Tema 24.el Nombre de Dios Es Santo
Tema 24.el Nombre de Dios Es Santo
Tema 24.el Nombre de Dios Es Santo
Dentro del contexto de los tres primeros mandamientos, -que tratan de nuestra relación para
con Dios-, el segundo se centra en el respeto al nombre de Dios (“No tomarás el nombre de Dios en
vano”).
Entre nosotros existe una tendencia a no dar importancia a las palabras. Nos hemos
acostumbrado a decir burradas, sin que importe demasiado. Es decir, hablamos con "palabras
huecas".
Sin embargo, en la Biblia, el NOMBRE, lejos de ser un conjunto de letras que forman una
palabra, expresa el ser del designado. Por ejemplo, la palabra Jesús significa "salvador".
Y no solo esto, sino que en la Biblia, Dios mismo decide autonombrarse, es decir, se pone el
nombre a sí mismo: Yahveh, que significa "Soy el que soy". Por eso podemos decir que el Nombre
de Dios es Dios mismo y, en consecuencia, debemos respetar el Nombre de Dios como al mismo
Dios. La Sagrada Escritura nos manda no "pronunciar en vano el Nombre de Yahveh" (Ex 20,7).
Llamamos «blasfemia» a la palabra malsonante dirigida contra Dios. También se puede
entender como blasfemia la utilización de palabras sagradas fuera de su sentido religioso, en un
tono irrespetuoso (caso de la palabra "hostia").
Algunos se apresuran a decir que, a pesar de lo fuerte que suenen las blasfemias, en realidad
no hay pecado porque en la mayoría de los casos, no hay intención de ofender a Dios. Sin embargo,
eso parece una excusa muy fácil para esquivar el discernimiento de nuestra
responsabilidad moral:
2º También existe la culpabilidad de quien tiene el hábito de blasfemar y no lucha por eliminar
dicha costumbre. Es decir, podemos pecar no solo por haber permitido la adquisición del hábito,
sino por no luchar por eliminarlo.
Los motivos para empeñarse en eliminar este hábito son evidentes. Se trata de eliminar una
contradicción:
a) Si uno no cree en Dios ¿por qué le insulta? Al blasfemar cae en una contradicción
evidente. Se insulta a quien existe. Por ello, podríamos decir con San Agustín: "Blasfeman,
luego Dios existe". Por otra parte, a un ateo se le debe exigir un respeto a los creyentes, de la
misma manera que no sería de recibo que un creyente dijese: "Me c… en los ateos".
b) Si creo en Dios como mi Señor, ¿qué sentido tiene que blasfeme contra El? No sirve el
decir que lo he hecho sin darme cuenta, porque el fin para el que ha sido creado el hombre
es "para alabar y bendecir a Dios" (San Ignacio de Loyola). Los que creemos en Dios,
podemos hacernos la siguiente pregunta: ¿Qué tal me sentiré cuando al final de mi vida me
presente ante Dios, al recordar que -estúpidamente- me he dedicado, en vez de alabarlo, a
insultarle durante mi vida?
RESPETO A LO SAGRADO