Profesor Lino de Las Mercedes Valles
Profesor Lino de Las Mercedes Valles
Profesor Lino de Las Mercedes Valles
¡Quién lo creyera!
¿A quién van dirigidos estos honores y la devoción de personas de
todos los estratos sociales: ricos, pobres, humildes, poderosos, amas
de casa, estudiantes, profesionales, comisarios de policía, oficiales del
Ejército y personas venidas de todos los contornos del país y del
exterior para pedir favores y milagros o dejar testimonio de
agradecimiento por los favores recibidos?
A un humilde hombre de muy baja estatura, analfabeta, nacido y
muerto en Chivacoa, estado Yaracuy y enterrado en el Cementerio
Municipal a cuya tumba llegan caravanas de carros desde Oriente,
Centro y Sur, los Andes y el Litoral y romerías procedentes de las
islas del caribe y las Antillas, unos para pedrile milagros y otros para
dejar en su tumba objetos en reconocimiento por las gracias
concedidas.
Duelo con la muerte
Uno de los tantos casos asombrosos de curaciones realizadas por Lino
Valle, en vida, y recordado hasta ahora en todo el estado Yaracuy,
fue el de Concepción Piña. Varios testigos que aún viven, como
Eugenia Durán, Rosa Soteldo, Benjamín Rodríguez Querales, Aniceto
Casola y Tomás Ascanio, relatan la lucha evidente de Lino contra
unas fuerzas extrañas, para arrebatar a Concepción de las garras de
la muerte.
Todos coinciden en que la enferma estaba más del otro mundo que
de éste, pero Lino, al verla dijo: «¡venceremos la muerte!», y como si
esta hubiera sido su consigna de batalla, el cuerpo de Concepción
comenzó a estremecerse con violentos espasmos que las frágiles
manos de Lino controlaban con facilidad. Era una batalla entre dos
fuerzas contrarias, que todos podían ver. De la pequeña figura
corporal de Lino se sentía salir una fuerza descomunal capaz de
derribar las más fieras bestias y de su boca salían las más enérgicas
palabras desafiando el poderío de la muerte.
Hasta que venció
El cuerpo de Concepción Piña dejó de temblar, se desvaneció como
muerta y Lino, recostándola suavemente sobre la cama, respiró
profundo y con voz entrecortada y ronca por el esfuerzo realizado, se
dirigió a todos diciendo: «La hermana Concepción ha regresado de
más allá de la muerte».
La crispación de las manos, la rigidez de todos los músculos y de las
facciones de la cara y el abundante sudor que empapaba sus ropas
eran signo evidente de la desigual lucha de este hombre de pequeña
estatura contra una fuerza extraña, a la que logró vencer.
Fiel y elocuente testigo de este triunfo de Lino sobre la muerte fue la
misma Concepción Piña, que vivió más de cien años.
La curación de Rosa Casola
Otra curación milagrosa realizada por Lino Valle que marcó un hecho
histórico en Chivacoa y sus alrededores fue el de Heraclio Casola y su
hija Rosa, y aún recordado por Aniceto Casola, hijo de Heraclio y
hermano de Rosa.
Relata Aniceto que su hermana, a la edad de 15 años, sufrió una rara
enfermedad que la postró en cama durante meses, con ataques
convulsivos y caída de cabello. Al llevarla a la presencia de Lino, éste
comenzó a recitar sus secretas oraciones, a hacer pases de manos
sobre su cuerpo y a aplicarle paño de agua con plantas silvestres
durante varios minutos, al cabo de los cuales le dijo que se podía ir
por sus propios medios, que ya estaba curada. «Mi hermana no volvió
a sufrir ataques, le volvió a crecer el cabello, se casó, tuvo cinco hijos
y murió a la edad de 58 años, concluye diciendo Aniceto Casola.
Cuando tembló en El Tocuyo
Otro hecho recordado por Aniceto fue en una reunión de amigos en la
cancha de bolas criollas, cerca del cementerio, en los años cincuenta,
cuando irrumpió Lino con la advertencia que en pocas horas habría
un temblor, se inundaría un pueblo y morirían varias personas.
«Incrédulos no hicimos caso y varias horas después llegaron con la
noticia del temblor en El Tocuyo en donde uno de los muertos fue el
hermano de Rodríguez, compañero nuestro en el juego de bolas
criollas», dice Aniceto.
Ahogado en El Tamarindo
Otro de los muchos testigos de los hechos prodigiosos realizados en
vida por Lino Valle es Tomás Ascanio, actual administrador del
Cementerio Municipal, hijo de Maglovia Ascanio, madrina de Lino.
Uno de los hechos anecdóticos que recuerda Tomás es cuando el río
se lo llevó a la alturas del sitio llamado El Tamarindo, y cuando todos
lo dieron por muerto, lo encontraron enterrado hasta el cuello en la
arena a la orilla del río, sano y salvo. El atribuyó el milagro a la Diosa
María Lionza, que lo protegía para que propagara su fé.
Cábala sobre su nacimiento
Una persona nacida el 5-5-5 por fuerza de la cábala numerológica no
podría ser alguien que pasara desapercibido por la vida. Así como el
6-6-6 es el signo de la gran bestia, el 5-5-5 simboliza la fuerza
espiritual. La parábola vital de Lino Valle estaba marcada desde su
nacimiento. Lino nació el 5 de mayo de 1905, es decir, el 5-5-5.
La fuerza vital y el poder espiritual de Lino no están sólo reflejados en
los prodigios y milagros que se le atribuyen en vida y después de
muerto, sino más que todo en la pujanza y expansión de su mensaje
espiritual sobre la Reina María Lionza y su morada en las montañas
de Sorte.
Culto a María Lionza
Fue Lino Valle el primero en andar, en compañía de Rosa Soteldo,
predicando el culto a María Lionza y en abrir caminos hacia la
montaña, culto que ha traspasado las fronteras de Venezuela y al que
se adhieren diariamente miles de seguidores en el mundo entero.
El, como los primeros apóstoles del cristianismo, andaba haciendo
milagros y difundiendo la buena nueva de una Diosa lugareña con su
cohorte de espíritus y su palacio en las montañas de Sorte.
Rosa Soteldo, nacida en el monte El Ceibal, hoy una enérgica anciana
de 84 años de edad, menuda y ágil como una gacela, a pesar de sus
años, vive en un humilde rancho a la salida de Chivacoa, donde
comienza el camino hacia las montañas de Sorte y Quibayo. Si Lino
Valle y Rosa Soteldo no hubiesen existido, el mito de María Lionza
estaría en el limbo.
Con orgullo, Rosa Soteldo nos cuenta el caso de la señora Graciela
Díaz, devota de Lino Valle, venida de Valencia en busca de ayuda por
un mal que le paralizaba las manos y los pies todos los viernes.
Invocando el espíritu de Lino, Rosa descubrió que esa parálisis se
debía a un fetiche bautizado con su nombre y enterrado con prendas
personales, en un cementerio, por venganza de unos familiares que
se sintieron maltratados en la repartición de una herencia.
Asombrosa predicción
Ante la insistencia para que invocara el espíritu de Lino Valle en
presencia nuestra, nos pidió que soltáramos los brazos y los pies, que
no cruzáramos los dedos y con una asistente o banco al lado, dió
inicio a un ritual de movimientos cadenciosos y voces ininteligibles
invocando la presencia del espíritu de Lino de las Mercedes Valle.
Ante el asombro general del reducido grupo de personas que
estábamos presentes, esta menuda mujer blanca, de 84 años de
edad, comenzó a transfigurarse contorsionando el cuerpo, abriendo y
cerrando los ojos y la boca espasmódicamente y lanzando sonidos
guruturales. Nuestro asombro y estupor llegó al límite cuando, con
voz pausada pero firme, dijo: «tomen nota para que lo confirmen y
luego lo divulguen. Muy cerca de la fiesta de la Reina, habrá un
acontecimiento que marcará la historia. La imagen de la Diosa Reina
se fracturó como advertencia».
Al terminar la frase, la médium entró en profundo sopor. Guardamos
silencio respetuoso esperando poder profundizar sobre tan asombrosa
predicción. De repente le dió un sorpresivo estremecimiento a través
de todo el cuerpo y despertó del trance. Ya vuelta en sí la
interrogamos sobre lo sucedido y sobre sus últimas palabras y nos
recordó que quien habla a través de la materia es el espíritu invocado
y que la médium nada recuerda sobre la experiencia.
Las cortes de María Lionza
Lino Valle, que en vida recibía los espíritus de las cortes de la Diosa
María Lionza, después de muerto pasó a formar parte de una de ellas
al lado de Guaicaipuro y Tamanaco, de Bolívar y Miranda, de Shangó
y las 7 Potencias Africanas, de José Gregorio Hernández y José María
Vargas, espíritus que bajan a la tierra y se incorporan en el cuerpo de
los médium o materia, con el poder de la Reina para la curación de
los males del cuerpo y del espíritu.
Médium o materia propia
Eugenia Durán conoció a Lino Valle cuando ella tenía 7 años de edad
y su mamá la mandaba a preparar café para «El Profesor», como
todos le decían. Dos o tres años después Eugenia se fue a vivir a
Maracay, estado Aragua.
Después de muerto Lino, Eugenia regresó de Maracay, para visitar la
tumba del «profesor» y así lo hizo. Estaba haciendo oraciones para el
eterno descanso de su alma cuando una voz le susurró al oído:
«Gracias Eugenia, siempre me acuerdo de su cafecito».
Después de esa comunicación, Eugenia se convirtió en su médium o
materia, además de la fiel y devota vigilante de su mausoleo.
A partir de ese momento, Eugenia comenzó a hacer uso de sus
prodigiosas facultades de médium para prolongar en la tierra de los
poderes de Lino y ayudar con su fuerza espiritual a los que acuden a
él en busca de ayuda.