Revocatoria y Acción Pauliana

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Revocatoria de los actos jurídicos

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Introducción

La autonomía de la voluntad privada en el ordenamiento jurídico


colombiano es una facultad reconocida a todas las personas, naturales o jurídicas,
que les permite disponer de sus intereses, es de naturaleza vinculante, y crea
derechos y obligaciones para las partes involucradas, no obstante, esta voluntad
se ve limitada por el orden público y las buenas costumbres, regulando así el
intercambio de bienes y servicios, y el desarrollo de actividades de cooperación.
(Sentencia C-934, 2013)

Aunado a lo anterior se encuentra que en el ordenamiento jurídico


colombiano el artículo 1602 del Código Civil establece que “todo contrato
legalmente celebrado es una ley para los contratantes, y no puede ser invalidado
sino por su consentimiento mutuo o por causas legales” (Congreso de los Estados
Unidos de Colombia, 1873), definiendo a su vez los contratos como “un acto por el
cual una parte se obliga para con otra a dar, hacer o no hacer alguna cosa. Cada
parte puede ser de una o de muchas personas.” (Congreso de los Estados Unidos
de Colombia, 1873) Así las cosas, y entendiendo que el contrato es ley para las
partes, serán precisamente las cláusulas del contrato las que ayuden a resolver
las controversias y a interpretarlo en sí mismo, máxime cuando se tiene que los
contratos, así como se hacen se deshacen.

Por otra parte, se reconocen en nuestro ordenamiento jurídico que en


materia civil son forma los contratos pierden fuerza obligatoria con posterioridad a
su celebración cuando opera alguna de las siguientes figuras: la resolución, la
terminación, el retracto o desistimiento, la revocación, el mutuo disenso, y en
general, todas las causas legales de terminación de los contratos; la designación
de estas modalidades se debe a que los contratos al ser ley para las partes son de
obligatorio cumplimiento, de allí que se consideren irrevocables excepto si media
una convención extintiva de las partes o las causas legales para su invalidez,
aspecto que es imprescindible tener presente por ser un pilar fundamental del
derecho de los contratos y una garantía de la seguridad jurídica. (Molina, 2006)

Revocación

Esta figura de invalidación de contratos no ha sido definida taxativamente


por el legislador, de allí que se considere de difícil delimitación, máxime cuando la
doctrina no es unánime en cuanto a su ámbito de aplicación, asimilándose
comúnmente a un acto de retractación que deja sin efectos un acto jurídico
anterior; asimismo, se afirma que la revocación siempre implica unilateralidad en
la decisión invalidar un acuerdo, a excepción de la que nace del mutuo acuerdo
entre los contratantes, asimilándola así muchas veces con la terminación
unilateral, pero diferenciándose de esta por ser la revocación una figura que
produce tanto efectos retroactivos como hacia el futuro. (Molina, 2006)

Por lo anterior, encontramos que cuando hablamos de revocatoria de los


actos jurídicos operan 2 formas, la voluntaria o resolución convencional y la
revocatoria judicial:

Revocatoria voluntaria

Los negocios jurídicos celebrados pueden ser revocados por las partes que
intervinieron en su creación, ya que estos son el resultado del ejercicio de la
voluntad privada de dichas partes, pero dicho acuerdo de revocación debe ser
mutuo, pues solo en ciertos casos la ley ha facultado para que un negocio jurídico
pueda ser terminado unilateralmente, pudiendo además ser expreso, mediante un
convenio, o tácito, cuando el comportamiento de las partes indique el ánimo de
revocar lo pactado.

Para llevar a cabo esta forma de terminación las partes, de forma posterior,
pueden pactar la terminación de un contrato que está en ejecución y produciendo
consecuencias jurídicas. Además, al ser conocida como mutuo disenso esta figura
(la revocatoria voluntaria) tiene los mismos requisitos de validez del contrato:
capacidad, consentimiento libre, objeto y causa lícitos; por lo cual las partes
conservan la facultad de determinar los alcances de su acuerdo, su posible
retroactividad y demás; de allí que para la terminación las partes solo requerirán
intervención de un juez en los casos de resolución o terminación por
incumplimiento y de terminación por imprevisión. (Molina, 2006)

En síntesis, la revocatoria voluntaria es precisamente el cambio en la


voluntad de las partes que intervienen en un negocio jurídico que origina una
cesación de los efectos jurídicos de dicho negocio, donde solo en algunas
ocasiones la voluntad unilateral es suficiente para que el contrato pierda eficacia,
esto es, cuando se configure una justa causa o sea un negocio jurídico que admita
la discrecionalidad.

Revocatoria Judicial – Acción Pauliana

Las obligaciones son un “vínculo jurídico que existe entre un sujeto activo
llamado acreedor y un sujeto pasivo llamado deudor; en virtud del cual este último
se encuentra en la necesidad de cumplir con una prestación”, (Castro & Calonje,
2015) No obstante, en muchas ocasiones sucede que el deudor incumple sus
deberes dentro de un negocio jurídico determinado y para evadir los pagos al
acreedor recurre a la celebración de negocios jurídicos que lo insolvente, ante lo
cual se creó la figura de la Acción Pauliana que es un mecanismo de protección al
acreedor cuando su deudor busque la dilapidación de su patrimonio para incumplir
sus obligaciones, (Alarcón, 1999) de allí que sea considerada una tutela
preventiva.

Aunado a lo anterior, se tiene que el sustento jurídico de esta acción es el


artículo 2491 del Código Civil que consagra dos situaciones, cuando se trate de un
negocio jurídico oneroso y cuando se trate de uno gratuito, en el primer caso se
exige al acreedor probar los daños sufridos y la mala fe en el concierto fraudulento
(consilium fraudis) para solicitar la rescisión, mientras que en los gratuitos solo se
debe probar el acto fraudulento y el perjuicio de los acreedores. (Congreso de los
Estados Unidos de Colombia, 1873)

Características:

La Acción Pauliana se caracteriza por:


1- Sólo la pueden iniciar las personas que tengan la calidad de acreedor y
cuyo interés jurídico sea actual, es decir, sus derechos están pendientes o ya son
exigibles.

2- Los acreedores cuentan con un año, contado desde la fecha del acto o
contrato, para demandar esta acción.

3- Recae sobre actos jurídicos verdaderos y completos, ya que los negocios


que se solicitan revocar son reales y perfectos en sí mismos, pero han sido
otorgados por el deudor de mala fe y con perjuicio a sus acreedores.

4- Esta acción se erige frente al supuesto de que los actos jurídicos


fraudulentos del deudor le son inoponibles al acreedor por procurarles un daño
basado en el conocimiento de la mala situación patrimonial del deudor.

5- Solo se puede afirmar que un acto ocasionó perjuicio al acreedor cuando


ha determinado la insolvencia del deudor o contribuido a agravarla.

6- La ineficacia de los actos suscritos por el deudor se da en medida del


perjuicio sufrido por el acreedor.

7- Si el acto impugnado por la Acción Pauliana es a título oneroso el


acreedor debe probar que el tercero fue participe del fraude a los acreedores.

8- El concilium fraudis es el hecho de que los contratantes (deudor y


tercero) conocían el mal estado de los negocios del enajenante del bien.

9- El deudor tiene que estar en estado de insolvencia, ya que, de no ser así,


este puede disponer de sus bienes a su antojo, siempre que conserve la
capacidad de honrar las obligaciones que ha contraído.

10- Es una acción impugnante y deviene en acción indemnizatoria por los


perjuicios causados al acreedor, pero cayendo sobre el deudor insolvente.

11- Esta acción no puede interponerse cuando el acreedor cuente con otros
medios jurídicos para hacer efectivo su derecho, es decir, es subsidiaria.
12- El crédito del acreedor debe ser anterior a la ocurrencia de los actos
fraudulentos de insolvencia.

13- Existe subrogación entre las acciones subrogatorias y paulianas.


(Sentencia No. 5333, 2021)

Elementos:

La doctrina y la jurisprudencia han establecido como elementos de esta


acción 4:

1 El crédito: Este es el negocio protegido por la acción pauliana, ya que en


marco a este crédito se dan las obligaciones entre acreedor y deudor. Además, se
requiere que dicho crédito sea de fecha anterior al acto impugnado para que se
configure la garantía disminuida que afecta al acreedor. (De Ruggiero, 1929)

2- Resultado dañoso: El eventus damni es imprescindible para que el acto


alienativo sea impungado, es decir, que cause un perjuicio al acreedor a través de
la insolvencia del deudor, disminuyendo así la garantía que se tenía al momento
de otorgar el crédito, debiéndose probar además el nexo causal entre ambos (el
acto impugnado y el daño). (De Ruggiero, 1929)

3- Fraude: El consilium fraudis es el elemento distintivo de la acción


pauliana, pues no basta con que exista un perjuicio al acreedor, sino que debe
constatarse que el acto dispositivo fue realizado con fraude al acreedor, es decir,
que en el acto impugnado debió existir la intención de perjudicar a los acreedores
al privarlo de la garantía de su crédito; además, este elemento se constituye con la
sola conciencia del deudor de que se encuentra actualmente en insolvencia o que
el acto a realizar reducirá su disposición patrimonial, sin embargo la doctrina
afirma que este requisito subjetivo solo es necesario que se le exija al tercero
adquirente en los actos onerosos, pero no en los gratuitos. (De Ruggiero, 1929)

4- Acto que se impugna: Según la doctrina los actos impugnables deben ser
de enajenación patrimonial posterior al crédito, donde la enajenación hace
referencia a los actos que buscan agravar la condición económica del deudor,
excluyéndose así los actos de renuncia, como el de renuncia a la herencia; ya que
el fin de la pauliana es restaurar la integridad patrimonial del deudor para que los
acreedores puedan ejercitar sus acciones sobre los bienes que salieron del
patrimonio o sus equivalentes. (De Ruggiero, 1929)

Finalmente, tenemos que la acción pauliana nace de la intención del deudor


de insolventarse para causar perjuicios a sus acreedores, con conocimiento del
tercero involucrado y que solo puede aplicarse de forma subsidiaria. Por ello, esta
se ha reconocido a la Acción Pauliana como una de las principales estrategias de
protección a los acreedores, pero que puede resultar contradictoria cuando
hablamos de seguridad jurídica o validez de los actos jurídicos.

Referencias
Alarcón, Y. (1999). La Acción Pauliana. Revista de Derecho UniNorte, 41-50.
Castro, G., & Calonje, N. (2015). Derecho de obligaciones: aproximación a la praxis y a
la constitucionalización. Bogotá: Universidad Católica de Colombia.
Congreso de los Estados Unidos de Colombia. (26 de Mayo de 1873). Ley 84 - Código
Civil. Obtenido de Vlez:
https://app-vlex-com.ezproxy.cecar.edu.co:2443/#WW/vid/43010756
De Ruggiero, R. (1929). Instituciones de derecho civil. Madrid: Instituto Editorial Reus.
Molina, R. (2006). La terminación unilateral del contrato ad nutum. Revista de Derecho
Privado, 125-158.
Sentencia C-934, Expediente D-9661 (Corte Constitucional 11 de Diciembre de 2013).
Sentencia No. 5333, Radicado No. 2013-00716-01 (Corte Suprema de Justicia 02 de
Febrero de 2021).

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