Una Aproximacion Al Contexto

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Una aproximación al contexto

sociohistórico del sinhogarismo


Iria Noa de la Fuente-Roldán
Departamento de Trabajo Social y Servicios Sociales,
Facultad de Trabajo Social, Universidad Complutense de Madrid
[email protected]

Lan honetan mendebaldar etxegabetasunaren En el presente trabajo se lleva a cabo una revisión
berrikuspen teoriko bat egiten da ikuspegi teórica del sinhogarismo occidental desde una
soziohistorikotik, Erdi Aroan hasi eta 1980ra arte perspectiva sociohistórica, desarrollando un
iristen den ibilbide bat garatuz. Horretarako, recorrido que se inicia en la Edad Media y llega hasta
etxegabeen errealitatea nola ulertu, landu eta 1980. Para ello, se revisa cómo el sinhogarismo
tratatu den une historiko guztietan, denboran ha sido concebido, abordado y tratado en los
zehar nazioarte mailan zein nazioarte mailan izan diferentes momentos históricos, de acuerdo
diren eraldaketa politiko, ekonomiko, legegile, con las transformaciones políticas, económicas,

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kultural, erlijioso eta sozialetan oinarrituta. legislativas, culturales, religiosas y sociales que a
Horrela, artikuluak honako hauek ditu ardatz: lo largo del tiempo han tenido lugar tanto a escala
kristautasunaren papera, pobreziaren printzipio nacional como internacional. De esta manera, el
utilitaristak, gizarte-bazterketak eragindako artículo gira en torno al papel del cristianismo, los
pertsonen nahitaezko espetxeratzearen principios utilitaristas de la pobreza, el movimiento
mugimendua, industrializazioarekin gertatu de reclusión forzosa de las personas afectadas por
zen pauperizazio-prozesua —eta Espainiako la exclusión social, el proceso de pauperización
testuinguruan zituen berezitasunak—, eta XX. que tuvo lugar con la Industrialización —y sus
mendearen etorrerarekin gertatu ziren aldaketak, particularidades en el contexto español—, y los
batez ere konstituzio-alditik aurrera. cambios producidos con la llegada del siglo XX,
especialmente a partir del periodo constitucional.

Gako-hitzak:
Etxegabetasuna, berrikuspen soziohistorikoa, Palabras clave:
pobrezia, gizarte-bazterketa. Sinhogarismo, pobreza, exclusión social, revisión
bibliográfica, historia, historia social.
IRAILA·SEPTIEMBRE 2022

https://doi.org/10.5569/1134-7147.77.06 81
1. Introducción tempranas formas de abordar y concebir a aquellas
Iria Noa de la Fuente-Roldán

personas que pedían “piedad cristiana”, un término


El sinhogarismo parece erigirse como una realidad con fuertes connotaciones ideológicas del mundo, de
universal y constante. Ciertamente, en las sociedades la sociedad y de la pobreza.
occidentales contemporáneas parece difícil imaginar
un escenario en el que el sinhogarismo no sea un Desde este periodo histórico, se han diferenciado
fenómeno tan dramático como visible. Si bien se tres grandes estratos que componen el mundo
tiende a circunscribir la existencia de las personas en de la pobreza y que vienen a dividirla en tres
situación de sinhogarismo al entorno urbano de las grandes grupos (Maza, 1987): las personas pobres
grandes ciudades del siglo XX, esta realidad, como (personas necesitadas e incapaces de garantizar
fenómeno cultural, histórico y sociológico (Sánchez su subsistencia); las personas que ejercían la
Morales y Tezanos Vázquez, 2004), hunde sus mendicidad (aquellas personas que pedían limosna)
raíces en procesos sociohistóricos anteriores que le y las y los vagabundos (personas catalogadas como
confieren las particularidades con las que ha llegado ociosas, holgazanas y vagas). Los dos primeros
hasta la actualidad. Por ello, en las siguientes grupos —personas pobres y mendigos/as—, aunque
páginas se desarrollará una revisión sociohistórica de situados en categorías inferiores de la estructura
la realidad social hoy referida como sinhogarismo. Se social, ocupaban un lugar en la organización de esta,
recogerán aquellos aspectos políticos, económicos, convetidos en mediadores “privilegiados” entre
legislativos, culturales, religiosos y sociales que, a quien da limosna y Dios. De hecho, la limosna será un
escala tanto nacional como internacional, han ido elemento central, constituyéndose en un instrumento
conformando este fenómeno, así como los diferentes para la redención de los pecados y la salvación. Por
contextos en los que, con el transcurso del tiempo, se su parte, el tercer grupo —vagabundos/as— opera
ha visto inserto. en los márgenes de la sociedad y es un ejemplo de la
exclusión social presente de manera temprana. Así,
La idea que subyace a este trabajo es que cualquier bajo esta clasificación se sostiene que existe:
análisis que pretenda abordar la realidad de los
grupos sociales afectados por la exclusión social La pobreza móvil y ocasional, real o derivada
debe revisar aquellos aspectos que, interpretados de la permanente inseguridad y el riesgo a caer
como puntos de inflexión y de cambio, han dado en ella —sectores pauperizables—, y la pobreza
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forma a las actuales concepciones que de las permanente, a su vez, subdividida en dos niveles:
desigualdades sociales se tiene y de las que el el integrado y el marginado de la sociedad (Maza,
sinhogarismo supone su expresión más trágica 1987: 19).
(Cabrera, 1998). En este sentido, se trata de revisar
cómo el sinhogarismo ha sido abordado a lo largo Dentro de ese segundo grupo de “pobreza
de la historia, entendiendo las características que permanente”, y oscilando a través del continuum
adquieren los procesos y formas de intervención inclusión-exclusión, se sitúan las tres categorías
y atención que en torno a este fenómeno se han mencionadas. A partir de esta diferenciación, se
desarrollado. El siguiente recorrido histórico limitaba la atención y, por ende, la consideración
permitirá contextualizar y dar sentido al porqué de social, únicamente a aquellas personas que lo
las concepciones y reacciones colectivas —tanto merecieran por encontrarse en una verdadera
públicas como privadas— que se mantienen en la situación de necesidad. Quedaba abierta la veda de
actualidad en relación con las personas en situación la diferenciación de la pobreza verdadera respecto
de sinhogarismo. a la pobreza fingida. Con ello, quedaban fuera de
merecer ayuda las y los llamados vagabundos e
indigentes válidos, o lo que es lo mismo, la pobreza
2. Primeras aproximaciones al marginal que en el estigmatizador imaginario social
sinhogarismo: clasificación y represión actual simbolizan las personas en situación de
sinhogarismo.
Las primeras aproximaciones históricas a la
realidad social de lo que en el imaginario social hoy La identificación de las personas para las que era
constituyen las personas en situación de sinhogarismo lícito pedir y solicitar asistencia fue la tónica general
pueden situarse en la Edad Media. Lo fundamental a partir del siglo XIV. Desde ese momento, la persona
de ese periodo descansa en reconocer que, ante el catalogada en una verdadera situación de necesidad
teocentrismo y la hegemonía de una religión que se se veía obligada a portar una chapa identificativa,
autoproclama la “religión de las personas pobres”, medida que fue adoptada por muchas ciudades
el precepto cristiano de “amarás al prójimo como a europeas. Esta disposición y otras similares asientan
ti mismo” (Mc 12, 31) se instauró como el principio el poso de la diferenciación de una pobreza legítima
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básico que guio la temprana acción social, erigiendo y digna de ser atendida (personas mayores, personas
la práctica de la caridad y la ayuda a las personas con discapacidad, mujeres viudas, niños y niñas),
necesitadas como la regla básica de la “buena de otra ilegítima e indigna, que, aunque de manera
cristiandad”. Como señalan Alonso Seco y Gonzalo muchas veces residual y modernizada, continúa
González (1997), la importancia de este planteamiento hasta la actualidad (Cabrera, 1998). Aunque estas
radica en que, aunque situado en el plano de lo moral diferenciaciones puedan parecer arcaicas, no se debe
y no de lo jurídico, dio lugar a la configuración de olvidar que, para acceder a los actuales sistemas

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de protección social y a las correspondientes plena conciencia del poder que la centralización de

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prestaciones, se impone como requisito básico: la asistencia tenía como elemento de control social,
como mecanismo regulador de la mano de obra y, por
Tener la “condición” de minusválido, de jubilado, ello, como elemento fundamental para el crecimiento
de persona con ingresos insuficientes (título de económico que se extendía ante el triunfo del
inválido, anciano, o pobre, en definitiva), y […] capitalismo comercial (Lis y Soly, 1984). La persona
la inexcusable obligatoriedad de estar censados pobre ya no solo es el medio a través del cual
en registros específicos. Aquella medida, y las obtener la salvación, sino que ahora se constituye
actualmente vigentes, responden a una misma como el vehículo a través del cual se hace posible el
necesidad: identificar debidamente a las personas despegue de la economía europea.
que deben ser objeto de protección social (Alonso
Seco y Gonzalo González, 1997: 44). Probablemente, la mejor imagen de las medidas
adoptadas en este sentido son las desarrolladas en
El endurecimiento de las medidas para tratar las Inglaterra a partir de 1530 (Moix, 1986). Se abrió paso
situaciones de pobreza se extendió por numerosas así a un periodo de severas reglamentaciones que
ciudades europeas a partir de la crisis del siglo XIV suponen la primera intervención explícita del Estado,
(Mollat, 1988). La sucesión de malas cosechas y así como el primer plan de socorro público y, por
el estancamiento de la tecnología de explotación ende, su secularización (Geremek, 1989). Ello hacía
agraria, los estragos causados por la peste negra, valer la idea de que “el trabajo y la resignación hacen
los enormes costes y consecuencias de los conflictos que el pobre sea digno de ser socorrido porque, en el
bélicos, o el progresivo proceso de empobrecimiento fondo, laten dos preocupaciones fundamentales: la
del campesinado, situaron a una importante productividad y el orden social” (Maza, 1987: 49).
proporción de personas en la miseria más absoluta.
En este contexto, el problema de la mendicidad En España, la idea de la reverencialidad de la
y la vagancia se agravó. Además, ante la fuerte pobreza y la utilidad de la limosna se mantendrá en
necesidad de mano de obra como consecuencia de el imaginario colectivo de una sociedad firmemente
la mortalidad europea y el miedo a las revueltas y católica, erigida como imagen de la Contrarreforma
levantamientos, tuvieron lugar las primeras medidas (Maza, 1999). Aunque comenzaban a despuntar
para regular el mercado de trabajo que, en realidad, algunas propuestas similares a las de otros países

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se convirtieron en un verdadero medio para regular vecinos, España mostraba un desarrollo diferente
la pobreza, la mendicidad y la vagancia (Moix, 1986). en relación con su primitiva política social. Aunque
De hecho, no resultaría exagerado señalar que, esto se debe a cuestiones religiosas y sociales,
en las ciudades europeas del siglo XVI, la mitad no se pueden desdeñar los factores económicos.
de la población era “una masa proletarizada que Como sostienen Lis y Soly (1984), los poderes
poseía poco o nada, excepto su propia fuerza de públicos colaboraban en la creación de una política
trabajo” (Lis y Soly, 1984: 95), insuficiente incluso social en aquellos lugares en los que se esperaba
para garantizar su supervivencia. En este contexto, una expansión económica. Dicho de otra manera,
la glorificación de la pobreza propia del medievo esta política surgía “cuando la trinidad caridad-
se ve sustituida por el deber del trabajo como el control-obligación de trabajo, coincidían con los
principio fundamental que guiaba la nueva ética de la intereses reales o imaginados de los comerciantes-
Modernidad (Lis y Soly, 1984). empresarios” (Lis y Soly, 1984: 112). Pese a que en
España se alude a la idea de la ética y corrección por
Bajo criterios de racionalización, formalización, medio del trabajo la centralización de la asistencia no
centralización y especialización de la asistencia, encontraba su lugar. España no contaba con centros
pero, sobre todo, bajo las miradas de miedo y industriales de gran importancia, como los que sí
desprecio, se dará paso al desarrollo de represivas existían en Inglaterra, Alemania o Francia y, por ello,
reglamentaciones, asociándose de manera definitiva faltaba el impulso para crear un sistema general
asistencia, trabajo y represión (López Alonso, 1990). de asistencia que, en la práctica, se tradujo en la
Este tipo de medidas encuentran cabida en los reclusión forzosa de las personas pobres en buena
debates renacentistas en torno a los cuales giraban parte de los países de Europa occidental.
las formas de atender las situaciones de necesidad,
al tiempo que se reprimía y se daba utilidad a la
pobreza ilegítima. Con ello, la política social que 3. Las políticas de reclusión y la utilidad de
comenzó a tomar forma a partir del siglo XVI se basó, la pobreza
casi de manera general en el contexto europeo, en
la progresiva secularización, pero también, en la A partir del siglo XVII, la respuesta a la exclusión
creación de los censos de pobreza, en la represión social estará marcada por el encierro de todas
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de la falsa pobreza y la condena de la ociosidad, en aquellas personas que parecían atentar contra el
la estricta prohibición de mendigar y en la irrefutable orden social, moral, político y económico de la época.
obligación de trabajar para aquella pobreza Como ha señalado Maza (1987), ante la corrección
considerada ilegítima. de la mendicidad a través de los castigos físicos, se
impone la idea del adoctrinamiento y la salvación de
Es precisamente este último aspecto —la obligación las personas pobres por medio del trabajo forzoso,
del trabajo— lo que dejaba entrever que se tomaba separando a la persona de la ociosidad (Lis y Soly,

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1984). Así, a través de los deseos de la población en el encierro de más de 54.650 personas en toda
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europea de progresar y crecer económicamente España en el periodo que llega hasta 1787. Esto
en el camino al desarrollo industrial, se asentó de parece confirmar que la sociedad se asemejaba cada
manera definitiva la idea de que, mediante el empleo vez más “a un gran hospicio o una casa de corrección
masivo de la mano de obra flotante, de bajo coste y para hacer así realidad los sueños de los ilustrados”
no cualificada, se daba a los Estados la posibilidad (Álvarez-Uría, 1983: 52). En todo caso, dado el escaso
de aumentar su competitividad (Geremek, 1989; Lis y desarrollo industrial de España, las levas militares
Soly, 1984). constituyeron el mejor método de aprovechamiento
de la población vagabunda, tal y como se recoge en
Con ello, bajo la supremacía de la concepción del numerosas órdenes, cédulas e instrucciones de la
beneficio social y económico que suponía emplear primera mitad del siglo XVIII3.
a la llamada “pobreza marginal”, la forma de
aproximarse a esta ciudadanía se vio transformada,
cristalizando en la creación de casas de trabajo, 4. La Revolución Industrial y el pauperismo
asilos, hospitales generales y demás instituciones de
reclusión. Las workhouses inglesas, que proliferaron La Revolución Industrial que se inició en Europa
por toda Inglaterra a partir del siglo XVII bajo la —principalmente en Inglaterra— a partir de 1770
supervisión del “Derecho de Pobres” isabelino, supuso un cambio radical que no solo afectó a
suponen el ejemplo más ilustrativo1. De hecho, bajo la esfera productiva y tecnológica. Lo que “la
la idea de utilidad de la pobreza sobre la que se gran transformación” (Polanyi, 2006) impuso fue
asentaba el Derecho de Pobres inglés, estas casas un cambio absoluto del orden social, político,
de trabajo fueron las primeras fábricas, erigiéndose demográfico, económico y urbanístico que, a su
también como instituciones de exclusión (Doncelot vez, estableció nuevas ideas, creencias, valores
1981). y actitudes que afectarán y transformarán la
consideración de las diferentes formas de necesidad.

3.1. El movimiento de reclusión de pobres en la Si bien el espíritu de la Revolución francesa y el auge


España del siglo XVIII del Liberalismo separaron a las personas de las
ataduras de la sociedad estamental, se trató, más
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Pese a la política general que tomaba forma en la bien, de un cambio en el tipo de constricciones que
mayor parte de países europeos, en España, los hasta ese momento habían oprimido a la mayoría de
debates y normativas seguían girando en torno a la la población. Ahora, las cadenas del orden señorial
regulación de la mendicidad y su identificación, la empezaban a ser sustituidas por las paredes de la
persecución de la pobreza fingida y la condena de la fábrica industrial y por una sociedad de clases donde
vagancia ante su peligrosidad2. Si bien de la mano las desigualdades sociales sostenidas desde tiempo
de personalidades como Vives, Giginta o Herrera, atrás se veían plenamente cristalizadas. Como
entre otros, se aludía al problema del recogimiento sostiene Castel (1997), la pobreza aparece ahora
y reclusión de la pobreza, será necesario esperar no ante la falta de puestos de trabajo, sino como
al siglo XVIII para que el movimiento de reclusión resultado de una nueva forma de reorganización
se iniciara en España de manera más sistemática laboral y productiva. En este sentido, la miseria se
(Santolaria, 2000). convierte en fruto directo de la industrialización,
adquiriendo un carácter masivo que se irá agravando
Será a través de la Real Orden de Carlos III sobre el a medida que avance el desarrollo industrial.
Recogimiento de los verdaderos pobres al hospicio
de Madrid; y aplicación a otros destinos de los El control que hasta ahora se había mantenido de
mendigos hábiles y vagos dictada en 1777 cuando la mendicidad y la vagancia se extiende también a
se acuda a un verdadero cambio de la política y la clase asalariada: control moral y religioso, de sus
legislación española sobre la mendicidad y vagancia. viviendas, de su higiene personal, del cuidado de
A partir de ese momento, se asiste a una de las sus hijos e hijas, de su tiempo de ocio. En definitiva,
mayores operaciones de represión policial contra control sobre la base de una dura disciplina laboral
las personas en situación de sinhogarismo de la para evitar que las personas trabajadoras que veían
historia española (Álvarez-Uría, 1983). El Motín de cómo su situación no hacía más que empeorar,
Esquilache, producido en Madrid en 1766, había pudieran sublevarse y dar inicio, como de hecho
levantado el temor de la población y autoridades así fue, a fuertes revueltas. Esta concepción de
civiles. Este miedo ante la explosión social se la pobreza como un fenómeno de masas se vio
extendió al resto de ciudades, lo que se tradujo, alimentada por la tendencia a identificar e igualar la
según Barreda Fontes y Carretero Zamora (1981), figura del trabajador o trabajadora asalariado con la
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de una persona pobre (Geremek, 1989).


1
La Act for the Relief of the Poor de 1598 y, principalmente, la Poor
Law Act de 1601, constituirán lo que ha venido a designarse como el
“Derecho de pobres” ingles o isabelino. Este cuerpo normativo, salvo
algunas modificaciones (1662, 1834 o 1930), estará en vigor en Ingla-
terra hasta casi la década de 1950. 3
Este tipo de medidas vienen recogidas en la Novísima Recopi-
2
Novísima Recopilación, libro VII, título XXXIX “Del socorro y re- lación, libro XII, título XXXI “De los vagos; y modo de proceder a su
cogimiento de los pobres”, leyes XV, XVI y XVII. recogimiento y destino”.

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El carácter generalizado que la miseria adquirió a sin trabajo durante más de seis meses reducía a la

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partir de este momento permite confirmar que ni el persona a la categoría de “vagabundo/a”, igualada a
espíritu igualitario, ni el crecimiento económico, ni la figura del delincuente y que implicaba la reclusión
mucho menos la acumulación capitalista lograron en los dépôts de mendicité, similares a las “casas de
acabar con unas sociedades fraguadas sobre la trabajo” inglesas.
base de las desigualdades sociales. Esto quedaba
especialmente ilustrado por aquella ciudadanía Parece que el desarrollo industrial únicamente
que confluían en la también llamada “pobreza contribuyó a incorporar más visiones y actitudes
despreciable” (Matza, 1972): personas que negativas a las ya existentes. Si bien esto es
permanecen sin empleo o con trabajos informales, algo que a la luz de la revisión realizada resulta
aun en los periodos caracterizados por el pleno imposible de negar, tampoco se puede desdeñar
empleo y la prosperidad, lo que hacen que vivan en el que fueron precisamente estos aspectos oscuros
desprecio. Son aquellas personas que “no se pueden del progreso los que dieron lugar al despertar de la
reformar o rehabilitar fácilmente por medio de la llamada “cuestión social”, al movimiento obrero y al
simple provisión de empleo, entrenamiento o guía. surgimiento de las ciencias sociales. Estos procesos
Son resistentes y recalcitrantes: desde el punto de tienen una importancia fundamental, en dos
vista del establecimiento de bienestar son ‘difíciles sentidos: el teórico y el empírico.
de alcanzar’” (Matza, 1972: 241).
Desde el punto de vista teórico, es en este momento
Nuevamente, no hubo país en el que esta lógica cuando se empiezan a desarrollar las teorías
encontrara mejor acogida que en Inglaterra. Durante sociales que conforman el marco sobre el que
el siglo XVIII, se seguirán desarrollando en este se asienta la comprensión mantenida en estas
país diferentes medidas que impondrán en claro páginas sobre el sinhogarismo, a saber, el estudio
beneficio a Inglaterra en base a la explotación de la de las desigualdades sociales y de los procesos de
mano de obra que constituían las personas pobres, exclusión social. Desde el punto de vista empírico
las personas que ejercían la mendicidad y los/as y estrechamente vinculado a lo anterior, es
vagabundos/as. Sin embargo, el trabajo seguía precisamente en este nuevo orden donde se sitúan
sin ser suficiente para garantizar la subsistencia y las principales causas de las situaciones de exclusión
parar el creciente pauperismo inglés. Esto, unido al social que ilustran las personas en situación de

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crecimiento de la población, el hacinamiento en las sinhogarismo, causas cercanas a las concepciones
ciudades, las epidemias, las revueltas, o el creciente que de manera más o menos consensuada, al
coste de las formas de asistencia, hizo que se menos en el plano académico, se mantienen en
planteara la necesidad de adoptar nuevas medidas la actualidad. Así, aunque la aproximación al
legislativas que se verán materializadas en lo que sinhogarismo como fenómeno social con entidad
ha venido a llamarse el “Nuevo Derecho de Pobres” propia se alcanzará a partir del siglo XX, es en
inglés, aprobado en 1834 (Moix, 1986). el despegue industrial cuando hunde sus raíces,
especialmente en países como los Estados Unidos.
La ley de 1834 vuelve a situar en la “casa de trabajo” Investigaciones pioneras como la de Anderson
el principal medio para afrontar el pauperismo. Bajo (1923) se hallan intrínsecamente vinculadas al
el criterio de “menor elegibilidad” (less-eligibility), rápido proceso de industrialización por el que
se trataba de hacer que estas instituciones fueran lo atravesó el país. El ejemplo más ilustrativo viene de
menos atractivas posibles para disuadir a la pobreza la mano de los conocidos como hobos, trabajadores
fingida, forzada a aceptar cualquier trabajo con tal de temporeros que, siguiendo las rutas de construcción
mantenerse alejada de estas instituciones (Geremek, del ferrocarril, vagaban de un lugar a otro de los
1989). Se trataba de una nueva normativa que debió Estados Unidos a medida que este iba alcanzando su
nacer para dar respuesta al creciente pauperismo desarrollo industrial. Eran los trabajadores pobres
integrado por los trabajadores y trabajadoras y de los que el país se sirvió y que, una vez reducida
que, en realidad, parece que se olvidó de esto para la necesidad de mano de obra, se veían confinados
continuar con la lógica de atención y consideración en los skid rows (zonas deprimidas y suburbiales de
que se resistía a desaparecer: represión para la las grandes ciudades norteamericanas), lo que dio
mayoría y asistencia solo para aquellas personas lugar —ante la mirada de una ciudadanía acomodada
que integraban las filas de la pobreza digna y preocupada— a una fuerte represión y persecución
(Rheinheimer, 2009). policial, pero también, a los primeros estudios
específicos sobre sinhogarismo.
En pro del desarrollo industrial, Inglaterra no fue la
única que modificó su legislación en cuanto al control
de la miseria. Ejemplos del mismo tipo de políticas se 4.1. La miseria en el contexto de la tardía
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hallan en los Países Bajos o Francia. Según Geremek industrialización española


(1989), en Francia, la mendicidad volvió a ser tratada
directamente como un delito y además se obligó La mendicidad y la vagancia no paraban de crecer y
a todas las personas que ejercían la mendicidad a fortalecían la idea de que ninguna de las medidas
presentarse en los hospitales generales, donde se les adoptadas durante el siglo XVIII había permitido
proporcionaba empleo. El tratamiento de la vagancia acabar con esta compleja realidad social. Se
no fue diferente. Como este autor sostiene, estar precisaba así una nueva organización de las formas

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de aproximarse a un fenómeno que, además de bueno a su conducta. Cualquiera de estas personas,
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aumentar, respondía a los profundos cambios en caso de quedar libres y reincidir, volverían a ser
sociales del siglo XIX. Como recoge Castro Alfín recluidas. Así, de manera similar a las “casas de
(1990), el siglo XIX se inicia en España bajo un trabajo”, más que como una institución de ayuda,
contexto de profunda crisis y de convulsos cambios. San Bernardino se erigía como una prisión donde
El empeoramiento económico y un tardío desarrollo quedaba encerrada aquella ciudadanía que no
industrial, el crecimiento de la población, las encajaba en la estructura social decimonónica.
consecuencias de la Guerra de la Independencia,
la amenaza del hambre y las olas de fiebre amarilla Frente a estas medidas, la irrupción de una todavía
y cólera, crean un panorama de miseria general tímida economía capitalista y de un lento pero
que se traduce en un importante incremento del progresivo desarrollo industrial estableció en España
número de personas en situación de necesidad. Ante un nuevo marco para el análisis. En este contexto,
esta situación, habrá que esperar al Trienio Liberal tuvo lugar el establecimiento de una nueva Ley
(1820-1823) para que se genere, por primera vez en General de Beneficencia, promulgada el 20 de junio
España, un sistema organizado y global de atención de 1849, desarrollada por reglamento aprobado
a las situaciones de pobreza, la Beneficencia mediante Real Decreto de 14 de mayo de 1852. La
Pública. Ahora bien, ¿cómo afecta este nuevo propia Ley determina el tipo de miseria que entra
cuerpo normativo a todas aquellas personas que en en los límites de su acción, estableciendo que, en
la actualidad serían las personas en situación de ningún caso, se admitirán en los establecimientos de
sinhogarismo? beneficencia “a pobres o mendigos válidos” (art. 18).

Como venía siendo habitual, la pobreza digna de Así, las personas en situación de sinhogarismo
recibir atención quedará limitada a los grupos seguían quedando fuera del sistema de atención.
tradicionales. En este sentido, se prohíbe pedir Como antes se ha avanzado, esto es porque desde
limosna en los lugares en los que exista alguno de mediados de la década de 1840, tanto la vagancia
los establecimientos de beneficencia (art. 93 de la como la mendicidad encontrarán su propio espacio
Ley de Beneficencia Pública de 1822), siendo solo en la legislación española a través de la Ley de Vagos
posible en los casos de inexistencia de estos, previa de 1845. Mediante esta normativa, la vagancia se
licencia expedida por las Juntas de Beneficencia definía nuevamente como un delito, algo que se
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(art. 96 de la Ley de Beneficencia Pública de 1822). verá reforzado al ser incluida en el Código Penal de
Ninguna mención realiza la Ley de 1822 sobre la 1848/1850, lo mismo que la mendicidad.
población vagabunda. Esto no significa que su
presencia pasara inadvertida. Más bien al contrario, La Ley de 1845 diferenciaba dos tipos de vagos: los
pues supone que la vagancia, como ya se venía “simplemente vagos” y los vagos “con circunstancias
haciendo en otros países europeos, pasa a ser objeto agravantes”4. Para los primeros, se reservaba el
de una reglamentación específica (Maza, 1987). trabajo coercitivo en talleres establecidos por el
Gobierno. Los segundos, eran condenados a penas
La situación social empeoró en la década de 1830. de dos a cuatro años de prisión. Por su parte, el
En el contexto de la expansión del pensamiento Código Penal de 1850 definía como “vagos” a todos
higienista, los poderes públicos concibieron la aquellos que “ni poseen bienes o rentas, ni ejercen
pobreza como un problema de salud pública, sin habitualmente profesión, arte u oficio, ni tienen
empleo, destino, industria, ocupación lícita o algún
apenas considerar las consecuencias sociales que
otro medio legítimo y conocido de subsistencia,
también acarreaba (Alcaide González, 2001). En
aun cuando sean casados y con domicilio fijo”
este contexto de pavor ante el foco de infección que
(art. 258). Además, establecía penas de arresto y
ilustraba la mendicidad y la vagancia, se creó en
posterior sometimiento a libertad vigilada en el
1834 el Asilo de San Bernardino, en funcionamiento
caso de reincidencia. En cuanto a la mendicidad
hasta 1907. Esta institución se erigió como uno de los
no autorizada, se castigaba con penas de arresto y
principales centros para las personas necesitadas del
libertad vigilada de un año (arts. 263 y 264). Habrá
Madrid del siglo XIX (Vidal Galache, 1992).
que esperar al Código Penal de 1870 para que queden
suprimidos los delitos de vagancia y mendicidad,
Una vez en el Asilo, las personas recluidas por ejercer
pasando la vagancia a ser considerada “circunstancia
la mendicidad eran segregadas. Como indica Vidal
agravante” de otros delitos (art. 10.23). Así, las
Galache (1992), a las personas extranjeras se las
personas pobres y, más concretamente, las personas
retenía por tiempo variable, para luego ser devueltas
en situación de sinhogarismo quedarán vinculadas
a sus ciudades de origen. Las personas originarias
a la delincuencia. La sociedad, de manera literal,
de Madrid no podían salir de San Bernardino sin
castigaba las situaciones de exclusión social
demostrar que tenían un empleo que les alejara
extrema.
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de la mendicidad. Las personas menores de 14


años quedaban libres si se demostraba que sus
tutores y tutoras legales podían mantenerlas y
se comprometían a impedir su reincidencia. Las
mujeres podían abandonar la institución siempre que
4
Como recoge Maza (1999), por “circunstancias agravantes” las
y los legisladores se referían a comportamientos abusivos, emisión
demostraran que sus maridos podían sostenerlas y de amenazas, visitas sospechosas a inmuebles, posesión de armas o
siempre y cuando el alcalde de su barrio diera visto fundadas sospechas de delito, entre otras actividades.

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4.2. Apuntes sobre la “cuestión social” en España doctrina (Alonso Seco y Gonzalo González, 1997).

Una aproximación al contexto sociohistórico del sinhogarismo


A partir de este momento parece empezar a calar
España empezó a incorporarse a las filas de los en la mentalidad española las ideas señaladas
países industrializados aproximadamente un por Bismarck sobre que “la inseguridad social del
siglo después de que el mismo proceso se iniciara trabajador es la verdadera causa de que sea una
en Inglaterra. Aunque continuó siendo un país amenaza para el Estado” (Miranda Aranda, 2005:
principalmente agrícola hasta bien entrado el siglo 82). En España, esto encontrará su lugar inicialmente
XX, no se puede negar que el desarrollo industrial a través de la creación en 1883 de la Comisión
y urbano que comenzó a partir de 1840 transformó, de Reformas Sociales, que adquirirá verdadera
o al menos despertó, nuevas necesidades y relevancia una vez transformada en el Instituto de
preocupaciones que dieron lugar a una tímida Reformas Sociales (1903). Este Instituto constituye
irrupción de la “cuestión social”. Ahora bien, el el antecedente directo del Instituto Nacional de
marco industrial no consigue cambiar totalmente los Previsión (1908), primera institución española
esquemas pasados. Frente a la pobreza puramente encargada de la Seguridad Social y de la asistencia
estructural, se impone el discurso moralizador de las sanitaria.
“clases peligrosas”. Para acabar con el pauperismo
era necesario “corregir la naturaleza viciada del
miserable, e introducir hábitos de trabajo y previsión 5. El siglo XX español
que transformaran al pobre en un obrero honrado y
laborioso” (Trinidad Fernández, 1990: 104). España se adentra en el siglo XX aún a medio
desarrollar tanto en el plano económico como
Concepción Arenal, en su conocida obra El demográfico y, sobre todo, de política social. La
pauperismo (1897), ofrece un interesante marco de implantación del sistema de seguros sociales que
análisis de este momento. Recogiendo la dialéctica se había llevado a cabo en Alemania o Inglaterra
proletariado frente a burguesía, define el pauperismo durante el siglo anterior encontrará espacio en
como “la miseria permanente y generalizada en España solo a partir de la segunda década del siglo
un país culto, de modo que haya una gran masa XX con el recién mencionado Instituto Nacional
de miserables, y otra que disfruta riquezas y goza de Previsión. Su implementación será lenta y, a
de todos los refinamientos del lujo” (Arenal, 1897: la llegada de la II República en los años treinta,

ZERBITZUAN 77
17). Acercándose a la noción de la miseria como el Seguro de Retiro Obrero (1919) y el Seguro de
fenómeno estructural, considera que existe una Maternidad (1929) serán los únicos implantados
estrecha relación entre esta y las condiciones en España (Alonso Seco y Gonzalo González, 1997).
laborales. Ahora bien, plasmando el discurso Los cortos pasos dados en el país en cuanto a la
moralizador antes referido, Arenal también la seguridad de los trabajadores y trabajadoras sufrirán
relaciona con la aptitud de la persona hacia el trabajo un duro revés con el estallido de la Guerra Civil, lo
y la forma de invertir su salario, convirtiéndose la que truncará la creación de un Estado democrático de
miseria en un problema de corte económico, moral e Derecho (Maza, 1999). Esto afectará especialmente
intelectual. a España en lo relativo a la protección social de
su ciudadanía. No hay que olvidar que, tras el fin
Considerando que la persona pobre y la persona de la II Guerra Mundial, tiene lugar en Europa la
trabajadora son figuras análogas en este momento, conformación de los Estados del bienestar, algo que
las situaciones de necesidad comienzan a ser en España se verá retrasado, por lo menos, hasta el
analizadas en España desde el punto de vista del inicio del actual régimen constitucional.
mercado de trabajo, abriéndose el debate sobre
la adecuación de proporcionar trabajo o ayuda Ahora bien, ¿qué posición, medidas y
(Geremek, 1989). Estos planteamientos iban unidos consideraciones rodean el abordaje del
al hecho de que la situación respecto a la pobreza se sinhogarismo? La Constitución de 1931 era clara al
agravaba (López Keller, 1990). A las personas pobres respecto al señalar en su artículo 43 que “el Estado
“de oficio”, se unía la pobreza vergonzante y, sobre prestará asistencia a los enfermos y ancianos,
todo, las personas en paro que ante la crisis agraria, y protección a la maternidad y a la infancia”.
se agolpaban en las grandes ciudades en búsqueda Nuevamente, limita la atención a los sectores que
de empleo o medios para poder subsistir. tradicionalmente han constituido la pobreza digna.
No parece extraño que así fuera si se considera
Las medidas dispuestas para responder a la crisis que apenas dos años después —optando por la
de la década de 1880 seguirán teniendo un carácter represión—, se promulgó la Ley de Vagos y Maleantes
paliativo y de urgencia (Gutiérrez Sánchez, 1990; de 1933, convertida en el instrumento para luchar
Giménez Muñoz, 2006). A pesar de esto, durante la contra la mendicidad, la vagancia y contra todos
IRAILA·SEPTIEMBRE 2022

década siguiente empieza a manifestarse un cambio aquellos comportamientos considerados ilegítimos y


en la consideración y tratamiento de la pobreza moralmente rechazables (Maza, 1999).
estructural. Ya fuera por las crecientes movilizaciones
obreras que desde el Sexenio Revolucionario habían El carácter de esta ley era preventivo, pre y
tenido lugar, o por el crecimiento del movimiento posdelictivo. Así, trataba de imponer a las clases
asociativo obrero ante el descontento y malestar consideradas “peligrosas” una serie de medidas de
social, surge la cuestión social y el socialismo como seguridad que protegieran al resto de la ciudadanía

87
de sus malas acciones, comportamientos y conductas del Régimen revitalizaba, como hubiera pasado a
Iria Noa de la Fuente-Roldán

(art. 2), incluso antes de que dieran lugar al delito. principios de siglo, la vuelta a la beneficencia y a la
Por ello, no sancionaba delitos en sí, sino que trataba acción caritativa (Alonso Seco y Gonzalo González,
de evitar que estos llegaran a producirse, alejando 1997) de una sociedad católica por decreto legal.
al “sujeto peligroso” de la sociedad hasta que dicha Si bien esto servía para paliar ciertos tipos de
peligrosidad desapareciera. necesidades, la historia ya se había encargado
de demostrar que eran medidas y abordajes
Como sostiene Heredia Urzáiz (2009), la Ley de Vagos insuficientes ante la complejidad de la realidad social
y Maleantes se caracterizaba por la indefinición de del momento.
las personas consideradas “peligrosas”, término que
incluía una gran cantidad de categorías y situaciones Si durante el siglo anterior, la situación de carestía
que provocaban una elevada ambigüedad. A partir de general y de hambruna había dado lugar al
esta ambigüedad, como el mismo autor señala, no surgimiento de diferentes servicios de comida barata
parece raro que, en un momento de revolucionarias o gratuita, los problemas de exclusión residencial
protestas y reivindicaciones, la ley se convirtiera en que afectaban a mendigos/as y vagabundos/as
un instrumento político e ideológico para reprimir dieron lugar a la proliferación de lo que hasta el
a toda aquella persona que se desviara del orden momento sigue siendo la principal institución de
establecido mediante diferentes medidas de atención al sinhogarismo: los albergues. Este papel
seguridad que volvían a recuperar viejas recetas: fundamental de los albergues en la atención a las
reclusión, expulsión, trabajo forzado, multas y personas en situación de sinhogarismo que comienza
sanciones (art. 4). en los años cuarenta viene alentado de la mano de la
Ley de Régimen Local de 1955, que encomienda a los
La Revista Gráfica Estampa, en su edición del 18 ayuntamientos la atención a “transeúntes” (Vázquez,
de agosto de 1934, recogía en primera página el 2001). Así, algunos de los principales albergues con
siguiente titular: “El primer campo de concentración los que cuenta hoy en día Madrid son fruto de esta
de vagos y maleantes ha sido inaugurado en Alcalá época. Tal es el caso, por ejemplo, del Albergue de
de Henares”, en una antigua galera para mujeres San Isidro (1943), convertido en la actualidad en
donde, según la noticia, la segunda causa de Centro de Acogida Municipal para las personas en
condena de las personas recluidas correspondía al situación de sinhogarismo, o del Albergue San Martín
ZERBITZUAN 77

supuesto de “vagancia habitual”. Según la misma de Porres (1962). Como señalan Cabrera y Rubio
noticia y en virtud de la Ley, se encontraban en (2002), la historia de estos recursos transcurre en
ese momento 360 reclusos en la Cárcel de Madrid, paralelo a la historia del sinhogarismo, así como a
240 en la de Guadalajara y hasta 2.400 repartidos las transformaciones sociales y políticas por las que
por diferentes prisiones españolas. A partir de la va a travesando el país.
segunda mitad de los años cuarenta, tendrá lugar
un considerable aumento del número de personas A partir de los años sesenta, se empiezan a detectar
condenadas en virtud de la Ley de Vagos y Maleantes ciertos cambios en la consideración y aproximación
ante el endurecimiento de sus criterios (Heredia a las situaciones de miseria extrema que comienzan
Urzáiz, 2009). Ahora, además de un peligro para la a apuntar a una comprensión del sinhogarismo como
seguridad, se constituían como una amenaza para la fenómeno social con entidad propia. El crecimiento
moral católica e ideología del nuevo régimen. económico impuso nuevos aires en la acción social
española, pero también en relación con la concepción
La Ley de Vagos y Maleantes fue derogada en 1970, y consideración de una realidad restringida a las
pero solo para ser sustituida por la Ley 16/1970, de 4 situaciones de mendicidad y vagancia. A la par
de agosto, sobre Peligrosidad y Rehabilitación Social. que tiene lugar el desarrollismo económico de los
Esta nueva disposición perpetúa lo señalado en la años sesenta, se produce el éxodo rural de miles
ley que derogó, haciendo referencia al “presunto de hombres que, de manera general, dejaban a sus
peligroso y su probabilidad de delinquir” (preámbulo familias en sus lugares de origen para buscar un
de la Ley 16/1970). Asimismo, el internamiento, la empleo con el que poder mantenerlas. Si bien se
reclusión forzosa y la corrección a través del trabajo veían ampliadas las posibilidades laborales, este
siguen siendo los instrumentos esenciales para éxodo también dio lugar a importantes problemas
proteger a la ciudadanía de las clases peligrosas. de vivienda por la imposibilidad que tenían los
trabajadores pobres de conseguir alojamientos
Durante la Dictadura, se endureció el tratamiento dignos (Cabrera y Rubio, 2002). Ante la explosión
social de las formas de pobreza que se han venido del chabolismo de ciudades como Madrid, se irá
analizando a lo largo de este trabajo. A la difícil asentando una de las principales dimensiones
situación social y económica de la posguerra, del sinhogarismo que acerca a su comprensión
IRAILA·SEPTIEMBRE 2022

que había sumido a miles de familias y personas actual: la exclusión residencial. Además, fruto de su
en la más absoluta miseria, se unía un régimen vinculación a los movimientos migratorios interiores,
dictatorial y represivo donde las necesidades se produce un cambio en la denominación hacia
sociales, sobre todo de los grupos marginados que ciudadanía. Nace así la persona “transeúnte”, lo
se alejaban de la pobreza aceptada, eran claramente que marcará buena parte de los estudios sobre el
secundarias y solo merecían medidas represivas sinhogarismo que se inician a mediados de los años
para ser combatidas. Junto con esto, la obra social setenta (Alonso Torrens et al., 1975). De hecho, como

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se ha avanzado anteriormente y como se desprende desde el último cuarto del siglo XX a las sociedades

Una aproximación al contexto sociohistórico del sinhogarismo


de los múltiples estudios desarrollados en otros postindustriales (Bell, 1976).
países en los años ochenta (Burt y Cohen, 1989;
Cohen, 1989; Rossi, 1989; Sosin, 1989; Wright, 1989), A partir de la crisis del petróleo de 1973, tuvo lugar
queda formalizado el estudio del sinhogarismo un proceso de profunda reestructuración económica
como fenómeno social, lo que no deja de mostrar un (Silver, 1994) y social que produjo un cambio radical
cambio en la mirada con la que tradicionalmente esta en el orden social, económico y laboral que había
ciudadanía ha sido abordada. imperado tras la Segunda Guerra Mundial con el
modelo de producción fordista. El modelo fordista
En España, a partir de los años noventa comienzan a dio lugar a un periodo de importante crecimiento
vislumbrarse importantes cambios. La entrada en la económico, basado en la abundancia de la mano
Unión Europea impulsa su apertura a las experiencias de obra, pero sobre todo, en la férrea unión entre
tanto prácticas como empíricas que estaban teniendo capital y trabajo (Bauman, 2003). Este modelo
lugar en otros países europeos. Desde el punto de surge como resultado de la negociación colectiva,
vista práctico, el enfoque puramente asistencial de la regulación de la fuerza de trabajo, y del
de cubrir las necesidades básicas (alojamiento pacto keynesiano de intervencionismo estatal que,
y comida), aunque continúa presente, empieza mediante contribuciones de la población trabajadora,
a verse complementado por la introducción de desmercantilizaba bienes de carácter público,
programas integrales de atención que van más allá potenciando el consumo privado y dando lugar al
del alojamiento de emergencia (Cabrera, 2000). surgimiento efectivo de nuevas clases laborales
Aparecen así los programas de empleo y capacitación consumidoras, pero también, a los Estados del
laboral, intervenciones con formas de alojamiento bienestar (Alonso, 2006). Por ello, en la relación
más estables o dispositivos de calle, que revelan producción-consumo-producción, el fordismo generó
un progresivo cambio en la comprensión de esta un modelo de integración social que se apoyaba,
realidad social. En cuanto al punto de vista empírico básicamente, en el trabajo asalariado —ahora
y analítico, aparecen nuevos términos con los que separado de la pobreza— y en los sistemas de
referenciar a esta población (transeúnte, sin techo, protección social que aparecían como una extensión
sin hogar). Además, al igual que había pasado de la red de seguridad ofrecida por la relación
en los países vecinos, la preocupación por este salarial. Así, la relación entre fuerza de trabajo,

ZERBITZUAN 77
fenómeno se materializa en el florecimiento de una política social y desarrollo económico que había
investigación social cada vez más marcada por el cristalizado siglos atrás (Lis y Soly, 1984) aparecía
marco teórico analítico de la exclusión social, que ahora en todo su esplendor.
aporta un nuevo y más adecuado paradigma para
acercarse a la realidad de “la pobreza despreciable” Bajo esta lógica, el trabajo alcanzaba la centralidad
que cada época ha generado. de la vida y se convertía en una realidad social
fuertemente regulada. Lo característico de esta
regulación se manifestaba a través de la norma
5.1. Nuevos marcos para el análisis del sinhogarismo social de empleo fordista: “ciclos biográficos
de trabajo” organizados en torno a trayectorias
Cuando el primer estudio monográfico sobre pobreza laborales estables que giraban alrededor de un
llevado a cabo en España afirmó que a mediados único empleador (o patrón de empleo), desde
de la década de 1980 existían aproximadamente 8 la incorporación de la persona al mundo laboral
millones de personas en situaciones de carencia hasta la llegada de la edad de jubilación (Alonso,
(Equipo de Investigación Sociológica EDIS, 1984), la 2004). Se trataban de trayectorias laborales —y,
sociedad española tuvo que revisar su concepción por consiguiente, vitales—, lineales, sólidas y
sobre este fenómeno. El imaginario social, circunscrito coherentes, que progresaban profesionalmente,
a la presencia de la mendicidad y la vagancia, se vio asentándose en un vínculo contractual de carácter
obligado a ampliar su perspectiva para comprender indefinido (casi vitalicio) y a tiempo completo.
que la existencia de 8 millones de personas en
situación de pobreza no podía explicarse si no era La crisis de los años setenta acabó con el modelo
considerando los procesos socioestructurales que descrito, provocando una amplia fractura entre las
estaban en la base de las nuevas desigualdades dos instituciones fundamentales para garantizar el
sociales (Alonso Torrens, 1995). bienestar de la población, a saber, el empleo y los
sistemas de protección social. Así, la transformación
Siguiendo los planteamientos de Room (1995), esto del sistema financiero que economizó el trabajo,
supone dar importancia al carácter multidimensional flexibilizándolo y anulando su estabilidad, mermó
de los procesos de desventaja social, yendo más el anterior modelo de integración social (Gaviria
IRAILA·SEPTIEMBRE 2022

allá de los niveles de renta e ingresos. Además, et al., 1995). El empleo asalariado típico del
implica pasar de un análisis estático de la realidad periodo anterior como medio ideal de crecimiento
social a un análisis dinámico y procesual. Por e integración ya no era posible llegados los años
último, y de manera especialmente relevante, la ochenta.
noción de exclusión social en la que se enmarca el
sinhogarismo aparece inherentemente vinculada La presión fiscal, el aumento de la inflación y del
a los procesos de cambio social que han sacudido endeudamiento condujo a una desaceleración

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económica que impulsaba el establecimiento de (2007: 123), “la exclusión social, más que un campo
Iria Noa de la Fuente-Roldán

políticas de austeridad y de contención del gasto. temático es un eje analítico; científicamente, más
Con ello, el Estado del bienestar y su sostenimiento que una disciplina es una posición para conocer”.
fiscal se convirtieron en centro de las críticas
neoliberales, exigiéndose desregulaciones laborales
para hacer frente a la recesión. Ello dirigió a un 6. Conclusiones
escenario marcado por el desempleo masivo, la
precarización, la flexibilización y una crisis salarial Pese a los avances realizados y los cambios de
que se extiende hasta el presente (Paugam, 2007). mentalidad, la tradición revisada en páginas
anteriores ha dejado una importante impronta
Estos procesos de cambio se retroalimentaban en el acercamiento al sinhogarismo que es
entre sí. La desregulación laboral y la imposición preciso desarmar de manera definitiva. Esto será
de la modernización tecnológica de los procesos fundamental para tomar conciencia de que, al igual
productivos tenían un efecto directo en el aumento que la pobreza, el sinhogarismo se constituye como
de las tasas de desempleo. Esto, a su vez, hacía un “fenómeno estructural de desigualdad social de
aumentar las necesidades económicas de los raíces históricas profundas, con el que la sociedad
sistemas de protección social para contrarrestar los española convive […] desde hace siglos” (Alonso
efectos sociales del aumento del paro, lo que dirigía Torrens, 1995: 92).
a la crítica del sistema contributivo que financiaba
las diversas formas de responder a las necesidades Así, pese a algunas de las aproximaciones que hacia
sociales y, con ello, a la crisis de los Estados del el sinhogarismo se mantienen en la actualidad y que
bienestar. Lo cierto es que, desde la década de los en ocasiones siguen apuntando a cuestiones de tipo
ochenta, la crisis de los Estados del bienestar y su personal e individual, el análisis sociohistórico de las
cuestionamiento ha persistido, lo que ha provocado situaciones de carencia extrema permite confirmar
también la reformulación de los derechos sociales, que estas varían y se transforman en sí mismas
caracterizados ahora por su desmaterialización, y en su consideración social según los procesos
individualismo y fragmentación (Alonso, 2000). de cambio social y estructural acontecidos en las
diferentes épocas. En este sentido, el análisis de la
Aunque el aumento de las situaciones de exclusión “crisis del siglo XIV”, la depauperización coyuntural
ZERBITZUAN 77

social que tuvo lugar en el contexto marcado por que tuvo lugar en los siglos XVI y XVII fruto de los
estos procesos de cambio se asociara a la crisis cambios producidos en el sistema agrario, los
económica, la recuperación económica posterior no procesos de la primera acumulación capitalista o
acabó con estas tendencias exclusógenas (Laparra la transformación de la pobreza generada por la
et al., 1996). Los cambios sociales producidos se Revolución Industrial hacen imposible negar que
habían asentado plenamente en la estructura social y las situaciones de necesidad son el resultado de
ocasionaron un ejército de poblaciones “superfluas” factores socioestructurales asentados en procesos
que no encontraban cabida en una sociedad donde sociohistóricos que deben ser analizados. Dicha
las organizaciones y estructuras que sostenían comprensión ha permitido extraer los ejes en
a la ciudadanía y permitían su integración en la torno a los cuales ha pivotado el sinhogarismo en
sociedad caían (Bauman, 2007). Así, el surgimiento las sociedades contemporáneas: crisis, trabajo,
de nuevas realidades precisaba de nuevos lenguajes tipologización, asistencia y represión se convierten
que permitieran captar los procesos de cambio en elementos clave para comprender los procesos
social que dirigían a la emergencia de novedosas de exclusión social que tenían lugar en el pasado,
formas de desigualdad social (Rodríguez Berrio, pero también las nuevas formas de desigualdad
2006). La respuesta a dicha necesidad se halla en social que surgen en la actualidad y que afectan de
el marco teórico-analítico ofrecido por el paradigma manera específica en las personas en situación de
de la exclusión social, pues, como señala Vidal sinhogarismo.
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Una aproximación al contexto sociohistórico del sinhogarismo


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