Reflexiones Desafíos Iglesias Online
Reflexiones Desafíos Iglesias Online
Reflexiones Desafíos Iglesias Online
Título original en inglés: The Distanced Church: Reflections on Doing Church Online.
Edited by Heidi A. Campbell Editorial Assistance by Sophia Osteen
Todos los ensayos son propiedad y tienen el copyright de los respectivos autores.
Copyright, (cc) 2020 BY-NC-SA. Esta licencia de Creative Commons permite a terceros
mezclar, adaptar y ampliar este trabajo que no sea comercial, en tanto que den crédito a
esta obra original y que la licencia de sus nuevas creaciones sea en idénticos términos.
Las obras que se deriven no serán vendidas para un beneficio.
Digital Religion Publications. An Imprint of the Network for New Media, Religion & Digital
Culture Studies. www.digitalreligion.tamu.edu. 20 de abril de 2020.
Versión original en inglés, accesible en:
https://oaktrust.library.tamu.edu/bitstream/handle/1969.1/187891/Distanced%20Church-
PDF-landscape-FINAL%20version.pdf?sequence=1&isAllowed=y
Esta es una traducción preparada íntegramente por voluntarios. Igual que la versión
original en inglés, éste libro electrónico es de libre uso y no podrá ser comercializado. En
caso de ser citados se dará crédito a cada uno de las y los autoras y autores, y a la obra
como un todo.
Traductor y editor de la versión en castellano:
Pastor Bruno O. Knoblauch, STM. [email protected]
CONTENIDO
Introducción. Heidi Campbell. p.7
Sección I: Lecciones desde las trincheras Online1:
historias de líderes de la iglesia cuando encaran la tarea en línea.
Capítulo 1 p.13
Convertir el sabor del mes en una dieta básica. Albert Bogle, Iglesia de Escocia, Reino
Unido
Capítulo 2 p.17
El triunfo de la tecnología de conexión. Arni Svanur Danielsson, Federación Luterana
Mundial, Ginebra, Suiza.
Capítulo 3 p.21
Dios equipa a los llamados. Aneya Elbert, Iglesia Episcopal de Santo Tomás, TX,
EE.UU.
Capítulo 4 p.25
El pastor no espectacular: en vivo y en persona. Steve Evoy, Pastor de la Iglesia
Metodista Libre de Wolverine. MI, EE.UU.
Capítulo 5 p.29
Los desafíos de la conexión en línea en el territorio indígena y la América rural. John
Floberg, Sacerdote Episcopal, ND, EE.UU.
Capítulo 6 p.33
Facilitando una profunda amistad digital cuando las relaciones analógicas
desaparecen. Zach W. Lambert, Iglesia de la Restauración de Austin, TX, EE.UU.
Capítulo 7 p.37
Transmisión en vivo en el desierto digital: reflexiones sobre las transiciones
parroquiales a la era digital. Joanne Mercer Parroquia Anglicana de Twillingate,
Terranova, Canadá.
Capítulo 8 p.41
En todo el mundo, la Santa Iglesia te aclama. Roger Patience, Iglesia de los Santos
Apóstoles, WI, EE.UU.
1
N.d.t.: el término “online” = “en línea”, y otros, a menudo se usan sin traducir en castellano.
4
Capítulo 9 p.45
El carisma de la iglesia Zoom. Nandra Perry, Iglesia Episcopal de San Felipe, TX,
EE.UU.
Capítulo 10 p.49
Volviendo a la normalidad. Michael Piazza, Broadway Iglesia Unida de Cristo-NY,
EE.UU
Capítulo 11 p.53
Lo digital es la nueva normalidad: las iglesias en Alemania durante la pandemia del
corona virus. Ralf Peter Reimann, Iglesia Evangélica en Renania, Alemania.
Capítulo 12 p.57
Ser iglesia a la distancia: Reflexiones sobre la iglesia online en tiempos de una
pandemia. Donna Schaper, Iglesia Unida de Cristo, EE.UU.
Capítulo 13 p.62
¿Está su iglesia lista para el distanciamiento social? Troy Shepherd, Pastoreando mi
Iglesia, TX, EE.UU.
Capítulo 14 p.67
Cuatro lecciones que he aprendido a raíz de la pandemia. David Silverkors, Iglesia de
Suecia, Suecia.
Capítulo 15 p.71
Duelo, conciencia y bendición: la experiencia del ministerio durante una pandemia.
Bryony Taylor, Diócesis de Barlborough y Clowne-Derby, Reino Unido.
Capítulo 16 p.75
Ser benedictina en línea. Catherine Wybourne, Monasterio de la Santísima Trinidad,
Reino Unido.
Sección II: La sabiduría de los estudiosos de la religión y la teología digitales:
reflexiones de las investigaciones que motivan la religión en línea.
Capítulo 17 p.79
Lo que los grupos religiosos deben tener en cuenta al intentar hacer una iglesia en
línea. Heidi A Campbell, Texas A&M University, EE.UU.
5
Capítulo 18 p.85
El mayor desafío para las iglesias en éste tiempo. John Dyer, Seminario Teológico de
Dallas, EE.UU.
Capítulo 19 p.88
Ser Iglesia a la distancia: pragmatismo, creatividad y ritmos de vida. Stephen Garner,
Laidlaw College-Auckland, Nueva Zelanda.
Capítulo 20 p.94
¿Un nuevo Medio y una nueva Reforma?. Angela Williams Gorrel, Baylor University,
TX, EE.UU.
Capítulo 21 p.99
¿Qué puede enseñar la historia de la religión digital a las nuevas iglesias en línea
de hoy?. Tim Hutchings, Universidad de Nottingham, Reino Unido.
Capítulo 22 p.103
Una comunidad eclesiástica inclusiva en una era digital. Bex Lewis, Manchester
Metropolitan University, Reino Unido.
Capítulo 23 p.108
Relatar historias de esperanza en la era del Corona: cómo los pastores fomentan la
comunidad de fe. Ilona Nord y Swantje Luthe, Universidad de Würzburg, Alemania.
Capítulo 24 p.113
Habilitando, extendiendo e interrumpiendo la religión en la comienzo de la crisis de
COVID19. Pete Philips, Universidad de Durham, Reino Unido.
Capítulo 25 p.119
El (re) descubrimiento del entorno digital para vivir y comunicar la fe. Moisés
Sbardelotto, universidad Unisinos, Brasil.
Capítulo 26 p.124
Error 404: No se puede encontrar la página de Alfabetización digital. Katherine G
Schmidt, Molloy College-NY, EE. UU.
Capítulo 27 p.129
Comunidad en el cuerpo digital de Cristo. Matthew John Paul Tan, Universidad de
Notre Dame Australia, Australia
6
Capítulo 28 p.133
Ahora virtual, pero ¿Por cuánto tiempo? Scott Thumma, Instituto Hartford para la
Investigación Religiosa, CT, EE. UU.
Capítulo 29 p.138
Reevaluar la realización y su papel en el desarrollo de alfabetizaciones digitales para
el ministerio. Stacy Williams-Duncan, Universidad de Virginia, EE.UU. Y Kyle Matthew
Oliver, Universidad de Columbia, EE.UU.
Capítulo 30 p.146
¿Es real? La mística de la transmisión en vivo. Daniella Zsupan-Jerome, Seminario
Notre Dame-Nueva Orleans, EE.UU.
7
En medio de esto, tuve una idea "loca". ¿Por qué no reunir a las personas que están
luchando y estudiando lo que significa ser una iglesia en línea en algún tipo de
conversación organizada? Como la mayoría del mundo, estaba atascada "refugiada en mi
lugar", por lo que la falta de oportunidades para salir al aire libre en este momento me
había dejado con tiempo extra disponible. Comencé mi búsqueda de compañeros de
conversación donde comenzó todo este viaje, en facebook. Hice una lista de líderes y
académicos de la iglesia con quienes, personalmente, me gustaría tener esta
conversación sobre este tema, entre mis más de 800 amigos de facebook. Envié un correo
electrónico de invitación y, para mi sorpresa, casi todos dijeron que sí, que les encantaría
contribuir a este proyecto.
Pasaron poco más de tres semanas entre el día en que envié los correos electrónicos de
invitación y el día en que este proyecto apareció en forma final. Este ha sido un viaje rápido
pero decidido. Mi objetivo ha sido captar este momento particular en la historia religiosa,
en que muchas comunidades e iglesias cristianas de todo el mundo se han visto obligadas
a conectarse en línea para continuar reuniéndose en este tiempo de encuentro controlado
y el coronavirus. Por supuesto, las voces representadas en este proyecto son una
selección y provienen de mis diversos amigos y contactos en línea. Sin embargo, he hecho
todo lo posible para reunir una variedad de voces de diferentes países, denominaciones y
expresiones de la iglesia.
Elegí llamar este libro “La Iglesia Distanciada: Reflexiones sobre ser iglesia Online” (The
Distanced Church: Reflections on Doing Church Online). La frase “La Iglesia distanciada”
proviene del muy comentado concepto de distanciamiento social, que se refiere a
mantener el espacio entre uno mismo y los demás en entornos sociales. También tiene la
connotación de personas que evitan conscientemente las multitudes o se les prohíbe
reunirse en grupos (10, no más, en el contexto estadounidense), y mantienen de otros una
distancia física establecida (es decir, 6 pies en los EE. UU., 1.5 a 2 metros en el contexto
europeo). Algunos sugieren que el término "distanciamiento físico" es un término más
preciso y apropiado. Esto se debe a que la discusión sobre el distanciamiento social se
centra principalmente en políticas o recomendaciones sobre abstenerse o restringir la
presencia física de uno alrededor de los demás. Algunos han argumentado que la idea de
distanciamiento social es muy problemática, porque, se sugiere, que la separación física
en momentos de mayor aislamiento conducirá a mayor miedo, ansiedad y depresión.
La primera sección del libro se titula, “Lecciones desde las trincheras Online: historias de
líderes de la iglesia cuando encaran la tarea en línea”. En él, invité a un grupo de líderes
de la iglesia a contribuir con sus reflexiones sobre cómo ha sido pensar e implementar
nuevas formas de hacer la iglesia en línea. Este grupo incluye pastores, sacerdotes,
personal de la iglesia y religiosos creativos digitales de todo el mundo. Algunos de estos
líderes están experimentando por primera vez siendo iglesia en línea, mientras que otros
tienen un historial ya establecido en el uso de medios digitales y la incorporación de
medios digitales en los entornos de su iglesia. A todas estas personas se les ha pedido
que reflexionen en voz alta sobre sus experiencias de pensar lo que significa ministrar en
línea y oficiar una celebración digital en línea en este momento. Esta sección del libro se
centra en las historias personales de los líderes de la iglesia y las lecciones que han
aprendido al experimentar en línea en este momento. Con la esperanza de que estas
historias ayuden a líderes de la iglesia y a religiosos que se esfuerzan o piensan como
moverse hacia la celebración en línea.
• ¿Cuáles son los mayores desafíos para las iglesias / líderes religiosos en línea y por
qué?
• ¿Qué le ha enseñado su experiencia / investigación sobre los temas importantes que las
comunidades religiosas y los líderes de la iglesia deben tener en cuenta al hacer la
transición a la iglesia en línea?
• ¿Cómo ha influido la situación actual (es decir, la pandemia de COVID-19, los tiempos
de negociación de cuarentena, el cierre de iglesias, los llamados al distanciamiento social,
etc.) sobre cómo se realiza o se ve a la iglesia en una era digital?
En los ensayos que siguen, veremos muchas historias que son únicas sobre la
experimentación digital de líderes de la iglesia, así como historias que entendemos
verdaderas de muchos pastores que simplemente intentan gestionar la transición del
ministerio fuera de línea al ministerio en línea. Los investigadores dan cuenta de sus
investigaciones de la iglesia en línea y explican cómo éstas se aplican o aportan valiosa
información para la actual movida en línea. Juntos, los ensayos de la colección La Iglesia
Distanciada (En español: "Reflexiones sobre los desafíos de las iglesias online”), ofrecen
una variedad de reflexiones compartidas y diversas sobre lo que es hacer y pensar en una
iglesia en línea durante este tiempo de cuarentena y distanciamiento social.
DiSanto, quien editó y reformuló todo este manuscrito en solo cinco días. Es una maravilla.
Por último, pero no menos importante, quiero agradecer a mi paciente y alentador esposo
que siempre está dispuesto a apoyar mis ideas locas. Sirvió como una valiosa caja de
resonancia para este proyecto, ofreciendo consejos y oración. ¡No podría haber hecho
esto sin él!
13
Sección I:
Lecciones desde las trincheras online2:
historias de líderes de la iglesia cuando encaran la tarea en línea.
CAPÍTULO 1
Cuando se supo que el gobierno escocés estaba prohibiendo las reuniones públicas,
incluidos los servicios religiosos, debido a la creciente amenaza de COVID-19, recibí un
correo electrónico de mi hijo. Decía: “Querido Noé, ahora que has estado construyendo el
Arca durante los últimos veinte años, tal vez los que dudaban entre tus colegas en el
ministerio comiencen a tomar el ministerio de Sanctuary First más en serio 3. Ha llegado tu
hora”. Sonreí y recé para que Dios no cerrara la puerta del Arca demasiado rápido para
permitir a quienes se incorporan retrasados tuvieran la oportunidad de subir a bordo.
Me alegra que esto realmente esté comenzando a suceder. Muchos líderes de la iglesia
que nunca pensaron en internet como una herramienta para la adoración y la
comunicación cristiana se han visto obligados a pensar nuevamente. Recibí un correo
electrónico de un ministro que está alineado con el lado conservador del debate teológico
reformado de la iglesia. Me preguntaba si podía contribuir con un escrito sobre la validez
de la Cena del Señor, si se ofrece como una experiencia en línea. Un correo electrónico
así, nunca hubiera sido escrito por alguien de ese sector de la Iglesia antes de COVID-19.
2
N.d.t.: el término “online” = “en línea”, y otros, a menudo se usan sin traducir en castellano.
3
Sanctuary First es una congregación de la Iglesia de Escocia, que ensaya formas nuevas y creativas de
usar internet.
14
La crisis actual es una excelente oportunidad para que la iglesia comience a acercarse a
los creativos en esta área. Esta será una oportunidad misionera para muchos, en tanto
que se comienzan a incluir a los que están al borde de la fe, los artistas, los músicos, los
15
técnicos, los buscadores honestos, y los que no están lejos del Reino de Dios. Estas son
las personas que necesitamos invitar para ayudarnos a comenzar a comprender los
matices específicos de varios medios y también cómo promover, desarrollar y dar forma
al Evangelio de Jesús en el siglo XXI.
A los pocos días del encerramiento, cuando todas las cafeterías y hoteles habían sido
cerrados oficialmente, lanzamos la Cafetería Sanctuary First virtual. Esto ha demostrado
ser una innovación importante. Significa que tenemos clientes habituales que visitan el
sitio todos los días para conversar con su café. Además de esto, ahora hemos transferido
nuestros grupos de conexión y clubes de lectura a la Cafetería, junto con la sección de
música del viernes por la noche para creativos. La verdad interesante es que si lo hacemos
a la manera del ejemplo que nos dio Jesús, encontraremos a muchos que vienen al pozo
de Jacob sedientos y anhelando aceptación.
El creciente número de iglesias que están comenzando a explorar cómo usar el contenido
del audio, lo visual y lo digital como un medio para mejorar su comunicación también pone
en evidencia la escasez de material apologético cristiano que sea reflexivo, honesto y
atractivo tanto para adultos como para niños.
Hay una nueva oportunidad para ser pioneros en un enfoque radical para la celebración
del culto de adoración. Celebración que sea más relevante para las actuales
generaciones. Al mismo tiempo, existe la oportunidad de ayudar a las iglesias,
organizaciones cristianas y otras personas en el sector de colaboradores/as voluntarios/as
para que utilicen equipos técnicos de manera más profesional. Muchas de estas
organizaciones e iglesias están invirtiendo sumas importantes en computadoras portátiles,
16
Esta es una oportunidad para que los cristianos aprovechen la iniciativa misionera
mediante la creación de redes colaborativas informales de creativos en todo el mundo
para dar forma al contenido de la iglesia, y convertir el sabor del mes en una dieta básica.
Es posible que la situación actual haya generado el apetito por un ministerio creativo,
innovador y con más recursos.
CAPÍTULO 2
Introducción
La intención del culto era que sea interactivo. Se le había pedido a la congregación que
trajeran sus teléfonos celulares a la iglesia y mantuvieran el sonido encendido. Durante el
culto, recibieron mensajes de texto. Podías escuchar por los pasillos los sonidos "pings"
del evangelio y ver pantallas que iluminaban caras. Los jóvenes fueron invitados a
responder con oraciones a través de mensajes de texto. Algunos comentaron que esto
era innovador y enriquecedor y los hizo sentir más conectados con lo que estaba
sucediendo.
Rápidamente saltamos una década. A fines de febrero, leímos noticias de iglesias en Asia
que no podían reunirse cara a cara y que habían trasladado su celebración en línea.
"Algunas pocas iglesias cancelaron los cultos dominicales el 9 de febrero, otras más se
unieron a ellas el 16 de febrero, y aún más el 23 de febrero", escribió Leon Chau,
Secretario General del Sínodo de Hong Kong de la Iglesia Renana China, en una
publicación de blog del sitio web de la Federación Luterana Mundial. "La mayoría de la
atención pastoral y acompañamiento comunitario, incluido el culto dominical, solo se
18
pueden hacer por internet o por teléfono" (Chau, 2020). En marzo, en muchos países de
Europa y poco después en otros continentes, se introdujeron medidas restrictivas para
contener la propagación de la enfermedad por coronavirus (COVID-19).
En Ginebra, Suiza, donde vivo, esto tomó la forma de una prohibición de reuniones de no
más de cinco personas. Nuestra iglesia local, la Iglesia Evangélica Luterana de Ginebra,
rápidamente organizó la celebración dominical en línea. Lo mismo ha estado sucediendo
en las iglesias de todo el mundo. El primer culto de nuestra iglesia en Ginebra se transmitió
en vivo desde el edificio de la iglesia. Había cinco personas presentes, según lo estipulado
por las reglas. Se turnaban para liderar. La congregación se unió en línea e hizo
comentarios, oraciones y agradecimiento. Esto fue bastante similar al culto de 2010 en
Islandia. Utilizamos nuevas tecnologías para hacer algo similar.
La semana siguiente, los oficiantes del culto comenzaron a hacer experimentos. En las
próximas semanas, participaríamos en cultos que, aunque conducidos por los cinco
reunidos en el edificio de la iglesia, incluyeron la participación activa de miembros de la
congregación. La congregación fue invitada al culto desde sus hogares. Ellos leyeron las
escrituras, rezaron y crearon obras de arte.
La iglesia se extendió desde el espacio físico del edificio, y los líderes oficiales, a nuestros
hogares, lo que dio poder a los miembros de la congregación en roles importantes. Muchos
tuvieron la oportunidad de participar activamente en dirigir la liturgia del culto. Aquellos
que no dirigían o leían de todos modos se sentían representados y podían seguir
participando a través de comentarios y conexiones. Esto era algo nuevo y diferente. El
culto en línea fue totalmente participativo, a pesar de que no incluía el sacramento de la
Sagrada Comunión.
Los principios
métodos para poder participar en línea. Aquí los líderes de la iglesia pueden incorporar
alguna página de los libros de ayuda de youtubers, de jugadores que transmiten en vivo,
o ‘influencers’ en plataformas tales como Instagram.
Conclusión
Tal vez recordaremos la primera mitad de 2020 como un momento en que las iglesias se
volcaron a estar “en vivo”. Mirando para adelante, veo un período de experimentación, que
será menos sobre tecnología y más sobre conexión y nuevas formas de reunirse como
iglesias. Dentro de una década a partir de ahora, esperamos recordar este tiempo
excepcional como de aprendizaje, no solo sobre el culto en línea sino también sobre la
celebración cara a cara en el mismo espacio. Las preguntas clave que enfrentan las
iglesias en este momento no son cómo pueden convertirse en expertos en la transmisión
de videos por internet, ni sobre cuántas cámaras se necesitan, o qué tipo de micrófonos,
luces o mezcladores de video. En cambio, en un nivel fundamental, la pregunta es sobre
el uso de un nuevo medio y cómo puede nutrir y fortalecer la conexión con y entre los
miembros de una comunidad o una parroquia. Se trata de cómo este medio puede facilitar
la participación que empodere a una comunidad de fe a testificar en lugar de simplemente
ser espectadores de un culto.
Fuentes
Chau, L. (2020, 8 de abril). Hong Kong: Mantener viva la esperanza [entrada del blog].
Recuperado de https://www.lutheranworld.org/blog/hong-kong-keeping-hopealive.
Stalman, T. (Anfitrión). (2020, 25 de marzo). Episodio 79: Tiempo para que todos
aprendan a transmitir, con Alex Lindsay [Audio Podcast]. Recuperado de
https://www.stalmanpodcast.com/79
21
CAPÍTULO 3
En circunstancias normales, son muchos los desafíos a encarar en una iglesia episcopal
de tamaño mediano, como en la que yo trabajo, para estar en línea para el culto y la
formación espiritual. Sin embargo, en mi experiencia reciente no fueron circunstancias
normales en las que me pidieron ayuda para hacer esto. Esta experiencia ha estado llena
de errores y lecciones. Me gustaría documentar dos componentes que pesaron mucho en
mi experiencia y las estrategias que nuestra iglesia puso en práctica. Esto incluye tener
un pequeño equipo de personal de la iglesia y tratar de educar rápidamente a una
congregación sobre las nuevas tecnologías.
Idealmente, el proceso por el cual pasa una iglesia a estar y funcionar en línea incluiría
tiempo para la investigación, un presupuesto, crear un plan para ejecutar el proyecto y,
finalmente, ponerlo en marcha. Ahora, la idea era que en veinticuatro horas la iglesia ya
esté online, al menos parcialmente. Además de un rápido cambio, se sumó el desafío
único, que solo sucedería durante una pandemia global. Todo el personal, incluidos los
dos sacerdotes, ya al comienzo fueron puestos en cuarentena por catorce días debido a
que estuvieron expuestos a alguien que dio positivo por COVID-19.
Rick Yancey parece adecuada cuando hablamos del personal de una iglesia: “Dios no
llama a los equipados. Dios equipa a los llamados. Y tú has sido llamado” (Yancey, 2013).
Cada persona aprende cosas nuevas cuando desempeña un papel siendo parte de un
personal reducido de la iglesia. Las oportunidades de aprender aumentan, especialmente
durante un tiempo de crisis.
A los pocos días de ese primer culto, todo el personal fue puesto en cuarentena por 14
días. Sin embargo, era primordial que nada nos impida avanzar y que la congregación no
sienta los efectos de esta cuarentena. La iglesia continuaría y las cosas continuarían.
Asumí la mayor parte del trabajo de fondo para que la iglesia llegue a estar completamente
en línea. Rápidamente aprendí cosas nuevas a través de prueba y error, accedí a una
nueva creatividad y me di cuenta de que es agradable trabajar en pijama. En una
conversación con un colega de otra iglesia, nos parecía que todas las iglesias estaban
haciendo mucho más en línea que antes de COVID-19. Además del culto y la formación
regulares, ahora ofrecíamos la Oración Matutina y la Oración de la Noche de lunes a
viernes; aumentaron las publicaciones en las redes sociales; nuestro sitio web y la
aplicación móvil se actualizaron diariamente; creamos y seleccionamos contenido digital
y videos grabados / editados que incluyen mensajes del rector, música y capilla para niños.
23
Fuente: Yancey, R. (2013). The 5th wave. Nueva York, NY: G.P. Putnam’s Sons.
24
25
CAPÍTULO 4
El día después de que el gobernador Whitmer cerró todas las escuelas K-124 en Michigan,
mi Superintendente convocó a una reunión por zoom a un grupo representativo de
pastores de toda nuestra Conferencia. Rápidamente llegamos a un consenso de que lo
mejor para nuestras congregaciones era cancelar de inmediato todos los cultos, las
reuniones y las actividades en persona. La conversación luego se orientó a cuál sería la
mejor manera para que nuestras iglesias se adapten del ministerio presencial al ministerio
en línea. En este ensayo anecdótico, resumiré esa discusión para enfatizar la conclusión
a la que llegamos: tratar de producir los "mejores" cultos por transmisión en vivo
(streaming) no es la mejor manera para que los pastores desarrollen sus ministerios en
línea (online).
4
K–12 es la designación utilizada en algunos sistemas educativos para los años de escolarización
primaria y secundaria.
26
incorporando contenido directamente en sus sitios web. Hubo cierta interferencia entre
estos líderes cuando describieron lo simple que sería para los equipos de adoración y los
pastores continuar organizando cultos regulares en santuarios vacíos. Ellos ya estaban
listos para rodar.
Los siguientes que hablaron, eran los pastores de iglesias medianas que habían estado
explorando opciones para expandir sus ministerios en línea, pero tenían poca o ninguna
experiencia. Algunos tenían el equipo necesario pero no estaban seguros de cómo usarlo.
Otros tenían los recursos para comprar equipos y planeaban hacerlo de inmediato. Los
líderes de las iglesias más grandes se apresuraron a ofrecer sus conocimientos y
experiencia. Los últimos en hablar fueron los pastores como yo, que no tenían el equipo,
ni los recursos o la confianza para lanzar cultos en línea. Nuestro Superintendente señaló
que al menos el veinticinco por ciento de nuestras iglesias podrían estar en esta categoría.
Nos convertimos en el foco de la conversación. ¿Qué podíamos hacer? ¿Qué podrían
hacer por nosotros?
Alguien sugirió que se les diera a las iglesias más pequeñas, que no están en línea, una
lista de enlaces a iglesias más grandes que estaban posicionadas para proporcionar cultos
en línea de alta calidad. Simplemente podríamos publicar un anuncio en facebook
explicando que nuestros cultos fueron cancelados e incluir un conjunto de enlaces a
Iglesias Metodistas Libres de nuestra Conferencia con opciones de cultos en línea.
Alguien más sugirió que identifiquemos cuál es nuestra iglesia mejor equipada y la usemos
como un lugar desde el cual podamos presentar y transmitir un solo culto en línea para
todas las demás iglesias en nuestra Conferencia. Esta idea ganó fuerza rápidamente, y
comenzamos una lluvia de ideas. Un pastor sugirió programar equipos para los cultos y
pastores de varias congregaciones que se presenten en domingos específicos para que
hubiera una representación razonable de la variedad de nuestras iglesias. Acordamos que
tenemos un grupo excelente de talentos en la membresía combinada de nuestras iglesias
de la Conferencia. A medida que los líderes de nuestras iglesias más grandes comenzaron
a ofrecer sus instalaciones como las mejores ubicaciones para este propósito, me
preguntaba cómo se tomaría esa determinación. También me preguntaba si yo podría ser
invitado a participar en uno de estos cultos únicos y ampliamente vistos.
27
“¿Puedo expresar una opinión personal?” La pregunta fue planteada por una pastora en
una de nuestras iglesias más grandes, una mujer que he conocido y respetado durante
muchos años. No puedo citar sus comentarios literalmente, pero sus comentarios fueron
tan pertinentes y profundos que no he olvidado sus puntos principales. Mi mejor paráfrasis
de su opinión es: “Estoy pensando en las personas de mi congregación. Estaban ansiosos
ya antes de saber que nuestras escuelas están cerrando. Cuando escuchen que hemos
acordado cancelar nuestros cultos, se sentirán aún más asustados y molestos. Estarán
decepcionados de que no pueden reunirse en el lugar donde experimentan juntos la
presencia amorosa de Dios. No creo que su principal necesidad sea la producción en línea
de la más alta calidad que podamos ofrecer. No tendrán necesidad de nuestros músicos
más talentosos ni de oradores atractivos. No necesitarán resolución en HD o edición
profesional. Creo que anhelarán algo familiar, algo que se sienta lo más normal posible.
Creo que mi gente necesitará verme a mí misma y a algunos otros rostros familiares que
les hablen desde nuestro propio edificio. Es lo más cercano que podemos ofrecer a la
experiencia que van a extrañar tan profundamente”. Sus palabras hablaron a mi corazón.
Cambiaron la dirección de la conversación del Zoom. No nos llevó mucho tiempo estar de
acuerdo en que un solo culto con líderes y predicadores estrella de la Conferencia no era
la mejor manera de avanzar. Las iglesias más grandes pondrían su contenido a
disposición de las iglesias más pequeñas, si estas eligen para sus congregaciones
opciones alternativas de celebraciones en línea. Pero se acordó que todos nuestros
pastores tienen el potencial para dirigirse a sus propias congregaciones, directa y
personalmente, usando el equipo básico de un teléfono inteligente (Smartphone) y una
aplicación de facebook. La instrucción y capacitación estarían disponibles, en persona o
en línea, para aquellos que necesiten desarrollar habilidades de principiantes para la
interacción en línea.
El domingo siguiente, subí una alocución sencilla a nuestra congregación. Leí las
Escrituras, seguidas de una oración pastoral y compartí algunas reflexiones sobre la
lectura del Evangelio de la semana. Durante los días siguientes, comencé a publicar
"chats"5, monólogos simples en los que hablé desde el corazón a nuestra congregación y
la comunidad. A veces leo de mi diario, otras veces comento el devocional de cuaresma
cuya guía hemos estado siguiendo.
5
El término aquí usado: “fireside chats” se refiere a personas sentadas alrededor del fuego encendido en
el hogar, según lo imaginaba el presidente Roosevelt en sus alocuciones radiales.
28
Estoy agradecido por las agudas observaciones de mi compañera Pastora que compartió
su corazón durante esa conferencia de zoom. Su sabiduría ha demostrado ser correcta
en mi contexto y en el de otros. Sigo hablando con mi gente, desde mi corazón, con la
mayor frecuencia e informalidad posible. Cuando uno de nuestros miembros murió,
muchos se molestaron porque no podíamos organizar un almuerzo funerario o
conmemorativo. Subí un video de mí mismo, cantando una canción como homenaje. Dios
está usando estos esfuerzos improvisados para bendecir a los miembros de mi iglesia y
comunidad. Es una forma en que nos mantenemos espiritualmente conectados durante
esta temporada de aislamiento social.
El pastor Steve Evoy ha servido en la Iglesia Metodista Libre durante 25 años. Vive en
Wolverine, Michigan, donde trabaja como pastor de tiempo completo y maestro sustituto
de medio tiempo. También es un estudiante de tiempo completo, en camino de recibir una
maestría en educación de la Universidad Spring Arbor en mayo de 2020.
29
CAPÍTULO 5
La teología anglicana se entiende como de la “encarnación”. Es decir que “Dios amó tanto
al mundo que envió a su hijo unigénito, -en la carne-, al mundo”. Si bien hay valores que
dan dirección a la vida moral, no ponemos nuestro énfasis allí para nuestra vida en común.
Nuestro énfasis es que, como el Hijo de Dios vino al mundo, el Espíritu de Dios continúa
esa encarnación a través de la iglesia, el pueblo de Dios. Que mientras Jesús habló de sí
mismo como Dios encarnado, el apóstol Pablo también habla de que los miembros de la
iglesia son el templo del Espíritu de Dios, - sin ser completo en forma individual, sino como
un cuerpo.
Estar en línea es algo que al principio se siente como ser incorpóreo. No estamos
físicamente presentes para los demás. Eso significa que no estamos respondiendo los
unos a los otros en una de las miles de maneras por las que los seres humanos se
comunican. De hecho, la comunicación en línea se convierte mucho más en una
transmisión unidireccional que coloca al oficiante de las celebraciones como intérprete y
a aquellos que se unen en línea como audiencia.
tecnología y la afinidad de algunas personas con ella (¿personas más jóvenes?), ganamos
miembros para nuestra congregación.
Lo que hemos observado es que, del número de personas que "ven" nuestro servicio en
línea, un porcentaje significativo no lo está mirando en su totalidad, - aunque eso no me
desalienta a utilizar este medio de reunión lo mejor que podamos. Eso indica que debo
ser cuidadoso con lo que espero de la congregación que sintoniza. No tengo la posibilidad
de ponerme al día con ellos en la Hora del Café de la misma manera que lo hago en la
iglesia.
Esto puede ser diferente en una llamada zoom que un vivo por facebook. Una llamada de
zoom suele ser un grupo de personas que han sido invitadas a la reunión/encuentro, y
tienen una manera de responder y participar. Se le puede pedir a una persona en la
llamada zoom que dirija las Oraciones del Pueblo o que lea una lección. Los acólitos del
grupo podrían incluso encender y apagar velas que otros ven desde la cámara en su
31
dispositivo. Una llamada de zoom no es tan accesible para que el visitante casual se una
con los demás.
El reverendo Dr. John Floberg ha estado sirviendo en Standing Rock como sacerdote
episcopal desde julio de 1991. Inicialmente, sirvió en Ft. Yates y Cannon Ball.
Actualmente, reside en Standing Rock en el condado de Sioux (1,128 millas cuadradas,
con una población de casi 4,500 personas), donde la Iglesia Episcopal representa más del
15% de la población.
32
33
CAPÍTULO 6
Para una iglesia que se reúne en una escuela secundaria, lo estábamos haciendo bastante
bien. Sin embargo, la respuesta durante la transmisión en vivo fue mínima, generalmente
solo uno o dos comentarios de las mismas una o dos personas. Todo eso cambió cuando
golpeó el Coronavirus. Transformamos nuestra oficina en un estudio y comenzamos a
transmitir semanalmente exclusivamente en vivo.
Abrazos virtuales
“Hola familia”
34
“¡Buenos días!”
“Enviando abrazos virtuales para ti”.
“¿Cómo está ese dulce niño?”
“¡No puedo esperar para volver a salir contigo cuando todo esto termine!!!”
“Felicitaciones a los recién casados”
“¿Cómo va el embarazo? ¿Cómo te sientes?”
“¿Tu trabajo ha sido afectado?”
“¿Podemos enviarles la cena esta semana?”
Incluso estaban escribiendo saludos de sus hijos a otros niños cuyos padres estaban en
el chat. Yo estaba pasmado.
Redescubriendo la relación
Esta tendencia puede correctamente atribuirse a muchos factores diferentes: horarios sin
compromisos, aburrimiento, etc. Pero creo que es algo más profundo que eso. Creo que,
en la era del distanciamiento social, la gente se está volviendo más consciente de su
necesidad de una amistad profunda. En los Estados Unidos, donde vivo, estamos
constantemente rodeados de personas que conocemos. Ya sea en nuestros trabajos, en
la iglesia, en el gimnasio, en la práctica de fútbol de nuestros hijos o en una miríada de
otros lugares, muchos de nosotros estamos en diálogo permanente con gente. Pero si
35
miramos más profundamente, comenzamos a darnos cuenta de que el diálogo con ésta
gente es principalmente la charla pequeña y casual, y que son, en su mayoría, conocidos.
Para muchos de nosotros, el bombardeo constante de charla pequeña con conocidos
adormece nuestra necesidad intrínseca, dada por Dios, de una amistad profunda.
Tenemos muchos conocidos, por lo que parece que no hay necesidad de amistades.
Pasamos muchas horas en pequeñas conversaciones, así que parece que no hay
necesidad de una conversación y una conexión profunda. Pero luego vino el coronavirus.
En cuestión de días, la mayor parte del país pasó de días llenos de pequeñas
conversaciones con conocidos al distanciamiento social y el aislamiento. Las máscaras
que solíamos usar figuradamente han sido reemplazadas por máscaras literales que nos
separan de nuestras relaciones superficiales. Las conexiones triviales que anteriormente
pacificaban ahora han sido expuestas por lo que realmente siempre fueron: son falsas. Y
ahora, en nuestro momento cultural actual, esta verdad está en nuestras caras más
claramente que nunca: nos necesitamos unos a otros. Necesitamos amistades profundas.
Ahora, que casi todas las iglesias en Estados Unidos hacen reuniones digitales, debemos
hacerlo con esta verdad en mente. Nuestro contenido es importante, pero nuestra
conexión es un imperativo. Debemos crear intencionalmente espacios donde pueda
florecer la amistad profunda. No soy el más indicado para enseñar sobre ése gran espacio
que es internet. Creo que nuestra celebración a través de la música es increíble, pero no
es única. Esto es cierto para todos nosotros. No importa lo bueno que seamos, siempre
habrá alguien que tendrá un mejor y más atractivo contenido que nosotros. Pero hay una
cosa que cada uno de nosotros puede ofrecer que nadie más puede ofrecer: la conexión
con nuestra familia única de la iglesia. La necesidad de una amistad profunda no es mayor
a lo que siempre fue, pero la falta de conexión de la mayoría de las personas quedó
expuesta como nunca antes. Ahora mismo, la iglesia está en una posición única para
entrar en esa brecha digital y luego avanzar con esa antorcha mucho después de que
haya quedado atrás el distanciamiento social.
Zach Lambert es el pastor principal y fundador de Restore Austin, una iglesia en la zona
urbana de Austin, Texas. Tiene una Maestría en Teología del Seminario de Dallas y es
miembro de las juntas directivas de Restore Houston, Louder than Silence (una
organización sin fines de lucro para sobrevivientes de violencia sexual) y del Austin Church
Planting Network.
36
Zach Lambert
37
CAPÍTULO 7
Sin embargo, mientras estamos siendo empujados rápidamente hacia una transformación,
debemos estar atentos y en oración. Las decisiones que tomemos ahora, bajo la presión
de COVID-19, nos darán formas que nos acompañarán por muchos años. Es importante
que tengamos cuidado de no ser solo reactivos, respondiendo con pánico a la gran
necesidad que tenemos ante nosotros. Es imperativo que nos tomemos un tiempo para
pensar qué se necesita y qué se puede sostener. Son muchos que en las últimas semanas
han iniciado sus ministerios “digitales” por necesidad y con un sentido de urgencia, pero
sin pensar en las ramificaciones de sus decisiones a largo plazo. He escuchado a
personas hablar de hacer este ministerio en línea como una medida provisional para
satisfacer la necesidad inmediata hasta que las cosas vuelvan a la “normalidad”. Eso no
será posible, ya que nada será exactamente como era antes. Parte de lo que estamos
haciendo ahora tendrá que continuar, ya que está llegando a las personas en los bordes
de nuestras comunidades. Es hora de detenerse y pensar en lo que tú estás haciendo y
en lo que harás al seguir avanzando.
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¿Por qué?
¿Por qué quieres / necesitas hacer esto? ¿Por qué crees que es necesario? Si decides
llevar tu ministerio en línea, ¿por qué? ¿Porque todos los demás lo están haciendo?
¿Porque no podemos encontrarnos en persona? ¿Porque te sientes impotente y necesitas
hacer algo? Tómate un tiempo para detenerte y considerar porqué participas en el
ministerio en línea. Sé que al hablar con mis colegas, hay muchos que se sienten
presionados para ofrecer cosas en línea. Algunos se sienten abrumados, ya que no utilizan
la tecnología en línea de forma regular. Algunos incluso cuestionan su vocación, ya que
este cambio inmediato al ministerio en línea los ha dejado sentir ineptos. Otros se centran
en la cantidad de repeticiones de video y vistas y están entusiasmados porque llegan
mucho más allá de su parroquia, cuando en realidad están llegando a muy pocos
miembros de su parroquia.
La pregunta de ¿por qué? nos lleva a comprender nuestra propia vocación. La pregunta
de por qué desarrollamos un ministerio en línea se basa en la pregunta de por qué
respondimos “sí” al llamado al ministerio en primer lugar. Y eso puede ser diferente para
cada uno de nosotros. Pero cada uno de nosotros ha sentido un llamado a responder a
Dios ministrando a otros usando los dones que Dios ha dado y respondiendo a las
necesidades de la comunidad en particular a la que servimos. Entonces, antes de
continuar, tómate un tiempo para volver a conectarte con tu llamado y considerar el
ministerio que haces y por qué crees que conectarte en línea te ayudará a hacerlo.
¿Quién?
Pero cuando fui a establecer grupos pequeños en facebook, me di cuenta de que muchos
de mis feligreses en realidad no eran miembros de nuestra página. Aquí estaba enviando
información, sin darme cuenta de que no seguían la página y, por lo tanto, no siempre
39
obtenían la información. Estaba llegando a mucha más gente que en mi parroquia, pero
en realidad no estaba llegando a mis feligreses como supuse equivocadamente. Saber a
quién quieres llegar te ayudará a elegir una plataforma tecnológica, ¡y recuerda que el
teléfono también es una tecnología!
¿Qué?
Una vez que descubres a quién quieres llegar y su uso de la tecnología, aún debes
averiguar qué vas a hacer con esa información. ¿Qué tecnología o programa puedes usar
para lograr tu ministerio y “por qué”? Y eso puede ser tan poco tecnológico como decidir
llamar a todos sus feligreses para hablar con ellos y rezar con ellos. Si eso es lo que
necesitan y para lo que estás dotado para hacer, y se ajusta a tu visión de tu vocación,
entonces hazlo. No tienes que hacer lo que tus compañeros pastores están haciendo. Hay
mucha variedad disponible en línea y la gente puede encontrar lo que necesita. Te sugiero
que actúes según tus fortalezas, con los dones que Dios te ha dado. Puede ser un
concierto en línea, o puede ser un culto en audio, o puede ser un video o una transmisión
en vivo. Lo que haces no solo se guía por las necesidades que has identificado, sino
también por tu conjunto de habilidades y el conjunto de habilidades de tu comunidad en
general. Si te sientes llamado a un ministerio en línea más allá de tu conjunto de
habilidades, solicita ayuda. Puede haber alguien en tu comunidad que pueda ayudarte.
No tienes que hacer esto por tu cuenta.
Para mí, la cuestión de a quién puedo incluir fue un factor importante para elegir qué
plataforma usar. Sirvo en una zona muy rural con personas repartidas en tres islas, y
quería incluir a alguien de cada congregación en nuestra adoración en línea. Dadas mis
habilidades técnicas, las habilidades de mis feligreses y la lenta velocidad de internet en
esas comunidades, decidí el audio. Encaja en mi visión del ministerio que incluye muchas
voces, encaja en mi grupo demográfico de personas con y sin acceso a internet (ya que
el audio se reproduce fácilmente por teléfono), y estaba dentro de mi conjunto de
habilidades. Eso no significa que una vez que tomes una decisión sobre una plataforma
que todo está listo, funcionando, y puedes respirar y simplemente hacer lo que
normalmente harías. No puedes simplemente transferir lo que haces sin conexión a
hacerlo online. Las plataformas en línea pueden brindar oportunidades únicas para la
colaboración y la inclusión. Pudimos incluir a personas conectadas a nuestra parroquia
para liderar la celebración, a pesar de que viven lejos de nosotros. Estamos escuchando
y adaptándonos a medida que avanzamos para satisfacer las necesidades de nuestra
comunidad. Recuerde: el ministerio nunca es estático. También recuerda que tienes algo
40
único para ofrecer; tu voz y tu presencia son un regalo para tu comunidad, en la forma que
optes compartirlas.
CAPÍTULO 8
Si bien los límites para reunirse en persona han centrado nuestra atención
más estrechamente en los hábitos de oración diaria en el hogar, las
simples herramientas de redes sociales han ampliado nuestro alcance para
compartir la rica tradición del culto cristiano en Oneida.
La Iglesia de los Santos Apóstoles, La Misión Oneida, tiene unos 300 años. Fue fundada
en el estado de Nueva York en 1702 y se mudó a Wisconsin en 1822. El primer grupo de
Oneidas que hizo el viaje al oeste fueron los episcopales. Formado en las prácticas de la
Alta Iglesia de la Diócesis de Nueva York, alimentados por el culto anglo-católico de los
primeros obispos de Fond du Lac, y atendido durante los últimos 200 años por el clero
misionero y diocesano, dos sacerdotes Oneida, dos diáconos Oneida y dos órdenes de
monjas episcopales, la congregación hoy cuenta con unos 50 fieles cada domingo. Sin
embargo, los Santos Apóstoles está conectada con más de la mitad de las familias de la
comunidad Oneida más amplia que se considerarían ser "miembros" de la parroquia.
Realizamos entre un tercio y la mitad de los funerales de Oneida cada año, llenando
regularmente la "Iglesia de Piedra" de 134 años, y el nuestro es el cementerio más grande
dentro de la reserva.
Durante las primeras dos semanas, hemos alcanzado entre 50 y 250 personas cada día,
y hemos tenido hasta 1.000 visitas para los videos del culto del domingo que
promocionamos a través de facebook a personas dentro de las 10 millas de la iglesia.
Aunque pocos de esos espectadores son en realidad feligreses de los Santos Apóstoles,
hay algunos signos alentadores entre los nuestros. Un feligrés que trabaja como
camionero de larga distancia se unió a facebook por primera vez para seguir nuestra
página, y dijo que los videos son justo lo que necesitaba mientras estaba de viaje. Otro
feligrés, un anciano que asiste con su nieta, vino a recoger palmas y un libro de oraciones
porque vio el video de celebración del Domingo de Ramos.
Además de los videos diarios de Oración Matutina y del culto dominical, también hemos
creado un video de las Estaciones de la Cruz en cuaresma y filmaremos un video de “Hora
Santa” para devociones personales el Jueves Santo y el Viernes Santo usando recursos
de Forward Movement (www .forwardmovement.com). Para el día de Pascua, filmaremos
a dos hombres de la parroquia que cantarán el cántico Te Deum en el idioma Oneida, que
es la práctica característica de la iglesia de los Santos Apóstoles. Se canta en Pascua, en
Nochebuena, y cada vez que el obispo visita la parroquia. Se ha cantado en cada
ordenación de un obispo para la diócesis de Fond du Lac.
43
Mi enfoque pastoral en este tiempo de pandemia, más allá de estar disponible por teléfono
para los asuntos administrativos parroquiales, el cuidado pastoral y el Sacramento de la
Reconciliación, ha sido alentar a la oración de los feligreses en su vida privada. Les he
instado a llevar a casa un Libro de Oración Común con guías simples que he creado a lo
largo de los años para aquellos que están aprendiendo a rezar el Oficio Diario (Oración
de la Mañana y de la Noche) en casa. También he compartido, con colegas del clero y
laicos que se enfrentan al mismo distanciamiento del culto dominical habitual que mis
feligreses, mi serie en cinco partes en youtube llamada "Conceptos básicos del Oficio
Diario" (https://www.youtube.com/watch?v=iLwNrZ8OD_c)
Sin embargo, por el lado positivo, nuestro diácono ha logrado un nuevo contacto con un
joven del personal del hogar de ancianos que pondrá nuestros videos de facebook a
disposición de los residentes que no tienen acceso a una computadora. También
planeamos intentar el uso de zoom para el estudio bíblico del domingo por la mañana.
Una vez más participaremos en el Good Book Club (www.goodbookclub.org), donde los
episcopales leerán juntos el Evangelio de Mateo durante período de la Pascua. Los
feligreses han disfrutado estos estudios del Good Book Club dos veces antes, y algunos
de los ancianos están sorprendentemente ansiosos por probar zoom.
Si bien por las limitaciones para reunirse en persona han centrado nuestra atención más
estrechamente en los hábitos de oración diaria en el hogar (o lo que el obispo episcopal
de la Nación Choctaw, Oregón, Steven Charleston llama “refugiarse en la fe”), las simples
herramientas de redes sociales como facebook han ampliado nuestro alcance para
compartir la rica tradición del Culto cristiano y Episcopal en Oneida. Creo que
continuaremos ofreciendo muchos de estos recursos simples de redes sociales, incluso
cuando regresemos a nuestros bancos familiares en la Iglesia de Piedra en el centro de
Oneida.
44
CAPÍTULO 9
Pero este Domingo de Ramos fue obviamente diferente. Aquí en la Diócesis de Texas, no
hemos estado en “circunstancias normales” durante cuatro semanas. Desde el viernes 13
de marzo, cuando recibí el mensaje de texto de nuestro obispo de que de inmediato
debíamos cerrar nuestras puertas para el culto público, la gente de San Felipe no se ha
reunido en nuestro hermoso y antiguo santuario. Nos hemos estado reuniendo a través
de zoom: no solo para la adoración, sino también para los asuntos administrativos, la
oración diaria y algo de diversión muy necesaria.
Si el domingo pasado hubiera sido el domingo #1 por zoom, habría estado desesperado.
¿Qué es el Domingo de Ramos, después de todo, sin una procesión (o palmas, para el
caso)? ¿Cómo podríamos pasar el oscuro drama de la Semana Santa sin el alimento
espiritual de la Eucaristía? No puedo decir que todavía esté sufriendo esas pérdidas. Por
el contrario, el Domingo de Ramos me encontró de un humor mucho más alegre para
celebrar virtualmente el culto de lo que hubiera esperado era posible incluso unas pocas
semanas antes.
46
El domingo anterior (domingo zoom #3), habíamos decidido que, dado que no podíamos
hacer la procesión alrededor de nuestra iglesia el Domingo de Ramos, cada uno de
nosotros sería responsable de decorar nuestras ventanas de zoom individuales en honor
a la entrada de Jesús en nuestros hogares. Mi plan había sido utilizar un fondo virtual,
entre otras cosas porque tenía muchas otras tareas para la semana siguiente. Así es como
sucedió que entré en pánico menos de una hora antes de la celebración, por no darme
cuenta hasta ese momento de que ninguna de nuestras computadoras portátiles familiares
soportaba fondos virtuales. “Tengo esto”, dijo mi esposo. Mientras yo le daba los últimos
toques a mi sermón, él y nuestra hija saquearon alegremente las telas de nuestro armario.
Por mucho que espere que el Domingo de Ramos 2021 se parezca más al Domingo de
Ramos 2019 para la parroquia San Felipe, el Domingo de Ramos 2020 es un ejemplo de
todas las formas en que para siempre hemos sido cambiados, y en gran medida para
mejor, por la experiencia de ser una iglesia digital durante este tiempo de pandemia. Que
hayamos podido cambiar es la primera (y más feliz) sorpresa. Hace cuatro semanas, les
habría dicho que nuestra congregación era demasiado vieja, demasiado pequeña y
demasiado rural para beneficiarse mucho de las herramientas digitales. Soy profesor
universitario de lunes a viernes y he usado zoom profesionalmente durante mucho tiempo.
Sin embargo, antes de la pandemia, nunca se me habría ocurrido pedir a mis feligreses
que descarguen y luego dominen un software de conferencias tan “sofisticado”. Imagina
mi sorpresa, cuando cada persona en nuestra congregación (muchos de ellos mayores de
70 años) hicieron exactamente eso en el espacio de un solo fin de semana.
47
Que nuestra historia está lejos de ser única es la mejor noticia que he escuchado sobre la
religión organizada en 20 años. Si incluso las comunidades tradicionales como la nuestra
pueden adaptarse a un cambio repentino, entonces la iglesia es más saludable y más
resiliente de lo que creíamos. Ahora que sabemos esto, tal vez podamos dejar de
retorcernos sobre el número cada vez menor de personas en nuestros bancos y
simplemente continuar con la tarea de convertirnos en sal y luz en el siglo XXI.
En la parroquia San Felipe, ya hemos comenzado a conversar sobre cómo será para
nosotros cuando las cosas "vuelvan a la normalidad". Zoom ha aumentado nuestra
asistencia los domingos por la mañana en más de un 50% y también nos ayudó a tener
éxito por primera vez al ofrecer Oración a mitad de semana, eventos sociales y el estudio
de la Biblia. Al igual que muchas iglesias pequeñas, nos hemos esforzado en ofrecerlos
como suplementos al culto dominical en nuestro espacio tradicional. Resulta que zoom es
un gran igualador. Permite a los feligreses mayores evitar conducir por la noche y requiere
un menor compromiso de tiempo de los más jóvenes. Quizás lo más importante, permite
que la iglesia sea accesible para nuestros feligreses con enfermedades crónicas y
discapacidades. Ahora que todos lo tenemos, seguiremos usando zoom para reuniones y
eventos sociales a mitad de semana y también para incluir personas en el culto dominical
que no pueden reunirse con nosotros físicamente.
La iglesia zoom también ha cambiado a quién contamos como “de nosotros”. Por un lado,
nunca hemos estado más arraigados en nuestra localidad en particular. Por otro lado,
personas de todo Texas y otros cinco estados se nos unieron en el culto. Muchos de ellos
se están convirtiendo a ser parte de nuestra comunidad. Estamos comenzando a tener
conversaciones sobre cómo podríamos continuar esas relaciones una vez que las iglesias
se reúnan de nuevo físicamente. Es difícil predecir cómo se verá, pero estoy seguro de
que no se será como acostumbraba ser nuestra iglesia local.
mejor es comunidad. Para nosotros, lo que eso significa son oraciones comunes, la
Palabra predicada y el don de estar juntos, incluso (tal vez especialmente) cuando
estamos lejos de la cámara perfecta. La iglesia zoom nos ha recordado que la celebración
en su mejor sentido es un juego sagrado. Nos ha hecho más adaptables, creativos y
generosos. Este es el carisma que la iglesia necesitará, sea lo que fuere que venga
después.
Nandra Perry es una sacerdote no remunerada que sirve a la Iglesia Episcopal de San
Felipe en Hearne, Texas. Ella ve a las iglesias pequeñas y a los ministros de doble
vocación en una posición única para dar vida a las comunidades en dificultades y está
nuevamente entusiasmada con el papel de las herramientas digitales para apoyar ese
esfuerzo.
49
CAPÍTULO 10
Volviendo a la normalidad6.
Por Michael Piazza
La gente dice: «Cuando las cosas vuelvan a la normalidad» y ello suele provocar en mí
una de dos respuestas. Casi siempre tengo ganas de decir: «Espero que nuestra vida
nunca vuelva a la normalidad. Quizás podamos ser más amables y compasivos, más
sensibles y empáticos cuando termine este aislamiento forzoso debido a la pandemia.
Quizás comprendamos que los pobres y marginales en nuestra sociedad necesitan y se
merecen la misma atención médica que los ricos». Esta es probablemente mi respuesta
pastoral y profética.
Sospecho, por ejemplo, que en Nueva York (donde se encuentra mi congregación) los
restaurantes estarán abarrotados tan pronto como se pueda volver a ir. La mayoría de
nosotros estamos cansados de cocinar y comer en casa. Sospecho que después de
algunas semanas comiendo afuera con amigos que hacía tiempo que no veíamos vamos
a invitarlos a nuestra casa con más frecuencia para poner en práctica las recetas que
descubrimos y nuestras habilidades culinarias. Las empresas descubrieron que sus
empleados pueden realmente trabajar desde sus hogares y que lo harán, de modo que
las costosas oficinas desaparecerán gradualmente, de la misma forma en que lo harán las
6
Traducción: Natalia Cabuccio
50
Mi seminario está evaluando mis clases de otoño según si se pueden dictar eficazmente
en línea. La gente ha adquirido nuevas habilidades y el aprendizaje a distancia está
teniendo más sentido, incluso para el clero. En nuestra pequeña y muy urbana iglesia,
nuestras clases de formación espiritual en línea tienen más concurrencia que las dictadas
en persona y la asistencia al culto virtual se ha cuadruplicado en comparación con la
presencia personal. Los miembros de la diáspora de nuestra moderna fugacidad están
participando nuevamente del culto y contribuyendo desde lugares lejanos y dispersos.
Jóvenes desde lugares tan lejanos como Inglaterra están asistiendo al culto y se unen por
zoom a la reunión de café posterior. La congregación se encargó de la tarea pastoral
llamándose y contactándose entre sí cada semana. Algunos miembros se sienten más
cuidados durante esta crisis que cuando las cosas eran «normales».
Las iglesias de línea principal se han fusionado y cerrado durante varias décadas. Si
prestamos atención al desarrollo de esta pandemia, ello se acelerará aún más ya que
51
Un proverbio chino nos desea que «vivamos épocas interesantes». Los estadounidenses
podrían interpretar esto como algo bueno y, para algunas pocas congregaciones, podría
serlo. Sin embargo, para la mayoría es posible que no lo sea. El calor del sol derrite la
cera y endurece la arcilla. El COVID-19 no es algo positivo, pero si las iglesias son ágiles
y se adaptan Dios bien podría ponerlo a nuestro favor (Romanos 8:28). Si nuestro único
plan es volver a la «normalidad», tengo dudas de que incluso Dios nos pueda salvar.
CAPÍTULO 11
Alemania todavía estaba cerrada cuando se escribió este ensayo. En aras de la brevedad,
son necesarias algunas generalizaciones, ya que la mayoría de datos detallados aún no
están disponibles. Las conclusiones son tentativas y personales. Sin embargo, la
pandemia del corona ha cambiado tremendamente la iglesia, y la iglesia no será la misma
cuando termine la pandemia.
En este entorno tradicional, los edificios de la iglesia son esenciales, ya que son el centro
de la mayoría de las actividades. Por supuesto, hay congregaciones con una fuerte
presencia digital que tienen programas de divulgación para atraer nuevos miembros, pero
para la mayoría de las iglesias, el enfoque se centra en las actividades que se realizan en
las instalaciones de la iglesia. Aunque esto es una simplificación excesiva, existe la
54
sensación general de que las actividades en las redes sociales solo conducen a
encuentros virtuales, mientras que los encuentros reales son encuentros cara a cara. El
servicio de mensajería más extendido en Alemania, WhatsApp, se considera ilegal de
acuerdo con las leyes de protección propias de datos de las iglesias y no debe usarse
para consejería o cuidado pastoral. La preparación digital de muchas parroquias es
mínima.
Sin previo aviso, todos los servicios de la iglesia fueron suspendidos debido a la pandemia
de COVID-19. Algunas iglesias ya tomaron esta medida voluntariamente una semana
antes que Alemania como país se encerró. En general, se aceptó que los feligreses deben
ser protegidos y las reuniones físicas en la iglesia deben ser dejadas de lado. Las leyes
de la iglesia que regulaban la vida de la iglesia ya no eran aplicables. Una iglesia que
había dependido de una presencia física tuvo que volverse digital en cuestión de días o
volverse irrelevante.
“Iglesia desde casa” (“Kirche von zu Hause”) se convirtió en el principio rector. La gente
ya no podía ir a la iglesia; la iglesia tuvo que ser llevada a las casas de los miembros. Por
supuesto, no todos los pastores y parroquias podrían hacer frente a la nueva situación.
Sin embargo, fue realmente sorprendente ver una nueva creatividad y agilidad. La crisis
del coronavirus desató una nueva vitalidad. Solía tomar meses discutir si es necesario
transmitir los cultos en directo y resolver todas las posibles implicaciones legales.
¿Necesita la iglesia una licencia de transmisión? ¿El contrato de trabajo del organista
cubre la transmisión en línea? Por nombrar solo dos de las muchas preguntas legales:
ahora las iglesias comenzaron a transmitir sus cultos de un domingo a otro sin aclarar todo
legalmente. Estar cerca de la gente se ha vuelto más importante que un estricto
cumplimiento de las regulaciones que se hicieron para un momento diferente. Centrarse
en las necesidades de las personas en lugar de anticipar todos los posibles problemas
legales y quedar paralizado por los problemas condujo a un cambio cultural: hacer iglesia
y ser iglesia en lugar de pedir orientación y regulaciones para organizar la vida de la
iglesia.
que él estará en ellos incluso en las circunstancias adversas de una pandemia? Muchas
congregaciones protestantes invitaron a sus feligreses a la Sagrada Comunión, en casa o
digitalmente.
Hacer las cosas de manera diferente también deriva en que uno vea lo que es esencial.
Muchas congregaciones están haciendo esfuerzos para transmitir sus cultos desde su
iglesia, y el pastor predica a una audiencia en línea frente a bancos vacíos. La televisión
pública ofrece una transmisión todos los domingos cuya calidad es muy superior a la
transmisión de un video desde un teléfono celular de alguna iglesia local. Pero más
importante que la calidad de la transmisión es de dónde proviene la transmisión: la iglesia
local. Por lo tanto, la iglesia es local y se basa en una comunidad. ¿Las parroquias
continuarán transmitiendo después de la crisis para que las personas mayores también
puedan ver digitalmente a su pastor el domingo, en lugar de ver una transmisión en la
televisión nacional?
Aunque todavía no hay estadísticas definitivas disponibles, las iglesias que transmiten sus
cultos a menudo informan que más personas ven la celebración en línea que la asistencia
al templo antes del cierre de emergencia. Una razón para asistir a la iglesia en línea podría
56
ser que otras actividades no están disponibles. Sin embargo, los cultos en línea acercan
a personas que antes no asistían a la iglesia. Otra observación es que, con bastante
frecuencia, más de una persona sigue el culto en línea en un dispositivo. La iglesia también
puede ser una red de personas y familias conectadas. Un argumento a favor de la
transmisión en vivo antes de la crisis del coronavirus fue atraer a nuevas personas:
¿continuarán las iglesias transmitiendo después de que termine la pandemia?
CAPÍTULO 12
Aquí hablo desde mi corazón, no como una experta. Como que vivo, la iglesia es
tremendamente importante para mí. He sido pastora durante más de cuarenta años en
congregaciones florecientes, del tipo que marca la diferencia para las personas y sus
comunidades en las que crecieron y prosperaron. La misión de mi vida es la nutrición
espiritual para la capacidad pública. Yo pastoreo una iglesia progresista con una fuerte
piedad. Nos amamos, en su mayor parte, como pastora y las personas.
Incluso antes del virus, vivíamos en un mundo peligroso y colgado. La gente está
eucarísticamente hambrienta; la especie había comenzado a descomponerse mucho
antes de que apareciera este virus. Los tiroteos escolares en los que sacrificamos a los
jóvenes se unen al liderazgo despistado y a que en lo cívico nos dividen para colocarnos
a todos en posiciones precarias. Nuestro pecado nacional original de racismo nos obligó
a repetir, con voz ronca, que las vidas negras importan. Las candidatas mujeres
permanecen invisibles o ignoradas o declaradas “no elegibles”. Agrega el virus a la olla y
te hará hervir.
La celebración virtual se incorporó a la olla hirviendo como una ‘curita’ (apósito) para
muchos. Las mega iglesias vieron la oportunidad en tecnología de todo tipo y la
celebración de cultos con recursos lo suficientemente temprano como para que funcionen.
Eran lo suficientemente inteligentes y lo suficientemente abiertas como para experimentar
58
Entonces, ¿qué pasará?. Las congregaciones más grandes harán el trabajo para las
congregaciones más pequeñas. Invitarán a congregaciones más pequeñas al culto
virtualmente con ellos. Eventualmente, estas congregaciones se fusionarán, lo que
deberían haber hecho hace una década. Ahora encontrarán una celebración significativa
basada en la tecnología en línea, como así también música, meditaciones bien elaboradas
y breves, imágenes, diseños, en iglesias que no son las suyas. Les encantará alabar a
Dios en pijama y todavía tener un grupo social primario en su congregación de edad
avanzada, pero sin tener que molestarse por el culto y el estacionamiento y las reuniones
disfuncionales de los fideicomisarios.
Por supuesto, la adoración en línea prevalecerá, aunque no sea por otra razón porque es
novedoso. No necesitarás un estacionamiento para celebrar en línea. Las facturas de
servicios públicos también son menores. Las personas que pensaban que eran demasiado
buenas para la adoración virtual adorarán virtualmente, al igual que pueden hacer
podcasts virtualmente e ir al gimnasio virtualmente y hablar virtualmente con sus nietos.
Se preguntarán por qué esperaron tanto y asistieron a cultos pésimos en un santuario a
un tercio de su capacidad que parecía vacío, escuchando a personas que no saben cantar,
e intentan cantar. Este cambio ocurrirá primero como una solución a corto plazo a un
problema de más largo plazo: la incapacidad de las iglesias de membresía más pequeñas
de sobrevivir, de cualquier forma, cualquier día. Esto se convertirá en la nueva normalidad.
La gente quiere interactividad; no quieren que se les hable. La gente quiere alivio de la
vergüenza y la culpa, y los púlpitos y los bancos exudan vergüenza y culpa. También
representan la voz grande, masculina y potente, que suena demasiado como de un dedo
enojado de papá para la mayoría de las personas. A pesar de que la mitad del clero
principal y fuera de línea hoy en día son mujeres, que simplemente se ven divertidas en
los púlpitos y generalmente terminan predicando “de arriba a abajo” en lugar de “hacia
arriba”. Esto significa que ellas van a la base y se acercan a las personas, en lugar de
usar el púlpito desde el cual miran hacia abajo a las personas. No todas las mujeres hacen
este cambio y no todos los hombres están enfadados.
Pero una tendencia es una tendencia. Congregaciones que se están fusionando, y más
de una celebrando el culto en un lugar bien calefaccionado o bien frío todo el día de un
domingo o de un miércoles por la noche, eliminando los bancos de modo que sean
posibles diferentes configuraciones de sillas, y que se alquilan durante la semana, también
es posible. Todas estas cosas ayudarán a las congregaciones individuales a sobrevivir el
tiempo suficiente para rezar otro día más, pero de otra manera.
La oficina tal como la conocemos probablemente se haya ido. ¿Por qué tener una oficina
cuando puedes hacer zoom? La escuela tal como la conocemos probablemente ya no
existe. ¿Por qué conducir a la escuela cuando puedes conectarte? ¿Sus hijos no siempre
piden tiempo frente a la pantalla?
El mundo exterior se está yendo y el mundo interior se está afianzando. Este cambio es
la mejor noticia que podría haber, ya que lo exterior llevaban mucho tiempo venciendo a
lo interno, 12 - 1. Los leones 12, los cristianos 1 es la otra forma de hacer la cuenta. Lo
individual se va y prevalece lo colectivo. La Reina Corona no sabe nada sobre clase o
raza, y no tendremos tiempo suficiente para enseñarle. Incluso podemos encontrar un lado
positivo en lo que antes se entendía como la mierda más alta: todos somos uno. No somos
individuos sino miembros, unos de otros. E pluribus Unum. Con libertad y justicia para
todos.
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La Pascua de Resurrección y Pesaj ya no están, al menos tal como los conocemos. Ambos
están y no están allí, y poderosamente. Estamos desesperados por el aliento fresco de
las fiestas religiosas, como con un ventilador, pero no tenemos suficientes.
Podríamos reunirnos si con este error somos realmente afortunados, pero el dinero
importante se asocia a Broadway cuando en los días de fiestas religiosas se oscurece. El
teatro puede depender de una audiencia; la fe no lo hace. A la fe le gusta una audiencia
pero no requiere una. Durante el tiempo de la Peste Negra en la Edad Media, se requería
que las personas fueran todos los días a la iglesia a las 11:00 am. Eso fue antes de que
supieran de frases como "aplanar la curva" o "distanciamiento social" o, para el caso,
biología molecular.
El fin de semana también se fue. Sin ser sarcástico, pero perder la práctica de deportes y
el fútbol infantil y bares y restaurantes es probablemente más difícil para las personas que
el culto virtual. La bibliotecaria de Yale, Judith Ann Schiff, explicó cómo se inventó el fin
de semana. En 1926, Yale puso fin a la asistencia obligatoria a la capilla para los
estudiantes. Que el domingo no fuera más obligatorio asistir al servicio religioso significó
que todos podían vivirlo en la ciudad. Actualmente la oración es tan necesaria que ni
siquiera tienes que hacerla obligatoria.
Donna Schaper, quien bloguea con el nombre de Dolly Mama, es una pastora ordenada
bautista/UCC con 42 años de experiencia liderando congregaciones. Ella está intrigada
por el budismo del Dalai Lama y la música de Dolly Parton. Está casada con un judío
practicante. Su espiritualidad se mezcla y se funde. Su último libro publicado, de 37, es “I
Heart Francis. Letters to the Pope from an Unlikely Admirer”. La Reina Corona le ha pedido
que diga algo, y ella ha aceptado. La receta es, una parte de desprendimiento, y una parte
de compromiso, todo de una insoportable levedad.
62
CAPÍTULO 13
El 1º de abril a menudo se asocia con el “Día de los inocentes” para la mayoría de los
estadounidenses. Pero el 1º de abril de 2020, ha visto un panorama muy diferente para
todos en todo el mundo. Actualmente nos encontramos en un momento en el que el
distanciamiento social es la norma en la que estamos llamados a vivir. Debido a la
pandemia de coronavirus, las personas en todo el mundo han recibido instrucciones de
poner distancia entre ellos y los demás. La esperanza es que al minimizar el contacto
entre individuos, se evitará la transmisión de enfermedades. Los eventos grupales y los
espacios públicos en muchos países han sido cerrados o cerrarán, y a muchos se les dice
que eviten las aglomeraciones si es posible. Para las iglesias, esto ha significado cancelar
sus reuniones semanales.
Y para las iglesias, esto es un gran problema. La vida de la mayoría de las iglesias gira en
torno a sus cultos semanales. Es la única vez en la semana cuando los miembros de la
iglesia se reúnen, se conectan socialmente, comparten una experiencia común, se sirven
unos a otros y ejercen su práctica fiel de celebración espiritual.
El culto semanal también es el foco al que los pastores o sacerdotes dedican la mayor
parte de sus energías. Si bien pueden recibir capacitación en otras áreas, como el
asesoramiento pastoral y la educación religiosa, este evento ocupa la mayor parte del
tiempo y los esfuerzos de los líderes de la iglesia. Es el espacio donde se comunican con
los miembros y la estructura alrededor de la cual se construyen otros programas. La liturgia
que usan ayuda a definir su identidad de quiénes son como iglesia.
Entonces, ¿qué sucede cuando un evento presencial ya no es una opción? ¿Qué sucede
cuando reunirse en un lugar específico en un momento específico ya no es posible o
seguro? ¿Qué es la iglesia entonces? A mediados de marzo de 2020, las iglesias y los
líderes de América del Norte y Europa tuvieron que enfrentar estas preguntas de frente.
La mayoría respondió tratando de averiguar cómo traducir sus cultos presenciales a
experiencias en línea. Muchas guías prácticas han circulado en línea ofreciendo consejos
sobre cómo los líderes de la iglesia pueden transmitir en vivo su sermón o cómo improvisar
un culto. Su objetivo es ofrecer a los miembros una celebración algo similar a la que
experimentan en persona durante el evento semanal pero en la seguridad de sus propios
hogares.
Sin embargo, con cientos de nuevas iglesias experimentando en vivo por facebook a
finales de marzo de 2020, aproximadamente al mismo tiempo el domingo por la mañana,
se sobrecargó el sistema de servidores en línea. Muchos miembros iniciaron sesiones con
pantallas que quedaron en blanco o vieron el arduo trabajo de su pastor para tratar de
proporcionar un culto en vivo que se retrasó varias horas o incluso el almacenamiento en
búfer constante durante el evento de transmisión en vivo.
En lugar de ver este tiempo de distanciamiento social como una dificultad a superar o un
problema a ser resuelto, tal vez podría verse como una oportunidad. ¿Qué pasaría si nos
hiciéramos esta serie de preguntas?:
“¿Deberían las iglesias poner sus esfuerzos en invertir en tecnología digital para
replicar lo que siempre se ha hecho, o podría haber un enfoque más reflexivo de
ser iglesia usando la tecnología?”
Este es un momento único para considerar lo que significa ser una comunidad en un
mundo de distanciamiento social. La tecnología definitivamente puede ayudarnos a cerrar
la distancia social entre las personas, pero ¿por qué no invertir energía y creatividad en la
creación de nuevas formas de conectar, apoyar y cuidar tangiblemente el uno al otro
durante este tiempo? Las necesidades de los miembros de la iglesia han sido, lo que la
investigación ha demostrado, que los estadounidenses están cansados de la experiencia
habitual de la iglesia (Barna Group, 2020)7. Como participantes activos de la iglesia,
muchos feligreses dicen que todavía anhelan una conexión significativa y un aporte
espiritual.
Estos son temas en los que he estado pensando bastante. Durante los últimos dos años,
he estado estudiando el estado de la iglesia en Estados Unidos, observando las
tendencias en la asistencia a la iglesia, las creencias religiosas y las afiliaciones. Esta
investigación me llevó a desarrollar “Shepherding My Church” como una forma de ayudar
a captar la visión de una iglesia de lo que significa la definición del Nuevo Testamento de
la palabra iglesia (ecclesia) en una cultura del siglo XXI. El proceso comienza con un
cambio de paradigma de la palabra iglesia y conduce al liderazgo de la iglesia a través de
un proceso de descubrimiento de la misión deseada para su iglesia.
7
Barna Group es una empresa evangélica cristiana de encuestas.
65
Las estadísticas muestran que la asistencia a la iglesia en todos los sectores, incluidos los
protestantes, católicos, tradicionales y evangelicales, está disminuyendo (Grupo Barna,
2020). Los viejos modelos de ser iglesia simplemente no parecen estar funcionando o
conectándose con las próximas generaciones de millennials y Gen Z. La idea de que “todo
volverá a la normalidad” después de una pandemia global que altera la vida
probablemente no será la realidad.
Mi trabajo con Shepherding My Church me llevó a investigar qué significa ser una
comunidad espiritual en el siglo XXI y cómo podemos usar la tecnología para ayudar a
construir conexiones comunitarias más profundas para los creyentes. Parte de mi
respuesta sobre cómo las iglesias pueden aprovechar la tecnología para construir una
comunidad espiritual se ha manifestado en una aplicación única que he diseñado llamada
SURROUND, https://www.surroundapp.com/ que se lanzará en abril de 2020.
Este proyecto de desarrollo de aplicaciones analiza cómo la tecnología puede ser de gran
ayuda para construir una comunidad espiritual de conexiones significativas. El objetivo es
ofrecer una plataforma que brinde a las iglesias un espacio de redes sociales donde los
miembros puedan construir conexiones espirituales entre sí. Espero que esta plataforma
conecte a los miembros de la iglesia en las comunidades locales que conduzcan a un
compromiso espiritual genuino entre ellos más allá de los muros de una iglesia.
En el momento de escribir este artículo, varias iglesias están luchando actualmente sobre
cómo responder a la directiva de distanciamiento social. El estar a tiempo es a menudo
esencial para un impacto profundo. Si esta aplicación ya estuviera disponible y fuera
utilizada por una multitud de iglesias antes de que ocurriera la pandemia, las comunidades
espirituales ya estarían beneficiándose. Estas iglesias tendrían una plataforma que
proporcionaría vías de conexión que van más allá de los muros de la iglesia. Lo que
necesitamos en este momento es no solo replicar en línea los aspectos tradicionales de
la iglesia, sino que dar un espacio y proporcionar recursos para experimentos más
creativos sobre lo que podría ser la iglesia.
66
En lugar de que el distanciamiento social sea algo de temer por las organizaciones
eclesiásticas, debemos verlo como una oportunidad única para reinventar la iglesia y traer
esperanza a un mundo lleno de mentalidades de miedo, ansiedad y escasez.
Fuente
Grupo Barna. (2020). Cinco tendencias que definen la relación de los estadounidenses
con las iglesias. Recuperado de www.barna.com/research/current-perceptions.
67
CAPÍTULO 14
La situación actual ha afectado mis puntos de vista sobre cómo hacer y ser iglesia en línea
(online). Presentaré cuatro “lecciones” que he aprendido hasta ahora. He estado muy
interesado en estos temas durante bastante tiempo. Pero siempre he tenido un enfoque
bastante fuerte en la comunidad local que cumple con AFK 8 (lejos del teclado). Y quizás,
los primeros ejemplos de la iglesia en línea en el mundo virtual de Second Life me
fascinaron y me hicieron desconfiar de “reemplazar” la comunidad física con una versión
en línea de la misma. Por lo tanto, he tenido dificultades para tratar de encontrar formas
de integrar completamente la comunidad de la iglesia local con la vida en línea como
iglesia. Sospecho que para aquellos que han sido como yo en este aspecto, las cosas han
cambiado bastante rápido ahora.
8
AFK = away from keyboard, significa lejos del teclado.
68
En el pasado, siempre las discusiones sobre los cultos y servicios de transmisión en vivo
tendían a ser muy problemáticas debido al hecho de que la vida privada de los
participantes en el servicio estaría en peligro. Ahora, aunque hay un límite de 50
participantes reunidos al mismo tiempo, ¡este problema ha desaparecido por completo!
Todo debería estar bien, siempre y cuando no grabemos a aquellos que no se registran
para ser vistos en la pantalla. Esta resistencia y este rápido cambio de opinión, por
supuesto, no es nada extraño o notable en sí mismo. Los humanos tenemos una inercia
incorporada para cambiar, y tal vez la transmisión en vivo en internet antes no se haya
visto realmente como algo esencial. Ante el sólo hecho de que los miembros regulares de
la parroquia comenzaron a quedarse en casa, es que pudimos facilitar esta forma de
participación en el culto. Esto es ahora accesible no solo para los miembros, sino también
para aquellos que de otra manera nunca asistirían a un culto.
Como vicario y párroco, veo grandes oportunidades y una gran necesidad no solo de
transmitir celebraciones en vivo durante la pandemia, sino también de hacerlo
constantemente en el futuro. Esto se debe a que muchas personas no tienen la
oportunidad de participar en el culto localmente, quizás por razones de salud o falta de
tiempo. Pero también, por razones geográficas. Esto, por supuesto, puede haber sido un
problema desde antes de la pandemia. Pero ahora, tal vez hemos empezado a entender.
No solo yo, sino también muchos dentro de mi iglesia.
69
Un amigo que había venido a cenar me dijo que muy pronto habría media hora de oración
en zoom, y que éramos bienvenidos a participar. En total, hubo quizás 8 conexiones con
un total de aproximadamente 15 personas participando. Después de una breve
presentación y la mención de los temas por los que el grupo había estado orando
recientemente, surgieron nuevos temas de oración y luego oramos juntos.
Mi reflexión al respecto fue, cuán simple y con una falta total de roles definidos, todo
funcionó. No nos conocíamos, pero ahora estábamos juntos en la misma sala digital y
oramos juntos, el uno por el otro y los demás que habíamos mencionado. Y éramos un
grupo bastante grande que se reunió sin que la mayoría de nosotros nos hubiéramos
conocido antes.
Creo que reflexionar sobre cómo podemos practicar la vida cristiana en una nueva
situación es extremadamente importante para la iglesia. Debemos resistir el impulso de
ser demasiado rápidos y tal vez desechar la teología en nuestro esfuerzo por mover la
iglesia a online. Debe hacerse la tarea teológica preparatoria de relacionar lo que hacemos
con lo que creemos y ya estamos haciendo. Seguramente, ¿sería una tentación sentarse
con pan y vino y asistir a una celebración del culto por internet?. Es muy difícil dar razones
teológicas fuertes, en un contexto luterano. Podrán surgir otras alternativas de la rica
historia de la iglesia, como la comunión espiritual. En nuestras circunstancias específicas,
muchas prácticas cristianas ya se han establecido y se pueden practicar libremente.
Aunque en muchos sentidos las cosas ahora se mueven muy rápido, es importante
tomarse el tiempo para "traducir" la identidad de la iglesia a la vida espiritual en línea. Por
supuesto, hay muchos más descubrimientos por hacer, cómo ser y cómo hacer iglesia en
línea. Espero aprender más, tanto de los feligreses y teólogos, como de otros.
CAPÍTULO 15
• Duelo/dolor: ¿qué hemos perdido y cuáles son los desafíos que enfrentamos
ahora?
1. Duelo/dolor/pena
2. Conciencia
En las primeras etapas del cierre del Reino Unido, muchos sacerdotes se apresuraron a
transmitir en vivo las celebraciones de la iglesia en facebook y youtube. Intentaban
efectivamente replicar en línea la experiencia basada en la iglesia. Antes de ser ordenado,
trabajé en el área de tecnología digital y aprendizaje en línea. En el entorno en línea me
siento muy cómodo: se combina casi a la perfección con mi vida fuera de línea. Soy
residente en línea, en lugar de visitante. Yo prefiero esta terminología a la del nativo digital
y el inmigrante digital (White & Le Cornu, 2011).
Si imaginamos el entorno en línea como un país, podemos imaginar que tiene su propio
idioma. Cuando por primera vez estuve aprendiendo estonio cuando viví en Estonia
durante un año, comencé teniendo en inglés en mi cabeza una frase que quería decir, y
luego pasaba por el proceso de tratar de traducir esa oración palabra por palabra al
estonio. Rápidamente me di cuenta de que eso no iba a funcionar. Necesitaba comenzar
con el vocabulario que conocía y trabajar desde allí. Es lo mismo cuando se considera la
celebración en línea. No estamos tratando de replicar lo que sucede en la iglesia en línea,
73
3. Bendición
Fuentes:
Taylor, B. (2016). Sharing Faith Using Social Media (p. 7). Nueva York: Grove Books.
9
N.d.T. es un juego de palabras en inglés: this is the Lentiest Lent I have ever Lented.
75
CAPÍTULO 16
En 2003, junto con otras tres, me encontré en una comunidad de clausura recién formada
sin mucho espacio físico y muy poco dinero, en completo contraste con nuestra comunidad
anterior. La hospitalidad es un valor importante en la Regla de San Benito, por lo que
reflexionamos juntas sobre cómo podríamos ejercer esta hospitalidad, utilizando las
tecnologías emergentes de internet. Empezamos preguntando,
San Benito dice que todo huésped debe ser bienvenido como si fuera Cristo y proporciona
una estructura que tratamos de seguir:
• Bienvenida
• Oración
• Mostrar amabilidad
Las ventajas de usar internet fueron su bajo costo, el hecho de que comparativamente
pocas comunidades religiosas lo estaban utilizando en 2003, y nos permitió llegar a
muchas más personas de las que podíamos en el pueblo en que vivíamos. También
aseguró una presencia específicamente benedictina en línea, y nos permitió mantener un
cierto control sobre la cantidad de personas con las que interactuamos. Los invitados,
76
reales o virtuales, pueden abrumar a una comunidad a menos que exista un enfoque
disciplinado de cuánto tiempo se les reserva.
Primero, creamos un sitio web, al que agregamos elementos interactivos a medida que
estuvieron disponibles. Inicialmente, hubo muchos formularios para solicitar una oración,
y pedidos de más información sobre la vida monástica, etc. Agregamos un blog para
compartir reflexiones sobre la vida cristiana y los eventos del día para dar a las personas
un sentido de compromiso con las monjas. Luego vino un foro dedicado, dirigido
específicamente a oblatos Benedictinos, personas asociadas con una comunidad pero
que no viven dentro del monasterio. Luego, podcasts cortos, de no más de tres minutos
de duración, incluida una versión en audio del texto de la Regla de San Benito, leídos día
a día como en el monasterio; algunos videos en youtube; y algunas reuniones interactivas
en línea, abiertas a cualquiera que lo desee.
Los peligros que identificamos al principio siguen siendo los mismos que nos ocupan en
la actualidad. Decidimos que una persona debería ser responsable de todo el alcance en
línea, para proporcionar cohesión y evitar el tipo de turbulencias que perturban a los
comités. Eso significa depositar una inmensa cantidad de confianza en esa persona, pero
también brindar apoyo y mantener un escrutinio adecuado. No hay atajos para cumplir con
los requisitos legales.
77
También decidimos que debemos acordar los límites de nuestro compartir. Por lo tanto,
hemos elegido deliberadamente no transmitir en vivo nuestra liturgia ni compartir “historias
de vocación”: son demasiado personales e intensas para una comunidad de clausura muy
pequeña. También somos conscientes de que existe el peligro de querer ser “monjas
famosas” o cultivar seguidores personales a expensas del proyecto comunitario.
Todo esto funcionó bien mientras teníamos acceso a una buena banda ancha, pero en
2012 nos mudamos a la zona rural de Herefordshire y descubrimos el impacto que tiene
en lo que podemos hacer. Todos nuestros planes para expandir lo que hacemos en línea
ahora deben evaluarse a la luz de lo que es técnicamente factible. Tuvimos que cancelar
las reuniones abiertas en línea, aunque seguimos usando conferencias en videos para
nuestros propios oblatos y para aquellos que piensan ingresar al monasterio. A medida
que nos hemos vuelto más conocidas, hemos tenido que prestar más atención a la
seguridad de nuestros sitios. Nuestra experiencia de tener código malicioso inyectado en
nuestro blog, por ejemplo, significa que ahora tenemos monitoreo profesional 24 horas los
7 días de la semana de todos nuestros sitios, lo cual es costoso.
La llegada del COVID-19 nos ha hecho reflexionar sobre cómo podemos apoyar mejor a
otros en línea. Hemos optado por hacer pocos cambios, más allá de agregar audio a
nuestras publicaciones de blog porque el sonido de otra voz humana puede ser
reconfortante para aquellos que están aislados. Hemos revisado nuestra póliza de seguro
para cubrir nuestro uso de tecnologías en línea. Consideramos que nuestro papel se
centra en la oración y la reflexión (celebración del culto en el sentido más amplio) en lugar
de ofrecer compañerismo, pero el límite entre los dos es fluido. No vemos la necesidad de
duplicar lo que otros están haciendo y somos reacios a agregar un enfoque pasivo y
“consumista” a la religión que podría convertirse en una consecuencia no deseada de los
servicios de transmisión en vivo, etc. También significa que podemos seguir siendo
locales. Nuestro alcance es internacional pero permanece firmemente arraigado, como lo
son los benedictinos, en nuestro suelo local. Lo que hacemos es poco, pero se hace en la
esperanza de guiar a otros a Cristo y ayudarlos en el camino.
Stanbrook, Worcester. Ella fue una de las primeras en adoptar todo lo digital y es miembro
fundadora del Monasterio de la Santísima Trinidad, donde bloguea regularmente.
79
Sección II:
La sabiduría de los estudiosos de la religión y la teología digitales:
reflexiones de las investigaciones que motivan la religión en línea.
CAPÍTULO 17
Desde mediados de marzo, pasé mis domingos por la mañana viendo partes de más de
50 servicios religiosos diferentes en mi feed de facebook. He podido visitar una variedad
de iglesias episcopales, bautistas, católicas, metodistas, no-denominacionales y
evangelicales en los Estados Unidos y Europa. Muchas de estas iglesias están
transmitiendo sus servicios en línea por primera vez. Mientras veía estos variados intentos
de llevar a cabo la celebración de fuera de línea a en línea, una pregunta me vino a la
mente: ¿Estas iglesias realmente saben lo que significa hacer iglesia en línea? Esta es
una pregunta que he estado reflexionando en los últimos veinticinco años como alguien
que ha estudiado el uso de los medios digitales por parte de las comunidades religiosas.
transmisión en vivo. Sin embargo, estas no son las preguntas clave que las personas
hacen cuando buscan una comunidad religiosa en línea. En mi primer libro, Exploring
Religious Community Online (2005) (Explorando la comunidad religiosa en línea (2005)),
basado en una profunda investigación en línea y fuera de línea que realicé desde
mediados de la década de 1990 hasta principios de la década de 2000, documenté una
serie de rasgos deseables que mantenían a las personas insertas en una comunidad
religiosa en línea en particular. Aunque he estado hablando y escribiendo sobre estos
hallazgos durante dos décadas, mientras revisaba los ejemplos de iglesias que ahora
aparecían en línea durante la pandemia de coronavirus de 2020, parecía que los líderes
religiosos no habían prestado atención a mis observaciones y al consejo que he intentado
ofrecer una y otra vez.
Si bien las tecnologías digitales han cambiado en las últimas dos décadas, una cosa que
no ha cambiado en mis observaciones es lo que las personas buscan cuando se conectan
para experimentar la comunidad o iglesia cristiana en línea. En mi libro Exploring Religious
Community Online (Explorando la comunidad religiosa en línea), identifiqué los rasgos que
atraen a las personas a un grupo en línea específico y alientan su participación en él. Este
trabajo se basó en cinco años de realizar entrevistas en línea y fuera de línea y de observar
a los participantes en la práctica de comunicación de personas en tres comunidades
cristianas en línea, con membresía tanto en América del Norte como en el Reino Unido.
Descubrí que había seis rasgos de sus comunidades en línea que más valoraban las
personas. Mientras que otros investigadores también han estudiado una variedad de
aspectos en las últimas dos décadas, mi trabajo sigue siendo la investigación pionera,
porque yo documenté los rasgos de comunicación específicos que las personas buscan
en estos entornos religiosos en línea.
81
• Tercero, están buscando ser valorados, para ser apreciados por sus aportes y
presencia en línea. Un hombre del Reino Unido involucrado en una comunidad
anglicana en línea describió este dicho: “He tratado de dejar el grupo tres veces,
pero siempre me he unido nuevamente porque extraño a las personas, extraño las
bromas y extraño cómo me alientan”.
• Quinto, las personas en línea buscan una comunicación íntima, es decir un lugar
seguro donde pueden estar, ser ellos mismos y comunicarse abiertamente con los
demás. “Nosotros hemos quedado absolutamente asombrados de cómo el Espíritu
Santo puede usar algo como el correo electrónico para tocar los corazones de las
personas al otro lado del mundo, incluso hasta el punto de llorar”, dijo una mujer
con discapacidad visual del Reino Unido que describió su grupo cristiano en línea
como su iglesia.
Ya sea que las personas llaman a su grupo cristiano en línea una comunidad o una iglesia
online, sus respuestas fueron las mismas. Buscaban una red social basada en la fe donde
82
He observado con curiosidad durante el último mes cómo surgieron tres estrategias
dominantes con respecto a los líderes religiosos que procuran hacer iglesia en línea. La
estrategia más común es transferir sus celebraciones del culto usuales de fuera de línea
a una plataforma en línea, siendo la transmisión en vivo de facebook la opción más
popular. Esto es especialmente cierto para los sacerdotes y pastores de las iglesias
principales (es decir, metodistas, episcopales) que intentan simplemente transmitir sus
cultos tradicionales en línea. Muchos líderes de la iglesia se filmaron en santuarios vacíos,
solos o con algunos asistentes cantando salmos, y en el oficio dando respuesta a las
lecturas litúrgicas, y mirando a la cámara de cerca mientras transmitían un sermón a sus
miembros. Su objetivo parece ser el de ofrecer a los miembros un culto algo similar, pero
en la seguridad de sus propios hogares.
Algunos otros utilizaron una estrategia de traducción, ya que intentaron modificar sus
rituales de adoración y el espacio para que quepa en una pantalla limitada. Aquí, vi
muchas iglesias no-denominacionales e interdenominacionales, que ya estaban
acostumbradas a usar los medios en sus servicios, creando estudios improvisados para
alojar sus celebraciones en línea. Parecían traducir su experiencia de adoración a un
formato de programa de entrevistas, donde un pastor sirve como presentador presentando
a la banda de la celebración como si fueran invitados musicales, con cortes en que los
líderes de la iglesia entrevistan a otros miembros del personal sobre sus pensamientos
acerca de la actual pandemia y cuál podría ser una respuesta cristiana. Algunos intentos
de traducir la celebración de fuera de línea a en línea incluyen un elemento interactivo
limitado, tal como alentar a los miembros a hacer preguntas sobre lo que vieron a través
de comentarios en facebook o un hilo (feed) de twitter.
Aparentemente, su objetivo era replicar los aspectos centrales del culto cristiano (canto,
lectura de las Escrituras y predicación) de maneras fácilmente identificables. Sin embargo,
había una tercera opción disponible para las iglesias, la de transformar el culto público,
aunque esto solo se vio en tres cultos en línea que observé.
En un culto en línea anglicano, uno evangelical y uno nazareno, vi que los líderes de la
iglesia parecían usar el cambio a en línea como una oportunidad para repensar la esencia
de la iglesia, qué necesitan los miembros, y en consecuencia transformar sus
celebraciones culticas. Aquí, el “sándwich de alabanza y adoración” estándar, con
canciones alegres de alabanza seguidas de un sermón emocional y luego música de
adoración reflexiva, fue abandonado por un “modelo de charla junto al fuego”10. El pastor
o los ministros principales se sentaron en sofás como si estuvieran conversando con sus
miembros, presentando una reflexión honesta sobre sus propias luchas con la situación
de la pandemia y recreando un diálogo entre ellos y sus miembros, pidiéndoles que
compartan en tiempo real sus pedidos de oración y sus pensamientos a través de las
redes sociales o mensajes de texto durante y después de la celebración en transmisión.
Estos experimentos de la iglesia en línea fueron lo más cercano a lo que dije en mi
investigación de hace casi veinte años. Las comunidades que son exitosas en línea y las
experiencias de iglesia son aquellas que cultivan las relaciones sociales con los aportes
de sus miembros.
Las iglesias deberían ver el movimiento hacia la celebración digital como una oportunidad
de crear un espacio único para la conversación, el cuidado y el estímulo que se centre en
afirmar las relaciones y las personas dentro de su comunidad de fe. En lugar de celebrar
un culto unidireccional, que esté enfocado en la transmisión, las características
interactivas de las redes sociales y las plataformas digitales se pueden utilizar para crear
conexiones personales más profundas entre los miembros de la iglesia y los líderes. En
lugar de que los pastores sean la fuente de la sabiduría, los medios digitales se pueden
utilizar para crear una comunicación íntima y empática, que permite que tanto miembros
como líderes compartan palabras de aliento y conocimientos bíblicos sobre cómo
atravesar este tiempo incierto.
10
Ver nota Nº5, pág. 27
84
Aunque las dos últimas celebraciones que mencioné estuvieron marcados por algunas
fallas técnicas o almacenamiento en línea, fueron los más interesantes y emocionantes
para mí. Estas dos iglesias parecían comprender más plenamente las posibilidades únicas
que ofrece la tecnología digital para la construcción de la comunidad y la comunicación
solidaria, así como la oportunidad de volver a imaginar lo que significa ser una iglesia en
la era digital.
En las próximas semanas espero ver muchos más experimentos. También espero que las
iglesias aprovechen este momento como la oportunidad para repensar qué es y qué podría
ser una iglesia en una era de tecnología digital. Sobre todo, espero que se tomen el tiempo
para preguntar a sus miembros qué necesitan realmente de su comunidad espiritual
durante este tiempo y tratar de diseñar sus actividades y celebraciones en torno a esas
necesidades.
Fuente:
Campbell, H. (2005). Exploring religious community online. New York: Peter Lang-Digital
Formation Series.
La celebración del culto en línea que es genuinamente participativa (mucho más que solo transmitir)
85
CAPÍTULO 18
Las actividades que son más fáciles para implementar como iglesia en
línea, están orientadas a la difusión (sermones y música), mientras que las
actividades de mayor desafío son relacionales (cantos congregacionales,
visitas, etc).
Introducción
Como muchos investigadores ya lo señalaron, existieron tipos de “iglesia online” por varias
décadas, empezando en la década del 1980 y aumentando a principios de la década de
2000. Pero para la mayoría de los cristianos alrededor del mundo, la iglesia en línea
empezó en marzo del 2020. Antes de eso una iglesia de “alta tecnología” puede haber
tenido un sitio web, estar activo en redes sociales, o hasta una “transmisión en vivo” de
sus cultos, pero muy pocos habían intentado conectarse con su gente por completo a
través de la tecnología en línea. Para muchos líderes, la pandemia del coronavirus fue la
primera vez en que se hicieron esta pregunta, “¿Cómo somos iglesia en línea?, Pero las
semanas pasaron y muchos se dieron cuenta que esa no era la pregunta más desafiante
con la que ellos se habían encontrado.
Inicialmente, el ¿cómo?” era ante todo de naturaleza tecnológica, conectado a una serie
de elecciones sobre cuál tecnología usar – youtube o zoom, la cámara de la computadora
o una cámara profesional. Pero más allá del sacerdote que accidentalmente encendió un
filtro colorido, la mayoría descubrió que estas tecnologías no eran terriblemente difíciles
de dominar. Un sacerdote anglicano podría desarrollar su liturgia casi tan fácilmente como
una iglesia evangélica podría transmitir a sus músicos y pastores. Hay cosas cada vez
11
Traducción: Camila Weiss
86
más avanzadas que se pueden hacer con iluminación, sonido y visuales, pero transmitir
algún tipo de culto no era tan difícil como parecía al principio.
Ser forzado a mudarse en línea ofrece a los líderes de la iglesia una oportunidad única
para pensar cómo funcionan realmente los elementos centrales de su servicio de
adoración, como canciones, sermones y sacramentos, y los significados que se les han
asignado. Experimentar con diferentes formas de medios y observar cómo cambian,
remodelan, agregan y eliminan la experiencia en persona también puede ayudar al clero
a ver la experiencia en persona más claramente y a encontrar nuevas formas de
conectarse durante la semana.
Es probable que encuentren algo que los emprendedores de las iglesias en línea ya saben
por algún tiempo: que los elementos de un culto realizado por un ministro profesional son
los menos desafiantes para moverse en línea. Estos actos religiosos pueden ser
fácilmente transmitidos y de hecho han sido transmitidos desde la llegada de tecnologías
tipo la radio y la televisión. Y sin embargo, cuando los líderes reflexionan sobre lo que
quieren decir con “iglesia” o “adoración”, es probable que eso se refiera a mucho más que
sus propias actitudes durante el culto. Las personas pueden ser inicialmente atraídas a
una iglesia por la prédica, música, la construcción/arquitectura, pero se quedan por la
relación que forman con la comunidad y por sus experiencias.
La iglesia, como dice el dicho popular, no es solo un edificio, también es el cálido saludo
a un visitante, el sonido de un niño corriendo suelto por los pasillos, y los olores de incienso
en el culto o de la comida de una cena compartida. La adoración no es simplemente
87
escuchar los cantos o los acordes de los profesionales, sino oír cantar a los que nos
rodean, incluso aunque desafinen, y verlos moverse o balancearse (o no) según las
normas de nuestra tradición. Estos elementos son simultáneamente lo más desafiante
para fomentar en línea y las mismas cosas que mueven a una iglesia a ser transmitida
orientada a la experiencia comunal multidireccional e interactiva que encontramos estando
en persona.
La iglesia, también, son las conversaciones que ocurren antes, después e incluso durante
el culto y las cuáles continúan después, a través de llamadas, mensajes, correos
electrónicos y medios de comunicación social. Y esto nos guía a lo que los investigadores
de la iglesia digital han estado diciendo por un tiempo – que las personas religiosas se
mueven con fluidez entre los entornos en línea y fuera de línea a lo largo de la semana, y
se mueven entre diferentes redes o relaciones, de las cuales muchas están fuera de su
congregación local-.
Los desafíos actuales que enfrentan los líderes de las iglesias en hacer iglesia en línea
también pueden haber sido exacerbados por una desconexión entre la mayoría de estos
líderes y la investigación y los recursos creados por académicos y otras iglesias con
experiencia. Este volumen, contiene entradas por académicos y profesionales quienes
han tenido décadas de experiencia, y sin embargo en las semanas posteriores al estallido
de la pandemia, cientos de artículos fueron escritos sin conocimiento de (o en referencia
a) este gran conjunto de conocimientos, sabiduría y experiencia.
práctica hasta que se enfrentan con la pregunta si quieren ofrecer esto en línea. No es
hasta que estas preguntas son urgentes que un líder busca orientación.
CAPÍTULO 19
Hace un tiempo atrás, fui invitado a ser parte de un panel sobre eclesiología digital. Quizás
fui un poco ingenuo, principalmente, porque primeramente soy un teólogo, interpreté que
este panel significaba que debíamos focalizarnos en como nuestras teologías de la iglesia
interactúan con los medios de comunicación digitales. A todo esto lo hacía con mis
estudiantes y grupos de iglesia cuando nos reuníamos a pensar sobre como estar
envueltos en los medios de comunicación que dan forma a nuestras vidas cristianas.
Mientras que la discusión incluía elementos de este tópico, el foco de atención estaba
sobre el uso pragmático de la tecnología en el contexto de las iglesias. He estado
reflexionando sobre esto cuando he visto a las iglesias luchar contra el COVID-19, nuestra
aislación impuesta y, como los memes lo afirman, “repentinamente, así como así... todos
estábamos yendo a la iglesia en facebook”.
Este cambio gigantesco casi instantáneo de la reunión presencial del servicio religioso
regular hacia modos remotos sincrónicos y asincrónicos, de interacción activa y consumo
pasivo, cambios en autoridad y responsabilidad, y las negociaciones en curso de esta
nueva realidad, han producido el choque de las prácticas y las tradiciones de la iglesia
cristiana contra el mundo digital y que ha dado como resultado formas establecidas y
novedosas. Mientras esto es usualmente manifestado en un pragmatismo que anula a la
teología, observé algunos signos esperanzadores de creatividad emergente que apuntan
hacia una profundización en la atención sobre los ritmos de la fe cristiana, la vida y el
mundo que nos rodea.
12
Traducción: Pastor Dr. Sergio A. Schmidt
90
Pragmatismo
La creatividad se expresa aún más por el hecho que la iglesia está distanciada y aislada
en los ritmos de la vida de todos los días. Otra vez, mi intuición es que en la comunidad
de la iglesia, dispersada a sus hogares, una nueva energía ha sido inyectada dentro de
muchas redes locales de cuidado pastoral. Los datos de contactos de los miembros de la
iglesia y sus familias son actualizados, los miembros están conectados unos con otros en
la iglesia para las oraciones regulares y visitas pastorales, y se está desarrollando una
mayor concientización de quienes tienen el acceso y la habilidad para usar las tecnologías
de la información para las tareas de todos los días.
Más aun, este enfoque basado en el hogar está empujando a las iglesias a ser más
intencionales en la búsqueda de recursos de personas fuera de los límites de las reuniones
regulares de la iglesia, examinando cuales son los ritmos sanos de la vida de todos los
días que asisten a las necesidades espirituales, físicas, emocionales y mentales que son
moldeadas por una vida común durante el aislamiento. Las iglesias de alrededor del
mundo comparten los elementos comunes identificados y los ritmos semanales que les
son propios, tales como: las oraciones matutinas o vespertinas, la adoración musical -
transmitidas o interactivas- a lo largo de la semana, las actividades diarias para los niños
tomando descansos “sabáticos” de las noticias y de las redes sociales, el compartir
intencionalmente comidas todos juntos los de una casa, el utilizar más tiempo para la
oración y la contemplación, la ayuda para los trabajos desde el hogar, el compartir lecturas
de la Biblia, el alentar el contacto responsable con los vecinos, y hacer a las personas
disponibles para el apoyo de todo tipo. Mientras que no formen la clase de reglas propias
que podrían llegar a tener los monasterios, la presencia de estos ritmos regulares podrían
promover la tan necesitada estabilidad y confort en un mundo de confusión y ansiedad.
Pensamientos finales
El cambio de ser una iglesia distanciada y una comunidad en muchas partes del mundo
frente al COVID-19 ha sido de repente y disruptivo. La respuesta de las comunidades de
las iglesias han sido dirigidos en primer lugar por el pragmatismo pero, cada vez más,
están comenzando a emerger signos de creatividad, empoderamiento de los diferentes
93
miembros de estas comunidades, y la atención a los ritmos de vida. El desafío para las
iglesias será el de nutrir estos nuevos desarrollos en formas que sean sustentables y que
den vida a la iglesia y al mundo en la situación actual y para los años futuros que vendrán
después.
Fuente
CAPÍTULO 20
Al mismo tiempo, ha llegado a ser cada vez más claro para mí que esta pandemia ha
intensificado la necesidad de los líderes de las iglesias para hacer cambios que
demuestren la habilidad para realizar una formación y educación cristiana genuina en
nuestro nuevo y siempre cambiante paisaje mediático.
La Cultura Participativa
13
Traducción: Pastor Dr. Sergio A. Schmidt
14
Traducción: "Cazadores Furtivos Textuales: Fans de Televisión y Cultura Participativa" (Jekins, 1992).
95
herramientas y los espacios digitales presentan para las iglesias tanto desafíos como
oportunidades.
Desafíos
Cuando se siguen las múltiples iglesias en línea, parecería que la mayoría de los líderes
están meramente realizando oraciones o sermones desde un púlpito en un templo vacío
o desde sus propias casas. La mayoría de los líderes cristianos, en vez de explorar nuevos
métodos de culto/alabanza o colocar personas en grupos, y empoderar a muchas
personas a que guíen y alienten interacciones significativas, lo que hacen, meramente,
es intentar lo que ellos hacen normalmente -la única diferencia es que se filma o se
presenta en Facebook Live. De todas formas, desde mi punto de vista como una persona
cristiana que está experimentando una sobrecarga de información, necesita
desesperadamente una conexión que sea significativa y, conjuntamente, está buscando
nuevos caminos para vivir su fe durante este tiempo -así como siendo, a la vez, alguien
que reconoce las capacidades formativas de la cultura participativa de los medio masivos
de comunicación, especialmente lo que constituye la genuina educación cristiana
religiosa- siento que verdaderamente constituye una pérdida significativa el no utilizar el
tiempo en línea que permitiría nuevos caminos para hacer y ser iglesia.
Otro desafío es para los educadores de la religión cristiana, para que ellos vean que sus
trabajos y sus prácticas de la fe cristiana tienen que involucrar tanto espacios físicos como
digitales. Es muy importante que los pastores y otros tipos de educadores religiosos
cristianos lleguen a estar comprometidos para los ministerios y la enseñanza de la vivencia
de fe híbridos; es decir, los ministerios y las vivencias de la fe que ocurren tanto dentro
del edificio de la iglesia como en línea (Gorrell, 2019, pp. 50-52,108). Hay límites para las
96
herramientas digitales y, ciertamente, la forma con que se usa a las redes sociales pueden
afectar negativamente el bienestar del usuario, pero es esencial para los líderes de la
iglesia comenzar a pedir la guía de Dios para el discernimiento sobre lo que significa hacer
el ministerio y vivir en fidelidad en una nueva cultura participativa de los medios de
comunicación.
Posibilidades
estás haciendo en este nuevo espacio mediático?” (Branson, 2016; Roxburgh, 2015;
Gorrel, 2019, pp 33-35). Preguntando de otra forma, los ministros podrían orar de la
siguiente manera: "Dios, ¿cómo podrías tú introducirnos en una nueva reforma?".
Angela Gorrell es la autora de Always on: Practicing Faith in a New Media Landscape
("Siempre encendido: practicando la fe en un nuevo paisaje mediático"). Ella da
conferencias y talleres sobre las redes sociales, la educación innovadora y participativa, y
la alegría y las visiones cristianas de la buena vida. Puede ser contactada a través de su
página web (www.angelagorrell.com)
Fuentes
Gorrell, A. (2019). Always on: Practicing faith in a new media landscape. Grand Rapids:
Baker Academic. hooks, b. (1994). Teaching to transgress: Education as the practice of
freedom. New York: Routledge.
Jenkins, H. (1992). Textual poachers: Television fans and participatory culture. New York:
Routledge.
Jenkins, H., Purushotma, R., Weigel, M., Clinton, K., and Robison, A. J. (2009).
Confronting the challenges of participatory culture: Media education for the 21st century.
Reports on Digital Media and Learning, The John D. and Catherine T. MacArthur
Foundation. Cambridge, MA: MIT Press.
Roxburgh, A. J. (2015). Joining God, remaking church, and changing the world: The new
shape of the church in our time. New York: Morehouse.
Volf, M. and Croasmun, M. (2019). For the life of the world: Theology that makes a
difference. Grand Rapids: Brazos.
CAPÍTULO 21
Este cambio ha sido dramático pero, ciertamente, no ha sido algo nuevo. Mi propia
investigación ha seguido a las iglesias en línea desde los comienzos del 2000 y el primer
culto de adoración mediatizado por computadora fue grabado en 1980. A lo largo de 34
años, las iglesias en línea han sido guiadas por tres ambiciones: el deseo de amplificar,
conectar, y de experimentar.
15
Traducción: Pastor Dr. Sergio A. Schmidt
100
En la estela de la pandemia, hemos visto muchas iglesias que siguen recurriendo al uso
de la amplificación, utilizando transmisiones en vivo y videos para continuar el trabajo de
predicación y la oración. La amplificación es un uso poderoso de medios digitales, pero la
larga experiencia de las iglesias en línea muestra que su mero uso exclusivo no es
suficiente para mantener a una comunidad. Las comunicaciones digitales pueden ser
usadas para apoyar amistades, intercambiar soporte emocional y material, y construir un
sentido de pertenencia -el motivo de conexión identificado más arriba. En este tiempo de
distancia social la conexión mediadora es más esencial que nunca.
101
Las iglesias están también comenzando a experimentar otra vez, creando nuevas liturgias,
rituales y oraciones para una nueva clase de crisis. Estos pueden ser digitales -como el
coro virtual “Choir of the Nation” (Coro de la Nación) lanzado por la Catedral de San Pablo
en Londres- o la invariable baja tecnología, como lo es el simple acto de encender una
vela en el hogar.
Parte de la respuesta está en que las iglesias necesitan encontrar maneras de asegurar
que cada miembro de su congregación y la comunidad más amplia se sientan
comprometidos en el trabajo compartido de oración y adoración, incluidos aquellos que
aún no pueden acceder a las redes digitales y virtuales sencillos en el hogar.
Uno de los desafíos de mayor importancia que enfrentan las iglesias de hoy son sus
respuestas frente a la muerte. Algunos de los más primitivos actos de culto de adoración
en línea de la década de 1980 fueron organizados en respuesta a una tragedia. La muerte
siempre ha sido un motor de innovación para la religión y los medios de comunicación,
porque la experiencia del dolor sacude nuestro sentido de lo que es real, normal y
necesario y abre un horizonte de nuevas posibilidades. A medida que los seres humanos
asimilan la pérdida, nosotros buscamos caminos para continuar y reforzar nuestros lazos
con los muertos y con los vivos. Las personas que están de duelo, afligidos, a menudo
recurren a los nuevos medios para reforzar dichos lazos, desde la fotografía de espíritus
en el siglo XIX hasta los mensajes para el cielo de las actuales redes sociales. Una de las
consecuencias más dolorosas de la pandemia ha sido el descubrimiento que los pastores
e incluso las familias no pueden visitar a los moribundos ni se pueden organizar funerales
a gran escala. Las iglesias deben encontrar nuevos caminos para no dejar que pase
desapercibido el dolor del duelo así como apoyar a los deudos en este contexto. Parte de
la respuesta ha sido la amplificación, por ejemplo mediante el uso de transmisión en vivo
de los funerales para la audiencia que no puede participar. Sin embargo como la pandemia
continua, nosotros encontramos una creciente necesidad de conexión y experimentación.
102
Los cristianos y sus iglesias necesitarán inventar nuevas prácticas y rituales para estar
conectados con los deudos, ayudar en los procesos de nuestro dolor, y que no pasen
nuestras pérdidas inadvertidas como comunidad y una sociedad.
Yo invito al lector a ver este corto ensayo como un mensaje de esperanza y como una
manera de dar ánimo. En la profundidad de esta crisis, los investigadores académicos de
religión y de los medios de comunicación pueden tranquilizar a los cristianos y sus iglesias
porque el desafío que ellos enfrentan no es algo nuevo. Las comunidades digitales han
florecido por décadas a pesar de las distancias, mediante la aplicación de las tres metas
de amplificación, conexión y experimentación. Es claro que lo pueden hacer de nuevo hoy.
CAPÍTULO 22
Por la pandemia del COVID-19 las iglesias han quedado posicionadas en un lugar
interesante respecto al propósito y la función de los espacios digitales. En los últimos 10
años, muchas iglesias han mejorado su presencia en internet con sitios web funcionales
y estéticamente agradables, reconociendo que esta es efectivamente la “puerta de
entrada” para sus iglesias (https://www.premierdigital.info/awards). Algunas,
especialmente iglesias pequeñas, luchan, mientras otras sienten la presión de intentar y
hacer todo de una vez, a pesar de la falta de capacitación digital. La pandemia parece
haber empujado a muchos en un corto plazo a poner los cultos de los domingos en línea,
ya sea por youtube, en vivo, o vía una plataforma interactiva como zoom o skype. Las
universidades han tenido que hacer algo similar trasladando su enseñanza en línea, y
quienes lo intentan necesitan recibir el estímulo del hecho de que un profesor de la
Universidad Abierta tweeteó que se necesitan seis empleados y alrededor de dieciocho
meses para preparar un curso para la enseñanza totalmente en línea.
16
Traducción: Camila Weiss
104
límites que son diferentes a los de la iglesia fuera de línea, en lugar de significar su
reemplazo.
Como Livingstone dijo, “Aunque… la comunicación cara a cara puede ser enojada,
negligente, resistente, engañosa e inflexible, igualmente sigue siendo el ideal contra el
cual la comunicación mediada es juzgada como defectuosa” (Livingstone, 2009). La
investigación de Hutching´s (2017) identifica un amplio rango de diferentes expresiones
de la iglesia en línea. Me gustaría animar a los ministerios a pensar cómo se ven sus
iglesias, más allá de su edificio, y más allá de los cultos de los domingos, y cómo una
mayor inclusión puede ser posible a través de medios digitales. Como Smith (2015) dijo,
“para estar encarnados necesitamos conocer a las personas allí donde están”, y muchos
están online.
En esta época de crisis del coronavirus, es necesario pensar más en cómo moveremos el
enfoque más allá del culto dominical al espacio del discipulado digital 24/7. Es fácil para
que el culto de los domingos, se convierta en el foco y se convierta en una “actuación” en
línea o fuera de línea. Es cierto que los problemas con la plataforma, o la mala calidad de
la comunicación o los gráficos pueden convertirse en una barrera para el mensaje, pero a
veces, en línea o fuera de línea, un exceso de atención en la actuación, individual o
corporativa, puede quitar la atención del mensaje en sí, o de las relaciones que tratamos
de construir en las comunidades de fe (Lewis, 2018). A la hora de concentrarse en el
105
contenido online se pueden generar más dificultades, así que mantén corta cualquier
emisión, como lo ha estado haciendo la Capilla del Parque Vaughan (desde donde estoy
escribiendo) (https://www.instagram.com/vaughanparkchapel/). Algunos ministros se han
centrado en volver a entrar en el edificio, y si bien son espacios sagrados, y aún con
limitaciones, para otros los edificios han sido una barrera durante muchos años. Lo digital
ofrece nuevas oportunidades para conectarse y participar: Ya están surgiendo historias y
anécdotas del mayor número de asistentes a los servicios de transmisión en vivo que a
los servicios offline.
Me gustaría animar a las iglesias a que piensen en los valores que sostienen, escuchen a
sus congregaciones (las actuales y aquellas con las que les gustaría conectarse), y
piensen en las lecciones que sacarán de la crisis actual sobre cómo pueden ser iglesia, el
domingo, y cómo ser comunidad durante el resto de la semana, y cómo podrían
aprovechar al máximo las oportunidades que los medios digitales pueden presentar. Como
106
dice la Rev. Sara Batts-Neale, es necesario saber cuándo es adecuado usar el espacio
digital, como un mensaje rápido, y cuándo una taza de té es lo correcto, cuando tienes
más tiempo. Lo digital es un espacio interactivo 24/7, así que piensa en cómo toda la
comunidad puede apoyarse mutuamente 24/7 a través de una mezcla de interacciones
digitales y físicas.
Fuentes
Bowler, K. (2020, 4 de abril). Cómo vivir frente al miedo: Lecciones de una sobreviviente
de cáncer. (How to live in the face of fear: Lessons from a cancer survivor) New York
Times. Recuperado de https://www.nytimes.com/2020/04/05/us/kate-bowlercancer-
coronavirus.html.
Byers, A. (2013). Theomedia: los medios de Dios y la era digital. (Theomedia: The media
of God and the digital age) Eugene, OR: Cascade Books.
Lewis, B. (2018). Redes sociales, vigilancia entre pares, formación espiritual y misión:
practicar la fe cristiana en un espacio público vigilado. (Social media, peer surveillance,
spiritual formation, and mission: Practising Christian faith in a surveilled public space)
Surveillance & Society, 16 (4), 517-532.
Lewis, B. y Cox, J. (2019). Teología digital: la gran C # PremDac19. (Digital theology: The
big C #PremDac19) Recuperado de https://www.slideshare.net/drbexl/digital-theology-the-
big-cpremdac19.
Marlow, T. (2020). Honesto a Dios durante COVID-19 - Entrevista con Paul Hammond
[transmisión de la Radio UCB]. Recuperado de https://tanyamarlow.com/honest-god-
covid-19-interview/.
Premier Digital Awards. (2020, 10 de abril). Premier Digital Awards and Conference.
Recuperado de https://www.premierdigital.info/awards.
Smith, P. (2015). Misión y ministerio en línea: una guía teológica y práctica, (Online
mission and ministry: A theological and practical guide) Londres: Society for Promoting
Christian Knowledge, SPCK.
Thompson, D. (2016). El cuerpo virtual de Cristo en un mundo digital. (The virtual Body of
Christ in a digital world.) Nashville, TN: Abingdon Press.
108
CAPÍTULO 23
A pesar de todo, los pastores todavía están presentes en el lugar “santo”, que al mismo
tiempo está prohibido para la congregación. Algunos pastores parecen estar literalmente
rebelándose contra el Corona, contra el virus que amenaza a la iglesia y le impide alabar
a Dios. Si se agudiza esta percepción, aparecen algunos errores de estilo: la lectura en
solitario como acto sagrado de los textos bíblicos es, en cierta forma, un llamado a dar
poder a un mundo opuesto al mundo de la fe. Sin embargo, también encontramos otras
voces. Muestran una actitud más pastoral, que quiere superar el temor de la eventual
multiplicación de muertes en masa, especialmente entre los mayores y los ancianos. Hay
voces prominentes en Alemania que critican la estricta prohibición de reunirse en las
iglesias por razones del consejo pastoral (Käßmann, 2020). Surge la impresión de que
muchos pastores caen en una especie de modo de información. Parecen estar menos
109
Heidi Campbell (2013) ha realizado una aguda investigación significativa de que la religión
en línea se puede describir utilizando las categorías de autoridad, autenticidad, identidad,
comunidad y ritual. #Hoardinghope (#Atesorando esperanza) muestra esto de una manera
ejemplar: es la capacidad teológica de dos pastoras lo que conduce a motivar el impulso
hacia las piedras de la esperanza. Ellas le dan gran autoridad a la palabra de la
resurrección. Todos los que participan personalmente abrazan esta esperanza (identidad),
adaptando y redefiniendo el mensaje cristiano al encontrar su propia expresión
(autenticidad). No guardan la piedra para sí mismos, sino que la ofrecen; comunican su
esperanza en forma analógica y digital. Las redes sociales visualizan este proceso. Las
redes muestran el efecto de éste proceso de zambullirse para la creación de comunidad
(comunidad), y no solo en línea o fuera de línea. La cuestión de si la comunicación se
realiza en línea o fuera de línea ya no es importante aquí, porque el empoderamiento y la
habilitación (Domsgen, 2019) impregnan ambas realidades de la vida.
Fuentes
CAPÍTULO 24
17
N.d.t: el inglés hace un juego de palabras “…religion online and online religión”
114
En mi propio trabajo sobre la Biblia y la digitalidad (Phillips, 2019), hago referencia a que
en los primeros días del estudio de la religión digital, Chris Helland (2012) hizo la distinción
importante entre la religión en línea y la religión de línea. El primero buscó, a través de
medios digitales, replicar y promover la religión de fuera de línea. El modo digital era un
anuncio de lo que sucedía sin conexión y el lugar teológico para la actividad de Dios estaba
en el espacio físico, ya sea en una iglesia, mezquita, templo o sinagoga. De hecho, adopta
el modelo completamente centrípeto y de atracción de la misión conducida por la iglesia:
“ven a nosotros”. Una celebración así fue el primer puerto de escala para aquellos que se
enfrentaron a la transmisión en vivo en el Reino Unido: un cambio hacia la transmisión de
actos de adoración normales (ya sea una reunión de alabanza o una misa) pero sin una
congregación en el edificio. Estos servicios tendían a ser filmados en la iglesia,
transmitidos desde la iglesia, con el edificio de la iglesia como un lugar de celebración del
culto, reforzando la idea de que solo aquí es donde Dios puede ser adorado y jugando con
el modelo de celebración como entretenimiento o instrucción para el público, ahora
disponible a través de los medios de difusión. La congregación no fueron asociados en la
experiencia del culto, sino consumidores de una experiencia de culto con muchos mirando
desde los mismos dispositivos que los alimentan usualmente con su dieta de Netflix,
iPlayer y Amazon Prime Video. Este cambio del culto celebrado fuera de línea a la
adoración mediatizada no fue un cambio a la celebración en línea, sino más bien la
publicidad/difusión de la religión fuera de línea y su presencia continua en un formato rico
en medios, ahora disponible a través de dispositivos en línea.
Lo que hemos visto en la religión en línea en las primeras semanas del bloqueo de COVID-
19 en el Reino Unido es una mezcla síncrona / hibridada de estos tres elementos:
Fuentes
Hutchings, T. (2017). Creating church online: Ritual, community and new media (Creación
de iglesia en línea: ritual, comunidad y nuevos medios). Londres: Routledge Press.
18
UMC –Iglesia Metodista Unida. PCUSA - La Iglesia Presbiteriana de EE.UU. URC-UK - United Reformed Church,
(Iglesia Reformada Unida, Reino Unido). MCI -
118
Phillips, P. (2020). The church (has gone) online [Medium blog post]. (La iglesia (se ha ido)
en línea [publicación de blog Medium]). Recuperado de
https://medium.com/@pmphillips/the-church-has-gone-online-2eb560fc335.
Phillips, P. (2020). Bread and wine online? Resources and liturgies for online communion
[Medium blog post]. (Pan y vino en línea? Recursos y liturgias para la comunión en línea
[publicación de blog Medium]). Recuperado de https://medium.com/@pmphillips/bre-and-
wine-online-resources-and-liturgies-for-online-communion-34b80972a068.
SanctuaryFirst https://www.sanctuaryfirst.org.uk/about
CAPÍTULO 25
Introducción
En estos tiempos de aislamiento y encierro, las religiones, en sus diversas expresiones,
tienen el desafío de repensar sus prácticas de fe y sus estilos de comunicación. Ante el
cierre de templos e iglesias en muchos países, las religiones dirigen su atención
principalmente a las redes digitales para mantener el contacto con sus fieles.
Por lo tanto, podemos ver ahora más claramente un proceso de “mediamorfosis de la fe”
en un momento de mediatización de la religión, en el que “nuevas modalidades de
percepción y expresión de creencias y prácticas religiosas comienzan a surgir en el
entorno digital, gracias a la publicidad de elementos religiosos y la accesibilidad a dichos
elementos por numerosos agentes de internet, en todas partes y en cualquier momento”
(Sbardelotto, 2016, p.250).
Sin embargo, por parte de las instituciones religiosas, a menudo hay enfoques
apresurados o un distanciamiento temeroso del entorno digital. En el caso del cristianismo,
al que haré referencia aquí, esto dificulta que la acción del ministerio se “encarne” a sí
mismo con más profundidad en la cultura emergente. Por esta razón, es importante
reflexionar sobre algunos problemas de comunicación que surgen ante este “signo de los
tiempos”, en la pandemia y sus efectos sobre aspectos teológicos y eclesiológicos de la
relación entre las iglesias y el entorno digital. Destacaré dos de ellos, que exigen nuevos
significados: las nociones de comunicación y de comunidad. En internet, estas
experiencias se viven de formas innovadoras y, por lo tanto, la forma en que se piensan y
se enuncian también debe ser problematizada.
120
Sin embargo, el potencial de lo digital puede traer algunos riesgos para la vida de fe. Con
el afán de transmitir celebraciones, existe el riesgo de transformar los ritos en meros
espectáculos, en una "puesta en escena" para ser exhibida. Para el cristianismo, a
menudo también existe un cierto “clericalismo mediático”, e incluso un “exhibicionismo
clerical”, en el que toda la comunicación en red gira en torno al clérigo.
El riesgo es que olvidemos que hay una persona al otro lado de la pantalla. Por lo tanto,
esta otra persona a menudo se considera como un mero “espectador” pasivo, que se
vuelve objeto como un “número” adicional a ser contado como audiencia y las tasas de
visualización. Las iglesias buscan una conexión, pero a menudo evitan o no dispensan el
contacto. El riesgo, en resumen, es ignorar al “otro” en su humanidad.
Sin embargo, una comunidad es más que una congregación de individuos o “individuos
conectados”. Por el contrario, es principalmente una “red solidaria (que) precisa de la
escucha recíproca y del diálogo basado en el uso responsable del lenguaje.” (Francisco,
2019, Las metáforas de la “red” y de la “comunidad”. Párrafo 4). Y este período de
aislamiento social especialmente “nos llama a todos a invertir en las relaciones, a afirmar
también en la red y mediante la red el carácter interpersonal de nuestra humanidad”.
(Francisco, 2019, Sección “Somos miembros unos de otros”. Párrafo 5)
En el siglo pasado, las iglesias cristianas en América Latina ofrecieron al mundo uno de
los principales frutos del Concilio Ecuménico Vaticano II, las comunidades eclesiales de
base (CEB). Eran “otra forma de ser Iglesia, basada en el eje de la Palabra y la persona
laica” (Boff, 1977, p. 10). Hoy, siguiendo este sendero, podríamos decir que nos dirigimos
al surgimiento de comunidades eclesiales digitales (CED), que a menudo van más allá de
las configuraciones espacio-temporales o culturales-étnicas de estructuras religiosas
locales (grupos, parroquias, diócesis, etc.).
Ellos se actualizan, con otros “medios” y en otros “entornos”, para la misma búsqueda y
necesidad de experiencia religiosa y vínculos interpersonales. Las CED, así como los
CEBs históricos, apuntan a una eclesialidad “nueva y aún no experimentada” en medio de
las variaciones históricas de las formas comunitarias de la Iglesia.
122
En vista de esto, es importante que las instituciones religiosas y sus autoridades busquen,
-también en relación con las CEB históricas-, “respetar el camino que se inauguró; sin
querer inmediatamente encuadrar el fenómeno con categorías teológico-pastorales
nacidas de otros contextos y otras experiencias eclesiales; ponerse en una actitud de
alguien que quiere ver, comprender y aprender; mantener una vigilancia crítica para poder
discernir los caminos verdaderos de los falsos”. (Boff, 1977, p. 10).
En este tiempo en que estarán cerradas muchas “iglesias de piedra”, el objetivo principal
de un ministerio en el entorno digital es precisamente fortalecer las relaciones con
personas de carne y hueso conectadas en una red digital. Y, con ellos, formar una
comunidad desde lo común que los une, colaborando en la construcción de la comunión
cristiana que es la Iglesia, una acción verdadera y profundamente comunicativa.
Fuentes
Boff, L. (1977). Eclesiogênese: As comunidades eclesiais de base reinventam a Igreja
[Eclesiogénesis: las comunidades de base reinventan la iglesia]. Sao Palo, BR: Vozes.
Campbell, H. y Garner, S. (2016). Networked Theology: Negotiating Faith in Digital Culture.
(Teología en red: Negociando la fe en la cultura digital.) Ada, MI: Baker Academic.
Freire, P. (2011). Extensão ou comunicação? [¿Extensión o comunicación?] (15ª ed.). Sao
Paolo, BR: Paz e Terra
Papa Francisco. (2019) Mensaje para la 53 ava. jornada mundial de las comunicaciones
sociales. Recuperado de https://bit.ly/2UOMm6o.
Sbardelotto, M. (2016). And the word became network: An analysis of the circulation of the
‘Catholic’ in online communicational networks. (Y la palabra se convirtió en red: un análisis
de la circulación de los "católicos" en las redes comunicacionales en línea.) Online-
Heidelberg Journal of Religions en Internet, 11, 229-253.
123
CAPÍTULO 26
Algunas misas son mejores que otras. Esto siempre ha sido cierto, pero la pandemia
mundial en 2020 le dio una nueva dimensión: algunas misas virtuales son mejores que
otras. Ante la repentina suspensión de las misas en muchas diócesis, los pastores y los
ministros laicos se apresuraron a brindar ministerios virtuales a sus feligreses socialmente
distantes. Para algunas parroquias, la transición fue simple, dado que habían estado
transmitiendo en vivo o grabando misas antes de la pandemia. Para la mayoría, sin
embargo, la transición fue más complicada. Algunas transiciones fueron mejores que
otras.
Uno tiene la sensación de que muchos pastores fueron tomados por sorpresa y fueron
relativamente incapaces de navegar en espacios digitales con el grado de comodidad que
ahora se les exige. La pandemia ha tenido el poder de ponerlo en evidencia, tanto a escala
nacional como global, y también le ha revelado mucho a la Iglesia.
Los párrocos no son campeones de los medios, ni deberían serlo. Pero una se pregunta
por qué el cambio a la práctica del ministerio en línea está tan lleno de ansiedad, dados
los años que estas tecnologías han sido una parte regular de la cultura estadounidense y
global. Más precisamente en lo eclesial, una se pregunta por qué las respuestas
pastorales en esta transición son tan variadas dada la recomendación de larga data de la
Iglesia.
En el año 2002, el Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales (PCCS) lanzó
The Church and Internet (La iglesia e internet). En este documento relativamente corto, el
Consejo expresó un mesurado optimismo sobre la relación de la misión de la Iglesia con
las tecnologías de internet, las que en ese momento estaban en su adolescencia. La
125
Aquí, el Consejo cita dos de sus otros documentos, Aetatis Novae (1992) y Ethics in
Communications (2000) (Ética en las comunicaciones (2000)). Por lo tanto, uno tiene la
sensación de que sus recomendaciones no son simplemente reflexiones únicas en un
momento cultural transitorio. El Consejo cita al Papa Juan Pablo II en su discurso del Día
Mundial de las Comunicaciones, de 1990, diciendo que “los líderes de la Iglesia están
obligados a usar ‘el pleno potencial de la era de la computación para servir a los humanos
y la vocación trascendencia de cada persona, y así dar gloria al Padre de quien provienen
todas las cosas buenas’” (Juan Pablo II, 1990). La Iglesia e Internet continúan haciendo la
recomendación específica de que los sacerdotes, los diáconos y los trabajadores
pastorales religiosos y laicos deben tener educación en los medios para aumentar su
comprensión del impacto de las comunicaciones sociales en los individuos y la sociedad
y ayudarlos a adquirir una manera de comunicar que hable a las sensibilidades e intereses
de las personas en una cultura mediática. Actualmente esto claramente incluye
capacitación en internet, que incluye el usarlo en su trabajo (Pontificio Consejo para las
Comunicaciones Sociales, 2002).
Yo leo esta parte del documento muy detenidamente con mis estudiantes universitarios
antes de hacer un análisis de sitios web parroquiales. No selecciono las parroquias con
anticipación, y generalmente pido a los estudiantes que propongan el nombre de las
parroquias locales que ellos conocen. Sin fallar, nos encontramos con sitios web de alguna
126
En los dieciocho años transcurridos desde The Church and Internet (La iglesia e internet)
(2002), el Programa de Formación Sacerdotal emitido por la Conferencia de Obispos
Católicos de los Estados Unidos se ha revisado dos veces: la quinta edición se lanzó en
2005 y la sexta se lanzará en 2020, con algún retraso (Schuth, 2016, p. 24). En la quinta
y actual edición, entonces, ¿qué encontramos con respecto a la capacitación
recomendada por el Pontificio Consejo? En resumen, no mucho. La mención más
importante sobre la cultura digital, de las dos menciones en el documento de 153 páginas,
es que los seminaristas deben cultivar “una actitud culturalmente crítica que discierna los
potenciales positivos y negativos de las comunicaciones de masas, diversas formas de
entretenimiento y tecnología, tales como como el internet” (Conferencia de los Obispos
Católicos de los Estados Unidos, 2006, p. 33). Este marco “positivo y negativo” es similar
a casi todos los documentos eclesiales sobre medios y tecnología, pero una se pregunta
cómo exactamente los seminaristas y otros estudiantes pastorales se supone cultiven
verdaderamente una actitud cultural crítica. La otra mención es sobre la vida en formación
con respecto a los medios: “los seminaristas deben desarrollar hábitos de discernimiento
por la lectura, el uso de diversos medios, el internet y el entretenimiento en general”
(Conferencia de los Obispos Católicos de los Estados Unidos, 2006, p. 87). De hecho,
algunos seminarios tienen políticas sobre el uso de las redes sociales para sus pre-
teólogos y teólogos que reflejan este esfuerzo por desarrollar hábitos de discernimiento.
Propongo que todos los obispos tomen en serio las recomendaciones del Pontificio
Consejo e implementen la capacitación y alfabetización digital en sus diócesis, en
particular a nivel del seminario. Además, propongo que los requisitos de capacitación y
alfabetización digital sean desde una perspectiva teológica. Afortunadamente, la tradición
católica es bien versada para pensar en la riqueza y las posibilidades de la mediación. La
Iglesia necesita pensar tan cuidadosamente sobre la cultura digital como lo hace sobre la
historia de la iglesia, la teología sacramental y la teología moral. La vida digital no es
adicional a la vida moderna, es una parte integral de ella. Todos los líderes en la Iglesia -
laicos y clérigos por igual - deben ser capaces de navegar su ministerio con una conciencia
crítica de los espacios mediados en los que se reciben, se traducen y se viven. Podemos
usar este momento de crisis para emplear la cultura digital “para servir a la vocación
humana y trascendente de cada persona, y así dar gloria al Padre de quien provienen
todas las cosas buenas” (Juan Pablo II, 1990).
Fuentes
Juan Pablo II (1990) The Christian message in a computer culture (El mensaje cristiano
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Formation (Programa de Formación Sacerdotal) (5ª ed.). Recuperado de
http://www.usccb.org/beliefs-
andteachings/vocations/priesthood/priestlyformation/upload/ProgramforPriestlyFormation
.pdf.
128
CAPÍTULO 27
Cuaresma, en el momento en que tales sacramentos serían más necesarios, hace aún
más conmovedor que un día de fiesta digitalizado se celebra aislados.
En lugar de sentirme reivindicado porque mis preocupaciones se vuelven realidad, me he
dado cuenta de que COVID-19 ha puesto al descubierto un punto ciego masivo en mi
propia postura de crítica, que ahora solo puedo describir como reaccionaria. Si lo que dije
es cierto, entonces enfrentamos la posibilidad de que la fe se marchite cuando nos veamos
afectados en nuestra conexión física con los sacramentos. Llámame terco, pero no es que
me haya dado cuenta del error de mi forma de preocuparme por la digitalización de la
iglesia. (Creo que el corazón de mi crítica sobre los riesgos eclesiológicos sigue en pie).
Mi punto ciego estaba en pensar que la eclesiología de la comunión encarnada era una
eclesiología más densa, cuando en realidad, también era débil. Porque yo hice más que
privilegiar la Comunión encarnada de la parroquia por sobre lo digital. Lo que también hice
fue colapsar la presencia de Cristo en la comunión encarnada e hice de ese vínculo el
único criterio de la fe y de la presencia de Dios. Si bien no estaba consciente en ese
momento, el punto lógico final de mi crítica fue que una presencia sin cuerpo no es
presencia en absoluto, y esto se aplica tanto a mi prójimo como a mi Dios.
Lo que tampoco sabía era que en mi defensa de un relato más consistente, en realidad
había reducido la capacidad del Cuerpo de Cristo para hacer efectiva la Comunión por
otros medios cuando la Comunión encarnada no es posible. En el corazón de mi análisis
olvidé la idea patrística de Cristo como la Palabra Divina, quien nació del Padre antes de
todas las edades, y a través de la cual se hicieron todas las cosas. De acuerdo con San
Buenaventura al condensar la tradición de los Padres, la creación de todas las cosas a
través del Verbo Divino ha dejado una marca indeleble de la presencia de Dios en la
estructura del orden creado, de modo que tanto el cielo como el firmamento no solo
pueden declarar la gloria de Dios, pero anuncian la presencia de la palabra de Dios. Es
por eso que el salmista puede preguntar retóricamente:
7
¿A dónde podría ir, lejos de tu espíritu? ¿A dónde huiría, lejos de tu presencia?
8
Si yo subiera a las alturas de los cielos, allí estás tú; y si bajara a las profundidades
de la tierra, también estás allí;
9
si levantara el vuelo hacia el oriente, o habitara en los límites del mar occidental,
10
aun allí me alcanzaría tu mano; ¡tu mano derecha no me soltaría! (Salmo 139:7-
10)
En otras palabras, la presencia sacramental del Verbo Encarnado, que lo es así en el pan
y el vino, sigue siendo el punto culminante de la presencia de Dios en el mundo, y esa
forma más intensa de presencia sacramental reside en los muchos altares en los que se
131
Al mismo tiempo, como escribió Timothy of O’Malley (2020), el Cristo Eucarístico une
todas las cosas en comunión. Frente a nuestro ser separados de los sacramentos como
eventos en vivo, nosotros, que en el pasado participamos del Cuerpo de Cristo, ahora
debemos ser convertidos por la presencia eucarística en ese evento que “une a todos los
seres humanos en una comunión de amor”, incluso si tenemos que hacerlo como avatares.
En otras palabras, estamos siendo llamados a ser puntos de unidad que reflejan la forma
en que la presencia digitalizada del Cristo Eucarístico se vuelve un punto de unidad para
un millón de miradas, ya sea obteniendo víveres adicionales para el banco de alimentos
para aquellos que ya no pueden comprar su propio sustento, creando vecindarios digitales
para abrir oportunidades de compañerismo para alertarnos de cualquier necesidad, o para
apoyar a las empresas locales que enfrentan dificultades ante la reducción del tráfico
peatonal.
Matthew John Paul Tan es profesor titular de teología en la Universidad de Notre Dame
Australia. Es autor de dos libros, siendo el más reciente Redeeming Flesh: The Way of the
Cross with Zombie Jesus. Bloguea en Awkward Asian Theologian.
Fuente
132
Malley, T. (2020). The Church's Response Is Saying “No” to Death's Dominion.” (“La
respuesta de la Iglesia es decir "No" al dominio de la muerte”). Church Life Journal.
Recuperado de https://churchlifejournal.nd.edu/articles/the-churchs-responseis-saying-
no-to-deaths-dominion/
CAPÍTULO 28
El pasado
En la investigación de 2010 y 2015 de 15,000 comunidades de fe, del Instituto Hartford
sobre Las Comunidades de Fe Hoy (Faith Communities Today), la mayoría de las
congregaciones, especialmente el 70% con menos de 100 asistentes a los cultos,
probablemente enfrenten una fuerte batalla cuesta arriba en sus esfuerzos por desarrollar
digitalmente sus servicios en la actual crisis. En su mayoría la rápida adaptación ha sido
exitosa, pero me hace preguntarme si es probable que estos nuevos hábitos vivan más
allá de la pandemia.
Las razones de esta poca o infra-utilización puede darnos alguna comprensión de cuánto
durará, después de la epidemia, la actual ola virtual de las congregaciones. En general, la
mayoría de las comunidades de fe regresan por defecto al tradicional cara a cara,
empleando prácticas “como siempre lo hemos hecho”. Los rituales religiosos están
encarnados, y son físicos y sensoriales: partir el pan juntos, cantar juntos, abrazarse,
arrodillarse, rezar en una fila, usar túnicas y oler el incienso. Estas acciones en común dan
forma a las percepciones de los miembros de lo que esencialmente es una reunión de una
comunidad de fe. Además, más de dos tercios de las congregaciones en los EE. UU son
pequeñas, tienen menos de 100 asistentes y es probable que no tengan un líder a tiempo
completo, mientras que las congregaciones más grandes tienen más posibilidades de
adoptar los esfuerzos del ministerio digital y tienen personal responsable asignado a este
esfuerzo. Del mismo modo, un porcentaje significativo de las congregaciones,
especialmente las más pequeñas, se componen mayoritariamente por personas mayores
de 65 años. Según nuestros estudios, cuanto mayor sea la edad promedio de la
membresía, tanto menos probabilidad hay de que sean usuarios de internet o de las redes
sociales en su vida cotidiana.
El presente
Si bien actualmente el desarrollo del ministerio tradicional es casi imposible, o al menos
socialmente inaceptable y amenaza seriamente a los miembros mayores de 65 años, uno
debe preguntarse si las actuales prácticas virtuales durarán más allá de la disposición del
#quedate-en-casa.
135
Honestamente, como alguien que durante décadas estimuló al clero y ofreció consultoría
a las congregaciones para que adopten estos hábitos virtuales, estoy gratamente
sorprendido tanto por la rapidez de transición a reuniones en línea como la creatividad que
muchos clérigos y comunidades han demostrado al usar herramientas de las redes
sociales para reproducir aspectos de la vida congregacional. Los líderes están utilizando
zoom, facebook en vivo y videos para presentar sus sermones y cultos mientras emplea
el correo electrónico y facebook para difundir información, ofrecer apoyo espiritual y
construir comunidad. Algunos líderes religiosos envían un correo electrónico o un mensaje
de texto diario o semanal de la Escritura, con pedidos de oración y palabras de consuelo.
He oído de equipos de educación religiosa que se conectan con las familias y sus hijos
enviándoles paquetes con actividades, sermones infantiles e incluso realizando
competencias de video, encierros virtuales y búsqueda de huevos de Pascua. Se están
organizando equipos ministeriales por teléfono, por texto y por correo electrónico para
abordar las necesidades más importantes en sus congregaciones y vecindarios, creando
paquetes de alimentos, juegos, máscaras y otras medidas de apoyo. Es impresionante el
cambio dramáticamente rápido a una “iglesia virtual”, para una institución que tiende a
conservar los valores tradicionales y que al comienzo de esta pandemia estuvo
tecnológicamente desafiada.
Incluso en medio de esta reforma tecnológica mayormente exitosa, vale la pena considerar
el pronóstico para un cambio permanente. Yo diría que muchos de estos cambios virtuales
tienen una base inestable. Además de los desafíos anteriormente mencionados sobre el
tamaño, la edad, el clero a tiempo parcial y una inclinación intrínseca por el culto tangible,
y otros factores hacen que la adopción digital a largo plazo sea poco probable. Primero,
hay poca infraestructura o experiencia para sostener estos esfuerzos. Gran parte de la
innovación y la adaptación en las congregaciones más pequeñas se produjo a través de
la iniciativa y el ingenio de algún clérigo que por su cuenta hizo lo que debía y aprendió
sobre la marcha. En segundo lugar, la membresía se incorporó a estas prácticas digitales
por necesidad, no por libre elección o interés. La aceptación en una crisis no es lo mismo
que la incorporación voluntaria en tiempos normales. Finalmente, mis visitas ad-hoc a
docenas de presentaciones de cultos en línea sugieren una pausa temporal que está
formulada a partir del deseo expreso de una “celebración normal del culto”. Estos
experimentos rara vez han sido encuentros impresionantes o pulidos para celebrar el
culto, por lo que percibo que hay un deseo expreso de abrazos físicos en los bancos duros.
El futuro
Entonces queda la pregunta, ¿cuál de estas nuevas prácticas religiosas y tecnologías
digitales sobrevivirá a la pandemia? De todas las adaptaciones que se están haciendo
actualmente en medio de la crisis, sostengo que tres prácticas tienen una buena
136
Además de estos tres, realmente espero que la respuesta virtual religiosa al virus tenga
un efecto generalizado y duradero en las congregaciones, un cambio de mentalidad, una
mayor apertura al uso tecnológico por parte de los luditas20 y los miembros mayores de
las comunidades religiosas. Tal vez este bautismo virtual de fuego los libere para probar
pantallas en el santuario, una ampliación de la imagen del predicador, devocionales
digitales diarios, anuncios de noticias electrónicas y el uso compartido de fotos en las
redes sociales. Tal vez la epidemia tenga un lado positivo al traer tecnológicamente a las
comunidades religiosas al siglo XXI.
19
La transferencia electrónica de beneficios (EBT) es un sistema electrónico que permite a los
departamentos estatales de bienestar emitir beneficios a través de una tarjeta codificada utilizada en los
Estados Unidos
20
En el uso moderno, ludita se define como aquel que se opone a la nueva tecnología.
137
21
21
Imagen recuperada de: https://i.pinimg.com/474x/96/87/79/968779cd3c5657927a4db73a885f38b6.jpg
138
CAPÍTULO 29
Nombre de la Definición
alfabetización
Alfabetizaciones comunales
Alfabetizaciones disposicionales
participación social
mediada digitalmente
Alfabetizaciones constructivas
Alfabetización incorporada
141
Figura 1: “pensando que esto debería ser #pandemiario por las cosas que el clero tiene
que aprender sobre la marcha que no se cubrió en el seminario” Captura de pantalla
compartida con permiso del autor.
Las respuestas que hemos observado durante la pandemia nos hicieron repensar este
aspecto de nuestro encuadre. En medio del distanciamiento físico, las personas que antes
ni siquiera habrían estado abiertas al ministerio digital se han conectado para satisfacer
de manera pragmática y fiel las necesidades espirituales de sus comunidades. Nos hemos
inspirado en aquellos que fueron honestos sobre sus habilidades digitales, que estaban
dispuestos a experimentar y arriesgarse a “fallar” públicamente, todo mientras usaban
herramientas que quizás no habían encontrado antes.
143
Nos dimos cuenta de que los líderes que más nos impresionaron demostraron un alto
grado de autenticidad: con sus propios valores y habilidades, y con el equipo y otros
recursos disponibles en su comunidad. Como Kyle a menudo dice en contextos de
capacitación, confiaron en que ya tenían todo lo que necesitaban para ser ministros
digitales (Oliver, 2016). En lugar de entender la realización como el resultado de las otras
capacitaciones, la crisis nos ha llevado a ver que la presentación auténtica y pastoral
en línea es la motivación para desarrollar las otras capacitaciones.
Cuando no había otra forma de estar presente para sus congregaciones, estos líderes
entraron en una tierra desconocida y descubrieron que aún podían cantar la canción del
Señor (Salmo 137). Creemos que aquellos que han aprendido a prosperar en el exilio
digital encontrarán sus ministerios enriquecidos cuando regresen a Jerusalén y continúen
practicando sus nuevas competencias.
Fuentes
Fentress-Williams, J. y Williams-Duncan, S. (2015, junio).
Everything is a remix: Using digital storytelling to re-engage oral texts. Documento
presentado en Pedagogical Possibilities: New Paradigms in Teaching for Ministry,
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Preparing religious leaders for lively online engagement. Documento presentado en la
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Oliver, K. M. (2016). You already have everything you need to be a digital media minister.
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youalready-have-everything-you-need-be-digital-media-minister.
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Oliver, K. y Kimball, L. (2019). Digital media for ministry: Key concepts and core
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Oliver, K. y Kimball, L. (2019 Digital media for ministry: Portraits, practices and potential.
En M. Percy, I. Markham, E. Percy y F. Po (Eds.) The study of ministry: A comprehensive
survey of theory and best practice (págs. 233–249). Londres, Reino Unido: SPCK.
Oliver, K. M., Kimball, E. M., Williams-Duncan, S. y Blanchard, I. (2016, noviembre). Digital
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presented at the Religious Education Association Annual Meeting, Pittsburgh, PA.
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Oliver, K.M. y Williams-Duncan, S. (2019). Faith leaders developing digital literacies:
Demands and resources across career stages according to theological educators. Journal
of Media Literacy Education, 11 (2), 122–145.
145
CAPÍTULO 30
Dado que los límites de las redes sociales son porosos, este medio de reunirse en línea
como iglesia también se ha vuelto especialmente visible y presente para aquellos que
normalmente no practican la fe o se presentan en espacios en línea que normalmente no
tratan el tema del compartir la fe. Nos estamos congregando en un gran espacio público
de reunión online, y la evidencia de nuestras prácticas de fe es teóricamente visible para
cualquiera. El cierre de las puertas de la iglesia las ha abierto más ampliamente en las
plataformas de las redes sociales. Los servicios de transmisión en vivo y las devociones
en las redes sociales implican barreras muy bajas para que toda persona vea de los
cristianos de qué se trata, y, por lo tanto, las iglesias en línea no solo están tratando de
alcanzar a los miembros sino que, de hecho, están brindando un testimonio público. A la
luz del imperativo cristiano de “ir y proclamar”, esto también es una bendición.
En el futuro, es primordial que las iglesias reflexionen sobre lo que significa “hacer esto”
frente a “hagan esto en memoria de mí”. Ahora hemos visto que gran parte del “contenido”
del culto puede ser mediado electrónicamente para producir una experiencia adecuada de
adoración a distancia. ¿Qué significa esto para la forma en que entendemos el culto?
¿Existe la razón para celebrar un culto y se puede realizar en línea? ¿Hasta qué punto
podemos medir la celebración del culto por ser adecuado, ser eficiente y su conveniencia?
Es relevante aquí el punto clásico de Romano Guardini (1998) sobre la liturgia sin
propósito, ya que nos recuerda que el culto se celebra por el culto mismo y sin ningún otro
propósito:
Por la gracia de Dios, cuando el COVID -19 deje de ser un peligro y las iglesias se vuelvan
a abrir, apuesto a que la gente reanudará las reuniones cara a cara, a pesar de que hemos
visto cómo la tecnología nos permite conectarnos de otras maneras. Quizás la experiencia
en línea de celebraciones y devociones puede completar en lugar de reemplazar las
formas tradicionales en que nos reunimos como iglesia.
Fuente
Guardini, Romano (1998). The spirit of the liturgy. (El espíritu de la liturgia) Nueva York:
Herder & Herder