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TECNOLOGÍA CONSTRUCTIVA 1

PROFESOR A CARGO: ARQ. GUSTAVO DI COSTA

APUNTES TEÓRICOS

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El presente documento se encuentra registrado dentro del régimen de la propiedad Intelectual. Se permite su publicación sólo con la autorización de los
autores, En caso de cita o utilización con fines pedagógicos debe mencionarse al documento completo y a sus autores.
Introducción

Realizamos la edición de estos “APUNTES TEÓRICOS” a partir de una necesidad que se planteara en el
curso de nuestra materia. Tenemos la intención de trabajar sobre el actual contexto de nuestra profesión,
a partir del estudio de los materiales, elementos y sistemas constructivos, más que con los discursos,
utilizando a éstos como lo que son: interpretaciones parciales, que pueden enriquecerse con otros puntos
de vista.

De este modo, pretendemos destrabar, y a la vez fomentar, interpretaciones alternativas como un paso
necesario en la construcción de un pensamiento propio, operativo y útil dentro de la disciplina
“Arquitectura”.

Destrabarla entonces de interpretaciones útiles en otros contextos pero alimentadores de un exclusivo


saber enciclopédico (en el mejor de los casos), que impide superar el enfrentamiento práctica de la
construcción - teoría de la construcción.

Este modo pragmático de encarar el estudio de la construcción, permite también una vinculación directa
con la obra y su contexto, incorporando así más fácilmente la experimentación directa particularmente apta
para la obra visitada, y con ello, la consideración de nuestro campo como “concepto vivo”, en el cual
estamos involucrados, en oposición a un saber excluyente y despersonalizado.

En el proceso de búsqueda de contenidos teóricos y prácticos correspondientes al “arte de construir”,


aparecen asignaturas que asumen un papel troncal en la formación del estudiante y cuyos contenidos
serán de aplicación cotidiana durante su ejercicio profesional.

Nuestro objetivo central es preparar al alumno en el estudio de los factores que inciden y afectan a la
construcción de una obra (materiales, elementos, sistemas constructivos, calidad, rendimiento, etc.).

Por ello, la necesidad de confeccionar estos “APUNTES TEÓRICOS”, organizando la información, como
un primer paso para la producción de documentos que nos permitan el trabajo y la reflexión sobre la
industria de la construcción, de una manera ágil y abierta, cargada de nuevas alternativas.

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Listado de Contenidos

Unidades Teóricas

1. Introducción, Definiciones.
2. Replanteos.
3. Subsistema de Fundaciones.
4. Subsistema de Cerramientos Verticales.
5. Subsistema de Cerramientos Horiziontales.

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Unidad 1
INTRODUCCIÓN, DEFINICIONES

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LA CONSTRUCCIÓN DENTRO DEL CAMPO DE LA ACTIVIDAD ARQUITECTÓNICA

Según el diccionario de la lengua española, arquitectura es: "El arte de proyectar y construir edificios". De esto se
infiere que la arquitectura integral exige que la obra se construya siendo el proyecto sólo una fase de la misma.
El proceso normal de una construcción puede sintetizarse del siguiente modo: el arquitecto realiza el proyecto, el
cual se complementa con los cálculos de las estructuras y el proyecto de las instalaciones especiales que se preparan
bajo su dirección por ingenieros especializados; por último la construcción es materializada bajo la supervisión del
arquitecto, por el constructor (que puede ser un ingeniero, un arquitecto o un técnico en construcciones).
El arquitecto no solo proyecta la futura obra sino que también dirige los proyectos de ejecución de las estructuras
e instalaciones complementarias así como la construcción de la obra misma; por lo tanto debe dar normas y
supervisar la labor de ingenieros y constructores que complementan su labor. Para ello es necesario que conozca el
fundamento del proyecto y cálculo de dichas estructuras e instalaciones especiales así como el de los métodos y
procedimientos de construcción.
Esto no significa que al formar a Ios técnicos se persiga como finalidad la preparación de calculistas, proyectistas de
instalaciones especiales o constructores sino que lo que se busca es capacitarlos para dictarles normas a estos
especialistas y dirigirlos. La situación puede asimilarse en este aspecto a la de un director de orquesta que puede
dirigir un conjunto de músicos, ejecutantes de distintos instrumentos, sin que él personalmente, sea capaz de tocar
ninguno de ellos, bastándole conocer la técnica, las posibilidades y las limitaciones de los instrumentos musicales y
de sus ejecutantes.
Pero el conocimiento de la técnica y de los recursos de la construcción no son sólo útiles después de concebida la
obra arquitectónica, sino que influyen directamente en su proyecto.

Debemos decir una vez más que proyecto y construcción son actividades complementarias e inseparables de la
obra arquitectónica completa.

La finalidad de la arquitectura es la obra y no el proyecto, razón por la cual la creación arquitectónica debe ser
concebida en forma integral.
La obra arquitectónica completa comprende dos etapas la composición y representación primero y la realización
después. La técnica, denominando así al conjunto de conocimientos que se refieren a los materiales, elementos y
disposiciones constructivas que puede manejar el arquitecto, para materializar su concepción, influye ampliamente
en las dos etapas según veremos en detaIle de inmediato.
La primera etapa o sea la de composición comprende la imaginación de la obra con sus formas, proporciones
relativas, arreglos funcionales y estéticos.
El desconocimiento o el conocimiento imperfecto de las posibilidades y limitaciones que la técnica presenta para
realizar la obra imaginada, puede traducirse en dos situaciones distintas. Una, de materiales, o de recursos para
concretarlas y otro que si los dispone resultan económicamente inconvenientes o incompatibles con la finalidad de
la obra.
Como ejemplo podrán mencionarse proyectos donde se incluyen grandes ambientes sin columnas con
construcciones pesadas en los pisos superiores en los cuales no se han previsto los espacios necesarios para las
estructuras resistentes destinadas a soportar, la cubierta de los ambientes en cuestión y las cargas de las obras que
por encima se ubican; la adaptación de un proyecto así como debido a condiciones de ejecución posible, se traduce
en el mejor de los casos en modificaciones de escaleras, cambio de fachadas, etc.; otras veces la adaptación es
imposible como cuando la altura total de los edificios esta limitada por reglamentaciones u otras causas y la
modificación obliga a superarla. Todas estas situaciones conducen en primera instancia a la inhabilitación total o
parcial del proyecto y consecuentemente al descrédito del arquitecto que lo preparó.
Desde luego que los casos extremos en los que hay que abandonar el proyecto no son frecuentes, aunque ocurren,

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pero los otros que obligan a modificaciones más o menos importantes, son desgraciadamente frecuentes.
La segunda situación, consecuencia de la primera es la inhabilitación del proyectista para el desarrollo de su idea.
Esta inhibición nace de su inseguridad en las posibilidades de la realización de su concepción y del temor aI fracaso,
el desconocimiento más o menos grande de los recursos de la técnica convierte a ésta en un enemigo del arquitecto
manteniendo su poder creador dentro de lo usual y trillado, obligándolo a repetir soluciones conocidas, con lo cual
su producción se torna rutinaria y carente de originalidad retrasando la evolución y el progreso de la arquitectura.
Por el contrario, un profundo conocimiento de la técnica no sólo no frena la facultad creadora sino que le abre
nuevos horizontes.
Los recursos técnicos tienen dos fuentes de origen: a veces el recurso ha sido creado para satisfacer una necesidad
específica de la arquitectura; otras veces aprovecha un recurso técnico desarrollado en otro campo de acción. En
cualquier caso su conocimiento posibilita su uso y la consecuente resolución del problema; frecuentemente la
disponibilidad del recurso técnico sugiere la solución.
El conocimiento técnico que debe adquirir el arquitecto; reviste lógicamente formas y alcances especiales,
adaptadas a sus necesidades.
El número de materiales, dispositivos, técnicas especializadas, instalaciones complementarias, etc., que intervienen
en las construcciones es tan grande que su dominio completo excede la capacidad humana.
La arquitectura ha superado ya el estado en que relativamente pocos elementos integraban una obra y era
factible un estudio a fondo, por el propio arquitecto de todos ellos.

Por lo tanto y frente al número creciente de factores a considerar, es necesario fijar los límites, dentro de los cuales
debe intensificarse la enseñanza y el aprendizaje de los futuros arquitectos.
Así por ejemplo, no interesa tanto al arquitecto el estudio geológico, mineralógico o químico de las piedras como
el de sus propiedades físicas y tecnológicas que tengan relación con su empleo en las construcciones, sin perder de
vista que ciertos aspectos vinculados con la geología, la mineralogía y la química pueden tener su importancia desde
el punto de vista de la técnica aplicada; en otro campo, el de los materiales cerámicos pongamos por caso, interesa
precisamente al arquitecto conocer los productos, tal como el ladrillo terminado más que el tipo de horno en que
fue cocido, en tanto el cambio del sistema de cocción no altere las características del material que empleará en las
construcciones. En virtud de lo expuesto se procurará orientar el presente curso hacia el estudio de los productos y
tecnología de los materiales, elementos y disposiciones constructivas sin profundizar aspectos como el de la
formación, extracción o elaboración primaria de los materiales o el de la relación de los elementos y disposiciones
constructivas en cuanto no sea necesario su conocimiento para orientar o decidir su adopción en el proyecto.
Por todo lo antedicho, concluimos que:

Introducir a los alumnos en las ciencias de la construcción es la meta fundamental de estos


apuntes.

En ellos el estudiante encontrará conceptos básicos y criterios que deben llevarlos a comprender que la
construcción no es un proceso aislado del hecho arquitectónico y que por el contrario debe estar

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definitivamente incorporado en todo el proceso de diseño. El proyecto no es el fin del proceso, el fin del
proceso es la obra, razón por la cual la creación arquitectónica debe ser concebida en forma integral.

La tecnología, los materiales, la forma de construir no deben ser trabas para el desarrollo de la
imaginación, no deben coartar la creatividad, pero si la deben acotar.

Por el contrario, el desconocimiento de uso de materiales, o de tecnologías muchas veces puede


limitar la idea de la obra imaginada, o inhabilitarlas total o parcialmente, lo que genera un
descrédito del profesional frente al cliente.
Cuando se sabe construir, se sabe proyectar y sabe dirigir lo que se ha proyectado. Dirigir lo proyectado
significa que como profesionales debemos estar capacitados para dictar normas y supervisar la labor de
constructores, instaladores, calculistas que colaboran en el desarrollo del proyecto. Por lo tanto no se
persigue con estas materias formar constructores, calculistas de instalaciones especiales o técnicos de
construcción. La premisa es formar arquitectos con una concepción integral de la problemática que
significa la arquitectura.
Distintos arquitectos, en distintas épocas, en distintas regiones, con distintas problemáticas, han
dado respuestas a una variedad innumerable de ejemplos arquitectónicos en todas las épocas.

Desde que el hombre satisfizo su primera necesidad, la de alimentarse, empezó a preocuparse por su
segunda necesidad, protegerse de las inclemencias del tiempo. Luego tuvo las necesidades del culto, de
la educación, del ocio, de la recreación y del trabajo, y frente a cada una de esas necesidades planteo una
forma de construir, cada una distinta de la otra, cada una con sus propias características. En aquellos
momentos no se cuantificaba la duración de las obras, ni el costo, había tiempo para todo.
Hoy la realidad es distinta, los tiempos, los costos, el confort, la durabilidad, la rentabilidad, en fin la
calidad del diseño cobran una importancia tal que resulta imprescindible ahondar en los conocimientos
para lograr un producto que satisfaga las necesidades de quien encarga un proyecto. Debemos estar
preparados para ofrecer calidad, durabilidad, habitabilidad y economía.
Para ello hay que entender que todo eso es producto de nuestra capacidad para resolver el espacio
y que el espacio que pensamos, que diseñamos, que imaginamos, hay que construirlo.

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Intentamos que incorporen el ejercicio de sumar, al idioma del diseño, el idioma de la construcción.
Estamos seguros que de esa forma se logrará un mejor producto.

Debe quedar en claro, la arquitectura no es sólo espacio, es diseño del espacio mas construcción
de ese espacio.

En virtud de lo expuesto se procurará orientar el curso hacia el estudio de sistemas, de materiales y


su tecnología, de recursos, de forma de construir, elementos y disposiciones sin ahondar en la
teoría de las propiedades físicas y/o químicas, cálculos etc. Recomendamos la investigación de
mercado, folletos, catálogos, bibliografía, visitas a obras, estudios de procesos de producción, etc.
Todos estos conocimientos del mercado de los materiales y elementos, ampliarán las posibilidades de
resolución de un mejor producto, que en definitiva convalidará un mejor proyecto.

LA CAJA ARQUITECTÓNICA Y LOS DISTINTOS SUBSISTEMAS

La caja arquitectónica, o espacio que nos encierra, está presente en cada instante de nuestra
existencia.
En el lugar de trabajo, en el lugar de descanso, en el de estudio, en el de recreación, en el de culto, en el
de estar, en el de estudiar...
El espacio está constituido por distintos subsistemas que lo delimitan y definen. Esa delimitación y
definición del espacio es lo que el arquitecto imagina y luego materializa, y que fundamentalmente esta
constituido por:

• Subsistema de fundaciones.
• Subsistema de cerramientos verticales.
• Subsistema estructural.
• Subsistema de cerramientos horizontales.

Subsistema de fundaciones

El cimiento es la parte de la construcción que apoya directamente sobre el terreno para transmitir
las cargas de las estructuras al mismo.
La condición fundamental es que dichas cargas no excedan la capacidad de resistencia del suelo, pues
éste se rompería.
En general los suelos de Buenos Aires, son arcillosos en muy variado grado.
Los suelos pueden ser coherentes o disgregados. Los coherentes son los que presentan partículas unidas
y una resistencia a la disgregación frente al agua.
Los suelos disgregados están constituidos por partículas sólidas sueltas con poca o ningún contenido de
arcilla.
Los suelos aptos para fundar son los arcillosos con tenor de humedad estable y no deben tener
exceso de agua, pues con el tiempo ésta puede escurrir y producir asentamientos en la estructura
apoyada y los arenosos secos o con poca humedad.
Los conceptos fundamentales a ser tenidos en cuenta para proyectar y calcular las fundaciones
son:

a) Las cargas no deben superar las admisibles para el suelo.


b) Las deformaciones deben ser compatibles con la rigidez de la estructura del edificio.
c) Las deformaciones y asentamientos deben ser uniformes en todos los puntos del
cimiento.
d) Se debe asegurar la estabilidad del tenor de humedad.

Subsistema de cerramiento vertical

Los cerramientos verticales deben cumplir, según el espacio que se proyecte, funciones de aislamiento,
óptico, térmico, acústico y/o climatológico.
Componen el subsistema de cerramientos verticales:

1. Paredes o muros exteriores.


2. Aberturas exteriores (puertas y ventanas).

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Subsistema estructural

En la conformación del espacio siempre aparece una estructura que es aquella parte de la
construcción destinada a recibir y soportar todas las fuerzas o cargas exteriores, y que tiene como
función transmitirlas al suelo, destino final de todas fuerzas, ya sean permanentes, como el peso propio
de las estructuras, y las sobrecargas fijas, o las fuerzas accidentales como pueden ser, personas en
tránsito, la acción del viento, las nieve.
Al recibir las cargas las estructuras tienden a deformarse, y a veces a destruirse, por lo tanto la
función primaria de una estructura es resistir a la acción las fuerzas que actúan sobre ellas y es necesario
que el sistema se halle en equilibrio, vale decir que su resultante sea nula y que este equilibrio sea
estable. Hay que considerar que para que una estructura resista con el transcurso del tiempo los
materiales con que se ejecutan deben conservar sus características resistentes, y que no se deben
cambiar las condiciones de carga primitivas.

Subsistema de cerramiento horizontal

Llamadas cubiertas, constituyen el cerramiento superior del espacio arquitectónico, pero además de
cumplir con esa función, al estar en contacto con el espacio exterior deben cumplir con las siguientes
condiciones:

1. La evacuación de las aguas de lluvia debe ser en forma rápida.


2. Tanto en las cubiertas de fuerte pendiente como en las de escasa pendiente o cubiertas planas, se
debe tener muy en cuenta la aislación hidrófuga, ésta es una barrera continua, que no permite el pasaje
del agua hacia el interior.
3. La aislación térmica es un tema que debe ser analizado con profundidad en el momento de proyectar
una cubierta, generalmente en los proyectos con cubiertas de fuerte pendiente, la imagen exterior debe
ser correspondida con la sensación interior.
La aislación acústica es otro punto conflictivo de una cubierta, debe ser tenido muy en cuenta al proyectar
una cubierta de las llamadas livianas, pues generalmente al tener poco espesor los ruidos y sobre todo el
que produce la lluvia al golpear en la cubierta es un factor de disturbio para el confort del espacio interior.

NOCIONES ELEMENTALES DE RESISTENCIA

Tensiones y deformaciones:

A los efectos del estudio del comportamiento de los cuerpos bajo la acción de las fuerzas que sobre ellos actúan,
podemos suponerlos compuestos de moléculas, cuyas posiciones relativas dentro de los cuerpos en cuestión, se
mantienen en virtud de la existencia de ciertas fuerzas interiores, que podemos llamar fuerzas moleculares, las
cuales se oponen a todo cambio de su posición, conservando de ese modo la forma de los sólidos. Cuando sobre un
cuerpo se hace actuar una fuerza exterior, ésta tenderá a modificar las posiciones relativas de las moléculas, a lo
cual se opondrán como ya se dijo, las fuerzas internas, que tratan de mantener las distancias intermoleculares
existentes.
Estas fuerzas interiores varían con la modificación de dichas distancias, es decir con la deformación del cuerpo y
crecen a medida que la deformación aumenta, hasta que equilibran a la fuerza exterior, con lo cual la deformación
cesa de crecer; si la fuerza exterior excede de ciertos valores propios de cada material, las fuerzas internas no
podrán equilibrarlas, las distancias intermoleculares continuarían creciendo y se harían demasiado grandes, en cuyo
caso dejarán de actuar las fuerzas intermoleculares, desaparecería la cohesión y el cuerpo se rompería.
Las fuerzas exteriores que actúan sobre los cuerpos, provocan en los mismos ciertas deformaciones y
provocan en su interior el nacimiento de fuerzas que las equilibran, siempre y cuando tales fuerzas
exteriores no sobrepasen de ciertos valores determinados cuya magnitud queda definida por el tipo de
material y la forma en que se hace actuar a las fuerzas.
Desde que las construcciones se hacen para que puedan soportar las cargas que sobre ellas puedan
actuar, es de gran importancia determinar para los materiales destinados a ser usados en las estructuras
resistentes, los valores máximos que puedan resistir sin romperse, o, para usar la nomenclatura utilizada
al definir las propiedades de los materiales, la resistencia del material.
Pero el valor que se asigna a la resistencia del material para dimensionar estructuras, es en general muy
inferior al que produce la rotura, a fin de mantener las deformaciones por debajo de ciertos límites.
Hemos dicho que toda fuerza que actúe sobre un cuerpo modifica sus distancias moleculares, es decir lo
deforma. Esto se produce cualquiera sea la magnitud de la fuerza y aunque la deformación no sea

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aparente, cuando haya una fuerza actuante existirá una deformación, siendo la posibilidad de su
apreciación una cuestión de precisión del instrumental usado.
Ciertos cuerpos tienen la propiedad de recuperar su forma primitiva, una vez que ha desaparecido la fuerza que lo
deformó; propiedad denominada elasticidad. En realidad no existen cuerpos ni materiales que sean perfectamente
elásticos, o sea que pierdan totalmente la deformación adquirida, al cesar de actuar la fuerza, pues aún aquellas
producidas por fuerzas reducidas no desaparecen del todo, quedando una cierta parte que se denomina
deformación permanente.
No obstante, algunos materiales por debajo de determinados valores máximos de las fuerzas exteriores, sufren
deformaciones de carácter permanente de magnitud suficientemente reducida como para poderlos considerar
dentro de ciertos límites, como elástico. A las deformaciones que desaparecen al cesar de actuar la fuerza que Ias
produjo las llamaremos deformaciones elásticas.
Para deformar un cuerpo es necesario que las fuerzas realicen un trabajo. Otras veces el cuerpo es parcialmente
elástico, o sea que sólo recupera en forma parcial sus dimensiones primitivas, conservando una parte de la
deformación con carácter permanente. En este caso al desaparecer la fuerza, el trabajo restituido es el que
corresponde a la deformación elástica mientras que el usado en producir la deformación permanente se dispersa en
forma de calor.
En general, la utilización de los materiales resistentes en las construcciones se realiza en condiciones tales que las
cargas o fuerzas que sobre los mismos actúan no superan las condiciones establecidas para que actúen como
elásticos, y lo que es mas aún se conservan dentro de cierta medida por debajo de los límites establecidos, dejando
un determinado margen de seguridad para circunstancias imprevistas.
Las deformaciones que sufren los cuerpos dentro de los límites en los cuales se comportan como elásticos son en
general considerablemente menores que los que adquieren cuando empiezan a comportarse en mayor o menor
grado como cuerpos plásticos.

Casos de resistencia simple

Tracción:

Si consideramos una pieza de eje geométrico recto, que está sometida a las fuerzas “P”, aplicadas en los extremos,
siendo aún direcciones opuestas y cuya acción tiende a separar dos secciones ideales tales como en A-A y B-B se
produce un trabajo de tracción, las fuerzas son normales a las secciones y se reparten uniformemente sobre su área
“P”, originando tensiones normales. La resistencia del elemento depende solamente del material con que está
constituida y de la magnitud de la sección transversal, pero no de la forma de la misma.

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Compresión:

Si por el contrario, la fuerza tiende a aproximar las secciones que se consideran, el trabajo es de
compresión.
También aquí las tensiones son normales.

Corte:

En otro caso, la fuerza, en lugar de acercar o separar dos secciones ideales tales como la A-A y B-B tiende a hacerlas
resbalar, una con respecto a la otra; el caso se denomina trabajo de corte. Como la fuerza actúa en el mismo plano
de la sección, tendremos tensiones tangenciales.

Flexión

Supongamos ahora una pieza de eje recto estando descargada. Al actuar las cargas la pieza se curva,
originando un trabajo de flexión.
Al curvarse la pieza las fibras ideales situadas del lado de la concavidad que presenta esta nueva forma se

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acortan lo cual indica que están siendo comprimidas (Fibra A-B). Las del lado opuesto, o sea las de la
parte convexa se alargan señalando que están soportando tracciones (Fibra C-D). Las fibras que sufren
las máximas tracciones o compresiones son las extremas que corresponden a las caras exteriores
convexas y cóncavas respectivamente. A medida que las fibras van correspondiendo a capas más
alejadas de las caras cóncavas o convexas las tensiones van disminuyendo de valor hasta anularse para
una capa de fibras ideales situadas en un plano que en la flexión simple normal, caso que se considera, es
perpendicular al plano en que actúan las fuerzas que producen la flexión de la pieza y pasa por el centro
de gravedad de la sección transversal. Las fibras cuya tensión es nula se denominan fibras neutras, y el
plano en que están situadas, Eje neutro.

El valor de las tensiones que sufren las fibras situadas entre las caras exteriores y el eje neutro puede admitirse
dentro de las hipótesis fundamentales en que se basa la Resistencia de Materiales, que varía linealmente, en forma
directamente proporcional a su distancias al eje, siendo nulas como ya se ha dicho, cuando su distancia es nula, y
máximas para las más alejadas.

El diagrama de tensiones asume en consecuencia, la forma de dos triángulos, uno correspondiente a los de
tracción (lado cóncavo) y el otro a las de compresión (lado convexo).

Torsión

Por último, la fuerza “P” hará deformar la pieza haciendo que puntos tales como los A y B pasen a ocupar posiciones
tales como A1 y B1. Para ello es necesario que las secciones transversales paralelas que contienen a los citados
puntos A y B, se desplacen una con respecto a la otra con el paralelismo.
El trabajo que se efectúa en este caso se denomina de torsión.
Las secciones ideales próximas paralelas tienden a desplazarse una con respecto a la otra sin cambiar su distancia, lo
cual implica que la fuerza deformante debe actuar en el mismo plano de las secciones consideradas o sea que las
tensiones producidas serán tangenciales.

Los cinco casos de trabajos detallados, son:

Tracción.

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Compresión.
Corte.
Flexión.
Torsión.

Constituyen los casos de resistencia simple.

Dentro de un mismo cuerpo o estructura pueden ocurrir simultáneamente dos o más de ellos con lo cual se estará
en presencia de casos de resistencia compuesta.

ROLES: PRINCIPALES FUNCIONES DEL ARQUITECTO

Proyectista

Es el encargado de plasmar con planos y detalles el concepto, la ideas arquitectónica, contemplando hasta los
mínimos detalles las formas y métodos que posibiliten la materialización de esa idea de ese proyecto, para que
luego se transforme en un hecho tangible y verificable.
Ejecutar el proyecto solicitado de acuerdo al programa entregado por el comitente, y cumpliendo
estrictamente con las disposiciones que indican los códigos municipales, y/o estatales (de acuerdo a la
dependencia y al tipo de proyecto).
Debe presentar los planos ante el ente municipal para su aprobación, previo al comienzo de obra.
Debe resolver todos los detalles de construcción, pliegos de especificaciones técnicas, instalaciones, estructura,
carpinterías, etc. poniendo fundamentalmente especial énfasis en la calidad de proyecto, que tiene que ver con los
costos, recursos, tiempos de ejecución, calidad, rentabilidad y uso; y la calidad del proyecto, que tiene que ver con
la documentación gráfica y escrita con los planos y las especificaciones de calidad de construcción. Debe contemplar,
durante el proceso de proyecto, que el hecho arquitectónico debe ser “vivido”, y por lo tanto, debe resolver
coherentemente el mejor uso de las instalaciones, sin apartarse de las reglas de habitabilidad y durabilidad.
Su responsabilidad es limitada y acaba cuando la municipalidad aprueba los planos.
Fundamentalmente es una responsabilidad ética.

Director de obras

Es el representante del propietario durante el proceso de construcción de la obra.


Su responsabilidad comienza con el comienzo de la obra, desde que analiza los presupuestos con el
comitente hasta que finalmente es el responsable por el pago que el comitente hace a la empresa
constructora.
Es co-responsable en la aprobación de los planos municipales, en ellos debe figurar su firma, lo que lo hace
responsable ante cualquier hecho anormal que se produzca en la obra.
Es responsable subsidiario en hacer cumplir las reglamentaciones municipales, por omisión u olvido en el
proyecto por parte del proyectista. Es responsable de verificar que la empresa constructora abone en
término y forma los salarios de los obreros, incluidas las cargas sociales y seguros.
Es responsable de verificar que se cumplan las normas de seguridad e higiene en la obra.
Es responsable subsidiario en daños y/o perjuicios a terceros.
En caso de que la obra se contrate por el sistema de administración es el responsable de los pagos a terceros y
contratistas.
Es el responsable de controlar la calidad de la construcción por parte de la empresa constructora, controlando que
esta cumpla con los planos y pliegos de proyecto, en calidad, cantidad y tiempos de obra.
Como en toda dirección de un proceso productivo las funciones especificas son:

1. Planificar.
2. Organizar.
3. Asignar recursos.
4. Conducir.
5. Controlar.

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Se dirige epistolarmente al comitente y lo hace por medio de órdenes de servicio a la empresa constructora, estas
una vez firmadas por el director y el representante de la empresa pasan a ser parte del contrato de construcción.
Está a su cargo resolver cualquier detalle constructivo de la obra que no estuviere en planos preparados por el
proyectista. No puede argumentar ignorancia o falta de información.

Jefe de obra

Responde a los intereses de las empresas constructoras y actúa directamente sobre los recursos de producción de la
misma. Se entiende por recursos de producción, la mano de obra, materiales, equipos y herramientas necesarios
para ejecutar la obra. Es la máxima autoridad en la obra por parte de la empresa constructora, y es el responsable
empresarialmente en todos los aspectos. Actúa directamente sobre los recursos de producción de la obra
(materiales, mano de obra, equipos y herramientas).
Generalmente ejerce la gestión, según la envergadura de la obra, dentro de la misma, es el encargado de hacer
cumplir los plazos de obra, la calidad en las construcciones, determinar la calidad y cantidad de mano de obra, de
materiales, preparar las mediciones para certificar, y fundamentalmente debe:

1. Controlar perfectamente la interpretación de los planos entregados por la dirección de obra.


2. Confeccionar y revisar las mediciones para efectuar certificados.
3. Controlar la resistencia de las estructuras y la calidad de las instalaciones.
4. Controlar el cumplimiento de las exigencias contractuales y técnicas de la obra.
5. Dirigir la política laboral dentro de la obra (relación diligencia sindical-empresa-obreros).
6. Responsable directo de hacer cumplir las normas de seguridad.

En las obras de menos volumen, generalmente las particulares, de magnitud pequeña, la función de jefe de obra la
cumplen un capataz.
Recibe las órdenes de servicio por parte de la inspección de obra y/o la dirección de obra y contesta y/o solicita con
notas de pedido.

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Unidad 2
REPLANTEOS

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REPLANTEO Y NIVELACIÓN

Introducción

El replanteo tiene por objeto trasladar al terreno las dimensiones indicadas en el plano de obra.
Para marcar sobre el lugar las medidas que permiten abrir las zanjas en las cuales se deben construir los cimientos
de un edificio, se trabaja de acuerdo con el plano de replanteo, este se dibuja por lo general, en escala 1:50, es decir,
que tendrá el doble de tamaño que el que se presenta en la Municipalidad, y en él deberán figurar los siguientes
datos y medidas:

• Ejes de las paredes (tabiques, pilares y columnas).


• Ejes principales (ejes de replanteo).
• Ejes secundarios (distancias parciales y acumuladas).
• Ejes de aberturas.
• Paredes circulares (radios del eje de la pared).
• Espesores de paredes y cimientos.
• Ángulos.
• Niveles, tipos de aberturas.

Estas demarcaciones conviene fijarlas en el terreno, en forma no sólo inamovible, sino que permitan el normal y
fácil, desarrollo de los trabajos sin que haya necesidad de tocarlas o moverlas.

Útiles e instrumentos necesarios

Plano de replanteo, cinta de acero y doble metro, nivel, escuadra común, plomada, estacas, listones, clavos,
martillos, sierra, hilos, alambres, picos, palas, serruchos, reglas tenazas y lápices.

Métodos de nivelación

Se pueden distinguir dos métodos, manual y asistido, que difieren básicamente en el instrumento a operar
y no en lo conceptual.

Nivelación manual

Es aquella que se realiza con la Regla de Nivelar y Mira, depende básicamente de la calidad óptica
(buena vista) del operario y solo es aconsejable –con ciertos recaudos- para la nivelación de pequeños
sectores o de obras de parcelas entre medianeras.

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Regla de nivelar

Es un Nivel de Burbuja entre 2.00 y 3.00 m (similar al nivel de mano utilizado por albañiles y carpinteros
de obra). El tubo de burbuja es curvo para lograr mayor precisión; y mediante sucesivas mediciones (la
operación se ve limitada por la longitud de la regla de nivelar) y simples operaciones algebraicas es
posible realizar la nivelación.
Es importante la verificación periódica de este instrumento con relación al paralelismo entre el nivel de
burbuja y la regla, a veces poseen un tornillo de regulación.

Empleo de la regla de nivelar.

Nivel de manguera

Es el método más utilizado en obras de pequeña envergadura y su uso se basa en el principio de vasos comunicantes.

Este método da margen a error y para evitarlo caben las siguientes recomendaciones:

• Que la manguera a utilizar tenga como mínimo un diámetro de 12 mm para que el agua se nivele fácil,
con rapidez, y obviamente que se encuentre limpia. Es conveniente colorear el agua para mejorar su
visualización.

• Que la manguera de nivel no debe llenarse directamente de una canilla (se introducen burbujas de aire
que producen variaciones en los registros), lo correcto es hacerlo desde un recipiente elevado a 1.00 m y
dejar correr un tanto de agua para asegurar un correcto llenado.

• Que la operación de nivelado desde un punto inicial hacia varios puntos deberá verificarse cerrando la
operación pasando el nivel desde el último punto hacia el original y debe verificarse la coincidencia, caso
contrario se procederá a repetir la operación.

Nivelación asistida

Es el método de mayor precisión y para ello se trabaja con la ayuda de un Teodolito (muy empleado en
obras viales) y Nivel de anteojo que es del que nos ocuparemos por su mayor difusión en obras civiles e
industriales y simplicidad de operación.

Nivel de anteojo

El nivel de anteojo posee un plano horizontal óptico que conforma el eje del anteojo de gran
aumento, el cual se halla paralelamente sincronizado con la base circular del aparato, la cual se monta
sobre el trípode.

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El conjunto base/ anteojo se nivela con la asistencia de un juego de niveles de burbuja: uno tubular y uno esférico, o
un par de niveles tubulares colocados en forma ortogonal (a 90° uno del otro). Normalmente los niveles de burbuja
contienen alcohol para evitar el congelamiento cuando se trabaja en temperatura bajo cero.

La nivelación con este aparato consiste en medir las diferencias de alturas registradas entre el eje óptico horizontal y
terreno con relación a una referencia determinada arbitrariamente, donde las mayores cotas revelan los terrenos
bajos y las menores los altos, esto debido a que la mira se apoya en forma invertida -con el 0 sobre el terreno- para
facilitar la lectura.

El margen de error en este caso es mínimo y para evitarlo conviene recordar:

• Efectuar una correcta estación (denominándose así al emplazamiento del aparato para efectuar la tarea)
colocando el trípode sobre una superficie firme, plana y con las patas de similar extensión y equidistantes.
• Mantener la mira en perfecta verticalidad, previa verificación con una plomada.
• Efectuar lecturas claras y precisas en una sola para asegurar un buen resultado. Cuando la longitud de la
nivelación a efectuar excede los 50.00 mÁs se deberá efectuar estaciones sucesivas (eligiendo
cuidadosamente la secuencia de desplazamientos), llevando control de los valores a sustraer o adicionar en
cada estación; como por ejemplo se puede citar que para una longitud de 100.00 mts. Se puede ubicar el
nivel de anteojos en el centro respondiendo a una de las tres posibilidades de estación con relación a
puntos a nivelar.
• La verificación se efectúa realizando una nivelación de ida y vuelta, donde entre una y otra cota de
nivelación para un punto la diferencia debe ser nula.

El nivel de anteojos se puede utilizar para medir distancias. El valor correspondiente entre el aparato y un punto
cualquiera sobre el cual se coloca la mira es igual al valor comprendido entre ambos hilos del retículo (cm)
multiplicado por una constante igual a 100 (sin unidad):

D = d .100 (mts).

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Trabajos previos a la etapa de obra

1. Marcado de la zona a limpiar por medio de estacas con hilos.


2. Limpieza y emparejado del terreno.
3. Construcción de los caballetes.

El replanteo se hará teniendo en cuenta los hilos – guías que indican la ubicación exacta de las paredes y las
fundaciones, tal cual lo indiquen los planos correspondientes. Para poder ajustar la posición de los hilos, se atarán a
caballetes bien fijados al suelo. Por cada pared a marcar, necesitaremos dos caballetes. El ancho de los mismos lo
fijaremos en aproximadamente 60 cm. para poder correr los hilos con facilidad. Es fundamental la precisión del
replanteo a fin de no arrastrar errores en los trabajos siguientes. Hay que llevar una verificación correcta de las
medidas y las escuadras de las paredes.
Para tener desde donde medir con exactitud se comenzará el replanteo fijando dos hilos de referencia a escuadra
entre sí.

Caballete simple

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Los hilos se deben sujetar den los caballetes de manera que queden bien tirantes, a fin de que no sufran ningún
desplazamiento y permitan, a la vez, bajar con seguridad la plomada hasta el fondo de la zanja, para fijar con
exactitud la verdadera ubicación y el ancho de los cimientos.

Caballete doble

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Marcado de bases

Replanteo de zanjas y muros

Los cimientos deberán quedar centrados con las paredes, en cada caballete donde se hacen dos marcas que indican
el espesor de la pared y también se marca el eje de la pared.
Luego se mide la mitad del ancho del cimiento a cada lado haciendo las marcas correspondientes, de la misma forma
con las medidas del muro. Una vez realizadas las marcas en los caballetes se colocan los hilos y se “bajan” algunos
puntos de referencia con la plomada y se ejecuta el trazado en el terreno.
Luego se realiza el zanjeo por medio de herramientas manuales o equipos mecánicos.

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Unidad 3
SUBSISTEMA DE FUNDACIONES

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FUNDACIONES

El cimiento, base o fundación, es la parte de la construcción que apoya directamente sobre el


terreno para transmitir las cargas de las estructuras al mismo.

La condición fundamental es que dichas cargas no excedan la capacidad de resistencia del suelo, pues
éste se rompería.
Pero de cualquier manera al aplicar una carga sobre él, debemos tener en cuenta que las deformaciones
sean uniformes para evitar diferencias de tensiones en la estructura.
En general, los suelos de Buenos Aires, son arcillosos en muy variado grado.
Los suelos pueden ser coherentes o disgregados.
Los coherentes son los que presentan partículas unidas y una óptima resistencia a la disgregación frente
al agua.
Los suelos disgregados están constituidos por partículas sólidas sueltas con poca o ningún contenido de
arcilla.
Los suelos aptos para fundar son los arcillosos con tenor de humedad estable y no deben tener
exceso de agua, pues con el tiempo ésta puede escurrir y producir asentamientos en la estructura
apoyada y los arenosos secos o con poca humedad.

Los conceptos fundamentales para proyectar y calcular las fundaciones son:

e) Las cargas no deben superar las admisibles para el suelo.


f) Las deformaciones deben ser compatibles con la rigidez de la estructura del edificio.
g) Las deformaciones y asentamientos deben ser uniformes en todos los puntos del
cimiento.
d) Se debe asegurar la estabilidad del tenor de humedad.

El suelo como determinante del tipo de fundación a realizar

La fundación es la parte de la construcción que apoya sobre el terreno, soportando el peso de la estructura del
edificio en las peores condiciones de carga, repartiéndolas sobre el terreno en la profundidad necesaria. La
fundación debe ser hecha de modo tal que la base de apoyo no ceda o se desplace bajo la acción de las cargas
actuantes sobre el edificio y el terreno.

Definición

Conceptualmente, la búsqueda estará dada en hallar un valor de tensión del elemento a fundar con
su fuerza actuante y su superficie de apoyo que no sea mayor a la resistencia mecánica del suelo,
con lo cual vemos que la resistencia de la tierra será de vital importancia al momento de evaluar las
características de la fundación deseada.

Suelos: Clasificación

Los suelos se clasifican evaluando las cualidades de las partículas que los conforman. Según sea su tamaño, podrán
ser arcillas, limos, arenas, gravas o piedras bolas.
Según la composición física y química de las tierras, estas pueden ser, morenas, loes, margas, arcillas, gradas, toscas,
etc. Los suelos más aptos para fundar son los arcillosos y los arenosos, en ambos casos deben contar con escaso o
medio nivel de humedad. Si la arena es muy fina, la arcilla está húmeda o las tierras tienen restos de materia
orgánica, las fundaciones no son recomendables.
La resistencia mecánica depende también de la compacidad que presenten las partículas de estos suelos,
característica que se advierte mediante un ensayo ejecutado en obra conocido como "Cono de Abrahams", que
mide el grado de asentamiento con que cuenta el suelo.

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En primer lugar, al comenzar a construir en terrenos donde existía anteriormente otra edificación, es frecuente
encontrar pozos ciegos, que al ser eliminados deben ser tapados con una bóveda de mampostería.

Fundamentalmente, las fundaciones se dividen en:

1. Directas.
2. Indirectas.

1. Las directas pueden ser continuas o discontinuas, son continuas cuando toda la superficie de la
estructura apoya directamente sobre el terreno, caso general muros y/o tabiques de hormigón. Para
ello en general se debe aumentar la superficie de apoyo del muro, logrando así una mayor superficie de
contacto entre la estructura y el suelo, debido a las diferencias de tensiones de trabajo. Por ejemplo, si la
albañilería trabaja a 6kg/cm2 y el suelo a 2kg/cm2, llevando el muro directamente al suelo se estaría
transmitiendo una presión tres veces superior a lo que el terreno puede soportar, mientras que si
aumentamos la superficie de apoyo. Ese ensanche se llama zarpas. Si esa zarpa se hace en ladrillo se
hará aumentando el espesor de 15 cm en 15 cm, debiendo hacerlo en no menos de cuatro hiladas con
cada ensanche.
Las fundaciones no es conveniente hacerlas a menos de 0.80 m del nivel del terreno, pues hasta
esa profundidad los suelos se ven afectados por las heladas que modifican la estructura física.
2. Las indirectas son para fundaciones de mayor profundidad y se aplican cuando los suelos aptos
para fundar están por debajo de los 2,50 m desde el nivel del terreno, pudiendo ser:

a) De pilares y arcos.
b) De pilares y vigas.
c) De columnas y vigas.
d) De pilotes ejecutados “in situ".
e) De pilotes premoldeados.
f) Plateas de fundación corrida o fundación flotante.

FUNDACIONES DIRECTAS

Fundaciones aisladas o continuas

Las fundaciones directas pueden ser aisladas, siendo un claro ejemplo, la fundación habitual de columnas o pies
de pórticos, pudiendo ser además céntricas o excéntricas, dependiendo esta definición de si la carga estructural
coincide o no con la carga de reacción del suelo. También pueden ser continuas, sirviendo como ejemplo el caso de
las zapatas corridas donde fundan tabiques o muros.

Procedimiento

En estos casos, la estructura se encuentra en equilibrio estable y no cede ante el suelo por practicarse en todo
cimiento natural de pared un ensanche o pie con relación a la parte superior de la misma que es el sector que
conocemos con el nombre de "zapata", que puede estar materializada en mampostería u hormigón, este
engrosamiento varia en función a la sección original de la pared, valiendo aclarar que los tabiques de 0,10 m.
pueden asentarse directamente sobre la losa del hormigón.

FUNDACIONES INDIRECTAS

Fundaciones sobre arcos

Cuando los terrenos suficientemente resistentes para soportar grandes cargas no están cercanos a la superficie, se
puede disponer de "fundaciones sobre arcos y estribos o arcos y pilares", fijándose en un primer momento las
excavaciones para las bases de los pilares o estribos, luego se desarrollan estos penetrando en las excavaciones,
apuntalándolos y formando los arcos encima que van a ser los encargados de transportar las cargas de la
edificación a la fundación.

Plateas de fundación

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Una forma de soportar cargas en terrenos completamente húmedos y donde existen además filtraciones de agua
es mediante las plateas de fundación, que abarcan toda la superficie de la planta del edificio. Si alguna columna
llegara a soportar una carga considerablemente alta, lo que puede efectuarse es un aumento debajo de la misma en
el espesor de la platea.

Tablestacados

Cuando el suelo firme para fundar se encuentra por debajo de una o más napas de agua subterráneas y se necesita
cavar zanjas para la formación de las fundaciones, se torna evidente que el agua de napa inundaría toda nuestra
obra, por lo tanto se tiende a efectuar cercos o paredes que están conformadas por tablas ("tablestacas") que se
introducen una dentro de otra constituyendo un "tablestacado" dentro de ellas que se ubica en la obra el tiempo en
que debe efectuarse la excavación y luego se retira.
Las tablestacas se producen en madera aunque también se las encuentra materializadas en hormigón o en piezas
metálicas.

Pilotes

Si el terreno sólido para fundar se encuentra a demasiada profundidad y no resulta económico llevar los muros y
columnas hasta dicho suelo o realizar plateas de fundación, es conveniente recurrir a fundaciones sobre "pilotes",
piezas alargadas de sección circular en la mayoría de los casos, variando su diámetro de 20 a 40 cm. y que serán de
madera, de hierro o predominantemente de hormigón armado.
El diámetro de la punta del pilote es menor que el de la cabeza y este hecho permite utilizar el martillo industrial
("martinete") que deja caer una maza sobre la cabeza del pilote y hundiéndose éste en el terreno.
Debe mantenerse especial precaución en que la dirección de la trayectoria del pilote no se aparte de su eje
durante su hincamiento, si no ocurre así se saca este pilote o se lo deja, colocándose uno nuevo al lado.
Este sistema de fundaciones cumple su objetivo, amparándose en el principio de que al hundir el pilote se retira una
gran cantidad de tierra de su lugar original que provoca una presión en el terreno que a su vez ocasiona una fuerza
de rozamiento. Entonces cuando se está golpeando sobre el pilote y ya se siente que se está produciendo el
rechazo, significa que el pilote ha llegado hasta su plano de fundación.

Excavación de fondo de base y nivelación

Los fondos de bases deben estar al mismo nivel.


Se clavará una estaca junto a cada base, sobresalida más de 1 metro y se partirá de la más alta.
Se marca sobre la estaca el punto “A” y se lleva a las demás.

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Llenado de bases

Aplomado de columnas

Cimientos

Cimiento corrido

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Este cimiento se realizará haciendo zanjas que se excavarán hasta el suelo resistente. La excavación se hace
utilizando herramientas comunes: pala de punta, pico y pala ancha. También se puede realizar con máquinas y
equipos de excavaciones.

Estudio de suelos

Los suelos muy húmedos, sean arenosos o arcillosos, al recibir cargas se hunden. Los terrenos rellenos con basura
son muy poco resistentes y no aptos para cimentar. También existe el problema de los suelos que se ¨hinchan´.
Estos suelos están compuestos por arcillas de consistencia dura que parecen buenos para cimentar, pero son
peligrosos porque se hinchan al absorber ciertas cantidades de agua. Los suelos “expansivos” son los que levantan
los pisos, agrietándolos. Pueden provocar rajaduras en las paredes y hasta la destrucción de la casa. Por tal motivo
antes de comenzar una obra, es necesario saber con que tipo de suelo vamos a trabajar. Si existieran dudas sobre la
calidad del suelo habrá que recurrir a un estudio especializado.

La napa de agua

Si se encuentra a menos profundidad que el suelo firme, impide trabajar en los cimientos porque el agua arrastra los
materiales de la mezcla. Una solución a este problema sería usar una bomba de desagote.

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Otra solución, si la resistencia del suelo lo permite, es hacer un cimiento sobre la napa. Se necesitará una zapata más
ancha y se calculará la misma.

Profundidad

Cuando el suelo resistente se encuentre a poca profundidad, se hace un cimiento corrido, cuando se encuentra a
mayor profundidad puede ser más conveniente realizar vigas de fundación y pilotines.

Perfil y nivel de las zanjas

El fondo de las zanjas debe quedar parejo y a nivel. Para conseguirlo se recurre a la utilización de un nivel de
manguera, guiándonos con estacas.

Materiales

Sobre suelos resistentes, pueden realizarse de dos formas:

• La más fácil es llenando completamente la zanja con hormigón de cascotes. Hasta el nivel del terreno o
un poco más abajo y se alisa con un fratacho, cuidando que quede bien nivelado.

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• Otra manera es hacer en el fondo una zapata de hormigón de casote de 10 cm. y continuar con
mampostería de ladrillos comunes de 30 cm. de ancho, trabando los ladrillos.

Zapata de hormigón armado

Cuando la carga de la pared es grande y el suelo es poco resistente, debemos ensanchar mucho el cimiento. En estos
casos puede resultar más conveniente hacer una zapata de hormigón armado, cuyas medidas y proporción de
armaduras dependerán del cálculo estructural realizado previamente.

Previsión del paso de cañerías

Para no tener que picar el cimiento, hay que prever el paso de las cañerías. Se calcula la profundidad de las mismas,
previendo su paso.

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Vigas de fundación y pilotines

Como ya dijimos antes, cuando el suelo resistente se encuentra a una mayor profundidad puede ser conveniente
realizar vigas de fundaciones y pilotines. Las vigas de fundación soportan sin deformarse el peso de las paredes (y
también del techo, en caso de contar con muros portantes).

El replanteo y el zanjeo

El replanteo y el trazado en el terreno de las vigas se hacen igual que para el cimiento corrido. Si las vigas quedaran
enterradas, se hacen las zanjas que sirven de moldes. Los centros de los pilotines se marcan clavando una estaca,
primero en los encuentros de las vigas (en el cruce de sus ejes) y después dividiendo los tramos intermedios en
partes iguales, no mayores de 1,50 m. (distancia “S”).

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Las armaduras

Del pilotin

De la viga

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Donde se empalmen otras vigas para ampliaciones has que dejar os chicotes de hierro cubiertos con hormigón de
cal. Conviene hormigonar el extremo de la futura viga cortado en chanfle.

Donde deban hacerse refuerzos en la pared de hormigón armado, hay que dejar armados los anclajes
correspondientes, sobresaliendo 40 cm. por encima de la viga.

Submuración

Todo nuevo edificio que se construya con sótano entre medianeras y que ocupe todo el ancho del terreno, es
necesario submurar aquellas. Al practicar la excavación, se deja, a los costados del futuro sótano un camino de 0,50
mts. De ancho, con una pendiente de 60 º, desde el nivel superior del terreno hasta el nivel inferior del sótano. La
submuración se hace por fajas, y en general un número impar de fajas con ladrillos bien cocidos y uniformes.

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Una vez efectuada la excavación, se apuntalan sólidamente las paredes, luego de lo cual se podrá desmontar la
tierra en fajas alternadas. Los pilares o tramos de la submuración se ejecutarán simultáneamente, dejándose entre
ello, cuando más, un espacio equivalente a diez veces el espesor del muro que se recalza. Estos pilares podrán tener
un ancho de frente de hasta 1,50 m, siendo su ancho mínimo de 1,00 metro. Conjuntamente con el nuevo muro, se
construye, adosado a la tierra, un tabique de ladrillos de canto, llamado panderete, sobre el cual se aplica la capa
aisladora contra la humedad.

Se desmontan primero los números pares y luego los impares.

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En las paredes de la submuración se debe emplear ladrillos bien cocidos y uniformes, asentados en mezcla
compuesta de 1 parte de cemento y 3 de arena (1:3) y cuyas juntas han de ser lo más cerradas posibles. Los
cimientos tendrán una profundidad mínima de 0,30 mts. Y se harán en hormigón de cascote, cemento y arena. En
las dos últimas hiladas que falten para llegar hasta los cimientos de la pared que se recalza, es conveniente emplear
hormigón del mismo tipo que para su asentamiento definitivo, se puede continuar con el desmonte de las otras fajas
de tierra y la construcción del resto de los pilares, trabándolos con los que se han realizado primero.

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Unidad 4
SUBSISTEMA DE CERRAMIENTOS VERTICALES

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MUROS Y TABIQUES: CLASIFICACION

La caja arquitectónica, o el espacio puede ser abierto o cerrado, en éste último caso los elementos de
cierre vertical son los que rodean al espacio proyectado. Los elementos de cierre vertical lo constituyen las
paredes que son elementos estructurales compuestos por un núcleo y dos paramentos, los cuales deben
cumplir, según el espacio que se proyecte, funciones de aislamiento, óptico, térmico, acústico y/o
climatológico.

Clasificación de las paredes

a. Según su capacidad de carga.


b. Según su posición dentro del edificio.
c. Según la construcción de la pared.
d. Según la estructura misma de la pared.

Según su capacidad de carga

Una de las clasificaciones de las paredes es según la capacidad portante o no de las mismas.
Cuando son capaces de soportar su propia carga y la de la cubierta o entrepisos, se la llama pared
portante en este caso la pared descarga directamente, a través de un cimiento de fundación, la carga al
suelo resistente; cuando la pared sirve sólo como cerramiento de un local y no soporta ninguna estructura
superior se denomina pared de simple cerramiento. En general estas paredes tienen resistencia suficiente
cuando se auto soportan.
Las paredes portantes obviamente también cumplen la función de cerramiento. Los factores que interesan
en la capacidad portante de las paredes son tres, a saber:

1. Resistencia específica.
2. Sección.
3. Forma.

Si se utilizan materiales de baja resistencia, el proyectista se ve obligado a aumentar la sección.


Pero se debe tener en cuenta la forma pues a menor sección y mayor altura la pared corre el riesgo de
caerse por un fenómeno denominado pandeo.
La resistencia a la compresión de una pared de albañilería es de 6 kg/cm2. La reglamentación
municipal dicta dentro de los Códigos de Edificación, normas y dimensiones mínimas para las paredes
portantes. Asimismo fija cuales son los materiales que pueden ser adoptados para materializar muros en
esas circunstancias.
Las paredes de simple cerramiento descargan su peso en una estructura resistente, por ello es que se
deben proyectar lo más livianas posibles, pero sin dejar de cumplir con las funciones de aislamiento
acústico, hidrófugo, óptico y térmico.
Cuando se proyecta, es necesario comprender la importancia de generar un ahorro de energía, por ello es
que, cuando se piensa en los cerramientos verticales, y en especial en las paredes que dividen el exterior
del interior, se debe tener en cuenta la necesidad que la pared mantenga un control satisfactorio de la
pérdida o ganancia de calor.
En general las paredes están construidas con ladrillos cerámicos, material este que es muy conductor del
calor, por lo tanto se hace necesario arbitrar los medios para proyectar una pared que contemple esa
insuficiencia del material. En general cuando se quiere aumentar la aislación térmica de una pared se
recurre a dejar en el interior del muro una cámara de aire, pues la aislación que se consigue con 15 cm de
ladrillo es la misma que se consigue con 5 cm de aire, con lo que se logra ahorro de material, espesor de
pared y peso. El ruido constituye un factor de desmerecimiento en las condiciones de habitabilidad, es por
ello que se debe considerar, cuando se proyecta, los materiales y espesores mínimos de cerramientos
fijados, según cálculo, que se deben tener en cuenta.
En cuanto a la aislación climatológica hay dos componentes que deben ser tenidos en cuenta:

1. El paso del agua de lluvia que golpea contra los paramentos exteriores.

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2. El agua de condensación, que se produce por diferencia de temperatura entre el exterior
muy frío y el interior cálido.

El primer problema se debe resolver con elementos que sean aislantes hidrófugos, es decir que no
permitan el paso del agua, estos elementos pueden ser incorporados a la masa del cerramiento como
revoques con características especiales.
La condensación es un fenómeno físico que se produce generalmente en invierno y cuando desciende la
temperatura del aire saturado, vale decir que la humedad relativa es del 100%, en ese momento se
produce la transformación del excedente de vapor de agua, en líquido.
Tiene que ver con las bajas temperaturas del exterior y las acondicionadas del interior.
Generalmente en esas condiciones, si la pared no esta dimensionada adecuadamente, se produce
dentro del núcleo una condensación de vapor, los poros se llenarán de agua y el muro perderá la
capacidad aislante, lo que traerá como consecuencia el desplazamiento del plano de condensación
hacia el paramento interior, que da lugar a un problema de condensación superficial.
Este es un clásico problema de la construcción mal ejecutada, y que se resuelve analizando cada caso,
pues no es lo mismo una pared ubicada al sur que una orientada al oeste, existen elementos llamados
barrera de vapor que estratégicamente colocados, en paredes dobles, evitan el pasaje de vapor de agua al
muro ubicado del lado interior. La característica fundamental de las barreras de vapor es que deben ser
continuas y no deben permitir el pasaje de vapor de agua (por ejemplo un revoque hidrófugo no permite el
pasaje del agua, pero sí el pasaje de vapor de agua), por lo tanto la barrera debe ser de materiales
homogéneos (film de polietileno, asfaltos, aluminio etc.).
Lo que aquí se explica es absolutamente conceptual y existen tablas que tienen que ver los coeficientes
de conductibilidad térmica de los materiales. Con esos valores se calcula el gradiente térmico del
paramento a tratar y con la temperatura de punto de rocío, que es la temperatura a partir de la cual tiene
lugar la condensación, se puede calcular el plano donde se produce la condensación de vapor dentro del
muro o de la cámara de aire si existiera, y allí tratarla.

Según su posición dentro del edificio

Según la posición dentro del edificio de las paredes, éstas se clasifican en exteriores e interiores.
Las primeras son cuando uno o los dos paramentos están en contacto con el espacio exterior, mientras
que en las interiores, ninguno de los paramentos tiene contacto con el exterior.
Los terrenos tienen una línea municipal, y ejes divisorios. Si la pared limita con la línea municipal
se denomina pared de fachada y debe estar construida íntegramente dentro del predio
considerado.
Generalmente existe una pared que divide el espacio construido con un terreno o fondo libre, en ese caso
la pared se denomina pared de frente interno.
Las paredes que se construyen dividiendo predios se denominan paredes divisorias, que recibe el
nombre de medianera, cuando la construcción de la misma fue costeada por ambos vecinos. Estas
paredes se ejecutan “a caballo” del eje divisorio y las normas y características de construcción están
contempladas en los Códigos de Edificación y Código Civil.
En general en todas las paredes clasificadas como externas interesa que al proyectar se tenga en
cuenta la necesidad de que sean aislantes térmicas, acústicas, hidrófuga y la opacidad estará dada
por la necesidad o no de tener vistas al exterior, en cuyo caso se complementarán con ventanas.
Estas paredes pueden o no ser portantes. Es diferente el caso de las paredes interiores, que
generalmente al dividir locales que tienen las mismas características de temperatura y nivel de ruidos, no
necesitan ser tratadas.
En general las paredes interiores no son portantes por lo tanto es importante pensar en sistemas
livianos para no transferir grandes cargas a la estructura.
La aislación que si interesa tener en cuenta es la acústica y sobre todo si se trata de separación entre
departamentos de distintos propietarios. Aquí, el Código de la Edificación exige espesores mínimos de
paredes que lindan con locales exteriores al departamento proyectado.
En general estas paredes interiores, reciben el nombre de tabiques, por lo general de espesores no
superiores a los 10 cm. Existen además las paredes que son las ubicadas sobre los ejes divisorios y que
sirven como divisorios de predios, éstas son denominadas de cerco, sus dos paramentos son exteriores y
se debe tener en cuenta que sean autoportantes cuidando fundamentalmente los empujes laterales
producidos por el viento.
Existen otras paredes que se construyen cuando se afectan sótanos y/o excavaciones y que están
destinadas a absorber esfuerzos de empuje lateral producidos por la tierra, estas paredes tienen una triple
función: de cerramientos, portantes y de sostenimiento.

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Según la construcción de la pared

La clasificación que se basa de acuerdo a la construcción de las paredes se refiere a como se encuentran
ejecutadas, así se tienen las paredes monolíticas de una sola pieza, las paredes de mampuestos y las
paredes de paneles o tableros, las cuales en general están compuestas por una estructura resistente
fijada a la estructura principal y placas de cerramiento fijadas a esa estructura, que sirven de paramentos.

Según la estructura misma de la pared

Existe también, una clasificación referida a la estructura misma de la pared y se aplica a las paredes de
mampuestos. Los mampuestos pueden ser de ladrillos cerámicos, huecos o macizos, de elementos
pétreos, bloques etc. y según su disposición existen distintas estructuras que pueden ser macizas,
caladas, mixtas, etc.

Condiciones generales que deben cumplir las paredes

Las paredes podemos considerarlas como una unidad estructural cuya misión es la de limitar un espacio
arquitectónico, por lo que constituye un elemento generador de espacios.
Cualquiera sea el material de ejecución, cualquiera sea su disposición con que se ordene ese material y cualquiera
sea la técnica empleada en su realización, una pared debe cumplir una serie de requisitos o condiciones generales
que el proyectista debe conocer acabadamente para lograr la elección adecuada. Toaremos como ejemplo el
tradicional muro de ladrillos en su técnica y ejecución, a través de su análisis y con el conocimiento de las nuevas
propiedades de los materiales de construcción, será posible diseñar paredes que satisfagan los requerimientos
funcionales de la arquitectura de hoy.

Las condiciones generales que deben cumplir las paredes son las siguientes:

1. Resistencia.
2. Estabilidad.
3. Aislamiento térmico.
4. Aislamiento hidrófugo.
5. Aislamiento acústico.

La resistencia y la estabilidad son condiciones importantes a cumplir por una pared, ya que estas están destinadas a
recibir y transmitir cargas.
El ladrillo de mano que se fabrica en nuestro país, tiene una resistencia ala rotura de aproximadamente 70 Kg/cm2,
no obstante los reglamentos técnicos no permiten superar tensiones de trabajo de 6 kg/cm2. Vale decir que se ha
empleado un coeficiente de aproximadamente 10, debido a que existen varias causas que le restan resistencia.
Una de las causas la constituye el hecho de que no todos los ladrillos son perfectos en su totalidad, otra causa la
puede constituir el mortero de asiento y su composición, la traba de los ladrillos y posibles deficiencias de la mano
de obra, etc.
Con respecto al aislamiento térmico e hidrófugo, veremos más adelante aspectos referidos a la ejecución de los
mismos y sus componentes.

Ejecución de una pared

1. Preparar el cimiento

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Primero se tiene que limpiar el cimiento, y corregirlo si está desnivelado, verificando con la ayuda del nivel de
manguera.

2. Revisar el replanteo

Se colocan los hilos de replanteo de las paredes y se verifican las medidas y las escuadras.

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3. “Bajar” el replanteo

Sobre una capa fina de mezcla marcamos los extremos y los encuentros de las paredes y la posición de las puertas,
bajando los puntos con una plomada.

4. Colocar el hilo-guía

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Para mantener la línea y el nivel de la pared, al hacer cada hilada nos guiamos con un hilo bien tirante que
colocamos coincidiendo con la cara de la pared que queremos más pareja.

Hay dos formas de sostener el hilo en los extremos de la pared:

Lo atamos a una regla fijada y aplomada en la que es posible marcar con la ayuda de un metro de mano, las alturas
de las hiladas. (FIG: 32)
Otra forma es colocar el primer ladrillo, midiendo con el metro, la altura de la hilada. Sobre él apoyamos otro ladrillo
al cual atamos el hilo. (FIG. 33).

Para hacer cada hilada se va levantando el filo, de modo que fije la línea de borde de la cara superior de los ladrillos
a colocar. Los ladrillos se colocan mojados (sin que chorreen) sobre una superficie limpia y bien mojada. Al levantar
la pared debe controlarse el plomo y el nivel. Los errores se agravan con la altura. Se usará cada 5 o 6 hiladas, la
plomada y el nivel de burbuja.
Para cada ladrillo ponemos una cuchara de mezcla, extendiéndola con la misma herramienta. También se debe
llenar la junta vertical antes de poner el ladrillo.
Una vez colocado el mampuesto, se asienta golpeándolo con la cuchara, y recuperando la mezcla sobrante, con esta
se puede hacer un bolseado aplastando la mezcla y alisando las juntas con un bollo de trapo humedecido.

El muro Trombe

En el contexto de crisis energética y reformulación de lo establecido, podemos encontrar en el pasado


soluciones sencillas que nos permitan transformarlas de acuerdo a nuestras necesidades actuales.
Muchos de los sistemas de acondicionamiento que hoy tenemos disponibles implican altos costos
económicos y ambientales. Sin embargo, desde la arquitectura bioclimática aparecen soluciones
sistémicas que adecuan el diseño, la orientación, los materiales disponibles localmente y soluciones
vernáculas, entre otras instancias, para lograr el confort de las viviendas, minimizando el consumo de
energías no renovables y la contaminación ambiental.
Si bien una propuesta de diseño habitacional integral se basa en conocer en profundidad las condiciones
climáticas del entorno y no es posible dar recetas universales, existen soluciones válidas y posibles de ser
tenidas en cuenta en el momento de definir un proyecto de construcción. Una de las tantas soluciones
disponibles para aumentar la captación de la energía solar renovable y no contaminante, conservarla y
distribuirla para lograr condiciones de confort en el interior de una vivienda, es el muro Trombe, llamado
así en honor al ingeniero Félix Trombe que lo impulsó en los años 60, a pesar de que la patente de los
primeros diseños fue realizada por Edward Morse ya en 1881.

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¿Cómo funciona?

Se basa en la captación solar directa y la circulación de aire que se produce por la diferencia de
temperaturas. Es básicamente un diminuto invernadero en la pared que, adecuadamente gestionado,
entrega calor en los meses fríos y permite mejorar la refrigeración durante los meses cálidos a través una
ventilación cruzada.
El sistema es sencillo. Se trata de un muro orientado hacia la posición del sol (en el hemisferio Sur se
orienta hacia el Norte) realizado con materiales que le permitan absorber el calor como masa térmica,
tales como hormigón, piedra o adobe. El muro, a su vez, se pinta de negro o de un color oscuro mate y se
deja un espacio para colocar un vidrio (lo más grueso posible) con el fin de provocar el efecto invernadero
a partir de la incidencia del sol. Así, la luz atraviesa el cristal y se convierte en calor que se acumula,
alcanzando temperaturas más altas por el efecto invernadero (la radiación de onda larga emitida por el
muro no puede atravesar otra vez el vidrio y por consiguiente calienta el aire que queda atrapado en la
cámara).
El muro también cuenta con dos grupos de conductos (unos superiores y otros inferiores), cada uno de los
cuales tiene su respectiva compuerta.
El funcionamiento es simple. En invierno, la radiación solar incide sobre la superficie del muro y lo calienta.
Este calor se concentra gracias al efecto invernadero que provoca el cristal y calienta el aire en el interior
de la cámara.
El aire caliente asciende entonces por convección y se dirige al interior de la casa a través de los
conductos superiores del muro que se abren para tal fin. A su vez, para ocupar el vacío que se genera, el
aire más fresco del interior del hogar ingresa por los orificios inferiores. Como naturalmente el aire caliente
tiende a ascender y el frío a descender, el sistema se mantiene en funcionamiento constantemente, sin
necesidad de empujar el aire con bombas o ventiladores. El sistema sólo provoca que circule el aire frío
del interior hacia la cámara de aire, en dónde se calienta y vuelve a entrar al interior del ambiente.
Cuando la radiación solar deja de influir en este circuito, el ambiente recibe el calor a través de la inercia
térmica de la pared, que fue acumulando energía y con el paso del tiempo fue atravesando el muro para
calentarlo hacia el lado interno. De esta manera, la energía calorífica que había quedado almacenada en
la masa del muro, se va liberando poco a poco hacia la casa durante la noche.

La estufa Trombe es básicamente un diminuto invernadero en la pared. Gestionado de manera adecuada,


este sistema entrega calor en los meses de frío y permite mejorar la refrigeración durante los meses
cálidos. Ahora bien ¿cómo hacer en los meses de verano? En esa estación, como el recorrido del sol es
más alto, si sobre el muro colocamos un alero, entrará mucha menos radiación solar. En consecuencia, el
efecto de calentamiento del muro será inferior al que se produce en invierno. Por otro lado, al cambiar
simplemente la configuración de los conductos se logra un efecto refrigerante. Se abren las compuertas de
la parte superior del vidrio y el conducto de la parte inferior del muro, mientras que se cierran los
conductos de la parte superior del mismo. La radiación solar que incide en el muro calienta el aire que por
convección asciende y sale al exterior por la compuerta superior del vidrio.

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El vacío dejado por el aire que ha salido es ocupado por aire procedente del interior de la casa que entra
por los conductos en la parte inferior del muro. De esta manera, se establece un efecto de succión que
provoca una corriente que renueva el aire del interior de la casa y produce un efecto refrigerante. También
para mejorar este efecto se suele generar un sistema de ventilación cruzada.
Al momento de diseñar el muro, es preciso acotar específicamente cada uno de los elementos que lo
componen, su comportamiento en todo el sistema constructivo y las características del entorno de manera
de asegurar su eficiencia. Es entonces necesario evaluar consistentemente el ancho y materialidad del
muro, la superficie del vidrio y su espesor, la cantidad y tamaño de los orificios, y el espesor de la cámara
de aire. Las casas diseñadas específicamente según los criterios de la arquitectura solar pasiva y de la
arquitectura bioclimática logran por su propia esencia al momento de proyectarlas un aprovechamiento
automático de la energía solar. El muro Trombe es una de las tantas soluciones arquitectónicas posibles
para lograr la eficiencia energética de nuestros hogares.

AISLACIÓN HIDRÓFUGA

Capa aisladora horizontal

Debido a que la humedad del terreno asciende por las paredes y por los contrapisos (por efecto de la capilaridad)
para evitar que la humedad ascienda y que aparezcan manchas en los muros hay que hacer una barrera que no
permita el ascenso de la humedad al interior de los locales, esa barrera es la capa aisladora horizontal.
Al llegar al nivel que tendrá el contrapiso interior hay que ejecutar una capa impermeable horizontal en las paredes
y tabiques, tanto interiores como exteriores. Este ejemplo no es la mejor solución. (FIG. 34).

Para mayor seguridad, pueden hacerse dos capas. Estarán separadas por lo menos cuatro hiladas y unidas con capas
verticales en las dos capas horizontales de la pared. (FIG. 35).

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En todos los casos, hay que hacer llegar la capa impermeable vertical por debajo del nivel del terreno, evitando así
que la mayor humedad del terreno exterior pase al contrapiso a través de la pared.

Capa aisladora horizontal

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Solución 1 – Mortero Hidrófugo

1. Mojar abundantemente los ladrillos.


2. Extender un lecho de mortero hidrófugo.
3. Asentar cuatro hiladas de ladrillos.
4. Extender una segunda capa de mortero.
5. Proseguir levantando el muro.
6. Unir las dos capas horizontales mediante un revoque hidrófugo, en ambas caras, que garantice la
continuidad del asilamiento hidrófugo con el solado exterior.
7. el mortero hidrófugo estará constituido por una mezcla, medida en volumen, de una parte de cemento
Pórtland y tres partes de arena gruesa (aproximadamente 70% de granos menores de 1 mm de diámetro y
30% entre 1 y 3 mm) 5,5 partes de agua potable y 0,005 partes de hidrófugo químico inorgánico,
previamente disuelto en el agua del amasado.

Solución 2 – Mortero asfáltico

Capas aisladoras horizontales de mortero asfáltico.

1. el mortero estará constituido por una mezcla de asfalto de 85 – 25 (punto de ablandamiento penetración)
calentado a 170 º C, con arena gruesa (0 a 3 mm) limpia, seca y calentada, con no más de 15 % de espacios
vacíos. La relación en peso será de 1 a 8 (asfalto / arena) y en volumen 1 a 5 aproximadamente.
2. Temperatura de aplicación 140 º a 170 º C.
3. El mortero asfáltico se aplicará sobre una superficie limpia y seca.
4. El mortero asfáltico se verterá en dos mantos de aproximadamente 0,7 cm de espesor cada una, antes de
aplicar el segundo manto se repasará la superficie abriendo las burbujas que pudieran existir.
5. El espesor de cada capa no será mayor de 1,5 cm.

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Capa aisladora vertical

La protección se realizará con una membrana continua de tipo impermeable de mortero hidrófugo, la cual deberá
empalmar perfectamente con la protección realizada en las fundaciones y la efectuada en el techo. Para ello,
envolverá totalmente el muro de carga o parapeto.

Especificaciones

1. Limpiar la superficie prolijamente, eliminando los resaltos.


2. Con el objeto de lograra mayor adherencia a la base, es conveniente degradar las juntas de la mampostería
en una profundidad de 1 cm.
3. Mojar abundantemente el paramento hasta saturar los ladrillos.
4. Aplicar una capa de mortero hidrófugo, de espesor no menor de 1 cm, presionando para que se llene
completamente los huecos existentes en la base. El mortero será una mezcla de cemento Pórtland y arena
gruesa en proporción de 1 a 3 medidas de volumen, 0,5 partes de agua potable con una solución al 10% de
hidrófugo químico inorgánico.
5. Revoque grueso, etc., según sea la terminación proyectada en el diseño original.

Cuando los niveles de los solados de os espacios situados a uno y otro lado del muro son diferentes, el problema
admite dos soluciones que se indican en las figuras 39 y 40. La solución de la Fig. 39 adolece del defecto de que la
capa vertical que une las horizontales, por encontrarse sobre el paramento accesible, está expuesta a posibles
deterioros, emergentes del uso del local.
Este inconveniente queda subsanado si se adopta la disposición de la figura 40 que además representa la ventaja de
situar la membrana impermeable del lado desde el cual se produce la agresión. Este es un importante principio que
siempre se deberá tener en cuenta, sobre todo si existen posibilidades físicas de presiones hidrostáticas que puedan
provocar el desprendimiento del mortero.

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Paredes ubicadas en subsuelos o sótanos

En esta figura, se muestra una solución, en la que se logra la protección del ambiente mediante una barrera
impermeable colocada sobre el paramento interior y conectado con la impermeabilización del solado. Es una
solución defectuosa, aunque económica, ya que no impide la humectación del núcleo de la pared, circunstancia que
aumenta considerablemente el coeficiente de conductibilidad térmico de la pared, lo que produce disminución del
confort y aumento de las posibilidades de condensación superficial. Además, presenta el inconveniente de factibles
deterioros de la membrana, por falta de protección.

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Esta disposición no presenta los inconvenientes del ejemplo anterior, ya que la capa impermeable se ha colocado en
otra posición. Esta solución requiere la existencia de una superficie apta para la aplicación de la membrana. Por
consiguiente, una vez realizada la excavación y construida la zapata del cimiento, ante la imposibilidad de aplicar el
mortero sobre el talud de tierra se levanta un tabique de ladrillo de panderete apoyado sobre la misma zapata y
sobre dicho tabique se aplica la impermeabilización, levantando simultáneamente la mampostería del muro.

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Muro constituido por una cámara de aire

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CONDENSACIÓN INTERSTICIAL

Puede suceder que la temperatura del paramento interior de una pared esté por encima de la temperatura del
punto de rocío, como se aprecia en la figura adjunta, pero la recta que representa el nivel de la temperatura de
rocío, cortará el diagrama que representa la variación de temperatura, en un punto interior del muro y en
consecuencia, en el plano que pasa por dicho punto se producirá la condensación del vapor de agua que llega a él
por efecto de la capilaridad.

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Al condensarse el vapor en el interior del muro, los poros se llenan de agua y el muro perderá capacidad aislante,
cayendo por lo tanto el gradiente según la línea punteada, lo que traerá como consecuencia el desplazamiento del
plano de condensación hacia el parámetro interior. Evidentemente, se ha ingresado en un circulo viciosos que dará
en definitiva, lugar a un problema de condensación superficial. Si se trata de una pared integrada por dos núcleos
(FIG. 45) separados que dejan entre sí una cámara de aire, el efecto de fuelle o pulmón propio de la cámara,
favorecerá el ingreso del vapor de agua, que se condensará a partir de un cierto plano (que llamaremos x - x) como
vemos en la FIG. 45. circunstancia que podrá determinar la necesidad del drenaje de la cámara.

Barrera de vapor

Para evitar el fenómeno de condensación superficial en el paramento interior del muro, deberá procurarse un índice
de aislamiento térmico que asegure una temperatura de dicho paramento superior a la del punto de rocío,
complementada con un eficiente sistema de ventilación. Con respecto a la condensación en el interior del muro, la
solución consiste en no permitir la llegada del vapor de agua hasta el plano de condensación, lo que puede lograrse
mediante la ejecución de películas impermeables a los gases que constituyan verdaderas barreras de vapor, como
por ejemplo, las pinturas brillantes, láminas metálicas, o pinturas asfálticas como vemos en la FIG. 46, utilizándose

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por lo general pinturas asfálticas. Convendrá que siempre se aplique sobre el paramento más caliente para que
actúe como barrera de vapor y evitar que este llegue a los planos más fríos y se condense.

Ubicación de las capas aisladoras

En la FIG. 47 se observa la posición de la barrera impermeable, que ha sido prevista sobre el paramento exterior con
el objeto de mantener seco el núcleo del muro.
En la Fig. 48 se señala la posibilidad restante, vale decir, su colocación en el paramento interior, con la secuela de
inconvenientes que ya conocemos. Comprando los dos diagramas, observamos las diferencias de temperatura que
se producen. Sin embargo, en algunas circunstancias es forzoso recurrir a la solución de la FIG. 48.

En efecto cuando se trata de muros cuyo paramento exterior debe presentar los ladrillos con su aparejo a la vista
por imposición del proyecto, no existe posibilidad de elección. En estos casos es aconsejable someter al paramento
exterior a algún tratamiento complementario, por lo general, a la toma de la junta con morteros de cemento y la
aplicación al paramento de una pintura especial, que tiene como objeto producir la inversión del ángulo de mojado a
efectos de anular la capilaridad.

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Paredes de bloques cerámicos

Están constituidas por ladrillos cerámicos huecos, fabricados con materia prima integrada esencialmente por tierras
arcillosas y agregados que dan como resultado un material de alta plasticidad que, luego de moldeo mecánico y
selección de piezas, se cuece en horno túnel a 850/950 º C. Se obtiene así un producto uniforme de gran resistencia,
homogéneo, de porosidad y compacidad controladas. Pueden utilizarse para muros portantes y no portantes.

Ladrillos cerámicos huecos para muros no portantes

Al extender las fajas de mortero de asiento como se indica en la figura, se forma entre bloques una celda de aire que
elimina el puente térmico de los muros convencionales, con lo que se logra mayor aislación térmica y acústica. Este
tipo de ladrillo cerámico no requiere de mortero en las juntas verticales. Las dimensiones del bloque, superiores a la
de los elementos comunes en plaza, reducen considerablemente el tiempo de ejecución.

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Ladrillos cerámicos huecos para muros portantes

Este tipo de ladrillo tiene una concentración de material en los bordes, con el objeto de elevar el momento de
inercia de la sección transversal, para aprovechar al máximo la resistencia del ladrillo. Este tipo de ladrillos esa apto
para la construcción de todo tipo de muros, especialmente portantes con alta capacidad de carga, posibilitando la
edificación en varias plantas.

Cuando se realiza la capa aisladora horizontal, se deberá colocar una faja de fieltro asfáltico para apoyo de la misma.

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ABERTURAS: PUERTAS Y VENTANAS

Todo ambiente requiere de superficies mínimas para iluminación y ventilación, pero de acuerdo al
proyecto y al concepto arquitectónico adoptado, en muchas oportunidades las superficies exceden
las medidas mínimas exigidas.
La apertura de estos “vanos” soluciona en forma primaria, las necesidades de iluminación, ventilación y
vistas, pero paralelamente generan la dificultad de interrumpir la continuidad de las paredes creadas para
establecer, dentro del espacio, un microclima adecuado.
Por ello, se debe dotar al cerramiento de varios elementos capaces de reestablecer las condiciones
interiores logradas y no modificar las características de habitabilidad de los ambientes.
Las aberturas, en general, no son elementos únicos y herméticos, sino articulados. Una parte, el marco,
fijado a la estructura del muro; tiene como función recibir la hoja, que es la parte móvil del sistema, entre
ambos al producirse la articulación existe un punto débil para los acondicionamientos climáticos, (entrada
de viento, de agua, de ruidos, que deben contemplarse para ser resueltos en el momento de proyecto).
El acople de las hojas al marco se realiza por medio de los herrajes. Completan el sistema, los elementos
que sirven para oscurecer el ambiente y dar seguridad al mismo.
Así, como cuando se habla de la necesidad de aislación de las paredes, esas mismas condiciones de
aislación deben tenerse en cuenta al proyectar las estructuras de cerramientos de vanos.

Características de las puertas y ventanas

Las puertas y ventanas pueden considerarse integradas en general, por los siguientes elementos:

• Marco.
• Hojas.
• Herrajes.
• Accesorios.

En este punto es importante aclarar que los únicos elementos que revisten carácter de
indispensables son las hojas

El marco es una estructura que tiene por objeto facilitar el acople del cerramiento al vano, así como el
perfecto ajuste de las hojas a los efectos de conseguir una mayor hermeticidad.
Las partes constitutivas del marco son dos paramentos verticales llamados jambas, uno superior llamado
dintel y uno inferior llamado umbral.

De acuerdo con su tipo de apertura, podemos clasificarlas en:

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1. Con bisagras verticales: Son las que se mueven alrededor de un eje coincidente con una de las
aristas verticales. El elemento que acciona la hoja puede ser la bisagra o pomela y se fija a la jamba del
marco y a la hoja.
Permiten el 100% de apertura.

2. Pivotantes: En este caso, el movimiento también se hace alrededor de un eje vertical, pero desplazado
de la arista hacia el centro de la hoja. El elemento de accionamiento es un eje sujeto al marco dintel y al
marco umbral si existiera.
Permiten el 100% de apertura repartido.

3. A banderola: Se aplica a las hojas que giran alrededor de un eje horizontal coincidente con la arista
inferior de la hoja. Pueden ser a bisagras o pivotantes y se llaman así por la posición. Siempre están
ubicadas en la parte superior de un cerramiento y coincidentemente existe una puerta o ventana por
debajo de ella. Permite el 100% de apertura.

4. De proyección: El movimiento de la hoja es también giratorio horizontal, pero los elementos de


accionamiento están en la arista superior, pueden ser a bisagras o pivotantes y siempre abren hacia
afuera. Permiten el 100% de apertura.

5. A balancín: Este tipo sólo se emplea para ventanas y consiste en el movimiento de la hoja por rotación
sobre un eje horizontal que pasa aproximadamente por el centro de la hoja. Permiten el 100% de apertura,
repartido en dos sectores.

6. Corredizas: Las hojas corredizas se caracterizan por desplazarse sobre su propio plano horizontal. Se
utilizan en puertas y ventanas. Los rodamientos están ubicados en la parte superior o inferior del marco.
Pueden ser simples, articuladas, telescópicas o plegadiza.

7. Guillotinas: Este sistema es usado casi exclusivamente en ventanas, aunque en puertas especiales de
seguridad o contra incendio también suelen utilizarse. Consiste en un sistema similar a las corredizas, se
mueven sobre su plano, pero verticalmente.

8. Levadizas: Este tipo de sistema es usado exclusivamente en puertas y portones de entrada de


vehículos. Dicho mecanismo requiere de herrajes especiales y por la forma de desplazar las hojas, no
quita superficie de barrido dentro del ambiente.

9. Giratorias o a tambor: Son usadas exclusivamente para puertas y deben estar complementadas con
puertas laterales de accionamiento a pivote o bisagras verticales, para ser utilizadas en caso de
emergencia. Consisten en dos, tres o cuatro hojas que giran sobre un eje central conservando entre sí un
ángulo de 180 o 90 grados. Las hojas están dispuestas de forma que nunca existe una comunicación
directa entre el interior y el exterior. Ello permite que la climatización del ambiente interior no se modifique
al ingresar o salir una persona.

Los materiales normalmente usados para los dispositivos de cerramientos de vanos son:

Madera:

a) Maderas blandas.
b) Maderas duras.

Metales:

a) Hierro
b) Aluminio
c) Bronce

Plásticos.

Acero inoxidable.

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Herrajes

El complemento indispensable de los dispositivos de cerramientos de vanos son los herrajes, elementos
que fijan las hojas al vano y además hacen posible su accionamiento. Se pueden dividir en:

1. Herrajes de movimiento: Son los destinados a posibilitar el movimiento de las hojas a fin de regular
abertura del vano. Están constituidas por: bisagras, pivotes o herrajes especiales.

2. Herrajes de retención: Son los que mantienen las hojas en la posición deseada y, en algunos casos,
obtener seguridad. Entre ellas podemos mencionar: las cerraduras, aldabas, fallebas, retenes, pasadores,
etc.

3. Herrajes de accionamiento: Son los que permiten operar el movimiento de los dispositivos; por
ejemplo: manijas, accionamiento a distancia, cierrapuertas, etc.

Colocación de puertas y ventanas

Este es un trabajo delicado. Si está mal hecho podría suceder que las hojas rocen y abran mal, o que entre agua y
viento, o que los marcos se piquen y abollen. Una carpintería puesta torcida sólo se arregla, sacándola y colocándola
nuevamente. Antes de colocar las carpinterías metálicas que tienen umbral, hay que ponerlas cabeza abajo y
rellenarlos con concreto poco espeso. Si las carpinterías metálicas quedaran mucho tiempo a la intemperie,
conviene limpiarlas con desoxidante y con una viruta fina, para volver a pintar con antioxidante. Tanto las puertas
como las ventanas pueden colocarse luego de realizarse la pared.
Para ello hay que dejar en su lugar un hueco (llamado vano) con las medidas de la abertura a colocar
posteriormente. Pero lo que las “Reglas del arte” recomiendan, es amurarlas paralelamente con el alzado de la
pared, solidarizando de esta manera el conjunto y evitando posteriores fisuras. Para eso, hay que presentarlas en la
posición definitiva la cual es indicada en los correspondientes planos de replanteo de albañilería, bien apuntaladas y
aplomadas como se explica en el gráfico adjunto.

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Colocación de la carpintería luego de realizarse la pared

Preparación, perforaciones en la pared para la colocación de grampas, el asiento se puede realizar con tacos de
madera o asientos de concreto.

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Se presenta la carpintería sobre los tacos de asiento, se aploma y nivela

Hay que aplomar con cuidado las dos caras de cada pata, para que posteriormente las hojas puedan abrir y cerrar
correctamente.

Se realiza la fijación de las grampas con mortero de concreto. Cuidando de que si la carpintería es metálica el
concreto llene la totalidad de los espacios interiores.

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Antepecho de ventanas

El antepecho o alfeizar, es la parte inferior de las ventanas que generalmente se elevan 1 metro más o menos sobre
el nivel del piso. Por la parte interior de la habitación, el antepecho está formado en algunos casos por molduras de
madera. Sobre la parte exterior, su terminación responde siempre a la arquitectura y ornamentación del edificio,
cuyo material que constituye el alfeizar debe estar siempre de acuerdo al material que constituye el antepecho.

La pendiente del antepecho o caída hacia el exterior puede responder al gusto arquitectónico adoptado, pero
generalmente, cuando se emplea un material de superficie lisa, se coloca con la menor pendiente posible, ya que el
escurrimiento de las aguas pluviales es efectiva, no así con materiales de superficie rugosa que se colocan con
mayores pendientes, evitando con ellos la acumulación de las aguas.
En muros revestidos con revoque común o con materiales especiales, el antepecho podrá ser del mismo material.
Las piedras recuadradas o lajas desbastadas, son utilizadas con frecuencia en el antepecho, así como mosaicos o

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baldosas superpuestas. Los ladrillos de máquinas de cantos curvos, colocados de plano o de canto, como el de tipo
común son también muy utilizados.

TERMINACIÓN SUPERFICIAL DE PAREDES


Revestimientos

Clasificación de los revestimientos.

Revoques:

a. Impermeables.
b. Jaharros.
c. Enlucidos:

1. Cal.
2. Yeso.
3. Símil piedra.
4. Salpicados.
5. Alisados de cemento.

Revestimientos.

a. Papeles.
b. Maderas.
c. Metálicos.
d. Plásticos.

Cerámicos.

a. Azulejos.
b. Baldosas.
c. Mayólicas.
d. Gres.
e. Ladrillos.

Pétreos:

a. Reconstituidos Graníticos.
b. Reconstituidos calcáreos.
c. Naturales Graníticos.
d. Naturales calcáreos.
e. Lajas.

Revoque – ejecución de fajas

1. Colocación de bulines

Se utilizan tres bulines por faja, y se nivelan por regla. Los bulines pueden estar constituidos por escallas de ladrillo
cerámico, asentados sobre concreto, o pueden ser trozos de madera.

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2. Ejecución de las fajas

Se rellenan los espacios entre los bulines, tarea que realiza el oficial albañil, mediante una cuchara con material, el
cual provee en el puesto de trabajo el ayudante de albañilería.

3. Enrasado

El material colocado es enrasado mediante el movimiento vertical de una regla de madera, o cualquier elemento
que posea una de sus caras perfectamente lisas y rectas. El material sobrante es recogido y devuelto al balde para su
reutilización.

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4. Relleno entre fajas y enrasado

Se llenan los espacios entre fajas y se enrasa con regla que corre sobre dichas fajas, recogiendo el material sobrante.

Función sanitaria de los revestimientos

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Los paramentos deben ser revestidos con materiales que aseguren: impermeabilidad y limpieza. Para ello deben
contar con superficies lisas, exentas de porosidad y con el menor número de juntas posibles. Los materiales que
cumplen con éstos requisitos son:

a. Metales: de uso restringido.


b. Cerámicos: material vítreo.

Revestimientos cerámicos

Son los que conocemos con el nombre de azulejo.


El revestimiento se organiza de la siguiente manera. Sobre el ladrillo visto se regulariza la superficie mediante la
aplicación de una capa de mortero (jaharro) que ofrezca garantías de impermeabilidad MC 1: 3. Una vez fraguado y
raspado para mejorar la adherencia del mortero de fijación, que es un MAR 1:1:4. Dicho mortero proporciona buena
plasticidad, adecuada adherencia y óptimas condiciones de fragüe. Una vez colocados los azulejos, para el sellado de
las juntas (operación que se conoce con el nombre de empastinado) se emplea una papilla de cemento blanco y
polvo de piedras naturales (generalmente mármol), que recibe el nombre de pastina. Esta pasta es muy fluida y se
coloca con una espátula, tratando que penetre en la junta. Una vez fraguado se limpia con un trapo.

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Unidad 5
SUBSISTEMA DE CERRAMIENTOS HORIZONTALES

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TECHOS PLANOS E INCLINADOS

Materiales, Técnicas, Ventajas y desventajas

Llegó la hora de decidir que cubierta colocar en una obra y la pregunta que surge casi inmediatamente es
¿plano o inclinado? La respuesta no es fácil ni directa, porque para responderla habrá que evaluar un
sinnúmero de factores. Muchos de ellos son subjetivos, y tienen que ver con el estilo arquitectónico de la
vivienda, los gustos del Comitente o las propias inclinaciones estéticas del arquitecto que se ocupa del
diseño de la obra. Sin embargo, existen otras cuestiones de carácter técnico, y por lo tanto más objetivas,
que deben tenerse en cuenta a la hora de decidir.

Clima: Sin dudas, el primer aspecto a considerar es la ubicación donde se encuentra la obra en cuestión.
Si se trata de una zona con lluvias copiosas y muy frecuentes, la balanza se inclinará para el lado de los
techos inclinados.
La razón es bastante evidente: dada la pronunciada inclinación de la cubierta, el agua se evacuará
fácilmente. Esto no invalida que se puedan ejecutar techos planos si la estética de la obra lo impone. Eso
sí, habrá que tomar más precauciones para asegurarse de que una vez terminada la construcción no
aparezcan las malditas goteras. En realidad, un techo plano no es estrictamente horizontal, si no, el agua
no escurrirá. Se los denomina así porque la pendiente promedio de un techo plano (entre 1 y 3
centímetros por cada metro de desarrollo horizontal) es sensiblemente menor a la de un techo de tejas:
ésta puede oscilar entre 0,30 metros como mínimo hasta 1,00 metro como máximo por cada metro de
desarrollo horizontal de techo.
Por lo tanto es más probable que ante fuertes lluvias, el agua se acumule mucho más en un techo plano
que en uno inclinado. Y así, aumentarán las posibilidades de filtraciones. Sobre todo si el techo no tiene
resueltos en forma óptima los encuentros de la aislación de la cubierta con las paredes (las llamadas
babetas). O si no fueron bien construidas las uniones en los embudos o rejillas por donde se desagotará el
agua.
Si nieva en el lugar donde se construirá la obra, la elección es una sola: en estos casos se impone el techo
inclinado. Incluso, si es posible, convendrá que el techo sea lo más sencillo posible. Así se evitarán los
quiebres, denominados limahoyas y limatesas, que son los puntos débiles de un techo inclinado.

Vegetación: Las zonas muy arboladas son un peligro para los techos. Porque las hojas suelen obstruir los
desagües.
En estos casos muchos profesionales del diseño recurren al techo plano con libre escurrimiento, es decir,
sin canaletas. De esta manera, las hojas no serán retenidas por ningún elemento constructivo del techo.
Esta técnica de evitar los caños de desagüe y, en cambio, dejar aleros de libre escurrimiento también
podría utilizarse con techos planos. En ese caso, habría que balancear si estéticamente es aceptable en
relación con el estilo de la casa. Otro aspecto que hay que poner en la balanza para decidir el techo que
más le conviene a nuestra obra, tiene que ver con el uso que se le dará: si será accesible o no. Si se lo va
a usar como terraza deberá optarse por un techo plano.
Dentro de esta opción, se encuentran varias posibilidades de terminación. La habitual es la terraza con las
típicas baldosas coloradas. Pero también se puede hacer una terraza-jardín, esa que a los arquitectos del
Movimiento Moderno solía denominar la quinta fachada.

¿Qué es la quinta fachada?

Cuando el arquitecto suizo-francés Le Corbusier lanzó sus famosos preceptos a los que llamó 5 puntos
para una nueva arquitectura no se olvidó de la cuestión de los techos de los edificios. Justamente, uno de
esos puntos detallaba que las construcciones modernas debían culminar en una terraza – jardín. El Corbu
proponía devolverle al paisaje la misma cantidad de verde que el edificio le había quitado. Aunque era un
hombre de lengua afilada, este famoso arquitecto, (considerado uno de los padres de la arquitectura de
este siglo) no se quedaba tan solo en las palabras: llevaba a las obras todas las teorías que declamaba.
Por ejemplo, en las terrazas de la conocida Unidad de Habitación de Marsella (un edificio de
departamentos en dúplex con un piso intermedio de locales comerciales), Le Corbusier dio rienda suelta a
su portentosa imaginación y creó una azotea habitable: Si se lo contempla desde un avión, este techo se
transforma en una quinta fachada, como él solía denominarlo.

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A partir de las ideas del “Corbu” y de toda la camada de arquitectos modernos, el techo inclinado fue
defenestrado y casi condenado a desaparecer. No obstante, a la gente común, ajena a éstas teorías, los
techos de tejas les seguían gustando. Al punto de que el propio Le Corbusier vio varias de sus obras de
sintéticos planos “arruinadas” porque los dueños, al tiempo de habitarlas, les colocaban un techo de tejas
encima de su quinta fachada. De todas formas, no todos los arquitectos del movimiento moderno siguieron
plasmando en sus proyectos los preceptos de la denominada (con ironía) la Biblia corbusierana. Uno de
sus contemporáneos, el finlandés Alvar Aalto, al parecer por sus obras, no se encasilló dentro de ninguna
regla específica. En el Sanatorio para tuberculosos de la localidad finlandesa de Paimio, por ejemplo, se
ajustó al canon del techo plano. Pero en otras obras, como la de la Municipalidad de Sainatsalo (una serie
de edificios de ladrillos dispuestos en torno a un patio verde), usó techos inclinados que se vuelcan al
espacio abierto, reforzando el carácter del patio central que organiza el proyecto. Hoy, algunos de los
arquitectos que ocupan la primera línea mundial, como el estadounidense Frank Gehry o el japonés Toyo
Ito, parecen haber tornado obsoleta la polémica entre techo plano o inclinado. Ellos, computadoras e
imaginación mediante, inventan techos curvos u ondulantes en los cuales, en ocasiones es difícil distinguir
donde terminan las paredes y donde comienza el techo. Una verdadera quinta fachada releída.

Regreso a los techos planos o inclinados

Volviendo al tema de los techos (que interrumpimos brevemente para ocuparnos de ciertos temas
“históricos”), diremos que un techo-jardín tiene una técnica especial de construcción. Además de una
correcta aislación hidrófuga, se le debe adicionar un manto de pedregullo o piedra partida por debajo de la
tierra vegetal. Así la piedra funciona como un filtro que impide que los desagües se tapen con tierra. Una
opción intermedia es la combinación de los techos planos con los inclinados. En esta variante las partes
planas generalmente se utilizan como balcones terraza, mientras que la mayor parte del techo se
construye inclinada.

El carácter térmico de una cubierta

Una cubierta no es óptima tan solo porque evita que se filtre agua de lluvia al interior de nuestra obra.
Tampoco deberá permitir el ingreso de las altas temperaturas exteriores en verano, ni las bajas
temperaturas durante el invierno. A ésta capacidad la denominamos aislación térmica. ¿Cómo se logra?
Existen varias técnicas, pero casi todas se basan en la incorporación de una o varias capas de materiales
livianos y porosos como el poliestireno expandido (cuya denominación comercial más común es
“telgopor”), la lana de vidrio, spray de poliuretano.
Dichos aislantes pueden utilizarse tanto en los techos inclinados como en los planos. Sólo variará la
manera de disponer del “sándwich” de los distintos materiales componentes de la cubierta.

Creación del “escudo” contra la humedad

También hay que considerar la colocación de una capa denominada barrera de vapor. En los techos
planos ésta se puede materializar con una pintura impermeable, y en los inclinados de teja o chapa,
pueden materializarse con una lámina de polietileno. La función que cumple la barrera de vapor es impedir
que se condense la humedad en la cara inferior del techo o, lo que es peor, dentro de la misma estructura
de la cubierta.

El peso de la cubierta

El peso del techo es otro de los puntos que pueden incidir en la elección de la cubierta. Por lo general, los techos
planos construidos por losas, ya sean macizas o cerámicas, entran en la categoría de cubiertas pesadas. En cambio,
los techos inclinados suelen ser livianos, porque se construyen con delgadas estructuras de madera o metálicas.
Si el techo será inaccesible, conviene colocar una cubierta liviana porque de ésta forma se restará peso a la
estructura de sostén de la construcción. Una tendencia actual es adoptar ésta solución incluso en edificios de varios
pisos. Así, el techo del último piso se le puede otorgar un tratamiento estético especial porque se convierte en el
remate del edificio.
A medio camino entre las cubiertas planas y las inclinadas, se encuentran los techos curvos. Y por sus características
se los puede asimilar tanto a un techo liviano como a uno pesado. Dentro del primer caso se encuentran las
cubiertas con estructuras metálicas, generalmente conocidas como parabólicas. Este tipo de techos se suelen cubrir
con chapas metálicas. Por ello, se los suele considerar como un caso especial de techo inclinado.
En el segundo grupo se encuentran las bóvedas, tanto las de hormigón armado como las de ladrillos. En este caso se

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debe brindar una aislación hidrófuga similar a la que utilizan los techos planos. El balance de estos datos técnicos
seguramente servirá de referencia al diseñador en la toma de decisiones.

Cubierta de hormigón armado con techado asfáltico

Sobre la losa de hormigón armado que constituye la estructura resistente se construye un contrapiso de hormigón
hidráulico pobre, con el empleo de cal hidráulica como aglomerante principal y la incorporación de cascotes de
ladrillos como agregado grueso.
A los efectos de mejorar sus condiciones de fragüe y resistencia, se ha reforzado con la adición de una pequeña
cantidad de cemento en carácter de aglomerante secundario.
La función del contrapiso, es la de lograr una pendiente para el escurrimiento del agua de lluvia, ya sea por libre
escurrimiento o hacia un embudo de desagüe. Dicha pendiente debe ser por lo menos del 2%, es decir 2 cm. por
cada metro de desarrollo.
El espesor del contrapiso, estará determinado por la dimensión del agregado grueso, que se estima en 5 cm.,
mientras que el espesor máximo queda determinado por el desarrollo de la pendiente, que depende de la longitud.

Sobre este contrapiso, se realiza un alisado de cemento impermeable con mortero 1:3 con adición de hidrófugo. Una
vez ejecutado el manto de cemento alisado, tiene principio la organización de la membrana impermeable
constituida por el techado asfáltico armado ¨in situ, que consiste primeramente en que la capa de cemento reciba
una capa de asfalto en caliente, (mano de imprimación), utilizando una pintura llamada primaria, constituida por
bitumen asfáltico en vehículo volátil. La función de esta primera capa es la de asegurar un buen anclaje mecánico.
La segunda etapa consiste en la aplicación de la primer capa de asfalto en caliente mencionada en el párrafo
anterior y sobre ésta, en una tercer etapa, se extiende el primer fieltro asfáltico cuyas juntas serán solapadas y
pegadas con bitumen a fin de constituir una superficie continua.
La cuarta etapa repite un tendido de asfalto en caliente, y la quinta etapa un nuevo fieltro, a la que sucederá, en la
sexta etapa, otra capa de asfalto en caliente. En este puno el proceso puede darse por terminado, o bien, para
mayor seguridad, proceder a la colocación en una séptima y última etapa, de una capa de terminación constituida
por un techado asfáltico en lugar de fieltro, por cuanto siempre se debe finalizar con una capa impermeable.
Una vez completado el techado armado como acaba de indicarse, puede quedar como cubierta definitiva o
complementarse con una terminación de baldosas cerámicas, losetas premoldeadas, etc. Si se requiere una
superficie transitable.

Cubierta con baldosas cerámicas

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Con el objeto de mejorar la adherencia del mortero de asiento de baldosas, es conveniente esparcir arena gruesa
sobre la última capa de bitumen asfáltico cuando aún se encuentra caliente. Las baldosas cerámicas se colocan con
sus juntas abiertas, aproximadamente 10 mm. las que luego, se sellaran con M.C.I. teniendo la precaución de dividir
la superficie total en paños que no superen los 20 m 2, mediante juntas más anchas que posteriormente se llenarán
con materiales cuya plasticidad permita absorber las dilataciones producidas por los cambios de temperaturas. Para
tal fin puede utilizarse el mástic asfáltico.

Selladores de juntas de dilatación

La junta de dilatación que es, básicamente una interrupción de la continuidad del piso o cubierta, debe ser
convenientemente sellado para evitar el paso del agua y el material a utilizar debe poseer elasticidad perdurable a
toda influencia externa.

Normas para su aplicación

• Limpieza: se eliminará a fondo el polvo y la humedad de la junta.


• Imprimación: se aplicará sobre las paredes de la junta, dejando secar antes de colocar el sellador.
• Elemento soporte: Característica fundamental, puede utilizarse para materializarla en obra papel-
poliestireno expandido, cartón corrugado, etc.
• Colocación del sellador bituminoso.

Cubierta asfáltica con sobrecubierta horizontal

La sobrecubierta horizontal permite que sea transitable una superficie que normalmente no lo es, ya que el bitumen
asfáltico no cumple con esas condiciones. Otra solución es la de protectora contra los efectos de la acción solar
sobre la membrana hidrófuga. Su ejecución se basa en una serie de pilares que sirven de apoyo a elementos
horizontales, como pueden ser losetas de hormigón premoldeado. Los pilares pueden ejecutarse con ladrillos
comunes o con elementos premoldeados de hormigón siendo la altura de los mismos variable. Entre las losetas de
horno premoldeado se deja 2 cm. de separación a fin de que el agua de lluvia pueda llegar hasta la membrana
hidrófuga y ser conducida en virtud de la pendiente, hacia lo embudos de desagüe.

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Cámara de aire

Uno de los problemas que pueden presentarse en este tipo de cubiertas de hormigón armado, es la aparición de
fisuras en las paredes exteriores, en correspondencia aproximada con la ubicación de la losa de Hº Aº.
Estos problemas se deben a las dilataciones que experimenta el hormigón, por efecto de los aumentos de
temperatura. Por ejemplo, una estructura de hormigón armado de 30 metros de longitud, ante aumentos de
temperatura de 30 ºC, sufre un incremento de longitud de aproximadamente 9 mm. La inclusión de juntas de
dilatación y protecciones térmicas adecuadas pueden reducir los efectos de la dilatación.
Pero el aumento de volumen que experimentan algunos materiales deben atribuirse no solo al aumento de la
temperatura, sino también a al humectación. Los metales, por no ser absorbentes, no sufren movimientos, pero es
sabido que las maderas sufren movimientos que pueden llegar a representar el 12% con respecto a su dimensión
inicial.
En hormigones porosos, estos valores pueden representar el 0,05%, y aún mayores cuanto más porosos sean.
Por efecto de la humectación, el contrapiso es capaz de reproducir un aumento de volumen que se habrá de traducir
en una presión, ejercida contra el muro de carga, provocando su desplazamiento, y como consecuencia la fisuración
de la mampostería.

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Como solución a ese problema, se deja un espacio vacío entre el contrapiso y la pared, con el fin de que los
movimientos producidos por dicho contrapiso no hagan aparecer en el muro, fisuras. De la misma forma se hace
para la losa de hormigón armado (FIG. 83). A este espacio vacío se lo suele denominar “cámara de expansión” o
“cámara de aire”.

Barrera de vapor

Existe una producción de humedad desde el interior de los locales. En este habrá una determinada temperatura, y
una cierta cantidad de agua en forma de vapor, que representa la Humedad Absoluta (que denominaremos HA).
Para la temperatura considerada, el aire admite un máximo de vapor de agua que se denomina Humedad de

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saturación (HS), cuyo valor es generalmente es mayor que HA. El cociente entre HA/HS nos da el valor de humedad
relativa ambiente, (HR) que se expresa porcentualmente.
Cuando los valores de HS y HA se igualan, el valor de la humedad relativa ambiente será de 100%, y a partir de esa
temperatura que se denomina punto de rocío, todo descenso de temperatura determinará que una cierta cantidad
de vapor de agua no puede coexistir con el aire debido a que éste disminuye su receptividad al descender la
temperatura, y por lo tanto deberá desaparecer, hecho que se produce pasando al estado líquido en virtud de un
fenómeno que llamaremos condensación superficial, y que se produce con temperaturas por debajo del punto de
rocío, sobre las que se depositará en forma de gotas.
El vapor de agua del ambiente pasará a través de la losa y llegará cada vez a planos más fríos, hasta que encontrará
un plano tan frío como para condensarse dentro del espesor de la estructura resistente o del contrapiso, fenómeno
que recibe el nombre de condensación intersticial. En la Figura 88, podemos observar un supuesto gradiente térmico
y el nivel que corresponde a la temperatura del punto de rocío.

Cámara de aire

Por el punto en que la línea de la temperatura de rocío corta al gradiente térmico, pasará el plano de condensación
que ha quedado ubicado dentro de la masa del contrapiso. Luego, la condensación del vapor de agua dentro del
contrapiso producirá la humectación del mismo, y como consecuencia su aumento de volumen y las fisuras de la
pared. Conocida la fuente de humedad, es posible buscar soluciones.
Una de ellas ya la hemos mencionado, y es el de la “cámara de aire”. Otra solución es la de no permitir que el vapor
de agua pase por permeabilidad a través de la estructura, a efectos de evitar que llegue hasta el plano de
condensación, lo que puede conseguirse interponiendo un elemento impermeable a los gases, que debe ubicarse
antes del plano de condensación. El lugar elegido puede ser sobre una losa de hormigón armado, este elemento
puede estar constituido por una capa de bitumen asfáltico, un techado asfáltico o una película metálica. A estos
elementos se los conoce con el nombre de Barrera de vapor.
Esta barrera también nos permite solucionar el problema del ampollamiento del techado asfáltico. La causa de esos
ampollamientos obedece a las fuerzas expansivas que desarrolla la humedad al evaporarse, ya sea desde el
contrapiso o de la misma losa de hormigón armado. Es por eso que también se consigue mediante la ejecución de
una capa de mortero de cemento impermeable, como base de la membrana asfáltica, evitando que vapores lleguen
a dicha membrana.

Aislamiento térmico de techos planos

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Es la aplicación más difundida de las espumas rígidas de poliestireno expandido por ser un material aislante térmico
ideal con un peso específico aparente bajo, y una adecuada resistencia a la compresión. En la colocación de planchas
a base de espuma rígida de poliestireno expandido se debe tener en cuenta lo siguiente:

a) Sobre los techos planos transitables, sólo se puede circular por los mismos sin dañar la cubierta, cuando la
espuma de poliestireno expandido colocada, no es demasiado elástica. Por esta razón, para techados planos solo se
deben emplear planchas de espuma de poliestireno expandido que tengan un peso específico aparente de por lo
menos 20 Kg/m3.
En el caso que existan sobrecargas, se deberá tener en cuenta la resistencia a la compresión resultante, eligiendo el
peso específico aparente acorde con ese valor necesario.

b) Al utilizar asfalto en caliente, el mismo no debe contar con una temperatura mayor a los 100°C al entrar en
contacto con las espumas rígidas de poliestireno expandido. Existen asfaltos especiales que contienen caucho y que
presentan un buen poder adhesivo, incluso a temperaturas menores. Por lo tanto, es conveniente emplear estos
asfaltos o bien utilizar planchas de espumas rígidas de poliestireno expandido previamente recubiertas con cartones
para techados, con lo que es posible trabajar con asfaltos calientes a más temperatura.

c) Todos los asfaltos en frío que contengan disolventes no deben permanecer en contacto con las planchas de
espuma rígida de poliestireno expandido. Generalmente es aplicada una cubierta, la cual consiste de las siguientes
capas:

• Aplicación de una capa de asfalto en frío como imprimación de la losa de hormigón armado, para conseguir una
buena adhesividad.

• Aplicación de una capa de compensación de presión, por ejemplo cartón corrugado, para evitar que la humedad
del hormigón aun existente o de las bolsas de aire cerrado produzcan una presión excesiva que origine la formación
de ampollas Además, facilita un mejor movimiento propio de la capa del techado en el caso de extremas variaciones
de temperaturas.

• Colocación de una barrera de vapor de fieltro asfáltico, en el caso en que la zona donde se encuentre el techado lo
justifique.

• Colocación de la capa del aislamiento térmico a base de planchas de espumas rígidas de poliestireno expandido.
Estas planchas deben ser colocadas y trabadas de tal manera que sus juntas sean herméticas, a fin de evitar la
formación de puentes de calor.

• Sobre las planchas de espuma rígida de poliestireno expandido se aplica la capa protectora o el aislamiento
hidrófugo en forma de un techado asfáltico. Para este tipo de techado no son la lluvia o la humedad las
solicitaciones más duras, sino la influencia de la intemperie y de las variaciones bruscas de temperaturas.
Dicha influencia puede ser disminuida, cuando al techado plano se lo construye de forma que pueda recubrirse con
agua. Para ello es naturalmente imprescindible que sea perfectamente impermeable.

En los techos o cubiertas ventilados de dos capas, la parte superior representa la protección contra la lluvia. La capa
intermedia se debe ventilar perfectamente, ya que de lo contrario, no sólo se producen daños por el agua de
condensación, sino que puede formarse hielo. Esto se refiere lógicamente a aquellas zonas en donde durante la
noche se verifiquen temperaturas bajo cero.

Detalle de colocación de tejas coloniales

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Las tejas pueden colocarse en dos posiciones diferentes, con su concavidad hacia arriba, con el objeto que pueda
recibir a la teja que tiene que superponerse. Esta última, recibe el nombre de teja canal. Cada una de ellas que
forman una hilera, se fijan a los listones de apoyo mediante clavos de acero galvanizados, utilizando para ello uno de
los dos orificios ubicados en ambos bordes de la teja. Una vez colocadas las sucesivas hileras de tejas canal,
comenzando por el borde inferior de la cubierta, se procede a cubrir el espacio abierto que queda entre ellas, para lo
cual se utilizan las mismas tejas pero colocadas con su convexidad hacia arriba, y su diámetro menor hacia la parte
superior. Esta segunda posición se conoce con el nombre de cobija.

Detalle de colocación de tejas francesas

Esta teja es una pieza de material cerámico que se caracteriza por presentar una superficie con una serie de estrías y
acanaladuras que tiene por función encauzar el escurrimiento del agua de lluvias. Esta forma influye en el peso
propio de la cubierta la cual resulta más liviana, disminuyendo el número de piezas necesarias por unidad de
superficie. La disposición de las piezas estructurales resistentes (armaduras, correas y cabios) no presenta casi
ninguna diferencia con la del armado de la cubierta de tejas coloniales, la única diferencia la constituye la
eliminación de los listones longitudinales que no tienen razón de ser.
Cuando la cubierta requiera de un mejor tratamiento térmico, se depondrá de rollos de fibra de vidrio, entre los
listones de apoyo de tejas, pudiéndose utilizar como variante el poliestireno expandido o similar.

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Detalle de colocación de tejas planas

Son piezas de material cerámico. Las dimensiones de esta teja, oscilan entre 15 a 16 cm. para el ancho y de 25 a 28
cm. para su longitud. A pesar de su nombre, suelen no ser planas, puesto que de serlo se vería favorecida la
posibilidad de filtraciones por capilaridad. Para evitar este problema es conveniente dar una pequeña curvatura a
cada pieza con el objeto de anular la posible capilaridad entre las piezas. Realizada la estructura resistente de la
cubierta y con los cabios dispuestos de acuerdo con el mismo criterio adoptado para los casos anteriores, deben
colocarse sobre ellos los listones para el apoyo y clavado de tejas. Estas se colocan dando comienzo por el borde
inferior, en hileras cuyas juntas longitudinales deben alternarse con respecto a las de la siguiente hilera.
Dado que las tejas planas no pueden superponerse lateralmente como las tejas mecánicas, si el recubrimiento no
fuera suficiente quedarán espacios sin cubrir. Este problema queda resuelto si la superposición es mayor que la
mitad de la longitud de la teja, dicho recubrimiento alcanzará a los 2/3, de modo que quedará visible 1/3 del largo
total de la pieza, lo que a su vez determinará la separación de los listones. Este tipo de cubierta resulta de costo
elevado, puesto que requiere mayor cantidad de listones debido a la proximidad entre ellos. Además su peso propio
es considerable ya que necesitan entre 50 y 60 tejas por metro cuadrado de cubierta.

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Detalle de colocación de tejas de pizarra

Estas tejas están compuestas por una mezcla de asbesto, cemento Pórtland y agua, dicha masa está coloreada y
fuertemente comprimida. Sus dimensiones pueden ser de 40 x 20 – 60 x 30 cm. y su espesor de 4 mm. Sus
características generales son: reducido peso, facilidad y rapidez de colocación, es impermeable, inalterable por bajas
temperaturas, incombustible y de color inalterable. La pendiente mínima es de 25º. Esta cubierta se puede fijar
sobre dos tipos de elementos:

a. Sobre entablonado de madera.


b. Sobre listones horizontales, que es lo más común. La superficie de superposición entre pizarras varía
según su pendiente.

Detalle de cubiertas de chapa acanalada de hierro galvanizada

Los espesores de estas chapas de acero que usualmente se utilizan son de 0,56 y 0,45 mm debido a su reducido
espesor, carecen por completo de rigidez. Esta se consigue aumentando el momento de inercia de la sección para
responder a las solicitaciones de flexión, con lo cual se modifica la forma, ondulando la superficie de la chapa, lo que
da origen a una forma comercial que se identifica con la denominación de chapa ondulada o acanalada.
Con respecto al problema de la corrosión que presenta el acero, la solución consiste en dotarlas de un recubrimiento
protector de efecto duradero. Para ello se incorpora a su superficie una delgada película de zinc, firmemente
adherida, que puede lograrse por medio de procesos electrolíticos, o bien, como se hace habitualmente,
introduciendo la chapa en un baño de zinc de modo que al retirarla queda adherida la protección en ambas caras.
Las dimensiones comerciales varían en cuanto a su longitud, desde 1,83 m. hasta 3,66 m-, su ancho permanece
constante y es de 0,66 m.
Por tratarse de un material de óptima respuesta a las solicitaciones de flexión y en que la deformabilidad derivada
de su pequeño espesor, se ha superado debido a la forma que le confiere el ondulado, es posible aumentar
considerablemente la distancia entre sus apoyos, pudiendo llegarse a una distancia de 1,50 mts., considerando la
sobrecarga correspondiente a una persona. Esto representa una sensible disminución de piezas de sostén para las
chapas. La estructura de apoyo de chapas, se organizará en correas que ya no necesitarán apoyarse en cabios, sino
que lo podrán hacer directamente sobre el cordón superior de las armaduras. Las correas, aparte de utilizarse como
un elemento estructural, sirve de sujeción de las chapas.

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La cubierta de chapa puede organizarse de la siguiente manera:

La estructura resistente, compuesta por correas de madera de 2¨ x 4´, en la cual van apoyadas las chapas
acanaladas. Sobre estas correas pero del lado interior se organiza el cielorraso de un machihembrado de madera
clavado sobre ésta última. Apoyado sobre el machimbre se ubica la barrera de vapor y sobre ésta la aislación
térmica. Pudiendo estar constituida por poliestireno expandido o lana de vidrio de 2,5 cm. de espesor.

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Detalle de cubiertas de chapa acanalada de aluminio

Son numerosas las ventajas que ofrecen las chapas de aluminio con respecto a las de acero zincado. Una de las
ventajas es su mejor comportamiento en lo que hace el aislamiento térmico ya que su superficie brillante rechaza
parte de las radiaciones solares, esto significa una solución integral del problema del aislamiento, a no ser que se
complemente con otros elementos aislantes. Otros aspectos favorables son su bajo peso, aproximadamente la
tercera parte del acero, otra ventaja la constituye su buen comportamiento frente a la acción destructiva de la
corrosión, en virtud de la autoprotección propia del aluminio. Hay que destacar que su precio en el comercio es
superior al del acero zincado.
La estructura de la cubierta es similar a las de acero zincado, debiendo tenerse la precaución de utilizar para su
fijación, clavos de aleación de aluminio o de aceros recubiertos con cadmio o zinc, a los efectos de evitar que se
genere un par galvánico y con ello la destrucción del material. En el caso de emplearse correas de perfiles metálicos,
la fijación de las chapas se realiza en forma similar a la estudiada para las chapas de acero, vale decir, mediante
grapas cadmiadas o zincadas.
En cuanto a las dimensiones de los elementos existen ventajas con respecto al acero, ya que se presentan de la
misma longitud pero con un ancho aproximadamente de 1,15 m. lo que implica un menor número de juntas
longitudinales. El recubrimiento exigido es el mismo para las chapas de acero y se aconsejan pendientes mínimas de
18º, es decir del orden del 32%. Además del diseño común, que es sinusoidal, existen otras formas de sección, entre

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ellas la trapezoidal, que puede obtenerse con longitudes de hasta 16 m. y anchos de 1,06 m., siendo sus espesores
variables entre 0,6 mm. y 1,25 mm.

Detalle de cubiertas de chapa acanalada de fibrocemento

Este material también llamado asbesto-cemento, es un conglomerado pétreo artificial, constituido por una pasta de
cemento a la que se le adicionan fibras de asbesto.
La pasta de cemento endurecida no es satisfactoria desde el punto de vista mecánico, ya que las contracciones del
fragüe no son uniformes y genera esfuerzos de tracción que el material no resiste y se fisura. Además como todo
pétreo su resistencia a la tracción es mínima. Para lograr su resistencia a la flexión se le agrega un material llamado
asbesto o amianto (silicato de magnesio hidratado) cuya característica es su constitución fibrosa y que se separa de
las rocas que contiene amianto mediante procedimientos industriales. Estas fibras le confieren una buena
resistencia a los esfuerzos de tracción a las chapas. Con el asbesto-cemento se obtienen diferentes productos:
chapas acanaladas, chapas lisas, pizarras, tejas, accesorios, etc. Estas mismas producen diversos tamaños, formas,
colores y espesores de 6 mm a 8 mm). Su aislación térmica es un poco más eficaz que la chapa galvanizada de hierro,
condensa poco la humedad, debido a que es absorbida por los poros del material. Es más frágil que el hierro
galvanizado y las vibraciones lo perjudican.
Como material de cubierta, resulta económico y no presenta el problema de la corrosión como en las chapas de
acero. Existe una variedad que se diferencia por la inclusión de celulosa, compuesto que le quita parte de su
fragilidad característica, lo que le permite el agujereado con mechas comunes sin mayores riesgos de rotura.
La estructura necesaria para su colocación no difiere mucho de la vista en chapas de hierro galvanizadas, vale decir,
que se apoyan directamente sobre correas cuya separación depende de la longitud de las chapas que se emplean. La
superposición longitudinal entre chapas es de 14 cm., mientras que en el sentido transversal el recubrimiento es de
9 cm. que es la medida que corresponde a ½ onda.

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Se pueden utilizar chapas sin apoyo intermedio hasta longitudes de 1,50 m. cuando se excede dicha medida al
utilizar chapas de 1,83 m. y 2,44 m. se hace necesario un apoyo intermedio. La colocación de las chapas tiene
comienzo en la parte inferior y en el orden que se señala en la figura 104. A los efectos de que en el punto de
encuentro de cuatro chapas no se acumulen los espesores, es necesario efectuar cortes en algunos ángulos. Dado
los intersticios que quedan entre las chapas, la pendiente que se aconseja es del 35% al 100%, a pesar de que dichos
intersticios pueden obturarse aplicando en las juntas un mástic asfáltico o algunos materiales compresibles como las
espumas plásticas impregnadas con bitumen asfáltico. Este tipo de cubiertas puede completarse con una serie de
accesorios: cumbrera articulada, cenefas, cumbreras fijas, unión con muros, etc.

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Detalle de cubiertas autoportantes

Las cubiertas autoportantes cumplen con dos funciones: la de resistentes y la de protectora. Estas dos propiedades
se logran mediante el empleo de materiales capaces de absorber las solicitaciones mecánicas y que
simultáneamente ofrezcan propiedades adecuadas especialmente en lo que se refiere a la impermeabilidad. Entre
los materiales que cumplen con estas condiciones podemos nombrar al acero por su alta resistencia mecánica y su
absoluta compacidad unida a la posibilidad de obtener chapas delgadas, los espesores de éstas chapas oscilan entre
2 mm y 3 mm, siendo necesario conformar su sección transversal, a fin de conseguir un plegado en forma de
canalones que confiere resistencia por forma. El diseño de la sección en cuanto a forma y dimensión es función de
las luces entre apoyos, que pueden superar los 30 m., aunque desde el punto de vista económico es aconsejable
limitarla a 2,5 m. aproximadamente.

En razón de las dilataciones que presenta el acero debido al incremento de temperatura, es necesario que la
cubierta no se vincule directamente a las paredes a fin de evitar que los movimientos se transmitan a la
mampostería. Los canalones deben mantener una separación de 4 cm. del paramento, anclándose mediante
elementos cuya elasticidad permita los movimientos aludidos la cubierta se complementa con una chapa soldada en
posición vertical que oficia de tapa de los canalones y con la ejecución de una babeta embutida en el muro.

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Detalle de cubiertas autoportantes de fibrocemento

Este tipo de cubiertas se producen utilizando asbesto-cemento. Este material brinda interesantes respuestas a las
necesidades de obtener economía en la construcción masiva de viviendas, economía que se pone de manifiesto por
la posibilidad de prescindir de estructuras de soporte, ya que su diseño, le confiere resistencia por forma en grado
tal que permite obviar los apoyos intermedios para cubrir luces apreciables, por lo que se convierte en una chapa
estructural autoportante.
Estas piezas, que comercialmente se conocen con el nombre de canalones, tienen perfil simétrico, y se producen en
largos que varían entre los 5 y 9 m. con un espesor constante de 8 mm.
Utilizando una sola hilera de canalones puede cubrirse luces de hasta 7 m., admitiendo cargas uniformemente
repartidas de 25 kg/m2 y cargas accidentales concentradas de hasta 200 kg, y en el caso de un extremo en voladizo,
de hasta 2 m, puede resistir cargas accidentales concentradas de 100 kg.

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Unidad 6
AISLAMIENTOS ACÚSTICOS

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Introducción

Para algunas personas la acústica puede resultar una ciencia misteriosa. Entre sus causas,
encontramos que el manejo de magnitudes logarítmicas y los conceptos relacionados con la acústica, no
son siempre intuitivos.

Contribuyen a la confusión que, en algunas ocasiones, se toman pequeñas verdades utilizadas


incorrectamente, y en otras, ciertas creencias equivocadas repetidas una y otra vez hasta convertirse en
una práctica habitual.

El presente Módulo tiene por premisa aclarar y desmitificar algunas de esas creencias, y brindar
un panorama de las características acústicas de la mampostería cerámica en nuestro país. Para el logro
de dicho objetivo, trataremos de describir los fenómenos acústicos empleando un lenguaje sencillo,
aplicando la menor cantidad posible de fórmulas matemáticas.

Finalmente, brindaremos las características acústicas de los muros de mampostería habitualmente


proyectados en la práctica arquitectónica.

CONCEPTOS ACÚSTICOS

¿Qué es el sonido y cómo se genera?

Moviendo el aire hacia adelante y hacia atrás (por ejemplo, con el parche de un tambor) se cambia
por un instante la presión de una porción de aire, empujando parte del aire que lo rodea hacia delante y
luego hacia atrás. Este proceso se repite con el aire circundante, generando una onda de presión la cual
se propaga hasta impactar en nuestro oído, quien lo capta como sonido.

No todas las variaciones de presión ambiental son percibidas como sonidos. El oído humano
percibe las variaciones de presión cuando la frecuencia se encuentra entre los 20 y 20.000 hz (Ciclos por
segundo) y su intensidad o volumen permanece entre 0 y 120 db (Decibeles).

¿Qué es la frecuencia?

La frecuencia representa la velocidad de los cambios de presión en el aire. Nuestro oído percibe a
las frecuencias bajas como sonidos graves y a las frecuencias altas como sonidos agudos. Una manera
de clasificar los sonidos según su frecuencia es la siguiente:

20-300 Hz 300-2000 Hz 2000-20000 Hz


Sonidos graves Sonidos medios Sonidos agudos

¿Qué es la intensidad?

La intensidad representa la magnitud de los cambios de presión. Es aquello que nuestro oído
percibe como volumen. El volumen o intensidad del sonido se mide en decibeles.

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En la escala de intensidades se emplea como valor de referencia al decibel cero, vale decir, la
menor cantidad de sonido en el aire perceptible por el oído humano (Umbral de audición).

Nuestro oído percibe entre 0 y 120 dB. Técnicamente, se define al decibel con la siguiente
expresión:

L (dB) = 20 log P/Po

Donde “P” es la intensidad de la presión acústica en consideración y “Po” representa la Intensidad


acústica del umbral de audición.

El concepto de medición del volumen de sonido no resulta ser tan sencillo como el de la
frecuencia. En primer lugar, el rango de sonido que el oído humano puede percibir es enorme; desde un
concierto de rock hasta el tic-tac de un reloj pulsera.

El mayor volumen que el oído puede captar sin sufrir daños es, aproximadamente, 10 billones de
veces más fuerte (en términos de nivel de presión) respecto del mínimo volumen capaz de detectar. Esta
es una de las razones por la cuales los científicos debieron recurrir a la escala logarítmica. La otra razón
radica en que nuestro oído también percibe los sonidos en la escala logarítmica. Por ejemplo, para el oído
humano una sensación de aumento de volumen de 1 a 2 significa, en términos de aumento de presión,
una relación de 10 a 100.

Debemos reconocer que la escala logarítmica no es intuitiva, por ejemplo, 40 dB no es la mitad de


80 dB, sino que es 10.000 veces menor en términos de presión.

Aislamiento sonoro

El aislamiento sonoro de un muro es la resistencia al paso de un sonido de un ambiente a otro.


Los cambios de presión del aire mueven a los objetos. El impacto de una onda de presión sonora sobre un
tabique provoca la vibración del mismo. Dicho movimiento es tan pequeño que normalmente no es visible,
sin embargo, es suficiente para provocar sonido el cual es irradiado al local vecino.
Para hacer vibrar un muro se requiere un esfuerzo, y a mayor masa se demandará mayor
esfuerzo para moverlo y atravesarlo. Por ello, los materiales aislantes deberán contar con suficiente masa.

Figura 1

Al impactar una onda sonora en un tabique parte de la energía se transmite al recinto contiguo,
parte se refleja, y parte se disipa en forma de calor (Ver Figura 2).

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Figura 2

Para determinar la aislación sonora de un tabique que divide dos ambientes contiguos (Ver Figura
1) se coloca una fuente sonora en uno de los locales y se mide la intensidad sonora en el otro. La relación
entre ambas energías sonoras se reconoce como “Índice de Reducción Sonora”.

Conceptualmente, el Índice de Reducción Sonora “R” conforma la relación entre la potencia


sonora que impacta sobre el panel bajo estudio y la potencia sonora transmitida a través de la muestra al
recinto contiguo.

Lamentablemente, el tema se complica, pues la aislación varía con la frecuencia, o sea, un mismo
tabique presenta distinta aislación sonora para cada frecuencia.

A los fines prácticos, y con el objetivo de comparar el comportamiento de distintos tipos de


tabiques, los especialistas en sonido crearon un parámetro denominado “Índice compensado de reducción
sonora Rw”, consistente en un solo número capaz de resumir el comportamiento del tabique para distintas
frecuencias. Por ejemplo: Un Rw de 40 significa que si en un local existe un equipo musical sonando a
100 dB, en el local vecino se escuchará con un nivel de 60 dB (100-40 = 60).

Ley de masas y frecuencias

La ley de masas y frecuencias dice que “el aislamiento acústico de un tabique es mayor cuanto
mayor sea su masa superficial (Kg/m2), y también, es mayor para frecuencias altas”.

Por ello, la primera variable a considerar para predecir la aislación sonora de un tabique radica en
medir la masa por unidad de superficie (Kg/m 2), pues a mayor masa será más denso el panel, y por lo
tanto, será más difícil de mover y atravesar debido a la acción de la presión del aire.

Esta ley se cumple entre dos frecuencias: La Frecuencia Natural (fo) y la Frecuencia Crítica,
también llamada de Coincidencia (fc). Todos los tabiques observan una menor aislación en las cercanías
de las citadas frecuencias.

En la Figura 3 se representa la variación de la aislación acústica de un panel en función de la


frecuencia. Se observa que ante muy bajas frecuencias la rigidez del tabique conforma el factor
controlante de la aislación sonora, hasta alcanzar a las inmediaciones de la frecuencia natural donde la
aislación es mínima. A partir de este punto se cumple la ley de masas (a mayor masa y frecuencia mayor
aislación) hasta llegar al entorno de la frecuencia de coincidencia.

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Figura 3

Absorción

La absorción conforma la reducción del sonido reflejado en el interior de un recinto. Tiene por
objeto minimizar la reflexión del sonido de manera que el ruido generado dentro del propio ambiente sea
controlado.

La absorción es importante cuando se requiere controlar el sonido producido dentro de un local.


Por ejemplo, mejorando las condiciones laborales dentro de un taller con intensos ruidos producidos por la
acción de una maquinaria, o el control de las condiciones de sonido dentro de un teatro o una sala de
conferencias.

La absorción se logra mediante el empleo de materiales absorbentes. Generalmente, consisten en


materiales porosos y livianos. Se trata de estructuras con elevadas cantidades de intersticios y poros
(Lana de vidrio) comunicados entre sí.

Al incidir una onda acústica, las fibras vibran produciendo pérdidas por rozamiento y calor. Son
efectivos a altas frecuencias.

Aislación versus absorción

Estos términos a veces son confundidos y causan muchos de los errores cometidos en materia
acústica. Dijimos que la energía sonora al impactar en un panel, parte se refleja y parte se transmite al
local ubicado al otro lado. La presión sonora en un punto del panel depende de la intensidad de la fuente
sonora y de su distancia a la misma. Por más material absorbente que se coloque, el aislamiento
alcanzado en el recinto vecino resultará mínimo, pues los materiales absorbentes solo minimizan los
ruidos generados dentro de un mismo recinto, los cuales se reflejan y rebotan dentro del mismo local, pero
no afectan la transmisión a través del muro.

Por ejemplo, el murmullo de la gente dentro de un restaurante (Ver Figura 4).

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Figura 4: Absorción

Los materiales absorbentes amortiguan los reflejos y rebotes del sonido

Los materiales absorbentes conforman estructuras con elevada cantidad de intersticios y poros
vinculados entre sí. Los mismos dejan pasar el sonido incidente fácilmente a través de ellos, permitiendo a
la onda impactar al tabique, produciendo una disminución de la onda reflejada.

Aislamiento en paredes simples

Una pared simple puede ser homogénea, o sea, construida con un solo material, por ejemplo en
plomo; o puede ser heterogénea, si está formada por varias capas y/o estratos, por ejemplo el caso de los
muros de ladrillos huecos revocados.

La condición para ser considerada como simple es que los puntos situados sobre una misma
normal no modifiquen su distancia mutua al realizar vibraciones. Vale decir, tanto la pared de plomo como
la de ladrillos huecos se consideran como simples.

Los Ladrillos Cerámicos Termoeficientes mejoran la aislación acústica debido a su mayor masa
superficial, sin necesidad de recurrir a tabiques dobles.

Tabiques dobles con cámara de aire

El sonido que impacta a un tabique doble con cámara de aire produce una vibración en la placa
expuesta, ella transmite parte de la energía a la cámara de aire, la cual a su vez, transmite vibraciones a
la segunda placa, encargada finalmente de irradiar energía vibracional al recinto receptor. Debido a que
solo una fracción de la energía sonora es transmitida en cada una de estas etapas, los tabiques múltiples
(Dobles, triples) con cámara de aire permiten obtener mayores valores de aislación acústica a igualdad de
masa, en la medida en que se encuentren debidamente construidos.

Para que una pared doble con cámara de aire resulte efectiva como aislante sonoro, las placas
deben actuar independientemente, de no ser así, se comportarán como un tabique simple de masa igual a
la suma de sus caras
Para obtener altas aislaciones es necesario que las hojas no se acoplen. Para lograr un elevado
aislamiento acústico resulta de fundamental importancia un diseño y correcta ejecución del tabique, más
un relleno con material adecuado. Este tipo de paredes logran ventajas en las frecuencias altas.

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Puertas y Ventanas

Las juntas y rendijas pueden producir resultados catastróficos en cuanto al aislamiento acústico.
Una plancha de plomo de 0,5 m2 y 25 mm de espesor entre dos recintos produce una reducción sonora de
50 dB, pero si en ella le perforamos 3 agujeros de 12 mm de diámetro, los cuales representan sólo el 0,1%
de su superficie, la aislación se reducirá a 20 dB.

Cuando se instalan puertas y ventanas no se logrará una buena aislación acústica a menos que
se sellen cuidadosamente todas las ranuras y agujeros de las aberturas y tabiques. Si el aire puede pasar
también lo hará el sonido. Resulta un aspecto importante la fijación de marcos y pre-marcos al muro y el
óptimo sellado de las rendijas.

Reemplazando una puerta de madera por otra de plomo macizo no se incrementará


significativamente la aislación sonora si el principal problema consiste en la transmisión sonora a través
del perímetro. Ese inconveniente se resuelve mediante el sellado con juntas de goma, las cuales logran
comprimirse al cerrar la puerta (aunque pueden aumentar el esfuerzo para cerrarla) y un correcto diseño.

La transmisión del sonido a través de las ventanas se encuentra regulada por los mismos
principios. Se mejorará la aislación incrementando el espesor de los vidrios, aplicando vidrios laminados,
vidrios dobles con cámara de aire, cierres herméticos, etcétera.

Debido a la gran variedad de diseños y soluciones, la aislación sonora de puertas y ventanas


deberá ser consultada con los fabricantes.

En nuestro país se acostumbra especificar la aislación sonora de los muros, pero se ignoran los
problemas de la aislación acústica a través de puertas y ventanas, los cuales son más significativos.

Aislamiento acústico de muros de mampostería cerámica

Cuando consideramos muros de una sola hoja la variable determinante del aislamiento sonoro es
la masa por unidad de superficie. A mayor masa, mayor aislación.

Un muro de una sola hoja construido con bloques cerámicos revocado es lo suficientemente
pesado para proveer un adecuado aislamiento sonoro en la mayoría de las aplicaciones.

Los nuevos Ladrillos Cerámicos Termoeficientes proveen una mejor aislación acústica debido a su
mayor masa superficial.

En caso de necesitarse mayor aislación se deberá recurrir a bloques termoaislantes o muros


dobles compuestos por aislantes acústicos.

Normativa actual y futura

El nuevo Código de Edificación de la CABA en su Art 3.7.16 indica que se establecerán valores
mínimos obligatorios de aislamiento acústico los cuales serán medidos “in situ” con la construcción
totalmente terminada. La medición “in situ” es compleja y requiere de equipos y personal bien capacitado.
Al cierre de la edición del presente texto, el nuevo Código de Edificación de la CABA no ha sido
reglamentado.

Este cambio normativo en materia acústica acarreará una serie de exigencias que impactarán en
toda la industria de la construcción. Por ello estimamos será necesario transitar una senda de
gradualismo.

La normativa actual consiste en el cumplimiento acústico individual de cada uno de los elementos
constructivos (Muros, cubiertas, pisos, ventanas, etcétera) mediante ensayos realizados en laboratorios,

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mientras que la nueva normativa exige la verificación “in situ” de las prestaciones acústicas de cada una
de las unidades funcionales.

A los fines de una mejor comprensión del tema sonoro podemos decir que el ruido es un
fenómeno “muy escurridizo” que se filtra y transmite no solo a través de un tabique, sino también, por los
flancos laterales, losas, pisos y ventanas. También, se filtra por grietas, fisuras y uniones mal selladas.

Es por ello que el diseño, los detalles constructivos y la ejecución de encuentros entre las distintas
partes deberán ser considerados especialmente.

Cabe destacar que en las mediciones “in situ”, no solo influye el tabique divisorio, sino también, el
volumen de los recintos en consideración, los ruidos exteriores y provenientes de pisos superiores,
inferiores, cañerías de instalaciones, ascensores, y como mencionamos, muy especialmente, los detalles
de las uniones entre los distintos elementos constructivos.

Fuentes consultadas para el desarrollo del presente Material Didáctico: Ver Bibliografía de la materia.

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