HABILITACIÓN PEDAGÓGICA - Factores Intervinientes en El PEA

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Curso de Habilitación Pedagógica

UNIVERSIDAD CATÓLICA” NUESTRA SEÑORA DE LA ASUNCIÓN-CAMPUS GUAIRÁ


Docente: Mg. Tirsa Gabriela Caballero Pineda
1- TEMA
Factores que intervienen en el proceso de aprendizaje:
- Factores psico-sociales exógenos.
- El contexto y su influencia en el sujeto que aprende.
- Factores psico-sociales endógenos.
- Motivación y aprendizaje
- La construcción del conocimiento en el marco de las relaciones interpersonales y
sus implicaciones para el Curriculum escolar.
- La concepción constructivista
- Interacción profesor-alumno y ayuda pedagógica
- La ZDP, zona de desarrollo próximo
- Acción, interacción y construcción del conocimiento en situaciones educativas.
- Interacción alumno-docente.

En sentido general, el término psicosocial puede utilizarse para describir


procesos internos que ocurren en el individuo, los cuales se modifican a
partir de la interacción con el medio y la cultura. Este desarrollo psicosocial
se explica desde el punto de vista evolutivo, en el que se conjuntan
simultáneamente las fuerzas psicológicas y sociales en un proceso que se
ubica en el núcleo del individuo y la cultura. Partiendo de estas
consideraciones y dada la naturaleza de la presente investigación se ha
delimitado el ámbito psicosocial, en el desarrollo del adolescente,
considerando que este término indica la atención de dos aspectos
fundamentales en el desarrollo del individuo: psicológicos y sociales.

FACTORES PSICO-SOCIALES EXÓGENOS Y ENDÓGENOS.


Factores psicológicos:
Factores personales: se ha descrito el éxito y el fracaso escolar recurriendo a las diferencias
individuales en inteligencia o en aptitudes intelectuales (Castejón, en Murillo: 2003). Sin
embargo, las correlaciones que se han obtenido han sido moderadas, lo que muestra que
las aptitudes intelectuales pueden estar influidas por factores familiares y escolares. El
lugar de estudio: el lugar de estudio debe favorecer la concentración evitando el ruido. La
televisión, el tránsito de personas y demás distractores. Lo ideal es estudiar en un mismo
espacio, ordenado y con temperatura e iluminación adecuada. La organización del tiempo:
a menudo el estudiante no organiza su tiempo de manera que pueda diariamente estudiar,
ya sea porque tiene que trabajar dentro o fuera de casa, o bien porque ocupa demasiado

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tiempo para descansar y divertirse.

Las técnicas de estudio: en muchas ocasiones los estudiantes no cuentan con una técnica
de estudio, lo que los hace divagar mucho antes de comenzarlo, o realizan actividades
infructuosas para el aprendizaje: no saben leer, extraer las ideas importantes de un texto,
elaborar un mapa conceptual o un cuadro sinóptico. Ello propicio desgaste personal,
pérdida de tiempo y resultados ineficaces.

Factores sociales y culturales: La clase social (determinada por el ingreso familiar, la


escolaridad de la madre y del padre, el tipo y ubicación de la vivienda) ha sido reportada
como una variable relacionada con el hecho de que los alumnos tengan fracasos escolares
o repitan cursos.

Factores escolares: el ambiente escolar también ha sido señalado como un factor que afecta
el desempeño de los alumnos. En este ambiente se pueden citar la administración de la
institución educativa, sus políticas y estrategias; del profesorado su capacitación,
compromiso, carga de trabajo. Por lo anterior no se puede seguir con la idea de que el
profesor sólo transmite saberes, sino que su labor también implica el desarrollo de
capacidades y habilidades en el estudiante, lo que implica que requiere un esfuerzo extra
para entender qué enseña, a fin de que sus alumnos aprendan. Factores familiares: como
apunta Rodrigo (2003), es importante tomar conciencia de que estudiar es un trabajo que
requiere esfuerzo y sacrificio, tanto por parte de los padres como de los hijos. De este modo,
la influencia paterna es importante en cuanto a los aspectos ambientales y la motivación,
en tanto que del estudiante depende la organización del tiempo, la elección de la técnica de
estudio, el compromiso y la motivación. El rendimiento escolar también depende del
contexto en el que se desarrolle la familia y el estudiante, porque es importante la
percepción que los jóvenes tengan acerca de la valoración positiva o negativa de su familia
hacia ellos, su percepción del apoyo que aquélla les presta, la percepción de los padres
acerca de las tareas, sus expectativas futuras, su comunicación con los estudiantes y su
preocupación por ellos. Oliva y Palacios (1998) mencionan la importancia del estudio de
las semejanzas y diferencias entre el contexto familiar y el contexto escolar, y apuntan las
consecuencias que las diferencias entre tales contextos pueden tener sobre el proceso
educativo y el desarrollo del niño y el adolescente. Es relevante la manera en que percibe
el estudiante su ambiente familiar y su dinámica. La importancia que sus padres le dan al
estudio en casa, a las tareas en equipo, al tiempo que pasa en la escuela, al apoyo familiar.

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Factor socioeconómico: la situación económica de la familia repercute en el estudiante
cuando al no ser cubiertas las necesidades primarias de aquélla, la educación o las tareas
escolares son devaluadas y se da prioridad al trabajo remunerado: por lo tanto, la familia
exige al estudiante que ayude económicamente para resolver dichas necesidades y que “no
pierda el tiempo” estudiando.

Todos los factores internos influyen en el rendimiento intelectual y son factores que afectan
al éxito o fracaso en el estudio. Debemos intentar conseguir que la relación entre atención,
memoria y motivación funcione de la mejor forma posible, obteniendo 4 así los resultados
deseados. Para conseguir un ritmo adecuado de activación mental y concentración es
necesario aprender a relajarse. Si un alumno está relajado física y mentalmente se aproximará
a la concentración. Sin embargo, si un estudiante se encuentra ansioso o nervioso, está
dificultando su ritmo de trabajo y no podrá rendir al máximo. Un factor que se relaciona con
lo anterior es la atención, que está muy ligada a la concentración. Es un término que hace
referencia a una cualidad de la percepción que funciona como una especie de filtro de los
estímulos ambientales, evaluando cuáles son los más importantes y dotándolos de prioridad
para centrarse de manera persistente en un estímulo o actividad. También es entendida como
el mecanismo que controla y regula los procesos cognitivos. La atención, que precisamos en
el estudio consta de dos partes: la atención selectiva (que permite responder a aspectos
esenciales y dejar a un lado aspectos irrelevantes) y la atención mantenida (es la que capacita
al sujeto para mantenerse conscientemente ocupado en una tarea durante un periodo de
tiempo). Como hemos citado anteriormente, la atención implica dejar a un lado otros factores
que nos pueden distraer e interrumpir. En los factores de distracción encontramos aspectos
externos a nosotros como el ruido, la tarea o materia a estudiar, objetos atractivos como
ordenador, móviles, televisor, etc. Pero también existen otros factores internos que dificultan
nuestra labor como el cansancio, la ansiedad, el nerviosismo, la escasa motivación,
problemas personales o cercanos, entre otros. Para combatir estos factores primero hemos
de reconocerlos para conseguir vencerlos. La memoria hace referencia a la capacidad de
retener, almacenar y recuperar información del cerebro. El cerebro humano tiene diversos
tipos de memoria, de acuerdo con su duración y su contenido. Las más empleadas son la
memoria a corto y a largo plazo. Cuando tenemos que afrontar el estudio, el tipo de memoria
que más empleamos son la memoria visual, ya que ayuda a la comprensión y memorización
(por medio del uso de técnicas visuales como vídeos, fotografías, murales, ilustraciones,

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esquemas...) y la auditiva, pues la escucha activa ayuda a la memoria a almacenar la
información. Por otra parte, la memoria a corto plazo es aquella que tiene una capacidad
limitada de tiempo, normalmente entre un segundo y un par de minutos. Y la memoria a
largo plazo, como su propio nombre indica almacena información y recuerdos durante más
tiempo. Para favorecer la memoria a largo plazo es positivo utilizar una serie de estrategias
como la repetición, organización de la información recibida, realización de esquemas
mentales que nos permitan conectar ideas e información, relacionar la información nueva
con otra anterior. Sin embargo, factores como la atención, concentración o memoria, no son
nada sino hay motivación.

LA CONSTRUCCIÓN DEL CONOCIMIENTO EN EL MARCO DE LAS RELACIONES


INTERPERSONALES Y SUS IMPLICACIONES PARA EL CURRICULUM ESCOLAR.

Junto a las aportaciones que se refieren a los procesos de aprendizaje y desarrollo de los
alumnos, el análisis psicológico puede y debe contribuir a la elaboración de propuestas
curriculares mediante informaciones relativas a los mecanismos específicos a través de los
cuales se ejerce la acción educativa.
La concepción constructivista
Esta concepción sitúa la actividad mental constructiva del alumno en la base de los procesos
de desarrollo personal que trata de promover la educación escolar. Mediante la realización
de aprendizajes significativos el alumno construye, modifica, diversifica y coordina sus
esquemas, estableciendo de este modo redes de significados que enriquecen su conocimiento
del mundo físico y social y potencian su conocimiento personal. aprendizaje significativo,
memorización comprensiva y funcionalidad de lo aprendido son tres aspectos esenciales
de esta manera de entender el aprendizaje en general, y el aprendizaje en particular. La
finalidad última de la intervención pedagógica es contribuir a que el alumno desarrolle la
capacidad de realizar aprendizajes significativos por sí mismo “aprenda a aprender”.
Mecanismos psicológicos subyacentes al proceso de construcción, modificación,
diversificación, coordinación y enriquecimiento progresivo de los esquemas de
conocimiento de los alumnos que facilita o promueve la intervención pedagógica. La idea
esencial del planteamiento constructivista consiste en ajustar la ayuda educativa al proceso
de construcción del conocimiento de os alumnos. Así pues, conviene plantearse que es
necesario encontrar respuesta para fijar los criterios para la intervención pedagógica: los

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mecanismos mediante los cuales se consigue ajustar la intervención a la actividad mental
constructiva del alumno, estos mecanismos se sitúan esencialmente en el ámbito de lo
interpersonal.

Aprendizaje y "Zona de desarrollo proximal"

Según la Teoría Sociocultural de Vygotsky, el papel de los adultos o de los compañeros


más avanzados es el de apoyo, dirección y organización del aprendizaje del menor, en el
paso previo a que él pueda ser capaz de dominar esas facetas, habiendo interiorizado las
estructuras conductuales y cognoscitivas que la actividad exige. Esta orientación resulta
más efectiva para ofrecer una ayuda a los pequeños para que crucen la zona de
desarrollo proximal (ZDP), que podríamos entender como la brecha entre lo que ya son
capaces de hacer y lo que todavía no pueden conseguir por sí solos.

Los niños que se encuentran en la ZDP para una tarea en concreto está cerca de lograr
poder realizarla de forma autónoma, pero aún les falta integrar alguna clave de
pensamiento. No obstante, con el soporte y la orientación adecuada, sí son capaces de
realizar la tarea exitosamente. En la medida en que la colaboración, la supervisión y la
responsabilidad del aprendizaje están cubiertas, el niño progresa adecuadamente en la
formación y consolidación de sus nuevos conocimientos y aprendizajes.
Aprendizaje. De acuerdo con Carlos Vergara teoría sociocultural surgió a partir del trabajo
de Vygotsky como respuesta al Conductismo. Su aporte principal se basa en la idea que la
contribución más importante al mal desarrollo cognitivo individual, proviene de la sociedad.
Vygotsky creía que los padres, parientes, y la cultura en general juegan un papel importante
en la formación de los niveles más altos del funcionamiento intelectual, por tanto, el
aprendizaje humano es en gran medida un proceso social. De acuerdo con este autor la teoría
sociocultural se centra no sólo en cómo los adultos y los compañeros influyen en el
aprendizaje individual, sino también en cómo las creencias y actitudes culturales influyen en
cómo se desarrollan enseñanza y el aprendizaje. Señala que, el entorno en el cual crecen los
niños influirá en lo que piensan y en la forma en como lo harán. Según la postura de este
autor el conocimiento tiene como motor la sociedad lo cual incide francamente al momento
de adquirir conocimiento y en su formación, explica que la educación debe ir ligada en pro
al desarrollo. De allí su nombre socio: sociedad cultural: actitudes culturales que como
menciona influyen. Se opone a una enseñanza individual, el estudiante sólo como receptor

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más no como formador. Como lo explicamos anteriormente tiene grandes influencias del
constructivismo lo que implica que construye su propio conocimiento. Además, Vygotsky
concibe el aprendizaje como:
• Es una actividad social, y no sólo un proceso de realización individual como hasta el momento
se ha sostenido; una actividad de producción y reproducción del conocimiento mediante la cual
el niño asimila los modos sociales de actividad y de interacción, se convierte entonces en una
construcción social en donde el maestro es orientador buscando potenciar esas habilidades
que apunten a su desarrollo. el estudiante reflejará sus conocimientos en base en su contexto.
• Vygotsky también afirma que el conocimiento es un proceso de interacción entre el sujeto y
el medio, pero el medio entendido social y culturalmente. Estos postulados coinciden en la
importancia de respetar al ser humano en su diversidad cultural y de ofrecer actividades
significativas para promover el desarrollo individual y colectivo con el propósito de formar
personas críticas y creativas que propicien acciones transformaciones que requiere nuestra
sociedad.

Relación entre el constructivismo y el aprendizaje escolar:


El constructivismo es una posición compartida por diferentes tendencias de la investigación
psicológica y educativa, sostiene que el aprendizaje es esencialmente activo. El constructivismo
busca ayudar a los estudiantes a internalizar, reacomodar, o transformar la información nueva.
Esta transformación ocurre a través de la creación de nuevos aprendizajes y esto resulta del
surgimiento de nuevas estructuras cognitivas, que permiten enfrentarse a situaciones iguales
o parecidas en la realidad. Este paradigma busca que el estudiante construya conocimiento a
partir de las experiencias ya vividas con su entorno, es importante señalar la relación que este
tiene directamente con el contexto, como su enfoque lo aclara una mirada sociocultural
incluyendo así el rol que cumplen los padres en todo este proceso Cabe señalar entonces que
este paradigma concibe el conocimiento basado en experiencias vividas, procesos ya
concebidos. Además, este mismo autor expresa que así ¨el constructivismo¨ percibe el
aprendizaje como actividad personal en la construcción del aprendizaje en la escuela se
sustenta en la idea de que el desarrollo intelectual y personal del alumno dependerá de: su
contexto cultural, la planificación del docente, el diseño de estrategias, aprendizajes
significativos, motivación, interés, entre otros factores. Marcada en contextos funcionales,
significativos y auténticos, ahora bien, la construcción del aprendizaje en la escuela se sustenta
en la idea de que el desarrollo intelectual y personal del alumno dependerá de: su contexto
cultural15, la planificación del docente, el diseño de estrategias, aprendizajes significativos,
motivación, interés, entre otros factores.

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MOTIVACIÓN Y APRENDIZAJE

La motivación se constituye en el motor del aprendizaje; es esa chispa que permite


encenderlo e incentiva el desarrollo del proceso. Según Woolfolk “la motivación se define
usualmente como algo que energiza y dirige la conducta”. De esta manera, entra a formar
parte activa del accionar del estudiante.
La motivación engloba varios aspectos. En el ámbito de la educación se refiere,
principalmente, a factores que incitan a los alumnos a prestar atención a los profesores. Esto
se traduce en interés por peguntar y aclarar dudas que se les presenten durante el proceso.
Al igual que en participar de forma activa en la dinámica de la clase, proponer actividades y
estudiar con técnicas certeras.
En verdad, es fácil notar cuando alguien tiene motivación en el aprendizaje pues investiga,
experimenta y aprende por descubrimiento. Por un objetivo constructivo y significativo.
Definitivamente, presentar una conducta motivada por aprender, según las capacidades de
cada uno, es una puerta a un sin fin de posibilidades académicas.
Para que el proceso de aprendizaje sea óptimo, es necesario que exista una motivación
interna y externa de parte del alumno. Ambas suelen interiorizarse y reflejarse a través de la
observación y la imitación de sus sectores educativos. Por ejemplo, profesores, alumnos,
familias y personal administrativo. En un ambiente fuera de este entorno los aspectos socio-
culturales serán una gran influencia para el estudiante. En este caso podemos encontrar sus
relaciones interpersonales con sus amigos.
Aunque la mayoría de los especialistas coinciden en definir la motivación como un “conjunto
de procesos implicados en la activación, dirección y persistencia de la conducta” (Beltrán,
1993; Bueno, 1995; McClelland, 1989, ...), el marco explicativo de cómo se produce la
motivación, cuáles son las variables determinantes, cómo se puede mejorar desde la práctica
docente, etcétera, son cuestiones no resueltas, y en parte las respuestas dependerán del
enfoque psicológico que se adopte. Para sintetizar los tipos de motivaciones, es necesario
considerar las siguientes dimensiones: primero diferenciar entre las internas y las externas;
segundo diferenciar entre las positivas y las negativas. Al combinar esas dos dimensiones
obtenemos los cuatro tipos de motivaciones (ver cuadro 2). Tanto las motivaciones negativas
que tratan de evitar un castigo, perjuicio o daño; cuanto las motivaciones estimuladas desde el

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exterior que obedecen a recompensas, no persisten. Únicamente la motivación intrínseca, que
obedece a motivos internos es sostenible. De la reflexión hasta ahora realizada podemos inferir
que las personas actúan porque tienen ideas, deseos o metas que las impulsan y que la
motivación depende de la voluntad; sin embargo, con el tiempo, las tendencias de la psicología
disminuyeron el rol de la voluntad.

Brunner (1966) identificó tres formas de motivación intrínseca:


• De curiosidad, que satisface el deseo de novedad. Surge así el interés por los juegos y las
actividades constructivas y de exploración.
• De competencia, se refiere a la necesidad de controlar el ambiente. Si eso sucede, aparecerá
el interés por el trabajo y el rendimiento.
• De reciprocidad: alude a la necesidad de comportarse de acuerdo con las demandas de la
situación. Hay cuatro fuentes principales de motivación:
• Nosotros mismos (equilibrio emocional, pensamiento positivo, aplicación de buenas
estrategias, seguimiento de rutinas razonables, etcétera).
• Los amigos, la familia y los colegas, en realidad, nuestros soportes más relevantes.
• Un mentor emocional (real o ficticio).
• El propio entorno (aire, luz, sonido, objetos motivacionales).

ACCION, INTERACCION Y CONSTRUCCION DEL CONOCIMIENTO EN


SITUACIONES EDUCATIVAS

El auge creciente de los enfoques cognitivos en el estudio del desarrollo humano ha


llevado a subrayar el carácter constructivo del proceso de adquisición del conocimiento. La
idea de un ser humano relativamente fácil de moldear y dirigir desde el exterior ha sido
progresivamente sustituida por la idea de un ser humano que selecciona, asimila, procesa,
interpreta y confiere significaciones a los estímulos y configuraciones de estímulos. En el
campo educativo, este cambio de perspectiva ha contribuido, por una parte, a poner de
relieve lo inadecuado de unos métodos de enseñanza esencialmente expositivos que
conciben al profesor y al alumno como simples transmisor y receptor de conocimientos
respectivamente; y, por otra, a revitalizar las propuestas pedagógicas que sitúan en la
actividad auto estructurante del alumno, es decir, en la actividad auto iniciada y sobre todo
autodirigida, el punto de partida necesario para un verdadero aprendizaje.

El protagonismo atribuido a la actividad del alumno como elemento clave del


aprendizaje escolar ha ido a menudo acompañado de una tendencia a considera el proceso
de construcción del conocimiento como un fenómeno fundamentalmente individual, fruto

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exclusivamente de la interacción entre el sujeto y el objeto de conocimiento y relativamente
impermeable a la influencia.
Analizada así la cuestión, la unidad básica de análisis del proceso de enseñanza / aprendizaje
ya no es la actividad individual del alumno, sino la actividad articulada y conjunta del
alumno y del profesor en torno a la realización de las tareas escolares. La actividad auto
estructurante del alumno se genera, toma cuerpo y discurre no como una actividad
individual, sino como parte integrante de una actividad interpersonal que la incluye. La
actividad del alumno que está en la base del proceso de construcción del conocimiento se
inscribe de hecho en el marco de la interacción o inter – actividad profesor/alumno.
Por supuesto, los contextos de interacción difieren sustancialmente en cuanto a su
capacidad de impulsar la actividad auto estructurante del alumno y, consecuentemente, en
cuanto a sus repercusiones sobre la construcción del conocimiento.

INTERACCIÓN ALUMNO-DOCENTE

Es indudable que el ser humano no puede ser entendido sin considerar su dimensión social
siendo evidente la mutua influencia que se produce entre las personas y los cambios que
consecuentemente se originan a partir de dicha interacción; también es incuestionable que la
fuerza de dicha influencia depende, en una medida importante, de la valoración y significados
que las personas participantes de una interacción se atribuyen entre sí, ya sea que dicha
valoración y significados sea consecuencia de una historia relacional previa, o bien, constituya
un resultado de un proceso constructivo inicial de conocimiento del otro. Si bien la noción de
interacción es plenamente compartida en la psicología contemporánea, suelen existir
diferencias teóricas en la forma en que se concibe la dinámica que se produce entre los actores
que participan en el proceso relacional. Sin pretender hacer un enfoque crítico en relación a
estas diferentes opciones, sí considero importante hacer una distinción básica que contribuya
a aclarar la forma en que entenderemos la interacción en este artículo. El proceso interaccional
no puede ser considerado como una relación de causa-efecto, en la que sólo una persona
permanece activa mientras la otra actúa como receptora de información y viceversa; es decir,
en esta opción teórica, la interacción es concebida como un proceso de causalidad
unidireccional en que la acción de uno de los sujetos estimula la acción del otro configurándose
un proceso sucesivo de causas y efectos. En nuestro caso concebimos la interacción como un
proceso bidireccional que considera una participación conjunta y una implicación activa de
ambos participantes, lo que genera un estado de influencia mutua simultánea basada no sólo
en “una respuesta a” sino también en “una anticipación de”. Las dos partes, por lo tanto,
intervienen al mismo tiempo exteriorizando sus propios puntos de vista e interiorizando la
postura del otro lo que permite que cada persona construya nuevas realidades como

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consecuencia de la interacción.

Es importante entonces considerar que en la interacción la conducta de ambos participantes


se ve influenciada bidireccionalmente, no sólo por los significados atribuidos al
comportamiento del otro sino también por la expectativa de reciprocidad que tenemos en
relación con ese otro.
Otro aspecto que es necesario considerar y que guarda una conexión importante con lo que
acabamos de señalar en los párrafos precedentes, se refiere al rol que juegan en la interacción
las representaciones mentales que hemos ido construyendo en nuestra vida y que nos llevan
a adjudicar a otros, aun en el caso de no haber tenido contacto con ellos, las características
que suponemos identifican a su grupo de pertenencia o son propias del rol social que
desempeñan; así, en el problema particular que nos preocupa, que es la interacción profesor-
alumno, es difícil imaginar que un profesor no tenga una representación mental de lo que es
un alumno, como tampoco podemos pensar que un alumno no “sepa” lo que es un profesor

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Bibliografía

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2- Delors, J. (1996) Los cuatro pilares de la Educación en La Educación encierra un
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3- Freire, P. (2006) Pedagogía del oprimido. Buenos Aires: Siglo XXI editores. Gardner,
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las escuelas. Barcelona: Paidós.
4- Gardner, H. (2001) La inteligencia reformulada. Las inteligencias múltiples en el
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5- Goleman, D. (1996) La inteligencia emocional. Barcelona: Kairós. Goleman, D.
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