Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales
Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales
Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales
Rev. mex. cienc. polít. soc vol.52 no.210 Ciudad de México sep./dic. 2010
Perspectivas teóricas
Resumen
En el marco de los cambios que se van presentando con la evolución y la dinámica del
sistema mundial en el contexto de la globalización, y ante el escaso impacto político
que los países de América Latina tienen en el concierto internacional, este artículo
propone el desarrollo de una novedosa teoría de la geopolítica que permita que los
Estados periféricos (como los latinoamericanos) sean partícipes del sistema de
relaciones de una manera que no implique necesariamente ni la confrontación con ellos
ni tampoco su sumisión. Para tal propósito, el autor hace una revisión crítica de los
criterios de la geopolítica (clásica y latinoamericana, sobre todo) así como del impacto
de la economía de mercado en estos países, que no han dejado de estar bajo el yugo
de la dependencia, para proponer vías de integración regional verdaderas.
Abstract
Within the frame of changes that present themselves with the evolution and dynamics
of the world system in the context of globalization, and in face of the scarce political
impact that the Latin American countries have in the international concert, this article
proposes the development of a novel theory of geopolitics that will permit the
peripheral states (such as the Latin American) to participate in the system of relations
in a manner that does not necessarily imply either confrontation with them nor their
submission. For this purpose, the author makes a critical review of the criteria on
geopolitics (classical, and above all, Latin American) as well as the impact of the
market economy in these countries, that are still under the yoke of dependency, to
propose ways of a true regional integration.
Introducción
En general, cuando se habla de la estructura del sistema se hace referencia al tope del
sistema, depreciando el significado que puede tener la resistencia desde abajo.
Hoffmann3 fue el primer autor en trabajar la estructura del sistema como una totalidad
e integralidad, más allá del o de los súper poderes que hay en su tope. La estructura
hoy está conformada por actores heterogéneos entre los que hay Estados, empresas,
banca y organizaciones de la sociedad civil.
El proceso heurístico es la forma en que se elige de la manera más adecuada evitando,
a su vez, imposiciones. La capacidad de predecir si se puede ir en una dirección u otra
está sujeta a múltiples factores que dificultan establecerla con precisión. Una cosa es
el mundo y su realidad y otra la descripción que se hace del mundo. Es necesario
diferenciar entre la realidad que está fuera del ser humano y el proceso discursivo que
se utiliza para operar en esa realidad.4 En distintas ocasiones, la verdad objetiva se
confunde con el discurso del poder. No se toma el conocimiento directamente de las
leyes naturales, sino a través de las prácticas humanas. Independientemente de la
retórica y el discurso, las leyes de la naturaleza están ahí y no pueden ser soslayadas.
Habría que encontrar un punto de equilibrio entre el determinismo establecido por las
leyes naturales y la posibilidad de alcanzar una autonomía de ellas, tal que permita
llevar a cabo la mejor decisión posible.
Figura 2
La innovación comercial es hoy en día, por lo general, el producto tanto de una visión
científica básica como de la ingeniería aplicada, que cuenta con el respaldo de
patentes. La investigación básica depende de las universidades y los laboratorios
estatales (la aplicada de firmas privadas, cuyo objetivo es la ganancia) La innovación
exitosa requiere que los académicos, el Estado y las empresas trabajen unidos.
Los factores dominantes en el proceso resultante del fin del sistema bipolar y del
comienzo de la globalización han sido la necesidad de competitividad como factor
central para operar como actor en el sistema, la búsqueda de control sobre la energía,
el control sobre el agua potable y los recursos naturales y la búsqueda de mano de
obra barata. Se dio una expansión explosiva de los actores trasnacionales, ocupando
espacios, ya no como grupos de presión sino como factores de poder en la dirección
del sistema. Los actores trasnacionales como las calificadoras de riesgo del país se han
transformado en un factor dominante para la posibilidad de que las economías
periféricas se desarrollen y sean competitivas.
Dentro de este marco, la región opera como una periferia subordinada en vez de ser
un actor dentro del sistema. La mayoría de los gobiernos de América Latina desconoce
la importancia del poder como factor direccionador en las relaciones internacionales.
En general, su visión positivista, jurídico–institucionalista los ha llevado a operar bajo
el espejismo de las instituciones y el derecho a la vida por voluntad propia y, por lo
tanto, su posición dentro del sistema depende del respeto que se tenga de las
instituciones.
Figura 4
La sociedad civil, que comenzó a quedar desprotegida por las transformaciones del
Estado–Nación, comenzó a emerger como un actor significativo, aunque no con el
poder suficiente como para generar reglas del juego tan relevantes como las empresas
y la banca en el contexto mundial global.
Estados Unidos, Rusia, Francia, Israel y China están ciberarmados; El Reino Unido,
Alemania y Corea del Norte también se preparan para un futuro en el que los conflictos
se desarrollarán a través de internet.
Hoy, las armas letales no son nucleares sino virtuales. Todos se deben adaptar a esas
amenazas. En la mayoría de los países, la infraestructura crítica (redes de distribución
de agua y electricidad, transportes y telecomunicaciones) está conectada a internet y
carece de las funciones de seguridad adecuadas. Ese déficit las coloca en situación de
extrema vulnerabilidad.
Geopolítica clásica
Durante la etapa del sistema multipolar (1815–1914), el poder como variable crítica se
centró en el control de los espacios geoeconómicos periféricos (colonización y
neocolonización) con el fin de tener materia prima para la Revolución Industrial, mano
de obra esclava o barata y dominar áreas estratégicas, además de controlar los mares
con la finalidad de dominar las rutas comerciales y los mercados. El poder económico
creció apoyado –de manera logística– por el poder estratégico–militar. El paradigma
central fue la Revolución Industrial.11
Tabla 1
En 1939 se inició la Segunda Guerra Mundial y con ella los dos ejes de poder: Estados
Unidos–Francia–Gran Bretaña–URSS contra Alemania–Italia–Japón.
Tabla 2
Las adquisiciones por parte de empresas trasnacionales en los países periféricos han
desequilibrado las reglas del juego comercial internacional a través de situaciones
como 1) el decremento de la capacidad productiva de aquéllos y la transferencia de
propiedad y control de manos nacionales a extranjeras. Esta transferencia ha ido
acompañada del despido de trabajadores y el cierre de algunas actividades de
producción, además de que había que pagar al nuevo propietario en divisas; 2) el
dominio del mercado interior por parte de las empresas adquirientes, como oligopolios
mundiales, y el control de empresas estratégicas y sectores clave como la banca, las
comunicaciones y la energía; 3) la disparidad entre los objetivos comerciales de las
empresas trasnacionales y los de desarrollo de las economías receptoras y 4) la
adquisición de medios de comunicación o de las actividades de esparcimiento que ha
constituido una amenaza para la cultura o la identidad nacional al socavar la soberanía
nacional y resultar equiparable a una recolonización. Todo ello ha causado la pérdida
del control sobre el desarrollo económico.16
En el marco de lo hasta aquí expuesto, ¿cuáles han sido los principales problemas
geopolíticos de los países latinoamericanos? 1) Los territoriales (fronterizos y
coloniales, muchos de los cuales aún continúan); 2) los económicos (desarrollo,
deudas, comercio); 3) los sociales (conflictos sociales, desplazos, pobreza, desempleo,
hambre, derechos humanos); 4) los conflictos intraestatales con trascendencia
internacional y 5) los sistemas políticos (afines, contrarios o problemáticos). En
materia territorial, la preocupación central, tanto histórica como actual, ha sido la
resolución de conflictos regionales: a) problemas fronterizos entre la gran mayoría de
países latinoamericanos: b) resolución de conflictos coloniales (Malvinas, Guayana
Esequibo, Belice) y c) mixtos (salida al mar de Bolivia).
Gran parte de los estudios geopolíticos hechos en la región se vinculó con estas
problemáticas. Muchos de ellos se orientaron al estudio de las hipótesis de conflictos
con los vecinos. La configuración territorial en América Latina es la resultante de los
intereses económicos y de seguridad durante la etapa de la colonización. El proceso de
descolonización no modificó esto, ya que la región pasó a mantener vínculos
neocoloniales por lo que economía y comercio continuaron con los mismos
lineamientos.
Las concepciones geopolíticas en América Latina durante gran parte del siglo XX
siguieron los lineamientos de la geopolítica clásica, especialmente la europea. La
diferencia la marca la perspectiva brasileña de la perspectiva hispanoamericana.
Travassos, Do Couto e Silva, Terezinha de Castro y Quagliotti de Bellis vieron la
potencialidad de Sudamérica continentalmente hablando. Cada uno de ellos lo hizo
desde la perspectiva de su propio país (véase el cuadro de la página siguiente).17
Geopolítica crítica
Los países periféricos en general, y América Latina en particular, han buscado formas
de alcanzar una mayor participación internacional, en especial en la toma de decisiones
o en la conformación del orden global. Esto ha sido, fundamentalmente, a través de
principios y en forma pragmática, en muchos casos improvisada, mediante la
conformación de una teoría propia.
Existe la creencia de que todos los dirigentes (élites y contraélites) en estos países
buscan una mayor autonomía, cuando no es cierto. El diseño geopolítico sigue pautas
económicas y de seguridad externas. En la mayoría de los casos, el subdesarrollo y la
dependencia se deben a los dirigentes políticos y pensantes (con mentalidad
dependentista). Lo anterior se da en el marco de poblaciones con conductas
totalmente pasivas en espera de que el líder les resuelva los problemas.
Tabla 4
Los intentos de desarrollo teórico en América Latina se dividen en:
Estos dos enfoques o han dejado de existir o se han ido diluyendo. La concepción
cepalina fue abandonada en los 90 con la llegada de la globalización y el
neoliberalismo. La ampliación e integración del mercado fueron utilizadas por la
trasnacionales en beneficio propio. La teoría de la dependencia se desgastó y no
progresó. En esa década se instalaron gobiernos mayoritariamente neoliberales,
incluyendo a un ex dependentista como Fernando Henrique Cardoso que renegó de sus
pensamientos. La teoría de la autonomía no tuvo gran predicamento.
Las variables internas recibieron menor atención que las externas, tanto en los
estudios de política exterior como de política internacional. Los
autores no latinoamericanos, particularmente europeos y norteamericanos, han
prestado más atención a las características de los sistemas políticos que los
latinoamericanos. En este campo ha predominado el positivismo con una visión
jurídico–institucionalista carente de realismo ajena a la idea de poder, desfigurando la
idea de geopolítica. Los militares le dieron una visión estratégica basada en las
hipótesis de conflicto más que en el aprovechamiento óptimo o la consolidación sobre
el espacio. En este marco, no se ha podido aún generar un pensamiento regional
autónomo, ni tampoco formar una élite alternativa en la región. Estas carencias se
deben a factores como: a) la falta de acceso a los organismos de investigación
científica, cooptados por pensamiento positivista y militarista; b) la incapacidad de
publicar debido a la falta de revistas para hacerlo o de acceso a las editoriales que sí
han publicado (por razones políticas, de coincidencia o afinidad ideológica) trabajos
con contenido positivista y militarista; c) la censura de gobiernos dictatoriales y
represivos, o civiles pero mediocres.
Las variables internas son importantes ya que han reproducido actores no estatales
con alto grado de incidencia en el comportamiento del Estado, así como del sistema
mundial. La creciente proliferación e incidencia de organizaciones de la sociedad civil,
institucionalizadas (ONG) o no, puede transformarse en un factor que detone una
nueva geopolítica, en la que la variable sociedad civil comience a tener una
participación activa.23
Vale la pena señalar que el Corolario aún está vigente, sólo que se manifiesta de
diferente manera dependiendo del signo de las épocas que se van atravesando. El
Tratado de Libre Comercio (TLC, entre EEUU., México y Canadá), el Área de Libre
Comercio de las Américas (el ALCA debía contener a todos los Estados
latinoamericanos con excepción de Cuba), el Consenso de Washington o la lucha
contra el narcotráfico o el terrorismo son sus diferentes formas de aplicación mediante
las cuales Estados Unidos mantiene disciplinada a la región y se asegura de que los
gobiernos tengan conductas proconsulares. A su vez, la Unión de Naciones
Suramericanas (UNASUR, formada por Argentina, Brasil, Bolivia, Colombia, Chile,
Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay, Venezuela); la Alianza
Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA, integrada por Antigua y
Barbado, Bolivia, Cuba, Dominica, Ecuador, Nicaragua y Venezuela) y su crecimiento;
el Mercado Común del Sur (MECOSUR, hecho por Argentina, Brasil, Paraguay y
Uruguay con Bolivia y Venezuela) y su ampliación, demandan una constante atención y
fortalecimiento. La posibilidad de que no haya continuidad en los sistemas políticos
regionales puede poner en peligro a estos procesos. La incidencia de Estados Unidos
en la región es tal, que América Latina no pudo resolver el problema del golpe de
Estado en Honduras el año pasado. La denominada integración en América Latina se
retrasa de forma permanente debido a un proceso, casi constante de
autofragmentación. Chile prefiere firmar un TLC con Estados Unidos que ingresar como
miembro total al MERCOSUR y otorgarle al sistema integrativo la capacidad de
bioceánico.
En la década de los 70 y parte de los 80, América Latina intentó generar líneas
geopolíticas autónomas, especialmente con el Grupo de Contadora, el de Apoyo a
Contadora y el Grupo de Río. A partir de los 90, quedó sumergida una vez más en
lineamientos geopolíticos externos con la globalización y el neoliberalismo
instrumentados en el Consenso de Washington de 1989.
Tipos de integración
3) Que las relaciones de cooperación superen a las de conflicto: a) que los intereses de
cada miembro del subsistema se encuentren dentro de la región; b) que las relaciones
recíprocas mínimas favorezcan proyectos conjuntos.
4) Para generar cambios y lograr que en el mediano–largo plazo América Latina pueda
ser un 'actor' global, es necesario: a) hacer frente a desafíos externos e internos, a
través de la convergencia de intereses y problemáticas idénticos: dependencia,
subordinación, subdesarrollo, deuda externa, falta de industrialización, pobreza,
desigualdad y exclusión social, hambre, desempleo, educación, salud, bajo o nulo
grado de innovación y desarrollo científico–tecnológico que impide el cambio, b) Ser
complementarios: la unión de capacidades y vinculaciones diversas de manera tal que
apoyen recíprocamente el fortalecimiento. Cada parte opera, de manera convergente,
en lo que tiene un mayor potencial.
Formas de complementación
América Latina se ha caracterizado por tener cambios continuos de gobierno, una gran
inestabilidad política y una tendencia a conservar determinadas pautas de mando
político con características vinculadas a los intereses de los grandes grupos
económicos. De manera histórica, todo intento de cambio de signo ideológico que
pusiera en tela de juicio las tendencias indicadas ha sido marginado o sancionado.27
América Latina fue siempre periférica; en ningún momento logró el papel de sujeto
activo de su propio desarrollo o de su inserción mundial. Su destino estuvo ligado a
factores de poder internos e internacionales, entre los que Gran Bretaña y Estados
Unidos jugaron un papel central, merced a élites internas funcionales. La geopolítica
fue desdibujada por las fuerzas armadas, cooptadas por Estados Unidos con su
esquema de seguridad frente al conflicto Este–Oeste. Se trató más de hipótesis de
conflicto regional que de una auténtica geopolítica. De esta manera las fuerzas
armadas, formadas en academias militares de Estados Unidos, contribuyeron al
mantenimiento de la autofragmentación. Históricamente, los sistemas políticos
latinoamericanos fueron manipulados por Estados Unidos, en función de sus intereses
económicos y de seguridad y por las élites económicas latinoamericanas. Westpoint y
la Escuela de las Américas, operaron como vectores geopolíticos de los intereses de
seguridad de Estados Unidos al desnacionalizar las fuerzas armadas latinoamericanas,
comprometiéndolas en un esquema hemisférico de lucha contra el comunismo,
pasando a segundo plano la defensa nacional, salvo por las hipótesis de conflicto
territorial que contribuyeron con la autofragmentación. Jeane Kirkpatrick, la
representante norteamericana en la ONU, se planteó la posición de apoyo a los
sectores duros latinoamericanos; estableció una diferencia entre los regímenes
totalitarios de corte comunista, que resultan irreformables, y los regímenes autoritarios
de derecha que pueden favorecer en un momento más oportuno la salida democrática.
Estados Unidos debía elegir, entre los dos males, el menor.
La etapa post Acuerdo de Reykjavik (1985) entre Ronald Reagan y Mikhail Gorbachov
hizo que las fuerzas armadas perdieran su papel de reguladores de los sistemas
políticos y pasaron a ser los partidos políticos con votos mayoritarios en un esquema
de democracia controlada. Aquéllos que se acercaran al esquema del Consenso de
Washington de 1989 recibirían ventajas, y los que no, quedarían marginados. El
creciente fenómeno del transnacionalismo –iniciado en los 60 y consolidado en los 80
con sus intereses económicos, comerciales de manejo del mercado y monetarios–,
modificó el esquema geopolítico, sacándolo del control de los Estados al penetrarlos y
desarticularlos. Los partidos políticos se turnan en el gobierno, transformándose en
gestores más que en actores de la vida política. Son gestores de los intereses privados
y privatizantes justificando así la ideología imperante, el neoliberalismo, y actuando de
espaldas al pueblo. Hoy en día una ONG o una OSC satisface más plenamente las
necesidades o demandas de justicia por problemas de derechos humanos o de pobreza
de desempleo de la población, que el Estado o los partidos políticos. Funcionan viejos
esquemas políticos con nuevas tendencias que aún no han sido interpretadas en su
dirección a través de pactos sociales renovados.29
Talasopolítica30
La educación es el gran reto a largo plazo para América Latina, para fomentar la
innovación. La falta de innovación, genera un obstáculo en las posibilidades de
desarrollo en los países de la región.
Dentro de todo sistema, la idea de cambio genera el temor por el desorden. Siempre
hay impactos al sistema por demandas que se generan desde miembros insatisfechos
o que desean cambiar o mejorar su estatus. Los cambios son naturales en todo
sistema. Todos los 'cambios' deben buscarse dentro de los parámetros aceptados por
el sistema (quienes lo controlan), para evitar que éste (quienes lo controlan) busque
neutralizarlos utilizando mecanismos sancionadores, es decir, un proceso
homeostático.35 Los periféricos, por medio de mecanismos institucionales como la ONU
(desconociendo el papel del poder en el sistema), buscan resolver situaciones sociales
y de desarrollo. Los poderosos conductores del sistema priorizan su la dirección y
estabilidad por sobre las demandas de los periféricos. A su vez, los periféricos, no sólo
deben tener en cuenta esto, sino aprender a generar su propia capacidad para
modificar al sistema en beneficio propio, de forma subrepticia. El sistema (quienes lo
controlan) no lo hará por ellos.
Se dan ciertas paradojas en el funcionamiento del sistema, por ejemplo, mientras la
ONU plantea conductas a los más poderosos para alcanzar los Objetivos de Desarrollo
del Milenio,36 los poderosos, mediante la globalización, demandan conductas opuestas
de los Estados.37 El mismo problema se plantea con el medio ambiente.
Los factores de poder mundial siempre han tenido planes propios para generar
gobiernos mundiales que beneficien a sus intereses y aspiraciones. Por ejemplo, en la
Edad Media era el poder del Papa y del Emperador que, en conjunto, uno como
representante de Dios en la tierra y el otro con su poder terrenal, constituían el
gobierno mundial; en el siglo XIX, la Santa Alianza y el concierto europeo; en el XX, la
Comisión Trilateral que, a través del Club de Roma, planteó un modelo neoliberal de
gobierno mundial, en el que los actores transnacionales que operan en las tres
regiones establecen las pautas a seguir; en la década de los 90, el Consenso de
Washington planteó un modelo de orden y gobierno mundial. En ambos casos, el
transnacionalismo ha jugado un papel central.
La búsqueda de una mayor autonomía por parte de los periféricos debe tener en
consideración ciertos factores. La elaboración de una geopolítica latinoamericana al
igual que en la toma de decisiones en política exterior, debe contemplar los intereses
en función de las capacidades propias más las alianzas que se realicen, teniendo
también en cuenta los condicionantes que la estructura del sistema establece. Hay que
tener en consideración que la tendencia natural del sistema es a la configuración
estratificada. Debido a ventajas comparativas, algunos actores como la capacidad
militar, el recurso natural estratégico, la capacidad industrial o tecnológica pueden
imponerse por encima del resto. Los que están arriba tienden a mantener el statu
quo; los que están abajo buscan diferentes metodologías para cambiar el sistema en
beneficio de su mejor inserción.38 Con el paso del tiempo, este universo conformado
por Estados–nación en Europa se mantuvo en permanente expansión hacia el resto del
planeta, de forma tal que nunca ha habido, ni habrá paz perpetua o sistemas políticos
internacionales estables, debido a que es un universo que requiere la preparación para
la guerra de control constante y la crisis para establecer o restaurar el orden y para
estabilizar las conductas de resistencia periféricas. Las relaciones mundiales globales
no se basan en derechos y obligaciones, sino en principios supremos o regímenes de
reparto. Los repartos son hechos por los más poderosos: repartidores supremos y las
instituciones internacionales son las reguladoras o encargadas de que los repartos se
cumplan. La gran periferia mundial es la receptora, en diferentes medidas,
dependiendo de las asimetrías, entre otros factores, de los principios supremos de
reparto. Sus posibilidades están en la reformulación de esos principios supremos,
dentro de parámetros establecidos por la estructura del sistema mundial.
Como se ve, América Latina tiene frente de sí un destino que construir. Ojalá que
empiece ya, pues el mundo no la va a esperar.
Bibliografía
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inversiones en el mundo, Ginebra, ONCTAD, 2000. [ Links ]
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Perón, Juan Domingo, La hora de los pueblos, Buenos Aires, Editorial Pleamar,
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Ramonet, Ignacio, Guerras del siglo XXI: nuevos miedos nuevas amenazas, Barcelona,
Mondadori, 2002. [ Links ]
Notas
1
Existen autores que trabajan muy bien este tema, como James C. Scott (Los
dominados y el arte de la resistencia: discursos ocultos, traducción de Jorge Aguilar
Mora, México, Era, 2004).
2
Luis Dallanegra Pedraza, Realismo–sistémico–estructural: política exterior como
"construcción" de poder, Córdoba, edición del autor, 2009. El documento está
disponible en línea en http://luisdallanegra.bravehost.com/Realismo/prolindi.htm N.E.
3
Stanley Hoffmann, Primacy or World Order, Nueva York, McGraw Hill, 1978.
4
Vid. de Richard Rorty, Contingency, Irony, and Solidarity, Cambridge, Cambridge
University Press, 1989 y Philosophy and the Mirror of Nature, Princeton, Princeton
University Press, 1979. Consúltese también Friedrich Nietzsche, "Voluntad de poder",
en Manuel Barrios Casares, La voluntad de poder como amor, Barcelona, Ediciones del
Serbal, 1990.
5
Vid. para mayor información sobre su historia, organización, estructura y
objetivos, http://www.trilateral.org/ N.E.
6
L. Dallanegra Pedraza, "La problemática del orden", en L. Dallanegra Pedraza (coord.
y comp.), Geopolítica y relaciones internacionales, Buenos Aires, Pleamar, 1981.
7
Vid. George Frost Kennan, "The Sources of Soviet Conduct" (The X Article, en Foreign
Affairs, 1947), en The History Guide. Lectures on Twentieth Century
Europe, en http://www.historyguide.org/europe/kennan.html N.E.
8
Samuel P. Huntington, El choque de civilizaciones y la reconfiguración del orden
mundial, Buenos Aires, Paidós, 2001. Este tema lo trabajé en mi trabajo Tendencias
del orden mundial: régimen internacional, (Buenos Aire, edición del autor, 2001).
Consúltense en específico, las pp. 119–123.
9
L. Dallanegra Pedraza, La construcción de un orden mundial imperial: una teoría
sobre el poder y el orden mundial desde una perspectiva realista–sistémica–
estructural, Buenos Aires, edición del autor, 2005.
11
L. Dallanegra Pedraza, El orden mundial del siglo XXI, Buenos Aires, Ediciones de la
Universidad, 1998.
12
Vid. de Nicholas John Spykman, America's Strategy in World Politics: The United
States and the Balance of Power, introducción de Francis P. Sempa, New Brunswick,
Transaction Publishers, 2007, (Nueva York, Harcourt, Brace and Company, 1942)
y The Geography of the Peace, edición de Helen R. Nichol, Nueva York, Harcourt, Brace
and Company, 1944. N.E.
13
Vid. Halford John Mackinder, "The Round World and the Winning of the Peace",
en Foreign Affairs, vol. 21, núm. 4, julio de 1943, pp. 595–605 y Brian Blouet, "The
Imperial Vision of Halford Mackinder", en Geographical Journal, vol. 170, núm. 4,
1976, pp. 322–329. N.E.
14
Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), Informe
sobre las inversiones en el mundo, Ginebra, UNCTAD, 2000.
15
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Líneas
directrices para presas multinacionales, París, OCDE, 2000.
16
UNCTAD, op. dt; OCDE, op. cit.
17
Cabe recordar que Perón, por ejemplo, tomó de Travassos las doctrina del
continentalismo al sentenciar: "La integración de la América Latina es indispensable: el
año 2000 nos encontrará unidos o dominados, pero esa integración ha de ser obra de
nuestros países, sin intervenciones extrañas de ninguna clase, para crear, gracias a un
mercado ampliado, sin fronteras, las condiciones más favorables para la utilización del
progreso técnico y la expansión económica; para evitar divisiones que puedan ser
explotadas; para mejorar el nivel de vida de nuestros 200 millones de habitantes; para
dar a Latinoamérica, frente al dinamismo de los "grandes" y el despertar de los
continentes, el puesto que debe corresponderle en los asuntos mundiales y para crear
las bases para los futuros Estados Unidos de Latinoamérica". Vid. Juan Domingo
Perón, La hora de los pueblos, Buenos Aires, Editorial Pleamar, 1973.
18
Michel Foucault, Un diálogo sobre el poder, Buenos Aires, Alianza Editorial, 1981.
19
Vid. de Johan Galtung, Paz por medios pacíficos: paz y conflicto, desarrollo y
civilización, Bilbao, Bakeaz, 2003 y Tras la violencia, 3R: reconstrucción, reconciliación,
resolución. Afrontando los efectos visibles e invisibles de la guerra y la
violencia, Bilbao, Bakeaz/Gernika, 1998, entre otras obras. N.E.
20
Vid. de Raúl Prebisch, "El desarrollo económico de la América Latina y algunos de sus
principales problemas", en Desarrollo Económico, vol. 26, núm. 103, octubre–
diciembre de 1986, pp. 479–502; Transformación y desarrollo: la gran tarea de
América Latina. Informe presentado al Banco Interamericano de Desarrollo, pról. Felipe
Herrera, México, FCE, 1970 (Sección de Obras de Economía) y Capitalismo periférico:
crisis y transformación, México, FCE, 1981, entre otras obras. N.E.
21
Vid. de Juan Carlos Puig, Derecho de la Comunidad Internacional, Buenos Aires,
Depalma, 1974 y "La vocación autonomista en América Latina: heterodoxia y
secesionismo", en Revista de Derecho Internacional y Ciencias Diplomáticas, núms.
39/40, 1971 y Doctrinas internacionales y Autonomía Latinoamericana, Caracas,
Universidad Simón Bolívar, Instituto de Altos Estudios de América Latina, 1980; de
Hélio Jaguaribe de Mattos, La crisis del desarrollismo y la nueva dependencia, Buenos
Aires, Amorrortu Editores, 1972 y Political Development: A General Theory and a Latin
American Case Study, Nueva York, Harper & Row1973; de Luciano Tomassini, Qué
espera la sociedad del gobierno?, Santiago, Universidad de Chile, 1994. N.E.
22
Marco Ingroso, Modelos socioeconómicos de interpretación de la realidad
latinoamericana: de Mariátegui a Gunder Frank, Barcelona, Anagrama, 1973. H.
Jaguaribe de Matoss, "Dependencia y autonomía en América Latina", en H.
Jaguaribe, La dependencia político–económica de América Latina, México, Siglo
Veintiuno Editores, 1973.
23
L. Dallanegra Pedraza, Relaciones políticas entre Estados Unidos y América Latina:
¿predominio monroista o unidad americana?, Buenos Aires, edición del autor, 1994.
25
Surgida del mensaje anual al Congreso del presidente norteamericano Theodor
Roosevelt, en diciembre de 1904, la enmienda que lleva su nombre señala: "No es
cierto que Estados Unidos desee territorios o contemple proyectos con respecto a otras
naciones del hemisferio occidental excepto los que sean para su bienestar. Todo lo que
este país desea es ver a las naciones vecinas estables, en orden y prósperas. Toda
nación cuyo pueblo se conduzca bien puede contar con nuestra cordial amistad. Si una
nación muestra que sabe cómo actuar con eficiencia y decencia razonables en asuntos
sociales y políticos, si mantiene el orden y paga sus obligaciones, no necesita temer la
interferencia de Estados Unidos. [Pero si algún país padeciera] males crónicos y fuera
impotente para resolverlos –y ello resulte en el deterioro general de los lazos de una
sociedad civilizada– [...], se requerirá [entonces] la intervención de alguna nación
civilizada; en el hemisferio occidental, la adhesión de Estados Unidos a la Doctrina
Monroe la puede forzar, aun sea renuentemente, al ejercicio del poder de policía
internacional en casos flagrantes de tal mal crónico o impotencia". Vid. Serge Ricard,
"The Roosevelt Corollary", en Presidential Studies vol. 36, núm. 1, 2006, pp. 17–26 y
Robert Jay Glickman, Norteamérica vis–à–vis Hispanoamérica: ¿oposición o
asociación? Toronto, Canadian Academy of the Arts, 2005. N.E.
26
En la década de 1960 principalmente, en vez de debatirse las formas de integración
y cómo profundizarlas, la principal preocupación y debate de la intelectualidad, en
especial de los abogados, era la "cesión de soberanía" frente al resto de los países
latinoamericanos.
27
L. Dallanegra Pedraza, "El sistema político latinoamericano", en Reflexión
Política, vol. V, núm. 10, 2003.
28
En países como Argentina, se llama "liberales" a los que en países como Estados
Unidos son "conservadores". Los liberales en Estados Unidos son de centro–izquierda;
mientras que en Argentina son la derecha y no favorecen la apertura en materia
política.
29
L. Dallanegra Pedraza, "El sistema político latinoamericano..." op. cit.
30
Thalassa ( ) en griego quiere decir mar; era también la divinidad griega
que personificaba al Mediterráneo.
31
Vid. L. Dallanegra Pedraza, Reformulación del orden mundial: el fin de una 'macro–
etapa, Buenos Aires, edición de autor, 2005, pp. 13–24.
32
Idem.
33
L. Dallanegra Pedraza, "El árbitro supremo: el problema del 'gobierno' del mundo",
en Revista Círculo de Humanidades, núm. 29, julio de 2008.
34
L. Dallanegra Pedraza, Realismo–sistémico–estructural... op. cit.
35
L. Dallanegra Pedraza, "La problemática del orden"... op. cit.
36
Enunciados en el 2000 para ser logrados en el 2015, estos objetivos pretenden: 1)
Erradicar la pobreza extrema y el hambre. 2) Lograr la enseñanza primaria universal.
3) Promover la igualdad entre los géneros y la autonomía de la mujer. 4) Reducir la
mortalidad infantil. 5) Mejorar la salud materna. 6) Combatir el vih/sida, el paludismo
y otras enfermedades. 7) Garantizar el sustento del medio ambiente. 8) Fomentar una
asociación mundial para el desarrollo. N.E.
37
Maria José Rezende, "As múltiplas implicções da efetivação da democracia hoje: os
desafios vindos á tona no Relatório do desenvolvimento humano de 2002 das Nações
Unidas", en Revista Reflexión Política, vol. X, núm 20, diciembre de 2008.
38
L. Dallanegra Pedraza, Elorden mundial del siglo XXI... op. cit.
39
Hans Morgenthau, La lucha por el poder y por la paz, Buenos Aires, Sudamericana,
1961; Johan Galtung, La Comunidad Europea: una superpotencia en marcha, Buenos
Aires, Nueva Visión, 1973.
40
L. Dallanegra Pedraza, Realismo–sistémico–estructural...op.cit.