Mitos para Los Recorridos
Mitos para Los Recorridos
Mitos para Los Recorridos
1 La muerte de Zaragoza. El general Ignacio Zaragoza murió por una garrapata 15 días
después de la batalla de Puebla.
2 Santa y el funeral de su pierna. Durante la guerra de los pasteles el general Antonio López de
Santa Anna perdió su pierna, esto ocasiono que el propio general
hiciera unos homenajes heroicos para la pierna. Inicialmente fue
sepultada en el jardín de Maga de Calvo, la cual era su hacienda
predilecta en Veracruz.
No conforme, solicitó su exhumación y traslado hasta la Ciudad
de México, donde se le realizó un nuevo entierro con honores el
27 de septiembre de 1842 en el cementerio de Santa Paula, que
se encontraba ubicado en el actual Paseo de la Reforma. Durante
el entierro se hicieron varios discursos llenos de cursilerías y
exageraciones. Don Ignacio Sierra y Rosso no fue tímido en su
discurso, en el cual declamó:
Cuando la pierna llegó a la capital mexicana, fue paseada en una
vitrina por las calles. Para Antonio López de Santa Anna, esto
significaba la prueba de una entrega total a la patria. Sus
opositores vieron con malos ojos la acción, así que le pusieron el
apodo de “el quince uñas”, pese a que sólo tenía catorce, ya que
también había perdido un dedo.
3 Baile de los 41 El origen es un baile al que acudieron 42 hombres la noche del 17
de noviembre de 1901 en el centro de Ciudad de México.
La mitad vestía ropa de mujer. Varios de ellos eran personas
adineradas y formaban parte de la élite social de esos tiempos.
El festejo fue interrumpido por la policía, que arrestó a casi
todos: solo uno logró escapar y 41 quedaron detenidos.
El caso fue uno de los mayores escándalos sociales de la época
conocida como el 'Porfiriato', pues el presidente era Porfirio Díaz.
De hecho, según una leyenda muy conocida en México, quien
logró escapar esa noche era su yerno, Ignacio de la Torre y Mier.
Este baile tuvo lugar en la calle de La Paz, en lo que hoy es el
Centro Histórico de la capital y cerca de Palacio Nacional, la
residencia del presidente.
Según los diarios de la época –la única fuente documental del
caso– un policía escuchó ruido en una casa a las tres de la
madrugada, y al asomarse descubrió a las parejas.
Entonces pidió refuerzos para detenerlos, algo que según el
abogado Harris era ilegal.
"No existía un motivo para haberlos detenido", le dijo a BBC
Mundo.
"Jurídicamente, la homosexualidad como tal nunca ha estado
prohibida en México".
Pero casi todos fueron arrestados excepto el yerno de Porfirio
Díaz, según la creencia popular, cuyo nombre habría sido borrado
de la lista para evitar el escándalo político.
Luego fueron obligados a barrer las calles de la capital mexicana
con la ropa del festejo, algo que también fue ilegal, pues ninguna
ley establecía esa sanción.
Otro abuso fue el escarnio en los periódicos. Incluso se publicó
una canción para burlarse de ellos.
4 Francisco I. Madero y el espiritismo. Una vez que Francisco I. Madero llegó a la presidencia de México,
la prensa de la época sacó a la luz su pasado como “médium
escribiente“. Es decir una persona que al entrar en trance puede
escribir en papel lo que los espíritus invocados le digan.
Lo tacharon de “El loco que se con los muertos”, lo ridiculizaron
por su creencia, lo hicieron blanco de sus más férreas críticas. La
prensa estaba estrenando con él su recién adquirida libertad de
expresión. Libertad que el propio Madero les había concedido
quitándoles el bozal que tantos años los había limitado.
5 El cuerpo del Maximiliano Maximiliano era un hombre muy alto, pues medía un metro con
87 centímetros. Eso es mucho más que el promedio de la
estatura en los mexicanos. Esto provocó que sus pies no cupieran
en el ataúd, por lo que salían de éste.
El cuerpo del emperador fue preparado por el médico Vicente
Licea. Conforme pasaron los días, la adquisición de algún objeto
que hubiese tenido contacto con el cadáver se convirtió en un
tesoro de gran valor. Se cuenta que durante los siete días que
duró el embalsamamiento, se vio a las sirvientes de las damas
queretanas entrar al convento de Capuchinas a entregarle al
doctor Licea lienzos y pañuelos para humedecerlos con la sangre
de Maximiliano.
Con un malogrado embalsamamiento, el cadáver real abandonó
Querétaro y su peregrinar rumbo a la Ciudad de México duró 214
días, en los que aquél cuerpo sin vida vivió de todo. Se dice que
eran tiempos de lluvias, y al cruzar el arroyo de San Sebastián, el
carro se volcó dejando al cadáver totalmente empapado, lo que
sumado al pésimo embalsamamiento, el cuerpo llegó
ennegrecido y convertido en un completo desastre. El cadáver se
estaba pudriendo.
Juárez al ver el resultado del cuerpo, pidió un nuevo
embalsamamiento, que fue realizado por los médicos Agustín
Andrade, Rafael Ramiro Montaño y Felipe Buenrostro. El cadáver
permaneció un tiempo en la capilla de San Andrés, cuando llegó
un comisionado por la Casa de Austria para recoger sus restos.
El cuerpo del emperador vestía de negro y reposaba sobre
cojines de terciopelo, en un ataúd de palo de rosa elegantemente
trabajado. El carruaje partió con rumbo a Veracruz
acondicionado de tal forma que el movimiento del viaje no
provocara sacudidas que pudieran lastimar aún más el cuerpo.
El cadáver de Maximiliano salió de México en la fragata de guerra
Novara y actualmente sus restos descansan en la sala de los
príncipes, a un costado de la Cripta de los Emperadores de la
Iglesia de los Capuchinos en Viena, Austria.
6 El apostador de Hidalgo Si bien se ha presentado a Miguel Hidalgo como el padre de la
patria, la realidad es que tuvo un lado muy humano con vicios y
defectos, lo cual, lo llevaron a dejar su puesto como rector en el
Colegio de San Nicolás de Valladolid y llegó a acumular una gran
riqueza entre los años 1790 y 1800, esto propició que le dedicara
más tiempo a su vida social y comenzó a olvidar sus deberes
como eclesiástico.
Su tiempo se iba en organizar fiestas, tertulias literarias y leía los
libros prohibidos por el Tribunal del Santo Oficio, de acuerdo con
el historiador Héctor Jaime Treviño, a Hidalgo le gustaba jugar a
la baraja, apostar en los gallos de pelea, el alcohol y las corridas
Este estilo de vida lo llevó a adquirir deudas y a enemistarse con
el cabildo de Valladolid, asimismo, fue citado por el Tribunal de la
Inquisición por trato deshonesto con mujeres y por vivir en
concubinato con una señora con quien tenía dos hijos, esto
propició que renunciara a su rectoría en el colegio, pagar sus
deudas con una de sus haciendas e irse a la ciudad de Colima
para servir en un curato por orden del Obispo.
En este contexto, Miguel Hidalgo no fue un sacerdote ortodoxo y
hay historiadores que aseguran que tuvo más de 9 hijos.
La depresión del cura Hidalgo
En 1802 logró ser cura del pueblo de Dolores tras la muerte de su
hermano, José Joaquín, dicho evento le afectó profundamente y
le ocasionó una severa depresión de la que no logró salir.
La localidad se asentó con toda su familia y así, el padre de la
patria continuó con su vida social, se ocupó de todo, menos de
sus fieles y dejó que el padre Francisco Iglesias se hiciera cargo
de ellos.
Durante todo ese periodo y hasta 1810 se le ve a través de
ilustraciones cómo se llenó de toda clase de placeres y
actividades fuera de la religión, vivió con otra mujer con quien
supuestamente tuvo dos hijas más, Micaela y Josefa.
Miguel Hidalgo y Costilla era un personaje que aunque ya era
distante a los temas de la iglesia, era querido por muchas
personas de distintos estratos sociales, por esta razón fue
buscado por los conspiradores de la independencia, ya que
pensaron que podía atraer a la causa a los ricos y poderosos de la
Nueva España.
El cura Hidalgo Masón
El norteamericano maestro Masón, Richard Chism, en su libro
“Una contribución a la historia masónica de México”, relató que
en 1806 se formó en la Ciudad de México (CDMX) una logia
masónica del rito de York, es decir, de obediencia inglesa y fue en
la casa número 5 de la calle de las ratas, hoy mejor conocida
como Bolívar en el Centro Histórico, donde fueron iniciados
personajes de la historia como Miguel Hidalgo, Allende, el
corregidor de Querétaro, Miguel Domínguez, entre otros.
El maestro Masón grado 33, doctor Julián Gascón escribió lo
mismo en su tratado “Los primeros masones y la formación del
supremo consejo de México”.
En este contexto, Hidalgo tenía un plan que le había
proporcionado un antiguo jesuita que vivía en Querétaro, el cual,
era en líneas generales, que la logia de Nuevo Orleans, en
Estados Unidos, había confeccionado para realizarse a través de
los revolucionarios que fueran elegidos por ella.
Por esta razón, no es de sorprender que entre las primeras
disposiciones que emitió su gobierno itinerante se encuentra la
de enviar a Pascasio Ortiz de Letona a la unión americana a pedir
ayuda material y moral para los insurgentes.
7 Carlota y su locura. Fue la primera mujer que gobernó México y la última emperatriz
del país. La princesa de Bélgica, archiduquesa de Austria y
condesa de Habsburgo que terminó sus días entre el olvido y la
locura: así fue el final de Carlota, marcada por una vida trágica.
El 19 de enero de 1927 la emperatriz Carlota murió en el castillo
de Bouchout, en los alrededores de Bruselas, a donde llegó a vivir
en 1879, ya afectada de sus facultades mentales.
La caída de su imperio en México y el fusilamiento de su esposo,
el emperador Maximiliano de Habsburgo, fueron demasiado para
ella.
"Todo aquello terminó sin haber alcanzado el éxito", fueron las
últimas palabras de la emperatriz, según el historiador Luis
Weckmann.
Carlota tomaba las riendas del país cuando Maximiliano se
ausentaba (Foto tomada del libro La fotografía durante el
imperio de Maximiliano)
"Recordadle al universo al hermoso extranjero de cabellos
rubios. Dios quiera que se nos recuerde con tristeza, pero sin
odio".
Parece que al final de su existencia, Carlota seguía añorando sus
días al frente del imperio mexicano y parece que, tal como era su
deseo, aún hoy se le recuerda con tristeza.
Su padre, el rey Leopoldo I de Bélgica, la educó para gobernar.
Seguramente tenía grandes planes para su hija consentida, pero
la vida tenía trazado un camino muy distinto para María Carlota
Amelia Augusta Victoria Clementina Leopoldina de Sajonia-
Coburgo-Gotha y Orleans, nacida el 7 de junio de 1840.
A los 17 años se casó con Maximiliano, el hermano menor de
Francisco José -emperador de Austria, y después de un difícil
paso por Italia, la pareja se trasladó al Castillo de Miramar, en
Trieste.
Fue allí donde llegó un grupo de mexicanos a ofrecerles la corona
del país, envuelto -como en casi todo el siglo XIX- en luchas
internas. Maximiliano y Carlota aceptaron la propuesta, soñaban
con construir un imperio en América.
La llegada al país no fue la que Carlota esperaba. Apenas algunos
adornos en el puerto de Veracruz y unas cuantas personas para
recibirlos en mayo de 1864.
Ya instalada en la capital mexicana, la emperatriz Carlota se
dedicó a formar su corte, a realizar obras de caridad y a ofrecer
bailes en el castillo de Chapultepec, pero también tomaba las
riendas del país cuando su esposo se refugiaba en la paz de
Cuernavaca.
De acuerdo con el investigador Arturo Aguilar Ochoa, autor del
libro La fotografía durante el imperio de Maximiliano, la figura de
Carlota “está envuelta en la leyenda y las invenciones que han
hecho novelistas que impiden ver al personaje verdadero”.
Para Aguilar Ochoa lo más importante es recordar el apoyo que
Carlota dio a instituciones (fundó la Casa de La Maternidad). “Fue
la primera mujer en gobernar, aunque de manera interina, este
país. Fue una mujer incomprendida, que está envuelta en
leyendas; fue una persona muy inteligente aunque introvertida”.
Su figura tan importante en México fue tal que inspiró la canción
"¡Adiós, mamá Carlota!". Se escribió una vez que la emperatriz
abandonó el país rumbo a Europa, en busca de ayuda para
sostener el imperio en decadencia de su esposo, luego de que
Napoleón III los abandonara.
Incluso se entrevistó con el Papa, pero Carlota no logró su
cometido y Maximiliano fue fusilado el 19 de junio de 1867 en el
Cerro de las Campanas.
Las leyendas de Carlota
Entre lo que se dice de Carlota, y que nunca se comprobó, es que
en realidad no estaba loca sino que fingió su locura porque -
cuando salió de México- estaba embarazada del jefe de su
guardia imperial, Alfred van der Smissen.
Por otra parte se dice que su locura fue real y que fue provocada
por la seta teyhuinti, que una herbolaria le recomendó para
poder concebir.
Incluso se dice que su locura fue tal que bebía agua de las
fuentes en Roma porque temía ser envenenada.
La novela Noticias del Imperio, de Fernando del Paso, exploró
estas leyendas alrededor de la emperatriz.
Ciertas o no, la emperatriz Carlota sigue siendo una figura
emblemática en la historia de México.
8 El amante de Maximiliano. Este 10 de abril se cumplieron 155 años de la coronación del
Archiduque Maximiliano de Habsburgo, en 1864, como
Emperador de México en la Catedral Metropolitana de la capital
a manos de la comisión mexicana conservadora.
Maximiliano fue fusilado en México el 9 de junio de 1867,
después de un fugaz imperio de solo 3 años, entre choques de la
guerrilla republicana y los ejércitos imperiales mexicanos y
franceses. Intentó un equilibrio entre sus ideales liberales y los
intereses conservadores, pero no logró nada.
Pero durante su corta estancia en México conoció varios lugares
del país, incluido el pueblo de Acapatzingo, en Cuernavaca, en el
estado de Morelos, donde tenía una casa para descanso llamada
El Olindo.
Actualmente la casa, bajo resguardo del Instituto Nacional de
Antropología e Historia (INAH) puede ser visitada por turistas
para conocer sus jardines etnobotánicos. Cruzando la calle se
encuentra una pequeña tienda llamada Maximiliano, una clara
referencia al emperador que eligió ese rincón de México para
descansar.
El jardinero de la modesta propiedad tenía una bella hija llamada
Concepción Sedano, de apenas 17 años. Era conocida en el
pueblo por su belleza, y la llamaban "La India Bonita". Otra
versión señala que su nombre era Margarita Sedano Leguísamo.
Maximiliano pronto encontró motivos para viajar
constantemente de Ciudad de México a Cuernavaca, sin su
esposa, la emperatriz Carlota. En una carta describió a su amante
como "una joven india inocente que me testimonia un afecto
ingenuo que me es muy dulce".
La emoción lo motivaba a viajar unas siete horas en carreta,
cargado de vino y enamoramiento por la joven indígena.
Mientras Carlota acudía a tiendas de Ciudad de México en busca
de remedios naturales para poder concebir un hijo, "La India
Bonita" resultó embarazada y pronto se regó la versión de que el
padre del bebé era Maximiliano de Habsburgo.
Jamás se sabrá si el niño llamado Julián Sedano fue hijo del
emperador. Carlota se habría enterado de la existencia del bebé
y se habría encargado de sepultar la verdad.
De haberse consolidado el imperio de Maximiliano, y si ese
hubiera sido su único hijo, habría tenido derechos legítimos a la
sucesión al trono del imperio en México. La historia hubiera sido
completamente diferente.
El romance de "La India Bonita" con Maximiliano es uno de los
grandes mitos que los mexicanos elaboraron en torno al
emperador, ha dicho el historiador Hugo Arciniega. La historia
fue retomada en 1987 en la novela "Noticias del Imperio" de
Fernando del paso.
Un restaurante recuerda la historia
En la actualidad se puede visitar el restaurante "La India Bonita",
inaugurado en 1933 y nombrado así para recordar el amor de
Maximiliano por una mexicana.
Se encuentra dentro de la "Casa Mañana", que el embajador de
Estados Unidos en México 1927 a 1930, Dwight W. Morrow,
mandó a construir para descansar. La nombró así porque los
albañiles a los que encargó la obra se retrasaban con la
construcción, y solo le respondían que "mañana, mañana" estaría
lista.
Terminaron la casa en 1928, pero en 1931 Morrow murió y en
1935 se nombró la calle en su honor. Después de décadas en el
olvido, en 1992 fue remodelada como se conoce a la fecha,
donde se puede disfrutar de alimentos de la gastronomía
mexicana en "La India Bonita".
9 Napoleón y su admiración por Morelos José María Morelos y Pavón es considerado como una de las
principales figuras dentro de la Guerra de Independencia en
México, pues cuando Miguel Hidalgo y Costilla fue apresado y
asesinado por las tropas españolas, tomó el liderazgo y comandó
pequeños ejércitos durante algunos años.
El también sacerdote, militar insurgente y patriota mexicano
presentó una gallardía e inteligencia en el campo de batalla como
ningún otro antes, por lo que fue reconocido en todo el territorio
de la Nueva España y hasta del otro lado del mundo.
Una de sus batallas más conocidas fue la batalla de Cuautla, que
se dio durante su primera campaña militar, cuando el virrey
Francisco Xavier Venegas advirtió sobre la posibilidad de que
Morelos atacara la Ciudad de México.
Ante este miedo, le ordenó a Félix María Calleja ir a este
territorio para encerrar al “Siervo de la Nación” y sus tropas. Este
hecho duró alrededor de 72 días, hasta que el 2 de mayo de
1812, los insurgentes escaparon del lugar con mínimas bajas.
Durante este lapso, 7,000 hombres bien armados, entre
batallones novohispanos y españoles, tuvieron algunas
confrontaciones directas con los negros y mulatos provenientes
de la costa de Nueva España, quienes sólo contaban con
machetes, fusiles y de 16 cañones de varios calibres, entre ellos,
una culebrina, pequeño cañón apodado “El Niño”.
La primera sorpresa ocurrió en el Convento de San Diego, lugar a
cargo de Hermenegildo Galeana. Cuando el ejército de Calleja
intentó ingresar, fue repelido, pero los batallones de Guanajuato
y el de Patriotas de San Luis derribaron los muros de las casas y
casi conquistaron el convento.
No obstante, un incidente con un supuesto niño detuvo la
avanzada. Según la historia, este pequeño de 12 años, llamado
Narciso Mendoza, nunca abandonó su puesto mientras los
insurgentes salieron huyendo. Para detener a los realistas,
Mendoza le prendió fuego a un cañón y defendió el convento
hasta que sus compañeros se reorganizaron y volvieron al campo
para derrotar a sus adversarios.
En esta acción hubo múltiples heridos y prisioneros realistas.
También se registró la muerte de su coronel conde de Casa Rul y
Juan Nepomuceno Oviedo. Ante esta sorpresa, se determinó
poner sitio a Cuautla en lugar de intentar tomarla a viva fuerza.
Fue así como la resistencia tomó valor y se mantuvo en pie de
lucha por más de dos meses, hasta que Mariano Matamoros
logró romper el cerco para huir a Toluca, donde se encontraría
con López Rayón para obtener las provisiones que el ejército
insurgente necesitaba. Aunque en su regreso estuvo a punto de
ser capturado, los insurgentes lo evitaron, pero perdieron los
alimentos y armas que ayudarían a Morelos a salir del sitio.
Los embates realistas continuaron sin conseguir nada, a pesar de
la debilidad de los insurgentes. Con el paso del tiempo, la
situación realista se volvió insostenible, además de que los altos
mandos comenzaron a tener roces con Calleja para evitar más
ataques a Cuautla.
Fue así como el 2 de mayo de 1812, Félix María Calleja renunció
al sitio y le envió una carta al virrey Venegas en la que reconoció
la estrategia y valía de Morelos y Pavón:
“Si la constancia y actividad de los defensores de Cuautla fuese
con moralidad y dirigida a una justa causa, merecería algún día
un lugar distinguido en la Historia. Estrechados por nuestras
tropas y afligidos por la necesidad, manifiestan alegría en todos
los sucesos. Entierran sus cadáveres con repiques en celebridad
de su muerte gloriosa, y festejan con algazara, bailes y
borracheras, el regreso de su frecuentes salidas, cualquiera que
haya sido el éxito, imponiendo pena de la vida al que hable de
desgracias o rendición. Ese clérigo es un segundo Mahoma, que
promete la resurrección temporal y después el paraíso con el
goce de todas las pasiones a sus felices musulmanes”, redactó.
La heroica del sacerdote militar supuestamente llegó a oídos del
mismísimo Napoleón Bonaparte, quien se encontraba en plena
organización para invadir Rusia, y dijo la conocida frase: “Denme
dos Morelos y conquisto al mundo”.
Sin embargo, no hay registro alguno que avale la veracidad del
hecho, ni siquiera si conoció o supo del “Siervo de la Nación”.
Mucho menos existe un consenso sobre lo dicho por Napoleón,
ya que mientras algunos dicen “dos Morelos”, otros aseguran
que dijo “cinco” o hasta “diez”.
Hasta el momento, este acontecimiento quedó como una
leyenda, lo cual no significa menos en el haber de Morelos, pues,
haya sucedido o no, la magnitud de las palabras y del personaje
que supuestamente las dijo, así como la leyenda que se forjó a su
alrededor, sólo engrandece la figura militar y de estratega que
tuvo José María Morelos y Pavón, una de las figuras más
significativas en la historia de México.
1 Pedro Lascarais Pedro José Domingo de la Calzada Manuel María Lascuráin
0 Paredes nació en el rancho de La Romita en la Ciudad de México.
Era nieto del general Mariano Paredes Arrillaga, quien también
fue presidente de México por un breve periodo en 1846.
El presidente Mariano Paredes, abuelo del Pedro Lascuráin.
Pedro Lascuráin procedía por línea materna de una familia de
origen vasco, mientras que su padre era un próspero empresario
de Veracruz. Debido a ello, Lascuráin se formó como abogado en
escuelas de renombre, como el Seminario Conciliar y la Escuela
Nacional de Jurisprudencia.
Ejerció su profesión de abogado como miembro del
ayuntamiento de la Ciudad de México, director de la Escuela
Libre de Derecho y secretario de Relaciones Exteriores en el
gabinete de Francisco I. Madero.
Presidente de México por 45 minutos
El breve ascenso a la Presidencia de Pedro Lascuráin tuvo lugar
durante el golpe de estado conocido como la Decena Trágica.
Tras su asunción democrática al poder en 1911, Francisco I.
Madero había mantenido la estructura gubernamental porfirista.
El motivo principal de evadir cambios profundos, era mantener la
estabilidad producida por las inversiones extranjeras.
Sin embargo, tanto los movimientos de la población más
desfavorecida, como los hacendados que luchaban contra el
zapatismo estaban inconformes con la templanza maderista.
Por ello, la oposición convocó a distintos mandos del ejército
para asaltar el Palacio Nacional. El evento fue encabezado por el
general Manuel Modragón, quien buscaba poner en libertad a
Bernardo Reyes y a Félix Díaz, ambos opositores de Madero.
Además, contaron con un férreo apoyo del gobierno
estadounidense. El objetivo principal del golpe era llevar a Félix
Díaz, sobrino de Porfirio Díaz, al poder.
La madrugada del 09 de febrero de 1913, Mondragón inició la
sublevación contra Francisco I. Madero. Durante diez días una
lucha encarnizada tuvo lugar en el Centro Histórico de la capital
mexicana.
Muertos durante el cápitulo de la Decena Trágica.
Con la hospitalización del maderista Lauro Villar, Victoriano
Huerta asumió el cargo de general, evento que aprovechó para
consumar la traición contra Madero.
Tras apresar a Madero y a su vicepresidente José María Pino
Suárez, Huerta exigió las renuncias al gobierno a cambio de la su
libertad. Una vez emitida la dimisión, el poder recayó
constitucionalmente sobre el secretario Pedro Lascuráin, quien
había fungido como salvaguarda de la vida de Madero.
¿Cuánto tiempo se necesita para cambiar la historia?
Para aceptar el trámite, Pedro Lascuráin hizo jurar a Huerta ante
una imagen guadalupana que protegería las vidas del presidente.
El entonces secretario de relaciones exteriores fungió como
interpósita persona entre Madero y Huerta. Una vez entregadas
las renuncias, Lascuráin asumió constitucional y legítimamente la
presidencia de las 17:15 a las 18:00 horas del 19 de febrero de
1913.
Durante su gestión interina, Pedro Lascuráin designó a Victoriano
Huerta como secretario de Relaciones Exteriores, luego de lo cual
renunció. Con ello, del mismo modo el poder pasó a un
presidente interino, mismo que duró un año.
Después del suceso Francisco I. Madero se enteró de la muerte
de su hermano Gustavo y tres días después murió fusilado.
Victoriano Huerta
Ya como presidente de México, Victoriano Huerta instauró una
dictadura militar y restableció el sistema porfirista, esta vez sin
Porfirio Díaz a la cabeza.
Por su parte, el presidente Lascuráin vivió hasta los 96 años.
Durante el resto de su vida defendió no ser parte del complot
contra Madero. Sobre ello declaró:
«Mi único propósito había sido obtener garantías que pusieran a
salvo la vida del señor Madero, el apóstol de la revolución. Fue el
malvado engaño, porque muy pocas horas después de serme
garantizada la vida del presidente, era asesinado. No quiero
añadir más.»
1 El origen del nombre de la Salsa La Salsa Valentina no puede faltar en una tarde de películas o de
1 Valentina futbol, sobre todo para acompañar unas ricas y deliciosas
botanas, y es que tan solo una gota de este suculento líquido le
aporta un sabor y picor exquisito a nuestros alimentos; sin
embargo, ¿sabes por qué se llama así? A continuación te lo
decimos.
Historia de la Salsa Valentina
La salsa valentina es una creación de Manuel Maciel Méndez,
quien honró la memoria de una revolucionaria mexicana
(Valentina Ramírez Avitia) para bautizar así su popular salsa cuya
historia se remonta a la década de los años 60. Maciel Méndez
era originario de Tamazula de Gordiano, Jalisco, y se dedicaba a
la producción de refrescos.