Fases de Desarrollo ICSE Resumen
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El Tahuantinsuyo
El Tahuantinsuyo o Imperio Inca fue el Estado de mayores proporciones en América del Sur
antes de la llegada de los españoles. Justamente en este último país se encuentra la que fue su
capital, el Cusco o el «ombligo del mundo» para los incas. La extensión temporal del
Tahuantinsuyo es de apenas 95 años, entre 1438 y 1533. Esas son las fechas entre las que el
Inca Pachacútec comenzó con la expansión del imperio y Francisco Pizarro lo conquistó en
nombre de la Corona española.
Si bien es cierto que la etnia inca se había instalado en el siglo XII en el Cusco y que existe una
lista de diez soberanos previos a Pachacútec, hasta ese entonces el pueblo inca no se había
expandido más allá de esta ciudad. Por lo tanto, en menos de un siglo cinco emperadores
controlaron el Tahuantinsuyo y lo llevaron al máximo de su expansión territorial. Otro aspecto
para tener en cuenta es que el Tahuantinsuyo no fue el primero, sino el último de los grandes
reinos de la región andina. Asimismo, lo que el Imperio Inca fue logrando es poner bajo su
órbita numerosas comunidades de las cuales comenzó a extraer tributo en forma de trabajo.
La mayoría de ellas fueron incorporadas al Tahuantinsuyo luego de la conquista militar. Otras,
en cambio, se ofrecieron como tributarias del Inca para evitar ser arrasadas por la superioridad
militar incaica o bien para aprovechar los lazos de redistribución que el Estado llevaba a cabo.
La comunidad andina, denominada ayllu, tiene una historia milenaria y subsistió durante la
conquista inca, aunque se vio obligada a pagar tributos en trabajo al Estado. Por lo tanto,
podemos observar que la sociedad andina, compuesta en su origen por los distintos ayllus,
recurría a intercambios simétricos y ayudas mutuas denominados ayni y minga
respectivamente, para garantizar su supervivencia.
Lo que el Estado imperial vino a hacer fue magnificar los movimientos de personas y
transformar los lazos de reciprocidad en una redistribución dirigida desde el Cusco. En primer
término, el Estado Inca permitió a las comunidades conservar sus tierras para lograr su
autoabastecimiento. Pero al mismo tiempo, obtuvo fuerza de trabajo mediante las mitas, que
le permitían sostener a todo el aparato estatal y simultáneamente emprender una serie de
obras públicas que al final redundaban en el beneficio de las propias comunidades. En épocas
de carestía, el Inca abría los almacenes del Estado llamados tambos y redistribuía entre los
jatunrunas los alimentos sometidos a procesos de conservación que ellos mismos habían
producido, como el chuño o el charqui.
Estos lazos de redistribución en favor del campesino o jatunruna se van a ver totalmente
abandonados cuando la dominación inca pase a ser reemplazada por la española luego de la
Conquista del Tahuantinsuyo por parte de Francisco Pizarro en 1532.
Etapa colonial
El período colonial tiene una larga extensión temporal, desde 1492 hasta las independencias de
los países latinoamericanos. En el caso de Argentina en 1816 o 1810 si tomamos en cuenta al
último virrey del Río de la Plata, Baltasar Hidalgo de Cisneros. Ya desde el segundo viaje de
Cristóbal Colón, la Corona española inició un proceso de conquista y colonización de las Indias,
como le llamaron a América. Los dos más grandes Estados de los pueblos originarios, el azteca
y el inca, fueron rápidamente conquistados y convertidos en los dos virreinatos de mayor
extensión temporal, el de Nueva España y el del Perú respectivamente.
Posteriormente, en el siglo XVIII, la dinastía de los Borbones creará nuevos virreinatos, entre
ellos el del Río de la Plata. A esta nueva unidad jurídica correspondían los actuales territorios
de Argentina, Paraguay, Uruguay, Bolivia y parte de Chile. La Corona administraba sus
territorios de ultramar mediante instituciones, tanto en la propia España como en sus colonias.
El comercio ultramarino estaba monopolizado por la Corona desde Sevilla, donde se
encontraba la Casa de Contratación, y se organizaban los viajes comerciales a América bajo el
sistema de otas y galeones.
De esa manera, el Estado español buscaba garantizarse que los «frutos de América», oro y
plata principalmente, llegaran a las arcas de la Corona. Asimismo, gran parte de lo recibido por
el Estado debía gastarse en la compra de manufacturas, dado que España había descuidado su
producción y debía importarlas de otras regiones de Europa. En cuanto al resto de la sociedad
colonial, además de los españoles y criollos, encontramos a los pueblos originarios, llamados
erróneamente por Colón «indios». También se sumaron esclavos provenientes de África para ir
reemplazando a los originarios que no resistían las condiciones de explotación.
Fueron estos últimos grupos, juntos a los «indios» y a los «negros» los que más sufrieron la
explotación laboral por parte de los españoles. En las regiones tropicales, como en las costas
del mar Caribe y en el Brasil, donde también participaron de la conquista otras coronas como
las de Portugal, Francia o Inglaterra, la principal actividad productiva era la plantación de un
etapa de Rosas, la ausencia de una constitución provocaba que las catorce provincias se
autogobernaran como Estados independientes. Durante la presidencia de Urquiza, la provincia
de Buenos Aires se separó del resto de las provincias por no querer aceptar la Constitución de
1853, que estipulaba la nacionalización de las rentas de la aduana y la libre navegabilidad de
los ríos interiores por parte de buques extranjeros.