Cuadernillo Mod3C3
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curso 3
NEGOCIACIÓN Y RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS EN TEMAS POLÍTICOS
CON PERSPECTIVA DE GÉNERO
MÓDULO 3 | NEGOCIACIÓN CON PERSPECTIVA DE GÉNERO
TEMA 1 | NEGOCIACIÓN Y GÉNERO: CONCEPTOS, TÁCTICAS, ESTRATEGIAS Y HABILIDADES
PARA INCORPORAR LA PERSPECTIVA DE GÉNERO EN LA NEGOCIACIÓN
¿Eres de las que piensa que la negociación sólo se da entre un comprador o un vendedor, entre un sindicato
y un gobierno?
Si respondiste afirmativamente estás en el lugar correcto, porque veremos que el campo de acción del
proceso negociador es más complejo; si tu respuesta es ¡no! has acertado, cierto es que la negociación
la hacemos todos los días. Negociamos para resolver diferencias con todo tipo de personas: amigos,
familiares, colegas, vecinos, desconocidos, hasta entre las naciones hay negociaciones.
También, la negociación está compuesta por movimientos que la gente fomenta para resolver sus
diferencias y solucionar el conflicto. Los resultados de los actos alternativos son evaluados” (Moore) con
factores relacionados con el negociador, tales como: las normas de conducta, los estilos, la capacidad
de percepción, la cantidad de información sobre el problema, los atributos personales y hasta los
recursos al alcance.
Adviértase que a pesar de todo la negociación no es un remedio, ni una fórmula mágica para abatir
el conflicto, dicho en palabra de Maquiavelo “no se puede evitar una batalla cuando el enemigo la
quiere a toda costa”. Lo cierto es que en los estados democráticos se opta por aplicar las soluciones
basadas en dirimir las diferencias y llegar acuerdos en donde ambas partes resulten ganadoras.
A lo anterior hay que añadir que entre el conflicto y el proceso de la negociación intervienen
diversos factores asociados al contexto social, cultural, económico y político; además de que la
desigualdad de poder juega un papel central como generador de tensiones.
En este caso para las mujeres, ocupar un espacio en la mesa de toma de las decisiones
es un camino sinuoso, por ello se vuelve vital que las sociedades, que los gobiernos apliquen políticas con perspectiva de género entendida esta
como una “herramienta de análisis de los fenómenos sociales que nos permite adquirir una mirada más abarcativa”.
Además, la perspectiva de género nos posibilita comprender las relaciones de poder, hablar de género no es sencillo pues hay que considerar que
las relaciones entre hombres y mujeres son asimétricas en el ámbito público y privado, cultural e históricamente se ha acallado la voz femenina, se
ha negado la voz sobre sus deseos y sus necesidades.
Las mujeres tienen que vencer algunos obstáculos para iniciar la negociaciones en lo privado y en lo público, primero deben autorizarse para “hacer
valer su derecho a pensar diferente y no sentirse culpable por defender sus intereses” (Coria), segundo, renunciar a situaciones de aprovechamiento
y explotación, y desmitificar tabúes sobre la función social de la mujer.
Al llegar a este punto es preciso aplicar con perspectiva de género algunas estrategias para pactar en lo social y político, tales como lo son: el mapeo
del conflicto, los 6 principios básicos para resolución de conflictos y los modelos de mediación.
2. Cuando se pretende realmente resolver el conflicto, es decir, hay voluntad de paz, se puede recurrir a los 6 principios básicos.
a. Reformular
b. La connotación positiva
c. El reencuadre del contexto
d. Externalizar las partes y características del problema.
Para lograr los fines deseados, los negociadores adoptan una serie de comportamientos, es decir,
tácticas, la selectividad de ella dependerá de las circunstancias, en negociación y género puede
valerse de la táctica denominada “paso a paso”, en la que el/la negociadora o negociador centra
toda su atención en un asunto antes de entrar a debatir otro. Una de las grandes ventajas de esta
táctica es que el negociador tiene la posibilidad de tomar una decisión inteligente y satisfactoria en
el proceso de acuerdos. También, se puede recurrir, considerando los riesgos, a la táctica “pida la
luna” y poco a poco podemos aceptar menos.
Otro punto relevante del tema que nos ocupa es incorporar a la perspectiva de género habilidades
en la negociación en las que destacan: en el terreno personal la perseverancia y disciplina; en el
rasgo externo la empatía, la persuasión, el entusiasmo; y finalmente en el campo profesional un
buen negociador debe ser competente y organizado.
¿Qué esperas? Aplicas las estrategias y tácticas negociadoras en lo público para no permitir que
otros decidan por nosotras, y garantizar que la agenda pendiente de las mujeres esté en el debate
público.
REFLEXIONES
Les dije que era un tema pesado, porque las relaciones de género, son también relaciones de poder entre mujeres y hombres, claro, en desigualdad
para las mujeres por lo que no es nada sencillo comprenderlo en todas sus aristas, por ejemplo, hay diferencias en ideologías, en alcance de recursos
y hasta en prácticas culturales y sociales. Aunado a ello, convergen las estructuras sociales como es la clase y la raza. Como dije, es una lucha
desigual, asimétrica.
Por lo que el conflicto está latente, y requerimos practicar alternativas de solución a fin de llegar a acuerdos benéficos para ambas partes, que mejor
si se aplican con perspectiva de género, herramienta que nos posibilita comprender las relaciones de poder con una mirada más amplia.
Bajo estás consideraciones, resulta idóneo definir el concepto de “negociar” que se puede entender como “superar intereses contradictorios
mediante una acción concertada”.
Para llegar a este objetivo de dirimir diferencias, se requiere un proceso, guiado por estrategias y tácticas, ciertamente las mujeres negociamos día
a día para ganar terrenos, incluso a lo largo de la historia hemos negociado, y ahora gracias a esos procesos se han materializado derechos que en
algún tiempo nos fueron negados como estudiar una profesión o votar en elecciones.
Ojo, mucho ojo, no es lo mismo una estrategia que una táctica; esta última está íntimamente relacionada con el comportamientos del negociador
para cumplir su objetivo, mientras que las estrategias son la serie de patrones generales de tácticas empleadas por el negociador.
Podemos elegir una estrategia dura o blanca para resolver diferencias de intereses, que cuál es la mejor, no hay una respuesta correcta para tal
interrogante ya que depende de las variables del contexto.
Ahora bien, en cuanto a la selectividad de las tácticas, también se consideran las circunstancias.
Las mujeres en buena parte hemos sido excluidas actualmente del funcionamiento de las instituciones públicas, incluso de modelos de política, por
lo que, en muchos sentidos es vital incorporar los procesos de negociaciones con perspectiva de género.
Para este podcast, he elegido 2 tácticas, la primera es larga, pero tiene muchas ventajas para las mujeres en procesos de negociación.
La táctica se llama “paso a paso”, en esta la negociadora centra toda su atención en un asunto antes de entrar a debatir otro tema en su
agenda pendiente. Como les dije tiene sus ventajas, por ejemplo, si no tenemos en concreto una planeación nos da tiempo de respirar
para hacer ajustes. Otra ventaja de la táctica de paso a paso es que durante el transcurso podemos tomar decisiones más inteligentes y
satisfactorias.
¿Qué creen? también “pidan la luna”, sí, así se llama la segunda táctica que les prepare amigas. Esta
táctica consiste en pedir el cielo y las estrellas, claro la luna también y poquito a poco podemos
aceptar menos, claro, si es que no nos queda otro remedio. Sin duda esta táctica es más
arriesgada, pero vale la pena probarla.
¿Qué esperas?
1. Los mensajes que actúan inconscientemente. Lo que significa que sin control o
inconscientemente el sujeto envía mensajes corporales que ejercer una influencia
poderosa.
3. Por último, no menos importante son las señales del lenguaje no verbal. Dentro
de nuestra comunicación la mayor parte de los mensajes emitidos son de tipo no
verbal, es decir, un 65 por ciento de la comunicación tiene que ver con señas no
verbales, como son el tono de la voz, el volumen, la proxémica y los movimientos
corporales; su dominio pueden ser una oportunidad o bien una amenaza para los procesos de
conciliación.
Cabe aclarar que para interactuar en la solución de conflictos es esencial el desarrollo de habilidades
comunicativas, recordemos que en la transferencia de los significados intervienen diversos
elementos (emisor, mensaje, receptor, canales, ruido, codificación y decodificación) por lo que
la efectividad de la comunicación depende también del manejo de diversas habilidades verbales,
por ejemplo hablar y escribir correctamente (indispensable a la hora de lanzar el petitorio en la
negociación); a esto hay que agregar leer y saber escuchar; finalmente y no menos importante
un buen negociador tiene la capacidad de deliberar.
Por lo tanto, dos habilidades necesarias para la comunicación efectiva son la escucha activa y
la expresión asertiva. La escucha activa es una actitud para “mantener abiertos los canales de
comunicación” incluso durante los momentos más densos de una interacción de conflicto, dicho
de otra manera, se procura tener el ánimo para comprender las razones del oponente. “Es una
actitud de empatía con el otro” que van a colaborar a la armonía.
La escucha activa precisa que el receptor demuestre al oponente que lo está escuchando, controle
sus reacciones en situaciones de altas emociones, igualmente muestre coherencia en los canales de
comunicación, es decir, en los medios que utiliza para hacer llegar el mensaje.
Por ejemplo, para poner en práctica la escucha activa podemos utilizar la técnica de la legitimación,
que es demostrar que se reconoce el punto de vista del otro, algunas frases que se pueden emplear
son: “nunca había visto el problema desde ese lado…”, o bien puede probar con “veo que es muy
importante para usted..” incluso puede iniciar con “eso que acaba de decir es muy importante
porque…” (Espinoza, 2011)
Así mismo se puede optar por la técnica de la reformulación que es transformar el significado para
bajar el “tono negativo” a nuestras oraciones, un ejemplo, en lugar de decir “-¡Ustedes son unos
corruptos! así no vamos a poder lograr cambios…” Elija decir: “¿Está usted dispuesto a transparentar
los hechos en este caso?”
1. Me preocupa mucho que las mujeres sigamos siendo víctimas potenciales de violaciones a nuestros derechos humanos.
2. Por eso estoy en desacuerdo en que se postergue el diseño de políticas públicas para atender las necesidades inmediatas de las mujeres.
3. Por lo que te solicito la implementación de un comité de seguimiento para la aprobación de normativas laborales con perspectiva de género.
Del ejemplo antes mencionado, puede alterar el orden sin perder de vista la idea central que va a comunicar en una interacción negociadora, así
esta expresión será asertiva, es decir con claridad y firmeza.
Otro rasgo en la comunicación efectiva es el manejo de estrategias persuasivas para encaminar las “aspiraciones” del rival, como “intentar persuadir
al otro de nuestro legítimo derecho a obtener un mejor resultado”, por ejemplo, haciendo ver que de “ello depende nuestra integridad”. Otra
alternativa es realizar propuestas para que el contrincante disminuya su nivel de aspiraciones por posibles consecuencias no favorables que podría
enfrentar a un corto plazo. No sólo lo anterior se puede integrar en el acto de comunicación durante las negociaciones sino también dentro de la
persuasión, el emisor puede enviar mensajes de intenciones al interlocutor para portarse de determinada manera, a través de promesas, es decir,
con el ofrecimiento de un resultado supuestamente deseable para él por su benevolencia.
Para terminar, la comunicación es un factor idóneo para enfrentar los conflictos, el empleo de la comunicación efectiva entre los que intervienen
en un proceso de negociación ayuda a aclarar la ideas y fijar cada una de las posiciones; de lo contrario, no emplear la comunicación efectiva de
manera oportuna provocará sucumbir en el conflicto. (Parra de Párraga)
Para luchar por la promoción de los derechos igualitarios y por normativas con perspectiva de género,
eres la indicada.
¿por qué?
Es muy simple, las mujeres tienen características natas para ser negociadoras, en
aquello que se conoce como las prácticas integrativas.
Las mujeres son ideales para construir relaciones. Dado que un criterio de la
comunicación efectiva es la empatía, ahí tienen el primer acierto.
Las mujeres tienen la destreza de leer con facilidad las actitudes del oponente,
lo que le da una ventaja en la negociación, ya que posee información extra y útil para encaminar
estratégicas y tácticas negociadoras.
Además, las mujeres, tienen una escucha activa, es decir, toman en cuenta a la otra parte lo que
hace que se dé un alto compromiso durante la negociación.
Esto reafirma la necesidad de que las mujeres deben ser parte de los procesos de negociación.
Algunos ejemplos histórico en que las mujeres presionaron para que se confirmarán
negociaciones de paz o para firmar acuerdos de paz:
Durante el diálogo de la paz para La República Democrática del Congo entre los años
1999-2003, a un comienzo en las pre negociaciones sólo se contaba con la participación
de 6 mujeres de un total 362 integrantes de la comisión. Estás 6 mujeres lograr aumentar
su número a 40 delegadas a través de una carta abierta justificando el aumento de
la participación feneminia citando a Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de
Discriminación contra la Mujer
Por si fuera poco, después las ya 40 mujeres delegadas garantizaron que se firmara el acuerdo
formando una cadena humana para bloquear las salidas de la sala de la comisión en la que impedían
la salida de los hombres.
Cuando las mujeres no están en la mesa de la negociación también sacan a relucir sus dotes negociadores,
como en el caso de la Conferencia sobre la Reconciliación Nacional en Somalia en 1993, donde un grupo
de mujeres en calidad de observadores presionarion públicamente a los líderes de las facciones haciendo
huelga de hambre hasta que se llegara a un acuerdo, el resultado fue satisfactorio porque en un plazo de
24 horas los hombres generaron un plan de paz.
Otro caso para ejemplificar, es la estrategia que las mujeres trabajaron en la acción colectiva es en África.
De manera similar, se da en el continente de África, tanto en Liberia y en Somalilandia un grupo de
mujeres en el exterior de los lugares en los que se llevaba a cabo las negociaciones de violencia posterior a
la independencia realizaron acciones de presión para que los hombres firmaran un acuerdo de paz, con
la amenaza de desnudarse públicamente a la vista de los negociadores.
Esto resulta interesante, porque en esta cultura es totalmente inapropiado que un hijo vea a su madre
desnuda, y estas mujeres usaron e instrumentalizaron roles de género statu quo para abogar por la paz.
Es por ello que se requiere de una intervención que sume, para arrostrar los conflictos quebrando
la automatización de dinámicas de convivencia hostil, con el interés de conciliar, de generar un
nuevo equilibrio, de educar para la paz.
Es una emergencia el proponer iniciativas a corto, mediano y largo plazo para la reconciliación, de
empoderamiento de las mujeres, cese de la violencia, erradicación a las violaciones de derechos
humanos de las mujeres, reconstrucción del tejido social y en contextos muy específicos consultar
iniciativas para lograr acuerdos de paz.
Esto se puede abordar desde la visión multiactor, entendiendo que se trata de “un proceso
voluntario, flexible y seguro en el que las partes crean sus propias reglas, agendas y condiciones para
construir juntos formas productivas de relacionarse”, a diferencia de otro tipo de interacciones
aquí es de destacar la voluntad y disposición de los involucrados.
Es también parte del proceso multiactor, promover una agenda para la resolución de conflictos con “mecanismos
de toma de decisiones, formas y procedimientos de acción conjunta” clara.
Ahora veamos las etapas del proceso multi-actor de construcción de consensos para iniciativas de impacto
colectivos, la primera es la validación, seguida de la visión compartida, análisis del ecosistema, la incubación,
la implementación, la evaluación y finalmente la sistematización. (Agencia Mexicana de Cooperación
para el Desarrollo)
Visión compartida. En esta etapa se debe “generar una lista de los factores que podrían afectar
el tema central de la alianza”, aproximadamente, dependiendo de la magnitud, se pueden enlistar
entre 20 a 40 factores, tomando en cuenta fuerzas políticas, sociales, tecnológicas, ambientales,
económicas; no sólo se ha de considerar las más evidentes.
El siguiente paso es diseñar escenarios futuros posibles. Por ejemplo, un factor político puede ser
un cambio de gobierno del que se pueden desprender 3 escenarios posibles.
Análisis del ecosistema. También se le puede llamar mapeo multiactor, en el que se visualiza los
intereses y motivaciones entre los actores.
La incubación. Aquí se crean lienzos con la comunidad, hay acercamiento con el sector
privado y se realiza una propuesta de valor para distintos actores, que potencialmente deseamos “incorporar como aliados estratégicos”.
La implementación. Se trata de alinear los procesos con la metas planteadas, se hace una matriz de indicadores, se priorizan tareas específicas y se
implementa la estrategia.
La evaluación. Se resuelven las incógnitas que se derivan de la implementación de la iniciativa, es decir, se valoran los resultados.
La sistematización. Finalmente, se aplican una serie de técnicas para elaborar una línea de tiempo crítica.
Seguramente dentro del entorno en el que te desarrollas -social, político- has observado desigualdades de poder, disparidades con razón de género,
puedes empezar ya a formar alianzas estratégicas con actores clave con la firme finalidad de actuar en pro de la colectividad, ten muy en cuenta
siempre el clima y la disposición de las partes implicadas para eliminar los conflictos.
¡Anímate y aplica desde tu comunidad una negociación multiactor para destrabar conflictos añejos!
REFLEXIONES
Además, para completar el proyecto se cuenta con la participación de 6 agencias de la ONU, tales
como: la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las
Mujeres, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, el Fondo de Población de las
Naciones Unidas, la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito, la Oficina de la Alta
Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, y el Fondo de las Naciones
Unidas para la Infancia.
En dicho programa multi actor, para prevenir y erradicar el feminicidio, cuenta con un presupuesto
de 7 millones de dólares distribuidos pilares del programa que pretende de acuerdo a lo que señala
dicho programa:
Que servidores públicos sean capacitados, presten mejores servicios de salud y le garanticen a las
víctimas de violencia el acceso a la justicia.
sin violencia.
Que las organizaciones de la sociedad civil se fortalezcan y amplíen su capacidad para promover y
proteger sus derechos.
Para consolidar la alianza multi actor, el programa realiza negociaciones con las partes implicadas
para “mejorar las normas y las políticas públicas para la eliminación de la discriminación y de la
violencia contra mujeres y niñas. Fortalecer las instituciones responsables de prevenir,
investigar, sancionar y eliminar la violencia contra mujeres y niñas, en especial el
feminicidio. Cambiar las normas sociales, formas de pensamiento y conductas
para prevenir la violencia, particularmente a nivel comunidad. Garantizar y hacer
accesibles los servicios esenciales de salud, sociales, legales y policiales de calidad
para mujeres y niñas víctimas de violencia. Mejorar los sistemas de recolección de
datos que permitan tomar decisiones de política pública informadas, para mejorar
las estrategias para el monitoreo, la prevención y la erradicación de la violencia
contra mujeres y niñas”.
Hay realidades sociales indiscutibles en México que necesitan un cambio: la alta marginación, la pobreza, la inequidad, la violencia, entre otras, que
demandan la acción del Estado a través de la implementación de políticas públicas.
Entendiendo estas como un programa de acciones del Estado para cambiar las normatividades vigentes, a través de decisiones concretas (Rodríguez),
además una política pública se puede entender como una “necesidad de aclarar los fines sociales a los que debe servir determinada asignación”.
(Lasswell)
Dicho de otro modo, “las políticas públicas son instrumentos con los que el Estado pretende lograr ciertas metas” (Campos, citado en Obando),
pero antes se debe dar el reconocimiento de desigualdades y la exigencia social, en este caso, la exigencia de las mujeres.
Por ejemplo, las mujeres requieren reglas para la igualdad de género, como son el empoderamiento económico, políticas de salud en la interrupción
voluntaria del embarazo, la garantía de derechos y la erradicación de la violencia de género.
Además de que ha de reconocerse la necesidad latente de reglas laborales que garanticen la equidad salarial, es cierto que las mujeres sí se han
incorporado progresivamente al mercado de trabajo, pero con sueldos más bajos por igual tarea que los hombres, a eso hay que añadir que tienen
mayor probabilidad de ser despedidas a la hora de un recorte de personal.
Otra exigencia de las mujeres es el alto a la violencia de género, por eso hay muchas reglas que deben cambiar en las cuales es emergente la
participación activa de este sector. Además se ha convertido en un tema que ha tomado relevancia por la urgencia de incluirlo en las agendas
gubernamentales; se dice relevante porque las leyes, programas y acciones concretas destinadas a atender las agresiones contra las féminas
constituyen un esquema de política pública en la que deben participar activamente diversas áreas: el público, las organizaciones sociales y por
supuesto las mujeres.
Es aquí donde se considera importante la aplicación del proceso de negociación para la construcción de dichas políticas públicas.
Entenderemos por política pública con perspectiva de género aquellos instrumentos que ejecuta el Estado para empoderar a las mujeres.
Teniendo claro lo anterior, hablemos ahora del proceso de negociación para la construcción de políticas públicas con perspectiva de
género.
Posterior, se deben de orientar las estrategias con la apertura a la sociedad civil, los actores implicados
a través del diálogo para el diseño, propuesta y posterior la implementación de la política pública con
perspectiva de género.
En el caso de México, las negociaciones para que el Estado destinará como norma oficial recursos
etiquetados en el presupuesto destinado a programas para las mujeres, fue un camino largo, hasta
1996 en la Declaración Política de la Asamblea Nacional de Mujeres para la Transición a la Democracia
se manifiesta la necesidad que llevó a una serie de negociaciones, pero fue hasta el 2008 cuando se
etiqueta el gasto en el Presupuesto anual de Egresos para problemas relacionado a las mujeres con
“el Decreto de Presupuesto de Egresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal 2008”, en ese
momento para problemas de salud reproductiva, pobreza y violencia.
Se ha de destacar en este tema que las políticas públicas son un resultado de la negociación entre
las partes implicadas que ajustan sus intereses, por lo que se vuelven relevantes los actores y las
alianzas que aporten su visión del problema y sus recursos.
Para facilitar las negociaciones entre los actores se requiere que adopten las siguientes conductas
(Moreno):
En este módulo dimos algunos tips en la negociación para la construcción de políticas públicas con perspectiva de género.
Como bien dijo la filósofa inglesa y defensora de los derechos de las mujeres Harriet Taylor Mill “No cabe cuestionar que las mujeres son adecuadas
para la política, pero es muy probable que la disputa se convierta en si la política es adecuada para las mujeres”.
Gracias por sintonizar este espacio, en este episodio te preparamos cómo funciona el proceso de negociación previa a la implementación de políticas
públicas con perspectiva de género.
Primero, entendemos por políticas públicas con perspectiva de género, instrumentos, normas, reglas, programas, acciones que ejecuta el Estado
para empoderar a las mujeres.
Algunos ejemplos de políticas públicas con razón de género implementadas en México son: Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre
de Violencia, etiqueta al gasto en el Presupuesto anual de Egresos para asuntos de problemas relacionados con las mujeres, el principio de paridad
en los procesos electorales.
El camino a la implementación de cada política, no es fácil ni expedita, sino todo lo contrario, esto en parte responde a ciertos arraigos y a una
consideración más: no hay negociación sin un interés colectivo, y tampoco hay negociación sin un interés individual por parte de los actores.
Regresando al punto, lo primero que se requiere para comenzar el proceso negociador es la compresión desde una visión ética el concepto de mujer
para desmitificarlo de las raíces culturales.
Por otro lado tenemos algunos factores facilitadores del comienzo de las negociaciones que nos da el latido de la situación como es: la movilización
y presión social de las organizaciones de mujeres, los cambios de gobierno, sobre todo los manifestado en la alternancia política, las relaciones y
articulación entre los niveles de gobiernos y las organizaciones de mujeres.
Por otra parte se toma en cuenta que durante este proceso es importante una figura de un interventor o mediador, que tenga una serie de
requisitos personales, esto lo señala la Fundación Futuro Latinoamericano (FFL):
Número uno “agilidad mental para responder adecuada e inmediatamente a las situaciones que se presenten”.
Número dos, tener el control de las emociones, dicho en otras palabras el interventor en la negociación debe tener “resistencia física y emocional
para resistir durante todo el proceso pues, por un lado, serán largas horas que deberá mantenerse de pie mientras facilita y, por otro, serán muchas
las emociones que se juegan y que deberá saber controlar”.
Toma nota si en algún momento estás en la mesa de las negociaciones, al principio siempre procurar entablar una conversación efectiva
sobre intereses y necesidades, eso debe ser antes de poner una primera
propuesta.
También, ten los oídos bien abiertos así como la mente para estar en
alerta y ver las diferencias entre ceder y acordar, no menos importante
en un primer momento es sólo sacar a la luz alternativa si es lo
suficientemente fuerte. Mucho ojo con lo último, porque si no
se aplica ahí podría acabar la negociación.