Nagel Introducción Justicia
Nagel Introducción Justicia
Nagel Introducción Justicia
Thomas Nagel
Nagel parte del criterio de que la mejor manera de estudiar -en un inicio- el
fenómeno filosófico es pensar directamente en aquellas cuestiones plenas de
enigmas ontológicos que siempre han inquietado al hombre, profundizando en su
multiplicidad y enfrentándose a aproximaciones inusitadas a fin de que cada cual
saque sus propias conclusiones.
ÍNDICE
I. Introducción ....................................................................2
II. ¿Cómo sabemos algo? ....................................................5
III. Otras mentes ............................................................... 11
IV. El problema mente-cuerpo ......................................... 16
V. El significado de las palabras .......................................22
VI. Libre albedrío ..............................................................27
VII. Bueno y malo .............................................................34
VIII. Justicia......................................................................43
IX. Muerte ........................................................................ 49
X. El significado de la vida................................................53
I. INTRODUCCIÓN
filosófica tiene más de dos aspectos. Mi opinión personal es que los más de
estos problemas no han sido resueltos, y que tal vez algunos de ellos nunca
lo serán; pero aquí el propósito no es dar respuestas (ni siquiera aquellas
que yo pueda considerar correctas), sino presentártelos en una forma muy
preliminar, de modo que puedas meditarlos por cuenta propia. Antes de
aprender muchas teorías filosóficas, es mejor plantearse primero el
problema sobre las cuestiones filosóficas que dichas teorías tratan de
contestar. Y la mejor manera de hacerlo es observar algunas posibles
soluciones y ver qué falla en ellas. Intentaré dejar abiertos los problemas,
pero aunque diga lo que pienso, no hay razón para que lo creas, a menos
que te parezca convincente.
Hay muchos excelentes textos introductorios que incluyen selecciones
de grandes filósofos del pasado y de escritos más recientes. Este breve libro
no pretende sustituir esa vía de acceso, pero espero que proporcione un
primer vistazo al tema de lo más claro y directo que me sea posible. Si tras
leerlo decides echarle otro vistazo, advertirás cuánto más hay que hablar
acerca de estos problemas de lo que yo lo hago.
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VIII. J USTICIA
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¿Qué significa todo esto?
Ahora bien, las causas mismas, como hemos visto, implican decisiones
relativamente inocentes de mucha gente sobre cómo gastar su tiempo y
dinero y cómo llevar su vida. Interferir en las elecciones de la gente sobre
qué productos comprar, cómo ayudar a sus hijos o cuánto pagar a sus
empleados, es muy diferente de interferir cuando alguien trata de robar un
banco o discriminar a los negros o a las mujeres. Una interferencia más
indirecta en la vida económica de los individuos es el gravamen, en especial
de ingresos y herencias, y algunos impuestos sobre el consumo, que pueden
planearse para tomar más de los ricos que de los pobres. Ésta es una forma
en que el gobierno puede reducir el desarrollo de grandes desigualdades de
riqueza al paso de las generaciones: no dejar que la gente conserve todo su
dinero.
Sin embargo, sería más importante usar los recursos públicos
obtenidos mediante los impuestos para proporcionar algunas de las
ventajas de educación y apoyo que faltan a los hijos de las familias que no
pueden pagarlas por sí solas. Los programas de bienestar público tratan de
hacer esto usando ingresos fiscales para suministrar los beneficios básicos
de asistencia médica, alimentación, vivienda y educación. Esto ataca
directamente las desigualdades.
Cuando se trata de las desigualdades de diferencias en habilidad, no
hay mucho que pueda hacerse para interferir con las causas, si no se quiere
abolir la economía competitiva. Mientras haya competencia para contratar
gente, competencia entre esta gente para obtener los empleos y
competencia entre las empresas por los clientes, ciertas personas van a
hacer más dinero que otras. La única opción sería una economía
centralmente dirigida en la que todos recibieran un salario
aproximadamente igual y fueran asignados a su empleo por una especie de
autoridad centralizada. Ya se ha intentado aplicar este sistema, pero tiene
un alto precio tanto en libertad como en eficiencia: demasiado elevado, en
mi opinión, para ser aceptable, aunque otros estén en desacuerdo.
Si se quieren reducir las desigualdades resultantes de las diferentes
capacidades sin librarnos de la economía competitiva, será necesario atacar
las desigualdades mismas. Esto puede lograrse mediante mayores
impuestos a los ingresos más altos, y cierta proporción gratuita de servicios
públicos a todos, o a la gente de menor ingreso. Podrían incluirse pagos en
efectivo a quienes tengan el más bajo poder adquisitivo, en la forma del así
llamado "impuesto negativo al ingreso". Ninguno de estos programas nos
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