Sanna Eliana
Sanna Eliana
PIA
D.N.I. 32.529.943
2019
0
RESUMEN
1
ABSTRACT
Bullying has been constituted as the most common form of aggression among children
and adolescents. It has been defined as any form of physical, verbal or psychological abuse
that occurs among school-age children. These aggressions occur at any time of the day,
arising more frequently in the places where children are most frequented, such as educational
establishments.
2
Índice
Introducción ............................................................................................................................... 5
Capítulo 1: Bullying. Aspectos generales .................................................................................. 7
Introducción ........................................................................................................................... 7
1.1 Definición ......................................................................................................................... 8
1.1.1. El cyberbullying ................................................................................................... 9
1.2. Legislación nacional sobre bullying....................................................................... 10
1.2.1. La ley Nº 23.849. Convención sobre los Derechos del Niño ............................. 10
1.2.2. Ley N° 26.892. Ley para la promoción de la convivencia y el abordaje de la
conflictividad social en las instituciones educativas ........................................................ 11
1.2.2.1. Los aspectos más relevantes de la ley ............................................................ 12
1.2.2.2. Observaciones a la ley .................................................................................... 13
Conclusión ............................................................................................................................ 14
Capítulo 2: La responsabilidad civil de los padres por hechos cometidos por sus hijos menores
.................................................................................................................................................. 15
Introducción ......................................................................................................................... 15
2.1. La responsabilidad civil de los padres en el Código Civil y Comercial ................ 15
2.1.1. Eximentes ........................................................................................................... 23
2.1.2. Responsabilidad concurrente.............................................................................. 26
Conclusión ............................................................................................................................ 27
Capítulo 3: Bullying y responsabilidad civil de los institutos educativos................................ 29
Introducción ......................................................................................................................... 29
3.1 Breves consideraciones sobre la responsabilidad civil de los establecimientos
educativos ............................................................................................................................. 29
3.1.1.1 Factor objetivo de responsabilidad en el CCyC. ............................................ 33
3.1.1.2 Sobre el seguro de responsabilidad civil ........................................................ 37
3.1.1.3 La función preventiva en el Código Civil y Comercial de la Nación .................. 39
3.2 Eximentes ....................................................................................................................... 40
3.3 La Ley Nacional de Responsabilidad del Estado en casos de bullying .......................... 41
Conclusión ............................................................................................................................ 44
Capítulo 4: Reflexiones sobre el Bullying o Acoso Escolar. Jurisprudencia. .......................... 45
I Introducción .................................................................................................................. 45
4.1 La previsibilidad de infortunios. Sucesos que no constituyen caso fortuito según la
jurisprudencia. .................................................................................................................. 46
4.2. Caso fortuito .................................................................................................................. 47
4.3. Datos de relevancia sobre el bulliyng ........................................................................... 50
3
Conclusión ............................................................................................................................ 51
CONCLUSIONES FINALES .................................................................................................. 53
Bibliografía............................................................................................................................... 56
Jurisprudencia....................................................................................................................... 58
Legislación ........................................................................................................................... 59
4
Introducción
5
violencia escolar. Por su parte, los objetivos específicos consistirán en analizar el fundamento
de la responsabilidad civil por el hecho de terceros.
De esta manera, se analizará la regulación de la responsabilidad de los
establecimientos educativos de los hechos ocurridos dentro de ellos en relación con la función
preventiva del derecho de daños y se identificarán los límites de la responsabilidad parental
por las situaciones ocasionadas por los hijos. Asimismo, se analizarán las obligaciones de los
padres y los establecimientos educativos en materia de prevención de potenciales daños.
La hipótesis por confirmar, o descartar, es que los padres y los establecimientos
educativos son responsables por los casos de bullying que se presenten bajo su esfera de
competencia. Ahora bien, el presente trabajo de investigación utilizará el tipo descriptivo.
Mientras que la estrategia metodológica, será la cualitativa. Aunado a ello, la técnica de
recolección de datos que se empleará será la de observación de datos o documentos, es decir,
la revisión documental de la legislación nacional y de los acuerdos internacionales,
jurisprudencia y doctrina relativas al principio en estudio.
En cuanto a la delimitación temporal del presente trabajo, se tomará como punto de
partida la sanción del Código Civil y Comercial1. Con respecto a los niveles de análisis, la
investigación comprenderá el estudio de legislación, doctrina y jurisprudencia nacional,
haciendo referencia en algunos casos al derecho comparado. También se examinarán aquellos
acuerdos internacionales celebrados por la República Argentina que consagren principios o
garantías relativas al instituto.
El presente trabajo de investigación se dividirá en cuatro capítulos. El Capítulo I
analizará los aspectos generales del bullying, su concepto, y los distintos factores que inciden
en é a fin de introducir al lector en la problemática abordada. El Capítulo II tratará sobre la
responsabilidad civil de los padres o tutores por los hechos de los menores, el alcance de la
misma y los hechos concurrentes. El Capítulo III abordará la responsabilidad civil de los
establecimientos educativos, deberes y obligaciones de los mismos, factor objetivo y
eximentes. El Capítulo IV desarrolla consideraciones en relación al acoso, se analiza
jurisprudencia, el caso fortuito y se esbozan consideraciones de relevancia sobre la
problemática del acoso escolar para arribar por ultimo a las conclusiones finales
1
Código Civil y Comercial de la Nación. Boletín Oficial de la República Argentina, 08 de Octubre del 2014.
6
Capítulo 1: Bullying. Aspectos generales
Introducción
Las conductas hostiles de agresión física o psíquica, realizada por uno o varios niños en
perjuicio de otro, tiende a ser más común en las escuelas de lo que se piensa. De acuerdo con
un estudio realizado por la UNESCO en 2012, en América Latina a estudiantes de sexto grado
de 16 países, el 51.1% de ellos respondieron haber sufrido insultos o golpes por parte de sus
compañeros de escuela un mes antes del estudio. Por otro lado, el 26,6% sufrió de violencia
verbal, mientras que 16% sufrió violencia física. De esta manera, los índices más altos de
violencia física se ubicaron en Argentina con 23,5% de los casos2.
Es importante aclarar que las causas por las cuales un niño resulta elegido como blanco
de estos ataques son variados, y pueden ir desde violencia en el hogar sufrido por los
agresores, hasta problemas de autoestima por parte de las mismas víctimas. Asimismo, el
acoso reiterado tiende a dejar importantes secuelas negativas en la salud física y psicológica
de la víctima que pueden presentarse en su vida de adulto, entorpeciendo su desenvolvimiento
social.
De esta manera, a pesar de su gravedad, este fenómeno puede resultar poco conocido
por aquellos principales actores que deben intervenir para su resolución, como los padres y
luego, los docentes o educadores; y, los directivos de las instituciones educativas, con lo cual,
la víctima se ve impedida de obtener ayuda de ellos.
Por lo tanto, dada la importancia que reviste conocer del tema para prevenir y combatir
el bullying, este capítulo se centrará en diversos aspectos del tema. En primer lugar, se
desarrollará una definición de lo que debe entenderse por bullying a la luz de los aportes
hechos por algunos autores que han investigado en la materia. Ello para poder diferenciarlo de
otras situaciones de acoso.
En razón de ello, es importante resaltar algunas de las causas del bullying para intentar
determinar el origen de dicha situación, desde el punto de vista de diferentes teorías
sociobiológicas y psicológicas. De esta manera se expondrá las diferentes formas en el que el
2
Arellano, R. (2015). Bullying y nuevas tecnologías: su adecuado encuadre jurídico y regulatorio. Buenos Aires,
Argentina. Ed: Thompson Reuters.
7
bullying se manifiesta de parte del agresor, en cuanto a los medios usados para acosar; así en
las manifestaciones de las consecuencias del bullying en la salud de la víctima. Así como
también, los tipos de bullying según varios parámetros de clasificación, y se dará especial
atención al llamado ciberbullying.
1.1 Definición
Por otro lado, según Olweus (1993), el bullying es un hostigamiento sufrido por un
alumno de forma repetida y durante un tiempo prolongado, llevado a cabo por otro alumno o
varios de ellos. El bullying siempre es un acoso escolar psicológico, físico y/o verbal, pero
requiere que se realice por tiempo largo e indefinido, de forma constante, y con intención de
provocar un daño físico o psicológico, para que se encuadre dentro de tal figura. Asimismo, el
agresor tiene una posición de poder sobre la víctima, puede que sea más fuerte desde el punto
de vista físico o psicológico, de manera que se aprovecha de esa superioridad para someterla
(Arellano, 2015).
3
Artículo 2 de la Ley de Prevención y Erradicación del Acoso Escolar de la Provincia de San Luis. Boletín
Oficial de la Provincia de San Luis Argentina, 01 de Julio del 2013.
8
Por otro lado, según (Capomasi, 2014), el bullying es un acoso hostil, persecutorio,
físico o psíquico, reiterado que tiende a causar desequilibrio psicológico al agredido.
Asimismo, se debe aclarar que el bullying puede ser generado no sólo por alumnos, sino
incluso por docentes hacia alumnos o viceversa, o cualquier persona que forma parte de la
comunidad educativa.
Cabe destacar que, una característica definitoria del bullying es que exista una posición
de superioridad del acosador, y de indefensión de la víctima, siempre que formen parte de la
comunidad educativa (docentes, alumnos, personal administrativo). La superioridad para el
abuso del poder no sólo es física, sino también psicológica o emocional, e incluso puede darse
a partir de una posición de poder en la escuela. En este caso, el docente puede abusar de su
puesto, del cual depende la calificación del alumno, para abusar de éste y acosarlo de forma
hostil.
Por su parte, Díaz-Aguado (2005) también considera que el bullying supone un abuso
de poder, contra una víctima que no puede defenderse por sí sola para salir de esta situación, y
en la cual se mantiene debido a la ignorancia o pasividad de las personas que rodean a los
agresores y a las víctimas, sin intervenir.
1.1.1. El cyberbullying
El problema del bullying tiende a intensificarse en los últimos tiempos con el uso a
temprana edad de la tecnología (celulares inteligentes, tablets, computadoras personales) e
Internet, especialmente por medio de las redes sociales (Arias, 2015). En este sentido, el
ciberbullying es definido por Peter Smith (2008), como una agresión intencional de forma
repetida y constante a lo largo del tiempo contra una víctima, que se realiza mediante el uso
de tecnología de información y comunicación en todas sus formas (redes sociales, mensajes
de texto, entre otros), para dañar la integridad del niño o adolescente. El acosador intenta que
el acoso, las burlas y humillaciones hacia la víctima se viralicen a través de las redes sociales.
En estos casos no se presentan golpes ni insultos, pero sus efectos pueden ser tan
dañinos como el bullying tradicional. Las herramientas más usadas para el cyberbullying son
los mensajes de textos o chats (sms, whatsapp, etc), correos electrónicos anónimos, páginas
web o blogs difamatorios. De esta forma, las víctimas son perjudicas dentro y fuera de las
escuelas (Arellano, 2015).
9
1.2.Legislación nacional sobre bullying
En este punto se debe aclarar que, a pesar de no existir una ley específica sobre el
bullying, en el derecho argentino se han aprobado normas que brindan herramientas para
hacer frente al acoso escolar.
Entre los aspectos más importantes de la Convención se destaca que se pide a los
Estados las medidas para proteger al niño y adolescente contra diversas formas de
discriminación o represalias por la condición social, oficio, o creencias de sus progenitores
establecido en el artículo 28.
Asimismo, se garantiza el derecho a la libertad de expresión del niño por medio del
artículo 13.19; y se consagra el derecho del niño a la libertad de pensamiento, conciencia y
religión en el artículo 14.110. De igual manera, dispone que ningún niño sea objeto de
intromisiones violentas e ilegales en su vida privada, su familia, su domicilio ni de ataques
ilegales a su reputación por medio del artículo 1611. También se establece una obligación para
los Estados, aprobar medidas para proteger al niño contra abusos físicos, abuso mental o
sexual, maltratos y explotación, por medio del artículo 19.112.
4
Ley Nº 23.849. Convención sobre los Derechos del Niño. Asamblea General de las Naciones Unidas, 20 de
Noviembre de 1989.
5
Ley Nº 23.849. Convención sobre los Derechos del Niño. Boletín Oficial de la República Argentina, 27 de
septiembre de de 1990.
6
Convención sobre los Derechos del Niño. Asamblea General de las Naciones Unidas. 20 de noviembre de 1989.
7
Artículo 75 de la Constitución Nacional. Boletín Oficial de la República Argentina, 28 de Junio de 1966.
8
Artículo 2 de la Convención sobre los Derechos del Niño. Asamblea General de las Naciones Unidas. 20 de
noviembre de 1989.
9
Artículo 13.1 de la Convención sobre los Derechos del Niño. Asamblea General de las Naciones Unidas. 20 de
noviembre de 1989.
10
Artículo 14.1 de la Convención sobre los Derechos del Niño. Asamblea General de las Naciones Unidas. 20 de
noviembre de 1989.
11
Artículo 16 de la Convención sobre los Derechos del Niño. Asamblea General de las Naciones Unidas. 20 de
noviembre de 1989.
12
Artículo 19.1 de la Convención sobre los Derechos del Niño. Asamblea General de las Naciones Unidas. 20 de
10
1.2.2. Ley N° 26.892. Ley para la promoción de la convivencia y el abordaje de
la conflictividad social en las instituciones educativas13
Vale destacar que los principios que fundamentan y rigen la ley están contemplados en
el artículo 2 de la norma en análisis a saber: a) El respeto irrestricto a la dignidad e intimidad
de las personas; b) El reconocimiento de los valores, creencias e identidades culturales de
todos; c) El respeto y la aceptación de las diferencias, el rechazo a toda forma de
discriminación, hostigamiento, violencia y exclusión en las interacciones entre los integrantes
de la comunidad educativa, incluyendo las que se produzcan mediante entornos virtuales y
otras tecnologías de la información y comunicación.
Así como también, la valoración primordial del sentido formativo de las eventuales
sanciones o llamados de atención; j) El reconocimiento y reparación del daño u ofensa a
Noviembre de 1989.
13
Ley Nº 26.892. Ley para la promoción de la convivencia y el abordaje de la conflictividad social en las
instituciones educativas, Boletín Oficial de la República Argentina, 11 de Septiembre de 2013.
14
Artículo 1 de la Ley Nº 26.892. Ley para la promoción de la convivencia y el abordaje de la conflictividad
social en las instituciones educativas, Boletín Oficial de la República Argentina, 11 de Septiembre de 2013.
11
personas o bienes de las instituciones educativas o miembros de la comunidad educativa por
parte de la persona o grupos responsables de esos hechos.15
La ley aborda la violencia que ocurra dentro y fuera del espacio físico de la escuela,
pues se refiere también el entorno virtual, e incluso fuera del período de clases, siempre que
los actores involucrados sean miembros de la comunidad educativa (Bustos, 2014). También
compete a la ley, la violencia que se genere en todos los niveles de educación del país (inicial,
primario, secundario, universitario) y en todas las modalidades (escuelas de arte, educación
física, entre otros). De igual forma, comprende a las instituciones públicas y privadas.
Es importante mencionar que, entre los objetivos de la ley están el orientar las
sanciones a aplicar, se encuentra el fortalecer a las instituciones educativas y a sus docentes,
para la prevenir la violencia. Asimismo, debe promover la creación de equipos de
especialistas profesionales para prevenir y solventar hechos de violencia, así como también,
desarrollar investigaciones sobre la convivencia en las escuelas, ello de acuerdo a lo
establecido en el artículo 3 de la mencionada ley16.
De esta manera, para fortalecer las instituciones, en aras de la prevención, el
Ministerio de Educación de la Nación debe ofrecer capacitación a los docentes y personal
administrativo acerca de cómo prevenir y tratar la violencia escolar. Aunado a ello, debe crear
y fortalecer equipos especializados de profesionales para apoyar a la comunidad educativa en
el combate de la violencia escolar y elaborar líneas de acción para prevenir y atacar la
problemática, y delegar su ejecución entre los miembros de la comunidad educativa. Así
como también, debe crear una línea telefónica nacional gratuita para atender de situaciones de
violencia escolar, de acuerdo a lo estipulado en el artículo 817.
Por otro lado, las normas y líneas de acción que elabore el Ministerio de Educación de
la Nación, para orientar a la comunidad educativa en la prevención y resolución los conflictos
escolares, deben organizar a la institución educativa de una forma tal que garantice la
participación de los alumnos en asuntos de la vida escolar.
Asimismo, esas normas deben establecer sanciones con fin educativo para que el
15
Art.2, Ley Nº Ley Nº 26.892. Ley para la promoción de la convivencia y el abordaje de la conflictividad social
en las instituciones educativas, Boletín Oficial de la República Argentina, 11 de Septiembre de 2013.
16
Artículo 3 de la Ley Nº 26.892. Ley para la promoción de la convivencia y el abordaje de la conflictividad
social en las instituciones educativas, Boletín Oficial de la República Argentina, 11 de Septiembre de 2013.
17
Artículo 8 de la Ley Nº 26.892. Ley para la promoción de la convivencia y el abordaje de la conflictividad
social en las instituciones educativas, Boletín Oficial de la República Argentina, 11 de Septiembre de 2013.
12
agresor aprenda a hacerse responsable de sus actos (González, 2013). Tales sanciones deben
ser proporcionales en relación con la transgresión cometida; y el agresor debe tener derecho a
ser escuchado, ello según el artículo 718.
Tales sanciones no deben violar el derecho a la educación del agresor; a pesar de las
faltas cometidas, no le deben impedir su continuidad en el sistema educativo. Por lo cual, si el
agresor es sancionado con la expulsión de la escuela, se le debe garantizar continuar sus
estudios en otra escuela (Bustos, 2014).
Cabe destacar además que, el Ministerio de Educación de la Nación tiene la
competencia de realizar investigaciones cualitativas y cuantitativas acerca de la violencia en
las escuelas, para generar información acerca de prácticas que permitan solucionar conflictos
en las instituciones educativas de forma pacífica, de acuerdo a lo establecido en el artículo 919.
El autor Capomasi (2014), critica el hecho de que la ley no contenga una definición de
lo que debe entenderse por bullying. Ello a pesar de que en el texto se hace referencia a
términos como, "conflictividad", “hostigamiento” y “maltrato físico o psicológico”, tampoco
se define cada término. Por ello, quedaría a discreción de las autoridades encuadrar el
supuesto acto de bullyingen la ley, según su subjetividad. La falta de esas definiciones podría
dificultar diferenciar hechos aislados de violencia, de los casos que realmente constituyen
actos de bullying, lo que a su vez retrasaría la detección del mismo y la actuación para su
abordaje.
Es importante resaltar que, la norma tiene un carácter "programático", señala Bidart
(1998), es decir propone un programa y por ende, se requiere de otra norma que la reglamente
para funcionar plenamente. Asimismo, se basa solo en exponer los principios y derechos que
emerge de la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño20 y de la Ley N° 26.061
de Protección Integral de Niños, Niñas y Adolescentes21(Seda, 2013).Empero, al no definir al
maltrato escolar de forma precisa, no logra abordar el problema de una de manera práctica.
18
Artículo 7 de la Ley Nº 26.892. Ley para la promoción de la convivencia y el abordaje de la conflictividad
social en las instituciones educativas, Boletín Oficial de la República Argentina, 11 de Septiembre de 2013.
19
Artículo 9 de la Ley Nº 26.892. Ley para la promoción de la convivencia y el abordaje de la conflictividad
social en las instituciones educativas, Boletín Oficial de la República Argentina, 11 de Septiembre de 2013.
20
Convención sobre los Derechos del Niño. Asamblea General de las Naciones Unidas. 20 de Noviembre de
1989.
21
Ley N° 26.061 de Protección Integral de Niños, Niñas y Adolescentes. Boletín Oficial de la República
Argentina, 21 de Octubre del 2005.
13
Conclusión
14
Capítulo 2: La responsabilidad civil de los padres por hechos cometidos por
sus hijos menores
Introducción
En las relaciones familiares la educación, valores éticos y morales que le inculquen los
padres y/o representantes a sus descendencias, es de vital importancia para la formación de
ciudadanos del futuro, con criterios acertados y acordes a las diversas situaciones que se
presenten. Ello debido a que la primera educación que reciben los niños, niñas y adolescentes
es la que se imparte en el hogar.
De esta manera, los padres tienen una responsabilidad adquirida por las acciones o
daños que cometan sus hijos menores de 18 años no emancipados. En ese sentido, los padres
como un principio de ética social deben ocuparse de las acciones que estos hayan cometido de
una forma activa, imprudente y desacertada.
Este capítulo se centra en analizar la responsabilidad de los padres por los hechos de
sus hijos menores de edad: la regulación en el Código Civil y Comercial22, los presupuestos y
fundamentos de la responsabilidad, la responsabilidad objetiva, las causales de eximición de
responsabilidad, etc.
En principio, corresponde indicarse que en los casos donde la institución haya previsto
o solicitado ayuda con un caso del bullying a los padres de los involucrados, y estos no hayan
tomado acción al respecto, continuándose la problemática y llegando a generar daños, serán
los propios padres los responsables. Esto debido a que se considera que la diligencia debida
fue ejercido por el establecimiento educativo.
Por lo tanto, no hay discusión en relación a que los padres deben dar vigilancia y
seguimiento al actuar de sus hijos, pero, cuando éste se encuentra recibiendo clases en la
escuela se entiende que se traspasa circunstancialmente la custodia sobre el mismo. Es por
ello que al producirse un daño que pueda atribuirse a la ineficacia, negligencia o ausencia de
vigilancia que debiera proveer la institución por su naturaleza y finalidad. Por otro lado, la
22
Código Civil y Comercial de la Nación. Boletín Oficial de la República Argentina, 08 de Octubre del 2014.
15
jurisprudencia se ha basado en la transferencia del poder a quien esté encargado del menor
para responsabilizarle, pues es quién podía y debía evitar dicho daño (Parellada, 2012).
Cabe destacar además que, en el actual Código Civil y Comercial de la Nación23 los
lineamientos generales del régimen de responsabilidad civil se basan en la funciones de
prevención y reparación del daño.
En primer lugar, el artículo 1710 del Código Civil y Comercial de la Nación 24, en
referencia al deber de prevención establece que toda persona tiene el deber, en cuanto de ella
dependa, de evitar causar un daño no justificado. Así como también, de adoptar de buena fe y
conforme a las circunstancias, las medidas razonables para evitar que se produzca un daño, o
disminuir su magnitud. Asimismo, el deber de no agravar el daño, si el mismo ya se produjo25.
Aunado a ello, el artículo 171126 regula la acción preventiva de daño y señala que
procede cuando una acción u omisión antijurídica hace previsible la producción de un daño,
su continuación o agravamiento. Por lo cual, no es exigible la concurrencia de ningún factor
de atribución27.
Por otra parte, el artículo 171228 dispone, en materia de legitimación activa, que “están
legitimados para reclamar quienes acrediten un interés razonable en la prevención del daño”.
Por lo cual, se desprende su análisis que el interés razonable se ponderará en cada caso en
particular. Con respecto a la reparación, se deben seguir los preceptos establecidos por el
artículo 1716 del Código Civil y Comercial de la Nación29 del cual surge el principio de no
dañar. Por lo cual, como asevera esta normativa la violación del deber de no dañar a otro, o el
incumplimiento de una obligación, da lugar a la reparación del daño causado30.
En referencia al daño propiamente dicho, no puede obviarse que hay daño cuando se
23
Código Civil y Comercial de la Nación. Boletín Oficial de la República Argentina, 08 de Octubre del 2014.
24
Artículo 1710 del Código Civil y Comercial de la Nación. Boletín Oficial de la República Argentina, 08 de
Octubre del 2014.
25
Artículo 1710 del Código Civil y Comercial de la Nación. Boletín Oficial de la República Argentina, 08 de
Octubre del 2014.
26
Artículo 1711 del Código Civil y Comercial de la Nación. Boletín Oficial de la República Argentina, 08 de
Octubre del 2014.
27
Artículo 1711 del Código Civil y Comercial de la Nación. Boletín Oficial de la República Argentina, 08 de
Octubre del 2014.
28
Artículo 1712 del Código Civil y Comercial de la Nación. Boletín Oficial de la República Argentina, 08 de
Octubre del 2014.
29
Artículo 1716 del Código Civil y Comercial de la Nación. Boletín Oficial de la República Argentina, 08 de
Octubre del 2014.
30
Artículo 1716 del Código Civil y Comercial de la Nación. Boletín Oficial de la República Argentina, 08 de
Octubre del 2014.
16
lesiona un derecho o un interés no reprobado por el ordenamiento jurídico, que tenga por
objeto la persona, el patrimonio o un derecho de incidencia colectiva, tal y como lo establece
el artículo 1737 Código Civil y Comercial de la Nación31. Al acontecer esta circunstancia, se
prevé un régimen indemnizatorio a favor de la víctima.
Por otro lado, la indemnización debida debe contemplar el lucro cesante, las
consecuencias padecidas por la violación de los derechos personalísimos del dañado, de su
integridad personal, salud psicofísica, sus afecciones espirituales y las que resulten de la
interferencia en su proyecto de vida. Ello tal como lo establece el artículo 1738 del Código
Civil y Comercial de la Nación32.Estas pautas precitadas son fundamentales para comprender
los cimientos sobre los cuales se estructura el régimen de la responsabilidad civil en el
ordenamiento jurídico argentino.
Ahora bien, los padres tienen suma responsabilidad en las actuaciones que realizan los
hijos menores de edad, es decir estos son responsables solidarios. Esta situación, en particular,
se encuentra regulada bajo la denominación de responsabilidad parental, entre los artículos
638 y 704 del Código Civil y Comercial de la Nación33.
Conforme surge del propio artículo 638 Código Civil y Comercial de la Nación34., la
responsabilidad parental comprende el conjunto de deberes y derechos que corresponden a los
progenitores sobre sus hijos mientras éstos sean menores de edad. En ese sentido, los
progenitores o quienes tengan en cabeza la titularidad del ejercicio de la responsabilidad
parental (pudiendo referirse al caso de quien tenga al menor en guarda) son garantes de la
protección, desarrollo y formación de los mismos. También, son sus representantes legales en
la eventual contienda judicial. De igual modo, Jalil y Magri (2017), consideran que:
Como en toda responsabilidad refleja, el hecho dañoso de autoría material del hijo
debe reunir los requisitos propios para atribuirle responsabilidad civil, sea o no
imputable, rigiendo las normas generales. En caso contrario, los progenitores no
responden. El factor de atribución es objetivo, conforme el art. 1755 CCC, y la
responsabilidad del hijo es concurrente con la de los padres debiendo regir los
artículos 850 a 852 CCC. Entre progenitores la responsabilidad es solidaria. En el
31
Artículo 1737 del Código Civil y Comercial de la Nación. Boletín Oficial de la República Argentina, 08 de
Octubre del 2014.
32
Artículo 1738 del Código Civil y Comercial de la Nación. Boletín Oficial de la República Argentina, 08 de
Octubre del 2014.
33
Artículos 638 y 704 del Código Civil y Comercial de la Nación. Boletín Oficial de la República Argentina, 08
de Octubre del 2014.
34
Artículo 638 del Código Civil y Comercial de la Nación. Boletín Oficial de la República Argentina, 08 de
Octubre del 2014.
17
nuevo régimen la responsabilidad civil de los padres cesa: A) cuando cesa la
responsabilidad parental (alcanzando el menor la edad de 18 años, tomando los
hábitos el progenitor al ingresar a un instituto monástico, por emancipación y por
la adopción del hijo por un tercero (art. 699 CCC), B) cuando se le suspende al
progenitor el ejercicio de la responsabilidad parental por causas no imputables
(art. 1755 CCC, con referencia a los arts. 700 y 702, por ejemplo por ausencia con
presunción de fallecimiento o limitación de la capacidad), C) en los casos en los
que se coloque a los hijos bajo la vigilancia de otra persona (1755 CCC), D) el
supuesto del progenitor no conviviente y, E) daños causados por los hijos en
ejercicio de su capacidad negocial (art. 1755 CCC). (p. 1).
Aunado a ello, según lo establecido en el artículo 639 del Código Civil y Comercial de
la Nación35, los principios que rigen la responsabilidad parental, son: el interés superior del
niño, la autonomía progresiva del niño, sus aptitudes psicofísicas, su desarrollo, el derecho a
ser oído y que su opinión sea tomada en cuenta según su edad y grado de madurez. Para ello
debe de existir una perfecta democratización familiar que no es más que la participación
activa y consensuada de los integrantes del núcleo familiar. Al respecto Leiva (2016), asegura
que:
Entre los padres o madres e hijos debe estar presente el reconocimiento de los
progenitores como responsables de guiar al hijo o hija a fin de que, conforme a su
madurez y desarrollo, ejerza los derechos personalísimos del que es titular. El
principio de autonomía o capacidad progresiva de los niños, niñas y adolescentes
está contemplado por el artículo 5º de la Convención de los Derechos del Niño y
contenido en el artículo 3º inc. D) de la Ley 26.06136 e importa el reconocimiento
normativo de una capacidad escalonada, progresiva, gradual de los niños, niñas y
adolescentes en la adjudicación de roles y funciones, que se irá incrementando a
medida de su edad, grado de madurez, capacidad de discernimiento y demás
condiciones personales. El interés superior del niño, es un principio rector de la
Convención de los Derechos del Niño, que enuncia que ese interés está primero en
el orden de jerarquía, es decir antes que el de los padres biológicos, antes que el
de los hermanos, antes que el de los guardadores, antes que el de los tutores, antes
de todo otro interés. (p. 2)
35
Artículo 639 del Código Civil y Comercial de la Nación. Boletín Oficial de la República Argentina, 08 de
Octubre del 2014.
36
Ley N° 26.061 de Protección Integral de Niños, Niñas y Adolescentes. Boletín Oficial de la República
Argentina, 21 de Octubre del 2005.
37
Artículo 1755 del Artículo 1710 del Código Civil y Comercial de la Nación. Boletín Oficial de la República
Argentina, 08 de Octubre del 2014.
18
De igual manera, el artículo especifica que la responsabilidad no cesa en caso de
que el ejercicio de la responsabilidad parental sea delegado a un pariente, el cuales un
supuesto previsto en el artículo 643 del CPCCN38. Ello se debe a que el mismo es de
carácter excepcional y transitorio y tiene un plazo máximo de un año pudiendo
renovarse judicialmente por razones justificadas. Asimismo, los progenitores mantienen
la titularidad de la responsabilidad parental y el derecho de supervisar la crianza y
educación de sus hijos.
Por otro lado, Jalil y Magri (2017), sostienen que “se ha propiciado que la comisión de
un hecho ilícito dañoso por el hijo menor, haría presumir falta de atención o de cuidado por
parte de los padres en lo relativo al cumplimiento de los deberes de educación y vigilancia
con respecto a aquél” (p. 2). En base a ese razonamiento, podemos entender que se
interpretaba que las acciones cometidas por el menor de edad, resultaban del hecho de no
estar siendo cuidado, ni educado adecuadamente por sus padres y/ o representantes.
Por su parte, en el antiguo Código Civil39, se suponía que los padres se solidarizarán
con los actos que cometían sus hijos, sin perjuicio de incurrir en responsabilidad los que
fueran mayores de diez años y cuando los padres no convivieran juntos, esta responsabilidad
caía en el progenitor que estuviera a cargo del menor. Jalil y Magri (2017), afirman que:
“Lo establecido sobre los padres rige respecto de los tutores y curadores, por los
hechos de las personas que están a su cargo y establecía que la responsabilidad de
los padres cesa cuando el hijo ha sido colocado en un establecimiento de cualquier
clase (p. 3).
38
Artículo 643del Código Civil y Comercial de la Nación. Boletín Oficial de la República Argentina, 08 de
Octubre del 2014.
39
Código Civil de la República Argentina. . Boletín Oficial de la República Argentina, 01 de Enero de 1871.
19
Esta responsabilidad que asumen los padres y/o representantes por los daños causados
por los niños es directa, si bien esta conducta es ajena, se responde por los daños que provoca
otra persona y no por el hecho propio. En el nuevo Código los padres son considerados los
responsables por los daños causados por los menores a su cargo. Al respecto Leiva (2016)
considera que:
Los padres son responsables por ser los titulares de la responsabilidad parental, debiendo
cargar con los daños que sus hijos provoquen a los terceros en forma objetiva, sin que
puedan alegar haber ejercido, por ejemplo, una vigilancia activa, como ocurría en el
código derogado (p. 3).
De esta manera, para que los padres tomen parte de la responsabilidad de los hijos
tienen que tener menos de 18 años de edad y estar bajo su tutela, mientras que el hijo debe de
encontrarse sujeto a esta responsabilidad parental, además los padres deben de estar
conviviendo con el menor, es decir estar bajo su completa responsabilidad. Leiva (2016),
explica que:
El menor debe haber cometido un hecho ilícito dañoso para un tercero. En el Nuevo
Código se exige que el menor haya cometido un acto antijurídico en sentido amplio, lo
que engloba también los actos objetivamente ilícitos de los menores de diez años (p. 6).
20
En el marco de la responsabilidad por el hecho de terceros se consagra la regulación de la
responsabilidad de los padres por los daños causados por sus hijos menores en los arts.
1754 y 1755 del Cciv. Y Com. El nuevo Código innova en esta materia, al consignar
expresamente el carácter objetivo del factor de atribución de la responsabilidad de los
padres por los hechos de sus hijos menores en el art. 1755. En opinión de Reyna, en el
esquema propuesto, el fundamento de la responsabilidad de los padres se asienta sobre el
riesgo derivado del ejercicio de la responsabilidad parental, no sobre la responsabilidad
parental en sí misma, como una aplicación particular de la responsabilidad por el
desarrollo de actividades que resultan riesgosas por su naturaleza, los medios empleados
o las circunstancias del caso. (p. 1)
Por lo tanto, si el padre es menor de edad y el hijo comete algún daño responderá
quien tenga la patria potestad del progenitor menor de edad, ya que no cuenta con la edad
suficiente para tener la patria potestad de su propio hijo. Asimismo, Plovanich (2015) asegura
que “En el Código Civil y Comercial unificado se es adolescente desde los 13 años, según el
artículo 2542, a diferencia del régimen que se sustituye estos padres ejercen la responsabilidad
parental” (p. 5).
41
Código Civil y Comercial de la Nación. Boletín Oficial de la República Argentina, 08 de octubre de 2014.
42
Artículo 25 del Código Civil y Comercial de la Nación. Boletín Oficial de la República Argentina, 08 de
Octubre del 2014.
21
En este sentido, la responsabilidad propia del ejercicio parental sobre la educación en
la formación de los niños, conforma la figura de un educador en la constitución de la
identidad del niño, ya que pasa a ser una imagen de identificación, de guía emocional y de
contención afectiva, cuyas capacidades se aprenden y para ello alguien debe enseñarlas.
A pesar de este criterio, parte de la doctrina ya consideraba que los padres no eran
ajenos a la responsabilidad, en virtud de ser quienes han conducido a sus hijos en sus
primeros pasos, sea en mayor o menor medida y a formar su carácter. Es por ello que, la
decisión legislativa actual de imponerles responsabilidad, considerando específicamente que
la situación de la víctima requiere de un responsable solvente que contribuya en el
resarcimiento de los daños (Parellada, 2012).
43
Artículo 1115 del Código Civil de la República Argentina. . Boletín Oficial de la República Argentina, 01 de
Enero de 1871.
44
Código Civil de la República Argentina. . Boletín Oficial de la República Argentina, 01 de Enero de 1871.
45
Artículo 1114 del Código Civil de la República Argentina. . Boletín Oficial de la República Argentina, 01 de
Enero de 1871.
46
Código Civil de la República Argentina. . Boletín Oficial de la República Argentina, 01 de Enero de 1871.
22
2.1.1. Eximentes
En ese contexto mientras los niños sean menores de edad los padres deben de
responder y si estos tienen hijos, los abuelos tendrían que hacerse cargo de los daños
ocasionados por estos. Asimismo, Plovanich (2015), afirma que “El criterio adoptado por la
jurisprudencia desde hace ya largo tiempo, es que la edad se considera al momento del hecho
y no en el de la sentencia” (p. 5).
De igual manera, en ese mismo artículo, de manera general, señaló que los padres no
eran responsables por los daños causados por sus hijos cuando demuestren que les fue
imposible impedirlos. En este asunto se observa claramente la eximente, la cual en íntima
relación con la anterior, requiere de los padres la carga de la prueba.
Pero, con el nuevo Código son modificadas e incluidas nuevas eximentes para los
padres como por ejemplo la del artículo 175550, al establecer “Los padres no se liberan,
aunque el hijo menor de edad no conviva con ellos, si esta circunstancia deriva de una causa
que les es atribuible” Por lo tanto, por interpretación en contrario, se considera que los padres
que no convivan con sus hijos, pueden ser liberados de responsabilidad, cuando esa
circunstancia no deriva de alguna razón que les es atribuible.
Es importante aclarar que, los padres tampoco responden ante alguna obligación
contractual válidamente contraídas por sus hijos. Con respecto a aquellas personas a quienes
47
Artículo 1116 del Código Civil de la República Argentina. . Boletín Oficial de la República Argentina, 01 de
Enero de 1871.
48
Artículo 1115 del Código Civil de la República Argentina. . Boletín Oficial de la República Argentina, 01 de
Enero de 1871.
49
Código Civil de la República Argentina. . Boletín Oficial de la República Argentina, 01 de Enero de 1871.
50
Artículo 1755 del Código Civil y Comercial de la Nación. Boletín Oficial de la República Argentina, 08 de
Octubre del 2014.
23
se les encargó el ejercicio de la responsabilidad parental, tales como tutores o curadores, son
solo liberados cuando acreditan que no les fue imposible evitar el daño causado por quienes
estén a su cargo. Ello no puede ser limitado a que el hecho haya ocurrido fuera de su
presencia.
Por lo tanto, a mayor abundamiento, los padres no pueden ser exonerados con las
pruebas de falta de culpa, sino con la ruptura del nexo causal, la prueba del hecho del
damnificado, del tercero o el caso fortuito, esta atribución de responsabilidad es loable, estas
situaciones no pueden ser reprochadas en relación con el daño. Asimismo, Rotonda (2015),
afirma que:
Por ende, no se puede reprochar a los padres por las acciones cometidas por los hijos,
por eso se elimina la culpa y el dolo a los progenitores y con la entrada en vigencia del nuevo
Código Civil53 se brinda eficacia temporal, las leyes aplicadas a las consecuencias de las
situaciones jurídicas, no son retroactivas.
Aunado a ello, el artículo 175454 ratifica la responsabilidad solidaria de los padres, sin
excluir la que pueda recaer sobre el menor, y también ha incluido el requisito de cohabitación
con los progenitores (Plovanich, 2015). Por un lado, el artículo 1755 exime de
responsabilidad a los padres en los casos donde el hijo haya sido puesto bajo cuidado
51
Código Civil y Comercial de la Nación. Boletín Oficial de la República Argentina, 08 de Octubre del 2014.
52
Artículo 1724 del Código Civil y Comercial de la Nación. Boletín Oficial de la República Argentina, 08 de
Octubre del 2014.
53
Código Civil y Comercial de la Nación. Boletín Oficial de la República Argentina, 08 de Octubre del 2014.
54
Artículo 1754 del Código Civil y Comercial de la Nación. Boletín Oficial de la República Argentina, 08 de
Octubre del 2014.
24
(vigilancia) de otra persona, ya sea en forma transitoria o permanente.
Por otro lado, ratifica que en caso de que la causa del agravio sea asociada a un
incumplimiento atribuible a los propios padres, igual pesa responsabilidad sobre ellos, aunque
no cohabiten con el menor. De esta manera, se puede interpretar que esta modificación tuvo el
fin de acoplarse a lo ya determinado por la jurisprudencia, que cuando ocurren hechos
imputables en el instituto educativo, el responsable (en términos generales) es el titular de la
institución.
Un ejemplo de lo anterior expuesto es cuando los niños solo comparten y están bajo el
mismo techo con sus padres los fines de semana o por el período de vacaciones. Por lo que se
debe aclarar que la eximente no aplica de forma absoluta cuando el niño se encuentra bajo
cuidado de parientes, en todo caso valdría suponer, según Parellada (2012), que existe una
corresponsabilidad entre éstos y los padres. Tampoco es relevante que el menor se encuentre
activo laboralmente, aunque es cierto que tenga posibilidad de sufragar los daños, lo único
que significa es que la víctima tendrá mejores opciones para hacer valer su resarcimiento.
25
considerárseles corresponsables en caso de falta de la institución educativa. De hecho, ambas
responsabilidades son autónomas y no son excluyentes entre sí (Parellada, 2012).
Por su parte, las obligaciones concurrentes, son aquellas en las que dos o más sujetos,
son deudores indeterminados de idéntica prestación ante un mismo acreedor, y en los que
cada débito tiene una fuente obligacional distinta (Trigo, 2013). El asunto de la concurrencia
de responsabilidades, en este tema, da pie a ciertas discrepancias. Esto se debe a que al estar
fundamentada la responsabilidad en el ejercicio de la patria potestad y en dar la posibilidad de
suficientes garantías a la víctima, surge la interrogante de si ya existe un obligado, cuya
solvencia se presume, hay motivos para que los padres sigan obligados a solventar los daños.
Es importante resaltar que, este asunto tiene variedad, ya que pueden coexistir en esta
materia la responsabilidad de los padres, de las instituciones educativas, de los docentes y de
los mismos principales que han ocasionado el daño. Por ejemplo, la responsabilidad de los
padres constituye una garantía social que estos ofrecen con la intención de no dejar a las
víctimas sin resarcimiento, en estos casos, la víctima goza de una mayor garantía (Parellada,
2012).
Dentro de este asunto es paradójico que quienes ostenten la patria potestad del menor,
quienes influyen en su crianza, y son los principales responsables de su educación, como lo
son los padres, tengan menor responsabilidad, en casos de bullying, que los establecimientos
educativos a los que delegan ciertas facultades de manera parcial.
55
Código Civil y Comercial de la Nación. Boletín Oficial de la República Argentina, 08 de Octubre del 2014.
26
institución y los padres, lo cual es mucho más beneficioso para la víctima. Ello se debe a que
son los mismos padres los que tienen la guarda del menor y las instituciones su custodia
material en determinados períodos, en los cuales se les dificulta a los padres las posibilidades
de intervención.
Conclusión
Los padres deben de inculcar valores y principios a sus hijos desde una temprana edad,
con el fin de que estos se comporten adecuadamente tanto dentro como fuera del hogar a fin
de no cometer acciones que los perjudiquen, tanto a ellos como a un tercero. En ese sentido,
los criterios que los padres les imparten a los jóvenes contribuirán para que estos asuman
aptitudes acordes con la sociedad y el entorno que los rodea.
La doctrina indica que la patria potestad tiene una dualidad funcional, que va desde la
exigencia positiva de dar cumplimiento a derechos individuales, hasta el extremo de velar por
los derechos sociales. La primera parte se focaliza en el niño en sí, con todas las salvaguardas
y garantías que tiene, tomando en cuenta su interés superior. Ello implica el cuidado en
términos amplios, el objetivo de que se desarrolle plenamente en salud y en autonomía,
considerando la importancia del componente moral.
La segunda parte tiene que ver con la “formación integral” que si bien parte de lo que
27
recibe y cómo actuará el menor, es una prerrogativa que alcanza a la sociedad toda con la cual
éste tendrá interacción en el transcurso de su vida.Con lo antes mencionado, los padres y/o
representantes tienen que hacerse responsables por las acciones que comentan sus hijos, tanto
negativas como positivas, esto es un principio ético pues es un debe de ellos cuidar, proteger y
velar por el adecuado desarrollo del niño. Por ello, las leyes y jurisprudencias nacionales
tratan de velar por que estos designios sean cumplidos a cabalidad a fin de garantizar un
comportamiento ético adecuado en la sociedad del momento.
28
Capítulo 3: Bullying y responsabilidad civil de los institutos educativos
Introducción
Estos asuntos que han sido tratados por algunas organizaciones internacionales como
la Organización Mundial de la Salud (O.M.S.) o la Organización de las Naciones Unidas para
la Educación, la Ciencia y la Cultura (United Nations Educational, Scientific and Cultural
Organization, UNESCO, por sus siglas en inglés), con cifras alarmantes.
Esta problemática, que desde hace un largo tiempo se encuentra en el escenario social
de Argentina, ha sido un punto de especial atención por parte de nuestros legisladores, a los
fines de atacar el acoso escolar existente en la Nación y de prevenir su crecimiento. En este
punto las instituciones educativas y la familia como base fundamental de la sociedad, tienen
un papel determinante y una responsabilidad legal que cumplir en la lucha contra este tipo de
conductas, la cual es de estudio en el presente trabajo.
Es importante tener claro que, el aprendizaje como tal no implica necesariamente una
actividad riesgosa o peligrosa, pero en su proceso los riesgos y daños pueden ser
multiplicados por la población que dificulta la práctica educativa, ya que los estudiantes
pueden ser generadores de perjuicios a sus semejantes (Galdós y Valicenti, 2016).
29
violencia en la escuela. En este sentido, problema en la actualidad ha alcanzado niveles que
no solo radican en actos que perturban el normal desenvolvimiento de las actividades del aula,
sino que llegan hasta la manifestación de conductas agresivas, la portación de armas de fuego
y armas blancas, amenazas, violencia física, verbal, institucional y psicológica.
56
Código Civil y Comercial de la Nación. Boletín Oficial de la República Argentina, 08 de Octubre del 2014.
30
3.1.1 El deber de seguridad de los establecimientos educativos conforme el Código Civil
y Comercial
Asimismo, tal como se desprende del artículo analizado, la norma no se aplica a los
establecimientos de educación superior o universitaria. La norma considera que los alumnos
de estos centros estudiantiles cuentan con suficiente, conciencia, discernimiento y
responsabilidad para evitar cualquier tipo de daño o hacerse cargo de los que causen.
Por otro lado, entre las obligaciones que pone en cabeza de los establecimientos
educativos, se encuentra el deber de seguridad, siendo parte de todo contrato de enseñanza,
dado que se fundamenta en principios del derecho como la obligación constitucional de no
dañar a otros (Folgar y Martin, 2015).
57
Artículo 1767 del Código Civil y Comercial de la Nación. Boletín Oficial de la República Argentina, 08 de
Octubre del 2014.
58
Artículo 1767 del Código Civil y Comercial de la Nación. Boletín Oficial de la República Argentina, 08 de
Octubre del 2014.
59
Artículo 1767 del Código Civil y Comercial de la Nación. Boletín Oficial de la República Argentina, 08 de
Octubre del 2014.
60
Ley Nº 24.830, Boletín Oficial de la República Argentina, 1 de julio de 1997.
31
Código Civil61.
Con la modificación introducida por dicha norma, el artículo 1117 Código Civil62
rezaba lo siguiente: “Los propietarios de establecimientos educativos privados o estatales
serán responsables por los daños causados o sufridos por sus alumnos menores cuando se
hallen bajo el control de la autoridad educativa, salvo que probaren el caso fortuito. Los
establecimientos educativos deberán contratar un seguro de responsabilidad civil. A tales
efectos, las autoridades jurisdiccionales, dispondrán las medidas para el cumplimiento de la
obligación precedente.”
De esta manera, se puede apreciar que entre el viejo artículo 1117 del Código Civil63
y el artículo 1767 del CCCN64, anteriormente transcriptos, surgen las siguientes distinciones.
En primer lugar, se sustituye al receptor de la responsabilidad de “propietario” a “titular”,
ello para dar una mejor semántica en la redacción, sobre todo para evitar confusión con el
dueño del inmueble donde está el establecimiento educativo, pues es más que evidente que se
refiere al titular de la institución, así este sea diferente.
61
Artículo 1117 del Código Civil de la República Argentina. . Boletín Oficial de la República Argentina, 01 de
Enero de 1871.
62
Artículo 1117 del Código Civil de la República Argentina. . Boletín Oficial de la República Argentina, 01 de
Enero de 1871.
64
Artículo 1767 del Código Civil y Comercial de la Nación. Boletín Oficial de la República Argentina, 08 de
Octubre del 2014.
32
Es importante resaltar que, hay quienes incluyen en este concepto la denominada
fuerza mayor, pero solo cuando se presente con los mismos caracteres antes explicados. La
conclusión de esto es que no es suficiente probar por parte de la autoridad que se actuó con
suficiente prudencia y en cumplimiento de sus normales deberes, sino que debe existir una
causa fundamentado en lo anterior que excuse toda responsabilidad del titular del
establecimiento (Moeremans, 2014).
a) El daño debe ser causado o sufrido por alumnos menores de dieciocho años.
c) La víctima de acoso escolar debe probar en sede judicial que ha sufrido daño como
consecuencia del hostigamiento de sus pares, siendo menor de edad y estando bajo la
órbita de control de la autoridad educativa (p. 33).
Cabe destacar que, las razones nucleares que fundamentan una responsabilidad por
parte de la institución educativa en caso de daños producidos en y por los menores parten de
dos consideraciones. La primera de ellas se refiere al riesgo. Con respecto a esto, la doctrina
explica que siendo la dinámica educativa una actividad que en sí misma implica ciertos
riesgos, puesto que su principal actor (los alumnos) son menores en proceso de formación
tendentes a conducirse de una manera que puede implicar repercusiones físicas y psicológicas.
Este es precisamente el riesgo inherente a la educación lo que debe atenderse, y ello significa
una responsabilidad en el ejercicio (Moeremans, 2014). La segunda consideración entiende
que la responsabilidad no deviene del peligro, sino de la garantía que pesa sobre la actividad.
Ello debido a que la enseñanza es un ejercicio que requiere control, supervisión y
organización, la ley precisamente establece que debe prestarse todo ello de manera que se
33
asegure que no ocurran daños y perjuicios. Por lo cual, es lógico pensar que hay un deber de
que los menores vuelvan sanos y salvos a sus casas.
De no ser así, puede considerarse automáticamente que hubo una falla en las medidas
tomadas y que, por ello, precisamente existe responsabilidad de quienes tienen autoridad para
llevarlas a cabo (Moeremans, 2014). En el caso en que ocurre un perjuicio causado por un
niño durante horas escolares, la jurisprudencia ha determinado, en base al anterior art.1117,
que debe enfocarse la responsabilidad del maestro o del director sobre la “culpa in vigilando”.
Cabe destacar que, había muchas críticas al respecto, sobre todo por considerar la
legislación excesiva y poco allegada a los fines de la justicia (Moeremans, 2014). En primer
caso, esa presunción de culpa sobre la figura del director no era vista como prudente, sobre
todo siendo el sujeto alguien que no puede tener control sobre la masa de alumnos en
totalidad y quien además tiene labores de otro tipo (como administrativas).
Por lo tanto, es controversial el hecho de que la ley estipula que no se aplicarán (si
quiera de manera subsidiaria) las disposiciones del Código Civil66. Además, se ha visto que el
65
Ley 26.944. Boletín Oficial de la República Argentina, 07 de Agosto del 2014.
66
Código Civil de la República de Argentina. Boletín Oficial de la República Argentina, 01 de Enero de 1971.
34
CCyC no incluye expresamente una distinción entre entidades públicas o privadas. La
consecuencia de esto es que se abre aquí, según expone Sagama (2015), la vertiente de que la
responsabilidad sea contractual o extra contractual. En el primer caso será regulada por la
legislación específica, en el segundo, se seguirá lo dispuesto por la Ley 26.94467. Sin
embargo, parte de la doctrina considera esta sistemática inconstitucional por ir en contra del
principio de igual establecido en la constitución nacional68.
Por otro lado el alcance de la ley es suficiente para que todo agravio que sufra un
menor producto de la conducta de otro alumno, de algún empleado de la institución, de algún
tercero (pero dentro de las instalaciones) o por alguien cualquiera en el contexto de una
actividad educativa promovida por la entidad, en cualquier caso el marco aplicable es el
código. Ello independientemente si se contrajeron obligaciones contractuales o no.
Asimismo, se requiere que el daño padecido por el menor se haya producido cuando
este se encuentre dentro de la esfera de vigilancia de la autoridad educativa, no limitándose al
67
Ley 26.944. Boletín Oficial de la República Argentina, 07 de Agosto del 2014.
68
Constitución Nacional. Boletín Oficial de la República Argentina, 01 de Mayo de 1853.
69
Código Civil y Comercial de la Nación. Boletín Oficial de la República Argentina, 08 de Octubre del 2014.
35
titular del establecimiento sino además de los docentes, secretaria u otras personas que formen
parte del centro educativo.
Por su parte, carga de la prueba la tienen los titulares de los centros educativos toda
vez que deben demostrar ante la ocurrencia del daño el caso fortuito o cacsus, la
responsabilidad de los propietarios de los establecimientos educativos se considera objetiva.
Ello fundado en la responsabilidad de guarda y custodia de los menores alumnos en el
cumplimiento del deber de seguridad y el riesgo que asume la institución en función de ello.
Por ende, la ley les impone el deber de contratar un seguro de responsabilidad civil, para
garantizar la indemnización oportuna por los daños ocasionados.
De tal manera que los titulares de los centros educativos están obligados a reparar el
daño causado por sus alumnos menores, siempre y cuando dichos educandos se encuentran
dentro de la esfera de custodia de los mismos, poder este delegado por los padres, salvo que
prueben que el daño era imprevisible e inevitable.
36
fortuito, enmarcando el suceso con las características de imprevisible e inevitable, en la que se
pueda observar una prueba fehaciente de que el evento no pudo ser advertido a tiempo.
En este sentido, los representantes de los menores, ante una eventual no presencia de
los docentes en el establecimiento tienen les asiste el derecho de ejercer la acción de
determinar responsabilidades y por motivo daños y perjuicios ante la vía jurisdiccional. Por
ende el establecimiento educativo, está sujeto a que:
Es importante resaltar que, la antigua Ley 24.830 (modificatoria de los arts. 114 y
70
Ley 24.830. Boletín Oficial de la República Argentina, 3 de julio de 1997.
71
Artículo 1767, del Código Civil y Comercial de la Nación. Boletín Oficial de la República Argentina, 08 de
Octubre del 2014.
72
L Ley 24.830. Boletín Oficial de la República Argentina, 3 de julio de 1997.
37
1117 del CC)73 ya contemplaba esa obligación, puesto que en su artículo 274establece lo
siguiente:
73
Ley 24.830. Boletín Oficial de la República Argentina, 3 de julio de 1997.
74
Artículo 2 de la Ley Nº 24.830, Boletín Oficial de la República Argentina, 7 de julio de 1997.
75
Artículo 1767 del Código Civil y Comercial de la Nación. Boletín Oficial de la República Argentina, 08 de
Octubre del 2014.
76
Artículo 1767 del Código Civil y Comercial de la Nación. Boletín Oficial de la República Argentina, 08 de
Octubre del 2014.
38
La existencia de este requisito se desprende de la noción doctrinaria de relación de
consumo, que parece existir entre quienes reciben la educación y el titular del establecimiento.
En consecuencia, sería coherente pensar que debe darse prevalencia e interpretación que
favorezca al consumidor (Moeremans, 2014).
Otro asunto doctrinario en discusión, señala Giménez (2004), era relativo a si este
deber de seguridad en el contrato educativo es de medios o de resultados, esto resultaba
aplicable a la responsabilidad contractual y extracontractual. Si la obligación es de resultados,
el deudor en el daño solo podía eximirse mediante causa ajena. Por otro lado, si era de
medios, el acreedor debía demostrar el constante incumplimiento en la inobservancia de las
diligencias necesarias para evitar la consumación del daño temido.
Además de ello, sólo protege a los menores de edad, lo cual no implica que en caso de
un daño causado o sufrido por algún estudiante mayor, no sea objeto de responsabilidad o de
resarcimiento. Sino, que según sea el caso, su accionar no estará o no deberá estar
fundamentado en este artículo, sino en otras normas aplicables de responsabilidad civil o del
microsistema del consumidor (Galdós y Valicenti, 2016).
Resulta oportuno efectuar el análisis del artículo 1710 del CCCN en relación al
principio de prevención. El mencionado cuerpo normativo establece que:
39
la función de la responsabilidad civil no se agota con la reparación de un daño sufrido, sino
que se sustenta también la finalidad preventiva a fin de evitar el advenimiento de una lesión.
3.2 Eximentes
En función a esto último, la doctrina discutió si la norma buscaba limitar las eximentes
al caso fortuito o si se aceptaban otras causales como la culpa de la víctima o el hecho de un
tercero por el cual la institución no deba responder. Pero, al agregar la palabra “solo” impera
la corriente restrictiva, limitando de manera exclusiva las eximentes de estas instituciones, al
caso fortuito (Galdós y Valicenti, 2016).
Este caso fortuito encuentra sus requisitos para ser acreditado por el sindicado como
responsable, en el artículo 1730 del Código Civil y Comercial de la Nación79 que establece:
ARTICULO 1730.- Caso fortuito. Fuerza mayor. Se considera caso fortuito o fuerza
mayor al hecho que no ha podido ser previsto o que, habiendo sido previsto, no ha
podido ser evitado. El caso fortuito o fuerza mayor exime de responsabilidad, excepto
disposición en contrario.
Este Código emplea los términos “caso fortuito” y “fuerza mayor” como sinónimos.
El artículo citado ut supra, consagra que el caso fortuito o fuerza mayor exime de
responsabilidad, excepto disposición en contrario. Ha sido tema de discusión si el caso
fortuito se requiere sea dentro o fuera del establecimiento, ya que con el Código anterior se
disputaba si el caso debía ser ajeno al deudor o extraño a la actividad escolar, dicha discusión
77
Artículo 1767 del Código Civil y Comercial de la Nación. Boletín Oficial de la República Argentina, 08 de
Octubre del 2014.
78
Artículo 1117 del Código Civil de la República de Argentina. Boletín Oficial de la República Argentina, 01 de
Enero de 1971.
79
Artículo 1730 del Código Civil y Comercial de la Nación. Boletín Oficial de la República Argentina, 08 de
Octubre del 2014.
40
queda superada con lo dispuesto en el artículo 173380 consagrando que el deudor es
responsable.Haciendo énfasis en el punto, esta normativa plantea que existe responsabilidad,
incluso cuando se configure un caso fortuito, el deudor debe responder si se trata de una
incidencia propia del riesgo de la actividad (Galdós y Valicenti, 2016).
Continuando en el tema así como se ha visto que los padres y las instituciones
educativas tienen responsabilidad y eximentes de la misma, en la materia del Bullying, estos
tienen responsabilidades concurrentes. Por otro lado, y brevemente, corresponde distinguir el
dolo o la culpa en la deficiencia de la actuación que conllevo al daño producto del bullying. Si
el maestro a sabiendas de la conducta lesiva no hizo nada para evitarlo por intención plena de
no controlar la situación podría incluso estar tipificado en el art.106 del código penal referente
al abandono de personas.
Por otro lado, si la autoridad desconocía (por negligencia incluso), el hecho que se
estaba suscitando, o no tenía capacidad suficiente para obrar con la diligencia que permite la
garantía de los derechos que debe hacer valer, no necesariamente está incurso en un delito
penal, sino más bien debe ser entendido como la responsabilidad civil consecuencial.
Ahora bien, otro caso a tener en cuenta es cuando los hechos se suceden fuera del
establecimiento educativo. En este tipo de casos, no es correcto responsabilizar a la
institución o a los maestros. Sin embargo, si fuera posible conocer a priori la intención de
producir el daño, como en el caso de las peleas luego de concluida la jornada, se puede
considerar que existió negligencia (omisión) en el cumplimiento del deber de evitarla o
advertirlo a los padres. En cualquier caso, parte de la evaluación de las circunstancias.
En primer lugar, se debe resaltar la responsabilidad que en este tema tiene el Estado,
para ello se denota que los artículos 1765 y 1766 del Código Civil y Comercial de la
80
Artículo 1733 del Código Civil y Comercial de la Nación. Boletín Oficial de la República Argentina, 08 de
Octubre del 2014.
41
Nación81, excluyen al Estado del régimen de responsabilidad civil en el derecho privado. De
este modo, el artículo 1765 CCCN82 establece que “las disposiciones del capítulo 1 de este
Título no son aplicables a la responsabilidad del Estado de manera directa ni subsidiaria”.
Mientras que el 1766 CCCN83, expresa que: la responsabilidad del Estado se rige por las
normas y principios del derecho administrativo nacional o local, según corresponda.
Por lo tanto, los establecimientos educativos estatales están supeditados a las normas
especiales, dependiendo de la jurisdicción en que se encuentren. Es así que, aquellas
instituciones bajo la jurisdicción del Estado Nacional, se rigen por las normas de la ley
especial N° 29.94484.
Asimismo, se debe destacar que dicha ley estipula que no se aplicarán (si quiera de
manera subsidiaria) las disposiciones del código Civil88. Sin embargo, resulta controversial el
hecho de que el artículo 1767 del CCyCN89 no incluye expresamente una distinción entre
81
Artículos 1764 y 1765 del Código Civil y Comercial de la Nación. Boletín Oficial de la República Argentina,
08 de Octubre del 2014.
82
Artículo 1764 del Código Civil y Comercial de la Nación. Boletín Oficial de la República Argentina, 08 de
Octubre del 2014.
83
Artículo 1765del Código Civil y Comercial de la Nación. Boletín Oficial de la República Argentina, 08 de
Octubre del 2014.
84
Ley Nº 29.944. Responsabilidad Estatal, Boletín Oficial de la República Argentina, 2 de julio de 2014.
85
Ley Nº 29.944. Responsabilidad Estatal, Boletín Oficial de la República Argentina, 2 de julio de 2014.
86
Artículo 1767 del Código Civil y Comercial de la Nación. Boletín Oficial de la República Argentina, 08 de
Octubre del 2014.
87
Ley 26.944. Boletín Oficial de la República Argentina, 07 de Agosto del 2014.
88
Artículo 1 de la Ley Nº 29.944. Responsabilidad Estatal, Boletín Oficial de la República Argentina, 2 de julio
de 2014
89
Artículo 1767 del Código Civil y Comercial de la Nación. Boletín Oficial de la República Argentina, 08 de
Octubre del 2014.
42
entidades públicas o privadas.
La consecuencia de esto es que se abre aquí, según expone Sagama (2015), la vertiente
de que la responsabilidad sea contractual o extra contractual. En el primer caso será regulada
por la legislación específica, en el segundo, se seguirá lo dispuesto por la Ley 26.94490. Sin
embargo, parte de la doctrina considera esta sistemática inconstitucional por ir en contra del
principio de igual establecido en la constitución nacional.
De esta manera, se debe resaltar que la “inacción” o negligencia que constituye como
causalidad del perjuicio en el supuesto planteado se concreta con la anormalidad del servicio
público educativo. Además de ello, comprende también las actuaciones de cualquier empleado
que dependa del instituto. Es decir, el estado se encuentra en la misma situación que el titular
en el régimen del CCyC91.
Por otro lado, según la Ley 24.94492, la responsabilidad del Estado por actividades
legítimas es de carácter excepcional y en ningún caso procede la reparación del lucro cesante.
Asimismo, en lo que respecta a la reparación sólo prevé una indemnización que comprende
únicamente el valor objetivo del bien y los daños que sean consecuencia directa e inmediata
de la actividad desplegada por la autoridad pública93.
90
Ley 26.944. Boletín Oficial de la República Argentina, 07 de Agosto del 2014.
91
Código Civil y Comercial de la Nación. Boletín Oficial de la República Argentina, 08 de Octubre del 2014.
92
Ley Nº 29.944, Boletín Oficial de la República Argentina, 2 de julio de 2014.
93
Artículo 5 de la Ley Nº 29.944, Boletín Oficial de la República Argentina, 2 de julio de 2014.
43
constitucional de igualdad (Moeremans, 2016). Por lo tanto, si el mismo hecho ocurre en una
institución privada la víctima podría acceder a una reparación integral del daño, de acuerdo a
las normas contempladas por el Código Civil y Comercial de la Nación.
Conclusión
Esta cruda realidad es de especial atención por parte de nuestros legisladores, quienes
han establecido sobre un conjunto de sujetos intervinientes, una responsabilidad legal de
respuesta ante los daños causados por los menores que se encuentran bajo su patria potestad o
guarda y custodia.
Estos sujetos no son otros sino los mismos padres de los menores involucrados en la
consumación del hecho dañino, las instituciones educativas responsables de velar por la
seguridad de estudiantes mientras estos se encuentren o deban encontrarse bajo el control de
su autoridad, los mismos docentes, y hasta el mismo Estado en determinadas circunstancias.
44
Capítulo 4: Reflexiones sobre el Bullying o Acoso Escolar. Jurisprudencia.
I Introducción
Aunado a ello, se plantea alcance de las obligaciones del propietario titular del
establecimiento educativo, y el cumplimiento de las indemnizaciones que hubiere a lugar por
el daño ocasionado al menor alumno. Así como también, los casos eximentes de
responsabilidad por parte del instituto, como por ejemplo en la ocurrencia de un caso fortuito.
Resulta oportuno sumar fundamentos a los fines de clarificar los casos en los que el
propietario titular de un establecimiento educativo responde por el daño causado o sufrido por
sus alumnos, menores de edad cuando se encuentren o deban encontrarse bajo el control de la
autoridad escolar, y hasta qué punto se amplía esa responsabilidad fuera del establecimiento
educativo.
45
4.1 La previsibilidad de infortunios. Sucesos que no constituyen caso fortuito según la
jurisprudencia.
En primer lugar se debe resaltar que, es obligación del propietario del establecimiento
educativo mantener una vigilancia activa y permanente de los alumnos bajo la responsabilidad
de la institución educativa. Para lo cual deben considerar que los padres han cedido su poder
de custodia a dichos establecimientos, dejando a sus representados bajo la guarda y
responsabilidad del plantel educativo. De esta manera, mientras se encuentra allí, la
responsabilidad sobre ellos recae en el propietario del establecimiento educativo, quien debe
asumir la obligación de seguridad que comprende tanto la integridad física como psicológica
del alumno.
46
por el docente a cargo de curso…94
En este caso particular, se ha tenido por probado que no se configuró un caso fortuito
toda vez que los docentes habían tomado conocimiento de las circunstancias que dieron lugar
al hecho dañoso. Esto a su vez genera que no se rompa el nexo de causalidad exigido para
atribuir responsabilidad civil.
Así las cosas, los establecimientos educativos son responsables por las lesiones
causadas dentro del mismo cuando no resulte que ello responde a un caso fortuito que tiene la
característica de ser un acontecimiento imprevisible e inevitable. La atención, el control y la
seguridad de los estudiantes están comprendidos dentro del deber de seguridad que pesa sobre
los establecimientos.
Es importante resaltar que, el caso fortuito realmente debe ser considerado como una
excepción, por cuanto como el mismo nombre lo indica, no es la regla sino todo lo contrario.
De esta manera, el caso fortuito, en especial en el caso de un establecimiento educativo, se
supone está preparado para ciertas situaciones a raíz de la propia experiencia como tal. Por lo
cual, debe ser probado de manera tal que no queden dudas respecto de que incluso tomando
todas las previsiones del caso, el suceso no podría haber sido impedido por los educadores.
De manera que los representantes de los menores, ante una eventual falta de presencia
de los docentes en el establecimiento, les asisten el derecho de ejercer la acción de reclamo,
94
Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires, “E., A. C. y otros c. Dirección General de Cultura y
Educación de la Provincia de Buenos Aires y otros s/ daños y perjuicios”, sentencia del 11 de diciembre de 2013.
Recuperado de http://www.laleyonline.com.ar/ar/jur/108386/2013.
47
ante sede penal y civil. Ello por motivo del incumplimiento de la obligación de guarda y
resguardo propia de la responsabilidad objetiva, ello ante la vía jurisdiccional. Por ende el
establecimiento educativo, está sujeto a lo siguiente:
Cabe resaltar entonces que el caso fortuito es aquel que no ha podido preverse, o que
previsto, no ha podido evitarse. El establecimiento deberá entonces probar el caso fortuito a
fin de no tener responsabilidad sobre el hecho ocurrido.
El establecimiento educativo puede eximirse de responder por los daños sufridos por
un alumno demostrando el caso fortuito, atento que la responsabilidad es objetiva y se exime
únicamente con la prueba del mismo.
(…) De las pruebas testimoniales se acredita que el menor agresor tenía una mala
conducta, habitualmente con problemas de disciplina, por lo que la demandada debió haber
tomado mayores recaudos a fin de evitar la producción del evento dañoso sub examine.
49
la ausencia del profesor hubiera generado algún desorden, suceso o accidente que provoque el
hecho lesivo; no existiendo la prueba de esa relación causal, no se reúnen los presupuestos
necesarios para comprometer la responsabilidad institucional.
A modo de dar un cierre a los temas en desarrollo del trabajo de investigación, esta
parte considera oportuno evaluar la actualidad social con respecto al acoso escolar a los fines
de tomar conciencia de la gravedad que representa.
Según un artículo periodístico publicado on line, en la provincia de Buenos Aires
durante el 2018 se calcula que los casos aumentaron en un 33% durante el año 2018. Una
ONG especializada en el tema destaco que este año llegaron a la Justicia 2.974 denuncias, 738
más que en 201795.
Es notorio el crecimiento de los casos de bullying y los medios de comunicación o la
simple lectura de los matutinos nacionales dan cuenta de ello.
Al decir de Juan Martín Morales, abogado especialista en niños, el bullying o acoso
escolar es una conducta hostil o persecutoria, física ó psíquica realizada por uno o varios
niños en perjuicio de otro. Se caracteriza por ser una conducta cuyo fin es producir un daño,
en virtud de la reiteración de la agresión, su regularidad, y una manifiesta asimetría en la
relación de poder entre el agresor y el agredido (Morales, 2017).
Las consecuencias que implican el acoso son gravísimas, las personas que lo padecen
se encuentran intimidados, avergonzados y emocionalmente desbastados. Dichas sensaciones
acarrean consecuencias que en muchas oportunidades hasta resultan irreversibles.
En este sentido, resulta (en términos generales) que las víctimas del bullying no desean
concurrir a la escuela, sufren depresión, el rendimiento escolar decae, conviven con problemas
de integración y puede sufrir lesiones o consecuencias más graves, como desear quitársela vida.
Y hacerlo. (Morales, 2017).
La Convención sobre los Derechos del Niño es la normativa más importante en cuanto
a la protección de los derechos de los menores. Los niños deben crecer y desarrollarse en un
ambiente sano, equilibrado, en una sociedad justa donde se respeten los valores y la integridad
personal, física y emocional.
El acoso escolar implica la vulneración de los derechos de los menores, puesto que de
de producirse, la dignidad se ve arrebatada y con ella la protección de su integridad y los
derechos de los que es titular.
95
https://www.clarin.com/sociedad/bullying
50
Por eso es importante que el acoso escolar sea detectado y se haga cesar. Para ello se
debe contar con el apoyo del establecimiento educativo, incluyendo directivos, gabinete escolar,
docentes y padres. La Convención de Derechos del Niño, teje un complejo de derechos y
responsabilidades que unen a los niños con el Estado, la familia y la sociedad.
El desafío es generar los espacios dónde aceptar el problema, reflexionar, escuchar,
conversar y buscar o construir las opciones que nos permitan llegar a una buena comunicación
con los niños, niñas y adolescentes. Identificar sus miedos y emociones. Poner el acento en una
comunicación asertiva y volverse creativos, desde el amor, para que ellos crezcan siendo
respetuosos del otro y con el otro de la manera más amable, solidaria y sostenible.(Morales,
2017)
Garabetyan (2017), Considera que también se relaciona al bullying con consecuencias
físicas como tendencia al sobrepeso y obesidad entre los chicos y chicas que lo
sufren. También demuestran un estado de resentimiento y rechazo respecto a las experiencias
estudiantiles y una reducción de la confianza en sus propias habilidades académicas.
Los estudios que se practican y posteriormente se publican sobre el análisis y
seguimientos de casos de menores que han sufrido bullyin confirman los efectos psicológicos
negativos en los mismos, visualizándose con frecuencia la aparición de ansiedad o depresión.
Conclusión
51
Con respecto a los alcances de la responsabilidad del propietario del establecimiento
educativo y de los representantes de los menores, que explicamos en el desarrollo del trabajo,
es de vital importancia vigilar y mantener una cercanía con los alumnos menores, los cuales
se encuentran en proceso de formación. Ello con el objetivo de prever eventos que puedan
constituir una agresión o autoagresión que dañen su integridad tanto física como psicológica,
en el caso de su permanencia en el establecimiento educativo, como la responsabilidad de los
padres fuera de ella.
Por lo tanto, su propósito es regular y generar precedentes de los efectos negativos que
producen este tipo de conductas, que pretenden ser contenidas dentro de los límites de las
funciones de los establecimientos educativos, así como precisar cuáles eventos son
susceptibles de calificar como caso fortuito y por ende eximente de responsabilidad del
establecimiento educativo. De esta manera, se concluye que el Estado actúa bajo la
presunción de responsabilidad objetiva, con el fin de exhortar a la garantía de un control y
vigilancia diligente, en el contexto del ejercicio de actividades educativas, en las que se
relacionan menores de edad en proceso de desarrollo, propias de establecimientos educativos.
52
CONCLUSIONES FINALES
Por lo tanto, a los fines de proteger a las víctimas del bullying, se han sancionado
normas dentro del ordenamiento jurídico a los fines de proteger a los niños de la violencia
escolar. Si bien ello no resuelve el problema de fondo del bullying, busca ahondar en
soluciones posibles a las situaciones de violencia escolar.
Sin embargo, la normativa sancionada lejos está de encontrarse definida, puesto que
no ha incorporado una definición expresa sobre bullying, y no se ha expedido sobre el acoso
cibernético, el cual es sumamente frecuente, o incluso más que el bullying común. Este
abordaje que debiera haberse dado, hubiese implicado un mejor tratamiento del problema y la
omisión de interpretaciones erróneas que retrasen el abordaje del acoso escolar.
Es importante resaltar que, el ordenamiento jurídico argentino precisa una ley especial
que dé tratamiento a esta problemática, a los fines de desarrollar programas integradores en
96
Constitución Nacional. Boletín Oficial de la República Argentina, 01 de Mayo de 1853.
53
las escuelas, donde el respeto y la educación se inculquen y sean la base educacional de niños
y adolescentes.
De esta manera, al tratarse de situaciones que suceden entre niños, las mismas muchas
veces son minimizadas por los adultos, quienes naturalizan y permiten estos avasallamientos.
A mayor abundamiento, estos hechos se suceden en su mayoría en los ámbitos escolares,
motivo por el cual merecen especial atención por parte del personal docente. Por lo tanto, es
así que se presenta el cuestionamiento respecto de la responsabilidad de los establecimientos
escolares en este tipo de casos, en especial atención a su deber de cuidado de los niños y
adolescentes que se encuentren allí.
Además, la legislación consagra ciertos eximentes para estos sujetos, como por
ejemplo el caso fortuito para los establecimientos educativos, la imposibilidad de evitar el
hecho dañino por parte de los tutores o curadores, entre otras, las cuales tienen ciertos
requisitos establecidos en la misma ley para poder hacerlas efectivas en un proceso judicial.
Por lo tanto, de manera independiente a la responsabilidad civil de los padres por los
daños ocasionados por sus hijos, se debería permitir la intervención de un mediador, para
generar un ámbito de intercambio positivo de opiniones. Sin perjuicio de ello, los padres o
tutores continuarían respondiendo por los daños ocasionados, por cuanto la mediación no los
exime de la responsabilidad en la cual hayan incurrido.
54
Finalmente, corresponde indicarse la necesidad de educar acerca de los efectos que
trae el acoso u hostigamiento escolar para la víctima. Estas vivencias afectan a los niños de
por vida, motivación ulterior para buscar responsables y soluciones a este tipo de casos, y
erradicarlo como problema de nuestra sociedad.
55
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Jurisprudencia
58
Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de Mar del Plata “C. H. O. y otro c/
Escuela Nº 20 Establecimiento Dr. Victoriano Montes s/ daños y perjuicios”, la Sala II
de la, 02 de Febrero de 2018.
Legislación
Código Civil.
Ley 26.061. Ley de Protección Integral de los Derechos de los niños, niñas y
adolescentes.
59