Larrea BuenVivirComoAlternativaAlDesarrollo
Larrea BuenVivirComoAlternativaAlDesarrollo
Larrea BuenVivirComoAlternativaAlDesarrollo
El contenido de esta obra es una contribución del autor al repositorio digital de la Universidad
Andina Simón Bolívar, Sede Ecuador, por tanto el autor tiene exclusiva responsabilidad sobre
el mismo y no necesariamente refleja los puntos de vista de la UASB.
Este trabajo se almacena bajo una licencia de distribución no exclusiva otorgada por el autor al
repositorio, y con licencia Creative Commons ‐ Reconocimiento‐No comercial‐Sin obras
derivadas 3.0 Ecuador
Buen vivir como alternativa al desarrollo:
una construcción interdisciplinaria y participativa
Carlos Larrea, coordinador académico
Natalia Greene, coordinadora ejecutiva
Ana Lucía Bravo
Juan Manuel Crespo
Natalia Greene
José Gualinga
Eduardo Kohn
Carlos Larrea
Javier Martínez‐Sastre
Malki Sáenz
Carmen Seco Pérez
Claudia Storini
Octubre 2017
UNIVERSIDAD ANDINA SIMÓN BOLÍVAR
SEDE ECUADOR
COORDINADOR ACADÉMICO
Carlos Larrea
COORDINADORA EJECUTIVA
Natalia Greene
Quito – Ecuador
Octubre 2017
Índice
1
La noción amazónica del buen vivir y su relevancia como alternativa al concepto de
desarrollo
Introducción
Carlos Larrea
Desde la década de los 1950 varias teorías han tratado de articular en torno a la
noción de desarrollo un conjunto de explicaciones conceptuales para interpretar las grandes
brechas en las condiciones de vida que separan a un grupo de países industrializados y
avanzados con la gran mayoría de la población mundial, donde todavía prevalecen altos
niveles de pobreza y exclusión. Estas teorías han inspirado estrategias tendientes a mejorar
las condiciones de vida de los países “en desarrollo” o periféricos.
A pesar de los importantes avances alcanzados, los resultados muestran dos grandes
limitaciones principales, en términos de equidad y sustentabilidad. Como se mostrará en
detalle en los párrafos siguientes, la sociedad mundial es menos equitativa que antes y
prevalecen niveles masivos de pobreza y exclusión. Por otra parte, el crecimiento
económico indefinido no es posible, ya que la capacidad de resiliencia de los ecosistemas
planetarios que sustentan la vida se está alcanzando, y los problemas ecológicos globales
resultantes pueden amenazar la continuidad de los avances obtenidos, nuestra propia
civilización y la vida sobre el planeta, si no se introducen cambios substanciales mitigando
el impacto ambiental de la economía global sobre el ambiente.
2
Desarrollo y bien vivir
Entre ellos, la inequidad social es uno de los más importantes. Las diferencias en el
ingreso por habitante entre los países en desarrollo y los países centrales han aumentado,
con excepción de China e India. La desigualdad social entre los hogares del planeta
también ha crecido, alcanzando un coeficiente de Gini de 0.667 en 2005 (Larrea, 2014,
Larrea y Greene, 2015). Como resultado, al menos el 40% de la población mundial
continúa afectado por la pobreza y vulnerabilidad, a pesar de que el ingreso por habitante
del mundo supera en varias veces la línea de pobreza, y permitiría holgadamente eliminar la
pobreza en pocos años, mediando una adecuada distribución de recursos.
Eduardo Kohn, en su capítulo en este libro, encuentra que en las culturas indígenas
amazónicas el lenguaje se extiende más allá de los símbolos humanos. Los indígenas
amazónicos dialogan con los seres vivientes que habitan la selva, interpretando su lenguaje.
Todo ser viviente “concibe” su entorno e interactúa permanentemente con él en su propio
beneficio, mediante un conjunto de mensajes que conforman un lenguaje no humano. Los
indígenas conocen e interpretan estos mensajes y los han integrado a su cultura, logrando
que el bosque piense en ellos. Este pensamiento incluye también los seres inanimados del
4
bosque y otros espíritus que en las culturas indígenas habitan los bosques, como sus
ancestros y los seres protectores.
Para Kohn, este diálogo con los bosques es una parte integrante del buen vivir y
debemos aprender de los indígenas amazónicos a comunicarnos con la selva y sus
habitantes en su propio lenguaje silvestre no humano, superando la concepción occidental
que ve a la naturaleza meramente como un objeto a ser explotado o utilizado. Kohn
encuentra en el pueblo kichwa de Sarayacu y su manifiesto sobre la selva viviente un
ejemplo ilustrativo de este diálogo con el bosque, que puede superar el aislamiento con la
naturaleza y la tendencia a su destrucción que caracteriza a la cultura occidental en el
Antropoceno.
Desde los años 1990, como respuesta a la consolidación del movimiento indígena,
el discurso neoliberal dominante incorporó un reconocimiento parcial de la identidad
indígena, y ciertos dirigentes amazónicos kichwas aprovecharon este contexto para obtener
apoyo del Estado, organismos internacionales y fondos para organizaciones no
gubernamentales.
El área fronteriza del bajo río Curaray, al sur del Parque Nacional Yasuní, quedó
casi despoblada por el virtual exterminio de sus habitantes tradicionales sápara durante el
período cauchero, a fines del siglo XIX. Luego de la guerra entre Ecuador y Perú en 1941,
el Estado ecuatoriano impulsó una política de “fronteras vivas” que cobró fuerza con
programas de desarrollo rural en los años 1970, con el inició del poblamiento kichwa del
bajo Curaray, que se concreta principalmente a partir de los años 1990. Las recientes
colonias kichwas del bajo Curaray, apoyadas y a veces establecidas por el Estado, han
empleado un discurso cambiante para obtener recursos y el reconocimiento jurídico de su
territorio, pasando de identificarse como colonos en los años 1970 a defender sus territorios
5
ancestrales a partir de 1990, logrando un reconocimiento de su territorio y recursos
financieros internacionales.
El artículo ilustra cómo el discurso del buen vivir es empleado por los indígenas
amazónicos para obtener beneficios tanto del Estado como de recursos internacionales, y
cómo ciertos dirigentes indígenas han adaptado y transformado sus discursos en complejas
negociaciones con el Estado, con instituciones internacionales e inclusive con empresas
petroleras. En el caso de estudio, las nociones del buen vivir, lejos de provenir de una
cultura supuestamente ancestral en las colonias recientes de los kichwas, son tomadas y
adaptadas en beneficio de las reivindicaciones de las comunidades indígenas.
Siguiendo el estudio de Juan Manuel Crespo en este libro, se puede identificar los
orígenes del concepto indígena ecuatoriano del buen vivir en la consolidación del
movimiento indígena con el aporte seminal de Monseñor Leonidas Proaño desde los años
1970 y luego el levantamiento indígena de 1990. Al parecer la noción no formó parte
explícita de la cosmovisión indígena y fue formalizada como tal más tarde, encontrándose
las primeras referencias sistemáticas en el pueblo amazónico kichwa de Sarayacu en 2002,
casi simultáneamente a las primeras referencias bolivianas al concepto por parte del pueblo
Aymara en 2000. Posteriormente la CONAIE plantea esta noción como una propuesta
nacional que incluye no solamente a los indígenas sino al conjunto de toda la sociedad bajo
la noción de interculturalidad, y con el apoyo del presidente de la asamblea Alberto Acosta
y la contribución de intelectuales ecuatorianos de origen mestizo, el concepto es integrado a
la Constitución de 2008, entendido como un objetivo que la sociedad ecuatoriana debe
alcanzar, superando la concepción tradicional de desarrollo.
Además, el buen vivir supera el monismo jurídico, que sostiene que solamente es
legítimo un sistema jurídico único, jerarquizado por el Estado. El buen vivir es una de las
expresiones contemporáneas del nuevo pluralismo jurídico, que acepta que existan
interpretaciones distintas y hasta incompatibles entre sí del derecho, que surgen de
diferentes culturas y cosmovisiones con legitimidad equivalente, superando un
reduccionismo modernista y euro-centrista. Storini concluye que el buen vivir podría
“configurarse como una “utopía posible” es decir una alternativa al desarrollo sostenible
forjado por el humanismo del siglo XIX y basado en algunos principios: (1) la
relacionalidad, (2) la reciprocidad, (3) la complementariedad, (4) la correspondencia, (5) la
afectividad y la espiritualidad, (6) la ciclicidad y (7) el comunitarismo.” (Storini, pg. 83).
La ruptura paradigmática del buen vivir puede entenderse mejor si se integra esta
visión con el reconocimiento a los derechos de la naturaleza. La Constitución ecuatoriana
de 2008 fue la primera en el mundo en reconocer los derechos de los ecosistemas a existir y
prosperar, manteniendo sus procesos evolutivos. La integración del bien vivir con los
derechos de la naturaleza conforma un cambio paradigmático de una visión
antropocentrista, utilitaria e individualista del ser humano como centro del universo, que
delega a la naturaleza solamente a un objeto a ser apropiado, explotado o destruido, hacia
7
una nueva cosmovisión biocentrista emergente, que concibe al ser humano como embebido
en la naturaleza e integrado en ella, y a su realización como un objetivo solamente
alcanzable en armonía con la naturaleza, y dentro de los límites de resiliencia de sus
ecosistemas. La naturaleza tiene un valor intrínseco, más allá de sus efectos útiles para la
especie humana (Larrea, 2016).
Natalia Greene sintetiza el debate sobre el buen vivir y los derechos de la naturaleza
como alternativas al desarrollo. Su análisis plantea las distintas versiones del desarrollo
sostenible, y las contrasta con la evolución de sociedades desarrolladas y en desarrollo, con
mayor inequidad y con mayores impactos sobre la naturaleza, en particular con la
expansión de modelos extractivistas en los países en desarrollo con crecientes presiones
sobre los recursos naturales. Greene contrasta también el énfasis de la economía del
desarrollo en un crecimiento ilimitado, frente a los límites impuestos al crecimiento por la
capacidad de resiliencia de los ecosistemas y la disponibilidad de materias primas.
La autora enmarca las naciones del buen vivir y los derechos de la naturaleza como
alternativas al desarrollo, y más explícitamente como alternativas al capitalismo. A pesar de
la riqueza de los aportes conceptuales, Greene encuentra una considerable resiliencia de la
economía capitalista, a pesar de la crisis global en múltiples dimensiones. Su artículo
culmina con citas de mujeres indígenas sobre el sumak kawsay, su significado interpretado
por ellas, y el contraste con la apropiación de este concepto por parte del gobierno
ecuatoriano.
9
profundas implicaciones en economía y ciencias sociales, políticas públicas y
aprovechamiento de la ciencia y la tecnología en beneficio del bienestar. El buen vivir
redefine las metas de la realización humana, enfatizando la equidad, la participación, el
respeto entre culturas, y la armonía con la naturaleza. La Iniciativa Yasuní-ITT como
propuesta alternativa valora la conservación de la biodiversidad, los beneficios
ecosistémicos, las culturas indígenas y la mitigación del cambio climático sobre los
beneficios económicos de la extracción petrolera, y define una herramienta para mitigar el
cambio climático manteniendo inexplotadas las reservas de combustible fósiles en lugares
de alta biodiversidad
10
Bibliografía
Brown, Peter and Timmerman, Peter. Ecological Economics for the Anthropocene. Ney
York: Columbia University Press, 2015.
Rockström, Johan et al (2009), “Planetary Boundaries: Exploring the Safe Operating Space
for Humanity”, Ecology and Society, 14(2): 32. URL: http://www.
ecologyandsociety.org/vol14/iss2/art32/ . Visited in /February 2013.
Stiglitz, Joseph (2012), The Price of Inequality, New York: W.W. Norton & Company.
11
CAPÍTULO 1
Frente a esta realidad, y de alguna forma en esta misión que plantea Wallerstein
(2011) por encontrar un sistema que reemplace al capitalismo moderno, es que interesa
comenzar a analizar estas renovadas conceptualizaciones de principios de pueblos
originarios. Pueblos que históricamente han sabido convivir en un cierto equilibrio tanto en
su relación como comunidad, como también en su relación con la naturaleza. Es aún más
interesante el hecho de encontrarnos en un momento de la historia en que estamos
regresando a ver a pueblos que históricamente han sido ubicados en la periferia social de la
periferia mundial (Tortosa, 2011)1, que han sido excluidos y explotados en su gran mayoría
por la “civilización occidental”, que en vista de la coyuntura nos vemos necesitados de
1 El sociólogo español, José Maria Tortosa, quién ha dedicado gran parte de sus investigaciones dentro de los
pueblos indígenas andinos de Ecuador, plantea que: “La idea del Sumak Kawsay o suma qamaña: nace en la
periferia social de la periferia mundial y no contiene los elementos engañosos del desarrollo convencional.
(...) la idea proviene del vocabulario de pueblos otrora totalmente marginados, excluidos de la respetabilidad y
cuya lengua era considerada inferior, inculta, incapaz del pensamiento abstracto, primitiva. Ahora su
vocabulario entra en dos constituciones.” (2011; citado en Acosta, 2013, p. 53)
12
reencontrar con formas de pensar y hacer fuera de la lógica hegemónica, desde abajo, desde
los oprimidos. Es así que surge la necesidad de reencontrarse con estos pueblos,
entenderlos en su complejidad cultural y filosófica, a través de un diálogo de saberes que
confluyan en un mestizaje horizontal, intercultural y respetuoso, replanteándonos el
presente como colectivo humano para construir otro futuro, otro mundo posible en
diversidad. Para esto, es importante apropiarse de conceptos fundamentales que
complementan al Buen vivir, como la plurinacionalidad y la interculturalidad.
13
ampliando este concepto/herramienta en la actualidad en su relación con los propios
pueblos indígenas de dónde emerge, el resto de la sociedad ecuatoriana, así como también
evidenciar las posibilidades de conexión con diversas ideas y movimientos contemporáneos
que comienzan a surgir a nivel global, dentro de los cuales el Buen vivir podría tener gran
relevancia ya que podría nutrir y nutrirse de otras ideas, luchas y críticas, y convertirlo en
un concepto aglutinador de posibilidades para la construcción de un mundo más allá del
capitalismo moderno, un mundo para las próximas generaciones, ya que como bien dice
Ana Esther Ceceña (2014, p. 21):
Dentro del capitalismo no hay solución para la vida; fuera del capitalismo
hay incertidumbre, pero todo es posibilidad. Nada puede ser peor que la
certeza de la extinción. Es momento de inventar, es momento de ser libres,
es momento de vivir bien.
En el mundo andino las definiciones son contextuales. La palabra tiene significados varios
dependiendo de la circunstancia en que se enuncia. Y esto es así porque las cosas del
mundo, para él, participan de los atributos de otras formas
(Medina, 2008, p.90)
Más allá de los conceptos o las definiciones que se han hecho actualmente en torno
al Buen vivir, lo realmente importante es el hecho de que este concepto parte de una
filosofía de vida de estos pueblos, que han decidido comunicar y re-identificarse con unas
formas de vivir y de relacionarse como comunidades y con la naturaleza, que han existido y
4
Fernando Huanacuni ( 2010), intelectual aymara boliviano, traduce del aymara “qamaña” y del quechua
“kawsay” como “ser estando” y “estar siendo”, entre otras definiciones, para referirse a una forma de
comprender la acción de vivir desde los pueblos andinos. Esto puede traducirse de muchas formas en otros
pueblos aunque la idea de que la vida solo se entiende como una acción y no solo como idea, es primordial
para comprender la filosofía indígena de Abya Yala.
14
existen dentro de sus cosmovisiones y que intentan hoy en día reforzar sus luchas y
resistencias.
Para referirnos a estos conceptos de vida, como son el Sumak Kawsay (Quechua y
Kichwa 5 ) y el suma qamaña (Aymara), debemos referirnos al sentido de vida para los
pueblos originarios. En ese sentido, el antropólogo boliviano Xavier Albó plantea que:
Esto quiere decir que vivir, para los pueblos originarios, además de entenderse como
una acción comunitaria no pasiva, sino en constante dinamismo y transformación, se refiere
también a elementos espirituales además de materiales, es decir “una espiritualidad, que
implica la paz y la construcción de una tierra sin mal” (Houtart, 2011). Por esto nos
podemos referir a “buenos vivires” y más aún a “buenos convivires”, entre todos y todas
como seres que conformamos una comunidad, pero también entre el “todo”, entre el
cosmos y sus elementos vivos que se apoyan mutuamente. En este sentido, dice Albó,
“suma qamaña (para los Aymara) en realidad no es ‘vivir bien’ sino ‘el saber convivir y
apoyarnos los unos a los otros” (2009, p. 3) dentro del Ayllu. Dentro de esta idea, podemos
ver que en la cosmovisión indígena se vive a partir de un principio de relacionalidad a
nivel físico, psíquico, afectivo, ecológico, ético, estético, productivo, espiritual y político,
en el que todo lo “vivo” jamás debería ser utilizado con fines mercantilistas, sino
únicamente para satisfacer las necesidades vitales del resto de elementos “vivos” (Llasag,
2009), convirtiéndolas así en filosofías bio-céntricas, antes que antropocéntricas, ya que se
construyen como sistemas de vida interrelacionados.
15
había que reencontrar una visión del mundo en donde los actos de la vida agraria y
colectiva de sus pueblos históricos adquieran una valorización dentro del sentido común en
la sociedad (León, 1983, p. 8). De esta forma, además de una idealización del pasado, se
vio la necesidad de fortalecer la identidad de los pueblos en torno a su cultura, sus
territorios, sus lenguas, es decir sus naciones. La intelectual kichwa, Nina Pacari, reconoce
que, en esta época, los “nuevos movimientos indígenas luchaban por la auto-determinación
y la liberación de los pueblos indígenas” (1984, p.115), que de cierta forma estaban
planteando que algunos elementos muy específicos de la Vida, de su forma de entender la
Vida y el Vivir, eran distintos de la visión clásica del desarrollo moderno capitalista
(Medina, 2011).
Unos pocos años más adelante en el año 2001, en el marco del I Congreso Nacional
de las Nacionalidades Indígenas del Ecuador se promulgó dentro del “Proyecto Político”,
que surgió como resultado de dicho Congreso, que:
“La Filosofía Integral defiende, respeta y afirma los derechos de todas las
vidas: de los seres humanos y de la naturaleza; como sustento de la
espiritualidad, religiosidad, pensamiento y conocimiento de las
Nacionalidades y Pueblos” (CONAIE, 2001)
Podemos decir que es esta conceptualización, luego del proceso histórico de
evolución del movimiento indígena, la que ya definía desde diversas dimensiones lo que
más adelante se denominaría en kichwa como Sumak Kawsay.
6
En 1994, la CONAIE elabora su “Proyecto Político” como organización aglutinadora de los pueblos
indígenas del Ecuador. Dentro de este proyecto se plantean que: “Los Pueblos y Nacionalidades Indígenas
hemos constituido una organización política nacional sólidamente estructurada. y con una clara ideología
basada en nuestro propio accionar histórico -cultural; y nos proponemos construir la Nueva Nación
Plurinacional.” (p. 5), con el cuál rescatan su cultura e historia como base y fundamento para el proyecto
político que proponen. Esto será determinante para la construcción posterior del concepto de “Sumak
Kawsay”.
16
Sin embargo, es en Bolivia, dónde de forma relativamente paralela en cuanto al
tiempo, se comenzó a buscar un concepto específico para definir esto que, de alguna forma,
no necesariamente en un trabajo conjunto, la CONAIE proponía como “Filosofía Integral”.
A inicios del siglo XXI, concretamente en el año 2000, durante unos encuentros
organizados por la cooperación alemana GTZ y la Federación de Asociaciones Municipales
de Bolivia, denominados “Diálogo Nacional 2000” donde hubo un espacio denominado
“Suma Qamaña”. Fue en este contexto cuando se intentó, a partir de un grupo de
intelectuales Aymara-Bolivianos alrededor de Javier Media y Simón Yampara, una
conceptualización coherente con los principios indígenas del Buen vivir o Vivir Bien de
acuerdo a la tradición cultural Aymara. Fue en ese espacio donde por primera vez se
comenzó a utilizar el término suma qamaña, que antes de esto no formaba parte
necesariamente como un concepto histórico o del día a día de los pueblos indígenas de
Bolivia (Altmann, 2013, p. 61-62), por lo que se podría decir que es una “invención
posmoderna de los intelectuales Aymaras del siglo XXI” (Uzeda s.a., 20, citado en
Altmann, 2013). Por esta razón, incluso hasta hoy existe un gran debate en torno a la
traducción cultural del término que según algunos autores (as) como la antropóloga Alison
Spedding (2010) plantean que históricamente existen otros conceptos que podrían definir
mejor esto incluso dentro de la propia cultura Aymara, sin embargo se lo acepta como “un
paso adelante en la elaboración de un sistema social y económico ideal” (Spedding, 2010,
p. 19-20) que intenta influir sobre otros pueblos indígenas más allá del pueblo aymara y
también de otros pueblos no indígenas, en el caso de Bolivia se lo tradujo al quechua como
sumaq causai y al español como vivir bien.
17
mantener el ‘buen vivir’, que se define también como ‘vida armónica’, que
en idiomas como el runa shimi (quichua) se define como el ‘alli káusai’ o
‘súmac káusai’. (2002, 1-2)
En ese mismo año, 2002, el economista ecuatoriano Alberto Acosta (2002, p. 7),
cita esta idea del “buen vivir” amazónico de Viteri Gualinga para cuestionar el sentido del
desarrollo económico occidental y plantea a este concepto como una “alternativa al
desarrollo” que abriría nuevos paradigmas al debate y a la crítica sobre el desarrollo con el
fin de ir más allá de los paradigmas clásicos y occidentales.
18
Dentro del mismo libro, el pueblo Sarayaku determinó sus pilares fundamentales
para construir su propio Buen vivir, su Sumak Kawsay:
Es así como llegamos al año 2006, luego de años muy convulsionados en el país, un
nuevo movimiento político no indígena, llamado “Alianza País”, se presentó a las
elecciones presidenciales, con un programa de gobierno denominado “Plan de Gobierno del
Movimiento PAIS 2007-2011: Un primer gran paso para la transformación radical del
Ecuador”. En este plan, aparece como punto central de la propuesta en el capítulo II, el
punto 2.1: Buen vivir en armonía con la naturaleza, bajo un respeto irrestricto de los
derechos humanos (Alianza PAIS, 2006, p. 3). Así mismo, en el mismo plan, se propuso la
convocatoria a “una consulta nacional que apruebe la realización de la Asamblea Nacional
Constituyente” (Alianza PAIS, 2006, p. 17). Luego de la victoria del Alianza PAIS y de la
elección de Rafael Correa como nuevo presidente del Ecuador, en el año 2007 se realizó
una consulta popular que terminaría en la concreción de la Asamblea Nacional
Constituyente de Montecristi de la cuál surgiría la nueva Constitución del Ecuador que
incluiría el concepto de Sumak Kawsay y Buen Vivir.
9
“La Universidad Intercultural de las Nacionalidades y Pueblos Indígenas «Amawtay Wasi» (Casa de la
Sabiduría), es una propuesta de educación superior des- de el movimiento indígena y tiene como
patrocinadores a la Confederación de Nacio- nalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE) y al Instituto
Científico de Culturas Indí- genas (ICCI), Amawta Runakunapak Yachay (ARY). Es el resultado de un largo
pro- ceso de trabajo, debate y sistematización donde participó un equipo interdisciplinario conformado por
directivos, docentes, comuneros, investigadores y profesionales indí- genas y no indígenas.” (Sarango, 2009)
19
1.1.3 Propuesta de la CONAIE a la Asamblea Constituyente: SUMAK
KAWSAY
No se trata de una propuesta étnica, de los indios para los indios. Se trata de
una propuesta Plurinacional, una propuesta política para el país, que parte de
reconocer la diversidad para alcanzar la Unidad. Una propuesta para
construir un nuevo Estado y una nueva sociedad desde los excluidos.
(CONAIE 2007, 2)
20
A partir de esta propuesta de la CONAIE en conjunto con algunos otros colectivos y
movimientos de la sociedad civil10, es que de alguna manera se deja abierta la posibilidad
de construcción colectiva de estos conceptos con los pueblos y nacionalidades, pero
también con el resto de la sociedad. La intención de este apartado ha sido la de marcar los
principales hitos hasta el momento en que los pueblos indígenas llegaron a conceptualizar
en una propuesta formal estos conceptos, para que estos sean aplicados en el marco de la
política pública de los estados tanto de Bolivia como específicamente de Ecuador, que es
nuestro caso de estudio específico. Sin embargo, a partir de aquí, cuando la propuesta dejó
de ser una mera propuesta de los pueblos originarios y se convirtió en la columna vertebral
de la política pública de un Estado, es cuando se abrió un nuevo horizonte de posibilidades
muy interesantes, y complejas al mismo tiempo, que analizaremos más adelante
21
ecuatoriana en su conjunto. La ventana de oportunidades que abrió el proceso constituyente
en 2007 fue aprovechada por diversos movimientos de la sociedad civil, entre los cuales el
movimiento indígena tuvo una importante representación y una sobresaliente relevancia. El
proceso fue muy rico en cuanto a debates y tuvo resultados notables para una
transformación profunda de la sociedad, considerando que el contexto de la Asamblea
Constituyente implicó un intento por adaptar estos conceptos de los pueblos originarios,
que hemos analizado anteriormente, dentro del contexto del colectivo de la sociedad
ecuatoriana y de la política pública del Estado. Por esta razón, es importante revisar la
evolución y la transformación de los conceptos como el Sumak Kawsay y Buen vivir,
durante y posteriormente del proceso constituyente que sin lugar a dudas nos plantea una
reflexión sobre el futuro y los retos de estos conceptos para convertirse en utopías
concretas.11
Los debates dentro de la Asamblea Constituyente fueron sin duda muy interesantes
y complejos donde se abordaron conceptos muy interesantes y revolucionarios dentro de la
coyuntura que atravesaba el país. En el anterior apartado hemos descrito la propuesta de la
CONAIE que fue presentada a la Asamblea Constituyente, sin embargo existen otras
propuestas que coinciden ampliamente y que refuerzan los conceptos de Sumak Kawsay y
Buen vivir, por lo que analizaremos a continuación.
11
El concepto de “utopía concreta” fue desarrollado por el filósofo alemán Ernst Bloch con la que él asociaba
la utopia con la ideología y la esperanza. Respecto a esto él plantea que: "Tras el fin de las ideologías de
clase, para las que sólo sirve de decoración, la cultura no experimenta otra pérdida que la de su decoración
misma, de la armonización falsamente acabada. La función utópica arranca los usos de la cultura humana de
este lecho corrompido de la mera contemplación; y abre así, desde cumbres verdaderamente escaladas, la
visión no falseada ideológicamente del contenido de la esperanza humana (…) La utopía es una crítica de la
ideología dominante en la medida en que es una reconstrucción de la sociedad presente mediante su
desplazamiento y una proyección de sus estructuras en un discurso de ficción. En esto difiere del discurso
filosófico de la ideología, que es la expresión totalizadora de la realidad dada y su justificación ideal. La
utopía desplaza y proyecta esta realidad bajo la forma de una totalidad no conceptual, ficticia, de una figura
producida en y por el discurso, pero que funciona a otro nivel y en otro régimen que el discurso político,
histórico o filosófico"(Bloch 1977-1980, 31, 34).
22
ecosistema12” (CODAE, 2008, p. 3).
12
Debemos tener en cuenta la lucha histórica de los pueblos afros por la defensa de los manglares en la costa
ecuatoriana, específicamente en la zona de Esmeraldas, donde la industria camaronera ha tenido un impacto
muy nocivo para estos pueblos.
13
Propuesta de la Asamblea Nacional Ambiental de los pueblos, nacionalidades y organizaciones sociales del
Ecuador, Presentada a la Asamblea Nacional Constituyente el 25.01.08, Montecristi, en
http://www.femm.org/biodiversidad/Propuesta%20CEDENMA%20para%20Asamblea.doc, 24.06.09; (citado
en Cortez, 2010:8)
14
Centro Andino para la formación de líderes sociales (CAFOLIS) / Organizaciones y movimientos de
mujeres del Ecuador, Las mujeres diversas del Ecuador con coraje y rostro de pueblo presentan sus
propuestas, Quito, Silva, agosto, 2007. (citado en Cortez,2010)
23
Por último, mencionaremos la propuesta que salió del “II Encuentro de la Iglesia de
los pobres del Ecuador” como motivo de la Asamblea Constituyente. En él se crítica el
neoliberalismo y se plantea un “nuevo socialismo” donde exista una convivencia armónica
con la naturaleza, en un intento por una “democracia radical” que incluya a actores
tradicionalmente marginados (Cortez 2010, 10). En este sentido podemos hablar de una
perspectiva anticolonial en búsqueda de una justicia pluricultural:
Es evidente que sin mencionar el término Buen vivir o Sumak Kawsay, el contexto
y las necesidades por un sistema que equilibre la relación entre seres humanos y naturaleza,
son muy similares en todas estas propuestas que hemos descrito. Así mismo, aspectos como
la democracia, las relaciones de género, las relaciones interculturales y la lucha por la
descolonización de la sociedad son aspectos fundamentales que fueron recogidos por
diversos sectores, algunos de los cuales hemos mencionado aquí.
Todas estas propuestas de una u otra forma terminaron por ser debatidas dentro de
la mesa de desarrollo del proceso constituyente, porque de alguna forma dentro del modelo
de desarrollo debían ser articuladas y consolidadas. Es por esto que quizás fue uno de los
debates más complejos e interesantes por las múltiples dimensiones que implicaba su
abordaje, pero fue aquí donde la noción del Buen vivir presentado por la CONAIE tomaría
un rol central y fundamental. De forma general, y recogiendo estas propuestas que hemos
presentado anteriormente, y algunas otras, era evidente que existía la eminente necesidad de
plantear un nuevo modelo de desarrollo contrapuesto al sistema capitalista neoliberal y
desarrollista, y que plante otras formas de relaciones entre el conjunto de seres vivos. Sobre
esto es interesante mencionar la versión de Norman Wray, asambleísta constituyente, quién
desde dentro de la mesa constituyente número siete “Del Régimen de Desarrollo”, plantea
que “no era posible discutir el régimen de desarrollo del Ecuador, sin encontrar salidas que
marquen un antes y un después en la forma en que se había tratado al desarrollo y al
ambiente en la Constitución” (Wray 2009, 53). Es por esto que el concepto de desarrollo
que fue guía en la discusión al interior de la mesa planteaba que:
24
después, sino que al no haber un estado anterior y posterior, existe una
visión holística (…) la misión de la humanidad es la de alcanzar y mantener
el Sumak Kawsay o Buen vivir (…)”. (Wray, 2009, pp. 54-55)
A partir de aquí, el concepto del Sumak Kawsay y el Buen vivir, tomaría una
relevancia mayor y se concretaría como un concepto aglutinador de diversas visiones y
central para la nueva Constitución, en la búsqueda por encontrar una alternativa al concepto
tradicional de desarrollo capitalista, que además podría ser apropiado y empoderado por el
colectivo social. Es decir, se comprendió al concepto del Buen vivir como una filosofía
“holística” alrededor de la cual se podría construir un nuevo modelo de desarrollo que sea
incluyente y que busque el bien común. “El carácter “holístico” que se atribuye al término
“Sumak Kawsay””, dice David Cortez (2010, p.10), “hace posible que, a la vez, sirva como
concepto aglutinante de una propuesta de desarrollo respetuosa de la naturaleza y como
paradigma de una sociedad basada en la interculturalidad y plurinacionalidad.” Es así como
poco a poco, el Buen vivir fue tomando el rol de columna vertebral de la nueva
Constitución, por su capacidad de involucrar a diversas necesidades tanto humanas como
ecológicas dentro de un marco común de respeto, pluriculturalidad, armonía, y a partir del
cual se podrían exigir derechos y obligaciones de los seres humanos y desde donde
surgirían también los Derechos de la Naturaleza que hoy en día son un referente
vanguardista a nivel mundial. En definitiva, el Buen vivir se convirtió en un principio
articulador de las distintas demandas de los diversos colectivos sociales que exigían un
cambio radical en las relaciones de poder coloniales y patriarcales, en la economía, en las
relaciones interculturales, en la democracia, en el respeto a la naturaleza, es decir en la
sostenibilidad del proyecto de desarrollo. Se volvió un concepto multidimensional y por lo
tanto adecuado para servir como nuevo paradigma, convirtiéndose en una utopía adaptable
a múltiples utopías diversas.
Boaventura de Sousa Santos (2009, 31-37), plantea que han existido tres tipos de
Constituciones en lo que va de la historia. En primer lugar, tenemos el constitucionalismo
antiguo, que existió hasta el siglo XVIII y que fue utilizado por muchos siglos en diversos
lugares del mundo. Se trata de un constitucionalismo informal que se ajustaba a las
coorganizaciones ya constituidas de los pueblos y cambiaba según cada cultura; En
segundo lugar, tenemos el constitucionalismo moderno que consolidó a los Estados
Modernos, y que podemos decir que viene fundamentalmente desde la tradición occidental.
Este tiene que ver con la idea de un contrato social para vivir en paz dentro de un Estado
Ciudadano, donde se plantea la idea de la igualdad de todos ante el Estado, pero
entendiendo al individuo nada más como ciudadano, lo que lleva a concebir a los Estados
como mono culturales con pueblos homogéneos, constituyendo una sola nación y una sola
cultura dentro del Estado; por último, Santos plantea un tercer tipo de constitucionalismo,
se refiere al constitucionalismo contemporáneo, al que llama “constitucionalismo
transformador” (Santos, 2013, p. 53), que es el que han experimentado algunos países
latinoamericanos desde la década de 1990 hasta la actualidad. Se trata de una confirmación
constitucional de la pluri-nacionalidad, la pluri-culturalidad, la pluri-etnicidad y la inter-
25
culturalidad. Colombia15 a comienzos de la década de 1990 fue un primer proceso en este
sentido, y los casos contemporáneos de Venezuela, Bolivia y Ecuador serían también vivos
ejemplos de este tipo de constituciones.
Los procesos constituyentes, tanto del caso ecuatoriano como del boliviano, han
sido muy importantes por los alcances que han tenido a nivel de consecución de derechos,
justicia y de posicionamiento de conceptos disruptivos y trascendentales que marcan una
clara ruptura con el paradigma dominante de desarrollo, de economía, de democracia, de
cultura, etc. De modo general, “la nueva Constitución contiene innovaciones de principios,
conceptos, categorías y paradigmas ordenadores que constituyen parte de un modelo
alternativo de desarrollo histórico” (Quintero, 2009, p.80). Estamos hablando de procesos
muy novedosos, que probablemente son susceptibles a falencias. Sin embargo, este
“experimentalismo constitucional” (Santos, 2009, p. 23), es importante en sí mismo por los
ambiciosos alcances políticos, filosóficos y sociales que podrían transformar la realidad,
siendo un reto quizás aún inalcanzado pero sin lugar a duda es un intento loable e
indispensable dado el contexto global.
15
En 1991 se dio la Asamblea Nacional Constituyente de Colombia. A esta constitución se la
conoce por ser la “Constitución de los Derechos Humanos” y representó un salto cualitativo en
cuanto a consecución de derechos sobre todo para minorías de todo tipo, ya que se mantenía hasta
ese entonces vigente la constitución de 1886.
26
Buen vivir transversal en la “carta magna”.
¿Cómo podríamos nosotros pensar que los pueblos olvidados, los pobres ignorantes,
inferiores, como eran los indígenas, tendrían una presencia conceptual en esta
Constitución de Ecuador tan fuerte que es orgullo de todos los ecuatorianos, que es orgullo
de todos los progresistas del mundo? ¿Dé dónde viene la palabra Pachamama, de dónde
viene el Sumak Kawsay que nosotros nos apropiamos? Estamos aprendiendo de ellos y esa
es la gran riqueza de este debate civilizatorio.
En este apartado intentaremos abrir una puerta a un Buen vivir más allá de solo los
pueblos indígenas, sin excluirlos en absoluto, sino todo lo contrario, apropiándonos de un
concepto que fue entregado de manera generosa por estos pueblos, al resto de pueblos que
convivimos en estos territorios, o más aún en este planeta. El sentido de esta apropiación
vendría a ser la necesidad de construir una sociedad alternativa a la planteada por el
capitalismo tradicional y neoliberal. Así mismo, podemos decir que si bien el Buen vivir o
Vivir Bien que aparece en las constituciones surge del Sumak Kawsay y Suma Qamaña
específicamente, existen una infinidad de diversas expresiones en diversas culturas que
también podrían complementarse con los principios de estos conceptos, por lo que no son
27
exclusivos de la cultura kichwa o aymara. Por esta razón el Buen vivir podría ser cultural y
políticamente transversal para diversas sociedades ya que puede ser un concepto o
paradigma que aglutine a una amplia gama de “alternativas al desarrollo capitalista”
(Gudynas, 2011, p.11). Por esta razón, buscamos abrir la posibilidad de articular diversas
luchas desde diversos sectores, enfocándonos en estos principios fundamentales que tienen
que ver con la visión y necesidad de superación del capitalismo en todas sus dimensiones.
Con el Buen vivir, se va construyendo entonces un nuevo paradigma que marca una
ruptura epistemológica con la noción de desarrollo, que es lo que se busca desde el
pensamiento post-desarrollista o postcrecrecentista 16 , pues se fundamenta no en los
patrones del tener sino del ser; y no en la acumulación, el crecimiento económico, la
reducción de la naturaleza a “recurso o capital”, la alienación consumista y el pensamiento
único. Podríamos incluso hablar de lo que Arturo Escobar llama, “una posmodernidad
basada en la “economía del afecto”, no cuantificable, basada en la calidad de los
intercambios personales (…)” (citado en Carpio, 2009:125). Es decir, un paradigma
radicalmente alternativo desde todas sus dimensiones. Así mismo podríamos decir que el
Buen vivir coincide con diversas propuestas que se están haciendo desde distintos espacios
y desde distintas regiones del mundo. Propuestas que podríamos llamarlas “post
desarrollistas” aunque no necesariamente se las encaja o se auto adscriban al término. Por
nombrar algunos ejemplos con puntos en común con el Buen vivir, podríamos hablar de la
propuesta de Vandana Shiva de un nuevo orden social, económico y ambiental
fundamentado en una “democracia ecológica”. Esta idea tiene por presupuestos básico el
valorar especies y personas por sí mismos y no por su potencial económico de apropiación
privada; además el buscar la diversidad en la naturaleza y la cultura en lugar de la
homogeneización y destrucción de culturas y ecosistemas como lo hace el capitalismo
globalizado; Así también encaja con lo que la misma Vandana Shiva llama la “economía
viviente”, que se construye en economías locales en las cuales se deciden necesidades
locales; y esto acompañado por una “democracia viva” basada en la inclusión y la
diversidad, donde las decisiones se adoptan a nivel local, en las comunidades, y la
delegación hacia arriba se hace sólo con la aprobación desde abajo; también “el
conocimiento vivo” elaborado por las comunidades en contacto con sus necesidades. Es así
que el Buen vivir podría perfectamente ser una herramienta para “globalizar la paz;
reemplazar la lógica de la competencia y el conflicto por la del cuidado y la compasión”
(Shiva, citada en Carpio, 2009:126).
Así también, Enrique Leff, plantea que varias vías de transformación se están
articulando bajo los valores éticos del ambientalismo y de la democracia, apuntando hacia
una diversidad de proyectos sociales en los que puede concebirse la construcción de una
nueva racionalidad productiva, fundada en la socialización de la naturaleza, la apropiación
colectiva de los medios ecológicos de producción y la auto gestión comunitaria de sus
recursos ambientales (citado en Carpio, 2009, pp. 126-127), un punto que tendría mucho en
común con los Derechos de la Naturaleza que nacieron con el Buen vivir.
16
Para un buen análisis sobre la idea del Postcrecimiento junto al Buen vivir, ver Endara, G. (Coord), 2014 .
28
Así también podríamos conectarlo con la idea de la “Sobriedad Feliz” de Pierre
Rabhi, quién cree que “frente al “cada vez más” indefinido que arruina el planeta en
beneficio de una minoría, la sobriedad es una elección consciente inspirada por la razón. Es
un arte y una ética de vida, fuente de satisfacción y de bienestar profundo. Representa un
posicionamiento político y un acto de resistencia a favor de la tierra, del reparto y la
igualdad” (Rabhi 2013, 130), un sentido que tiene grandes puntos en común con los
propuestos desde el Buen vivir.
Estos no son más que unas pocas nociones, críticas y propuestas que se plantean
desde distintos lugares del mundo y desde distintas realidades, pero que encajan a la
perfección con la noción del paradigma de Buen vivir planteado en los Andes y que hoy en
día se encuentra ya en las Constituciones políticas de Ecuador y Bolivia. Podríamos hablar
entonces de “buenos vivires” que se están proponiendo en distintas realidades del mundo, y
esto es muy positivo. De allí la necesidad de defenderlas, reproducirlas y expandirlas, ya
que son hoy en día herramientas vivas para la ruptura del paradigma dominante y la
construcción de la “era del post-desarrollo” y del “post-crecimiento” a nivel global, ya que
el capitalismo se volvió globalizado y así también será la única forma de resistencia.
29
A continuación, intentaremos desarrollar puntos claves dentro del paradigma
desarrollista que entendemos que pueden ser muy bien rebatidos por el Buen vivir y donde
éste se puede entender como una “antípoda” del desarrollo.
En este sentido consideramos los siguientes puntos como antípodas, a partir de las
cuales encontramos al Buen vivir como una alternativa contraria al Capitalismo:
30
- Monocultura Globalizada Colonizadora vs. Plurinacionalidad e interculturalidad:
Mundo de Mundos
- Economía de acumulación vs. Economía de subsistencia
Cómo hemos visto, el Buen vivir proviene desde concepciones de sistemas de vida
de las tradiciones ancestrales de Abya Yala. Es importante el recorrido histórico que aquí
ha sido presentado para comprender los principios y fundamentos del concepto y así
encaminarlo y adaptarlo al presente para construir el futuro sin dejar de lado la esencia
misma del paradigma propuesto por el Buen vivir.
Debemos dejar en claro que el Buen vivir no puede ser repetir herramientas,
estrategias y medios así sea para construir algo distinto. El Buen vivir es un medio al
mismo tiempo que es un fin. El fin, creemos que debe ser, el de servir como horizonte para
superar el sistema capitalista moderno y sus dinámicas sociales, políticas, económicas, y
ecológicas. El Buen vivir se presenta como un concepto transversal, un eje alrededor del
cuál se acoplen propuestas, acciones, teorías y prácticas de vida y de vivir siendo diversas a
las del régimen de desarrollo hegemónico hoy en día y constituyéndose en caminos
indispensables para mantenernos vivos como especie y sociedades.
31
Bibliografía
Asamblea aprobó extracción del crudo de los bloques 31 y 43 del Yasuní. (s. f.).
Recuperado 14 de septiembre de 2015, a partir de
http://www.telegrafo.com.ec/politica/item/asamblea-debate-sobre-extraccion-del-
crudo-de-bloques-31-y-43-del-yasuni.html
Ceceña, Ana Esther (2014): Del Desarrollo al Vivir Bien: la subversión epistémica, en
Girón, Alicia (ed): Del “vivir bien” al “buen vivir”, Instituto de Investigaciones
Económicas - UNAM, México, cap. I, p: 11-21
Hidalgo Capitán, A. L., Arias, A., Ávila, J., Tibán, L., Tutillo, S., Pacari, N., … others.
(2014). Antología del pensamiento indigenista ecuatoriano sobre Sumak Kawsay.
Sumak Kawsay Yuyay. Recuperado a partir de
http://dspace.ucuenca.edu.ec/handle/123456789/21745
Pardo, G. (2011, octubre 4). El fin del capitalismo, según Wallerstein, por Gastón Pardo.
Recuperado 12 de septiembre de 2015, a partir de
http://www.voltairenet.org/article171653.html
Viteri Gualinga, C. (2002). Visión indígena del desarrollo en la Amazonía. Polis. Revista
Latinoamericana, (3). Recuperado a partir de http://polis.revues.org/7678
32
3. Debate interdisciplinario y teórico: Desarrollo versus Buen vivir
Natalia Greene
Vale resaltar la diferencia que se establece entre el desarrollo sostenible débil, fuerte
y super-fuerte. El débil cree en el mercado, el crecimiento, la naturaleza como capital
natural y desde una visión antropocéntrica, ve a los actores como consumidores. El
desarrollo sostenible fuerte ve a la naturaleza como capital natural crítico, contempla el
crecimiento material y bienestar social, y ve a los actores como consumidores y
ciudadanos. Finalmente, el super-fuerte se basa en el principio precautelatorio, rechaza el
crecimiento perpetuo y busca más participación, entendiendo a la naturaleza como
patrimonio natural; desde una visión biocéntrica, rescata los valores intrínsecos de la
naturaleza.
Al contar con un concepto tan polisémico, pero tan aceptado como es el desarrollo
sostenible, los gobiernos, de América Latina, han logrado justificar al modelo extractivista
como un camino para alcanzar los recursos necesarios para la inversión social y el
desarrollo. Es tan difícil de cuestionar este concepto, que las evidentes consecuencias de
este modelo se minimizan por un supuesto bien común que nunca se alcanza. Lo cierto es
que un desarrollo basado en el extractivismo nunca será sostenible, peor aún si la población
no está involucrada en la consecución de estas mejoras en la calidad de vida. Vale resaltar
sin embargo, que el diálogo plural que va surgiendo en el continente, el aparecimiento de
modelos alternativos desde identidades diversas, y el reconocimiento de la Naturaleza como
sujeto de derechos siembran la esperanza que desde América Latina, no solo surja un nuevo
modelo como el Buen vivir en palabras, sino que se plasme y evidencie un nuevo modelo
34
con experiencias concretas que respondan a la realidad del continente, y en el caso de
Ecuador, a la realidad de un país biodiverso, intercultural y plurinacional.
Unceta rescata la irrupción de debates como el Buen vivir en América Latina como
una propuesta entre la negación del concepto de desarrollo y la búsqueda de alternativas,
notando que las reivindicaciones locales demuestran que no existe una única forma de
entender el desarrollo basada en el modelo occidental (91). El Buen vivir, y no el vivir bien,
tiene el potencial de convertirse en este nuevo paradigma, desgraciadamente, como ha sido
cooptado por el discurso oficial, especialmente en Ecuador, hay que encontrar opciones
para que este no muera antes de florecer. Una es, por ejemplo, el entender primero que
puede haber varios caminos, es decir, varios desarrollos o varios “buen vivir”, pero con
ciertos principios básicos como es la búsqueda de satisfacción de necesidades humanas en
equilibrio y respeto del resto de seres vivos (humanos y no humanos), abierto a las
diferencias y entendiendo las limitaciones físicas de un planeta finito. Para este objetivo, es
mejor volver al concepto en kichwa de Sumak Kawsay, ya que es un concepto menos
politizado y menos definido, que todavía plantea la posibilidad de construcción ciudadana,
alternativa y diversa. Unceta habla de un “Buen vivir, individual, colectivo y planetarios,
alternativo al Mal Vivir” (2011, 52). Este debe basarse en la solidaridad, en el
reconocimiento tanto del individuo como del colectivo, de la diversidad, de la
plurinacionalidad, de la naturaleza y de las futuras generaciones.
Con el fin de desarrollar más la idea de este nuevo paradigma, vale la pena referirse
a los textos de Tortosa quien plantea el Buen vivir como el ideal, a construirse a partir del
diagnóstico del maldesarrollo. La revisión bibliográfica permite una aproximación a un
texto corto de José María Tortosa, “Maldesarrollo como Mal Vivir”, en el que se resalta
una importante tabla del maldesarrollo como insatisfacción de las necesidades humanas
básicas; y un artículo ampliado, “Maldesarrollo y crisis”, que desarrolla más a profundidad
este mismo análisis. En resumen, Tortosa demuestra el fracaso del programa de desarrollo
con la evidencia observable, empírica e indeseable de las consecuencias del maldesarrollo.
Enfoca su análisis en la idea de que el sistema mundial, contiene al ecosistema, y este a su
vez al ámbito estatal y local, y que los efectos del maldesarrollo se pueden visibilizar al
analizar la realidad del bienestar, la libertad, la identidad y la seguridad en éstas diferentes
escalas. Lo interesante es que Tortosa plantea que saber lo que es el Mal Vivir y
constatarlo, “ayuda a definir el Buen vivir y por donde hay que empezar a construirlo: por
los más débiles del sistema mundial” (2009, 21). Identifica a los principales productores del
maldesarrollo, el grupo dominante a escala mundial, las transnacionales, y los mayores
emisores de GEI, a pesar de que busquen almacenar el CO2 y los residuos contaminantes en
la periferia (2011, 51). Hace referencia a esta crisis de una manera muy real y es que
sabemos que existe una crisis multidimensional, ha muerto lo viejo, pero no ha nacido nada
nuevo, lo mismo que plantean varios autores al decir que ha llegado el fin del capitalismo,
pero nadie encuentra el cadáver.
Para alcanzar el Buen vivir, o los Buenos Vivires o Buenos Convivires (Albo 2009
en Unceta 2014), hace falta seguir una serie de principios básicos. Entre estos están los que
menciona Unceta como que la producción y el consumo estén alejados de las dinámicas de
los mercados locales; la apuesta por un bienestar ‘desmaterializado’; priorizar el “hacer”
sobre el “tener”; construir un modelo basado en recursos locales y la recuperación de la
cosmovisión de pueblos. Por otro lado, Macas resalta que para lograr el buen vivir definido
36
como la vida en plenitud y la excelencia material y espiritual (Macas 2010, 452), se deben
eliminar las estructuras coloniales impuestas desde la institucionalidad y lograr la armonía
en la comunidad y la naturaleza. El autor menciona algunos principios clave como los del
Randi Randi, la práctica de la vida en reciprocidad y redistribución, pero aclara el sentido
del buen vivir al visibilizar las contradicciones con el mundo moderno. Por tanto, según
Macas, se contraponen la democracia versus los consensos, lo diverso versus lo homogéneo
y la competitividad versus la complementariedad. Por su parte, Quijano establece que el
Bien Vivir se basa en la igualdad social, reciprocidad, redistribución igualitaria. En cambio,
Unceta resalta a la autonomía como estrategia del Buen vivir es piedra angular frente a
imposiciones. Por su parte Huanacuni plantea al Buen vivir desde la comprensión de que
todo vive, y está conectado, el principio comunitario, la reciprocidad, más allá del tiempo y
el espacio, convergencia de las fuerzas chacha-warmi (hombre y mujer) (Huanacuni 2010,
22). La concepción de la integridad y armonía con la naturaleza es clave para el buen vivir,
Dávalos (2008) resalta que “incorporación de la naturaleza al interior de la historia [debe
ser] parte inherente del ser social” (En Unceta 2014, 107).
Para finalizar, vale destacar los testimonios del taller con mujeres Saramanta y
Ecuarunari el 28 de septiembre, 2016, en el que, de una manera muy elocuente, dos
valientes mujeres describen el concepto de Sumak Kawsay, sobre todo, la comprensión de
las palabras por separado, sumak y kawsay, que da cuenta del diferente significado que se
le ha dado del poder a este poderoso concepto que nace de la cosmovisión indígena.
“El Sumak Kawsay como sueño, como una utopía que es como estaba
planteado, siempre ha estado allí. El Sumak como la excelencia, como lo
hermoso, lo bello, en todo momento era utilizado la palabra Sumak. Eso de
una buena comida, por decir lo delicioso, se usaba Sumak. O cuando le ve a
una persona que está elegante, guapo, una belleza, se le dice Sumak Huarmi
(que está hermoso, que está bello). O si miramos a la naturaleza el paisaje,
igual le utilizamos el Sumak, cuando ya traspasa esto de lo bello, lo
máximo. O como sinónimo de admiración. Y como lo mejor, lo bueno, es
utilizado la palabra Sumak.
38
la sabiduría, la educación. Mejora como crecimiento, lo vemos nosotros. El
desarrollo no se está aplicando.
Entonces con los sectores sociales deberíamos ir construyendo y empatando
estos conceptos empatados con la visión plurinacional para ir trazando el
futuro de país que queremos. Incluso para caminar con los aliados e ir
construyendo los nuevos programas y políticas enmarcadas en esta visión.
Empatar en lo que sería el desarrollo, lo que sería la economía para llegar al
Sumak Kawsay real. Esto es lo que no habido hasta ahora.”
Blanca Chancoso
Estas sabias voces deberían escucharse aún más, incluso más que las voces de los
teóricos y académicos, es urgente un diálogo plurinacional, ya que los pueblos indígenas
llevan décadas en resistencia, demostrando en la práctica modelos de sociedades sostenibles
que no tienen cabida en el rápido mundo capitalista y del desarrollo. Todavía estamos a
tiempo de resaltar estas voces y experiencias, maximizarlas y expandirlas, en vez de
opacarlas y forzarlas a entrar en la lógica del mercado y del desarrollo, porque de una u otra
manera son experiencia viva del Sumak Kawsay.
39
Bibliografía
Gudynas, Eduardo. 2011. “La Tierra no es muda: diálogos entre el desarrollo sostenible y el
postdesarrollo”. En Desarrollo y sustentabilidad ambiental: diversidad de posturas,
tensiones persistentes. Granada: 69-96.
Gudynas, Eduardo y Alberto Acosta. 2011. “El Buen vivir o la disolución de la idea del
progreso”. En Mariano Rojas (coordinador), La medición del progreso y del
bienestar. Propuestas desde América Latina. Foro Consultivo Científico y
Tecnológico, México, 103-110.
Indígenas Libertarios. 2010. “25 postulados para entender el ‘Vivir Bien’”. Entrevista con
David Choquehuanca (Bolivia), (3 de febrero)
Leff, Enrique. 2000. Tiempo de Sustentabilidad. Ambiente & Sociedade – Ano III No. 6/7:
5-13.
Macas, Luis. 2010. “Sumak Kawsay: La vida en plenitud”. América Latina en Movimiento,
Sumak Kawsay: recuperar el sentido de la vida. ALAI (febrero) No. 452: 14-16.
Machado, Horacio. 2010. “La ‘Naturaleza’ como objeto colonia. Una mirada desde la
condición eco-bio-política del colonialismo contemporáneo”. Boletín Onteaiken. No.
10 (noviembre) ‹www.accioncolectiva.com.ar›.
Quijano, Aníbal. 2014. “‘Bien vivir’: entre el ‘desarrollo’ y la des/colonialidad del poder”.
En: Cuestiones y horizontes: de la dependencia histórico-estructural a la
colonialidad/ descolonialidad del poder, Buenos Aires: CLACSO, 847-959.
Tortosa, José María. 2009. “Maldesarrollo como Mal Vivir”. En América Latina en
Movimiento, No. 445: 18-21 (junio).
-----. 2011. “Maldesarrollo y Mal Vivir: Pobreza y Violencia a Escala Mundial”. Abya-
Yala, Quito: 39-84.
40
Unceta, Koldo. 2014. “El Buen vivir frente a la globalización”. En: Koldo Unceta,
Desarrollo, Postcrecimiento y Buen vivir, Debates e Interrogantes, Quito: Abya-
Yala, 101-120.
41
CAPÍTULO 2
Claudia Storini
Posiblemente hoy estemos viviendo una crisis, concepto que no sólo trae consigo
aspectos negativos sino también vienen inmersos en los mismos aspectos positivos, pues
una crisis siempre genera dos sendas, aquella que nos conduce inevitablemente a la muerte,
y aquella que nos guía hacia una nueva forma de vivir. Hoy observamos claramente que se
han abierto dos caminos frente a la crisis ambiental, el primero que nos conduce a la
conservación de la especie humana, y el segundo que nos lleva ineludiblemente al suicidio
colectivo; el primer camino nos permite sobrevivir con las condiciones necesarias y con
dignidad, el primer camino es lo que se ha llamado Buen vivir.17
Giraldo busca explicar cómo las utopías contemporáneas quieren hacer un frente
distinto a la proyección occidental moderna camino a la muerte, y mirar en el Buen vivir
un ejemplo de ese frente; el Buen vivir es un proyecto político latinoamericano que surge
en Ecuador y Bolivia, es la alternativa a la modernidad capitalista, es un concepto tomado
de la cultura aymara y quechua, caracterizado por ser un arte que permite vivir en
equilibrio y armonía con lo existente, pues no se puede vivir bien si los demás viven mal;
es decir, el Buen vivir es algo sumamente profundo que no se reduce a las ejecuciones de
proyectos gubernamentales, creación de ministerios especializados o articulado
constitucional, es un proceso que implica luchas sociales y un cambio de paradigma.18
17
Omar Felipe Giraldo, Utopías en la era de la supervivencia una interpretación del Buen vivir, (México:
Editorial Itaca, 2014), 15.
18
Ibíd. 16, 17.
19
Ibíd. 23.
42
Culturas rebeldes a seguir manteniendo un pensamiento generalizado surgen en
Latinoamérica, culturas que empiezan a abrir puertas del camino hacia el Buen vivir,
culturas que buscan alejarse de los postulados capitalistas generando una nueva forma de
convivencia humana en la diversidad y en armonía con la naturaleza, culturas que buscan
alejarse de la noción vulgar del tiempo, denominada así por Heidegger, basada en el olvido
del pasado y un pensamiento dirigido a adquirir las expectativas implantadas por la
sociedad como metas a alcanzar, es decir apartarse de vivir un presente en olvido del
pasado y con visión permanente a un futuro común, un futuro de dualidades en que sólo
existe lo bueno y lo malo; culturas que buscan construir un futuro anclado en el pasado
entrelazando las tres dimensiones de la temporalidad, esto es el haber sido, el ser, y el
advenir20. Y el camino para llegar a ello se llama Buen vivir.
El significado del Buen vivir sin embargo no ha sido del todo visible, pues se ha
hecho necesario emplear lupas para intentar hacer una lectura del mismo, la pregunta es
¿qué es lo que se ha logrado observar entonces?
43
elemento esencial, que precisamente es su devenir democrático; de ahí que las revoluciones
antes referidas son de fundamental importancia, pues en ambas se plasmó esa legitimidad
democrática, ya que tanto en la Constitución jacobina de 1793 de Francia como en la
Norteamericana de 1787 ese factor estuvo presente, puesto que, hablando en términos muy
generales, esas constituciones tuvieron un origen democrático en el que existió
participación popular22.
22
Para conocer más a fondo sobre estos procesos y sobretodo de las Constituciones norteamericana de 1787,
y francesa de 1793 se puede consultar Roberto Blanco Valdés, El valor de la Constitución (Madrid: Alianza
Editorial, 1994), 87-104, y 200-207.
23
Eduardo García de Enterría, La Constitución como Norma y el Tribunal Constitucional (Madrid: Civitas,
1985), 41.
24
Jaime Cárdenas, "Acerca de la legitimidad democrática del juez constitucional", en Eduardo Ferrer Mac-
Gregor y Arturo Zaldívar Lelo de Larrea (coordinadores) La Ciencia del Derecho Procesal Constitucional,
Tomo V, Juez y Sentencia Constitucional (México: Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto
Mexicano de Derecho Procesal Constitucional Marcial Pons, 2008), 84.
25
Sobre este largo trajinar de más de un siglo en que el concepto de Constitución se vería apagado podemos
consultar a Gerardo Pisarello, Un largo Termidor (Quito: Centro de Estudios y Difusión del Derecho
Constitucional, 2012), 89.135.
26
Roberto Blanco Valdés, "La configuración del concepto de constitución en las experiencias revolucionarias
francesa y norteamericana", Working Paper No. 117, 18-20.
44
Este concepto democrático de Constitución nuevamente en Europa continental
empieza a apagarse, pero sin embargo semillas del concepto democrático de Constitución
empezarán a surgir en parte del nuevo continente, en Latinoamérica.
Por citar un ejemplo, la Constitución ecuatoriana de 2008 cumplió con ese rasgo
esencial del concepto de Constitución que se ha proclamado como pilar de defensa del
Nuevo Constitucionalismo Latinoamericano; esto es, su legitimidad democrática, puesto
que fue construida por una Asamblea Constituyente cuyos miembros fueron elegidos
popularmente, y después de tal construcción -Constitución de 2008- fue sometida a un
referéndum aprobatorio por parte de la ciudadanía; claro, esto sin entrar en detalles, pues
muchos aspectos podrían ser criticados al respecto y desestabilizarían el concepto
democrático de tal Constitución de la que hemos hablado, estudiarlos requerirían de mucha
más atención a la que prestamos aquí; así por ejemplo, es criticable el tema de la
intervención tan fuerte del poder ejecutivo en la Asamblea Constituyente, pues eso llevaría
a decir que no fue un proceso conducido por el pueblo o los sectores populares que
formaron parte del mismo; y otro aspecto que podría poner en duda un concepto
democrático de esa Constitución es el del referéndum aprobatorio, pues podría encontrarse
tintes de un populismo legitimador en tal proceso que provocaría la destrucción de tal
concepto; sin embargo estos temas de crítica no serán abordados por ahora, pero sin duda
darían mucho de qué hablar.
27
Roberto Viciano Pastor y Rubén Martínez Dalmau, "Aspectos Generales del nuevo constitucionalismo
latinoamericano", en Luis Fernando Ávila Linzán (editor) Política, justicia y Constitución (Quito: Centro de
Estudios y Difusión del Derecho Constitucional, 2012), 160.
28
Ibíd. 162, 163.
45
jurídica de la Constitución que trae consigo características como la supremacía, la
aplicación directa, derechos y garantías, rigidez constitucional, resultan indispensables.
Para entender cabalmente las razones por las que se considera el concepto de Buen
29
Alberto Acosta, El Buen vivir en el camino del post-desarrollo Una lectura desde la Constitución de
Montecristi, (Quito: Fundación Friedrich Ebert, 2010) 5,6.
46
vivir como una ruptura del paradigma occidental capitalista hay que remontar al concepto
de pluralismo. Éste, es el que determina la abertura constitucional a nuevas e intransitadas
miradas que conforman el nuevo contenido epistemológico de mucha de las categorías
elaboradas bajo la doctrina del monismo jurídico.
En clave histórica, el monismo jurídico liberal ofrece unas soluciones que justifican
y promueven los valores que fundamentan el pacto de Westphalia, y que se expanden
materialmente de la mano de la revolución francesa y el imperio napoleónico 32 . No
obstante, a pesar de las importantes contribuciones teóricas y prácticas del monismo liberal
al pensamiento jurídico-político moderno, sus postulados han sido puestos en tela de juicio
desde principio del siglo XX.
Los críticos del monismo jurídico han cuestionado la preeminencia del derecho
estatal u oficial, su supuesta uniformidad, así como su fundamentación y legitimación en el
principio de soberanía.
La teoría critica del derecho enjuicia el monismo jurídico liberal demostrando como
las ideas de coherencia, neutralidad y racionalidad del derecho no son más que el resaltando
del carácter ideológico de sus fundamentos33.
30
Norberto Bobbio, Distinguiendo. Estudios de teoría y metateoría del derecho. (Barcelona: Gedisa, 1999).
27-28.
31
Konrad Hesse, Escritos de Derecho Constitucional, (Madrid: Centro de Estudios Constitucionales, 1992).
8-15.
32
Como referentes teóricos paradigmáticos del monismo jurídico pueden citarse las obras de Thomas Hobbes,
Leviatán (Buenos Aires: Editorial Lozada, 2003). John Locke, Dos ensayos sobre el gobierno civil (Madrid:
S.L.U. ESPASA LIBROS, 1997). Hans Kelsen, Teoría general del Estado. Granada: Editorial Comares, 2002)
y Teoría pura del derecho (Madrid: Trotta, 2011).
33
En las primeras décadas del siglo XX, como alternativa al normativismo estatal positivista, resurge el
pluralismo en la preocupación de jusfilósofos y publicistas como: Otto von Gierke, Political Theories of the
Middle Ages, (Cambridge: Cambridge University Press, 1900); Maurice Hauriou, Principios de derecho
público, (Madrid: Reus, 1974); Santi Romano, L’ordinamento Giuridico (Firenze : Sansoni, 1956); Giorgio
Del Vecchio, Supuestos, concepto y principio del Derecho, Trilogía, (Barcelona: Bosch, 1962) y de los
47
Por otra parte, la crítica articulada desde la antropología ha cuestionado el monismo
jurídico liberal desde el análisis crítico del postulado que defiende la universalidad del
derecho occidental y de sus valores, llegando a demostrar su carácter cultural y contextual
en tanto que fundamentado en una determinada tradición histórica34.
Esta misma crítica ha sido elaborada para demostrar el carácter relativo de los
derechos humanos definidos por Boaventura de Sousa Santos como un “localismo
globalizado” y para evidenciar la necesidad de establecer un dialogo entre las diferentes
culturas para determinar las normas que han de regular sus relaciones35.
sociólogos del derecho como: Eugen Ehrlich, Escritos sobre sociología y jurisprudencia (Madrid: Marcial
Pons, 2005) y Georges Gurvitc, Sociología del Derecho (Rosario: Editorial Rosario 1945).
34
Se trata de la discusión sobre el pluralismo generada en los años 50 y 60 por investigadores en el ámbito de
la antropología jurídica como, por ejemplo: Leopold Pospisil, Anthropology of law: A comparative theory
(New Haven: Harper and Row Publishers 1974); Sally Falk Moore, Law as process: An anthropological
approach (London: Routledge, 1978); y John Griffiths, “¿Qué es el pluralismo jurídico?” (1986), en
Pluralismo Jurídico, trad. y ed., Libardo Ariza y Daniel Bonilla. (Bogotá: Siglo del Hombre, 2007). 143-220.
35
Descolonizar el saber, reinventar el poder (Montevideo: Extensión Universitaria y Ediciones Trilce, 2010).
67.
36
Brian Tamanaha, “A non-essentialist version of legal pluralism”, Journal of Law and Society, 2000. 296-
321, 297.
37
“La investigación en sociedades coloniales y post-coloniales produjo una versión del pluralismo jurídico
que se denominó “pluralismo jurídico clásico”. Este se ocupa del análisis de la intersección del derecho
autóctono con el derecho europeo”, así Sally Engle Merry, “Pluralismo Jurídico”, en Pluralismo Jurídico, Op.
cit. 87-142, 95. Este tipo de pluralismo ha sido calificado por Griffiths (2007: 158) como pluralismo “débil”,
por la propensión de quienes investigaban estos fenómenos de superposición sistémica a defender como algo
positivo una “unificación” de derechos. No obstante puede demostrarse que no siempre es así. El surgimiento
del nuevo pluralismo jurídico en el contexto europeo tiene una connotación más teórica que práctica, su
origen puede reconducirse al contexto del movimiento llamado antiformalista constituido por la escuela de
derecho libre, la jurisprudencia de intereses, el movimiento del realismo jurídico, la critical legal studies o el
movimiento del uso alternativo del derecho. Véase: Arnaud y Fariñas, Sistemas jurídicos. Elementos para un
análisis sociológico. (Madrid: Universidad Carlos III-BOE, 2006). 78-109. Esta aproximación entre sociedad
y derecho se advierte también en la posición antiestatalista del derecho de Santi Romano, a través de su teoría
institucional. Según éste autor es en las diferentes instituciones y organizaciones sociales donde tiene origen
el derecho; siendo el Estado una institución jurídica más. Por eso, el conjunto de organizaciones sociales o
instituciones existentes constituyen una pluralidad de ordenamientos jurídicos. Véase: Santi Romano,
L'ordinamento giuridico (Firenze: Sansoni, 1946)). Al lado de esta nueva concepción del derecho se suman
diversos estudios empíricos del pluralismo jurídico, al analizar diferentes esferas jurídicas vigentes en la
sociedad a partir de estudios sociológicos y etnográficos. Véase, entre otros: Bronislaw Malinowski, Crimen y
castigo en la sociedad salvaje, Barcelona: Ariel, 1976. Sally Falk Moore, “Law and social change: the semi-
autonomous social field as an appropriate subject of study”, Law & Society Review, Vol. 7, No. 4 (Summer,
1973). 719-746. John Griffiths. “What is legal pluralism?”, Journal of legal pluralism, N. 24, 1986. 1-55.
Leopold Pospisil, Anthropology of law: A comparative theory. (New York: Harper & Row. Chicago, 1971).
48
Uno de los primeros lugares en los que se empezó a aplicar de manera sistemática la
teoría del pluralismo jurídico fue el espacio colonial.
El pluralismo jurídico latinoamericano tiene su origen en la praxis del movimiento alternativista que se erige
como un nuevo paradigma de comprensión y aplicación del derecho en países como Argentina, Colombia,
México, aunque sin duda el movimiento más importante se remonta al contexto brasileño, siendo sus
precursores el llamado “movimiento de los jueces gauchos”. Véase: Herrera Flores, Joaquín y Sánchez Rubio,
David. Aproximación al derecho alternativo en Iberoamérica, En: Jueces para la democracia, nº 20, 3/1993.
(pp. 87-93). Este es el escenario donde se afianzan los nuevos actores sociales portadores del nuevo
pluralismo jurídico, tales como las favelas, el movimiento sin tierra, las rondas campesinas, las callampas en
Chile, las ciudades perdidas en México, las villas miseria en Argentina, solo por citar algunos.
38
(México, Siglo XXI, 1987).
39
«Que se guarden las leyes que los indios tenían antiguamente para su gobierno, y las que se hicieren de
nuevo. Ordenamos y mandamos, que las leyes y buenas costumbres que antiguamente tenían los indios para
su gobierno y policía, y sus usos y costumbres observadas y guardadas después que son cristianos, y que no se
encuentran con nuestra sagrada religión, ni con las leyes de este libro, y las que han hecho y ordenado de
nuevo, se guarden y ejecuten; y siendo necesario, por la presente las aprobamos y confirmamos, con tanto que
Nos podamos añadir lo que fuéremos servido, y nos pareciere que conviene al servicio de Dios Nuestro Señor
y al nuestro, y a la conservación y policía cristiana de los naturales de aquellas provincias, no perjudicando a
lo que tienen hecho ni a las buenas y justas costumbres y estatutos suyos». Recopilación de Leyes de los
Reinos de las Indias, mandadas imprimir y publicar por la Magestad Católica del Rey don Carlos II, Madrid,
Julián de Paredes, 1681, Libro II. Título I. 218.
49
En estos casos el derecho del colonizador constituye un ordenamiento jurídico
independiente que somete y domina al derecho indígena. La definición del derecho
indígena como derecho consuetudinario o de costumbres por parte del derecho estatal es
una forma de subordinación de las minorías nacionales a los conquistadores. El pluralismo
jurídico clásico acepta que en los contextos coloniales existen dos tipos diferenciados e
independientes de derecho cuyas relaciones y conflictos pueden ser identificadas y
estudiadas.
Por otra parte, el nuevo pluralismo jurídico se configura como aquella corriente que
separa de los espacios coloniales y poscoloniales el estudio del pluralismo. Gracias a esta
corriente el análisis crítico de la postura que defendía la exclusividad y universalidad del
derecho estatal y cuya falsedad había sido demostrada para los contextos coloniales, se
extendió al estudio de las relaciones entre derecho y sociedad en los Estados
industrializados y post-industriales41.
En este sentido, el nuevo pluralismo jurídico, va mucho más allá del análisis de la
coexistencia del derecho europeo con los sistemas jurídicos ancestrales para ocuparse del
estudio de los ordenamientos normativos dentro de los confines de un mismo Estado.
Esto se traduce en que el postulado fundamental de dicha corriente es que dentro del
territorio de todo Estado pueden existir otras fuentes de producción jurídica que pueden
configurarse como relativamente distintas e independientes del derecho estatal.
Empezando por los que Moore define como “campos sociales semi-autonomos”42 y
llegando a las comunidades marginales de los grandes centros urbanos como las favelas
estudiada por Boaventura de Sosa Santos o a los grupos guerrilleros, se puede demostrar la
existencia de formas u ordenamientos jurídicos que socialmente funcionan con relativa
independencia respecto del derecho Estatal43. De este modo, el pluralismo jurídico puede
40
Véase la Sección IV: Pluralismo jurídico, justicia y disputa por los derechos del libro coordinado por
Victoria Chenaut, Magdalena Gómez, Héctor Ortiz y María Teresa Sierra, Justicia y diversidad en América
Latina. Pueblos indígenas ante la globalización. (Ecuador : Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales,
Ecuador, 2011). Así como Antonio Carlos Wolkmer, Pluralismo jurídico: fundamentos de una nueva cultura
del Derecho (Sevilla: Editorial Mad, 2006).
41
Leopold Pospisil, Anthropology of law: A comparative theory. (New York: Harper & Row. Chicago, 1971).
15.
42
Según esta autora los “campos sociales semiautónomos (…) están identificados no sólo por sus
organización (que puede ser un grupo corporativo o una asociación), sino por su característica de tipo procesal
que puede dar origen a las normas, asecurando la coerción o inducción para su aplicación”. Sally Falk Moore,
“Law and social change: the semi-autonomous social field as an appropriate subject of study”, Law & Society
Review, Vol. 7, No. 4 (Summer, 1973). 719-746.
43
El derecho de Pasárgada según Santos “es un derecho paralelo no oficial, que cubre una interacción jurídica
muy intensa al margen del sistema jurídico estatal (el derecho del asfalto, como le llaman los moradores de las
50
potencialmente encontrarse en toda sociedad llegando a ser irrelevante su pasado colonial.
Grupos tan disímiles como una organización paraestatal (Farc-EP) o como las juntas
vecinales del Alto en Bolivia o las favelas de Brasil son ejemplos de un pluralismo que
pierde su relación directa con la modernidad colonial y se inserta en contextos de diferentes
configuraciones44. Así que, la crítica articulada por el nuevo pluralismo jurídico se centra
en fundamentar el rechazo al dogma de que el derecho es tan solo el derecho que tiene su
origen en el Estado, para demostrar que existe otro derecho más allá del difundido por las
universidades, sistematizado y aplicado por los operadores jurídicos es decir que existe otro
derecho más allá del que cuenta con un tipo de racionalidad formal-instrumental que le es
característica y que se considera como universalmente valido45.
51
los distintos ordenamientos jurídicos existentes en un mismo espacio no están dadas por la
independencia, separación y competencia, sino que, más bien por el contrario, estos
derechos se mezclarían unos con otros y existirían permutaciones entre sus elementos
materiales y simbólicos.
Sin embargo, si es cierto, que el verdadero significado del siglo XX reside en que
marca el comienzo de una transición desde la modernidad a otro paradigma cultural no hay
duda que la característica más sobresaliente de este nuevo paradigma sea exactamente el
pluralismo. Y, entre los diferentes conceptos de pluralismo hay que referirse al pluralismo
jurídico presupuesto de un pluralismo cultural en tanto que cauce de su expresión.
En este sentido, el pluralismo acepta la posibilidad de que haya visiones del mundo
incompatibles desde varios aspectos, y que las creencias o las teorías que cada uno adopta
sean correctas y alude a una realidad que ya no se corresponde con la definición teórica de
la relación Estado/derecho, en la que existe una plena coincidencia entre ambos desde la
perspectiva positivista. Pluralismo ya no es sólo el reconocimiento de que en los Estados
convivan individuos pertenecientes a una cultura que evidencia diferentes concepciones de
lo cotidiano, sino de la existencia de personas que son portadoras de cosmovisiones
distintas acerca de lo que es la justicia, el vivir comunitario, el desarrollo o la democracia.
52
valores absolutos, de las teorías abstractamente valida y de la puridad del derecho obliga
por tanto a la observación de cada uno de los sistemas desde su interior.
Para ello, será necesario el uso de una perspectiva narratológica capaz de ligar la
percepción de la evolución temporal que se tiene de una cultura con las definiciones de las
identidades contextuales que interactúan entre sí. De este modo, las culturas solo pueden
entenderse como creaciones constantes de una identidad con respecto al otro y de
negociaciones perpetuas de las fronteras imaginarias que los separan.
53
Un intento de elaborar nuevos conceptos o dar nuevos contenidos a los existentes,
que permitan interpretar la realidad social y hacer frente a la falta de correspondencia entre
ésta última y la normatividad existente. La construcción de un saber geocultural, histórico,
arqueológico, sociológico y etnológico, una metafísica donde las heterogeneidades y las
diferencias se encuentran subsumidas en un lenguaje homogéneo integrados en categorías
sustanciales como “pueblo”, “clase”, “plurinacionalidad”, “buen vivir”, etc.
Es cada vez más evidente “que estamos suspendidos entre un viejo mundo que ya
no funciona y otro nuevo que lucha por nacer. Rodeados por un orden arcaico de jerarquías
centralizadas de un lado y de mercados predatorios por el otro, presidido por un estado
comprometido con un desarrollo económico destructor del planeta, la gente está buscando
alternativas en todas partes del mundo… No sólo quieren emanciparse dela pobreza y de las
oportunidades que se desvanecen, sino de sistemas de gobierno que ya no les permiten
tener voz y responsabilidad significativas”52.
54
que respaldan el sistema actual. Un sistema cuyo énfasis está en el individualismo, en la
utilización de la naturaleza, en la conversión de las relaciones sociales en mercancías, en la
sumisión de todo al mercado y en la centralidad de la propiedad privada55.
Así puede tratarse de explicar la actitud que guía la exploración que permite
constatar en la realidad componentes y rasgos de una nueva sociedad. Una exploración que,
más allá de la modernidad y la postmodernidad, se aleje del “saber” definido como
científico y funcional al poder dominante para acercase a aquel “saber popular” forjado
cotidianamente por personas comunes que en vez de un sistema unitario de referencia
comparten percepciones pluralistas con las que están creando un mundo en que quepan
todos los mundos58.
La crisis actual, que no son sólo es la crisis de una fase del ciclo económico, o una
crisis financiera o ambiental, una crisis que no sólo se identifica con la fase terminal del
régimen capitalista de producción, es la crisis de una civilización. Una crisis que implica la
crisis de la era moderna y de su paradigma; la crisis de un modelo de organización del
55
"Hacia la construcción de un nuevo paradigma social". En http://laisumedu.org/pdf/barkin.pdf (29.01.
2017) 1.
56
Ibídem.
57
“una especie de emprendimiento para des-sujetar los saberes históricos y tornarlos libres, esto es, capaces
de oposición y de lucha contra la coerción de un discurso teórico unitario, formal y científico”. Michel
Foucault, Defender la Sociedad: Curso en el Collége de France 1975-1976. Cit. 11.
58
Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). «Cuarta Declaración de la Selva Lacandona», 1996.
55
conocimiento; la crisis del modo industrial de producción; la crisis de las modalidades de
gobierno, entre otras.
56
apuesta por “las insurrecciones de los saberes sometidos” un dialogo que no tiene como
base la lectura de textos jurídicos en los que encontrar respuestas, sino que al contrario
obliga a un trabajo de conjunción de lo teórico con la práctica del dialogo con el “otro”.
Solo así se llegará a un replanteamiento de la teoría del derecho, en general y del derecho
constitucional en especial, capaz de generar empatía y eliminar aquellos “prejuicios
normalizados” que impiden construir un saber colectivo generado en minga que sea capaz
de dar soluciones a los problemas que atañan a la sociedad contemporánea otorgando
contenido “populares” a conceptos como el Buen vivir.
Quizá las que de mejor forma se ajustan a estos dos pilares son las constituciones de
Ecuador y Bolivia, las que además de cumplir con los presupuestos de legitimidad
democrática establecen como su principal objetivo a alcanzar al Buen vivir o Sumak
Kawsay en Ecuador y al Vivir Bien o Suma Qamaña en Bolivia.
A lo largo del texto constitucional varios artículos citan al Buen vivir, así por
ejemplo en la parte referente a derechos y garantías tenemos los siguientes artículos: el
artículo 14 establece que “Se reconoce el derecho de la población a vivir en un ambiente
sano y ecológicamente equilibrado, que garantice la sostenibilidad y el buen vivir, Sumak
Kawsay”63; el artículo 26 al referirse a la educación establece que “[…] constituye un área
prioritaria de la política pública y de la inversión estatal, garantía de la igualdad e inclusión
social y condición indispensable para el buen vivir”64; al referirse al derecho a la salud
manifiesta que este está ligado a otros derechos que sustentan el buen vivir65; el artículo 74
establece que “las personas, comunidades, pueblos y nacionalidades tendrán derecho a
beneficiarse del ambiente y de las riquezas naturales que les permitan el buen vivir […]”66;
el artículo 83 al hablar de las responsabilidades de las y los ecuatorianos, entre una de ellas
establece “Promover el bien común y anteponer el interés general al interés particular,
conforme al buen vivir” 67 ; en el artículo 85 al hablar de las garantías constitucionales
62
Ecuador, Constitución de la República, Preámbulo.
63
Ibíd. Art. 14 inciso 1.
64
Ibíd. Art. 26.
65
Ibíd. Art. 32.
66
Ibíd. Art. 74.
67
Ibíd. Art. 83 num. 7.
57
manifiesta que “Las políticas públicas y la prestación de bienes y servicios públicos se
orientarán a hacer efectivos el buen vivir y todos los derechos, y se formularán a partir del
principio de solidaridad”68.
68
Ibíd. Art. 85.
69
Ibíd. Art. 97.
70
Ibíd. Art. 250
71
Ibíd. Art. 258.
72
Acuerdo Ministerial 162, Plan de Manejo de las Áreas Protegidas de Galápagos para el Buen vivir, R.O.
Edición Especial 153, 22 de julio de 2014, art. 1.
73
Ecuador, Constitución de la República, art. 275.
74
Ibíd. Art. 277.
75
Ibíd. Art. 278.
76
Ibíd. Art. 283.
77
Ibíd. Art. 290 núm. 2.
78
Ibíd. Art. 319.
58
fomentar la investigación científica y tecnológica, y potenciar los saberes ancestrales, para
así contribuir a la realización del buen vivir, al Sumak Kawsay”79.
En este sentido, este concepto se considera por algunos, anclado a los saberes
ancestrales de los pueblos indígenas, a una propuesta para lograr un cambio social a partir
de categorías como, por ejemplo: reciprocidad, armonía con la naturaleza,
complementariedad 82 . Por otros, como un proyecto que se puede concretar en la
construcción de un verdadero estado plurinacional en el que los diálogos de saberes se
sustituyan al predominio de la racionalidad científica83; la lista podría ser mucho más larga.
No obstante, lo que aquí interesa es evidenciar las dificultades existentes para llegar a un
contenido mínimamente homogéneo de éste concepto, dificultades debidas a las diferentes
miradas o postura epistemológica utilizadas en la búsqueda del mismo.
79
Ibíd. Art. 387 núm. 2.
80
Bolivia, Constitución de la República, art. 8 núm. I.
81
Ibíd. Núm. II.
82
Véase, poe ejemplo, Fernando Huanacuni. Buen Vivir / Vivir Bien Filosofía, políticas, estrategias y
experiencias regionales andinas. (Lima: Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas – CAOI) 2010.
83
Alberto Acosta, El Buen Vivir Sumak Kawsay, una oportunidad para imaginar otros mundos.
(Barcelona: Icaria. 2013).
59
En coherencia lo que aquí se defiende, para lograr un verdadero pluralismo jurídico
y por tanto un cambio de paradigma habrá que implementar nuevas formas políticas que
sean capaces de superar el despotismo democrático y el estado-nación; que puedan superar
el concepto de escasez como fundamento de la organización social; que olviden el cambio
“desde arriba” y afirmen autonomías múltiples como clave de la armonía de los diferentes.
Para ello habrá que abrir un espacio de construcción colectiva de dialogo, un espacio en el
que todos seamos protagonistas.
Por otra parte, una de las condiciones básicas para cualquier tipo de diálogo es el
lenguaje y no necesariamente el lenguaje en sentido acústico, propio de la conversación,
sino la forma en la que el “ser del otro se me presenta”. En este sentido, leguaje se vuelve
un concepto amplío, bien puede ser la palabra escrita o oral o una composición artística, o
un gesto. Lenguaje, aquí, se entiende como el “ser que me habla”, el “ser que me dice algo
sobre él mismo”. Una persona, un texto, una cultura, hablan sobre sí, dicen algo de aquello
que son.
Las culturas hablan acerca de sus propias formas de entender el mundo, al hombre,
los valores, etc. Sin embargo, el lenguaje no es suficiente para el diálogo. El diálogo supone
también reconocimiento de aquel que habla. Sin este reconocimiento caemos en una
especie de monólogo cerrado, en la que el leguaje se vuelve uno solo, no conversa, no
dialoga. Esta es la mayor dificultad a la hora de dialogar: el no reconocer al otro. Sin este
reconocimiento del otro que habla, lo propio del diálogo, el dejar huella en el otro, es
imposible. Por ello, la primera condición real para el diálogo intercultural es el
reconocimiento de diferentes culturas85. En esta diversidad cada grupo social, etnia, pueblo
o nacionalidad ha configurado los contenidos de una cultura que se sustenta en su propio y
diferente sistema de valores, símbolos, prácticas y saberes, por tanto, cuando se habla de
84
Mariano Moreno Villa, El hombre como persona, (Madrid: Caparrós editores. 2005). 25.
85
Hans-Georg Gadamer, Verdad y Método II,. (Salamanca: Ediciones Sígueme, 1998). 203-213.
60
culturas no puede hacerse desde perspectivas homogéneas sino desde el respeto de la
diversidad, pluralidad, diferencia, alteridad. Esta perspectiva rompe las visiones
funcionalistas que han intentado explicar la cultura desde parámetros universales dentro de
los cuales la diversidad quedaba homogeneizada. La vida demuestra que no existe ninguna
manifestación de la cultura que tenga validez universal y que pueda ser aplicada
homogéneamente de un contexto social a otro.
No obstante, esta lucha conceptual pasa también por deconstruir los contenidos del
concepto de Buen vivir que provienen de los discursos “oficiales” y evidenciar las posibles
contradicciones en la retórica y en la ejecución de lo público. Y para ello, no bastará
establecer que dice el discurso, sino habrá que analizar también el referente epistemológico
de dicho discurso que se sustancia en el derecho y en el uso del discurso jurídico mediante
el cual se produce y reproduce la ideología jurídica cuyo objeto es invisibilizar las
relaciones de poder que subyacen atrás del discurso.
1.3 El significado del Buen vivir desde el Gobierno Central (Plan Nacional para el
Buen vivir 2013-2017)
Sin duda en el Plan Nacional para el Buen vivir 2013-2017 existe un concepto claro
respecto a lo que debería entenderse por Buen vivir, a pesar de no entrar en análisis
profundos y rescatar el significado del buen vivir desde sus orígenes, genera una meta a
alcanzar, un vértice al que toda la actividad del Estado debería estar anclada, y en efecto
manifiesta lo siguiente: “El Buen vivir se planifica, no se improvisa. El Buen vivir es la
forma de vida que permite la felicidad y la permanencia de la diversidad cultural y
ambiental; es armonía, igualdad, equidad y solidaridad. No es buscar la opulencia ni el
crecimiento económico infinito.”86
61
ola depredadora y consumista que ha generado daños ambientales y ha ampliado la brecha
social y económica entre los seres humanos. El sur ha reclamado alternativas, y ha confiado
en el Buen vivir.
Esta visión de la crisis, y del Buen vivir como la alternativa está muy visible en el
Plan Nacional para el Buen vivir, pues en el mismo se dice:
Desde el Plan se colige entonces que los centros de actividad del Estado van a
cambiar radicalmente, como, por ejemplo, ya no gravitar en la obsesión por las ganancias
económicas sino dar preferencia a la distribución de los recursos disminuyendo impuestos
para aquellos históricamente desamparados y recaudando de aquellos que más tienen. Va a
encontrar a su principio esencial en el ser humano y no en el capital, va a invertir
fuertemente en lo social: escuelas, hospitales, carreteras, etc.88
La idea es clara, el buen vivir no es un simple nuevo modelo de desarrollo, sino que
va más allá; implica una ruptura del paradigma occidental que ha colonizado al Sur desde
su implantación, se trata precisamente de la alternativa para lograr la liberación del
capitalismo occidental entendido desde todas sus aristas y no sólo desde lo económico.
Para llegar al Buen vivir, el Estado se plantea efectivizar derechos novedosos, los
derechos de la naturaleza incluidos en la Constitución de Montecristi del 2008, busca
efectivizar de igual forma los derechos sociales a partir de la fuerte inversión pública en
estos, se plantea lograr una verdadera igualdad material prestando especial atención a los
grupos de atención prioritaria que fueron invisibilizados durante mucho tiempo en el
Ecuador, busca generar mayores capacidades a partir de la fuerte inversión en la educación,
pretende disminuir las brechas sociales y económicas generadas por el neoliberalismo; pero
todo, esto siempre anclado a la planificación, es decir que toda planificación estatal debe ir
direccionada a efectivizar los derechos de los seres humanos y de la naturaleza.
Para entender el Buen vivir hay que comprender primero que se trata de un proceso
en donde no se busca únicamente cambiar el modelo de producción, sino generar un
cambio de mentalidad 89 , es decir que el Sumak Kawsay jamás debe ser entendido
solamente a partir de números, lo que se busca es cambiar situaciones de fondo.
Tres grandes problemas han dado cuenta de las grandes limitaciones de la sociedad
capitalista frente a los cuales ha sido necesaria una alternativa; estos problemas radican en
87
Ibíd.
88
Ibíd. 15.
89
Ibíd. 18.
62
primer lugar en la falta de repartición equitativa de los frutos del crecimiento, pues de
hecho la inequidad social se ha mantenido siempre tendiendo a incrementarse; en segundo
lugar, no ha existido la debida correspondencia entre el crecimiento económico y la mejora
en la calidad de vida; finalmente la falta de sustentabilidad del crecimiento económico
alcanzado.90 Frente a estos problemas la alternativa es el Buen vivir.
El Buen vivir busca construir sociedades solidarias, diversas, que vivan en armonía
con la naturaleza, a partir de un cambio en las relaciones de poder.92
Contradicciones parecen presentarse sin embargo, pues si bien se deja clara la idea
del Buen vivir como una alternativa a la cultura occidental, en ciertos momentos se
manifiesta que este paradigma siempre ha estado presente en las sociedades occidentales,
citando incluso definiciones aristotélicas de la buena vida, para de manera posterior decir
que en Ecuador el concepto es tomado de los pueblos andino-amazónicos94; es decir, por un
lado se busca decir que han existido distintas visiones o concepciones del Buen vivir de
sociedades originarias de sociedades occidentales; pero que la noción de este paradigma en
el Ecuador es nueva, pues está diseñada para afrontar los problemas actuales en la sociedad;
empero la idea ha sido tomada de pueblos andino-amazónicos, dejando sentado que no
busca construir un pasado idealizado.
Los principios que guían al paradigma del Buen vivir son algunos que quedan
claramente establecidos en el Plan Nacional para el Buen vivir, estos son: la justicia, pues
se busaca generar una sociedad justa desde todos los niveles; el trabajo, pero reconocido a
90
Ibíd. 22, 23.
91
Ibíd. 18,19.
92
Ibíd. 22.
93
Ibíd. 23.
94
Ibíd.
63
partir de un plano de igualdad, buscando erradicar la división sexual del trabajo; la igualdad
y equidad, por la que se pretende una sociedad direccionada a la reducción de la brecha
socio-económica existente; la expansión de capacidades que permita una sociedad
emancipada; la solidaridad que parte de potenciar la cooperación y la fraternidad, y de
erradicar el principio del desarrollo personal y egoísta; la corresponsabilidad basada en la
responsabilidad comunitaria de la sociedad de dar respuesta a sus problemas a partir de una
actitud propositiva, alejándose así de la actitud pasiva a espera de que el Estado resuelva
todas las necesidades, evitando con ello caer en el paternalismo estatal; el acceso a bienes
superiores como un derecho de suma importancia; la excelencia como eje fundamental en
el ejercicio de la actividad de toda la sociedad; la armonía con la naturaleza, entendiendo
por ello que la economía debe minimizar los impactos ambientales; pluralismo y
participación como eje central de la democracia; la soberanía e integración de los pueblos;
la plurinacionalidad y la interculturalidad; y finalmente el fortalecimiento de la sociedad.95
De lo visto hasta el momento, parece ser que en el mentado plan existe una noción
despejada de lo que debe entenderse por Buen vivir a pesar de ciertas contradicciones que
podrían encontrarse a lo largo de su texto; la idea y la forma de llevarlo a cabo es muy
matizado, de hecho cuando entra a tratar los objetivos del plan, se puede colegir que el
concepto está formulado conjuntamente con sus maneras de ejecutarlo; es decir que el
deber ser del Buen vivir existe, y lo que se debería medir es si las políticas públicas del
Estado han estado dirigidas a efectivizar el concepto del Buen vivir en primer lugar, para
sólo luego de aquello poder medir su impacto y deducir si han sido o no eficientes, eficaces
y efectivas.
Tres ejes estructuran el concepto del Buen vivir entonces al menos en una de sus
fases dentro del proceso de ruptura paradigmática. Estos ejes son: 1) cambio en las
relaciones de poder para la construcción del poder popular; 2) derechos, libertades y
capacidades para el Buen vivir; y 3) transformación económica-productiva a partir del
cambio de la matriz productiva.96
95
Ibíd. 24-27.
96
Ibíd. 80.
97
Ibíd.
64
erradicar la vieja costumbre en la que los poderes fácticos eran quienes decidían los
asuntos más trascendentales de la vida política del Estado.
Para la consecución de este eje, en el plan se traza el objetivo número 1 que reza:
“Consolidar el Estado democrático y la construcción del poder popular”98.
El segundo eje tiene como móvil los derechos, en efecto un cambio radical existe
desde el propio modelo de Estado; ya que al establecerse un Estado constitucional de
derechos y justicia, se genera una profunda transformación en el rol del Estado, sobre todo
en función del aparecimiento de las garantías de política públicas precisamente como
garantías de los derechos; pues “Los derechos humanos, de ser vistos como un obstáculo
para el ejercicio del poder público, pasan a convertirse en la razón de ser del Estado, el
motivo de su existencia[…]”99; en efecto, entre las obligaciones del Estado, con un tinte de
jerarquía se encuentra el respetar y hacer respetar los derechos establecidos en la
Constitución100, mismos que son de aplicación directa e inmediata por cualquier autoridad
pública, administrativa o judicial101.
Según este segundo eje, los derechos humanos y los de la naturaleza pasan a ser la
esencia misma del plan, son su razón de ser, y las políticas públicas y los servicios públicos
se convierten en mecanismos para garantizar los derechos. Uno de los principales fines en
este eje es sin duda erradicar las desigualdades y con ellas la pobreza, grandes males que
dejó el capitalismo.102
Los objetivos a cumplirse dentro de este segundo eje son: auspiciar la igualdad, la
cohesión, la inclusión y la equidad social y territorial, en la diversidad103; mejorar la calidad
de vida de la población104; fortalecer las capacidades y potencialidades de la ciudadanía105;
construir espacios de encuentro común y fortalecer la identidad nacional, las identidades
diversas, la plurinacionalidad y la interculturalidad106; consolidar la transformación de la
justicia y fortalecer la seguridad integral en estricto respeto a los derechos humanos107; y
finalmente el objetivo 7 garantizar los derechos de la naturaleza y promover la
sostenibilidad ambiental territorial y global108.
El tercer eje se centra en el cambio del modelo productivo, pues para efectivizar los
derechos y libertades establecidas en la Constitución se requiere de una base material que
pueda sustentar aquello.
98
Ibíd. 85 y ss.
99
Ibíd. 81.
100
Ecuador, Constitución de la República, art. 11 num. 9
101
Ibíd. Art 11 num. 3
102
Ecuador, Consejo Nacional de Planificación, Plan Nacional para el Buen vivir 2013-2017, 81.
103
Ibíd. 111 y ss.
104
Ibíd. 135 y ss.
105
Ibíd. 158 y ss.
106
Ibíd. 181 y ss.
107
Ibíd. 199 y ss.
108
Ibíd. 221 y ss.
65
Para ello el pueblo ecuatoriano, desde su Constitución, se ha planteado terminar con
el simple modelo basado en una economía primario-exportadora, para pasar a un modelo
asentado en dos pilares, por un lado una fuerte inversión tanto pública como privada, pues
para ello, en términos de inversión, el gobierno se ha planteado usar el extractivismo para
salir del extractivismo; y por otro lado un cambio cultural en los ciudadanos sobre todo a
partir del sistema educativo. 109 Quizá aquí es donde más se observa el alejamiento del
concepto del Buen vivir -esbozado en este plan-, de aquel concepto originado en los
pueblos andinos y amazónicos contrarios al extractivismo; sin embargo estas y otras
actuaciones del gobierno serán analizadas posteriormente, pues lo que ahora interesa es
observar el deber ser del Buen vivir.
Pero además para poder construir este eje, es necesaria su realización dentro del
marco integracional andino, pues un complejo proceso como este es de difícil edificación
de manera aislada por el Estado ecuatoriano.
Los objetivos a cumplirse dentro de este tercer y último eje son: consolidar el
sistema económico social y solidario, de forma sostenible110; garantizar el trabajo digno en
todas sus formas 111 ; impulsar la transformación de la matriz productiva 112 ; asegurar la
soberanía y eficiencia de los sectores estratégicos para la transformación industrial y
tecnológica113; y finalmente el objetivo 12 garantizar la soberanía y la paz, y profundizar la
inserción estratégica en el mundo y en la integración latinoamericana114.
Sin embargo, graves críticas existen respecto a la manera de entender del gobierno
nacional al Buen vivir, así por ejemplo Alberto Acosta manifiesta que:
109
Ibíd. 82.
110
Ibíd. 247 y ss.
111
Ibíd. 273 y ss.
112
Ibíd. 291 y ss.
113
Ibíd. 313 y ss.
114
Ibíd. 333 y ss.
115
Alberto Acosta, El Buen vivir en el camino del post-desarrollo Una lectura desde la Constitución de
Montecristi, 38.
66
Que el significado del Buen vivir que se ha impuesto no se corresponda con el
originario de los pueblos, y que la voluntad del constituyente haya sido instaurar una visión
del Buen vivir a partir de un regreso al pasado para anclarlo al futuro, aun no queda claro,
pues el rescate de la cultura ancestral que agonizaba en nuestro Estado es sin duda desatado
por la Constitución de 2008, pero su concepto de Buen vivir aún parece estar opaco.
Más allá de los problemas de correspondencia y armonía del significado del Buen
vivir, y del descubrimiento de su esencia, queda pendiente observar si la actividad del
Estado efectivamente se ha dirigido hacia el cumplimiento óptimo de los postulados que
han llenado el vacío del Buen vivir, expectativa que pasará a ser analizada a continuación.
67
CAPÍTULO 3
Claudia Storini
Según Boaventura de Sosa “el significado del siglo XX consiste en que marca el
comienzo de una transición desde la modernidad a otro paradigma cultural” (1994, 164).
Sin duda la característica más sobresaliente de este nuevo paradigma es la pluralidad.
Entre los diferentes conceptos de pluralidad hay que referirse a la pluralidad jurídica
presupuesto de una pluralidad cultural en tanto que cauce de su expresión. Este
reconocimiento determina el paso desde el monismo legal, en el cual el derecho se
identifica únicamente con el sistema normativo estatal y por tanto a las normas producidas
por el Estado a través de los mecanismos que el indique, al pluralismo. Este último, en
tanto que opuesto a la homogeneidad “rechaza la idea de que exista, de hecho, o
potencialmente, una única representación completa y verdadera de la realidad a la cual
deban acceder todos los seres humanos, ni siquiera a largo plazo, sea cual sea la cultura o la
comunidad epistémica a la que pertenezcan. El pluralismo acepta la posibilidad de que haya
visiones del mundo incompatibles en varios aspectos, y que las creencias o las teorías que
cada uno adopta sean correctas” (León Olivé, 1999, 123); alude a una realidad que ya no se
corresponde con la definición teórica de la relación Estado/derecho, en la que existe una
plena coincidencia entre ambos desde la perspectiva positivista.
En este sentido, el constitucionalismo popular podría ser entendido como una forma
de conocimiento. A lo largo de muchos años, los teóricos sociales reaccionaron ante la
incertidumbre creada por la condición posmoderna con el argumento de que “quienes
abogaban por las teorías del desarrollo, el progreso, la justicia, la democracia, la tecnología
y en general los valores y estrategias universales… Argumentaron a favor del
universalismo de los derechos humanos, el derecho internacional, el ajuste estructural, la
buena gobernanza y la ética global” (Dietrich 2011, 9).
Según Bollier y Helfrich “se ha vuelto cada vez más claro que estamos suspendidos
entre un viejo mundo que ya no funciona y otro nuevo que lucha por nacer. Rodeados por
un orden arcaico de jerarquías centralizadas de un lado y de mercados predatorios por el
otro, presidido por un estado comprometido con un desarrollo económico destructor del
planeta, la gente está buscando alternativas en todas partes del mundo… No sólo quieren
69
emanciparse de la pobreza y de las oportunidades que se desvanecen, sino de sistemas de
gobierno que ya no les permiten tener voz y responsabilidad significativas” (Bollier y
Helfrich 2012, XI). En este sentido, Foucault habla de un proyecto genealógico que busca
“la insurrección de los saberes sometidos” y que podría traducirse en un nuevo paradigma
generador de opciones para escapar de la economía de mercado y crear nuevos modos de
vida.
Por su parte, David Barkin, evidencia que “en la vida universitaria e intelectual es
imprescindible proponer nuevos paradigmas que trasciendan las disciplinas que respaldan
el sistema actual, con su énfasis en el individualismo, la transformación de la naturaleza y
las relaciones sociales en mercancías, la subyugación de todo al mercado y la centralidad de
la propiedad privada. Entre los paradigmas heterodoxos de las ciencias sociales y en las
prácticas ancestrales de las comunidades campesinas e indígenas, así como en sus formas
actuales de organización y comportamiento, se hallan algunos principios para la
construcción de nuevos modelos sociales. Analizarlos e incorporarlos a un conjunto teórico
es la labor de los intelectuales comprometidos con las víctimas del sistema y con la
consecución de un mundo mejor” (Barkin 2011,1).
Siguiendo este camino, hay que volver a la insurrección de los saberes sometidos de
Foucault, “saberes que estaban descalificados como saberes no conceptuales, como saberes
insuficientemente elaborados: saberes ingenuos, saberes jerárquicamente inferiores, saberes
por debajo del nivel del conocimiento o de la cientificidad exigidos” (Foucault 2002, 21).
Esos saberes provocaron determinados comportamientos de la gente “común” en los
momentos de crisis de la institucionalidad consolidada y configuraron coaliciones que
caracterizan las formas de reaccionar ante el desastre en comunidades, barrios y pueblos. Y
ante esos comportamientos, empiezan a tomar forma las anticiencias, las insurrecciones
“contra los efectos del poder centralizadores que están ligados a la institución y al
funcionamiento de un discurso científico organizado dentro de una sociedad como la
nuestra”.
Así puede tratarse de explicar la actitud que guía la exploración que permite
constatar en la realidad componentes y rasgos de una nueva sociedad. Una exploración que,
más allá de la modernidad y la postmodernidad, se aleje del “saber” definido como
científico y funcional al poder dominante para acercase a aquel “saber popular” forjado
cotidianamente por personas comunes que en vez de un sistema unitario de referencia
comparten percepciones pluralistas con las que están creando un mundo en que, como
sugieren los zapatistas, quepan todos los mundos.
La crisis actual, que no son sólo es la crisis de una fase del ciclo económico, o una
crisis financiera o ambiental y que no sólo se identifica con la fase terminal del régimen
capitalista de producción, es la crisis una de civilización. Una crisis que implica la crisis de
la era moderna y de su paradigma; la crisis de un modelo de organización del
70
conocimiento; la crisis del modo industrial de producción; la crisis de las modalidades de
gobierno, entre otras. A esta crisis puede responderse con un nuevo derecho, un derecho
beligerante. Un derecho que nace y se nutre de la lucha, del saber de la gente y no de
especulaciones meramente teóricas e hipótesis sin base social y político. Un derecho plural
en tanto que dejará de tener sentido la afirmación de la existencia de una verdad única y
será la expresión de un acuerdo (decor, cordis, unir los corazones) más que de un intento de
entendimiento (intendĕre, dirigir). Una apuesta a otro modelo de construcción del derecho y
de su teoría que cuente con una democracia protagónica en la que ya no se interpreta el
“otro” sino simplemente se escucha. Ello implica abrir canales para que los excluidos
puedan hablar porque no es lo mismo hablar que responder a preguntas. Un dialogo
construido en estos términos se constituye en una posibilidad de transformación y da cabida
al empeño de una renovada figura de intelectuales que pueden cumplir una función de
documentación de experiencias. El papel de la academia ya no será hablar de la gente en
relación a su visión del mundo y del derecho sino dialogar y buscar un acuerdo sobre una
visión común.
Como afirmaba Foucault: “el hombre ha muerto” (1998), y por tanto habrá que
reformular y reivindicar la condición humana de la ciencia y cuestionar los paradigmas del
siglo XIX sobre los que se construye el humanismo como distorsión de todos los saberes.
Habrá que pasar del universo al pluriverso, para así, como auspiciaban los
zapatistas, poder crear un mundo en que quepan todos los mundos. Para ello, es
indispensable tomar en cuenta la otredad del otro; asumir el imperativo intercultural; la
calidad, condiciones y desafíos del diálogo intercultural. Entender el derecho desde el
pluralismo radical significa plantear un dialogo que apuesta por “las insurrecciones de los
saberes sometidos” un dialogo que no tiene como base la lectura de textos jurídicos en los
que encontrar respuestas, sino que al contrario obliga a un trabajo de conjunción de lo
71
teórico con la práctica del dialogo con el “otro”. Solo así se llegará a un replanteamiento de
la teoría del derecho, en general y del derecho constitucional en especial, capaz de generar
empatía y eliminar aquellos “prejuicios normalizados” que impiden construir un saber
colectivo generado en minga que sea capaz de dar soluciones a los problemas que atañan a
la sociedad contemporánea.
En coherencia con ello, habrá que implementar nuevas formas políticas que sean
capaces de superar el despotismo democrático y el estado-nación; que puedan superar el
concepto de escasez como fundamento de la organización social; que olviden el cambio
“desde arriba” y afirmen autonomías múltiples como clave de la armonía de los diferentes.
Habrá que utilizar nuevas miradas, que reconozcan la importancia de la lengua, de la lucha
por los conceptos, del papel de la poesía, de la historia y la narración como intuición
radical, reconociendo múltiples formas de conocer de igual rango y aplicación diversa que
son expresión de sujetos comunitarios que se autoconstituyen.
72
Bibliografía
Bollier, David y Silke Helfrich (2012), The wealth of the commons: A world beyond market
and state. The Commons Strategies Group, Levellers Press, Amherst, MA.
Consulta: 30 de noviembre de 2016. http://samer.hassan.name/files/commons-
mc.pdf
Dietrich, W., Echavarría, J., Esteva, G., Ingruber, D. y Koppensteiner, N. (Ed.) (2011), The
palgrave international handbook of peace studies: A cultural perspective. Palgrave
Macmillan, Houndmills, Basingtoke, Hampshire.
Esteva, Gustavo (1994). Crónica del fin de una era. México: Editorial Posada.
Esteva, Gustavo (2013). Crisi sociale e alternative dal basso: difesa del territorio, beni
cimuni, convivialitá. Roma: Voci da Abya Yala.
Esteva, Gustavo (2006a). Celebración del zapatismo – Los aniversarios. Oaxaca: Ediciones
¡Basta!.
Esteva, Gustavo (2009). “La crisis como esperanza”, Bajo el volcán, 8, 14, 17-53.
Foucault, Michel (1998). Las palabras y las cosas. Una arqueología de las ciencias
humanas. Madrid: Siglo XXI.
Larry, Kramer (2004). “Popular Constitutionalism, circa 2004”, California Law Review,
vol. 92, 4.
73
León, Olivé (1999). Multiculturalismo y Pluralismo. Maxico: Editorial Paidos Mexicana
S.A.
74
CAPÍTULO 4
1.1 Introducción
Las naciones y pueblos originarios de la Amazonía ecuatoriana adolecen de la
contracara del espanto experimentado, desde la llegada de los conquistadores españoles,
por la imposición forzosa de imaginarios que defienden la ruptura de su relación sagrada
con la naturaleza, la Madre Tierra. Estas naciones y pueblos junto con las sociedades
andinas deciden darle la vuelta al guante de la historia y erguir, en la década de los 80, uno
de los movimientos socio-políticos más fuertes de América Latina (Larrea 2004, de la Torre
2006, Clark and Marc 2007, Martin and Wilmer 2008, Jamenson 2011). Gracias a su casi
impertérrito activismo, los pueblos indígenas consiguen el acomodamiento progresivo de
sus voces y aspiraciones como socio-ecosistemas culturalmente únicos dentro del pacto de
convivencia-estado llamado Ecuador (Becker 2008, Reed 2011). Llegando a su cénit con el
nacimiento de la propuesta del Sumak Kawsay fruto de la alianza entre el movimiento
indígena con ambientalistas, intelectuales y académicos (Altmann 2013). Sumak Kawsay se
presenta como la firma de una tregua entre todos los mundos que existen en el Ecuador
(Acosta 2013). Sumak Kawsay, un término que trata de confluir entre diversas propuestas
para restaurar la armonía entre los ecuatorianos y entre el ser humano y la naturaleza
(Durán López 2011)116.
“El Sumak Kawsay, a mi parecer, fue un concepto o filosofía creada para que el mundo occidental pudiera entendernos y
sentarnos ambos mundos a escuchar" (H.A., Hombre Kichwa)
75
más de colonización y disputa. Por lo tanto, los pueblos originarios atraviesan la
encrucijada de afirmar el término como propio o si, por el contrario, deben esclarecer que
se trata de una invención a través de la cual el estado-nación de Ecuador legitima el modelo
del desarrollo capitalista 117 . Este caminar condena a las generaciones futuras de las
naciones y pueblos originarios a convertirse en huérfanos de sus raíces mientras que su
padre adoptivo, el Ecuador, las declarará siempre al margen de la sociedad y como meros
elementos vivientes del folclore 118 . Viéndose atrapados en un laberinto de solastalgia:
sentimientos de desamparo, desubicación al presenciar la pérdida de los rastros de una
forma de vida en dignidad y armonía (Albretch 2011).
Esta feroz urgencia a la que se enfrentan las naciones y pueblos originarios del
Ecuador no debería pasar inadvertida. A través de las siguientes líneas se pretende aportar
al diálogo que el país debería tener acerca del reconocimiento tangible del verdadero Sumak
Kawsay, a partir de una co-construcción bajo estándares de respeto a la diversidad cultural
y no sólo bajo la insignia de la ciudadanía ecuatoriana. Las demandas de las voces en
resistencia de la Amazonía Centro-Sur ecuatoriana por el respeto de sus dignidades
alternativas han sido aquí escuchadas119.
117
“Al menos antes era una frase que se escuchaba como una alternativa, como una cosa que había que mirar,
reflexionar y pensar como hacer eso del Buen Vivir. ¡Ahora se ha repetido tanto! Estamos en ese riesgo, ya pasó, ya
caímos en eso de que se ha vaciado el significado del Buen Vivir. Para el gobierno, el Buen Vivir significa satisfacer las
necesidades básicas. Porque lo ha repetido incansablemente, que quienes nos oponemos a la extracción minera y
petrolera queremos "folklorizar la pobreza y seguir mientras los dirigentes, los voceros, los representantes vivimos en la
abundancia nuestros pueblos viven en la miseria y la pobreza" ¡Eso dice! que no deben hacernos caso eso dice el
presidente en relación a quienes nos oponemos a él o cuestionamos su gestión. Tengo esa sensación. Es más, pone como
ejemplo de desarrollo gracias al petróleo que a una comunidad indígena de la Amazonia le implementó la ciudad del
Buen Vivir con internet, casas de cemento, cocinas a gas, parques infantiles, agua potable, alcantarillado... eso son las
ciudades, ése es el Buen Vivir” (M.F., Mujer Shuar líder indígena)
118
“Los indígenas también somos seres humanos y por tanto, nuestras decisiones deberían respetarse con la misma
rotundidad que las de ustedes. Correa hace referencias del tipo "mis indígenas" como si los indígenas fuéramos animales
o individuos que necesiten de alguien que nos ampare y nos cuide” (P., Mujer Sápara líder indígena)
“Hay una imposición del concepto de Buen Vivir y de calidad de vida de una sociedad determinada. Entonces hasta
ahora ¿cómo es posible que entiendan el Buen Vivir nuestro?” (F., Hombre Kichwa líder indígena)
119
Este texto se ha construido a partir de las actividades como trabajo de campo que la autora realizó para su tesis de
maestría entre las cuales destaca la elaboración de entrevistas con dirigentes de las nacionalidades Achuar, Kichwa,
Sápara y Waorani así como la convivencia de la autora con comunidades amazónicas de las naciones Achuar y Shuar, y
del pueblo Kichwa amazónico de las cuencas del Curaray y Bobonaza cuyo posicionamiento social, cultural y político es
la resistencia al extractivismo y al modelo desarrollista. Los asentamientos de estas comunidades se encuentran aislados
en términos geográficos del contacto cotidiano con el mundo occidental. Lo cual hace que su dependencia con la lógica
del mercado y el dinero sea inferior a la de otros casos. Estas comunidades todavía practican de manera cotidiana
economías de autosabastecimiento. Además, a excepción de sus líderes, estas comunidades conviven diariamente con sus
territorios de selva nativa. Estos aspectos pueden considerarse de gran relevancia a la hora de construir narrativas en torno
a las relaciones humano-naturaleza, al significado del Sumak Kawsay y posicionamientos frente al extractivismo y/o el
desarrollo. El trabajo se llevó a cabo en la Amazonía Centro-Sur, en las provincias de Pastaza y Morona Santiago durante
los meses de agosto del año 2014 a enero del año 2015. Por otro lado, para evitar generalizaciones y homogeneizaciones
acerca de las naciones y pueblos de la Amazonía ecuatoriana así como la idealización o incluso la simplificación y/o
reducción de sus conocimientos y cosmovisiones, resulta necesario esclarecer que el presente texto persigue resaltar
aquellos aspectos que estos comparten en torno al estandarte del Sumak Kawsay en su lucha ecosocial conjunta. A este
respecto, es importante también indicar que este texto pretende reflejar la coproducción iterativa de conocimientos y
significados que se llevó a cabo entre la investigadora y los participantes indígenas. Persiguiendo que ellos sean
reconocidos como verdaderos contribuyentes de los resultados arrojados puesto que la autoría comunitaria de pueblos
indígenas todavía no se contempla en la academia. Por tanto, debería tenerse todo esto en cuenta a la hora de
contextualizar lo que se expone a continuación.
76
Sumak Kawsay: la defensa de todo un proyecto de vida
Impulsados por un deseo innato de vivir siendo leales a sus raíces, las naciones y
pueblos originarios amazónicos han decidido resistir y contestar al arsenal de discursos
modernos socio-políticos que, al servicio del desarrollo, les condena a un desconsuelo
espiritual. Para estas voces en resistencia, representan una espátula que desplaza a la vida y
que lo único que desarrolla es la supervivencia. A medida que transcurre el tiempo, esta
espátula se sofistica hasta el punto en que son también los mismos indígenas quiénes sirven
ahora de catalizadores de estos discursos en la Amazonía. Surge entonces el imperativo
para las naciones y pueblos originarios amazónicos en oposición de despojarse y vaciarse
de todo aquello que les permita retomar las riendas que guían su devenir indígena120. De
esta premura ellos construyen el Sumak Kawsay, como un proyecto social y político que les
permita afrontar el desafío de vivir sus indigeneidades dentro de una sociedad capitalista
globalizada. El Sumak Kawsay se convierte en la salvaguardia de formas de vida que
tengan sentido para las personas que tienen que vivirlas. A día de hoy, es el valor de elegir
libremente cómo se quiere vivir. Las voces en resistencia quieren recuperar la soberanía
amazónica de la naturaleza, a través de la creación de espacios socio-políticos de
autonomía, y aspirar así a vidas en plenitud121.
120
"El indígena era pisoteado, humillado y además dominado. ¡Vivíamos de rodillas!" (H.A., Hombre Kichwa)
“¿Qué está pasando en el mundo? ¡Nosotros no deberíamos copiar tan rápido! [En referencia a la globalización]” (P.S.,
Mujer Kichwa)
“Todavía estamos viviendo en estado colonial” (M.V., Hombre Achuar)
“Somos hijos de los países capitalistas, ése es el sistema. Nos vemos atrapados en unas dinámicas de poder y codicia que
efectivamente nos menosprecian y además amenazan contra nuestra supervivencia” (S.S., Hombre Shuar)
121
“Es aprender para defender, para defender de los que están encima de nosotros, si no aprendemos eso nos aplastan,
por eso, y lo más principal de nosotros es no olvidar la cultura, la tradición, eso… [En referencia al origen del Sumak
Kawsay]” (K.R., Hombre Kichwa)
“Nuestra lógica de pensamiento es que somos seres humanos que para seguir viviendo tenemos que tener un mínimo
respeto entre nosotros y a la Madre Tierra. ¡Un mínimo respeto!” (J., Hombre Kichwa líder indígena)
“La idea es, aceptar la diferencia, conocer que nosotros los pueblos indígenas somos diferentes, pero no sólo conocer la
diferencia, sino que también vivir y garantizar la diferencia que es un deber del Estado” (D.B., Hombre Shuar)
“Yo de pie… lo de nosotros creo que es bueno, pero de allá es aprender para defender, para defender de los que están
encima de nosotros, si no aprendemos eso nos aplastan, por eso, y lo más principal de nosotros es no olvidar la cultura,
la tradición, eso lo nuestro” (K.R., Hombre Kichwa)
“Nosotros vemos que a nivel de Latinoamérica somos, estamos sufriendo la avalancha de la globalización con choques
de otras culturas, entonces mucho más los pueblos indígenas. Somos muy susceptibles de sufrir estos impactos de cambio
cultural social no sé...nosotros tenemos nuestra cosmovisión, nuestra forma de ver la vida que está empatada con la
naturaleza, la convivencia en armonía y porque, sobre todo, nos sentimos responsables que las condiciones de vida para
las futuras generaciones, de nuestros hijos y nuestros nietos, tienen que ser iguales o mejores a las que ellos nos están
dando ahora” (M.F., Mujer Shuar líder indígena)
“Más bien desaparece la cultura indígena, la cultura y la vida y la esencia del pueblo indígena. Y nosotros preferimos
mantener esa esencia. Y obviamente va haber cambios, y hay cambios…no podemos negar que no hay cambios. Pero
nosotros que podamos tener esa posibilidad de regular y aceptar aquellos cambios sin perder la esencia. Porque la lucha
es difícil… y la sociedad es absorbente por todos lados” (P.G., Mujer Kichwa líder indígena)
“El Sumak Kawsay es el derecho propio a la vida, a una vida escogida por uno mismo en colectividad. Sintiéndose parte
de un todo mucho mas grande que es la selva” (J.G., Hombre Kichwa)
77
pensamiento y acción ancestral de sus cosmovisiones. Estos cuatro principios pretenden
que las naciones y pueblos originarios amazónico se descolonicen del individualismo y las
dicotomías humano/naturaleza y femenino/masculino y se conviertan en receptores, pero
también transmisores del orden sagrado de equilibrio con la Madre Tierra y el Padre Sol122.
Actualmente, son muy pocos pueblos originarios amazónicos los que han
conseguido derechos colectivos de propiedad sobre sus territorios ancestrales. Son muchos
todavía los que están aguardando para regularizar su situación. El reconocimiento de estos
122
“La Naturaleza es libre y nosotros, nosotros somos unas personas naturales” (A.I., Mujer Shuar)
“A mí mis antepasados me han enseñado que debemos un respeto mutuo frente a la vida y al bosque, que nuestra vida
sólo existe con la Naturaleza y sus seres vivos. Por tanto, para mí, el Sumak Kawsay, nosotros sólo existimos si
mantenemos nuestra selva” (K.A., Hombre Kichwa líder indígena)
“Para nosotros, la selva, el bosque es un espejo dónde se refleja la identidad Shuar” (S.P., Hombre Shuar)
“La naturaleza, el bosque, la selva que decimos, para nosotros somos aliados. Los dos: el bosque y el hombre somos
aliados. Nos cuidamos unos a otros. El uno desaparece, también desaparece el otro…¡Nos defendemos de cualquier
animal incluyendo al ser humano! ” (C.S., Hombre Shuar líder indígena)
123
“Llevamos alrededor de siete u ocho años tratando de reconquistar nuestro territorio. Nuestro territorio abarca
alrededor de 200.000 hectáreas y se encuentra enfrente del Yasuní en la Zona Intangible. ¡Somos Kichwas y éste es
nuestro territorio ancestral!” (C., Hombre Kichwa)
“Necesitamos seguridad territorial para salvaguardar nuestra cultura” (R.I., Hombre Shuar líder indígena)
“El territorio para los Sáparas no es una simple parcela de tierra si no que es el espacio físico donde se produce nuestra
vivencia en la selva" (P., Mujer Sápara líder indígena)
“Esta lanza que te muestro [mostrando la lanza] ya no es sólo un instrumento si no un símbolo para conseguir el respeto
y la defensa de nuestro territorio y de nuestra forma de vida” (M.C., Mujer Waorani líder indígena)
“¡A nosotros también que nos dejen hacer! El espacio territorial que tenemos tiene vida igual que nosotros por lo tanto
tiene que tener sus derechos y su respeto” (J., Hombre Kichwa líder indígena)
“Este es nuestro territorio es lo que siempre hemos luchado…Para nosotros es un poco increíble tenerles que explicar
que el territorio de nosotros es un espacio de vida, de vivir, como dicen ustedes, de vida plena” (S.S., Hombre Shuar)
“Queremos defender nuestro territorio ante las constantes presiones externas de homogeneización y modernización para
finalmente poder salvaguardar nuestra propia identidad” (D.B, Hombre Shuar líder indígena)
“Pero, ¿por qué mezquinan para sacar todo el petróleo de adentro? porque de eso se vive en las ciudades, pero no
entienden que hacen daño, que eso no es para vivir e nuestro Sumak Kawsay. Nos van a hacer daño a todo el pueblo, no
sólo a los indígenas sino a todo el mundo y eso no pueden entender hasta ahora, pero nosotros como vivimos, nacimos en
la selva, amamos a la naturaleza y vivimos con esos sueños, con los animales, esos sonidos queremos enseñarles que
estamos orgullos de lo que somos, indígenas Kichwas, y que nos sentimos honrados por nuestra tierra” (M., Mujer
Kichwa líder indígena)
78
títulos, en la mayoría de los casos, está rodeado de un entramado de procesos dudosos e
intenciones ocultas por parte del estado ecuatoriano y/o otros actores no-indígenas. Por
ejemplo, el pueblo ancestral Shuar Arutam depositó su confianza en la Fundación Natura
para la elaboración de cartografía y delimitación de su territorio. El pueblo Shuar Arutam
perseguía declarar su territorio como una CTI que ensalzase la importancia biológica de sus
tierras. También pretendían contar con información geográfico-científica para hacer frente
a la expansión de la industria minera en la Cordillera del Cóndor. El pueblo Shuar Arutam,
con esta colaboración, creó además una propuesta de un fondo de compensación económico
para fomentar la conservación. Sin embargo, en vez de llevar a cabo su propuesta
autónoma, terminaron firmando un contrato con el programa de conservación del gobierno
ecuatoriano Socio Bosque. Tampoco tuvieron nunca acceso a la cartografía ni otros datos
recogidos durante la colaboración con la Fundación Natura. Dicha situación ha causado que
existan disconformidades en relación a la ubicación de los predios bajo convenio con el
programa Socio Bosque, con implicaciones legales para el pueblo Shuar Arutam con el
Ministerio del Ambiente. Asimismo, la restricción de acceso a la información geográfica ha
impedido que pudieran frenar la concesión de nuevos proyectos mineros dentro de su
territorio ancestral124.
Conducidos por una relación materno filial con la naturaleza, la tendencia natural de
los pueblos originarios amazónicos es hacia el equilibrio vital. El equilibrio concebido
124
Información extraída de entrevistas y convivencia con dirigentes y miembros del Pueblo Shuar Arutam
125
Información extraída de entrevistas con dirigentes de las nacionalidades Sápara, Andoa y Shiwiar del Ecuador
79
como la búsqueda de la salud del cuerpo, la mente y el espíritu en cada ser humano y no
humano para encontrar la armonía con la Madre Tierra. Se cree que cuando uno está
enfermo es un indicativo de que ha ocurrido un desbalance en lo visible y lo invisible. Las
cosmovisiones moderno-desarrollistas, por el contrario, entienden a la salud desde la
patología, como la ausencia de enfermedad. Esta diferencia ontológica insta a las voces en
resistencia a reafirmar el control sobre el ejercicio de la sanación para que no siga siendo
desde esta perspectiva. En primer lugar, porque esta lógica occidental concibe a la salud
como un servicio que se practica dentro de una facilidad lejos de la selva, impidiendo la
conexión holística entre la persona “enferma” y la naturaliza para poder curarse. En
segundo lugar, porque fomenta el uso de remedios farmacológicos que únicamente abordan
las sintomatologías físicas. Finalmente, se refiere a los padecimientos de las personas con
denominaciones exógenas que imposibilitan que los médicos ancestrales los reconozcan
con exactitud. Además, las voces en resistencia han expresado que, en numerosos intentos
por conciliar ambos modelos de salud, el mundo occidental se ha apropiado ilegítimamente
de la sabiduría ancestral de sus naciones y pueblos originarios e incluso, de los cuerpos
indígenas para favorecer a la industria médica y farmacéutica126.
80
El sentimiento de despojo de la dignidad se convierte en un escenario idílico de
desesperación inconmensurable que a veces se silencia a través del suicidio o, en la
mayoría de los casos, con el consumo de substancias como elemento de evasión. Entre ellas
destaca el consumo de alcohol. El alcohol no sólo representa una afección grave a la salud
física y psicológica individual sino que también se convierte en catalizador de
conflictividad comunitaria. El abuso del alcohol está propiciando que la violencia sea un
medio recurrente para comunicar los desencuentros anímicos que están sufriendo los
indígenas amazónicos. Bajo este contexto, el cuerpo de la mujer representa uno de los
blancos estratégicos para la expresión violenta en forma de agresiones físicas, verbales y
sexuales129 130.
Las naciones y los pueblos originarios invocan a su tradición de amar a los seres
humanos y no humanos, como un acto de reverencia a la Madre Tierra, en su camino de
contestación. Las voces en resistencia se autoproclaman como custodios de la biodiversidad
de sus territorios desde un vínculo de amor con la selva amazónica. También les insta a
reconocernos, a los no-indígenas, como hijos de su misma naturaleza que ellos y por tanto,
deben reconocernos de igual a igual. Quizás por ello, su activismo se centre en eliminar las
inequidades y las injusticias entre los indígenas y los no-indígenas y, entre los humanos y la
biosfera, porque son antinaturales a su tradición de amar. El amor implica asumir que la
libertad y el bienestar no existe sin la libertad y el bienestar de todos. La libertad y el
bienestar no son posibles si no existe un régimen de armonía con la madre de todos, con sus
diferentes expresiones y dinámicas 131 . La plurinacionalidad y la multiculturalidad, y el
“Estamos permitiendo que en nuestros territorios se apliquen programas económicos, políticos e ideológicos que nos
autorizan impunemente a servirnos como elementos y que nuestra Madre sea alimento para un hambre que nuestros
antepasados jamás sufrieron” (T.B., Hombre Shuar)
“El desarrollo es una palabra que crea bipolarismo: Ecocentrismo o econocentrismo, abundancia o escasez, pobreza o
riqueza. Éste es el despotismo de la modernidad” (A., Mujer Shuar líder indígena)
129
Observaciones realizadas en comunidades Achuar, Kichwa y Shuar de la Amazonía Centro-Sur. Durante la
convivencia en estas comunidades, las mujeres también compartieron testimonios de violencia de género
130
“Yo como mujer tengo que estar, tengo que ayudar a ellas porque a veces vienen mujeres que las pobres
sufren…nosotras como mujeres Shiwiar queremos vivir bien, Sumak Kawsay es educación, es salud y también que las
mujeres sean más capacitadas y participen más. Seguir adelante para vivir en equidad de género o sea, hombre y mujer
queremos trabajar. Para que tengamos derecho las mujeres a vivir libres de violencia también” (C.S., Mujer Shiwiar
líder indígena)
“Desde que tenemos Socio Bosque nuestros hombres se gastan la plata en alcohol y después nosotras sufrimos sus
abusos” (Grupo Focal Mujeres Kichwa)
131
“Las emociones son sagradas en el mundo Shuar. Para nosotros la vida es sagrada y este sentimiento lo expresamos a
través del amor. El amor quizás sea la expresión más sagrada, la expresión de lo que sentimos por nuestra Madre Tierra
y por nosotros mismos. Desgraciadamente estamos viviendo también la apropiación del amor” (J.T., Hombre Shuar
médico tradicional)
“El territorio ese es como una… una madre mía, porque si una, uno cuando nace tiene una madre siempre se quiere
porque ella tiene seno, ha dado la vida, ha demostrado luz de día, y así mismo es la tierra porque de ella vivimos, ella nos
da la respiración, ella nos da alimentación, todo ella da, por eso hay que luchar para que no se destruya… por eso yo, yo
tengo que defender” (P.S, Mujer Kichwa)
“Mi corazón está vivo en el Kawsay Sacha [selva viviente]” (S., Hombre Kichwa)
81
reconocimiento de la naturaleza como sujeto de derechos que exigen las voces en
resistencia pretenden, en realidad, despertar el amor a la diversidad de dignidades humanas
y no humanas.
El principio del amor, nos obliga a reflexionar sobre dos nociones moderno-
desarrollistas: la pobreza y la destrucción ambiental. La pobreza, como insatisfacción, no
existe en las lenguas ancestrales de las naciones y pueblos originarios amazónicos. Según
las voces en resistencia, la pobreza proviene de un deseo de posesión y sus consecuentes
prácticas acumulativas y destructivas que atentan contra la naturaleza. Asociaban también a
la pobreza con la pérdida de conocimientos sobre la selva, sobre la comunidad y sobre uno
mismo. Para ellos, la pobreza es abandonar el compromiso individual y comunitario por las
generaciones futuras. Asimismo, según el principio del amor, la pobreza es el sentimiento
de abandono o de condición de huérfano al no sentirse amparado bajo el calor de la
convivencia en la vida comunitaria.
132
“No necesitamos tanto dinero para ir al mercado porque ya tenemos nuestro propio mercado. Tenemos nuestra
propia comida. Nosotros estamos por encima del dinero. Para nosotros la naturaleza y la tierra es una riqueza. El dinero
es sólo para un rato pero la tierra es para toda la vida” (S.I., Mujer Kichwa)
“Si seguimos conservando bajo las normas que ellos nos imponen, seguiremos viviendo en la miseria” (M., Mujer
Kichwa)
“Teníamos que demostrar que nosotros los pueblos indígenas somos dignos y romper el paradigma de la pobreza y la
falta de inteligencia de los pueblos indígenas. No admitimos que se nos trate como a seres inferiores, si no como iguales.
Están acostumbrados a tratar como seres inferiores a los pueblos indígenas. Y, lastimosamente para ellos, los pueblos
indígenas estamos en el sitio del negocio que está pasando en ese momento que es el actual del petróleo y en el sitio del
negocio futuro” (P.G., Mujer Kichwa líder indígena)
“La tierra es apetito del mundo” (D.A., Hombre Shuar líder indígena)
“Socio Bosque es otra trampa para hacer caer a los pueblos indígenas” (Grupo focal mujeres Kichwa)
“En nuestra comunidad están decididos a no vender nuestro territorio, no explotar petróleo. Solamente nosotros tenemos
que cuidar 20 años con el convenio firmado con Socio Bosque. 20 años estaremos nosotros. Con Socio Bosque estamos
trabajando y si estamos trabajando con Sociobosque... y ¿cómo vamos a abandonar? ¿cómo vamos a vendernos nosotros
a los petroleros? Es que entran los petroleros y ya Socio Bosque y todo se destruye pues” (R., Mujer Shiwiar líder
indígena)
82
3. Principio de acción e intercambio cooperativo: el trabajo
83
proyectos extractivos dentro de los territorios indígenas. Finalmente, el dinero convierte en
realidad a la pobreza, cada vez que las comunidades indígenas tienen que organizar sus
planes de inversión, al verse así descubiertos todos los aspectos occidentales que son
escasos o inexistentes en la selva134.
El pilar que sostiene a los tres principios anteriores es la sabiduría. La clave del
vínculo indígena amazónico con la naturaleza es el conocimiento bajo el cual se
construyeron y a día de hoy se reinventan sus cosmovisiones. Las fuentes del conocimiento
amazónico son las lenguas ancestrales, la práctica de rituales, las historias y narrativas, y
las ceremonias comunitarias de cada nación y pueblo originario amazónico. La sabiduría es
la memoria colectiva a través de la cual las naciones y pueblos originarios amazónicos
intentan dar sentido a la realidad. Este conocimiento-legado es la guía del movimiento
ecosocial de las voces en resistencia. Por otra parte, inspirados en las tradiciones de
intercambio de conocimientos entre las diferentes naciones y pueblos amazónicos, para
134
“[En referencia al dinero] Entonces ahí viene la discrepancia, la división. Ésa es la táctica del gobierno: pongo plata
para que se peleen y aprovecho con mi empresa” (C.S., Hombre Shuar líder indígena)
“Nosotros toda la vida hemos vivido conservando, cuidando, entonces ellos decían que no habría ninguna problema en
seguir en este proceso y que tal vez iban a recibir un incentivo para el beneficio de las comunidades. Pero se han visto
que hay debilidades en los dirigentes. A veces como toda autoridad, no asimilan esto y ven un poco de plata y se dejan
llevar por este peso. Han sido bastantes problemas de desvío de fondos, sobre todo de los dirigentes, porque las
comunidades siguen viviendo ¿no?, siguen cuidando, sigue protegiendo, siguen su rutina diaria pero en cambio los
dirigentes como que ellos, lo que está establecido en las asambleas, en las rendiciones de cuentas del plan de inversiones
no se va a cumpliendo” (M., Mujer Kichwa)
135
“Socio Bosque es un declive hacia la dependencia fomentado a propósito. Socio Bosque fue una trampa para los
pueblos indígenas. Los mercados de carbono son otra forma de privatizar la Amazonía. La Autonomía, para mí, es la no
dependencia, se hace desde la identidad y se basa en un desarrollo como nosotros queremos” (J., hombre Kichwa líder
indígena)
“Ellos sí están interesados que todo ese recurso tiene que explotar, pero para tener el dólar. Para ellos un árbol es un
billete de dólar, petróleo es un billete de dólar, agua es un billete de dólar, oro es un billete de dólar. ¡Todo es dólar!
Ellos no se dan cuenta que si acabamos con el bosque el planeta tierra se va a secar. Ellos saben eso, pero quieren
terminar. Entonces, a nosotros nos califican de mil maneras, que dicen: “¡Ah! ¡Los indígenas son antidesarrollo!”
también nos dicen. Y después nos mandan no sé a dónde. “Estos indígenas antidesarrollo” “los indígenas son así”. Nos
hacen mil pedazos. ¡Sólo falta salir sangre de esas palabras!, pero no sale” (S., hombre Sápara líder indígena)
“Cualquier cosa que venga del Estado es un compromiso. Mejor que no haya Socio Bosque" [Por las disputas, conflictos
en relación a la posible explotación petrolera que el programa Socio Bosque ha creado] (M., Mujer Kichwa)
“En nuestro caso, el territorio Sápara, existe una relación clara entre los nuevos bloques petroleros y los predios bajo el
convenio Socio Bosque. Cuando se socializan este tipo de programas se dicen muchas mentiras, hay verdades ocultas o
exageradas, y se ofrece comida y otros servicios de los cuales estas personas si están realmente necesitadas” (P., Mujer
Sápara líder indígena)
84
ellos, una de las llaves para alcanzar el Sumak Kawsay es crear posibilidades educativas
bilingües e interculturales en Ecuador.
Para finalizar, como apunte personal, me gustaría revelar que aprendí que los
pueblos originarios amazónicos dan mucha importancia a las palabras. Las palabras son los
nexos entre el espíritu y el cuerpo. Son esas palabras las que más tarde uno siente la
responsabilidad de caminarlas, de hacerlas verbo. De tal forma, que el acto de nombrar, de
encontrar la palabra exacta es uno de los rituales más sagrados en sus mundos y por eso me
siento responsable de proponerles una nueva traducción del Sumak Kawsay y hablarles, por
tanto, de la vida íntegra, la vida en plenitud: una forma de caminar que afirma la vibración
de la vida.
86
Bibliografía
Acosta, A. 2010. El Buen Vivir en el camino del post-desarrollo Una lectura desde la
Constitución de Montecristi. FES-ILDIS.
Altmann, P. 2013. Good Life As a Social Movement Proposal for Natural Resource Use:
The Indigenous Movement in Ecuador. Consilience: The Journal of Sustainable
Development 10:59–71.
Blaikie, N. 2007. Approaches to Social Inquiry 2nd Edition. Polity, Cambridge, UK.
Charmaz, K. 2008. Constructionism and the grounded theory method. In J. A. Holstein and
J. F. Gubrium (Eds.) Handbook of constructionist research. The Guildford Press,
New York, USA, pp. 397-412.
Clarke, A. E. 2005. Situational analysis: Grounded theory after the postmodern turn. Sage
publications, California, USA.
Creswell, J.W. 2013. Qualitative Inquiry and Research Design: Choosing among Five
Approaches, 3rd Edition. Sage publications, California, USA.
Durán López, M.E. 2011. Sumak Kawsay o Buen Vivir, desde la cosmovisión andina hacia
la ética de la sustentabilidad. Pensamiento Actual. Universidad de Costa Rica 10
(14): 51-61.
Jameson, K.P. 2011. The Indigenous Movement in Ecuador: The struggle for a
Plurinational State. Latin American Perspectives 38(1): 63-73
87
Larrea Maldonado, A.M. 2004. El Movimiento Indígena Ecuatoriano: participación y
resistencia. OSAL 13: 67-76
Lorenzo García, O.C.D. 1999. Historias de las Misiones en la Amazonía Ecuatoriana. 2nd
ed. Abya-Yala. Quito. Ecuador.
Martin, P., y F. Wilmer. 2008. Transnational Normative Struggles and Globalization: The
Case of Indigenous Peoples in Bolivia and Ecuador. Globalizations 5(4):583–598.
Mills, J., A. Bonner and K. Francis. 2006. The Development of Constructivist Grounded
Theory. International Journal of Qualitative Methods 5 (1): 3.
Reed, P. 2011. REDD+ and the indigenous question: a case study from
Ecuador. Forests 2(2): 525-549.
Ritchie, J., J. Lewis, C.M. Nicholls, and R. Ormston (Eds.). 2014. Qualitative research
practice: A guide for social science students and researchers 2nd Edition. Sage
publications, California, USA.
88
2. La identidad amazónica vinculada al Sumak Kawsay: actos de re-existencia y
resiliencia
Carmen Seco
2.1 Introducción
La mayoría de las áreas con mayor diversidad biológica del mundo, son el hogar de
pueblos originarios cuyos modelos de bienestar humanos son capaces de lograr la
autoregulación de sus funciones y mantener los equilibrios ecosistémicos de la naturaleza
(ver índice de diversidad biocultural de Loh y Harmon 2005 y Maffi 2005). A través de un
organón de relaciones simbióticas bio-culturales, como verdaderos socio-ecosistemas,
estructuras donde los agentes sociales y biofísicos interactúan en múltiples escalas
temporales y espaciales (Folke et al. 2002, Gunderson y Holling 2002, Walker et al. 2002),
los pueblos originarios han plasmado un legado en la evolución humana como parte del
grandioso diseño de la naturaleza. Gracias a estos modelos transmitidos de generación tras
generación y las formas de coexistencia social con los ecosistemas del que son parte,
todavía a día de hoy podemos admirar los templos vivientes del poder creador de la
naturaleza de millones de años de historia de la vida.
Bajo este enfoque, una de las características sistémicas que pueden explorarse es la
resiliencia. La resiliencia pretende explicar los comportamientos de los socio-ecosistemas
de cara a contextos de cambio, incertidumbre e imprevisibilidad impulsados por presiones
externas, las cuales en su mayoría son de carácter principalmente social y económico
(Berkes y Ross 2013). Aunque, no existe una definición unívoca para la resiliencia, hay
ciertas características específicas que parecen compartirse entre los diferentes enfoques
tales como la auto-organización, la adaptabilidad, y la capacidad de transformación
manteniendo al mismo tiempo, un cierto grado de estabilidad (Folke et al. 2010, Walker et
al. 2004). Una explicación posteriormente desarrollada por Walker et al. 2010, defiende
que la identidad, el mantenimiento de una misma estructura, sus principales funciones y
mecanismos de respuesta, es esencial para la resiliencia de un socio-ecosistema. El presente
texto pretende contribuir a una reflexión acerca del Sumak Kawsay como proceso
estratégico de salvaguarda del legado de los pueblos originarios amazónicos y una
contribución innovadora para la reconfiguración de las relaciones entre todos los mundos
posibles que exhibe el porvenir planetario. Entre el apogeo del pensamiento político de los
pueblos originarios de la Amazonía y la apoteosis de la modernidad y sus tensiones, he aquí
un verdadero acto de resiliencia socio-ecológica136.
136
Este texto se ha construido a partir de los resultados de tesis de maestría de Carmen Seco Pérez que se basó en
entrevistas con dirigentes de las nacionalidades Achuar, Kichwa, Sápara y Waorani así como la convivencia de la autora
con comunidades amazónicas de las naciones Achuar y Shuar, y de los pueblos Kichwa amazónico de las cuencas del
Curaray y Bobonaza. Seco Pérez, C. 2015. Sumak Kawsay: Listening to the voices of the Living Forest. Resilience and
Identity for Indigenous peoples in the Ecuadorian Amazon. MSc Thesis Social-Ecological Resilience for Sustainable
Development. Stockholm Resilience Centre, Sweden
Available at: http://www.diva-portal.org/smash/record.jsf?pid=diva2%3A895995&dswid=-1653
89
La Amazonía ecuatoriana, uno de los lugares más biodiversos del mundo, es el
hogar ancestral de las naciones indígenas Achuar, Andoas, Cofán, Kichwa, Sápara, Secoya,
Shiwiar, Shuar, Siona, Waorani, y los pueblos en aislamiento voluntario Tagaeri y
Taromenane (Finer et al. 2008, Finer et al. 2009, Bass et al. 2010, Larrea et al. 2012,
SIDENPE 2015). La Amazonía constituye una red interconectada de socio-ecosistemas
específicos, resultado de la evolución de las relaciones entre estos pueblos originarios y la
naturaleza, mediadas a través de significaciones culturo-identitarias o indigeneidades
particulares.
Sin embargo, debido a las tensiones entre las naciones y pueblos originarios
amazónicos con los modelos de civilización exógenos, la supervivencia de estos socio-
ecosistemas culturalmente únicos se ve amenazada. Estos modelos exógenos, bajo
parámetros del estado-nación moderno como una cosmovisión particular, conciben a los
pueblos y naciones indígenas como meros paisanos ecuatorianos, protociudadanos
marginales de la sociedad dominante, lúmpenes de un estrato social inferior y sometidos a
constantes juicios raciales y de salvajismo así como cuestionando su pureza indígena, y
depositarios de los calificativos y caracterizaciones propias de la pobreza. Las naciones y
pueblos originarios amazónicos se enfrentan a un dilema de relevancia: ser asimilados por
la sociedad dominante y tratar, a manera de consuelo, de obtener ciertos beneficios una vez
fagocitados, o resistir la integración forzosa, resignificar sus indigeneidades y reconfigurar
sus prácticas sociales. La inequidad, la injusticia y la pobreza propios de la sociedad
capitalista, son inaceptables desde los valores amazónicos y sus principios prácticos
ancestrales. A sabiendas de la imposibilidad fáctica de detener al Pequod del proceso
colonizador en sus territorios, regresar a un estado previo les resulta impensable, por la
memoria social de cinco siglos de conflictos y efectos lock-in estructurales de carácter
económico y socio-psicológico (Wilson 2014). A pesar de ello, declararse a día de hoy
“indígena”, desde la pertenencia a socio-ecosistemas culturalmente distintos al desarrollo y
la globalización, es una determinación de rebeldía.
90
Al punto de llegar a concebirse, en muchos casos, como minorías en peligro de
extinción, las naciones y pueblos originarios amazónicos se encuentran desbordados por
sentimientos de profunda desorientación y desesperación. Numerosas concesiones y
negociaciones con el mundo occidental, no siempre pacíficas, se han llevado a cabo en las
últimas décadas desde las propias organizaciones y federaciones indígenas pan-amazónicas
para intentar una articulación de resistencia a un proceso irrefrenable de deforestación y
ocupación compulsiva de territorios. La fragilidad de los socio-ecosistemas amazónicos se
vuelve exponencial, a medida que se multiplica la población y se erigen cimientos de una
sociedad capitalista que, como un maníaco Capitán Ahab, cree en la providencia de su
propia ceguera. En el contexto descrito, el entendimiento mismo de lo que significa una
frontera ha conmovido la psicología de estos pueblos originarios amazónicos de manera
traumática. La frontera ya no es un lugar de transición entre orografías o regiones
bioclimáticas si no un punto del flujo global obstruido por indicadores financieros, marcado
en una cartografía de sangre y fuego. A una velocidad frenética, proliferan las marcas y las
referencias en los mapas y se abren las puertas de entrada y salida de las nuevas mercancías
creadas o todavía por instaurar. La colonización y el carácter gregario y depredador de su
providencia concatena las características extractivas de sus modelos socio-económicos con
la formación de mercados que reproducen la escasez y drenan de abundancia, la
majestuosidad que la selva amazónica supo guardar por miles de años.
El orden simbólico puesto en juego con la realidad lingüística, se articula con esa
experiencia de la territorialidad que deviene en un mandato organizacional arquetípico que
se sostiene sobre su propio peso y que llamamos “comunidad”. La comunidad socio-
ecológica no existe en oposición al individuo, ni este conforma aquella, si no que uno y otra
son subsumidas y agenciadas en una prescripción de la territorialidad.
92
“Estar siendo” uno con el territorio
93
reconfiguración de la sociedad occidental, hasta llegar en algunos casos a plantear la
eliminación de su direccionalidad consumidora, productora y acumuladora.
95
Bibliografía
Finer, M., C. N. Jenkins, S. L. Pimm, B. Keane y C. Ross. 2008. Oil and gas projects in the
western Amazon: threats to wilderness, biodiversity and indigenous peoples. PLoS
ONE 3(8): e2932.
Folke C., Carpenter S., Elmqvist T., Gunderson L., Holling C.S. y Walker B., 2002.
Resilience and sustainable development: building adaptive capacity in a world of
transformations. Ambio 31: 437–440.
Maffi, L. 2005. Linguistic, cultural, and biological diversity. Annu. Rev. Anthropol. 34:
599-617.
96
Universidad Intercultural Amawtay Wasi. 2004. Aprender en la Sabiduría y el Buen Vivir /
Sumak Yachaypi Alli Kawsaypipash Yachaikuna / Learning Wisdom and the Good
Way to Live. Colección Amawta Runakunapak Yachay ARI, No. 1, 1st Edition,
Quito, Ecuador.
Walker B., Carpenter S., Anderies J., Abel G., Cumming M., Janssen L., Norberg G.,
Peterson D. y Pritchard R. 2002. Resilience management in social-ecological
systems: a working hypothesis for a participatory approach. Conservation Ecology
6(1): 14.
Walker, B., C. S. Holling, S. R. Carpenter and A. Kinzig. 2004. Resilience, adaptability and
transformability in social-ecological systems. Ecology and Society 9(2): 5.
Walker, B., L. Pearson, M. Harris, K.-G. Maler, C.-Z. Li, R. Biggs y T. Baynes. 2010.
Incorporating Resilience in the Assessment of Inclusive Wealth: An Example from
South East Australia. Environmental and Resource Economics 45(2): 183–202.
97
3. El pensamiento silvestre como fundamento para el Buen vivir
Eduardo Kohn
Quiero reflexionar sobre el Buen vivir a través del lente de lo que llamo
“pensamiento silvestre”, una forma de pensar que desarrollo en el libro How Forests Think
(Kohn 2013), con base en la investigación que realicé entre los Ávila Runa, una comunidad
quichua-parlante de la Amazonía ecuatoriana, y las relaciones tan íntimas que ellos
mantienen con los bosques. A través de este lente, veo el Buen vivir como una orientación
ética clave para vivir bien en esta época, a veces denominada el Antropoceno, de crisis
ecológica planetaria.
Esta época geológica en la que vivimos, así como lo sugiere el término que varios
geólogos quieren usar para nombrarla, se caracteriza por las maneras en que los seres
humanos, cada vez más y más distanciados del mundo natural, se han convertido en una
fuerza “natural” capaz de hacerle mucho daño a los sistemas que nos mantienen a nosotros
y a los muchos otros seres con quienes compartimos esta Tierra (ver Latour 2014,
Chakrabarty 2016). Entender qué es lo que nos separa a los humanos del mundo, y qué es
lo que nos vincula a pesar de esta separación, es un primer paso hacia el desarrollo de una
orientación ética para el Antropoceno.
Esta orientación ética sería, para mí, el auténtico Buen vivir. Sería una forma de
vivir bien que, bajo la comprensión de aquello que nos vincula al mundo, se dejaría orientar
por una lógica vital que compartimos con los demás seres vivos –una lógica que yo
denomino pensamiento silvestre. Los bosques tropicales mega-diversos ecuatorianos, y
quienes viven y piensan con ellos (como los Ávila Runa), son la reserva global de esta
forma de pensar. Y son una fuente para el desarrollo del Buen vivir, tanto a nivel nacional
como a nivel planetario.
Los Ávila Runa, como mencioné, viven con el bosque tropical de una manera que es
muy distinta desde un criterio “modernizante”: interactúan con los seres del bosque como
seres que “piensan”. Es decir, ellos tratan a estos seres como “personas” que, como ellos,
representan el mundo que las rodea. Entonces, como decía, me interesa ver si esta forma de
vida distintiva de los Ávila Runa, que por ende comparten con muchos Amazónicos, ofrece
un modelo para un Buen vivir que podría ayudarnos a enfrentar la crisis medioambiental
global.
El libro que escribí, How Forests Think, del que voy a hablar con más detalle en un
momento, demostró que las maneras Runa de tratar a los seres del bosque como seres
pensantes revela ciertas cualidades distintivas—pero poco comprendidas—que son
inherentes a la vida y que es útil entender como cualidades semióticas (es decir, como
elementos de un proceso semiótico, un proceso que atañe la formación y la interpretación
de signos). Es justamente este tipo de pensamiento de los bosques y de aquellos que
piensan con bosques que ejemplifica lo que llamo “pensamiento silvestre.” Bajo el régimen
neo-extractivo actual, estos bosques, y el pensamiento silvestre que emerge con ellos, están
en peligro. Sin embargo, hay una manera de aprovechar el reconocimiento constitucional de
una naturaleza dotada de personalidad, para movilizar el pensamiento silvestre como una
nueva manera de pensar el Buen vivir.
Entonces volvamos a mi libro, How Forests Think. ¿Cómo piensan los bosques? Mi
libro intenta encontrar una manera de considerar etnográficamente cómo es que ciertos
humanos (los Ávila Runa) se relacionan con los muchos tipos de seres que ‘pueblan’ una de
las marañas de vida más densas de nuestro planeta—esto es, los bosques tropicales que los
rodean. Los seres del bosque con los que los Ávila Runa se relacionan incluyen a los seres
vivos que ellos cazan, y que en ocasiones los cazan a ellos. Pero también incluyen a
muchos otros –los muertos, los espíritus, los espectros de una larga historia colonial- que de
una manera muy real todavía acechan esos bosques. Quiero hablar sobre cómo considerar
las relaciones que los Ávila Runa mantienen con todos ellos amplifica y visibiliza ciertas
propiedades ontológicas y la manera en que podríamos aprender a captar estas propiedades.
How Forests Think busca considerar etnográficamente las dificultades diarias que
las personas enfrentan para vivir y pensar con un bosque pensante. ¿Cómo comunicarse con
monos lanudos que se ocultan en las puntas de los árboles del matorral del bosque? ¿Cómo
interpretar los sueños que los perros de uno pueden tener sobre sus encuentros en el
bosque? ¿Cuál es la mejor manera de comprender los espíritus desconcertantes del bosque?
(Estos espíritus que, siendo simultáneamente ‘blancos’ y Runa; dueños y jaguares; otros y
mismos; pasado y futuro, nos piden reflexionar acerca de cómo la vida puede continuar en
relación con los legados históricos de los muchos muertos que hacen la vida posible). Estos
son los tipos de momentos etnográficos a través de los que este libro piensa. Aquí, nada
más puedo sugerirlos.
Entonces, permítanme empezar con la primera parte del título: How Forests Think
(que en español sería, provisionalmente: “cómo piensan los bosques”). Esta es una
provocación y es una que, desde mi perspectiva, toca la médula de cómo nos deberíamos
99
aproximar a una forma de pensar mejor para el Antropoceno. Los animales, como nos
recuerda Donna Haraway (2003), no son solamente “buenos para pensar”; también son
buenos para vivir. No son solamente “muestras” (tokens) en nuestros sistemas simbólicos
sino seres vivientes con los que vivimos y de los que quizás podemos aprender algo, si
pudiéramos considerar mejor cómo nos relacionamos con ellos.
Quiero llevar esto un paso más allá: los animales también piensan. De hecho, la vida
‘misma’ piensa. Entonces, los bosques y los animales que albergan son buenos para pensar
porque ellos mismos piensan. Mi objetivo es cultivar estos pensamientos silvestres y
permitirles que se desarrollen a su manera salvaje a través de nosotros mientras se piensan a
través de nosotros. Pensar con (y no solamente sobre) los pensamientos del bosque,
desestabilizando lo que queremos decir por pensamiento, puede ayudarnos a repensar una
manera de ser humanos.
Permítanme, entonces, desenvolver esta declaración que afirma que los bosques
piensan y permítanme vincularla con lo que quisiera decir sobre (lo que podemos decir
sobre) el mundo que se extiende más allá de lo humano. Quisiera también delinear parte de
los contornos de este tipo de pensamiento y esbozar cómo podría volverse parte de nuestro
pensamiento –parte, es decir, de nuestras herramientas conceptuales para repensar lo
humano– ya que, el Buen vivir que tengo en mente tendrá que ser una forma de vivir bien
con los demás seres. Esto implica cambios profundos en la manera en que entendemos
quiénes somos.
¿Cómo puedo incluso reclamar que los bosques piensan? ¿No deberíamos
solamente preguntar cómo es que las personas piensan que los bosques piensan? Quiero
mostrar que el hecho de que podamos declarar que los bosques piensan es de una manera
extraña un producto del hecho de que los bosques piensan. Estas dos cosas –la declaración
en sí misma y la declaración de que podemos hacer esa declaración- están relacionadas: es
porque el pensamiento se extiende más allá de lo humano que podemos pensar más allá de
lo humano.
101
Comprender cómo la vida es semiótica y cómo la semiósis está viva tiene
implicaciones abarcadoras. Y esto nos lleva al subtítulo de mi libro: pensar con bosques
puede ayudarnos a pensar (antropológicamente) más allá de lo humano. Es decir, una
Antropología Más Allá de lo Humano busca maneras de considerar los tipos distintivos de
“reales” que existen más allá de lo humano y que emergen en este bosque (‘reales’ que
incluyen: las formas o patrones que se propagan a través del bosque; otros tipos de vidas y
sus pensamientos; los rastros de fantasmas, incluso de almas, espíritus y dioses) sin perder
nuestra capacidad de referirnos a lo ‘excesivamente humano’ –los mundos morales
contingentes que nosotros los humanos creamos, que permean nuestras vidas y que afectan
tan profundamente las vidas de otros. De hecho, mi argumento es que pensar más allá de lo
humano es una práctica ética: necesitamos aprender a pensar más allá de nuestros mundos
morales para imaginarnos y realizar mundos mejores y más justos.
Entonces, ¿cómo es que los pensamientos del bosque cambian nuestro pensamiento
antropológico? Cambian, para empezar, la manera en que pensamos la relacionalidad –tal
vez la preocupación central de la antropología y su analítica central. Permítanme explicar
esto. De maneras importantes, la vida y el pensamiento son una y la misma cosa. Donde sea
que haya ‘pensamientos vivientes’ hay también un ‘sí mismo’ (a self, en inglés). Un ‘sí
mismo’, en su nivel más básico, es un resultado de la semiósis. Es el locus –tan
rudimentario y efímero como sea- de una dinámica viviente, por medio de ésta dinámica los
signos vienen a representar el mundo que los rodea para un ‘alguien’, y éste ‘alguien’
emerge como tal como resultado de este proceso. El mundo, entonces, es ‘animado’—
quizás encantado. ‘Nosotros’ no somos el único tipo de ‘nosotros’. Los “sí mismos” son
pensamientos y se relacionan entre sí por medio de modos que surgen de su naturaleza
constitutivamente semiótica y de las particulares lógicas de asociación que esto implica.
La búsqueda por una mejor manera de considerar nuestra relación con aquello que
se extiende más allá de lo humano, especialmente con esa parte del mundo más allá de lo
humano que está viva, nos obliga a hacer declaraciones ontológicas sobre la naturaleza de
la realidad –declaraciones sobre la naturaleza de la vida ‘en sí misma’ y también sobre
aquello que se extiende más allá de la vida ‘en sí misma’. Declarar, por ejemplo, que la
representación es una propiedad del mundo biológico exige una explicación general que
102
incluya intuiciones acerca de cómo es el mundo –intuiciones que conseguimos al considerar
cómo nos involucramos con no-humanos y que, por lo tanto, no están enteramente
circunscritas por un contexto humano particular. ¿Puede la antropología hacer
declaraciones generales acerca de cómo es el mundo? A pesar de los muchos problemas
que esto suscita –y que nuestras diversas formas de relativismo intentan mantener al
margen- creo que sí puede hacerlo. Y creo que, por muchas razones, incluyendo el hecho de
que la generalidad es una propiedad del mundo no-humano y no algo que los humanos le
impongamos, la antropología, si quiere ser fiel al mundo, debe encontrar maneras de hacer
este tipo de declaraciones. Tomar en serio a los no-humanos hace imposible restringir
nuestras exploraciones antropológicas a una preocupación epistemológica sobre cómo es
que los humanos, en un momento particular o en un lugar particular, les dan sentido a ellos.
El tipo de antropología que estoy proponiendo nos sitúa en una posición especial
para repensar el tipo de conceptos que usamos y para desarrollar conceptos nuevos.
Desarrolla un método para fabricar herramientas conceptuales con las propiedades
inesperadas del mundo que descubrimos etnográficamente. Mientras aprendemos a
considerar etnográficamente aquello que se extiende más allá de lo humano, ciertos
fenómenos extraños de repente se destacan, y estos fenómenos extraños amplifican, y en el
proceso ejemplifican, algunas de las propiedades del mundo en el que vivimos. Si, a través
de nuestras formas de análisis, logramos encontrar maneras de amplificar aún más estos
fenómenos, podremos entonces cultivarlos como conceptos y movilizarlos como
herramientas.
Esta forma de pensar con los pensamientos que emergen en el mundo altera
conceptos analíticos fundacionales como contexto, representación, relación, el “sí mismo”
(self), la diferencia, la forma, la generalidad y los tipos. Nos ofrece una comprensión
distinta de los fenómenos a los que estos conceptos se refieren, también de dónde debemos
situarlos, y cambia nuestra comprensión de los efectos que tienen en el mundo viviente en
el que vivimos.
¿Qué está en juego aquí? Una antropología más allá de lo humano puede sugerir lo
que Ghassan Hage (2012) ha llamado recientemente una “política-alternativa” (alter-
politics) –una manera de imaginar y de realizar la posibilidad que surge no de la oposición
o de la crítica de nuestros sistemas actuales, sino de la consideración etnográfica de una
forma de ser enteramente diferente. Encontrar maneras para permitirles a los pensamientos
del bosque que se piensen a través de nosotros cambia nuestra comprensión de la
causalidad, de la agencia, de los fines, de la posibilidad y por lo tanto de la política. Y esto
será fundamental para construir un Buen vivir para el Antropoceno.
Esta antropología más allá de lo humano puede, entonces, llevarnos bastante más
allá de nuestros contextos particulares (en el sentido ‘familiar’ del extrañamiento
antropológico). Pero hace algo aún más ‘extraño’ (y más salvaje): abre nuestro pensamiento
a aquello que se extiende más allá de todo contexto humano. Crear esta apertura conceptual
y rastrear las posibilidades que esto puede ofrecernos es la meta que persigo a raíz de
aprender a pensar con bosques, a raíz de pensar con ellos a su manera silvestre.
103
Esta forma de pensar con los bosques como orientación ética no es simplemente un
sueño. En el Ecuador se está poniendo en práctica. Se puede observar, por ejemplo, en la
propuesta Kawsak Sacha, del Pueblo Kichwa de Sarayaku (Pueblo de Sarayaku 2015).
Kawsak Sacha, que significa Selva Viviente en quichua, es una propuesta para un nuevo
marco legal que podría reconocer a la selva como un espacio compuesto en su totalidad por
seres comunicativos y las relaciones que estos seres mantienen entre ellos. Cuando la selva
deja de ser concebida como un conjunto de objetos para explotar o conservar, uno puede
empezar nuevamente a entrar en relación con los seres que la conforman. Esta sería una
relación con seres que son “pensantes” como nosotros y con quienes nos tenemos que
sintonizar para vivir bien. Encontrar un camino para hacer esto, como sugiere la propuesta
Kawsak Sacha, es un comienzo para empezar a pensar un Buen vivir para el Antropoceno.
Para resumir, lo que he esbozado aquí es una forma de pensar alternativa, que
denomino pensamiento silvestre. Es una forma de pensamiento que tenemos en común con
los otros seres vivos con quienes compartimos nuestro frágil hogar, el Planeta Tierra.
Sumergirnos en esta lógica silvestre, algo que muchos indígenas amazónicos han hecho
desde tiempos inmemoriales, y algo que yo, como antropólogo, he aprendido también a
hacer, cambia nuestra manera de concebir lo que significa ser humano, lo que significa
vivir en este mundo con los otros seres con los que compartimos este planeta, y, por ende,
lo que significaría un Buen vivir en y con el mundo viviente para el Antropoceno.
104
Bibliografía
Hage, Ghassan. 2012. Critical anthropological thought and the radical political imaginary
today. Crit. Anthropol. 32:285—308.
Haraway Donna. 2003. The Companion Species Manifesto: Dogs, People, and Significant
Otherness. Chicago: Prickly Paradigm.
Kohn Eduardo. 2013. How Forests Think: Toward an Anthropology Beyond the Human.
Berkeley: Univ. Calif. Press.
Latour, Bruno. 2014. “Agency at the Time of the Anthropocene.” New Literary History 45
(1):1-18.
Peirce, Charles S. 1955. Logic as semiotic: the theory of signs. In Philosophical Writings of
Peirce, ed. J Buchler, pp. 98--119. New York: Dover.
105
4. Reconocimiento de Kawsak Sacha – selva viviente- como nueva categoría de
protección a los territorios indígenas en la Amazonía centro - sur.
José Gualinga
El mundo del bosque donde vivimos nos transmite la energia y el aliento de vida, la
sabiduria, la colectividad, la visión, el conocimiento y las emociones sicológicas y
espirituales; fuentes vitales de la energia y salud para el existir. También hay piedras
poderosas Kawsak Rumikuna y una acumulación inestimable de arbustos, lianas donde
subsiste la riqueza y la biodiversidad. La desaparición y huida de los seres protectores,
causaría la infertilidad y las zonas se volverían vacías, áridas o yermas.
106
cada uno de los órganos del ser humano que late en las entrañas del Kawsak Sacha. Si
estas redes son destruidas, el alma muere, al igual que la vida de todos los pueblos.
Todos en el mundo del Kawsak Sacha tienen energía y esta simboliza al ser humano
tanto por su fortaleza como por su grandeza y pensamiento interior; donde el alma y la
Kawsak Sacha son uno solo con la Pachamama, lo cual es parte de nuestra formación,
desde el embrión. La Kawsak Sacha es también la base y el código de transmisión de los
conocimientos de los “Yachak” (Shamanes). Zonas donde estos sabios se interrelacionan
con los seres protectores, para que no se alejen los animales y se mantenga el equilibrio.
“Estos Seres, dueños de la selva, no son espíritus, son seres superiores de la selva,
seres vivos, consubstanciales de los espacios geográficos sagrados. La selva es un
santuario que no se puede desplazar. Sintiendo en el corazón y el alma, entendiendo el
lenguaje de la selva viva, interpretando lo que se mira y lo que se siente, solo así se puede
construir el Sumak Kawsay.
Es por ello que es necesaria una reorganización administrativa del sistema nacional
de áreas naturales protegidas, considerando nuevas figuras como Kawsak Sacha “Aéreas
de Selvas Viviente” o Territorios Sagrados. Con esta acción, se dotará de una base legal
de protección jurídica, que nos permita integrar en nuestros territorios, programas de
conservación y economía comunitaria, planes de manejo y uso sustentable de recursos,
espacios sagrados, etc.
108
Sería un emblema de conservación y preservación; y un símbolo de valor universal
y del Ecuador entero.
109
3.1 Cuadro de los nuevos valores de la riqueza para el Sumak Kawsay y Kawsak
Sacha
110
Desde el pensamiento y concepto de los Kichwa de Sarayaku, este derecho se
transcribe y se materializa visibilizando la existencia de los verdaderos dueños y señores
que protegen el equilibrio de los ecosistemas naturales.
El derecho humano a la vida de estos seres, son protegidos y defendidos por los
pueblos que cohabitamos en estos espacios territoriales, respetando su derecho
fundamental, por cuanto simplemente usamos los recursos producidos por ellos para la
existencia.
Cuando citamos “Seres”, “incluso non-humanos” nos referimos a personas con las
características humanas semejantes a la nuestra, Runa (Gente) Llakta (Pueblo). Por lo tanto,
la selva reúne una gran diversidad biológica, por la existencia de los seres que armonizan y
regulan los territorios. Ellos son los amos y señores protectores, la Selva Viviente en el
concepto Kichwa.
El Kawsak Sacha es el espacio de vida de todos los seres de la selva, desde los seres
más infinitesimal hasta el más grande y supremo, incluyendo a los mundos, animal, vegetal,
mineral y cósmico.
Es el dominio de las cascadas, las lagunas, los pantanos, las montañas, los ríos y los
árboles, lugares poblados donde los seres supremos protectores de Kawsak Sacha, habitan y
desarrollan su vida, semejante al ser humano.
111
Este universo, el equilibro natural, la armonía de la vida, la perpetuidad cultural, la
existencia de los seres vivos y la continuidad del Kawsak Sacha dependen de la
permanencia y de la inter transmisión de los poderes de los seres supremos con los yachak,
así como la correlación y respeto entre los seres humanos y los seres de la selva.
(Declaración de Tayjasaruta- Sarayaku)
Javier Martínez-Sastre
5.1 Introducción
Una de las paradojas del modelo neoliberal es que, a pesar de fomentar un proceso
globalizador en muchas otras parcelas de la sociedad, su estrategia de reconocimiento
selectivo 137 ha potenciado el abandono de las tendencias homogeneizadoras del
desarrollismo clásico y la llegada de una nueva era de revalorización de la alteridad
cultural.
Una suma de diferentes factores (entre los que se pueden destacar el deterioro de las
condiciones de vida de las poblaciones rurales de los países del Sur debido a las políticas
neoliberales de los ochenta, la crisis de la izquierda clásica y la fragmentación del discurso,
la mencionada revalorización cultural, la internacionalización de sus demandas debido al
establecimiento de redes, etc.) condujeron, en la primera parte de la década de los noventa,
a una serie de plataformas indígenas en América Latina a emerger con una fuerza inusitada
hasta el momento138.
137
Gavin Smith realiza una reflexión muy interesante y oportuna. En el proyecto hegemónico neoliberal sólo
algunos colectivos son capaces de negociar su reconocimiento selectivo. La gran mayoría de las actuales
luchas sociales tienen como estrategia el reconocimiento dentro de la propia hegemonía, es decir, van en la
línea de demandar de manera efectiva derechos ya reconocidos (a nivel nacional o internacional) pero no
disfrutados. Dicho de otro modo, el proyecto hegemónico actual ofrece la oportunidad a ciertos colectivos de
poder negociar su reconocimiento selectivo. Smith argumenta que sólo los grupos integrados y reconocibles
en el proyecto hegemónico neoliberal son capaces de organizarse para negociar este reconocimiento y estos
son, en definitiva, las plataformas organizativas que conocemos como nuevos movimientos sociales, entre los
que nos encontramos a las organizaciones indígenas actuales. Finalmente el autor acaba preguntándose
“acerca de las implicaciones que esto tiene para las «poblaciones disfuncionales» de regímenes políticos que
no reconocen el lenguaje empleado por ellos. [..] Privados de cualquier lengua socialmente aceptable que
pudiera darles valor bajo otros términos, no hay políticas de voz para estas poblaciones.” (Smith, 2010: 193).
138
El levantamiento indígena de Ecuador en 1990, la Marcha por la Dignidad y el Territorio de los pueblos
del Oriente boliviano, en 1993, y la aparición en Chiapas del Ejército Zapatista de Liberación Nacional,
EZLN, en enero de 1994; fueron hechos decisivos para situar a los movimientos políticos indígenas como
nuevos actores y sujetos en el escenario político latinoamericano, desde México hasta Bolivia. Sobre el tema
de la politización de la etnicidad en América Latina véase, entre otros: José Bengoa (2000), Nancy Grey
Postero (2007). Donna Lee Van Cott (2007) y Deborah Yashar (2005).
112
Por otro lado, y en parte como consecuencia-respuesta a esta emergencia, comenzó
a fraguarse un consenso académico y político en torno a la necesidad de incorporar esta
variable identitaria en los procesos de desarrollo y a la idoneidad de poner en marcha
políticas de reconocimiento. Situación que se vio consolidada con la aparición de nuevos
paradigmas en esta dirección como el desarrollo con identidad, el etnodesarrollo, el
desarrollo comunitario, el capital social, etc.
Todo este proceso condujo a la aparición de lo que algunos autores han definido
como multiculturalismo neoliberal, y trajo aparejado un proceso de etnificación (del
desarrollo, de las demandas políticas, de las luchas sociales, etc.) y la emergencia de una
gran cantidad de discursos identitarios. En efecto, como respuesta a la fortaleza demostrada
por las organizaciones indígenas a principios de la década de los noventa, el establishment
neoliberal puso en funcionamiento una estrategia que transcurría en una triple dirección: 1)
asumir, potenciar e incluso incluir en la legislación vigente demandas de carácter cultural
(reconocimiento a la alteridad y reconocimiento de la diferencia); 2) potenciar su estrategia
privatizadora del desarrollo, por la vía proyectista y asistencialista; y 3) obviar e intentar
desactivar aquellos planteamientos que pudieran poner en entredicho la lógica del modelo
de acumulación (Bretón, 2009: 99-100).
113
“Los que promueven el multiculturalismo neoliberal están dispuestos a
aceptar el derecho de reconocimiento del que se derivan otros derechos
como las reformas educativas, descentralización, medidas para terminar con
la exclusión política de los indígenas, y otros aspectos. Estas concesiones
son realizadas por el Estado, que es también árbitro para decidir cuáles
derechos son legítimos y cuáles no. A través de esta discriminación entre
sujetos permitidos y peligrosos se impone una regulación moral que da
forma a estos sujetos. Aquellos que denuncian las desigualdades del
capitalismo neoliberal son etiquetados como extremistas y no reciben el
apoyo económico de las instituciones internacionales, las organizaciones no
gubernamentales y el Estado” (Martínez Novo, 2009: 22)
“Es un modelo que moldea los intereses de los indígenas según la forma y
necesidades de la organización. La forma en que fueron tratados los
Tukanos en Brasilia muestra una tendencia dentro del circuito indigenista: la
fabricación del indio perfecto, cuyas virtudes, sufrimientos e incansable
estoicismo le han otorgado el derecho a ser defendido por los profesionales
de los derechos indígenas. Este Indio es más real que el indio real. Es el
indio hiperreal.” (Ramos, 1998: 275-276)141
puramente coercitivo como hegemónico), de ciertos grupos demográficos subalternos. En este proceso se les
clasifica como “diferentes” y, habitualmente, como inferiores, por criterios arbitrarios de clase, de género,
culturales, étnicos, etc.; de tal manera que esta inferioridad se naturaliza y acaba justificando y reproduciendo
la subordinación.
141
La traducción del inglés es propia.
114
que se encontraban en una profunda crisis de representatividad, o por puro pragmatismo
(pues era ahí donde se encontraba el nuevo nicho económico) (Bretón, 2009).
Mas existe una visión holística a cerca de lo que debe ser el objetivo o la
misión de todo esfuerzo humano, que consiste en buscar y crear las
condiciones materiales y espirituales para construir y mantener el ‘buen
vivir’, que se define también como ‘vida armónica’, que en idiomas como el
runa shimi (kichwa) se define como el Alli Kawsay o Sumak Kawsay.
142
Se trata de una convergencia entre los discursos étnicos esencializados y la ecología, una versión ecológica
del mito del buen salvaje. Raymond Hames (2007) ha realizado una buena síntesis de las diferentes tendencias
en el enfoque de esta nobleza ecológica. Este proceso de ecologización de las demandas indígenas parece
bastante extendido. Para el continente americano, entre otros, Andrea Muehlebach (2001) lo ha analizado en
los discursos de delegados indígenas en el Grupo de Trabajo sobre Poblaciones Indígenas de la ONU, Mónica
Martínez Mauri (2007) lo ha observado en el caso de los kunas en Panamá, Astrid Ulloa (2004) para las
organizaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta en Colombia, Beth Conklin y Laura Graham (1995) para
el caso de organizaciones indígenas brasileñas. Centrándose en la Amazonía, William T. Vickers (1994) lo
describió en el caso de los Siona-Secoya en Ecuador y Beth Conklin (2002) en la Amazonía Brasileña.
115
Por la diversidad de elementos a los que están condicionadas las acciones
humanas que propician el Alli Kawsay, como son el conocimiento, los
códigos de conducta éticas y espirituales en la relación con el entorno, los
valores humanos, la visión de futuro, entre otros, el concepto del Alli
Kawsay constituye una categoría central de la filosofía de vida de las
sociedades indígenas. Visto así el Alli Kawsay o Sumak Kawsay constituye
una categoría en permanente construcción (Viteri 2002, párr 1-3).
116
Figura 1 Situación de la cuenca baja del Curaray
La cuenca baja del Curaray permaneció poco alterada por las dinámicas, coloniales
primero y Republicanas después, hasta finales del siglo XIX, cuando un hecho que acabaría
transformando gran parte de la Amazonía estaba a punto de suceder: el ciclo del caucho143.
143
El boom cauchero comienza alrededor de 1880 para llegar a su punto culminante en la última década del
siglo XIX. A principios del siglo XX se pierde el monopolio del caucho de la Amazonía, pues las
plantaciones de los británicos en Malasia, Ceilán y en África subsahariana empiezan a producir de manera
más eficaz y productiva. El precio, entonces, se viene abajo rápidamente y para 1914 ya se había agotado
prácticamente dicho boom (Uribe 2013: 36-41).
117
Esta época significa la desaparición de muchas etnias y la potenciación de las dinámicas de
quichuanización que habían comenzado en el siglo XVII144.
118
quichua en expansión, diezmados por las enfermedades y la violencia y enfrentados entre
ellos y con otros indígenas. Finalmente se consolidó un proceso de quichuanización, una
disolución de la identidad sápara147 en el mundo quichua dominante que haría a este grupo
invisible (Reeve 2002: 87, Bilhaut 2011: 61).
119
Pero hubo zonas, como el Curaray, que por su lejanía tuvieron dificultad de ser
integradas al espacio nacional. El Ejército se estableció en 1943 alrededor de la base que la
Shell había construido en Villano (ver figura 2) y en 1952 algunos indígenas quichua-
hablantes de la cabecera bajaron a establecerse a su lado (Dall’Alba 1992: 415).
Comenzaba la “reconquista” del Curaray en manos de los militares y los quichuas. Los
militares jugarían un papel preponderante en esta nueva etapa, pues el Estado era débil y su
presencia civil en estos lugares era prácticamente inexistente, quedando el Ejército como
representante único del mismo. Además el Estado les asignó un rol muy importante en la
protección de las fronteras recién creadas en la nueva política de seguridad nacional tras la
guerra. Para muchas comunidades indígenas amazónicas los militares han sido durante
mucho tiempo en el único enlace con el resto de la sociedad, convirtiéndose muchas de
estas bases militares en puntos referenciales alrededor de los cuales se han establecido
comunidades indígenas (Báez 2004: 196). Estos puntos adquirieron más importancia a
partir de la década de 1960 con la ideología desarrollista151. Esta filosofía se sustenta en una
metáfora: el Estado como un organismo. Para la vida de este “organismo” el subdesarrollo,
la degeneración y la decadencia pueden ser su peor enemigo. La metáfora orgánica sitúa en
un lugar muy destacado el fortalecimiento de la frontera para la supervivencia del
organismo estatal ante las amenazas externas peruanas. La colonización de estas áreas se
convierte en una prioridad. Es lo que llamaron “fronteras vivas”, barreras humanas que
tenían como objetivo asentar población para lograr la posesión efectiva de estos territorios
(Ortiz Batallas 2006: 41).
151
Este periodo, desde la posguerra de la II Guerra Mundial hasta 1980, se conoce como la época del
desarrollismo clásico. Se caracteriza por el intento de la construcción de aparatos estatales fuertes, pues se
consideraba que el Estado debía jugar la función de agente modernizador. Es la época del paradigma
estructuralista, de los planes de industrialización y de las reformas agrarias. Su momento dorado fue la década
de 1960, con la llegada de gobiernos progresistas y el lanzamiento por parte de EEUU de su Alianza para el
Progreso. Este periodo acaba en la década de 1980 con la llegada del neoliberalismo y los planes de ajuste
estructural (Bretón 2009).
152
Los destacamentos son pequeñas guarniciones militares formadas por no más de 10 personas que se turnan
y que dependen de una base central, que es el batallón. Un destacamento vendría a ser un puesto avanzado de
vigilancia.
153
La Western Geophisical se instaló en 1974 en esta región para la realización de prospecciones geológicas.
154
Toda la información de la historia del batallón militar está extraída de los Libros de Relatoría del mismo batallón que
van desde el 1966 hasta el 2001. Dichos libros fueron encontrados en la biblioteca del batallón de Lorocachi.
120
Colonización de la Región Amazónica Ecuatoriana (INCRAE)155. Esta visita formaba parte
de un viejo plan: el Proyecto de Desarrollo Rural Integral en Fajas de Frontera (DRIF).
Finalmente, y con un préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) el DRIF fue
diseñado. Para Lorocachi el proyecto estimaba un gasto de 1.154.695 USD con la intención
de que a partir de un núcleo poblacional estable en esta población se pudiera establecer una
red de comunidades a lo largo del Curaray (DRIF 1990). Este proyecto, el cual su diseño
finalizó en 1990, nunca se ejecutó, pues para esas fechas el Estado ya estaba muy debilitado
y con muy poca capacidad de acción por la crisis de la deuda y los planes de ajuste
estructural (Martínez-Sastre 2015: 185).
121
comunidades indígenas de la provincia de Pastaza, se había constituido la Federación de
Centros Indígenas de Pastaza (FECIP), que cambiaría su nombre por el de Organización de
Pueblos Indígenas de Pastaza (OPIP) en 1981. En este primer momento la OPIP, aunque
creada y dirigida mayoritariamente por quichuas, englobaba a otras nacionalidades
(shiwiar, achuar y záparos), pero en la década de 1990 cada pueblo tomaría su camino y la
OPIP quedó como la organización de los quichuas (Maldonado 1988). Así como en la
Sierra la lucha principal había sido por la tierra, en la Amazonía su principal reivindicación
sería por los territorios. En 1992 la OPIP organizó una marcha y el 23 de abril llegaron
hasta Quito 2.000 indígenas que se concentraron en el parque de El Ejido 156 . Fue la
culminación de una serie de movilizaciones que llevaron al gobierno Rodrigo Borja,
sensibilizado con el alzamiento de 1990, a entregar títulos de propiedad a las comunidades
indígenas de la Amazonía con una extensión de 1.159.525 hectáreas (Barrera 2001)157. De
esta manera, la OPIP representó en el inicio de la década de 1990 la estrategia más efectiva,
sobre todo con la marcha de 1992, para acceder a grandes extensiones de territorio, así
como para captar recursos de las agencias de desarrollo.
156
Para un análisis en profundidad sobre esta marcha, su organización, evolución y consecuencias consúltese
el interesante libro de Susana Sawyer (2004).
157
Es importante aclarar que esta titularidad se da sólo en territorios donde los indígenas demuestren una
ocupación efectiva del mismo y que exclusivamente otorga derecho al usufructo del suelo y de lo que él se
genere. El Estado es siempre el dueño único del subsuelo.
158
Sarayacu es una de las comunidades indígenas con mayor recorrido histórico de Pastaza. A partir de 1980
mantuvo una oposición muy fuerte a la explotación petrolera y comenzó una larga disputa contra el Estado y
la compañía petrolera Arco (Villamil 1995). En la década de 1990 esta lucha alcanzó repercusión
internacional debido a la creación de toda una red de apoyo de organizaciones ambientales y de defensa de los
pueblos indígenas (De Castro 2009). Hasta la actualidad siguen siendo manteniendo una firme oposición a la
actividad extractiva.
122
intermediarios con el Estado y la sociedad mestiza, posicionándose como una élite de
intelectuales orgánicos del movimiento indígena159. Formarían una suerte de mediadores
con el establishment que, como pone de manifiesto Mónica Martínez (2007) en un trabajo
sobre los kuna de Panamá, tienen un papel muy importante en la traducción de las
demandas de sus pueblos a un lenguaje entendible por el aparato del desarrollo. Son ellos, y
no al revés, los que se adaptan al discurso oficial que se articula desde las más altas esferas.
Así, los hermanos Afredo y Leonardo son fundadores de la OPIP y ocuparon un rol
protagónico en sus inicios y en la marcha de 1992. Alfredo es fundador y director durante
muchos años de la ONG Instituto Quíchua de Biotecnología Sacha Supay (IQBSS), y en el
2012 era el coordinador del Consejo Quichua de Pastaza (CKP), entidad que sustituyó en
2010 a la OPIP. Por su parte, Leonardo fue creador de otra ONG, el Instituto Amazanga, y
director técnico del Instituto de Ecodesarrollo de la Región Amazónica Ecuatoriana
(ECORAE)160 en Pastaza en 2005-2006. Por último, Carlos fue de 2002 a 2009 funcionario
en Washington del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) como especialista en pueblos
indígenas, del 2009 a 2012 fue Secretario Ejecutivo del ECORAE y a partir de 2012
diputado amazónico por el partido gobiernista Alianza País.
123
existentes y de crear nuevas comunidades, particularmente nosotros creamos
la comunidad de Yanayacu, que era la zona menos protegida, y a partir de
ahí generamos un proceso de gestión de control de territorio y organización
social, hasta llegar a conformar una organización conocida ahora como la
asociación de pueblo ancestral quichua de Kawsak Sacha. (Entrevista a
Alfredo Viteri, septiembre del 2012)
Pero para esta estrategia hacían falta recursos económicos. En un primer momento,
y aprovechando el prestigio con el que contaba la OPIP, se utilizó esta plataforma para
atraer proyectos de la cooperación internacional, convocando desde la OPIP a varias ONG
a trabajar en Nina Amarum. Pero muchas de estas organizaciones, tal y como hemos sabido
por entrevistas, se fueron porque la gente estaba muy ocupada en otros proyectos de
cooperación y además querían cobrar por cualquier labor realizada. Esos “otros” proyectos
son los del IQBSS, la ONG fundada por Alfredo Viteri en una clara apuesta de
oenegización 161 de su estrategia. Nuestra hipótesis es que de esta manera buscaba la
independencia de una organización, la OPIP, a la que controlar era ya difícil por las luchas
internas y que además empezaba a desprestigiarse 162 . El IQBSS se convirtió en un
intermediario idóneo con el aparato del desarrollo y, por tanto, en un gran receptor de
fondos. No se ha podido tener una información detallada de los proyectos gestionados por
161
Utilizaremos este término para referirnos a la estrategia de asumir la forma de ONG por parte de
organizaciones y líderes indígenas para acceder a fondos de la cooperación. Este fenómeno, que también lo
describe Mónica Martínez (2007) para el caso kuna en Panamá, no es lo más común. Lo más usual, como
describe Víctor Bretón para los Andes ecuatorianos (2005, 2009), sería la mediación de las organizaciones
indígenas entre las comunidades y las agencias de desarrollo.
162
Se trata de plataformas que permiten acceder a recursos económicos y posicionamiento político, lo que ha
generado una gran pugna en el seno de ellas. Estas rivalidades aumentaron con la entrada en la política formal
del movimiento indígena a partir de la formación de Pachakutik en 1995. La OPIP sufrió especialmente estas
luchas por tratarse de una organización grande y con mucha relevancia a partir de la marcha de 1992. Durante
unos años se convirtió en un trampolín para acceder a otros espacios de poder (Antonio Vargas, de presidente
de la OPIP pasó a presidir la CONAIE y después a ministro en el gobierno de Lucio Gutiérrez) y para manejar
gran cantidad de recursos (llegó a tener: la Dirección de Aviación de la OPlP, la caja de ahorro y crédito
Palati, el centro de comercialización de arte y artesanía Yana Puma, las operadoras de turismo Atakapi Tour y
Papangu Tour, el centro de gestión ambiental Fátima, el parque etnobotánico Omaere, etc.). Pero las fuertes
luchas internas y la mala gestión fueron alejando a muchas organizaciones. En junio de 2001 un incendio
arrasó con el edificio de la OPIP, desapareciendo toda la información en lo que parece estar relacionado con
las pugnas internas y un intento de borrar las huellas de un mal uso de los fondos de la cooperativa de crédito
(Ortiz 2003:91). Finalmente ésta, junto con la gran mayoría de los proyectos, se fue a la quiebra. Esta
trayectoria, sumada a las intromisiones del gobierno de Lucio Gutiérrez (2003-2005) a través de Antonio
Vargas, acabó sumiendo a la OPIP en una crisis de prestigio de la que ya nunca se recuperaría.
124
dicha organización, pero una búsqueda por internet, sólo de la información pública aportada
por financiadores de las cuales el IQBSS había sido contraparte desde 1999 hasta el 2011,
otorgó como resultado 1.815.337 € en diversos proyectos financiados por la cooperación
europea y 750.000 USD en un proyecto del Fondo Ambiental Internacional (GEF, por sus
siglas en inglés), del Banco Mundial. Aunque se trata de información incompleta, queda
patente la capacidad receptora de fondos.
La acción del IQBSS tenía una doble intencionalidad. Los comuneros tienen
necesidad de acceder a recursos económicos que históricamente han obtenido de su relación
con los militares. El éxito de la estrategia de fijar un núcleo poblacional mínimo estable en
cada comunidad radicaba en la posibilidad de ofrecer esos recursos en forma de trabajo
remunerado. El segundo pilar de los proyectos consistía en generar documentación
(cartografía, normativas comunitarias, planes de manejo...) que pudiera facilitar el
reconocimiento legal de las comunidades y sus territorios. Todos los proyectos que se
pudieron chequear estaban encaminados a esta doble estrategia. Así se pudo culminar el
viejo proyecto de asentar una red de poblaciones en esta franja. Como explicaba Alfredo en
su relato, Yana Yacu fue creada en 1992 por la familia Viteri con gente de Sarayacu, y
Nina Amarum en 1996 promocionada por el dirigente de la OPIP Tito Merino. Victoria se
fundó en 2003 y, finalmente, en 2006 se crearon dos comunidades más, Sisa y Atun Playa,
todas ellas con familias de Lorocachi (ver figura 1).
163
Este censo habla de familias mestizas. Sabemos que la base poblacional de aquel entonces es la misma que
la de ahora, pero al tratarse de quichua-hablantes que se movían en medios militares mestizos en un momento
en el que primaba la visión mestizo-campesina en los imaginarios desarrollistas (Martínez Valle 2002: 333),
seguramente muchos de los que a los ojos de los técnicos del INCRAE aparecían como blanco-mestizos eran
quichua hablantes que querían acceder como mestizos a las promesas del desarrollo.
125
un cargo de rango de ministro como director del ECORAE, cuando lo deja para pasar a ser
diputado por Alianza País, el partido de Correa. Alfredo Viteri era en el 2012 coordinador
general del CKP, entidad que sustituyó en 2010 a la OPIP. Con un carácter técnico y
financiada directamente por el ECORAE, tenía el objetivo de diseñar un espacio de
autonomía territorial indígena bajo la figura, recogida en la propia Constitución, de la
Circunscripción Territorial Indígena (CTI) de los quichuas de Pastaza. En este momento
Alfredo ya está abiertamente a favor de las explotaciones petroleras y de negociar las
regalías desde la mejor posición posible. Y esta figura, la CTI, era, según él, la que
proporcionaba una mejor posición para negociar la entrada de las petroleras:
Alfredo Viteri utilizó al IQBSS para atraer recursos que le permitieron llevar
adelante su estrategia territorial. El éxito en la captación de fondos radicaba en su
posicionamiento y elaborado discurso en torno a las ecoidentidades. Así, articuló una
retórica culturalista sobre la base de una identidad étnica de carácter ecológico:
Existen en el territorio situado al norte de la cuenca baja del Curaray unos pueblos
no contactados, conocidos como los tagaere-taromenane, de los cuales se sabe muy poco.
Recordemos que los waorani era un pueblo “no civilizado” que había ido ocupado la
margen izquierda del río Curaray, llegando hasta sus cabeceras en 1950. Finalmente, estos
pueblos fueron contactados en la década de 1960 por los evangelistas del Instituto
Lingüístico de Verano y sedentarizados en comunidades (Trujillo 1981). Pero algunos
grupos, como los tagaere, decidieron continuar ocultos. En cuanto a los taromenane, se sabe
aún menos. Se trata de un grupo culturalmente relacionado con los waorani que
posiblemente ha estado transitando por territorios a un lado y el otro de la frontera
ecuatoriano-peruana y que ha llegado a este territorio ecuatoriano huyendo de la agresiva
frontera petrolera peruana (Cabodevilla 2009). Los tagaere posiblemente en la actualidad se
encuentren exterminados, principalmente por la guerra con los taromenane.
El Ministerio del Ambiente tiene localizados a cuatro grupos que se mueven por
amplias áreas de influencia, pero no se descarta que haya más. En 1999 se declaró una zona
(758.051 ha) al norte del río Curaray como intangible a cualquier actividad para proteger a
estas poblaciones de selva adentro. Esta área, teniendo en cuenta que son grupos nómadas y
que no conocen de límites ni fronteras, parece bastante insuficiente. Más aún, rodeada de
otras comunidades y de bloques petroleros, se ha convertido en una trampa, una “jaula
127
petrolera”164. Esto hace que los grupos ocultos se vean constreñidos en una pequeña parte
de lo que era su territorio, generando situaciones muy conflictivas que han conducido a
numerosos incidentes, dos de los cuales han significado matanzas muy trágicas, realizadas
por otros waoranis, en el 2003 (23 taromenane muertos), y la última en marzo del 2013, en
la que se calcula que fueron asesinados otros 30165.
En este escenario, al sur de esta zona intangible es donde se produjo el proceso de
expansión quichua analizado, encerrando aún más a estos pueblos. No han sido muchos los
conflictos que, por ahora, se han generado entre ambos, pero sí se han producido
tradicionalmente avistamientos. De hecho, en junio del 2012, tanto los militares como los
comuneros quichuas hablaban más que otras veces de los taromenane. El mayor Enriquez,
militar del batallón de Lorocachi, el 12 de junio del 2012 nos confirmó que estaban
preocupados porque aparentemente algún grupo estaba realizando frecuentes incursiones al
otro lado del Curaray, lo que podría generar conflictos con los quichuas. Incluso el
Ministerio de Justicia, en el informe que realizó de cara al proceso de legalización del
territorio de Kawsak Sacha en 2011, avisaba de que esta legalización podía generar algún
“hecho fortuito o premeditado que altere la paz o implique la desprotección de estos
pueblos o víctimas fatales” y abogaba por una legalización provisional siempre y cuando
los pueblos ocultos, protegidos por la Constitución, no fueran alterados, puesto que los
quichuas no tenían “habitación ancestral” en dicho territorio166.
Pero a pesar de toda la legalización siguió adelante, pues nuestra hipótesis es que
para el Estado es mucho más cómodo tener a un interlocutor “válido” asentado en esos
territorios. Los tagaere-taromenane no sólo son pueblos ocultos, sino también ocultados.
No solo no tienen voz, sino que resultan tremendamente incómodos en una zona de gran
importancia económica. Son pueblos disfuncionales que, como hemos comenzado este
texto, no pueden negociar su reconocimiento selectivo. La desidia del Estado está llevando
a estos pueblos al exterminio.
128
Kawsay) como una filosofía presuntamente anclada en cosmovisiones “ancestrales”
indígenas que se convertiría en guía de la acción del Estado y finalidad última del
desarrollo 168 . La gran mayoría de los actores sociales críticos del mundo neoliberal
(intelectuales, militantes, movimientos sociales, etc.) quedaron fascinados ante las
posibilidades que supuestamente se abrían con el reconocimiento en la constitución
ecuatoriana (y posteriormente en la boliviana -2009-) del Buen vivir como una forma
alternativa de entender el desarrollo.
El Sumak Kawsay aparece, asó, como un mito arcaico sobre el buen vivir indígena,
una “tradición inventada” (Bretón, 2013: 87) o una especie de “Tao andino” (Viola, 2011:
264), donde confluye una amalgama de tendencias tan heterogéneas como el
ambientalismo, algunas corrientes feministas, la Teología de la Liberación o ciertos tipos de
marxismo (Cortez, 2010). Y esta tradición inventada es resignificada en función de las
circunstancias e instrumentalizada, ya sea por el poder (la Revolución Ciudadana) o por los
posicionamientos críticos frente al mismo (Bretón, Cortez y García 2014). Este mito
arcaico se sustenta en un esencialismo ahistórico, que permite la generación de nuevas
identidades, con influencias extrañas a las culturas que dicen representar, y son utilizadas
de forma estratégica por diferentes actores que las mediatizan. Nos gustaría acabar con unas
reflexiones sobre estos últimos puntos.
Con esto no queremos decir que las comunidades quichuas de la cuenca baja del
Curaray no tengan derecho a estar allí. Empezando porque es posible que muchos de los
quichuas que han colonizado la zona tengan orígenes sáparas. Más bien queremos remarcar
la importancia de una mirada histórica para hacer frente a un esencialismo que genera
visiones homogeneizantes y atemporales, escondiendo la diversidad real y la historia de
estos pueblos. Las culturas no deben ser percibidas como algo estático y homogéneo, como
algo que se mantiene intacto conservado en un frasco de formol, como dice el título, sino
como procesos dinámicos y espacios de transformación y negociación. En este punto es
importante señalar que no sólo para las élites la identidad aparece como algo flexible y
estratégico. No quisiéramos dar la visión maniquea de unos indígenas manejados como
168
Constitución de la República del Ecuador (2008), Capítulo segundo, Sección segunda, Art. 14.
129
marionetas por un selecto grupo de intelectuales-mediadores étnicos. Hemos podido
comprobar cómo la identidad de los comuneros de Lorocachi también debe ser entendida
como un proceso estratégico, en continua transformación y negociación. Éstos se
autoidentificaban en la década de 1980 como blanco-mestizos, en un contexto donde la
categoría indígena les aportaba poco, pues la promesa estaba en ese mundo mestizo que
vendía el desarrollismo estatal. En el caso de los mediadores habría que hablar más que de
manipulación, de simbiosis. Las élites necesitan a los indígenas para poder “representarlos”
y los comuneros necesitan a los mediadores para poder acceder a recursos de las agencias
de desarrollo. De esta manera, mediante un discurso bien elaborado canalizaron unos
recursos que les permitieron llevar adelante su plan, que consistía en lograr la ocupación
efectiva de unos territorios de gran importancia geopolítica. Proyecto que, por otro lado,
también hemos explicado cómo hunde sus raíces en el proceso de ecuatorianización de la
Amazonía interior tras la fijación de las fronteras en 1942.
130
Bibliografía
ASSIES, Willem (2000): “Indigenous Peoples and Reform of the State in Latin America”,
en: ASSIES, Willem, Gemma VAN DER HAAR & André HOEKEMA [Eds.]: The
Challenge of Diversity. Indigenous Peoples and Reform of the State in Latin America.
Amsterdam: Thela Thesis, pp. 3-21.
BRETÓN, V. (2009) "La deriva identitaria del movimiento indígena en los Andes
ecuatorianos o los límites de la etnofagia", en MARTÍNEZ NOVO, Carmen [Ed.]:
Repensando los movimientos indígenas. Flacso Ecuador, Quito, pp.69-121.
BRETÓN, V. (2012) Toacazo. En los andes equinocciales tras la reforma agraria. Quito:
FLACSO y Abya-Yala.
131
BRETÓN, Víctor; David CORTEZ Y Fernando GARCÏA (2014): "En busca del Sumak
Kawsay", en Íconos, Revista de Ciencias Sociales, FLACSO-Ecuador, nº48, pp. 9-24.
BRUCE, J. (1999) "Las relaciones Ecuador y Perú: Una perspectiva histórica", en Ecuador
y Perú. Horizontes de la negociación y el conflicto. Quito: FLACSO-Ecuador, pp. 89-
110
CABODEVILLA, M.A. (1999) Los waorani en la historia de los pueblos del Oriente.
Quito: Cicame.
CONKLIN, B. A. & L.R. GRAHAM (1995) "The shifting middle ground: Amazonian
Indians and eco-politics", en: American Anthropologist 97, pp. 695-710.
CONKLIN, B.A. (2002) "Shamans versus pirates in the Amazonian treasure chest", en:
American Anthropologist 104, pp. 1050-1061.
132
DRIF (1990) Proyecto Desarrollo Rural Integral en Faja de Frontera, Proyecto Lorocachi.
Ecuador: MAG, INCRAE, DRIF
GREY POSTERO, N. (2007) Now We Are Citizens. Stanford: Stanford University Press.
HALE, Charles (2002): “Does Multiculturalism Menace? Governance, Cultural Rights and
the Politics of Identity in Guatemala”, en: Journal of Latin American Studies 34 (3),
pp. 485–524.
HALE, Charles (2004) “El protagonismo indígena, las políticas estatales y el nuevo
racismo en la época del indio permitido”. Ponencia en la conferencia: Construyendo
la paz: Guatemala desde un enfoque comparado, organizada por la Misión de
verificación de las Naciones Unidas en Guatemala (MINUGUA) 27-29 de octubre.
HAMES, R. (2007) “The Ecologically Noble Savage Debate”, en: Annual Review of
Anthropology, 36, pp. 177-190.
LIVI BACCI, M. (2012) El Dorado en el pantano. Oro, esclavos y almas entre los Andes y
la Amazonia. Madrid: Marcial Pons Historia.
133
MARTÍNEZ-SASTRE, J. (2015) El paraíso en venta. Desarrollo, etnicidad y
ambientalismo en la frontera sur del Yasuní (Amazonía ecuatoriana). Quito: Abya
Yala.
ORTIZ, P. (2003) "La relación asimétrica entre actores", en: Comité Ecuménico de
Proyectos [Ed.]: El Oriente es un mito. Quito: Abya-Yala. pp. 71-107.
REEVE, M.E. (2002 [1988]): Los quichua del Curaray. El proceso de formación de la
identidad. Quito: Abya-Yala.
TAYLOR, A.C. (1994) "El Oriente Ecuatoriano en el siglo XIX: el otro litoral", en:
MAIGUASHCA, Juan [Ed.]: Historia y región en el Ecuador: 1830-1930. Quito:
FLACSO-Corporación Editora Nacional. Pp. 17-67
TRUJILLO, J. (1981) Los obscuros designios de Dios y del Imperio. Quito: Editorial el
Conejo.
134
URIBE, T. (2013) "Caucho, explotación y guerra: configuración de las fronteras
nacionales", en Memoria y sociedad, nº 17, pp. 34-48.
VAN COTT, Donna Lee (2007): "Latin America's Indigenous Peoples", en Journal of
Democracy, Vol. 18 (4), pp. 127-142.
VICKERS, W.T. (1994) "From opportunism to nascent conservation. The Case of the
Siona-Secoya", en: Human Nature 5 (4), pp. 307-337.
VILLAMIL, H. (1995) "El manejo del conflicto con las petroleras. El caso ARCO-OPIP",
en VAREA, Ana María [Ed.]: Marea Negra en la Amazonía. Quito: Abya-Yala, pp.
339-336.
135
CAPÍTULO 5
2.1 Introducción
El artículo hace una breve evaluación del desempeño del Ecuador en los campos
económico y social entre el 2007 y el 2017. Durante la mayor parte de este período el país
experimentó un período de bonanza bajo el efecto de los elevados precios del petróleo y
otros productos de exportación, pero desde fines del 2014 este ciclo se revirtió y los precios
mencionados cayeron significativamente, dando lugar a un estancamiento económico y una
situación productiva y social inestable hacia el futuro. A la luz de las experiencias
analizadas, el artículo esboza alternativas estratégicas para enfrentar la crisis actual en
mayor concordancia con los principios del buen vivir.
En el caso probable en el cual los precios del petróleo, minerales y otras materias
primas continúen deprimidos por un largo período de tiempo, se hace imperativa la
búsqueda de alternativas estratégicas que permitan diversificar la economía, generar
suficientes fuentes de empleo y mejorar las condiciones de vida de la mayoría de la
población bajo condiciones de equidad y sustentabilidad.
136
2.2 Marco conceptual
169
En este artículo asumimos heurísticamente el concepto de desarrollo como un proceso de transformación
económica, social, institucional y política que conduce progresivamente a la satisfacción de las necesidades
humanas en forma equitativa y participativa, con respeto a las diferencias culturales y de forma sustentable,
manteniendo la actividad económica dentro de la capacidad de resiliencia de los ecosistemas naturales. Esta
definición de desarrollo integra varios elementos centrales de la noción de buen vivir.
137
extractivas. La redistribución local de los vínculos fiscales puede contribuir al desarrollo
solo en el contexto poco frecuente de instituciones eficientes. El estudio de Bebbington
muestra que, en la mayoría de casos, los resultados son escenarios altamente conflictivos y
un desarrollo redistributivo decepcionante (Bebbington 2013). En general, los países
dependientes en las exportaciones de petróleo o minería son vulnerables, frágiles y
comparten rendimientos pobres en cuanto al crecimiento y la diversificación económica, el
desarrollo industrial, la creación de empleo y la equidad (Larrea y Warnars 2009).
138
Adicionalmente, el crecimiento ha sido desigual entre sectores productivos y
regiones. El sector manufacturero redujo su participación en el PIB del 13% en 1982 al
12,2% en 2003 y al 11,7% en 2014; mientras que la agricultura apenas mantuvo el ritmo de
crecimiento de la población, ya que el producto agrícola per cápita sólo creció en un 1%
por año entre 1972 y 2012. Su participación en el PIB se redujo de 8,6% en 2003 a 7,3% en
2014 (Banco Central, Cuentas nacionales, 2015, Banco Central, Información Estadística
Mensual, 2016). Desde la perspectiva regional las áreas rurales, y en particular la
Amazonía, han mantenido un retraso significativo en sus indicadores económicos y sociales
(Larrea et al, 2013).
139
Gráfico 1. Ingreso por habitante en Ecuador, 1965-2021 (US$ de 2007)
Fuentes: Banco Central del Ecuador, Cuentas Nacionales Anuales Base 2007, e
Información Estadística mensual, Marzo 2016; IMF, World Economic Outlook Database
(Octubre 2016).
Gráfico 2. Precios reales del petróleo en el Ecuador: 1972-2016 (2005 US$/barril)
Fuentes: Banco Central del Ecuador, Información Estadística Mensual, marzo 2016
(www.bce.fin.ec), U.S. Department Of Labour (http://www.bls.gov/cpi/).
140
Gráfico 3. Composición de los principales productos de exportación del Ecuador:
1970-2015
141
3. Expansión de la extracción de petróleo y la instalación de minería a gran escala de
cobre y oro. Las políticas petroleras incluyeron el desarrollo de nuevos campos en el
centro-sur de la Amazonia (XI Ronda Petrolera), y dentro del Parque Nacional
Yasuní (Bloques ITT y 31), así como inversiones en la recuperación secundaria y
terciaria de campos maduros. Se presentaron, además, cinco grandes proyectos de
minería a gran escala para la inversión internacional.
Desde el punto de vista social, prevalecieron cuatro rasgos principales: (a) una
fuerte expansión de la inversión social en educación y salud, que se concentró en una
extensión de la cobertura y, en menor medida, en mejoras en la calidad de los servicios; (b)
una ampliación de la cobertura de la seguridad social y la formalización de los contratos de
trabajo, incluyendo sectores tradicionalmente marginados, tales como el servicio
doméstico, la construcción y los trabajadores agrícolas; (c) el aumento de los salarios reales
y; (d) un importante programa de transferencias monetarias condicionadas para los hogares
pobres.
142
Gráfico 4. Gasto público en el Ecuador: 2003-2015 (millones US$ de 2007)
Escala semilogarítmica
Como se mencionó, el crecimiento global del ingreso per cápita fue alto y alcanzó
un valor acumulado del 21% entre 2006 y 2014. Sin embargo, el crecimiento fue frágil y
dependiente de los precios volátiles de las commodities; también se distribuyó de forma
desigual entre sectores, y se concentró en actividades no transables pro-cíclicas, como la
construcción. La diversificación económica lograda fue mínima, con resultados
significativos solamente en la generación de energía renovable, sobre todo debido a los
megaproyectos hidroeléctricos. El desempeño de la agricultura y la industria, por su parte,
fue decepcionante.
143
No obstante, los resultados de los mega-proyectos durante el período neo-
extractivista son variados y se incluyen varios fracasos. La refinería de petróleo del
Pacífico, el mayor proyecto propuesto por Correa, no se materializó porque no se obtuvo el
crédito de 13 mil millones que requería la inversión, pero el gobierno gastó 1,2 millones de
dólares en infraestructura y estudios. La expansión proyectada hacia la exploración de
nuevos campos petroleros en el Centro-Sur de la Amazonía en el 2013 (XI Ronda
Petrolera) no tuvo éxito, ya que sólo se recibieron propuestas de inversión internacional
para 4 de los 13 bloques ofrecidos170. La explotación del campo ITT en el Parque Nacional
Yasuní, aprobada por la Asamblea Nacional en 2013, se ha ejecutado en una escala limitada
hasta 2016, ya que Petroamazonas perforó solamente un pozo hasta marzo de 2016, a pesar
de que el proyecto incluía cerca de 300 pozos. Sin embargo, en agosto del 2016 se contrató
a la compañía China Sinopec para la prestación de servicios y se perforaron
aproximadamente 50 pozos más171, y se prevé una expansión muy importante hasta 2025,
que incluiría todo el campo ITT.
144
mantener universidades avanzadas. El proyecto Yachay, entre otros intentos similares, ha
demostrado ser costoso, mal definido e ineficaz.
145
Gráfico 5: variación anual del PIB en China: 1981-2015
Fuente: Las estimaciones del autor se basan en: INEC, Censos de población, 1962, 1974,
1982,1990, 2001, 2010; Banco Central del Ecuador, Información Estadística Mensual
(www.bce.fin.ec), World Bank, Development Prospects Group;
(http://econ.worldbank.org/WBSITE/EXTERNAL/EXTDEC/EXTDECPROSPECTS/0,,co
ntentMDK:20587651~pagePK:64165401~piPK:64165026~theSitePK:476883,00.html).
Consultado en enero 2016.
146
El deterioro económico tiene efectos sociales, principalmente en términos de
empleo, pobreza y desigualdad.
El Gráfico 7 identifica dos etapas claras en la evolución del empleo: (a) Una mejora
sostenida de la situación laboral hasta 2014, con la reducción del subempleo y el aumento
el empleo apropiado (como efecto de salarios reales crecientes y mayor cobertura de
seguridad social). (b) Una reversión de esta tendencia, desde 2014, cuando se inicia un
período declinante que probablemente no ha visto aún su peor momento (habrá que esperar
cifras oficiales posteriores). Respecto de la pobreza y la indigencia,173 se evidencia también
su importante reducción en el período 2009 a 2013 (Gráfico 8). A partir de 2014 este
proceso se revierte originando un deterioro social que posiblemente se profundice durante
los próximos años, poniendo en peligro la continuidad de los avances sociales alcanzados
hasta 2014. La desigualdad social, medida a través del coeficiente de Gini, muestra una
evolución similar, declinando de 0.55 a 0.45 hasta 2014, y ascendiendo después hasta
situarse en 0.47, perdiendo parte de lo ganado en la década.
173
Se emplea una línea de pobreza de 90,30 dólares de mayo de 2014 y se mide la pobreza a partir del ingreso familiar
por persona, Vease Larrea et al. 2013.
147
Gráfico 7. Empleo por categoría ocupacional: 2007-2016
148
Gráfico 9. Coeficiente de Gini del ingreso familiar por habitante, 2007-2016.
149
Objetivos de una estrategia alternativa. Como señala Sen, el objetivo principal
del desarrollo es permitir la plena realización de las capacidades humanas para la mayoría
de la población. Sobre la base de una evaluación crítica de la experiencia de desarrollo
reciente de América Latina, se puede concluir que los dos rasgos del desarrollo que no han
podido alcanzarse han sido la equidad y la sostenibilidad. El objetivo central de una
estrategia alternativa se puede definir como la mejora de las capacidades humanas dentro
de los límites de capacidad de carga de la naturaleza, y la distribución de los beneficios
obtenidos de una manera equitativa y participativa.
El Estado y los mercados. Como la acción de las fuerzas del mercado no crea por
sí sola las condiciones para la diversificación económica o la redistribución social, tal como
lo muestra la experiencia de las políticas neoliberales aplicadas en América Latina, es
necesario un fuerte compromiso del Estado para promover las ventajas competitivas,
mediante la inversión en educación, salud, innovación tecnológica, infraestructura y la
creación de condiciones institucionales para el desarrollo de determinadas actividades con
posibilidades de encadenamiento y generación de empleo. La idea es desarrollar ventajas
competitivas basadas en la conservación de la naturaleza.
A corto plazo, el turismo puede proporcionar una base sólida en la fase inicial de la
transición a una nueva sociedad más compatible con el buen vivir. Ecuador tiene una
biodiversidad única y un alto nivel de endemismo (Islas Galápagos, el Parque Nacional
Yasuní), diversidad cultural (13 idiomas hablados y 14 nacionalidades indígenas) y un
patrimonio histórico bien preservado (Quito y Cuenca). La aplicación de una estrategia
sostenida, basada en asociaciones público-privadas, puede consolidar una ventaja
competitiva mediante la inversión en infraestructura, seguridad, educación, capacitación y
asistencia técnica. El ecoturismo, el turismo de aventura y el turismo cultural pueden
conformar clusters de pequeñas empresas que requieren mano de obra intensiva.
150
El turismo internacional crece alrededor del 4% anual, representa el 9,5% del PIB
mundial, el 5,4% de las exportaciones mundiales, y proporciona, directa e indirectamente,
el 9% del empleo en el mundo 174 . La industria del turismo tiene también una buena
elasticidad ingreso de la demanda, y los subsectores como el ecoturismo son aún más
dinámicos.
Seguridad alimentaria. A medida que la tierra y el agua son cada vez más escasas
en el Ecuador, y la fuerza de trabajo seguirá siendo abundante, es necesario que las
políticas agrarias promuevan tecnologías que a la vez tengan altos rendimientos por
hectárea y demanden mano de obra intensiva, como por ejemplo la agroecología y la
agrosilvicultura. Adicionalmente, estas tecnologías promueven la conservación del suelo, la
producción agrícola diversificada y tienen bajos impactos ambientales. Los pequeños
campesinos conforman la mayor parte de la población rural en Ecuador, sin embargo, las
políticas agrarias aplicadas hasta el momento se basan en la modernización conservadora
del agro que promueve la adopción del modelo de la revolución verde mediante
plantaciones y grandes propiedades, y busca anclar a los campesinos a las grandes empresas
agroindustriales, sea como proveedores de materia prima o fuerza de trabajo mal
remunerada.
151
propietarios, debe complementarse con programas de apoyo y fomento a la agroecología.
También se requiere una democratización del crédito, incluidos los programas de
microcréditos y el apoyo a las pequeñas y medianas empresas, como parte de un programa
más amplio que incluye investigación, desarrollo, asistencia técnica y capacitación.
152
Bibliografía
Banco Central del Ecuador, Cuentas Nacionales Anuales Base 2007, e Información
Estadística mensual, marzo 2016; IMF (2016).
ECLAC, New Horizons 2030, Equality at the center of sustainable development. Santiago:
ECLAC, 2016.
http://periododesesiones.cepal.org/36/sites/default/files/s1501358_en.pdf
Herbert, Bob. “Disaster in the Amazon”. New York Times, June 4, 2010.
International Monetary Fund, World Economic Outlook, April 2016a. Washington D.C.:
IMF.
Sachs, Jeffrey. (1995). "Natural Resource Abundance and Economic Growth". National
Bureau of Economic Research, Working Paper 5398.
Larrea, C. et al. (2013). Atlas de las desigualdades socio-económicas del Ecuador. Quito:
SENPLADES.
153
Pastor, Wilson, “Evaluación de la XI Ronda de Licitaciones”, julio 2013.
http://www.planv.com.ec/sites/default/files/evaluacion_de_los_resultados_de_la_xi
_ronda.pdf.
154
2. Alternativas desde la Amazonía Ecuatoriana hacia una sociedad equitativa
y resiliente
Carlos Larrea
Durante los últimos 60 años casi todos los países en desarrollo han alcanzado
mejoras significativas en sus condiciones de vida, así como también resultados importantes
en crecimiento y diversificación económica (UNDP, 2013a). Pese a ello, existen tres
dimensiones en las que el crecimiento ha sido claramente insatisfactorio a escala global.
176
Según el Banco Mundial, en 2010 el 49.9% de la población en países en desarrollo se encontraba bajo una
línea de pobreza de 2.5 dólares PPA por día (cifras calculadas con el programa PovcalNet).
http://iresearch.worldbank.org/PovcalNet/index.htm. Visitado en Septiembre 2014.
177
Larrea, Carlos. - “Límites de crecimiento y línea de codicia: un camino hacia la equidad y
sustentabilidad”. En: Gustavo Endara (coordinador). Postcrecimiento y buen vivir. Quito: FES-ILDIS, 2014.
155
El crecimiento continuo de la economía mundial, más allá de los límites de
resiliencia del planeta, es el resultado del proceso de acumulación capitalista, impulsado
por la búsqueda apenas regulada de ganancia individual o corporativa. Hasta el momento,
la capacidad de regulación pública o internacional al capital productivo o financiero se ha
mostrado insuficiente, e incapaz de detener las tendencias a una crisis ambiental y social de
proporciones planetarias.
178
Seco, Carmen. “Sumak Kasay: una forma de caminar la vida”. Documento no publicado, 2015.
157
5) Una relación sustentable entre la economía y la naturaleza, que implica que la
capacidad productiva de bienes y servicios, la extracción de energía y materias
primas, y la emisión de residuos se mantengan dentro de los límites de suporte de
los ecosistemas naturales. La noción de sustentabilidad integra los derechos de la
naturaleza, reconocidos en la constitución de 2008, y también el derecho de las
generaciones futuras a una vida digna.
158
representan frente a los paradigmas dominantes de la modernidad y la economía
convencional de inspiración neoclásica.
Integrado en esta visión, el buen vivir integra las nociones de equidad, participación,
respeto a la diversidad cultural y calidad de la vida, más allá de la posesión de bienes
materiales, como elementos fundamentales de la realización humana, siempre en armonía
con la naturaleza.
159