Informe de La CONADEP

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La “actualización”

de la verdad a 30 años
de CONADEP
El impacto de los juicios
por crímenes de lesa humanidad
por Carolina Varsky (1) y Lorena Balardini (2)

1 | Introducción
La Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP) es,
sin lugar a dudas, un hito en materia de rendición de cuentas por crímenes
de lesa humanidad a nivel nacional e internacional. Su impacto en la cons-
trucción de la primera verdad oficial sobre la represión sin precedentes
llevada adelante por la dictadura militar que usurpó el poder en Argentina
entre 1976 y 1983 se ha evaluado tanto a nivel político como desde la aca-
demia. Se ha discutido ampliamente también en estos ámbitos el apoyo
y/o las críticas efectuadas por las organizaciones de derechos humanos y
distintos actores sociales de la época. Poco se ha dicho, no obstante, de la

 (1) Abogada, coordinadora de la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad de la Pro-


curación General de la Nación (PGN).

 (2) Socióloga y candidata doctoral en Ciencias Sociales por la Universidad de Buenos Aires.
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Es profesora de Metodología de la Investigación Social en la Facultad de Derecho de la


UBA y coordinadora del Equipo Memoria, Verdad y Justicia del Centro de Estudios Legales
y Sociales (CELS).

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carolina varsky - lorena balardini

influencia de las formas de producción de información de las organizacio-


nes en la metodología implementada por la Comisión.

Treinta años después, el legado de la CONADEP genera interrogantes


diversos, con un foco en la actualización de esa verdad a lo largo de los
años, y el fuerte impacto que en esto han tenido los juicios por delitos de
lesa humanidad que desde los inicios del siglo XXI tramitan en forma inin-
terrumpida en todo el país.

Esos juicios, sumados a las acciones constantes de agencias estatales y or-


ganizaciones de la sociedad civil para encauzarlos y mejorar su desarrollo,
ha sido un campo de posibilidad para ampliar el espectro de los hechos
juzgados. En relación con esto, la pregunta central que guiará este trabajo
remite a cuál es el aporte de estos juicios en la construcción de verdad sobre
nuestro pasado dictatorial.

Con esto en mente, abordaremos tres temas que nos permiten preguntar-
nos por esta actualización de aquella primera verdad oficial, y que surgen
con fuerza a partir del testimonio en los juicios penales:

1. La militancia política: opacada en los años ochenta, la filiación política de las


víctimas surge con fuerza en los testimonios actuales.

2. La violencia sexual y otros crímenes vinculados al género: a diferencia de la


etapa de la transición, donde se hablaba de una víctima universal cuyos dere-
chos humanos habían sido vulnerados, en esta nueva etapa surgen las particu-
laridades de las vivencias de varones y mujeres en los centros clandestinos de
detención, con una importante presencia de testimonios que dan cuenta de la
violencia sexual como otra de las tácticas represivas.

3. La idea de una dictadura militar fue matizándose con el avance de los juicios
para comenzar a incluir la responsabilidad y complicidad de civiles en los crí-
menes. En los últimos años, se ha comenzado a investigar el rol jugado por
funcionarios judiciales y empresarios en sostener e integrar la maquinaria re-
presiva del régimen militar.

Finalmente, realizaremos algunas reflexiones sobre el acervo CONADEP y


su impacto en el proceso actual de producción de verdad, por la inminen-
te necesidad de ahondar en los datos de las víctimas. Concretamente nos
referiremos a la acción del Archivo Nacional de la Memoria, responsable
de los archivos de la Comisión y al Registro Unificado de Víctimas del Te-
rrorismo de Estado y a los problemas en la producción de información.

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la “actualización” de la verdad a 30 años de CONADEP. el impacto de...

2 | El proceso de Memoria, Verdad


y Justicia argentino. El rol y el impacto
de la CONADEP. Las otras iniciativas
de verdad en la transición.
Argentina ha explorado el catálogo completo de mecanismos de rendi-
ción de cuentas con la intención de abordar las violaciones graves a los
derechos humanos cometidas durante la última dictadura militar: comisión
de verdad, reparaciones económicas y simbólicas, procesos de justicia li-
mitados y de gran escala, juicios por la verdad e instancias de depuración
de funcionarios públicos. (3)

Este proceso no ha sido lineal, sino que han habido avances y retrocesos
en lo que respecta a las políticas de derechos humanos entre los años
ochenta y noventa, hasta que coincidieron la voluntad del Estado con las
demandas de las organizaciones de derechos humanos en 2003 robuste-
ciendo el proceso.

El esfuerzo por abordar la cuestión de las violaciones a los derechos hu-


manos cometidas por las fuerzas militares es impulsado desde el contexto
mismo de dictadura principalmente por una fuerte red de organizaciones
de derechos humanos (ODH), muchas de las cuales tienen un perfil ju-
rídico. Algunas de ellas surgieron durante la dictadura, como Madres y
Abuelas de Plaza de Mayo, Familiares de Detenidos Políticos, Movimiento
Ecuménico por los Derechos Humanos (MEDH) y el Centro de Estudios
Legales y Sociales (CELS), además de organizaciones previas a la dictadura
militar: la Liga Argentina por los Derechos del Hombre (LADH) y la Asam-
blea Permanente por los Derechos Humanos (APDH).

Su primer objetivo fue exigirle, sin éxito, a varias instituciones nacionales


la libertad de los detenidos. Al fracasar en este objetivo, se abocó prin-
cipalmente a la denuncia internacional. Más tarde, desde el final de la
dictadura, las ODH se han dedicado fuertemente a exigir la rendición de
cuentas por violaciones pasadas.
Dossier

 (3) Smulovitz, Catalina, “The Past Is Never Dead: Accountability and Justice for Past Human
Rights Violations in Argentina”, Universidad de las Naciones Unidas, 2012.

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2.1 | Antecedente de la verdad oficial.


La Comisión Técnica de producción de Datos
La búsqueda de la verdad en Argentina se ha llevado a cabo en varias eta-
pas y ha sido impulsada tanto por el Estado como por los ODH. Una de las
preocupaciones de los ODH al momento de exponer la verdad consistió
en la búsqueda de información sobre las víctimas.

La primera experiencia en la sistematización de la información sobre víc-


timas transcurrió en el marco de la visita in loco a Argentina por parte de
la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en septiem-
bre de 1979. En ese entonces, varias organizaciones que habían recibido
denuncias de arrestos/detenciones dentro de Argentina habían elevado
esta información a la Comisión, gracias a lo cual se obtuvieron los prime-
ros datos y listas de víctimas. La Comisión recibió testimonios de miles
de personas, entre las que se incluían parientes de los desaparecidos. En
1980, publicó un informe con algunas de las violaciones graves y siste-
máticas a los derechos humanos que habían sido denunciados durante
la visita.

Antes de finalizar la dictadura, las fuerzas armadas publicaron el “Docu-


mento Final de la Junta Militar sobre la guerra contra la subversión y el
terrorismo” a fin de tratar de justificar sus acciones bajo el pretexto de
una “guerra” en la que había habido “errores y oprobio” en función del
beneficio nacional. Este documento fue rechazado públicamente por los
ODH y más tarde, durante su candidatura presidencial, por Raúl Alfonsín.
En respuesta al documento, los ODH diseñaron estrategias para sistema-
tizar datos mediante un proceso de generación de conocimiento acerca
de los crímenes cometidos por la dictadura, el cual incluyó la denuncia a
nivel nacional e internacional como un aspecto clave del activismo durante
el conflicto. (4)

 (4) A medida que se cancelaban los mecanismos nacionales de denuncia, los ODH man-
tuvieron una sofisticada estrategia internacional a lo largo del conflicto. En 1979, Amnesty
International promovió una visita de Madres de Plaza de Madres a Europa y Estados Unidos
para que dicha organización pudiera denunciar la realidad de la situación argentina en
materia de derechos humanos. Ésta fue una de muchas visitas de los ODH para disputar la
negación estatal de los crímenes cometidos por las fuerzas armadas.

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Al mismo tiempo, los ODH exigieron la constitución de una comisión par-


lamentaria que incluyera representantes de ambas cámaras del Congreso
de la Nación con el fin de investigar las diferentes dimensiones del Terro-
rismo de Estado una vez asumido el poder por parte de un gobierno civil
electo.

Con el fin de fortalecer esta idea de exponer la verdad sobre las atroci-
dades del pasado y de abrirle camino a esta comisión parlamentaria, en
agosto de 1983 los ODH más importantes formaron la Comisión Técnica
de Recopilación de Datos cuyo principal propósito era obtener y sistema-
tizar la información contenida en sus propias bases de datos acerca de las
víctimas de las acciones represivas del Estado. La Comisión Técnica estaba
compuesta por miembros de APDH, MEDH, CELS, Familiares y Abuelas.
LADH y Madres optaron por no ser parte de ella.

La actividad de la Comisión Técnica consistía en la clasificación de los


datos existentes sobre detenidos-desaparecidos en base a variables
demográficas y ocupacionales, de la identificación de los nombres y
cargos de los responsables, y de la investigación acerca de dónde fun-
cionaban los CCD. Su propósito fue desarrollar datos y elevárselos al
Congreso electo. (5)

Estas acciones han contribuido a la consolidación de las prácticas de in-


vestigación, documentación y sistematización que luego resultaron muy
útiles, pues constituyen el principal antecedente de la metodología de la
comisión de la verdad de Argentina.

2.2 | La Comisión Nacional sobre la


Desaparición de Personas (CONADEP)
CONADEP fue una de las respuestas institucionales del primer gobierno de
la transición, a cargo de Raúl Alfonsín. Poco después de asumir el poder, y
con el fin cumplir con el compromiso asumido en la campaña electoral, Al-
fonsín sancionó un decreto mediante el cual establecía una comisión para
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 (5) Ver Archivos del CELS-documentos sobre la labor de la Comisión Técnica. Éste incluye
memorandos, formularios de registro, comunicados de prensa, denuncias y listas de acusa-
dos, víctimas y CDC (extremos con fecha de 1983-1986).

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investigar el destino de los desaparecidos. (6) Su mandato consistió princi-


palmente en “arrojar luz sobre la desaparición de personas en el país”.

El decreto fundacional de CONADEP especificaba una cantidad de fun-


ciones entre las que se incluía:

i). Recibir denuncias y pruebas y elevar esos datos al poder judicial.

ii). Revelar el destino de los desaparecidos.

iii). Encontrar a los niños que habían sido separados de sus padres o tutores y, en
caso de éxito, entregarlos a la jurisdicción de las organizaciones de servicios
para el menor y de los tribunales.

iv). Denunciar ante el poder judicial cualquier intento por ocultar, remover o des-
truir pruebas relacionadas con la investigación.

v). Elevar un informe final con un recuento detallado de los sucesos en cuestión,
dentro de un periodo de 180 días.

La CONADEP dio sus primeros pasos en un contexto de tensión política.


La iniciativa desafiaba a los autores de crímenes estatales que perma-
necían en algunos de los cargos militares más altos y que defendían la
noción de la “lucha contra la subversión” mientras cuestionaban la legiti-
midad de la Comisión. (7) Asimismo, hubo diferentes reacciones por parte
de los ODH, algunos de las cuales desconfiaban de esta política guber-
namental. No obstante, los ODH —por lo general— colaboraron con la
CONADEP: promovieron la idea de brindar testimonios a la Comisión y,
aquellas organizaciones que habían formado parte de la Comisión Técni-
ca o que contaban con sus propios registros, compartieron sus hallazgos
y metodologías.

La noción de víctima de la Comisión se limitaba únicamente a los


“desaparecidos”; los sobrevivientes y las víctimas que habían resulta-
do muertas no estaban incluidos en la investigación. Sin embargo, la
CONADEP incluyó en su informe algunas de las experiencias de los
sobrevivientes de los CCD y ciertas definiciones detalladas de los ele-
mentos de los crímenes que habían sido cometidos. En nueve meses,

 (6) Decreto 187, BO 19/12/1983.

 (7) Hayner, Priscilla, Unspeakable Truths: Transitional Justice and the Challenge of Truth Com-
missions, New York, Routledge, 2011, pp. 64/65.

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la Comisión recibió 7000 testimonios y se documentaron 8961 casos de


desaparecidos. (8) Los testigos incluyeron 1500 sobrevivientes que ha-
bían brindado testimonios detallados de las condiciones y tortura a las
que fueron sometidos. Obtuvo pruebas de la existencia de 365 CCDs e
inspeccionó 50 de ellos. (9)

El resultado principal de la labor de esta Comisión fue un informe de


5000 páginas elevado al Presidente. El público tuvo acceso a una ver-
sión editada llamada Nunca Más que fue publicada por la Universidad
de Buenos Aires. En el informe, la CONADEP recomendó tratar a la
desaparición forzada como un crimen contra la humanidad, además de
brindar ayuda financiera, social y educativa a las víctimas, y de insis-
tir sobre la necesidad de una “investigación judicial profunda” de los
eventos informados.

La CONADEP desempeñó una función importante en la posibilidad de


efectivizar la rendición de cuentas. El Nunca Más describió las formas
sistemáticas y variadas en las que se impartieron torturas físicas y psico-
lógicas. También describió los secuestros de niños y su apropiación por
parte de familias militares u otros individuos. (10) La información obtenida
fue elevada al Poder Judicial con el fin de realizar una investigación
penal. (11) Toda esta información se transformó en pruebas importantes
para la acusación de los miembros de las Juntas por la comisión de
estos crímenes. (12)

 (8) Crenzel, Emilio, La historia política del Nunca Más. La memoria de las desapariciones en la
Argentina, SigloXXI editores, Bs. As., 2008, p. 115.

 (9) La CONADEP tuvo que decidir acerca de qué constituye un CCD. Entonces concluyó
que es cualquier centro, sea o no militar, en el que se tuvo cautivo a un desaparecido en el
transcurso de su detención.

 (10) Crenzel, op. cit., p. 114.

 (11) A pesar de que se mencionaron aproximadamente 1000 autores en los testimonios, sus
nombres no pudieron ser publicados. Veáse Hayner, op. cit., pp. 155/158.

 (12) En 1985, la Cámara Federal llevó adelante el primer juicio penal contra responsables
de la dictadura, conocido mundialmente como “Juicio a las Juntas”. Fue un juicio que duró
ocho meses en el que se develó la existencia de un plan sistemático de exterminio llevado
adelante por las tres juntas de gobierno militar. Eduardo Massera y Jorge R. Videla fueron
Dossier

sentenciados a cadena perpetua, mientras que otros tres integrantes recibieron penas entre
17 y 4 años y medio. Cuatro imputados resultaron absueltos. Véase Nino, Carlos S., Juicio al
mal absoluto, Bs. As., Ariel, 2006.

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3 | Juicios por delitos


de lesa humanidad:
¿la verdad actualizada?
La rendición de cuentas penal ha constituido un elemento central de la lucha
de los ODH por la justicia. Los juicios a gran escala que actualmente realizan
los tribunales argentinos deben, por lo tanto, verse en el contexto de una
lucha prolongada por la justicia que se lleva adelante a pasos agigantados.

Una vez superadas las barreras legales entre 2000 y 2005, los casos que
habían sido suspendidos en el marco de las leyes y decretos de impuni-
dad fueron reabiertos y los tribunales de todo el país recibieron muchos
nuevos reclamos. El primer juicio de esta fase se realizó en 2006. Se trata
del caso “Simón” en el marco del cual se declaró la inconstitucionalidad
de las leyes de impunidad.

Los casos son investigados por el Poder Judicial de la Nación (13) en el


marco del nuevo código penal que establece un sistema mixto de proce-
dimientos orales y escritos. (14) Por elección de los acusados, unos pocos
casos se realizan bajo el código penal anterior, en el que los procesos eran
enteramente escritos. Los crímenes investigados son aquellos que se sub-
sumen bajo el Código Penal Argentino: “privación ilegítima de la libertad”
como las desapariciones forzadas; “tormentos” como tortura; homicidio;
robo y secuestro de niños.

Los ODH nuevamente son actores clave y desempeñan el rol de querellan-


tes colectivos y particulares que representan a las víctimas o sus familia-
res ante los tribunales. Bajo el Código Procesal Argentino, un querellante

 (13) Argentina es un Estado federal. Por lo tanto, por un lado tiene un sistema de Justicia
Federal con competencia en casos de estupefacientes, tráfico, evasión de impuestos, lavado
de dinero y otros delitos que afectan la renta y seguridad nacional. Mientras que, por el otro,
cada provincia tiene su propio sistema de justicia provincial con competencia en casos de de-
litos regulares (conocida como justicia ordinaria), con sus propios órganos judiciales y normas
procesales. Este poder se compone de la Corte Suprema de la Nación, el Consejo de la Ma-
gistratura, los Tribunales de Primera Instancia y las Cámaras Federales de Apelación. También
forma parte de este proceso la Cámara de Casación Penal (en adelante, Casación), un órgano
revisor penal intermedio que garantiza la doble instancia con competencia para decidir en
procesos de apelación contra las sentencias de los tribunales orales federales.

 (14) Ley 23.984, BO 09/09/1991.

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particular o demandante tiene casi los mismos atributos que un fiscal. Al


comienzo del proceso, este rol era central debido a que el rango de ac-
ción del fiscal era limitado, por ser las investigaciones penales conducidas
por los jueces. Pero una importante reforma de la Procuración General
modificó esto.

Esta nueva etapa de rendición de cuentas penal por violaciones a los de-
rechos humanos ha tenido resultados importantes. Los juicios han crecido
en alcance y cantidad y se han alcanzado importantes logros.

Durante la tercera fase de los juicios, hasta septiembre de 2013, se han


completado 104 juicios, en tribunales en todo el país. Ha habido un im-
portante aumento en la cantidad de juicios a lo largo del tiempo, que han
culminado en 416 condenas y 35 absoluciones. La mayoría de estos juicios
giran en torno, al menos, a 10 víctimas y/o, al menos, 5 acusados. Lo más
importante es que el 60% de los juicios implican a más de 100 víctimas.
Estas causas grandes y complejas son denominadas por los actores del
proceso como “megacausas”.

3.1 | El testimonio como prueba


El testimonio constituye uno de los aspectos centrales en la conformación
de la prueba judicial en un proceso penal, y muy especialmente para las
causas por delitos de lesa humanidad, procesos en los que, en general, se
trata de la única prueba disponible ante la destrucción u ocultamiento del
material documental sobre las graves violaciones a los derechos humanos
cometidas durante la última dictadura militar. (15)

Los tribunales se han ya expedido en la vasta jurisprudencia que se ha


constituido a través de estos juicios respecto de este rol central que tiene
la prueba testimonial y, por ende, la palabra del testigo:

“La declaración testimonial es un medio de prueba que se


privilegia frente a modos particulares de ejecución en los que
deliberadamente se borran las huellas, o bien se trata de de-

 (15) Varsky, Carolina, “El testimonio como prueba en procesos penales por delitos de lesa
Dossier

humanidad. Algunas reflexiones sobre su importancia en el proceso de justicia argentino” en


CELS/ICTJ, Hacer justicia. Nuevos debates sobre el juzgamiento de crímenes de lesa huma-
nidad, Bs. As., Siglo XXI, 2011.

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litos que no dejen rastros de su perpetración, o se cometen al


amparo de la privacidad. En tales supuestos a los testigos se
los llama necesarios. En la especie, la manera clandestina en
que se encaró la represión, la deliberada destrucción de docu-
mentos y de huellas, el anonimato en que procuraron escudarse
sus autores, avala el aserto. No debe extrañar, entonces, que la
mayoría de quienes actuaron como órganos de prueba revistan
la calidad de parientes o de víctimas. Son testigos necesarios”
(Fallos 309: 319).

“No puede aquí soslayarse que la mayoría de los testigos que


han depuesto en esta audiencia tienen una doble condición, la
de haber sido testigos y víctimas directas de hechos de igual
naturaleza respecto de lo que debieron deponer; lo cual, desde
una correcta técnica procesal, los convierte en testigos directos
de cómo funcionó el sistema represivo estatal en los hechos. En
otras palabras, son la prueba viviente de la puesta en práctica
del plan pergeñado por quienes tomaron el poder en un acto
sedicioso, cuyo verdadero objetivo abonado, entre otros, por la
prueba documental, no era otro que el de lograr la represión y
aniquilamiento de, a más de las organizaciones al margen de la
ley, de todo pensamiento opositor, con prescindencia del Esta-
do de Derecho y conculcando los derechos humanos” (Tribunal
Oral en lo Criminal Federal 1 de Córdoba, causa 40/M/2008).

A lo largo del proceso argentino de búsqueda de la verdad y la justicia


(CONADEP, Juicio a las Juntas en 1985, Juicios por la Verdad, juicios en el
extranjero y finalmente la reapertura de las causas judiciales a partir de la
declaración de inconstitucionalidad de las leyes de Punto Final y Obedien-
cia Debida) estos testimonios se han ido enriqueciendo. Así, mientras que
en los ochenta el objetivo era denunciar las atrocidades, identificar a los
responsables, recordar a los compañeros desaparecidos, y no tanto hablar
en primera persona sobre los propios padecimientos, los juicios actuales
se caracterizan justamente por profundizar en las experiencias de cada
una de las víctimas, haciendo a un lado el relato más estructurado para
dar lugar, si se quiere, a un concepto ampliado de tortura que contempla
todo el padecimiento sufrido desde el momento del secuestro, la vivencia
dentro del centro clandestino, la recuperación posterior de la libertad y su
repercusión en el entorno. De esta manera, la víctima ha pasado a tener un
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rol preponderante mediante el relato de los hechos en primera persona, a


diferencia de lo que sucedió en el Juicio a las Juntas. (16)

3.2 | Las “nuevas” temáticas


Esta nueva etapa del proceso en la búsqueda de la verdad y la justicia ha
tenido un desarrollo que lo diferencia en términos cuantitativos y cualita-
tivos respecto de la encarada en los años ochenta. Ello se debe a que la
persecución penal de aquel momento se circunscribió a un modelo aco-
tado de casos y hechos, y delineó una forma precisa de atribución de res-
ponsabilidad que no apuntaba al juzgamiento total sino a una serie de
casos testigos, que se plasmó en el célebre juicio a las juntas militares. (17)

En la etapa actual no primó ese criterio ni la definición de una estrategia


concreta de persecución penal, sino que se caracterizó por la reapertura
de todos los casos que habían quedado truncos por la acción de las leyes
de impunidad, y por la denuncia de nuevos hechos que, en conjunto, die-
ron lugar a un número mayor de investigaciones.

Pero el volumen no es lo único que caracteriza a este proceso. La continui-


dad en el tiempo del juzgamiento ha posibilitado un incremento cuantita-
tivo y también cualitativo. Facetas antes inexploradas por no ser parte de
la dimensión acotada del juzgamiento comienzan a ser abordadas en esta
nueva etapa con un alcance más amplio. (18)

En esta sección nos abocaremos a tres temáticas que surgieron reciente-


mente como nuevos debates, y que entendemos como signos de esa ac-
tualización de la verdad que proponen estos juicios. Se trata de aquellos
que remiten a la complicidad civil, a la comisión de delitos contra la inte-
gridad sexual y a la pertenencia de las víctimas a organizaciones políticas
que optaron por la lucha armada. Estas son problemáticas presentes des-
de siempre, pero sobre las que no se profundizó en la primera etapa del

 (16) Varsky, op. cit., pp. 53/54.

 (17) Nino, op. cit.


Dossier

 (18) Balardini, Lorena, “El año de los juicios. Un análisis del avance y el impacto del proceso
de justicia en clave de legitimidad y opinión pública”, en CELS, Derechos Humanos en la
Argentina, Informe Anual 2011, Bs. As., Siglo XXI, 2011.

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proceso de justicia, y que han sido más resonantes en el proceso actual.


Consideramos que estos debates se encuentran instalados como propios
de esta segunda etapa de la búsqueda de justicia y que han contribuido
a ampliar y a la vez profundizar la verdad sobre lo ocurrido durante aquel
periodo de nuestra historia reciente.

3.2.1. Complicidad civil

En primer lugar, aparece la necesidad de ahondar en la responsabilidad


de civiles que posibilitaron el accionar represivo no solo en cuanto a su
apoyo a la dictadura, sino a su participación en los crímenes y su contri-
bución con el plan sistemático de exterminio. En particular nos referimos
a miembros de la iglesia católica, jueces, fiscales y otros funcionarios judi-
ciales y dueños o directivos de empresas.

La cuestión civil ha estado en la escena desde el inicio mismo de esta nue-


va etapa de juicios. Esto se evidenció especialmente a partir de la conde-
na a prisión perpetua al sacerdote y ex capellán de Ramón Camps, Chris-
tian Von Wernich. La misma se produjo en 2007, en el tercer juicio desde la
reapertura. Desde entonces se ha juzgado a personal civil de Inteligencia
de varias jurisdicciones, y en 2009 se condenó al ex juez Víctor Brusa en la
provincia de Santa Fe.

Desde entonces el avance en estas investigaciones no ha cesado, y se ha


enfocado en la responsabilidad tanto de empresarios como de funciona-
rios judiciales.

En 2010 la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación presentó una


querella en la que denunció el “desapoderamiento ilegítimo de Papel
Prensa S.A. a quienes eran sus propietarios”, los integrantes del grupo
Graiver, (19) y atribuyó ese “despojo” a una “voluntad mancomunada de
las autoridades de la dictadura cívico-militar y de los propietarios de los
diarios Clarín, La Nación y La Razón, que participaron de la operación de

 (19) Se trata de Lidia Papaleo, viuda de Graiver, su hermano Osvaldo Papaleo, Isidoro Grai-
ver, su esposa Lidia Brodsky, Jorge Rubinstein (abogado, mano derecha de David Graiver),
Rafael Ianover (empleado de David Graiver), Juan Graiver y Eva Gitnacht (padres de David),
Silvia Fanjunl (empleada de los Graiver), Lidia Gesualdi (secretaria). Todos ellos fueron dete-
nidos con posterioridad al traspaso de la titularidad de la empresa. La mayoría sufrió torturas
durante su detención y luego fueron “blanqueados”, a disposición del Poder Ejecutivo.

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compra-venta en la noche del 2 de noviembre de 1976. [...] Sin las pre-


siones, intimidaciones y amenazas efectuadas sobre los integrantes del
grupo Graiver, la operación de venta de las acciones de Papel Prensa no se
hubiera llevado adelante”, postuló la querella. La Secretaría fundó su de-
nuncia en el testimonio de Rafael Ianover, quien participó de la operación
como testaferro de David Graiver, fallecido en agosto de 1976. “Ianover
relató que en plenas tratativas le dijo al dueño de La Razón, Patricio Peral-
ta Ramos, que ‘temía por su libertad’ y el empresario le aseguró que no le
pasaría nada. Antes de concretar la venta, agregó en el juzgado, un grupo
de tareas entró a su casa, revolvió armarios y se llevó de todo. El 12 de abril
de 1977 lo detuvieron”. (20)

La investigación, conducida por el gobierno nacional a través de una co-


misión especial de la Secretaría de Comercio, elaboró el informe “Papel
Prensa. La Verdad”, que se adjuntó a la querella presentada y tuvo una am-
plia repercusión pública, inseparable del enfrentamiento entre el gobierno
y las grandes corporaciones de los medios de comunicación. Lo cierto es
que el tema del traspaso irregular de las acciones de Papel Prensa estuvo
siempre bajo la lupa: ya en 1985 formaba parte de una investigación del
ex fiscal de Investigaciones Administrativas Ricardo Molinas. En especial,
cabe remarcar el aporte de Lidia Papaleo, viuda de Graiver, quien ratificó
aquel antiguo testimonio que había brindado a Molinas ante la Secretaría
de Comercio y en tribunales. Precisó que al momento del traspaso no pu-
dieron leer lo que estaban firmando ni opinar sobre el precio, que quedó
establecido en 946.600 dólares. También se explayó sobre las presiones
a las que fue sometida en los meses previos a su detención, para que se
desprendiera de la empresa. Los propios diarios involucrados publicaron
el 19 de mayo de 1977 una solicitada en la que dieron a conocer que
habían “adquirido las acciones Clase A de Papel Prensa previa consulta y
posterior conformidad de la Junta de Comandantes en Jefe”.

En 2012, en otro juicio, fue procesado el presidente del directorio del In-
genio Ledesma, Carlos Blaquier, y el administrador de la empresa, Alberto
Lemos, por la comisión de los delitos de violación de domicilio, privación
ilegítima de la libertad, torturas y homicidio en perjuicio de 32 víctimas.
Dossier

 (20) Página/12, “El papel del Estado en la causa por Papel Prensa”, 22 de septiembre de
2010, y “El Gobierno presentó ante la Justicia el informe sobre Papel Prensa”, 21 de sep-
tiembre de 2010.

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carolina varsky - lorena balardini

El juez a cargo analizó en su resolución los vínculos entre los empresarios


azucareros del norte argentino y los diferentes gobiernos de facto que se
sucedieron en la historia argentina, y sostuvo que “personal y directivos de
la empresa Ledesma Sociedad Anónima Agrícola Industrial (SAAI) habrían
puesto a disposición de los grupos de tareas medios de transporte de la
Empresa para secuestrar y trasladar a los detenidos”, y que tenían control
sobre el tendido eléctrico de la zona del Ingenio para instrumentar lo que
luego se conoció como “Noche del Apagón”. (21)

Por su parte, en el marco de la sentencia en el caso “Moreno” dictada


en marzo de 2012, el Tribunal Oral de Mar del Plata ordenó extraer
copias e investigar la responsabilidad del directorio de la cementera
Loma Negra, que habría inducido el secuestro y muerte del abogado
laboralista Carlos Alberto Moreno. Al momento de los hechos, More-
no era asesor de la Asociación de Obreros Mineros de la Argentina
(AOMA) y había ganado varios litigios contra las empresas Loma Negra
SA y Cal y Piedras, relacionadas con las condiciones de trabajo de los
obreros. Sobre este asunto, el fallo afirma que la labor que desarrollaba
Moreno al momento de su secuestro “constituía una molestia para el
poder económico”. (22)

En otro de los hechos relevante de 2013, tres ex directivos de Ford Motors


Argentina S.A., fueron procesados —decisión confirmada por la Cámara
Federal— por su participación en los secuestros y torturas contra 25 ex
delegados de la planta de esa empresa en General Pacheco durante la
última dictadura militar. Las víctimas de estos hechos fueron detenidas de
forma ilegal en sus puestos de trabajo y torturadas en instalaciones de la

 (21) “La noche del 27 de julio de 1976 la usina de Libertador General San Martín corta el
suministro eléctrico en todo el departamento mientras policías, gendarmes, militares y ca-
pataces de Ledesma comienzan a allanar y saquear viviendas en los pueblos de Libertador
San Martín y Calilegua. En vehículos de la empresa, son trasladados más de 400 trabaja-
dores, estudiantes y profesionales a los galpones de mantenimiento de la empresa donde
permanecen días y meses atados y encapuchados. Tras las torturas e interrogatorios, algu-
nos son liberados, otros son enviados a comisarías o cuarteles militares, y otros aparecen
en cárceles de distintas provincias. Tres tumbas han sido halladas en Calilegua. 30 vecinos
permanecen desaparecidos”. Ludmila Catela Da Silva, No habrá flores en la tumba del pasa-
do. Experiencias de reconstrucción del mundo de los familiares de desaparecidos, La Plata,
Al Margen, 2001.

 (22) Causa 2473 en la que resultaron condenados Julio Alberto Tommasi, Roque Ítalo Pappa-
lardo y José Luis Ojeda, Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Mar del Plata, 16/03/2012.

40
la “actualización” de la verdad a 30 años de CONADEP. el impacto de...

fábrica. En algunos casos, los obreros secuestrados fueron exhibidos en la


fábrica, golpeados y atados con alambres, mientras los trasladaban a su
lugar de secuestro y tormento. (23)

Es claro que la investigación de la complicidad del sector económico


con la dictadura presenta interesantes hallazgos. Más de 130 financis-
tas y empresarios fueron secuestrados y torturados, según un reciente
informe publicado por la Comisión Nacional de Valores (CNV). Once de
ellos se encuentran desaparecidos. La CNV, en tiempos de la dictadura,
facilitó la venta bajo presión de fábricas que condujeron a la concentra-
ción de la propiedad y del mercado en unos pocos grupos económicos
y el vaciamiento de empresas que pertenecían a personas acusadas de
“subversivas”. (24) Muchos funcionarios de la comisión asistieron a las se-
siones de tortura en centros clandestinos. Por estos hechos fue indaga-
do y procesado en julio de este año Juan Alfredo Etchebarne, ex titular
de la CNV. (25)

Lo interesante es que, también en esta nueva etapa, se ha comenzado a


profundizar la interpelación al Poder Judicial. Mientras que en los años
ochenta y noventa primó una idea de funcionarios judiciales “inhábiles”,
sin posibilidades de actuar conforme a principios profesionales idóneos
frente a la maquinaria de terror estatal, en esta etapa del proceso se ha
comenzado a desmentir esa versión de los hechos al identificar participa-
ciones concretas de jueces, secretarios y fiscales de aquel entonces en los
crímenes cometidos. La responsabilidad de funcionarios del Terrorismo
de Estado, en particular del Poder Judicial, hoy puede ser abordada, pues
nos encontramos también en un momento de interpelación del rol de la
justicia en su conjunto. (26)

 (23) Balardini, Lorena y Rocha, Andrea, “Dimensiones regionales de la lucha contra la impunidad:
Juicios en Argentina”, colaboración incluida en el capítulo “Verdad, justicia y memoria por viola-
ciones de derechos humanos en tiempos de dictadura, a 40 años del golpe militar”, en Informe
anual de Derechos Humanos, Universidad Diego Portales. Santiago de Chile (en prensa).

 (24) Véase Página 12, “La trama financiera de la última dictadura”, 24/03/2013.

 (25) Juzgado Criminal y Correccional Federal 3, CFP 8405/2010, 12/07/2013

 (26) Balardini, Lorena, “A diez años de la nulidad de las leyes de impunidad. La consolidación
Dossier

del proceso de justicia por crímenes de lesa humanidad en la Argentina. Los nuevos debates
y los problemas aún sin resolver” en CELS, Derechos Humanos en Argentina. Informe anual
2012, Bs. As., Siglo XXI, 2012.

41
carolina varsky - lorena balardini

Según datos de la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad, a sep-


tiembre de 2013, hay al menos 55 miembros del Poder Judicial implicados
en causas por delitos de lesa humanidad en la última dictadura, en diver-
sas jurisdicciones, a saber:

• En la provincia de Mendoza hay varios ex-funcionarios judiciales imputados


por su participación en crímenes de lesa humanidad. La relevancia de los avan-
ces logrados en esta jurisdicción no radica únicamente en que ya hay cinco
procesados a la espera del juicio —Otilio Roque Romano, Guillermo Max Petra
Recabarren, Rolando Evaristo Carrizo, Luis Francisco Miret y Gabriel Francisco
Guzzo—, que a más tardar se realizaría el año próximo, sino también en abarcar
un amplio universo de casos que incluyen distintas figuras delictivas como la
omisión de promover la investigación, privaciones ilegítimas de la libertad e
imposición de tormentos. Tanto Miret como Romano pasaron por la instancia
del jury de enjuiciamiento en el Consejo de la Magistratura, pues sus fueros
impedían que fueran investigados. Hay que remarcar que se han logrado
superar distintos obstáculos ocurridos durante la investigación, como la fuga
de Otilio Roque Romano a Chile un día antes de que comenzara el jury de
enjuiciamiento en el Consejo de la Magistratura —en el que era asistido por
el ex-juez Luis Leiva, destituido por manejos irregulares en investigaciones y
procesado por intento de extorsión—, quien ahora se encuentra detenido en
prisión preventiva en la Argentina desde agosto del corriente.
• En la ciudad de La Plata, la sentencia dictada en la causa que investigó los
delitos de lesa humanidad cometidos en la Unidad Penal n° 9 —dictada en el
año 2010—, ordenó que se investigara a un importante número de funcionarios
judiciales, que fueron recordados por víctimas sobrevivientes como asiduos
concurrentes al penal. Entre ellos, se destacan los casos de Pedro Luis
Soria —fue indagado, se dictó la falta de mérito y se está profundizando la
investigación—, Rafael Sarmiento —recientemente apelada la falta de mérito
resuelta a su respecto— y Guillermo Nieva Woodgate —se están analizando
los extremos de su imputación—.
• En Córdoba, el 29 de octubre de 2012 se procesó a Puga (ex-juez federal),
Cornejo (ex-fiscal federal) y Otero Álvarez (ex-secretario del Juzgado Federal),
y el trámite en la Cámara de apelaciones se encuentra demorado por la impo-
sibilidad, al momento, de designar a los magistrados que participarán en la
resolución. En aquella resolución se decretó la falta de mérito respecto de Haro
y Molina, y el trámite se encuentra en la Cámara, en la situación recién descrita.
• En Chaco, los ex fiscales Roberto Mazzoni y Carlos Flores Leyes —ya falleci-
do— renunciaron a sus cargos cuando fueron denunciados por su complicidad
en interrogatorios bajo tortura cuando eran secretarios del juzgado de Resis-
tencia. Asimismo, los procesamientos de Mazzoni y Luis Ángel Córdoba —ex
juez federal— fueron confirmados por la Cámara Federal de Resistencia recien-
temente, por lo que se espera la pronta elevación a juicio de la causa.

42
la “actualización” de la verdad a 30 años de CONADEP. el impacto de...

• En la provincia de Salta, el ex juez federal Ricardo Lona se encuentra acusado


de encubrimiento y omisión en la investigación judicial del secuestro y des-
aparición del gobernador Miguel Ragone, por su actuación en la masacre de
Palomitas y por diversas omisiones funcionales.

• En la Rioja, el ex-juez federal Roberto Catalán se encuentra procesado por


su intervención en crimenes relacionados con aproximadamente diez víctimas.
Actualmente hay un recurso en la Cámara Federal de Apelaciones de Córdoba
para que se revoque su prisión domiciliaria y cumpla su prisión preventiva en
cárcel común, en consonancia con lo manifestado por los especialistas médi-
cos en sus dictámenes del mes de agosto del corriente.

• Por su parte, el juez penal de Mar del Plata Pedro Cornelio Federico Hooft fue
citado a declaración indagatoria por su participación en los delitos de priva-
ción ilegal de la libertad agravada por mediar violencia y amenazas, imposi-
ción de tormentos agravada por tratarse de perseguidos políticos, homicidio
calificado por el concurso premeditado de tres o más partícipes, violación de
medios de prueba, registros o documentos, falsedad por supresión, etc., en
relación con 17 víctimas, la mayoría de ellas en el episodio conocido como la
“Noche de las corbatas”. La enorme dimensión de la participación civil en los
delitos que se están juzgando en la jurisdicción de Mar del Plata, que incluye
los ámbitos del Hospital Interzonal, el cementerio municipal y el Obispado, se
reveló en el desarrollo de los Juicios por la Verdad y en el segundo juicio oral
realizado en la causa que investiga los crímenes cometidos en la Base Naval.

• Asimismo, en el quinto tramo que investiga los sucesos de la Base Naval se


procesó a Ana María Teodori por su actuación como defensora oficial y jueza
federal subrogante al momento de los hechos. Por otro lado, recientemente la
Cámara Federal de Apelaciones de Mar del Plata confirmó el procesamiento
de Gustavo Demarchi, por su participación en seis homicidios y como jefe de la
asociación ilícita conformada por algunos integrantes de la CNU.

Respecto del impacto del tema en las sentencias, también la resolución


en el caso “Moreno” ofrece un pequeño análisis sobre el papel del Poder
Judicial, pues ordena investigar a los entonces integrantes de la Suprema
Corte de Justicia de la provincia de Buenos Aires, y al entonces ministro
de Gobierno bonaerense, por haber participado en la gestación del co-
municado del Primer Cuerpo del Ejército que difundió información falsa
sobre las circunstancias en que se produjo la muerte de Moreno. A su vez,
destaca la actuación del juez de primera instancia, Carlos Pagliere, quien
al recibir el recurso de hábeas corpus a favor de Moreno se preocupó por
averiguar su paradero. El fallo señaló: “Si todos los jueces hubieran actua-
Dossier

do como Pagliere, y hay otros ejemplos similares pero contados con los
dedos de la mano, en lugar de rendir pleitesía a las autoridades militares

43
carolina varsky - lorena balardini

de la época y de cada zona, hubiera sido posible que el número de vícti-


mas disminuyera en forma dramática”.

En el veredicto dictado en diciembre contra Musa Azar y otros, el TOF de


Santiago del Estero dispuso enviar copia de la sentencia a la CSJN y al
Consejo de la Magistratura para que “contemple la posibilidad” de crear
una unidad especializada para la investigación de delitos de lesa humani-
dad cometidos por funcionarios del Poder Judicial entre 1973 y 1983.

Por último, la nueva Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad de


la Procuración General de la Nación, formada en 2013 a partir de la es-
tructura de la Unidad Fiscal de Coordinación y seguimiento de delitos co-
metidos durante el terrorismo de Estado, incluyó la investigación de la
complicidad civil.

3.2.2. Militancia política

Los testigos que declararon durante el Juicio a las Juntas han relatado
que la fiscalía les advirtió que no hicieran mención a su militancia política
en el relato de los hechos. Esto probablemente haya tenido que ver, por
un lado, con el momento histórico: recién comenzaba la democracia, no
había aún pruebas de su sustentabilidad en el tiempo, y la amenaza militar
se presentaba como una posibilidad. No obstante, y teniendo en cuenta
la estrategia de la acusación en el juicio, esta advertencia probablemente
tuvo que ver con la utilización de la defensa de la “teoría de los dos demo-
nios”, noción que primó en la construcción de la verdad en los ochenta.
En ese sentido, la referencia a la militancia política podría haber sido obje-
to de ataque por parte de la defensa y de alguna manera se trató de evitar
esta situación sensible, aunque implicó inevitablemente el ocultamiento
de un aspecto central de la identidad de las víctimas.

Como expresábamos, una nueva etapa en el proceso de verdad y justicia


ha posibilitado que comience a ponerse en escena la cuestión de la ads-
cripción política de las víctimas, y si bien aún hay víctimas y familiares que
siguen pensando que es mejor no decir nada sobre su militancia, otros
desean reivindicarla.

En el primer juicio, en la causa “Simón”, se planteaba esta cuestión de


contar si las víctimas habían sido militantes. Algunos familiares quisieron

44
la “actualización” de la verdad a 30 años de CONADEP. el impacto de...

relatar la militancia de los desaparecidos, y otros sólo mencionaron que


“hacían trabajo de base” o que “iban a las villas”. Sin embargo, quienes
deseen reivindicar su militancia también tienen un rol importante dentro
del desarrollo actual de los juicios. Así, algunos dicen a viva voz que eran
militantes montoneros mientras que otros lo disfrazan, hablando de su ac-
tivismo barrial o universitario.

En las estrategias de varios juicios —como aquellos que corresponden


a la investigación del circuito represivo Atlético-Banco-Olimpo—, se ha
intentado enfatizar la cuestión de la militancia para probar judicialmente
la persecución específica a las víctimas en tanto pertenecientes a agru-
paciones políticas, y de esta manera ensayar la posibilidad de tipificar los
delitos como genocidio.

Lo cierto es que por parte de los acusados en los juicios actuales, sobre
todo desde las defensas privadas de los imputados, se intenta continuar
con la idea de los dos demonios preguntando por ejemplo sobre la por-
tación de armas o la pertenencia a tal o cual grupo “guerrillero” de las
víctimas. No obstante, las reacciones de los testigos y del resto de los ac-
tores del juicios —abogados querellantes, fiscales e incluso jueces— son
netamente contrarias a estas expresiones, y si bien es posible notar esos
cambios al interior de la sala de audiencias, lo que aún no hemos podido
comprobar con suficiente grado de certeza es de qué manera estas cues-
tiones más abiertas en torno a la militancia han calado en el debate social
sobre la violencia en los años 70 en nuestro país y la región.

3.2.3. Violencia sexual (27)

El enfoque del testimonio en los años ochenta acotado a probar la exis-


tencia de un plan sistemático de represión y conceptualizar jurídicamente
la noción de desaparición, también tuvo un impacto en la visibilización y
problematización del abanico de situaciones represivas que padecieron
las víctimas en los centros clandestinos. Si bien las primeras declaraciones
ante la CONADEP dan cuenta de las situaciones de tortura sistemática
vivida en los centros de detención ilegal, y entre los tormentos y las con-

 (27) Este apartado fue construido en parte a partir de las reflexiones sobre el tema en el
Dossier

capítulo de Balardini, Lorena; Oberlin, Ana y Sobredo, Laura, “Violencia de género y abusos
sexuales en los centros clandestinos de detención. Un aporte a la comprensión de la expe-
riencia argentina” en CELS/ICTJ, Hacer justicia...; op. cit.

45
carolina varsky - lorena balardini

diciones de vida infrahumanas descriptas está presente también la gama


de abusos de índole sexual y la diferenciación de los castigos a partir de
criterios de género, estos aspectos del testimonio quedaron en un segun-
do plano frente a la posibilidad de brindar información que sirviera para
identificar a los compañeros de cautiverio asesinados y sobre cuyo destino
no existían certezas.

La persecución penal acotada del Juicio a las Juntas enfocada en algu-


nos casos paradigmáticos, no contempló la figura jurídica de los delitos
contra la integridad sexual, si bien entre los testimonios brindados hubo
referencias los mismos. En este sentido, en la sentencia de la “Causa 13”
se incluyeron extractos de testimonios en tanto prueba de la aplicación
sistemática de tormentos a los detenidos, testimonios que incluían la des-
cripción de abusos propios de la violencia de género, pero que no podían
ser valorados como tales en el marco de la estrategia criminal de este
proceso penal.

Ahora, si bien técnicamente la posibilidad de juzgamiento de estos delitos si-


guió vigente en épocas de impunidad, esto no implicó la visibilidad del tema.

Pero será en el marco del nuevo proceso de justicia que estas cuestiones
comenzarán a tomar mayor relevancia. Se ha evidenciado un claro salto
cualitativo en la construcción de los relatos, y han comenzado a exponerse
—comparativamente más en el caso de las mujeres— cada vez con mayor
frecuencia los abusos y vejámenes vinculados al género que han sufrido
los detenidos durante sus secuestros.

Llamativamente, estas menciones “nuevas” llamaron la atención de los


funcionarios judiciales. Estos pedían a las víctimas que explicaran por qué
en sus declaraciones anteriores no habían mencionado haber sufrido tam-
bién este tipo de delitos. En ese sentido, se ha avanzado en conceptualizar
las posibilidades fácticas de brindar testimonio en cada etapa del proceso
de justicia, evaluando el momento en el que se comenzó a hablar sobre
estos temas no desde el tiempo transcurrido cronológicamente sino en re-
lación con el contexto —histórico y social— que posibilitaba el testimonio.
En efecto, el desarrollo de las teorías de género, del movimiento feminis-
ta, la inclusión de los crímenes de género en el derecho internacional y la
declaración de estas conductas como delitos de lesa humanidad ayudaron
a las víctimas a vencer los condicionamientos y revelar estos hechos trein-
46
la “actualización” de la verdad a 30 años de CONADEP. el impacto de...

ta años después. Esta particularidad del proceso de justicia contribuye a


generar un contexto favorable para la discusión de lo ocurrido desde una
perspectiva de género.

En 2010 se dictó por primera vez una sentencia en la que se responsabilizó


a un ex oficial de las Fuerzas Armadas de la violación sexual de dos dete-
nidas en un centro clandestino. Se trata del caso en que fue condenado
Gregorio Rafael Molina, ex suboficial de la Fuerza Aérea. Esta sentencia
constituye un precedente importantísimo en tanto resuelve varios de los
obstáculos impuestos por el Poder Judicial para no avanzar en la judi-
cialización de estos delitos; entre ellos, que no se trató de una práctica
sistemática y que sólo se cuenta con el testimonio de la víctima para pro-
bar el hecho. Al respecto, la sentencia expresa que, como parte del plan
clandestino de represión:

“[...] era habitual que las mujeres ilegalmente detenidas fuesen


sometidas sexualmente por sus captores o guardianes o sufrie-
ran otro tipo de violencia sexual. Las violaciones perpetradas no
constituían hechos aislados ni ocasionales, sino que formaban
parte de las prácticas ejecutadas dentro de un plan sistemá-
tico y generalizado de represión llevado a cabo por las Fuer-
zas Armadas durante la última dictadura militar (informe de la
CONADEP y sentencia en la causa 13/84).” (28)

Este fallo representa el corolario de un largo trabajo para lograr la visibili-


zación de este tipo de delitos. La primera referencia a los abusos sexuales
a los que eran sometidas en particular las detenidas mujeres del centro
clandestino “La Cueva” se remonta al juicio a las Juntas Militares, y es
repetida en los juicios por la verdad realizados en la ciudad de Mar del
Plata. Finalmente, con el proceso de justicia reabierto, en el año 2007 esta
misma víctima se presenta como querellante denunciando a Molina por la
comisión del delito de violación sexual contra su persona.

Desde el 2010, estos aspectos de la experiencia concentracionaria ha salido


a la luz cada vez con mayor frecuencia en los juicios de todo el país. La inves-
tigación de estos delitos ha tenido desde aquel entonces un fuerte apoyo
Dossier

 (28) Tribunal Oral en lo Criminal Federal de la Ciudad de Mar del Plata, causa 2086 “Molina,
Gregorio Rafael s/ inf. Art. 80 inc. 2 y 6 y art. 141 ter. C.P”.

47
carolina varsky - lorena balardini

institucional de parte de las agencias estatales a cargo del impulso de los


juicios. La entonces Unidad Fiscal —actual Procuraduría de Crímenes contra
la Humanidad— elaboró en 2011 un documento en el que se discuten los
obstáculos que los operadores de justicia imponen a la judicialización de
estos delitos y brindan argumentos técnicos para superarlos, dando reco-
mendaciones para avanzar a los fiscales que instruyen este tipo de causas. (29)
La procuradora general de la nación, Alejandra Gils Carbó, emitió en 2012
una instrucción general a los fiscales de todo el país para que implementen
las directivas del documento e impulsen investigaciones por estos delitos.

En 2012 y 2013 se han producido dos nuevas condenas por estos deli-
tos. (30) En ambos casos las condenas se produjeron por una ampliación de
la acusación por los hechos ventilados en el juicio.

La publicidad y la discusión pública sobre estos temas es constante. Inclu-


so existe una importante cobertura mediática de las agencias de noticias
que siguen los juicios en todo el país. Esto sin duda ha contribuido a insta-
lar el tema en amplios sectores sociales, incluida la academia.

También es importante destacar que dos de las megacausas que comen-


zaron en 2012 y se encuentran en curso en 2013 —“ESMA III”, en Capital
Federal, y “Arsenal Miguel de Azcuénaga”, en Tucumán— nuclean tam-
bién delitos contra la integridad sexual. En “ESMA III” se trata de un caso
patrocinado por el CELS y por el que fue procesado y elevado a juicio
Jorge “Tigre” Acosta. En “Arsenal Miguel de Azcuénaga”, la importancia
de estos hechos en los testimonios del juicio ha llevado a que se amplíe la
indagatoria a todos los imputados por estos delitos en el marco del juicio.

Finalmente, dos aspectos interesantes e inexplorados aún en relación con


estos delitos surgieron de una resolución del juez Daniel Bejas, de Tucu-
mán, en el marco de la causa “Operativo Independencia”. En primer lugar,

 (29) Unidad Fiscal de Coordinación y Seguimiento de causas por violaciones a los Derechos Huma-
nos, “Consideraciones sobre el juzgamiento de los abusos sexuales cometidos en el marco
del terrorismo de Estado”, [en línea] en http://www.mpf.gov.ar/index.php/reporte-noticias?v
iew=reporte&IdNoticia=337.

 (30) En 2012 se produjo la condena de Musa Azar y otros tres imputados en Santiago del
Estero como autores mediatos de los delitos de abuso y violación sexual, de la misma forma
se procedió en la Causa N° 21/10 “Sambuelli, Danielo Alberto, Benitez, Jorge Alberto y otros
s/ inf. Art. 142 inc. 1), 144 ter primer párrafo con la agravante del 2° párrafo según Ley 14.616
y 55 del CP”, Tribunal Oral de Santa Fe, 06/08/2013.

48
la “actualización” de la verdad a 30 años de CONADEP. el impacto de...

el marco temporal de los hechos: se trata de casos anteriores a marzo de


1976. En segundo lugar, que la violencia sexual se llevó a cabo de dos
formas complementarias: en CCD, pero también en la modalidad de es-
clavitud y servidumbre sexual, en la medida en que los militares ocupaban
casas de los pobladores y sometían a las mujeres a esos tratos que, en
muchos casos, resultaron en embarazos no deseados. Estas son dimen-
siones de la violencia de género en sentido amplio aún poco visibilizadas
que, seguramente, el juicio por estos hechos contribuirá a problematizar.

4 | CONADEP hoy. Avances y deudas


A lo largo del tiempo, la documentación perteneciente a la CONADEP
fue conservada por las oficinas estatales avocadas a la protección de los
derechos humanos: Dirección de Derechos Humanos, Subsecretaría de
Derechos Humanos y Secretaría de Derechos Humanos. Fue la base de la
documentación con la que se creó en diciembre de 2003 el Archivo Na-
cional de la Memoria (ANM). Su misión era conservar los documentos de
la CONADEP y actualizarlos a modo de seguimiento de esta importante
política de verdad. (31)

Mediante la incorporación de nuevos documentos e información, el ANM


corrigió la información original de la CONADEP y estableció el Registro
Unificado de Víctimas del Terrorismo de Estado (RUV) en 2012. El RUV es
una herramienta importante para la sistematización de información relati-
va a las víctimas.

Actualmente no existen informes públicos con los datos del RUV. El acceso
consiste en pedidos específicos de información. Los datos aportados por
esta institución presentan algunos problemas que complejizan la posibili-
dad de conocer el universo de víctimas del terrorismo de Estado.

En primer lugar, los datos se presentan en porcentaje, no números ab-


solutos. El RUV sostiene que como la definición del total de víctimas es
discutida no puede hacer pública la cifra que maneja. Esta respuesta, por
parte de una agencia estatal de esta envergadura, resulta inviable: los re-
gistros de CONADEP no son exhaustivos, no alcanzaron escala nacional
Dossier

 (31) Fuente: sitio oficial del ANM (http://www.derhuman.jus.gov.ar/anm/inf_gestion11.html).

49
carolina varsky - lorena balardini

en los ochenta, y de acuerdo a lo sostenido por integrantes del RUV, la


información que ellos manejan aún no se ha actualizado con los datos de
los legajos de reparación y los de los juicios que se celebran en todo el
país. El alcance territorial limitado y la falta de consideración en el total de
todas las posibles fuentes de información sobre víctimas impiden, a priori,
poseer una cifra exhaustiva. Mientras se tomen los resguardos metodoló-
gicos pertinentes, el RUV podría promocionar sus cifras.

Por otro lado, y a un nivel de disputa más política que técnica, es intere-
sante la discusión sobre el total de víctimas del terrorismo de Estado y lo
que ello representa. El número de 30.000 detenidos desaparecidos fue
elaborado a partir de estimaciones de las ODH y apoyado por declaracio-
nes del ex agente de la DINA chilena Arancibia Clavel. No obstante, cons-
tituye una bandera de lucha de las organizaciones y no una cifra oficial.

De cualquier manera, los informes del RUV no incluyen cifras absolutas,


lo cual dificulta el análisis de la información. La siguiente es una tabla que
resume el dato de víctimas según condición y género:

Tabla 1. Víctimas del terrorismo de Estado,


de acuerdo a condición y género (en porcentaje)

Condición Varones Mujeres Total


Desaparecidos/as 46,40% 16,80% 63,23%
Asesinados/as 9,70% 2,60% 12,44%
Liberados/as 16,20% 8% 24,32%
Total 72,3% 27,4% 100%

Fuente: RUV, 8 de marzo de 2013. El total contempla víctimas de la violencia estatal desde agosto
de 1962 a diciembre de 1983 (el diseño es propio).

No obstante la dificultad de un análisis más comprensivo por la forma de


presentación de los datos, de la tabla se desprende que la mayoría de las
víctimas registradas se encuentran desaparecidas y son varones.

Además de las variables género y condición de la víctima, el RUV aporta


datos del lugar de desaparición de las víctimas. No están disponibles las
otras variables de clasificación con las que trabaja actualmente el RUV, de
acuerdo a lo expresado por sus integrantes. Sería importante que esta in-
formación tenga carácter público, sobre todo para conocer como se está

50
la “actualización” de la verdad a 30 años de
CONADEP. el impacto de...

la “actualización” de la verdad a 30 años de CONADEP. el impacto de...

trabajando sobre las clasificaciones utilizadas por CONADEP. Las catego-


rías utilizadas por la Comisión respecto de la variable ocupación no eran
mutuamente excluyentes. Por ejemplo, algunas eran categorías genéricas
de ocupación como “obreros” y “profesionales” pero a su vez se desagre-
gaban categorías profesionales como “periodistas” o “artistas”; lo mismo
sucede con la extracción social de las víctimas y la superposición, en mu-
chos casos, de la condición de “estudiante” y “trabajador”, categorías
que fueron procesadas por separado pero que podrían corresponden a la
misma víctima. En virtud de lo anterior, es claro que para alcanzar un co-
nocimiento más acabado del universo de víctimas CONADEP y RUV, estas
cuestiones deberían discutirse en la esfera pública.

Respecto de la ausencia de datos absolutos, vemos en esto un enorme pro-


blema que impide dimensionar acabadamente el universo de víctimas. He-
mos realizado una búsqueda complementaria al pedido de informe, de la
que ha surgido material periodístico de interés pero que desafortunadamen-
te no es actual. En el 2009 el ANM registraba 7140 víctimas de desaparición
forzada, 1336 víctimas asesinadas y 2793 liberados/sobrevivientes. Esto da
un total de 11.269 víctimas. De acuerdo a lo expresado por el ANM los regis-
tros originales de CONADEP contenían 544 individuos que eran registrados
como desaparecidos pero no lo estaban, y otros 1009 casos debieron elimi-
narse porque o estaban duplicados o unificados con otros registros. (32)

Es claro que todavía queda un largo camino por recorrer respecto a las refe-
rencias cruzadas entre los archivos del CONADEP y los de otras fuentes, ta-
les como los testimonios en los juicios y los archivos de reparación. El hecho
de que se siga discutiendo el número de víctimas, de que no sea público
y no se vincule al acceso a la justicia en los juicios actuales es un problema
para la obtención de la verdad en el proceso de rendición de cuentas.

4 | Reflexiones finales
El proceso argentino de la búsqueda de la verdad y la justicia por los crí-
menes cometidos durante la última dictadura se ha caracterizado por los
constantes avances y retrocesos según los diferentes gobiernos de los
años ochenta, noventa y principios de los años 2000, hasta alcanzar un
Dossier

 (32) Página/12, “Veinticinco años del informe de la CONADEP”, 15/09/2009.

51
carolina varsky - lorena balardini

punto de convergencia entre la voluntad del Estado y las demandas de


la sociedad civil en 2003. Esta convergencia ha fortalecido el proceso de
rendición de cuentas. No hay dudas de que la única constante en este
proceso cambiante ha sido la lucha de los ODH y el resto de los actores
de la sociedad civil.

Este proceso sigue enfrentando desafíos y obstáculos; no obstante, en tér-


minos generales, está consolidado. Los logros obtenidos son el resultado
de una combinación de muchos elementos diferentes: ODH fuertes, agen-
tes estatales que apoyan los derechos humanos, una importante cantidad
de jueces dispuestos a investigar, empatía con el derecho internacional de
los derechos humanos y los órganos regionales como el Sistema Intera-
mericano y políticas de memoria efectivas. En conjunto, estos elementos
han conllevado al diseño de muchas medidas importantes a favor de la
rendición de cuentas.

Hemos dicho que Argentina experimentó el “rango completo” de meca-


nismos de justicia transicional y sus estrategias; en este artículo nos hemos
enfocado en los vinculados a verdad y a los juicios en la última etapa. Ambas
instancias muestran que hoy existe un alto nivel de rendición de cuentas,
pero a la vez ha quedado en evidencia que aún es necesario tomar medidas
serias para encauzar las cuestiones pendientes de cada mecanismo.

Lo analizado aquí es que si bien han sido éxitos a nivel individual y general,
rara vez se exploraron las sinergias entre estos mecanismos. De los casos
expuestos, que el registro nacional de víctimas no incorpore datos de los
juicios en curso es un ejemplo de esta descoordinación.

En los últimos diez años, la justicia penal ha sido el mecanismo más visible.
Muchas de las reformas institucionales realizadas se relacionaron en este
mecanismo, como la reforma judicial y la creación de órganos especiales
para apoyar los juicios.

Los procesos penales se han extendido a lo largo del tiempo, con resultados
positivos. Los juicios cuentan asimismo con un fuerte apoyo de la sociedad, (33)

 (33) No existen encuestas nacionales sobre la política de derechos humanos. Sin embargo,
la Universidad de Buenos Aires (UBA) incluyó este tema en sus encuestas electorales. Luego
de las elecciones presidenciales de 2011, el 80% de los encuestados estaban a favor de los
juicios. Ver Página 12, “Una agenda que cruza la frontera del voto”, 25 de octubre de 2011.

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la “actualización” de la verdad a 30 años de CONADEP. el impacto de...

pero queda pendiente una profunda discusión acerca del significado social
de estos juicios y el impacto de la verdad que se produce en el marco de los
testimonios y las investigaciones y sentencias judiciales. Para analizar esto, es
crucial tener en cuenta las sinergias entre el resto de los mecanismos y aún
queda trabajo por hacer en cuanto a la difusión de información y el intercam-
bio de estrategias que involucran a la sociedad en general. Ni los operadores
ni los agentes cuentan con una estrategia para compartir esta información.

Aquí hemos analizado algunos elementos propios de la experiencia repre-


siva de la última dictadura que hoy tienen la posibilidad de considerarse
con más profundidad. Sobre la responsabilidad empresarial, las distintas
investigaciones que se llevan a cabo dan cuenta del estrecho vínculo entre
la política represiva y la política económica que se estableció durante el
periodo dictatorial. Esto se ve reflejado tanto en los beneficios que va-
rios grupos económicos obtuvieron por parte de los militares como en las
actuaciones concretas que realizaron los directivos de distintas empresas
para facilitar el secuestro y la tortura de sus empleados.

Respecto de los delitos contra la integridad sexual, la renuencia de


los operadores a investigar en un principio, cuestionando un elemen-
to que aparece como nuevo en los testimonios evidencia como estos
juicios han puesto en cuestión las nociones construidas en torno a los
hechos en los hitos de los ochenta. El Juicio a la Juntas y la CONADEP
son precedentes tan fuertes que parece inviable que algo pueda haber
quedado por fuera de su alcance. Estos juicios demuestran, a nuestro
entender, todo ese amplio espectro que efectivamente no pudo ser
abordado, y ofrecen la oportunidad de una reflexión más profunda y
acabada de esa experiencia. El paso del tiempo ha venido a comple-
jizar el conocimiento que se tenía y ha contribuido a dimensionar más
profundamente lo ocurrido.

Aún resta mucho camino por recorrer para determinar el impacto de estos
juicios a nivel de producción de verdad, no obstante. Un aspecto de este
déficit que abarca diferentes mecanismos es la posibilidad de medir el
impacto de unos sobre otros. En lo que respecta a las víctimas, el primer
obstáculo es el de la delimitación del universo y la diferenciación de su
estatus, midiendo el acceso a la justicia y la reparación financiera. Esto
Dossier

hace difícil la evaluación de la efectividad o deficiencia de las políticas de


rendición de cuentas relevantes.

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carolina varsky - lorena balardini

Por último, respecto al rol de las víctimas en el proceso, las víctimas y sus
familias han sido los principales actores como activistas contra la dictadu-
ra, luchando contra la represión, haciendo declaraciones públicas, denun-
ciando crímenes a nivel nacional e internacional, conduciendo medidas
innovadoras para la producción de conocimiento sobre los crímenes co-
metidos, luchando contra la impunidad y garantizando la reflexión acerca
de las atrocidades del pasado y la necesidad de que no se repitan.

Pero también han desempañado un rol importante como testigos de los


crímenes, convirtiéndose en una parte fundamental de la producción de
pruebas. Sus declaraciones son un aspecto clave de la producción de la
verdad, memoria y evidencia en procesos penales en los que sus testimo-
nios constituyen la única prueba disponible como producto de la destruc-
ción o el ocultamiento de los documentos. Hoy podemos reconocer de
manera diferenciada al menos dos instancias en cuanto a la construcción
de los testimonios. Porque hubo un “sin nombre”, un recordar a otro, a
los que no están y a los represores, y hay un ahora en que el sobreviviente
comienza a hablar de su propio caso.

Lo dicho hasta aquí ha revelado lo difícil que fue poner en movimiento


los diferentes mecanismos de justicia transicional, pero también muestra
cómo los esfuerzos de los diferentes actores han llevado gradualmente
a la consolidación de estrategias favorables a la rendición de cuentas en
Argentina. Si bien no hay dudas de que habrá que vencer otros desafíos,
la mayoría de las estrategias realizadas por los diferentes gobiernos han
asegurado el éxito en la obtención de memoria, verdad, justicia y repara-
ción para las víctimas.

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