglamento del Liceo de Granada, Granada: Imp. de la Viuda de Ruiz e hijos, 1849; LA
REDACCIÓN: «La Sociedad Literaria y Artística de Granada», El Capricho, n.º 18 (1-3-1847), págs. 169-170.
16
Nicolás de RODA: «Me voy al Liceo», La Alhambra, tomo 2, n.º 41 (22-3-1840), págs. 492-494.
1018 María Belén Vargas Liñán
Sin embargo, a comienzos de los cincuenta del siglo XIX, el Liceo granadino había
dejado de ser el gran foco de regeneración intelectual en el que se había convertido diez años
antes, transformándose en un centro elitista de marcado talante acomodado y de ostentación
social. Ahora los esfuerzos se canalizaban a través de un órgano interno, la Academia de
Ciencias y Literatura, que funcionaba en la práctica como un ateneo casi independiente
llevando a cabo conferencias y discusiones científicas. La Academia pertenecía a la sección
homónima del Liceo y se componía a su vez de varias secciones (Jurisprudencia, Medicina,
Filosofía, Artes y Literatura). Cobró gran fuerza desde 1853 hasta la primera mitad de los
sesenta, y en ella tenían mayor peso las actividades de tipo humanístico y científico que las
artísticas. En el año 1860 contó incluso con un órgano difusor de sus trabajos: El Liceo
18
Granadino. Semanario de Ciencias, Literatura y Artes . Mientras tanto, el Liceo mantenía
sus sesiones mensuales y ofrecía recreos espléndidos y de gran calidad, a pesar de no ser tan
frecuentes como hubiera pretendido. De todos estos recreos, las veladas más concurridas eran
los bailes de máscaras en carnaval y las funciones en el teatro de la sociedad 19.
Durante el Sexenio Revolucionario e inicios de la Restauración, el Liceo granadino
experimentó un momento de reactivación canalizada a través de la iniciativa de personajes
como Nicolás de Paso y Delgado y Aureliano Ruiz. Esta renovación se vio sin duda
favorecida por las nuevas libertades políticas de reunión, enseñanza e imprenta instauradas
tras La Gloriosa. Las medidas legislativas permitieron la creación de una escuela de adultos y
una tertulia literaria en el seno de la sociedad −además de la celebración de las habituales
reuniones de confianza−. Prueba del momento dinámico que vivió el Liceo −no exento de
altibajos por el progresivo endeudamiento de la entidad y la precaria situación política−, es la
publicación de la revista El Liceo de Granada (1869-1876), de la que trataremos en un
apartado posterior.
Aparte del Liceo, a mediados del siglo XIX existían en Granada otros centros al estilo
liceísta pero menos estables debido a su breve existencia. Entre estos establecimientos –que
conjugaban enseñanza y entretenimiento– encontramos la Sociedad Minerva, con sede en la
Casa de los Sres. de Castril de la carrera del Darro (actual Museo Arqueológico), y que dejó
18
Granada: Imp. de Manuel Garrido, 1860.
19
ASMODEO: «El Diablo en el Liceo», El Diablo, Revista Infernal, n.º 6 (15-11-1851), págs. 45-49;
Francisco de P. CASTRO LÓPEZ: Memoria del Liceo Artístico y Literario de Granada, Granada: Imp. de
Francisco Ventura Sabatel, 1852; Ambigú para el baile de máscaras que tendrá efecto la noche del 4 de marzo
de 1854 en el Liceo de esta capital, Granada: [s. n.], 1854.
1020 María Belén Vargas Liñán
20
de existir probablemente en 1851, siendo adquiridos sus enseres por el Liceo . También
desarrolló actividades El Recreo (desaparecido en 1849) 21, y en los años siguientes surgirían
otros nuevos en la misma línea, como el Círculo Artístico y Literario en 1859 (reunido en
el palacio de los condes de Luque –hoy conocido como palacio de las Columnas– en la calle
Puentezuelas), y la Sociedad Lírico-Dramática Las Delicias durante el Sexenio. Ésta última
se emplazaba, hacia 1871, en el ex convento de San Felipe –actual iglesia del Perpetuo
Socorro– y posteriormente se trasladaría al ex convento de los Trinitarios Calzados –actual
plaza de la Trinidad–.
Dentro del panorama asociativo granadino, también seguía reuniéndose la Sociedad
Económica de Amigos del País de Granada (surgida en 1776 y restablecida tras la Guerra
de la Independencia), cuya línea de actuación estaba más encaminada al fomento de la
riqueza de los recursos de la provincia. Además de este objetivo, su interés por la cultura se
concentraba en el campo de las bellas artes. Así, desde finales del siglo XVIII ofrecía
formación a través de la Academia de Nobles Artes. Este centro estuvo unido a la Económica
granadina durante la primera mitad del XIX hasta que en 1850 se hizo independiente,
pasando a denominarse Academia Provincial de Bellas Artes de Granada (gracias al Real
Decreto de 31-10-1849) y llevando a cabo certámenes y exposiciones industriales y artísticas
22
.
Además de los centros de instrucción y fomento, la burguesía y aristocracia
granadinas se congregaban en sociedades únicamente para disfrutar de ratos de ocio y
diversión. Uno de estos espacios era el Casino, que, desde 1844, ofrecía un lugar lujoso en
Puerta Real donde el público masculino podía charlar, leer la prensa, cerrar negocios y jugar
23
al billar o las cartas . Aparte de estas actividades cotidianas, este selecto establecimiento
20
Reglamento de la Sociedad Artística y Literaria de Minerva, Granada: Imp. de Francisco Ventura
Sabatel, 1850. CASTRO LÓPEZ: Memoria del Liceo Artístico..., op. cit.
21
Conocemos las reseñas de las sesiones de El Recreo celebradas entre mayo de 1848 y febrero de
1849. Véase la crónica local de estos meses en el diario El Granadino, la Revista Literaria de El Granadino y el
BOPG.
22
Las primeras exposiciones se celebraron en 1851, 1853 y 1857. Véanse los programas de certámenes,
catálogos de exposiciones, actas de sesiones públicas y memorias anuales de la Sociedad Económica de Amigos
del País de Granada conservados en el fondo antiguo de la Biblioteca de la Universidad de Granada (Hospital
Real); Lola CAPARRÓS MASEGOSA: «Las exposiciones de bellas artes celebradas en Granada y la prensa
local (1839-1883)», Cuadernos de Arte de la Universidad de Granada, n.º XXIII (1992), págs. 423-450.
23
Reglamento del Casino Granadino, Granada: Imp. y Lib. de Alonso y Comp., 1844.
3.1. Cultura, música y prensa en Granada 1021
24
José SALVADOR DE SALVADOR: «Baile del Casino», El Eco de Occidente, nueva época, n.º 26
(25-6-1854), págs. 203-205.
25
Matías MÉNDEZ VELLIDO: «El Pellejo», La Alhambra, año XXIII, n.º 531 (30-9-1920), págs.
263-266; ibíd., n.º 532 (31-10-1920), págs. 295-298; ibíd., n.º 533 (30-11-1920), págs. 328-331; ibíd., n.º 534
(31-12-1920), págs. 358-361.
26
Mariano VÁZQUEZ GÓMEZ, Manuel MORENO GONZÁLEZ y Antonio J. AFÁN DE RIBERA:
Libro de actas de la Tertulia Gastronómico Pellejuna (1852-1858). Véanse las transcripciones de la solicitud de
ingreso de Manuel del Palacio y de un acta de sesión firmada por Mariano Vázquez, en el Apéndice 1.b:
Selección de textos (n.º 8 y 12).
1022 María Belén Vargas Liñán
27
María Belén VARGAS LIÑÁN: La música en la «guasona» Cuerda granadina: Una singular tertulia
de mediados del XIX, Granada: Universidad de Granada, Junta de Andalucía, 2012 (en prensa).
28
«Parte no oficial. Sección de noticias. Locales», BOPG, n.º 78 (1-4-1857), pág. 3; «Crónica de la
capital», La Alhambra, n.º 10 (12-5-1857), pág. 3; «Crónica de la capital. Tertulia literaria», ibíd., n.º 34 (9-6-
1857), págs. 2-3.
29
L[uis] M[ONTES]: «Revista de modas y de salones», La Alhambra, tomo 4, n.º 22 (30-5-1841),
págs. 261-264.
30
José M. ZAMORA: «Gacetilla», La Alhambra, año 2, n.º 349 (22-6-1858), pág. 2; J[osé]
S[ALVADOR] DE S[ALVADOR]: «Parte no oficial. Sección de interés general. Baile dado por el Sr. D. Carlos
Calderón», BOPG, n.º 155 (30-6-1859), págs. 3-4.
3.1. Cultura, música y prensa en Granada 1023
En este apartado nos proponemos hacer un repaso de las fiestas religiosas y civiles,
así como de otros eventos especiales que fueron objeto de celebración por parte de los
granadinos en las décadas centrales del ochocientos. El año comenzaba con los actos
conmemorativos del día de la Toma de Granada –el 2 de enero–, en los que era costumbre
31
ofrecer en el teatro la comedia El triunfo del Ave María o La Toma de Granada . Dos
semanas después –el 17 de enero–, las familias tomaban el paseo de Quinta Alegre y
32
ocupaban las laderas próximas a la vega en el día de San Antón . El 1 de febrero se
celebraba la romería de San Cecilio, patrón de la ciudad, con la subida al Sacromonte de la
33
población, que visitaba las cenizas del santo y pasaba un día en el campo . Antes de la
llegada de la Cuaresma, todas las clases sociales disfrutaban del carnaval en desfiles
callejeros y bailes públicos y privados. Esta diversión volvía a permitirse en España tras la
muerte de Fernando VII, en 1833, siendo rigurosamente controlada por las autoridades
mediante edictos 34. El carácter público o privado de estas fiestas marcaría la distinción entre
las clases modestas y los círculos burgueses. Así, en Granada se daban bailes públicos en el
teatro, y privados en casi todas las sociedades culturales, que programaban conjuntamente sus
eventos para evitar solapamientos de fechas. Especialmente elegantes eran los bailes de
máscaras del Liceo y el Casino.
Un mes y medio después del carnaval, la Semana Santa se solemnizaba con
numerosas ceremonias en los templos, aunque aún era una tradición olvidada el procesionar
31
M[ariano] PINA [BOHÍGAS]: «El 2 de Enero», La Distracción, n.º 9 (4-1-1846), págs. 65-66;
«Parte no oficial. Novedades locales. Aniversario», BOPG, n.º 3 (3-1-1858), pág. 3.
32
Eduardo GÓMEZ MORENO Y PUCHOL. «El día de San Antón o la fiesta de las nueve vueltas. I.
Costumbres populares», El Liceo de Granada, año VII, n.º 1 (enero 1875), págs. 10-12; íd.: «El día de San
Antón o la fiesta de las nueve vueltas. II. Origen tradicional de San Antón el Viejo. III. Las nueve vueltas o la
fiestas de los corceles», ibíd., año VII, n.º 2 (febrero 1875), págs. 26-29.
33
Miguel L. DOMÍNGUEZ: «Gacetilla», La Alhambra, año 4, n.º 849 (2-2-1860), pág. 3; Nicolás
PIÑÓN: «Gacetilla: Romería», ibíd., año 5, n.º 1.152 (2-2-1861), pág. 3.
34
Bartolomé HERMIDA (gobernador): «Parte oficial. Primera sección. Gobierno de la provincia.
Circulares. Carnaval», BOPG, n.º 39 (14-2-1858), pág. 1.
1024 María Belén Vargas Liñán
las imágenes por las calles de la ciudad 35. El 3 de mayo se celebraba el día de la Cruz, una de
las costumbres más arraigadas entre los granadinos, y especialmente de las clases populares
36
. Y a finales del mes, solía conmemorarse el aniversario de la muerte de Mariana Pineda,
37
sobre todo en época de gobiernos liberales . La fiesta grande granadina, el Corpus Christi,
fue recobrando su antiguo brillo y esplendor desde que se reactivó en 1839. Como antaño, la
plaza Bibarrambla constituía el núcleo principal de la fiesta cívico-religiosa, que fue
ampliándose a otros escenarios urbanos, como el paseo del Salón y las riveras del Genil, y
algunos establecimientos civiles, como las Casas Consistoriales, las sociedades culturales, el
teatro del Campillo y la plaza de toros 38.
La llegada del estío se celebraba la noche de San Juan –del 23 al 24 de junio–, en la
que muchos ciudadanos se congregaban en la carrera del Genil y los aledaños del río −paseos
39
del Salón y la Bomba−, bailando fandangos y tocando la guitarra . También, la velada de
35
A finales del siglo XIX irá resurgiendo en Granada el movimiento cofrade y procesional. Véanse
«Parte no oficial. Sección de noticias. Locales», BOPG, n.º 79 (2-4-1857), pág. 3; Miguel L. DOMÍNGUEZ:
«Gacetilla», La Alhambra, año 4, n.º 904 (8-4-1860), pág. 3.
36
[José] G[IMÉNEZ]-S[ERRANO]: «Costumbres. La Cruz de mayo», El Pasatiempo, n.º 4 (4-5-
1845), págs. 30-31; Miguel L. DOMÍNGUEZ: «Gacetilla. La Santa Cruz», La Alhambra, año 4, n.º 925 (3-5-
1860), pág. 2.
37
Aniversario celebrado por el Excmo. Ayuntamiento Constitucional en los días 25 y 26 de mayo de
1841, en memoria de la ilustre granadina Doña Mariana Pineda y demás víctimas inmoladas por la tiranía,
Granada: Imp. de Benavides, 1841; M[anuel] MORENO GONZÁLEZ: «Exequias de la heroína Mariana
Pineda», El Álbum Granadino, n.º 18 (1-6-1856), págs. 137-139; Antonio MUÑOZ, et al.: «Aniversario del
sacrificio de la ilustre patricia Mariana Pineda. Actos de la comisión especial», ibíd., n.º 19 (8-6-1856), págs.
149-150.
38
L[uis] M[ONTES]: «Función del Corpus», La Alhambra, tomo 3, n.º 10 (7-6-1840), pág. 120;
«Variedades», La Tarántula, n.º 10 (29-5-1842), págs. 158-159; [José] G[IMÉNEZ]-S[ERRANO]: «La fiesta
del Corpus», El Pasatiempo, n.º 7 (25-5-1845), págs. 49-51; «Festividad del Corpus», El Álbum Granadino, n.º
7 (16-6-1849), pág. 56; «Miscelánea. Fiestas», La Constancia, n.º 211 (7-6-1853), pág. 2; José SALVADOR DE
SALVADOR: «Festividad del Santísimo Corpus Cristi, y descripción del adorno de la plaza», El Álbum
Granadino, n.º 17 (25-5-1856), págs. 131-132; L[eopoldo] EGUÍLAZ: «Una vuelta por la plaza», La Alhambra,
año 2, n.º 335 (5-6-1858), pág. 1.
39
«Noticias», La Campana de la Vela, n.º 39 (25-6-1844), pág. [2v.º]; [José] G[IMÉNEZ]-S[ERRANO]:
«Costumbres. La velada de San Juan», La Distracción, n.º 2 (29-6-1845), págs. 15-16; «Gacetilla granadina», El
Granadino, n.º 41 (26-6-1848), pág. 4; «Crónica de la capital. Verbena», La Alhambra, año 1, n.º 47 (25-6-1857),
pág. 3.
3.1. Cultura, música y prensa en Granada 1025
40
San Pedro –del 28 al 29 de junio– concentraba mucho interés en la carrera del Darro .
Durante el verano, la horas del paseo vespertino eran amenizadas con música de banda de
alguno de los regimientos de la guarnición granadina. El siguiente cambio de estación se
anunciaba con la feria de San Miguel –el 29 de septiembre–, jornada en la que las gentes
41
subían a la ermita del Santo en el cerro de la Oliva . En el último mes del año, las
celebraciones religiosas cobraban mayor relieve. Así, la Inmaculada Concepción –el 8 de
diciembre– llegó a celebrarse con gran fervor a partir de 1854, momento de la proclamación
42
del dogma cristiano . Y la Nochebuena y el día de Navidad eran fechas vividas en la
intimidad del hogar 43-44.
Además de la agenda festiva ordinaria, durante esos años la ciudad se hizo eco de
sucesos especiales que fueron motivo de celebración en esos momentos. Entre ellos, tuvieron
singular repercusión todos los relacionados con la Familia Real, como el matrimonio entre
Isabel II y su primo el infante Francisco de Asís en 1846 45, la onomástica 46 de la Reina –así
como sus embarazos y alumbramientos 47–, las visitas de algunos de sus miembros a Granada
40
A[ntonio] AFÁN DE RIBERA: «Gacetilla. Día 28 (martes). Velada de San Pedro», La Alhambra,
año 3, n.º 662 (27-6-1859), pág. 3.
41
L[eopoldo] EGUÍLAZ: «Gacetilla. San Miguel», La Alhambra, año 2, n.º 437 (1-10-1858), pág. 2;
Bernardo ESCOLAR: «Gacetilla. Hasta otro año», ibíd., año 5, n.º 1.355 (1-10-1861), pág. 3; Eduardo GÓMEZ
MORENO Y PUCHOL: «La feria de San Miguel, su ermita y romería», El Liceo de Granada, año VI, n.º 13 (1-
9-1874), págs. 205-208; ibíd., n.º 14 (15-9-1874), págs. 214-217; ibíd., n.º 15 (1-10-1874), págs. 234-237.
42
José M. ZAMORA: «Gacetilla. Función solemne», La Alhambra, año 1, n.º 189 (8-12-1857), pág. 3.
L[eopoldo] EGUÍLAZ: «Gacetilla», ibíd., año 2, n.º 503 (18-12-1858), págs. 2-3.
43
«La noche buena», La Idea, año 3, n.º 190 (24-12-1870), págs. 2-3.
44
Antonio Joaquín AFÁN DE RIBERA: Fiestas populares de Granada, Granada: Imp. de La Lealtad,
1885.
45
«Relación de los festejos que han dispuesto las Autoridades y Corporaciones de esta ciudad, para
celebrar en los días 23, 24 y 25 del corriente mes de octubre los faustos enlaces de SS. MM. y AA. RR.»,
BOPG, suplemento al n.º 125 (24-10-1846), pág. 1.
46
Miguel L. DOMÍNGUEZ: «Gacetilla. Fuegos artificiales», La Alhambra, año 3, n.º 787 (20-11-
1859), pág. 3; «Gacetilla. Festejos», El Dauro, año 5, n.º 1.336 (16-11-1860), pág. 3.
47
Los festejos eran preparados con adelanto para no coger desprevenidas a las autoridades: los
nacimientos de la infanta Isabel, del príncipe Alfonso y de la infanta Concepción, y el anuncio del «estado
interesante» de la reina Isabel II. Véanse «Diabluras», El Diablo, Revista Infernal, n.º 6 (15-11-1851), pág. 50;
José M. ZAMORA: «Gacetilla», La Alhambra, año 1, n.º 165 (9-11-1857), pág. 3; «Programa de los festejos
públicos y actos de beneficencia, que las Excelentísimas Corporaciones, Diputación Provincial y Ayuntamiento
de la Heroica Ciudad y Capital de Granada, han dispuesto de acuerdo con todas las Autoridades Superiores, en
1026 María Belén Vargas Liñán
48 49
en 1849 y 1862 y el cumpleaños del Príncipe de Asturias . Así mismo, la resolución de
conflictos militares fue también causa de festejo popular. En estos años, se celebró
especialmente el fin de la Primera Guerra Carlista –con el abrazo de Vergara, el 29 de agosto
de 1839 50–, el levantamiento liberal que encabezó el general O'Donnell –en julio de 1854 51–
52
, y la victoria española en la Guerra de África –a principios de 1860 –. Todos estos
acontecimientos solían festejarse con desfiles al aire libre, ceremonias religiosas, actos de
beneficencia y funciones teatrales 53.
celebridad del nacimiento de S. A. R. el Príncipe de Asturias D. Alfonso, Francisco, Fernando Pío», ibíd., año 2,
n.º 222 (19-1-1858), pág. 1; Miguel L. DOMÍNGUEZ: «Gacetilla», ibíd., año 3, n.º 803 (9-12-1859), pág. 3; F.
MENDO DE FIGUEROA: «Gacetilla. Simulacro», El Dauro, año 6, n.º 1.393 (29-1-1861), pág. 3.
48
En 1849 pasó unos días en la ciudad la infanta Luisa Fernanda –hermana de la reina Isabel II– y su
familia, y, en el otoño de 1862, visitaron la ciudad los Reyes y sus hijos. Véase «Entrada de SS. AA. RR.», El
Álbum Granadino, n.º 5 (1-6-1849), págs. 36-37; «Llegada de SS. MM. y AA.», El Porvenir de Granada, año 3,
n.º 575 (12-10-1862), pág. 2.
49
Miguel L. DOMÍNGUEZ: «Gacetilla», La Alhambra, año 3, n.º 794 (29-11-1859), pág. 3.
50
«Programa de las funciones dispuestas por la Excma. Diputación Provincial, para el domingo 15 del
corriente», BOPG, n.º 618 (14-9-1839), pág. 4.
51
En el teatro se dedicó una función en homenaje a las víctimas de las jornadas de julio en Madrid con
la participación de algunos miembros de la Cuerda granadina. Véase «Espectáculos públicos», El Eco de la
Libertad, n.º 16 (5-8-1854), pág. 4.
52
Fastuosamente celebrado con una entrada triunfal en Granada de las tropas victoriosas en Tetuán.
Véase «Entrada de tropas», La Alhambra, año 4, n.º 931 (10-5-1860), pág. 1.
53
Para profundizar en todos los aspectos de la Granada de mediados del siglo XIX, véanse GAY y
MILLET: Historia de Granada, IV..., op. cit.; José GIMÉNEZ SERRANO: Manual del artista y del viajero en
Granada, José Antonio LINARES (ed.), Granada: Imp. de Puchol, 1846; José Francisco LUQUE: Granada y
sus contornos: historia de esta célebre ciudad desde los tiempos más remotos hasta nuestros días..., Granada:
Imp. de Manuel Garrido –editor–, 1858; Pascual MADOZ: Diccionario geográfico-estadístico-histórico de
Andalucía: Granada, J. BOSQUE MAUREL (estudio introductorio), ed. facsímil, Valladolid: Ámbito-
Editoriales Andaluzas Unidas, 1987.
3.1. Cultura, música y prensa en Granada 1027
Otro de los aspectos que hicieron de la ciudad nazarí un punto de encuentro cultural
fue la existencia en su seno de centros de educación superior y profesional. Los primeros,
54
encabezados por la Universidad Literaria , junto con las Academias de Jurisprudencia,
55
Medicina, Teología y Filosofía, anexas a ella y creadas en 1844 ; en el segundo caso,
56
podemos citar la Escuela Normal de Granada, fundada en 1846 . La enseñanza media la
cubrían una serie de colegios de humanidades, de entre los que funcionaban en los años
cuarenta y cincuenta el colegio de Nuestra Señora de las Angustias, dirigido por José de
Alcaraz; el colegio de Santo Tomás de Aquino, dirigido por Toribio Funes; el colegio de San
Dionisio Areopagita, dirigido por el cabildo del Sacromonte; el colegio de Antonio Aguilera
López; el colegio de Nuestra Señora del Carmen, dirigido por José María Medina y Aguirre;
57
y el colegio de San Miguel Arcángel, dirigido por Antonio Ocaña Álvarez . Junto a los
anteriores, también se encontraba en activo el Instituto de Segunda Enseñanza unido a la
54
Viñes Millet recrea magistralmente la institución universitaria granadina de estas décadas. Véase
Cristina VIÑES MILLET: «De la Universidad ilustrada a la romántica», en María del Carmen CALERO
PALACIOS, Inmaculada ARIAS DE SAAVEDRA y Cristina VIÑES MILLET, Historia de la Universidad de
Granada, Granada: Universidad de Granada, 1997, págs. 183-196.
55
Nicolás de PASO Y DELGADO: Memoria sobre el origen de las academias científicas fundadas en
la Universidad Literaria de Granada siendo su Rector el Sr. Dr. D. José de Castro y Orozco, Granada: Imp. de
Juan María Puchol, 1844.
56
Miguel A. LÓPEZ: La Escuela Normal de Granada, Granada: Universidad de Granada, 1979.
57
Reglamento del Colegio de Humanidades Ntra. Sra. de las Angustias, Granada: Imp. y Lib. de
Manuel Sanz, 1844; José de ALCARAZ: «Anuncios. Colegio de Nuestra Señora de las Angustias de Granada»,
BOPG, n.º 102 (24-8-1849), pág. 4; Juan PUGNAIRE: «Anuncios. Colegio de Santo Tomás de Aquino», ibíd.,
n.º 112 (17-9-1849), pág. 4; «Anuncios», ibíd., n.º 108 (7-9-1849), pág. 4; Antonio AGUILERA: «Anuncios.
Instrucción para los aspirantes a plazas de alumnos del Colegio de Instrucción pimaria superior establecido en
Granada, calle de la Cárcel Baja, número 40, bajo la dirección de D. José Aguilera y López, Ex Profesor del
Colegio Real de S. Bartolomé y Santiago de esta capital», ibíd., n.º 34 (20-3-1850), págs. 3-4; «Anuncios.
Nuestra Señora del Carmen», La Constancia, n.º 268 (11-8-1853), pág. 4; «Parte no oficial. Sección de
Variedades. Reglamento del Colegio de Instrucción Primaria, Latín y Humanidades, titulado San Miguel
Arcángel y dirigido por D. Antonio Ocaña Álvarez», BOPG, n.º 1 (1-1-1857), pág. 2.
1028 María Belén Vargas Liñán
58
Universidad . Este conjunto de establecimientos atraía a la capital a estudiantes de toda la
provincia y de otras áreas geográficas.
Junto a los centros de educación superior y profesional, hubo en Granada numerosos
59
establecimientos de instrucción femenina , como el colegio de Santa Cruz, dirigido por
María Josefa Pernas; el colegio de San Antonio y Santa Filomena; el colegio de Nuestra
Señora del Carmen, dirigido por Angustias Sola y Gómez; y el colegio de la Asunción,
dirigido por Carlota González.
Así mismo, se dio en la ciudad una amplia oferta de enseñanza especializada en
diversas materias, como música, baile, idiomas y comercio, a cargo de profesores
particulares que anunciaban sus servicios en la prensa diaria. Así, conocemos la existencia
de clases de canto y piano por José Freixes, de guitarra por Cristóbal Giménez y Miguel
Carnicer −hermano del compositor Ramón Carnicer−, de baile por Juan Gras, de música
instrumental por Juan Guervós del Castillo, y de idiomas y comercio por Juan Estelat 60.
Además de las academias privadas, algunas sociedades culturales granadinas
desarrollaron proyectos de instrucción musical, bien para sus socios o como escuelas
gratuitas para jóvenes sin recursos. El caso más destacado es el del Liceo Artístico y
Literario, cuyos socios adscritos a la sección de música recibían una formación propia de
nivel aficionado. Así mismo, la entidad ofreció en 1861 aprendizaje gratuito de solfeo
58
SEIJAS: Reglamento aprobado por su Magestad para el régimen y gobierno del Colegio Real San
Bartolomé y Santiago e Instituto agregado a la Universidad Literaria de Granada, Granada: Imp. de Juan
María Puchol, 1851; Rafael MARÍN LÓPEZ: El Colegio de San Bartolomé y Santiago e Instituto agregado a la
Universidad de Granada (1845-1877), Sevilla: Asociación de Profesores de Geografía e Historia de
Bachillerato de Andalucía, 1995.
59
María Josefa PERNAS: Colegio de Santa Cruz. Instrucción General para Señoritas, Granada: Imp.
de Sanz, 1846; «Anuncios. Colegio de Santa Cruz de Granada», BOPG, serie 9, n.º 138 (17-11-1848), pág. 4;
«Anuncios. Colegio de S. Antonio y Sta. Filomena, calle del Horno de Marina a la de S. Gerónimo núm. 4»,
ibíd., n.º 49 (23-4-1852), pág. 4; Angustias SOLA Y GÓMEZ: «Parte no oficial. Anuncios. Colegio de Ntra.
Sra. del Carmen. Instrucción de señoritas», ibíd., n.º 126 (27-5-1857), pág. 4; Carlota GONZÁLEZ: Colegio de
la Asunción, Granada: Imp. de Sabatel, 1855.
60
«Anuncios», La Distracción, n.º 3 (9-11-1845), pág. 24; «Avisos», BOPG, n.º 126 (12-7-1841), pág.
4; «Anuncios», ibíd., suplemento al n.º 48 (22-4-1850), pág. 4; «Anuncios», La Constancia, n.º 228 (26-6-
1853), pág. 4; «Sección de anuncios. Academia de música en el Liceo de Granada», El Eco de la Libertad, n.º
98 (9-11-1854), pág. 4; «Sección de anuncios y comunicados: Academia de idiomas y comercio dirigida por D.
Juan Estelat, de nación francés», La Constancia, n.º 154 (1-4-1853), pág. 4.
3.1. Cultura, música y prensa en Granada 1029
elemental impartido por los profesores Baltasar Mira y José Espinel y Moya 61. Otra sociedad
granadina en la línea del Liceo fue el Círculo Artístico y Literario (1859-1861), que dio
mayor importancia a las actividades formativas que a las puramente lúdicas. Estaba
constituida por diversas secciones, siendo la de música la primera en establecer una academia
gratuita de solfeo que comenzó a funcionar en el curso 1859-1860. La enseñanza se dirigía a
jóvenes sin posibles de 10 a 18 años, con el objeto de adquirir unos conocimientos musicales
62
en vista a una futura ocupación profesional . Su organización corrió a cargo del músico
Miguel Tello, quien asignó a Bernabé Ruiz de Henares el puesto de director y profesor,
logrando imponer una fuerte disciplina entre sus alumnos con el fin de conseguir un ambiente
de estudio riguroso.
El proyecto educativo-musical más ambicioso del siglo XIX en Granada fue el
llevado a cabo por el barítono italiano Giorgio Ronconi, afincado en la ciudad desde 1852. A
pesar de sus continuas giras profesionales, que le obligaban a permanecer largas estancias
fuera, el cantante se implicó en la vida cultural granadina, participando en el Liceo local y
otras reuniones artísticas, así como organizando funciones teatrales para causas benéficas con
los aficionados de la ciudad. Animado por esta gran afición, fundó y dirigió un
establecimiento de educación de canto lírico desde abril de 1861, que fue llamado Escuela de
Canto y Declamación de Isabel II. El objetivo de Ronconi fue instaurar un centro
profesional de música –a semejanza de un Conservatorio– donde formar a jóvenes de ambos
sexos con facultades para el canto, y apadrinar en el inicio de su carrera artística a aquellos
más brillantes. Con este fin, pensionó la formación y mantenimiento de todos los aspirantes
admitidos –que venían de diversos lugares de la geografía española– 63. La Escuela de Canto
y Declamación de Ronconi estuvo activa durante dos años y medio, tras los cuales −y a pesar
de las enormes expectativas y la buena respuesta generada−, cerró sus puertas. Las razones de
esta apresurada clausura se deben, probablemente, a conflictos de intereses entre el barítono y
61
A. del HORTAL: «Liceo de Granada. Edicto», La Alhambra, año 5, n.º 1.415 (11-12-1861), pág. 3.
62
A. AFÁN DE RIBERA: «Gacetilla: Corporación útil», La Alhambra, año 3, n.º 715 (28-8-1859),
pág. 2.
63
Giorgio RONCONI: «Parte oficial. Sección general. Varias dependencias. Escuela de Canto y
Declamación de Isabel II», BOPG, n.º 269 (14-11-1861), pág. 3; íd.: «Escuela de Canto y Declamación de
Isabel II», La Alhambra, año 5, n.º 1.393 (15-11-1861), pág. 3.
1030 María Belén Vargas Liñán
el empresario del teatro del Campillo, Ramón Carsi, cuyo local era utilizado por los alumnos
de la Escuela para ofrecer sus ensayos 64.
Otro de los resortes que movía la máquina de la cultura en Granada fue la actividad de
impresores, editores y libreros. En los decenios centrales del ochocientos, la ciudad vivía un
momento positivo en lo que a demanda editorial se refiere, aunque dentro de los límites de
una economía artesanal y minoritaria. Existía un nutrido mercado de publicaciones literarias
y, en especial, de obras dramáticas, además de las habituales tiradas de periódicos y revistas,
y de encargos institucionales provenientes de la Universidad, la Audiencia, el Arzobispado, y
algunas academias, institutos y asociaciones. Sin embargo, el negocio editorial y de imprenta
no era rentable en la mayoría de los casos, por lo que estos establecimientos completaban sus
beneficios con otras actividades. De tal manera, funcionaban al mismo tiempo como librerías
que vendían sus propios títulos, ofrecían suscripciones de libros y prensa nacional, y surtían
de artículos de papelería y oficina. Entre 1845 y 1860 existieron once profesionales en activo
en Granada, siendo uno de los más dinámicos José María Zamora, cuyo local se localizaba en
la calle Monterería. Los otros establecimientos del gremio pertenecieron a Manuel Sanz
(calle Monterería), Francisco Benavides (calle del Milagro), José Antonio Linares (calle
Elvira), Miguel Benavides (calle del Milagro y, después, Escudo del Carmen), Gerónimo
Alonso (calle Colegio Catalino), Juan María Puchol (calle Duquesa), Tomás Astudillo y
Manuel Garrido (plaza Bibarramba y, más tarde, plaza de la Trinidad), la Viuda de Ruiz e
hijos (calle Libreros), Tomás Astudillo, en solitario desde 1855 (plaza de la Trinidad) y
Francisco Ventura Sabatel (calle Libreros) 65.
64
Giorgio RONCONI: Estatutos de la Escuela de Canto y Declamación de Isabel Segunda: fundada en
esta ciudad por Giorgio Ronconi, con la autorización de S. M., consignada en Real Orden de 13 de abril de
1861, Granada: Imp. de Francisco Higueras López, 1862.
65
Emilio DELGADO LÓPEZ-COZAR y José Antonio CORDÓN GARCÍA: El libro. Creación,
producción y consumo en la Granada del siglo XIX, 2 vols., Granada: Universidad de Granada, Diputación de
Granada, 1990; Cristina PELEGRÍN PARDO (coord.): La imprenta en Granada, Granada: Universidad de
Granada, Junta de Andalucía, 1997.
3.1. Cultura, música y prensa en Granada 1031
Granada es una de las ciudades españolas con una actividad periodística más intensa
desde el siglo XVIII, demostrando un interés general por la lectura de los periódicos y
revistas. Al igual que la del resto del país, la prensa granadina ha estado sujeta a los vaivenes
políticos y al marco legal de la prensa española del momento. Además de estos
condicionantes extra-locales, el surgimiento de proyectos periodísticos en la ciudad del Genil
ha dependido sobre todo del entramado empresarial (imprentas, librerías), así como del
respaldo institucional e intelectual que ha recibido de las diversas entidades y periodistas.
66
«Educación gratuita y obligatoria», La Constancia, n.º 238 (8-7-1853), págs. 1-2; «Formas de
educación pública», ibíd., n.º 266 (9-8-1853), pág. 1; «¿Es necesaria la educación al hombre?», ibíd., n.º 279
(24-8-1853), pág. 1; «De la educación», ibíd., n.º 280 (25-8-1853), págs. 1-2.
67
«Sobre la educación de las mujeres», La Constancia, n.º 158 (6-4-1853), pág. 1; ibíd., n.º 159 (7-4-
1853), pág. 1.
68
«Bibliotecas públicas», La Constancia, n.º 250 (22-7-1853), pág. 1.
1032 María Belén Vargas Liñán
polémicas en torno a la restauración del palacio de la Alhambra 69, el estado de las entidades
70
financieras (entre ellas, el Monte de Piedad de Granada) y de las comunicaciones en la
provincia 71, así como la defensa del libre asociacionismo 72
y del progreso de la civilización
73
. Todo ello con el objeto de propiciar la reflexión y el debate en la sociedad granadina de
mediados de siglo.
69
[LA REDACCIÓN], Juan PUGNAIRE: La Constancia, n.º 172 (22-4-1853), págs. 1-4; «Miscelánea.
Que se lo llevan», ibíd., n.º 247 (19-7-1853), pág. 3.
70
«De los Montes de Piedad», La Constancia, n.º 233 (2-7-1853), pág. 1; «Monte de Piedad de
Granada», ibíd., n.º 236 (6-7-1853), págs. 1-2; «Cajas de ahorros», ibíd., n.º 237 (7-7-1853), pág. 1.
71
«Ferro-carriles», La Constancia, n.º 264 (7-8-1853), pág. 1; «Ferro-carriles españoles», ibíd., n.º 268
(11-8-1853), págs. 1-2; «Proyecto de un ferro-carril en Granada», ibíd., n.º 270 (13-8-1853), pág. 1.
72
J. de T.: «Asociación», La Constancia, n.º 234 (3-7-1853), págs. 1-2; «Asociaciones de socorros»,
ibíd., n.º 294 (10-9-1853), pág. 1; «De las asociaciones de socorros», ibíd., n.º 303 (21-9-1853), págs. 1-2.
73
«Algunos caracteres de la civilización», La Constancia, n.º 259 (2-8-1853), págs. 1-2; «La idea del
progreso», ibíd., n.º 260 (3-8-1853), pág. 1; «La publicidad», ibíd., n.º 267 (10-8-1853), pág. 1; «Granada 31 de
agosto de 1853», ibíd., n.º 286 (1-9-1853), pág. 1.
74
Juana MORAL LÓPEZ: «La prensa en Granada durante la primera parte del reinado de Isabel II
(1833-1854)», tesina de licenciatura dirigida por Octavio RUIZ MANJÓN-CABEZA, Universidad de Granada,
1982.
3.1. Cultura, música y prensa en Granada 1033
El Liceo de Granada salió a la luz durante casi cuatro meses (desde el 7 de mayo
hasta el 3 de septiembre de 1860) a lo largo de dieciocho números. A pesar del título, la
revista en realidad era el órgano de la Academia de Ciencias y Literatura, perteneciente a la
sección homónima del Liceo de Granada. Su director e impulsor fue Nicolás de Paso y
Delgado, presidente de dicha Academia y figura clave en la historia de la institución liceísta
hasta el último cuarto del siglo XIX. Junto a él, Pedro Mendo de Figueroa –presidente de la
sección de Literatura y Artes de la Academia– fundó y financió la revista, y José Francisco de
Luque –autor de diversas obras dedicadas a Granada– actuó como editor responsable de la
empresa periodística. La revista El Liceo Granadino no tuvo la trascendencia que consiguió
La Alhambra romántica, debido a su fugacidad y a que su principal objetivo fue cubrir la
información de la Academia de Ciencias y Literatura –y algunos eventos del resto de
secciones del Liceo–. A pesar de no mostrar gran interés por la realidad social o histórica de
la ciudad, el mérito de la publicación radica en «consignar el movimiento científico de
1040 María Belén Vargas Liñán
Granada en un monumento literario [...] que sea una verdadera revista de la vida intelectual
de Granada» 75.
Cada número de la publicación constaba de ocho páginas, numeradas
correlativamente a lo largo de todas las entregas, más un suplemento literario de treinta dos
páginas mensuales de novelas famosas. El contenido genérico de los artículos es adelantado
en la portada. La imagen decorativa de la cabecera, firmada por Pineda y Martí, ya fue
utilizada para la portada de La Distracción. Contiene los símbolos de las artes y las ciencias a
las que rinde tributo el semanario (la música a través de una vihuela y una partitura, la
escultura con un busto, la pintura con una paleta, un pincel y un caballete en el que está
pintada la C de ciencia, la arquitectura con un compás y un martillo, la literatura a través de la
figura de un caballero recostado leyendo), todo ello ambientado en un jardín romántico con
ruinas clásicas, al que se accede a través de un dintel con arco nazarí y al fondo las cumbres
de Sierra Nevada.
75
N. de PASO Y DELGADO: «El Liceo Granadino», El Liceo Granadino, n.º 1 (7-5-1860), pág. 1.
3.1. Cultura, música y prensa en Granada 1041
76
estética musical de Juan Miguel de Arrambide− o se insertaban las poesías y relatos que
habían sido leídos en los certámenes y sesiones de la sociedad; también aparecieron algunas
reseñas de sesiones de la Academia y de recreos del Liceo. En la última página solían
incluirse curiosidades y avisos relativos a las condiciones de suscripción o a fechas de futuras
actividades organizadas por la sociedad.
Los principales colaboradores del semanario fueron los propios socios de la Academia
de Ciencias y Literatura: además de los presidentes de sección con sus discursos y
disertaciones científicas.
76
Estos ensayos muestran una gran erudición e interés para el campo musical, donde se aborda el tema
de la ópera, el canto y la teoría de los afectos desde la óptica del pensamiento ilustrado. Véase el Catálogo de
contenidos musicales de la prensa granadina (Apéndice 1).
1042 María Belén Vargas Liñán
memorias publicadas en la revista al comienzo del año, que eran redactadas por los
presidentes salientes.
En su aspecto físico, cada entrega contenía dieciséis páginas de texto (la publicación
no incluía imágenes), numeradas de forma correlativa a lo largo de todos los números del
mismo año. El artículo con que se inaugura la publicación –«La palabra del Liceo» por
Nicolás de Paso y Delgado– es tremendamente esclarecedor sobre la historia del
establecimiento ya que revela las causas (políticas) de la desaparición del primitivo Liceo, el
surgimiento y declive de la Academia de Ciencias y Literatura, así como el renacimiento de
la sociedad en esta nueva etapa, constituyendo una reflexión muy valiosa de una persona
madura que ha sido testigo de los acontecimientos. Por otra parte, se realiza una defensa del
periódico científico, literario y artístico como alternativa práctica al libro y al diario, por su
función educativa y moral 77.
El contenido de la revista es variado pero homogéneo en el conjunto de los ocho
tomos, manteniendo una línea temática uniforme centrada en los eventos del Liceo (recreos,
certámenes de literatura, biblioteca, gabinete de lectura, tertulia, cátedras, escuela de adultos,
juntas, memorias, socios...). También se incluye una serie de artículos de gran interés
cultural, entre los que encontramos numerosos ensayos sobre legislación, filosofía, lengua y
literatura, historiografía, bellas artes, historia de la música y etnomusicología, demografía,
biología, sociología, antropología, náutica, medicina, matemáticas, economía, comercio,
estética, educación, religión y moral. También se incluyen escritos de creación literaria
(poemas, leyendas, relatos y epigramas), y contenidos breves sobre bibliografía, curiosidades,
pasatiempos y anécdotas. Además de estos escritos, la revista dedica especial atención a
monumentos, personajes, celebraciones, tradiciones y lugares de Granada y provincia, así
como al estado de la escena teatral y a conciertos en casas particulares de la ciudad. La
nómina de redactores habituales y colaboradores de la revista El Liceo de Granada la
componían los mejores escritores granadinos del momento. Sin embargo, a partir del año
1872 cada vez hay menos colaboraciones y el nombre de Aureliano Ruiz aparece al pie de
casi todas las crónicas y reseñas.
77
Nicolás de PASO Y DELGADO: «La palabra del Liceo», El Liceo de Granada, año 1, n.º 1 (1-4-
1869), págs. 1-6.
3.1. Cultura, música y prensa en Granada 1043
78
Esta revista ha sido localizada en el archivo familiar de Isabel Garcés Arcos en Motril, quien nos la
ofreció generosamente para nuestra investigación gracias a la mediación de Antonio Peralta Gámez. Las
existencias de esta colección están completas excepto el primer número (que suponemos data de noviembre de
1872), y el octavo (de agosto de 1873). Todos los meses se publicó un número (excepto en mayo de 1873 por
inactividad de la sociedad) hasta el cierre de la revista, en octubre de ese año.
79
Motril: Imprenta de Bernardo Servaty, 1872.
1044 María Belén Vargas Liñán
80
funciones musicales– y lo costoso de la empresa, finalmente cerró al año de aparecer .
Sospechamos que la revista podría haber sido retomada acto seguido por el Liceo, bajo la
dirección de la sección de Declamación.
Las reseñas de las sesiones insertas en la revista El Liceo nos han permitido conocer
el contenido y la frecuencia de los recreos celebrados durante la temporada 1872-1873 en la
sociedad motrileña. En ellas, se trasluce un esfuerzo por elaborar una crítica artística digna,
aunque en muchas ocasiones no se logra este objetivo. El juicio de las obras dramáticas es
medianamente riguroso pero el de las musicales es mediocre y escaso de contenido, debido a
la incompetencia reconocida del periodista que a veces se deja llevar por un estilo poético
poco adecuado al análisis de una composición o una ejecución musical 81.
80
«[...] El revistero, tan cansado de sacar fuerzas de flaqueza para hacer lo que no sabe, que a fin de
reponerse de sus fatigas se despide hasta NUNCA». Véase [B. SERVATY]: «Sesión del día 14», El Liceo
(Motril), año 2, n.º 10 (septiembre 1872), pág. 7.
81
«Difícil tarea es la de escribir una revista dedicada a la sesión de esta noche [...] porque los honores
de ella corresponden a una obra musical y, desde luego, nos declaramos profanos e incompetentes en el divino
arte». Véase [B. SERVATY]: «Sesión del día 19», El Liceo (Motril), año 2, n.º 3 (enero 1873), pág. 6.
3.2. ANÁLISIS DE CONTENIDOS MUSICALES DE LA PRENSA GRANADINA
A partir del vaciado analítico de la prensa granadina comprendida entre 1833 y 1874,
hemos elaborado un catálogo de 4.800 registros con informaciones musicales extractadas de
un total de 84 publicaciones periódicas (la gran mayoría de las editadas en esos años). El
volumen de contenidos musicales obtenido no es homogéneo desde el punto de vista
temporal ni de los diferentes títulos periodísticos. Estas fluctuaciones son debidas, no tanto a
los eventos musicales ocurridos en Granada, sino especialmente al carácter de la prensa local
−muy influida por la situación política y la legislación de prensa− y a las existencias que
actualmente disponemos.
En el siguiente gráfico mostramos la evolución cronológica del volumen de datos
musicales obtenidos:
publica El Liceo Granadino y en 1862 la Revista Meridional, entre otros títulos). También el
Sexenio Revolucionario será otro momento de gran dinamismo cultural, hecho que se refleja
en el elevado volumen de informaciones musicales (especialmente provenientes del diario La
Idea y las revistas El Liceo de Granada y El Genil).
El volumen de las aportaciones musicales de cada cabecera se concreta en los gráficos
mostrados a continuación, en los que es clara la importancia de los diarios anteriormente
mencionados, junto a otros como el Boletín Oficial de la Provincia de Granada.
Gráfico 2. Volumen de contenidos musicales aparecidos en las cabeceras de la prensa granadina (1833-1874)
3.2. Prensa de Granada: Análisis de contenidos musicales 1049
Gráfico 3. Contenidos musicales de la prensa granadina clasificados por tipos de publicaciones (1833-1874)
Por su parte, las temáticas musicales principales de las que trata la prensa granadina
son diversas pero están en estrecha relación con los géneros periodísticos. Así, predominan
categorías vinculadas con el teatro («Zarzuela y similares», «Ópera», «Baile escénico»,
«Teatro (programación)», «Teatro (empresas y compañías)», «Teatro (infraestructura y
decoración)», «Beneficios», «Intérpretes», «Estrenos») que aparecen en las carteleras.
También abundan las relativas a la publicidad musical («Comercio musical», «Organología»,
«Distribución de partituras», «Establecimientos comerciales», «Establecimientos
educativos», «Educación musical») ligadas a los anuncios. O bien, otras relativas a la
actividad de las sociedades culturales («Baile de salón», «Música de salón», «Sociedades /
Instituciones»), vinculadas con las reseñas. Otras categorías temáticas con gran presencia en
las fuentes hemerográficas −que son reflejo de la vida musical granadina− son «Bandas»,
«Música al aire libre», «Conciertos», «Música religiosa», etcétera.
1052 María Belén Vargas Liñán
En este sentido, los anuncios musicales de la prensa granadina muestran una variedad
de rasgos formales que viene dada por el carácter de la publicación periódica donde aparecen
y el momento evolutivo del siglo. En términos generales, a partir de 1833, los anuncios van
apareciendo en las páginas de los periódicos y revistas hasta consolidarse como sección
propia a partir de mediados del XIX. Al principio, sólo son anuncios textuales sin elementos
1
Una aproximación a los rasgos de la publicidad en la prensa escrita decimonónica la ofrece Antonio
CHECA GODOY, en «El Siglo XIX. La edad dorada de la publicidad impresa» (Capítulo 4 de su Historia de la
publicidad. A Coruña: Netbiblo, 2007, págs. 33-57).
3.2. Prensa de Granada: Análisis de contenidos musicales 1055
2
Las expresiones son muy variadas: «precios equitativos», «de fábrica», «más ventajosos que
dirigiéndose a la fábrica», «muy arreglados», «fijos y sumamente baratos», «al alcance de todas las fortunas»,
«se dará con toda la equidad posible», «módico precio», «ínfimo precio», «baratura inaudita», «precio muy
moderado», «[los instrumentos] se expenderán a los mismos precios que ahora se venden los de 3.ª o 4.ª clase»,
etcétera.
3
«Deseando aprovechar su corta permanencia en la ciudad, ha decidido ofrecer una considerable rebaja
del precio de fábrica», «dará la música en esta [ciudad] al mismo precio que se expende en París, que es la 3.ª
parte de su valor».
4
«El fabricante lo vende [el piano] en una tercera parte menos del precio de fábrica sólo con el objeto
de darse a conocer».
5
«Rebajas del 50% , y si conviniese a alguno tomar existencias la rebaja sería mayor».
6
Aduciendo, por ejemplo, que «el producto se ofrece a un precio ínfimo en relación a la tasación de los
peritos».
7
A modo de ejemplo, se lee en muchos anuncios: «pianos al contado y a plazos», «se cambian pianos»,
etcétera.
3.2. Prensa de Granada: Análisis de contenidos musicales 1059
8
En este último caso, hay revistas que ofrecen diversas opciones a los abonados, que pueden escoger el
tipo de suplemento –musical, con figurines masculinos o femeninos, con labores de casa, o bien todos ellos− y
el tiempo de suscripción –mensual, trimestral, semestral o anual−, según sus intereses y posibilidades
económicas.
9
En los anuncios de instrumentos encontramos expresiones del tipo: “forma moderna”, “nuevos
modelos”, «recién traído de fábrica», «acaba de llegar a esta ciudad»; y en los de piezas musicales hallamos
también similares adjetivos: «obras nuevas», «composiciones modernas», etcétera.
10
Hemos encontrado comentarios en los que se incide en la procedencia extranjera del producto, como
principal arma comercial: «[piano con] nuevo sistema americano», «los instrumentos son los mismos en modelo
y calidad que los de la exposición de Londres [de 1851]», «ganó la medalla de oro en la Exposición Universal
de París [de 1855]», «novedades de París», «composiciones más modernas y de mejor éxito en Europa»,
etcétera.
11
Por ello, siempre que se sabe algún dato de esta índole se incluye en el anuncio (con un comentario
del tipo: «de las mejores fábricas del Reino», «fábricas más reputadas del Reino», «de una de las mejores
fábricas de Barcelona»).
12
«[Piano del constructor Vicente Ferrer] premiado por S. M. en la Villa y Corte de Madrid».
13
«[Pianos] de las mejores fábricas de París y Barcelona», «encargos y comisiones para París», «piano
inglés de uno de los mejores autores», «[piano] de una de las fábricas más acreditadas de París», etcétera.
1060 María Belén Vargas Liñán
abundan en estos años por toda la geografía española y europea, y cuya influencia
en la opinión pública es verdaderamente notable.
– Autor acreditado / obra conocida: son datos que suelen estar presentes en los
anuncios de partituras. La demanda masiva de obras musicales célebres es una
realidad en los años estudiados debido al carácter primordialmente aficionado de
los consumidores, quienes se muestran interesados en aprender a tocar aquella
música que escuchan en el teatro o en las tertulias que frecuentan 14.
– Calidad en materiales y componentes: éste es un elemento tan importante como el
factor precio en el consumo de productos musicales, y en concreto, de
15
instrumentos de tecla . También es un criterio muy valorado en el comercio de
otros productos, como cuerdas para pianos, papel pautado, tratados y métodos
musicales, y piezas de música 16.
– Practicidad, utilidad, claridad: son cualidades relevantes en la publicidad de
17
artículos musicales destinados a la enseñanza, tanto de tratados y métodos ,
18
como de instrumentos para aprendizaje técnico . Por otra parte, el factor
utilitario también se pone de relieve en los anuncios de revistas dirigidas a
mujeres, justificando su valor en el aspecto instructivo y educativo –en lo material
14
Así, encontramos anuncios en los que se lee: «música escogida de los principales autores […], piezas
de lo más selecto y de las mejores óperas», «colección de las mejores óperas italianas completas», «colección de
óperas de los más escogidos maestros», «música de los mejores autores», «piezas de los mejores maestros
nacionales y extranjeros», etcétera.
15
Por esta razón, está muy presente en los reclamos publicitarios a través de expresiones tales como:
«piano de madera de palo santo», «con caja de caoba», «con tres cuerdas [por tecla]», «de siete octavas [de
extensión del teclado]», «de admirables sonidos», «con guitarra de bronce y de la mejor construcción», «sus
voces son de lo que no se han oído hasta el día», «con máquina de doble movimiento montada en latón»,
«órgano con 17 registros y entre ellos flautado de trece», «buenas condiciones de los pitos de todos géneros que
hay en él [órgano]», etcétera.
16
Así, leemos otros comentarios, entre ellos: «se fabrican [bordones] de superior calidad», «de clases
superiores», «papel para escribir música de buena impresión en el pentagrama, grueso y de fuerte cola para que
no se transparente la nota», «[partituras impresas en] papel muy grueso, y la nota grande y muy clara»,
«[método con hojas impresas] en excelente papel y perfectamente litografiadas», «edición con el mayor esmero
tipográfico», «piezas en hermosos tipos y excelente papel de marca», etcétera.
17
Los anunciantes destacan estas características al describir el contenido de los mismos: «las lecciones
se explican con frases lacónicas», «esta obra abraza con la mayor claridad todo lo concerniente al estudio del
instrumento», etcétera.
18
«Piano. Se desea adquirir uno fuerte para enseñanza».
3.2. Prensa de Granada: Análisis de contenidos musicales 1061
19
«La celosa madre de familia encuentra en ella [la revista] artículos y novelas de sana moral que le
ayudan a fortalecer en el corazón de sus hijas, las rectas ideas que son necesarias para que en su día sean el
espejo fiel de quien las ha educado».
20
Hemos localizado algunos casos referidos a instrumentos («[piano provisto] de un nuevo sistema
americano», «[órgano expresivo] con registros de percusión y otros imitando a la voz humana y a toda clase de
instrumentos»), y accesorios («[papel pautado fabricado] con una máquina inglesa que raya papel de música,
sale con mucha más equidad que hasta el día de hoy»).
21
«[Piano] con columnas o consolas esculpidas de esmerada solidez, finura», «formas muy elegantes»,
«bonito piano pequeño», etcétera.
22
«Edición de gran lujo con portada en oro», «cada canción llevará una estampa litografiada
representando el asunto», «dos bonitos tomos de música», etcétera.
23
«Bella forma [de la edición de la revista Correo de las Damas]».
24
En el caso de los pianos, puede leerse en un anuncio: «hay proporción [oportunidad] de traer en este
género cuanto se necesite».
25
Estas prestaciones tan ventajosas suelen ofrecerlas grandes casas de música foráneas que intentaban
así introducirse en el mercado local («los instrumentos de esta fábrica se garantizan por tres años en su
construcción y perfección. Asimismo quedan asegurados hasta el domicilio del comprador, para lo cual se
pondrá particular esmero en el embalaje de cualquier instrumento que se pida», «se ofrece al público [...] un
surtido de óperas, zarzuelas y piezas por separado; las que se servirán con prontitud y equidad»). Aunque
también algunos talleres locales avalan la calidad de su producción durante un tiempo («se construyen pianos de
1062 María Belén Vargas Liñán
todas clases y precios, garantizándolos por un año al comprador en todo aquello que proceda de su mala
fabricación»).
26
Podemos citar numerosos ejemplos en los que está presente este argumento comercial: «[venta y
reparación de] pianos de todas clases», «bordones de todas clases», «[se ofrece] cuanta variedad de instrumentos
de teclado se conocen en el extranjero», «[los precios de los pianos van] desde cuatro hasta once y doce mil
reales según su clase», «hay un surtido general de entorchados, cuerdas…», «papel de 8-10-12-14-16-18-20
pautas, tanto en medio pliego como en cuartilla», «[piezas para] canto y piano, canto y guitarra, piano solo,
flauta sola y banda militar», «surtido de óperas, zarzuelas y piezas por separado», «[cada pieza se ofrece en]
partitura sola, instrumental, partichela [sic] y partes de apuntar».
27
Siempre se trata de establecimientos especializados no granadinos.
28
«Artífice organero. Ha llegado uno a esta capital. [...] Si alguna persona necesitare valerse de sus
conocimientos y trabajos, podrá acudir a...».
29
«Innecesario creemos hacer encomio alguno de una publicación [La Moda] que cuenta diez y siete
años de vida, y que ha logrado sobreponerse a todas las que de su clase ven la luz en el extranjero».
30
Así, se anuncian «doce canciones españolas de Iradier» y una «biblioteca nacional de música».
31
En los reclamos comerciales, los anunciantes indican con mayor o menor objetividad el estado del
producto («piano nuevo», «en buen uso», «en muy buen estado», «en mediano uso», «muy bien cuidado», «en
muy buenas condiciones», etcétera), aunque desconocemos si esta información era fidedigna.
3.2. Prensa de Granada: Análisis de contenidos musicales 1063
32
«Acaba de llegar un piano de muestra y para su venta, de la fábrica de D. Vicente Ferrer, fabricante
en Madrid, para si alguna persona desea hacerse de alguno de dicha fábrica, podrá pasar a la Fonda nueva de la
casa de la Rea, donde estará de manifiesto».
33
«Papel para escribir música, de buena impresión en el pentagrama, [...]. Se da muestra para que se
pruebe».
34
«Suscripción al alcance de todas las fortunas, por medio de la economía. La clase de música que se
dará por ahora, será una colección de las mejores óperas italianas completas [...]. Se suscribe en la Imprenta de
El Bastetano, Comisión general de suscripciones; donde se hallan gratis los prospectos»; «En la imprenta de
este periódico, se hallan gratis los prospectos del Semanario Pintoresco Español y La Ilustración, para los Sres.
que gusten suscribirse».
35
«A los que abonen un año anticipado se les regala en el acto 60 rs. en libros».
1064 María Belén Vargas Liñán
36
Estudio basado en María Belén VARGAS LIÑÁN: «El comercio en torno a la música de tecla en
Granada a través de la prensa (1833-1874)», en Luisa MORALES y Walter CLARK (eds.), Antes de Iberia: de
Masarnau a Albéniz / Pre-Iberia: from Masarnau to Albéniz, Garrucha (Almería): Asociación Cultural LEAL,
2009, págs. 67-121.
37
Es difícil realizar un cálculo aproximado del porcentaje de habitantes pertenecientes a estas clases
holgadas, pero en cualquier caso sería muy bajo. Una variable relacionada con el nivel socio-económico de la
población viene dada por el índice de alfabetismo entre los granadinos, que en 1860 suponía el 15% del
conjunto, de los cuales sólo el 5% (en torno a 5.000-10.000 individuos) tenían un hábito de lectura, y que se
concentraba en sectores de la nobleza y profesionales liberales (médicos, profesores, abogados, militares), más
algunos comerciantes, pequeños industriales y artesanos, empleados y clero. Véase Emilio DELGADO LÓPEZ-
CÓZAR y José Antonio CORDÓN GARCÍA: El libro. Creación, producción y consumo en la Granada del
siglo XIX, vol. 1, Granada: Universidad de Granada. Diputación Provincial de Granada, 1990, págs. 249, 264-
265.
38
Según los datos recogidos de la prensa local entre 1833 y 1874, el piano interviene –como solista o
formando parte de una agrupación– en el 70% de las obras interpretadas en los recitales de sociedades y
reuniones privadas granadinas (de un total de más de 1.000 piezas catalogadas), si bien en muchos casos como
sustitutivo de la orquesta u otra plantilla instrumental. Así mismo, hemos constatado de forma puntual el uso de
otros instrumentos de tecla en estas veladas, como el órgano expresivo o armonio, el armoniflauta y el
clavicordio.
3.2. Prensa de Granada: Análisis de contenidos musicales 1065
se manifiesta sin excepciones en la ciudad del Genil. Hecho que podemos comprobar a raíz
de la descripción que realiza Alarcón de la mujer granadina:
42
Pedro Antonio de ALARCÓN: La Granadina, Granada: Impredisur [edición reproducida de la de
1873], 1992, págs. 48-49, 52, 57-58.
43
La Económica Granadina estimuló la construcción de instrumentos musicales y sus accesorios
durante el siglo XIX. Su apoyo fue más enérgico hacia el gremio de guitarreros y violeros, pero también premió
la fabricación de los instrumentos de tecla, en este caso otorgando en el año 1864 el uso de las armas de la
Sociedad a Juan Medina por la creación de un piano vertical a propuesta de la sección de Bellas artes. También
se incentivó desde el seno de la Sociedad la creación de manuales de ejecución instrumental, siendo el trabajo
más interesante en este campo un Método para armoni-flauta presentado por Emilio Herrera y Ogeda en 1859.
3.2. Prensa de Granada: Análisis de contenidos musicales 1067
Productos:
procedencia de los pianos, la publicidad inserta en la prensa ofrece en algunos casos otro tipo
de información, como el precio –especialmente en los instrumentos de segunda mano–, el
tipo de maderas empleadas en caja y teclado, y el de metales usados en cuerdas y clavijero, o
algún detalle del mecanismo. Además del mercado de instrumentos, en la prensa granadina se
oferta una variedad de accesorios musicales vinculados a la música de tecla, entre los que
podemos citar, cuerdas para pianos 48, metrónomos 49, papel pautado, banquetas 50 y estrados
51
.
– Partituras y libros de música (métodos y biografías):
La hegemonía del piano en los gustos musicales del público granadino se manifiesta
también en la venta de partituras, ya que dos de cada tres piezas anunciadas son para este
instrumento –solo o acompañando al canto– y el tercio restante está escrito para otras
plantillas (guitarra, violín, flauta y canto, orquesta, banda, etcétera). Del repertorio pianístico,
observamos un dominio absoluto del género de salón, que se compone fundamentalmente de
danzas de moda, canciones líricas, y arreglos y fantasías sobre óperas, zarzuelas y otras
melodías conocidas (el 82%), además de música de inspiración folklórica y popular, aires
militares, himnos religiosos, obras didácticas (estudios) y de estética romántica (romanzas sin
palabras, impromptus, nocturnos, etcétera). Los compositores de la mayor parte de las piezas
comercializadas son contemporáneos, principalmente españoles, con una significativa
representación de autores locales, aunque también es destacable la presencia de maestros
48
Se venden de diversos tipos: bordones entorchados o «a lo salomónico», cerradas a la inglesa (?) y
romanas.
49
A pesar de haberse patentado en 1814, es probable que el uso de este accesorio no estuviera
generalizado entre los aficionados granadinos. En la ciudad, sólo se venden en algunas tiendas de lujo, y lo
hacen bajo la consigna de un producto exótico procedente de Francia más que como una herramienta de estudio
habitual entre los pianistas. De hecho, hemos observado que las partituras distribuidas en las revistas culturales
de la época no suelen incluir indicación metronómica, aunque ésta sí aparece en algunas repartidas por la prensa
artística especializada, como La Iberia Musical de 1842, la Gaceta Musical de Madrid de 1855-56 o El Artista
de 1835-36. Así mismo, también aparecen en el catálogo del almacén musical de Carrafa, cuyos productos sirve
la librería de Benavides, y se ofrecen de diversos tipos (sencillos y de campanilla).
50
Con frecuencia se incluyen en la misma venta del piano que acompañan.
51
La oferta de estrados junto a la de pianos y otros teclados confirma la idea de que no sólo se valoraba
el instrumento desde un punto de vista musical, sino también desde un punto de vista estético y decorativo
dentro del hogar burgués. Así, las familias tenían la costumbre de realzar con una tarima el rincón musical
destacándolo del resto de la sala, creando así un ambiente especial en torno al cual giraría la tertulia semanal.
1070 María Belén Vargas Liñán
52
Entre las revistas femeninas vendidas en Granada podemos citar El Correo de las Damas (Madrid,
1833-1835), La Moda-La Moda Elegante Ilustrada (Cádiz, 1842-1870 y Madrid, 1870-1927), El Correo de la
Moda (Madrid, 1851-1886) y L'Illustrateur des Dames, la Mode de Paris et le Journal des Soirées de famille
réunis (París, 1860-1896 [?]). Se trata de publicaciones de gran prestigio, cuya estrategia comercial se basaba en
la distribución de numerosos regalos (novelas) y suplementos musicales (partituras) y de moda (figurines,
patrones y bordados).
53
Como El Guadalhorce (Málaga, 1839-1840), El Laberinto (Madrid, 1845-1846), o La Ilustración
(Madrid, 1849-1857); además de los locales El Álbum Granadino (1856) y El Genil (1873-1874).
54
Conocemos dos títulos publicitados: La Iberia Musical y Literaria (Madrid, 1842-1845) y la Revista
Musical Española (Sevilla, 1856-1858 [?]).
55
Entre ellas, el Álbum Filarmónico: Colección de canciones nuevas españolas con acompañamiento
de piano forte, integrado por doce composiciones de Sebastián Iradier con textos de Juan del Peral, publicado en
Madrid en 1840. Véase «Anuncio. Álbum Filarmónico», BOPG, serie 3, n.º 680 (31-1-1840), pág. 4.
56
Los numerosos acontecimientos bélicos y militares que jalonan la historia española del siglo XIX,
como la victoria del ejército de Prim en el norte de África en 1860, potencian el gusto por los himnos y marchas
marciales. Un buen ejemplo es la colección La Guerra de África, con piezas de Pérez de Tudela y Camps y
Soler (Madrid: Carrafa y Sanz hermanos, 1860), que se anuncia en la prensa granadina. Véase «Música
guerrera», La Alhambra, año 4, n.º 865 (21-2-1860), pág. 4.
57
Las casas editoriales elaboran productos consumibles y atractivos dirigidos a los aficionados. Dentro
del fenómeno de los cuadernos o álbumes se da una gran variedad de tipos, entre ellos, antologías de aires
nacionales, monográficos de un solo autor, de composición colectiva, álbumes genéricos, etcétera. Véase Celsa
3.2. Prensa de Granada: Análisis de contenidos musicales 1071
se ofertan métodos de ejecución instrumental, como el realizado por Emilio Herrera y Ogeda
sobre el armoniflauta 58, y tratados de teoría musical y armonía 59. Así mismo se promocionan
biografías de músicos 60.
ALONSO: «Álbum musical», Diccionario de la música española e hispanoamericana, vol. 1, Madrid: SGAE,
1999, págs. 215-217.
58
Fue el primer tratado que se editó en España dedicado a este instrumento en una fecha muy próxima
a la de su invención en París en 1852, premiado por la Sociedad Económica de Amigos del País de Granada en
1859 y editado al año siguiente en la Litografía del Comercio. El planteamiento del método de Herrera y Ogeda
es totalmente práctico y utilitario –enfocado especialmente a aficionados– y responde a un incipiente consumo
de este repertorio en los salones granadinos.
59
Gramática musical: dividida en catorce lecciones de Joan Baptista Roca y Bisbal (Barcelona: Imp.
Joaquín Verdaguer, 1837). Véase BOPG, serie 3, n.º 666 (30-12-1839), pág. 4.
60
Una de ellas es la del compositor Félix Mendelssohn, escrita por Camille Sélden y traducida al
castellano por Hermenegildo Giner de los Ríos (Madrid: Tip. de Juan Fernández, 1870). Véase «Sección de
anuncios», La Idea, n.º 473 (1-2-1872), pág. 4.
61
Cristina BORDAS: «Tradición e innovación en los instrumentos musicales», en Malcolm BOYD y
Juan José CARRERAS (eds.), La música en España en el siglo XVIII, Madrid: Cambridge University Press,
2000, págs. 201-217.
62
En los talleres granadinos se fabrican y reparan diversos instrumentos de teclado, respondiendo a una
tradición gremial implantada aún en muchas zonas de España e, incluso, en talleres especializados en
construcción de pianos. Véase ALEMANY: «La construcción de pianos en Valencia...», Anuario Musical, op.
cit., pág. 343.
1072 María Belén Vargas Liñán
Haciendo un balance del comercio ligado a la música, observamos que una gran
cantidad de anunciantes de productos aparecidos en la prensa son particulares (el 38%), lo
que nos habla de un mercado importante de segunda mano. Además, la presencia de negocios
foráneos establecidos temporalmente en la ciudad, o que actúan a través de intermediarios y
comisionistas, es bastante reveladora (el 23%). Con ello queda muy reducido el marco de
acción de los comercios granadinos, que mueven sólo un 39% de la actividad mercantil local
(esta debilidad del sector es debida a causas que más adelante analizaremos). Por otro lado,
casi dos tercios de las operaciones comerciales demandadas se refieren a compra-venta de
63
Entre otros, podemos citar a Miguel González Aurioles, Miguel Lozano y Miguel Rivero. Véase
Inmaculada FERRO RÍOS y Antonio LINARES LÓPEZ: Órganos en la provincia de Granada: Inventario y
catálogo, Granada: Junta de Andalucía, 2000.
64
«Anuncios», La Alhambra, año 8, n.º 2.465 (8-7-1864), pág. 1; Emilio BRUIGET: «Parte no oficial.
Sección de interés general: Escuela de canto y declamación de Isabel II», BOPG, n.º 214 (13-9-1863), pág. 4.
65
«Sección de anuncios», La Alhambra, año 3, n.º 764 (25-10-1859), pág. 4.
3.2. Prensa de Granada: Análisis de contenidos musicales 1073
bienes (lo cual demuestra la importancia concedida a la propiedad); seguidas muy de lejos
por otras formas de adquisición, como la suscripción, la contratación de servicios
profesionales, el alquiler o la subasta de productos, y otros tipos menos significativos (entre
ellos, rifa, intercambio, indemnización, etcétera).
– Particulares:
El peso específico del mercado de segunda mano se manifiesta especialmente en los
intercambios de instrumentos musicales (dos de cada tres anunciantes de instrumentos son
particulares). Con lo cual, sólo un tercio de reclamos comerciales procede de
establecimientos, tanto granadinos como foráneos, aunque este dato no implica
automáticamente que todos ellos fueran de nueva fábrica, ya que en los locales comerciales
también se vendían instrumentos usados. En contraste, la presencia de particulares en los
intercambios del resto de productos musicales (partituras, libros de música, servicios) es muy
escasa.
– Establecimientos granadinos:
Al menos hasta el Sexenio, no se observa un tejido empresarial estable en el sector de
los instrumentos y accesorios musicales (especialmente de instrumentos de tecla). Este hecho
se debe, por un lado, al carácter artesanal y escasamente especializado de talleres y depósitos
de pianos y órganos, y, por otro lado, a la existencia efímera de estos establecimientos. En el
caso de los talleres, constatamos la presencia de artesanos autodidactas que compatibilizan
este oficio con otras tareas y profesiones, así como el predominio de las labores de reparación
y afinación sobre las de construcción. De ello se deduce que la producción local de pianos no
es rentable –debido a las competitivas condiciones impuestas por las fábricas foráneas–,
quedando los escasos talleres granadinos relegados a funciones de mantenimiento. En el caso
de los almacenes de instrumentos, existe un amplio conjunto de negocios que acogen estos
encargos y funcionan como depósitos de pianos, entre ellos, carpinterías, quincallerías,
tiendas de espejos y decoración, junto a los propios talleres de fabricación.
Entre los principales negocios granadinos de instrumentos de tecla y accesorios que se
publicitan en la prensa local encontramos los siguientes:
1074 María Belén Vargas Liñán
66
«Avisos: Artífice organero», BOPG, año 1, n.º 2 (2-8-1833), pág. 4; «Avisos», ibíd., serie 4, n.º 41
(18-9-1840), pág. 4.
67
«Anuncios», La Constancia, n.º 202 (27-5-1853), pág. 4; «Miscelánea: Órgano», ibíd., n.º 204 (29-5-
1853), pág. 3; «Anuncio: José Casielles, constructor de pianos y órganos», ibíd., n.º 229 (28-6-1853), pág. 4.
68
«Memoria de la Exposición provincial celebrada por la Sociedad Económica de Amigos del País de
Málaga en abril y octubre de 1862», Boletín de la Sociedad Económica de Amigos del País de Málaga, año 3,
n.º 31-32 (julio-agosto 1863), pág. 111.
69
«Aviso», BOPG, año 3, n.º 436 (31-10-1838), pág. 4; «Anuncio: Instrucción Primaria», ibíd., serie 5,
n.º 21 (13-3-1843), pág. 4; «Diario de anuncios: Colegio de Nuestra Señora de las Angustias», El Dauro, año 6,
n.º 1.391 (26-1-1861), pág. 4.
70
«Sección de anuncios», La Alhambra, año 3, n.º 785 (18-11-1859), pág. 4.
3.2. Prensa de Granada: Análisis de contenidos musicales 1075
Horno de San Matías núm. 4 71. Esta significativa presencia de talleres a mediados del XIX,
coincide con el auge del consumo de pianos y otros productos relacionados con la música de
tecla durante la década de 1855 a 1864 en Granada. Además de la construcción de
instrumentos, existen en la ciudad algunos fabricantes de cuerdas y bordones para pianos,
72
como el almacén de Juan Mendoza de la calle Mesones y el del mencionado José M.ª
Izquierdo.
A partir del Sexenio Revolucionario, se inicia un periodo de mayor estabilidad y
continuidad en el mercado del teclado en Granada con el taller de Adolfo Montero Weiss,
fundador de un negocio familiar que existirá en la ciudad hasta el siglo XX. Este constructor
de pianos y órganos aparece instalado en 1870 en la Carrera de Darro núm. 27 –a la altura del
Puente Espinosa–, anunciándose en la prensa diaria local como un solvente comerciante y
organero 73. El negocio adquirió en las décadas siguientes un alto grado de especialización y
profesionalidad en el campo de la organería y de los instrumentos en general, e incluso
tanteaba ampliar la oferta de productos musicales al terreno de las partituras, pues entró en
contacto con la editorial alemana Peters en 1892 74.
Junto a los talleres de José Casielles y Adolfo Montero Weiss, existen otros
establecimientos en Granada de venta de instrumentos de teclado. Como hemos referido, la
ausencia de un depósito de instrumentos de importancia en la ciudad durante los años
centrales del XIX permite que este mercado se diversifique en multitud de negocios de todo
tipo, sin observar en ningún caso monopolio alguno por parte de uno sobre el resto –en
realidad durante el periodo examinado casi nunca coinciden en el tiempo más de uno o dos
establecimientos–. Uno de ellos, es una carpintería de la calle Darro –junto al Campillo– que
recibe pianos de todos los modelos para su venta y alquiler, algunos de fábricas nacionales de
71
«Sección de anuncios», La Alhambra, año 4, n.º 889 (20-3-1860), pág. 4.
72
«Aviso. Otro», BOPG, serie 3, n.º 662 (20-12-1839), pág. 4.
73
«Anuncios. Adolfo Montero Veiss», La Alhambra, año 14, n.º 3.738 (12-7-1870), pág. 2. A lo largo
del tiempo en que desarrolla su actividad tendrá otros emplazamientos, así en 1892 aparece en la calle Zacatín
núm. 57, y posteriormente se traslada a plaza Nueva núm. 7 –local que hereda su hijo José M.ª Montero
Gallegos (1874-1966)–.
74
GARCÍA MALLO: «Peters y España: Edición musical y relaciones comerciales entre 1868 y 1892»,
Anuario Musical, n.º 60 (2005), pág. 163.
1076 María Belén Vargas Liñán
prestigio como la casa Larrú 75. Así mismo, varias tiendas de quincalla y objetos decorativos
76
del Zacatín y la Alcaicería venden instrumentos –pianos y armoniflautas – y accesorios
77
musicales –metrónomos – dentro de la gama de productos importados de última moda con
los que surten a una selecta clientela en Granada. Otro establecimiento que puntualmente
anuncia instrumentos de teclado –armonios– es el localizado en la calle Elvira núm. 57,
próximo al taller de guitarras y violines de los hermanos Valle del núm. 54-56 78. Por último,
en la especiería de Venancio Blanco de la plaza de la Constitución [Bibarrambla] se pueden
adquirir cuerdas para pianos.
A partir de 1869 y en los años siguientes aparece publicitado en la prensa un nuevo
establecimiento: el almacén de Antonio Solá, especializado en la venta de pianos y armonios
79
. Este negocio, localizado en la calle San Miguel Alta (esquina con la de Santa Cruz),
introduce un cierto aire renovador en el mercado de pianos granadino –colmado por
productos de segunda mano y menguado por la crisis económica de final del reinado de
Isabel II–, pues su oferta se basa en instrumentos de fábrica y de última generación. Además
de la actividad comercial, el almacén de Solá promoverá en su local recitales musicales en los
años ochenta del siglo XIX –quizá inspirándose en los organizados por otros editores-
almacenistas madrileños, como Eslava, Zozaya o Romero y Andía– 80. Desconocemos en qué
75
«Anuncio», El Capricho, n.º 10 (24-12-1846), pág. 88; «Sección de anuncios», Diario de Granada,
serie 1, n.º 37 (13-10-1847), pág. 3; «Anuncios», ibíd., serie 2, n.º 41 (17-2-1848), pág. 2; «Sección de
anuncios», La Alhambra, año 4, n.º 856 (10-2-1860), pág. 4.
76
«Sección de anuncios: Depósito de pianos y harmoniflautas», La Alhambra, año 4, n.º 946 (29-5-
1860), pág. 4; «Sección de anuncios: Depósito de pianos y harmoniflautas», El Dauro, año 5, n.º 1.193 (30-5-
1860), pág. 4; «Sección de anuncios: Novedad importante», El Porvenir de Granada, año 3, n.º 578 (16-10-
1862), pág. 4; «Anuncios: Importante», La Alhambra, año 7, n.º 1.906 (16-4-1863), pág. 1; «Parte no oficial:
Importante», BOPG, n.º 133 (11-6-1863), pág. 4; «Anuncios: Importante», La Alhambra, año 7, n.º 1.954 (13-6-
1863), pág. 1; «Anuncios: Importante», ibíd., año 8, n.º 2.370 (26-5-1864), pág. 1.
77
«Anuncios: Novedades de París. Tienda de Quincalla de D. Próspero Dublanc, en la Alcaicería»,
Diario de Granada, serie 1, n.º 93 (17-12-1847), pág. 2.
78
«Diario de anuncios», El Dauro, año 6, n.º 1.409 (16-2-1861), pág. 4.
79
«Sección de anuncios: Depósito de pianos y armoniums», El Diario Mercantil, año 1, n.º ? (5-5-
1869), pág. 4; «Sección de anuncios: Se venden», El Progreso, año 1, n.º 24 (7-6-1870), pág. 4; «Sección de
anuncios: Depósito de pianos», ibíd., año 2 (?), n.º ? (22 [?]-4-1871), pág. 4; «Ventas», El Conservador, n.º 32
(8-12-1872), pág. 4.
80
Concierto dirigido por Don Bernabé Ruiz de Henares y Vela.... en el que tomarán parte sus
discípulas, Granada: Imp. y Lib. de J. L. Guevara, 1882, 4 págs.
3.2. Prensa de Granada: Análisis de contenidos musicales 1077
momento desaparece el establecimiento de Antonio Solá, aunque sabemos que en 1889 aún
mantenía sus puertas abiertas con gran actividad 81.
Careciéndose hasta el día en esta ciudad de un depósito de música donde puedan proveerse las
empresas del teatro, directores de bandas militares y maestros de piano, se ofrece al público por ahora,
un surtido de óperas, zarzuelas y piezas por separado; las que se servirán con prontitud y equidad 82.
81
Granada en el bolsillo. Guía completa de esta célebre ciudad o Manual del viajero con fragmentos
del poema de D. José Zorrilla publicada con motivo de la coronación de este ilustre vate en la Alhambra el año
de 1889, Granada: Imp. de La Publicidad, 1889, s.p.
82
«Anuncios: Comisión de música», La Constancia, n.º 296 (13-9-1853), pág. 4.
1078 María Belén Vargas Liñán
puntos de suscripción de publicaciones periódicas, entre las que se encuentran revistas que
distribuyen partituras. Además, algunos de los negocios ofrecen productos de papelería y
escritorio, entre los que es habitual la venta de papel pautado para escribir música 83.
De todos los establecimientos en activo entre 1833 y 1874, dos de los que más surten
de productos musicales son la librería de Sanz y la imprenta-librería de José M.ª Zamora.
La de Sanz especialmente durante los años 30 y 40, ofreciendo al público revistas femeninas
84
con suplementos musicales, métodos de solfeo y teoría musical, y papel pautado . En los
años posteriores toma el relevo de este mercado el negocio de Zamora, que, debido a las
inquietudes culturales de su propietario, se había convertido en un lugar muy frecuentado por
escritores e intelectuales de la ciudad. En este establecimiento se podían adquirir partituras,
métodos para armoniflauta, así como revistas culturales, femeninas y especializadas que
85
repartían piezas de música . Otros puntos donde se distribuyen revistas con suplementos
86
musicales y partituras en Granada son la imprenta de Juan M.ª Puchol , la librería de José
Antonio Linares 87, el establecimiento de Tomás Astudillo y Manuel Garrido –posteriormente
83
Para profundizar en el mundo de los impresores, libreros y editores granadinos durante el siglo XIX,
véanse DELGADO y CORDÓN: El libro. Creación, producción y consumo..., vol. 1, op. cit., págs. 148-214;
Cristina PELEGRÍN PARDO (coord.): La imprenta en Granada, Granada: Universidad de Granada. Junta de
Andalucía, 1997.
84
«Sección 2.ª: Publicaciones nuevas», BOPG, año 1, n.º 13 (13-8-1833), págs. 1-2; «Otro [aviso]»,
ibíd., serie 2, n.º 666 (30-12-1839), pág. 4; «Papel pautado por Torio y por Iturzaeta», Gacetilla Granadina, año
2, n.º 2 (31-1-1848), pág. 4.
85
«Anuncios: La Ilustración, periódico universal», BOPG, n.º 61 (21-5-1849), pág. 4; José M.ª
ZAMORA: «Gacetilla: Música», La Alhambra, año 1, n.º 166 (11-11-1857), pág. 3; «Sección de anuncios:
Revista musical española», ibíd., año 1, n.º 171 (17-11-1857), pág. 4; José M.ª ZAMORA: «Gacetilla: Música»,
ibíd., año 1, n.º 196 (17-12-1857), pág. 3; «Sección de anuncios: La Moda. Periódico semanal de literatura,
costumbres y modas, dedicado al bello sexo», ibíd., año 2, n.º 451 (17-10-1858), pág. 4; «Sección de anuncios:
Música guerrera», ibíd., año 4, n.º 865 (21-2-1860), pág. 4; «Sección de anuncios», ibíd., año 4, n.º 889 (20-3-
1860), pág. 4; «A los aficionados a la música», ibíd., año 7, n.º 2.105 (20-11-1863), pág. 1; «Sección de
anuncios: Método para armoni-flauta», ibíd., año 4, n.º 856 (10-2-1860), pág. 4.
86
«Anuncios: Las Novedades. El más barato de todos los periódicos diarios. Suscripción cuádruple»,
BOPG, n.º 4 (8-1-1851), pág. 4; ibíd., año 3, n.º 429 (19-10-1838), pág. 4.
87
«Anuncio. El Guadalhorce», BOPG, serie 3, n.º 562 (8-6-1839), pág. 4); «Anuncio. Álbum
filarmónico», ibíd., serie 3, n.º 680 (31-1-1840), pág. 4.
3.2. Prensa de Granada: Análisis de contenidos musicales 1079
regentado sólo por Astudillo 88–, la imprenta-librería de Gerónimo Alonso 89, la de Francisco
90 91
Ventura Sabatel y la librería La Puntualidad . Además de estos, la imprenta-librería de
Francisco Benavides ofrece la posibilidad de suministrar gran variedad de productos
92
musicales procedentes del almacén madrileño de Carrafa, del que es intermediario .
También es punto de suscripción de revistas musicales especializadas y otras colecciones de
música e instrumentos 93.
A partir de 1868, los herederos de algunos de estos comercios seguirán en
funcionamiento surtiendo de «papeles de música» a los clientes, entre ellos la imprenta-
94
librería de la Viuda e Hijos de José M.ª Zamora y, especialmente, la librería de Paulino
Ventura Sabatel, que llega a ser el establecimiento más potente del sector desde el Sexenio
95
hasta principios del siglo XX . Según nuestros indicios, será uno de los principales
distribuidores de partituras en Granada, actividad que constituye una de las bases de su
negocio, además de la venta de libros y material de papelería y oficina –al que unirá el de
imprenta a partir de 1881 96–.
88
«Sección de anuncios: Música», Diario de Granada, serie 1, n.º 35 (11-10-1847); El Álbum
Granadino, n.º 7 (16-3-1856), pág. 54; «Parte no oficial: Anuncio. Correo de la moda. Álbum de señoritas»,
BOPG, n.º 222 (20-9-1864), pág. 4.
89
«Anuncios», BOPG, serie 8, n.º 31 (12-3-1847), pág. 4; «Anuncios: Periódicos a que se suscribe en
la Librería de D. Gerónimo Alonso, calle del Colegio Catalino n.º 1», ibíd., n.º 7 (16-1-1850), pág. 4.
90
El Álbum Granadino, n.º 3 (17-2-1856), pág. 23; «Parte no oficial. Anuncios: Papel para escribir
música», BOPG, n.º 183 (30-7-1858), pág. 4.
91
«Diario de anuncios: Aviso interesante», El Dauro, año 6, n.º 1.389 (24-1-1861), pág. 4.
92
«Novedades filarmónicas», El Genil, n.º 4 (11-12-1842), pág. 64; «Anuncios», BOPG, n.º 278 (26-
12-1842), pág. 3.
93
«La Iberia Musical y Literaria», El Genil, n.º 14 (19-2-1843), pág. 224; «Bibliografía. Noticia de las
nuevas publicaciones que se hacen en España: Biblioteca musical», El Abencerraje, n.º 10 (11-8-1844), pág.
160.
94
«Gacetilla: La Ilustración Española y Americana», La Alhambra, año 15, n.º 5.893 (6-6-1871), págs.
3-4; «Gacetilla: La Ilustración Española y Americana», ibíd., año 15, n.º 5.899 (11-7-1871), pág. 3. «Anuncios:
Composiciones para piano del maestro D. Francisco Tamayo y Montells», ibíd., El Generalife, año 1, n.º 5 (10-
2-1874), pág. 4.
95
«Parte no oficial: L'Ilustrateur des Dames, la Mode de Paris et le jornal des Soireés de famille»,
BOPG, n.º 138 (18-12-1869), pág. 4; «Anuncios. L'Ilustrateur des Dames, la Mode de Paris et le jornal des
Soireés de famille», Diario de Granada, año 1, n.º 10 (14-1-1870), pág. 4.
96
R. MONSALÓ: Guía del viajero en Granada, Granada: Paulino Ventura y Sabatel, 1872, s.p.
1080 María Belén Vargas Liñán
Junto a imprentas y librerías, las redacciones de periódicos serán otro de los lugares
donde eventualmente puedan adquirirse libros sobre música y prensa con partituras, debido a
97
la relación de éstas con ciertas editoriales y revistas de ámbito nacional . Destacamos de
forma especial las redacciones de El Álbum Granadino (1856) y de El Genil (1873-1874),
donde podían adquirirse estas revistas, las únicas publicaciones locales de la época que
incluyeron música en sus páginas 98.
97
Es el caso de las redacciones de La Idea, en la calle Alhóndiga núm. 22, y del Boletín Oficial de la
Provincia, ubicado en el Puente del Carbón (?). Véase «Avisos. Correo de las damas», BOPG, n.º 53 (22-9-
1833), pág. 4.
98
El Álbum Granadino, n.º 3 (17-2-1856), pág. 23; Baltasar MARTÍNEZ DURÁN: «Introducción», El
Genil, año 1, n.º 1 (5-10-1873), pág. 1; «Advertencia», ibíd., año 1, n.º 6 (9-11-1873), pág. 21.
99
Los estudios consultados sobre la imprenta en Granada en el siglo XIX no mencionan la presencia de
talleres de edición o impresión musical en la ciudad. En su trabajo sobre la edición musical en España, Gosálvez
Lara afirma que la actividad de un buen número de calcógrafos musicales surgidos a mediados del XIX se
concentra en Madrid y Barcelona. Del mismo modo, los principales editores de música se establecieron en estas
dos grandes capitales, y en menor grado en Valencia, A Coruña y Sevilla. Véanse DELGADO y CORDÓN: El
libro. Creación, producción y consumo..., op. cit.; PELEGRÍN (coord.): La imprenta en Granada, op. cit.;
Véanse Carlos José GOSÁLVEZ LARA: «Editores e impresores (I.5: Siglo XIX)», Diccionario de la música
española e hispanoamericana, vol. 4, Madrid: SGAE, 1999, págs. 610-616; íd.: La edición musical española...,
op. cit.; GARCÍA MALLO: «La edición musical en Barcelona (1847-1915). Partituras impresas conservadas en
la Biblioteca de Catalunya», Boletín de AEDOM, año 9, n.º 1 (enero-junio 2002), págs. 7-154.
100
«Sección de anuncios: Litografía», La Alhambra, año 2, n.º 333 (30-5-1858), pág. 4; «Parte no
oficial. Anuncios: Litografía del Comercio», BOPG, n.º 244 (12-10-1859), pág. 4.
101
Nieves IGLESIAS MARTÍNEZ (dir.): La música en el Boletín de la Propiedad Intelectual, 1847-
1915, Madrid: Ministerio de Educación y Cultural. Biblioteca Nacional, 1997, págs. 41, 175, 510.
3.2. Prensa de Granada: Análisis de contenidos musicales 1081
– Establecimientos foráneos:
La falta de un tejido empresarial de peso en el sector antes del Sexenio Democrático
permite a empresas forasteras abrirse paso en el mercado local granadino. De esta manera, se
constata la presencia de importantes firmas de música e instrumentos de Madrid, Barcelona y
Valencia que, a través de intermediarios o de los mismos constructores desplazados a
Granada, ofrecen sus productos al público. Entre estos negocios, citamos el almacén de
Carrafa, las fábricas de pianos de Vicente Ferrer y José Larrú procedentes de la Corte, el
establecimiento barcelonés de Martín Plana y el del valenciano Sánchez Laviña. Estas casas
musicales solían dar a conocer los instrumentos de su fábrica mediante exposiciones
temporales, bien en las fondas donde se hospedaba el constructor o representante, bien en
alguna sala habilitada para ello, como la situada en la Carrera del Genil núm. 19 a cuyo cargo
102
estaba el profesor Antonio de la Cruz (él mismo mediaba en la venta de pianos) . Otra
forma de distribución externa de partituras, revistas con suplementos y libros de música es la
venta por correo, que se realizaba adjuntando a la solicitud de pedido el importe de la
mercancía y los gastos de envío.
Con este análisis del comercio musical granadino a través de la prensa, hemos
comprobado la enorme utilidad de los anuncios publicitarios incluidos en los periódicos y
revistas de la época. Sin embargo, la prensa no es la única fuente para estudiar el comercio
musical de un contexto dado, especialmente en lo que se refiere a talleres de instrumentos,
almacenes de música y librerías-imprentas. Por el contrario, quedaría por explorar la extensa
documentación existente en archivos de la ciudad. Esta línea de trabajo aportaría información
fehaciente sobre domiciliaciones y fechas de existencia de esos establecimientos, con el fin
de establecer una «biografía» de los mismos.
Si bien no es la única fuente válida, la prensa nos permite extraer conclusiones sobre
el perfil del consumidor granadino de productos musicales −especialmente en el ámbito de la
música para piano−, confirmando que se trata de una mujer, joven, aficionada, de clase media
y con aspiraciones sociales. Justificamos esta conclusión, por un lado, teniendo en cuenta el
enorme peso del canon burgués (según el cual el piano es un instrumento propio de la
educación femenina) y la gran difusión de las revistas orientadas al «bello sexo», que eran el
102
«Parte no oficial: Piano vertical», BOPG, n.º 11 (12-1-1861), pág. 4; «Anuncios: Comisión», La
Alhambra, año 7, n.º 1.884 (21-3-1863), pág. 1; «Anuncios. Comisión de música», La Constancia, n.º 296 (13-
9-1853), pág. 4.
1082 María Belén Vargas Liñán
El Álbum Granadino de 1856 y El Genil de 1873 fueron las únicas revistas locales
que en este momento incluyeron obras musicales en sus páginas. A pesar de ser ésta una
costumbre frecuente en la prensa cultural y femenina del siglo XIX, las colecciones de El
Álbum y El Genil son singulares por el elevado número de piezas distribuidas si tenemos en
cuenta su corta existencia (salieron a la luz durante nueve y seis meses, respectivamente). La
incorporación del suplemento musical suponía un elevado desembolso económico para los
responsables de la empresa periodística, lo que nos habla de la especial sensibilidad y
esfuerzo realizado.
El Álbum Granadino fue un semanario artístico-literario del Posromanticismo que
103
dio cabida en sus páginas al talento literario y musical de los jóvenes de la ciudad .
Fundado y dirigido por los jóvenes poetas Antonio Afán de Ribera y José Salvador de
Salvador, llegó a publicar cuarenta y dos entregas (desde el 3 de febrero al 16 de noviembre
de 1856). Es una de las revistas ilustradas más atractivas de la rica prensa de Granada.
103
María Belén VARGAS LIÑÁN: «La música en El Álbum Granadino: un periódico intelectual de
mediados del siglo XIX», Revista de Musicología, vol. XXVIII (2005), n.º 1, págs. 426-442.
1084 María Belén Vargas Liñán
104
Nicolás de PASO Y DELGADO: «Introducción», El Álbum Granadino, n.º 1 (3-2-1856), págs. 1-2
(véase el Apéndice 2, texto 10).
105
Antonio J. AFÁN DE RIBERA: «Revista», El Álbum Granadino, n.º 2 (10-2-1856), págs. 9-10; [La
REDACCIÓN]: «Liceo», ibíd., n.º 7 (16-3-1856), pág. 54.
106
Alex OULIBICHEFF: «Último semestre de la vida de Mozart», El Álbum Granadino, n.º 6 (9-3-
1856), pág. 47; ibíd., n.º 8 (23-3-1856), págs. 59-60.
107
C. «Picco», El Álbum Granadino, n.º 11 (13-4-1856), págs. 83-84; José SALVADOR DE
SALVADOR: «Revista», El Álbum Granadino, n.º 13 (27-4-1856), págs. 101-102.
108
ALPÚJAR: «La plaza de Bibarrambla», El Álbum Granadino, n.º 38 (19-10-1856), págs. 297-298.
109
Manuel MORENO GONZÁLEZ: «Exequias de la heroína Mariana Pineda», El Álbum Granadino,
n.º 18 (1-6-1856), págs. 138-139.
3.2. Prensa de Granada: Análisis de contenidos musicales 1085
110
por un protagonismo de la zarzuela y una deficiente situación de los teatros . Además,
recomendaba la lectura de revistas como La Zarzuela, considerada el «mejor periódico de
111
teatros de Madrid» , dejando de manifiesto el afán de actualización de la prensa de
provincias. Uno de los aspectos más valiosos del Álbum Granadino es la incorporación de
una pieza musical en cada entrega, llegando a completar una colección de treinta partituras
(veintidós para piano solista y ocho para canto y piano), todas ellas compuestas por autores
granadinos.
Los escritos periodísticos sobre música no presentan el nivel de análisis y crítica que
ofrecen los de El Álbum Granadino, si bien su contribución es valiosa por incorporar
programas y reseñas de las sesiones del Liceo de Loja y de los conciertos de la Sociedad de
Cuartetos Clásicos de Eduardo Guervós −no hallados en ninguna otra publicación periódica−,
así como otras informaciones sobre el Liceo de Granada y la Sociedad Lírico-Dramática
Bretón de los Herreros.
110
ALPÚJAR: «De Madrid a la Alpujarra», El Álbum Granadino, n.º 36 (5-10-1856), págs. 281-282.
111
SALVADOR DE SALVADOR: «Revista», El Álbum Granadino, n.º 13 (27-4-1856), págs. 101-
102.
1086 María Belén Vargas Liñán
El repertorio para piano solista publicado en El Álbum Granadino está integrado casi
en su totalidad por danzas de salón (chotis, habaneras, polcas, polcas mazurcas y valses); en
el caso de El Genil se da una mayor variedad de estilos ya que, además de los ritmos de polca
y mazurca, encontramos una obra de un pianismo más intimista y lírico propio de un
momento evolutivo posterior, así como un arreglo de un aria operística.
En el grupo de partituras para canto, se observa una clara diferencia entre las obras de
inspiración italiana o belcantista –cuya estética es predominante− y el estilo de las canciones
españolas, de raíz populista, como «La coqueta» de Antonio de la Cruz aparecida en El
Álbum. Dentro del repertorio vocal, hemos de destacar la inclusión en El Genil del recitado
«La musa Euterpe» con música de Francisco de Paula Valladar Serrano y letra de Baltasar
Martínez Durán, en la que la voz recita sin cantar un texto poético acompañado rítmicamente
por el piano.
(tal es el caso de Mariano Vázquez y Antonio de la Cruz, cuyas primeras obras aparecen en
las páginas de El Álbum Granadino). En cuanto a los autores de los textos, destacamos las
valiosas colaboraciones de Pedro Antonio de Alarcón y José Salvador de Salvador en El
Álbum Granadino. Así mismo, destacamos la presencia de la compositora Natividad
Mogollón que firma la polca-mazurca «La sortija» de la colección de El Álbum.
En cuanto a las técnicas de impresión y grabado musical de los suplementos, las
revistas granadinas aplican la técnica de la estampación litográfica pues constituye una forma
rápida y barata de reproducción de música impresa, a pesar de no ofrecer una presentación
impecable –por su aspecto de manuscrito−. El hecho de que en Granada no existiera en este
momento ninguna imprenta musical especializada, explica la condición más modesta de los
suplementos de El Álbum y El Genil, pudiendo hallar algunas erratas de grafía musical −en
alturas, figuraciones y alteraciones−, debido a la ausencia de personal cualificado en los
talleres litográficos donde se llevaron a cabo.
Al contrario que la generalidad de muchos suplementos, editados separadamente de la
revista, las partituras granadinas se integran en el cuerpo de la publicación periódica,
respetando la numeración de las páginas y utilizando el membrete de la misma. Por otra
parte, hemos de destacar las decoraciones en los títulos de algunas piezas de El Genil.
Imagen 19. Detalle del título de «La Juguetona» (mazurca), de HERVERA DE BENAVIDES
El Genil, año II, n.º 20 (28-2-1874), pág. 92
centroeuropea en lo instrumental gozó del gusto del público, colmando así las aspiraciones de
la burguesía granadina.
A nivel literario y sociológico, es importante tener en cuenta otros aspectos de las
piezas de salón además de los puramente musicales y editoriales, como los textos de las
composiciones vocales algunos de gran calidad literaria, los títulos y las dedicatorias. Los
títulos de las obras, independientemente de su relación con el contenido musical, presentan
un poder evocativo que ofrecía al oyente la posibilidad de obtener una imagen y relacionarla
con la sonoridad de la pieza. Tal era el caso de títulos tan insinuantes como La excitación de
amor, Tu sonrisa; sentimentales como Un sueño de amor, Il primo amore, ¡¡Tristo cuore!!;
tristes como La separación, El Ay!, Lágrimas de un hijo, El martirio; alegres como La
juguetona y La bulliciosa; anodinos como El n° 22 o Y qué?; o localistas como el vals El
Generalife o la habanera La Granadina.
Por otra parte, la dedicatoria era una convención social de la época pero no resultaba
un elemento intrascendente. Podía entenderse como una muestra de gratitud hacia un maestro
o amigo, o bien una forma de ofrecimiento amoroso del compositor a la señorita por la que
mostraba gran aprecio. En El Álbum Granadino y El Genil más de la mitad de las piezas
están dedicadas, la mayoría a mujeres pero también a artistas como el músico José Inzenga y
a los cantantes José Hiruela y Sofía Vela.
1090 María Belén Vargas Liñán
CONCLUSIONES
1092 María Belén Vargas Liñán
Conclusiones 1093
Al finalizar esta Tesis doctoral sobre la música en la prensa española de las décadas
centrales del siglo XIX, hacemos balance de las aportaciones originales ofrecidas en cada uno
de sus apartados.
En primer lugar, hemos delimitado un estado de la cuestión sobre los estudios
dedicados a la música en la prensa española e hispanoamericana, que hasta el momento no
había sido recogida en ningún otro trabajo. En este sentido, se ha realizado una puesta al día
de las diversas aportaciones sobre el tema, tanto de las provenientes de publicaciones como
de las contribuciones inéditas expuestas en los últimos congresos organizados en el ámbito
universitario español.
En el capítulo 1, nuestra contribución se ha centrado en establecer una tipología de las
fuentes hemerográficas desde el punto de vista musical, incidiendo en la importancia de la
prensa no especializada como fuente primordial de información. Sin restar valor a las
publicaciones periódicas musicales del periodo estudiado −que han sido analizadas en
profundidad−, nuestra investigación ha puesto de relieve la calidad de los contenidos
musicales aparecidos en la prensa generalista, cultural y femenina. Así mismo, hemos
destacado a lo largo de la investigación el valor de la prensa de ámbito provincial y comarcal
por ofrecer un volumen inmenso de información desconocida hasta la fecha que puede
cambiar la visión actual de la historia de la música española.
La elaboración del capítulo 2, en el que se ha planteado una metodología para trabajar
la música en la prensa, ha supuesto el mayor esfuerzo invertido en esta Tesis doctoral. Así,
hemos tenido que abordar la investigación desde una perspectiva interdisciplinar y, en
especial, recurriendo a las ciencias de la información y documentación para clasificar los
contenidos musicales de la prensa como paso previo para su análisis y valoración desde el
punto de vista musicológico. En este sentido, hemos ahondado en aspectos a priori poco
claros en la literatura periodística actual como son los géneros del periodismo decimonónico,
con el objeto de sistematizar la información musical obtenida de las fuentes hemerográficas.
Nuestra propuesta metodológica no pretende ser cerrada sino permeable a nuevas
aportaciones y correcciones producto de la puesta en funcionamiento de dicho método. Sin
embargo, creemos haber ofrecido un trabajo riguroso y serio con aspiración de convertirse en
un referente para el estudio sistemático de la música en la prensa. Por otro lado, ha sido
necesario aportar un abundante volumen de ejemplos recogidos de las publicaciones
periódicas (de ámbito nacional, andaluz y granadino) para ilustrar las diferentes categorías de
1094 María Belén Vargas Liñán
Hemos descartado los escritos en los que se utilizan expresiones vinculadas con
la música únicamente como recurso metafórico o anecdótico, pero carentes de
verdadero contenido musical.
En cuanto a las informaciones musicales de exacto contenido publicadas varias
veces en el mismo medio, hemos incorporado el contenido más antiguo. Por el
contrario, si aparecen editadas en diferentes medios (por ejemplo, anuncios
musicales), consideramos válidos todos los casos.
Debido al límite cronológico de nuestro estudio, hemos incorporado sólo los
contenidos musicales publicados hasta el 31 de diciembre de 1874. En este
sentido, algunas publicaciones periódicas como El Liceo de Granada (1869-
1876) o El Jueves (1874-1875) han sido catalogadas hasta esa fecha.
Con respecto al campo «Género», hemos hallado numerosas dificultades a la
hora de clasificar algunos contenidos musicales debido a la ambigüedad genérica
y carácter mixto de la prensa decimonónica −que se acentúa quizá aún más en la
de ámbito provincial−. En el caso de que se mezclen géneros, hemos adjudicado
dos o tres categorías a un mismo contenido periodístico. Así mismo, para
despejar posibles dudas sobre la clasificación de la información musical,
aclaramos el significado de algunos géneros periodísticos susceptibles de
confundirse con otros:
a) Noticia / Aviso: la noticia hace referencia a un evento ya sucedido, y
el aviso ofrece un adelanto o avance de algo que aún no ha sucedido
o está por ocurrir.
b) Noticia / Crónica: la noticia da cuenta de un acontecimiento de
forma escueta, y la crónica se detiene en la descripción y narración
diacrónica de los hechos.
c) Crónica / Reseña: la crónica describe un acto o evento, y la reseña
incorpora además un comentario de las obras (musicales, literarias o
artísticas) que hayan podido interpretarse en dicho evento.
d) Reseña / Crítica: la reseña consiste en una descripción breve de la
creación o ejecución de una obra artística (en el caso de que
contenga juicios de valor, éstos se basan en opiniones poco
fundamentadas); la crítica consiste en la valoración de una obra
Apéndice 1. Catálogo de artículos con información musical de la prensa granadina 1099
musical wagneriana 1. Alarcón concluye sus reflexiones con una mirada avergonzada al
panorama contemporáneo español de la zarzuela.
En esta historia moderna tan fecunda en saludables revoluciones, en que todos los
conocimientos humanos se transfiguran, tendiendo a un perfeccionamiento incalificable, hemos visto
por espacio de cuatrocientos años surgir un mundo nuevo de las ruinas del antiguo, y admirando a
cada generación y a cada pueblo siempre que ha levantado una columna en el naciente edificio de
Europa.
La pintura, la poesía y la escultura, las ciencias naturales, la metafísica y el derecho público
han tenido brillantísimos reinados durante ese corto periodo. ¡Qué centenares de hombres todos
ilustres, todos sobresalientes, todos obreros de un mismo luminoso porvenir! Apenas hay nada
verdaderamente grande en Europa más allá del Renacimiento: sangre y tinieblas haya solamente el
filósofo en el cuadro horrible de aquellas edades, que la poesía, ciega como el delirio, insiste aún en
revestir de grandeza!
Volvamos a la historia moderna.
El siglo XV y el XVI (sin contar a Petrarca y a Bocacio [Boccaccio], joyas del XIV), ven el
apogeo de la poesía y de la pintura así en Italia como en España: Francia se desarrolla de un modo
sorprendente desde el reinado de Francisco I, y viene a ser en el siglo XVII el plantel de los grandes
hombres, mientras en nuestra patria aparece otra constelación de vates y de artistas: Inglaterra se
apodera de la materia, del comercio; Alemania, del espíritu, de la filosofía; a veces cambian su papel;
la astronomía da a luz a Galileo [Galileo Galilei], y Galileo lucha a brazo partido con la Inquisición.
Todo hierve, todo se agita. Doquier se descubren antros tenebrosos, que registrará muy pronto el
siglo XVIII con su análisis. La humanidad ha llegado a la eminencia; todo trepa, como creciente lava,
1
A pesar de esta afirmación, no tenemos constancia de que Alarcón conociera el pensamiento o
la producción musical de Wagner, pues no lo menciona directamente en sus escritos.
1104 María Belén Vargas Liñán
al punto culminante de la erupción: las ideas estallan, por último, y el volcán civilizador aparece en
París. En la hora del estupor recorre el mundo una sombra colosal; es el aborto de los siglos:
Napoleón. Pasa la crisis; suena la paz en el reloj de las generaciones, y luce sereno el faro de la
libertad. El espíritu humano ha conseguido el triunfo…
Es el momento de la aparición de la música.
La música debió desatarse sobre las ruinas del viejo mundo, como el cántico inmenso de la
victoria. Haydn, Mozart, Rossini, Handel [Haendel], Beethoven, Gluck, Paër, Paccini [Pacini], Ricci,
Rossellien [sic], Bellini, Paiseillo [Paisiello], Donizetti, Weber, Schubert, Strauss, Meyerbeer, Auber,
Verdi; esa serie de encantadores que aparece en Alemania al fin del siglo pasado, y que se desborda
por la Italia como un diluvio de armonías, forma un solo himno de independencia, a cuyo son el siglo
XIX se escapa de los castillos y de los conventos.
La música es hija de la libertad. Las almas libres son susceptibles de ensanches
maravillosos: las grandes expansiones de ese arte no caben en una atmósfera de esclavitud. Y si no,
observad las ideas políticas de los grandes músicos; desde Rossini, dejando su apatía en 1846 para
cantar la soñada resurrección de Italia, hasta Verdi, perseguido en Venecia por unos coros del
Macbech [Macbeth]; desde Bellini en I Puritani hasta Meyerbeer en Los hugonotes, vemos a esos
cisnes de la libertad explayar sus armonías en aras de la independencia. Todas las artes habían tenido
sus siglos: la música es el arte del siglo XIX.
La música de los siglos anteriores y, aún posteriores, con mucho a Guido el Aretino, puede
compararse a las páginas sueltas de un libro, volando dispersas por la superficie del globo, hasta que
nuestra época ha compaginado con ellas una portentosa obra. ¡Cuántas baladas familiares, cuántos
himnos de guerra, aires nacionales, cantos populares, barcarolas, serenatas, trovas epitalámicas,
armonías, coros y psalmos religiosos, cuánta música, en fin, habrá flotado sobre la tierra, desde que
la primera nota se escapó del yunque de Tubal 2!
Pero ni en Israel, cuando diez mil hombres apiñados sobre una montaña y diez mil mujeres
sobre otra entonaban aquellos prodigiosos himnos de que nos habla la historia, ni en Grecia en los
certámenes que nos describe Homero, ni en las catedrales de la Edad Media, ni en los órganos de
Alemania, donde el de Harlem 3 es asombro del mundo, nunca, en fin, se imaginó que la música por
sí sola fuese lo que ha llegado a ser.
Hasta aquí había sido parte accesoria de las solemnidades; hoy basta ella sola para ser una
solemnidad. Antes acompañaba, interpretaba pálidamente: ahora traduce los sentimientos, el espíritu
de las épocas, las costumbres de las naciones; tiene esa facultad de inmortalizar los hechos, que
residía exclusivamente en la poesía, en la pintura y en la escultura, aspirando también a la
importancia filosófica de la historia. Pinta, habla, resucita caracteres, personajes, dramas: después de
pasar del ruido al sonido, desesperación de los acústicos, y del sonido a la melodía, y de la melodía a
2
Tubal es el nombre de un personaje bíblico que representa la metalurgia. La tradición lo
considera antecesor de los íberos y de Iberia.
3
La ciudad de Harlem no es alemana sino que pertenece a los Países Bajos.
Apéndice 2. Selección de textos musicales de la prensa granadina 1105
Todos los pueblos civilizados han puesto su página en esa obra, que a la vuelta de los siglos
podrá tornarse un lenguaje convencional entre todo el género humano, lenguaje fraternal y único que
supla al que sueñan algunos filólogos para el porvenir de las naciones. Un poema puesto en música
puede ser leído y comprendido en todo el orbe; porque la música se comprende con el corazón, y el
corazón es el mismo en todas las zonas. Sin necesidad de entender el italiano, todos los hombres
cultos que viven sobre la tierra han llorado el dolor de Norma.
Todo entra bajo el dominio de la música. España, austera y sombría bajo el absolutismo y
los frailes, dejó oír su majestuosa música sagrada, que en nada cede a la de Pergolessi [Pergolesi].
Bellini se apoderó de las lágrimas y del sentimiento; Donizetti de la ira, de la venganza, del
arrepentimiento, de todas las pasiones desesperadas: del amor en Lucia [di Lammermoor]. El judío
Meyerbeer, medio prusiano, medio parisién, fantástico, gracioso, sombrío, toma el claro-oscuro del
pensamiento y dibuja el Roberto [il diavolo]. Rossini, en el centro de esta revolución y origen de ella,
trastorna la vieja instrumentación, se apodera del crescendo de un modo sublime, y crea poemas
enteros sobre las teclas del piano. Verdi, innovador, demagogo, socialista, quiere buscar armonías en
la extravagancia, y encuentra sus brillantes alegros [allegros], que resucitan la música militar de
Europa. Después de Beethoven, Verdi para los efectos es el único. La trompeta en sus manos es
maravillosa: acaso demasiado. La poderosa voz de este genio fecundo despierta a una generación
enervada, y después de anunciarse con la desordenada anarquía que precede a la creación acaba de
entrar en la fácil senda de un género mixto entre el italiano y el alemán.
¡El género alemán, que es el gran porvenir de la música! Se trata, como hemos dicho, de
darle vida propia, filosofía, colores a la composición. La onomatopeya tan ridícula de los cañonazos
que usa Beethoven en su Te-Deum [?] y aquellos mismos cañonazos que hace disparar por vía de
acompañamiento; esa armonía imitativa tan buscada por los maestros como por los retóricos, acaba
de encontrarse en el tercer acto de Roberto il diabolo [diavolo], en La campana de los agonizantes
[?] de Schubert, y en otras muchas fantasías alemanas; y no trivial y pedantesca, sino positiva e
interpretadora, como un remedo de la naturaleza.
España, entre tanto, borronea la zarzuela.
1106 María Belén Vargas Liñán
Texto 2. Pedro Antonio de ALARCÓN: «Del baile en general y del baile del
Liceo en particular», El Eco de Occidente, n.º 10 (5-3-1854), págs. 78-79.
El espíritu del carnaval queda plasmado en esta bella descripción que el director
de El Eco de Occidente realiza de los bailes de máscaras en el Liceo granadino. El
Alarcón filósofo y periodista deja paso al joven romántico y desenfadado que relata las
sensaciones que le producen la visión de los suntuosos salones, la austeridad del viejo
claustro del antiguo convento de Santo Domingo, y la voluptuosidad de la figura
femenina en el momento de la danza.
I.
Dejemos para semanas más circunspectas la continuación de aquellos Dos ángeles
caídos de que hablé en el número anterior.
Es decir: quédense en el aire por otro poco tiempo; siempre tendrán lugar para
estrellarse en la fría roca de los desengaños.
¿Quién resiste al ímpetu del torbellino que se ha apoderado de la raza de Adán durante
este cuarto de luna?
¿Quién piensa en nada sublime, en nada ideal, en nada patético, ante ese hormiguero de
arlequines, de polichinelas, de locos, de condenados que van, vienen, saltan, gritan, roncan, ríen,
sudan, beben, bailan… y… ¡qué sé yo qué más!
Brinquemos, gritemos y riamos también nosotros un poquito… pero sin alterar el
orden… ¡porque ya saben ustedes las circunstancias…..!!!!!!!
Y tú, vieja, fea, enjuta, avinagrada, resecante filosofía, déjanos por un momento;
desaloja nuestra imaginación; cese tu análisis… Queremos dejar de pensar, abandonarnos al
vértigo, al tumulto, a la música, al ruido, al baile, a la confusión, como sátiros, como figuras de
organillo, como monos, como todo lo que quieras; pero necesitamos enloquecer por unas cuantas
horas, olvidarnos de los negocios, de los recuerdos, de la vida, de la muerte, de las musas, de los
acreedores, y sobre todo de la política!
En una palabra: queremos ir al baile del Liceo.
II.
Henos en él.
Pues señor; crea el que lo vea desde lejos que bailar es muy ridículo…
Yo lo creeré con él.
Que es una tontería…
¡concedo!
Apéndice 2. Selección de textos musicales de la prensa granadina 1107
III.
¡Pero vete a los diablos, sucia y calva y mellada y gotosa filosofía! ¡Vete a los diablos
por favor…! ¡Yo quiero gozar!
¡Venid! Tendamos la vista en torno…
Y antes de proseguir tributemos un merecido elogio a los señores de la comisión que
con tal gusto, elegancia, sprit, coquetería y buen tono han dispuesto estos salones. Todo es bello;
todo está en su lugar; todo logra su efecto. Admiremos estos claustros reverberantes de
iluminación, embalsamados de flores, cubiertos de alfombras, adornados de espejos, y… una
idea me ocurre… ¡vestidos también de máscara!
¡Sí! Tras ese disfraz de risueña perspectiva están los yertos pilares de un monasterio. La
severidad austera de esta mansión se concibe a través de su vestido de baile.
Hace veinte años…
¡Oh redondos dominicos! ¡Si asomaseis la cabeza a esta casa de meditación, a este lugar
de retiro, a este asilo de penitencia!
¡Malditas reflexiones! Heme aquí ya abstraído, caviloso, meditativo…
¡He dicho que no quiero pensar!
¡Oh! Mirad esa apiñada muchedumbre. Los salones apenas pueden contener tan
animada y escogida concurrencia. Piérdese la extraviada vista en ese océano proceloso de luces,
flores, lazos, cintas, diamantes, perlas, encajes, velos, sedas y plumas, en ese hervidero de
latentes senos, de menudas manos, de torneados hombros, de gargantas de nieve, de ojos
brilladores, de trenzas de oro o de azabache, de rostros animados, sonrientes, bañados de amor y
embriaguez y soñolencia, de labios de color de cereza y dientes como gotitas de hielo y risas
como alboradas de primavera y acentos como trinos de ruiseñores… Todo bulle, gira, rueda,
1108 María Belén Vargas Liñán
choca, hormiguera… Rugen las orquestas, y cien torrentes de música se derraman, como una
inundación de mayor vértigo, de más grande delirio, de más lánguida voluptuosidad, sobre todas
esas frentes juveniles, despejadas, frívolas, desvanecidas, llenas de alucinación, de confusión, de
vaguedad, de demencia… Crece el júbilo y el ruido y la algazara y el torbellino… Y la música
presta sus alas a la juventud, y las parejas oscilan, tremolan, ondean, se precipitan, corren, saltan,
huyen, vuelven, se extasían, se marean… Y el amor estalla, y centellea en todas las miradas y
arte en todos los corazones y revolotea sobre todas las cabezas!
¡Miradlos… miradlos desde aquí! Parecen ramilletes de flores meciéndose al soplo del
viento; parecen caprichosas nubes de otoño amontonadas a la tarde en el ocaso; parecen rizadas
ondulaciones de una mar transparente bajo un cielo arrebolado; parecen bosques de plumas
tornasoladas que el aquilón agita; parecen… ¡qué sé yo lo que parecen!
Pero figurémonos que de pronto cesa esa música, se amortiguan esas luces, empalidecen
esos colores, esas flores se marchitan, esos velos se ajan, esas hermosas de tez fresca y nevada se
vuelven polvo, ceniza, pavesa… ¡Qué idea tan horrible! Figuraos que han pasado sesenta años –
un grano en la eternidad– y que todo ese conjunto maravilloso de animación, de beldad, de
perfume, de armonía, es un hacinamiento de huesos y harapos…
IV.
Será estúpido bailar; será necio brincar; será sandio zarandearse como panderetillo de
brujas; pero es una cosa fascinadora.
Vais en brazos, o más bien, lleváis en brazos a una esbelta andaluza de osadas y
ardientes formas, de moribunda mirada, pálida tez, provocativos labios, descubiertos hombres y
perfumada cabellera… La estrecháis a vuestro corazón, oprimís su breve mano, apretáis su feble
cintura, os envolvéis en su hueca falda, nadáis entre su aliento, ardéis en sus ojos, voláis sin
norte, sin tino, jadeante, febril o aletargado, sin conocimiento… La música os empuja; el
torbellino os arrastra; la deidad os encadena… Alguna vez la [le] decís balbuciente: ¡hermosa! Y
la hermosa se sonríe, y su sonrisa os enajena, y el corazón siente una nueva vida –vida ficticia– y
las sienes laten y alzáis la frente con un desdén soberano y le decís al porvenir: No te temo; y le
decís al pasado: ¡Adiós!
Huye la noche de un modo quimérico, inenarrable, indescriptible.
Es de día.
La ilusión se ha roto.
Todos abandonan el salón en silencio: los pies se sienten hinchados; la cabeza pesada;
el corazón vacío. Todos se quejan de falta de sueño, de cansancio, de este o de aquel dolor…
Apéndice 2. Selección de textos musicales de la prensa granadina 1109
Días hace, que los amantes de la Filarmonía anhelábamos con ansia la venida a esta
capital de D. Manuel Ojeda, primer tenor de la compañía de ópera, que tantos aplausos había
merecido del ilustrado público de Málaga, y en otros teatros de primera clase donde hiciera sentir
con el eco de su voz los sublimes acordes de la lira del inmortal Rosini [Rossini], y de los
célebres maestros Bellini y Donizetti; y bien podemos decir, que nuestros deseos fueron
colmados en la noche del 30 al plantearse por primera vez a ejecutar la difícil parte de Settimio
en la brillante ópera L’Esule di Roma.
No se mostró pródiga la naturaleza en dotar al Sr. de Ojeda de facultades físicas muy
sobresalientes; pero esta cualidad que lo constituye en posición desventajosa comparado con
otros artistas dotados de voz fuerte y sonora, hace en él resaltar más el mérito de su escuela,
sensibilidad y buen gusto, elevándole a un grado demasiado superior al que ocupan en la
biografía filarmónica aquellos actores, que poseyendo excelentes facultades naturales, no han
podido ni sentir ni expresar bien los acentos de la música, de este arte encantador que
embelesando los sentidos extasía el alma transportándola a una contemplación vaga e
indeterminada de los pensamientos más sublimes. El Sr. de Ojeda, venciendo con el trabajo y el
estudio los obstáculos que le opusiera la naturaleza, ha venido a demostrar palpablemente una
verdad música conocida no sólo de los profesores, sino hasta de los aficionados que han
4
José Antonio OLIVER GARCÍA: «Aproximación al teatro lírico en la Granada romántica
(1832-1850)», Revista de Musicología, vol. XXVIII, n.º 1 (2005), pág. 418 (actas del VI Congreso de la
Sociedad Española de Musicología, Oviedo, noviembre 2004).
Apéndice 2. Selección de textos musicales de la prensa granadina 1111
meditado un poco sobre la índole y espíritu de este difícil arte; y consiste en que, si bien para
cantar es necesario el órgano de la voz, no es indispensable un gran torrente de ésta para
cantar bien.
La ejecución del Sr. Ojeda es limpia y melodiosa, y su voz, dulce y agradable y su
decir, profundo; distinguiéndose su maestría en la facilidad con que conduce las cláusulas desde
la voz de pecho a la de cabeza o falsete, sin que se perciba diferencia alguna por el oído más
agudo y conocedor; hace muy buen uso combinando el afecto y sensibilidad con las gracias del
método y de la buena escuela, del claro y oscuro que es el alma del canto; en fin, su lenguaje de
acción es sencillo y noble, propio de una persona educada en el seno de la culta sociedad.
Todos los demás actores no quedaron postergados en la ejecución de sus partes
respectivas. La Sra. Mancini, después de haber dado a conocer en la representación de Parisina
d’Este estar dotada de brillantes facultades naturales, nos demostró en Argelia poseer un alma
sensible, y el público coronó sus esfuerzos con repetidos aplausos, revelándole la grata impresión
que en todos produjera el observar contenida su voz argentina y robusta, por los efectos
encantadores de la modulación en que tanto luce el gusto, cualidad esencial del artista
filarmónico.
Aunque la ópera en general salió muy bien, el terceto final del primer acto arrebató
singularmente la atención. Bien cantadas fueron por el Sr. Bayllou [Baillou] las dos cavatinas de
Murena; pero la naturalidad y precisión con que dijo su parte en el terceto Stesso la mia vittima,
trasladando fielmente el espíritu del poeta y del músico, al presentar a nuestra vista a un hombre
agitado y lleno de remordimientos, y a un cantante que no encuentra en la partizione una nota
sola de armonía en que apoyar su voz, una pieza concertante en que las voces del tiple y del
tenor expresando pasiones diversas siguen el movimiento de la canturía de la orquesta, mientras
el bajo se ve precisado a decir aisladamente su particela sin poder desentenderse de las
dificultades que ofrece el paso a un compás largo por su naturaleza, y lento por su aire, nos ha
confirmado, a no quedar duda, en el concepto de que el Sr. Bayllou [Baillou] es buen actor y
buen músico. No nos detendremos en hablar del mérito artístico de la composición del Esule,
cuando al encomiarlo nuestra débil voz no haría resonar más el nombre y celebridad del autor de
Ana Bolena, Belisario y Parisina. Concluiremos diciendo; que si la Sra. Mancini continúa
ejercitando sus modulaciones, los Sres. Ojeda y Bayllou [Baillou] tan acertados como en la
noche del 30, y las demás partes, los coros y la orquesta tan acordes y afinados como en la
ejecución del Desterrado de Roma, aumentará en el público el entusiasmo, y verán compensados
sus esfuerzos con multiplicadas demostraciones de aprobación.
Por nuestra parte como aficionados al sublime arte de la música, no podemos menos de
felicitarnos de haber encontrado en todos los actores de la compañía de ópera de esta capital
accidentes dignos de ser imitados, y como a profesores los oiremos siempre con atención para
aprender de ellos, y aumentar de este modo insensiblemente nuestros escasos conocimientos.
1112 María Belén Vargas Liñán
Perdida entre nosotros la idea del teatro antiguo, y no hallando los espectadores en el
moderno, sino piezas zurcidas, por decirlo así, de relatos inconexos, hechos desfigurados y
absurdos o mal aplicadas cronologías, encontraron muy más cumplido entretenimiento en el
drama músico, a pesar de su defectos, tanto por la novedad de sus formas, cuanto por la
imposibilidad de hallar otro más conforme y arreglado para disipar los ocios y alimentar la
ilustración; y si el corazón no tomaba parte en aquel hecho, al menos los ojos encontraban un
aliciente poderoso y el terror o la piedad se veían arrebatados por la admiración; la cual sustituía
a todos los afectos, y hacía en extremo agradable un espectáculo, contrario en su esencia al buen
sentido.
Los defectos de estas clases de representaciones, eran siempre tenidos o considerados
como otras tantas bellezas, y se recibía como valor intrínseco de la composición la pompa
sobrenatural y ficticia del maquinista, la cual hacía perder su efecto a la música y a la poesía, sin
considerar, como observa un gran ingenio, que aquella aparente riqueza no era otra cosa que las
flores esparcidas por los campos fuera de las estaciones, que regularmente indican la esterilidad
del terreno.
Empero no podía menos de suceder que en la excesiva profusión del arte, donde
parecían estorbar la música y la poesía, dejasen de salir alguna vez de los instrumentos algunos
sonidos que llegaran a penetrar en el interior del ánimo, y algunos rasgos no despreciables de la
pluma del poeta; y la naturaleza que, como dice La Harpe, tiene la propiedad de que basta que se
le manifieste en su verdadero aspecto para que produzca toda su belleza y todo género de
Apéndice 2. Selección de textos musicales de la prensa granadina 1113
De lo dicho resulta que, recordando los objetos que por medio de aquellas inflexiones se
representan, nos sentimos afectados por aquellos idénticos movimientos que excitarían en
nosotros la presencia real de los mencionados objetos, sometiendo el universo al imperio del
oído, así como se someten la pintura y la poesía, la primera al juicio de los ojos, y la segunda al
de la imaginación. No es posible obtener todo lo dicho de la simple armonía, considerada en sí
misma, porque dimanando esencialísimamente de la proporción temporánea de los tonos, es
ciertamente apta para formar un amontonamiento agradable, que deleite o recree el oído; pero no
puede elevarse hasta el privilegio de imitar a la naturaleza, con la cual, la unión de los acordes no
tiene sino una muy remota relación, por lo que no puede tener una influencia notable sobre los
afectos, objeto primordial de la música del teatro.
Del mismo modo, las solas reglas de la gramática podrían producir un discurso puro y
arreglado; pero no se tendría jamás por suficiente para formar un escritor elocuente. La fuerza de
los argumentos, la convención del espíritu, la excitación de las pasiones, el arte, en suma, de
persuadir, si bien no puede obtenerse sin observar la sintaxis, no quiere decir que de la sintaxis
dependa todo, de tal modo que baste haberla observado para llegar a ser orador. La retórica es la
que, disponiendo a su arbitrio de las reglas y de las palabras, y sirviéndose de ellas como un
vehículo de las ideas, les comunica aquella expresión que no hubiera podido ejecutar por sí sola
1114 María Belén Vargas Liñán
la mano del gramático; así, pues, como la melodía es para la música, lo que la retórica para el
lenguaje, del mismo modo la armonía es para los sonidos, lo que la sintaxis para el discurso. La
armonía puede concurrir en el canto a producir la expresión, ora ordenando con cierto método
los sones, como la gramática elige u ordena los vocablos o voces; ora uniendo por medio de
algunas reglas de modulación la sucesión de los tonos, como la ortografía distingue los periodos;
ora haciendo más exacta la entonación por medio de los intérvalos, como la sintaxis hace más
inteligible la oración por medio de la debida colocación de las palabras; ora sujetando al sistema
general de los tonos las inflexiones vagas y defectuosas; así como la gramática procura
acomodar a los preceptos generales la armonía de los nombres y los verbos.
No obstante, si el compositor se entregase a estas nimias o excesivas consideraciones,
no tendría la música vida ni espíritu: el acento espontáneo y natural de las pasiones se convertiría
en un intérvalo armónico, el cual por ser hijo del arte no produciría el menor efecto sobre el
corazón, que no está sujeto a proporciones abstractas o a la simple razón numérica, reduciendo a
un cortísimo número de modos las diferentes y multiplicadas inflexiones de que es susceptible el
lenguaje del hombre apasionado; y no sentiríamos penetrar nuestra alma y nuestro corazón con
aquellos movimientos imprevistos y fuertes que de las artes e ingenio tiene todo hombre sensible
el derecho de pretender y exigir. Así mismo los colores amontonados en un cuadro ningún efecto
podrían causar sin el diseño o dibujo, espíritu vivificante de la pintura.
Tal vez estas mismas reflexiones obligarían a los compositores italianos a seguir la
deliciosa senda de sus eminentísimas creaciones: o fuese que la reflexión los llevase hasta este
importante descubrimiento, o que llegasen a él guiados por aquel íntimo sentimiento de la
belleza, que engendra el gusto y que produce el instinto, o tiene su origen en la perpetua e
inalterable oscilación, por la cual la facultad que pertenece a la imaginación y a la sensibilidad,
pasa de peor estado al mediano y de éste al sublime para volver a caer en el primero. El corazón
reclamó los derechos que le habían usurpado los sentidos, y la música, de un amontonamiento de
sonidos, se hizo un arte imitativo capaz de expresar todas las pasiones y representar todos los
objetos.
Entonces se halló y cultivó la expresión, alma y espíritu de este arte encantador, la cual
es a la música lo que la elocuencia al discurso; se aprendió a subordinar a la una y a la otra todas
las diferentes y multiplicadas partes que la componen, y a dirigir el todo hacia el gran fin de
pintar y conmover; se estudió con más esmero la analogía que existe entre el sentido de las
palabras y los tonos musicales; entre el ritmo poético y la medida; entre los afectos que expresan
los personajes y los que produce el compositor; se procuró sobre todo, conservar la unidad en la
melodía; regla fundamental de la música como lo es de todas las bellas artes; la cual unidad
consiste en fijar sobre un solo objeto toda la atención e interés del auditorio, y en hacer que la
armonía, el movimiento, la medida, la modulación, la melodía y los acompañamientos se
concierten recíprocamente, y no hablen, por decirlo así, sino un solo y único lenguaje.
Creería incompleta esta humilde manifestación, tomada de los más esclarecidos
escritores que han tratado esta materia, si la terminase sin hacer el debido mérito de los
Apéndice 2. Selección de textos musicales de la prensa granadina 1115
con motivo de la Exposición Universal de Viena de 1873 5, los cuales fueron reeditados
por el diario granadino La Alhambra. De este conjunto, dos escritos versaron sobre
música: el quinto, en torno a la música alemana, y el duodécimo, dedicado al
compositor Wagner. El primero de ellos es el que aquí transcribimos, y en él, el autor de
Los cuartetos del Conservatorio hace una defensa de la música alemana, cuyas obras
siguen una concepción artística unitaria frente al estilo italiano, puramente teatral y
melódico, que ha agotado la fórmula que le llevó al éxito. Castro y Serrano describe la
vida musical vienesa, elogiando la calidad de las ejecuciones de bandas y orquestas –y
comparándolas con las españolas–, así como la actitud respetuosa del público en los
conciertos. Finaliza su ensayo con un alegato sobre la importancia de la música para el
hombre, revelando al lector un conjunto de sus composiciones preferidas, obra de
autores centroeuropeos del pasado, entre los que cita a Bach, Haendel, Mozart, Haydn,
Beethoven, Schubert, Weber y Meyerbeer, junto a las de sus amados belcantistas,
Bellini, Rossini y Donizetti.
No vamos a revelar nada nuevo al mundo con decir que Alemania es el país de la
música. Lo único que vamos a hacer, es a colocarnos en momentánea contradicción con los que
creen que el país de la música es Italia. Italia, ciertamente, es el país de las artes, y como la
música pertenece a ellas, toca a Italia una porción muy principal en la gloria de su
descubrimiento, de su desarrollo y de su cultivo; pero como la música también es ciencia
compleja, que consta de parte expositiva, de parte ejecutiva y de parte auditiva, bajo estos tres
diversos caracteres no puede Italia disputarle su cetro a la Alemania. Nunca deberá llamarse
nación militar aquella cuyos hijos sean sólo valientes; es necesario que constituyan ejércitos
aguerridos, y que en el instante de la lucha se inspiren en un sublime sentimiento, por el cual su
valor sea útil a la patria.
5
La serie salió a la luz entre el 24 de abril y el 8 de diciembre de 1873. En concreto, este artículo
fue publicado por La Ilustración el 1 de junio de 1873 (año XVII, n.º 21, págs. 334-335).
Apéndice 2. Selección de textos musicales de la prensa granadina 1117
Llamaríamos con más razón a los italianos los almogávares de la música; esa raza
animosa y potente que en el calor de su estro privilegiado conquista el reino de la melodía, se
hace dueña del ritmo que avasalla las inteligencias vírgenes, y domina por más o menos tiempo
sobre los pueblos a quienes subyuga el esplendor de la victoria. Esa raza, sin embargo, no funda
imperios ni sostiene dominaciones; vive con grandeza mientras dura el brillo de las batallas; pero
después se disuelve y cae, dejando a más reflexivos espíritus la fundación de lo perenne y de lo
indestructible.
La manera musical italiana está agonizando; y decimos la manera musical y no la
música, porque la música italiana, en lo que tiene de verdadero, de bello y de bueno, responde a
todas las exigencias del arte humano; que no tiene patria, ni familia, ni escuela, ni perecerá
nunca, por más que pese a los materialistas del mundo entero. Perecen si, las fórmulas del estilo
con que un país o una época han monopolizado, por circunstancias especiales, un arte bella; y en
este concepto decimos que agoniza la fórmula italiana, y que muere con razón.
Los italianos se apoderaron de la música en fuerza de genio, y en uso legítimo de sus
naturales disposiciones para las artes. Lleváronla al teatro con una novedad y un acierto que
cautivaron la atención del público, no sólo en Italia, sino de los pueblos más distantes a ella.
Debióse este pasmoso resultado al empleo del color, que manejaban desde el primer día de un
modo admirable; pero desde el primer día también comenzaron a menospreciar el dibujo, y esa
es la causa de su presente decadencia. Los coloristas de las artes, y todas las artes tienen color, se
apoderan prontamente del público, lo sojuzgan, lo encantan y mientras su espíritu no discierne,
lo tienen avasallado y preso. A carrera larga, sin embargo, el público pide contornos y dintornos,
porque la sombra se le desvanece en la fantasía.
Los alemanes, por el contrario, que desde el principio creyeron que la música era, como
lo es, una de las artes del diseño, diéronse a dibujar antes que a pintar, estudiaron anatomía antes
que química, y aunque estaban oscurecidos por la brillantez de los italianos, aunque tenían que
acudir a Italia para beber en las frescas fuentes de su graciosa melodía, fundaron un arte serio, de
vastas proporciones, de absoluta belleza, y que si no puede considerarse eterno y definitivo, es al
menos un arte que no puede perecer tampoco por los caprichos de la moda.
Ahora se comprende bien lo que sucede en Italia con la música. Reducida casi, en
nuestro tiempo, a los límites del teatro, que es como si dijéramos a la parte más vulgar de su
manifestación, ni aún dentro del teatro mismo se desarrolla con las unidades y conjuntos que son
propios de las verdaderas obras artísticas. El libro para ella es un pretexto de aglomerar periodos,
cuyo corte está ya convenido de antemano, y cuyo fin se adivina por los antecedentes del
principio. Hay fórmulas para expresar el amor, el odio, la venganza, los celos, la alegría y los
pesares públicos; hay patrón para las romanzas, las arias, los dúos, los tercetos y concertantes;
hay receta para el recitado, para el andante, para el alegro [allegro] y para el final; hay, en fin,
una especie de almacén con brazos, piernas, cabeza y torsos, del cual el estatuario coge seis a su
elección y atornilla una estatua. Esto no es el arte ni puede serlo; y por esta razón, cuando al
público le han propinado en tan numerosas dosis el raudal de bellezas melódicas que, durante lo
1118 María Belén Vargas Liñán
que va de siglo, ha brotado del numen de los Rossini, de los Bellini, de los Donizeti [Donizetti] y
del propio Verdi contemporáneo; cuando sabe de memoria todas las variantes que en la manera
peculiar italiana caben para dar forma a una armazón preconcebida, si ama todavía esa manera,
hace lo que los italianos con el espectáculo musical; y si no la ama o la cree insuficiente para
satisfacer sus exigencias artísticas, hace lo que los alemanes no han dejado de hacer desde el
principio, lo que los franceses y los ingleses persiguen con gran razón estética, lo que nosotros
los españoles principiamos a gustar y a aplaudir con una cordura que nos honra no poco.
Los italianos, en efecto, no se cuidan para nada del libro sobre que han de escribir, no se
cuidan de la parte escénica del teatro, no se preocupan por el mayor o menor mérito de las
orquestas que han de acompañarles, no atienden ni aún a la unidad y armonía del conjunto
artístico de la obra. Una graciosa cantata, un andante tierno, una cabaleta expresiva, un coro de
ritmo acentuado, bastan para que el músico se atraiga el aplauso de las gentes y los encomios de
la crítica. Si hay un solo cantante que interprete con acierto esos privilegiados trozos, lo demás
es hueco para la conversación, para tomar helados, para discutir sobre la mayor o menor novedad
de la canturia y de las dotes del cantor. En una palabra: se buscan en el cuadro caras bonitas,
telas que parezcan de raso, actitudes elegantes y nuevas; todo menos el fondo del asunto.
Los alemanes son autores de una manera diferente; y aún cuando esta manera puede
tocar en el extremo contrario, por eso su gran músico, su incomparable músico [Wagner (?)], el
maestro de todos los músicos, se fue a Italia a estudiar lo que le faltaba, y volvió a su patria a
sentarse en el trono imperecedero de la música moderna.
Los alemanes consideran la música como un cuerpo perfecto, del cual no puede
desprenderse ninguna porción sin que desaparezca la gracia del conjunto. Siguiendo el símil de
que nos hemos valido antes, diremos que aprecian la pintura lo mismo en el cuadro al óleo que
en el grabado negro que la presenta: el color influye poquísimo en su manera de juzgar el arte.
Lo que exigen a toda costa es arte.
Por eso la música de los alemanes no está sólo en el teatro, sino, en el salón, en el
concierto, en la fiesta pública; y en todos esos sitios es siempre arte sublime y bella, que ha de
adaptarse al fondo genuino del cuadro que es llamada a animar. Lo mismo aprecian ellos una
ópera, que una misa, una pieza de cámara, un oratorio o el himno que entona el pueblo entero en
las ruidosas explosiones de su alegría.
Los músicos alemanes, pues, han necesitado caracterizar sus obras primeramente,
vestirlas luego con apropiados ropajes, bordar éstos después con toda la escrupulosidad del
adornista más nimio, y ocuparse, por último, tanto como de la obra, de los instrumentos y de las
voces que han de interpretarla. Así las obras pueden ser buenas o malas, pero son artísticas.
El público por su parte las saborea enteras. A las siete de la tarde ya están poblados los
teatros, los jardines o salones de concierto, de la multitud que ha menester la música como una
merienda. Los alemanes comen de dos a cuatro, y de ocho a diez cenan: en medio toman música,
es decir, dan de comer al alma.
Apéndice 2. Selección de textos musicales de la prensa granadina 1119
Si es una banda militar la que recrea de balde al público de los paseos, éste se sienta en
torno de ella, o permanece de pie y callado, o circula alrededor sin perturbar intencionalmente la
aptitud de los que oyen. Los músicos ejecutan como cuando saben que tienen oyentes, no para
ganar el precio del día, sino para conquistarse el aplauso de los que los juzgan. A veces
abandonan el instrumento militar y sacan de su doble funda un violín, un violonchelo, un oboe, y
convierten en orquesta la banda, trocando asimismo los papeles de un paso doble por los de un
nocturno de delicadas formas. Este sistema debía ser adoptado en nuestras bandas militares de
mar y tierra, donde el músico recibe una educación que a poca costa podía duplicarse en los
medios, proporcionando al soldado una lucrativa posición después del servicio, y aún una mejora
de posición en el servicio del mismo, como sucede en Alemania.
Si es un concierto ya formal, del Jardín Público, por ejemplo, o de los otros jardines y
palacios de música en que ésta constituye un espectáculo de especulación, ya el concurso es
diferente, y la manera de escuchar distinta. Llamámoslos palacios, porque éste es su legítimo
nombre; al cual les da derecho su fastuosa implantación en medio de un vergel, su monumental
arquitectura externa, y el lujo y la amplitud de sus aposentos interiores. La sala principal, que
ocupa el centro del edificio, es el lugar de la audición atenta, donde no se permite el paseo, ni el
ruido, ni el cigarro, y donde desde cómodos asientos se halla el público en contacto directo con
la tribuna de los ejecutantes. Por las galerías contiguas circula el concurso con mayor libertad,
fumando, conversando, bebiendo o haciendo desesperar a Euterpe con las travesuras de Cupido.
Pero aún así se nota el gusto y la afición de los concurrentes, pues si mientras un wals de Straus
[Strauss] o una polka de Král abandonan el oído a la cadencia de los compases, que acentúan con
demasiada solicitud el tambor, el bombo o los platillos, en cambio cuando se inicia un pieza de
Schubert, de Gounod o de Rossini, todas las cabezas se asoman a la sala, todas las
conversaciones se suspenden, todos los paseos concluyen.
Las orquestas de Viena suenan de un modo especial que merece ser estudiado. Nosotros
lo comparamos, aunque parezca mala comparación, a los caminos de hierro ingleses: suenan a
duro. Cuando se viaja por Inglaterra en ferro-carril, el caminante adquiere tal confianza por el
ruido del coche, que no concibe la posibilidad de que aquellas ruedas le hagan una mala partida.
Y es que el camino está tan bien hecho, los rails tan bien sentados, la vía tan bien nivelada y
firme, que el tren no trota, sino se desliza con la reposada sonoridad del que está seguro de sí
mismo.
Un cosa semejante sucede a las orquestas alemanas: es tan proporcionado su número,
tan armónica su distribución, tan fuerte cada una de sus partes, tan severa la disciplina de su
conjunto, que al escucharlas no ocurre jamás la idea de que descarrilen, ni menos de que puedan
chocar con el pensamiento del autor a quien conducen delante del público.
Y cuidado que nosotros estamos hechos a nuestra hermosa orquesta de Madrid, que,
aunque única en la especie, es de las más selectas posibles; pero, con todo, convendría que los
maestros españoles que han de visitar a Viena con motivo de la Exposición, estudiaran la parte
arquitectónica, digámoslo así, de estas orquestas, sobre las cuales adelantaremos dos noticias:
1120 María Belén Vargas Liñán
primera, que los instrumentos no son los mismos que los nuestros ni en proporción ni en clase;
segunda, que el reparto de los instrumentistas no es el mismo que usamos nosotros ni en
extensión ni en orden de combinaciones. De pasada podrían proponer al Conservatorio [de
Música y Declamación de Madrid] que animase el estudio de ciertos instrumentos, ideando
alguna especie de prima para los jóvenes que quisieran ejercitarlos.
También sería oportuno que frecuentaran el teatro Imperial de la Ópera. ¡Qué teatro! No
vamos a hablar de su magnificencia, de su lujo, ni de la imponente majestad de su marcha. Lo
que queremos trasladar a Madrid es la educación del coro, que canta con movimiento, con vida y
con color artístico; lo que quisiéramos importar en Madrid es el consorcio de la banda de adentro
con la orquesta de afuera; es el uso del baile que borda y da relieve al espectáculo; es el orden
directivo que preside a la masa, que la traba y la entona, que hace de la multitud un cuerpo fuerte
y de flexibles articulaciones a la vez, como el de esos atletas que asustarían en sus ejercicios, si
no se les viera ejecutarlos con tanta facilidad. Todos los secretos de esa marcha son muy dignos
de estudio para impulsar el verdadero progreso de la música; de la música, que es lo único que va
quedando en esta época; de la música, que es lo único que aún no quieren profanar los
reformadores; de la música, que es lo único que respetan hasta el presente los filósofos, por más
que algunos de ellos al vernos concederle tanta plaza en este viaje y al oírnos decir que todavía
nos ocuparemos mucho de ella, griten tal vez con desdeñoso acento: «¡Música, música!».
«¡Música, música!». He aquí una frase vulgar contra cuya innoble significación
pedimos que se levanten enérgicas y universales protestas. Pues qué, porque a un maestro de
escuela, célebre en el teatro moderno, se le ocurrió ahogar con el ruido de la música la torpeza de
su discípulo más útil, ¿habrá de perpetuarse en la lengua española la invocación de la música
para cubrir dislates, tapar errores y envolver toda suerte de absurdos y desatinos?
Bien es verdad que antes del maestro de escuela, ya ese otro apellidado maestro de
verdades, el pueblo, decía cuando pensaba que iban a engañarle: «No me venga V. a mí con
músicas». O tachaba de música celestial las torpes razones con que temía que se le persuadiese
de alguna cosa. ¿Por qué esta prevención contra la música?
Escúdense los que tan mal la tratan con el testimonio de un gran rey, para quien la
música no pasaba de ser un ruido más o menos insoportable. Este rey, cuyo nombre no ha
llegado con exactitud a la historia, debía ser el rey que rabió; y lo suponemos así, en vista de un
refrán castellano que dice que «cuando el español canta, o rabia o no tiene blanca», lo cual
explica que para ciertos españoles la música ha sido el expediente que encubría su coraje o su
miseria. Músicos y danzantes es frase de [sic] que usa nuestro pueblo en despreciativo tono; y las
coplas de Calaínos son para él un límite al absurdo, a la falsía y a la incredulidad.
En vano los poetas le han hablado de las armonías de la naturaleza, de los ruidos
melódicos del campo, de los sones suaves de la voz femenil, del concierto de las gracias y de los
amores; el pueblo se ha encogido de hombros, y por cierto en compañía de personas muy
principales, gritando: «¡Música, música!». Y sin embargo, en nuestro país el pobre tiene guitarra,
Apéndice 2. Selección de textos musicales de la prensa granadina 1121
el de la clase media piano, el rico orquesta, el príncipe capilla, el regimiento banda, y en todas
las solemnidades, en todas las festividades, en todas las colectividades de cualquier género,
parece que una voz anónima se levanta gritando también: «¡Música, música!». ¿Qué
contrasentido es éste? ¿Será la música un elemento avasallador, conjunto y resumen del estro de
todas las Musas, como creían los antiguos, el cual se impone a la naturaleza humana contra
formidable pesadumbre, que el hombre intenta rebelársele como se rebela contra todas tiranías?
¿Será la música el alma del mundo?
No lo sabemos; pero esa materialidad sin moléculas, esa influencia sin agente corpóreo,
esa lógica inflexible sin razonamiento, esa satisfacción sin hechos ni resultado apreciables, lo
hacen sospechar cuando en ello se piensa. Por de pronto vemos que la música es la lengua de los
pájaros, la ocupación del paraíso, el entretenimiento de la creación. Cuando la naturaleza juega
con el viento, cuando juega con el agua, cuando juega, canta. El hombre cuando siente, canta
también. Canta sus dichas y sus pesares, su amor y su odio, su desesperación o su esperanza.
Siempre que desea elevarse sobre su ser mezquino, tiene que apelar a la música: la propia
conversación con su Dios, la sostiene cantando. Cantando ora, oyendo música aprende a rezar,
sólo por medio de la música cree dignas sus relaciones con el mundo infinito. Un gran incrédulo,
S. Agustín, confiesa que la música fue el imán que le atrajo al seno de la verdad divina. «¡Oh,
buen Dios (exclama): cuánto lloré conmovido con los suavísimos himnos y cánticos de tu
Iglesia! Vivísimamente se me entraban aquellas voces en los oídos, y por medio de ellas
penetraban a la mente tus verdades. El corazón se encendía en afectos, y los ojos se deshacían en
lágrimas».
Hay en la tierra conocida mil y quinientos idiomas para los cuerpos, pero no hay más
que un idioma para los espíritus: ese idioma es la música. El hombre no es libre de raciocinar
sobre la música, apropiándose una invención que no le pertenece. La música tiene algo de innato,
algo de brote, algo de generación espontánea, como las flores de los campos. Todos los
habitantes de todas las montañas cantan lo mismo; todos los habitantes de todos los valles cantan
de la propia manera también. Hay tonos tristes y tonos alegres, como hay azúcar y hay acíbar; en
fin, suprimid la música, y la humanidad dejará de entenderse. Es más, dejará de encontrar un
reposo en sus duras tareas, dejará de obtener un lenitivo en sus fieros dolores, dejará de
comunicarse con todo lo que no tiene cuerpo, con todo lo que está fuera del alcance de su torpe
razón. Desprenderse de la música para el alma, es desprenderse de la botica para el cuerpo:
¿quién si no un insensato lo intentaría?
Porque la música, ya lo hemos dicho otras veces, tiene mucho de material para nuestro
organismo: aplaca la tirantez de los nervios encrespados, suaviza la aspereza del carácter rebelde,
pone punto a las contrariedades de una época calamitosa; es bálsamo, es elixir, es triaca, que
adormece, restaura y contravenena. Nosotros, de propia autoridad, podemos decir que hemos
conseguido darle esa forma material, elevándola a la categoría de museo.
Sí, nosotros poseemos un pequeño museo de música, análogo enteramente a los museos
de pinturas: reside en nuestro cuarto de dormir, y a solas y sin luz. Fórmanlo cuadros perfectos,
1122 María Belén Vargas Liñán
de bella composición y admirable colorido, que no tienen marco ni lienzo, pero que se nos
revelan clarísimamente colgados de la pared. Allí hemos reunido, en fuerza de dispendios de
sensibilidad, el aria religiosa [Pietá Signore] de Stradella, el Preludio a María (?) de [Juan]
Sebastián Bach, «El paso del mar Rojo» [en Moisés en Egipto] de Rossini, el Miserere de
Allegri, la conversión de Roberto [en Roberto il diavolo], por Meyerbeer, las últimas lágrimas de
Norma, por Bellini, el canto de los Mártires, por Donizetti, el Himno austriaco de Haydn, el
andante del Quinteto (?) de Mozart, «La tormenta» [4.º movimiento] de la Sinfonía [n.º 6,
Pastoral] de Beethoven, el Último pensamiento [musical] de Weber… ¿qué sabemos cuántos
cuadros más tenemos colgados allí?
Y allá a la media noche, cuando el insomnio se apodera de nuestro espíritu porque
venimos de un sarao musical o porque nos disponemos a concurrir a él al día siguiente, o porque
estamos llenos de alegría, o porque nos sentimos aplanados por la tristeza; en esas horas en que
otros sueñan con fantasmas infernales y se creen acometidos de ladrones, y se imaginan que
ruedan por abismos sin fondo, nosotros, tendiendo nuestra vista entornada por la oscura galería
de nuestros cuadros musicales, oímos claramente la voz de Alice que busca a Roberto [en
Roberto il diavolo], vemos las lágrimas de Arnoldo llorando a su padre [en Guillermo Tell de
Rossini], asistimos a la serenata de D. Juan [en Don Giovanni de Mozart], presenciamos la cruel
separación que revela el Adio [El adiós] de Schubert, y saturados nuestros nervios de plácida
armonía, solemos conciliar el reposo entre la celestial explosión de la Aleluya [en El Mesías] de
Haendel.
¡Que vengan a nosotros a decirnos música, música!
Apéndice 2. Selección de textos musicales de la prensa granadina 1123
acompañamiento ruidoso. Como instrumento de a solo, es también uno de los más insinuantes y
expresivos; sus sonidos dulces, simpáticos y hasta misteriosos, según la expresión de un célebre
artista, le hacen producir sensaciones tanto más agradables, cuanto más costumbre se tienen en
oír sus delicados ecos.
Muchas y poderosas razones pudieran alegarse para no desdeñar el estudio de este
instrumento, que tan general fue en otro tiempo en nuestra patria, y que con tanta predilección se
miraba, así en las reuniones populares como en los salones aristocráticos. Aún separándonos de
los recuerdos históricos y de los cuadros de costumbres nacionales que de pasados siglos nos
presenta la guitarra, los grandes estudios y adelantos que se han hecho en este instrumento,
tienen ya el derecho de ser tan considerados como los de otro cualquier por difícil que sea. Los
métodos y brillantes composiciones del inmortal Sr. de Aguado, del padre Basilio, de Moretti,
Carcassi, Vidal, Porro, Carnicer, Carulli, Molino, Urcullo, Crucet, Ayala, Huertas, Ciebra, Cano,
y otros muchos han encumbrado a la guitarra a tanta altura, y la han dado tanta importancia, que
debiéramos interesarnos en que no se echasen al olvido trabajos de tan relevante mérito.
Además, los guitarristas tienen hecho al arte musical importantes servicios, que no
deben tampoco pasar desapercibidos. Recórrase la bibliografía de Nicolás Antonio, y se verá que
en los siglos XV y XVI, las publicaciones más notables respecto a música fueron debidas a los
guitarristas Milán, Fuenllana, Pisador, Mudarra, Cabezón, Corbera, Valderrábano, Carlos
Narváez, Hinestrosa, y otros; especialmente al segundo, que en su Orfénica Lira se encuentran
las composiciones más célebres de los maestros Morales, Guerrero, Flecha, Lasso y Orlando. Y
en cuanto al género popular, ¿quién si no ellos son los que han tenido más parte en la producción
de esas boleras, fandangos, jotas, polos, seguidillas, tiranas y otros cantares que forman la
verdadera música popular y que son la envidia de las demás naciones?
Otra de las justísimas razones que tenemos para llamar la atención de los profesores y
particularmente del gobierno, sobre la conveniencia y grande utilidad que resultaría de establecer
en el Conservatorio la enseñanza de la guitarra, es la afición que a la zarzuela se va desarrollando
en España. Los argumentos de esta composición lírico-dramática, sacados en su mayor parte de
nuestras costumbres populares, han de exigir muchas veces la cooperación de la guitarra, si es
que han de representarse con verdad las escenas de salón de los pasados siglos.
Los tenores, los barítonos, y aún las mismas damas de canto, convendría que
aprendieran a acompañarse las lindas canciones que para zarzuela de costumbres pudieran
componer los maestros Barbieri y Gaztambide y demás jóvenes que hoy ilustran nuestra escena
lírica.
Juzgamos, por tanto, no sólo cuestión de interés nacional, sino de una conveniencia
innegable, el que la guitarra forme parte en la enseñanza musical de nuestro Conservatorio, y en
verdad, lo repetimos, no podemos explicar el por qué haya caído en este olvido un instrumento
que tanta importancia tiene en la historia musical de nuestra patria, cuando vemos en dicho
Conservatorio darse enseñanza de trombón, cornetín, y otros instrumentos de no grande
significación artística.
Apéndice 2. Selección de textos musicales de la prensa granadina 1125
Nuestros lectores comprenderán que para decirse eso de la guitarra es preciso oírla tocar
a los señores D. Antonio Cano y D. Julián Arcas, dignísimos sucesores de los célebres maestros
citados arriba, y en nada inferiores a los mejores de ellos. ¡Qué ternura, qué delicadeza, que
expresión en sus fantasías y caprichos! ¡Qué melodías, qué combinación de sonidos en la jota
aragonesa!
1126 María Belén Vargas Liñán
¿Quién no ha oído con delicia aquellos trémolos, aquellos sonidos, ora vibrantes, ora
apagados, ora flauteados, aquella arpegiatura que, a manera de lluvia de oro, se desprendía de
los dedos del artistas? Los que desdeñan ese instrumento, porque acaso no lo han oído tocar bien,
debieran haber visto y presenciado el indefinible y mágico afecto que le hace producir el señor
Cano. Nosotros no podemos menos de congratularnos al ver que la segunda Isabel ha dado en su
regia morada ocasión a ese artista de lucir su bien conocida habilidad en un instrumento tan
difícil, y tan digno y capaz de alternar, cuando es pulsado como él lo pulsa, con los instrumentos
más aristocráticos.
¿Cómo se mira entre nosotros con indiferencia lo que dice relación a la guitarra? Su
propagación y enseñanza es cuestión de arte y de interés nacional, y desgraciadamente no vemos
que se piense en eso. En el Conservatorio se enseña a tocar instrumentos, tales como el trombón
y el cornetín, de muy escasa significación artística, y nadie se acuerda de ese otro, cuando
precisamente es el único en que nuestro artistas han sobresalido constantemente sobre los
extranjeros, sin que un solo de estos haya podido medir sus fuerzas con algunos de los que arriba
hemos nombrado, siendo así que en otros géneros de música distintos nos disputan la primacía, y
en algunos de ellos la obtienen. Tal desdén hacia la guitarra en un país que debiera mirarla como
uno de sus instrumentos más predilectos, es a nuestros ojos tanto más inconcebible, cuando
cultivándose con tanta afición la zarzuela, debiera por lo menos mirarse a aquella como una de
sus más naturales y obligadas derivaciones. ¿qué papel no podría jugar en las escenas populares
de nuestro melodrama nacional? ¿Tan pronto se ha olvidado la manera como nuestro insigne
Manuel García salvaba sus operetas acompañando, ya con el rasgueado, ya con el punteado de la
guitarra, los polos, las tiranas y demás canciones verdaderamente españolas que hacían las
delicias de nuestros padres? ¿Por qué no explotan ese instrumento los Barbieri, los Gaztambide y
tantos otros inspirados jóvenes como hoy ilustran nuestra escena lírica? ¿Por qué el
Conservatorio de música tiene cátedra de trombón y no la tiene de guitarra, teniendo como
tenemos maestros que podían enseñarla como el señor Cano?
Apéndice 2. Selección de textos musicales de la prensa granadina 1127
No necesita en verdad de nuestro humilde voto este célebre spartito para obtener gran
boga en el mundo musical; ni es del caso repetir aquí lo que tantos otros menos profanos han
dicho de su mérito. Compuesto para la Pasta y la Grissi [Grisi], para Doncelli [Donzelli] y
Negrino [Negrini], fue aplaudida con estrépito desde su aparición y aún conserva su prestigio
como todas las obras maestras, inútilmente combatidas por la moda.
En Granada, entre el escogido círculo que concurre al teatro, se esperaba con ansiedad
su primera representación y ya se saboreaban con anticipación los aficionados recordando los
triunfos de la señora Villó en el papel de Norma, y escogiendo los trozos en que más brillarían la
señorita Máiquez y el señor Aparicio. Desgraciadamente volaron muchas de estas ilusiones y
otras se tornaron en amargo desengaño. La Norma es una ópera cuya música no consiente
adornos de ninguna especie, la sublimidad de sus cantos consiste en la sencillez, en lo bien
dispuesto de la melodía. Un edificio recargado de extraños follajes no es tan agradable, ni tan
bello como una columna solitaria, como una cruz tosca en medio de un paisaje sombrío, a la luz
de la luna y en la callada soledad.
Los maestros no toleran tan poco estas licencias, estas correcciones a su obra, colocan
oportunamente las fermatas y los calderones para que los cantantes hagan alarde de sus
facultades, de su gusto y afinación y no permiten que en otra parte se alteren sus armonías.
Tampoco quisiéramos que fuesen tan frecuentes los transportes de puntos enteros, porque pierde
la inspiración su claro-oscuro y queda más fría, más descolorida. Hechas estas ligeras
observaciones, que convendría se tuviesen en cuenta, pasaremos a la ejecución en la noche del
nueve.
Dicen algunos que la señora Villó ha cantado en otras ocasiones esta parte con un
timbre de voz más argentino, con mayor facilidad; pero nosotros la encontramos bien, algunas
veces admirable y digna de los nutridos aplausos que coronaron sus esfuerzos. Después hemos
sabido que su salud estaba muy quebrantada y esto realza más su elogio.
1128 María Belén Vargas Liñán
La señorita Máiquez (Adalgisa) conserva todavía algún temor y domina mejor las
armonías, que la escena. Ignoramos el motivo de esta desconfianza: esta noche tal vez se debería
al poco tiempo en que se había visto precisada a estudiar su parte. A pesar de todo cantó con
afinación y fue aplaudida al par que la señora Cristina [Villó].
El señor Aparicio, más feliz que nunca, dijo bien su cavatina E’ieneco [Meco] all’altar
di Venere y en el andante sostenido del dúo con la tiple Ah! Troppo tardi L’ho conosciuta,
expresó tan bien aquel grito de sincero arrepentimiento, de gratitud y de amor que mereció un
espontáneo y robusto aplauso.
Becerra es muy aplicado y tiene buena voz, desempeñaba el papel de Oroveso y agradó
en el aria coreada del 2.º acto cuyo principio no recordamos.
La orquesta tiene acreditado que es una de las mejores de España, si no bastaría haber
oído la Norma.
Los coros, tal cual, las decoraciones, los trajes y el aparato escénico, no se pueden dar
peores.
Apéndice 2. Selección de textos musicales de la prensa granadina 1129
Heme aquí, amados lectores, dispuesto a habérmelas con dos meses, cuyo solo recuerdo
hace brotar de mi frente un sudor copioso.
¡Agosto! Ese Etna de treinta y una erupciones, a quien tuvo el mal gusto de dar su
nombre todo un emperador, nos ha carbonizado de una manera deliciosa, y gracias que no ha
hecho de Granada una segunda edición de Pompeya y Herculano.
¡Setiembre! Digno sucesor de Agosto; ese Vesubio disfrazado, vino a probarnos con sus
candentes manifestaciones que siempre es mejor malo conocido, que bueno por conocer, y que
ha pasado ya a la categoría de axioma aquello de otro vendrá que bueno me hará.
Pero si en Agosto nos carbonizamos y en Setiembre nos derretimos, quédanos la
esperanza en cambio de que en Octubre, a juzgar por las muestras, tendremos el placer de
convertirnos en carámbanos.
Siempre son agradables las transiciones, y deliciosas si son violentas.
Pero en tanto que llega tan grato momento, protestemos de los abusos de Agosto y de
los desafueros de Setiembre, consignándolos en caracteres gruesos para transmitirlos a la
posterioridad, como patrón de su ignominia.
Baco, Neptuno y Marte han sido los ministros responsables de los nunca
suficientemente ponderados meses cuya historia vamos a trazar: dime con quién andas, te diré
quién eres.
Elucubraciones pedestres de los porta-mosto humanos, aforadores perpetuos y
universales de la especie, han venido a probarnos que para ciertas gentes no hay ni puede haber
otra lógica que la del acebuche, y que aún ésta es ineficaz mientras no domine un principio de
previsión, moralidad e instrucción, lo cual dista tanto de la mente de los que se apellidan
1130 María Belén Vargas Liñán
apóstoles del progreso material e intelectual, como la sinceridad dista de la manifestación de sus
teorías. Vergüenza, indignación y dolor causan, por Dios, esas escenas repugnantes a que el
abuso de la embriaguez da ocasión cada día y cada hora, a la clara luz del sol, en el seno de una
sociedad ilustrada, y en la mitad del tan decantado siglo XIX! El vicio que domina aún a una
parte respetable de nuestro pueblo, consume en pocos momentos el exiguo fruto de muchos días
de afanes, la escasa fortuna de multitud de familias desgraciadas que arrastran en el dolor, la
miseria y la desesperación una penosa y azarada existencia; él, alzándose cínico y potente sobre
nuestra decrépita sociedad, es la negación palpitante y viva de la perfectibilidad con que,
soberbios y jactanciosos, pretendemos encubrir los vicios de su constitución; él, salpicando de
lodo la venerada estatua de la moderna civilización, al agitarse en su inmundo trono, mancha las
sagradas conquistas que hace cada día la inteligencia en la gloriosa senda que ha de conducirnos
al suspirado término, al fin que se proponen los verdaderos amantes de la humanidad; él, por
último, precedido por la desvergüenza, acompañado del desvarío y seguido de cerca por el
crimen, es el germen maldito de todos los males, la causa primera de esos actos de atroz barbarie
que prueban la ferocidad del hombre y de todo lo que es capaz cuando carece de educación;
cuando no tiene la conciencia del bien y del mal; cuando no profesa amor a sus semejantes;
cuando desconoce las nociones de los principios religiosos, base segura de toda sociedad bien
constituida; cuando escarnece la ley, y en fin, cuando da al olvido lo que a sí y a los demás debe.
Pero hemos herido sin pensarlo las cuerdas doradas de la sentimental y aristocrática
arpa, cuando nos habíamos propuesto rascar simplemente las prosaicas fibras del democrático
guitarro. Porque, en verdad, hechos tan en armonía con nuestro estado social, tan poco
alarmantes por lo frecuentes, y tan sancionados por la costumbre y la imprevisión, no merecen la
pena de que nos sublimemos.
Así, pues, amparados con el para-caídas de la conformidad, y con auxilio también del
balancín que la experiencia ha servido poner en nuestras manos, dejémosnos caer de un golpe de
la altura a que nos habíamos remontado, hasta ponernos al nivel del diminuto Almanaque del
arzobispado de Granada y obispados de Guadix y Almería para el año de 1859, si hemos de
enumerar las proezas de Agosto y Setiembre.
Un asesinato horrible en la puerta de una taberna, a las nueve de la mañana y en el
punto más céntrico de la capital; una segunda edición de este hecho corregida por el agresor en
las inmediaciones de la plazuela del Correo Viejo; varios, muchos proyectos de homicidio
consignados con sangre en la continua y repugnante historia del crimen; un incendio que, según
dicen, olía desde un principio a chamusquina; un desbordamiento del río Darro, que dejó
convertidas en ídenes las calles y casas inmediatas a su trayecto; muchas tormentas secas; no
pocas tronadas húmedas; un terremoto o dos; un infanticidio oculto bajo un puchero; un suicidio
consumado por medio de los fósforos, han sido los principales actos característicos del mes de
Agosto.
Aunque no tan fecundo en accidentes desagradables, como su antecesor, el mes de
Setiembre nos ha obsequiado también con un ataque nervioso de la tierra, que nos expuso a
Apéndice 2. Selección de textos musicales de la prensa granadina 1131
perder el equilibrio y a aplastarnos las narices; con un incendio cuyas consecuencias habrían sido
fatales, a no haber acudido con la prontitud que acostumbra el distinguido Cuerpo de Zapadores
Bomberos de esta ciudad; con el suicidio de un sargento de cazadores; con una corrida de toros,
en que, ¡horror! ¡terror! ¡furor! ¡fue coronado el Tato!!!!! Con la exposición de un gabinete de
figuras de cera, que ya; y por último, con la inauguración de las ferias, que Dios confunda, y
entre ellas la de San Miguel, cuya celebración en el presente año ha ofrecido la circunstancia
fenomenal de no haber sido turbada con la perpetración de un crimen de los que le son inherentes
desde su fundación, ni con otro suceso trágico, merced a las acertadas disposiciones adoptadas
previamente por el señor teniente del cuartel, don José Uribe, y a su constante permanencia en el
cerro [de la Oliva], donde con los dependientes municipales que se hallaban a sus órdenes
recorría sin cesar los parajes más concurridos, transigiendo con prudente acierto toda cuestión de
honra provocada por el mosto, hasta obtener el resultado satisfactorio de que dicho señor puede
envanecerse y por el que Granada, con nosotros, le da el más cumplido parabién, pues puso,
como suele decirse, una pica en Flandes.
Otro de los sucesos desagradables del mes de Setiembre, ha sido la aparición de La
Semana, siquiera porque ha venido a imponernos la obligación penosa de escribir, que para el
que no sabe ni le agrada, es una obra de romanos; y si se añade a esto, teniendo en cuenta nuestro
carácter, las exigencias de los cajistas, que no convienen con nosotros en que todo debe dejarse
para última hora, se comprenderá nuestro disgusto semanal al ocuparnos en tareas agradables
cuando significan simples caprichos, e intolerables cuando pasan a la categoría de obligación.
Por lo demás, Agosto y Setiembre tienen algo bueno de que envanecerse.
Después de más de un año de ausencia, ha regresado a Granada su hijo adoptivo, el
eminente artista, el incomparable Ronconi; su permanencia en esta ciudad se prolongará
felizmente y se revelará, como siempre, por esos frecuentes actos de verdadera caridad cristiana
que ciñen a su frente una corona de tanto precio y tan inestimable valor, como la que le tiene
conquistada su genio artístico.
También, y aunque por poco tiempo, ha bebido las [ag]uas de Genil y Darro, mezcladas
con las lágrimas de un farmacéutico buen mozo, nuestro querido amigo y compañero que fue de
trabajos y sustos, el distinguido publicista D. Pedro Antonio de Alarcón.
Hoy se halla aún entre nosotros, y quizá en este momento le encuentren ustedes
perorando en el café del Comercio, en compañía de un excelente artista barbudo y un anticuario
pacífico, otro amigo que también queremos mucho, porque es mucho lo que vale: el Sr. D. José
de Castro y Serrano, reside hoy en Granada, su patria, descansando de sus continuas tareas para
volver a Madrid a continuarlas con el éxito que justifica el buen nombre de que goza en los
círculos más respetables por su ciencia y alta reputación literaria; compartiendo el tiempo entre
aquellas y las menos gratas, pero no menos dignas, que le proporciona el puesto distinguido que
ocupa en una de las primeras dependencias del Estado.
Y como el de esta revista se va ya haciendo interesante, y como sus proporciones son
tan exageradas cual conviene a todo lo detestable, vamos a concluirla a paso de Luchana.
1132 María Belén Vargas Liñán
El estado en que nuestro teatro se encontraba, exigía una reforma completa, y así se ha
hecho. Se han construido butacas para las señoras en la galería alta; se han pintado todas las
localidades, sustituyendo con un papel claro el encarnado que cubría sus muros; se ha suprimido
el abultado miriñaque conocido con el nombre de lucerna, estableciendo un alumbrado más
sencillo y cómodo, por el sistema de candelabros; se ha revocado la pintura del cielo raso de la
platea general, en cuya obra ha lucido el señor Montesinos sus excelentes facultades artísticas; se
ha construido un nuevo telón de boca, que también favorece al mencionado artista; se ha
procurado, en fin, por la celosa y activa comisión municipal de teatros, satisfacer otras muchas
necesidades e introducir diferentes reformas y mejoras, que si no tan visibles como las
anteriores, contribuyan con ellas al decoro y a la comodidad que al público se deben. Los
apreciables artistas, señores Montesinos, Bueso y Calvo, han secundado con el mayor acierto el
propósito de la comisión en la parte que les era respectiva 6.
Con las lluvias de otoño, quedó desierta la Carrera [del Genil]; el teatro, los cafés y las
reuniones particulares, son hoy los puntos a donde afluyen nuestras hermosas y nuestros feos; y
yo que soy el jefe de ellos, termino la revista y me voy con la música a otra parte.
6
Conocemos las ilustraciones firmadas por Bueso en El Álbum Granadino de 1856, sin embargo
no hemos podido documentar la labor de Montesinos y Calvo en otros ámbitos profesionales u obras
artísticas realizadas en esos años.
Apéndice 2. Selección de textos musicales de la prensa granadina 1133
periodismo en Granada desde 1764, nos explicamos así: «La era novísima de los periódicos
literarios de Granada se inauguró indudablemente con la venida, tan dichosa como inesperada,
del Sr. Romea y la Sra. Díez a nuestro teatro. Saludóles nuestra juventud con un grito de
alborozo y entusiasmo justísimo, y eligiendo para hablarles el idioma digno de los dioses,
prefirió expresar sus sentimiento en poesías, más o menos acabadas pero todas llenas de vida y
de ilusiones. No fueron perdidas las esperanzas que hicieron formar estas muestras inusitadas: el
año que siguió a la llegada del Sr. Romea fue sumamente feliz para las letras granadinas; y
pudiera decirse que aquel distinguido poeta e inimitable actor dejó dos monumentos a cual más
honroso para él mismo: el de Isidoro Máiquez y el impulso dado a nuestra literatura provincial.
Creóse a poco una sociedad literaria [la Asociación Literaria y Patriótica (1838-1839)] que
reunió en su seno a todos los hombres notables de esta capital y empezó la publicación de La
Alhambra, el periódico en que, fuera de sus imperfecciones, se han impreso mejores artículos, y
cuya vida ha sido más larga. El establecimiento del Museo [de pinturas] dio la ocasión al Sr.
Castro y Orozco para redactar su excelente Memoria sobre las bellas artes de Granada, y a los
Sres. Valenzuela, [Aureliano] Fernández-Guerra y Salido (como también a nosotros), para
escribir poesías alusivas al mismo grandioso objeto; siendo ésta una de las circunstancias en las
que con mayor oportunidad leyeron los autores al público sus obras. No tardó mucho en quedar
constituido el Liceo, y sus frecuentes sesiones de competencia proporcionaron a los literatos
granadinos, y a muchos transeúntes, la libertad de hacerse oír en una sociedad escogida y
numerosa. El impulso estada dado: el pensamiento de ilustración y gloria llegó a radicarse; y si
aquel movimiento se paralizó al fin y aquella idea fue menos fecunda de lo que se debía esperar,
no tuvieron la culpa los que trabajaron con tanto esmero y vencieron tantos inconvenientes» 7.
Ni una palabra hay que alterar en esto que dijimos entonces. Si nuestro objeto fuese
hacer la historia del periodismo en Granada, recordaríamos los muchos periódicos que a La
Alhambra siguieron: El Albaicín, La Tarántula, El Genil, El Grito de Granada, La Campana de
la Vela, El Abencerraje, El Pasatiempo (inaugurado por Zorrilla), La Distracción, El Jueves, La
Esmeralda, El Capricho, El Álbum Granadino, La Revista Literaria, El Granadino, El Corre-ve-
dile, Glorias Granadinas, El Despavilador [sic], La Catalineta, El Diablo, El Palco, El
Intermitente, El Intermedio, La Gacetilla Granadina, El Progreso, El Eco de la Libertad, La
Redención, El Mensajero, La Constancia, El Eco de Occidente y algún otro. Pero nótese bien
que siempre ha sido menester un generoso impulso, un estímulo grande, un compromiso
poderoso para hacer que Granada tenga la vida literaria, que si es natural aquí, ni es espontánea
de suyo, ni ofrece condiciones de estabilidad, ni cuenta con porvenir alguno que facilite su
legítimo desarrollo. De Granada, más que de otras provincias, han salido en todos tiempos
hombres eminentes, y las letras españolas se pueden ufanar contando como a sus hijos
predilectos a los naturales de esta hermosa parte de Andalucía; mas por consecuencia de la fuerte
7
LUNGADÉ [Nicolás de PASO Y DELGADO]: «Un periódico de literatura en Granada», El
Capricho, n.º 1 (16-10-1846), pág. 2.
Apéndice 2. Selección de textos musicales de la prensa granadina 1135
atracción de la Corte, cuyas ventajas son harto discutibles, apenas ha florecido en nuestro suelo
uno de esos árboles privilegiados cuyos frutos sazonados y abundantes están destinados para
servir de alimento a la inteligencia universal, cuando los vientos de la ambición, del favor y a
veces de las rivalidades y la envidia, le han trasplantado a Madrid, si no le han conducido a
países extranjeros. Véase por lo que se requiere una excitación grande para animar en Granada a
las artes y a la literatura. En vano ha sido formar en 1846 una Sociedad [Literaria] de Amigos
[de la revista El Capricho], de carácter puramente literario, que nos honró con su presidencia; en
vano, instalar en 1847 la Sociedad Literaria y Artística (después Liceo) de que se nos declaró
fundador, pues en verdad nos debe haber nacido; en vano, demostrar una y cien veces en sus
brillantes sesiones de competencia, en sus amenas sesiones de literatura, en sus notabilísimos
juegos florales y en las instructivas conferencias de su Academia, celosísimamente dirigida por
el digno jurisconsulto Sr. [Salvador] Andreo Dampierre, que el genio de Granada no se aduerme
aspirando el embriagador aroma de sus flores, ni se entumece al contacto de los hielos de su
Sierra-Nevada; en vano ha sido, en fin, abrir a los artistas repetidas exposiciones públicas y
decorosas en las hoy desusadas del Liceo, en la intentada y no seguida de la Plaza del Corpus, en
las lucidas de la Sociedad Económica de Amigos del País; en vano todo, porque causas más
generales, de funesto prestigio y derivadas de otras que traen origen de principios de más
elevado orden, influyen tristemente para que nuestro siglo sea lo que dijo un poeta español en
estas o semejantes palabras:
Raza imbécil
Gárrula eleva efímeros escombros
Nunca más que a la altura de sus hombres
Nunca más que a su rápido existir.
Y sin fe el corazón, sin cielo el alma,
Tímido y bajo de su mente el vuelo
Sólo a elevarse débil sobre el suelo
El humo de su ciencia hace servir.
Texto 10. E. R.: «Folletín. Revista musical: Martirio Arroyo», La Idea, 2.ª
época, año 3, n.º 15 (2-6-1870), págs. 1-3.
Nobleza obliga, era de antiguo una de esas frases consideradas como verdades
incontrovertibles que el tiempo se ha encargado de desmentir, y que el buen sentido ha sustituido
con otra más propia de la época que alcanzamos, igualmente aplicable a los de noble alcurnia
que a los modestos hijos del pueblo, a los que en soberbios palacios habitan que a los que en
humilde choza tienen su morada.
Promesa obliga es la frase a que aludimos, y tan obligados nos tiene en verdad la que al
reseñar la reunión del Liceo del día 14 de Mayo último, hicimos a nuestros abonados, ofreciendo
ocuparnos detenida y especialmente de las condiciones artísticas que posee en el canto nuestra
bellísima y simpática paisana Martirio Arroyo, que con justicia la han hecho adquirir merecida y
envidiable fama; tan obligados, decimos, nos vemos por aquella promesa reiterada en el número
13 de La Idea, que aunque hechas una y otra en momentos de entusiasmo, fuertemente
impresionados al acabar de oír a tan eminente aficionada, circunstancia que, bien mirado, casi
podía dispensarnos de cumplirla, dedicamos esta revista a tan interesante asunto, aún a trueque
de poner de manifiesto nuestra incompetencia: que una y otra cosa merecen el público para quien
escribimos, y el atrevimiento, siquiera fuese impremeditado, de ofrecer lo que en buenos
términos no se podía cumplir.
¿Qué dilletante hay en Granada que no conozca a Martirio Arroyo? Quién que se
entusiasme por el arte divino, que no corra presuroso al Liceo en las noches que toma parte la
bella aficionada en los conciertos de tan amena sociedad? Martirio Arroyo canta, se dice, y esta
noticia, circulando como chispa eléctrica por Granada, enloquece a sus amateurs y decide aún a
los indiferentes a proporcionarse el medio de oírla. Y es que el inteligente público que asiste a
1138 María Belén Vargas Liñán
estas petites soirés adivina el genio de la artistas en la aficionada que con natural modestia se
presenta a lucir sus dotes en los salones del Liceo.
Para nosotros es, en efecto, martirio Arroyo una de esas naturalezas privilegiadas
nacidas para el arte. Muy joven todavía, pues cuenta sólo veinte años, y llevando apenas cuatro
dedicada a estudiar el canto, ha conseguido en tan corto tiempo salvar todas las dificultad en que
las aficionadas se estacionan tras largos y penosos estudios, y penetrar en el santuario del arte,
cuyo umbrales sólo a las especialidades les es dado salvar.
Su voz de soprano, de bastante cuerpo, es fresca, de un timbre agradable, de mucha
extensión y muy igual en todos los registros, pasando con una facilidad y perfección admirables
del primer registro al de notas medias, y de éste al de cabeza, circunstancia que demuestra esa
aptitud natural que no puede adquirirse con el estudio.
Su estilo de canto es puro y correcto, su afinación irreprochable y la flexibilidad de su
garganta es tal, que puede plegarla a la ejecución de todo género de dificultades, desde los saltos
de voz más arriesgados, que ejecuta con rara seguridad, hasta los trinos prolongados que alternan
en crescendo y diminuendo; desde las escalas diatónicas y cromáticas que recorre con delicada
rapidez, hasta las notas sostenidos que modulan al canto terminando en un filo di voce.
Con igual brillantez interpreta la música de Rossini que la de Donizetti, la de Bellini que
la de Verdi, y esta cualidad sólo es explica por la especialísima facultad que posee de cantar con
gran facilidad a mezza voce en toda la extensión de su voz.
Frasea admirablemente y el acento de su voz está impregnado de ese sentimiento
artístico, de esa emoción nacida del alma, que sólo experimentándola se puede transmitir al
público.
Es, en fin, una verdadera poetisa cuyo lenguaje es la música.
La primera pieza que oímos cantar a Martirio Arroyo fue el rondó de Lucia, sublime
producción del inmortal Donizetti, y la facilidad y maestría con que la vimos interpretar y vencer
las dificultades que se presentan al expresar con rapidez transacciones del género melódico al
Apéndice 2. Selección de textos musicales de la prensa granadina 1139
dramático y de este al de ejecución, los diversos sentimiento propios de la locura, nos hicieron
adivinar en ella esa poderosa intuición artística hija del genio.
No es posible, no, decir con más verdad que Martirio lo hizo la frase del recitado «Qui
ricorriamo Edgardo a pie dill'ara», ni expresar el inimitable acento de dulce ternura el timbre de
voz lleno de poético sentimentalismo con que en el larguetto que precede al andante dice la frase
«Sparsa e dirose una armonia celeste, di, ¿non ascolti?».
El andante lo contó con gran corrección demostrando la mucha extensión de su voz, que
recorre rápidamente desde el si bemol de contralto hasta el do natural sobreagudo, ejecutando
además con admirable seguridad y pureza los trinos que, intercalados con las escalas, forman la
fermata.
En el recitativo, al pasar del andante a la cabaletta, dice con inimitable acento de
amarga desesperación la frase «¡Ah! vittima fue d'un crudel fratello» y la cabaletta que es a
nuestro juicio la parte más difícil del rondó, la cantó con gran facilidad, haciendo alarde en la
repetición de sus brillantes dotes de agilidad, introduciendo y ejecutando con rara seguridad
algunas variantes con delicadas fioritures y pasos arriesgados de escalas cromáticas alternadas
con otras de notas picadas. Estas variantes, de exquisito gusto, han sido compuestas
expresamente para nuestra bella aficionada por su inteligente profesor.
El wals de S. Venzano, es otra de las piezas en que hemos podido juzgar a Martirio, al
oírselo interpretar en la reunión que celebró el Liceo el día 14 de Mayo.
El bonito andante que le sirve de introducción, lo cantó con mucho acierto; pero los
honores fueron para el wals propiamente dicho, que es un precioso ejercicio de canto de gracia, y
en el género de agilidad un verdadero tour de force que fue, no obstante, cantado a verdadero
tiempo de wals, salvando con gran brillantez los arriesgadísimos pasos de que está erizado,
recorriendo las escalas diatónicas con depurada delicadeza, atacando las notas en los saltos de
voz con gran valentía y afirmación y ejecutando un trino de 16 compases, regulando los
crescendo y diminuendo con una perfección admirable.
La cavatina «Casta diva che in argenti...» es la última pieza que ha cantado en el Liceo,
y si alguna duda hubiéramos podido abrigar respecto a sus extraordinarias facultades artísticas
hubieran desaparecido al oírla interpretar tan admirablemente esta inspirada composición, gloria
la más legitima del Cisne de Palermo.
¡Qué manera de acentuar ese gran recitado, verdadera declamación notada! ¡Qué
valentía en la frase «E in franta cada!». ¡Con cuánta perfección dice el periodo «In paggine di
morte della superba Roma» hasta «e il sacro vischio io mieto!» Qué regulador más perfecto el
que al concluir ejecuta apianando hasta terminar en un filo di voce!
Todo este recitado, en el que hemos visto fracasar a más de una artista, lo dice de tal
manera que puede considerarse como un modelo de vocalización.
1140 María Belén Vargas Liñán
El andante, que es una verdadera plegaria, lo cantó a mezza voce, con verdadero
sentimiento artístico, voz fresca y esa entonación dulce y severa, amoldada a su carácter
eminentemente religioso, que aleja toda exagerada expresión propia de pasiones y afectos
violentos; ejecutando al final con admirable perfección los dificilísimos pasos de agilidad con
que termina, y una bella fermata de bastante novedad, compuesta expresamente para Martirio por
su entendido profesor, en la que se distinguió principalmente al atacar los sonido stacattos en el
extremo de la voz, que llegó hasta el do natural sobreagudo.
En la repetición de la cabaletta, que cantó con gran valentía nos hizo oír una porción de
graciosas y difíciles variantes de escalas cromáticas y notas picadas que bordó con pasmosa y
delicada habilidad.
Casta diva es como antes hemos manifestado una de esas piezas completas en la que se
hallan reunidas todas las inmensas y variadas dificultades del arte de cantar. Su interpretación es,
pues, suficiente para poder juzgar el mérito de una artista, y si ya nuestro juicio respecto a las
dotes de Martirio no se hubiera formado al oírla en el rondó de Lucia y el wals de Venzano, la
brillante interpretación dada a Casta Diva nos hubiera decidido a considerarla y proclamarla
verdadera artistas, destinada a dar días de gloria al arte lírico, especialmente si se dedica con
preferencia la género melódico, en el que según nuestro criterio tiene su porvenir.
Si sólo a nuestro egoísmo atendiéramos no daríamos a nuestra bellísima paisana el
desinteresado consejo con que vamos a terminar esta ya pesada revista.
En nuestro concepto, para el genio y el arte nada hay imposible, y puesto que el primero
lo posee y en el segundo ha adquirido, gracias a una acertada dirección, cuanto en la esfera de
aficionada es posible adquirir, y aún mucho más, desecha rancias preocupaciones, sacrifique
algún tiempo al estudio de buenos modelos y al de la escena dramática como complemento de su
educación artística, y láncese a la escena lírica, en lo que nosotros le auguramos brillantes y
legítimos triunfos.
No seríamos justos si al terminar esta pálida reseña dejáramos de hacer mención especial
del profesor D. Baltasar Mira, a quien en tanta parte alcanza los triunfos de su discípula, que aún
con las mejores dotes naturales, no habiendo salido de Granada ni estudiado buenos modelos, no
es posible alcanzar el grado de perfección a que ha llegado Martirio sin la inteligente y esmerada
dirección que en el Sr. Mira reconocemos.
Apéndice 2. Selección de textos musicales de la prensa granadina 1141
Texto 11. Nicolás de Roda: «Me voy al Liceo», La Alhambra, tomo 2, n.º 41
(22-3-1840), págs. 492-494.
Con todas estas figuraciones, podéis figuraos si yo tuve razón, no digo para ir al
cementerio, sino para enterrarme vivo en la primera sepultura que encontrara abierta.
Justificado para con mis lectores por esta sencilla y verídica narración, veamos si
encuentro algo con qué pasar el rato, para que lo pasen después con lo que yo diga; porque
mientras yo murmuro en general y sin aplicación ninguna, me malicio que murmurará de mí en
particular. Es un cambio que hacemos, y como buenos gitanos no sabemos quién ganará en él: en
la vida todo se cambia; unos dan amor verdadero para que los engañen y les paguen con la
moneda falsa de mentirosa correspondencia; otros toman amistad y da ingratitud; otros quieren
engañar a la sociedad y se engañan a sí mismos; de modo que en este mundo, el mejor de los
posibles, todo es mentira, o lo que es lo mismo, todos nos engañamos unos a otros. Yo mismo os
doy este artículo como de algún valor, porque si no lo creyera así no lo daría, y vosotros lo
calificaréis de malo como sin duda merece.
Como soy tan melancólico y he visto desaparecer una a una todas las ilusiones de mi
vida, no me ha quedado más que el arbusto seco y sin ramas de la realidad, que ni aún sombras
puede dar al viajero. Quizá cuando pinto, mis colores sean fuerte: no echarme a mí la culpa; para
retratar la verdad es preciso hacerlo así. De otro modo me creeríais engañoso y por todo quiero
pasar menor por embustero. Hay tantos que mientan por mí, que bien puedo yo excusarme de
hacerlo. Creo que habrá mucho equilibrio en mi artículo entre el preámbulo y el fondo; pero, qué
importa! lo hay en alguna cosa? las excepciones no me gustan en nada ni aún en favor mío.
En Granada parece que no hay vida para los hombres sino en el Liceo. Allí se enseña y
se aprende; se leen todos los periódicos; se pinta, se canta: hay algo, entre los de más confianza,
de sabrosa crónica; una sincera amistad une a algunos de sus individuos; y el alma, como que se
ensancha en este dulce comercio de la vida: parece, cuando nos hallamos en él, que salimos de la
cárcel o de caminos tan escabrosos como son nuestras calles; en las que está el ciudadano
expuesto a romperse mil veces al día las piernas pues que son un precipicio continuado como la
vida del hombre. ¡Qué de agujeros en el suelo! qué de rejas saliéndose de las paredes queriendo
agarrar al primero que pase! Muy buenas para amantes; pero muy malas para el infeliz que tiene
que andar de noche por las calles; y mucho más si el calendario trae escrito: luna. Aunque llueva,
truene y así haya luna como bien para los españoles, de seguro no habrá luces. Somos tan
creyentes, que por nada dudamos de lo que determinó el criador.
Pues no andemos por las calles. Por qué no vamos al paseo? Es tan repetido este drama!
Siempre las mismas personas, las mismas cosas y acciones el mismo desenlace. Estoy seguro de
que el que haya ido un día de fiesta al paseo, puede decir que ha ido siempre. Y digo día de fiesta
porque en los demás no va nadie. «Juanita trae el mismo vestido del domingo anterior; el mes
que viene se casa Dolorcitas; ¡y qué buena boda! Han dado en decir que es tan guapa! Yo no la
encuentro así». Aunque la infeliz no se haya peleado nunca y sea una cordera. «Antonio está de
monos con su querida pues no se miran». Aquí un elegante que se puso los adornos al espejo, y
por nada deja su postura. Allí una necia que cada domingo cree haber enamorado a ciento y
pasan cien domingos sin que ninguno se llegue a ella. Nada, nada, monotonía, fastidio: el paseo
Apéndice 2. Selección de textos musicales de la prensa granadina 1143
siempre hace volver al Liceo. Pues vamos a una tertulia de gran tono; donde es preciso adornarse
de la misma manera que se pudiera hacer para ir a una concurrencia nueva, y donde hay siempre
los mismos y las mismas, que saben el que se desayunó chanfaina, el que comió coles, quien
debe lo que trae puesto, el origen de todos. Aquí se canta y se baile; una etiqueta fastidiosa
preside comúnmente estas reuniones.
Me voy a una de medio pelo. Aquí todo varía enteramente. Lo primer que V. ve, es que
no se ve; es decir, que no hay luz. El novio al lado de la novia, bien separaditos de los demás
para no contagiarse. El oficio de esta reunión casi todo el tiempo que dura, es murmurar; a no ser
que la niña de la casa le estropee a V. alguna cancioncita, o le toque algunas variaciones a la
guitarra; que variaciones son ellas, según lo que le hacen a V. variar de gusto por la música. El
primer día se apaga la luz por la sencilla causa de no haber aceite; el segundo se pierde el dinero
jugando o se lo piden a V. prestado: el tercero o hay una de chismes que arde el tasco, o le dicen
a V. ¿cuándo se casa con la niña? Nada, no quiero tertulias.
Me voy al café. Qué ruido! qué hacen esos para alborotar tanto? Unen fichas a fichas,
juntan ladrillitos pequeño ya que no pueden juntar ideas. No conocen que incomodan a todos?
Por qué no hablan y gozan del dulce comercio de la vida? Por qué no murmuran en un país
donde hay tanto motivo para hacerlo como yo por ejemplo? En este maldito juego del dominó ni
trabaja el entendimiento ni la voluntad: parece que le hombre cuando juega es materia neta. Me
voy de aquí; quién puede sufrir este ruido!
A mi casa y a estudiar. No he visto ningún libro que haya libertado al hombre de sus
pasiones, de un pícaro, de una coqueta, en una palabra, de sí mismo. Los libros nada han
enseñado al hombre para su bien: después de haber estudiado toda la vida sabe que no sabe nada.
Un gran filósofo lo ha dicho; Voltaire: el saber, la filosofía y la Virtud, no valen nada contra las
pasiones.
Me voy al teatro. Será preciso refugiarse a un templo de dioses para libertarse de los
hombres? Además de que según va el teatro pronto será una taberna. Gritos, bufonadas, fumar,
todo se permite en el teatro; y muchas noches ni aún puede oírse a los actores. Aquí uno habla
con otro o se anticipa en los versos que deben oírse del actor para hacer ostentación de saber, y
dice griyos, en vez de grillos; allí otro hace señas a su querida; más allá sale aquel cien veces, y
en la mejor escena, y la más interesante, un niño llora en la cazuela y acaba con todas las
ilusiones, porque su madre no quiere ni dejar de traerlo, ni perder la diversión; y aunque fastidie
hasta a la España que está pintada en el telón de boca, se divierte ella y esto basta.
Pues me voy a cazar al campo. Nunca he sido aficionado a cazar, sino alguna que otra
ganguilla; y ni aún esto me gusta ya. Soy en este punto de la opinión del que dice: que el campo
para los brutos, el aire para las aves, no de rapiña; porque estas se han venido ya a poblado; el
mar para los peces y el pueblo para los hombres. Además de que la caza tiene los inconvenientes
del frío, del calor, de que no hay allí mujeres, que aunque dejen a uno más frío que la nieve y den
más tabardillo s que se pueden tomar en el campo en el mes de Julio, no sé lo que tienen que
1144 María Belén Vargas Liñán
siempre me gustan. En una palabra creo mucho más racional comerme la caza en mi casa, que ir
a buscarla al campo.
Me voy al Liceo: al Liceo, donde no hay peligro de romperse las piernas, ni tertulias, ni
ruido de dominó, ni quien interrumpa e incomode como en el teatro, ni molestia como en la caza.
Me voy al Liceo: estoy decidido, a no ser que alguna señora me necesite, que en este caso, los de
la Alpujarra somos muy galantes y todo yo estoy a su disposición.
Apéndice 2. Selección de textos musicales de la prensa granadina 1145
La noche del jueves 10 del actual se puso en escena este drama en nuestro coliseo, a
beneficio de la señorita doña Antonia Valero.
El drama es bellísimo desde el principio hasta el fin; digno de la pluma del Sr. D.
Eulogio Florentino Sanz, quien, después de haber escrito el Quevedo, no debía dar a luz otra
obra, que no fuera tan buena como Achaques de la vejez.
Buena, volvemos a decir, en la esencia, buena en la forma, buena en cualquier sentido
que se la analice. Sencillez, verosimilitud, verdad, moralidad, ejemplo, grandeza en los hechos,
corrección, pureza, elegancia, entonación, sentimiento y naturalidad en la expresión de ellos.
Excelentes tipos bien delineados, oportunamente contrastados, tales como cada día, cada hora,
cada momento aparecen en la comedia humana, en este drama social que todos representamos,
que sentimos todos y cuyos dolores y contrariedades hieren nuestro corazón, encanecen nuestros
cabellos y matan nuestro ser.
No entramos en la exposición detallada de la obra del Sr. Florentino Sanz, porque
disponemos de poco espacio; porque ya el público la conoce, y, sobre todo, porque no es ese
nuestro propósito.
Al hablar de esta producción dramática nos ha animado otro deseo, llevamos un objeto
más alto. El de pagar, como amantes de nuestras glorias literarias, una deuda de gratitud, un
tributo de admiración a los poetas españoles que dedican su inteligencia, su inspiración y su
nobles esfuerzos a obras de verdadera utilidad social, de estricta conciencia, de honroso porvenir
literario; sin alucinarse por la gloria efímera, por el falso resultado del momento, por la mezquina
especulación de lucro que el depravado gusto del último lustro viene prodigando a otros buenos
poetas también, pero menos escrupulosos, o más mal aconsejados en este concepto.
1146 María Belén Vargas Liñán
Y tú, lector, si te ríes al leerme, es que ya has muerto moralmente y empiezas a vivir
una vida negativa!...
Volviendo a el drama del Sr. Florentino Sanz diremos para concluir que nos ha gustado
mucho, muchísimo, que lo aplaudimos con toda nuestra alma, como se aplaude a una flor
rodeada de abrojos, a una fuente fresca y cristalina en medio del desierto ardiente; como a la luna
clara entre las nubes de la noche; como al canto de las aves en la soledad de los bosques
sombríos! ¡Como hemos aplaudido y aplaudiremos siempre todas las obras de tamaña
importancia, de tan indisputable mérito.
En cuanto a la ejecución debemos consignar que la señorita Valero hizo más de lo que
su bien sentada reputación la exigía; que la señorita Segura se esforzó visiblemente; que los
señores Montaño y García, estuvieron, en general, bien, y, en ocasiones, mejor; y que los señores
Vivancos y Pareja llenaron su deber, sin deslucir el conjunto. El drama es de muy difícil
desempeño, y haberlo dicho y sentido así, fue mucho hacer.
El público de Granada, ilustrado e indulgente aplaudió el drama y oyó con gusto a los
actores.
Damos las gracias a la señorita Valero por su elección, rogamos a la empresa que la
imite, y al pueblo granadino que siempre otorgue igual acogida a las producciones que, como
Achaques de la vejez, anuncian el renacimiento del buen teatro español.
1148 María Belén Vargas Liñán
Texto 13. «Variedades», La Idea, 2.ª época, año 3, n.º 2 (17-5-1870), pág. 3.
La Idea es uno de los principales diarios del Sexenio en Granada que, a pesar de
su importante compromiso político-republicano, incluye numerosos contenidos
culturales y artísticos. En este escrito, el redactor realiza un agudo análisis de la
situación del Liceo granadino en su nueva etapa tras la revolución de 1868. De este
modo, describe las iniciativas llevadas a cabo en su seno gracias a las nuevas libertades
políticas de enseñanza, asociación e imprenta, sin embargo critica el hecho de que estas
actividades comiencen a malograrse por la influencia de socios conservadores.
Valoramos estos comentarios de La Idea sobre el Liceo por la objetividad y claridad
con que son expuestos. La crítica abierta al Liceo puede explicarse debido a la ausencia
de compromiso del diario con la entidad, algo que está completamente ausente en las
páginas de las revistas oficiales de la sociedad.
El Liceo de Granada ha llegado a ser un centro importante en esta capital, por el rápido
desarrollo que ha tomado desde que nació a nueva vida, si así puede decirse, por iniciativa de la
junta del 68, y muy particularmente por la poderosa influencia de su presidente Sr. D. Juan Pedro
de Abarrátegui.
Esta sociedad científico-artístico-literaria en la que han lucido en otra época hombres
ilustres, verdaderas eminencias en letras, artes y ciencias había decaído notablemente, llegando a
quedar reducida a un escaso número de socios, que por amor de lo que fue o por la esperanza de
lo que aún podría ser, continuaron.
Estalló la revolución de Setiembre y el Liceo se asoció a ella, proponiéndose seguir su
corriente.
Comprendió que, a las conmociones políticas como a las corrientes impetuosas no
puede oponérsele un dique sin el grave y seguro riesgo de producir un desbordamiento que ha de
arrollar al dique en primer término. Comprendió que las conmociones políticas, como las
corrientes impetuosas, llegan a ser útiles y convenientes si se procura encauzarlas para
aprovechar su fuerza y su riqueza.
Esto hizo la Sociedad del Liceo a raíz de la revolución del 68, aceptando las
consecuencias que consigo trajo.
La libertad de enseñanza le proporcionó al establecer una escuela de adultos que
empezó en breve a dar grandes resultados, y valió al Liceo el aplauso general de todos los
hombres sensatos.
Apéndice 2. Selección de textos musicales de la prensa granadina 1149
La libertad de reunión y asociación le sugirió la idea de abrir una tertulia constante y dar
reuniones periódicas, donde aparte recreo, se estableció esa justa o liza propia de su institución
en las artes y la literatura.
La libertad de imprenta le dedicó a emprender una publicación quincenal, que ajena a la
política palpitante, dejara ancho campo a la ciencia en todas sus múltiples y varias
manifestaciones.
Así, inauguró el Liceo lo que hemos llamado su nueva vida; pero por desgracia ha
comenzado a bastardearse algún tanto el primitivo pensamiento, por el jesuitismo que ha
empezado a introducir su ponzoña en esta Sociedad.
La escuela de adultos cerró a poco sus puertas a la multitud que allí acudía ansiosa de
instrucción; las reuniones se vieron invadidas por los propagandistas y el periódico no pudo
tampoco librarse de ellos, a pesar de los esfuerzos de varios redactores y de su ilustrado director
D. Aureliano Ruiz.
Esta es a grandes rasgos la historia y estado actual del Liceo de Granada, llamada por su
índole especial a dar grandes y provechosos resultados si consigue vencer los obstáculos que se
le oponen. Nosotros, que reconocemos cierta importancia, popularidad e interés general en esta
asociación, nos ocuparemos frecuentemente de ella con la imparcialidad que nos proponemos al
emitir nuestros juicios en este diario.
Hoy se nos presenta ocasión de aplaudir y aplaudimos la reunión de confianza que
celebró en la noche del 14, en medio de una concurrencia que no dejaba claro en los salones,
concurrencia escogida sobre todo por la belleza de las mujeres que asistieron y que fue
amenizada en el orden siguiente:
1.º Lectura de una poesía de D. José Muntadas, «La independencia española», patriótica
y seria como indica su epígrafe y que correspondía al reconocido mérito literario de su autor.
2.º Dúo de violines por los señores Guervós y Luján, acompañados al piano por el señor
Benítez: cautivó la atención por la novedad en aquellos salones y por la brillante con que fue
ejecutado.
3.º El Hombre, poesía leída por su autor D. Aureliano Ruiz, y por todos justamente
aplaudida, las serias reflexiones que esa composición contiene, expuestas en ese estilo fácil y
apropiado al sentido común, que es un mérito que pocos poetas y entre ellos el autor de ella han
conseguido alcanzar, no podían menos de reconcentrar la atención de todos sobre la lectura y por
lo tanto hacer saborear todas sus bellezas.
4.º Dúo de Marino Falliero por la señorita Martirio Arroyo y el señor Fuente Alcázar,
que por primera vez lució en el Liceo sus excelentes para el canto y su magnífica voz de bajo.
5.º La poesía de D. Paulino Ortiz Un episodio histórico, graciosa en la forma y en el
fondo, que pertenece al género resbaladizo limitado sin embargo por su autor tratándolo dentro
de las conveniencias y el respeto debido a su escogido auditorio que aplaudirá siempre con razón
las composiciones que reúnen las circunstancias de la que referimos.
1150 María Belén Vargas Liñán
6.º Recuerdos a un amigo, epístola de D. José Muntadas, de gran mérito literario, pero
más propia de una sesión puramente literaria que de una tertulia o reunión de confianza: así se lo
hubiera hecho comprender el público a su autor, si en los momentos en que los recuerdos que
dedicaba a su madre y que le arrancaban lágrima, hubiese podido apercibirse de la poca atención
que el público le prestaba.
7.º Wals de Venzano, preciosa composición que requiere una gran agilidad y que cantó
la señorita Arroyo con admirable precisión y delicadeza.
En uno de los próximo números nos ocuparemos especialmente de esta joven, que por
sus especialidades dotes para el canto, es una notabilidad de Granada y lo sería del arte si
desechando preocupaciones propias en otros tiempos se dedicara a la escena lírica.
Apéndice 2. Selección de textos musicales de la prensa granadina 1151
1. Antonio de la Cruz: ¡¡Tristo cuore!!, melodía, para canto y piano ................ 1155
2. Antonio de la Cruz: Bell’Immago!!, barcarola, para canto y piano ................ 1159
3. Antonio de la Cruz: El trovador, serenata, para canto y piano ...................... 1162
4. Antonio de la Cruz: Il primo amore, romanza, para canto y piano ................ 1168
5. Antonio de la Cruz: La coqueta, canción, para canto y piano ........................ 1173
6. Ramón de Entrala y Perales: El ¡ay!!, danza habanera, para piano ............... 1176
7. Ramón de Entrala y Perales: El Generalife, vals, para piano ......................... 1178
8. Ramón de Entrala y Perales: El Guadalcebar, polca, para piano .................. 1179
9. Ramón de Entrala y Perales: El porvenir, vals, para piano ............................ 1181
10. Ramón de Entrala y Perales: La diana, polca, para piano .............................. 1183
11. Ramón de Entrala y Perales: La rosa, vals, para piano .................................. 1185
12. José Espinel y Moya: La esperanza, polca mazurca, para piano ................... 1187
13. J. García de Lara: La cartagenera, danza habanera, para piano .................... 1189
14. Antonio Guillén: Chotis, para piano ............................................................... 1191
15. Antonio Guillén: La granadina, danza habanera, para piano ........................ 1193
16. Antonio Guillén: La marieta, polca mazurca, para piano .............................. 1195
17. Antonio Martín Blanca: ¿Y... qué?, vals, para piano ..................................... 1197
18. Antonio Martín Blanca: El martirio, chotis, para piano ................................. 1199
19. Antonio Martín Blanca: El n° 22, chotis, para piano ..................................... 1202
20. Antonio Martín Blanca: La separación, para piano ....................................... 1204
21. Natividad Mogollón: La sortija, polca mazurca, para piano .......................... 1210
22. Francisco Rodríguez Murciano: La batelera, barcarola, para canto y piano.. 1212
23. Bernabé Ruiz: Hijo mío!, polca mazurca, para piano ..................................... 1217
24. Bernabé Ruiz: La excitación de amor, canción, para canto y piano .............. 1220
25. Bernabé Ruiz: Lágrimas de un hijo, melodía, para canto y piano ................. 1223
26. Santos, A. de: Vals, para piano ...................................................................... 1231
27. Segura, Antonio: La golondrina, polca mazurca, para piano ......................... 1234
28. Segura, Antonio: La violeta, polca mazurca, para piano ................................ 1236
29. Tamayo, Francisco: Polca, para piano ............................................................ 1239
30. Vázquez Gómez, Mariano: Madrid, polca mazurca, para piano .................... 1241
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1. Friedrich von Flotow: Aria de tenor de la ópera Marta (arreglo para canto y
piano) ................................................................................................................ 1243
2. Eduardo Guervós del Castillo: La bulliciosa, polca, para piano ...................... 1246
3. Francisco Hervera de Benavides: La juguetona, mazurca, para piano ............ 1248
4. Francisco Hervera de Benavides: Las olas, mazurca de salón, para piano ...... 1250
5. Francisco Hervera de Benavides: Tu sonrisa, vals polca, para piano ............. 1254
6. Francisco de Paula Valladar Serrano: El canto del gondolero, balada, para
canto y piano .................................................................................................... 1255
7. Francisco de Paula Valladar Serrano: La musa Euterpe, recitado, para voz y
piano ................................................................................................................. 1259
8. Francisco de Paula Valladar Serrano: Un sueño de amor, melodía, para
piano ................................................................................................................. 1264
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Apéndice 3. Edición de partituras distribuidas por la prensa granadina 1267
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ListadoS de fuentes
1. Prensa española:
A. De información general:
1
Junto al título, lugar y cronología de cada publicación periódica, indicamos la abreviatura del archivo
o repositorio digital donde ha sido consultada. Para conocer las direcciones web de las hemerotecas disponibles
en la red, véase el apartado «Listados de fuentes. Secundarias y terciarias: 5. Repositorios (hemerotecas
digitales)». En la versión electrónica de esta Tesis doctoral se accede a ellas a través del hipervínculo
correspondiente (última consulta: junio de 2012).
1272 María Belén Vargas Liñán
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1274 María Belén Vargas Liñán
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1280 María Belén Vargas Liñán
2
No hemos podido localizar la publicación en el catálogo actual de la BNE.
1282 María Belén Vargas Liñán
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Listados de fuentes secundarias y terciarias 1307
1
Glosario de términos periodísticos
1
Este glosario tiene la finalidad de esclarecer determinados conceptos propios del periodismo del siglo
XIX y primera mitad del XX. Para su elaboración nos hemos basado en: José MARTÍNEZ DE SOUSA: DICP, op.
cit.
1316 María Belén Vargas Liñán
ORIGEN Lugar geográfico donde surge una información. En función de ello, las
noticias pueden ser locales, provinciales, regionales, nacionales e
internacionales.
ORIGINAL Material redactado por un periodista, colaborador, suscriptor, o
proveniente de los recortes de prensa y los teletipos.
PERIODISMO Es la ciencia de la información, cuyo nacimiento es posterior al periódico.
Desde el punto de vista del contenido, el periodismo ha transcurrido por
varias fases: un periodismo ideológico, moralizador y doctrinal (desde el
siglo XVIII hasta la I Guerra Mundial); un periodismo informativo (desde
1920, con antecedentes en la prensa anglosajona de finales del XIX); y un
periodismo explicativo (desde 1950). La prensa española decimonónica
responde a la primera fase, en ella se mezcla la información con el
comentario de las noticias.
POLÉMICA Controversia por escrito mantenida entre varias personas o publicaciones
periódicas sobre materias opinables. Puede ser abierta (con artículos
firmados) o mediante seudónimos o anónimos.
PRENSA Conjunto de publicaciones periódicas que se editan en un contexto
determinado. Durante los siglos XVIII y XIX, la prensa ejerció una gran
influencia en la sociedad −era considerada el «cuarto poder»−. En el siglo
XX, el mayor grado de cultura de la población y la aparición de otros
canales de información le han restado protagonismo.
Glosario de términos periodísticos 1317
2
Muchos de estos términos no surgieron hasta finales del siglo XIX y principios del XX, momento en
que se inicia el desarrollo del periodismo de empresa.
Glosario de términos periodísticos 1323
POLÍTICA EDITORIAL Línea editorial. Postura del periódico ante los hechos y
acontecimientos de cualquier índole, expresada a través de los
editoriales y comentarios.
PROPIEDAD Derecho del escritor a que no se publiquen sus obras sin su
INTELECTUAL autorización, aprobado en la Ley de Propiedad Intelectual de 1879.
1324 María Belén Vargas Liñán
3
Las categorías genéricas que hemos establecido en el capítulo 2 de esta Tesis −«Metodología para el
estudio de la música en la prensa decimonónica»− cubren o engloban los siguientes géneros y subgéneros
periodísticos. Además, en esta tabla incluimos otros géneros correspondientes al periodismo del siglo XX.
1326 María Belén Vargas Liñán
4
Al igual que los términos de la tabla c), muchas secciones de las publicaciones periódicas no eran
conocidas como tales en el siglo XIX sino que son fruto del desarrollo posterior experimentado por la prensa.
Glosario de términos periodísticos 1329
ABREVIATURAs