Poch - Neoclasico

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NEOCLASICISMO Y NACION (1806-1827) por Susana Poch Entre el orden colonial hispanico y los esfuerzos por construir uno independiente se entretejian, durante el siglo xix en América Latina, diferentes ideologsas, estrategias politicas, discursos y retéricas en una trama intrincada tendiente a expresar y legitin la ruptura con el orden republicano ant uracién de uno nuev —~¥] periodo comprendido entre las invasiones inglesas (1806-1807) y el fracaso del intento rivadaviano por constituir un gobierno central (1827) fue en el Rio de la Plata un tiempo de luchas sangrientas contra enemigos externos (Inglaterra, Espafia, Portugal, Brasil) y de enfrenta- mientos internos entre quienes gobernaban o aspiraban a hacerlo. Para gobernar, no s6lo_se_necesitaba un. discurso quejustificara la accién oficial, también se precisaban simbolos y rituales que le otor- garan legitimidad a los ojos de la comunidad. Estos signos podian ser icénicos o sonoros: rituales, festividades, himnos, escarapel: ifo: mes, banderas, desfiles, monumentos, altares. Otros eran puramente_ discursivos: proclamas, actas de independenci rengas, manifiestos,.” periddicos, obras literarias- Todos estos elementos conforman el com- plejo artefacto de ingenieria social que interviene.en Ja construccién de _ los Estados-naciones, La literatura patridtica contribuye a este proceso SidiGiando «fieciones orientadoras»,! inventando tradiciones,? ¢ im- monarquico antiguo y la ae = i ia de una idea, ' Ver Nicolas Shumway, La invencién de la Argentina. Historia de una Buenos Aires, Emecé, 1991. ay Ver Eric Hobsbawm y Terence Ranger, Th ambridge University Press, 1993. e Invention of Tradition, Oxford, 105 able ¢ indiscutible a nociones , ap no libertad. 6 gen a eeeienti como patria 4 ee eriotico del periodo independentista, que seme, El discurso P: ;deologemas jlusoriamente univocos y transpar, cm por nflictos étnicos, EcondMicos, lingiis Rte Bist; Jo F cohesionad _ cultaba en realidad tantc “ones y contradicciones e oculta rales, como tensiones y © a eS €N torng urales, ie Iitica. ! cult sociales y cu Me oli og > orgamizacion P' or ae programas de org jena a esa tension. Todo nuevo simbolism, > sa er a literatura no ¢ . 7 MAO OSMO se if ‘sobre las ruinas de los precedents utiliza sus maceriles. Dey \ edifice snel Ri es cer ; al neoclasicismo en el Rio 1 de esta perspectiva NOs acercamos al ela Play deta pershetura que se apoya en el canon de gusto y Sensibilidad d un publico Ictrado y europeizante. Sea cual ae precedente sobreg cual se erige la retorica neoclasica rioplatense — hispanico (Jovellan Quintana, Arriaza); francés (Boileau, David, Chénier); griego (Home. ro) o latino (Virgilio, Horacio, Ovidio)— se convierte en una matriz generadora de sentidos locales, primero, y nacionales, mis tarde. Si bien se atiene, por un lado, a una serie de estrategias ya des- criptas por los clsicos, por otro, y simultaneamente, crea resonancias propias, dirigidas a comunicar acontecimientos sociales e influir sobre Aa conducta de la comunidad. Produce un discurso republicano y de- mocratico pero, al apoderarse de una tradicién aristocratica, supone destinatarios «ilustrados» capaces de decodificarla e identificarla con ] los valores que quiere transmitir: orden, control, eternidad, superio- | Tad del grupo dominante, reproduccién libresca de la realidad, mo- artine . De ahi que no haya ninguna retérica mds adecuaday¥ pertinente que Ia clasica, ya que ésta trabaja sobre esquema d supuesta valider general, intemporal, trata pro re esquemas fjos de | Ambites ficticios, describe personaec cist Problemas auténticos <1 4 con atuendos fantasticus, erige moneoe ence rancias contemporanes | eter irrefut n card ‘ 110, nace ss, ee 3, ales des —no sdlo los expresivos— nada mejor que un di un discurso altame. 3 proliferacié i 3 figuras etoricas a finde mon EesdeeMtiCo, que eater sentidos, cidn. El ve ular la decodj que esi i ¢i0n. El verso mayor los hiperbaton, ha ecedificacisn y Ia ineerge ees malizacion del : eee encmigo. ; 1g0, las hip. eto y verd. Brera ed mundo bistsrico-so, » Fondo de Cultura he Semina- “oné mic: ay in ~~ 7 ento enfatica repeti nulas de juramer ; 5 Ps repeticiones son re. Ss s] modo en que debe n colar el me que deben ser comprendide os sociales representados, €Ursos Orientados sy evaluados lox jtura se Manifiesta cn un amplio « , ampo textual: pe 7 es, letras de por supucsto, en la poesia. Algunas produc rye como hitos, nudos en el entreverade tefido de la lene el Romance Heroico y La Gloriosa Defensa de la Ciudad ie argentine res (1806-1807) de Pantaledn Rivarolas El Triunfs ciudad de ipuen0s y arola; El Triunfo Argentino eos) y Himno Nacional (1813) —al que me referiré por su titulo original, Marcha Patridtica— de Vicente Lopez y Planes; La Lira Ar- ena (1824), compilada por Ramén Diaz, y la poesia de Juan Cruz gent que corresponde al periodo en que actus como «poeta oficial» \attjvadavia (1821-1827). Mi lectura de esta producci6n neoclisiea — lizada en Buenos Aires durante el periodo prerrevolucionario, luego en el proceso de las guerras independentistas y mas tarde en la «feliz experiencia» rivadaviana, apunta no s6lo a determinar su valor o per- tenencia al campo literario, sino que también intenta comprender de ué manera el ideal clsico fue utilizado para representar un proceso revolucionario (tal como lo hicieron los franceses), asi como pretende esclarecer como estas representaciones ayudaron en el Rio de la Plataa construir el imaginario nacional, aun antes de la existenci Pantaleén Rivarola: de la accion al texto y al archivo* Las obras celebrativas que se produjeron en Buenos Aires respecto de las invasiones inglesas de 1806 y 1807 se refieren a ellas como un fenédmeno exclusivamente local, a pesar de que también afectaron a Montevideo. Desde entonces forman parte del capital simbélico de Buenos Aires, ya sea como relato histérico, mitico, legendario, literario © jconografico.? Dos autores, Pantaleén Rivarola (1754-1821) y Vicente Lopez y Planes (1785-1856) constituyen un punto de partida ineludible para 7 rse a la comprensi6n del proceso por el cual las acciones bélicas_ transforman, en los textos, a una masa popular indefinida en algo que, ‘ : , pa ‘coné- Ver Paul Ricoeur, Del texto a la accidn, Buenos Aires, Fondo de Cultura E Mica, 1986, - spios, elabot ee don ge ciudad recogis, ordend, interprets y produjo discurses Ee y aun isc e manera dife! : S e inscribid —y aun ancra diferente, cada una organiz6 wna memoria qui re pruyé identidades, as y, por lo tanto, CO oF siempre coincide en el relato nt - ar como SUJCLO argentin, | ae ay 1808 se publicaron en abn , critos por Pantaleg agamer Hos fucron Cscritos mtalesn Je ellos »lacion circunstanciadg Wo jos reg! Jos C" se hace rela . L de Vigg 1 lay jones i? ; n que Buenos Aires Capital de Virre aig ee C ‘ la Romance rT ciudad ae 12 de agosto de 1806, por WP fied yg tk, recon cada el aa quien lo dedica y ofrece a la muy jig ta tie la Pla - o eS “Ap it Y nopy ‘ Regimiento de oi Capital ¥ Lagi) sty Teal ciudad, © de Buenos Aires Capital del Virreynay, ate Defensa de la Ciudad tr inlio de 1807. Brevemente delin cen ne 7 lata: verifi el vasallo de S.M. y amany tt dela Pla jor un Spee y Plane. nt de ertencce a Vicente Lépez y Planes, Publicag, ! ria. Un tercero pereint Teroico. En memoria de la gj," ey ‘Argentino. Poema em elori, 1808: El Triunfo Pe Buenos-Ayres, contra el exército de 12000 ing, defensa dea cai dias 2.a 6 de julio de 1807, por D. Vicente (7° shine ie Capitan de la Legion de Patricios de la misma Capital, Fs, nes, § ‘ ? oe constituyen una unidad porque en ellos se advierte el estuerz, or lograr que ‘el significado del acontecimiento «invasiones inglesas, eee el momento para llegar a ser representado en contextos sp. ciales y culturales més amplios. cnet ~ En su Historia de la literatura argentina Ricardo Rojas cita y analiza | en dos oportunidades los textos de Pantaleén Rivarola,” catedratico en Leyes y capellin retirado del batallén ocurrieron las invasiones. ® Rojas incluye a Rivarola en primera instancia en el tomo sobre «Los gauchescos> y posteriormente en el volumen co- trespondiente a «Los coloniales». lo re ‘etizador de dos lineas opuestas: por un lado, com iniciador culto de una corr}, opular (y en ese sentido sostiene quees cto de Bartolomé Hidalgo y de Hilario Ascasubi) ador de la corriente colonial representada por 0 por el colonizador.? del Fijo en el momento en qu * Impresos en 1807, + €n los reale cuaderno de 39 pa a reales tilleres d Osi te Piginas on 08 Feale S de la Casa de Expdsitos, en un ped! 2 Facultad, 1924), in tgs Mra argent, p ys Aires, Libr! recoge - En 1851 fue ra Me vol: 2, cap. ee a recoger idades apenn earad Montevideo, perela edie Fue manda A n ida, E, . : on Mis" Aelogiade poiat 8 1910 fueron recoplados y publi tie sie Sentinos, Buenos Aires, Editores OS poco: Ose cit., vol. 2, emma lisponat yol.2 * disponibles » AST se llamaba uno de log ge. Ver Ricardo Roj met 88, OP. cit, vol Por las autori por Juan dela. pus. Biedma e Hijo, 1 ” Rivar de 1810. 1 nPresa en stro de 0s biog, Juan J, fico, a . i ¥ activo partidario de la revol¥) S¢ encuentran en Ricardo Roi 08 est, . ables que guarnecian la ciudad: Romance FHeroico poset ne © ¥ otro de conseryacn ee fen wert Tas weds formas coloniales en un nice om Un ent ¢ Emerge: ash un modo de ¢ Spresic 0 gute et vi mae roFiacion VigeNEES SU FeLStieca scfiala el connie ettitiea esa "1 Gempe x en un espacha histér 1COS Vv escribir “he iS allt Sea vdiembe mo porque Ya no se puede aferrar a = ‘ we te dl a su retorica a pesar de ~ desprende totalmente de ¢ 1 aie e de ella. Se aleja en la medid a medic aie lo que esta en primer pl plano: el ex Ceso, no $ el leng o . aen que me referencia mitolégica, las metifors cont hipérbote, la as y una estética «cu] on subordinarse a la experiencia cuyo peso se j “oralmente- El lenguaje no tratard entonces de Il ae ‘aeea Pola memo, como dominio ret6rico y artistico vuele @ atencion sobre jue da paso a una poctica del detalle, de lo concreto er Soe esa “. ‘8regado titulado «A, hacen muy del Cabildo, Rivardha 6 AI 2Udo, Rivarola reimprit ‘sone ycorecsonte Yaris as por la heterogén, a ni I Gina y género~ de Buenos Arce nes Poblacion en ane n las diferentes cuales fueron variande 9s ites durante las seis aos 110 ailoge de nombres propos, un p une sy sue ) Usae hun 7 sqoutidades y suietos. Un mundo de experien ‘no de individualie An ee sry para un eco ye CHAS OS Fer, wlidades, qrodo, POF Y PAE i ey de actores ties adn hresentade, de e _eonstruceton de sus vide al reconoce , ce gna reconst! ie nicdadl int x as (v de sus Meta) eet ses creen leer na nueyt ag iMerpretativa MATT y dee teyendose en native el anonimate fs Rivarola adquiere otr c i Vamphtud nomi : i dual y adopy aie ‘© sentido, / 7 Hacoria individ y adoptar cl punto de vista del . Al alejarse de la Jogra CORN ertirse en vocero de un deseo cal BUpO Como totalidad 1b Mectiy ae, oy, ades textuales y algunos, Bet Nora a los exeluidos de otras realid dle esta mane in ra, sociales. Si bien les reconoce a todos |x modo, también aquellos aden la med qujetO-gFUPO SC le permite actuar y ser poctizado. ide gp ae al seu rte El archivo de colectiva tiene como objetivo no solo conservar sino sobre de la voz rar situaciones reales en las que fue percibido un bor ramiento —aunqui a e momentineo— de las diferencias. Rivarola escribe en 1806 cuando los ecos de esa union momentianea, surgida de la organizacién y de la lucha por la reconquista y por la defensa, todavia no se apagaron y todos pue- den tener su nombre registrado en esa breve épica. En un aviso publico fechado en Buenos Aires el 26 de agosto de 1806'5 se manifiesta que Liniers, «debido 4 un cimulo de circunstancias no mencioné 4 todos los que contribuyeron a la victoria de ese dia en la relacion de los sucesos é invita 4 los que se consideren acreedores 4 figurar en la nueva que formula para enviarla al rey». Es cierto: ese «todos» sefiala que fueron valiosos para la muerte, pero asimismo la muerte adquiere, por primera vez, un precio y un valor.'® Cada vida terminada y cada cuerpo mutilado tienen un valor que se fija en honras y un precio que se expresa en pesos. E] 22 de diciembre de 1807 se pu- blican las asignaciones de pensiones desde el 11 de noviembre de 1806 a viudas e invalidos, incluidas «las negras esclavas que perdieron sus maridos», y las pensiones desde el 1 de agosto de 1807, por un total de ciento treinta y dos mil cuatrocientos uno con tres uae de pesos. Se incluyen en estas pensiones a la Compania de Jovenes, a eee a Naturales, Indios, Morenos y Pardos y a los esclavos mutilad ey i era dos por el Muy Ilustre Cabildo, que disfrutan de pensién. nee Mjena con cl nombre propio solo a desis} pertenencia aun colective que los une. De este hyos nombres no figuran adquicren identidl todo recupe- a it tative ™ Ver Stanley Fish, /5 There a text in This Class? The Authority of Interpre Communities, Massachusetts, Harvard University ae Expediciones contra 5 Ver Coleccién de Documentos y Apuntes seers Sf “Staseo Mitre. a Plata, AE C23, vols. 1 y 2, Manuscritos, Buenos Airc ‘© Las bastardillas son mias. "Ver Raz6n de las pensiones vitalicias, en © s expediciones contra el Rio de la Plata, op. el Rio de en Coleccion de documen' osy apuntes sobre 0 ct oi vol. 3, Buenos Aires, Museo Mitre. po ~ de Patricios de Buenos Aires realiza una «demostracigy 7 vs eclavos distinguidos en la defensa de esta caping)o” Bray los esclavos dis eaves de relaciones «de los premios de i Bray se hace De C. de la capital de Buenos Ane? Fe le ibereay ha concedido ¢ an contrajo en la defensa del dia § pean coer Boe eee reconocimientos marcan, Para " hl eeciben, un orden de grandeza, de Privilegio y honor por haber cipado de una accién reconocida See Por Parte de sy;, todos cllos, pertenecientes a esta comuni a Inme 1atamente de, del 12 de agosto de 1806 se imprimen y publican Proclamas, mani tos, circulares, peticiones, sermones, odas, poemas Panegiricos, poe, heroicos, memorias, décimas, octavas, romances, Cartas, inscripcio, reflexiones, discursos.'8 Distintos modos de inscribir textualment, acontecimiento, de dejar un registro para la posteridad. Buenos Aires también forma parte de este testimonio cole voz se entreteje con la de la multitud. L: por todos, comienza a construir una memoria publica: hay festejos, tevantan arcos adornados con poesias alrededor de la Plaza Mayors motivo de las fiestas de la defensa. Se propone cambiar loc nombres, algunas calles por otros «al quista y defensa conseguidas ‘ctivo y a ciudad, amenazada y defend Se publican felicitaciones y honras recibidas desde el exterior (Madri¢ Lima, Oruro, Bogotd, México); una especial desde Chile incita a deck rar la independencia. Incluso se deiave Sian oir las voces de los indios de | Provincia que ofrecen su apoyo y se recs diciemb, re de este afio de otros seis caciques inmediatos los Romances de Rivarol arten Ia cit fue. 8 ecobrado. No importa east feng ome si tue a el paraiso perdid esa entidad colecti i dad cole adslo que mmentada est? texto graciasau ana que here su ligazén en ¢ sujeto y protagonista. Buen ana. La 08 Aires disen dibujando el recorrido de la lucha on fe Plano de Ver Poesias que ado os arcos lew maron los arcos levantade, ‘motivo de las fiestas de ta defense, Manuscritos, Bucs Ver Manifestacion de los nombre Plazas de esta ciudad, Buenos Aire * Ver Real Imprenta de los [: s alrededor de ly 112 a ciudad, el paisaje de los cucrpos mutil sen | aM § COMO PUNLOS cstratépicos, los e« azotca’ de Ia Ia muchedumbre, Hit fala se ubica asi mismo en el triple papel y poeta. Como Leas le interesa «inmortalizar gloriosos hechecn, dor Poh averso corride porque se acomoda mejoral cantor nei a suelto del romance, sin metaforas complicadas ni referenci sal wees para llegar a un piblico mis amphi, «para que tous cae coat o decore y cante: los labradores cn su trabajo, los artesanos en Ber alleres, las sehoras cn sus estrados, y la gente comin por las calles y “zas»2! Rivarola evade las ambigiiedades, las incertidumbres, el caos Mesorden. En sus mas de mil versos va hilando las acciones y teje su trama. Rechaza el azar, las contradicciones, y enhebra un collar nico de hechos cuya causalidad es univoca. Cuenta una historia, organiza y ordena secuencialmente lo que en el mundo fisico fueron en ocasiones movimientos desordenados, acontecimientos caéticos, golpes de azar. Elerror, la impericia, la casualidad, la ciudad convertida en un laberinto, todo se aclara y se ensambla: los ingleses invaden; los de Buenos Aires se sienten agredidos; piden ayuda a Montevideo; organizan la resistencia; los argentinos se defienden, luchan y ganan. Rivarola provee un inten- to de explicacién (se pelea por la religién, la lengua y el rey) y crea un orden ilusorio en base a un resultado exitoso. iRomances historicos? ¢Cronicas rimadas? ¢Relatos en verso? :Poesia? gHistoria? Mas allé de su ubicacién en a serie literaria de los presentaci6n poética de las invasiones inglesas que volverd a actualizarse en la Argentina, sobre todo a partir dela guerra dé las Malvinas, en novelas, cuentos, textos para nifios, Cine, ~ ignifican la experiencia hist6rica y teatro, ensayos y memorias que resi literaria. ados, el uso de bal. spacios priblicas y log ver, tiene libre acceso Io ropa cones ¥ % jnreriores multituds 5 casas a los que, por primer de historiador, Narra- dor géneros, Rivarola funda una Vicente Lépez y Planes: de la accion al héroe yal Himno Nacional En 1808 aparece un fasciculo impreso en la Imprenta de los Exposies: 8 Triunfo Argentino. Poema Heroico. En memoria de la sloriase 2 ensa de la capital de Buenos-Ayres, contra el excrcite de 12000 pee que la atacaron los dias 2 a 6 de julio de 1807, por D. Vicente Lo? anes, Capitan de la Legion de Patricios de la misina capa’ a Ver Juan de la C. Puig, op. cit. vol. 1. Para entonces ya se habia acallado en las Callles de B nt de la metralla contra el invasor inglés, Porauan® aay coe Planes, en ese momento, E/ Triunfo Ar, ie te Koper y lagloriosa defensa», como S¢ enuncia ep, el sup. O51 memoria io? Aunque ésta haya sido la finalidad &xplicita lementario? largo de ms. P los sentidos que se despliegan a lo largo de mas rales ico se abre en el titulo mismo, « Triun bos.?? El abanico se abre local ‘lo Ten, | propésito manifiesto de recuperar una gesta cal ornamen ada ot oe “ ili romanos, sino que alude también a 5 fin clasicos atavios militares > n re Liniers— y al lugar que como tal debe Ocupar en e] €Spacio do] Elafio de 1808 fue muy complejo tanto en Espajia como en copatia impedida de actuss vs Si bien el contradien, rio. scenari 1808 despoja a Liniers 0 la aparicién d 78entino lo ubica nue- 3 Ver Ricardo Ro}. 2 er Carlos Robe Emecé, 2009, to de Iq Plata, Buenos Aires, 2 Ver Tomas Guido, «Mem Buenos Aires, Jack. 35 jot Noemi Goldman (ie Confederaciin (806: 195%. Bue fl En 1807, la defens, contra NOS Aires, Su y fuerzas voluntary » Sudam, los ingleses habin . Repiiblica, iP OF tropas irregulares ee’ Manera bastante itares estables - tales noente Capitan — fe reclu- Nn bajo e} Mando de Ovedosa presencis ©n la esceng Publica (ver Noemi Gold, ee eae enarie COMO PHIBEL ACTOL Y ¢ cv eb eset a vn ry el pocina de Vieeme L4, ge content asienel prumerintento de La bteratura argent Ipex. ipo de | i ado en acct Hamiento de unos pocos Girededor de rnil der politico, semenide por bas repr ha por new hervicas colectivas. Liniers es el “ valve! del ent je las mihietas 1 pulares yalyo mis de siete nul voluntarios hos buy Jesese)? vue very Uh uxe al ciclo/ para el bien de Ja patria, concebid inlacxerdito de 12.060 inglesese’s2 yerboheos Enennyos ines apela al cardcter patridtica del héroe, del joel Loy Snes cond JPaspeeto Jel Sure aunque, para ganar las simpatias de los grupos Ia yenealogia de los defensores de la hispa- aaron due “ta def \ ava a defensa levada a cabo por el Je heroe & Ho ubique en te elnucvo Pelayen, Lrereivo xele de mi patria amadar, se conv Iho de Buenos Aires. De este modo Loper ¥ Planes cundensa un principio que regira en toda Amé- Toente, en la Argentina: el derecho que algunos ra gobernar a otros s¢ basa no sdlo en su fuerza poder militar. No es de extrafiar que en 1813 ara por la Marcha Patriotica de Lépez de tono belicista y combative, y no Ta que presento istcban de Luca, mas epacifistar. La escritura de eoeey Planes no explica e6mo Liniers fue eapay de atraer a lo rinde cuenta de este fendmeno y lo exalta. saria para organizar un sistema literario ¢ ideo- to con otros dos ideologemas: «argentino» ¥ ja la produccién literaria posterior y dar sentido al funcionamiento de la sociedad, E] término «argentino», utilizado por Martin del Barco Cente- nera para titular su pocma La Argentina (1 602), adquiere en El Triunfo Ar gentino un valor poético~politico del que carecia en Jos anteriores autores. AQuiénes son estos «argentinos» que CP el poema se desplazan lu- shando «por el campo y dre calles argentinasy? gQuiénes conforman repangentino exército» que logra un «Trinny, o Argent rer givarola ee Ee aunque parcialmente, a estas preguntas, a mo °1 resano, el niiof ef ‘on «el labrador», «cl letra comerciante, ¢] ae “iel el moreno, el pardo», «el natural «el hyo i aAMericanista yt yu ane “x! vpslares Pe plat € ' pinierss © Hider del pucl uriz que y, especia erte en el prime! ero una MM rea Patina Ys © hombres adquicren Pa paltia sino tambien en su la Asamblea Constituyente opt 2 ones como Himno Argentino, por Vicente, sus seguidores, 5 Fsta igura resulta ne Jogico que se Jnsutuye jun “spatrian, que seran tomados por tod: por diferentes grupos de poder para do», «el 1,, «el quarteron”, Dy El eército i woldad 0 inglés, listo para el combat tro ele bates oe iifio, con 6.937 combat TT on que ran 11 piezas. El de Buenos Aires: 1° de julio, demas Liniers tenia tc trajo el virrey Elio de Colonia. Se sumaron Jato jos vy ademas Liniers re tos y con cierta instruces sud 6" SPOsiciG ff Cals Rf cP 8.000 hombres uniformados, arm ‘oberts, op. cit.), : MENTO Unico en gi. 4% que leg. odos: «el Fuerte y Ja Plaza Bonzo, n las calles principales», «las Casas y fas, 1 templo», «el Retiro», «el hospital», « ‘anes avanza un paso re: el adjetivo «nuestro» y PI specto de Rivs un sureto especifico y creen reconocible: un sujeto argentiny ritorio compartido de manera « 4 © modo, patriotismo es un sentim ent dora que im PFimi6 coraje a las acciones coléct vs "bargo, en 1858, las fro, nfo Argentino, la pz: ca del Sur» como «el campo “10 en 5us textos ef apoyo recibi- ee ambos ep > inglesa que esta ciudad Olectiva argentina insert : ‘NOs Aires-patria-na-_ f mm 8 8 vuelven, no una gest exclusivamente nat E de la Ph, i épica C ata, sino una épic En i121 i ciéne y, di beroica cx, yr cauésy para insertarse en cl pro gos despues: PAT INSET Proceso de conf gags despre produciendo el nuevo orde inuraci¢ ne etl ba pr sere | den republicans, -n Simbélicg A seoidise . ano, y 5 q freiente el ink S i dise ae Imitado por los mi ya Ve resulta in sufte | ry. De ahi que de! eologes i sent OLPOC? 1 Tae CEA ACOLAT SUS Significade ens PUrial 2S" yevost libertad, igualdad y nacibn, ados ¢ incorporsy son muy signifteativas las condiciones de nisl2 Vicente Lopes y Planes responde a un comunicad Fn Mranvirato de Bucnos Aires, que solicita al Calan? mer hacer una composicisn [..} un himno q se «e Trenes aria semanalmenten, y presenta un jaos mas tarde sera ¢ levada a la categoria de «Himno Naci | © EL Triunvirato disefa una politica de simbolos mediante lo . jnwnta dar curso a una: el himno, el escudo, un sello, moneda tos uiendo a la Revolucién Francesa, aunque en Francia esas % oh, A gurgieron de manera espontanea y dispersa, mientras ae am fe i ihiyta fueron el resultado de una idea y de un proyeets, No cabe rate alguna de que cuando Lépez y Planes responde al llamado del Triunvi- rato esta dispuesto a escribir un poema no sélo 4 pedido del poder sino para el poder. Un poema que torne creibles las nociones de libertad e ‘eualdad que se quiere imponer, con un definido alcance legitimante, pero, al mismo tiempo, que logre transmitir valores esenciales que de- ben ser percibidos por un pueblo en formacién. Las figuras y estrate- gizs discursivas clasicas constituyen, sin duda, en su poética el arsenal simbélico mejor dotado para crear una imagen de autoridad, mando y superioridad, una épica de estado, un mito de origen, la pertenencia a una tradicién propia, hechos gloriosos percibidos como propios por ese nosotros que jura morir con gloria, ya sea como héroe 0 como carne de caién. Bajo el ropaje de la antigua forma clasica, el texto realiza su nuevo trabajo significativo de disefiar una comunidad nacional. produccién d deeste poe ma, del pri. ncargue e del 4 1e deben entonar log a Marcha Patribtica que sig La Lira Argentina: el libro-simbolo Quince afios mas tarde, el poema de Vicente Lopez y Plane 2 dine Argentino, vuelve al campo de batalla textual, cuando se pul ia Argentina o Coleccion de las piezas poéticas dadas a luz en Buen “ante la guerra de su Independencia.” : \ Pesar de qué ent esé momento aun conun “baioles —falea mas de un afio y medio para Ayacucho a la guerra contra los , nuevas ne- s posi 14 5 Lira Argentina. Coleccién de las piezas F: Aires, day “Mela Guerra de la Independencia, Buenos | A ido aesa compleja entidad que estaba en esidades le habian Tea 1820, Buenos Aires habia Perdido Pree, de i = A rti wa . ) de convertirse en Pars ~ Unidas para convertirse en la ciudag prin - al de las Provineias a smitarse a cllo. E ie capital de ue de Buenos Aires, 0 noe ents fang 1 Otras pata Pi de la provineis erdido el poder que de alguna manera tenj, sa la ciudad habia pera! Las provincias se convertian en nuevos estay " el territorio. r vert Pa i totalidad del oberanos, que dictaban sus propias constituciones, Varig autonomos, nanizacién politica, confusas atin, se entrecruzaban ¢, s lineas de of la todavia indefinida nacion. Hacia 1819, casi toda, horizonte de taban ya con constituciones propias y, en 1824, Bueng, vincias contal c 1 : Nines convocd : stituyente que fracas6 en su ‘Aires convocd a un Congreso Constituyente q e fra intentg de que la Ley Fundamental, redactada con aspiraciones Nacionales y contenido unitario, fuese aceptada por las provincias. . Desde 1821, el gobierno de la provincia.de Buenos Aires, encibe zado por Martin Rodriguez y sus ministros —Bernardino Rivadayj y José Manuel Garcia—, se encontraba empefiado en un plan de te- “formas tendientes a modernizar la estructura administrativa heredads de la colonia y a ordenar la sociedad surgida de los cambios de 1810.” Para responder a nuevas necesidades es imprescindible inventar y de- finir nuevas respuestas; y si hay nuevas tareas —fundar instituciones que administren los bienes, los saberes y el imaginario de la sociedad, signos capaces de expresar los d dard a esos cambios, or de La Lira Argentina, gidos habja una vo: sentidos que la socieda Ramon Diaz, edit. todos los poemas ele interpreté que entre con la cual todos y % postica que los unificaba, ¥ | cada uno Podian identificarse; iento de i construir un sujeto naci ohana | que expresaba un | Ucionalismo rivad, ae de «poner en orden ‘ caciones antiga, ; Sign as dep y2 habia escudo, bandon sale » Selig bro del pais: uno anclado en as hist Propit POF todos, que reunivse fi" Holga. BUenOs Aires pero que ent’ POCsias de wlobadora, De algin mode laviano haya las dispersas ‘ar algunas nuevas. ¢ himno nacional, Independe salidad en, | a » Rivarola y la Marcha Patriotica | ca hy ciente que . _jpiente ivarola ¥ | aby incipe ir como EL Pucblo.! ubian comenzado a corn decret de Rivadavia dispone en 1822 que se forme una coleccién, impresa con esmero, d i. . fai nee cro, de to y produceiones poéticas dignas de la luz piiblica compuest das . «ac desde el ant ca COMpuestas © Is Peiaires desde cl.ato 1810 [...} Y el presentarastadas re pe, debe no solo contribuir a elevar el espiritu publico, si eu ado de buen gusto a qu 0, sino a a que ha legado el pai fe 8 jue ha Hegado el pais en ma- La Lira Argentina que, al igual que la Marcha Patristica, surge como siftado de una decisisn politica, fija las condiciones de produccién define los materiales que habran de usarse, impone los criterios de se- leccion y explicita su propésito. De esta manera, por decreto, se ordena Jacreacion de un libro siguiendo pautas precisas: recurrir a materiales oéticos; separar lo que es digno de lo indigno; oponer el buen gusto al mal gustos fijar un ordenamiento del devenir de la historia marcando un Iimite temporal significativo; organizar una nueva estructura en el ima- tinaro social através de una nueva relaci6n entre libro, estado y nacion. A pesar de que esta coleccién retine «las piezas poéticas dadas a luz on Buvnos-Ayres», La Lira aspira a trascender,los limites provinciale Eltitulo expresa este propésito, identificando metonimicamente a Bue- nos Aires con el pais centralizado con el que suefia Rivadavia. Ram6n Diaz, el editor, no la titula La Lira Bonaerense sino La Lira Argentina y senala: «No daré raz6n del titulo con que hé querido que se digne esta obra, porque él es rigorosamente arbitrario, y quiza es lo unico que me pertenece». Sin tomar en cuenta el limite temporal davia, Diaz incluye El Triunfo Argentino ul cit M como La Lira Argentina se asume como transprovincial y nacional. Al mismo tiempo, desplaza el punto cero de las guerras de la Independencia seialado por Rivadavia en 1810 y lo ubica en las invasiones inglesas. Los textos que conforman la coleccién no llevan el nombre de sus auton) como Rivarola hizo con su autoriay Diaz bors individuali- que impone el decreto de Riva- de 1808 y al titular su antologia i i tidad colectiva e Lira Argentina, 0s en | sare i 0 «marcha nacional». EY refa FT Asi es denominada, en él 1 lenominada, en el P! doptandola ct vere ha pronunciado por la Marcha Patriotica, Ramén Diaz, «Prefacion a La Lira “Argenting, 0 eae entica ing, WU2% Maria Gutiérres, La literature "le Mayo y otras Pas s, Centro Editor de América Latina, 1979. sc comtemporsneo5 toscrti- o ees autores fueron reconocidos por Ios letores om yao Ro uae res: Vicente Lépez y Planes, Esteban Buenos 119 co ibera alos materiales dl lastre denotativo de los nombres prog, dades, libera a enmascara el suyo bajo la denominacign dew al mismo tiempo que a caer! conlleva el riesgo de una identig Editors, EL anonimato, sin eto Gor entonces queancern Sujetodk so aie Oe agen que el voto piblico ha aceptado, pars anes cae ei ada (en el doble sentido) por el poder, la comunlad PUdicrg rye el npr url ar a gentino aparece en La Lira... designado con su nom comp eto: icente Léper y Planes. Se trata del hombre cuya vor. «elevadar se convicns en la de la nacidn centralizada, a través de otro texto suyo que abre |g antologia, la Marcha Patristica Nacional, declarado Himno aoa Ar gentino en 1813. Sin embargo, por momentos, el anonimato de los otros autores se diluye y comienza a deslizarse hacia una identidad parcialments construida (Figuran las iniciales de algunos autores), que puede ser recu- perada, con mayor o menor dificultad, por la comunidad interpretativa contempordnea, lo cual plantea una interesante cuesti6n: quiénes son los que gozan del privilegio de ingresar al Boros 02 2 Juan Crisdstomo Lafinus, Juan Cruz Varela, Antonio Jua Va Camilo Henriquez, Juan R. Pape amén Rojas y otros. (Ricard. El otro autor que figura con su nombren, Peecite ae Paula Caseanoda’ posi virulento de Rivadavia y enfatico polemista. Til vex ost. Presencia nominative ean nacional && Diaz por producir en el imayinario un seman ninativa responda Pacional> o, quizas, generar una «advertencins, ya que phacificacion habia expulsado de la provincia al padre Castanea ens Buenos Aires Brensa. Ver Claudia Roman, «Un misticopolitice, ponfiers de Paula Castaneda», en este volumen;y De lag sues y periédicos en la configuracion de uns Plata (1779-1834)», Estudios n° 36. Revista de In Caracas, Universidad Simén Bolivar, 2011, » Bartolomé Hidalgo, el gobierno de 22 por abu: uso de la libertad de 120 i a arquizada de lo que aparenta. En ¢ ssi r I prefacio as pocticas» y «simples versificaci f entre «Pre? . " acione: en apone el slenguaje sublime c histsrico» de cores del Ienguaje poctico», senalando que risvuy pocos Tos troz08 que he tenido que En Riva Poe percibir la tensién entre tradicién y cambio. Rivarola cs «1m ariamente, dice Rojas. Y esto se debe a dimension retorica —usa pocas metaforas, escribe «relatos son, no crea imagenes grandilocuentes, su métrica tiene ripios oon cele sefiala un cambio sino que ademas lo esta creando: la transi “io ee neoclasicismo a una escritura mas popular. . nsicion del No es de extrafiar, entonces, que los Romances de Rivarola queden fuera de la construccién de una antologia que opera como un canon formal, y que La Lira Argentina recupere El Triunfo Argentino como el gran texto can6nico de las invasiones inglesas. No sorprende, tampoco, que la Marcha Patridtica Nacional y El ‘Triunfo Argentino abran y clausuren, respectivamente, la coleccién. La inversion cronoldgica que hace Diaz al cerrar la coleccién con el poema mas antiguo abre una espiral en la cual el signo primigenio se carga de nuevas significaciones. Este orden impone una versién, considerada «verdadera», por un lado, del mito de origen, que se sitéa en las invasiones inglesas, y ubica en ese momento heroico el surgimiento del primer intento de béroe @ico nacional, Liniers. Por otro lado, funda la identidad colectiva que se habra de denominar argentina..La ret6rica clasica se convierte en el instrument que provee la forma apropiada para expresar los conteni- dos que habran de ser aceptados por la sociedad. Sin embargo, La Lira Argentina fracas6 en su intento de erigirse en el «libro del pais». De hecho, y como resultado de la recopilacién de los cielitos y didlogos de Bartolomé Hidalgo, La Lira provee la materia poética para dus ¢_— otro contexto y.con otra funcién, se desarrolle Ja literatura gauchesca . que, ironicamente, lograra lo que la coleccion de Diaz no pudo: crear un libro representativo de la ‘Argentina, el Martin Fierro. La Lira se convirtié, exitosamente, en matriz de las antologias patrioucas de nu- fs éri ori, Uruguay, Brasil, merosos paises de América a, Pert, puay el editor distingue s», del mismo modo que | Triunfo Argentino alos «felizmente de este género recoger>, Latina (Colombia Puerto Rico, El Salvador Chile, entre otros): Estado en el siglo letra, nacion Y nidades y Ciencias es, F dame a ew ultad de Humani sy, «Parnasos fu fer Hugo Achugar, «Parnasos fundarn cul X0%,en La fundacidn por la palabra, Mo le la Educacion, 1998. Juan Cruz Varela: poeta oft cial, indios y desierty Pasaimplementar sus reformas,a Rivadavia le resultaba imprescingy a ir de 1821, disponer de un grupo de espectalistas con CONC Cimien” “Apa sonic se hicicran cargo de Hevar a la pricy, Tos teoricos y técnicos que s ee eee ee ica, 2 37 Insertados activamente en la vida poliuca, fueron Ellas \ programa. sspacios institucionales.** Juan Cruz y, constructores de los nuevos espacio: aaa va aa Uz Varel disené el suyo como intelectual orgénico desde una doble vertiem En el campo periodistico, fue tanto colaborador como ¢ poo de un conjunto de publicaciones que apoyaban el programa rivad aviano, en. tre las que sobresalié El Argos de Buenos Aires, prototipo de la prengy “lustrada, elitista, de tono mesurado y enfoque curopeista. En el ambitg q poético, fue la voz protagénica del poder.” —~- En 1829, después de la caida de Rivadavia, Juan Cruz Varela emigré a Montevideo, donde vivié hasta su muerte diez afios después. A pedido de Santiago Vazquez, ministro del presidente Rivera,.durante su exilio | se hizo cargo de la redaccin de un periédico que aparecié en 1831, El Patriota. También Vazquez necesitaba un érgano que difundiera su politica y que fuese, al mismo tiempo, ejemplo de moderacién y cultura en el lenguaje.*° Para ello contaba con el El Argos como antecedente y con Varela como redactor. Durante su destierro, Varela traté de re- construir su espacio de intelectual y se dedicé a rehacer su imagen de escritor. Con ese propésito, recogié su produccién poética desde 1817 hasta 1831 y elaboré una autoantologia solamenté con Tos textos que deseaba que fuesen lefdos por la posteridad. Conservé asimismo sus dos tragedias, Dido (1823) y Argia (1824). En el prélogo, que titula «Advertencia», dice: ; »” Rivadavia fue ministro de Gobierno de Martin 1825, Ese afio, bajo la administracién del sucesor de R Inglaterra en una breve misidn. En 1826, el Congreso N. las Provincias Unidas, cargo que ocupé hasta que fue expulsado por la fuerz. 1827. % Se conformaron los ministerios de Gobierno, Haciendary Guese i) tamento de Policia; el Ejército Nacional; los departamentos de Ingenieres tence tos, Ingenieros Hidréulicos y Topogritico; el Banco de Descuentos lr Unerc nae Buenos Aires; el Museo Pablico; el Archivo General la Academy de pi tsidad de Academia de Mtisica. © Medicina y lag * ademas 7 El Argos (Ignacio Niiiez), eran publicaciones neta nas: El Centinela (Ignacio Nuiiez y Juan Cruz Varela), La Abea ina (6 la Sociedad Literaria), El Ambigi de Buenos Aires (oreene pouieeceie scRnedg . del Pais), El Mensagero Argentino (Juan Cruz Varel: i E bi Eee a Z la y otros) y El Granizo (hermanos Juan Maria Gutiérrez, op. cit. a 122 L. \on Rodriguez desde 1821 hasta odriguez, Las Heras, viajé a ‘acional lo eligio presidente de jinis yersos] son sin embargo el Gniee cau de pijass ¥ puede SCF gE, Or este Motiv algun dia, Por si tal sucede, lal que podré dejar 4 ©, lege & ver la lu, esta iN . declare desde veo par mias his Composiciones queen ellay Ha aparecen|! ahora que solo recy se conticnen, y como ene prepare su herencia con sumo cuidado, Corrigis, limd y excluys 1i6, exeluyd «en las que repe- vos de la admini at ales personas y los jetos gubernativos de la administracién que tuve Buenos Aires desde wi futlos de 1827, hasta fines de 1828», sino también fabulas, letrillas sainetes y gran parte de su poesia erotics ; Riel cual algunos escritos fueron res suchas de sus text08, Eliming no slo piezas satiriens muchos an a aicimas veces freron puestas en ridiculo las princip, “2 13] corpus autocensurado atados del olvido) exhibe una tra- 6 por los margenes del ncoclasicismo, junque finalmente ancl6 en él como opcién politica y para la construc- vende su propia imagen de escritor. Rojas escribié sobre Varela: «capaz de sacudir como ciudadano el ico, no era capaz de sacudir el yugo literario. No es que no lo Fidliera: es que no lo sabfa».!? Pero la obra de Varela parece desmentir «sta apreciacion; al eliminar las marcas «populares», al borrar la materia- lidad del cuerpo y el erotismo, la clave neoclasica es la que rige y ordena Ja escritura. Si bien el neoclasicismo le habia resultado funcional politi- camente, en la antologfa asume una dimensién adicional: es el vehiculo para proyectarse hacia su futuro «autoral» ya que, supone, le permitiré ingresar al «Parnaso Argentino». Incorporarse a esa franja de la literatura integrada por El Triunfo Argentino, la Marcha Patriética Nacional y La Lira Argentina, significa para Varela incluirse en la serie literaria que la clite ilustrada considcraba en ese momento la literatura nacional." La lectura de esta coleccién permite ver con claridad cémo Varela se apropia del repertorio lexical y de imagenes; del metro, el ritmo, la sonoridad y las metaforas de los textos neoclasicos. Trabaja desde y con esos recursos, sdlo que, sometido al imperio de lo factual, logra desluci- dos desplazamientos, traslaciones convencionales y rigidamente ligadas alo contextual. En La Supersticion (1822), despotismo ya no refiere a yeetoria escrituraria que t Ver Juan Cruz Varela, Poesias y las tragedias «Dido» y «Argiav, Buenos Aires, Imprenta de la Tribuna, 1879. ofan a4 Varela, op. cit. icardo Roja: s . 4. . ii “Segtin cierta mireda sobre! Ia tradici6n liveraria argentina, es sobre esta mays” Qi Schabran de recosten, slo largo del siglo xx, los perfiles de Leopoldo LXer Pilvez, Enrique Larreta, Alberto Gerchunolf, Cantos Grinberg, Manuel Muli ainez, Eduardo Mallen la revista Su, y la Academia Argentina de Petra ia, enya reforma habia ene ludeala ly lesia, cuya reforma Doser tt Rivag Espaiasino que aludes ain lesizaminte sever fy (dy via E86 SO ea eC impute del eicverag vf Lee eo Ca Iter Marcia 8 aang (1827). 00 his que fh ino rte tte Rivadavia guerra en 1826, ; Bi ee ee awit le declaré la guerra en 1826 Fee a ie ae cferencial se matiza con tina inten 18 de Univen ened elereneh A ; La depenencia relerencial Aires wenenignse cv ee lidad. Patria, Argentina, Buenos ¢ : eames i “antes sobresaturad . s vactos o significantes: ados, x n ipos, casilleros vactos : ; P11 ESTEFEOUPOS, Cv era neochisi ; cans tevo derrote: esi, mbargo, en 1827, su escritura (ransita un nuevo derrotero, pa. Sin embargo, cn 1827, ralelo al que militarmente abrié el Coronel Pedle jenn ce ae de — sen Ta Conquista del desierto que com ea Dayo eT iveraode Marit Rodriguez, y que culmina en 1880 con la eampaty a Roca. 17 Ee GR de a Asamblea del abo 1813, que econo indio como ciudadano, se vieron opacadas en 1821 por a isposici tajante de Martin Rodriguez sobre la necesidad de Juchar con los indo hasta el exterminio. Este episodio politico-militar tiene su correlate “poético en un poema de Varela de 1827: En el regreso de la expedicién contra los indios barbaros mandada por el Coronel D, Federico Rauch, El proyecto exterminador enunciado por Rodriguez €s sintetizado por Varela ‘en los versos finales: «¥ de playa extranjera/ Vino 4 las nuestras un guerrero experto,/ A exterminar la raza carnicera/ de los tigres fe- roces del desierto.» A partir de 1821, a medida que se producian modificaciones en el sistema de tenencia de la tierra y en los procesos de produccién, la relacién con los indios y sus territorios se habia ido despojando de las ilustradas vestiduras igualitarias independentistas, E] invento neoclasico de una genealogia indiana, operativo Que apuntaba a integrar al indio alas luchas de la Independ ‘nia, habia sido ya dejado de lado, a pesar de que en La Marcha Patriética se conservara, cristalizado, el linaje ’s estrofas del Himno que se Patriarcal del Inca, aunque excluido de | * «Pero escucho una voz que, repitiend: ibert 's tonos, scucho > fepiiendo/ Libertad, Libertad en dule q y ; ‘ad, en dulees los pucblos despierta, estremeciendo/ En alone selos duros eslabones/ Que forn el despotismo,/ Se romper ey eones/ eae Argenta 2260 el fanatismo.» Juan Cru Veecy Poesias, Buenos Anny Con Argentinos, Estrada, 1943, » Suenos Aires, Clasicos «A venceral tirano dala sien.» Varela, op. cit, “Ee militar alemain, que sirvis en I ips desde 1823 en las varie c Bobierno de Buenos Aires. Lad por Rauch y acuchillados en 1, volamos,/ Y volver de la lucha os juramos/ De laurel corona: gjéreitos de -ampaiias al de le 1827 fue mu: aguna Brava, Napolesn como oficial sierto contra los indios o Y sangtienta, los indios fuc , parti- rdenadas por el TON perseguidos 124 “f S! cantan. De ahi que le sea preciso a y. a adecuada al mucvO.contexto, | 4 imagen del indi SC apoya en el recur alizac ion, Produc ietivo barbary qu lemente habran dk iocomo] a dicotom: Sbvio, pero no por eso menos eficay: la lexic so mas, medio tal expansion sinonimica del ad al repositorio lexical al que ineludil, \ Jiteratura articulada alrededor del ind \ Ydiscursivas generadas a partir de | Para Varela el indio por este 5¢ convierte en acudir tanto Ja as producciones tentusle ‘ cet y ia sarmientina.’® ‘ 8 “barbaro, «indomables, «rude» «h \ del yermo», «de rencor antiguo», «implacablen chee” ‘ rapinia y de matanza», «brutal», «turba despiadady i \ \ abitador «con sed de ada», «salvaje inmundo», «ruda chusma insolentada», «turba impia>, itorio que esta del con «la campaiia rica y los apacibles lares». Es el territorio q fe nel “ Varela recoge de Lavardén el término barbaric, que ya habia adquirid en Siripo el carécter de una dicotomfa que hard historia en la gent areas cin del sustantivo civilizacién serd posterior). Ver Cristina cas Catdlogos Editora, Cautivas y misioneros. Mitos blancos de la conquista, Buenos Aires, CaAlager Uo 1987. Sobre el Siripo, ver Martin Rodriguez, «Teatro en en este volumen. ; Ver Iglesia y Schvartzman, op. cit. Sol ver Loreley El Jaber, «} politica y su practica. De alli que resulte dificil compartir la certeza de Rojas de que el fundamei ésencial propio del neoclasicismo rioplarense es auntie dlmmente ajeno a su tiempo, a su asunto, a su medion 5 ronan mente plicd una compleja suma °° Ricardo Rojas, op. cit, vol. 4, 126 David Vinias sostione que la literaty o SaL810 solo aporta respuestas que oetanonial o bien se inseriben tirana tradicidn bbresea, pero no dh teste jidad de esta produecién, De modo que ni , Varela se inserearian enla sliteratura argentinay, que eee i Tanes o gomienza con el salto cualitativo de Echeve 3. SE8UN Su criterion confinados en Ia categoria de «Precursoresy st’ IMO We quedarian aracass el neoclasicismo en su tematioa de aus simbolos y In legitimidad de su version seen No completamente. Sus propulsores fuerc imaginario, comprometido con la antigu ampulosos, signos de majestad o ademanes augustos y con tonalidades monirquicas que transmiten un destino de superioridad nacionl los ojos puestos en la inmortalidad. Atin estén vigentes en la vidaene diana argentina, cn la ensefianza, en la comunidad social y politica, en producciones literarias, discursos, canciones y marchas, el «Himno Na- cional» ante todo, que apelan a figuras de pensamiento y expresion abi- garradas, congeladas y cristalizadas pero que no dejan de usarse incluso por quienes expresan una distancia critica respecto de esos discursos. Indudablemente, la literatura neoclasica del Rio de la Plata no re- presenta un salto ni una ruptura pero da cuenta de la dialéctica entre permanencia y cambio, entre mundo del acontecimiento y mundo tex- tual, entre lenguaje literario y testimonial, discurso objetivo frente a subjetivo, dispositivos renovadores opuestos a resabios librescos, ne- cesidad de contextualizar y descontextualizar al mismo tiempo. En ese sentido, interesa su capital simbélico —que atin dialoga con précticas institucionales, codigos compartidos y redes de creencias que nos cons: tituyen— y, sobre todo, importan sus contradicciones, que a enidad descubierto Ta Wlusoria pero no inocente monumentalidad y etexnidad adurante . se nuclea el . NES inglesas » COMO sucede en @ ‘ rpagamente rivad ade la Aviano, comple. iMponer su retérica, del pais a construirs on capaces de mantener un a tradicién expresada en tonos Miarmorea con que se trata de investir a la nacion. as, Literatura argentina y politica De los sinos fos ala = ‘acobinos porterios a xy politica. De los j Ver David Viiias, Literatura i jericana, bohemia anarquista, Buenos Aires, Sudam« 127 BIBLIOGRAFI{A Zz 9 8 z oa oF a 3 5 5 = 5 = g S > 5 & 8 3g R By 8 3 g. 3 S = & = 3 8. 3 2 3 = = John Lynch, América 2001. Waldemar Sarli, Artigas, la Argentina que no fue, Malta, Guid Publi- caciones, 2010, Nicolas Shumway, La invencién de la Arg Buenos Aires, Emecé, 1991, Latina, entre colonia y naci6n, Barcelona, Critica, ‘entina. Historia de una idea, 128

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