Charla Digest Ivo

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Salud digestiva.

Aparato digestivo descripción


Enemigos de la salud digestiva
Intolerancias y alergias, diferencias y clasificaciones.

Aditivos
Salud digestiva. Aparato digestivo descripción:

“En la edad pediátrica, como en la adulta, los trastornos gastrointestinales

funcionales se definen como una combinación de síntomas gastrointestinales

crónicos y recurrentes no explicados por anomalías estructurales o bioquímicas.

Estos síntomas, en los niños, a veces acompañan al desarrollo normal, como la

regurgitación; otras aparecen como respuesta de una mala adaptación del

comportamiento, como la retención fecal funcional en el niño pequeño, que

obedece fundamentalmente al miedo a la defecación. O bien se presentan con

síntomas idénticos a los descritos para adultos, como en el síndrome de intestino

irritable.”

El sistema digestivo, es un tubo largo con varios ensanchamientos, se inicia en la

boca que tiene en su interior los dientes, la lengua y las glándulas salivales, que

tienen la función de transformar de los alimentos. La saliva, consiste en un líquido

compuesto en su inmensa mayoría por agua, sólo un 1% contiene sales Na, Ca, K,

mucina, albúmina, y la ptialina o amilanasa, ésta es una enzima que hidroliza

parcialmente hasta convertir en maltosa el almidón y el glucógeno. Los órganos

que componen el aparato digestivo son seis:

La faringe es el conducto que comunica la boca con el esófago. Es un órgano que

también interviene en el sistema respiratorio; por ello, su principal función es


impedir que el bolo alimenticio se dirija hacia el aparato respiratorio, y que el aire se

dirija al aparato digestivo

El esófago es el conducto que une la faringe con el estómago. Es un órgano

muscular, y su función es conseguir que el bolo alimenticio pase desde la faringe

hasta el estómago. Esto se lleva a cabo gracias a contracciones musculares.

El estómago es un depósito que recibe todos los alimentos, tanto líquidos como

sólidos. Su función es hacer que los alimentos adquieran forma líquida para poder

pasar al intestino. Ésto se lleva a cabo gracias a que cuenta con numerosas

glándulas gástricas que segregan ácido clorhídrico y enzimas.

El intestino delgado es la parte más larga de todo el sistema digestivo. Está

formado por tres partes: Duodeno, Yeyuno e Íleon. Se encarga de la fase terminal

de la digestión con jugos que segregan tanto sus propias glándulas como otras

accesorias del hígado y el páncreas. También se encarga de absorber los productos

alimenticios que se liberan en la digestión.

El intestino grueso es el último órgano del aparato digestivo. Sus funciones básicas

son dos: absorber el agua u otros líquidos que no han sido asimilados por el

intestino delgado, y almacenar las sustancias sólidas de desecho hasta que son

desechadas.

El páncreas es una glándula que está situada detrás del estómago. Está

comunicada con el intestino delgado, donde segrega enzimas necesarias para la

digestión.

El hígado cuya principal función en el sistema digestivo es la secreción de bilis, que

es una solución líquida y viscosa indispensable en la emulsión y absorción de grasas.


Cada uno de ellos cumple con una función específica y esencial para que se lleve a

cabo la digestión.

Los alimentos, al pasar por el sistema digestivo, se humedecen con jugos

producidos por diferentes órganos y glándulas. Todos estos jugos(enzimas) actúan

sobre los alimentos, y conjuntamente con los movimientos (peristaltismo) que se

producen en el estómago y en el intestino los transforman en sustancias más

sencillas que son incorporadas a las células del organismo.

En el aparato digestivo se inicia la función de la nutrición, consistente en un

conjunto de procesos que intervienen en el intercambio de materia y energía entre

los seres vivos y el medio en que se desarrollan..

La nutrición abarca la adquisición de los alimentos y el anabolismo o asimilación; se

trata de un conjunto de procesos metabólicos o reacciones bioquímicas de síntesis

de moléculas complejas a partir de otras más sencillas, las cuales son llevadas a

cabo por varios aparatos del organismo. Según su función nutricional, los alimentos

se clasifican en:

● Alimentos energéticos: Son aquellos que son ricos en hidratos de carbono

y/o grasas

● Alimentos plásticos: Son los alimentos en donde predominan la proteínas y el

calcio.

● Alimentos reguladores: Son alimentos ricos en vitaminas, minerales y

oligoelementos.
https://www.slideshare.net/jemos123/sistema-digestivo-humano-ciencias"

El bolo alimenticio pasa a través del tubo digestivo y se desplaza así, con ayuda

tanto de secreciones como de movimiento peristáltico que es la elongación o

estiramiento de las fibras longitudinales y el movimiento para afuera y hacia

adentro de las fibras circulares(músculo liso). A través de éstos el bolo alimenticio

puede llegar a la válvula cardial que conecta directamente con el estómago. Los

movimientos peristálticos, facilitados por una musculatura de fibras oblicuas, está

controlado por el sistema nervioso autónomo, y permite una total mezcla de los

alimentos con los jugos gástricos.

Este proceso en el estómago puede durar más o menos dependiendo de la

naturaleza del alimento ingerido (una media de tres horas), pero los líquidos son

procesados mucho más rápidamente que los sólidos.

Desde el estómago, la masa de los alimentos predigeridos llamada quimo pasa al

intestino delgado. Éste consta de un tubo de unos 6 metros de longitud y de hasta

3 cm. de diámetro, cuyo volumen ocupa la cavidad abdominal en su mayor parte.

Se distinguen tres partes: el duodeno, el yeyuno y el íleon.

El duodeno se extiende unos 25 cm. a partir del píloro y tiene forma de U

horizontal; en él comienza la digestión intestinal, las glándulas de su mucosa

segregan el jugo duodenal, y en su interior, en un ensanchamiento llamado ampolla

de Vater, desembocan la bilis (a través del conducto colédoco, procedente de su

almacenamiento en la vesícula biliar, e inicialmente producida por el hígado), y el

jugo pancreático.(a través del canal de Wirsung, procedente del páncreas).

El duodeno también alberga otras variadas glándulas, como las de

Brunner(segregadora de un mucus protector), y las de Lieberkühn (segregadora del


jugo intestinal). Éstas últimas son más abundantes en el yeyuno e íleon, y tienen

como función aportar las enzimas digestivas que actúan en la degradación de las

grasas, polisacáridos, disacáridos y polipéptidos, tales como la lactasa, amilasa y

lipasa.

Por su parte, el yeyuno e íleon, son similares al resto del intestino delgado en lo que

se refiere al tipo de tejido, aunque se distinguen unas vellosidades muy numerosas

proyectadas en sus paredes.

A continuación del intestino delgado, y a través de la válvula ileocecal, se encuentra

el intestino grueso. En él se mezclan, al igual que en el estómago y el intestino

delgado, los alimentos y los jugos mediante movimientos peristálticos. Se trata de

un conducto cuyo diámetro oSIIla entre los 3,5 y 5 cm., y una longitud de entre

1,5 y 1,8 m. Se encuentra dividido en tres partes: ciego, colon y recto.

El ciego, de unos 5 a 7 cm. de longitud, es un saco en cuyo extremo se sitúa el

apéndice cecal, vermicular o vermiforme (es vestigial en los humanos), consistente

en una prolongación tubular de unos 4 a 5 cm. de longitud, en el que se forman

glóbulos blancos.

El colon rodea al intestino delgado y otras vísceras situadas en el abdomen. Su

función es almacenar los productos residuales de la digestión hasta su expulsión. Se

extiende desde el ciego hasta el recto. Se divide en cuatro partes: ascendente,

transversal, descendente e ileopelviano. El ascendente es una continuación hacia

arriba del ciego. El transversal atraviesa el abdomen de derecha a izquierda a la

altura de la tercera y cuarta vértebra lumbares. La descendente conduce hasta el

ileopelviano, o colon sigmoideo, que tiene forma de S, y que desemboca en la


última sección del intestino grueso, el recto. Éste mide unos 20 cm. de longitud y

finaliza en el ano.

El intestino grueso está totalmente tapizado de numerosas glándulas secretoras de

mucus, y en la parte del colon se encuentra la flora intestinal ( microbiota)

integrada por gran cantidad de bacterias simbióticas, las cuales se encargan de

putrefactar aquellos restos alimenticios procedentes del intestino delgado que no

han podido ser digeridos. Además, en el intestino grueso se reabsorbe el exceso de

agua, así como vitaminas y sales minerales, a la vez que los residuos son

comprimidos formando las heces fecales y almacenadas en el recto. Cuando las

heces alcanzan determinada presión sobre las paredes del recto, se produce un

reflejo fisiológico en el organismo invitando a la defecación, la cual se produce al

exterior a través del ano, un orificio que se encuentra cerrado mediante dos

esfínteres, uno de musculatura lisa en su interior y otro de musculatura estriada en

su exterior.

http://www.juntadeandalucia.es/averroes/~29701428/salud/ssvv/digestivo16.ht
m
Enemigos de la salud digestiva

Las enfermedades en el sistema digestivo (incluso el cáncer), pueden ser producto

de factores externos, tales como la alimentación e infecciones, con lo cual, algunos

médicos apelan a la rigurosidad con la higiene y la dieta si bien y como veremos

estas no son las únicas causas .

Algunas enfermedades comunes del aparato digestivo son:

● Colitis: Inflamación del intestino grueso. Síntomas característicos son la

diarrea y los dolores abdominales.

● Síndrome de Intestino irritable (colon irritable o espástico): Se caracteriza

por síntomas como diarrea, estreñimiento y dolor abdominal. Úlcera péptica

● El cáncer de estómago .

● Reflujo.

● Úlcera péptica.

● Infección por Helycobacter Pillory.(Úlcera)

● Celiaquía , Enfermedad inflamatoria intestinal, Enfermedad de Crohn(si bien

son enfermedades de origen autoinmune)

● Apendicitis: inflamación del apéndice. Sus principales síntomas son: dolor en

el lado derecho del vientre (bajo la línea que une el ombligo con la cadera),

acompañado por vómitos, estreñimiento o, a veces, diarrea.

● Peritonitis: inflamación del peritoneo (membrana que recubre la cavidad

abdominal), por acción de bacterias patógenas provenientes de la ruptura del

apéndice (apendicitis mal cuidada) o por la perforación del estómago.


● Estreñimiento,estitiquez o constipación : retardo de la defecación. La causa

de esta demora puede ser patológica, como tumores o inflamaciones de la

pared intestinal. Sus orígenes más frecuentes, hoy en día, están en el estrés,

las dietas incorrectas, y muy especialmente la falta de fibra en la dieta y la

vida sedentaria, así como la ingestión de medicamentos como antidepresivos

y otros.

● Diarrea: defecación frecuente de materias generalmente líquidas. Se debe al

paso anormalmente rápido de las heces por el intestino grueso, sin tener el

tiempo suficiente para la absorción del agua. Las causas pueden ser bacterias

patógenas, sustancias químicas, trastornos nerviosos, irritación provocada

en las paredes intestinales por los alimentos no digeridos. Una diarrea

prolongada puede traer como consecuencia una deshidratación.

● Úlcera gástrica y gastroduodenal: las úlceras son heridas que se producen en

la mucosa del estómago, y frecuentemente en el duodeno, a raíz de un

aumento de las secreciones gástricas, estimuladas por tensiones nerviosas,

bebidas alcohólicas, ajetreo de la vida moderna, comidas abundantes o

condimentadas.

● Vómito: consiste en la expulsión brusca por la boca, del contenido gástrico y

a veces también del intestino. Los músculos abdominales se contraen con

fuerza, elevando la presión abdominal, que empuja el contenido estomacal,

lo impulsa hacia el esófago, y luego, es expulsado por la boca. El vómito

prolongado puede provocar deshidratación grave, y otros problemas que

requieren de asistencia médica.


Al sistema digestivo llegan toda clase de agentes externos tanto de origen

bacteriano( Enfermedades entéricas de origen bacteriano) como vírico, de manera

que nos exponemos diversas dolencias. También alimentos con excesivo picante,

irritantes de la mucosa y alcohol son enemigos declarados de la salud digestiva,

incluido el volumen de comida y bebida ingeridos, ya que forzamos al tubo digestivo

a procesar más cantidad de la que puede asimilar. El tamaño del estómago de una

persona adulta se compara con el tamaño de su dos manos entrelazadas haciendo

la forma de una bola, así podemos aproximar la cantidad de comida que cabe en

nuestro estómago.
Intolerancias y alergias, diferencias y clasificaciones.

Algunos alimentos y algunas mezclas de alimentos producen efectos perjudiciales

en nuestro organismo. La reacción del cuerpo a la ingesta de alimentos puede

deberse a diferentes factores:

● El alimento puede estar contaminado( cáscara de huevo con Salmonella).

● El alimento está mal cocinado ( quemado o crudo, excesivamente

condimentado)

● El alimento ha perdido sus capacidades organolépticas y se percibe como

peligroso(blando, duro, pastoso, olores fuertes y/o desagradables)

● Somos alérgicos, hipersensibles,sensibles o intolerantes al alimento o a

alguno de sus componentes.

● El alimento está prohibido por cuestiones religiosas o culturales y su ingesta,

en contra de nuestra voluntad o engañados nos resulta perjudicial.

● En el alimento, manufacturado, hay componentes a los que somos alérgicos

o interaccionan con medicación y estado de salud.

La alergia a los alimentos es una respuesta inmune exagerada del organismo

cuando entra en contacto con el alergeno alimentario. Estas sustancias capaces de

provocar una reacción alérgica se conocen como sustancias alergénicas o

alérgenos.

En sus formas leves pueden ser de naturaleza transitoria (ceden con el tiempo),

pueden provocar cuadros cutáneos desde urticarias a eccemas pasando por la

dermatitis atópica, cuadros gastrointestinales (ej. diarrea crónica),


molestias digestivas inespecíficas, náuseas-vómitos, dificultades para tragar

(esofagitis eosinofílica) y en casos severos shocks anafilácticos con riesgo de

muerte.

La prevalencia estimada de las alergias alimentarias en el mundo según la OMS es

del 1% al 3% en los adultos, y del 4% al 6% en los niños

Cualquier alimento puede causar una reacción alérgica, pero sólo unos cuantos

alimentos son los principales culpables. Las alergias alimentarias más comunes son

a:

● Los huevos (principalmente niños)

● El pescado (niños mayores y adultos)

● La leche (principalmente niños proteína de la leche de vaca)

● El maní o cacahuete (personas de todas las edades)

● Los mariscos, como camarón, cangrejo y langosta (personas de todas las

edades)

● La soya o soja (principalmente niños)

● Los frutos secos (personas de todas las edades)

● El trigo (principalmente niños)

Síntomas que se pueden presentar ante una alergia alimentaria: :

● Dolor abdominal

● Diarrea

● Dificultad para deglutir

● Picazón de la boca, la garganta, los ojos, la piel o cualquier otra área

● Mareo o desmayo
● Congestión nasal

● Náuseas

● Rinorrea

● Hinchazón (angioedema), especialmente de los párpados, la cara, los labios

y la lengua

● Dificultad para respirar

● Cólicos estomacales

● Vómitos

Síntomas del síndrome de alergia bucal (oral):

● Picazón en los labios, la lengua y la garganta

● Hinchazón de los labios (algunas veces)

En un intento de "proteger" al organismo, el sistema inmunitario fabrica anticuerpos

IgE contra ese alimento. Estos anticuerpos hacen que unas células denominadas

mastocitos (un tipo de células alérgicas) liberen determinadas sustancias químicas

en el torrente sanguíneo. Una de esas sustancias químicas es la histamina, que

actúa en los ojos, la nariz, la piel y/o el tubo digestivo, provocando los síntomas

propios de las reacciones alérgicas.

Según su intensidad es conveniente acudir a una consulta médica en el caso de

adultos y acudir a urgencias pediátricas siempre en el caso de niños.

La intolerancia a los alimentos, es la incapacidad de consumir ciertos alimentos

o nutrientes sin sufrir efectos adversos sobre la salud. Los efectos pueden ser más

o menos rápidos sobre la salud. La intolerancia a los alimentos se distingue de las

alergias en que estas últimas provocan una respuesta del sistema inmune,
activando la Inmunoglobulina E (IgE) u otros mecanismos inmunes; y las

intolerancias se deben en general a déficit enzimáticos que impiden la adecuada

metabolización del nutriente.

El ejemplo más común es la Intolerancia a la lactosa, que es no sólo la insuficiencia

de la enzima lactasa que impide la correcta absorción de la lactosa(azúcar de la

leche) sino también a las proteínas de la vaca que padece un gran número de

bebés al consumir leche de vaca o leche materna de una madre que ha consumido

leche o filetes de ternera.

Otras intolerancias comunes son al huevo y al pescado y al gluten de ciertos

cereales. Según el grado de intolerancia, se puede producir desde un rechazo

inmediato a toda clase de leche hasta síntomas de difícil diagnóstico,ya que una

malabsorción de la lactosa produce una acumulación de gases en el intestino,que

producen dolor abdominal e incluso dolor de estómago y vómitos.

Es un ejemplo de efecto rápido sobre la salud. Entre los síntomas de la intolerancia

alimentaria, se incluyen los siguientes: náuseas, gases, retortijones abdominales,

diarrea, irritabilidad, nerviosismo y/o dolor de cabeza.

Algunas intolerancias son de origen autoinmune como la Enfermedad Celíaca

(intolerancia al gluten), tienen un componente genético ( hereditarias) y pueden

permanecer silentes o “no activas” durante años en el individuo, de manera que en

ocasiones su diagnóstico es complejo al no haber manifestado síntomas similares

con anterioridad. Otras son variables en el sentido que en ocasiones se consumen

trazas del alimento “prohibido” sin consecuencias posteriores, si bien el afectado de

intolerancias debe de seguir una estricta dieta de por vida.


La intolerancia a la lactosa se presenta en dos formas, permanente ( hereditaria) y

secundaria o reversible ( adquirida).

La intolerancia a la lactosa junto a la Enfermedad Celíaca están siendo mucho más

diagnosticadas en la actualidad al haber mejorado los protocolos de diagnóstico y

al presentarse en más casos debido al uso que de la lactosa y el gluten hace la

industria alimentaria.

Test de tolerancia a la lactosa

Se basa en la medición de la respuesta glucémica a una sobrecarga de lactosa (50

gramos) cada 30 minutos hasta las 2 horas siguientes a dicha ingesta,

normalmente divididas en cuatro tomas (0, 30, 60 y 120 minutos). En una

situación normal, la glucemia aumenta en 30 mg/dl del nivel basal de glucosa en

sangre a las 2 horas, por lo que una ausencia de este incremento glucémico sugiere

una deficiencia de la enzima lactasa.

Es una forma de confirmación bastante inespecífica debido a que ciertas patologías

pueden invalidar el resultado de este test (diabetes mellitus, síndrome de

malabsorción, síndromes funcionales de vaciamiento gástrico), y por ello debe ser

interpretado con prudencia.

Se espera variabilidad sustancial en la respuesta clínica (náuseas, retortijones,

distensión, diarrea y flatulencia), en la medida en que la extensión y la severidad de

la intolerancia a la lactosa varía entre individuos.

Cuando se considera la necesidad de confirmación, es importante distinguir la

intolerancia a la lactosa de la alergia a la leche, la cual es una respuesta inmune

anormal (usualmente) a las proteínas de leche. Puesto que la intolerancia a la

lactosa es el estado normal para la mayoría de los adultos a escala mundial, y no


es considerada una enfermedad, no se requiere normalmente un diagnóstico

médico. Sin embargo, si la confirmación es necesaria, están disponibles varias

pruebas:

Test de hidrógeno espirado

En los individuos que padecen una deficiencia de lactasa, la lactosa que el

organismo es incapaz de absorber pasa en forma libre hacia el colon (al no haber

absorción, el glúcido sigue el recorrido entérico normal). Durante su tránsito por el

intestino, las bacterias allí presentes degradan la lactosa produciendo gran cantidad

de hidrógeno libre.

Este gas, una vez en el intestino grueso, es absorbido por el torrente circulatorio

para ser eliminado a través de las vías respiratorias (sistema respiratorio). De este

modo, cuando un sujeto que tiene intolerancia a la lactosa ingiere 50 gramos de

este azúcar su excreción de hidrógeno por medio del aire espirado aumenta

considerablemente tras dicha sobrecarga y durante varias horas después. Este test

es un método rápido y bastante fiable para detectar la malabsorción de lactosa y el

más usado en la sanidad española

● Acidez de las deposiciones ( En niños y bebés)

● Biopsia del intestino delgado

● Test genético

El tratamiento consiste, básicamente, en un seguimiento dietético con la finalidad

de suprimir la lactosa de la alimentación. Además, es muy importante evitar las

deficiencias de calcio debidas a la supresión de sus principales fuentes alimentarias.


La intolerancia a la fructosa se puede dar en dos tipos de enfermedades. En ambas

se produce un rechazo a la absorción de fructosa.

En el primer caso, una mutación genética hereditaria impide la metabolización de la

fructosa.

En el segundo caso, se produce una malabsorción intestinal de la fructosa

generando dolor intestinal, gases y diarrea, de forma idéntica a la intolerancia a la

lactosa.

La enfermedad celíaca ( EC )es una enfermedad autoinmune que se caracteriza

por una inflamación crónica de la parte próxima del intestino delgado o yeyuno,

causada por la exposición a la gliadina, una proteína vegetal de algunos cereales en

la dieta.

La gliadina es uno de los componentes del gluten , proteína presente en el trigo, la

cebada, el centeno, el triticale, el kamut, la espelta(escanda) y posiblemente la

avena (en este último caso por cuestiones de contaminación cruzada).

Al ser expuesta a la gliadina, la enzima transglutaminasa tisular modifica esta

proteína y el sistema inmune del individuo produce una reacción cruzada en contra

en el intestino delgado, causando una reacción inflamatoria de las vellosidades que

recubren el intestino e interferencias en la absorción de nutrientes.

Es un trastorno que aparece en personas genéticamente predispuestas, de todas

las edades, y desde la infancia. Los síntomas incluyen: diarrea crónica, retraso del

crecimiento y/o del desarrollo infantil, disnea, erupciones en la piel(variedad

denominada Dermatitis Herpetiforme), pérdida de peso, cambios en el carácter,

vómitos y vientre hinchado. Aunque estos síntomas pueden estar ausentes y


aparecen de vez en cuando, estos síntomas pueden aparecer en casi todos los

órganos y sistemas del cuerpo.

Esta afección es más común en las personas de piel blanca y de ascendencia

europea,(caucásicos) aunque se piensa que es una enfermedad considerablemente

sub-diagnosticada.

Como resultado de exámenes precoces, se está observando un número creciente

de diagnosticados asintomáticos.

El único tratamiento eficaz es el cambio a una dieta libre de gluten durante toda la

vida, que permita la regeneración de las vellosidades intestinales.

La EC presenta diferentes formas:

● Celiaquía clásica: Donde predominan los trastornos intestinales, es la más

fácil de detectar.

● Celiaquía potencial: Comprende a las personas que tienen predisposición

genética (familiares en 1º celíacos), presentan alteraciones inmunitarias pero

las vellosidades de su intestino están intactas.

● Celiaquía silente: La sintomatología es prácticamente nula pero los enfermos

tienen alterada la mucosa yeyunal (atrofia en las vellosidades). Presentan

marcadores serológicos positivos y HLA- DQ2/DQ8.

● Celiaquía latente: Los enfermos no tienen síntomas, en general se trata de

personas con predisposición genética. Pueden desarrollar la enfermedad de

manera súbita. Esta tipología es la más difícil de diagnosticar.

● Celiaquía refractaria: La dieta libre de gluten no elimina los trastornos

intestinales, estos enfermos tienen solo 50% de supervivencia ya que la


predisposición a desarrollar procesos neoformativos, como el linfoma

intestinal e infecciones concomitantes es muy alta.

El diagnóstico hoy por hoy se basa en concurrencia de sospecha clínica, serología y

biopsia intestinal compatibles con la celiaquía. Ninguna de las pruebas por sí sola

confirma el diagnóstico. Las pruebas serológicas detectan y a veces cuantifican

anticuerpos en sangre específicos para la enfermedad. Se realizan en pacientes en

los que se sospecha enfermedad celíaca, ya sea por clínica, por ser grupo de riesgo,

etc. Ayudan a decidir a qué pacientes hay que realizar biopsia y a quiénes no.

También se emplean para ver si la dieta se está haciendo correctamente y para la

detección de posibles casos en estudios epidemiológicos a gran escala.

La extracción( biopsia intestinal) consiste en un pequeño fragmento de mucosa

intestinal que se analizará luego con el microscopio.La observación al microscopio

tras tinción mediante hematoxilina-eosina e inmunohistoquímica permite analizar la

histología y el número y distribución de los linfocitos intraepiteliales. Éstos ayudan a

saber el grado de lesión según el sistemas más utilizado a día de hoy: “criterios de

Marsh” con cuatro grados de atrofia de las vellosidades.

Genéticamente se conoce la implicación del sistema HLA (cromosoma 6), una

serie de estas variaciones del HLA predisponen a padecer cierta enfermedad.

Así, el HLA DQ2 se presenta en 95% de los celíacos, lo cual no implica que tener el

HLA DQ2 signifique desarrollar la celiaquía, ed manera que un sencillo análisis

genético de la sangre puede confirmar esta circunstancia.

Una vez diagnosticada la intolerancia celíaca, el único tratamiento existente

consiste en mantener una dieta estricta sin gluten y de por vida.


La dieta no puede curar la enfermedad pero la controla. De modo que, con ella, se

consigue la completa normalización clínica del sujeto que la padece y evita las

posibles complicaciones a corto, medio o largo plazo.

Actualmente se está diagnosticando la “sensibilidad NO celíaca al gluten”, dolencia

que no es EC porque no hay lesión de las vellosidades pero provoca síntomas

similares, aunque su tratamiento sigue siendo una dieta libre de gluten (DSG) pero

bastaría un tiempo para que desapareciese en la mayoría de los casos

La sospecha de una intolerancia o alergia debe de ser siempre confirmada por un

especialista médico y con métodos contrastados, la proliferación de métodos

“alternativos” novedosos, no homologados y peor aún los diagnósticos “a ojo”

pueden provocar daños en el organismo desde leves a graves, así como ralentizar

la recuperación y normalización del estado de salud del afectado.

La ley de etiquetado para productos con gluten fue un avance social importante,

conseguir que la presencia de gluten se anunciase permitió a muchos celíacos

ampliar el abanico de posibilidades a la hora de realizar sus compra diaria que

además resulta más costosa por su especial elaboración e ingredientes en

determinados productos.
Aditivos

Un aditivo alimentario es toda sustancia que, sin constituir por sí misma un alimento

ni poseer valor nutritivo, se agrega intencionadamente a los alimentos y bebidas en

cantidades mínimas con objetivo de modificar sus caracteres organolépticos o

facilitar o mejorar su proceso de elaboración o conservación. En este proceso de

mejora de la elaboración también se consigue una texturización en la cual los

elaboradores obtienen unas ganancias en peso de producto.

Las razones por las que se emplean los aditivos en la industria alimentaria son

básicamente de tipo económico y social.

El uso de ciertos aditivos permite que los alimentos duren más tiempo lo que hace

que exista mayor aprovechamiento de los mismos y por tanto se puedan bajar los

precios y que exista un reparto más homogéneo de los mismos. Por ejemplo, al

añadir al tomate en lata sustancias que permitan disminuir el pH, la duración del

mismo se prolonga en el tiempo, pudiendo ser consumido en épocas donde la

producción de tomate disminuye.

En los alimentos pueden desarrollarse reacciones químicas que disminuyan el valor

nutritivo del alimento e incluso generen compuestos tóxicos.

También pueden proliferar microorganismos indeseables o letales para el ser

humano.

Un claro ejemplo es la potencial presencia de Clostridium botulinum en las

conservas vegetales, bacteria responsable de una intoxicación mortal conocida

como botulismo. La adición de sustancias antioxidantes a estas conservas, como

las sales de nitratos y nitritos, ( si bien hay efectos secundarios) dificulta el

desarrollo a la bacteria.
Una clasificación general de los aditivos alimentarios puede ser:

● Sustancias que impiden las alteraciones químicas biológicas (antioxidantes,

sinérgicos de antioxidantes y conservantes)

● Sustancias estabilizadoras de la características físicas (emulgentes,

espesantes, gelificantes, antiespumantes, antiapelmazantes, antiaglutinantes,

humectantes, reguladores de pH)

● Sustancias correctoras de las cualidades plásticas. (mejoradores de la

panificación, correctores de la vinificación, reguladores de la maduración).

● Sustancias modificadoras de los caracteres organolépticos (colorantes,

potenciadores del sabor, edulcorantes artificiales, aromas).

LISTA DE LOS ADITIVOS ALIMENTARIOS PERMITIDOS ACTUALMENTE EN

LA

UNIÓN EUROPEA Y SUS NÚMEROS E

http://histolii.ugr.es/EuroE/NumerosE.pdf

Los aditivos se numeran con la letra E al inicio y desde el número 100 al

1521,algunos no pueden ser consumidos por personas que padecen intolerancias y

alergias alimentarias y otros como el glutamato monosódico han dado nombre a

una reacción típica de los platos asiáticos ( por su alto contenido en este

potenciador de sabor). Los hay de origen animal y vegetal.

Clases de aditivos según su uso :

http://histolii.ugr.es/EuroE/ClasesFuncionales.pdf

http://histolii.ugr.es/euroe/e_index.html
Hay alimentos que por ley no llevan aditivos si bien en la publicidad nos podemos

encontrar con eslóganes que pueden intentar dar una valor añadido a un producto

Leche, copos de cereales, nata ácida, pasta seca, arroz (no el de cocción rápida),

cereales, yogur natural frutos secos, huevos, semillas, patatas frescas, aceite

vegetal virgen, hortalizas frescas, miel, fruta fresca (sin encerar) , agua mineral y

de manantial, setas frescas, café en polvo, legumbres, alimentos ecológicos,

orgánicos y/o biológicos.

Pese a estar sometidos a rigurosos controles no dejan de tener un halo de

“artificio” que en ocasiones se exagera, si bien cualquier alimento fresco es sin duda

( en óptimas condiciones) mejor que cualquier alimento manufacturado y de cuya

composición dudemos.

Por otra parte la legislación es muy clara, por ejemplo si el productor decide utilizar

sulfitos como conservante, debe declararlo en el etiquetado, bien en el listado de

ingredientes, o bien mediante una mención específica, destinada a advertir a

personas alérgicas "contiene sulfitos".

Otra lista e información sobre aditivos:

http://www.nutricion.org/publicaciones/revista_agosto_03/funcionales/aditivos.pdf
Uno de los bulos más interesantes sobre aditivos fue el de las listas de números E

cancerígenos, AESAN se pronunció al respecto:

“Como consecuencia de la periódica aparición de ciertas listas de aditivos

alimentarios, avalados por falsos profesionales, hospitales inexistentes tanto

españoles como europeos, que con la intención de prevenir la salud, producen

alarma social, esta Agencia Española de Seguridad Alimentaria, se ve en la

obligación de desautorizar dichas listas, tanto en su origen como en su contenido,

por las razones siguientes:

La falsedad de estas listas, así como su objeto difamatorio, no ofrecen ninguna

duda puesto que el E-330 figura en las citadas listas como “el más peligroso

cancerígeno”, cuando no es más que ácido cítrico, estando este ácido ampliamente

distribuido en las células vivas tanto vegetales como animales y en concreto, es

muy abundante en los frutos denominados “cítricos” (ejemplo, en el limón).

En cuanto a los números E-241, E-447 y E-467 no corresponden a ningún aditivo,

es decir, no existe ningún aditivo al que se le haya asignado ninguno de estos

números.

Los números E-125, E-225 y E-462, si bien corresponden a aditivos, fueron

prohibidos en su día y actualmente no están autorizados en España ni en ningún

otro Estado miembro de la Unión Europea.”

En cualquier caso una visita a este blog técnico nos puede aclarar muchas cosas:

http://www.gominolasdepetroleo.com/search/label/aditivos
Enfermedad de Crohn y Colitis Ulcerosa (EII)

La enfermedad de Crohn es una enfermedad autoinmune, inflamatoria y crónica,

que puede afectar a cualquier parte del tubo digestivo, desde la boca al ano.

Evoluciona en brotes (fase activa) de intensidad y duración muy variable,

alternando con remisiones (fase inactiva) de duración también variable.

Las manifestaciones más frecuentes son las intestinales, y dependen de la

localización y de las complicaciones: dolor, diarreas con o sin moco y sangre, a

veces estreñimiento, fisuras y úlceras, cansancio, falta de apetito, fiebre, pérdida de

peso y vientre hinchado. También hay manifestaciones fuera del intestino

(extraintestinales): inflamación de los ojos, dolor de las articulaciones, placas rojas

en la piel, piedras en el riñón o la vesícula.

Algunas personas con enfermedad de Crohn pueden necesitar cirugía para extirpar

una parte dañada o enferma del intestino (resección del intestino). En algunos

casos, se extirpa todo el intestino grueso (colon) con o sin el recto.La cirugía

mejora los síntomas pero no cura la EII. Es muy importante continuar tomando la

medicación para tratar de impedir que los síntomas de la enfermedad reaparezcan.

Hay un mayor riesgo de padecer cáncer de colon y cáncer del intestino delgado si

se padece la enfermedad de Crohn.

COLITIS ULCEROSA

La colitis ulcerosa es una enfermedad autoinmune, inflamatoria y crónica del

intestino grueso (colon). De causa desconocida, evoluciona en brotes de intensidad

y duración variable. La Colitis Ulcerosa y la enfermedad de Crohn se denominan

Enfermedad Inflamatoria Intestinal (E.I.I).


Los síntomas más frecuentes son: diarreas, con moco y sangre, fiebre, dolor de

vientre, pérdida de peso, debilidad. A veces hay estreñimiento. También dolores

articulares, piedras en el riñón o vesícula, manchas en la piel e inflamación en los

ojos.

Diferencias entre Crohn y colitis ulcerosa

La principal diferencia es la zona de afectación.

Todavía no se ha encontrado la causa aunque se sabe que son enfermedades

autoinmunes y, por el momento, no son curables.

Intentar encontrar las causas que expliquen el origen de las diferentes variantes de

la EII ha sido (y es) el objetivo del trabajo de muchos científicos durante muchos

años. No hay una sola causa que explique el origen de estas enfermedades.

Sí sabemos que quizá sea una conjunción de múltiples factores la que cause la

enfermedad. Se ha buscado algún microorganismo como agente causal, sin

haberse encontrado ninguno clara y directamente relacionado con la génesis de

estas patologías. Tampoco los factores medioambientales nos han ofrecido un

único elemento al que podamos culpar de la aparición de estas enfermedades.

Genes de susceptibilidad

La EII se ha relacionado con múltiples genes de susceptibilidad (genes que si están

presentes determinan un riesgo mayor de tener la enfermedad). Alguno de ellos

son comunes a las dos entidades y otros lo hacen de forma independiente; así

mismo, parece que hay otros genes relacionados con la gravedad y la extensión de

la inflamación. En la actualidad no se puede explicar el origen de la enfermedad por

la existencia de un solo gen alterado; los factores genéticos son múltiples y actúan

a distintos niveles.
Factores inmunológicos

La teoría intenta explicar el origen de estas enfermedades de la siguiente manera:

un posible agresor microbiano (intestinal), activa a las células inmunes de nuestro

intestino, y estas células desencadenan una respuesta defensiva. El problema surge

porque los pacientes con EII se caracterizarían por sus respuestas inmunes

exageradas, y en vez de eliminar al agresor, y luego quedarse tan tranquilas, se

dedicaron a mantener una defensa perpetua en el intestino, o lo que es lo mismo,

un estado de inflamación que sería lo que a la larga más perjudicaría al enfermo.

Hay múltiples investigaciones que corroboran estas afirmaciones. También se ha

visto que los tratamientos dirigidos a disminuir la actividad del sistema inmune

(inmunosupresores: corticoides, azatioprina, anti-TNF) consiguen la mejoría de los

pacientes en muchos casos. Por lo tanto, parece evidente que aunque no haya un

factor genético exclusivo implicado en el origen de estas enfermedades, sí está

claro que hace falta que "algo" falle en el sistema inmune para que pueda aparecer

la enfermedad.

Los exámenes para diagnosticar la enfermedad de Crohn (EII)abarcan:

● Enema opaco o tránsito esofagogastroduodenal

● Colonoscopia o sigmoidoscopia

● Tomografía computarizada (TC) del abdomen

● Endoscopia, incluyendo endoscopia por cápsula

● Resonancia magnética (RM) del abdomen

● Enteroscopia.
Síndrome de Intestino Irritable.

El Síndrome de Intestino Irritable (SII), conocido popularmente como colon

irritable y/o colon espástico (IBS sus siglas en inglés) es una dolencia

gastrointestinal crónica con diversas manifestaciones clínicas, sin causa conocida

clara, hasta la fecha. Es el “cajón de sastre” de las enfermedades digestivas debido

al desconocimiento de su origen y a que al no ser una enfermedad que en principio

cause daños graves o discapacidad elevada en la mayoría de los casos no se le ha

prestado la misma atención. Aún es frecuente leer en publicaciones poco rigurosas

que es de origen nervioso o corresponde a tipos de personalidades específicas,

pero es como veremos la dolencia gastrointestinal más extendida entre la

población. Además su sintomatología puede provocar cuadros de ansiedad,

agorafobia, fobia social y depresión.

La sintomatología abarca:

• Alteraciones en el hábito deposicional sin causa orgánica conocida (bien diarrea

crónica, bien estreñimiento o una alternancia de ambos).

• Malestar y dolor abdominal con sensación de hinchazón.

• Urgencia defecatoria.

• Sensación de evacuación incompleta.

• Pirosis, dispepsia, aerofagia y mucorrea

Como enfermedades asociadas se han considerado:

• Fibromialgia.

• Síndrome de fatiga crónica.


• Dolor abdominal pélvico crónico.

• Ansiedad, depresión, fobia social y agorafobia.

El SII repercute en la calidad de vida de las personas afectadas con molestias que

van desde malestar puntual hasta períodos de incapacitación para llevar una vida

laboral, social y personal plena. No hay cura conocida, simplemente una batería de

medicamentos, dietas y consejos médicos para aliviar algunos de sus síntomas. Su

diagnóstico puede ser confundido o enmascarar en ocasiones a otras

enfermedades digestivas como celiaquía, enfermedad inflamatoria intestinal, colitis

ulcerosa, candidiasis, sensibilidad no celíaca al gluten e intolerancia a la lactosa,

entre otras.

Se le atribuía por norma general un origen "nervioso" o psicosomático, si bien en la

actualidad la mayoría de los especialistas coinciden en que participan diversos

factores como la permeabilidad intestinal, la motilidad intestinal anormal,

variaciones de la flora intestinal, hipersensibilidad visceral y el estrés como agente

que “dispara” la sintomatología.

Algunos alimentos se consideran muy perjudiciales para el SII, edulcorantes y

grasas principalmente, los FODMAP (recientemente y en revisión), así como otros

irritantes de la mucosa intestinal como café, alcohol, tabaco, picantes, etc.

Las personas afectadas de SII a lo largo del curso de la enfermedad recurren a

diferentes tratamientos, entre los que se encuentran las medidas dietéticas,

fármacos antiespasmódicos, antidiarreicos o los laxantes (según el caso)

ansiolíticos y antidepresivos, operaciones de cecopexia, remedios homeopáticos y

acupuntura, reiki, yoga, taichí, el siempre recomendable ejercicio físico. Las

personas afectadas de SII suele probar a lo largo de su vida casi todos esos
remedios buscando dar con una solución parcial o total. Para más complejidad, al

no saber exactamente qué lo provoca, la causa en sí, una cura o remisión de

síntomas en un grupo de personas afectadas no sirve como patrón, así hay

personas que han mejorado y/o se consideran curados mediante la cecopexia,

otras con dietas libres de gluten y lácteos, otras con antidepresivos y otras

personas con remedios de medicinas alternativas.

Para el diagnóstico se siguen actualmente lo criterios ROMA III:

Dolor o molestia abdominal recurrente al menos 3 días por mes en los últimos 3

meses asociado a dos o más de los siguientes síntomas:

1. Mejora con la defecación.

2. Comienzo asociado con un cambio en la frecuencia de las deposiciones.

3. Comienzo asociado con un cambio en la consistencia de las deposiciones.

Los criterios deben cumplirse durante los últimos 3 meses y los síntomas haber

comenzado un mínimo de 6 meses antes del diagnóstico.

En el diagnóstico diferencial se han de descartar numerosas patologías que cursan

con síntomas parecidos. Se valorará la presencia de los síntomas típicos (dolor

abdominal y alteraciones en el hábito defecatorio), la normalidad de la exploración

física hecha por el médico, y los resultados normales de diferentes pruebas

incluyendo:

• Análisis de sangre y de heces.

• Radiografías.

• Colonoscopias y endoscopias (con y sin biopsia).

• Exploración con cápsula endoscópica.


• Pruebas de tránsito intestinal con bario

• Pruebas de intolerancia a alimentos como el gluten y los lácteos.

• Toda prueba que el especialista considera oportuna según el historial y edad del

paciente para descartar patologías diferentes.

El Síndrome de Intestino Irritable (SII) afecta en países occidentales a un

porcentaje de población entre un 15 a un 20 por ciento, siendo su prevalencia

superior en mujeres, casi 4:1 en algunos estudios y se suele presentar en adultos

jóvenes esto es entre los 15 años de edad, si bien hay SII pediátrico y un SII

gerontológico quizá más derivado de la edad y la dieta. Es una de las causas más

habituales en las consultas de digestivo y motivo de absentismo laboral y suele

aparecer en edades tempranas, adultos jóvenes, por lo general.

El Síndrome de Intestino Irritable no tiene cura actualmente, de manera que el

médico propone a la persona afectada una batería de medidas para aliviar los

síntomas que incluyen tratamiento farmacológico, asistencia psicológica, dietas

adaptadas y exploraciones y pruebas en el caso de cambios importantes en el

estado de salud del paciente. Una buena relación médico paciente es esencial para

el manejo adecuado del síndrome del intestino irritable.

El Síndrome de Intestino Irritable no es una enfermedad mortal, su carácter de

enfermedad crónica y las características de su sintomatología afectan más a la

calidad de vida de la persona, su entorno laboral, social y familiar que al estado

general de su salud, la esperanza de vida de un afectado es la normal, si bien la

repetición de los síntomas puede en ocasiones crear en el paciente la sensación

de padecer dolencias de mayor gravedad.


La persona afectada de SII debe de tener la confianza suficiente con su médico y su

entorno más inmediato para poder ofrecer datos útiles para el diagnóstico inicial y

sucesivas exploraciones y/o pruebas. Dado que en muchas ocasiones cursa con

trastornos de ansiedad,agorafobia e incluso depresión, las terapias de salud mental

pueden ser útiles en el manejo de la enfermedad. El carácter crónico de la

enfermedad lleva en ocasiones a buscar soluciones en diferentes terapias,

actividades y remedios, así como a una exhaustiva búsqueda de información al

respecto. Es importante trasladar al entorno más inmediato la idea de que no

es una enfermedad grave, pero en ocasiones molesta e incapacitante y sobre todo

de que no se trata de un “capricho” o una forma de “llamar la atención”. El elevado

número de visitas a consultas y especialistas puede parecer en principio exagerado

y en el recién diagnosticado puede influir negativamente respecto a la gravedad de

la dolencia, si bien es importante que sepa que es parte de la dinámica de

diagnóstico y tratamiento y las consultas interdiciplinares son habituales.

Para la persona afectada es importante saber el alcance de su dolencia así como las

consecuencias derivadas de la misma de manera que pueda introducir en su vida

los cambios terapéuticos que se le sugieran con plena confianza e información así

como informar correctamente a su entorno. Las características de la

sintomatología clásica del SII limitan, en diferentes grados, la vida social y laboral,

siendo este quizá el mayor “problema” al que se enfrenta, en parte porque no

resulta fácil explicar a todo el mundo lo que se padece, y en parte porque la

posibilidad de sufrir esos síntomas en público o situaciones inesperadas acaban por

constituir uno de los “síntomas “clásicos del enfermo: el miedo.


Así puede recurrir a evitar la vida social, afectiva y laboral, bien en períodos de crisis

bien en períodos prolongados. El cómo exponer la enfermedad, a quién y cuándo

son aspectos que crean en ocasiones ansiedad a las personas afectadas de SII.

La Asociación Española de Afectados de Síndrome de Intestino Irritable ( AESII o

aesii en adelante) nace con el fin de agrupar a las personas afectadas de SII,

sirviendo de vínculo y agente de cohesión entre ellos, así como actuar de vehículo

de reclamaciones, propuestas y comunicados, a realizar tanto de forma individual

como colectiva de los afectados, tanto hacia la administración pública como a

cualquier organización, empresa, sociedad, asociación o colectivo en los que las

personas afectadas de SII tengan participación, bien en su relación personal,

laboral, social y/o jurídica.

Asociaciones de pacientes.

Como leíamos antes las asociaciones nacen con el fin de agrupar a las personas

afectadas de sirviendo de vínculo y agente de cohesión entre ellos, así como para

promover investigaciones difundir las características de la dolencia y defender a sus

asociados en caso de discriminación laboral o social. Actualmente la red es el

vehículo de transmisión de información y punto de encuentro de todas las

asociaciones, su inmediatez y la capacidad de convocatoria con un coste reducido

permite llegar a mucha más gente, mantener la información siempre a disposición

de los afectados y dirigirse a los medios de comunicación para exponer necesidades

o dar una visión sobre la calidad de vida de los afectados. Casi todas las

asociaciones son federaciones es decir agrupaciones nacionales que federan y

agrupan a agrupaciones autonómicas y locales que realizan el trabajo “de calle”

con contactos personales , talleres de autoayuda y encuentros de afectados y


familiares, así como la promoción de eventos destinados a recaudar fondos para

investigación o aspectos que puedan mejorar la calidad de vida de sus afiliados.

Las asociaciones de enfermos han de estar legalmente constituidas, registradas y

respetar unas estrictas normas de manejo de datos de carácter personal de todos

sus asociados.

Alimentos y dolencias gástricas

Más allá de los de naturaleza grasa o en exceso azucarada este listado de algunos

alimentos que están contraindicados en determinadas dolencias digestivas

mientras estas persistan:

● 1. El huevo duro y en tortilla. En ambas preparaciones, la yema (la parte

que concentra las grasas, es decir, los componentes más indigestos) está

coagulada. Así, cuajada, es más difícil de digerir, ya que requiere más trabajo

enzimático y biliar que si no lo está. Una alternativa más liviana es optar por

el huevo pasado por agua, escalfado o incluso frito en aceite de oliva,

siempre que se sirva bien escurrido.

● 2. Productos elaborados con mezcla de harinas, mantequilla y leche, como

croquetas, rellenos o bases de repostería y bollería. La mantequilla, al

cocinarse, resulta muy indigesta, algo que ocurre en este tipo de recetas de

uso y consumo demasiado frecuente en muchos hogares. Esta materia

grasa no es idónea para cocinar, dado que por encima de 90 ºC, la


mantequilla se quema y se forma acroleína, una sustancia que se asocia a

irritación de la mucosa gástrica.

● 3. Alimentos fritos en aceites recalentados, viejos, estropeados o de

mala calidad. En estos casos se generan potentes sustancias irritantes de la

mucosa gástrica, como la acroleína. Por eso se debe evitar tomar fritos o

pinchos en bares y restaurantes en los que, al entrar o al acercarse a la

puerta de la cocina, se desprende cierto olor a fritanga, a aceite recalentado.

Además, las frituras y los alimentos fritos con aceites recalentados pueden

ser fuente de grasas trans en la dieta. No obstante, también durante el

proceso de fritura, al calentar cualquier aceite vegetal, se produce acroleína,

pero el impacto será menor cuanto más se cuide la elaboración de una

buena fritura, si bien es aconsejable un consumo puntual y comedido de todo

tipo de alimentos fritos, desde croquetas y empanados, hasta rebozados,

patatas fritas y demás snacks fritos.

● 4. Conservas de pescado azul en aceite, tipo sardinillas, anchoas o caballa.

Son alimentos de naturaleza grasa, además de ricos en histamina, y están

conservados en un líquido graso, por lo que su digestión es más exigente.

Conviene tenerlo en cuenta en caso de estómagos delicados, gases o

hinchazón abdominal, o entre quienes sufren migrañas o cefaleas. En estos

casos, puede ser recomendable reducir la cantidad de la ración, o reservar

para las comidas matutinas, pero no para las cenas, ya que puede resultar

más pesado.
● 5. Zumo de naranja, en ayunas. La naranja, y de manera especial si se

toma en zumo por las mañanas, es de naturaleza colagoga: puede provocar

un vaciamiento brusco de la vesícula biliar que se acompaña de molestias

más o menos intensas como náuseas o pesadez abdominal, e incluso dolor.

Esta sintomatología manifiesta debilidad o lentitud en el trabajo digestivo de

hígado y vesícula biliar.

● 6. Leche y productos lácteos. Muchas son las personas que sufren

intolerancia a la lactosa (o azúcar de la leche), o no toleran alguna de sus

proteínas, en caso de histaminosis alimentaria a la leche. El resultado es un

cuadro de malestar digestivo (como las náuseas matutinas, ya que es

costumbre tomar un lácteo en el desayuno, gases o hinchazón abdominal)

que, en muchos casos, condiciona la calidad de vida.

● Alimentos de consumo cotidiano que se toman con frecuencia y en cantidad

abundante, como la leche y los lácteos, seguidos del trigo y el huevo, se

relacionan en un alto porcentaje con el "síndrome de histaminosis

alimentaria no alérgica" (HANA), un mecanismo de intolerancia alimentaria.

Es un cuadro clínico complejo por la heterogeneidad de las manifestaciones

clínicas y mejora solo con una dieta en la que se elimina el alimento que

genera altas dosis de histamina en el organismo. De esta manera, se

consigue bajar el contenido de histamina en los tejidos de las personas

afectadas de histaminosis; la mejor forma de liberarse de los síntomas. El

tratamiento, aunque parece sencillo, es complejo, ya que los alimentos más


problemáticos son los de consumo más frecuente entre la población general

y, por ende, también entre los afectados.

Tiempos de digestión: entre 2 y 10 horas

En cuestión de digestión lenta, hay alimentos que, por su particular composición, el

organismo los digiere en unos tiempos más pausados. De ese modo, se evita una

liberación brusca de histamina por parte de las células corporales, que puede

provocar molestias, en particular a personas sensibilizadas a ciertos alimentos.

Si hablamos de tiempos de digestión, hay notable diferencia entre unos y otros en

términos generales: un alimento puede tardar en digerirse desde 2 hasta 10 horas,

e incluso días. En este proceso complejo de atravesar los nueve metros de

conducto digestivo, desde la boca hasta el ano, influyen muchos factores: desde la

cantidad de alimento ingerida, su estado -líquido o sólido-, su composición

-proteínas, grasas, hidratos, fibra- o el modo de preparación previa y cocinado,

pero también incide la edad de quien lo come o su estado de salud digestiva (boca,

estómago, páncreas, hígado, vesícula, y no solo los intestinos).

Así, un pescado cocido, un arroz blanco o un huevo pasado por agua se digieren

rápido, en menos de 2 horas. El doble de tiempo (entre 3 y 5 horas) debe trabajar

el digestivo para digerir un bocadillo de jamón, unas patatas fritas, un trozo de

queso curado o un plato de lentejas.

Y hasta 7 o 9 horas pueden tardar en descomponerse en sus nutrientes

elementales (aminoácidos, ácidos grasos libres, vitaminas, minerales) las partes

más grasas del cerdo o unas sardinillas en conserva de aceite.


Gases

Bajo la denominación de gases se incluyen numerosas enfermedades, entre las

más importantes la dispepsia no ulcerosa o el síndrome de intestino irritable. De ahí

la importancia de consultar siempre al especialista, ya que esos cuadros clínicos

tienen un tratamiento específico.

Los gases pueden acumularse tanto en el intestino como en el estómago y pueden

expulsarse en forma de eructos o por vía anal, lo que se conoce como flatulencias.

Habitualmente, los gases se generan en el intestino grueso al hacer la digestión, por

la fermentación que se produce de los alimentos y el aire que se traga al comer, un

acto natural que pasa desapercibido. "Se trata de un proceso habitual", "cuando

hay un exceso es cuando resulta molesto, pero la gente debe saber que el gas

siempre existe, siempre se produce".

En determinadas ocasiones, sobre todo al ingerir ciertos alimentos que producen

gases con mayor facilidad o debido a circunstancias clínicas concretas, como el

estreñimiento, el afectado puede percibir que tiene más gases de lo normal. "En

general, todas las personas producen una cantidad habitual de gases intestinales,

que son producto de la ingesta y degradación bacteriana que se lleva a cabo en el

interior del intestino". La alimentación y la degradación bacteriana son las causas

de los mismos y se trata de una situación puramente fisiológica, "que puede

hacerse en un determinado momento consciente para el sujeto". Es entonces

cuando el paciente comenta que tiene gases, pero ello no implica una mayor

producción de los mismos, sino que la persona, por un aumento de la sensibilidad

visceral 'siente' esos gases".


Probioticos

Los alimentos probióticos son alimentos con microorganismos vivos adicionados

que permanecen activos en el intestino y ejercen importantes efectos fisiológicos.

Ingeridos en cantidades suficientes, pueden tener efectos beneficiosos, como

contribuir al equilibrio de la microbiota intestinal del huésped y potenciar el sistema

inmunitario. Pueden atravesar el tubo digestivo y recuperarse vivos en las heces,

pero también se adhieren a la mucosa intestinal. No son patógenos, excepto en

casos en que se administran a individuos inmunodeficientes.

Contienen esta clase de microorganismos y, por tanto, son alimentos probióticos los yogures

frescos, otras leches fermentadas, el kéfir, y otros.

 Las bacterias probióticas sobreviven al paso por el tracto gastrointestinal y se

implantan en el colon o en el intestino delgado y ayudan a mejorar la salud del

huésped.

Los lácteos probióticos afectan menos a las personas con intolerancia a la lactosa.

El consumo reiterado de yogur probiótico en cantidades relativamente abundantes

tiene un efecto terapéutico contra Helicobacter pylori.

Principalmente los podemos agrupar en dos grupos de bacterias:

● los lactófilos

● los bífido-bacterias(los famosos yogures)

● también la levadura Saccaromyces( cerveza,Ultralevura ) está considerada

probiótico

Dentro de estos grupos existen diferentes cepas las cuales son utilizadas por

diferentes marcas y productos y así también serán más beneficiosas para cada
persona. Así pues hay laboratorios que crean alimentos con probióticos para

dolencias intestinales específicas y hay publicidad , en ocasiones en exceso y poco

clara sobre el beneficio real ( caso danone y actimel).

Prebióticos

Los prebióticos son unas sustancias que “alimentan” a los probióticos del sistema

digestivo. Para que puedan desarrollarse y actuar las bacterias que viven en el

organismo formando la microflora. Son ingredientes alimentario no digeribles

Generalmente se encuentran en alimentos frescos y completos como pueden ser

los oligosacáridos y la inulina, sirven para mejorar la formación de las bacterias que

componen la microbiota intestinal. Ayudan a disminuir el PH del organismo y

reducen la fijación de bacterias patógenas en la mucosa intestinal.

Los prebióticos también ayudan a balancear entre bacterias beneficiosas y

perjudiciales, disminuyendo estas últimas, incrementan la cantidad de Lactobacillus

y bifidobacterias, esto evita el crecimiento de bacterias como el Clostridium,

Bacterias coliformes, enterococos o salmonella, actúan beneficiosamente tanto

frente la diarrea y el estreñimiento.Mejoran la producción de vitaminas del grupo B

1, 6, 12 y ácido fólico.Mejoran la absorción de calcio y magnesio.

Disminuyen los niveles de colesterol y triglicéridos.

Los fructo-oligosacáridos son los que tienen una acción más eficaz de cómo

prebióticos.

● Galacto-olisacaridos.

● Fructo-oligosacaridos.

● Inulina
● Mano-oligosacáridos, están considerados como inmunosacáridos.

● Curiosamente en las dietas de exclusión FODMAP están contraindicados

muchos de ellos.

Fibra

● La fibra es la parte del alimento que no es afectada por el proceso digestivo en el

cuerpo. Esta parte vegetal está formada por un conjunto de compuestos

químicos de naturaleza heterogénea (polisacáridos,oligosacáridos, lignina

y sustancias análogas[1]). Desde el punto de vista nutricional, y en

sentido estricto, la fibra alimentaria no es un nutriente, ya que no participa

directamente en procesos

metabólicos básicos del

organismo. No obstante,

la fibra alimentaria

desempeña funciones

fisiológicas sumamente

importantes como

estimular la peristalsis

intestinal. La razón por la


que el organismo humano no puede procesarla se debe a que el aparato

digestivo no dispone de las enzimas que pueden hidrolizarla. Esto no

significa que la fibra alimentaria pase intacta a través del aparato

digestivo: aunque el intestino no dispone de enzimas para digerirla, las

enzimas de la flora bacteriana fermentan parcialmente la fibra y la

descomponen en diversos compuestos químicos: gases (hidrógeno,

dióxido de carbono y metano) y ácidos grasos de cadena corta (acetato,

propionato y butirato). Hay dos tipos de fibra dietaria: soluble e insoluble.

● La fibra insoluble: está integrada por sustancias (celulosa, hemicelulosa,

lignina y almidón resistente) que retienen poca agua y se hinchan poco.

Este tipo de fibra predomina en alimentos como el salvado de trigo,

granos enteros, algunas verduras y en general en todos los cereales. Los

componentes de este tipo de fibra son poco fermentables y resisten la

acción de los microorganismos del intestino. Su principal efecto en el

organismo es el de limpiar, como un cepillo natural, las paredes del

intestino desprendiendo los desechos adheridos a ésta; además de

aumentar el volumen de las heces y disminuir su consistencia y su tiempo

de tránsito a través del tubo digestivo. Como consecuencia, este tipo de

fibra, al ingerirse diariamente, facilita las deposiciones y previene el

estreñimiento.

● La fibra soluble: está formada por componentes (inulina, pectinas,

gomas y fructooligosacáridos) que captan mucha agua y son capaces de

formar geles viscosos. Es muy fermentable por los microorganismos


intestinales, por lo que produce gran cantidad de gas en el intestino. Al ser

muy fermentable favorece la creación de flora bacteriana que compone

1/3 del volumen fecal, por lo que este tipo de fibra también aumenta el

volumen de las heces y disminuye su consistencia. Este tipo de fibra

predomina en las legumbres, en los cereales (avena y cebada) y en

algunas frutas. La fibra soluble, además de captar agua, es capaz de

disminuir y ralentizar la absorción de grasas y azúcares de los alimentos

(índice glucémico), lo que contribuye a regular los niveles de colesterol y

de glucosa en sangre.

La fibra soluble retiene el agua y se vuelve gel durante la digestión e igualmente

retarda la digestión y la absorción de nutrientes desde el estómago y el intestino.

Este tipo de fibra se encuentra en alimentos tales como el salvado de avena, la

cebada, las nueces, las semillas, la judía (haba, habichuela, fréjoles), las lentejas,

los guisantes y algunas frutas y hortalizas.

Efectos adversos de la fibra

La fermentación de la fibra por las bacterias anaerobias en el colon, puede producir:

flatulencia, distensión abdominal (meteorismo) y dolor abdominal. Se recomienda

que el consumo de fibra se realice de forma gradual para que el tracto

gastrointestinal se vaya adaptando. Se han descrito algunos casos de obstrucción

intestinal y de formación de fitobezoares con la ingestión de dosis altas de fibra no

fermentable, especialmente cuando existe un escaso aporte hídrico.


NEUROGASTROENTEROLOGÍA

Durante años, a las personas que tenían úlceras o dolor abdominal crónico se les ha

dicho que sus problemas eran imaginarios o emocionales, se les podía dirigir al

psiquiatra o al psicólogo para que recibieran tratamiento. La mayoría de desórdenes

gastrointestinales, como el síndrome de colon irritable, dolencia que afecta al 20 %

de los pacientes que atienden los médicos internistas implican de manera

fundamental a factores como el estrés si bien el origen es un tema muy discutido

Algunos científicos opinan que el cerebro principal delegó funciones digestivas a un

segundo cerebro, para así dedicarse otros menesteres, como la caza, la huida ante

posibles enemigos y la búsqueda de pareja.

Las razones por las que el sistema nervioso entérico se trastorna aún no son bien

conocidas, pero las emociones pueden desempeñar un papel fundamental, de la

misma forma que influyen sobre el sistema nervioso central.

La Serotonina, que en el cerebro está relacionada con la sensación de calma y

bienestar, es en el intestino, donde se encuentra el 95% del total corporal, y esta

se encarga de desencadenar los movimientos peristálticos.

Dos docenas de proteínas cerebrales muy simples, llamadas neuropéptidos, que

son utilizadas por las neuronas para comunicarse entre ellas y con las células

inmunitarias, se encuentran también en el intestino.

Las encefalinas, opiáceos cerebrales naturales, no faltan, el intestino es una

abundante fuente de benzodiazepinas, la familia de agentes químicos psicoactivos

incluidos en medicamentos tan populares –son adictivos- como el Valium y el

Xanax.
Los psicofármacos, que provocan cambios en los niveles de serotonina cerebral

afectan la producción del neurotransmisor en el intestino y pueden provocar

náuseas, diarrea o estreñimiento.

La cuarta parte de las personas que toman Prozac o antidepresivos similares sufren

este tipo de problemas gastrointestinales.

Tanto es así, que el Prozac se utiliza en pequeñas dosis para tratar el estreñimiento

crónico o el síndrome de Intestino irritable. Si se aumenta la dosis, el intestino se

paraliza.

Drogas como la morfina y la heroína actúan tanto sobre los receptores opiáceos

que se hallan en el cerebro como en los que se encuentran en el intestino. Ambos

sistemas pueden hacerse adictos. El estreñimiento crónico aparece también en

enfermos de cáncer tratados con morfina. Otra prueba del estrecho vínculo que

existe entre los dos sistemas nerviosos es que los enfermos de Alzheimer y de

Parkinson sufren de estreñimiento: sus neuronas intestinales están tan enfermas

como las cerebrales.

Los alimentos ricos en hidratos de carbono favorecen la producción de serotonina y

los proteicos, la de dopamina y noradrenalina.

En el caso del síndrome del intestino irritable, la práctica naturista recomienda

aumentar la ingesta de hidratos de carbono complejos (cereales integrales, frutas y

legumbres) y de fibra hidrosoluble (frutas, verduras, avena y legumbres).

El trigo no está recomendado porque es alergénico y entre los afectados por el

síndrome hay una incidencia mayor de alergias e intolerancias a los alimentos.

Otra estrategia para resolver molestias intestinales es lógicamente reducir el Estrés,

ya sea mediante técnicas de relajación, psicoterapia o ejercicio físico. Muchas


personas han descubierto que dar paseos todos los días reduce considerablemente

sus síntomas.

Antibióticos

Un estudio del(CSIC) revela que los antibióticos producen cambios en los patrones

microbianos y metabólicos del intestino.

Los autores han analizado por primera vez las bacterias, genes, enzimas y

moléculas que forman la microbiota intestinal de pacientes tratados con

antibióticos. El intestino está poblado por un trillón de bacterias, que se conocen en

su conjunto como microbiota o flora intestinal, y que han coevolucionado en

simbiosis con el ser humano. El intestino está poblado por un trillón de bacterias,

conocidas como microbiota o flora intestinal Según este trabajo, publicado en la

edición digital de la revista Gut, el tratamiento con antibióticos puede alterar esta

simbiosis desde etapas tempranas de la terapia.

“Aunque alguno de los cambios producidos son oscilatorios, y pueden ser

revertidos al acabar el tratamiento, otros parecen irreversibles”.

La colitis asociada al uso de antibióticos consiste en una inflamación del intestino

grueso secundaria al uso de éstos. Muchos antibióticos alteran el equilibrio entre los

diferentes tipos de bacterias en el intestino o en la cantidad de los mismos,

permitiendo que puedan multiplicarse algunas bacterias causantes de

enfermedades. La bacteria que con más frecuencia causa problemas es el

Clostridium difficile, que produce dos toxinas que pueden dañar la mucosa del

intestino grueso.
Entre los antibióticos con mayor incidencia en estos trastornos cabe destacar la

clindamicina, la ampicilina y las cefalosporinas, como la cefalotina. Otros pueden ser

las penicilinas, la eritromicina, el trimetroprim-sulfametoxasol, el cloranfenicol y las

tetraciclinas. El sobrecrecimiento de Clostridium difficile puede ocurrir cuando

cualquiera de estos antibióticos se recibe por vía oral o por inyección. El riesgo

aumenta con la edad, aunque los adultos jóvenes y los niños pueden también

resultar afectados.

En casos leves, la mucosa intestinal puede inflamarse sólo ligeramente. En las colitis

graves la inflamación es extensa y la mucosa se ulcera.

Aproximadamente entre el 60% y el 75% de los estadounidenses con SII son

mujeres. Pese a las investigaciones realizadas hasta la fecha, los científicos aún no

son capaces de explicar el predominio del SII en la mujer. Desde que en 1990 el

National Institutes of Health ordenó que las mujeres fueran incluidas en ensayos

clínicos, se comenzaron a percibir las diferencias en la forma en que los estados de

las enfermedades se manifiestan en el hombre y en la mujer. Las diferencias

sexuales en las hormonas de la reproducción, la percepción del dolor, la respuesta

al estrés y el funcionamiento gastrointestinal pueden explicar parcialmente la mayor

susceptibilidad de la mujer al SII. Pese a estos hallazgos, siguen faltando pruebas

definitivas que expliquen las verdaderas razones por las cuales el SII afecta a la

mujer más que al hombre. Además de estos hallazgos, también se observaron

diferencias culturales en las conductas de búsqueda de atención médica así como

diferencias en los hábitos por los cuales se informan los síntomas y en los perfiles

de respuesta a los síntomas entre los sexos.


Claramente se necesita un examen más cercano de las diferencias en la

presentación del SII en la mujer y en el hombre. Este informe intenta determinar

cuáles son las necesidades no satisfechas de la mujer que sufren de SII.

Los expertos ahora comprenden que el SII tiene una base biológica compleja con

una causa fisiológica, a pesar de que la mayoría de los estadounidenses aún no

reconoce que el SII es un trastorno médico común.

A menudo, el SII no se reconoce ni se trata porque su efecto en la vida de los

pacientes en general se subestima. El SII es un trastorno médico con una base

fisiológica. Si bien la fisiopatología del SII es compleja y no se comprende

completamente, los síntomas del SII (molestia o dolor abdominal, hinchazón y

estreñimiento o diarrea) parecen estar influenciados por un desequilibrio de

sustancias químicas en el tracto gastrointestinal, que puede producir la alteración

del movimiento de los alimentos y residuos por el sistema digestivo, una mayor

percepción del dolor en la zona abdominal y una alteración del movimiento de los

líquidos en el tracto digestivo.

Durante mucho tiempo, el término “equivalentes del colon irritable” se ha usado

para incluir las entidades de cólico del lactante, diarrea crónica inespecífica (colon

irritable del niño pequeño) y colon irritable del niño mayor.

Estos cuadros clínicos se han considerado funcionales.

En el Congreso Internacional de Gastroenterología de Roma en 1988 se establece,

por primera vez y por consenso de varios subcomités de expertos, la clasificación

de los trastornos funcionales del adulto, que se publican en el año 1994. Los

criterios diagnósticos, basados en síntomas, recibieron el nombre de Criterios

Roma I.
Se establecieron 6 grupos, dependiendo del órgano afectado: esofágicos,

gastroduodenales, intestinales, dolor abdominal funcional, y de la vía biliar y

páncreas, y anorrectales. No hubo ninguna referencia a la edad infantil. En 1997, se

incorporó un equipo pediátrico de trabajo para la definición de los trastornos

gastrointestinales en niños que se publicaron en Gut en 1999 y posteriormente en

el texto: “The Functional Gastrointestinal Disorders” (Roma II)1,2.

En los niños se consideraron 4 grupos: vómitos, dolor abdominal, diarrea funcional

y trastornos de la defecación (tabla 1).

Respecto a los “equivalentes del colon irritable”, y de acuerdo con los criterios del

subcomité pediátrico de Roma II, hay que puntualizar las siguientes observaciones:

1. El cólico del lactante definido como el llanto paroxístico, durante los primeros 3

meses de vida, 3 o más horas al día, 3 o más días por semana, en niños que no

sufran otra causa que pueda producir el llanto, el grupo de Roma II subraya que no

hay ninguna prueba de que el cólico infantil esté causado por dolor en el abdomen,

ni en ninguna otra parte del cuerpo; no hay evidencia de que el tracto

gastrointestinal esté implicado, por lo que el grupo de trabajo decidió excluir el

cólico del lactante de la lista de trastornos gastrointestinales funcionales.


Definición de diarrea crónica
Se define diarrea a cualquier variación significativa de las características de las
deposiciones con respecto al hábito deposicional previo del paciente, ya sea en
aumento del volumen o de la frecuencia, con disminución de la consistencia de las
heces. Hay que distinguir la diarrea de la seudodiarrea, en la que existe un
aumento de frecuencia deposicional pero con heces sólidas.
En la literatura médica se define diarrea por el peso de las heces (> 200 g/día).
Sin embargo, esta definición no tiene en cuenta que personas con una elevada
ingesta de fibra insoluble pueden presentar un peso de la deposición elevado de
forma habitual (300 g/día), pero con consistencia normal.
Por el contrario, algunos sujetos que consultan por diarrea presentan un peso
normal de las heces pero con consistencia líquida. De forma arbitraria se
considera que la diarrea es crónica cuando tiene una duración superior a las 4
semanas.
Definición de malabsorción intestinal
Conceptualmente es útil separar el término "maldigestión" del de "malabsorción".
Se entiende por maldigestión la hidrólisis defectuosa de nutrientes y la
malabsorción como la alteración de la absorción mucosa de los nutrientes.
Aunque esta distinción puede ser útil en el ámbito fisiopatológico, la presentación
y manifestaciones clínicas son parecidas. Actualmente el cuadro clínico clásico de
malabsorción (paciente con deposiciones abundantes, pastosas, espumosas, con
desnutrición y distensión abdominal) es muy poco frecuente, siendo lo más
habitual encontrarse ante el diagnóstico diferencial de un cuadro de diarrea
crónica acuosa o síntomas gastrointestinales inespecíficos, pérdida de peso,
anemia o únicamente alteración analítica. En este sentido, y dado que la
malabsorción (generalmente de nutrientes específicos) se manifiesta con
frecuencia como un cuadro de diarrea crónica.
El Síndrome de distres postprandial se definirá por (: Presencia de una ó
ambas),
1. Llenura postprandial que incomoda, que ocurre después de una comida de
tamaño regular (promedio), que ocurre al menos varias veces a la semana.
2. Saciación temprana que evita finalizar una comida regular, al menos varias
veces por semana.
Criterios que se cumplan en los últimos 3 meses con inicio de las molestias al
menos 6 meses antes del diagnóstico.
Criterios de soporte:
1. Balonamiento abdominal alto o náusea postprandial o eructos excesivos
pueden estar presentes.
2. El Síndrome de dolor epigástrico puede coexistir.
El síndrome de dolor epigástrico debe incluir todo lo siguiente:
1. Dolor o quemazón localizado en el epigastrio de al menos una severidad
moderada, al menos una vez a la semana.
2. El dolor es intermitente.
3. No es generalizado o localizado en otra región abdominal o torácica.
4. No calma con la defecación o eliminación de flatos.
5. No llena los criterios para desórdenes de la vesícula biliar ó el esfínter de Oddi.
Criterios que se cumplan en los últimos 3 meses con inicio de las molestias al
menos 6 meses antes del diagnóstico.
Criterios de soporte:
1. El dolor puede ser tipo quemazón, pero sin componente retroesternal.
2. El dolor comúnmente es inducido o aliviado por la ingesta de una comida, pero
puede ocurrir en ayunas.
3. El síndrome de distrés postprandial puede coexistir.
La clasificación anterior de Roma II dejaba demasiados entrecruzamientos de
síntomas y al parecer causas diferentes; lo que determinaba que las propuestas
terapéuticas muchas veces fracasaban.
Queda el término dispepsia funcional como una sombrilla que incluye todos
aquellos pacientes que cumplen con los criterios de síntomas descritos, y se lanza
estos 2 nuevos síndromes que encajan mejor en mecanismos fisiopatológicos
bastante claros estudiados en los últimos años.

Diarrea crónica
La “Escala de Bristol “ surge tras un estudio en el que fue necesario identificar y
clasificar la morfología de las deposiciones de un elevado número de pacientes
control.Fue desarrollada por Heaton y Lewis en la Universidad de Bristol y se publicó
por primera vez en el Diario escandinavo de gastroenterología en 1997. La forma
de las heces depende del tiempo que pasan en el colon. Así se facilitó la
identificación visual de la morfología y volumen de las heces y se relacionó con
distintos tipos de dolencias gastrointestinales.
Los tipos 1 y 2 indican estreñimiento; los 3 y 4 son heces ideales, especialmente el
4, ya que son los más fáciles de defecar; los tipos 5, 6 y 7 tienden hacia la diarrea
o el cólera(si bien esta última enfermedad no es habitual en entornos urbanizados)
● El paciente en las redes.
● Paciente empoderado.
● Asociaciones de pacientes.
● redes sociales y apps para pacientes.

Datos de 2012 según:


● El 61,9% de la población puede ser considerada internauta
● El 48,3% de los internautas usa la red como fuente de información en salud
● 8 de cada 10 personas entre 18 y 55 años utiliza las redes sociales.
● El 12,8% utiliza las redes sociales como fuente de información en salud
● Redes sociales específicas: creadas con el fin de aglutinar a personas que
comparten una condición sanitaria, enfermedad o problema de salud
específico.
● La comunidad virtual se nutre de personas que comparten un problema o
enfermedad, la cual sirve de nexo o pegamento que mantiene unido al grupo.
● Son redes muy específicas, ya que cada grupo dentro de la comunidad suele
estar muy bien delimitado, centrándose toda la información alrededor de un
mismo tema.
● Permite el apoyo mutuo entre pares. Las personas que ya han vivido ciertos
aspectos de una enfermedad pueden ayudar con su experiencia a otras que
están empezando.
● Permite la participación de profesionales, que en mayor o menor grado
participan y aportan su punto de vista, beneficiándose también del
aprendizaje de los propios pacientes.
● Aglutinan conocimiento sobre una enfermedad en un mismo espacio: los
propios pacientes aportan conocimientos obtenidos de otras redes (virtuales
y reales) a la comunidad, favoreciendo el aprendizaje y la educación sanitaria
de sus miembros.
● Ayuda al filtrado de información específica, aislándola del ruido que genera el
gran crecimiento de contenidos que vive Internet.
● Permite la creación de conexiones entre sus miembros.

● Redes sociales informales: no fueron concebidas como tales, pero han


surgido como consecuencia de la aplicación de la capa social que cubre hoy
en día Internet. Es el caso de espacios de participación en blogs, foros de
debate o aplicaciones móviles.

Escuelas de pacientes

http://www.slideshare.net/joancmarch/escuelas­de­pacientes­y­redes­sociales

La vulnerabilidad del paciente crónico frente a la avalancha de información, no
filtrada de la red y de la sociedad

La palabra empoderar viene el diccionario, no es un nuevo anglicismo derivado de


empowerment. Está, por tanto, bien utilizada cuando se habla de pacientes. Quiere
decir –claro está- apoderar, dar poder. Quizá es un eufemismo con el que se
pretende hacer descender a algunos médicos que todavía están encaramados a su
pedestal mientras que se pide a los enfermos que abandonen su permanente
genuflexión ante una enfermedad y se levanten para participar mucho más de lo
que lo han hecho hasta ahora en controlar una patología crónica.
Habrá quien crea que de lo que se trata es de cambiar paradigmas en un mundo
dinámico o de atemperar reductos de poder anacrónicos en los tiempos que
corren. Pero no es eso. Se trata de enfrentarse con sentido común a cinco
problemas crónicos de enorme prevalencia. Las enfermedades vasculares
–coronarias incluidas- el cáncer, la diabetes, la obesidad y la bronquitis crónica son
las responsables del 80% de la carga sanitaria de cualquier país europeo. Antes de
lo que creemos lo serán también de la mayoría de los países del planeta.
En todas esas patologías el paciente debe tener una buena capacidad de auto
manejo. Jamás se podrá prescindir de la ayuda de un médico pero un paciente
'empoderado', con conocimiento sobre su enfermedad y sobre el tratamiento de la
misma, tiene más posibilidades de seguir integrado en la sociedad y en el trabajo
que un homólogo pasivo e ignorante sobre el problema de salud que llegue a
padecer.

Pero dónde encontramos al "paciente empoderado" en nuestro Ordenamiento


Jurídico.

1. En aquellas normas que posibilitan la participación de los pacientes a través de


órganos de decisión.
2. En, por ejemplo la Ley 41/2002 de Autonomía del paciente, pues el
paciente tiene derecho a la información y al consentimiento informado ante
cualquier actuación sanitaria, a negarse a un tratamiento, a no ser informado, a
elegir entre las opciones terapéuticas y de cuidados que le planteen los
profesionales sanitarios, ...
3. En aquella parte del Ordenamiento que regula la responsabilidad penal, civil y
patrimonial, pues se le reconoce un "derecho" a dirigirse contra el profesional
sanitario y las instituciones sanitarias cuando algún derecho suyo se ha vulnerado.
4. En "derecho de petición" que la Constitución le reconoce.
5. En el ámbito de la investigación biomédica en la necesidad de una amplia
información tanto verbal como escrita.
6. En el derecho a conocer nombre, apellidos, titulación y categoría profesional
sanitario que le atiende.
8. En el derecho del paciente al "alta voluntaria" como poder pleno sobre su
proceso asistencial.
9. También en las sentencias judiciales podemos encontrarle, como por ejemplo en
el reconocimiento que hizo el Tribunal Constitucional (TC) del consentimiento
informado como un derecho fundamental.
Gasto farmacéutico y en “calidad de vida”

Las enfermedades crónicas son las productoras del mayor consumo de recursos
socio-sanitarios, sobre todo, en Atención Primaria. No sólo de tiempo de asistencia
dedicado a ellas, sino también de gasto farmacéutico, bajas laborales, etc.
El envejecimiento de la población es un hecho de gran trascendencia social, que
está provocando la atención de economistas, políticos, médicos, científicos sociales
e investigadores. Sin embargo, el incremento en la esperanza de vida produce un
aumento de enfermedades crónicas (al comienzo del siglo XX la edad media era de
35 años y en la actualidad ronda los 78 años: para el varón 74 y para la mujer 81).
Al consumir cualquier tipo de recurso, como la receta de un medicamento, el
ingreso en un centro hospitalario, la prescripción de una baja laboral, incluso el
mismo tiempo dedicado a una visita, impiden la posibilidad de un consumo
alternativo. De ahí, la utilidad de los procedimientos que hacen explícitos los costes
y los resultados, haciendo que las decisiones sean más ajustadas.
Los recursos consumidos por las enfermedades crónicas pueden ser divididos en
varios apartados: gastos de personal, gastos farmacéuticos, necesidades sociales
asistenciales e incapacidades laborales.
sería preciso reducir el número de tarjetas asignadas a cada profesional médico
(1.200) sobre todo en el medio urbano, sin que esto suponga una disminución de
las retribuciones. Estos médicos de Atención Primaria tienen que tener la
colaboración de equipos formados por asistentes sociales, auxiliares y diplomados
en enfermería.
En el medio hospitalario, igualmente, el número de camas ocupadas por patologías
crónicas hacen que el coste medio de las camas sea más elevado.
El coste­beneficio es muy difícil aplicar en el campo sanitario, pero sí podemos aplicar el
coste­efectividad.
Coste­efectividad
Uno de los elementos indispensables en la práctica clínica es el conocimiento de la
efectividad o el grado que una determinada intervención o servicio sanitario puestos
en práctica logran lo que se pretende conseguir. Es el coste de un producto para
disminuir algo, por ejemplo, el coste de un producto para reducir el colesterol.
En este análisis se comparan los efectos positivos y negativos de dos o más

opciones de un mismo programa o intervención sanitaria. Se trataría de comparar

tres productos farmacéuticos distintos de los utilizados para controlar una

patología.

AC= Acd (costes directos)+Aceda (costes de efectos adversos)+Acmorb(Ahorro

en servicios sanitarios)+Acdaev(coste por haber aumentado la vida).

Algunos de los indicadores de la efectividad pueden ser: disminución de la incidencia

de una enfermedad; reducción de los factores de riesgo; aumento o disminución de

un parámetro relacionado con la salud; reducción de la mortalidad por una causa

específica; y años de vida ganados.

La Consejería(CyM) ha diseñado una pirámide donde agrupa a los pacientes en

cuatro grados clínicos, según el tipo de intervención que necesitan, el lugar más

idóneo para su atención y el consumo de recursos. Así, las personas sanas o con

procesos agudos no significativos han sido asignadas al G0. En el siguiente nivel, el

G1, Sanidad reúne a los crónicos sin complicaciones, por lo que entiende que será

suficiente que se encarguen de su atención y control desde Primaria. El G2 está

reservado para los pacientes pluripatológicos estables o con algún proceso en

estado avanzado -su control se realizará desde Primaria con apoyos puntuales

desde el especialista-; y por último, el G3 incluye a los pluripatológicos severos con

procesos avanzados que requieren de las unidades de continuidad asistencial, es

decir, de la atención y control del proceso por parte de la Primaria y la

Especializada. Para elaborar esta estructura piramidal, se analizó previamente el

estado de severidad de cada uno de los usuarios, con el número de enfermedades

crónicas dominantes y su distribución en seis niveles de gravedad.


La clasificación no sólo tendrá ventajas para el propio sistema, también para el

paciente. «Con más información sobre la gravedad y severidad, seremos más

capaces de priorizar, actuar de manera específica y proactiva. También a la hora de

formar a los «pacientes expertos» y de avanzar en la Escuela de Pacientes

cuatro estratos de pacientes:

● Nivel 0: son pacientes sanos con o sin factores de riesgo, la principal

estrategia a realizar serán las actividades preventivas y de promoción

de la salud.

● Nivel 1: es la presencia de 1-2 enfermedades crónicas; son pacientes

de bajo riesgo, con condiciones todavía en estados incipientes. Su

principal estrategia es el apoyo para su autogestión.

● Nivel 2: es la presencia de comorbilidad/multipatología (presencia de

3-4 enfermedades crónicas); son pacientes de riesgo alto pero de

menor complejidad. La principal estrategia es la gestión de la

enfermedad, combinando cuidados profesionales con apoyo a la

autogestión.

● Nivel 3: son pacientes complejos, con una mayor carga de fragilidad.

Es la presencia de ≥ 5 enfermedades crónicas; su prioridad es la

gestión integral del caso con cuidados fundamentalmente profesionales

(a poder ser con soporte de las TIC)

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