Tema para Reforsar Lo Estudiado

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Tema para reforsar lo estudiado

TÉCNICAS DE RECOLECCIÓN DE DATOS EN ENTORNOS VIRTUALES MÁS USADAS EN LA


INVESTIGACIÓN CUALITATIVA

Dania Mª Orellana López* y Mª Cruz Sánchez Gómez*

La incursión y uso de las nuevas tecnologías de la información y comunicación (TIC) en la sociedad en general
han ocasionado su transformación en la denominada Sociedad de la Información y del Conocimiento,
transformación que se basa en la modificación de las dimensiones espaciotemporales en que se realizan las
comunicaciones y se accede a la información. De aquí que existan nuevas formas en que los investigadores
recojan, analicen y presenten los datos. La evolución de Internet, principalmente, hace posibles nuevas formas
de recolectar datos cualitativos así como nuevas escenas en dónde recolectarlos, lo que hace del trabajo de
campo una práctica diferenciada a la práctica cualitativa convencional. En este sentido Murillo (1999) apunta
que «el mundo virtual que discurre por nuestro monitor al navegar por Internet, no sólo nos acerca a los centros
de documentación o nos facilita la comunicación con otros investigadores sino que nos abre un amplio abanico
de posibilidades que, sin duda, modificará nuestro ritual investigador» (p. 498). En lo que se refiere a la
recolección de datos, las formas «tradicionales» o convencionales consideran a las bibliotecas, los intercambios
cara a cara, los documentos (escritos, visuales, auditivos, objetos),... las bases de datos off-line como
principales fuentes de información mientras que en la situación actual, sustentada por las nuevas tecnologías,
las «nuevas» formas para la recolección de datos consideran las bases de datos on-line, los enlaces a
compilaciones, las discusiones e intervenciones mediante ordenador, las bibliotecas digitales, los textos
digitalizados, sistemas multimedia, entrevistas por Internet, videograbaciones,... simulaciones. En general, las
TIC brindan al investigador la posibilidad de utilizar el audio, el vídeo, la imagen, los datos en textos escritos o
hablados, todos recolectados mediante la mensajería del correo electrónico, de los foros de discusión, la
observación en línea, el monitoreo o registros de todas las acciones generadas por los sujetos mediante un
equipo informático. Es así que la incorporación de las TIC en la sociedad demanda una redefinición y/o
ampliación del campo de actuación de la investigación cualitativa, de igual forma facilitan amplias posibilidades1
para su dirección y desarrollo, por lo que el camino a seguir debe estar basado en la integración de tres
«metodologías complementarias» para la recolección de los datos: las observaciones en línea, entrevistas, y el
análisis de contenido de materiales suplementarios (Sade-Beck, 2004). Estas tres metodologías hacen
referencia a la clasificación que de las técnicas de recolección de datos realiza Valles (2003), la cual se enfoca
en la documentación, observación y conversación. En base a esta clasificación se presenta a continuación una
proyección de las técnicas de recolección de datos aplicadas en entornos convencionales a las técnicas
aplicadas en entornos virtuales, apuntando características y ventajas e inconvenientes que presentan estas
técnicas en los entornos virtuales. En cuanto a esta intensión es de destacar lo señalado por Picciuolo (1998) al
manifestar que es probable que la mayoría de las cosas que se observan sean una nueva versión de
situaciones clásicas, en tal caso se tratará simplemente de adaptar la herramienta en la recolección de datos o
en la interpretación de los mismos. Sin embargo, también puede ocurrir la generación de nuevas situaciones
que demanden replantear el paradigma en el cual se sustenta el investigador

2. TÉCNICAS DE LECTURA Y DOCUMENTACIÓN Toda investigación, sin importar su espacio de actuación,


requiere de una búsqueda, lectura, interpretación y apropiación de información relacionada con el tema objeto
de estudio, es decir de un marco teórico referencial. Por lo que las investigaciones desarrolladas en entornos
virtuales no son ni pueden ser la excepción. En relación a la etapa de documentación, las TIC especialmente
Internet, proporcionan enormemente facilidades de búsqueda y acceso a diferentes fuentes documentales en
formato digital, por ejemplo: libros digitales, revistas electrónicas, ponencias, informes de investigaciones, actas
de congresos, boletines, censos, bases de datos, periódicos electrónicos,... enciclopedias. Para lo cual debe
existir un proceso previo de digitalización de las fuentes en formato tradicional «papel» para su puesta en la red,
y así convertirse en bienes públicos al servicio del investigador. Cabe señalar que el proceso de digitalización,
es en cierta forma ajeno al investigador usuario porque este proceso está a cargo de las instituciones o grupos
que editan, publican o promueven las fuentes documentales, sin embargo varios investigadores poseen los
conocimientos y habilidades para «depositar en la red» artículos, proyectos, resultados de investigaciones,
fotografías, videos, conferencias o cualquier otra información de interés. La digitalización de las fuentes
documentales y el acceso a Internet permiten que el investigador, desde su mesa de trabajo, tenga acceso a
grandes fuentes bibliográficas en tiempo real y a costos muy bajos, situaciones impensables tan sólo hace unos
años atrás. La visualización de estas fuentes documentales puede realizarse de varias formas, directamente
desde la WWW a través de los navegadores, desde los programas específicos en los cuales fueron creadas,
por ejemplo: Word, WordPerfect, Adobe Acrobat, RealPlayer, QuickTime entre otros, para lo cual deben estar
instalados en el ordenador del cual se accede a las fuentes documentales. La información que se aloja y
transita por Internet se presenta y se accede a ella por medio de hipervínculos, los cuales enlazan o relacionan
indistintamente los diversos contenidos entre si, es decir que la interconexión de contenidos no está regida por
criterios estandarizados de orden jerárquico sino que por criterios opcionales en torno a la libre interconexión
entre sus elementos, siempre y cuando estos tengan alguna relación. De esta forma los hipervínculos crean
múltiples vías de navegación para que los usuarios con diferentes intereses puedan decidir su propia secuencia
de exploración, basada en sus propios estilos de asimilación y en los requerimientos particulares de
información. Por lo que los hipervínculos se refieren básicamente a la no linealidad, a la navegación entre
fragmentos de información textual, sonora, gráfica, audiovisual en grandes redes interconectadas. Estas nuevas
estructuras de presentación de la información en los entornos virtuales albergan aspectos problemáticos en
relación a la fragmentación y sobreabundancia de la información, así como la asignación de significado a la
información. Al referirse a los hipervínculos Dreyfus (2003) apunta que: Los hipervínculos no han sido
introducidos porque sean más útiles para buscar información que los sistemas antiguos de ordenamiento
jerárquico. Más bien han sido un dispositivo ordinario de aprovechamiento de la velocidad de los ordenadores
para relacionar grandes cantidades de información sin requerir comprenderla o someterla a algún tipo de
estructura, ya sea impuesta o generalmente aceptada. (p. 24) Este mismo autor sostiene que las búsquedas de
información relevante en la web, considerando a la información relevante como un cuerpo de hipervínculos
interconectados, constituyen una verdadera innovación de Internet. Sin embargo las búsquedas podrían verse
afectadas por la enorme cantidad de información interconectada a través de hipervínculos que relacionan
cualquier información sin criterios claros o constantes. La incorporación de los hipervínculos en los métodos de
organización y búsqueda de información ha ocasionado cambios en los antiguos métodos utilizados, Deyfrus
(2003) presenta la siguiente comparación entre la tradicional cultura de las librerías con lo que hoy posibilitan
los hipervínculos:
En general, Internet supone un avance muy importante en el quehacer de la investigación, ya que aporta
numerosos instrumentos, recursos y fuentes bibliográficas a los que sólo podían acceder un número reducido y
selecto de investigadores, o bien estos recursos no se encontraban actualizados o simplemente no existían
(Martínez, Luna, Fernández y Salmerón, 2001). Los documentos en la investigación social, particularmente de
la investigación cualitativa responden a los diversos registros escritos y simbólicos, así como a cualquier
material y datos disponibles. Es así que los materiales documentales contienen no sólo datos textuales sino que
también datos visuales y auditivos. En los entornos virtuales, estos documentos se mantienen presentes con la
diferencia de que su presentación es más dinámica, interactiva, vistosa y de fácil acceso gracias a la
digitalización y por supuesto a las potencialidades de la web. Estos dos aspectos dificultan la realización de una
clasificación precisa de los documentos en entornos virtuales a diferencia de los entornos convencionales, sin
embargo tomando como referencia el formato digital y la forma de navegar, de explorar sus datos, es decir la
presencia o no de hipervínculos, puede presentarse la siguiente clasificación:

Es de señalar que en muchas ocasiones los términos multimedia e hipermedia suelen utilizarse como sinónimos
pero que en realidad existe una diferencia entre ellos, como se ha descrito en el cuadro anterior, diferencia que
se basa en la presencia o no de hipervínculos. Sin embargo esta diferencia es de poco rigor en mucha de la
literatura especializada sobre las TIC, ya que el término multimedia en sí, ha ocasionado diversos significados
en cuanto a su definición, a tal grado que ha englobado al término hipermedia. El esquema siguiente muestra
algunos ejemplos de documentos propios de los entornos virtuales, agrupados en los cuatros tipos
anteriormente descritos:
realizadas a través de los servicios de comunicación que ofrece Internet (Chat, foros de discusión, listas de
distribución, telefonía) así como las simulaciones que generan otras tecnologías, además las acciones sociales
realizadas en el mundo real a consecuencia de las interacciones realizadas en entornos virtuales (Picciuolo,
1998). Sin embargo, SadeBeck (2004) apunta que la definición tradicional de «participante-observador» no
puede aplicarse a la descripción del investigador on-line, ya que éste difícilmente puede darle seguimiento a las
actividades de los sujetos en el mundo real, es decir a las actividades que ocurren fuera del monitor. En la
investigación cualitativa, el observador es el instrumento de mayor importancia para la recolección de datos, sin
embargo las TIC incrementan de manera significativa tanto sus habilidades de observación como las
oportunidades en el proceso de investigación. Particularmente las grabaciones en video ayudan al investigador
a acercarse a los acontecimientos de la vida real tal como ocurren naturalmente, es decir sin presencia del
investigador, además se puede observar la misma situación en varias ocasiones incluso se pueden observar en
forma fragmentada, centrándose en las conductas de mayor interés ya que todo queda grabado digitalmente
(Gibbs, Friese y Mangabeira, 2002). El uso del video en la actividad investigadora permite capturar/obtener la
información espontánea y transitoria que se presenta en la situación de estudio (Penn-Edwards, 2004). La
participación del investigador en los entornos virtuales es de vital importancia para la comprensión e
interpretación de la situación objeto de estudio. El investigador realiza una inmersión en el ciberespacio del
mismo modo que lo hacen los sujetos a analizar, para lo cual requiere de un dominio sobre la tecnología a
utilizar para después emprender un proceso de socialización que le permita en lo posible un mejor estudio de la
situación que investiga. Este proceso de socialización determina la construcción de una identidad de
participación, la cual se construye en base a la experiencia individual y social del investigador de «desarrollar
relaciones de participación e interacción activa en la negociación de significado con el resto de participantes
desde la perspectiva de la afiliación a la comunidad virtual» (Garrido, 2003, pp. 6-7), lo que le permitirá acceder
a la inteligibilidad social otorgada al contexto virtual y a la práctica que en éste se desarrolla para así realizar
una mayor interpretación de su objeto de estudio. De esta forma, el investigador se convierte en un internauta
más en el contexto de estudio, al interaccionar constantemente con las personas que analiza. La presencia del
investigador modela e interfiere la situación virtual en estudio desde el momento que desvela su identidad como
investigador, sin embargo este factor puede atenuarse sabiendo reaccionar o llevando el proceso con las
precauciones pertinentes en los momentos requeridos. A manera de ejemplo, se presenta la experiencia vivida
por Ardèvol, Bertrán, Callén y Pérez (2003) en canales de Chat cuyo objetivo era el de observar cómo los
espacios virtuales llegan a ser contextos de relación para las mujeres, cómo se establecen los vínculos
sociales, su naturaleza y las repercusiones e interrelaciones que todo ello tiene en sus vidas y en la percepción
de su identidad; en cuanto al aspecto de revelar su identidad como investigadoras apuntaban que:

planos de relación que fueran específicos en una interacción en línea, donde el único punto de referencia del
sujeto de la enunciación es un seudónimo al inicio de cada línea de intervención. Nos encontrábamos ante un
dilema ético. Por una parte nos parecía que el procedimiento éticamente correcto era exponer desde un
principio nuestros objetivos y presentarnos como investigadoras, pero por otra parte, ni siquiera sabíamos a
quien dirigirnos, ya que ignorábamos quien había fundado el canal, cuales eran las relaciones que mantenían
los participantes y cómo interactuar en estos espacios que veíamos como confusos, formados por
conversaciones fragmentadas y con una gran fluidez de entradas y salidas. ... nos terminó por decidir empezar
a chatear sin explicitar que se trataba de una investigación. Acordamos, y así lo hicimos, que cuando
tuviéramos más confianza con las personas del canal y supiéramos algo más de su funcionamiento,
explicaríamos nuestro propósito y pediríamos formalmente su consentimiento para utilizar la información y hacer
las entrevistas en profundidad. (p. 8) Sin embargo, la identidad del investigador no puede ser desvelada de igual
forma en todas las investigaciones, ya que esto depende de diferentes factores como son los metodológicos,
contextuales, éticos, incluso factores inesperados que escapan del control del propio observador. Sade-Beck
(2004) señala que la naturaleza igualitaria de comunicación que proporciona Internet es una dificultad adicional
a la que se enfrenta el investigador en el sentido de que su posición como autoridad profesional se atenúa,
aunque por otro lado esto facilita el acceso directo al grupo. Además agrega que el anonimato de la identidad
del observador conlleva al planteamiento de preguntas éticas, como: ¿Bajo qué circunstancias el investigador
puede o debe actuar como un observador no-activo? ¿Cuándo el investigador debe revelar su identidad como
un participante activo? ¿Y cómo el investigador debe hacer tal revelación? Por lo que el investigador debe
considerar varios aspectos antes de actuar. La participación del observador va intencionándose o atenuándose
en respuesta a los objetivos del estudio, como también a aspectos fortuitos durante el desarrollo de la
investigación. Garrido (2003) hace referencia a una identidad de participación del observador, que va de la
relativa participación (periférica) a la absoluta participación (plena) del observador, sobre las cuales apunta lo
siguiente: Observación Periférica Mantenerse en la periferia implica actuar como un lurker (participante pasivo),
accediendo a la práctica sin interferir en su desarrollo, lo que nos permite una socialización secundaria
mediante la propiciación del acceso a las identidades y trayectorias de los participantes y a las historias
compartidas en las negociaciones de significado, así como al repertorio utilizado y a los estilos del discurso.
Esta técnica permite la recolección de aquellos datos que se encuentran en capas superficiales de la práctica y
del contexto de la comunidad virtual, que serán susceptibles de análisis de tipo descriptivo, sociotécnico y
discursivo.
Observación Plena Siguiendo una trayectoria desde la observación hacia la participación, se entraría en otra
fase caracterizada por la participación plena. Mediante un acto de delurking (revelador) se procede a romper el
silencio y el anonimato, enviando un mensaje al espacio de comunicación disponible en la comunidad virtual.
Este primer posting (acercamiento) resulta idóneo para realizar una autopresentación como investigadores y
para plantear el objeto del estudio, así como para solicitar la colaboración de los miembros de la comunidad. Se
hace uso de herramientas de comunicación tanto asincrónicas como sincrónicas, para emprender la
participación activa con la ayuda de instrumentos previamente elaborados. Por otro lado, las técnicas de
observación y participación aplicadas en entornos virtuales pueden clasificarse según la temporalidad en que se
realizan, es decir en tiempo real o diferido en el cual se recoge la información (Sánchez, Revuelta y Gonález,
2005). De aquí que puedan clasificarse en técnicas de observación participante sincrónicas o asincrónicas.
Independientemente de la modalidad de participación y observación elegida, es indiscutible que el uso de las
técnicas de observación y participación en la investigación cualitativa desarrollada en entornos virtuales
constituye un pilar metodológico para su puesta en marcha. Ventajas e Inconvenientes de las Técnicas de
Observación y Participación: Las técnicas de investigación en general presentan tanto ventajas como
inconvenientes en su aplicación y desarrollo por lo que las técnicas de observación y participación no son la
excepción. Más aún al ser aplicadas en nuevos entornos, en los que poco a poco el investigador debe ir
ganando terreno para aprovechar las ventajas y sobrellevar los inconvenientes.

TÉCNICAS DE CONVERSACIÓN Y NARRACIÓN

Las técnicas de conversación y narración practicadas en entornos convencionales tienen su principal elemento
generador en la palabra hablada, aspecto que no ocurre en los entornos virtuales pues como se ha indicado
anteriormente el género conversacional del ciberespacio lo constituye principalmente el dato textual, es decir la
palabra digitalizada. Las técnicas de conversación y narración suelen auxiliarse de materiales documentales y
de observaciones, situación que también ocurre en los entornos virtuales pero con mayor frecuencia y
exigencia. Es de imaginar que la naturaleza y concepción de las técnicas conversacionales sufran
modificaciones al ser aplicadas en entornos diferenciados a los entornos para las cuales fueron pensadas,
alterando de este modo algunas ventajas y limitaciones que ostentan en su entorno natural. La adaptación de
estas técnicas a los nuevos entornos debe basarse, como bien señalan Ardèvol et al. (2003) en un pensamiento
optimista, creativo y funcional a partir de las posibilidades que brindan los diferentes medios tecnológicos, y así
evitar «caer en el error de hacer adaptaciones directas de las metodologías offline» (p. 19).
La aplicación de las técnicas conversacionales en entornos virtuales dependen en gran medida del medio
tecnológico seleccionado, por ejemplo una entrevista mediante el Chat presenta muchas diferencias a una
entrevista mediante el correo electrónico y por simple deducción ambas entrevistas a una entrevista cara a cara.
No obstante comparten ciertas características con la entrevista cara a cara, por ejemplo: se sabe que en el Chat
se manifiesta un ambiente de gran informalidad, propio de la improvisación que supone una charla presencial, a
diferencia de las listas de correo y aún de los grupos de discusión, por lo que puede inducirse que la aplicación
de técnicas conversacionales en entornos virtuales debe fundamentarse, en un principio, en el esquema mental
de los tipos y modos de accionar de la actividad presencial para después adaptarlos en cierta medida a los
entornos virtuales para así ponderar las posibilidades y limitaciones que puedan presentar. Particularmente, la
entrevista en todo su sentido es la técnica base de las técnicas de conversación y narración. Las entrevistas
llevadas a cabo en entornos virtuales son nombradas con términos como: entrevistas en línea, entrevistas on-
line, e-entrevistas, entrevistas virtualizadas. Estas entrevistas se diferencian de las entrevistas realizadas de
forma presencial por el hecho de que el entrevistado y entrevistador no están cara a cara, es decir que la
presencia física es nula. Al respecto Bampton y Cowton (2002) apuntan que la e-entrevista trae consigo dos
tipos de desplazamientos, relacionados a dos dimensiones fundamentales de la experiencia humana. Por un
lado al tiempo, pues es probable que las interacciones entre entrevistador y entrevistado sean asíncronas, con
las variadas pausas de longitudes entre las interrupciones de comunicación o «episodios» y por otro lado al
espacio, ya que la relación tiene lugar «a una distancia» a través del medio electrónico, basado en el texto y
pantallas. En cuanto a la falta de presencia física entre el entrevistador y entrevistado, esto limita la obtención
de gran cantidad de datos derivados de la información no verbal como son: gestos, posturas, tono de voz,
miradas, vestimenta, ambiente. Lo que no quiere decir que la comunicación verbal desaparezca o que carezca
de importancia, sino que esta comunicación se transmite por señales que no provienen directamente del cuerpo
o del entorno, por lo que el entrevistador y entrevistado se convierten en «emisores y receptores de señales» tal
como lo indica Donath (2003, p. 55). En las entrevistas on-line la mayor cantidad de información obtenida es
textual, sin embargo existen mecanismos/elementos mediante los cuales puede llegar a percibirse información
no verbal, a los que el investigador cualitativo debe recurrir para solventar su interés por la expresión corporal,
ya que los «investigadores cualitativos no están frecuentemente interesados sólo en lo que las personas digan
sino también de la manera que lo dicen» (Bryman, 2001 p. 321 citado en Bampton y Cowton, 2002, p. 16). Entre
los posibles mecanismos para obtener la información no verbal está el uso de símbolos o caracteres que
representan estados de ánimo del emisor, estos caracteres son los denominados emoticones o «smileys», otra
forma es el uso de una webcam para visualizar a la persona entrevistada, tal es el caso del Chat con webcam o
de la videoconferencia. Otra característica significa en las entrevistas on-line es el ritmo de la conversación, ya
que expresarse por escrito lleva más tiempo que hacerlo oralmente (Ardèvol et al., 2003), en base a sus
experiencias en el Chat estas investigadoras sostienen que «la cantidad de tiempo que exige expresarse por
escrito intenta compensarse con la economía del lenguaje, abreviaciones y otro tipo de estrategias creativas.
(...) para lograr una comunicación más fluida y que se acelere el ritmo de cada intervención» (pp. 11-12). El
ritmo de la comunicación llevada a cabo en los entornos virtuales demanda nuevos elementos, nuevos
parámetros claramente diferenciados de los utilizados en los entornos presenciales, de tal forma que resultaría
difícil querer adaptar los parámetros utilizados en la entrevista presencial a los espacios de conversación
electrónica. La interacción en la entrevista, es decir el tiempo de respuestas puede ir de segundos, minutos,
horas, hasta días (Bampton y Cowton, 2002) por lo que los nuevos ritmos conversacionales demandan
paciencia y comprensión por parte del investigador en los inconvenientes que se presenten, en relación al
entrevistado o del medio tecnológico utilizado. En general, la comunicación realizada mediante ordenador difiere
enormemente de la realizada presencialmente, pues el carácter textual, simbólico y el tiempo de sincronía de
sus interacciones constituyen sus principales características y por consiguiente la gran diferenciación entre una
entrevista cara a cara y una entrevista virtualizada, razón por la cual deben tomarse muy en cuenta a la hora de
realizar una entrevista en un entorno virtual. Ventajas e Inconvenientes de las Técnicas de Conversación y
Narración: Las técnicas conversacionales aplicadas en entornos virtuales ofrecen nuevas posibilidades en la
recolección de datos, pero también hay que tener en cuenta que surgen limitantes, más aún si se desea que
estas técnicas mantengan las ventajas y formas de aplicación de los entornos presenciales. Se ha mencionado
que la entrevista es la técnica medular de las técnicas de conversación y narración, por lo que las ventajas e
inconvenientes que se presentan a continuación responden a la e-entrevista en el sentido amplio de su
aplicación, individual y grupal. Cabe señalar que la «e-entrevista» comparte muchas de las fortalezas y
debilidades de la entrevista desarrollada cara a cara, en comparación con otros métodos de la investigación
como la observación participante (Bampton y Cowton, 2002).

EL REGISTRO DE DATOS EN LOS ENTORNOS VIRTUALES

El registro de los datos obtenidos en la aplicación de las técnicas de recolección constituye un aspecto
importante dentro del trabajo de campo, ya que de estos datos depende la construcción, comprensión o
interpretación de la situación en estudio. El registro de datos consiste en almacenar y asegurar la información
obtenida de las personas investigadas. En los entornos virtuales los datos obtenidos se caracterizan por su
formato digital, lo que proporciona al investigador la facilidad y comodidad de su registro en forma casi
instantánea y automática mientras los datos van surgiendo, pues basta con hacer un par de «clic» para lograrlo.
Al referirse sobre los datos obtenidos de las interacciones entre personas y grupos en el ciberespacio, Smith
(2003) señala que: Uno de los rasgos característicos de la comunicación mediada por ordenador es que casi
todas las interacciones van dejando un rastro duradero, es decir, una pista electrónica que puede aportar
información detallada sobre la actividad que unos grupos enormes de personas llevan a cabo on-line. (p. 229)
Entre los datos obtenidos en el ciberespacio se encuentran los textos de las conversaciones, de las temáticas
abordadas, registros de accesos y navegación de los usuarios, tiempos de intervención, imágenes y videos,
pantallas, los cuales permiten comprender el comportamiento de los sujetos en una situación o sobre un tema
en especial. Toda esta información queda almacenada en los ordenadores, servidores de red o dispositivos
externos de almacenamiento, siempre y cuando el investigador tenga el acuerdo de grabarla. Es de gran
seguridad realizar respaldos (copias de seguridad) de los registros digitales pues la información electrónica es
muy vulnerable a los fallos electrónicos de sus aparatos o dispositivos. Los aparatos/herramientas digitales
tienen la ventaja de realizar copias exactas de las interacciones llevadas a cabo dentro y fuera del ciberespacio.
Lo que garantiza una gran cantidad de información disponible. A pesar de que los registros on-line son fuentes
destacadas de información, también son ambiguos y limitados y es necesario que los investigadores los
manejen con cuidado (Smith, 2003). Es por esta razón que el simple hecho de analizar el dato registrado no
garantiza un proceso de comprensión e interpretación del investigador cualitativo sobre su objeto de estudio.
Por ejemplo en las aplicaciones basadas en texto, el investigador puede aferrarse a la premisa de que no hay
sesgo entre el comportamiento y su registro ya que ambos están hechos de interacciones textuales pero «la
conexión entre las líneas de texto que aparecen en la pantalla y el sentido de la interacción para los
participantes no se encuentra en el texto, sino en los implícitos que los participantes asumen sobre el
significado de sus acciones» (Ardèvol et al., 2003, p. 5). El investigador también puede registrar sus
apreciaciones, sensaciones, inquietudes, reacciones, descripciones sobre aspectos específicos de la
investigación mediante un diario de campo, notas de campo, grabaciones de voz, etc. con lo que se estarían
complementando también las formas de registro. Esto ayudará al investigador para dar sentido a las
interacciones y relaciones observadas durante la investigación.

UTILIZACIÓN CONJUNTA DE LAS TÉCNICAS DE RECOLECCIÓN DE DATOS

La combinación, uso conjunto o complementariedad de las técnicas de recolección de datos, en cierta forma
está implícita en las estrategias metodológicas y por consiguiente en el proceso de triangulación de las mismas.
Los resultados obtenidos se someten a un proceso de triangulación, es decir a un proceso para contrastar en lo
posible los datos obtenidos. De esta forma el investigador puede contar con información exhaustiva y variada
para la comprensión e interpretación de la situación objeto de estudio. El siguiente esquema muestra el uso
conjunto de las técnicas de documentación, observación y de conversación en un estudio cualitativo, cabe
destacar que la observación y la participación constituyen actividades omnipresentes en el desarrollo de
estudios en entornos virtuales.
Trabajo a realizar: leer y sacar conclusiones por lo memos una plana y realizar 10 preguntas y sus respuestas

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