Mes de Noviembre
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Mes de Noviembre
Imiten a Jesús humilde. (Filp. 2,1-11) «Si dan algún valor a las advertencias
que hago en nombre de Cristo; si pueden decir la voz del amor y quieren
hacer caso a la comunión que existe entre nosotros por el Espíritu Santo; si
hay en ustedes alguna compasión y ternura, les pido algo que me llenara de
alegría. Tengan un mismo amor, un mismo espíritu, un único sentir y no
hagan nada por rivalidad o por orgullo. Al contrario, que cada uno,
humildemente estime a los otros como superiores a si mismo. No busque
nadie sus propios intereses, sino más bien, el beneficio de los demás.
Tengan entre ustedes, los mismos sentimientos que tuvo Cristo Jesús:
El, que era de condición divina, no se aferró celoso a su igualdad con Dios
sino que se rebajó a Sí mismo, hasta ya no ser nada tomando la condición
de esclavo, y llegó a ser semejante a los hombres.
Habiéndose comportado como hombre, se humilló y se hizo obediente
hasta la muerte y murió en una cruz.
Por eso, Dios lo engrandeció, y le concedió el nombre que esta sobre todo
otro nombre, para que, ante el nombre de Jesús, todos se arrodillen en los
cielos, en la tierra y entre los muertos. Y toda lengua proclame que Cristo
Jesús es el Señor, para la gloria de Dios Padre».
• REFLEXIONO
En el texto bíblico que hemos leído, el apóstol San Pablo nos dice: que los
cristianos debemos tener los mismos sentimientos que tuvo Cristo, en su
relación con los demás. ¿Cuáles han sido estos sentimientos? Siendo Dios,
se hizo hombre y quiso ser semejante a nosotros en todo, menos en el
pecado, acercándose a los demás pobres, a los demás humildes, a los que
sufren y a los que son marginados por el mundo.
Estos mismos sentimientos han sido asimilados por los grandes amigos de
Jesús, a los que llamamos santos.
En primer lugar, tenemos a María, mujer sencilla, humilde y pobre que, con fe
y amor, acepta siempre la voluntad de Dios. Toda su vida fue un continuo
«Hágase en mi según su PALABRA», aceptando siempre, con fe y amor, el
mandato divino. Por eso la iglesia la llama «Madre de los creyentes».
San Martín de Porres, que se caracterizó por la práctica, hasta el heroísmo,
de las virtudes teologales: fe, esperanza y caridad, sirviendo a Dios y a los
hermanos de toda condición, con prontitud y alegría.
O B E D IE N C IA
C O M P A R T IR
H U M IL D A D
S E R V IC IO
PERDO N
AM O R
__________ y __________ en
• Agrupa las sílabas de los cuadrados y forma cuatro de los valores que
necesitamos para hacer realidad un mundo mejor.
b. _____________ d. ______________
COMPROMISO
Me comprometo a respetar a todo ser humano sin discriminación de raza, sexo,
idioma, origen, religión, opinión, condición económica o cualquier otra índole.
ORACIÓN DEL NIÑO
Dios, haz de mi vida luz brillante y leve que a todos alumbre y a ninguno
queme.
Dios, haz de mi vida flor grata a las gentes, y que de mi casa perfume el
ambiente.
Dios, hay de mi vida cantorcillo alegre, que al enfermo anime y al triste
consuele.
Dios, haz de mi vida cuerpo que sustente el huérfano niño y al anciano débil.
Cuestionario
1. ¿Qué deseos manifiesta este niño a Dios?
2. ¿Con cuál de estos deseos compartes?