Evaluacion 4169987

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Competencia lectora

PAES
forma: 4169987
RESPUESTAS

Número Clave Eje PAES


1 C Textos literarios: Narraciones
2 B Textos literarios: Narraciones
3 C Textos literarios: Narraciones
4 A Textos literarios: Narraciones
5 C Textos literarios: Narraciones
6 C Textos literarios: Narraciones
7 D Textos literarios: Narraciones
8 A Textos literarios: Narraciones
9 A Textos literarios: Narraciones
10 C Textos literarios: Narraciones

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INSTRUCCIONES

1.- Esta prueba contiene 10 preguntas. Todas las preguntas son de 4 opciones de respuesta
(A, B, C y D). Solo una de las opciones es correcta.

2.- Completa todos los datos solicitados en la hoja de respuestas, de acuerdo con las instruc-
ciones contenidas en esa hoja, porque estos son de tu exclusiva responsabilidad.
Cualquier omisión o error en ellos impedirá que se entreguen tus resultados. Se te dará
tiempo para completar esos datos antes de comenzar la prueba.

3.- Dispones de 0 horas y 20 minutos para responder las 10 preguntas.

4.- Las respuestas a las preguntas se marcan en la hoja de respuestas que se te entregó.
Marca tu respuesta en la fila de celdillas que corresponda al número de la pregunta
que estás contestando. Ennegrece completamente la celdilla, tratando de no salirte
de sus márgenes. Hazlo exclusivamente con lápiz de grafito Nº2 o portaminas HB.

5.- No se descuenta puntaje por respuestas erradas.

6.- Puedes usar este folleto como borrador, pero no olvides traspasar oportunamente
tus respuestas a la hoja de respuestas. Ten presente que para la evaluación se
considerarán exclusivamente las respuestas marcadas en dicha hoja.

7.- Cuida la hoja de respuestas. No la dobles. No la manipules innecesariamente.


Escribe en ella solo los datos pedidos y las respuestas. Evita borrar para no deteriorarla.
Si lo haces, límpiala de los residuos de goma.

8.- Recuerda que está prohibido copiar, fotografiar, publicar y reproducir total o parcial-
mente, por cualquier medio, las preguntas de esta prueba.

9.- Tampoco se permite el uso de teléfono celular, calculadora o cualquier otro dispositivo
electrónico durante la rendición de la prueba.

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Texto 1
El hombre del labio torcido

—¿Qué puedo hacer por usted, señor Holmes? —dijo el inspector Bradstreet.

—Estoy interesado en el mendigo Boone, el que fue acusado de participar en la


desaparición del señor Neville St. Clair.

—Sí. Fue traído aquí.

—¿Le ha ocasionado alguna molestia?

—En absoluto. Pero le advierto que es un sujeto sucio.

—¿Sucio?

—Sí. Todo lo que pudimos lograr fue que se lavara las manos. Su cara está tan
negra como si hubiera pasado el día limpiando chimeneas.

—Me gustaría mucho verlo.

—Venga por aquí. Puede dejar su valija.

—Creo que la llevaré.

—Muy bien. Sígame. Y el señor Watson también.

Nos condujo por un corredor, abrió una puerta de barrotes, bajamos una escale-
ra de caracol y llegamos a un corredor blanco con una serie de puertas a lado y lado.

—Es la tercera a la derecha —dijo el inspector—. ¡Esta es!

El prisionero yacía, con su cara vuelta hacia nosotros, sumido en un profundo sue-
ño. Su respiración era lenta y pesada. Era un hombre de mediana estatura, vestido
con una ropa deshilachada. Estaba, tal y como lo había dicho el inspector, extrema-
damente sucio. Una ancha y vieja cicatriz descendía desde uno de sus ojos hasta la
mandíbula, al tiempo que levantaba un extremo de su labio superior de tal manera
que tres de sus dientes permanecían expuestos.

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—Yo presentí —dijo Holmes— que podía necesitar un baño y por eso me tomé la
libertad de traer los implementos adecuados.

Abrió su valija mientras hablaba y sacó una gran esponja de baño.

Holmes se inclinó hacia la jarra de agua y humedeció la esponja. Luego friccionó


vigorosamente la cara del prisionero.

—Permítanme presentarles —anunció en voz alta— al señor Neville St. Clair.

Nunca en mi vida había presenciado nada semejante. La cara del hombre se des-
prendió, por la acción de la esponja, como la corteza de un árbol. ¡El tinte de la cara
había desaparecido! ¡Había desaparecido, también, la cicatriz que la atravesaba, y
con ella, el labio torcido! Apareció ante nosotros un hombre pálido, de mirada triste
y aspecto refinado, pelo negro y piel suave, que se restregaba los ojos y miraba a
su alrededor con una perplejidad adormilada. Luego, de improviso, comprendiendo
que había sido desenmascarado, lanzó un grito y se arrojó hacia la cama ocultando
su cara entre la almohada.

—¡Cielo santo! —exclamó el inspector—. Este es, sin duda, el hombre desaparecido.
Es el mismo rostro de las fotografías.

El prisionero se volvió con el abandono de un hombre que se ha puesto en manos


de su destino.

—Lo que ha de ser, que sea —dijo—. ¿Podría saber de qué se me acusa?

—De la desaparición del señor Neville. . . —dijo el inspector.

—Si soy el señor Neville St. Clair, es obvio que no se ha cometido ningún crimen,
y, por lo tanto, estoy detenido ilegalmente.

—No se ha cometido ningún crimen, pero sí un gran error —observó Holmes—.


Habría sido mejor que hubiera confiado en su esposa.

—No fue por mi esposa, fue por mis hijos —se lamentó el prisionero—. ¡Por Dios!
No quería que se avergonzaran de su padre. ¡Dios mío, qué vergüenza! ¿Qué puedo
hacer ahora?

Sherlock Holmes se sentó a su lado y le dio unas palmaditas en el hombro.

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—Estoy seguro —dijo— de que el inspector Bradstreet tomará nota de cualquier
cosa que usted pueda decirnos e informará a las autoridades competentes, evitando
que el caso llegue a la Corte.

—¡Dios lo bendiga! —exclamó el prisionero—. Yo habría soportado la prisión, an-


tes que permitir que mi secreto llegara a mis hijos. Serán ustedes los primeros en
escuchar mi historia.

»En mi juventud, incursioné en el teatro y después me convertí en reportero de un


periódico de Londres. Un día, mi editor quiso publicar una serie de artículos sobre
los mendigos de la ciudad. Yo me ofrecí como voluntario, y ese fue el comienzo
de mis aventuras. La única forma de obtener material fidedigno para mis artículos
era actuar como mendigo. En mi época de actor había aprendido los secretos del
maquillaje y había llegado a ser famoso en los camerinos por mi destreza. Decidí
sacar ventaja de mis conocimientos. Pinté mi cara, añadiéndole una cicatriz ad-
herida a mi labio superior con yeso color piel. Tomé posesión de un lugar en la
parte más transitada del centro de la ciudad, aparentando ser un vendedor de fós-
foros. Durante siete horas desempeñé mi papel de mendigo y cuando regresé a casa
encontré, para mi sorpresa, que había recibido veintiséis chelines y cuatro peniques.

»Escribí mis artículos y no volví a pensar en el asunto hasta que días después,
respondiendo por la cuenta de un amigo, me vi obligado a pagar una letra de vein-
ticinco libras. No tenía forma de conseguir ese dinero, pero llegó súbitamente una
idea a mi cabeza. Pedí quince días de gracia al acreedor y unos días libres a mis
empleadores, para dedicarme a pedir limosna en el centro de la ciudad, bajo mi
anterior disfraz. Logré reunir el dinero y pagar la deuda.

»Fue una larga lucha entre mi orgullo y el dinero, pero, finalmente, dejé la reporte-
ría y me senté, día tras día, en la esquina elegida. No digo que cualquier mendigo
en Londres pueda ganarse setecientas libras al año, pero yo tenía ventajas excep-
cionales por mi habilidad para maquillarme y por mi ingenio. Durante todo el día,
una cascada de monedas caía sobre mí. Un tiempo después, me casé sin que nadie
tuviera la más ligera sospecha de mis verdaderas actividades. Mi querida esposa
sabía que yo tenía negocios en la ciudad, pero ignoraba su verdadera naturaleza.

»El lunes pasado, habiendo terminado la labor de ese día, me estaba vistiendo en
la habitación, cuando me asomé a la ventana y vi que mi esposa estaba parada
en la calle con sus ojos fijos en mí. Di un grito de sorpresa, tuve la intención de
cubrirme la cara y, en la pensión donde me maquillaba, rogué que no le permitieran
a nadie subir a verme. Oí la voz de mi esposa en el piso de abajo. Sabiendo que
no le permitirían subir, me quité rápidamente mi ropa, me vestí de mendigo y me
maquillé. Ni siquiera el ojo de una esposa podría penetrar un disfraz tan completo.
Sentí los pasos de unos policías que subían rápidamente por la escalera, y pocos

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minutos después sucedió que, en vez de haber sido identificado como el señor Ne-
ville St. Clair, fui arrestado por su asesinato.

Arthur Conan Doyle, El hombre del labio torcido. Trad. María del Rosario García
y Juan Torres Mantilla. Bogotá: Editorial Norma (1999), pp. 36-44
(fragmento adaptado).

1.- El propósito de Neville al decir “¡Dios lo bendiga!” es agradecer porque


A) protegerán a sus hijos.
B) saldrá de prisión sin dilación.
C) se guardará discreción sobre lo ocurrido.
D) se tomará en cuenta su testimonio en el juicio.

Pregunta ID: 1429959


Autor: Puntaje Nacional ..
SOLUCIÓN
Esta pregunta nos pide determinar el sentido de una frase incluida en el texto con-
siderando el contexto en el que se enuncia; para esto, aplicamos la habilidad de
interpretar.

La frase en cuestión es pronunciada por Neville St. Clair en un diálogo con Sher-
lock Holmes, luego de que se hubiese descubierto su identidad: “Sherlock Holmes se
sentó a su lado y le dio unas palmaditas en el hombro. / —Estoy seguro —dijo— de
que el inspector Bradstreet tomará nota de cualquier cosa que usted pueda decirnos
e informará a las autoridades competentes, evitando que el caso llegue a la Corte.
/ —¡Dios lo bendiga! —exclamó el prisionero—. Yo habría soportado la prisión,
antes que permitir que mi secreto llegara a mis hijos”.

Teniendo en cuenta este diálogo, podemos reconocer que la exclamación del falso
mendigo responde al ofrecimiento de Holmes acerca de que el inspector Bradstreet
evitaría “que el caso llegue a la Corte”, siempre y cuando St. Clair les informara
de “cualquier cosa” que pudiera ser de interés para “las autoridades competentes”.
Así, la opción que responde correctamente a la pregunta es “se guardará discreción
sobre lo ocurrido”.

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2.- ¿Cuál de las siguientes frases, si se eliminara del texto, cambiaría más la forma de
percibir a Neville St. Clair?
A) “Era un hombre de mediana estatura, vestido con una ropa deshilachada.
Estaba, tal y como lo había dicho el inspector, extremadamente sucio”.
B) “—No fue por mi esposa, fue por mis hijos —se lamentó el prisionero—. ¡Por
Dios! No quería que se avergonzaran de su padre. ¡Dios mío, qué vergüenza!”.
C) “En mi época de actor había aprendido los secretos del maquillaje y había
llegado a ser famoso en los camerinos por mi destreza”.
D) “(. . . ) pero yo tenía ventajas excepcionales por mi habilidad para maquillarme
y por mi ingenio”.

Pregunta ID: 1429962


Autor: Puntaje Nacional ..
SOLUCIÓN
Esta pregunta nos pide evaluar el contenido del texto en relación con la manera en
que se percibe el personaje de Neville St. Clair, para lo cual utilizamos la habilidad
de evaluar, pues debemos determinar cuál de las frases seleccionadas, en caso de
ser eliminada, generaría un mayor cambio en la forma de percibir a dicho personaje.

El personaje de St. Clair se presenta de dos maneras en el texto: primero, como un


mendigo acusado de asesinato; después, como la persona que se creía desapareci-
da tras descubrir que, en realidad, estaba ocultando su identidad. En ese sentido,
la frase que alude a la razón que originó toda la confusión, en caso de que fuera
eliminada, cambiaría nuestra manera de percibir a St. Clair, pues no lograríamos
comprender por qué el acusado permitió que lo detuvieran bajo la sospecha de ase-
sinar a una persona que, él más que nadie, sabía que no estaba muerta. Por eso, la
opción correcta es esta: “—No fue por mi esposa, fue por mis hijos —se lamentó el
prisionero—. ¡Por Dios! No quería que se avergonzaran de su padre. ¡Dios mío, qué
vergüenza!”.

3.- En relación con la forma en que está escrito el texto, ¿cuál de las siguientes carac-
terísticas dificulta su comprensión?
A) El orden de los acontecimientos.
B) Los cambios en los tiempos verbales.
C) La participación de dos narradores en la historia.
D) Las referencias a un protagonista ausente del relato.

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Pregunta ID: 1429961
Autor: Puntaje Nacional ..
SOLUCIÓN
Esta pregunta nos pide evaluar distintos elementos presentes en el texto con el fin
de determinar cuál de ellos podría dificultar su comprensión; para esto aplicamos
la habilidad de evaluar.

El texto tiene un narrador testigo, Watson, que no llega a intervenir en la historia


más que con su presencia. Por otra parte, en un momento de la narración, se da pa-
so a la historia de Neville St. Clair. Su intervención está escrita en estilo directo, es
decir, el protagonista de la historia es quien la cuenta, sin la mediación del narrador
Watson. Considerando que esta intervención abarca varios párrafos del texto y es
narrada por un narrador que, al igual que Watson hasta ese momento, participa de
la historia, podría llegar a confundir al lector o a la lectora haciéndole creer que el
narrador sigue siendo Watson y, por lo tanto, cambiando todo el sentido del texto.
Por lo tanto, la respuesta correcta es esta: “La participación de dos narradores en
la historia”.

4.- La historia que narra Neville St. Clair, ¿qué función cumple en relación con el
texto?
A) Explicar los acontecimientos que terminaron llevándolo a prisión.
B) Caracterizar detalladamente al protagonista de la narración.
C) Justificar las acciones que lo llevaron a planear el engaño.
D) Dar a conocer el origen de la fortuna de su propia familia.

Pregunta ID: 1429957


Autor: Puntaje Nacional ..
SOLUCIÓN
Esta pregunta nos pide determinar la función de un elemento determinado del texto
en relación con la totalidad de este, para lo cual utilizamos la habilidad de inter-
pretar.

La historia por la que se pregunta es la que narra Neville St. Clair sobre sí mismo,
luego de que Sherlock Holmes diera a conocer su verdadera identidad. ¿Cómo fue
que Neville St. Clair resultó en prisión, disfrazado de mendigo y acusado de un
asesinato? La respuesta se encuentra en la historia que narra St. Clair: disfrazarse
de mendigo para escribir una serie de artículos encargados por su editor “fue el
comienzo de [sus] aventuras”. Después de una “larga lucha entre [su] orgullo y el
dinero”, Neville St. Clair, “finalmente, [dejó] la reportería y [se sentó], día tras día,

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en la esquina elegida”. Así fue por mucho tiempo, hasta que, “el lunes pasado”, casi
fue descubierto por su esposa y resultó encarcelado por ser sospechoso de su propia
desaparición.

De este modo, vemos que, al ser descubierto por Holmes, St. Clair confiesa la ver-
dad de lo ocurrido. (Piensa en lo frecuente que es este recurso en incontables series
de televisión: la persona, descubierta, confiesa lo que sucedió; en la pantalla esto se
muestra como una dramatización de “la verdad” acompañada por la narración en
“off”). Al relacionar esta historia con el resto del texto, se puede interpretar que su
propósito es “Explicar los acontecimientos que terminaron llevándolo a prisión”.

5.- A partir del relato del narrador, ¿qué proyecta la cicatriz del mendigo en el relato?
A) Peligro
B) Falsedad
C) Desamparo
D) Desigualdad

Pregunta ID: 1429960


Autor: Puntaje Nacional ..
SOLUCIÓN
Esta pregunta nos pide interpretar el significado que proyecta un elemento mencio-
nado en el texto en relación con la narración, para lo cual utilizamos la habilidad de
interpretar. En este caso, el elemento por el que se pregunta es la cicatriz que tiene
en la cara el mendigo detenido por la policía. Como indica el texto, la cicatriz es
falsa, pues forma parte del maquillaje que usa Neville St. Clair para disfrazarse de
mendigo. Este es un elemento importante en la construcción del sentido del texto,
pues, cuando el narrador habla del mendigo por primera vez, hace énfasis en la gran
cicatriz que atraviesa su rostro y que, incluso, se destaca en el título de la lectura:
“Una ancha y vieja cicatriz descendía desde uno de sus ojos hasta la mandíbula, al
tiempo que levantaba un extremo de su labio superior de tal manera que tres de
sus dientes permanecían expuestos”.

Cuando Holmes limpia la cara de St. Clair, la cicatriz desaparece y deja ver a una
persona completamente diferente: el que se veía como el “hombre del labio torci-
do”, ahora se muestra como “un hombre pálido, de mirada triste y aspecto refinado,
pelo negro y piel suave”. Al considerar esta diferencia en la manera de describir al
personaje, es posible interpretar este elemento como un símbolo de vulnerabilidad
que ayuda a darle credibilidad a su vestimenta de mendigo, pues es el elemento que
más destaca el narrador y, además, es algo que el personaje puso en su rostro con la
intención de generar un efecto concreto en los transeúntes: “No digo que cualquier

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mendigo en Londres pueda ganarse setecientas libras al año, pero yo tenía ventajas
excepcionales por mi habilidad para maquillarme y por mi ingenio”. Con base en
esta información, podemos decir que la respuesta correcta es “Desamparo”.

6.- Del último párrafo, se infiere que en la pensión


A) vivía el acusado junto con su familia.
B) se hospedaban falsos mendigos.
C) conocían el secreto de St. Clair.
D) había grandes ventanales.

Pregunta ID: 1429956


Autor: Puntaje Nacional ..
SOLUCIÓN
Esta pregunta nos pide elaborar una inferencia a partir de información explícita en
el texto; esto corresponde a la habilidad de interpretar.

La pensión donde se maquillaba St. Clair es mencionada en el último párrafo del


texto, allí es donde el mendigo es arrestado por asesinato. La pensión por la que
se pregunta es el lugar en el que se encontraba Neville cuando fue visto por su
esposa (“me estaba vistiendo en la habitación, cuando me asomé a la ventana y
vi que mi esposa estaba parada en la calle con sus ojos fijos en mí”). Sorprendido,
Neville se esfuerza por evitar que lo descubran, para lo cual solicita que no dejen
pasar a nadie: “Di un grito de sorpresa, tuve la intención de cubrirme la cara y, en
la pensión donde me maquillaba, rogué que no le permitieran a nadie subir a verme”.

A partir de este fragmento, podemos inferir que la pensión era el lugar en el que el
personaje se preparaba para lucir su disfraz de mendigo. La solicitud que hace de
que no le permitan a nadie subir a verlo sugiere que las personas que se encontraban
en ese lugar (quizás los dueños o trabajadores de la pensión) estaban al tanto de su
situación, pues, de otra manera, no habrían comprendido la solicitud de St. Clair
(“Sabiendo que no le permitirían subir (. . . )”). Además, es razonable pensar que en
la pensión ya se habían percatado de su transformación diaria, al verlo entrar de
una manera y, luego, verlo salir disfrazado de mendigo. Por lo tanto, una inferencia
que podemos hacer a partir del último párrafo sobre la pensión es que allí “conocían
el secreto de St. Clair”.

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7.- ¿Quién es Neville St. Claire?
A) Un hombre asesinado.
B) Un inspector policial.
C) Un actor de teatro.
D) Un falso mendigo.

Pregunta ID: 1429954


Autor: Puntaje Nacional ..
SOLUCIÓN
Esta pregunta nos pide identificar a un personaje de la narración a partir de la
información explícita que el texto presenta sobre él; para esto, utilizamos la habili-
dad de localizar, pues debemos identificar información que, si bien puede aparecer
parafraseada, está explícita en el texto.

Se menciona por primera vez a Neville St. Clair cuando el señor Holmes habla con
el inspector sobre el mendigo que ha sido acusado de su desaparición (“Estoy intere-
sado en el mendigo Boone, el que fue acusado de participar en la desaparición del
señor Neville St. Clair”). Al avanzar en la lectura, vemos que el mendigo acusado
del crimen es, en realidad, el señor St. Clair: “Holmes se inclinó hacia la jarra de
agua y humedeció la esponja. Luego friccionó vigorosamente la cara del prisionero”.
Continuó: “—Permítanme presentarles —anunció en voz alta— al señor Neville St.
Clair”. Esta información, sumada a la historia sobre el motivo por el que Neville
St. Clair comenzó a vestir como mendigo, nos permite reconocer que la opción que
responde correctamente la pregunta es esta: “Un falso mendigo”.

8.- Neville St. Clair dejó la reportería para


A) pedir dinero en la calle.
B) abrir algunas empresas.
C) maquillar para el teatro.
D) casarse con su enamorada.

Pregunta ID: 1429953


Autor: Puntaje Nacional ..
SOLUCIÓN
Esta pregunta nos pide identificar información explícita dentro del texto que puede
encontrarse parafraseada, para lo cual utilizamos la habilidad de localizar.

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La información por la que se pregunta se encuentra en la historia que narra Neville
St. Clair, concretamente, en el párrafo que inicia con las palabras “Fue una larga
lucha entre mi orgullo y el dinero”. Allí se menciona que, luego de pensarlo bastan-
te, Neville St. Clair decidió abandonar la reportería para sentarse todos los días en
una esquina de la ciudad: “(. . . ) finalmente, dejé la reportería y me senté, día tras
día, en la esquina elegida. No digo que cualquier mendigo en Londres pueda ganarse
setecientas libras al año, pero yo tenía ventajas excepcionales por mi habilidad para
maquillarme y por mi ingenio”. Al decir esto, el personaje indica que abandonó su
trabajo como reportero y se dedicó a pedir dinero en la calle. En otras palabras, la
opción correcta es que Neville St. Clair abandonó la reportería para “pedir dinero
en la calle”.

9.- De los últimos dos párrafos, se desprende de la relación entre Neville St. Clair y su
esposa que ellos
A) no se conocen a fondo.
B) se comunican a menudo.
C) no viven en la misma casa.
D) llevan una vida acomodada.

Pregunta ID: 1429958


Autor: Puntaje Nacional ..
SOLUCIÓN
Esta pregunta nos pide elaborar una interpretación a partir de la información pre-
sentada en los últimos dos párrafos del texto respecto a la relación entre Neville St.
Clair y su esposa, para lo cual aplicamos la habilidad de interpretar. De acuerdo
con los fragmentos en los que St. Clair menciona a su esposa durante su narración,
sabemos que ella no conocía la doble vida que llevaba Neville: “me casé sin que na-
die tuviera la más ligera sospecha de mis verdaderas actividades. Mi querida esposa
sabía que yo tenía negocios en la ciudad, pero ignoraba su verdadera naturaleza”.
Además, luego de que ella lo viera a través de la ventana de la pensión, Neville juz-
gó que era suficiente vestirse y maquillarse como mendigo nuevamente, para evitar
que su esposa lo reconociera: “Ni siquiera el ojo de una esposa podría penetrar un
disfraz tan completo”. Con base en esta información, podemos inferir que la esposa
de Neville desconoce ciertos aspectos de la vida de este. Por lo tanto, se puede decir
que, de los últimos dos párrafos, se desprende que ellos “no se conocen a fondo”.

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10.- De acuerdo con el párrafo que inicia con las palabras “Nunca en mi vida había
presenciado nada semejante”, Holmes limpia la cara de Boone con el propósito de
A) ayudar al inspector con su trabajo de higiene.
B) disponer las condiciones para una entrevista.
C) develar la verdadera identidad del acusado.
D) atender al mendigo antes de hablar con él.

Pregunta ID: 1429955


Autor: Puntaje Nacional ..
SOLUCIÓN
Esta pregunta nos pide determinar el propósito de un personaje al realizar deter-
minada acción, con base en la información explícita que se presenta en un párrafo
del texto. Para esto, utilizamos la habilidad de localizar. En este caso, la pregunta
alude a la acción de Holmes de limpiar al prisionero acusado de asesinato, del que
se había dicho que tenía la cara “tan negra como si hubiera pasado el día limpiando
chimeneas”.

En el párrafo al que se refiere la pregunta, el narrador se muestra sorprendido al


descubrir que, al limpiar la cara del mendigo, se revela un hombre completamen-
te diferente al que él mismo (Watson) y el inspector esperaban ver: “La cara del
hombre se desprendió, por la acción de la esponja, como la corteza de un árbol. ¡El
tinte de la cara había desaparecido! ¡Había desaparecido, también, la cicatriz que
la atravesaba, y con ella, el labio torcido! Apareció ante nosotros un hombre pálido,
de mirada triste y aspecto refinado, pelo negro y piel suave, que se restregaba los
ojos y miraba a su alrededor con una perplejidad adormilada”. Por el contrario,
Holmes no está sorprendido. Justo después de “[friccionar] vigorosamente la cara
del prisionero”, anuncia de quién se trata: “Permítanme presentarles —anunció en
voz alta— al señor Neville St. Clair”. Podemos reconocer, entonces, que la decisión
de Holmes de limpiar el rostro del acusado con una esponja tiene el propósito de
“develar la verdadera identidad del acusado”.

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