Poemas de Rafael Góchez Sosa
Poemas de Rafael Góchez Sosa
Poemas de Rafael Góchez Sosa
LUZ Y SOMBRA
(Poema a la sombra de la luz)
Preguntad
qué es la luz r veréis que nadie sabe.
EL TRAUMA DE LA MUERTE
"El dolor y su manto
vienen una vez más a nuestro
encuentro"
Miguel Hernánde.z.
Llega la muerte
y pregunta por la hora.
El hombre miente. Reu asa los 1 elojes.
Disimula. (Y a tiene la costumbre
de oioii ),
¿Y después?
Después vuelve el silencio.
Tal vez un eco de paz, peu ificado Qnizá
la noche del »ienu e
universal.
VASO VACIO
Y de tu impulso de 1 aiz
agreste,
nació el espejo donde el dolor madui a.
Amaste, aunque nunca fuiste
amada.
Te bastó llegar al fuego pa,a setuii la sed.
En la luz
enjuagaste tus manos proletarias,
tus pasto, iles manos
hacedoi as del nido virginal de la bt isa,
tus manos predispuestas
para dar el perdón.
Hoy el hijo te pide
sangre y pan, f lo, y
sombi a.
Cada día que viene se te anuncia más negro.
La patrona no quiere
sirvientas
con criatus as, en la finca
tampoco, en los cines te niegan
el derecho a reír.
Las hoi as giran sobi e un dedo inconforme.
Los casinos
den ochan el champaña y el whisky.
Y tú, desampauula, con un hijo
exigente, con un hijo
que pide,
con un hiio que gr ita p01 no tener
la culpa del engaño más cruel.
Ah destinos de metal
sobt e el tejado!
Esta noche,
en esta noche que siento tu quebrada
campana,
va para ti mi corazón de pino;
para ti, muiet y sombra, la ha, ina
que viene del Oriente;
para ti,
la colectiva voz
que nos mantiene!
108 La Unioei sidad
RETRATO
Soy la mano
que busca pan y nube.
Soy yerba. Voz. Silencio.
Soy espejo
de mares, prisionero.
Soy ...
¿Qué soy?
Si no estuviera triste
diría
el ánfora del viento. Podría dibuiar
la luz que juega
en las palmeras.
Decir el vuelo de la golondrina; cantar
los trenes que se alejan.
más allá de los cerros;
advertir el celaje, el mundo de la hoia,
la situación de la grama.
Si no estuviera
triste,
pintaría la risa, el corazón del fruto, el guante
de la uva.
Reiría con ellos, con los que son amados,
para palpar el beso
con que el sexo reclama.
Podría encender
afanes
entre hormigas y pumas,
libertar la sonrisa de la mazorca criolla,
descubrir continentes,
conquista,
los colores del paisaje.
Poemas de Rafael Góchez Sosa 109
HUMEDA INVITACION
No temas.
Con tu calor mi piel se cubriré
de trigo,
responderá al abismo
con ilusión
y fe.
COLEGIALA
CALCOMANIA
Me gusta
verme en tus ojos.
Sólo
así tengo algo tuyo
en la mil ada.
PARA ENTONCES
Cuando pa, tas, mujer, como una escuela
sin niños, como el fin de hoias serenas,
como un ayer, como una noche en penas,
será mi coi azón rasgada vela.
LA CARTA
CENTROAMERICA
"Centroamérica duerme
silenciosa e inerme".
F. GAVIDIA.
Palab1a adelantada
del inicial impulso de las aves.
Esponja de los 1 íos ,
que mitiga la sed del mediodía.
Campana, io inclinado
sobi e los lagos verdes de la ausencia.
Repicar de ansiedades
cuando vuelan sencillas
sobi e el mapa encendido
de los amanece, es.
Escasa dife1 encia
entre la luu ina leve y las estrellas.
A11 ebol que derrama
su. situación pm a teiiu la aut 01 a.
Ve, bo tt azada como extensa llama
desde la f 1 ente azul de Guatemala,
hasta la golond1 ina
que anida musical en Costa Rica.
Caracol destinado a la p1 omesa
del día m01 azánico,
en que deben unir se los sonidos
de la quebrada voz, leu a por leu a.
[Cenuoamérica Madre!
Cuando llueva el manjtu de tu palab, a
unida por el hombi e,
te espe1a1é en la ,uta
del común calenda, io de tus mares.
¡ Y un nuevo sol motiva, á mi sangre!
Poemas de Rafael Góchez Sosa ll5
A MEDIA ASTA
Es 3 de mayo La fiesta de la et uz
debiera nuuliu at
desde
la aurora.
Se supone que el á1 bol debiet a
conjuga, el verbo amar
en sombt a ltu ga,
olorosa, f1esca, colectiva.
Necesario es que canten
los zenzontles,
que las guitan as
viajen junto al sudoi y el ham ln e,
que la luz juegue y gil e
en las manos
del niño
Hasta
las piedras debie¡ an desnuda, se.
Es 3 de Mayo.
3 de Mayo.
jCómo duele
tu herida, pueblo mío!
LA BUSQUEDA
Una voz.
Busco una voz surtido, a de polen.
Una voz uet tical
sobre
el sonido.
Una voz que al incendias se el día
Poemas de Rafael Góchez Sosa 117
Una voz.
Busco una voz ptu a teje, los sueños,
para imita, el 1 eto
de los mares,
para pet dei me en el ciclón del mundo,
de este mundo cansado
y sin embai go
fi, me.
Necesito sabe, dónde principian
las 1aíces sin fe
de los traidores.
U, geme entender la 1 azón de los suicidas,
la mueca de los muertos, las carcomidas
páginas de un t eo,
ORLANDO, ME ESCUCHAS9
Al poeta 01lando Fresedo,
en el día de su retorno
ELEGIA GATUNA
Mw ió mi gato.
Murió cuando las voces del crepúsculo
tt aspasaban los últimos
vid, ios
de la tat de Mu: ió con luces
del p1 imei luce, o
que nunca supo compt endet su 01 igen,
su amistad con la luna y los tejados,
sus pt c[undos ojos uencedot es
del sol y oscut idailes.
A veces,
t1 iste yo jnnto a las hs» as
vacías, se acei caba y con su lomo de neblina
o bt isa bon aba mi cansancio, mis instantes
de humo negi o, mis et ueles
soledades
de homln e débil.
Y qué gato!
Muchas hembras lo buscaron
pm a sabe, de su felina g1 acia, de su tacto
pequeño y lisoniet o,
del viento entrelazado en su pe/amen.
Y qué gato!
MiJ aba una luciét naga con atención
120 La Universidad
extraña, y volvía
a mí hasta perder de vista
la lucecilla vaga y misionera.
Cómo anhelo
su [igus a inmóvil en el viejo sofá
que et a su amigo.
En el jardín de la casa
está enterrado. Hoy las [lores
se dan mucho más suaves.
Por
las noches
luciéi nagas errantes, llegan a platicar
con su silencio ...
En este mío' que comienza pm la 5 ent edade, as, en este enet o libt e
pot sus vientos, qui e, o
alcanzarte
toda, en totalidad de esfera, poi el n ayecto del hambre. Quiero sabe,
que e, es sustento Y que tú, man jm de pieil: a y nube, llega, ás
a mi mesa con un sabor de ba110,
con un salio, de har ina, pm a que juntos digamos
los caminos del pan!
Esta revista se terminó de impr i-
mil en los talleres de la Edito
i ial Universitaria "José B Cisne
10s", el día diecinueve de octubre
de mil novecientos sesenta y seis