Muerte y Duelo Eje 3 - Sabine Rojas
Muerte y Duelo Eje 3 - Sabine Rojas
Muerte y Duelo Eje 3 - Sabine Rojas
PSICOLOGÍA VIRTUAL
Maria Paula, una joven de 21 años vive en la ciudad de Buenos Aires y realiza sus
estudios superiores en danza y artes escénicas, es la primera vez que vive lejos de su familia y
en otro país. Aunque Maria vive con sus amigos en una residencia estudiantil, siente una gran
ausencia de sus padres, pero continúa persiguiendo sus sueños. Maria cumple años el 24 de
septiembre pero decide planear su celebración algunos días después. El 26 de septiembre del
2012, luego de una larga jornada de trabajo en la facultad, vuelve a la residencia y discute
con sus amigos cómo van a organizar la fiesta en conmemoración a su cumpleaños. Su mejor
amiga Laura, busca un momento a solas para hablar con María. Laura un poco inquieta y con
un semblante afligido le dice a Maria: “tu mamá me llamó y acaba de decirme que tu abuelo
falleció”. Maria entra en shock, no dice una palabra, parece que el tiempo se detuvo, no
parpadea y no respira. Ese instante se convierte eterno aunque sólo pasan algunos segundos
para ver como Maria coloca las manos en su rostros y comienza a gritar mientras cae al suelo.
Maria llama a su madre y ella le relata los últimos minutos de vida de su abuelo. Él estaba en
el hospital con una historia clínica desfavorable, una infección se había expandido por todos
los órganos de su cuerpo y la esperanza de vida no era la mejor. La madre de María intentó
calmarla por teléfono y acompañar ese sentimiento de pérdida aunque sea a distancia. María
no pudo dormir durante esa noche, a respecto de ese momento, ella comenta: “Mi abuelo
espero morir dos días después de mi cumpleaños, estar lejos de mi familia fue lo más
insoportable, nunca llegué a imaginarme que tendría que pasar por un luto, lejos. Aunque
tenía a mis amigos junto a mi, no era lo mismo. Lloraba cada noche, el día del entierro estuve
en la cama, no podía levantarme, es como si tuviese una roca encima mio que no me dejase
mover, hasta respirar era difícil. Era la primera vez que un familiar tan cercano falleció.
Recuerdo que le hice una carta para despedirme, la carta la leyó una de mis primas porque mi
mamá no pudo contener el llanto, era la única forma que tenía para decirle adiós y para
Como un camino de análisis se propone la silla vacía (Quintero, s.f). Este ejercicio
consiste en imaginar que la persona fallecida se encuentra en una silla sentada al frente de
quien está viviendo el proceso de duelo. El objetivo es poder hablar y expresar todo lo que no
fue posible decir antes de la ausencia del ser querido. Para iniciar, se trabajan ejercicios de
desarrollo de principio a fin. Maria se imagina que su abuelo está en frente de ella y le cuenta
cómo se siente, como le hubiese gustado estar a su lado, ayudándolo y cuidándolo cuando
estuvo en el hospital, cuánto lo quería y lo difícil que fue para ella estar lejos durante toda esa
situación. En seguida se intercambian los roles y Maria pasa al lugar de su abuelo, hablando
del modo en como lo hubiese hecho él. Al terminar, María regresa a su posición y se despide
de su abuelo. La oportunidad de entrar en contacto con aquello que nunca fue posible decir,
expresar los sentimientos que ha cargado desde la muerte de su abuelo genera un alivio al
malestar de un luto que no tuvo un espacio para ser afrontado plenamente. A pesar que Maria
estuvo muy serena en la entrevista al narrar su experiencia de duelo, en su voz se notaba una
profunda tristeza, especialmente cuando describe el día del funeral. La silla vacía es una
Dentro del proceso de duelo, los asuntos inconclusos y las acciones que no fueron
realizadas en relación a la persona fallecida, hacen parte de una de las principales fuentes de
problema específico que haya sido generado por el duelo, la silla vacía es un ejercicio que
que significa una pérdida y trabajar en la aceptación, aprender a cerrar ciclos ayuda a
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
elaborar la pérdida.