Regiones Naturales Del Ecuador Mega Diverso y Sus Iniciativas Ecológicas
Regiones Naturales Del Ecuador Mega Diverso y Sus Iniciativas Ecológicas
Regiones Naturales Del Ecuador Mega Diverso y Sus Iniciativas Ecológicas
5”A” AGROINDUSTRIA
6. Páramo
Es la zona natural que alcanza las elevaciones más altas. Su límite altitudinal
inferior cambia entre 3000 y 3600 m. Tiene un área de 15 976 km2 (6.1% del
área de Ecuador). Ecuador es el territorio con la más grande área de páramo
seguido por Colombia, Venezuela y Perú. La vegetación se caracteriza por ser
corta y dominada por hierbas que conforman agregaciones densas. Las plantas
permanecen adaptadas a bajas temperaturas y escasa disponibilidad de agua.
Además tienen la posibilidad de haber parches de bosque o arbustos. En las
elevaciones más altas, la vegetación forma agregaciones dispersas rodeadas de
zonas con suelo expuesto y sin plantas. Gracias a la ocurrencia de heladas
comunes, la agricultura es reducida lo que ha disminuido la devastación
antropogénicas del hábitat. La más grande amenaza para el páramo es la
existencia de ganado y la siembra de pino. El ganado tiene efectos negativos
directos en el suelo y las plantas e indirectos gracias a la práctica de la quema
periódica para promover el pastoreo. El páramo es fundamental como fuente de
agua para regiones urbanas. En Quito y Bogotá, el 90% del agua potable
procede del páramo. Hay mucha alteración en la composición de la vegetación
del páramo con extremos notables como el páramo de frailejones de las
provincias de Carchi e Imbabura hasta los páramos secos de la Reserva
Chimborazo. Sus suelos con densidad aparente baja, composición abierta y
porosa posibilitan retención de agua y conductividad hidráulica altas, donde se
desarrollan plantas endémicas y pluralidad faunística. Dichos ecosistemas
poseen además trascendencia social y cultural, en ellos viven una población
marginada, no obstante, produce recursos económicos con la producción diversa
de alimentos agrícolas y la administración del turismo y la recreación;
desafortunadamente permanecen dañados por el cambio de uso del suelo,
introducción de plantas exóticas, incendios, calentamiento global y en ciertos
sectores por la actividad minera. El primordial objetivo de la revisión bibliográfica
ha sido conocer el valor y las afectaciones que poseen los páramos. Para eso,
se usaron las bases de datos de a lo largo de una época de 23 años. El concepto
de averiguación ha sido: “páramos ecuador”. De esta revisión se concluye que
los páramos son de esencial trascendencia para la regulación del clima, periodo
hidrológico y el desarrollo económico, social y cultural poblacional; además,
poseen trascendencia biológica, y capacidad para guardar y regular agua.
MICHAEL MEDINA CASTRO
5”A” AGROINDUSTRIA
7. Matorral Interandino
Esta zona natural cambia entre 1400 y 3000 m de altura y tiene un área de 11
266 km2; está en los valles interandinos entre la Cordillera Occidental y la
Cordillera Oriental. Como consecuencia del impacto de sombra pluviométrica de
las dos cordilleras, el Matorral Interandino tiene una precipitación subjetivamente
baja. Aunque originalmente estaba dominado por arbustos, la mayoría de la
vegetación fue reemplazada por sembríos, pastizales o bosques de árboles
exóticos de los géneros Pinus y Eucaliptus. En valles secos (por ejemplo, Chota,
Guayllabamba y Patate) la vegetación nativa es espinosa. El matorral interandino
casi no está representado en el sistema estatal de zonas protegidas. La
degradación del hábitat es severa; bastante más de 2/3 de su área fue alterado
por ocupaciones antrópicas. Los matorrales xerófilos son además el hogar de
enorme proporción de animales, en especial de reptiles e insectos como
serpientes, iguanas, extensa variedad de lagartijas, escorpiones y abejas.
Tienen la posibilidad de hallarse además aves como el correcaminos, el ave
carpintero del desierto o el tecolote, además de mamíferos como murciélagos y
ratas canguro. El concepto xerófilo se conforma por los vocablos griegas xero,
que significa seco, y filo, que significa amigo. Teniendo esto presente, no es
complicado imaginar que hablamos de matorrales que tienen la posibilidad de
hallarse en regiones áridas, con lluvias pocas y temperaturas altas. Las
condiciones climáticas de dichos matorrales recuerdan a una versión suavizada
de las de los desiertos, con noches frescas, días bastante calurosos, y una
ausencia de precipitaciones que puede prolongarse a lo largo de diversos meses
y, en varias ocasiones, inclusive años. Es común descubrir en ellos vegetación
espinosa como cactus y arbustos de baja elevación, con praderas
semidesérticas en que está poco o ningún césped. Tienen la posibilidad de
hallarse matorrales xerófilos en regiones áridas y semiáridas cerca de todo el
globo, encontrándose ciertos de los más relevantes en Caatinga y los Andes en
Sudamérica, en ciertos puntos de vista del territorio mediterránea y en algunas
regiones en torno al desierto del Sahara.
semejante a la del Bosque Montano Occidental. Por bajo los 2900 m los árboles
permanecen cubiertos de musgo y las plantas epífitas como las orquídeas,
helechos y bromelias son numerosos y alcanzan su más grande variedad. Por
sobre los 2900 m de altura el suelo del bosque está cubierto de musgos y árboles
con troncos de maneras irregulares que se ramifican a partir de la base. Los
bosques montanos tropicales son ecosistemas frágiles que tienen dentro una
biodiversidad caracterizada por su elevado nivel de singularidad y rareza. Dichos
ecosistemas únicos se hallan seriamente amenazados durante su repartición. El
elevado nivel de vulnerabilidad a los cambios globales (cambio climático y las
dinámicas de cambios de cobertura y uso de la Tierra) necesita de actividades
urgentes para impulsar su conservación, no solo por sus monumental riqueza
biológica sino pues juegan un papel importante en el mantenimiento y suministro
de agua de la cual dependen bastante más de 40 millones de individuos en los
Andes Tropicales. Dichos bosques además juegan un papel importante en el
mantenimiento del clima a grado regional y continental al facilitar varios de los
procesos de circulación universal y al captar una enorme proporción de agua de
los bancos de nube que se precipitan por efectos de la orografía andina. Del
mismo modo, dichos bosques poseen un papel fundamental en el balance de
CO2 de la atmósfera, los mismos que tienen la posibilidad de llegar a juntar entre
20 a 40 toneladas de carbono por hectárea, lo cual los convierte en un
fundamental sumidero.