37 Poemas de Amor Cortos Con Su Autor
37 Poemas de Amor Cortos Con Su Autor
37 Poemas de Amor Cortos Con Su Autor
autor
Andrea Imaginario
Especialista en artes, literatura e historia cultural
El amor es una experiencia universal que nos conmueve a todos, pero a veces no
hallamos las palabras adecuadas para expresarlo. A lo largo de la historia los poetas han
sabido decir aquello que todos sentimos de formas creativas y elocuentes.
Por ello, en este artículo conoceremos una selección de treinta y siete poemas de amor
cortos de poetas reconocidos, que pueden dar inspiración a cualquier corazón ansioso
de expresarse.
Quiéreme día,
quiéreme noche…
¡Y madrugada en la ventana abierta!…
Si me quieres, no me recortes:
¡Quiéreme toda… O no me quieras.
Ni recuerdos ni presagios:
sólo presente, cantando.
Ni silencio, ni palabras:
tu voz, sólo, sólo, hablándome.
Ni manos ni labios:
tan solo dos cuerpos,
a lo lejos, separados.
Ni luz ni tiniebla,
ni ojos ni mirada:
visión, la visión del alma.
¿Mi tierra?
Mi tierra eres tú.
¿Mi gente?
Mi gente eres tú.
El destierro y la muerte
para mi están adonde
no estés tú.
¿Y mi vida?
Dime, mi vida,
¿qué es, si no eres tú?
Amar es aguardarte
como si fueras parte del ocaso,
ni antes ni después, para que estemos solos
entre los juegos y los cuentos
sobre la tierra seca.
17. Intimidad, de Saramago
Para el alma enamorada, la intimidad se abre paso en los finos detalles donde la vida se
muestra gentil y significativa. En lo más pequeño, en lo más discreto, allí se construye la
intimidad entre dos.
Enséñame,
rehazme
a fondo,
avívame
como quien enciende un fuego.
Gracias sobrenaturales
te lo tienen en prisión.
Y si Amor tiene razón,
Señora, por las señales,
vos tenéis mi corazón.
Te quiero...
y me mueves el tiempo de mi vida sin horas.
Te quiero
en los arroyos pálidos que viajan en la noche,
y no termina nunca de conducir estrellas a la mar.
Te quiero
en aquella mañana desprendida del vuelo de los siglos
que huyó su nave blanca hasta el agua sin ondas
donde nadaban tristes, tu voz y mi canción.
Te quiero
en el dolor sin llanto que tanta noche ha recogido el sueño
en le cielo invertido en mis pupilas para mirarte cósmica,
en la voz socavada de mi ruido de siglos derrumbándose.
Te quiero
(grito de noche blanca...)
en el insomnio reflexivo
de donde ha vuelto en pájaros mi espíritu.
Te quiero...
Mi amor se escapa leve de expresiones y rutas,
y va rompiendo sombras y alcanzando tu imagen
desde el punto inocente donde soy yerba y trino.
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