B4a - El Sistema Nervioso
B4a - El Sistema Nervioso
B4a - El Sistema Nervioso
EL SISTEMA NERVIOSO
INTRODUCCIÓN
Reciben el nombre de funciones de relación y de coordinación las que relacionan a los seres vivos con el
medio y coordinan sus funciones. Para llevar a cabo esta coordinación es necesaria la captación de
estímulos y la elaboración de respuestas. Estas funciones, en el caso del ser humano, son realizadas por
el sistema nervioso, con información procedente de los receptores sensoriales, el sistema endocrino y
el aparato locomotor.
El ser humano es capaz de captar los cambios que ocurren en nuestro entorno y las informaciones a que
dan lugar, los estímulos, que pueden inducir en ellos, con intervención de centros de coordinación y
control, determinadas acciones llamadas respuestas.
La captación de los estímulos ambientales (del medio o del propio cuerpo) la realizan las células
sensoriales receptoras, externas o internas que recogen información relativa a determinados factores
fisiológicos (luz, temperatura, sustancias químicas, presiones...).Los receptores convierten los estímulos
en impulsos nerviosos, los cuales son generalmente transmitidos a un centro nervioso, mediante
neuronas. Una vez que el centro nervioso ha integrado la información, emite otro impulso nervioso que,
a través de neuronas, llega al órgano efector. Éste, al recibir la señal, efectuará una acción de respuesta.
Hay dos tipos de respuestas: respuesta motora, que comporta un movimiento, y la respuesta secretora,
o secreción de determinadas sustancias por parte de alguna glándula.
La eficacia de las respuestas depende de los sistemas de relación y coordinación: Sistema Nervioso y
Sistema Endocrino, los cuales trabajan de manera conjunta constituyendo el Sistema Neuroendocrino.
El axón, puede encontrarse rodeado por una cubierta formada por células de Schwann llamada vaina de
mielina. La vaina de mielina no recubre de manera continua al axón, sino que entre célula y célula
queda una zona del axón desprovista de vaina, que recibe el nombre de nódulo de Ranvier. Los axones
con vaina de mielina (fibras mielínicas) conducen los impulsos nerviosos a mayor velocidad que las fibras
amielínicas.
3. EL IMPULSO NERVIOSO
La neurona está especializada en general y propagar impulsos nerviosos, debido al flujo de iones (Na+ y
K+) a través de la membrana plasmática neuronal.
Una neurona en reposo presenta una desigual distribución de iones a ambos lados de la membrana. En
el interior existe gran concentración de aniones fosfato (PO4)3- y mucho más K+ que en el exterior, donde
hay, en cambio, una mayor concentración de Na+ y aniones cloruro Cl-. Este reparto desigual se debe a la
permeabilidad selectiva de la membrana.
Esta diferencia de concentración de iones a ambos lados de la membrana celular permanece invariable
en la célula debida a la actuación de una bomba transportadora existente en la membrana, que expulsa
el Na+ que entra e introduce K+, gastando energía metabólica (ATP). Este sistema de transporte se
denomina bomba de sodio-potasio.
El impulso nervioso se propaga con mayor velocidad en los axones con mielina, puesto que la
generación de potenciales no se realiza punto a punto a lo largo del todo el axón, sino sólo en los nudos
de Ranvier. Esto se debe a que, al ser la mielina aislante eléctrico, no permite el paso de cargas a su
través. A este tipo de propagación se le llama conducción saltatoria.
La sinapsis es la unión funcional entre dos neuronas, entre una neurona y una célula muscular o bien,
entre una neurona y una glándula. Normalmente, las sinapsis se establecen entra las ramas terminales
del axón de una neurona y las dendritas o el cuerpo celular de otra. Una neurona puede establecer
entre 100 y 200000 sinapsis.
La porción terminal del axón se ensancha formando el botón sináptico en el que se encuentran
numerosas vesículas que contienen unas sustancias químicas denominadas neurotransmisores.
5
La llegada de un impulso nervioso a la membrana presináptica provoca una entrada de Ca+ desde el
exterior. El Ca+ hace que algunas vesículas liberen sus moléculas de neurotransmisor a la hendidura
sináptica, por la que el neurotransmisor difunde hasta alcanzar la membrana postsináptica, que tiene
receptores específicos para ese neurotransmisor.
Cuando han realizado su misión, los neurotransmisores se separan de sus receptores; son
descompuestos por enzimas específicas y sus constituyentes son reabsorbidos por la membrana de la
neurona presináptica para volver a ser utilizados.
Muchas sustancias pueden actuar como neurotransmisores. Las más importantes son la acetilcolina y la
noradrenalina. La acetilcolina estimula la contracción muscular en la sinapsis neuro-muscular; en
cambio, disminuye la frecuencia cardíaca al actuar en el sistema nervioso autónomo; la noradrenalina
ejerce su acción en muchas de las sinapsis de la corteza cerebral, el cerebelo y la médula espinal.
Algunas sustancias químicas pueden influir en la transmisión sináptica. Los hipnóticos, tranquilizantes y
anestésicos hacen que aumente el umbral de excitación de la membrana postsináptica, mientras que la
cafeína, la nicotina y las anfetaminas disminuyen dicho umbral, facilitando la transmisión del impulso
nervioso.
Conectar los receptores sensoriales y los órganos efectores con los centros nerviosos.
Conducir los impulsos nerviosos.
Integrar los estímulos sensitivos para que se efectúe la respuesta fisiológica más idónea.
Centros nerviosos, donde se lleva a cabo la integración de los estímulos y se originan las
respuestas. En los vertebrados, los centros nerviosos se localizan en el encéfalo y la médula
espinal, que, en conjunto forman el sistema nervioso central (SNC).
Nervios, que conectan los centros nerviosos con las células receptores y los órganos efectores.
En conjunto, estos nervios forman el llamado sistema nervioso periférico (SNP).
Hay una serie de nervios que se originan en regiones determinadas del encéfalo o de la médula espinal y
que se encargan de controlar las actividades involuntarias. En conjunto, estos nervios forman el llamado
sistema nervioso vegetativo o autónomo (SNA).
6
En los centros nerviosos se localizan las neuronas que establecen muchas y complejas conexiones entre
ellas. Los nervios, por su parte, están formados por los axones de las neuronas, que conectan distintas
partes de nuestro cuerpo.
Fibras aferentes o sensitivas: van del receptor hasta el sistema nervioso central y
transportan información procedente de cualquier cambio interno o externo.
Fibras eferentes o motoras: trasmiten las respuestas elaboradas en los centros nerviosos
hasta los órganos efectores (músculos o glándulas). Se llaman propiamente motoras si
inervan músculos, y secretoras, si inervan glándulas. Los axones de las neuronas motoras
están rodeados por células de Schwann.
Neuronas de asociación o interneuronas: conectan las neuronas aferentes con las neuronas
eferentes, permitiendo la integración de los informes sensitivos y la elaboración de las
respuestas motoras adecuadas. La enorme complejidad de sus interconexiones en el
cerebro es lo que nos proporciona la memoria, el pensamiento, las emociones y, en general,
todas nuestras actividades mentales superiores.
La forma más rápida de responder a un estímulo es una respuesta refleja o involuntaria que se produce
“automáticamente” y que no requiere la consciencia. Es el acto reflejo.
Las respuestas reflejas son muy rápidas, ya que el estímulo recorre el camino más corto posible: desde
el lugar de recepción del estímulo (receptor) hasta el efector, a través de un circuito neuronal muy
simple denominado arco reflejo.
Aunque la neurona es la unidad funcional del sistema nervioso, ella no puede por sí sola realizar ninguna
función de coordinación o control en respuesta a un cambio en el medio. Para ello hacen falta, al
menos, dos neuronas conectadas sinápticamente entre sí, y que, a su vez, una de ellas (la neurona
sensitiva) contacte con un receptor por donde entra el estímulo; y la otra (neurona motora) contacte
con un efector que ejecute la acción.
Por tanto, un arco reflejo estará formado, como mínimo por: un receptor, una neurona sensitiva, una
neurona motora y un efector. Entre la neurona sensitiva y la motora existen una o varias neuronas
intercalares (neuronas de asociación) alojadas en la médula espinal.
7
5.2.1. El encéfalo
El encéfalo se forma en el desarrollo embrionario a partir de la vesícula encefálica, que es una dilatación
del tubo neural. En esa vesícula se
diferencian pronto tres regiones o vesículas
primarias:
En el interior del encéfalo se abren cuatro cavidades llamadas ventrículos, comunicados entre sí y que se
continúan en el conductor que hay dentro de la médula (epéndimo). Dentro de estas cavidades y
conductos se encuentra el líquido cefalorraquídeo.
Externamente, el encéfalo, al igual que la médula espinal, está envuelto por tres membranas,
denominadas meninges, que son, de dentro afuera, la piamadre, la aracnoides y la duramadre. Entre la
piamadre y la aracnoides también hay líquido cefalorraquídeo, que sirve para amortiguar el efecto de
los golpes sobre el encéfalo.
8
Es la zona donde se integran las funciones superiores de los animales. Se distinguen en él dos regiones:
el telencéfalo y el diencéfalo.
A. El telencéfalo. Esta porción ocupa casi la totalidad del cráneo. El telencéfalo, que recibe el nombre de
cerebro, es la mayor estructura del encéfalo, y la única donde se perciben y elaboran sensaciones
conscientes. Está dividido longitudinalmente por un surco en dos hemisferios, derecho e izquierdo.
La capa más externa del cerebro, la corteza, está llena de pliegues –circunvoluciones-, que aumentan
extraordinariamente su superficie; y cisuras, surcos profundos que dividen el telencéfalo en cuatro
lóbulos: frontal, parietal, temporal y occipital, en cada uno de los dos hemisferios. Cada lóbulo tiene
funciones específicas.
Las áreas de asociación reciben una información sensorial rica y variada, que es comparada con la
almacenada en la memoria. También son las responsables de las funciones superiores como el lenguaje,
la creatividad, el aprendizaje y la memoria.
9
Las zonas sensorial y motora del cerebro han sido perfectamente cartografiadas y se puede establecer
una correspondencia entre ellas y las diferentes zonas del cuerpo con las que están en relación.
Los dibujos grotescos que representan estas relaciones se conocen como homúnculos sensorial y
motor. Estas representaciones resultan al dibujar los órganos en proporción al número de células del
área sensorial o motora que le corresponde. Así, por ejemplo, el área responsable del movimiento de las
manos y los dejos, que ejecutan movimientos precisos, es muy grande.
A.2. Diencéfalo. El diencéfalo se halla debajo del telencéfalo y se distinguen en él las siguientes partes:
El tálamo. Es una estructura formada por dos masas ovales de sustancia gris situadas en las
paredes laterales del tercer ventrículo debajo del cuerpo calloso y los ventrículos laterales. Es la
principal estación en la transmisión de los impulsos sensitivos que llegan a la corteza cerebral.
También está relacionado con las emociones y la memoria.
El hipotálamo. Es una pequeña región situada debajo del tálamo formando el suelo del tercer
ventrículo. Controla e integra las actividades del sistema nervioso autónomo regulando
funciones viscerales como la frecuencia cardíaca, los movimientos del tubo digestivo, la
contracción de la vejiga urinaria y los impulsos sexuales. Además, controla el apetito, la sed y la
temperatura corporal. También interviene en la regulación de los patrones de sueño-vigilia.
El epitálamo. Es una porción situada en la parte posterior del diencéfalo. Contiene la glándula
pineal o epífisis, de misión endocrina. El hipotálamo tiene también función neuroendocrina,
puesto que segrega los factores liberadores hipotalámicos y hormonas, como la oxitocina y la
vasopresina.
Unida la hipotálamo y
por debajo de éste,
está la hipófisis,
importante glándula
endocrina, pieza
fundamental en la
integración del
sistema
neuroendocrino.
Dentro del diencéfalo
se encuentra el tercer
ventrículo encefálico.
10
Tiene unas gruesas paredes y en su interior hay un conducto, el acueducto de Silvio, que comunica el
tercero y el cuarto ventrículos. La base y las paredes
laterales del mesencéfalo tienen fibras nerviosas que
conectan el encéfalo anterior con el posterior y se
denominan en conjunto pedúnculos cerebrales.
Es una dilatación de la médula espinal y posee dos zonas: una anterior o metencéfalo, que forma el
cerebelo y la protuberancia, y otra posterior o mielencéfalo, que forma el bulbo raquídeo.
C.1. El cerebelo
Recibe información de los receptores que están en los músculos y de las órdenes motoras que
van a ellos desde otras estructuras del sistema nervioso central. Es decir, “conoce” el estado del
músculo y el esfuerzas que se la va a pedir y hace los ajustes necesarios para que los
movimientos corporales sean suaves y precisos.
Produce en los músculos el tono adecuado para que pueden mantener la postura corporal.
Recibe información de los receptores que detectan la posición
del cuerpo en el espacio y hace los ajustes necesarios para
mantener el equilibrio corporal.
C.3. El bulbo raquídeo. Está constituido por numerosos haces de fibras nerviosas que conectan los
centros encefálicos con la médula espinal. En la sustancia gris del bulbo raquídeo pequeños acúmulos de
neuronas que actúan como centros de control de las funciones cerebrales involuntarias, como el ritmo
respiratorio, el ritmo cardíaco, el reflejo de la deglución, el vómito y la contracción y dilatación de las
fibras musculares de los vasos sanguíneos.
Es la parte del Sistema Nervioso Central situada en el interior de la columna vertebral. Se comunica con
el encéfalo a través de un orificio
situado en la base del cráneo,
denominado foramen magnum; la
parte inferior de este cilindro nervioso
que recorre el interior de la columna
vertebral termina a la altura de la
segunda vértebra lumbar, originando
un haz de nervios llamado cola de
caballo. La médula espinal está
recorrida en toda su longitud por un
canal, el epéndimo, continuación de
los ventrículos del encéfalo y que, al
igual que ellos, contiene líquido
cefalorraquídeo.
a. La sustancia blanca: constituye toda la zona periférica de la médula, compuesta por axones de
neuronas. El color blanquecino se debe a la vaina de mielina que recubre los axones de estas
neuronas, conductoras de impulsos ascendentes (hacia el encéfalo) y descendentes (hacia los
órganos). Tanto las vías ascendentes como las descendentes se entrecruzan en la médula o en el
encéfalo, a la altura del bulbo raquídeo, por lo que el lado derecho del cerebro gobierna y recibe
sensaciones del lado izquierdo del cuerpo y viceversa.
b. La sustancia gris: ocupa la porción central de la médula espinal y está formada por los cuerpos
de las neuronas. La sustancia gris tiene una forma que recuerda las alas desplegadas de una
mariposa, con cuatro prolongaciones o astas. Las astas anteriores son cortas; las posteriores son
más largas.
De las paredes laterales de la médula espinal parten los nervios espinales o raquídeos (31 pares), con
dos raíces: una ventral y otra dorsal. Cada raíz está formada por haces delgados de fibras nerviosas que
luego confluyen.
El sistema nervioso periférico está compuesto por nervios, que conectan la periferia del organismo y el
sistema nervioso central. Se encarga de enlazar las células recetoras con los centros nerviosos y estos
con los órganos efectores.
Los nervios, según el sentido del impulso nervioso que conducen, se dividen en:
Nervios sensitivos: conducen impulsos desde los receptores hasta los centros nerviosos.
Nervios motores: conducen impulsos de los centros nerviosos a los efectores.
Nervios mixtos: si tienen fibras sensitivas y fibras motoras.
Según su origen, los nervios del sistema nervioso periférico se denominan craneales y espinales.
13
Salen del encéfalo, son 12 pares y pueden ser sensitivos, motores o mixtos. Por regla general, se
encaran de inervar diferentes estructuras de la cabeza, el tronco y algunos órganos internos. Destaca el
par craneal X o nervio vago, por el control que efectúa sobre las vísceras.
El sistema nervioso vegetativo autónomo se encarga de controlar las funciones fisiológicas básicas. Para
ello, actúa sobra la musculatura lisa (de movimiento involuntario), el músculo cardíaco y las glándulas de
secreción. Normalmente funciona de manera involuntaria, inconsciente y automática, por lo que se le
llama sistema nervioso autónomo.
14
Se divide en dos grandes sistemas: el simpático y el parasimpático. Las funciones de uno y otro son
antagónicas, logrando así un balance funcional que tiende a mantener la homeostasis corporal.
Igual que el resto del sistema nervioso periférico, el sistema nervios vegetativo está formado por nervios
y ganglios. Algunos nervios parten del encéfalo- nervios craneales- y otros de la médula espinal -nervios
raquídeos-.
Las vías aferentes del SNA están formadas por neuronas sensoriales viscerales que recién estímulos de
interoceptores, tales como los que detectan la concentración de dióxido de carbono en la sangre. Las
vías eferentes están formadas por dos neuronas motoras conectadas en serie. El cuerpo de la primera
neurona motora –neurona preganglionar- se localiza en el centro nervios del que se origina (el encéfalo
o la médula) y el axón se extiende hasta un ganglio autónomo donde hace sinapsis con la segunda
neurona –neurona postganglionar-. El cuerpo de esta segunda neurona se encuentra en dicho ganglio y
el axón, que es amielínico, va hasta el órgano efector correspondiente.
En el sistema simpático, los ganglios se alinean formando una cadena a cada lado de la columna
vertebral –tronco vertebral; las neuronas preganglionares, por tanto, son cortas, mientras las
postganglionares tienen axones más largos.
En el sistema parasimpático, por el contrario, las neuronas preganglionares llegan hasta los órganos
efectores, donde hacen sinapsis con las neuronas postganglionares localizadas en la propia pared del
órgano efectos –ganglios terminales intramurales–.
En la siguiente tabla se resumen, de forma esquemática, las características distintivas de los sistemas
simpático y parasimpático.
La mayoría de los órganos están inervados por ambos sistemas que ejercen sobre ellos acciones
antagónicas. Sin embargo, las glándulas sudoríparas, los músculos erectores del pelo, los riñones la
mayoría de los vasos sanguíneos solo reciben inervación simpática, mientras que las glándulas
lacrimales únicamente poseen conexiones parasimpáticas.
El sistema parasimpático, por el contrario, regula las actividades que tienen a conserva energía en los
periodos de descanso o recuperación: disminuye la frecuencia cardíaca y estimula las funciones
digestivas.
La siguiente tabla resume las principales acciones antagónicas de los sistemas simpático y
parasimpático:
Simpático Parasimpático
Incrementa el gasto energético frente a Evita un exceso de gasto energético, actúa en
condiciones adversas: situaciones de reposo:
Dilata la pupila Contrae la pupila
Acelera el ritmo cardíaco Disminuye el ritmo cardíaco
Vasoconstricción arterial Vasodilatación arterial
Disminuye el peristaltismo intestinal Aumenta el peristaltismo intestinal
Aumenta la secreción de las Disminuye la secreción de las
glándulas sudoríparas glándulas sudoríparas
Relaja la musculatura bronquial Contrae la musculatura bronquial