La Diosa Oscura Mitologia y Sexo

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LA DIOSA OSCURA

Mitología y Sexo

Elizabeth Ross

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Notas para esta edición

E ste libro lo escribí hace una docena de años a


partir de una ponencia dada en el Diplomado de Filosofía
y Feminismo de la Universidad Michoacana y que fue
publicado en el 2005 por el Instituto Michoacano de la
Mujer. Contiene el resultado de años de investigación y
obsesión por las mitologías del mundo y su relación con
el presente. Me interesaba en especial el papel de las
mujeres dentro de estas mitologías y las maneras en que
iban cambiando a través de la historia. Incluso mucho de
mi trabajo artístico estuvo influido por el rito y el mito y
escribí por un par de años artículos sobre el tema en los
periódicos estatales.

Han pasado algunos años desde entonces, pero se


han sucedido muchos cambios en la manera de concebir
el mundo de la sociedad toda. La diversidad de los
géneros, lo líquido de éstos, las identidades enfrentadas,
el tremendo incremento de la violencia, del odio
manifiesto en la guerra declarada entre los estados y sus
ciudadanías, de los fundamentalismos político-religiosos
contra lo diferente, entre hombres y mujeres.

Me pregunto qué tan pertinente es reeditar La Diosa


Oscura en tiempos de fuertes intentos de deconstrucción
de las estructuras del poder androcrático, sé que las
mujeres, y especialmente las jóvenes, estamos muy
enojadas, con una rabia más que justificada. Pero acepto
el riesgo que implica el ponerlo en la mesa de los

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aguerridos feminismos actuales. Y esto es porque siento
que aún hay que revisar esta historia y esos mitos que
tenemos introyectados de manera tan profunda. Que
puede ser de ayuda el dar un paso atrás para ver de
dónde viene el camino que vamos siguiendo, ampliar la
perspectiva. Y aunque sé que este texto es apenas un
apunte, que carece de mucha información que ha ido
saliendo a la luz durante estos años, tras una revisión
honesta he decidido dejarlo tal cual se publicó,
esperando que pueda ser un resquicio que permita la
reflexión sobre lo que hemos sido y del cómo podemos
reparar y reintegrar nuestro poder, diseñar el mundo que
queremos. Y desde dónde.

Elizabeth Ross
Ciudad de México, 2016

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Presentación

E ste texto nace de la rebeldía humana, del profundo


malestar que el mundo patriarcal produce en más de la mitad de
los habitantes del planeta, y está inscrito en la corriente teórica y
política del más estricto feminismo de la diferencia; ese que otorga
un valor y sentido a la diferencia biológica de los sexos. Es
producto también del esfuerzo sobrehumano de revelación de la
vida, la alegría ante la vida, que se ha visto sepultada entre los
miles de años de oscuridad y miedo que caracterizan la historia
humana.

Algunas feministas de otras corrientes, particularmente


las que son fieles al feminismo liberal, considerarán este discurso
como no feminista o inclusive como antifeminista. Sin embargo no
creo que esas posiciones puedan negarle legitimidad a la inquietud
y la búsqueda de aquellas que, como Elizabeth Ross, elaboran su
réplica a la cultura dirigiéndose a un nivel más profundo que a la
mera exigencia de inclusión en un mundo, ya configurado (y
defectuosamente estructurado), que se planteaban las otras.

Elizabeth Ross prefiere socavar con su discurso la


cultura entera. Asume con plenitud la unívoca designación con que
las diversas culturas ancestrales han construido y definido a “lo
femenino” (no muy distinta de la hetero-designación de las culturas
más recientes), ya que, dice, para ellas “el cuerpo de la mujer no

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era fuente de maldad carnal sino un atributo sagrado”. Y en
referencia a la religión, referida por ella como “lo relativo al
espíritu”, nos introduce de lleno en la audaz aventura de
interpretar el mundo desde las religiones de la “diosa madre”, que
hacen de nuestra sexualidad, de nuestro placer y de nuestra
fecundidad la fuente de una nueva divinidad y “la llave que nos
permite abrir la puerta hacia nuestra propia historia, hacia nuestro
propio poder”.

El trabajo que se presenta surge también del rechazo a


esas corrientes de pensamiento feminista que se avocan a
destructurar “las relaciones socioeconómicas y políticas del mundo
moderno”, sin atender al significado profundo de esas prácticas ni
a la dimensión simbólica del mundo; con lo que se limitan a
cuestionar las múltiples y cruentas formas de exclusión de las
mujeres, pero dejan intactas las estructuras de dominación del
mundo al que se refieren.

A nuestra autora no le convence el intento demoledor


de desvelar únicamente la falsa universalidad de lo humano,
propuesta por el feminismo liberal; afirmativamente, pretende
mucho más: completar ese significado universal. Por ello nos
conduce hacia niveles más profundos de crítica y desconstrucción
del saber, de las religiones y de la historia, identificando lo
simbólico como la auténtica y verdadera fuente del poder:
“reinterpretar los signos es la tarea”.

7
Elizabeth nos conmina a recobrar para todos la alegría,
a ser “carne y voluntad, espíritu e inteligencia, el amor y la
conciencia de la diosa en acción” (p.70); y así nos demuestra cómo,
y este es el principal aporte de su reflexión, la progresiva
degradación simbólica de “lo femenino”, que fuera paralela a los
procesos de exclusión histórica y de marginación social, política y
económica de las mujeres, ha conducido y ha sido la base, el
fundamento, de “la domesticación de las mujeres y la
deshumanización de los hombres”.

El libro nos revela pues, cómo la misoginia histórica de


las culturas posteriores, representada entre muchas figuras en la
de la mutilación de los pies de millones de mujeres chinas y de los
genitales de las musulmanas, en las recién nacidas abandonadas
por ser niñas, en las esclavas, las prostituidas, las violadas, las
asesinadas, y las miles de mujeres quemadas por la inquisición
hasta llegar a las mujeres y niñas asesinadas en Ciudad Juárez,
se sostienen y han consistido siempre en la misma bárbara
necedad de acabar con la diosa.

Rubí de María Gómez Campos


Morelia, Michoacán, México
2005

8
Como mujer, no tengo país
como mujer, no quiero país
Como mujer,
mi país es el mundo entero
Virginia Woolf

El mito es la entrada secreta por la cual


las inagotables energías del cosmos
se vierten en las manifestaciones
culturales humanas.
Las religiones, las filosofías,
las artes, las formas sociales,
los descubrimientos científicos y tecnológicos,
las propias visiones que atormentan el sueño,
emanan del fundamental anillo mágico del mito.
Joseph Campbell
El héroe de las mil c ar as.

9
La manera en que describimos al mundo
determina como lo vamos a valorar y a ex perimentar.
Miriam Simos

Es muy jodido perder la memoria


Marcos Kurtycz

Romper- separar

L a necesidad creciente de las


mujeres de hacer valer nuestro ser
mujer, nuestra diferencia, la manera
de ver, sentir, hacer el mundo, nos ha
llevado a recorrer de forma muy
particular todos los senderos del
conocimiento humano, incluyendo el de
la espiritualidad, donde hemos encontrado una fuerza
generativa de reconocimiento y auto conocimiento que
nutre una concepción del mundo que ha enriquecido
sustancialmente nuestro movimiento de liberación.

Es cierto que una gran mayoría de personas


involucradas en la política y la academia ven lo relativo al
espíritu con recelo, o incluso con vergüenza o miedo.
Quienes han caminado por la izquierda lo perciben como
manipulación del poder para acallar al pueblo. Quienes lo

10
hacen del otro lado mantienen lo espiritual como un
elemento más de dominio, ya que han institucionalizado,
haciéndolo suyo, el reino del otro mundo. Pero lo que las
mujeres hemos encontrado se aleja total, radicalmente, de
lo establecido por el poder androcrático y funda, o
reencuentra, una nueva forma de relacionarse con lo
sagrado.

Porque como Dadoras de Vida, recordamos que


sagrada es la existencia. Que todo ser es sagrado, ya que
cada ser –sin importar la materia con que esté hecho- tiene
su valor intrínseco. Sabemos que el cuerpo, el mundo, que
el cosmos mismo, no son una máquina compuesta de partes
que pueden ser conocidas, medidas y controladas y que
tomarlo así, fragmentado, es una visión que justifica el
control, el aislamiento y la dominación de la sociedad toda.
Al contrario, preferimos reconocernos en una visión
orgánica, en la que el cosmos es el cuerpo vivo de la Diosa,
del cual todo forma parte y que es una fuerza inmanente. Y
la llamamos Diosa como un recordatorio continuo a
nosotras mismas, primero, y a todos los demás después, de
que lo que valoramos es la vida en el mundo, y no para
reducirl a definiendo su género. Las grandes fuerzas del
espíritu se manifiestan en la naturaleza tanto como en la
cultura. La Diosa es tanto la tierra fértil y la fruta madura
como la canasta y la mano que la recoge. Es el bosque
tanto como la escultura tallada con su madera, el calor del
sol tanto como el del fogón.

11
Tiene infinitos nombres y atributos y
muchos de ellos son masculinos, ya
que lo que llamamos Diosa se mueve
siempre en la paradoja y el misterio,
espacios que nunca podrán ser
limitados o definidos. La Diosa
representa lo sagrado de la vida que se
manifiesta. La llamamos Ella porque
nombrarla no es limitarla o definirla
sino invocarla, y al hacerlo, algo
cambia. Algo surge que provoca y
reta a lo que en nuestras mentes ha
sido conformado por el control
masculino. Es como si el sonido de un
enjambre de abejas opacara al
escándalo de los helicópteros.

En este devenir incesante de liberación –porque ya no


nos para nadie-, sabemos bien que el intelecto divorciado
del sentimiento es parte de lo que nos daña. Que el
constante dividir lo que existe lo aísla, porque todo está
interconectado. Y sabemos también que el recuperar
nuestra historia nos dará luz sobre lo que hemos sido, lo
que nos lastima, lo que nos destruye, para poder desde ahí
sanar y (re)construirnos.

Sin la historia, sin el relato del que hemos sido


protagonistas, estamos perdidas. Me es urgente rastrear las
huellas que hemos dejado marcadas en el barro. A mí, como
mujer, como madre, como artista, como habitante de esta
Tierra. Y es en los mitos, los viejos relatos arquetípicos, y
en los hallazgos arqueológicos, donde puedo –podemos-

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hallar lo más parecido a la punta de la madeja para tejer
nuestro propio tapiz, que es también espejo.

Pero antes hablemos de poder y de dolor.

La palabra poder es una que tiene espinas. Hemos


sido tanto tiempo despojadas del nuestro que ya no lo
reconocemos. El único poder en el que podemos pensar es
el proveniente del sistema androcrático de dominio,
violencia y dolor. El poder del dinero, el poder político, el
poder de la Iglesia, el poder del Pentágono, el poder de las
armas, el poder del narco, el poder de la represión, el poder
del líder, el poder del jefe de familia.... asociamos Poder
con lo nefasto, contra lo que nos levantamos grito en
pecho, contra lo que luchamos. Es la clase de poder – el
poder joder- diseñada para mantener el control to tal de
todos los seres, de la naturaleza, del universo mismo si
pudieran.

Dice el diccionario que Autorid ad es el poder de f orzar


la obediencia. Supremacía legal o moral. El derecho de
mand ar o dar la última pal abra. El poder de inf luenciar la
conducta o acciones de los otros. Ese poder tiene un claro
substr ato material, que se basa en su h abilid ad de castigar,
imponiendo sanciones físic as o económic as (o de
subsistencia).

Yo estoy -dice Miriam Simos y lo asumo como mío- del


lado del poder que emerge de nuestro interior, que es
inherente a nosotr as como el poder de crecer es inherente a

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las semillas 1 . El poder personal, el que crece con nuestra
conciencia, nuestra honestidad, nuestra impecabilidad y
coherencia. Del poder que la comunidad reconoce en las
sabias. Del poder natural que el otro poder se ha empeñado
en enterrar, en hacernos olvidar. En el poder
transformador. En el poder de la Diosa. El poder de la
vida. En el poder como verbo. Yo puedo y tú puedes.

El poder personal, o aché como lo llaman los yorubas,


está siempre en movimiento y yace en el balance del ser.
Mal usarlo es perderlo y es lo único que tenemos para
poder dar forma a nuestra vida.

Lo reconocen? Ese poder que nace al ver y aceptar lo


que somos al hacer uso pleno de nuestros talentos y
fortalezas, al entender nuestras debilidades, al ejercer
nuestra creatividad e inteligencia, al regocijarnos con
nuestro ser completo, de sexo a mente a corazón a manos.
El que crece con nuestra conciencia.

Estoy de acuerdo en que la espiritualidad promueve la


pasividad cuando se define el espacio del espíritu como
fuera de este mundo, pero cuando el terreno del espíritu es
este mismo mundo, nos convertimos en parte activa y el
mundo en el reino en que todo es sacro y lo sacro debe ser
honrado y libre.

Las ciencias dividen todo en partículas cada vez más


pequeñas y las mantiene separadas. Esta, la verdad, es una
cosmovisión muy estrecha que causa dolor porque nos

1
Starhawk,. Truth and Dare, p.8

14
desintegra. La teoría Freudiana nos dice que el sublimar
nuestros impulsos instintivos es un sacrificio necesario que
permite la construcción de civilizaciones más altas. Es
dolorosamente claro que ocasiona el distanciamiento de la
Naturaleza, a la vez que las ciencias claman un
conocimiento cada vez más “profundo” de este mundo
desmembrado. Y es esta fragmentación lo que ha dañado
gravemente a todo lo que habita sobre la Tierra y a la
Tierra misma. El daño causado por el sistema del patriarca
toca hasta los más íntimos rincones de nuestro hacer. De
nuestro ser. La imposición del dolor por medio de la
violencia y del miedo es su rasgo inherente. De la relación
con el entorno que nos mantiene vivas a la relación con
nosotras mismas, con nuestro cuerpo, nuestra sexualidad,
con nuestros hijos e hijas, con nuestra vida toda. Todo está
marcado por el dolor. Se reconozca o no.

En este panorama es que las mujeres hemos


encontrado –o recurrido- a la Diosa. Ella canta amor y
placer, esperanza y acción: Ella canta vida. Y no nos
detiene, nos brinda ese aché, ese poder, esa fuerza que nos
completa.

15
Podemos afilar nuestra memoria,
podemos aprender de nuestra historia.
Podemos seguir construyendo opinión pública
hasta que se vuelva un rugido ensordecedor.
Arundhati Roy

El poder y la Memoria

Q uiero hablar de sexo. De placer. Y


para eso debo hablar de historia. Si, de
mitos tan antiguos como esas piedras
labradas con senos, vulvas y espirales. De
ese amanecer nuestro, en que la tierra develaba sus
secretos para permitirnos subsistir y en que el asombro
era constante. Pero también debo hablar de dolor y
muerte, de guerra y castigo, del temor al sabor amargo
del polvo y la sangre en la boca.

Para recobrar nuestra memoria es necesario hacer


este recorrido, una y otra vez, desde la prehistoria hasta
el mismísimo ahora, una y otra vez, hasta aprehender la
historia oculta por el poder dominador y liberarnos del
cajón de horrores que nos han hecho cargar.

16
A la mitad del siglo XX la revolución llamada
feminista tomó un impulso sumamente importante, como
ya sabemos. Se comenzó a seguir la pista de esta historia
oculta en todos los campos. A cuestionarse desde una
visión de género religiones y mitos, además de las
relaciones socioeconómicas y políticas del mundo
moderno.

Ciertos hallazgos arqueológicos dieron la pauta para


ahondar en una reconstrucción histórica que,
innegablemente, liga lo femenino al desarrollo de las
antiguas culturas y da las razones de la posterior
transformación que cambió su rumbo. El trabajo de
mujeres como Marija Gimbutas, Merlin Stone, Riane
Eisler, Florence Bennet, Starhawk, y de hombres como
los mitólogos Robert Graves y Joseph Campbell, como los
aqueólogos James Mellaart, encargado de las
excavaciones en Catal Huyuk y otros sitios de la vieja
Anatolia, y Sir Arthur Evans y Nicolas Platon, que
estudiaron los sitios de Creta, sirve para unir mito y
evidencia y proporcionarnos un escenario bastante
distinto al que se nos ha deslizado –primero a golpe y
porrazo y luego también- sobre la historia de la
humanidad.

El enfoque de este recorrido lo haré desde la


concepción del cuerpo femenino como dador de vida y,
especialmente, como dador de placer. En el sexo, el
ejercicio de la sexualidad concebido como acto ritual
sagrado de fertilidad que repite la unión divina –diría
Mircea Eliade- para atraer abundancia tanto como para
producir placer y regocijo -sexual y espiritual.

17
Antecedentes prehistóricos:
El Paleolítico

H ablarde mitos, y más específicamente de mitos sobre


lo femenino, sobre la mujer y su carga arquetípica, que
han permeado el subconsciente colectivo durante el
recorrido de la historia por nuestros genes, me lleva
forzosamente a hacer una introducción histórica, o mejor

18
dicho pre-histórica, para poder situarnos en el tema, y
más dentro del contexto feminista.

Desde la era paleolítica comenzaron a aparecer


figurillas de piedra y cerámica con formas femeninas. Junto
con las pinturas rupestres, las cuevas y
los entierros, estas figuras son
importantes pruebas que atestiguan la
atracción telúrica de nuestros
ancestros con respecto a los misterios
de la vida y de la muerte. Y es obvio
que en ellas se patentiza la relación de
los poderes que gobiernan la vida y la
muerte con la mujer. Conocemos estas
venus, que comúnmente se han
asociado a ritos primitivos de
fecundidad, a algo elemental dentro de
la búsqueda de la sobrevivencia.

El arte paleolítico se había tomado


siempre como representación ritual -de
magia simpática- alrededor de la
cacería y, de hecho, se dice que el
“hombre cazador” es el verdadero
ancestro, nuestro origen. Pero los
estudios más detallados y más recientes
han cambiado esta visión –aunque no
sea aún aceptada por los
tradicionalistas. Se veían animales,
hombres y armas hasta que el
arqueólogo Leroi-Gourhan, director del
Centro de Estudios Pre y Proto Históricos de la Sorbona, en

19
un estudio que abarca cientos de pinturas y objetos
encontrados en unas 60 cavernas, afirma que podemos
tomar todo el ar te f igurativo del paleolítico como una
expresión de conceptos acerca de la organización natural y
supernatural del mundo viviente 2 y que expresa una cierta
forma de religión en la que son parte central símbolos y
representaciones femeninas. Este historiador encuentra
característico que las figuraciones femeninas se hallan en
posiciones centrales, mientras que las masculinas están
arregladas en posiciones periféricas. Lo que se representa
son abstracciones de la naturaleza: las plantas, de los
ciclos; son medidas de tiempo. Muchos de estos animales
aparecen en parejas y por supuesto además de genitales
femeninos también hay falos erectos.

En la imaginería paleolítica se destaca la sexualidad y


el renacimiento de la naturaleza en primavera como algo
integral al orden cósmico, y el cuerpo de la mujer no era
una fuente de maldad carnal sino un atributo sagrado. La
unión sexual era representada con esculturas donde se
realza lo femenino y la misteriosa fuerza de vida inherente
al falo, como lo demuestra esta obra en hueso, con su
prominente vulva. Por todo lo anterior, podemos
considerarlas manifestaciones tempranas de una compleja
religión centrada en la Diosa Madre como fuente
generadora de todas las formas de vida. Lo que se conoce
como Matrimonio sagrado tiene claramente sus orígenes en
la prehistoria. Las fuerzas vitales se unen para que la vida
continúe, y lo hacen en el placer del sexo.

2
Citado por Rian Eisler en The Chalice and the Blade, p.9, Todas las traducciones del inglés
hechas por la autora.

20
La agricultura como detonador de la
civilización:
el neolítico

H ace 10000 años se deshelaron los últimos glaciares


ocasionando el famoso gran diluvio del cual guardan
memoria todas las culturas. Hace unos 9000 la agricultura
es ya una realidad y la era neolítica comienza con el
surgimiento de las primeras poblaciones reconocidas como
civiliz adas. El Tigris y el Éufrates regaban las tierras que

21
verían emerger a Uruk, en Sumeria, la que fue considerada
la primera ciudad de la Tierra.

Hace 9000 años, pues, empiezan a surgir


civilizaciones avanzadas con una organización social más
compleja. La obsidiana se transporta por mar y la escultura
es la expresión más elocuente, que nos ofrece datos como
moda, ceremonialismo y mitología. Es un arte que expresa
concepciones abstractas más que imitaciones de la
naturaleza.

No es difícil imaginar que cuando la agricultura se


convierte en la actividad productiva que permite una
alimentación segura, los pueblos buscan establecerse junto
a las mejores tierras para cultivar los granos y verduras
recién creados (ya que se fueron transformando junto con
las manos, la observación, el trabajo y la insistencia de
quienes descubrieron el secreto de la tierra y se entregaron
de lleno a ese pacto con ella, que nos permitió llegar hasta
hoy y ser quien y como somos), que además gozan de la
frescura vital de las fuentes de agua –ríos, lagos,
manantiales. Los bosques, que cubrían la mayor parte de la
tierra, proporcionan los insumos necesarios para la
construcción de sus asentamientos y enriquecen la dieta
con los animales de caza y plantas y hongos comestibles y
medicinales.

La gente del neolítico pudo entonces iniciar lo que


llamamos civilización y ejercer lo aprendido en los siglos de
nomadismo y su aguda observación de los fenómenos
terrestres y cósmicos. Su sensibilidad hacia el entorno –de
la cual dependían totalmente para sobrevivir- les mantiene

22
en contacto íntimo con las misteriosas fuerzas que
permiten la vida y les provocan un constante asombro y
reverencia, un sentimiento religioso que percibe la misma
energía en todos los seres, cosas y fenómenos con los que
conviven y que los inviste de sacralidad. Los académicos
llaman a esto animismo. El mundo es un misterio y todo
participa de él.

De la vida en la era neolítica se sabe poco y mucho se


debe a la especulación. La arqueología es la única ciencia
que puede proporcionar datos para de ahí hacer hipótesis,
interpretaciones o teorías sobre sus hallazgos. Y estas
provienen de estudios apasionados, por supuesto, y que se
ciñen a los parámetros ya dados con anterioridad. Pero
nadie puede negar que estos parámetros deben romperse,
ampliarse, mejorarse cada vez. Lo que quiero decir es que
las hipótesis se han ido ratificando o derrumbando, según
se van dando los sucesos, ya que la visión que instituyó
los primeros parámetros no necesariamente era correcta.
Porque la historia la escriben los vencedores -y la pre-
historia también-, debemos reconsiderarla bajo una nueva
luz y esto es lo que el movimiento feminista –entre otras
muchas cosas-, aporta a la humanidad.

Es importante situarnos en la era neolítica para poder


entender lo que ahora sucede en nosotras. Lo es saber que
la arqueología nos brinda, gracias principalmente a las
teorías de la arqueóloga lituana Marija Gimbutas, la llave
que nos puede permitir abrir la puerta hacia nuestra propia
historia, hacia nuestro propio poder.

23
En el tiempo en que Leroi-Gourhan expone sus
hallazgos en las cavernas paleolíticas, en 1961 el inglés
James Mellaart descubre las ciudades más antiguas del
neolítico en Anatolia, lo que es hoy Turquía: Catal Huyuk y
Hacilar, y dice: la brillan te revaloración de la religión del
Alto Paleolítico ha aclarado muchos malentendidos...la
interpretación del arte centr ado en un complejo simbolismo
femenino muestra grandes similitudes con la imaginería
religiosa de Catal Huyuk 3.

3
Mellaart, Catal Huyuk, p.24

24
Catal Huyuk

C atal
Huyuk –fechada 6500-5700 años AEC 4- es
considerada la ciudad más antigua y el eslabón que une la
religión paleolítica alrededor de la Gran Diosa con las
grandes diosas de las eras arcaicas y clásicas, desde
Astarté y Artemisa hasta –incluso- la Virgen María. En las
excavaciones se encontraron altares y figuras de la Diosa
por todos lados, y no solo eso, la figura de la Diosa es
característica del arte neolítico en todo el Cercano y Medio
Oriente, de Jericó a Siria, así como en la India, Europa y
América. Los restos encontrados indican una vida religiosa

4
Utilizo las siglas AEC, Antes de la Era Común, en lugar de AC, Antes de Cristo y EC, Era
Común, en lugar de DC, Después de Cristo.

25
muy intensa en donde la Diosa y su hijo y consorte,
representado como un toro, se manifiesta por toda la
ciudad.

El hecho es que los restos que atestiguan una religión


ginocéntrica (o basada en la Diosa) en el Neolítico son muy
numerosos, pero lo más importante es que esta visión de la
prehistoria da como resultado un cambio profundo tanto en
los métodos como el énfasis de las investigaciones
arqueológicas y, por lo tanto, en la visión del desarrollo
humano.

Y es aquí donde Marija Gimbutas encuentra las bases


para, con unos ojos diferentes, que se abren a la tierra
para adentrarse en sus secretos –y no arrancárselos, como
harían otros-, los descubre e interpreta con una
sensibilidad totalmente nueva –esto es, ajena a esta
disciplina tradicionalmente masculina. Sostenida tanto
por las investigaciones de Leroi, Mellaart y otros, como por
las propias, Marija desarrolla e impulsa esta
recuperación de la Diosa, alrededor de quien
surge la primera religión antropomórfica y,
basada en los hallazgos de Catal Huyuk y los
demás asentamientos en lo que ella llama la
Vieja Europa, efectúa el estudio de una
civilización basada en conceptos totalmente
distintos a los que conocemos, en sus libros
Diosas y Dioses de la Vieja Europa, El
lenguaje de la Diosa: símbolos e imágenes
sagr ad as y La civilización de la Diosa,
principalmente.

26
A partir de la revolución agrícola del neolítico, cuando
la comida deja de ser la única ocupación posible, se
comienza a desarrollar tanto la tecnología como el
comercio y empiezan a surgir los distintos oficios,
comenzando con la cerámica y la cestería, el tejido de
textiles y el trabajo en piel, la joyería, el tallado en madera
y el arte, por medio de la pintura y la escultura. Todo esto
significa un florecer civilizatorio.

Se sabe ahora que Sumeria no es la cuna de la


civilización, como se sostenía hasta hace unos 30 años,
sino que hubieron varias, y esta antigua ciudad se da
algunos milenios antes de lo considerado. Dice Mellaart: la
civilización urbana, que por mucho tiempo se creyó de
invención mesopotámic a, tiene predecesores en sitios como
Jericó o Catal Huyuk, en Palestina y An atolia 5 y en donde –
como dijo la historiadora del arte Merlin Stone, dios era
mujer.

Es en este contexto donde la cultura basada en el


concepto de una Gran Madre Creadora produce una
sociedad muy distinta a la que conocemos. En las
excavaciones de estos sitios se demuestran varios hechos
de suma importancia:

- las ciudades y poblados están enclavados en valles


fértiles y no tienen fortificaciones.

- Entre las herramientas de piedra y cobre halladas, no


se encuentran armas, solo instrumentos de labranza.

5
Mellart, en The Neolithic of the Near East, citado por Eisler.

27
- No hay ninguna imagen de héroes, conquistadores o
nobles guerreros ni escenas de batallas.

Estos hallazgos demuestran un carácter pacífico de


sus habitantes en que es notoria la ausencia de necesidad
de defensa.

- Los entierros no denotan una jerarquía, ya que son en


general de las mismas características.

Esto muestra una sociedad no estratificada y básicamente


igualitaria sin una distinción de sexo o clase.

- Las imágenes pictográficas son símbolos naturales: el


sol y el agua, plantas y animales, especialmente cabezas de
toros con grandes cuernos curvos, serpientes y mariposas,
pero sobre todo, imágenes de la Diosa, tanto en sus tres
aspectos: la doncella, la Madre y la Anciana, como de
Señora de las aguas, de las aves, o del inframundo.

En 1974, Marija publica un compendio de los


hallazgos hechos en sus propias excavaciones y en mas de
tres mil sitios: habían sido desenterradas no menos de 30
mil miniaturas de barro, mármol, hueso, cobre y oro,
además de enormes cantidades de vasijas rituales, altares,
templos y pinturas en cerámica y en templos. Las
creaciones más sofisticadas estaban dedicadas a la Diosa y
eran trabajo de mujeres.

28
Sabemos que el arte, en especial el religioso y el
mítico, refleja no solo las actitudes de la gente sino su
forma particular de cultura y organización social. Este arte
centrado en la Diosa, con su poderosa ausencia de
imágenes de dominación masculina guerrera, reflejan un
orden social en el que las mujeres, como cabezas de clan,
sacerdotisas u otros roles de importancia, tenían una parte
central, y en la que ambos, hombres y mujeres, trabajaban
juntos por el bien común. Si la figura predominante de la
época era una mujer dando a luz, no la de un hombre
muriendo en la cruz como en nuestr a era, es razonable
inferir que la vida y el amor a la vida, más que la muerte y
el miedo a la muerte, eran dominantes en esta sociedad.

Algo que llama la atención es


que muchas de las esculturas y
símbolos son asombrosamente
similares a los que se encuentran en
los restos de esa alta civilización de
la Edad de Bronce que floreció en
Creta y que sobrevivió hasta tiempos
históricos.

29
Representación del interior de la capilla de Catal Huyuk y astas en Knossos.
Creta

Si el arte rupestre paleolítico comienza hace alrededor


de 30 mil años en Europa; si se considera que el neolítico –
o sea, la domesticación de plantas y animales y por lo tanto
asentamientos fijos humanos- se da alrededor de hace 10
mil, y si el salto hacia la historia o el registro de los
sucesos con un lenguaje escrito se da hasta apenas hace
unos 5000 años, la humanidad ha transitado lo suficiente
como para pasar por diversos estadios en los cuales caben
diversas posibilidades.

La economía agrícola trae consigo una fuerte relación


con los ciclos biológicos de las plantas y animales de los
que depende la subsistencia y el cambio cíclico de
nacimiento, muerte y renacimiento, que se adscribe a
poderes supranaturales. En consecuencia, se busca
mantener el equilibrio y obtener protección para el
mantenimiento de la vida por medio de los ritos. Para los

30
arqueólogos es aceptado que en el neolítico la vida giraba
alrededor de la Gran Madre, dada la inmensa cantidad de
vestigios que así lo indican –altares, vasijas rituales,
pinturas, templos, y en especial esculturas. Quiero decir
que las esculturas en hueso y piedra son con mucho
anteriores a la cerámica que se empezó a fabricar hace
unos 8500 años.

En estas esculturas la
representación de la Diosa, la
Gran Madre, como ser sexual,
es innegable. Nacimiento y
muerte tienen un papel vital
dentro de la cosmogonía, al
igual que lo que permite la
renovación de la vida: la
unión de los sexos. La Diosa
y su consorte, representado
en distintos lugares no solo
como hombre sino como
animal astado, sea éste toro,
cabro o ciervo, simbolizando ambos la Tierra que se labra y
el ganado, realizan la Hierogamia o Matrimonio Sagrado,
que es un ritual mayor donde la Diosa se encarna en una
sacerdotisa y recibe a su amante, representante de la
potencia sexual masculina.

Mellaart, quien descubrió esta escultura de una pareja en


abrazo sexual y la madre con el resultado de su unión, dice
que ésta puede ser una de las primeras representaciones
del hieros gamos, el rito de unión sagrada.

31
Ahora, se puede aducir que tanto la hierogamia como
la constante representación de vulvas era símbolo exclusivo
para perpetuar la vida y nada tiene que ver con el placer.
No veo porqué los antiguos debían estar ajenos a lo
placentero que es coger, pero lo que es importante señalar
es que todos, hombres y mujeres, desde el inicio de la
humanidad, consideraron al sexo y al el cuerpo -femenino y
masculino- como sagrados, benéficos, dadores de vida y de
placer. Y otra cosa, con igual importancia, es la notoria
ausencia de representaciones del acto de matar, de hechos
violentos. La muerte se consideraba como parte natural del
ciclo de vida y en los entierros se nota además una
igualdad muy contraria a los entierros posteriores.

Para todas son familiares las leyendas sobre una era


antigua armoniosa y pacífica. Hasta la Biblia habla de un
jardín en donde mujer y hombre vivían en armonía entre
ellos y con la naturaleza – eso, claro, antes de que el dios
masculino decretara que la mujer estuviera subordinada al
hombre. Encontramos que en el Dao De Jing chino Lao Zi
describe un tiempo en el que el yin, o principio femenino,
no era aún dominado por el principio masculino o yang. Un
tiempo en el que la sabiduría de la madre era todavía
honrada y seguida sobre todas las cosas. El griego Hesíodo
en su Teogonía escribió sobre una raz a de oro, que
cultivaba la tierra en paz y tr anquilid ad antes de que una
raz a menor llegara con su dios de la guerra. Y aunque los
académicos están de acuerdo en que muchos aspectos de
estos escritos están basados en hechos prehistóricos, las
referencias a tiempos en que hombres y mujeres vivían en
una relación igualitaria han sido vistas tradicionalmente
como una fantasía.

32
Fantasía, utopía, sueños guajiros....

Cuando se habla de
matriarcado la visión es de
una sociedad dominada por
la mujer en la cual el
hombre era su subordinado.
Cuando se habla de
patriarcado entendemos los
tiempos históricos. En
sociedades en las que una
de las dos partes domina a
la otra no se puede hablar
de igualdad o armonía,
aunque a nosotras nos
gustará pensar que por
supuesto es mejor ser jefas
que sirvientas.

Estas sociedades
adoradoras de la Diosa eran
matrilineales, no
matriarcales. La evidencia
indica que la estructura
social pre-patriarcal era
notablemente igualitaria.
Aunque la descendencia
parece ser trazada por la
madre, y la mujer como cabeza de clan o sacerdotisa tenía
roles de importancia en la vida comunal, hay pocas
indicaciones de que la posición de los hombres en este

33
sistema social haya sido comparable de alguna manera con
la subordinación y supresión de la mujer –o sus atributos-
característica en el sistema de dominación masculina que
lo remplazó.

En cuanto a América, por un lado se considera que fue hasta el


neolítico que los primeros pobladores cruzaron el estrecho de Bering,
pero se sabe que para el año 5000 AEC ya se cultiva en maíz en
México. Los arqueólogos han desenterrado multitud de esculturas
que representan el cuerpo procreador Diosa Madre, que destacan sus
senos abundantes, sus anchas caderas y su vulva. 6 Dichas
esculturas se encuentran en los sitios más antiguos como la Venta y
Chupícuaro, pero las más antiguas, las de Tlatilco, están fechadas
entre 1500 y 1000 años AEC, lo que se considera la época arcaica
mesoamericana.

En estas fechas la civilización cretense ha caído ya en


manos de los aqueos. Quiero recordar que es en Creta que
la civilización neolítica se manifiesta con mayor esplendor y
que éste dura del 6000 a alrededor de 1150 AEC. Según
Marija, y Riane Eisler en su magnífico libro El cáliz y la
esp ad a, es en Creta donde se manifiesta la civilización
ginocéntrica con mayor esplendor.

6
Enrique Florescano, Imágenes de la patria 1, en La Jornada, Junio 2004

34
Creta

Al iniciar el siglo veinte, los arqueólogos, con Sir


Arthur Evans a la cabeza, descubren en Creta los restos de
una cultura muy compleja y avanzada, cuyas excavaciones
datan, en su etapa más temprana, de unos 6,000 años
antes de esta era. Esto es, el Neolítico.

La Creta Minóica –llamada así por el legendario Rey


Minos, y que no corresponde a la era histórica que nos
ocupa sino que vivió ya en tiempos de la Grecia
continental-, es una cultura heredera de las asentadas en
los no lejanos llanos de Anatolia. Los descubrimientos
dejan ver una sociedad altamente desarrollada de una
manera totalmente distinta a sus contemporáneas..

35
Durante los mucho años de excavaciones se
encontraron grandes palacios de varios pisos, villas,
ciudades muy bien organizadas urbanísticamente, puertos,
caminos pavimentados que cruzan la isla de punta a punta,
acueductos, drenaje, instalaciones sanitarias, fuentes,
templos, cementerios; objetos de excelente manufactura en
cerámica, metal, textiles, una arquitectura y un arte muy
desarrollados que se podían ver en frescos, esculturas,
vasijas, tallas, con un estilo muy
característicamente gozoso, además
de cuatro documentos escritos: uno
con jeroglíficos, y proto-linear, linear
A y linear B los otros, que colocan a
Creta dentro de la definición de la
etapa histórica. Los cretenses
desarrollaron también una gran red
de comercio marítimo que al parecer
dominó el Mediterráneo.

Los estudios denotan una


distribución de la riqueza que
permitió una alta calidad de vida a
todos sus habitantes, y esto se ve en
que ninguna de las casas encontradas
denotaba condiciones de pobreza, ni
en las ciudades ni en el campo. Es notable la diferencia con
las culturas contemporáneas, como Egipto o Babilonia, en
que economía y organización social están basadas en la
jerarquía. Y aunque durante su desarrollo pasó del clan a
un gobierno central, entró a la era histórica y finalmente
fue dominada y destruida por los Aqueos, la cultura
cretense se mantuvo única durante miles de años.

36
Dice el arqueólogo Nicholas Platon, quien trabajó más
de 50 años en las excavaciones: esta era una cultura en l a
cual l a vid a en tera estaba permead a por una ardiente f e en
la Diosa N aturaleza, la f uente de tod a creación y armonía.
Esto lleva al amor por la p az, el horror a l a tir anía y el
respe to a l a ley... es un a cultura....que es únic a en su delicia
y belleza, gracia y movimiento, y en su gozo por la vid a y
cercanía a l a naturaleza 7.

Creta es considerada lo más inspirado del mundo


an tiguo. Es, en lo social, económico, religioso, político, una
civilización única, altamente refinada, en la que el espíritu
religioso toca todas las actividades. Hay constantes
celebraciones religiosas, documentadas en tantos frescos y
cerámicas. Una de las imágenes más conocidas y que
demuestra el
espíritu festivo
de la vida
cretense es la
taurokatharpsia,
o los juegos con
toros, en que
equipos de
hombres y
mujeres jóvenes
toman turnos
para saltar sobre
los toros y
montarlos,

7
N. Platon. Crete, p. 148

37
impulsándose con los cuernos. Aquí recuerdo el dicho que
se refiere a enfrentar la vida: tomar al toro por los cuernos.

En esta sociedad idílica en que tampoco se encuentran


representaciones de guerras, de dominio, de esclavos y
sirvientes, ni siquiera de cacería, en que hay una ausencia
de las manifestaciones de los hombres todopoderosos que
son comunes en las culturas contemporáneas, en que los
tronos fueron de reinas, la paz duró 1500 años en una
época de incesantes guerras en el exterior.

Porque a partir de la primera ola de invasores


indoeuropeos, esto es arios o kurgos, como los llama
Gimbutas, pastores nómadas que llegan cabalgando desde
las estepas con una visión totalmente patriarcal y de
dominio, los pueblos agrícolas de la vieja Europa empiezan
a caer bajo su espada y la Diosa es suplantada por sus
dioses guerreros. Esto empieza a suceder entre el
4500 y 4000 AEC y se empiezan a desintegrar y
mestizar los pueblos de la Diosa. En Creta esto
sucede hasta la llegada e imposición de los
Aqueos, alrededor del 1150 AEC.

Y aunque los demás arqueólogos hacen


notar estos hechos, Gimbutas los remarca una
y otra vez, en los constantes hallazgos, para
demostrar que en estas sociedades no se ven
signos de la inequidad sexual que se nos ha
enseñado como inherente a la naturaleza
humana.

38
39
La espada

La
irrupción de las tribus kurgas marca la
destrucción de una cultura desarrollada en varios
milenios, que enfatizó el uso de la tecnología adquirida
para la elevación de la calidad de la vida y cuya ideología
ginocéntrica 8 la representación de la divinidad era
femenina, la equidad de los géneros era algo natural y la
distribución de la riqueza igualitaria.

Bandas de pastores nómadas, de lenguaje ario o


indoeuropeo, fueron apareciendo desde el noreste europeo
y asiático hace unos 7 mil años, con una ferocidad y
violencia nunca antes vista. Gobernados por sacerdotes y
guerreros poderosos, fueron conquistando el mundo
conocido con sus dioses de guerra: como arios en la India,
hititas en el medio oriente, aqueos y dorios en Creta y
Grecia y, aunque no de la misma raza pero si
compartiendo ideología, los aztecas en Mesoamérica. Todos

8
del griego gyne, mujer.

40
ellos llegaron de los desiertos del Norte, aunque los
hebreos – la tribu levíta de Moisés, Arón y José- venían del
desierto del sur cuando conquistaron Canaan, hoy nada
menos que Palestina. Todos estos grupos tenían en común
una organización social en el que la violencia, el dominio,
la jerarquía y la estructura autoritaria eran la norma y,
además, que no habían desarrollado tecnologías de
producción, sino de destrucción.

Engels 9 es uno de los primeros en relacionar la


emergencia de la estratificación social basada en la
propiedad privada con la dominación masculina sobre las
mujeres. También relacionó el cambio de la matrilínea a la
patrilínea con el desarrollo de la metalurgia del cobre y el
bronce, y ahora sabemos que no fue su descubrimiento
sino el uso que se le dio a los metales: la creación de
poderosas armas de destrucción, ya que su uso estaba
extendido en los poblados neolíticos en forma de joyería y
ornamentos rituales. La derrota históric a del sexo
femenino, como la llama Engels, no se dio con el pastoreo
como principal medio de producción, sino con las
tecnologías de destrucción aplicadas por los pueblos
pastores sobre los pueblos agricultores en la edad de
Bronce.

Dice Gimbutas 10:

El sistema de la vieja Europa se enf oca en el ciclo


agrícola de nacimiento, muerte y regeneración,
representado en el principio f emenino, una Madre Creadora.
9
En El Origen de la familia, la Propiedad Privada y el Estado.
10
En First Wave od Eurasian Steppe Pastoralists, citada por Eisler en The Chalice and the Blade.

41
La ideología Kurga, como se deduce de la mitologí a
comp ar ativ a indoeuropea, exal ta a los viriles dioses
guerreros del trueno y el rayo. Las armas no existen en al
imaginería europea, pero la d aga y el hacha de doble
cabeza son símbolos dominan tes de los Kurgos, quienes,
como todos los indoeuropeos conocidos históric amente ,
glorif icaban el poder letal de la f ilosa hoja de la espad a.

Hasta aquí el viaje por la prehistoria,


por esa parte olvidada de la humanidad.
Nos quedamos en el punto en que la
espada se impone ante el cáliz, en que la
Diosa es violada y sus hijos asesinados, en
que el fructífero intento de vivir la vida
como debiera ser vivida es lanzado a los
profundos abismos del olvido.

Creo que nos queda claro que – según


estas evidencias y esto sin ser cuento para
niñas - es verdad que hubo una vez en que
la humanidad vivió una era de crecimiento
pacífico que demuestra que si es posible
un mundo distinto. La prehistoria viene a
ser, como lo atestiguan las evidencias
arqueológicas, no un mundo primitivo y salvaje sino esa
memoria enterrada en lo profundo del subconsciente. Una
era en que –aunque esté barnizada por el idealismo y la
pasión de quienes la han estudiado- la mujer y el hombre
compartían ese sueño nuestro de equidad en la vida real,
de trabajo y desarrollo en conjunto, donde la sacralidad de
la vida era reconocida en el cuerpo de la mujer y en donde
una Diosa, la Diosa, es la fuente innegable de todo lo que

42
es. Y todo esto, sin menospreciar al hombre ni a la energía
masculina, sino uniéndose a ella.

No es de dudar que en esta época el subconsciente


humano halla fraguado los mitos que nos mantienen siendo
o que nos hacen ser, pero también hay que reconocer que la
invasión aria y la destrucción de estas civilizaciones
provocaron un cambio radical, tanto en la historia de la
vida humana, al eliminarse esa posibilidad de vida y
entregarse de lleno a la locura guerrerista, como en la
espiritualidad y el mito que surge de ella.

En los mitos que he recorrido con ojos de mujer he


encontrado pocos que se sitúen en un contexto ginocéntrico
y que hay que leer entre líneas, dentro de sus oscuridades
inherentes, para descubrir ese
sincretismo, esa ocultación de
lo sagrado femenino en los
mitos y leyendas que perviven
por todo el globo. Descubro
que no es que se trate del lado
oscuro sino del lado oculto,
escondido, de la luna, y que el
rescate y la reinterpretación
son de suma importancia para
recobrar nuestro poder a nivel
subconsciente y de ahí verterlo
a nuestra cotidianeidad.

43
La de los mil nombres en la historia
O
El patriarca y la muerte
del Toro Sagrado

Inn an a, tu pecho es tu c amp o


Tu ampl io c ampo derr am a plan tas, derr am a grano s...

44
A hora me enfocaré en una zona geográfica muy
particular: el cercano y medio Oriente, una de las llamadas
cunas de la civilización. Lo hago porque en la actualidad su
influencia se deja sentir hasta el fondo de nuestras
acciones. No solo es la zona que los perros del mal insisten
en devastar, sino que su legado no solo histórico sino
mitológico, es decir psicológico, pesa sobremanera en
nuestra cultura occidental. Pero no dejaré de lado, aunque
sea más superficialmente, algunas otras culturas que
también tienen su influencia en esta aldea global.

A partir de las primeras tabletas con inscripciones


cuneiformes empieza la historia. Éstas, junto con los
hallazgos arqueológicos, son las que nos cuentan el relato:

.......Y en un principio era Ella,


Ella reinaba a todo lo largo y
ancho del Levante, de la fenicia
Byblos a Israel. De Ur a Siria a
la península arábiga a Egipto.
Ella tiene las mismas
características y muchos
nombres. La Diosa reina y la
civilización florece. Sus
símbolos son granadas y
dátiles, serpientes y aves, la
luna creciente y el sol. Ella es
la vida y la muerte, el placer y
el misterio. Da la vida, provee
el alimento y la civilización
misma. Su desnudez se muestra con orgullo. Es aquí donde
la sexualidad, donde el placer que proporciona, es

45
manifiesto de manera clara y ella ofrece su cuerpo y canta
su belleza.

Los fenicios, o caananitas, los


actuales palestinos, llevaron a la
Diosa a todos los puntos de la tierra
que visitaron en su constante
navegar y mercar. Es Anat, Astarté,
Innana, Mah la grande, Ishtar, y el
sexo es sagrado. Es la Señora del
Cielo pero el cielo no está en otro
mundo. Se erigen templos en todas
las comunidades y alrededor suyo las
tierras de labranza y los ganados. El
templo es el lugar del espíritu y del
cuerpo, indiviso, y es ahí donde se
almacena el grano y donde el sexo es
una actividad ceremonial sagrada.

El rito del matrimonio sagrado


de Innana y su consorte Damuzi fue
central en Sumeria. Los textos
encontrados no solo nos dicen lo que
la gente creía sino que describen sus
actos. Dicen que invocaban a Diosa y
Dios a tomar posesión de sacerdotisa
y sacerdote para así poder revivir la
renovación del mundo a través del
poder erótico sustentador de vida.
Porque Innana y Dumuzi gozan de
sus cuerpos y ella nunca se embaraza, su sexualidad es

46
celebrada por sus poderes de placer y renovación, no de
reproducción.

En estos textos 11 ella hace poesía con sus atributos,


alaba sus partes, y canta en especial a su vulva:

Mi vulva, el cuerno,
el Barco Celestial,
está pleno de ansiedad
como la luna nueva,
¿Quién labrará mi vulva?
¿Quién labrará mi
planicie superior?
¿Quién labrará mi
terreno húmedo?

Al sexo de su amante lo identifica como una fuerza


fructífera que despierta nueva vida: el pene, con su
misteriosa turgencia que se eleva enhiesta, es relacionado
mágicamente con la turgencia de los brotes, los manojos de
dátiles e incluso de las ubres. El poder sexual masculino es
sustentador de vida, es alimento en si mismo:

Ha brotado, ha retoñado
Él es verdor plantado cerca del agua
Es el que mi vientre ama más.
Su mano es miel, su pie es miel
11
Paráfrasis de textos sumerios en Innana, Reina del Cielo y de la Tierra, de Diane Wolkstein y Noah
Kramer, Harpers&Row, NY, 1983, p 38 y 39

47
Siempre me endulza.
Haz tu leche dulce y espesa, mi amado
Mi pastor, beberé tu leche fresca
Deja que la leche de la cabra fluya a mi redil
Llena mi sagrada mantequera con queso de miel.

Inanna no es una pareja pasiva, sino todo lo contrario,


es sexualmente agresiva y directa y busca su satisfacción.
La franca alabanza de sus genitales es difícil de
comprender en un mundo en que las mujeres están
condicionadas a odiar sus propios
cuerpos, a considerarlos sucios, ajenos,
feos. Pero para mujeres y hombres de
entonces, el sexo era un don precioso, y
tanto, que se realizaba en la casa de la
creadora de cielo, tierra y vida toda.

En una sociedad matrilineal, en que


nadie se ataba en matrimonio, las
sacerdotisas eran llamadas qadishtu, que
se traduce del acadio literalmente mujeres
sagr ad as. Lo que se ha llamado
prostitución ritual no es más que el sacro
oficio visto a través de los ojos
prejuiciados –o mejor diría perversos- de
la moral patriarcal que enfatiza el uso
sexual de la mujer. Las qadishtu tenían
incluso leyes reconocidas en los primeros
tiempos de las conquistas indoeuropeas,
concernientes a derechos legales y
económicos. Y el romano Lucio escribe

48
que aún en el último milenio AEC las suyas eran muy
sagr ad as costumbres.

En el mito de Innana y Dumuzi hay otro elemento


importante para entender la cosmogonía de la cultura
antigua: la muerte. La unión sexual con Dumuzi está
equilibrada con el rito del luto por la muerte del dios: así
como el pene crece, se hincha, derrama su semilla y luego
se retrae, así el grano renace verde en la primavera y luego
se marchita bajo el inclemente sol, al igual que el becerro
envejece y pierde la vida. Por lo tanto, Damuzi muere e
Innana no puede hacer nada para impedirlo. Parecido a los
mitos de Perséfone o Jun Aj Pu y Shabalanqué 12 y de todos
los que relacionan el invierno, o la sequía cíclica, con el
inframundo –ya que el grano se mantiene en la tierra hasta
volver a brotar- el entendimiento de la muerte sigue aún
siendo algo natural.

Este mito sumerio fue escrito en tiempos en que el


patriarcado iba ya en ascenso, mas la presencia de la Diosa
aún era innegable. Se perciben elementos ajenos a la
cultura antigua pero todavía mantiene su concepción de lo
sagrado. No así el mito babilónico de Gilgamesh, en donde
Ishtar tiene un papel muy diferente, aunque una de sus
sacerdotisas, una hieródula, qadishtu o ishtaritu, es un
personaje básico para el desarrollo de la historia.

12
según la traducción del Pop Wuj (Popol Vuh) directamente del kiché hecha por Adrían Ines
Chávez . Ediciones de la Casa Chata, Guatemala, 1977

49
Ishtar y Gilgamesh
o la conquista del poder

C omo
ya vimos, las invasiones indoeuropeas fueron
cambiando las culturas ginocéntricas hasta hacerlas
desaparecer bajo el completo dominio de estos guerreros.

Alrededor del 2600 AEC Gilgamesh toma el poder en


Uruk, Mesopotamia, el actual Irak. Esta es una historia
épica mezclada con nuevos y viejos mitos 13. Gilgamesh es el
soberbio y ambicioso rey de Uruk, al que todas las mujeres
deben entregarle su virginidad antes que a su futuro
esposo- otros tiempos corren ya....

Ishtar contiene el atributo del sexo y el placer, pero


Gilgamesh la trata ahora como seductora, voluble,
traicionera y prostituta.

No, no te tomaré como esposa!


Eres un brasero
que se enfría como hielo!
Eres portezuela que deja pasar vientos y corrientes!
Eres odre de agua que se derrama sobre su
portador!

13
todas las citas en este capítulo fueron tomadas de Gilgamesh, en traducción de Jorge Silva
Castillo.

50
Eres un ariete que derrumba las murallas
de su propio país!
Eres sandalia que lastima el pie de quien la calza!

Esto es lo que le responde cuando le pide sea su


esposo y le ofrece el trono de su reino. Obviamente Ishtar,
o Inanna, al hacer este ofrecimiento es porque está
disminuida en su poder. El rechazo la pone a llorar frente a
su padre en los cielos y le pide crear un toro divino para
ella. Esta es –claramente- ya otra historia, una muy
distinta a la que se venía desarrollando por milenios.
Gilgamesh encarna el nuevo poder de dominio que se abre
paso a golpe de espada. Su misión es la conquista y
desaparición de todo lo que sea Diosa. Corta el bosque
sagrado, Santuario de la Diosa como Irnini:

Pondré manos a la obra para cortar los cedros y así


lograr un nombre eterno...y suprimiremos de la
tierra la maldad

Ahora lo femenino es sinónimo de maldad. Gilgamesh


prefiere unirse a Enkidú, creado por la Diosa para vencerlo
y que fue humanizado –ya que era como bestia salvaje- por
una de sus sacerdotisas. Su madre misma se lo anuncia al
interpretarle un sueño:

El hacha que veías es un hombre


Lo amarás y acariciarás como a una esposa 14

14
sic

51
Con él corta los cedros, a él lo llora cuando muere, y
él vuelve del infierno en una de las versiones para decirle:

Mi cuerpo, que tu corazón se complacía en


acariciar....

Con él mata al Toro del Cielo de Ishtar

Ishtar prorrumpió en un lamento:


No acaso me humilló Gilgamesh,
que mató al toro del cielo?
Al oír Enkidú lo que decía Ishtar
Arrancó una pata al toro del cielo 15
Y se la arrojó a la cara:
Si a ti te agarrara
Haría contigo otro tanto
Y colgaría tus tripas de tus brazos!

Reunió Ishtar a las hieródulas,


las prostitutas, las rameras,
Sobre la pata del toro hizo un duelo.

Gilgamesh recogió los cuernos y


Entró y los colgó en la alcoba
Del jefe de familia.

15
en o tra tr adu cc ión d ic e : sus gen ita le s

52
Y con los cuernos lunares colgados en la alcoba del jefe
de familia la historia evidentemente ha dado un vuelco. La
Diosa se vuelve oscura, negativa, malvada. Y el padre, el rey,
la única autoridad.

El Enuma Elish, mito babilónico tardío, refiere la


creación como el triunfo del orden androcéntrico sobre el de
la madre. Relata la batalla de Marduk sobre Tiamat, la
creadora primigenia. Marduk la mata, la destaza, y con sus
partes hace la tierra.

La parte en dos como a una almeja


La mitad de ella la pone arriba, para hacer el cielo
Bajó la barra, apostó a los guardias
Y no permitió que se escaparan sus aguas 16.

El mundo ha sido desmembrado, dividido, vencido,


encarcelado.

En la nueva cultura, reformada por la guerra, el ser es


también re-formado a imagen y semejanza de la guerra. La
obediencia se convierte en elemento determinante para el
triunfo o la derrota, la mente colectiva se obsesiona con
imágenes de obediencia, órdenes y control total. El temor se
vuelve el medio. Marduk representa los nuevos roles: es rey,
conquistador, ordenador del universo, juez, amo de sirvientes
y censor. Tan censor, que empiezan a aparecer leyes como

16
en J. Pritchard, The Ancient Near East, p.35

53
esta: si una mujer le dice a un hombre.....se le romperán los
dientes con un ladrillo 17.

Su palabra, la palabra del rey, tiene todo el poder:

Él habló y a su palabra la constelación fue destruida


Habló otra vez
Y la constelación fue reconstruida
Los dioses, sus padres
Viendo el poder de su palabra
Se regocijaron diciendo
Marduk es rey! 18

17
ley Urukagina, 2415 AEC, citada en S Kramer, The Sumerians, p.322
18
en T. Jacobsen, The Treasures of Darkness, p.176

54
Los Actores de Yahvé

A brahamaparece en la historia entre el 1800 y 1550


AEC, cuando los arios invaden la India conquistando a los
dravineos. Moisés nace en algún momento entre el 1300 y
el 1250 EAC, durante la dinastía egipcia de Ramsés. En
esos tiempos todavía no cae Creta en manos de los aqueos,
y es de alguna manera el único bastión de la antigua
cultura de participación, la de la Diosa. En el libro que de
una vez por todas dicta las reglas a seguir en todos los
estratos de la vida, donde la historia es reescrita una y
otra vez hasta afinar la ideología patriarcal, o sea, la
Biblia, la visión de la diosa es igual a la de la mujer:
peligrosa, traicionera y dañina, causante de todos los
males de la humanidad y a quien hay que someter.

No obstante, es seguro que de alguna forma se


continuaba el culto a la Diosa, como lo demuestran las
esculturas que se siguen produciendo hasta el mismísimo
año cero, y la denuncia constante de los escribas bíblicos
de estas costumbres, mantenidas en especial por los
palestinos de Canaan. Y aunque es reducida a esposa del
dios Baal, es aún la reina de los cielos, como lo fue de los
primeros pueblos semíticos, en que era libre en su amor, l a
fructíf era madre del clan y su líder en la guerra y en l a
paz... Los hebreos –en especial los levitas, que eran los que
tenían el poder- en su necesidad de control político,
económico y social, toman una radical posición antisexual y
antifemenina que les permite apoderarse de todos los

55
bienes de las mujeres, demandan su virginidad hasta el
matrimonio bajo pena de ser lapidadas o quemadas, y
después la total fidelidad, también bajo amenaza de
muerte. Estas reglas por supuesto que no se aplicaban a
los hombres, a quienes se les permitía cualquier número de
esposas, como lo demuestra el riquísimo rey Salomón y su
harem.

Las relaciones sexuales libres y abiertas habían sido


costumbre aún en Judea y el mismo Jerusalén, y
pertenecían al corpus de la religión de Astarté. La no
importancia de la paternidad permitía la continuación del
sistema matrilineal. Pero la paternidad era la que podía
sustentar el sistema patriarcal, por lo que Yahvé declara la
guerra a las mujeres y sus prof etas inventan el concepto de
mor alid ad, aplicable, en primerísima instancia, a las
mujeres: la virginidad y la fidelidad aseguran la certeza de
la paternidad y la destrucción de la antigua religión
asegura el control total.

Yahvé ordena:

No quieras adorar a ningún dios extranjero. El


señor tiene por nombre celoso: dios quiere ser amado él
solo. (Éxodo 34:11-16)

Asolad todos los lugares que habéis de conquistar


en donde las gentes adoraron a sus dioses sobre los
altos montes y collados y a la sombra de todo árbol
frondoso. Destruid sus altares y quebrad sus estatuas;
entregad al fuego sus bosques profanos. (Deut. 12:2)

56
Y no solo los objetos y los espacios del culto de los
llamados ídolos debían ser destruidos, sino que este celoso
dios ordenaba la masacre de los idólatras: En
Deuteronomio 3:3-7 dice:

Así que el señor nuestro dios también nos entregó a


Og rey de Bashan con todo su pueblo, y a todos los
pasamos a cuchillo, sin dejar uno. Nos apoderamos de 60
ciudades.....y exterminamos a aquella gente, dimos
muerte a todos los hombres, mujeres y niños.

Y también:

Si tu hermano o hijo o hija o esposa parecen servir


a otros dioses, le matarás... tú serás el primero en alzar
la mano contra él y después hará lo mismo todo el
pueblo. (Deut 13.6)

En un pasaje de Josué (6:19) dicen claramente

...pero.... Todo el oro y la plata, todas las vasijas de


cobre y hierro, serán consagradas al señor y deben de
pasar al tesoro del señor.

El fin es la conquista, pero el blanco del odio era Ella,


la Diosa y sus mujeres, como podemos leer en Oseas:

Pondré fin a todos sus regocijos, sus fiestas, sus


lunas nuevas, sus sabbats y todos sus festivales
solemnes. Voy a hacerle pagar por todos esos días que
ofreció incienso a Baalim y se aderezó con anillos y
collares para cortejar a sus amantes, olvidándose de mí.

57
Es Yahvé el que habla. Tus hijas se hacen las putas y tus
novias cometen adulterio por los hombres que van con
las putas y hacen sus sacrificios con las prostitutas del
culto.(O.2.11)

Ningún método era –es- considerado demasiado cruel


si se logran los objetivos. Costaron muchos años,
muchísima sangre y destrucción y reglas en exceso rígidas
para erradicar completamente, o casi, la religión de la
Reina del Cielo y sus ritos de vida y fertilidad, que fueron
suplantados con ese que puede llamarse rito de esterilidad
que se impuso con fuego, que convirtió a la mujer en una
sirvienta sumisa, en una buena esposa obediente, que con
una sonrisa siempre cumple todos los caprichos y deseos de
su hombre y se mantiene cargada y detrás de la puerta.

Es aquí donde aparece el mito de Lilith en el Talmud


y la Kábbalah. Se sabe que en una tableta sumeria es
descrita como Mano de Innan a, quien llevaba a los hombres
al templo, mas autores judíos del siglo II EC comienzan a
escribir sobre la mujer anterior a Eva. Yahvé crea a Adán y
a Lilith para servirle, pero ella tiene una conciencia que le
impide doblegarse- la conciencia de mujer-, y se niega a
yacer debajo del hombre, en todos los sentidos, por lo que
abandona a Adán. Entonces es creada Eva, que también les
resulta mala y traicionera. Ella es maldecida junto con su
progenie y Lilith es demonizada como la gran seductora, la
reina de los demonios que hace que el hombre derrame su
semen masturbándose, haciendo que se pierda su semilla,
con la cual ella cre aba demonios y niños fuera del
matrimonio legal, lo que ponía en peligro la paternidad y la

58
herencia, según aparece en el Zohar, que es parte de la
Kábbalah 19.

Lilith ha sido tomada como símbolo de integridad por


muchas mujeres de la actualidad. Es la imagen de la mujer
fuerte e independiente, que es denigrada por esa misma
fuerza y distorsionada como tentadora de los hombres.

19
Merlin Stone, When God was a Women, p.195-196

59
60
La serpiente

U no de los mitos más


manipulados es el de la serpiente,
uno de los íconos más cercanos a la
Diosa en –digamos- casi todas las
culturas, que simboliza la
regeneración, la reencarnación, la
vida después de la vida, la curación,
sabiduría, sexualidad y la fertilidad.
En las excavaciones de sitios
neolíticos se encuentra como motivo
innumerables veces y Astarté, la
Diosa en Canaan, tanto como
Artemisa en Creta, la sostiene en las
manos.

La primigenia Madre de la
Creación egipcia, Per-Uatchet, era
serpiente y está tan unida esta
palabra al concepto de Diosa que en la escritura
jeroglífica serpiente significa Diosa. Isis (Nacimiento) y
Nepthys (Muerte) son la Madre Serpiente dual de la vida y
la vida después de la vida que ayudaban a las almas a
través del inframundo. Madre Serpiente del inframundo
teje los hilos blanco y negro de los días y las noches
atados por el hilo rojo de la vida para asegurar la
inmortalidad.

61
En la antigua China
pre-confuciana, Nüwa
también es considerada
la diosa primigenia, la
primera serpiente /
dragón, el pilar de cielo.
No solo repara el cielo
después de que una
disputa entre dioses lo
destruye, detiene la gran
inundación, sino que crea
a la humanidad con barro
amarillo y una cuerda.
Además una de las
particularidades de Nüwa
es que al amar a su
hermano Fuxi, inicia el
matrimonio sagrado.

Pero por supuesto que la serpiente tiene un papel


principal en el mito más famoso de occidente, la expulsión
de Adán y Eva del Paraíso. Eisler nos da luz sobre este
episodio que justifica el dolor y el sufrimiento impuesto
por Jehová a la humanidad entera. Cito ampliamente 20,
por ser de gran importancia:

20
The Chalice and the Blade, p.88

62
Ha h abido muchos intentos de los teólogos par a
interpretar l a expulsión del paraíso de f ormas que no
“expliquen” la barb arid ad, crueldad e insensibilid ad como
resultado inevitable del pecado original. De hecho, la
reinterpretación del más f amoso de todos los mitos religioso
con un simbolismo nuevo y a f avor de lo humano, debe
integrarse a la tr ansformación ideológic a que debe
acomp añar al c ambio social, económico y tecnológico de un
sistema de dominio a uno de compañerismo e iguald ad. Pero
es también esencial que entendamos claramente el
signif icado social e ideológico de esa importan te historia
dentro de su contexto histórico.

De hecho, es solo desde la perspectiv a


históric a que la historia de Eva tomando el
consejo de la serpiente tiene sentido. El
hecho de que la serpiente, un antiguo
símbolo oracular o prof ético de la Diosa,
aconseje a Ev a, la mujer proto típic a, que
desobedezca la orden del dios masculino,
de seguro no es accidental. T ampoco lo es
el que Eva siga el consejo de la serpiente:
que, a pesar de las órdenes de Jehová,
coma del árbol sagrado del conocimiento.
Como el árbol de la vid a, el árbol del
conocimiento era también símbolo asociad o
a l a Diosa en las mitologías anteriores.
Más aún, bajo l a an tigua realid ad mí tic a y
social, una mujer como sacerdotisa, era el
vehículo de la sabiduría y revelación
divin as.

63
Desde la perspectiv a de esa realid ad, las ordenes de
este poderoso y advenedizo Jehová de no comer del árbol
sagr ado, ya se a del conocimiento o de la vid a, no solo era
an tin atural sino sacrílego. Los bosques de árboles sagrados
eran parte integral de l a vieja religión, así como los ritos
diseñados par a inducir una conciencia receptiv a a l a
revelación de verdades divinas o místicas, ritos en los
cuales l as mujeres ac tu aban de sacerdotisas.

Así que, en términos de la vieja realid ad, Jehová no


tení a derecho a dar esas órdenes, pero habiéndolas d ado, no
podía esperarse que, ni Ev a ni l a serpiente como
representan tes de la Diosa, l as obedecieran.

El resto de la historia tiene


sentido en los términos de las polític as
del poder impuesto. Porque, así como
después se tr ansf ormó al toro astado
(otro símbolo antiguo de la Diosa) en
el diablo con pezuñas y cuernos de l a
iconografía cristian a, la
tr ansf ormación del antiguo símbolo de
la sabiduría oracul ar en símbolo del
mal satánico y la culpa a la mujer de
tod as l as desgracias de la humanid ad,
fueron ac tos políticos. Deliberados
cambios de la realid ad como siempre
se había percibido......las horribles
consecuencias de la desobediencia de
Eva a Jehová eran una clar a
adver tencia p ara evitar el aún

64
persistente culto a al Diosa.

El “pecado” de Eva al desaf iar a Jehová y atreverse a


ir a l a f uente del conocimiento era en esencia su negativa a
renegar de su culto. Y porque ella –l a primera y simbólica
mujer- se af erraba a l a vieja f e más tenazmente que Adán,
quien solo la siguió en esto, su castigo tenía que ser más
terrible. Por lo tanto, ella debería de someterse en todo. No
solo su dolor, sino su concepción –el número de hijos a los
que daría a luz- se verían multiplic ados. Y por tod a la
eternid ad serí a gobernad a por este dios vengativo y su
representan te en la tierra, el hombre.

Uno de los resultados de el


nuevo orden mundial, al
replegar a la mujer a condición
de puta o virgen, pero siempre
sirvienta, es lo que Campbell
llama sistema ético monástico
puritano, donde la negación de
la vida, del cuerpo y el placer,
hacen de la mujer la reina del
pecado y de la tentación que hay
que vencer. Y esto sucede no
solo en el sistema
judeocristiano, sino en todos los
sistemas androcráticos.

Según cuenta una historia,


cuando San Pedro observó que

65
su hija Petronila era tan hermosa, obtuvo de dios el favor
de que ella enfermara de fiebre y no se levantara de la
cama. Un día uno de sus discípulos le preguntó, tú, que
curas todas las enfermedades, porqué no curas a Petronila?
A lo cual san pedro le contestó: porque estoy contento con
su condición. Pero le ordenó, levántate Petronila y
apresúrate a servirnos, la muchacha, curada, se levantó y
los sirvió, pero al terminar su padre la mandó al lecho y la
fiebre volvió 21.

El padre siente deseo por la hija, y la castiga. El padre


regala a sus hijas a sus huéspedes, como Job.Todo vestigio
del mundo femenino es violado en los libros sagrados de las
culturas dominantes. Las hijas valen solo por el himen
intacto.
Las madres son malas, ausentes, inalcanzables,
castrantes y deseadas. Las amazonas son una banda de
mujeres locas que se sienten hombres y se cortan el seno
que les estorba para poder utilizar el arco. La estima de la
mujer se elimina.

21
Jacobus de Voragine, The Golden Legend, LXXVI, “Santa Petronila Virgen”, citado por
Campbell en El Héroe..., p.116

66
67
Al’at o la piedra negra

A l’at, que significa diosa en árabe, originalmente la


misma Ba’Alat Ashtart, Asherah o Astarté, fue el nombre
dado a un meteorito. El antiguo mito dice que en esa negra
piedra bajó la Diosa a la tierra. Triple ella, con los nombres
de Q’re, Al’Uzza y Al’Menat era adorada en los territorios
árabes desde tiempos olvidados. Mahoma, que nace en el
570 EC en el seno de la tribu Quraysh, cuyos paisanos
eran no solo adoradores sino guardianes del templo de
Q’re, la doncella, es expulsado cuando empieza a predicar
las palabras de Alá. La Diosa como Al’Uzza, literalmente l a
fuerte, en su aspecto de luna llena y de madre, tenía su
templo, en cuyo altar se colocó la piedra divina, en el oasis
de la ahora Mecca. Los musulmanes construyeron una
estructura cúbica, la Ka’bah (literalmente cubo) para
albergarla, dentro de la más reverencida mezquita del
mundo islámico, Masjidul Haram.

68
Esta piedra negra, pulida ya por siglos de toques y
besos de los peregrinos, ha sufrido varias fracturas y, para
mantenerla, se montó en una estructura de plata sólida
que representa claramente una vulva, aunque los
musulmanes la llamen la Mano de Alá. Abraham copuló
ante esa piedra con su esclava Hagar (la egipcia) para
procrear a Ismael, el ancestro de todos los árabes, ya que
era, como todos los templos de la Diosa, un lugar donde se
celebraba la hierogamia. Se sabe que ese ritual seguía
efectuándose entre los chiítas persas, que podían tener
bodas temporales mientras duraba la peregrinación, y los
hijos nacidos de esos encuentros eran considerados
santos 22.

Los peregrinos musulmanes dan 7 vueltas a la Ka’bah


antes de poder pasar a su interior. En los tiempos
anteriores, siete sacerdotisas desnudas daban siete vueltas
a la piedra negra, eco a su vez del descenso de
Innana/Ishtar al inframundo y las 7 puertas que debió
cruzar, quitándose sus vestidos en cada una, antes de
lograr su objetivo 23. Cuando Mahoma suplantó a Al’at por
Al’a tuvo que conquistar este lugar sagrado.

El Profeta, influenciado por el monoteísmo ya


imperante en toda la zona desde varios siglos antes,
incorpora en el Corán muchas de las leyendas y actitudes
de la Biblia. Se dice que el Corán original establecía una
relación menos androcrática hacia las mujeres que el

22
R. Trubshaw, The Black Stone, The Omphalos of the Goddess. Mercian Mysteries, Albion Press,
1992
23
Alby Stone, Goddess of the Black Stone, Mercian Mysteries, Albion Press, 1993

69
judeocristianismo pero, a través de años y escribas, la
ideología misógina es también una ley que hay que seguir
fortaleciendo: en la sura 4:31 dice: los hombres tienen
au torid ad sobre las mujeres porque Alá hizo a uno superior
sobre la otr a y porque él gasta su riqueza par a mantenerla.
Así que la buena mujer es obediente, y gu arda l as par tes no
visibles como Alá las h a guard ado 24.

Es posible que durante el tiempo en que el Profeta


estaba vivo mujeres y hombres oraran juntos, pero cierto es
que a partir de 750 EC prácticas como el velo, 25 secuestrar
mujeres en el harem y, mas tarde, la mutilación de los
genitales femeninos se volvieron prácticas musulmanas
comunes. Una acción concreta, prohibirles salir de su
casa 26 ni siquiera para ir al mercado, dio como resultado la
extendida práctica de castrar a los esclavos, surgiendo así
los eunucos. Aquí se demuestra que el poder androcrático
no coloca a todos los hombres en un mismo nivel, sino que
la economía y la política jerarquiza, y que los hombres en
general (y en este caso los esclavos en particular) sufren
este sistema casi igual que las mujeres.

Después de 200 años, el Islam (literalmente rendirse),


se divide en dos grandes grupos, los sunnitas –que llevaban
al pie de la letra las enseñazas del Corán y sus
interpretaciones o hadices- y los chiítas, que creen que se
24
.When God was a Woman, p.195
25
“El rostro humano se percibe a través del hemisferio derecho del cerebro. Cubrir las caras de las
mujeres para que ni siquiera ellas pudieran verse el rostro era una manera de disminuir su poder
colectivo”. Shlain, p 372
26
Ibn al-Haji (1336): “la mujer solo debe abandonar su casa en tres ocasiones: cuando es
conducida a la morada de su esposo, al morir sus padres y para ser llevada a su propia tumba”. Y
eso considerando que los padres murieran juntos.

70
puede interpretar la palabra sagrada, que el conocimiento
no se limita a las páginas de un libro y que manifiestan
descender de Fátima, la hija de Mahoma y Khadija, su
primer esposa 27.

A todo lo largo del Medio Oriente la


diosa siempre fue venerada hasta la
imposición del monoteísmo. Es importante
mencionar su reinado en Egipto, con Isis
la de los Mil Nombres, inventora de la
agricultura, Maat, el orden, ritmo y verdad
del Universo, Bastet y Sekhmet la gata y la
leona, la nocturna Nut o Hathor, creadora
de la existencia. Los cuernos del Toro lunar
coronan sus divinas cabezas junto con el
disco solar/lunar y su ser protector y
creador se manifiesta a través siglos de
civilización y las dinastías –hasta la XVIII
(1570.1300EAC). La veneración a la Diosa
era manifestada en la matrilinealidad
estipulada por ley. Dice Robert Frazer que
la reverencia hacia la Diosa era tal que 28 el
arc aico sistema de matriarc ado, con la
pref erencia de mujeres sobre hombres en
materia de propied ad y herencia, duró
hasta tiempos romanos....

27
Shlain, p.374
28
citado por Merlín Stone, p 36

71
72
El oscurecimiento de la diosa:
guerra, sexo e inframundo

73
A l ser la diosa destazada por Marduk, al ser
arrasadas sus ciudades por los invasores guerreros, la
Diosa y su poder fueron transformados según las
necesidades político-económicas del sistema impuesto de
dominio. La existencia de las mujeres y su reflejo divino no
podía ser eliminada totalmente, así que se les asignaron
papeles acordes con las nuevas políticas. El sexo se
convirtió en lo obsceno de la carnalid ad y el pecado y se
inventó la prostitución instituida al servicio de los
hombres, pero, de manera clandestina, el sexo significaba
la cada vez más dañada –mas viva- memoria de las mujeres.
Cuando a la Diosa se le da el papel de patrona de la
sexualidad, se le quitan los elementos sagrados y se le
trivializa como tentadora, seductora y caprichosa. Le toca
ahora la responsabilidad de unir lo dividido por los
hombres, trastocar una moral fundamentalista y confundir
aún más a la humanidad.

La esclavitud de las mujeres para uso sexual se


diseminó por todo el mundo civilizado, y aún las esposas y
las pertenecientes a la clase dominante debieron de sufrir
el contacto sexual en lugar de gozarlo. Violaciones y
maltrato se hicieron costumbre, apareció la culpa tanto
para las mujeres, por el solo hecho de serlo, como de los
hombres, por sentir el deseo de ellas, y el sexo empieza a
asociarse con el dolor infligido como castigo.

Otro de los atributos otorg ados a la Diosa fue la


guerra. Al crecer la acción guerrera y ésta convertirse no
solo en agresiva sino defensiva, fue necesario que Ella -en
ciertos lugares- estuviera también al frente de las huestes.

74
Hay distintas concepciones de la Diosa guerrera según las
culturas, desde la androcratísima Atenea, que nace de la
cabeza de Zeus, hasta la Morrigan celta, que mantiene
mucho de la divinidad antigua y que veremos más adelante.

El tercer atributo es el de regir el inframundo: el reino


de los muertos. Sí, se mantiene la visión de la Diosa triple,
mas ahora sus tres reinos son totalmente alejados de la
vida, el placer y la abundancia, para situarse en el uso en
el caso del sexo para hombres, el asesinato y la rapiña, qué
otra cosa es la guerra, y el terrible mundo de los muertos.

Recordamos que la muerte fue aceptada como un


hecho natural durante milenios. Enfermedades y accidentes
debieron ser las causas generales de defunción en
sociedades neolíticas que no utilizaban armas, como
atestiguan los arqueólogos. Pero la inclusión sistemática de
la muerte por hechos violentos cambia radicalmente el
concepto de morir: ya el héroe Gilgamesh recorre la estepa
angustiado por la repentina conciencia de su muerte
segura. Porque el ciclo de nacimiento-muerte-renacimiento
cambia al contacto con el filo de la espada. Tanto del que la
blande como de quien cae por ella. Y en lugar de una Diosa
que devolvía la vida en sus entrañas, la guerra marca al
guerrero para una muerte que lo glorifica como héroe pero
a la vez le crea un obsesivo temor por ella.

Las entrañas de la Diosa se convierten en un mundo


húmedo y oscuro pero terrorífico donde vagan las sombras
y los guerreros, estos seres divinizados por su muerte
gloriosa, deciden llevarse con ellos todas sus pertenencias,
tanto objetos como sirvientes, mujeres y animales. Las

75
tumbas demuestran el cambio: múltiples huesos, armas,
además de ofrendas, acompañan los esqueletos del guerrero
muerto.

A La Diosa se le ha permitido la permanencia en las


culturas politeístas, pero su luz primigenia se oscurece con
la sombra del ascendido dios tronante que no perdona.

La derrota infligida a
los pueblos adoradores de
la Diosa forzosamente
implicó derrotar sus
maneras de vida. Entonces
la mujer es subyugada,
violada y castigada por
serlo. Es por eso que
Coyolxauhqui es destazada
por Huitzilopochtli, que
Zeus es impuesto como el
dios de dioses y reduce a
Hera al papel de esposa
engañada y celosa. Por eso
el babilónico Marduk
destaza a Tiamat, la Madre
del Mundo. Y es por eso mismo que, aunque no se puede
ocultar que la vida proviene de ella, la madre puede y debe
ser dominada.

Según Mellaart, la Familia divina en Catal Hayuk se


representa en orden de importancia: l a madre, la hija, el hijo

76
y el padre 29, estructura que seguramente refleja a las
familias que habitaron la ciudad. Esto apoya la afirmación
de Robert Graves de que en esta tierra no hay mas que dos
tipos de seres: las madres y sus hijos, sean estos
hermanos, padres, sacerdotes....siempre serán hijos. Es por
esto que la Diosa tiene a su hijo, quien la vez es su
consorte. Y dice Gimbutas: el mundo del mito no estab a
polarizado en f emenino y masculino como lo estab a entre los
indoeuropeos y muchos otros pueblos nómad as y pastores
de las estep as. Ambos principios se manif estab an uno al
lado del otro. La divinid ad masculina en f orma de un hombre
joven o un animal macho parece af irmar y f ortalecer las
fuerzas de la hembra ac tiva y creativ a. Ninguno se
subordina al o tro; al complementarse, su poder se ve
mul tiplicado 30.

Pero para los griegos –esos padres de la civilización


occidental- con su alto Olimpo desde donde los rayos de
Zeus mantenían el control sobre todo lo que se moviera
abajo en la tierra, el matricidio no era un crimen.

En la Orestíada 31, una de las más famosas tragedias


griegas, Esquilo representa el juicio a Orestes por el
asesinato de su madre Clitemnestra. En ella el dios solar
Apolo explica que los niños no tienen relación con sus
madres, que no es la que llaman la madre la que engendra

29
Catal Huyuk, p.201
30
Goddeses and Gods of Old Europe, p.237
31
la Orestíada es una trilogía. En la primera, Agamenón, su hijo Atreo sacrifica a su hija Ifigenia.
Su madre Clitemnestra la venga matando con un hacha a Agamenón. En la segunda, Las Coéforas,
Orestes mata a su vez a su madre Clitemnestra para vengar a su padre. La última, que es la que nos
ocupa, es las Euménides, donde Orestes es protegido por el nuevo dios, Apolo.

77
al hijo, sino que solo es la nodriza del embrión recién
sembrado. Engendra el que f ecunda, mientr as que ella solo
conserva el brote 32. Les d aré pruebas de lo que les he dicho,
continúa. Puede haber padre sin madre alguna. Ahí esta
ella, l a testigo viviente, hija del olímpico Zeus, ella quien
nunca f ue albergad a en la oscuridad de matriz alguna, que
diosa alguna pudo nunca dar a luz a tal criatura.

En ese momento Atenea, que según el mito griego


nació ya adulta de la cabeza de su padre Zeus, entra y
confirma lo que Apolo dice: solo los padres emparentan con

32
Esquilo, Las Euménides p.260

78
sus hijos. No hubo ninguna madre en ningún lado que me
dier a nacimiento y estaré siempre por el hombre con todo el
corazón y f uertemente del lado de mi padre 33.

El coro de Furias o euménides, que representan el


orden anterior y persiguen sin piedad a los culpables del
execrable crimen de matricidio, dice entonces: Dioses de
generaciones nuevas, han roto las leyes del tiempo an tiguo y
las h an arr anc ado de mis manos. y se dan entonces por
vencidas. Atenea decide el juicio y Orestes es absuelto por
el asesinato de su madre.

Esta diosa nacida de la cabeza de ese dios patriarca,


del pensamiento de Zeus, es la nueva figura femenina que
reniega de su feminidad. El orden androcrático dominante
se ha impuesto, las nuevas normas remplazan a las viejas y
ella se pliega a su ciudad Atenas, donde Zeus y Ares 34
gobiernan. y todas las figuras relacionadas con la vieja
religión son vencidas y reducidas a papeles menores dentro
del complejo mitológico.

Así como la Orestíada fue diseñada para influir y


reeducar la visión de la realidad, así los nuevos señores se
dedicaron a destruir todo vestigio posible del poder de la
Diosa y colocarla en los papeles asignados ahora a la mujer
dentro de un sistema ético negador del mundo que
transfigura y metamorfosea el mito.

Cuando no fueron incendiadas y reducidas a cenizas,


las historias fueron re escritas.
33
Cita en The Chalice and the Blade, p. 78
34
Ares, dios de la guerra, Marte para los romanos.

79
A continuación les presento un breve desfile de diosas
de la nueva era patriarcal. Diosas ya oscuras, construidos
estereotipos de la mujer que mantienen hasta cierto punto
su poder original, pero muy matizado por el régimen de
dominio. Por supuesto que faltan muchas, pero son solo
una muestra de las características con que nos enjoyan los
“dueños del mundo”.

80
Ella es tan hermosa:
desnuda, negra y terrible
desnuda, negra y terrible;
desnuda como la vida y la
muerte;
su piel es azul como una
sombra,
su cabello negro y enredado
por el viento,
agitado como el tiempo
desnuda y negra y terrible
coronada con cráneos,
bebe sangre de demonio
pero ella es hermosa,
hermosa hermosa
ella es hermosa,
hermosa
hermosa

canto de Nivedita para Kali

K aliMa, con su terrorífico aspecto, surge apenas en el


400 AEC, en el sur de la India, zona Dravinea que tiene
menos influencia del dominio Ario, extendido
principalmente por el norte. Diosa suprema de los Saktas,
Kali Ma, cuyo nombre significa literalmente Madre Tiempo,

81
en una de sus manos tiene la espada para vencer a los
demonios, que son los enemigos de su pueblo, y en otra el
fuego de la vida. Por un lado es la terrible, es la fiera que
lucha y da muerte, por el otro es la dadora de vida. Ella
representa una versión actualizada de la Diosa para
tiempos patriarcales. Ella reta, amenaza a la estabilidad y
al orden, es la rabia y la furia, la diosa encabronada.

El material escrito sobre Kali se encuentra


principalmente en las Puranas, redactadas por los
brahmines arios. En el racista sistema de castas que éstos
implantan en la India se coloca a los dravíneos, junto con
su diosa, en los estratos inferiores, y acentúan la
oscuridad de su piel, que revela un desarrollo espiritu al
más bajo 35.

A través de los siglos, tiene Kali


seguidores que la usan como pretexto
para el dominio, utilizando el temor y el
sacrificio, y muchos más que la
veneran como la Madre de tiempo, vida
y muerte. Pero también esta imagen de
terrífica fue aprovechada para volver a
subrayar la maldad implícita en su
feminidad, como lo muestra esta
escultura en que traga los intestinos de
Shiva a la vez que se toma un pecho, a
diferencia de la imagen anterior en el
que él yacía plácido mientras ella pelea
para protegerlo. En esta escultura, al

35
Skanda Purana

82
contrario, se une a la muerte salvaje con el sexo, pero con
el sexo de mujer, esa criatura perversa.

Grecia

83
S egún
Hesíodo, an te todo f ue el Caos y luego, Gaia, l a
del ancho seno e inquebran table sostén de tod as las cosas,
y Eros, el más hermoso de los inmortales 36.

En este principio mítico


griego preolímpico, Gaia comienza
a engendrar sola. Así crea al
cielo, las montañas y el mar. Pero
al comenzar a acoplarse con los
elementos masculinos por ella
creados empiezan los problemas,
y padres e hijos divinos se
asesinan y devoran entre si hasta
que por fin Zeus toma el poder
total. Después se crearon los
mortales y, claro, la causante de
todos los males, que se llama
Pandora, y es la primera mujer,
insensata, irracional,
desobediente. Pues de ella
desciende la f unesta estirpe de
las mujeres: Gran cal amidad p ara
los mortales.

En una cultura que


privilegia el pensamiento sobre
todo lo demás, la mujer debe ser
considerada como poco menos que
imbécil.

36
Hesiodo, Teogonía, citado por Eisler p.59

84
Creta y Artemisa conquistadas, el desdén aqueo –esto
es, indoeuropeo- por la mujer se manifiesta con claridad
desde la Ilíada y a través de toda la literatura y la filosofía
griegas. Zeus es un violador consumado y aún su esposa
Hera teme desobedecerlo por miedo a ser golpeada. Atenea
nace de su cabeza y se dedica a patrocinar la guerra. El
reinado del falo es tan contundente, que una de las leyes
que instituye Solón, el padre de la democracia, permite a
un padre vender a su hija como esclava si pierde la
virginidad antes del matrimonio. De hecho, según la
historiadora Eva Keuls 37, las mujeres y los esclavos tenían
el mismo estatus y la esclavitud en Atenas era más cruel
que en otras sociedades. Señala una combinación de
supremacía masculina y culto al poder y l a violencia que
llama f alicismo. En la Grecia clásica existía una policía
para mujeres, la gynaikonomoi que, según Aristóteles,
restringía el movimiento de las mujeres p ara proteger su
castid ad. Porque la mujer griega solo era recipiente y
productora de hijos. Se le consideraba tan inferior que era
compañera inadecuada para los hombres. No es de extrañar
que la homosexualidad griega– específicamente entre
hombres y muchachos- fuera tan celebrada. Aquí quiero
apuntar que las relaciones entre hombres de igual madurez
no eran socialmente autorizadas. Toda relación -sexual o
no- era de dominación. El joven debía de asumir el papel
pasivo y si se encontraba que el adulto desempeñaba este
papel, era tratado igual que a las mujeres: con el mayor
desprecio.

37
Eva Keuls, El Reinado del Falo, Política Sexual en la Antigua Atenas, University of California
Press, Berkeley, 1993

85
En esos tiempos, frente a
la mayoría de las casas
atenienses, había una estatua
de Hermes con el pene
enhiesto y la erección se
representaba incluso en
imágenes de niños. Era un
verdadero culto al falo, a su
poder. Las niñas eran, en su
mayoría, abandonadas a su
suerte y ésta, si sobrevivían,
era la esclavitud. Las que
quedaban bajo la autoridad del
padre eran casadas muy jóvenes, consideradas solo un
recipiente desgraciadamente necesario.

Aunque en Atenas siempre hubo resistencia


clandestina, como en 415 AEC, que hubo un movimiento
que destruyó todos los Hermes priápicos, o como el mismo
Sócrates, quien estaba conciente de la igualdad de las
mujeres y predicaba en consecuencia (no lo habrán matado
por subversivo). Y debo de hacer notar que las mujeres en
Esparta eran educadas al igual que los hombres. Era esta
una sociedad participativa, en que ellas gobernaban
mientras ellos se ausentaban en sus guerras, y gozaban de
libertad sexual. Tenían igual valor los guerreros que las
madres (la acción de dar muerte y dar vida). Pero en
Atenas, ciudad-estado que acaba dominando el mundo
griego, el sistema se mantuvo gracias al alto nivel de
violencia institucionalizada contra mujeres, niñas y niños,
tanto en la esfera privada como en la pública

86
Entre los dioses no era diferente. Zeus tonante –y
todos los dioses arios son dioses del trueno- es dueño y
señor de todo lo que es- dicen- y cualquier mujer del rango
que fuera debía de mostrarse complaciente para merecer
una mirada de consideración. En la complicada mitología
griega el abuso es general. Como en el secuestro de
Perséfone y su violación, engaño y la separación forzada de
su madre. El conocido mito subyacente del invierno y el
retorno de la primavera no oculta la violencia y la sumisión
de la diosa a su destino.

Hécate es una diosa oscura, triple y terrible, es la


vieja Diosa de las brujas, de la noche y la luna, del
inframundo. Hécate es de origen tracio y preolímpico, así
como Perséfone tiene origen etrusco y Artemisa reinó en
Anatolia. Medea es su sacerdotisa. Curiosamente Zeus le
tenía cierta deferencia y hasta le dio una porción del
planeta y del mar. Quizá por ser la guía hacia el Hades o
porque maldijo a los Troyanos. Tal vez por ser la diosa
madre del poder de la palabra mágica.

Por otro lado, la Medusa, al igual que Circe,


representa la malignidad que debía ser conquistada por los
héroes griegos. Las serpientes siempre han sido símbolos
de la diosa y en la cabeza de Medusa, eran arma terrible.
No es extraño que las artes mágicas y oraculares fueran
tenidas en aprecio ante el vasto misterio de la vida y de la
muerte, pero por esa misma razón las mujeres que las
poseían eran sumamente peligrosas para los hombres.

87
Y si hablamos de mujeres peligrosas, las amazonas de
Artemisa parece que fueron más que mito 38. Mujeres
guerreras que deciden defender su vida utilizando los
mismos métodos del enemigo, con su propio sistema de gobierno,
que solo se relacionaban con hombres extraños y criaban
solo niñas, fueron descritas en la Ilíada como antianeirai –
que significa las que van a l a guerra como hombres, hasta
que Hércules engaña a su reina Hipólita, le roba su cinto
protector divino y la asesina. Las amazonas tratan de
recuperar a Antíope, la hermana secuestrada de Hipólita,
pero son vencidas en Atenas. Esta última batalla está
representada en el Partenón y Plutarco, entre otros, da
testimonio de ello.

38
ver mi artículo Amazonas, en Acento 452 y 453, de la Voz de Michoacán.

88
Estas historias homéricas sobre mujeres capaces de
existir sin hombres, y peor aún, resistirlos en batallas y
vencerlos, difícilmente parecieran ser verdad sino, al igual
que los cíclopes gigantes, solo una metáfora literaria. Pero
según los mismos griegos, durante unos 400 años -1000-
600 AEC-, las Amazonas llegaron a gobernar grandes
porciones de Europa, Asia Menor (Anatolia) y África. Se
sabe que establecieron ciudades llamadas Amazonium en
Pontus y la Isla de Patmos y numerosas poblaciones
antiguas, incluyendo Smyrna y Éfeso, con su Gran Templo
a Artemisa, claman haber sido fundadas por ellas.

89
Esta pintura de Tintoretto demuestra el estatus de la
diosa durante la gloriosa época griega: Afrodita, nuestra
Astarté, cuyo truculento nacimiento griego la hace hija o de
Zeus y una de sus amantes, Dione, o de los genitales
cercenados y lanzados al mar de su padre Cronos, es
casada por Zeus con Hefestos, el viejo y cojo dios herrero y
a quien engaña nada menos que con Ares, el dios de la
guerra. En esta escena ella duerme después del amor,
Hefestos llega a comprobar la traición y Ares huye por la
ventana. Mientras tanto, Eros duerme apacible junto a ella.

90
Norte de Europa

N os vamos ahora al norte


de Europa, donde Freya es una
poderosa deidad, la única
femenina en el panteón nórdico
y que funge como la Diosa del
amor, del sexo, de la brujería,
de la guerra y del Valhalla, el
inframundo exclusivo de los
guerreros. Freya comanda a las
Valkirias, estas feroces
devoradoras de cadáveres,
comedoras de hombres,
montada en su carro jalado por
gatos.

De acuerdo con los


escritos nórdicos llamados
Edda 39, durante el neolítico
habitaba las tierras del norte llamadas Vanheim, la tribu
de los Vanir, quienes al saber que se aproximaban los
llamados Aesir, comandados por Odín, otro dios tronante,
para evitar un enfrentamiento decidieron en consejo que su
diosa hiciera alianza casándose con Odín, quien le entregó
el Valhalla y la libertad que esta diosa exigía. Ella como

39
Edda Poética, poesía de Islandia que data entre el 900 al 1100 EC, y Edda en Prosa, compilada
por el islandés Snorri Sturluson en el Siglo XIII

91
esposa se llama Fregga y como bruja, amante y guerrera,
Freya, de quien el mismo Sturluson afirma que, al tiempo
que escribía los Eddas, dos siglos después de que el
cristianismo se había convertido en la religión oficial, solo
la diosa Freya permanece viv a.

De alguna manera, Freya se equipara a Kali al estar


relacionada con el campo de batalla tanto como con el
campo lleno de flores de la primavera. Es ella la que enseña
a ver en el tiempo los sucesos por venir y la que tiene un
encuentro sexual con los enanos oscuros a cambio del
mágico collar Brisingamen. Es ella la que lleva la espada y
la lanza y escoge a los guerreros que han de morar en el
Valhalla.

También en tierras celtas –Irlanda, Escocia, Gales,


Galicia, Cornwall, Bretaña- el conocimiento recuperado en
textos de la tradición oral bárdica surge hasta ya entrado el
imperio cristiano. Los celtas fueron guerreros mientras
habitaron el continente europeo. Se fueron moviendo desde
Turquía hacia el centro de Europa. Resistieron el imperio y
llegaron a invadir Roma para ser paulatinamente
empujados a sus actuales territorios por romanos y
teutones. La celta fue una sociedad participativa hasta su
conquista por los cristianos, ya avanzado el primer milenio
de esta era. Las diosas eran más importantes que los
dioses y las mujeres tenían los mismos derechos que los
hombres. Podían tener tierras, divorciarse, ser sacerdotisas
o reinas, amantes y guerreras. Las históricas reinas
Boudicca y Cartimandua pelearon contra los romanos y
Plutarco anota que las mujeres celtas eran frecuentes
embajadoras en batallas y parte de los consejos de paz.

92
En la verde isla esmeralda de Eire, Irlanda,
La Morrigan, es Diosa de la guerra que guía a
su pueblo con agudos gritos. Es Macha, la
poderosa, Babd, la que hierve, y Nemain, la
venenosa. La épica Tain Bo Dualgne deja
claro que es otra diosa triple, también
protectora de su pueblo. Doncella, Madre y
Vieja, se presentaba ante sus enemigos –
formorianos o Fir Bolgs-cambiando de forma,
de hermosa pelirroja vestida con su túnica de
sangre a el negro cuervo de gritos
espeluznantes y la muerte descendía de sus
alas.

La galesa Ceridwen es la Gran Bruja. Su nombre es traducido como


Caldero y Fortaleza de Sabiduría, posee la gran visión profética y
también habilidades chamánicas de transformación, pero no es capaz
de prever que Gwion, el niño que utiliza para mover la pócima que
hierve en su caldero, tocará accidentalmente el líquido y obtendrá
para si el poder que era cocinado para Afagddu, el oscuro y feo hijo
de la Diosa.

Al llevarse la pócima a los labios, Gwion sabe de inmediato lo que


va a suceder y se transforma en liebre para escapar de la ira de la
Diosa, pero ella se transforma en perro y comienza una persecución
en la que él se transforma en pez y ella en nutria, él en pájaro y ella
en un gran halcón. Sintiendo de cerca la muerte, el pájaro se
convierte en grano de trigo y cae en una gran pila, pero esto no
engaña a Ceridwen y como una gran gallina negra y picotea los
granos de trigo hasta que se traga al muchacho. En lugar de ser su
fin, el grano de trigo echa raíces en el vientre de la Diosa y empieza

93
a crecer. Ella jura matarlo en cuanto nazca, pero al verlo decide
mejor dejarlo a su suerte: lo mete en un saco de cuero y lo lanza a la
corriente del río.

México

94
Y entre nosotras, y para no ir mas lejos, sabemos que
el imperio azteca dominó también a sangre y piedra una
basta región en solo 200 años, y repite el patrón dominador

95
muy claramente: se apodera de las tierras, esclaviza a los
pueblos, se queda con las mujeres de la élite y rescribe la
historia y los mitos, que transforma en su favor. Rinde
pleitesía a un dios guerrero y cruel, como es el colibrí
zurdo, Huitzilipochtli, y no es exagerado decir que el terror
era una de sus mejores armas.

El antropólogo belga Michel Graulich 40 da cuenta de


un mito del origen, donde cuatro dioses matan a su madre,
Huey Tonantzin, Nuestra Gran Madre Venerada,
estableciendo el sacrificio, el origen de la muerte. En otro
mito, el Origen de la T ierra según la Hystoire du
Mechique, 41 Quetzalcoatl y Tezcatlipoca parten en dos a la
diosa Tlaltecuhtli, que era un monstruo...que tenía muchos
ojos y bocas en las coyunturas, con las que mordía como
bestia salv aje.
Ambos dioses se tr ansf ormaron en dos inmensas
serpientes. Uno de ellos suje tó a l a diosa, desde la mano
derecha hasta el pie izquierdo, y el otro la tomó desde la
mano izquierda hasta el pie derecho. De l a mitad de sus
esp ald as hicieron la tierra y la otr a mitad la subieron al
cielo. Los demás dioses al ver esto, para consolarla deciden
que todos los f rutos necesarios para l a vid a del hombre
debían salir de ella, quien exigía comer corazones y no
daría sus frutos sin antes ser regada con la sangre de los
hombres. Se repite la historia de Tiamat y Marduk, el
matricidio ahora aderezado por la sed de sangre que debe
ser calmada para que la vida siga. Buen pretexto para
establecer el régimen de terror a corazón abierto.

40
en Mythes et Rites des Vintaines de Mexique Central Prehispanic, 1980, citado por Blas Romás
Castellón, en Cosmogonías de los nahuas antiguos, de Mitos Cosmogónicos del México Indígena,
41
ibid, p.129-30

96
Huey Tonantzin es vista de distintas maneras en la
mitología azteca. Como Tlazolteotl es una diosa oscura que
traga los pecados ajenos y los vomita, es la diosa de la
basura que al ser violada por Tezcatlipoca se ensucia y es
entonces la diosa de los adúlteros y desvergonzados; es
Xochiquetzal, la de las flores y las plantas que hacen dar
vueltas; es Ixnextli, la que tiene ceniza en la car a, la
pecadora mariposa de obsidiana 42. Y el violador? Ese es el
viejo coyote, nada más.

Tlazolteotl azteca
La
visión de la Tlazolteotl-Huey Tonantzin
huasteca difiere en mucho en la
representación azteca: la llamada

42
códice vaticano

97
comedora de inmundicias es aquí la misma diosa de los
partos, de los nacimientos y sus rasgos son dulces. La
huasteca es también cultura nahua, como muchas otras del
Mesoamérica, pueblo de ilusionistas y magos que no tenían
la lujuria por pecado, dijo Sahagún 43 y tampoco el de la
violencia, como atestigua su arte, ya que no era un pueblo
imperialista, como los aztecas.

En la cultura Purépecha, Cuerauáperi la creadora y


madre de todos los dioses terrestres 44, es la que hace nacer
y la que desata la muerte. Y es también Xarátanga, que es
la luna nueva, la que hace crecer las plantas, la Diosa de
los Mantenimientos, Equivalente a Tlazoleotl, es la que
limpia las impurezas de los pecados carnales, al igual que
su nagual, el zopilote.
Ella es una de las deidades que va a la guerra, con el
nombre de Serpiente que aprisiona 45.
Tlazolteotl huasteca

La impresionante Coatlicue, la de la Falda de


Serpientes, es la Madre Tierra que los aztecas convierten
Tlazolteotl huasteca
en madre del sanguinario Huitzilopochtli. Es telúrica y
sabia, contiene vida y muerte. Madre de Coyolxauhqui, la
luna, y sus 400 hermanos, las estrellas, quedó
embarazada por una pluma que cayó del cielo mientras
hacía el barrido ritual de Coatepetl, la montaña de la
serpiente. En cuanto nace el nuevo dios, vestido de ya

43
citado por Octavio Paz en Magia de la Risa, de Paz, Medellín y Beverido, UV 1962, p. 11
44
Relación de Michoacán, p.72
45
Vega Núñez, Mitología Tarasca, p.67

98
guerrero, destaza el cuerpo de su hermana y termina con
sus demás hermanos, porque – sintiéndose inf amados-
pretenden matar a su madre y a su nuevo hermano. EL
cuerpo de Coyolxauhqui rueda por el Coatepetl y puede ser
una clara metáfora del final dado a la adoración femenina-
lunar. Y aún más, el nuevo dios –cuyo oficio es la guerra-
tiene otra hermana, Malinalxochitl, que era hermosa y de
gentil disposición y de tan ta h abilid ad y saber, que vino a
dar en mag a y hechicera. Tan grande era su poder mágico
que los mexicas quieren deshacerse de ella y su hermano
ordena abandonarla. Ella pare a Copil y le pide venganza.
Huitzilopochtli entonces le arranca el corazón al sobrino,
del cual brota el nopal en que mas tarde hall aron el águila
que marcó el asiento en que se levantara l a ciudad de
Huitzilopochtli. 46

46
de El poema de Huitzilopochtli en Garibay, Épica Nahuatl, , p.42-49

99
100
La Diosa y el Astado

El toro, el ciervo, el alce y aún el macho cabrío, son


animales relacionados desde siempre con la Diosa. Como
ya vimos, hay representaciones muy tempranas de esta
dualidad, en la que el hombre –hijo y consorte- representa
de esta manera la fuerza y el vigor de la naturaleza. El
poderoso llamado para el apareamiento de estos animales,
la fuerza prestada para abrir los surcos y cultivar al tierra
del toro 47, los hacen un símbolo poderosamente sexual

47
ver mi artículo Ese Toro Enamorado de la Luna en Acento 492, de La Voz de Michoacán. Ver
también La Rama Dorada, Cap XLIX, p.528

101
que es tomado para emparejarse a la Diosa, cuando no es
un joven pleno y bello.

Uno de los mitos sobre la Diosa que muestran una


visión androcéntrica disfrazada es la de Diana y Acteón.

Diana es para los romanos la Artemisa griega, que es


la Madre Universal de Knossos, la de los mil pechos. Pero
tanto la versión griega como la romana son ya parte de la
banda comandada por Zeus/Júpiter.

102
En esta historia narrada por Ovidio 48, Diana
Nemorensis, la que habita en los bosques, la diosa lunar,
virgen y cazadora, se baña desnuda a medio día en la
poza de agua fresca de su bosque sagrado, junto con sus
ninfas. Su lanza, su arco y sus flechas, sus sandalias y su
túnica descansaban en el césped de la orilla. Acteón, un
joven cazador, vagaba por este bosque después de una
mañana de caza, dejando atrás a sus compañeros y sus
perros. Al caminar sin rumbo se topa con la escena
prohibida a ojos humanos del baño de la Diosa.

Al momento, las ninfas cubren el cuerpo la Diosa para


esconderla, pero él había visto y lo seguía haciendo. Y
como lo único que tenía Diana a la mano era agua, la echó
en la cara de Acteón y le gritó con furia: ¡Ahora ya eres
libre de decir, si puedes, que has visto a la Diosa desnuda!

En ese mismo instante le brotaron astas en la cabeza,


su cuello se volvió grueso y largo, las puntas de sus
orejas se afilaron. Brazos y piernas se convirtieron en
patas y las manos y los pies en cascos. La maldición
estaba hecha: sus propios perros olfatearon al gran ciervo
en que se había transformado y lo atacaron. Sus
compañeros llegaron a tiempo para rematarlo.

Hay varios puntos a tratar en esta escena:

Primero: que aquí el convertirse en el Astado es


maldición. La Diosa mata a su hijo al convertirlo en

48
Ovidio, Metamorfosis, Libro Quinto, cap V

103
ciervo, en el símbolo de su pareja mítica. Con esta acción
la Diosa mata al Astado, lo entrega a los hombres, y al
hacerlo se conserva pura al defender su virginidad del
más ligero peligro que la amenace.

Ahora la Diosa debe de mantenerse virgen, o sea,


infecunda. Separada. Además, y por lo tanto, el principio
femenino es inalcanzable, traicionero, peligroso y mortal.

Aunque hay otra interpretación de la Diosa como


virgen, que no tiene una connotación sexual sino
ideológica, ya que puede tener compañeros sexuales pero
no aceptar dominación alguna de hombre alguno y quien
es siempre madre, siempre virgen y siempre amante, esta
escena demuestra lo sutil que ha sido la metamorfosis del
significado mítico y como, al arrancarnos la imagen
positiva femenina de manera tan violenta, este nuevo
significado se ha arraigado tanto en las profundidades del
ser para colocarnos hoy, a mujeres y hombres, en una
especie de laberinto sobre un desierto en donde se han
roto todas las señales.

104
105
Epílogo

Por más seductoras que encuentren los hombres


sus propias fantasías
sobre la mujer sexualmente insaciable,
se les puede ver retraerse
con franca rapidez
de cualquier cosa
que se asemeje a esa realidad.

Barbara Walker

106
107
T oda esta historia se ha tratado de la domesticación
de las mujeres y la deshumanización de los hombres. A
través de la manipulación de los mitos, de los símbolos, se
impone la androcracia, la violencia y la muerte sobre la
vida, el gozo y la mujer. Aunque el sexo es la pulsión vital
mas terrena e importante, al ser colocada en el ámbito de
lo inmoral, fuera de la ley impuesta a sangre y miedo, se
convierte en sucio, prohibido e igualmente mal deseado. A
la mujer se le odia y desea, se le desprecia y castiga. La
diosa oscurecida es puta y siempre seductora.

Mucho ha sucedido desde que Tiamat, Huey


Tonantzin, fue destazada y el Matrimonio Sagrado, el sexo,
es eliminado de los mitos creacionales para pasar a ser la
marca asquerosa de nuestra vil humanidad. Culpa culpa
culpa es la seña en la frente. Culpa por el deseo, pero
verdadera culpa por las mutilaciones de los pies de
millones de mujeres chinas, de los genitales de las
musulmanas. Culpa por las recién nacidas abandonadas
por ser niñas, por las esclavas, las prostituidas, las
violadas, las asesinadas. Las miles de mujeres quemadas
por la inquisición y sucursales, continuación de la misma
bárbara necedad de acabar con la Diosa. La
institucionalización global de la violencia judeocristiana y
sus variantes indoeuropeas hiere aún nuestra
cotidianeidad. Dios es la cabeza del hombre y el hombre es
la cabeza de la mujer, dice el Corintos.

Al separar, al dividir, han destruido. El


autodenominado dios de la luz inicia una guerra eterna
contra quienes llamó hijos de la oscuridad –que son todos

108
los otros, las otras-, y vuelve a este mundo maniqueo.
Estás conmigo o contra mí, porque celoso es mi nombre. El
sexo está en Eros pero lo violentan con Tánatos. Sexo
enfermo de pornografía, sadomasoquismo, pedofilia, de
donjuanismo, eyaculación precoz y frigidez, de no hallarse
a gusto ni encontrar satisfacción en nada.

Porque el miedo absurdo a lo femenino, a la vulva y la


sobre valoración del falo erecto, de la violación y el
dominio, están matando al mundo. La oscuridad cálida del
útero es trastocada en infierno y nuestro misterio en
peligro mortal. Se siguen manipulando los símbolos y
asesinando mujeres, al tiempo en que vemos como el
mundo sucumbe en esta absurda y estúpida
autodestrucción continuada desde que se renegó de la
fuente de la vida, desde que el hombre chingó a su madre 49.

Y es ahora -en estos tiempos interesantes- que Ella


vuelve, la Diosa, y se instala suavemente en las
conciencias. Es por Ella, que es nosotras, que sentimos la
imperiosa necesidad de recobrar el poder de la vida, el
poder del sexo y el placer como éxtasis del cuerpo y la
conciencia. Es, por tanto, tiempo de recuperar el
significado de estos conceptos: de placer como bienestar
extático, de oscurid ad como misterio vivo del subconsciente
y del universo, de poder como capacidad vital inherente a
la voluntad. Es tiempo de reconsiderar bajo nuevos ojos las
religiones androcráticas de temor, esterilidad, y represión
como herramientas del sistema de dominio y entender que
los mitos guían nuestro subconsciente, por lo que debemos

49
sic de sics.

109
analizar si son pro-humanos o anti-humanos, si son de
vida, de fertilidad, de amor, o de muerte, dolor, y miedo.

Reinterpretar los signos es la tarea. Es recobrar los


cuernos del toro del cielo en nuestras manos multiplicadas
por todo el globo. Es recuperar el cuerpo completo y el
sentido de lo sagrado, para no volver a decir, como Rosario
Castellanos: la alegría, ese ilícito. Es, en fin, ser carne y
voluntad, espíritu e inteligencia, el amor y la conciencia de
la Diosa en acción.

Quiero finalizar con estas palabras de Joseph


Campbell, escritas en El héroe de las mil caras:

La mujer, en el lenguaje gráf ico de la mitología,


representa l a to talid ad de lo que puede conocerse. El
héroe es el que llega a conocerlo. La mujer es la guía a
la cima sublime de la aventur a sensorial. A la Diosa se
puede acceder solamente con gentileza, y si el héroe
puede tomarl a tal como es, sin re acciones indebid as, es
potencialmente el dios encarnado en la creación del
mundo de ella.

Elizabeth Ross,
aquí en Morelia, 2003-04

110
111
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117
Índice iconográfico

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Figura hecha con barro y polvo de hueso- Moravia, República 10
Checa. 24000AEC

Venus de Laussel, conocida como La Dama del Cuerno. 12


Dordogne, sur de Francia, 25000-20000AEC

Venus de Willendorf, Austria. Piedra caliza, 11cms. 16

Vulva tallada en piedra, encontrada encima de un altar en 18


Lepenski Vir, ex Yugoeslavia. c. 6000AEC

Escultura tallada en cuerno de reno, encontrada en la 19


caverna Le Placard, Carente, Francia. 15000-13000AEC

Pintura rupestre de la cueva de Lascaux, Francia 21

Esta majestuosa diosa flanqueada por felinos da a luz al hijo 24


que emerge entre sus piernas. Encontrada en Catal Huyuk,
6000AEC

Mapa de Catal Huyuk y el volcán Hasan Dag, mural 25


encontrado en una de las casas del asentamiento. La
montaña era un gran yacimiento de obsidiana. 6150AEC

Isla de Kárpathos, 4500-3200AEC 26

La Dama de Pazardžik, Bulgaria central, cultura balkanica, 29

118
c. 4500AEC

Reconstrucción de uno de los salones del templo de Catal 30


Huyuk, Turquía

Astas estilizadas de toro, templo de Knossos, Creta 30

El doble abrazo, escultura en piedra. Catal Huyuk 31

Figura de Colima, Centro Occidente, México. 33

Fresco de los Antílopes,en el palacio de Akrotiri, Creta, 1550- 35


1500AEC

La Parisina, fragmento de un fresco en Knossos 1450AEC 36

Dibujo esquemático de la taurokath arpsia hecho por Sir 37


Arthur Evans a partir de un fresco en Knossos.

Figura de mármol con forma de violín de la cultura cicládica, 38


(Islas Cícladas, en el mar Egeo) 2800EAC

Artemisa de Éfeso 39

Figura femenina fálica, con grabados e incrustaciones. 42


Starčevo, Hungría, 5600-5300AEC

Toro de oro del norte del Cáucaso, Rusia. 3000AEC 43

Figuras sumerias de Inanna fabricadas en molde 44

Astarté, relieve en barro, Fenicia, 1400AEC 45

119
Ishtar. Escultura en alabastro, oro e incrustaciones, 46
Babilonia 3000AEC

Innana, relieve en de barro, Babilonia 48

Dibujo de un amuleto persa del siglo XVIII contra Lilith 59

Relieve mesopotámico conocido como La Reina de la Noche. 60


Originalmente pintada de rojo sobre fondo negro, se cree que
representa a Ishtar, pero también se le atribuyen
características que corresponden a Lilith, 1800-1750EAC

Escultura cretense en cerámica, conocida como La Diosa de 61


las Serpientes, en realidad representa a una sacerdotisa de
Artemisa. 1600AEC

Nvwa como pilar del cielo, Xiao Yuncong (蕭雲從), 1596-1673 62

La Tentación de Adán y Eva, detalle. Masolino, fresco en la 63


Capilla Brancacci, Florencia. 1424

Caída y expulsión de Adán y Eva, detalle. Miguel Ángel, 64


Capilla Sixtina, 1510

Adán y Eva, Lucas Cranach el Viejo, 1538 65

El Beso Encantado, Isobel Gloag, óleo sobre tela, 1890 67

Foto anónima de la piedra negra en la Mecca 68

120
Bastet, réplica en bronce 71

Isis y Horus, bronce. Norte de Saqqara, Egipto. 600EAC 72

Partida de las brujas, Luis Ricardo Falero, 1878 73

Coyolxahuqui, Templo Mayor, Ciudad de México 76

Nacimiento de Atenea, Vulci, Etruria ca. 470-460 EAC 78


British Museum

Kali Ma, pintura anónima 81

Kali, escultura en bronce anónima 82

Zeus y Hera, anónimo. 83

Pandora, John William Waterhouse, 1896 84

Mercurio Príapo, fresco en Pompeya, entre 89 y 79 AEC 86

Hércules contra las Amazonas, pintura sobre ánfora griega 88

Amazona, Dr. Vollmer's Wörterbuch der Mythologie aller 89


Völker. Stuttgart, 1874
Venus, Vulcano y Marte, Tintoretto, 1550 90

Freya, anónimo 91

La Morrigan, James Wappel, 2000 93

Ceridwen, Emily Brunner S/F 94

121
Tlazoleotl pariendo, Azteca 95

Tlazolteotl, Codex Vaticanus B 97

Tlazolteotl Huasteca, British Museum 98

Coatlicue, Azteca, Museo de Antropología e Historia 100

Caribou and Woman, Mónica Gil 1999, copia de un fresco 101


etrusco

Diana y Acteón, cerámica griega, 500AEC 102

Diana, diosa de la caza, escuela de Fontainebleau, 1550 105

El Pecado, Franz von Stuck, quien pintó varias versiones de 107


la misma idea.

122
índice

Nota a esta edición 4


Presentación de Rubí der María Gómez Campos 6
Romper-Separar 10
El Poder Y La Memoria 16
Antecedentes prehistóricos: El Paleolítico 18
La Agricultura Como Detonador De La Civilización: 21
El Neolítico
Catal Huyuk 25
Creta 35
La Espada 40
La De Los Mil Nombres En La Historia o 44
El Patriarca Y La Muerte Del Toro Sagrado
Ishtar Y Gilgamesh o La Conquista Del Poder 50
Los Actores De Yahvé 55
La Serpiente 61
Al’at O La Piedra Negra 68
El Oscurecimiento De La Diosa: 73
Guerra, Sexo E Inframundo
Kali Ma 83
Grecia 91
Norte De Europa 95
La Diosa y el Astado 101
Epílogo 106
Bibliografía 112
Índice iconográfico 118
123
La Diosa Oscura es un Cuaderno de la Luna de 5célula,
arte y comunidad

Elizabeth Ross 2005

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