Manual de Oratoria
Manual de Oratoria
Manual de Oratoria
Recopilado y adaptado
por Raúl Fuentes Díaz
1
INDICE
Título Página
Introducción
Capitulo 1
Como leer y recordar 7
1.1 Horario para lectura personal. 7
1.2 Ayudas para la memoria. 8
1.3 Valor de la lectura eficaz. 9
Capitulo 2
Lo Valioso de la preparación 11
2.1 Asignaciones de lectura. 11
2.2 Preparando un discurso basado en un artículo publicado. 11
2.3 Preparando un discurso de una lista de versículos de las Escrituras. 12
2.4 Cuando solo se asigna el asunto que se ha de tratar. 13
2.5 Apuntes. 14
Capitulo 3
Preparando un bosquejo 15
3.1 Seleccionando los pensamientos principales. 15
3.2 Tipos de bosquejos. 16
3.3 La introducción. 17
3.4 El cuerpo del discurso. 17
3.5 La conclusión. 18
Capitulo 4
Desarrollando el arte de enseñar 20
4.1 Preparación. 20
4.2 Preguntas. 20
4.3 Ilustraciones. 21
4.4 Repetición. 22
4.5 Discursos que enseñan. 22
Capitulo 5
Usando un buen hablar cada día 23
5.1 Ampliando su vocabulario. 23
5.2 Lenguaje que debe evitarse. 24
5.3 Gramática correcta. 25
2
Capitulo 6
Oratoria improvisada y espontánea 26
6.1 Oratoria espontánea. 26
6.2 Discurso improvisado. 27
6.3 El mejor método 28
Capitulo 7
Mejoramiento de la voz y uso del micrófono 29
7.1 Cómo se produce el habla. 29
7.2 Controlando el abastecimiento de aire. 30
7.3 Relajando los músculos tensos. 31
7.4 Usando bien el micrófono. 32
Capitulo 8
Material informativo, presentado con claridad 34
8.1 Material especifico. 34
8.2 Informativo a su auditorio. 34
8.3 Exactitud en las declaraciones. 35
8.4 Material esclarecedor adicional. 35
8.5 Declarado sencillamente. 35
8.6 Términos poco conocidos explicados. 36
8.7 No demasiado material 36
Capitulo 9
Introducciones eficaces 37
9.1 Despertando interés. 37
9.2 Apropiado al tema. 38
9.3 De extensión apropiada. 38
9.4 Materiales audiovisuales 39
Capitulo 10
Volumen y uso de pausas 40
10.1 Suficientemente fuerte para ser oído con comodidad. 40
10.2 Volumen ajustado a las circunstancias. 40
10.3 Volumen ajustado al material. 41
10.4 Pausa para puntuación. 41
10.5 Pausas para cambios de pensamientos 42
10.6 Pausa para énfasis. 42
10.7 Pausa cuando las circunstancias lo exigen. 43
Capitulo 11
Uso de repeticiones y ademanes 44
11.1 Repetición de puntos principales. 44
11.2 Repetición de puntos que no se hayan entendido. 45
11.3 Ademanes descriptivos. 46
11.4 Ademanes enfáticos. 46
3
Capitulo 12
Haciendo resaltar el tema y los puntos principales 47
12.1 Tema apropiado 47
12.2 Palabras o idea del tema repetidas. 48
12.3 No demasiados puntos principales. 49
12.4 Ideas principales desarrolladas por separado. 50
12.5 Puntos secundarios enfocan en Ideas principales. 50
Capitulo 13
Contacto con el auditorio y uso de notas 51
13.1 Contacto visual con el auditorio. 51
13.2 Contacto con el auditorio por dirigirse directamente a éste. 52
13.3 Uso de bosquejo. 52
Capitulo 14
Presentación con afluencia, como en conversación y pronunciación correcta 54
14.1 Uso de expresiones como en conversación. 55
14.2 Presentación al estilo de conversación. 56
14.3 Pronunciación. 57
Capitulo 15
Desarrollo coherente de un discurso 59
15.1 Uso de expresiones de transición. 59
15.2 Coherencia adecuada a su auditorio. 60
15.3 Material en orden razonable. 61
15.4 Solo se usa material pertinente. 61
15.5 No omitir las ideas claves. 62
Capitulo 16
Convenza a su auditorio, razone con él 63
16.1 Colocado el cimiento. 63
16.2 Dada prueba sólida. 63
16.3 Resumen eficaz. 64
16.4 Mantenido el terreno común. 65
16.5 Desarrollo adecuado de puntos. 65
16.6 Aplicación hecha para el auditorio. 66
Capitulo 17
Énfasis que comunican sentido y modulación 67
17.1 Enfatizadas las palabras portadoras del pensamiento en las oraciones. 67
17.2 Enfatizadas las ideas principales del discurso. 68
17.3 Variedad en potencia. 68
17.4 Variedad en la velocidad. 69
17.5 Variedad en el grado de elevación de la voz. 69
17.6 Modulación adecuada al pensamiento o la emoción. 70
4
Capitulo 18
Manifestando entusiasmo y calor de amistad 71
18.1 Entusiasmo mostrado por presentación animada. 71
18.2 Entusiasmo apropiado al material. 72
18.3 Calor de amistad evidente en la expresión facial. 73
18.4 Calor de amistad y sentimiento evidentes en el tono de la voz. 73
18.5 Calor de amistad y sentimiento apropiados al material. 74
Capitulo 19
Ilustraciones adecuadas 75
19.1 Sencillas. 76
19.2 Aplicación aclarada. 76
19.3 Enfatizados los puntos importantes. 76
19.4 Sacadas de situaciones familiares. 77
19.5 De buen gusto. 77
Capitulo 20
Conclusiones apropiadas y su cuerpo 79
20.1 Conclusión en relación directa con el tema del discurso. 79
20.2 Conclusión muestra a los oyentes qué hacer. 79
20.3 Conclusión de extensión apropiada. 80
20.4 Tiempo. 80
Capitulo 21
Equilibrio y apariencia personal 83
21.1 Equilibrio manifiesto en el porte físico. 84
21.2 Equilibrio mostrado por voz bajo control. 84
21.3 Vestimenta y arreglo apropiados. 85
21.4 Postura correcta. 85
21.5 Equipo presentable. 86
21.6 Ninguna expresión facial no apropiada. 86
Capitulo 22
Preparación espiritual 88
22.1 El testimonio 88
22.2 Ayuno y oración 88
5
¿Hperseverar
a estado alguna vez en una reunión de la Iglesia preguntándose si podrá
hasta el fin? ¡No hasta el fin de la vida, sino hasta el fin de la
reunión! ¿Alguna vez ha sido victima de un discurso desordenado, pobre, medio
murmurado y presentado en una monotonía de frases sin vida? ¿Se ha preguntado
que habrá querido decir el orador?
Mirando el asunto desde el lado opuesto, ¿Alguna vez a tenido usted, como
orador, la terrible experiencia de enfrentar a una congregación sin haberse
preparado? ¿Y ha visto, sin poder hacer nada, cómo la gente iba perdiendo el interés,
se distraía o lo vencía el sueño? ¿Alguna vez presentó sus palabras finales a una
congregación dormida?
Hay varios principios básicos, bien conocidos, pero no siempre bien aplicados
que pueden y deben aplicarse al hablar en público. Entre ellos tenemos: Seleccionar
el material adecuado, conocer bien el tema, ser sinceros, mantenernos dentro del
limite de tiempo, no apartarnos del tema, hablar en voz alta y clara, tener entusiasmo,
usar ayudas visuales y anécdotas, siempre que sea apropiado; y prepararnos
espiritualmente.
6
P ara los que leen solo como pasatiempo, para su propio entretenimiento, el
recordar lo que leen es de poca importancia. Pero para alguien que estudia
para una profesión, es vital recordar lo que lee en sus libros de texto. El aprobar un
examen y entrar en la ocupación escogida depende de ello.
La fuente principal de lectura de los miembros de la Iglesia son las Escrituras:
Biblia, Libro de Mormón, Doctrinas y Convenios, Perla de Gran Precio y la Revista
Liahona.
El que pongamos información en la mente por medio de la lectura puede
compararse a poner alimento en nuestro estómago. En ambos casos tenemos que
saber escoger. El que come, aun cuando esté satisfaciendo solamente su apetito,
muestra insensatez si pone en su estómago lo que es indigerible o lo que no ofrece
ningún beneficio verdadero al cuerpo, o peor, lo que quizás pueda envenenarle. Para
los mejores resultados, para beneficios duraderos, el alimento debe ser fácilmente
digerido y asimilado por nuestro cuerpo.
Lo mismo sucede con nuestra lectura. Sea nuestra lectura ligera o seria, lo
que ponemos en la mente debe ser mentalmente digerible y debe ser algo que
beneficie nuestra mente en sentido duradero. Es obvio que no es sabio alimentar la
mente con lo que es falso o inmoral, y que por lo tanto puede causar indigestión
espiritual. (Filipenses 4:8) ¿Y por qué perder tiempo leyendo material de poco valor?
Tal como escogemos lo que comemos, debemos escoger lo que leemos.
Habiendo seleccionado la clase correcta de material que quiere leer, tiene que
dar el siguiente paso. Este es establecer un horario de lectura que encaje en su patrón
particular de vida. Si usted no separa como períodos de lectura días específicos, o
ciertas noches, lo más probable es que sus esfuerzos sean demasiado al azar para que
tengan buen éxito. (Hechos 17: 11)
La lectura meditativa exige suficiente tiempo así como alrededores que
favorezcan la meditación sobre el material que se examina. Pero no toda su lectura se
efectuará durante períodos de estudio extensos. Si puede apartar aun diez o quince
minutos con regularidad cada día para alguna lectura, se sorprenderá de lo mucho
que puede lograr. Algunos llevan a cabo esta lectura temprano en la mañana, o antes
de acostarse de noche. Otros leen mientras viajan en los medios de transporte
públicos hacia el lugar de su empleo o a la escuela, o durante la hora de colación. En
algunos hogares, la familia entera lee junta por cinco o diez minutos después de una
de las comidas cada día o precisamente antes de acostarse. La regularidad, el leer un
poco cada día, produce buenos resultados.
7
Su horario personal debe incluir tiempo para leer las Escrituras. Es muy
valioso leerlas completamente de principio a fin. Esto se puede lograr por medio de
leer un número dado de capítulos o páginas cada día o cada semana. Sin embargo, su
meta al leer nunca debe ser abarcar material, sino obtener el punto de vista general
del material con la intención de recordar. Dése tiempo para meditar en lo que las
Escrituras dicen. Al leer las Escrituras usted siempre puede hacerlo con la confianza
de que está participando del mejor alimento espiritual que es posible tener.
También se necesita tiempo para la lectura de la guía estudio de la Escuela
Dominical y Enseñanza de los Presidentes de la Iglesia. Es bueno pensar en comentar
en las reuniones, pero no haga del buscar las respuestas su objetivo principal. Más
bien, esfuércese por entender lo que lee y considere cómo afecta su propia vida.
La revista Liahona, también, ofrece muchísimo material informativo en sus
páginas. Al grado que usted pueda apartar tiempo para leer, le espera una bendición.
Hasta buen grado, la velocidad del desarrollo espiritual de uno está regida por la
regularidad y la calidad de los hábitos de lectura de uno.
8
Usted no puede simplemente leer todo un artículo o un libro sin pausar,
reflexionar, comparar la información con los datos que ya usted sabe acerca del
asunto... no si usted verdaderamente quiere recordar los puntos sobresalientes.
Aprenda a analizar lo que lee, notando las razones que se dan y los argumentos que
apoyan las conclusiones que se presentan. Además, busque principios que apliquen a
su vida y que sean una guía al vivir diario. Pause para considerar cómo los puede
aplicar. (1 Nefi 19:23)
En una lectura es útil considerar primero el título y el orden lógico del índice
o tabla de materias. Esto grabará en su mente el tema general. Al disponerse a leer un
articulo de revista o un capítulo de un libro, mire primero los diferentes
encabezamientos secundarios. Estos muestran el orden que se seguirá al tratar el
tema. Vigile para notar las oraciones temáticas, que por lo general aparecen hacia el
principio de cada párrafo. A menudo éstas le dicen en pocas palabras de qué trata el
párrafo. Por ejemplo los encabezados al principio de cada capítulo del Libro de
Mormón. Concéntrese en captar la vista general del asunto sobre el cual lee.
Otra sugerencia es tratar de visualizar lo que lee, haciéndose cuadros
mentales como ayuda para recordar. En la imaginación vea a los actores y el fondo,
oiga los sonidos y las voces, huela los olores, guste el alimento y la bebida, participe
de la felicidad o el dolor de la situación. Trate de ponerse dentro de la escena que se
describe. Todo sentido puede ponerse a trabajar imaginativamente para reproducir
vívidamente el relato de las Escrituras. De este modo se hace más fácil el poner en la
mente los pasajes de la historia.
Al llegar al fin de un capítulo, déle un breve repaso mental final. Entonces
compare de nuevo su bosquejo mental con el material escrito.
Si le es posible, considere con otra persona los puntos que ha abarcado,
haciéndolo mientras todavía los tenga frescos en la mente. El que usted los exprese
profundizará la impresión en su mente, mientras que es posible que la otra persona
añada a su caudal de conocimiento sobre el asunto. Si usted ha descubierto unos
puntos que son prácticos úselos tan pronto como sea posible. Esto, también, fijará la
información en su memoria.
9
Buenos hábitos de lectura, horas fijas para lectura e investigación, y el
empleo de las diferentes sugerencias que se dan aquí mejorarán mucho sus aptitudes
como lideres de la Iglesia. Podrá recordar más de las preciosas palabras de Dios, para
aplicarlas en su vida. Hasta personas de edad avanzada pueden mejorar en cuanto a
poder recordar, si practican los puntos que se ofrecen aquí. Nadie debe pensar que es
demasiado viejo para derivar provecho de esto.
La razón que tuvo Dios para poner sus magníficos propósitos por escrito en
libros era que todas sus obras maravillosas fueran dadas a conocer a los hijos de los
hombres y recordadas por largo tiempo. (Salmos 78:5-7) Mostramos de la mejor
manera nuestro aprecio a su generosidad en este asunto por nuestra diligencia al leer
las Escrituras.
REPASO: ¿Por qué es importante que recordemos lo que leemos? ¿Por qué debemos seleccionar
con cuidado lo que leemos? ¿Por qué es necesario que hagamos un horario para lectura personal, y
cuándo pudiera efectuarse esa lectura? ¿Cuál debe ser nuestra meta al leer las Escrituras? ¿Qué otro
material sería provechoso incluir en nuestro programa de lectura? ¿Qué prácticas nos ayudarán a
recordar más de lo que leemos? ¿Por qué es tan importante aprender a leer bien?
10
E l apóstol Pablo, instó a Tito a hacer esto: “Recuérdales. . . que estén
dispuesto a buena obra”. (Tito 3:1) Esto significaba que tenían que estar
preparados en mente y disposición para alguna acción futura.
La preparación es verdaderamente valiosa en cualquier clase de esfuerzo. Por
supuesto, el participar por primera vez en cierta actividad exige preparación extra
debido a que ese campo le es nuevo a uno. Pero a medida que aumenta su caudal de
conocimiento, uno descubre que puede utilizar lo que ha aprendido al estudiar en el
pasado, así como utilizar lo que ha aprendido por la experiencia que ha obtenido. Sin
embargo, sin importar cuántas veces uno se haya encargado de cierto tipo de
asignación, la preparación siempre es valiosa.
Se exige preparación, no solo de los que han recibido la asignación de
pronunciar un discurso, sino también de todo el que quieren ser líderes bien
capacitado. Lo mismo es verdad cuando usted habla desde el pulpito. La experiencia
que ha adquirido con el transcurso de los años es una gran ayuda. Pero en los casos
en que se le notifique por adelantado que va a pronunciar un discurso, nunca trate de
hacerlo sin preparación.
El no reconocer lo valioso de prepararse de antemano le puede privar de
muchos de los verdaderos beneficios. La preparación toma tiempo, pero los
resultados hacen que el esfuerzo valga la pena.
11
usar en el tiempo que se le ha dado? Hay ciertas cosas que podrían regir
provechosamente la selección del material: (1) Su auditorio y el escenario o marco de
circunstancias. Por ejemplo, una Reunión Sacramental, Conferencia de Estaca o una
Charla Fogonera... si un marco de circunstancias ayuda a demostrar cómo se puede
usar de manera práctica el material, también (2) su tema y la aplicación especifica
que se dará al material.
Tomando en cuenta a su auditorio, usted querrá seleccionar del artículo
publicado (Revista Liahona, Jesús el Cristo, Artículos de Fe, etc.) el material que le
será interesante y provechoso a su auditorio. Si parece que algunos párrafos del
artículo publicado son pesados para cierto auditorio, entonces concéntrese en otros
párrafos. Además, unos cuantos textos de las Escrituras mostrarán claramente por
qué usted dice lo que dice. Si usted toma en cuenta a su auditorio, no tratará de
abarcar demasiado material porque, si lo presenta apresuradamente, perderá mucho
de su valor. Por eso lo mejor es abarcar bien unos cuantos puntos.
En el caso de muchos discursos es provechoso tener un marco de
circunstancias específico para su presentación. Usted pudiera presentar la in-
formación como si estuviera hablando a alguien, contestando una pregunta, o quizás
dando testimonio. Hasta podría presentar el discurso como si estuviera explicando el
asunto a uno de sus propios hijos. Muchos otros marcos de circunstancias pudieran
usarse. Lo importante al usar un marco de circunstancias es que sea tan apegado a la
realidad como sea posible. Por eso, piense cuidadosamente en el asunto del marco
de circunstancias. Considérelo con otros, porque puede ser que tengan excelentes
sugerencias.
¿Qué tema ha escogido usted y qué aplicación va a dar a la información?
Seleccione la información del artículo publicado con esa idea presente. Excluya los
puntos que en verdad no contribuyan a su tema ni al objetivo de su discurso. Por lo
general las ideas que deben ser abarcadas están allí en el artículo, de modo que es
mejor concentrarse en eso que tratar de introducir mucha información de otras
fuentes. Eso no quiere decir, por supuesto, que no pudiera incorporarse en la
presentación una buena ilustración, o algún otro punto que ayude a su auditorio a
apreciar el valor de la información asignada. En los casos en que sea posible,
asegúrese de aplicarla a su auditorio de modo que todos reciban el mayor provecho.
Después de seleccionar su tema y marco de circunstancias, pudiera ser que
notara que algunos párrafos del artículo publicado no encajan bien con su discurso.
No es preciso que usted use las ideas de cada párrafo. Pero haga esto: Esfuércese por
seleccionar un tema y un marco de circunstancias que le permitan usar tanta
información como parezca razonable.
12
pueden abarcarse eficazmente en el tiempo disponible. Entonces analice cada
versículo que piensa usar. Determine qué razón tiene para usarlo. Prepare la
presentación de tal manera que su introducción de cada versículo enfoque la atención
en la razón que tiene para usarlo. También la manera en que lea el versículo debe
dar énfasis a la porción clave de éste. Finalmente, el que usted lo aplique
comunicará a otros el pensamiento principal.
13
2.5 Apuntes.
REPASO: ¿Para quiénes es valiosa la preparación, y por qué? Al preparar un discurso basado en un
artículo publicado, ¿el tomar en cuenta qué cosas ayudará a seleccionar el material específico que se
ha de usar? ¿Qué pudiéramos hacer para componer un discurso de una lista asignada de versículos de
las Escrituras? ¿Qué pasos pudieran darse, provechosamente, al preparar un discurso sobre un asunto
asignado cuando no se designa ningún material publicado especifico como base para el discurso?
¿Qué sugerencias se dan en cuanto a hacer apuntes?
14
D ijo el escritor de uno de los Evangelios, Lucas, a su amigo Teófilo: “Me
ha parecido también a mí, después de haber investigado... todas las cosas
desde su origen, escribírtelas por orden”. (Lucas 1:3) Por lo tanto, habiendo
investigado, habiendo recogido un gran número de hechos relacionados con su
asunto, se puso a organizarlos en orden. Es ventajoso para nosotros seguir esta
misma práctica al preparar nuestros discursos. Esto significa preparar un bosquejo.
15
cómo quiere comenzar su consideración del tema y, basándose en la presentación que
ha preparado, seleccione una conclusión que haya de poner en los que lo escuchen
motivo para actuar en armonía con el propósito de su discurso. Ahora puede poner en
forma razonablemente final en papel. Esto se puede hacer de varias maneras.
16
Estos son, brevemente, los aspectos principales de preparar un bosquejo.
Ahora sería ventajoso que consideráramos con más detalles las tres principales divi-
siones de un discurso.
3.3 La introducción.
17
espiritual”, "La humanidad no podía producir su propia Expiación”, “Quién
únicamente podía llevarla a cabo, y por qué”, y “Bendiciones de la Expiación”.
A veces puede ser que usted descubra que su discurso puede ser dividido en
clasificaciones naturales, como en el caso en que Pablo dio instrucciones primero a
toda la congregación, entonces a las esposas, después a los esposos y luego a
los niños. (Efesios, capítulos 5 y 6.) o quizás usted vea que su material se presta para
desarrollarlo según causa y efecto, o para la presentación en que se plantea un
problema y entonces se presenta la solución. A veces se pueden combinar
eficazmente dos o más de estos métodos.
La narración directa de acontecimientos, sin necesariamente introducir
cronología, es un método bastante común de elaborar un discurso. A menudo el
material descriptivo realza mucho el discurso. Otros discursos pudieran bosquejarse
interesantemente teniendo como base para ello argumentación a favor y en contra en
cuanto a alguna cuestión de interés activo de la actualidad.
Tomando en cuenta el elemento del tiempo, no atiborre su bosquejo con
demasiado material. El buen material pierde valor si no se le ha dado suficiente
tiempo a su elaboración o desarrollo. Además, uno no tiene que decir todo lo que
sabe sobre cierto asunto en una sola ocasión. Quizás se puedan tratar en otra ocasión
otros rasgos del mismo asunto. Asigne porciones de tiempo apropiadas a cada punto
principal de su discurso y entonces ajuste razonablemente la cantidad del material
para que encaje con ese tiempo. Lo que cuenta no es la cantidad del material, sino
más bien su calidad.
3.5 La conclusión.
18
celente son las palabras de Josué que finalizan su discurso de despedida poco antes
de su muerte. Josué 24:14, 15.
Se puede ver, pues, que un discurso con un buen bosquejo debe suministrar
una introducción que despierte la atención. Debe incluir el desarrollo lógico de
puntos claves cuidadosamente seleccionados que apoyen el tema. Y debe tener una
conclusión que dé a los que escuchan motivo para actuar en armonía con el consejo
ofrecido. Para todos estos elementos hay que hacer preparación cuando se está
preparando el bosquejo. El bosquejar con habilidad su discurso puede ahorrarle
tiempo, y contribuye mucho a un discurso que sea significativo y que grabe
duraderamente instrucción valiosa en la mente de los oyentes.
REPASO: ¿Cómo pueden determinarse el tema y los puntos principales de un discurso? ¿Qué quiere
decir un bosquejo temático? ¿Un bosquejo de oraciones? Para la pronunciación misma del discurso,
¿qué pudiera hacer usted con su bosquejo? ¿Qué propósito tiene la introducción o preámbulo del
discurso? Dé un ejemplo de un tipo de introducción. Explique cómo pudiera desarrollarse el cuerpo de
un discurso. ¿Cómo debe influir en la preparación del cuerpo el tiempo que haya para los puntos? ¿Por
qué son importantes las conclusiones, y de qué maneras pudieran elaborarse?
19
C omo Santos de los Últimos Días acudimos a Jesucristo como nuestro
Gran Maestro. También pensamos como aquellos discípulos de Jesús de
los primeros días que lo llamaban “Maestro”. ¡Y qué maestro es Jesucristo! Después
que pronunció su Sermón del Monte, “la gente quedó admirada por su modo de
enseñar; porque les enseñaba como quien tiene autoridad” (Mateo 7:28-29) Este es el
Mayor Maestro, y queremos imitarlo.
El enseñar es una habilidad que tiene que desarrollarse. Envuelve explicar el
qué, cómo, por qué, dónde y cuándo de un asunto. Para todo líder en la Iglesia es una
necesidad mejorar su habilidad en cuanto a enseñar, especialmente en vista de estas
instrucciones de Jesús a sus seguidores: “Haced discípulos a todas las naciones...
enseñándoles”. (Mateo 29:19-20) El hecho de que éste es un trabajo que exige
pericia se puede ver por la amonestación que dio el apóstol Pablo a Timoteo:
“Exhorta con toda gran paciencia y doctrina. (2 Timoteo 4:2)
4.1 Preparación.
4.2 Preguntas.
Las preguntas son especialmente útiles para la enseñanza eficaz, como con
frecuencia lo demostró Jesucristo. (Lucas 10:36) A veces todo lo que usted tiene que
decir es: “Eso es correcto, pero ¿cómo lo explicaría usted en sus propias palabras?”
Usted también verá que el hacer preguntas guiadoras es útil al enseñar. Estas
son preguntas que le ayudan a usted a dirigir la mente o pensamiento de la persona,
teniendo como base lo que ella ya sabe, a una deducción en que quizás nunca haya
pensado. (Mateo 22:41-46) En efecto usted se dice a sí mismo: “Yo sé que este
alumno sabe esto y aquello, de modo que si le hago unas preguntas en orden lógico,
20
puede llegara la deducción correcta. Pero si paso por alto las preguntas guiadoras y
directamente le hago la pregunta principal, podría precipitarse a la deducción
incorrecta. En otras palabras, el estudiante tiene información con la cual puede llegar
a la respuesta. Pero necesita ayuda. (En psicología educacional, a esto se le llama
zonas de desarrollo próximo) Lo fácil, por supuesto, es decirle la respuesta. Pero si
usted usa preguntas guiadoras, no solo hace la respuesta más aceptable porque el
estudiante mismo la declara, sino que también ayuda al estudiante a desarrollar
habilidad como pensador. Sus preguntas guiarán la mente de él por los pasos del
pensamiento lógico hasta la deducción correcta. Esto le será de valor
inconmensurable al estudiante más tarde.
A veces le será deseable hacer preguntas de punto de vista. Por medio de
estas preguntas usted trata de averiguar lo que el estudiante cree personalmente en
cuanto a un asunto. Por ejemplo, pudiera preguntarle cuál es la ley de Dios en cuanto
a la fornicación. El quizás pueda citar un texto bíblico que muestra que es cosa mala.
Pero, ¿concuerda el estudiante realmente con la respuesta que ha dado? ¿Es ése su
punto de vista personal? Usted quizás quiera hacer una pregunta para determinar lo
que él verdaderamente piensa acerca de la fornicación. Pudiera preguntar: "¿Da lo
mismo el que vivamos de esa manera o no?" Entonces es posible que usted discierna
en qué puntos se necesita más ayuda y pueda entonces suministrarla según lo que se
requiera. Las preguntas de punto de vista le ayudan a llegar al corazón del
estudiante.
Aun al pronunciar un discurso desde el pulpito, a veces usted hace preguntas
que quiere que le contesten. De modo que invita al auditorio a responder. Pero a
veces usted usa preguntas retóricas también... preguntas que se hacen para estimular
el pensamiento, sin esperar respuesta del auditorio. (Lucas 12:49-51) Usted mismo
suministra las respuestas. A veces posiblemente quiera usar una serie de preguntas,
sin dar respuesta hasta llegar a la última. La clase de pregunta que usted use depende
de su auditorio y de lo que usted esté enseñando.
4.3 Ilustraciones.
21
4.4 Repetición.
Uno recuerda con aprecio los discursos que más le enseñan. Por lo tanto, note
por qué es que algunos discursantes son buenos maestros. Note lo que hace que sus
discursos se puedan recordar con facilidad. No se apresuran al pronunciar su
discurso. Quizás usen preguntas, para que el auditorio las conteste o como preguntas
retóricas que estimulen el pensamiento. Piden que uno busque los textos claves y
siga con los ojos la lectura mientras se leen, y razonan sobre estos textos,
explayándose en ellos haciendo que sobresalgan los pensamientos principales.
Algunos quizás usen ayudas visuales. Pero en todos los casos se notará que es mucho
más fácil recordar unos cuantos puntos bien explicados que muchos puntos que se
hayan tratado brevemente. Cuando se usa el arte de enseñar, debe ser fácil para los
que oyen el discurso declarar el tema, los puntos principales y quizás uno o dos
textos sobresalientes que se hayan utilizado.
REPASO: ¿Qué está envuelto en enseñar, y qué oportunidades de enseñar tenemos?¿En quién
debemos confiar y apoyarnos al enseñar? ¿Qué papel desempeña la preparación en la enseñanza
eficaz? ¿Cómo puede usted animar a los estudiantes a responder en sus propias palabras? Explique el
uso de preguntas guiadoras. ¿Cómo pudieran emplearse las preguntas de punto de vista? ¿Para qué
son útiles las ilustraciones y la repetición? Si el discursante es buen maestro, ¿qué podrá recordar
usted después de oír su discurso?
22
S ean gratos los dichos de mi boca. (Salmos 19:14) Para que esto sea
realidad en nuestro caso, tenemos que hablar acerca de las cosas correctas
y de la manera que sea digna de un siervo de Dios. Queremos que nuestra habla
pruebe que somos fieles de Dios cada día, no solamente cuando estamos en la
Iglesia. Entonces el lenguaje que usemos en nuestros hogares, en el trabajo, en la
escuela, hablará bien de la Iglesia. (2 Corintios 6:3).
Nuestra manera de hablar es importante. Esto incluye hasta nuestra expresión
facial y el tono de la voz. Nuestra felicidad como miembros de la Iglesia debe
mostrarse en nuestro rostro. Un aire amigable y una sonrisa afectuosa atraen a la
gente. Aunque las verdades de la Restauración del Evangelio acerca de las cuales
hablamos son serias, también son alentadoras. Por eso ¡sea entusiasta! Una expresión
impasible no va bien con nuestro mensaje. Recuerde ser Mormón es ser feliz.
AI familiarizarse con el habla buena usted se dará cuenta de que las palabras
y expresiones tienen “personalidad”. Pueden ser amargas o dulces, blandas o duras,
amigables u hostiles, edificantes o desmoralizadoras. En vista de eso, es vitalmente
importante seleccionar la palabra o expresión correcta.
23
palabra que es idónea también le evita palabreo innecesario, y le ayuda a ir al grano.
El palabreo tiende a oscurecer los pensamientos. Por eso, practique el expresarse en
pocas palabras. Cuando lo haga bien, entonces empiece a variar su expresión con
palabras descriptivas que añadan color y significado.
A medida que usted amplié su vocabulario, no piense solo en términos de
nuevas palabras, sino considere palabras que tengan características particulares:
Verbos que expresen vigor; adjetivos que comuniquen color; expresiones de
transición que ayuden a evitar la monotonía; expresiones que muestren afecto y una
nota de bondad. Al leer la revista Liahona se puede notar una amplia variedad de
palabras y frases de las cuales escoger.
El propósito de un vocabulario más amplio, por supuesto, no es que la
persona se luzca. Nuestro objetivo es comunicar información, no hacer una
impresión personal en los que nos escuchan. Nuestro punto de vista debe ser idéntico
al que expresó el apóstol Pablo de este modo: “En la Iglesia prefiero hablar cinco
palabras con mi entendimiento, para enseñar también a otros, que diez mil palabras
en una lengua desconocida”. (1 Corintios 14:19) Si el habla de uno es demasiado
difícil para ser entendida, lo mismo daría que estuviera en una lengua extranjera. De
manera similar, es sabio evitar hacerse innecesariamente técnico para personas para
las cuales los detalles no tendrán valor. Aun en la conversación corriente no
debemos tratar de impresionar a los que nos escuchan con habla compleja y palabras
poco conocidas. Es más importante que los que nos escuchan capten lo que decimos.
Recuerde que, según Proverbios 15:2, la lengua de los sabios adornará la sabiduría”
La selección de buenas palabras, palabras que se entiendan con facilidad, ayuda a
hacer refrescante y estimuladora nuestra habla en vez de aburrida y no interesante.
(Colosenses 4:6)
Es importante también aprender a decir las palabras correctamente.
Pronúncielas debidamente. Usted puede consultar un diccionario, y también observar
cómo otros pronuncian ciertas palabras. Esto le ayudará a evitar el descuido en la
pronunciación. Otros peligros que deben evitarse en el habla de cada día son el
pegar las palabras unas a otras, oscureciéndolas, y comerse la terminación de las
palabras. No hable a través de sus dientes. Use buena dicción. Abra la boca para
articular con claridad.
24
de esas personas cuando les hablamos. El lenguaje sencillo puede ser útil, pero debe
ser limpio y correcto.
También deben evitarse ciertas expresiones y giros del habla que chocan con
el uso gramatical. Muchas veces sucede que personas usan esa clase de habla la
popularizan en canciones modernas. La gente tiende a imitar a estas personas. No es
bueno que los miembros de la Iglesia adopten esos patrones o modelos de habla. El
hacer eso nos identificaría con el mundo y su modo de vivir. Debemos recordar que
estamos en el mundo, pero no somos del mundo. A menudo los vendedores de
drogas y otros cuyo patrón entero de vida es criminal o inmoral tienen su propio
vocabulario, usan palabras de una manera que no se le hace inmediatamente clara al
que por casualidad escucha. Pero nuestra norma de habla no debe ser afectada por
esas influencias mundanas. Como líderes deben ejercer cuidado para evitar lenguaje
irreverente.
25
“N o os preocupéis por cómo o qué hablaréis; Porque en aquella hora os
será dado lo que habéis de hablar. Porque no sois vosotros los que
habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre que habla en vosotros”. (Mateo 10:19-20)
Esas palabras deben haber infundido maravillosa confianza en los primeros
discípulos de Jesús.
26
para una presentación afectuosa y conversacional, un verdadero discurso de corazón
a corazón.
Sin embargo, hay algunos peligros relativos a los discursos que se pronuncian
en sus propias palabras; pero pueden ser evitados. Por ejemplo, puede suceder que el
discursante incorpore demasiadas ideas adicionales y su discurso se pase del tiempo
asignado. Además, en vista de la libertad que tiene para introducir espontáneamente
ideas que le vienen a la mente, el discursante pudiera espaciarse por mucho más
tiempo de lo planeado en ciertos puntos. Eso puede evitarse si uno anota en su
bosquejo el tiempo que se permite para cada sección del discurso. Entonces uno debe
apegarse estrechamente a esa distribución del tiempo.
También hay el peligro de omitir puntos, hacer de declaraciones incompletas
o inexactas, o hacer alegaciones sin suficiente evidencia para apoyarlas. Si de vez en
cuando usted mira sus notas, sin apresurarse, debiese poder apegarse a su
información y evitar omisiones e inexactitudes. Al formar un buen bosquejo, con
varios puntos principales sobre los cuales elaborar con pruebas y textos que los
apoyen, usted puede evitar el peligro de hacer afirmaciones sin prueba.
Aunque no es necesario aprender de memoria las palabras mismas de un
discurso en sus propias palabras, se puede practicar el uso de frases apropiadas y eso
ayuda a uno a grabar con firmeza en la mente el encadenamiento de los
pensamientos. De este modo se puede evitar lenguaje inferior y pobre selección de
palabras. Y si en su conversación de cada día usted trata al pronunciar un discurso.
Es verdad que es posible que de usar buen lenguaje, se le hará más fácil hacerlo al
pronunciar un discurso. Es verdad que es posible que aun así usted no tenga las más
selectas expresiones y la precisión gramatical del discurso leído, pero esto estará más
que contrapesado por su estilo de conversación. Además, propóngase repasar su
discurso varias veces antes de pronunciarlo. Para algunos es suficiente hacerlo
silenciosamente, en su propia mente. Pero para muchos es muy útil, particularmente
en lo que tiene que ver con mantenerse dentro del tiempo asignado, el practicar
pronunciándolo en voz alta.
Con el tiempo, y con práctica, pronto usted debería poder reducir su bosquejo
a solo unas cuantas palabras para cada punto de su discurso. Estas, junto con un
apunte de versículos de las Escrituras que se propone usar, podrían anotarse en una
tarjeta u hoja de papel para consulta rápida. Mientras que para discursos más cortos,
algunos quizás prefieran aprender de memoria el bosquejo, no hay nada malo en
tener un bosquejo breve a la mano para consulta por si alguna distracción u olvido
momentáneo interrumpe el encadenamiento de sus ideas. Para discursos más largos,
por lo general el proceder sabio es tener un bosquejo detallado disponible para
remitirse a él mientras habla.
27
genuina tiene que haber preparación. Sin embargo, hay ocasiones en que quizás a
usted no se le haya dado notificación por adelantado de que va a tratar cierto asunto,
de modo que usted no sé prepara específicamente para darle consideración. En esto
caso, el orden de la información y la fraseología serán improvisados, pero su fondo
de conocimiento que es el resultado de sus estudios de las Escrituras le suministrará
la base para lo que diga. Por eso, lo que pudiéramos llamar habla improvisada
también se basa en preparación de antemano, aunque la preparación no haya sido
planeada para aquella ocasión en particular. (Isaías 50:4).
Si usted se da cuenta, aun con pocos minutos de adelanto, de que va a tener
que decir algo, hay pasos útiles que puede dar para prepararse. Primero, decida qué
punto o qué par de puntos principales tratar. Seleccione algunos argumentos en
apoyo de éstos, incluso unos cuantos versículos adecuados. Entonces reflexione en
una introducción breve. Ahora, si se hace necesario, está listo para comenzar a
hablar. Esto pudiera ser necesario, por ejemplo, cuando el Obispado le solicita un
discurso de ultima hora por una emergencia.
Para presentar sus discursos, a veces los principiantes desean usar un escrito
que contenga todo su discurso. Este no es por lo general el mejor método, y deben
hacer un esfuerzo por apartarse de él pronto, puesto que perjudica el contacto con el
auditorio y la cualidad de conversación del discurso.
Algunos tratan de aprenderse de memoria los discursos, para estar libres de
todas las notas. Pero los discursos aprendidos de memoria tienen claras desventajas,
no son adaptabas, carecen de naturalidad y presentan la posibilidad de que el dis-
cursante olvide una porción vital. El aprender de memoria podría ser adecuado para
unas cuantas oraciones claves, como en la introducción o en la conclusión, pero no es
apropiado para todo el discurso.
El mejor método es por lo general el de la oratoria espontánea, en las
reuniones de la Iglesia este método es el que más frecuentemente se debe usar,
puesto que permite una presentación sincera y directa de nuestro mensaje que
produce excelentes resultados. Por eso, practíquelo constantemente. Y aunque a
veces nos veamos en la necesidad de pronunciar un discurso improvisadamente,
estaremos preparados para ello.
28
!
“¿Moisés.
Quién dio la boca al hombre?” Es una pregunta que le respondió Dios a
(Éxodo 4:11) Y bien pudiéramos añadir: ¿Quién hizo todo el
maravilloso equipo para producir el habla humana? Moisés aprendió al fin que,
aunque él era “tardo en el habla y torpe de lengua”, Dios podía darle ayuda y le
ayudó a mejorar la voz con que hablaba. Al profeta se le capacitó para hablar
eficazmente a la nación de Israel.
Algunos tienen una voz débil, otros una voz aguda, otros una voz áspera o
irritante. Una voz gimiente, un tono nasal, o un tipo bronco de voz no se escucha con
placer. Un tono insulso y sin vida no inspira a nadie. Si su voz tiende a exhibir una
de estas debilidades, cobre ánimo. No hay por qué resignarse a la situación, como si
no hubiera corrección ni mejora posible.
Por supuesto, para progresar el individuo debe estar al tanto de la debilidad
particular que debe esforzarse por mejorar. También, es útil escuchar una grabación
de su propia voz. Si todavía no lo ha hecho, probablemente le espera una sorpresa.
Pues cuando usted habla usted siente las vibraciones de los huesos de su propia
cabeza y estas vibraciones dan realce a los tonos bajos, mientras que un magnetófono
revela cómo su voz suena a otros. Para poner una base para el mejoramiento de la
voz es bueno meditar en cuanto a su mecanismo vocal, que usted por lo general usa
sin pensar.
29
espacio en forma de V entre ellos se cierra. Mientras más se estiran estas cuerdas,
más rápidamente vibran y más altos son los tonos de los sonidos que se producen.
Por otra parte, mientras más relajadas están, más bajos son los tonos que se pro-
ducen.
Después de salir de la laringe la ola de aire entra en la parte superior de su
garganta, llamada la faringe. Entonces sigue a su boca y sus pasajes nasales. Aquí se
añaden armónicos o sonidos de resonancia al tono fundamental. Estos armónicos
modifican, amplifican y refuerzan el tono. El cielo de la boca, la lengua, los dientes,
las encías, la quijada y los labios se combinan para quebrar las vibrantes ondas del
sonido y plasmarlas en vocales y consonantes para que el sonido salga en la forma de
habla entendible.
Ciertamente la voz humana es una maravilla, sin igual en cuanto a
variabilidad al compararla con cualquier instrumento hecho por el hombre. Puede
expresar sentimientos y emociones que varían desde amor tierno y dulce hasta odio
cruel y violento. Aun en la imperfección la voz humana puede abarcar una escala de
hasta tres octavas y producir, no solo bellos sonidos musicales, sino también
conmovedores patrones de habla al recibir el debido desarrollo y entrenamiento. Para
mejorar la voz, como veremos, hay dos principales elementos esenciales.
30
Muchos tienden a tratar de controlar el abastecimiento de aire por medio de
apretar la garganta, pero esto solo produce enronquecimiento y fatiga de la voz. Para
evitar eso, trate de mantener relajados los músculos de la garganta.
Tal como un corredor se entrena para una carrera, así el discursante debe
desarrollar control diafragmático por medio del ejercicio. Debe pararse erguido,
inspirar profundamente, exhalar gradual, lenta y suavemente diciendo el mayor
número posible de letras del alfabeto o contando hasta la cifra más elevada que
pueda con una sola exhalación. También puede practicar por medio de leer en voz
alta.
Otro elemento esencial para resolver la mayoría de los problemas que tienen
que ver con la voz es un remedio sencillo... ¡tranquilícese! Poco se puede hacer para
ayudar a nadie a mejorar la voz a menos que aprenda a mantenerse tranquilo. Pero es
verdaderamente sorprendente lo mucho que se puede mejorar al aprender a
mantenerse tranquilo o relajado al hablar. Tanto la mente como el cuerpo deben estar
en tranquilidad, porque la tensión mental causa tensión muscular. Afloje la tensión
mental por medio de considerar correctamente a su auditorio, que, en la mayoría de
los casos, estará compuesto de miembros de la Iglesia. ¿Se convierten súbitamente en
enemigos suyos sus amigos solo porque estén sentados? Por supuesto que no.
Al principio quizás usted tenga que tranquilizarse a propósito. Puede que note
que, precisamente antes de hablar, la respiración es somera y saltona debido a la
nerviosidad. Esto se puede corregir por medio de respiración deliberada, lenta,
rítmica, mientras se trata de relajar los músculos de la garganta.
Como hemos aprendido, el aumentar la tensión de las cuerdas vocales hace
más alto el grado de elevación de la voz, de modo que mientras más uno las estire
más elevados son los sonidos que se producen. Esto puede resultar en una voz
chillona, una que suene tensa y que haga que los oyentes se sientan tensos. ¿Qué se
puede hacer para resolver esto? Bueno, recuerde que sus cuerdas vocales son puestas
en vibración por el aire que pasa por ellas. El tono de éstas cambia a medida que los
músculos las estiran o relajan, tal como el tono de una cuerda de violín cambia
cuando se estira o afloja. Cuando las cuerdas vocales se relajan, el tono se hace más
bajo. Por eso, lo que hay que hacer es relajar los músculos de la garganta. La tensión
también puede hacer que los músculos de tragar trabajen contra los que controlan las
cuerdas vocales, produciendo una voz áspera. Se produce mejoramiento cuando a
propósito uno se tranquiliza.
A veces al poner en tensión los músculos de la garganta y la boca la persona
cierra el pasaje nasal, con el resultado de que el aire no puede pasar libremente por
él. Esto resulta en un tonillo nasal. Para evitar esto, de nuevo es necesario la
relajación. Sin embargo, en algunos casos el problema pudiera deberse a obstrucción
nasal.
31
La quijada también tiene que ser relajada. Si está tensa, la boca no abre
adecuadamente y el sonido sale empujado por entre los dientes. Esto resulta en
aspereza y habla amortiguada, indistinta. El relajamiento de la quijada, sin embargo,
no significa hacerse perezoso en los hábitos del habla. Esto tiene que equilibrarse con
el hábito de formar sonidos de modo que haya buena articulación.
El relajar la tensión muscular general es de gran ayuda a la resonancia. Una
vez que la garganta relajada produce tonos claros, los armonices resonantes tienen
que reforzarlos para dar a la voz poder de transportarse. La resonancia se produce por
medio de usar todo el cuerpo como tabla de armonía, pero la tensión estorba esto. El
tono, producido en la laringe, reverbero no solo en las cavidades nasales, sino
también contra la estructura ósea del pecho, los dientes, el cielo de la boca y los
senos faciales. Todas estas cosas pueden contribuir a la cualidad de resonancia. Si se
coloca un peso sobre la caja de armonía de un violín, se amortigua el sonido; la caja
tiene que estar libre para vibrar. Así, también, sucede con las estructuras óseas de
nuestro cuerpo, que son sostenidas por los músculos. Con resonancia usted podrá
hacerse oír de un gran auditorio con facilidad, sin gran esfuerzo, sin esforzar su voz.
Sin resonancia es difícil hacer que la voz se transporte, modularla adecuadamente o
expresar matices de sentimiento.
La resonancia pude ser mejorada por medio de ejercicios de cantar con los
labios cerrados y sin articulación, junto con relajamiento consciente del cuerpo. Los
labios solo deben tocarse ligeramente, sin apretar. De esa manera las vibraciones
tonales no serán obstruidas por músculos tensos ni saldrán con fuerza por la nariz. El
repetir ciertas palabras y sostener con resonancia prolongada los sonidos
representados por ng, m, n y l será útil. Otro ejercicio que es útil para mejorar la
calidad de la voz es producir el sonido de las vocales, alargándolas con la garganta
abierta, la quijada relajada y poco volumen.
32
apartándose unos cuantos centímetros de él. Es preciso que algunos discursantes
eviten el volumen excesivo, porque lo único que hace es producir deformación de su
voz, que resulta irritante y desagradable al auditorio. Recuerde, también, que si desea
bajar la voz por el efecto de ello en un punto u otro del discurso, su auditorio puede
oír hasta un susurro, gracias a esta maravilla moderna de la amplificación.
Hay otros cuidados en el uso del micrófono que también necesitan atención.
¿Ha notado usted a veces que la “p” hace un sonido explosivo? Esto sucede cuando
una persona habla directamente al micrófono desde demasiado cerca. Los sonidos
agudos de la “s” también pueden causar problemas. Es necesario restarles potencia,
porque la amplificación los exagera y salen como siseo. Cuando se sabe cómo
resolver el problema, no es difícil hacerlo.
REPASO: ¿Cuáles son algunas debilidades en la calidad de la voz, y qué puede ser útil para analizar
el problema personal? ¿Cómo se produce el habla? ¿Cómo debe controlarse el abastecimiento de aire,
y por qué? ¿De qué manera está relacionada la tensión muscular con el habla chillona y la nasalidad y
el amortiguamiento del habla? ¿Qué ayudará a mejorar la resonancia, y por qué es tan importante?
¿Qué consejo debemos tener presente en cuanto al uso eficaz de los micrófonos?
33
"
! #
34
diferentes grupos en su preparación aunque sea solo para darse cuenta de la
diferencia al considerar el auditorio y hacer el material informativo al auditorio
particular al que usted va a dirigir la palabra.
Esto no significa que tiene que haberse pensado de antemano qué frases usar.
Pero las ideas que se van a presentar deben ser analizadas y ciertos factores definidos
deben tomarse en consideración. Esto generalmente resultará en un discurso bien
unido y en la expresión de pensamiento que es sencillo, puesto en lenguaje claro. Un
asunto que es envuelto en la mente del orador será complicado en la presentación.
Se debe evitar la preparación apresurada de último momento. Cada punto del
discurso debe pensarse en su totalidad cabalmente hasta que le sea sencillo y claro al
discursante. El repasar estos puntos en preparación para presentarlos los hará tan
35
definidamente perfilados en su mente que saldrán fácilmente cuando se les necesite y
serán claros tanto para el auditorio como para el discursante.
36
$
37
Aunque la introducción de un discurso es lo primero que se presenta,
generalmente se prepara más eficazmente después que el resto del discurso ha sido
bien organizado. Esto le permitirá saber lo que sería mejor decir para introducir
adecuadamente el material que ha preparado.
¿Qué tan larga debe ser una introducción? No hay una contestación
específica que satisfaga toda situación. La extensión de la introducción depende del
tiempo que se permita para el asunto mismo, el propósito del discurso, el auditorio
implicado y muchos otros puntos como ésos.
Una introducción debe adelantar en progresión definida, ordenada y rápida de
pensamientos hacia el asunto sin sacrificar cualidades que despierten el interés. Debe
ser completa, sin brechas o lagunas. Esto tan apartado de su asunto que exige
explicación larga y exige pensamiento cuidadoso, porque si su comienzo está
detallada, entonces lo mejor sería revisar su introducción y quizás hallar un nuevo
punto de comienzo.
Si es difícil hallar una división marcada entre la introducción y el cuerpo del
discurso, entonces lo más probable es que su introducción sea de una extensión apro-
piada. Indicará que usted ha llevado tan bien a su auditorio a su material que éste
está escuchando los argumentos que usted presenta sin en realidad percatarse de ello.
Por otra parte, si los del auditorio comienzan a preguntarse cuándo va a llegar usted
al grano, entonces puede estar, seguro de que su introducción es demasiado larga.
38
9.4 Materiales audiovisuales
REPASO: En la introducción de un discurso, ¿de qué manera puede usted despertar interés en el
asunto que se considera? ¿Qué otros factores ayudarán a nuestras introducciones a despertar
Interés? ¿Cuándo debe preparar usted su Introducción? ¿Cómo podemos hacer nuestras
introducciones apropiadas al tema? ¿De qué manera podemos determinar si la Introducción es de
extensión apropiada?
39
%
A menos que otros lo puedan oír fácilmente, el valor de lo que usted diga
se perderá. Por otra parte, si su volumen es demasiado alto, puede irritar
al auditorio y de ese modo detraer de los excelentes pensamientos que ha preparado.
A veces el que habla desde el pulpito quizá hable sin el volumen necesario y
por eso no sea fuente de inspiración para su auditorio.
Todo esto indica que tenemos que dar consideración cuidadosa al volumen
apropiado.
40
10.3 Volumen ajustado al material.
41
Aprenda a puntuar oralmente en el habla extemporánea por medio de
observar toda puntuación escrita cuando lea. La única puntuación escrita que a veces
puede ser pasada por alto al leer es la coma. Algunas veces el hacer una pausa o no
ante una coma es cosa de selección personal. Pero los puntos y comas, puntos,
comillas, y también la división en párrafos, todo esto se debe observar.
Pudiera serie útil, al leer un discurso escrito o una porción de las Escrituras, el
marcar el material de lectura. Trace una pequeña línea vertical entre las frases donde
haya de insertarse una pausa breve (quizás solo como en vacilación); dos líneas o una
“X” para una pausa más larga.
Por otra parte, si en su práctica de lectura ciertas oraciones le son extrañas y
usted repetidamente hace las pausas donde no debe, pudiera hacer con un lápiz
marcas pequeñas como de enlace entre todas las palabras que componen una frase.
Entonces, a medida que lee, no pause ni se detenga brevemente sino hasta que llegue
a la última de las palabras que haya enlazado. Muchos discursantes u oradores de
experiencia hacen esto.
Una pausa para énfasis es usualmente una pausa dramática. Crea expectativa
o da al auditorio una oportunidad de reflexionar.
El pausar antes de un punto importante crea espera por lo que viene. Una
pausa después permite que toda la fuerza de la idea penetre. Estos dos usos de la
42
pausa no son lo mismo, así que usted tiene que decidir cuál es la más apropiada en
cierto momento particular o si se han de usar ambas.
Las pausas para énfasis se deben limitar a declaraciones profundamente
significativas, pues si no es así se pierde su valor.
REPASO ¿Por qué debemos hablar con suficiente potencia? ¿Qué circunstancias nos ayudarán a
determinar la cantidad de volumen que debemos usar? ¿Por qué es esencial tener volumen ajustado al
material? Señale lo valioso del uso de pausas. Explique la importancia de pausar para puntuación.
¿Por qué es necesario pausar para un cambio de pensamiento?. Muestre cómo el uso de pausas nos
ayuda a dar énfasis a un punto así como a tratar con circunstancias perturbadoras.
43
S u propósito al hablar debe ser impartir información que su auditorio
recuerde y pueda usar. Si la olvidan, el beneficio se ha perdido. Uno de
los medios principales por los cuales usted puede ayudarles a fijar en la mente lo que
dice es repetir los puntos que tienen la mayor importancia. Bien se ha dicho que la
repetición es la madre de la retención. La repetición es una de las técnicas esenciales
del enseñar.
Para ayudarle a hacerse hábil en el uso de la repetición para énfasis, vamos a
considerar el asunto desde dos diferentes ángulos. Cada uno tiene que ver con un
medio diferente de repetir; cada uno tiene un diferente propósito en mira. Una
repetición de puntos principales sirve como ayuda a la memoria. Una repetición de
puntos que no se hayan entendido ayuda al entendimiento.
Al considerar esta cualidad no solo es vital la presentación del discurso, sino
también la preparación. Usted tiene que determinar de antemano qué ideas piden
repetición y cuándo sería mejor repetirlas.
44
La repetición de estilo de resumen es particularmente útil en lo que tiene que
ver con discursos en que están envueltas la razón y la lógica, y el tiempo que pasa
entre la consideración y el repaso breve ayuda a hacer que los pensamientos se
ahonden más profundamente en la mente del auditorio. No obstante, no siempre es
necesario resumir un punto. Frecuentemente basta con simplemente declararlo de
nuevo después como base eficaz para otro punto que se haya de desarrollar.
Otra manera en que se pueden repetir los puntos principales es
bosquejándolos en la introducción del discurso, y entonces seguir esto con un
desarrollo extenso de estos puntos en el cuerpo o confirmación. Esta repetición
ahonda más los pensamientos en la mente.
Al familiarizarse con estas diferentes maneras de repetir puntos principales,
mucho se puede lograr en cuanto a hacer a un discurso interesante y algo de que
disfrutar, además de hacer que se recuerde con facilidad.
45
mientras más naturales y espontáneos salgan, mejor. Las expresiones faciales van de
concierto con los ademanes al comunicar sentimiento a la palabra hablada.
Los ademanes caen en dos clasificaciones generales en cuanto a naturaleza:
descriptivos y enfáticos.
.REPASO: ¿Por qué es la repetición una técnica esencial del enseñar? Describa cómo el resumen
“progresivo” y el resumen “concluyente” se pueden usar para repetir puntos principales ¿Cómo se
puede desarrollar interesantemente la repetición de puntos en estilo de resumen?¿Qué factores claves
están envueltos en la repetición de puntos que no se hayan entendido? ¿Cómo puede uno aprender a
usar ademanes descriptivos? ¿Para qué sirven los ademanes enfáticos?
46
T odo discurso necesita un tema que le dé dirección y enlace todas sus
partes de manera agradable. Sea cual sea su tema, debe difundirse por
todo el discurso. Es la sustancia o esencia de su discurso; se pudiera expresar quizás
en una sola oración y, sin embargo, incluiría cada aspecto del material presentado.
El tema debería ser obvio a toda persona del auditorio, y lo será si se le da el énfasis
apropiado.
El tema de un discurso no es simplemente un asunto amplio, como “fe”; es el
aspecto particular desde el cual se considera ese asunto. Por ejemplo, el tema pudiera
ser “Su fe... ¿hasta dónde alcanzar?” O pudiera ser “Se necesita fe para agradar a
Dios” o “El fundamento de su fe” o “Siga aumentando en fe”. Aunque todos estos
temas giran alrededor de la fe, cada uno considera el asunto de manera diferente y
exige elaboración en direcciones completamente diferentes.
En algunos casos usted quizás tenga que recoger material antes de seleccionar
su tema. Pero el tema debe estar definitivamente establecido antes de que comience
la preparación del bosquejo del discurso o antes de que se seleccionen los puntos
principales.
¿Cómo puede usted dar énfasis a un tema en su discurso? Primero, usted
debe seleccionar un tema apropiado, uno que convenga a su propósito. Esto exige
preparación de antemano. Una vez que el tema ha sido seleccionado y su discurso ha
sido desarrollado alrededor de éste, casi automáticamente recibirá énfasis si usted
habla siguiendo el bosquejo que ha preparado. No obstante, en la presentación misma
del discurso, el repetir de vez en cuando las palabras claves o la idea central del tema
dará más seguridad de que el tema se comunique.
47
construyendo realmente su discurso alrededor de alguna idea central. Es posible que
esté incluyendo en el discurso demasiados puntos que realmente no contribuyen al
tema.
Una manera en que se puede hacer que todas las partes de un discurso hagan
resaltar el tema es repetir palabras claves declaradas en el tema o repetir la idea
central del tema. En la música, un tema es una melodía repetida con suficiente
frecuencia como para caracterizar la composición entera. En realidad, por lo general
basta con solo unos cuantos compases para que se pueda reconocer la pieza. La
melodía no siempre reaparece en la misma forma. A veces solo aparece una frase o
dos de la melodía, a veces se usa una variación sobre el tema, pero, de una manera u
otra, el compositor teje y entreteje con habilidad su melodía en la composición hasta
que está difundida en el todo y lo caracteriza.
Así debe ser con el tema de un discurso. La repetición de las palabras claves
o la idea temática es como la melodía que aparece y reaparece en una composición
musical. Los sinónimos de estas palabras o la idea del tema central puesta en frases
diferentes sirven como variaciones sobre el tema. Esos medios, empleados
discretamente de manera que no se hagan monótonos, harán que el tema del asunto
se haga la expresión característica de todo el discurso y será el pensamiento principal
que su auditorio se llevará.
Después de determinar el tema de su discurso, el siguiente paso en la
preparación es seleccionar los puntos principales que piensa usar en la elaboración
del discurso.
¿Qué son los puntos principales de un discurso? No son sencillamente ideas
o puntos interesantes que se declaran brevemente de paso. Son las secciones princi-
pales del discurso, las idea que reciben desarrollo hasta punto considerable. Son
carteles en tiendas de comestibles que ayudan a uno a identificar lo que contiene una
sección de anaqueles, y determinan lo que se puede incluir en esa sección y lo que
debe dejarse fuera. Bajo el rótulo CEREALES, las jaleas y las compotas estarían
fuera de lugar y solo confundirían a la gente. Bajo el cartel CAFE Y TE no debería
estar el arroz. Si los rótulos de los anaqueles quedan escondidos debido a demasiada
acumulación o sobrecarga de artículos, entonces es difícil hallar las cosas. Pero si los
carteles permanecen claramente visibles, uno puede reconocer rápidamente lo que
está delante de uno. Así sucede con los puntos principales de su discurso. Mientras
se les pueda percibir y tener presentes, su auditorio necesitará muy pocos apuntes
para seguirle hasta su conclusión.
Otro factor. La selección y uso de los puntos principales variarán según el
auditorio y el propósito del discurso
AI hacer su selección, escoja solo los puntos esenciales. Por lo tanto,
pregúntese: ¿Qué hace esencial un punto? Es esencial si usted no puede lograr el
propósito de su discurso sin él.
48
Por lo tanto, pregúntese: ¿Qué sabe ya mi auditorio? ¿Qué debo establecer
para lograr mi propósito? Si sabe la contestación a la primera pregunta, puede
contestar la segunda al recoger su información, poniendo a un lado, temporalmente,
todos los asuntos que ya se saben y buscando y colocando en el menor número de
grupos posible los puntos restantes. Estos grupos llegan a ser sus carteles de
identificación en cuanto a qué alimento espiritual está presentando al auditorio. Estos
rótulos o puntos principales nunca deben llegar a estar cubiertos o escondidos. Son
sus puntos principales, que deben resaltar.
Sobre cada asunto solo hay unos cuantos puntos esenciales. En la mayoría de
los casos se les puede contar con los dedos de una mano. Esto es cierto prescindiendo
del tiempo que tenga para presentarlos. No caiga en el lazo común de tratar de hacer
resaltar demasiados puntos. Cuando una tienda de comestibles llega a ser demasiado
grande y hay demasiadas categorías, uno quizás tenga que pedir que alguien le diga
dónde están las cosas. Es razonable que su auditorio solo pueda captar cierto número
de diferentes ideas de una sentada. Y mientras más largo sea su discurso más sencillo
debe hacerse y más fuertes y claramente definidos deben ser sus puntos claves. Por
eso, no trate de hacer que su auditorio recuerde muchas cosas. Seleccione los puntos
que usted cree que es absolutamente importante que ellos se lleven consigo y
entonces pase todo su tiempo hablando acerca de éstos.
¿Qué determina si hay o no hay demasiados puntos? Declarado
sencillamente, si cualquier idea se puede dejar fuera y todavía lograrse el propósito
de su discurso, ese punto no es un punto clave. Para redondear el discurso usted
quizás decida incluir un punto como conexión o recordatorio, pero no debe sobresalir
tan prominentemente como los que de ninguna manera podrían omitirse.
Otra cosa: usted tiene que tener suficiente tiempo para perfeccionar cada
punto con éxito. Si se tiene que decir mucho en poco tiempo, retenga a un mínimo
los asuntos que el auditorio ya sabe. Quite todo menos los factores con que no está
familiarizado el auditorio y haga éstos tan claros que se le haga difícil al auditorio
olvidarlos.
Como punto final, su discurso debe dejar una impresión de sencillez. Esto no
siempre depende de la cantidad de material que se presente. Puede ser solamente la
manera en que se hayan agrupado sus puntos. Por ejemplo, si usted entrara en una
tienda en que todo estuviera acumulado en medio del piso, todo parecería
amontonado y muy confuso. Usted tendría dificultad para hallar cualquier cosa.
Pero, cuando todo está arreglado apropiadamente y todos los artículos relacionados
están agrupados en un solo lugar e identificados por un cartel según la sección, el
efecto es bastante placentero y se puede localizar fácilmente cualquier artículo. Haga
sencillo su discurso agrupando sus pensamientos bajo solo unas cuantas ideas prin-
cipales.
49
12.4 Ideas principales desarrolladas por separado.
Cada pensamiento principal debe sostenerse por sí mismo. Cada uno debe ser
desarrollado por separado. Esto no evita un bosquejo breve o resumen de los
encabezamientos principales en la introducción o conclusión de su discurso. Pero en
el cuerpo del discurso usted debe hablar acerca de una sola idea principal por turno,
permitiendo volver a lo anterior que sean necesarios para conectar pensamientos o
para énfasis. El aprender a hacer un bosquejo temático ayudará mucho a determinar
si los puntos principales se desarrollan o perfeccionan por separado.
50
E l tener buen contacto con su auditorio es una gran ayuda en la enseñanza.
Se gana el respeto de ellos y le hace posible a usted enseñar con mayor
eficacia. Su contacto con ellos debe ponerlo tan cerca de ellos que toda reacción de
ellos sea sentida inmediatamente por usted como el orador o discursante. Su uso de
notas desempeña un papel importante en determinar si usted tiene ese contacto con el
auditorio o no. El tener muchas notas puede ser un estorbo; pero el uso hábil de las
notas no perturba, aun si las circunstancias exigen que sean algo más largas que de
costumbre. Eso se debe a que el discursante que es experimentado no pierde su
contacto con el auditorio por mirar demasiado a las notas o mirarlas cuando no debe.
51
13.2 Contacto con el auditorio por dirigirse directamente a éste.
Esto es tan esencial como el contacto visual. Tiene que ver con las palabras
que usted usa al dirigirse al auditorio.
Cuando usted habla privada o particularmente a una persona, usted le habla
directamente diciendo “usted”, “su”, o “nosotros”, “nuestro”. Donde sea apropiado,
puede hablar de la misma manera a un auditorio más grande. Trate de considerar su
discurso como una conversación con una o dos personas a la vez. Vigílelas
cuidadosamente para que pueda responder a ellas como si en realidad le hubieran
hablado. Esto dará connotación personal a su presentación.
Sin embargo, he aquí una advertencia. Evite el peligro de hacerse demasiado
familiar con su auditorio. Usted no tiene que hacerse íntimo, pero puede ser y debe
ser tan directo como en una conversación.
Otro peligro. Debe ser cuidadoso al usar los pronombres personales y no
poner a su auditorio en categoría indeseable por su uso. Por ejemplo, en un discurso
acerca de la delincuencia, usted no se dirigiría al auditorio de modo que diera a
entender que los de su auditorio fueran los delincuentes. Use el pronombre
“nosotros” en vez de siempre decir “usted” o “ustedes”. El mostrar consideración
debe vencer fácilmente cualquier peligro de esta índole.
52
Otra ayuda es escribir el tema en la parte superior de sus notas. Los puntos
principales deben destacarse también claramente al ojo. Trate escribiéndolos con to-
das las palabras en letras mayúsculas o subrayándolas.
Su uso de solo unas cuantas notas al presentar su discurso no significa que
usted puede pasar cosas por alto al prepararse. Prepare el discurso en detalle primero,
haciendo un bosquejo tan completo como el que desee. Entonces, prepare un
segundo bosquejo, mucho más corto. Este es el bosquejo que de hecho usará para
presentar el discurso.
Ahora ponga ambos bosquejos enfrente de usted y, mirando solo al bosquejo
abreviado, diga tanto como pueda sobre el primer punto principal. Entonces, mire al
bosquejo más detallado y vea lo que haya pasado por alto. Pase al segundo punto
principal de su bosquejo abreviado y haga lo mismo. Con el tiempo, el bosquejo más
corto le será tan familiar que podrá recordar todo lo que hay en el bosquejo más
detallado con solo mirar a sus pocas breves notas. Con la práctica y la experiencia
usted empezará a apreciar las ventajas de hablar extemporáneamente y solo usará un
escrito cuando absolutamente se exija. Se sentirá más tranquilo al hablar y su
auditorio escuchará con mayor respeto.
REPASO: Explique la Importancia del contacto con el auditorio y el papel que desempeña en esto el
uso de notas. ¿Qué ayuda a tener contacto visual eficaz con el auditorio? Señale otro medio de
conseguir contacto con el auditorio, y los peligros contra los cuales hay que estar en guardia. ¿Qué
debe animarnos a aprender a usar un bosquejo?. Dé sugerencias en cuanto a cómo hacer un bosquejo.
¿Qué factores no deberían desanimarnos? Al preparar notas, ¿qué debemos recordar?. ¿Cómo
podemos practicar el uso de un bosquejo?
53
! #
54
deberían venir automáticamente y sus pensamientos deberían ser expresados tal
como usted verdaderamente los siente. Pero tan pronto como empiece a pensar en
palabras en vez de ideas su habla se empezará a detener.
Si su problema en la afluencia es asunto de selección de palabras, entonces se
necesita algún estudio con regularidad para edificar un vocabulario. Note especial-
mente en la Revista Liahona las palabras con que no esté familiarizado y añada
algunas de ellas a su vocabulario diario.
Puesto que la falta de afluencia en la lectura generalmente se debe a cierta
falta de familiaridad con las palabras, sería bueno que usted practicara la lectura en
voz alta con regularidad y sistemáticamente si éste es su problema.
Una manera en que puede hacer esto es seleccionando un párrafo o dos de
material y entonces leyéndolo con cuidado silenciosamente hasta que se familiarice
con todo el pensamiento de esa porción. Aísle grupos de palabras que comuniquen
un pensamiento por sí mismos, marcándolos si es necesario. Entonces empiece a
practicar la lectura de esta porción en voz alta. En la práctica, lea el material varias
veces hasta que pueda leer grupos enteros de palabras que comuniquen un
pensamiento por si mismos sin siquiera una vacilación o sin detenerse en lugares en
que no debe.
Las palabras raras o difíciles deben pronunciarse repetidas veces hasta poder
decirse con facilidad. Después que pueda decir la palabra sola, entonces lea la
oración entera con esa palabra en ella hasta que pueda añadirla a la oración tan
libremente como puede hacer con las palabras que le son más familiares.
También, tenga como práctica regular leer tan pronto como vea algo que se
pueda leer. Por ejemplo, siempre lea el texto diario y los comentarios en voz alta la
primera vez que los vea. Acostúmbrese a permitir que su ojo tome las palabras en
grupos, expresando pensamientos completos, en vez de ver solo una palabra a la vez.
Si practica, puede conquistar esta cualidad vital de hablar y leer con eficacia.
Otra deseable característica de la oratoria es “Cualidad de conversar”. Esto es
algo que usted tiene en la vida cotidiana, pero ¿lo tiene cuando se levanta para
pronunciar un discurso? De alguna manera, personas que conversan fácilmente aun
con un grupo grande por lo general se hacen muy formales y algo “sermoneadoras”
cuando se les pide que se preparen de antemano para “pronunciar un discurso”. Sin
embargo, la manera más eficaz de hablar en público es el estilo de habla como en
conversación.
55
Su habla en el pulpito debe reflejar su expresión diaria. Usted no debe tratar
de dar impresiones falsas en el pulpito. Aun así, su discurso preparado será
naturalmente una cosa mejor expresada que su habla diaria, puesto que sus ideas
están más cuidadosamente pensadas por adelantado y vendrán con mayor afluencia.
Por consiguiente, sus expresiones mismas deberían resultar mejor fraseadas.
Esto da énfasis a la importancia de la práctica diaria. Al hablar, sea usted
mismo. Evite la vulgaridad. Evite la repetición constante de las mismas expresiones
y frases para comunicar todo diferente pensamiento que tenga. Aprenda a hablar con
significado. Enorgullézcase de que su conversación diaria sea de buena calidad y,
cuando esté en la pulpito, las palabras le vendrán con mayor facilidad y podrá hablar
con una cualidad de conversar que le será llena de color, fácil y aceptable a cualquier
auditorio.
56
se mostrará al discursar de la misma manera que sus buenos modales aplicados en el
hogar siempre se dejan ver cuando usted está en público.
14.3 Pronunciación.
57
si es costumbre regular, si un discursante continuamente emborrona sus palabras y se
hace difícil entender su habla o esto detrae del mensaje, entonces sería aconsejable
que se suministrara alguna ayuda en cuanto a articulación.
Por supuesto, la pronunciación aceptable quizás varíe en diferentes
localidades. Aun los diccionarios frecuentemente alistan más de una pronunciación
aceptable.
Si usted tiene un problema con la pronunciación, no le será difícil corregirlo
cuando concentre en ello. Aun discursantes u oradores experimentados, al recibir una
asignación de lectura, sacan el diccionario y buscan palabras con las cuales no están
bien familiarizados. Ellos no hacen simplemente un conato de pronunciación en
cuanto a ellas. Por eso, use el diccionario.
0tra manera en que se puede mejorar la pronunciación es leyéndole a otra
persona, especialmente a alguien que sí pronuncia las palabras bien, y pedirle que lo
detenga y lo corrija cada vez que usted cometa un error.
Un tercer método es escuchando cuidadosamente a los buenos discursantes.
Piense mientras escucha; note especialmente las palabras que pronuncian de manera
diferente a usted. Escríbalas; investíguelas en el diccionario y practíquelas. Pronto
usted también tendrá una pronunciación correcta. La presentación con afluencia y
como en conversación, junto con la pronunciación correcta, grandemente mejorarán
su expresión hablada.
REPASO: Dé las causas y síntomas de la falta de afluencia. ¿Qué sugerencias se dan para mejorar
la afluencia del discursante?. ¿De qué manera depende la cualidad de conversar de las expresiones que
se usen? Señale cómo la presentación puede afectar la cualidad de conversar. ¿Cómo puede hacer que
su lectura suene natural? ¿Por qué es indeseable la pronunciación deficiente? ¿Qué problemas se
alistan con relación a la pronunciación?. ¿Qué cosas pueden ayudar a uno a mejorar su pronunciación?
58
U n discurso coherente es uno que el auditorio puede seguir mentalmente
con facilidad. Por otra parte, si falta coherencia, la atención del auditorio
se pierde pronto. Obviamente, éste es un asunto que merece atención seria cuando
uno prepara un discurso.
Coherencia significa un apegarse interno, un unirse de partes que se
mantienen juntas y hacen un todo lógico. A veces esto se logra en gran medida con
simplemente el orden lógico en que se arreglan las partes. Pero en la mayoría de los
discursos hay partes que tienen que ser conectadas con más que el simple arreglo del
material. En esos casos la coherencia exige un puente de un punto a otro. Se usan
palabras o frases para mostrar la relación que tienen las ideas nuevas con lo que las
precede, llenando así las brechas debidas a cambio en el tiempo o punto de vista.
Esto es coherencia por frases conectivas.
Por ejemplo, la introducción, el cuerpo o confirmación y la conclusión de su
discurso son partes separadas del discurso, cada una distinta de la otra; sin embargo,
deben ser unidas estrechamente por medio de expresiones de transición. Además, los
puntos principales tienen que ser unidos o enlazados en un discurso, especialmente si
no están muy directamente relacionados por los pensamientos que contienen. 0 a
veces son solo oraciones o párrafos los que necesitan frases conectivas.
59
conclusión del discurso debe enlazarse con la introducción. Quizás una idea o
ilustración que se haya introducido al principio del discurso pudiera aplicarse de tal
manera en la conclusión que dé motivo para acción o demuestre más la relación de la
ilustración o idea con el propósito del discurso. El introducir de nuevo así algún
aspecto de la ilustración o idea sirve como expresión conectiva que ayuda a la
coherencia.
60
15.3 Material en orden razonable.
Cada punto que usted use debe ser unido estrechamente con el discurso. Si no
se hace esto, parecerá que no está relacionado, o encajará bien; sería material no
pertinente, es decir, que no tuviera que ver o estuviera conectado con el asunto de
que se habla.
¿Cómo puede identificarse rápida y fácilmente el material que no es
pertinente cuando uno prepara su discurso? Aquí es donde un bosquejo temático
rinde tan buen servicio. Ayuda a uno a clasificar su información. Trate usando
tarjetas o algo similar, con todo material relacionado en cada tarjeta. Ahora, reordene
estas tarjetas según el orden natural en que usted cree que se presentarían
normalmente los puntos. Esto no solo ayudará a determinar de qué manera abordar el
asunto, sino que también ayudará a identificar toda cosa que no sea pertinente al
tema. Los puntos que no encajan en el orden deben ajustarse de modo que encajen, si
son necesarios para el argumento. Pero, si no son necesarios, deben ser eliminados
como no pertinentes al tema.
De esto se puede ver fácilmente que el tema de su discurso, seleccionado
teniendo presente el auditorio y el propósito, controla en cuanto a determinar lo
pertinente de un punto. En ciertas circunstancias quizás haya un punto que sea vital
para el logro de su propósito, dependiendo de lo que haya en la mente del auditorio,
o quiénes sean, mientras que, para un auditorio diferente o al tratar un tema diferente,
quizás sea innecesario o totalmente sin pertinencia.
61
En vista de esto, ¿hasta qué grado debe tratarse el material de su asignación?
El desarrollo lógico y coherente no debe sacrificarse solo para poder abarcar todo
punto que quizás esté incluido en su asignación. No obstante, las ideas que son
esenciales al desarrollo de su tema como puntos claves no pueden ser omitidas.
¿Cómo sabe usted si una idea es una idea clave o no? Es esencial si usted no
puede lograr el propósito de su discurso sin ella. Esto es particularmente cierto en el
desarrollo lógico y coherente. Por ejemplo, ¿qué pudiera hacer usted si un contratista
le edificara una casa de dos pisos y no le hiciera escaleras? Igualmente, un discurso
en que se hubiesen omitido ciertos puntos esenciales no podría de ninguna manera
ser lógico y coherente en desarrollo. Algo falta y algunos del auditorio se hallarán
perdidos. Pero eso no sucede cuando un discurso tiene desarrollo coherente y lógico.
REPASO: ¿Qué papel desempeña la coherencia en un discurso, y cómo se puede lograr? ¿Qué se
quiere decir por el uso de expresiones de transición? ¿De qué manera es afectado el uso de
transiciones por el auditorio? ¿Qué es desarrollo lógico, y cuáles son las dos maneras básicas de desa-
rrollar un argumento? Muestre por qué el que tengamos el material en orden razonable es tan
importante. ¿Cómo puede uno estar seguro de que tiene solo material pertinente en su discurso? ¿Por
qué es vital no omitir ninguna idea clave?
62
# &
63
completamente justificado al preguntar: “¿Por qué es eso cierto?” O “¿Por qué dice
usted que eso es así?” Como discursante usted siempre tiene la obligación de poder
contestar la pregunta “¿Por qué?”
Las preguntas “¿Cómo?” “¿Quién?” “¿Dónde?” “¿Cuándo?” “¿Qué?”
Producen solo hechos e información en respuesta, pero la pregunta “¿Por qué?” pro-
duce razones. En este respecto está por sí sola y exige más de usted que solo hechos.
Le hace usar su habilidad de pensador. Debido a esto, al preparar su discurso, hágase
esa misma pregunta repetidamente: “¿Por qué?” Entonces esté seguro de que puede
suministrar las respuestas.
Como razones para declaraciones que usted haga, puede frecuentemente citar
a las Autoridades Generales de la Iglesia. Eso sencillamente quiere decir que si lo
dijo alguno de ellos, debe ser verdad porque a ellos se les reconoce como Profetas y
Apóstoles. Eso lo hace suficiente razón para creerlo. La Autoridad suprema en este
campo es, por supuesto, Nuestro Padre Celestial. Por lo tanto, el citar un texto de la
Escrituras en apoyo es evidencia suficiente para probar un punto. A esto se le llama
evidencia “testimonial” porque consiste de “testimonio” procedente de un testigo
aceptable.
Una advertencia. Toda evidencia debe usarse con honradez. No saque de su
contexto una cita. Esté seguro de que lo que diga sea exactamente lo que la autoridad
que usted cita se propuso decir. Sea específico en sus referencias. Tenga cuidado
también con las estadísticas. Si no se presentan apropiadamente, éstas pueden vol-
verse contra uno con resultado devastador. Recuerde al hombre que no podía nadar y
que se ahogó en una corriente que como promedio tenía solo un metro de
profundidad. Se olvidó del hoyo de tres metros que había en el medio.
La evidencia circunstancial es la que se da aparte del testimonio humano o la
autoridad divina. Es evidencia que se basa en deducciones tomadas de hechos más
bien que en citas. Para establecer sus conclusiones y hacer convincente la evidencia
circunstancial, usted debe tener suficiente cantidad de hechos y argumentos en apoyo
de sus conclusiones.
64
Usted debe desear esta cualidad porque Dios razona con nosotros. También,
Jesús explico sus parábolas a sus discípulos y los equipó para enseñar esas mismas
verdades a otros. El ayudar a razonar a su auditorio, entonces, significa usar las
técnicas necesarias para ayudar a su auditorio a entender su argumento, llegar a sus
conclusiones y estar equipado para usar sus argumentos para enseñar a otro.
Tanto lo que usted dice como la manera en que lo dice son vitales para
establecer un terreno o base común al principio de su discurso. Pero este terreno
común no se debe perder al progresar el discurso, porque si así sucede usted perderá
también su auditorio. Tiene que seguir expresando sus puntos de tal manera que
ganen recepción en la mente de los que componen su auditorio. Esto exige que tenga
presente el punto de vista de ellos sobre el asunto que se considera y use este
conocimiento para ayudarles a ver lo razonable de sus argumentos.
Un ejemplo clásico de establecer un terreno común y mantenerlo hasta el fin,
es decir, ayudando al auditorio a razonar, es el argumento del apóstol Pablo, según se
registra en Hechos 17:22-31. Note cómo estableció un terreno común al principio y
prudentemente lo sostuvo por todo su discurso. Cuando concluyó había convencido
de la verdad a algunos de su auditorio, incluso a un juez que allí se hallaba. Hechos.
17:33, 34.
65
Puesto que desea dar dirección a la mente o pensamientos de los que están en
su auditorio, debe edificar sobre cosas que ellos ya saben, ya sea por propia expe-
riencia de ellos o por algo que usted ya haya considerado. Por eso, al determinar si
usted ha dado suficiente desarrollo o perfeccionamiento a ciertos puntos, usted tiene
que tomar en cuenta lo que su auditorio ya sabe acerca del asunto que se considera.
Siempre es importante vigilar cómo responde su auditorio para asegurarse de
que le esté siguiendo. Donde sea necesario, vuelva atrás y clarifique los puntos antes
de pasar al argumento siguiente. A menos que usted se encargue de ayudar a su
auditorio a razonar, es posible que fácilmente pierdan de vista el encadenamiento de
sus pensamientos.
REPASO: ¿Qué es argumento convincente? Señale por qué debe ponerse un cimiento. Explique el
significado de “dada prueba sólida”. ¿Qué es un resumen eficaz? ¿Por qué debemos ayudar al
auditorio a razonar? ¿Cómo se mantiene el terreno común? ¿Qué buen propósito se cumple con hacer
la aplicación de los argumentos para su auditorio?
66
&!
67
extemporáneamente, haga que los pensamientos estén claramente definidos en su
mente. Use palabras claves en sus notas y entonces dé énfasis a esas palabras.
Este es el aspecto del énfasis que comunica sentido que más frecuentemente
falta. En esos casos no hay cumbres en el discurso. Nada resalta sobre las demás
cosas. Cuando termina el discurso, frecuentemente es imposible recordar algo como
sobresaliente. Aun si los puntos principales se preparan apropiadamente para hacer
que se destaquen, el no darles el énfasis apropiado al presentar el discurso puede
debilitarlos hasta tal punto que por completo se pierdan.
Para resolver este problema, usted debe primero analizar su material
cuidadosamente. ¿Cuál es él punto más importante del discurso? ¿Cuál es el segundo
punto en importancia? Si a usted se le pidiera que declarara la esencia del discurso
en una o dos oraciones, ¿qué diría? Esa es una de las mejores maneras de identificar
los puntos principales. Después que sepa éstos, márquelos en sus notas o su escrito.
Ahora puede edificar su presentación adelantando hacia estos puntos como culmi-
naciones. Son las cumbres de su discurso y, si el material está bien bosquejado y
usted lo presenta con fuertes grados de énfasis, las ideas principales serán
recordadas. Ese es su propósito al hablar.
El énfasis sencillo para comunicar sentido hace posible que el auditorio
entienda lo que usted dice, pero la variedad en el énfasis que ofrece la modulación
puede hacer que ellos disfruten de escuchar. ¿Utiliza usted bien la modulación en los
discursos que tiene el privilegio de pronunciar?
La modulación es una variación intermitente del grado de elevación de la voz,
la velocidad y potencia que tiene el propósito de retener el interés y demostrar sus
pensamientos y emociones progresivos como discursante. Para que le sirva mejor, su
modulación debe abarcar toda la gama de colores que permite el material de
cualquier discurso en particular. En la gama superior de la modulación uno pudiera
tener, en grado descendente, excitación, entusiasmo e interés profundo. En la gama
mediana está el interés moderado, mientras que en la gama inferior está la seriedad y
la solemnidad.
En ningún momento quisiera usted parecer teatral por extremos de inflexión.
Nuestra habla debe ser colorida, no solemne con piedad fingida como la del clero
ortodoxo, ni violentamente histérica como la del evangelizador de reuniones en
tiendas de campaña.
68
sito suyo. Quizás sus puntos pidan más bien calor de amistad y sentimiento que un
tono animado. En este caso, baje de volumen, pero aumente su intensidad. Lo mismo
sería cierto si usted estuviera expresando ansiedad o temor.
Aunque la variedad en la potencia es esencial para la modulación, se debe
ejercer cuidado para no hablar tan bajo que algunos no oigan. Tampoco debe
aumentarse el volumen a tal punto que sea desagradable.
69
que el dolor y la ansiedad. Cuando estas emociones aparezcan en su material,
expréselas de acuerdo con esto.
Una de las principales causas de debilidad en este aspecto de la oratoria es la
falta de suficiente alcance de la voz. Si ése es su problema, esfuércese por dominarlo.
Trate con un ejercicio similar al que se ha sugerido anteriormente. En este caso, sin
embargo, esfuércese por aumentar y disminuir el grado de elevación de la voz más
bien que variar la velocidad.
REPASO: ¿Qué hace para un discurso el énfasis que comunica sentido?. Diga cómo se puede
adquirir el buen énfasis que comunica sentido. ¿Por qué es importante enfatizar las ideas principales?
Explique lo que significa modulación.. ¿Qué quiere decir variedad en potencia? ¿De qué manera da
realce a un discurso la variedad en la velocidad? Explique cómo uno puede adquirir variedad en el
grado de elevación de la voz. ¿Por qué debe la modulación ser adecuada al pensamiento o la emoción?
70
"
71
18.2 Entusiasmo apropiado al material.
72
expresado en las palabras de Pablo en 1 Tesalonicenses 2:7, 8. Estas son expresiones
que piden calor de amistad y sentimiento. ¿Cómo se debe mostrar?
Ha quedado bien establecido que hasta los animales pueden interpretar las
emociones de uno hasta cierto grado por el tono de la voz de uno. ¡Cuánto más,
entonces, responderá un auditorio a una voz que expresa calor de amistad y
sentimiento por su mismo tono!
Si usted en realidad se siente separado de su auditorio, si está pensando más
en las palabras que está diciendo que en cómo va a responder a ellas su auditorio,
será difícil esconder esto de un auditorio que esté atento y sea alerta. Pero si su
interés está sinceramente puesto en las personas a quienes habla y tiene un deseo
sincero de comunicarles sus pensamientos para que ellos piensen como usted piensa,
su sentimiento se reflejará en toda inflexión de su voz.
0bviamente, sin embargo, éste debe ser un interés sincero. El calor de amistad
sincero no puede fingirse, tal como el entusiasmo no puede fingirse. Nunca debe un
discursante dar una impresión de dulzura hipócrita. Tampoco debe confundirse la
cualidad de calor de amistad y sentimiento con el sentimentalismo o la voz asumida
y temblona del emocionalismo barato.
Si usted tiene una voz dura y áspera, será difícil manifestar calor de amistad
en su expresión. Debe esforzarse concienzuda y diligentemente por vencer cualquier
problema de esa índole. Es asunto de la calidad de la voz y requerirá tiempo, pero la
atención y el esfuerzo apropiados pueden lograr mucho en cuanto a mejorar el calor
de amistad de su voz.
Una cosa que pudiera ayudarle desde un punto de vista puramente mecánico
es recordar que las vocales acortadas, dichas rápidamente, hacen que el habla suene
73
dura. Aprenda a alargar las vocales. Esto las ablandará y automáticamente hará su
habla más cálida en expresión de tono.
REPASO: ¿Qué servirá de estimulo para mostrar entusiasmo? ¿Cómo expresa entusiasmo una
presentación animada? ¿Qué conexión existe entre el material del discurso de uno y el entusiasmo en
la presentación? ¿Qué quiere decirse con calor de amistad y sentimiento? ¿Cómo puede mostrarse
calor de amistad en las expresiones faciales? Señale qué hará que se manifieste calor de amistad y
sentimiento en la voz de un discursante. ¿De qué manera afecta el material de un discurso al calor de
amistad y el sentimiento en la presentación?
74
$
75
Recuerde, una ilustración que no encaja, que no es adecuada, es peor que
ninguna ilustración.
19.1 Sencillas.
76
se destaquen? ¿Hace que los puntos se entiendan y se recuerden con mayor facilidad? Si no
es así, no es una ilustración adecuada.
Las ilustraciones no solo deben ser adecuadas al material, sino que también deben
ser adaptadas a su auditorio. Cuando Natán tuvo que corregir a David en cuanto a su pecado
con Batsabe, él escogió la ilustración de un hombre pobre y su única ovejita. (2 Samuel
12:1.6) Esta ilustración no solo fue prudente, sino que era adecuada para David,
Puesto que él habla sido pastor. Él comprendió inmediatamente.
Si la mayoría de las personas del auditorio son personas entradas en años, no
se usarían ilustraciones que solo atrajeran la atención de jóvenes. Pero para un grupo
de estudiantes universitarios, esas ilustraciones pudieran ser perfectamente
apropiadas. Algunas veces uno puede abordar las ilustraciones desde dos puntos de
vista opuestos para los del auditorio, como para ancianos y jóvenes, hombres y
mujeres.
Si usted usa las cosas que están a la mano al hacer ilustraciones, le serán
familiares a su auditorio. Jesús hizo esto. Para la mujer que encontró en el pozo él
comparó las cualidades dadoras de vida a agua. Sacó ilustraciones de las cosas
pequeñas de la vida, no de las excepcionales. Sus ilustraciones comunicaban
fácilmente un cuadro a la mente de los que le oían, o les recordaban inmediatamente
alguna experiencia personal de sus propias vidas. Él usaba sus ilustraciones para
enseñar.
Igualmente es hoy. Las amas de casa quizás sepan acerca del mundo del
comercio, pero usted haría mejor si ilustrara sus declaraciones con cosas que son
parte de la vida diaria de ellas, sus hijos, sus tareas domésticas y los artículos que se
usan en la casa.
Son eficaces también las ilustraciones que se basan en algo que es
definitivamente local, que quizás solo sea de esa localidad en particular. Sucesos
corrientes que son bien conocidos en la comunidad, como asuntos de que tratan las
noticias locales, también son apropiados si son de buen gusto.
Toda ilustración que se use debe ser propia para una consideración en las
Escrituras. Es obvio que las ilustraciones no deben ser “de color subido”, es decir,
en cuanto a moralidad. Evite declaraciones con doble significado si pudieran
entenderse mal. Una buena norma que se puede seguir es: Si tiene dudas, no la use.
Las ilustraciones no deberían ofender innecesariamente a ninguna persona de
su auditorio, especialmente a los amigos de la Iglesia. Por esta razón, no sería bueno
sacar a relucir asuntos doctrinales o de controversia que no sean en realidad puntos
que hayan de considerarse como cuestiones importantes en su consideración. Pero no
derrote su propósito permitiendo que sus ilustraciones creen prejuicio en su auditorio
contra las importantes verdades que usted está considerando.
77
Por eso, use discernimiento al seleccionar sus ilustraciones. Asegúrese de que
sean apropiadas. Lo serán si son adecuadas a su material y cuadran con su auditorio.
REPASO: Muestre brevemente lo que hacen las ilustraciones para un discurso. ¿De qué fuentes se
pueden obtener ilustraciones? ¿Por qué son tan eficaces las ilustraciones sencillas? Muestre por qué la
aplicación de las ilustraciones tiene que ser aclarada. ¿Qué ayudará a determinar lo que es una
ilustración adecuada? Explique por qué las ilustraciones deben ser adecuadas al auditorio. Para que las
ilustraciones atraigan a su auditorio, ¿de dónde se deben sacar? Mencione algunos peligros que deben
evitarse al usar ilustraciones.
78
%
79
que usted ha tratado en su discurso, y particularmente lo moverá a hacer eso lo
potente y vigoroso de su conclusión.
Las conclusiones serán débiles si son sencillamente resúmenes del material y
no mueven a acción al auditorio. Se debe dar alguna aplicación al material, o de
alguna otra manera se debe mostrar que el material es de valor particular al auditorio.
Para algunos discursantes es muy útil concluir un discurso sobre un tema con
un resumen corto de todo el discurso, usando los textos claves y el tema del discurso
como la base para éste. Al hacer así un epítome del discurso considerando unos
cuantos textos, usted no solo hará claro el punto del discurso, sino que dará al
auditorio algo que éste podrá llevar consigo y usarlo al repetir los puntos principales
del discurso. Este es el propósito primario de la conclusión, y este método no solo es
apropiado, sino que también logra eficazmente ese propósito.
20.4 Tiempo.
80
La importancia de mantener apropiadamente en su tiempo un discurso no
debe minimizarse. Si el discurso se prepara apropiadamente, también se habrá
considerado el tiempo, pero si el discursante, en un esfuerzo por incluir en él por
fuerza todo el material, se pasa del tiempo, en realidad no está logrando su objetivo.
Esto se debe a que el auditorio empezará a sentirse incómodo, a mirar el reloj y a no
prestar atención a lo que se está diciendo. La conclusión, que debe incorporar la
aplicación y el dar motivos para acción que son vitales para lograr el propósito del
discurso, se perderá. Aun si se presenta, en muchos casos el auditorio no se
beneficiará de ella debido a que el discursante se pasa del tiempo.
No solo el auditorio se siente incómodo cuando el discursante se pasa del
tiempo, sino también el discursante. Cuando ve que se le acaba el tiempo y le queda
demasiada información, quizás se esfuerce por incluirla, destruyendo la eficacia del
discurso. Esto muchas veces resulta en falta de equilibrio. Por otra parte, si el
discursante descubre que no tiene suficiente información para llenar el tiempo que se
le han asignado, en el esfuerzo por alargarlo es muy posible que llegue a hacerse
incoherente y divague en su presentación.
Aunque es cierto que un miembro del obispado le indicará cuándo se le ha
terminado el tiempo, es desilusionador, tanto para el discursante como para el
auditorio, el que un discurso tenga que ser cortado antes de que termine. El
discursante debe tener suficiente interés en su información como para querer presen-
tarlo. El auditorio sentirá como si se le hubiera dejado colgando en el aire si no oye
la conclusión. Uno que consistentemente se pasa del tiempo en sus discursos muestra
que no está considerando a los demás o da evidencia de falta de preparación.
Cuando varios discursantes tienen parte en un programa, es de importancia
particular quedarse dentro de los límites del tiempo asignado. Por ejemplo, en una
reunión sacramental haya tres discursos. Si cada discursante hablara por solamente
un minuto más del tiempo asignado, eso haría que la reunión se pasara de tiempo por
tres minutos. Sin embargo, cada uno se habría pasado solo por muy poco tiempo. El
resultado puede ser que algunas personas tengan que salir antes de que se termine la
reunión para poder tomar el autobús que las llevará a casa, o quizás se irrite a
cónyuges que no son miembros que hayan venido a buscar a sus cónyuges que estén
en la reunión y a quienes se haga esperar. El resultado general no es bueno.
También puede haber dificultades si un discursante que forma parte de un
simposio o grupo que considera cierto tema no llena el tiempo que se le ha asignado.
Si, por ejemplo, un hermano a quien se le ha asignado un discurso de media hora
terminara después de veinte minutos, pudiera causar una perturbación en el programa
si sucediera que el siguiente discursante no estuviese listo para comenzar
inmediatamente.
Por supuesto, una de las razones básicas por las cuales un discursante se pasa
de tiempo en un discurso es que tiene demasiada información. Esto es algo que debe
corregirse cuando se está preparando el discurso. Si usted ya ha aprendido a aislar
sus puntos principales y preparar un bosquejo apropiado, verá que el quedar dentro
del tiempo asignado viene como resultado natural.
81
Generalmente el problema en cuanto al tiempo es pasarse del periodo
asignado. Un discursante bien preparado por lo general tiene abundancia de
información, pero tiene que ejercer cuidado de no usar más de la que el tiempo
asignado le permita.
No obstante, a veces los discursantes nuevos o de poco experiencia tienden a
quedarse sin suficiente información. Su deseo debería ser aprender a usar plenamente
el tiempo que tienen disponible. Al principio les será un poco difícil ir midiendo sus
discursos de manera que tengan exactamente la duración que se desea, pero deben
esforzarse por acercarse tanto como sea posible al tiempo asignado.
¿Cómo puede lograrse el quedarse apropiadamente dentro del tiempo
asignado? Fundamentalmente es asunto de preparación. Es importante el preparar,
no solo la información que formará parte del discurso, sino la presentación del
discurso. Si hay preparación adecuada para la presentación, el tiempo generalmente
resultará correcto.
Al bosquejar su discurso indique claramente cuáles son sus puntos
principales. Bajo cada punto principal puede tener varios puntos secundarios que
vayan a considerar. Algunos, por supuesto, serán más importantes que otros. Sepa
cuáles son vitales a la presentación y cuáles se pueden descartar si se hace necesario.
Entonces, si durante su presentación nota que se está retrasando, será cosa sencilla
presentar solo los argumentos principales y descartar los secundarios.
Frecuentemente le es útil a un discursante hacer un apunte en el margen de su
discurso para indicar cuánto debe haber considerado de su información cuando haya
pasado la mitad de su tiempo asignado, o, si es un discurso más extenso, quizás
querrá dividirlo en cuatro porciones iguales. Entonces, al pasar esas marcas del
tiempo en su bosquejo, debe mirar al reloj y ver cómo le va. Si está atrasándose, ése
es el tiempo en que debe empezar a descartar información de importancia secundaria
en vez de esperar hasta el último momento y dejar muy poco espacio para la
conclusión y así destruir su eficacia. No obstante, es cosa que distrae mucho el que el
discursante esté mirando continuamente a su reloj o el que lo haga de manera muy
conspicua, o el que le diga al auditorio que su tiempo se le está acabando y tiene que
apresurarse a abarcar la información. Esto es algo que se debe manejar muy
naturalmente sin perturbar con ello al auditorio.
REPASO: ¿Cómo puede hacer usted que la conclusión se relacione con el tema de su discurso? ¿Por
qué debe mostrar su conclusión a sus oyentes qué hacer? Dé sugerencias en cuanto a la extensión de
la conclusión. Si el tiempo no recibe atención cuidadosa, ¿qué resultados se producen? ¿Por qué es
particularmente importante vigilar el tiempo en las reuniones? Relate brevemente algunos de los
problemas que tienen que ver con el uso del tiempo y las causas de estos problemas. ¿Cómo puede
asegurarse una persona de que su discurso tenga una distribución bien proporcionada del tiempo?
82
U n discursante que despliega equilibrio o aplomo es un discursante
tranquilo. Está en calma y sereno porque domina la situación. La falta
de equilibrio, por otra parte, demuestra cierta falta de confianza. Estas dos cosas van
juntas.
Aunque es deseable que el discursante tenga confianza y equilibrio, esto no se
debe confundir con la confianza exagerada, que se manifiesta por una actitud
jactancioso o demasiado relajada.
No obstante, si usted es un discursante nuevo, lo más probable es que sienta
timidez al acercarse al pulpito. Puede ser que tenga verdadera nerviosidad e
intranquilidad, que pudiera hacer que creyera que su presentación resultará ineficaz.
No tiene que ser así. La confianza y el equilibrio se pueden adquirir por esfuerzo
diligente y si se sabe por qué faltan.
¿A qué se debe el que algunos discursantes muestren falta de confianza?
Generalmente a una de dos razones, o a ambas. Primero, falta de preparación o
punto de vista equivocado sobre la información. Segundo, una actitud negativa en
cuanto a su capacidad como discursante.
¿Qué le dará confianza? Básicamente es el conocimiento o creencia de que
podrá lograr su propósito. Es la seguridad de que sí tiene las riendas de la situación y
puede dominarla. Habiendo presentado varios discursos, usted puede estar
razonablemente seguro de que éste también tendrá buen éxito. Pero aunque usted sea
relativamente nuevo, sus primeros discursos deberían animarlo, y verá que pronto
podrá manifestar esta cualidad a un grado razonable.
Otro requisito vital para la confianza, tenga o no experiencia, es conocer su
información y tener la convicción de que tiene valor. Esto quiere decir no solo
preparación cuidadosa y cabal por adelantado de su asunto, sino también preparación
cuidadosa para la presentación. Se absorberá en el asunto y se olvidará de sí mismo y
de su nerviosismo. Estará pensando en agradar a Dios, no a los hombres. (Gálatas. 1:
10; Éxodo 4:10-12; Jeremías 1:8.
Esto significa que debe estar convencido de todo lo que va a decir. Asegúrese
de que esto sea así en su preparación. Y después que haya hecho todo lo que pueda
para preparar un discurso interesante y animado, si todavía cree que al discurso le
falta colorido o está muerto, recuerde que un auditorio vivo prestará calor a su
discurso. Por lo tanto, avive al auditorio con su presentación, y el interés de éste le
dará a usted confianza en lo que presenta.
Hablando en términos generales, hay dos medios de salida para las emociones
restringidas o la tensión. Se pueden clasificar como evidencias físicas o corporales y
83
manifestaciones vocales. Cuando hay alguna manifestación de éstas decimos que a la
persona le falta el equilibrio o aplomo apropiado.
84
quizás su apariencia distraiga al auditorio de modo que realmente no preste atención
a lo que usted diga. En vez de eso, el discursante se está atrayendo la atención a si
mismo, lo cual, por supuesto, él no quiere hacer.
85
También, cuando un discursante se ve encorvado por no pararse derecho, se
despierta en el auditorio un sentimiento de compasión para con el discursante porque
parece que no se siente bien, y esto, por supuesto, detrae de la presentación. Los
pensamientos del auditorio no están puestos en lo que está diciendo, sino en él.
El pararse en un pie, con la otra pierna puesta atrás, da evidencia de obvia
falta de equilibrio, lo mismo que el pararse con las manos metidas en los bolsillos.
Estas son cosas que se deben evitar.
De igual manera, aunque no es incorrecto que el discursante de vez en cuando
deje descansar sus manos en el pulpito, ciertamente no debe apoyarse en él, Eso no
presenta buena apariencia.
Debe recalcarse otra vez, no obstante, que los individuos son diferentes. No
todos se paran de la misma manera, y son solo los extremos indeseables que detraen
de la presentación.
El corregir la postura de uno es definitivamente asunto de preparación. Si
usted necesita mejorar en este aspecto, debe pensar en el futuro y saber que cuando
sube al estrado debe asumir la postura correcta antes de comenzar a hablar. Esto
también es algo que se puede corregir practicando la postura correcta todos los días.
86
expresión facial hiciese surgir una pregunta en la mente del auditorio en cuanto a la
sinceridad del orador, esto definitivamente no sería deseable.
Por lo tanto, es bueno que cuando uno se prepara para un discurso considere
la disposición mental y emocional con que éste debe ser presentado. Si es un asunto
serio, que considera el maltrato a los hijos, entonces debe presentarse con seriedad. Y
si usted está pensando en el material y lo mantiene presente, en la mayoría de los
casos su expresión facial reflejará eso naturalmente. Si es un asunto que tiene que ver
con felicidad, uno que debe producir gozo en el auditorio, entonces se debe presentar
con felicidad. Y si usted está tranquilo en el pulpito, su expresión facial generalmente
comunicará ese gozo.
REPASO: Defina equilibrio y confianza, y diga cómo se pueden lograr estas cosas ¿Cómo puede el
porte físico manifestar falta de confianza? Si la voz de uno manifiesta falta de confianza, ¿qué se
puede hacer para adquirir equilibrio? ¿Por qué es tan importante la buena apariencia personal? ¿Qué
consejo se da en cuanto a la vestimenta y el arreglo apropiados? Considere cómo la postura puede
afectar la apariencia personal de uno ¿Por qué debe estar presentable nuestras Escrituras? ¿Qué papel
desempeñan las expresiones faciales en nuestra apariencia"
87
22.1 El testimonio
88