Ultraismo+y+revistas+Un Espacio Transatlantico de Revistas. L
Ultraismo+y+revistas+Un Espacio Transatlantico de Revistas. L
Ultraismo+y+revistas+Un Espacio Transatlantico de Revistas. L
Gabriele Morelli
11 C AL AMB UR
M arisa M artínez Pérsico
(coord.)
manual de espumas
E s t u d i o s , bal ance s y
re l e ct u r a s d e l as vanguard ias
e n u n a d i m e n s i ó n tr ans atlántica
S E L E C TA P H I L O L O G I C A , 1 1
2019
© 2019 Marisa Martínez Pérsico
[email protected] www.calambureditorial.com
isbn: 978-84-8359-468-1
Introducción
Una puesta al día en los estudios sobre las vanguardias. 11
Marisa Martínez Pérsico (Università di Macerata / Università Guglielmo Marconi)
Capítulo I
El furor hemerográfico. Exhumaciones documentales, recuperaciones y redes 37
intelectuales en el «espacio transatlántico» de revistas
1. Un espacio transatlántico de revistas. La recepción de la vanguardia argentina en la 39
etapa española de Alfar (1922-1927). Bernat Padró Nieto (Universitat de Barcelona)
2. De esfinges y poetas: Meseta, DDOOSS y A la nueva ventura, tres revistas literarias 63
de vanguardia en Valladolid. Carlos Frühbeck Moreno (Università degli Studi di Enna
Kore)
3. La vanguardia en Valencia (1917-1937): revistas, semanarios y otras propuestas 89
literarias. Sergio Arlandis (Universitat de València)
4. Imagen y vanguardia en Caras y caretas. María del Rocío Oviedo Pérez de 133
Tudela (Universidad Complutense de Madrid / AEELH)
5. Andanzas de Caras y caretas. De Montevideo a Buenos Aires... Y un hallazgo 149
mexicano. Almudena Mejías Alonso (Universidad Complutense de Madrid)
Capítulo II
Vanguardias radicales y moderadas. El papel pionero de la poesía en la 161
consolidación identitaria de la literatura hispanoamericana del siglo XX
1. Relecturas del movimiento martinfierrista: De Marechal y Girondo a la mirada 163
crítica de Contorno. Rose Corral (El Colegio de México)
2. «El viaje silencioso de los astros». México en Martín Fierro. Yanna Hadatty Mora 179
(Universidad Nacional Autónoma de México)
3. Un artista pionero del Estridentismo. Carla Zurián de la Fuente (Instituto Nacional 201
de Antropología e Historia de México)
4. Evar Méndez: el hombre detrás de la vanguardia. Carlos García (Editor y especialista 219
en vanguardias históricas – Hamburg)
Capítulo III
Tensiones y convergencias interoceánicas. Procesos de autonomía y autonomización 229
implicados en la traducción lingüístico-cultural entre España, Italia, Francia y
América Latina durante las vanguardias: los discursos agónico y humorístico como
estrategias de descolonización
1. La coda de un meridiano. La cultura italiana en Buenos Aires en 1928. Celina 231
Manzoni (Universidad de Buenos Aires)
2. Martín Fierro afrancesado: passeurs, traducciones y apropiaciones. Gersende 255
Camenen / Victoria Liendo (Université de Tours / Université Paris- Est-
Créteil)
3. Las lecturas europeas de Martín Fierro (1924-1927). El caso italiano: algunos límites 275
y equívocos de la vanguardia argentina y el futurismo. Jesús Dávila (El Colegio de
México / Harvard University)
4. Mariano Brull, traductor de Paul Valéry, y la poesía pura. Armando 293
Francesconi (Università di Macerata)
5. Martín Fierro, Nosotros y algunas discusiones sobre las categorías del humor en las 305
artes durante los años ‘20. Laura Cilento (Universidad Nacional de San Martín /
Universidad de Buenos Aires)
Capítulo IV
Poéticas pendulares: dinámicas de la vanguardia entre pureza y compromiso, entre 323
la pirotecnia rebelde y la urgencia de una rehumanización. A propósito de las
letras españolas y de la solidaridad intelectual de ultramar
1. La palabra política de Rafael Alberti. Luis García Montero (Universidad de Granada 325
/ Instituto Cervantes)
2. La revista centroamericana Liberación y los tres viajes a España de Vicente Sáenz. 343
Jesús Cano Reyes (Universidad Complutense de Madrid)
3. Jean Cocteau, Pablo Picasso y la «vuelta al orden». Antonio Jiménez 361
Millán (Universidad de Málaga)
Capítulo V
Vanguardia inagotable. Apropiaciones, pervivencia y negociación estética entre 379
la preservación de señas locales y el cosmopolitismo de los ismos. Las propuestas
«híbridas» de Federico García Lorca, Alejandra Pizarnik, Felisberto Hernández,
Leopoldo Marechal y los invencionistas argentinos
1. El reverso de la vanguardia. Continuidades, afinidades, rescates y distancias 381
entre la primera y la segunda oleada vanguardista en Argentina. Luciana Del
Gizzo (Universidad de Buenos Aires)
2. Las configuraciones de la risa en la obra poética de Alejandra Pizarnik: ecos de 393
la segunda vanguardia en Argentina. Mara Donat (PhD. Universidad Nacional
Autónoma de México)
3. El fragmentarismo surrealista en El público de Federico García Lorca. Dóra 415
Faix (Universidad Eötvös Loránd)
4. ¿Dónde ubicar a Felisberto Hernández? Prosa de ficción y escritura epistolar entre 427
la preservación de los motivos localistas y los estímulos de las vanguardias. Giuseppe
Gatti Riccardi (Università degli Studi Guglielmo Marconi / Università della Tuscia)
5. Per-vivencias de la vanguardia en Leopoldo Marechal. Fernanda Elisa Bravo 449
Herrera (Universidad de Buenos Aires / CONICET)
1
U n e s p a c i o t r a n s at l á n t i c o d e r e v i s t a s .
L a r e c e p c i ó n d e l a va n g u a r d i a a r g e n t i n a
en alfar (1922-1927)1
1
Este trabajo ha sido realizado gracias a una Ayuda de la Fundació Agustí Pedro i Pons.
40 Manual de espumas. Estudios, balances y relecturas de las vanguardias en una dimensión transatlántica
todos los sábados en el sótano del Royal Keller con clamoroso éxito de pú-
blico, contribuyeron –de solidaria manera en unos casos o impugnando los
criterios martinfierristas en otros– a crear el clima de interés por las cosas
del arte y la literatura que caracterizó aquel momento (1962: 29).
2
Fue Roberto A. Ortelli, que entonces trabajaba en la redacción de Nosotros, quien propició la
publicación de Borges y la apertura al ultraísmo. Debo este dato a Carlos García.
El furor hemerográfico 41
3
La más temprana recepción del ultraísmo español la había dado la revista Los Raros, que sacó
un único número en enero de 1920 en Buenos Aires. Su director, Bartolomé Galíndez, redactó
casi todos los contenidos de la revista, en la que pretendía dar cuenta de un ultraísmo por el
cual no sentía entusiasmo alguno. El texto adolecía de fallas de información e incoherencias que
muestran «lo que debió ser el impacto acumulativo de todas las novedades literarias vividas en
Europa durante la guerra, en una sensibilidad adiestrada en cánones nunca más holgados que
los permitidos por el modernismo» (Prieto, 1961: 59).
42 Manual de espumas. Estudios, balances y relecturas de las vanguardias en una dimensión transatlántica
simultaneidades transatlánticas
Si bien es cierto que el ultraísmo español tuvo un momento peninsular
de fulguración inicial, y que el abandono de la poética ultraísta en España
coincidió con su auge en el Río de la Plata, contra la opinión de Guillermo
El furor hemerográfico 43
los ultraístas se desplazó hacia las poéticas clasicistas postuladas por Juan
Ramón Jiménez.4 Este retorno al orden no fue un gesto conservador, sino la
nueva forma que tomaba la modernidad literaria en España. En Argentina,
la superación del ultraísmo no se dio por la adopción del novoclasicismo,
sino por su conversión en una forma propia de casticismo: el criollismo
vanguardista, adoptando lo que Beatriz Sarlo llama una cultura de mezcla
(1988). La doble significación del ultraísmo –en retirada en España, en
desarrollo en Argentina–, así como la doble significación de la concepción
purista de la literatura –antivanguardista en España, provanguardista en
Argentina– inunda de matices las producciones de la literatura nueva en
ambos campos literarios, y produce efectos de lectura distintos en función
de si una obra se lee en el contexto argentino o en el español. Este fenómeno
obedece a lo que Bourdieu denomina condiciones sociales de la circulación
internacional de las ideas:
El hecho de que los textos circulen sin su contexto, que no importen con
ellos el campo de producción –para emplear mi jerga– del cual son el pro-
ducto, y de que los receptores, estando ellos mismos insertos en un campo de
producción diferente, los reinterpreten en función de la estructura del cam-
po de recepción, es generador de formidables malentendidos (1990: 161).
En esa ambigüedad nadó la revista Alfar, que recogió a los rezagados del
ultraísmo español, y a sus defensores –como Torre–, tanto como a los
clasicistas españoles; y a su vez, abrió las puertas a los renovadores argen-
tinos. La significativa presencia de escritores argentinos en sus páginas, así
como la mención constante a las publicaciones que formaron el espacio de
revistas argentinas de vanguardia, hicieron de Alfar la principal plataforma
de diálogo transatlántico de las poéticas nuevas durante la primera mitad
de los años veinte. Lo que conocemos como revista Alfar había nacido a
finales de 1920 como Boletín de la Casa América-Galicia de la Coruña,
dedicado a informaciones de carácter social y económico de interés para
4
Para un mayor desarrollo de esta cuestión, consúltese Bernat Padró Nieto (2017): «El banquete
a Araquistáin. Un caso de escenificación de políticas literarias», Revista Canadiense de Estudios Hispáni-
cos, Ottawa, vol. 41 nº 3 (primavera 2017), pp. 621-642.
El furor hemerográfico 45
Teixeira de Pascoães nos presentó al autor de «Orto» con unas estrofas em-
papadas de elogio y de ternura. Francisco Luis Bernárdez ya puede decir
con Hugo: «he crecido», lo mismo que el Moréas de Rubén, aquel arquero
46 Manual de espumas. Estudios, balances y relecturas de las vanguardias en una dimensión transatlántica
Bernárdez, que residió un tiempo en Lisboa, fue uno de los vínculos entre
escritores portugueses y gallegos y uno de los promotores de las colaboraciones
lusas en Alfar. En otoño de 1924 regresó a Buenos Aires, donde se unió al
grupo de Martín Fierro y fue uno de los tres directores de la última etapa de
Proa. Desde allí siguió enviando colaboraciones para Alfar. El número 45, de
diciembre de 1924, anticipó unos poemas del libro Alcándara (1925). Los
poemas elegidos fueron dos sonetos: «Crepúsculo marinero» y «Soneto en sor-
dina», y un poema en tercetos titulado «Tríadas de amor». El libro, publicado
al año siguiente, fue reseñado por Casal en el número 54 de Alfar, de noviem-
bre de 1925. La reseña iba acompañada de un retrato de Bernárdez realizado
por el ilustrador coruñés Álvaro Cebreiro. Según Casal, el libro proponía una
mezcla de paisaje gallego y de reminiscencias gauchas, en la línea de la cultura
de mezcla en auge en esos momentos en Buenos Aires:
En este libro se funden acertadamente dos notas intensas: una cedida por el
paisaje gallego, la otra arrancada de la cuerda más pura del sentimiento gau-
cho. La poesía de Francisco Luis Bernárdez es la mano rugosa del paisaje can-
tábrico, que aprisiona las nubes del recuerdo de su cielo natal (1925a: 253).
Casal veía también en Bernárdez cierta superación del ultraísmo por el he-
cho de no supeditar la poesía a las imágenes, pues la sintaxis de su lírica la
marcaban las ideas:
Jorge Luis Borges es de aquellos poetas que cuando Grecia, Reflector y Ultra
desplegó banderas exóticas y un poco colegiales… Hoy es un poeta perso-
nal. En este gran libro hay mucho verso logrado. Su poesía «se abre como
un pecho generoso que derrama confianza». En el poeta la novedad de la
metáfora tiene la alegría de la espuma, pero ya no se disipa como ayer, por-
que el poeta ya es dueño de un mar y de una roca. Fervor de Buenos Aires
sonará entre la algarabía de los libros del año, con una voz cálida, victoriosa
y firme (1923: 41).
Casal insistiría en el valor del libro dos años después, a propósito de In-
quisiciones, en una reseña acompañada de otra dedicada a Contraluz, del
martinfierrista Pedro V. Blake. De Jorge Luis Borges decía: «es en poesía
uno de los más firmes valores. Su Fervor de Buenos Aires fue el mejor li-
bro de versos que creó recientemente la moderna lírica argentina» (Casal,
1925b: 105). Borges se había convertido en uno de los colaboradores de
Alfar con poemas como «Alejamiento», firmado en Ginebra, en el número
36, de enero de 1924; o los dos sonetos, «Villa Urquiza» y «Las palmas»,
firmados en 1923, y publicados mucho más tarde en Alfar, en su número
59, de julio de 1926. Ninguno de los tres sería recogido posteriormente en
un libro de poesía. Durante una estancia en Lisboa, a mediados de 1924,
envió un texto largo de carácter teórico que Alfar publicó en dos entregas,
en los números 40 y 41, de mayo y julio de 1924. El texto, titulado «Exa-
men de metáforas» y dedicado al gallego Eugenio Montes, se incorporaría
más tarde a Inquisiciones. En él, Borges postulaba que la imagen ultraísta no
modificaba la morfología de la metáfora tradicional, y lo hacía con ejem-
plos, entre otros, del Martín Fierro, de Herrera y Reissig, de Lugones, de
Norah Lange, de Ramón Gómez de la Serna, de Guillermo de Torre, de
Macedonio Fernández y de su propia poesía. Borges señalaba la falsedad
del prejuicio de la abundancia de metáforas en la literatura popular, propo-
nía una taxonomía de tipos de metáfora para «evidenciar la poquedumbre
de los elementos que componen la lírica» (Borges, 1924: 385) y acababa
48 Manual de espumas. Estudios, balances y relecturas de las vanguardias en una dimensión transatlántica
otros nombres de aquellos países, como los de María Eugenia Vaz Ferreira,
Clotilde Luisi, la argentina Margarita Bello Caprile,5 sin olvidar a la con-
sagrada chilena Gabriela Mistral, ni tampoco a sus desconocidas compa-
triotas Nerihana María Lefebre y Luis Fernanda Inclán […] (a las que tuve
el honor de revelar en Cosmópolis, núm. 31 Julio de 1921) (Torre, 1923:
274).
5
Torre debe referirse a Margarita Abella Caprile, según me informa Carlos García.
50 Manual de espumas. Estudios, balances y relecturas de las vanguardias en una dimensión transatlántica
como anuncio, continuaba Torre, de una futura era del intelecto femenino.
La asociación de lo americano con lo femenino y lo irracional fue una de
las claves constantes de la interpretación de las escritoras americanas por
parte de Torre. En el número 33 de Alfar, de octubre de 1923, dos de las
poetas antologadas volvieron a aparecer: Norah Lange y María Clemencia
López Pombo, la primera con varios poemas sin título,6 la segunda con
uno titulado «Resurrección», dedicado justamente a Guillermo de Torre.
En ese mismo número publicó también González Lanuza un poema breve
titulado «El que vendrá».
I n i c i a l y l a s r e v i s ta s d e l o s i n t e l e c t u a l e s
u n i v e r s i ta r i o s a r g e n t i n o s
Fueron los años 1923 y 1924 un periodo de intensa presencia de jóvenes
vanguardistas argentinos en Alfar. Su número 33, que había dado los poe-
mas de Lange, López Pombo y González Lanuza, añadió al listado de la
sección «Revistas» una mención a Inicial, nuevo proyecto de la juventud
universitaria impulsado, entre otros, por Roberto A. Ortelli, quien volvió
a publicar en el número 39 de Alfar, de abril de 1924, con un poema
en alejandrinos titulado «Autorretrato». Inicial se inscribió en una doble
coordenada: la renovación estética en arte y literatura y los debates en tor-
no a la reforma universitaria. La primera conectaría con las revistas Proa y
Martín Fierro, y contó con la colaboración de Borges, González Lanuza,
6
Los poemas ultraístas de Norah Lange luego se incorporarían a La calle de la tarde (1925). Lan-
ge recordaría su participación en Alfar en su resumen biográfico para la Exposición de la actual
poesía argentina: «He colaborado en las revistas Proa y Nosotros, y creo que en Alfar y Vértices, y
otras más de España y también en la revista Oral, que dirige el bien conocido Alberto Hidalgo»
(citado en Molina 1984: 302). Solo he podido registrar colaboración española de Lange en
Alfar y Vértices.
El furor hemerográfico 51
Complicidades transatlánticas
Las revistas tienen, entre muchas otras, la función de antólogas. A pesar
de la tendencia altamente ecléctica de la revista Alfar, se da el caso que la
inmensa mayoría de colaboraciones argentinas en sus páginas procedieron
del espacio de revistas de literatura de vanguardia. Si bien es cierto que
Nosotros apareció siempre nombrada en Alfar, ni sus directores ni ningún
El furor hemerográfico 57
7
Aunque Casal, ajeno a las luchas de campo, y cercano a las formas modernistas, anheló la
presencia de Lugones para prestigiar su revista. En una carta de Bernárdez a Casal, firmada en
Dacón, Orense, el 7 de septiembre de 1923, puede leerse: «Mañana o pasado enviaré los libros a
Buenos Aires. De paso que le escribo a Don Leopoldo le solicitaré colaboración para la revista».
Esta colaboración no llegó a concretarse.
58 Manual de espumas. Estudios, balances y relecturas de las vanguardias en una dimensión transatlántica
decir que del ultraísmo argentino han quedado cuatro libros: Veinte poemas
para ser leídos en el tranvía (1923) y Calcomanías (1925) de Oliverio Giron-
do; Prismas (1924) de González Lanuza; y Fervor de Buenos Aires (1923) de
Jorge Luis Borges; una revista: Martín Fierro (1923-1927) y una antología,
la de Vignale y César Tiempo. Probablemente ninguno de estos hitos hu-
biera sido posible sin el espacio de revistas de literatura nueva que se originó
en los primeros años veinte. En ellos están las marcas de la gestación, del
desarrollo polémico y del desvanecimiento de la vanguardia argentina. De
todo ello fue testigo Alfar, excepción hecha de la antología, publicada tras
la desaparición de la revista coruñesa.
Obras citadas
––––– (1988), «Alfar: una revista entre dos mundos», Revista de Occidente,
86-87, julio-agosto de 1988, pp. 166-178.
Ortelli, Roberto A. (1926), «Pequeña antología de poetas argentinos», Al-
far, 58, junio de 1926, tomo 4, pp. 449-452.
Prieto, Adolfo (1961), «Una curiosa “Revista de orientación futurista”»,
Boletín de literaturas hispánicas, 3, pp. 53-62.
Redacción (1924), «Ecos de Martín Fierro. Las revistas, en honor a Figari»,
Martín Fierro, 8-9, agosto-septiembre de 1924, p. 64.
––––– (1925), «Demostración Borges-Piñero», Martín Fierro, 26, 29 de
diciembre de 1925, p. 193.
Rey, Ana Lía; Rodríguez, Fernando Diego (2000), «La revista Alfar. Una
vanguardia en los márgenes», Actas del I Congreso Internacional de Historia
Gallega, Buenos Aires.
Rodríguez, Fernando Diego (1994), «La dimensión americana en el debate
de las vanguardias estéticas en la Argentina de los ‘20. Los casos de Inicial
y Martín Fierro», Boletín de Historia, FEPAI, 2º semestre 1994, pp. 3-21.
––––– (1995), «Inicial. Revista de la nueva generación. La política en la
vanguardia de los años ‘20», Estudios Sociales, Revista Universitaria Se-
mestral, año V, 8, primer semestre de 1995, pp. 49-75.
––––– (1999), «Inicial, Sagitario y Valoraciones. Una aproximación a las letras
y la política de la nueva generación americana», en Saúl Sosnowski (ed.)
(1999), La cultura de un siglo. América Latina en sus revistas, Alianza Edito-
rial, Buenos Aires, pp. 217-248.
Romano, Eduardo (1984), «Las revistas argentinas de vanguardia en la dé-
cada de 1920», Cuadernos Hispanoamericanos, 411, septiembre de 1984,
pp.177-200.
Salvador, Nélida (2000), «Estudio preliminar» en Baralto, Martha J.
(2000), Índice de Inicial: Revista de la Nueva Generación, Buenos Aires,
Instituto de Investigaciones Biblioteoclógicas.
Sarlo, Beatriz (1969), «Prólogo» en Beatriz Sarlo Sabajanes (ed.) (1969),
Martín Fierro (1924–1927), Buenos Aires, Carlos Pérez Editor.
––––– (1982), «Vanguardia y criollismo: la aventura de “Martín Fierro”»
en Carlos Altamirano y Beatriz Sarlo (1983), Ensayos argentinos. De Sar-
miento a la vanguardia, Buenos Aires, Centro Editor de América Latina,
pp. 127-171.
––––– (1988), Una modernidad periférica. Buenos Aires 1920-1930,
El furor hemerográfico 61