POESÍA CADA DÍA 3-12 La Memoria de Los Días

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Cada día

POESÍA
“LA MEMORIA DE LOS DÍAS”

ALEJANDRO MOS RIERA


“Poesía, cada día”

3/12
“La memoria de los días”

Poesía, cada día

http://poesiacadadia.tumblr.com/

Poemas de Alejandro Mos Riera

Libros imposibles
(2021)

Ars longa, vita brevis.

“Todos los días deberíamos oír un poco de

música, leer una buena poesía, contemplar un

cuadro hermoso y si es posible, decir algunas

palabras sensatas.”

   Johann Wolfgang von Goethe


“Lean lo que les apasione, será lo único que los
ayudará a soportar la existencia.”

Ernesto Sábato

***

El viaje de la literatura, como el de Ulises, no


tiene retorno. Y esto es aplicable no sólo al
escritor sino a cualquier lector verdadero.
Además, desde Heráclito ya sabemos que ningún
viaje, sea éste del orden que sea, incluso los viajes
inmóviles, no tienen retorno: cuando uno abre los
ojos todo ha cambiado, todo sigue desplazándose.

Roberto Bolaño
“El sol de fuego en la distancia del

horizonte”

“El mundo está lleno de pequeñas alegrías; el arte consiste


en saber distinguirlas.”
Li Po

Con una sola mirada en la prolongada noche,



la luna llena ilumina el patio abandonado.

Ni siquiera recuerda el último encuentro.

Presta atención y admira las flores

sobre la puerta celeste del rostro del deseo.

Luces y humo en el rostro del amor,



en mi nueva vida entre flores y sauces, serán

para siempre las canciones de los árboles.

Cuando llegaste a mi encuentro en la noche



para desvanecerte entre las nubes, en el dorado
néctar

de la alegría del cielo. Con fuerza mi corazón

vuela en el jardín de la mañana.
Brillan entre las verdes ramas del radiante sol,

las flores de montaña, entre las malas hierbas,

que anuncian las primeras escarchas,

La vida florece en la gentil primavera.

Se pueden escuchar algunas canciones,



bailando con la luna del mar de viento.

Esa noche pienso que encontré la belleza.

La puerta del cielo por la montaña azul,



donde mi corazón entre mis nostalgias,

devora mis entrañas en el tercer sueño,

un solo cuerpo se transforma en corriente clara

y profunda, en este trozo de seda.

Mis lágrimas son en vano. Sobre la puerta



celeste queda todavía muy lejos el ayer.

Ni siquiera recuerdo la tercera luna llena.

Cómo sobrevivir tres mil noches,

en una sola primavera, que abandona

en el viento, mi lecho vacío de sueños.
Mi viejo corazón y cien pianos,

la belleza del sol, luna y estrellas

sobre las sombras de la noche oscura,

no pueden habitar la solitaria montaña.


Desde lejos, el rostro del viajero



ve ocultarse el sol bajo los sauces,

entre las melodías del río y la lluvia.


“Luna errante”

“Aquello que sale del corazón, lleva el matiz



y el calor de su lugar de origen.”


Oliver Wendell Holmes

Todo lo que busco con fervor,


como una imagen del aire,
como arañas ante las estrellas
camino hasta encontrar un nuevo día.
Tiempo que avanza sin rumbo.

En instantes, al final del mundo,


en el espacio de los sueños,
el viento que aúlla en mi alma solitaria.

Las extrañas maravillas, 


de dos amantes entrelazados
bajo la luna en la puerta del cielo.

Hay caricias que encierran palabras.


Jamás podrá cesar la belleza.

La llama de la vida que arde en la Tierra.


Mi corazón ante el viento,
tiene la forma de una montaña.

Está escrito en el destino del hombre,


la luz de la vida en el jardín del paraíso.

Como los viejos árboles,
que temen los ojos de fuego,
somos sombras de la luna errante,
en nuestra alma peregrina.

“La memoria de los días”

“En la adversa fortuna suele descubrirse al genio, en la


prosperidad se oculta.”

Horacio


Voy a seguir escribiendo poemas,



aunque nunca me hayas leído.

Pensamos que las cosas son de otra manera.



En el fondo de nosotros, tememos perdernos,

nuestros problemas están dentro de nosotros,

pero sin embargo, cada noche volamos hacia la
libertad.

La memoria de los días, nuestra realidad,



se difumina poco a poco, en nuestros recuerdos.
Nuestra esencia, está en la forma de mirar el
mundo.

La medida de las cosas se construye con la
esperanza

de los hombres, en su pequeño y grotesco

heroísmo de todos los días, frente al infortunio,

la pena y la gloria de las mejores horas de nuestras
vidas.
Como bien sabes, se enriquece con los años

como un buen vino, aunque por supuesto

puede convertirse en vinagre.

Porque el amor no se compra, no se vende,



no se impone, ni puede ser evitado.

El amor sucede en la vida, en los ojos

del corazón ante la lluvia del sol de los días.

La vida es una serie de sorpresas,

que nos rompen o nos fortalecen el corazón.

Vivimos en la tierra de los vivos,



hasta el punto que el amor entre nosotros,

mantiene nuestra alma con vida.

Hay tiempos en que el silencio,

es también un poema.

“El corazón de un sueño”

“Uno a uno, todos somos mortales. Juntos, somos


eternos.”

Lucio Apuleyo

Las palabras son instantes de la vida

donde hay música, memoria y tiempo.

Para los soñadores nuestros corazones



habitan en un universo que llena

todas las imágenes de la vida.

Deseos y sueños con sus noches de estrellas



y sus mares azules que terminan en un nuevo
horizonte.

Amanece en un instante la música del alma,



como el mar bajo la luna pálida.

No hay mañana en la historia del alma,

que no es flor, ni cuerpo, sino sueños de la luna.
Dormida, olvidas las palabras

y ni siquiera el presente vive

perdido en los caminos,

ni lejos de las alucinaciones.

Duerme, amiga mía, la mar está

en calma como una rosa de viento.

La felicidad es como las flores



del presente. Es un corazón herido,

en una rama verde, como una canción

hecha de días y de noches.

No quiero que pienses



que intento despedirme.
Amo la belleza de tus ojos infinitos.

Hoy te miro, en cada instante;

amar es volver a vivir.

La primavera en tus manos,



la primavera inexplicable

de hojas verdes, o de melodías,

que brotan como un poema o una flor.
Un encuentro de palabras y recuerdos

rescatados en la memoria de un instante.

En unos ojos que miran al cielo



en perpetuo movimiento,

para toda la eternidad del sueño,

en un mundo bajo un nuevo tiempo.


“La ciudad de las estrellas”

“Me pregunto si las estrellas se iluminan con el fin de


que algún día, cada uno pueda encontrar la suya.”

Antoine de Saint-Exupéry

Cuando contemplo las estrellas

en la noche, brilla la luz

azul majestuosa en el cielo,

pleno de belleza poderosa.

En mis ojos duermen los sueños

y pasa el silencio como una nube.

La ciudad de las estrellas,



vive suspendida en el tiempo,

como una luna de piedra.

En un día de sol las huellas

de la luz de la mañana,

en el cielo transparente,

en la sombra de la memoria,

brota el perfume invisible

de las flores del alba,

sobre el día amanecido.
Es la realidad que avanza

despacio con el sol,

que arde en tus ojos mientras

todos sueñan sobre la tierra.

Es un día radiante azul



que alcanza la playa y la brisa

en un río de palomas en el horizonte,

frente al mar no existen lágrimas de tristeza.

Rumbo a los cielos



el viento invisible,

revela la plenitud

de la luz de las estrellas.

Cuando llega la blanca mañana



sobre el mar bajo el cielo,

el suave color de la luz.

En tus ojos abiertos, amanece.

“El viento del silencio”

“Este día que tanto temes por ser el último,



es la aurora del día eterno.”

Séneca

El agua del recuerdo, del reciente mar,



sobre el abismo del hielo, de los caminos.

Tu eres el destino y la armonía de la música,

la sinfonía que canta el arpa astral de la belleza.

La raíz de nuestros árboles en mi tierra,



son las venas de nuestros cuerpos,

el romance del que nadie habla

en los lirios de los caminos.

En los caminos transparentes,



descalzos los sentidos,

escuchando las canciones de la primavera.

Yo era todo llanto, nunca risa,

yo era risa, nunca llanto.
En el fondo de nosotros mismos,

brota la primavera, sobre las amapolas y las
camelias.

Puras fluyen en las venas, rosas tendidas

en la madrugada, de voz profunda

como una guitarra de luna.

Con los ojos cerrados siguen los pasos



suaves y tendidos que amanecen en las venas,

bajo la piel del alma, nuestro canto.

Nuestros ojos pálidos como ventanas,



con los rostros húmedos de los vencidos,

en llamas nuestros sueños, el furor metal

del corazón salvaje de los ríos,

de las semillas del árbol de las estrellas.

En tu cielo, como una montaña abandonada



en las raíces del universo, de mil millones de años.

Interminable espiral, que vuela en la madrugada

como una sombra melancólica de luna llena,

el cristal de mi corazón, se enreda en un silencio, 

en la alta noche oscura, en el esplendor de un
camino.
Tu recuerdo en mis brazos

como un poema de amor,

como un dibujo antiguo,

testigos de las pasiones

y las despedidas del fulgor

del insomnio de una estrella.  



“Las estaciones de la vida”

“La belleza perece en la vida,



pero es inmortal en el arte.”
Leonardo Da Vinci

La luna y el sol son un mensaje



de los días y las noches,

de la naturaleza de los sueños.

La estructura del corazón



me envía océanos de tiempo,

en el último suspiro del crepúsculo,

como una galaxia llena de mar,

para la exploración espacial.

Emergen hacia el cielo, unos ojos



en un sueño del tiempo, donde

la luz duerme con el corazón al sol.
Hay más mundos que la tristeza y la pena.

Cuando el espíritu está débil, se consume

de sufrimiento; pero bastaría una fiebre de amor,

para curar nuestros males, en un segundo.

Una luz blanca, en la que dos estrellas



se encuentran a la velocidad del sonido,

y el sonido de la luz, desde la oscuridad

hacia el movimiento del universo.

Abro mis ojos entre el cielo y la tierra,



en las cien estaciones de la vida humana,

entre el día y la noche, como árboles

encadenados al planeta de agua

hasta alejarse de nuestra vista.

Sólo la luna sueña en mi mundo,



mientras arde el sol errante,

en un bosque de estrellas.
Tengo fe en esta vida,

en mi corazón guardo

las formas de los árboles,

manantial de blancas aguas.

En el mar de estrellas,

un viento dormido,

recuerda cada día,

las huellas de la Luna,

como los primeros caminos

de las autopistas celestes.

“Palabra de mujer”

“Sin la mujer, en la vida no hay poesía.”



Anónimo
El lugar de una mujer en sociedad, señala

el nivel de la cultura de esa sociedad.
Una mujer necesita un hombre como un pez

necesita una bicicleta, no significa nada.
El feminismo es una llamada

al buen sentido de la humanidad.
Las mujeres no serán iguales fuera del hogar,

mientras los hombres no sean iguales dentro de él.
Ser feminista no es como se tratan otras
personas,

es como tratas a otras personas, ser feminista

es la alternativa a convertirme en masoquista.
Digo que está en tu propia cabeza,

si eres feminista significa que te has dado cuenta,

que la vida femenina ha sido propiedad
masculina,

durante miles de años y eso no es natural.
La búsqueda de la libertad

a través del sexo, está condenada al fracaso.
Las mujeres no son otra cosa que seres
humanos.
Lo personal es político.
El cuerpo de las mujeres

es la última frontera del capitalismo.
Los hombres temen

que las mujeres

se rían de ellos,

las mujeres temen

que los hombres

las asesinen.
Si vienen a por mí por la mañana,

vendrán a por ti en la noche.
Cuando trataron de callarme, grité.
Odio a los hombres que temen

a la fuerza de las mujeres.
Ninguna mujer tiene un orgasmo

limpiando el suelo de la cocina.
Usar la palabra feminista, es algo parecido

a decir que simplemente crees en los derechos
humanos,

pero no es del todo honesto, es claro que el
feminismo

forma parte de los derechos humanos, pero es

una forma de fingir, que las mujeres no han sido
excluidas

durante siglos, es una forma de negar el problema
de género,

que ponen las mujeres en el punto de mira.
Una mujer que piensa,

duerme con monstruos.
Cualquier mujer que escribe es una
superviviente.
Hay un lugar especial en el infierno,

para las mujeres que no ayudan a otras mujeres.
Prefiero ser una mala feminista

que ninguna feminista.


(Palabras sobre feminismo de escritoras)


“Mira a las estrellas en la noche”

“El silencio es el ruido más fuerte,



quizás el más fuerte de los ruidos.”

Miles Davis


La claridad de la luna

inmortal luz, piedra de plata

de la noche helada.

Con los ojos cerrados,



el sonido del agua, en el aire

de una rosa, en la celeste oscuridad.

Los silencios del tiempo,



el jardín del resplandor,

en el silencio de un cuerpo,

una campana de lluvia sobre nuestras cabezas,

y una aguja de aire sobre el eco del cielo.
El recuerdo de este tiempo,

y la belleza inútil de la noche ciega,

que fabrica poesía eléctrica.

Nuestra soledad es la belleza,



silenciosa de las mareas.

Con una máscara, un rostro me miraba,



en un jardín bajo la lluvia fantasmal

de los relámpagos y de la línea telefónica.

La muerte está en el aire,



como un submarino de las palabras

en la oscuridad, en un tiempo que deja

un sabor amargo en el que sólo el amor sobrevive.

La esperanza sobre el futuro del mundo,



es un gran vacío de la nada; la mascarada del
teatro

de la realidad, expulsados del paraíso.
Tras las nubes acecha la lluvia.

Recuerdo tus pasos en la nieve.

Las ventanas abiertas del amor,



la música alegoría del camino,

en un teléfono se renuncia al destino.

La voz de las sirenas con una rosa en el pecho,



como una rosa inmortal, en una noche de marzo,

reverso del abismo del imperio nocturno.

Esta luz de mi recuerdo se convierte en


silencio.

Mis palabras son los límites de mi mundo.

El rumor del agua y la lluvia del cielo,



Como una lámina de acero cae la noche

de solitarias estrellas, que ven mis ojos.

“Las formas de las nubes”

“No pienso nunca en el futuro porque llega muy


pronto.”

Albert Einstein

Vivo al borde de la noche,



en una pequeña casa,

en un bosque de estrellas.
El tiempo vendrá a recoger

las palabras del bosque sagrado,

en la carretera que lleva

al mar del norte.
En este bosque sagrado,

cada idea surge como

la luz del cielo.
Ahora vienen a mi mente,

los inviernos, y los veranos

pasados en la casa verde,

en un manantial de arte,

música invisible y poemas sin fin.
No he olvidado que el sol

se alzará cada mañana;

pero vivimos los días,

de uno en uno.
Así escribo este poema,

palabra sobre palabra,

de una en una, cada vez.
La historia es un batir de alas,

en la mar, cañoneada por las olas.
Desde la proa, el sol se alza,

en las carreteras marinas.
Nunca he pretendido

que este lugar fuera un paraíso,

aunque el paraíso fuera algún lugar,

en el horizonte de la utopía.
Sino como un oasis,

de la poesía y las artes,

una ventana al pensamiento,

donde se alza la belleza,

sin límites de la noche de estrellas.
Desde que recuerdo, vivo 

entre libros y pinturas.
La belleza de las artes,

es realmente, lo único

que en verdad, importa.
Lo único posible en la vida,

es el amor y la ternura.
Llegarán algún día

el olvido, el sueño y la locura.
Antes o después

llega la muerte sin remedio.

Morir, dormir tal vez.
El mar inmenso

en la luz de la mañana,

ajeno a nuestras vidas.
Así pasan los días,

y el tiempo de nuestras vidas.

“En el fondo de mi alma“

“Ningún hombre es una isla, algo completo en sí


mismo; todo hombre es un fragmento del continente, una
parte de un conjunto.”
John Donne

La aurora,

un sol, una estrella,

una torre brillante,

en el blanco barranco,

de hielo, ante lo salvaje.

La ronda de la vida,

día tras día,

en el lecho de luz de luna,

de poniente las murallas de plata,

de tu nombre en el esplendor de lo espiritual.
Desde el río de la noche en el corazón

escucho todo el día suspiros,

hasta llegar a la profunda paz, la calma

en la llanura cerca de los mares,

sobre el plateado sueño en la ciudad,

que llama a contemplar la belleza de aquellos
días.

Parece dormido el rumor,



cuando llega la noche,

en la alto de una cima ,

reconozco las aguas de marzo,

de hora en hora, en la noche

sombras de la luz, una luz más clara,

en las orillas del río durmiendo,

abismos del mundo aparecen,

cuando regresan hacia la calma

de las mágicas visiones de su camino.

Vino hacia mí el espejo de oro,



de las torres del camino,

los ecos de un alegre canto,

durmiendo, madurando en la noche,

hasta que el crepúsculo se sumerge en la aurora.

“El mundo en un poema”

“Así es -suspiró el coronel-. La vida es la cosa mejor


que se ha inventado.”

Gabriel García Márquez


Este es mi tiempo, esta es mi vida.



Un tiempo, que no volveré a vivir dos veces.
No hay necesidad de apresurarse.

No hay necesidad de brillar.
Tan solo ser uno mismo.

Todo pasa, nada permanece.

Contemplar la belleza,

es bastante, para vivir una vida.
A veces faro, a veces mar,

pero siempre somos libres.
Casi cualquier persona,

de cualquier parte del mundo,

puede entender, qué es la libertad.
Todo lo que puedes imaginar es real.

Escribo para entender, para entenderme.
Me duele y lo convierto en poema,

en pintura, en música, en llanto,

pero jamás dejo el dolor en el fondo del alma.
A veces estarás solo, a veces asustado,

pero es el precio que tienes que pagar,

por la libertad de ser uno mismo.
Nunca debes volver al lugar

donde has sido feliz, si vuelves,

lo destruirás, en tu memoria.
Una buena palabra hace milagros,

respeto, confianza, comunicación y amor,

son necesarios para tus semejantes.
No existe la felicidad,

hay fulgores de belleza,

que brillan en el cielo como estrellas.
Te querré siempre.

Y si eso no es demasiado,

te querré casi siempre.

Toda la vida,

pero no todo el tiempo.
La alegría es un estado del alma,

y no es una cualidad de las cosas.
Nos bastaba con mirarnos

y era suficiente,

lo que uno ama

queda siempre cerca.
Buscar la serenidad,

me parece más razonable,

que buscar la felicidad.
Quizás la paz,

sea una forma de felicidad.
Los recuerdos de una vida,

viven en los rincones del alma.
La vida es un pequeño espacio

de luz entre dos nostalgias.
Mi vida es mi vida,

un lugar en el mundo

y un mundo en un lugar.
Nada importa, sino

el amor a la vida.

“En la orilla del mar”

“Si queremos que todo siga como está, es necesario que


todo cambie.”
Giuseppe Tomasi di Lampedusa

Empecé a olvidarte
como quien pone sus esperanzas
en la nada.

Mi voz al viento
encendida llama del cielo.

Un cielo que muere,


mientras amenaza el miedo,
en el cuerpo del mundo.

Las estrellas de sus ojos,


en los breves años,
de nuestra juventud.


Olvidando los lamentos,


en tan frágil realidad,
siempre al anochecer,
el silencio sabio que
anida en las rosas.


Un corazón perfecto,
sobre las aguas claras,
que ríe, llora y canta
en la hermosa orilla.

Ha venido la luna,
a la senda de un sueño.
Venturosa mi edad del futuro,
para escribir entre suspiros.


El nuevo miedo era un caminante,


sobre el cielo navegando la fortuna,
con la esperanza del viento.


En este camino de la vida,


he encontrado la morada de la paz,
y del reposo en un bosque de palabras.

Las noches de rosas y selvas,


abismos del mar descienden en mi
pensamiento.


Una triste soledad, condenada


a una gruta en el monte.

Hay tristeza en el aire,
silencio en los templos,
y extrañeza entre los muertos.

Puede ser el fin de nuestra vida,


como los cerezos y el jazmín, en sus hojas.


Un águila vuela sin pensar,


en el valle del dolor, y me duermo,
sosegado por el mar.


Todo es mentira,
todo es verdad,
todo es confusión.
Breve viento,
leve espuma del mundo,
en sus estrellas.

Somos iguales,
que lo que dura el sueño,
a la orilla del mar,
en la corriente de los siglos.

“Nostalgia del futuro”

¡Ojalá vivas todos los días de tu vida!


Jonathan Swift

Es un tiempo para esperar,



que no está en uno mismo,

que está haciendo algo para otros,

y sin embargo, está tan libre.
Cuando tus ojos me miran,

mi corazón se alborota.
A mí me bastaría con estar seguro,

de que tú y yo en este momento,

reivindicamos el derecho de soñar, quizás

puede parecer un derecho sn importancia,

pero el hombre que puede vivir de ilusiones,

ese hombre, aún es un hombre libre.
Quizás eso es amar, incorporar a la vida,

un desconocido con el que crear

una realidad, mayor que cualquier cosa,

entonces la vida sigue adelante y nunca regresas.
Tus ojos ante lo nunca visto,

late corazón, no todo se lo ha tragado la tierra.
¿Qué hay de malo en sentir nostalgia?

Es la única distracción que les queda

a los que no tienen fe en el futuro.
Mi misión es matar el tiempo,

y la del tiempo matarme a mí.

Qué cómodo se encuentra uno entre asesinos.
Llegará un día, en que nuestros recuerdos

sean nuestra verdadera riqueza.
Todos somos comunes,

todos somos aburridos,

todos somos espectaculares,

todos somos tímidos,

todos somos intrépidos,

todos somos héroes,

todos estamos indefensos,

solo depende del día.
Recuerda mirar a las estrellas

y no bajo tus pies, intenta

encontrarle sentido a lo que ves.
Que en esta vida siempre hay algo

que puedes hacer,

y en lo que puedes tener éxito,

lo que cuenta es no rendirse.
Cuando las expectativas se reducen a cero

uno aprecia lo que realmente tiene el mundo.
La vida es como un desierto,

y vivimos en un oasis.
En lo más hondo de mi corazón pensé,

esto es la felicidad, así es la vida,

aquí hay amor, y aquí estoy yo.

“Oasis de los sueños”

“Un ser humano verdaderamente vivo



no puede permanecer neutral.”

Nadine Gordimer

Tú cuerpo es el paraíso perdido,



del que ningún dios podrá expulsarme.
Te duermes a mi lado como el rumor de las
olas,

regreso a cada uno de tus latidos, explota mi
corazón,

amor ciego en la oscuridad, flor de grandes ojos
abiertos.
Contemplo el mar, las huellas sobre la arena,

la marea del amor de las sirenas, en la noche bajo
la luna.
Un amor en dos tiempos, talismán

de ondas rocas y de sirenas de piel suave.
Durante muchas noches, nuestros encendidos
sueños,

se vuelven castillos de arena, en el imperio de la
mañana.
Quizás ya no estamos en la misma calle,

bajo el sol de invierno, y cubre el horizonte

nuevas formas de amar, aún es tiempo de amar,

hasta que no existan el cuerpo y el aire.
No juzgues, la vida de nadie.

Ama, la esperanza de las personas.
Nunca le pregunto a nadie en qué trabaja,

Me interesa qué sueña, qué arde en su interior.
Dudar de todo es humano,

dudar del cielo en la tierra.

Haz la paz entre tus semejantes,

antes de conocer el universo,

el profundo abismo de la mar,

o la montaña del alma,

para pensar libre de recuerdos

y del ruido del mundo.
Respira el viento de los caminos,

la alegría de los cantos de los pájaros,

una nueva época para los vivos,

que nadie se quede atrás, perdido en el camino.
En la ausencia de la memoria, persigo el
umbral del paraíso.

Desde lo más profundo de mis problemas, observo
el mundo.

Con una nueva geografía del sentido de las
palabras,

con una nueva voz y las preguntas del nombre de
las cosas,

En una simple frase, afirmo: Te amo.
En la doliente soledad del futuro lejano,

es el amor la esperanza, de dos amantes.

En la larga noche duermo con tu sombra,

las raíces de mi poema florecen en esta lluvia,

mi amor a la libertad, desbocado de luz y belleza

por las ciudades y calles, al ritmo de las gotas de
agua,

en las nubes, para formar el trueno.
Partiré otra vez, porque la tierra nos llama,

tu sombra nada en el sueño de un náufrago,

perdido en el oasis de los sueños.

“Los ojos del mundo”

“Soy hombre, y por lo tanto, nada que sea humano me


resulta extraño.”

Terencio

El espíritu de nuestro tiempo,



por encima de las olas de los mares,

y de nubes con un aire de fuego,

la neblina desconocida de las ideas,

vuela sobre los ojos del mundo.
En este momento son más bellos los sueños

que el pozo profundo de la vida,

esas épocas sin la mentira generosa de la verdad.
Un arte lejano de profundas soledades,

de máscaras de aislamiento, de breves tiempos,

el aire triunfador de la enfermedad brutal del
monstruo.
Lloras porque has vivido, y porque vives,

pero no lamentes el futuro, continúa viviendo,

mañana, otro día, y siempre, igual que nosotros.
La vida es una joya, la belleza del mundo,

pasión profunda y lenta del mar, en tus ojos.
Cuando abro los ojos bajo el sol de invierno,

y contemplo la luz de fuego del sol,

en mi alma se mezcla el perfume mágico

del aroma del mar y de un puro cielo,

donde vibre el color de pabellones azules,

en brazos de la inmensidad azul.
Esa frialdad que te vuelve aún más bella,

en un sueño como la muerte, estamparé mis besos,

sin descanso para ahogar mi corazón,

en una corona del marfil de mi destino.
En medio de la soledad florecen sus ojos,

en el jardín de la primavera, el veneno

de la belleza de adornos y tesoros

en la noche, luz de las sombras bajo la luna llena.
El misterio de los bellos paisajes

bajo la niebla de invierno, el hielo y

la espada implacable del invierno de la belleza,

la juventud dulce perezosa y lenta, triunfante.
Continúa tu camino y no huyas del corazón,

el amplio mar consuela los vientos de nuestros
sueños,

lejos del paraíso romántico de los besos y las
flores,

signo de puro paraíso del vino y de la noche,

el abismo de mi corazón, envejecido por las
sombras.
La tristeza de la luna, sobre las visiones
blancas

de furtivas lágrimas, atmósferas del deseo,

surtidores de horizontes, donde

el sol amanece, como un poema.

“La primavera de la esperanza”

“Podrán cortar todas las flores,



pero no podrán detener la primavera.”

Pablo Neruda


Las flores del campo,



las hojas de los árboles,

anuncian la primavera.
Viviendo en las sombras,

pervives en los suaves recuerdos,

en los cantos del bosque,

en el fondo de los abismos,

encuentras hoy, tu destino.

Caminas perdido,

eternamente hacia lo incierto,

sufres y callas, porque

aunque hay fuego en tu corazón,

nadie te comprende.
Entre el caos del siglo,

buscas la verdadera luz,

con su alma propia,

más allá de los límites,

que respiran, las mentiras.
¿No es más bella la vida

desde que amas tanto?

Vale el esplendor de la vida,

que se extiende desde la mañana,

hacia la noche, del mundo

que se inventa cada día.

Tal vez nos queda el camino



de la belleza y la verdad.
Nuestro corazón herido,

escuchando un piano suave,

que tal vez, nos trae la paz.
Todos los días,

sobre las sendas del campo,

duerme callado en un sueño,

lleno de dolor en la noche,

plagado de recuerdos

de los años pasados,

que nunca más volverán.
Todo se lo han llevado las sombras.

Los signos aciagos paralizan

nuestros cuerpos, pero aún

creemos en la esperanza.

Sobre las cimas



del monte, en mi corazón,

sobre el río y en el bosque,

se va el sol, llega la noche callada

donde florece nuestra soledad,

que siempre nos acompaña.

“Rosas como estrellas”

“Si algo he aprendido en la vida es a no perder el


tiempo intentando cambiar el modo de ser del prójimo.”

Carmen Martín Gaite

¡Despertad, estrellas!

Vuestra sesión nocturna, ha terminado.

Ya el sol de oriente, muestra el lucero del alba.
La luz de la mañana nos traerá

primaveras y rosas.

Dónde se fueron los días de ayer,

venid conmigo, para despertar de los sueños.
Escucha el eco de ese tambor lejano

o admira esta rosa, en los jardines de la belleza.


Ayer, hoy y mañana guardan nuestra


esperanza.

En sueños, la flor abrirá el beso de la nueva
mañana.

Despierta, la flor que ayer dio su aroma,
pronto morirá.

Cuando éramos jóvenes, amábamos las cosas
bellas,

todo eso se va del mundo, como el viento vano.
En este universo, vamos a donde nuestros
recuerdos quieran,

el gran secreto de nuestro camino, es el destino
humano.
Recuerda los días de tus pasos en la tierra.

La milenaria tierra que nos contempla,

y la centenaria huella del tiempo de nuestra alma,

que en el viento dejamos. No temas la vida
extinguirse.
Como una gota, en el agua del mar de de la
vida,

las estrellas también se apagan en su camino
celeste.
Parten ya hacia la nada, cuando llega la hora.

Ama esta brizna del hilo de la vida,

que está sujeto y luego desaparece,

en el negro abismo del eterno tiempo,

qué harás mañana, cuando ni tú ni nadie, seas.
Al final no somos más que un amor de formas
fantásticas,

que viven en torno a la linterna del sol, que nos
alumbra

y apaga nuestra mirada, en nuestros días y noches.
Vivimos, pero ignoramos a donde caminamos.

La luz verdadera del amor que deleita nuestra
vida

una noche más, antes de descansar sobre tu
cabeza.
La primavera vino con sus rosas a ofrendarme.

Esta primavera florecerán mis rosas, mientras  

en la hierba del campo, el rocío reverdece.
Cada uno de nosotros,

vive en su idea, y en su idea cree.
Yo, dueño de mí mismo, tengo la mía.

Somos lo que somos. Soy lo que soy.

“La última esperanza”

“Los árboles esperan: tú no esperes,



es el tiempo de vivir, el único.”
Jaime Sabines


En un instante llega la oscuridad,



las angustias de antaño ciegas,  

el fuego fatuo de la nada,

desolados en la lluvia del silencio,

en la cueva del destino.
Toda vida es breve,

como las visiones de una estrella

brillando en la noche,

en un diminuto cielo, la muerte

parece lejana para nosotros.
La vida es un misterio,

como una flor se abre al viento;

así en un corazón comienza

la ceremonia del amor y de la vida,

porque temer al amor, es temer

la vida, a convertirnos en olvido

en la noche, en un espejo de cenizas.
La memoria de aquí, de allá.

Quiero mirarte hasta que tu rostro

se aleje del miedo borrado por la lluvia.
En el negro sol del silencio,

las palabras se desvanecen,

la noche tiene la forma de un grito de lobo,

hay un corazón tatuado en la memoria,

que nos protege; la buena suerte

que no tendremos mañana.

Tan solo tenemos el día de hoy,

enamorados del viento.
La ausencia de la lluvia me acompaña,

he consumido mi vida en el fuego del sol,

un instante, ahora, es nunca o jamás,

o simplemente, es ya demasiado tarde.
Te duele la vida tanto, nada más,

la noche no la mata ningún sol.

Señalas en el cielo, la luna, el viento y la lluvia,

como si fuera un poema, escrito en un muro.
Mi memoria, un fuego incesante,

alegría del naufragio, ceremonias de la escritura,

cenizas al amanecer, me llenarán la boca de flores.
Palabra por palabra, escribo la vida con las
manos del alma,

en la casa del recuerdo, no abandonaré el paraíso,

desde este lugar me arrastran, hasta la otra orilla
del mundo.
Mucho más allá, de lo que se puede decir,

es lo que somos, pues esto es lo que hacemos,

hasta la última esperanza, hasta el naufragio de la
noche,

la vida que corre por mis venas y la sombra de su
sombra.
El sol, la luz de un poema tan antiguo,

como las flores de la medianoche,

como una dinastía de días, celebran

sin final, un lugar para la esperanza.

“El libro de tus ojos”

“Es la marca misma del espíritu de rebelión



anhelar la felicidad en esta vida.”

Henrik Johan Ibsen

A través de la larga noche,



un fantasma me visita, en la hora más oscura.

Solo podía ver sus ojos brillar, detrás

del camino de fuego, que recorre

la noche, como un silencio de cristal,

de sombras, de tierra yerma.
Todo ha terminado, en medio de la noche

me preguntaste qué pasaba,

pero yo intentaba olvidar la belleza del mundo

sostenida por el cielo y por tus ojos.
Llueve, y tú me dices que es

como si las nubes lloraran.

Solos, perdidos en la memoria,

como el espejo de la naturaleza.

Perdidos en la ciudad oscura,

como en las peores pesadillas.

Este interminable sueño, que regresa

como todos mis amores perdidos.
La reina de mis sueños,

a través de la larga noche,

más hermosa que el sol,

y más hermosa que las estrellas.
Estaba enfermo, es cierto,

pero estaba vivo.
Por fin, mi alma encontró mi corazón.
A donde quiera que tú vayas, yo voy.

Soy tu estrella radiante,

cuando todo está oscuro, te acompaño

en los días terribles de la aventura incesante.
El rostro que una vez amaste,

ni la lluvia, ni el llanto, ni tus pasos,

resuenan ahora, en el camino del acantilado.
Los párpados heridos sostenidos

por el cielo y por tus ojos.
Sus ojos solo te buscan a ti,

son el libro más buscado.

Sus ojos son el faro que atraviesa,

el silencio entre la luna

y el aro de fuego.
Somos seres humanos,

héroes públicos y secretos.
El amor de los hombres

nos convierte en héroes

y la voz de los sueños,

en un reflejo del mar.


“La libertad de la poesía”

“La poesía es un arma cargada de futuro.” 


Gabriel Celaya

Ahora recuerdo, las mejores mentes de mi


generación

al borde de la locura, sumidas en la tristeza,

la ansiedad, el insomnio, al borde de la ruina,

por esta epidemia, que nada bueno augura.
Un mundo sin futuro, una generación perdida,

compañeros, que vivirán, en un tiempo peor que
el pasado.
En el último año estábamos, solos, tristes,
hambrientos;

pero aún nos queda, una porción de esperanza.
Hoy, una vez más regresamos a la casa de las
palabras,

hay paz, en este lugar. Un libro, es una casa donde
vivir.
Poesía necesaria, como el aire que respiras.

Cuando nada esperamos, un pulso herido

nos retiene en el camino de la vida.
Cuando miramos a los acerados ojos de la
muerte,

escuchamos las más terribles y crueles verdades.
Poesía para el pueblo, poesía necesaria,

como el agua que bebemos y agua que somos.

La gota que colma el vaso medio lleno,

y se derrama en el río de la vida.
Cuando llueve reviso estos poemas,

y los acabo tirando al fuego,

palabras en llamas, que me abrigan

de las heladas, como en este día, que comienza.
Aunque puedo darme cuenta,

que aún estoy vivo, y de alguna manera,

sobrevivo, pese a los ecos de la tragedia.
Te encuentro, en el esplendor de la mañana.

Esta vida, vida que no es solo mía, ante el miedo,

de unos ojos, que sueñan ante el abismo.
Somos seres perdidos, ante lo que no tiene
nombre,

como tú, que quién eres, como yo, que quién soy.  
Soy un ciudadano del mundo que construye

el futuro, con otros, el mundo, como un hogar,

nosotros somos quien somos, no vivimos del
pasado.
En el río de la vida, somos. En el paraíso en la
tierra

vivimos, y anunciamos algo nuevo, en el corazón
del mundo.
Los ruidos gritan tan alto, que hoy,

apenas nos dejan decir, que somos quien somos.
Nuestros poemas, no pueden ser solo un bello
producto.

No es una poesía, entendida como un lujo cultural
de los neutrales,

que se lavan las manos, se desentienden y evaden.
Escribo, y recuerdo, quién soy apenas importa.

Soy un testigo de la tristeza, y vengo a daros
esperanza.
Nuestra soledad, son dos tristezas, que forman

una nueva esperanza, en cada momento, ante la
desgracia.
Aún en la soledad, estamos juntos,

para vivir en un mundo mejor,

en paz, con nosotros y en libertad.
Aún estamos vivos,

un día más, en el mundo.


“La calma del viento”

“La vida no es un problema para ser resuelto,



es un misterio para ser vivido.”
Anónimo


Antes de que amanezca,



no hay sol, ni revelaciones.
Entonces esperarás las horas,

demasiado tristes, una vez más.
Un último atardecer en tus ojos,

sobre el espejo de la tierra,

favorable al viento.
Vagando por los años,

un grito lejano, en la soledad.
Arriba, la estrella del atardecer

suplicante, en este mundo.
Ahora, lejos, sobre la marea,

las gaviotas vuelan, en tu corazón

cálido, en la mitad del día.
Aún estamos con vida,

un viento de maldad aúlla,

a la desesperación de mi alma.
Cada uno es diferente y es igual.

La ausencia de amor es igual,

es la misma, es diferente.
Nada importa, mientras vivimos,

y de alguna manera existimos,

durante colecciones de días y noches,

en un tiempo que agoniza.
Testigos de los regresos,

las aguas de marzo, en mi vida.
La otra vida, que comienza al final,

tal vez mi amor muera, mientras

cae la lluvia, en el cementerio.
Por las calles camino,

llorando por aquella,

que creyó amarme.
Todas las horas son tristes,

a menos que te amen.
Al llegar la noche,

se formará un silencio,

como el que existe ahora,

y ya nunca más existirás.
La esperanza del cielo,

en la puerta del infierno, leerás:

Abandonad toda esperanza,

quienes aquí entráis.


Quiero dormir hasta la muerte,



que nos cura siempre de la vida.

“Recordar en la oscuridad”

“Puesto que la muerte es inevitable, olvidémosla.”



Stendhal


La confusión de la vida,

y la paz permanente de la muerte.
Afuera de mi ventana,

termino un poema,

mientras pasa la vida.
De algún modo, bajo la luna,

lo veo todo y escucho música,

que me trae la paz.
Como todos los años,

un cisne en la primavera,

aparece en el camino.
Caminé hacia la puerta

y no volvió nunca más,

como todos los demás.
Susurrar tu nombre

en la oscuridad.
Parece una locura, la manera

cómo los gatos me miran,

yo me paro en la noche,

y miro el firmamento.
No hay nada que no pueda decir,

pero conozco el regreso a casa.
Todo sucede más allá de mí,

como la mayoría de las cosas.
Oigo el sonido de la música,

no hay nada más que recordar.
La melancolía nos incluye a todos,

la saludo como una vieja amiga.
Hay cosas peores que estar solo,

pero lleva mucho tiempo darse cuenta,

demasiado tiempo.
Oí llegar a la gente. Les mostré

mi hermoso cisne de primavera.
Hoy ella no vendrá, está

en la habitación 21 del hotel

White Rose, con una maleta de papel.
He muerto muchas veces,

he caído en los brazos de un amor,

susurrando su nombre en la oscuridad.
En este poema, hay en verdad,

algo más, parecido a ti, para volver.
No hay nada que olvidar,

es triste y no es triste, recordar.
Cuando eres joven,

piensa en esto,

al comenzar el día.
Cuando estés viejo

para enfrentar el sol.
Agonía, siempre agonía,

sin nadie en ellos,

y en ellos, también.

“La máscara de la verdad”

“La verdad existe. Sólo se inventa la mentira.”



Georges Braque

En cada fuego del olvido,



en cada rostro cae la noche,

mientras se destruye el mundo,

pedazo por pedazo, se desvelan

las mentiras de las palabras.
Forman la evidencia del revés,

mordida la verdad herida.
Humilde sobre el horizonte,

la maravilla de existir,

aunque la vida es dura.
No morimos para morir,

sino el amor que amamos.
La vida antes que nada,

si me dieran a elegir.
Las estaciones pasan,

como los crepúsculos,

en la historia de los días.

Al fondo de mi sombra,

guardo los ojos en la noche,

alrededor de nosotros,

el pasado, el hoy y el mañana,

ante la verdad fría de la muerte.
De nuevo, buscando la libertad,

entre la vida y la muerte, su corazón,

en medio de las redenciones.

Recordar las mentiras de los personajes,



que en suaves tardes como estas,

no recuerdan nada, de la memoria,

en el abandono del olvido.

Los perros aúllan a la luna



que había bajado a la tierra,

y ponía en su voz,

todos los nombres de mujer,

que podríamos amar, con delirio.
En el viaje de todos estos años,

por el dolor, pasean los pedazos,

de la memoria de un tiempo,

que asumía para siempre la derrota,

en los rostros de los compañeros.

En el techo del mundo, arde el día



desde los cielos, y la angustia bajo la lluvia,

golpea el corazón. Ahora que recuerdo,

la razón de mi pasión y las bestias del olvido.

La vida desborda con toda su memoria,



mientras llega la noche, y ocupa su lugar

en la tierra; los papeles de las sombras

plenas de Luna, una mujer y un hombre.

“La vida continúa”

“Apresúrate; no te fíes de las horas venideras. El que


hoy no está dispuesto, menos lo estará mañana.”
Ovidio

Crece la noche por encima de mis hombros,



se prolonga más allá de tu corazón,

como un tambor de guerra, en un campo abierto.

El gran dolor es como el viento,



algo que nos sigue los pasos, o tal vez son

las aves de primavera, que preguntan al aire.

El viaje nocturno a través de la lluvia,



llegaban de los bosques, y se iban campo a través

a mil millas de aquí. Deja que duerma en tu
pecho,

camino a casa, aquí estamos salvajemente

iluminados por la luna, recorriendo la noche.
Tus pasos me siguen, pero antes muerto

que mirar atrás en el tiempo.

En el corazón de este lugar,

crece mi vida, aquí cada primavera.

Se puede predecir el tiempo, bajo la lluvia,



nuestra tierra, está llena de ruidos de canciones,

que caminan contigo. Susurrante música,

a través de nuestro silencio, una conversación

en el tiempo, y un libro de sonidos, en los sueños

que pueden curar, todas las heridas de la vida.

Los límites del espacio, donde crece nuestro


pasado.

Pasa el tiempo como la orilla del mar, de formas
extrañas.

El gran dolor, una vez más, de sobrevivir.

De quién será la culpa, del mar o de la tierra.
La vida continúa a unas mil millas al norte de
aquí,

en una puerta hacia la ciudad, rituales de los
corazones

y de las palabras de amor.  Aún lejos, estaba
contento

con una sonrisa, que superaba cualquier tristeza.
Y qué será de nosotros mañana. Piensa en el
tiempo,

somos como relojes de sol en nuestra frágil vida,

suaves péndulos iluminados por rayos de sol.

Así es como la muerte, convoca a cualquiera.

Y con ella, pienso bajo la mañana,



volver amarla, entonces, para qué estas lágrimas.

Pensé en ti, mientras la noche se extinguía,

a través de la luz de las sombras.

“La noche sin límites”

“Why the sadness? Why the sorrow?



Maybe there’ll be a better tomorrow.”
Willie Dunn - Ballad of Crowfoot

Herido por el hilo de aguja de fuego,



que se sumerge en el silencioso mar.
Sobre un cuerpo, todo es niebla, o lluvia

en la noche. Los susurros que forman las estrellas

se desvanecen entre desconocidos mundos.

El terror de mi mente sobre mi cuerpo,



un silencio en la frágil medianoche,

muchas vidas, ahora, viven entre el peligro y el
miedo.
En el árbol de la vida, nuestros pensamientos,

heridos por la lluvia, que se respira, en este día.
Nunca olvidaré la magia de la nada,

a este lado de la vida, la soledad,

como siempre, nos lleva más lejos.

Al otro lado de la luna, se deshace en el viento



el reino de las sombras y el barro de la vida.

Los sonidos del espacio de mi alma en el cielo.



Pisotean la felicidad del hombre, en una inútil
guerra.
Perdidos ahora, bajo la lluvia eterna,

con los ojos sellados, en la noche mortal.

Solo vivos podemos amar.

Tú que amas la vida, me olvidarás.



Solos tú y yo, unidos por la muerte,

que nada responde.

Unidos por el frío, la resurrección

de nuestra muerte,

florece en las hojas muertas,

del mundo en llamas y de los mitos.
Nosotros que seremos árboles,

que crecen, con hojas que florecen

en bosques antiguos, al amanecer.

El sonido de las sombras, avanza en la noche.



En el jardín del universo, cuyo susurro, suena en
el eco

de todos los amores. Día tras día, suavemente,

seguimos viviendo, mientras el reloj y los días,
pasan.
Acechando en las esquinas, no hay recuerdos,

ni estrellas en el lado oscuro de la luna.

En la orilla de la noche, una mujer que no existió

deja sus huellas en la playa. Yo no existo hoy,

no hay nadie en esta playa, en la orilla de la
noche.

En la noche sin límites, la ciega luz desierta de


sombras,

en las huellas antiguas, que danzan alrededor del
fuego.

Brillan las luciérnagas, y águilas que vuelan libres

en las autopistas del cielo, en el final del mundo.
Recuerdos de la mañana, donde ya no queda
nadie

alrededor en el infierno, entre los vivos,

en el pánico del delirio, día tras día, avanza el
reloj

o la tristeza de la luna, al otro lado del horizonte.

En una esquina de la noche, arde una rosa en


el fuego.

Las palabras se borran en el pozo de las estatuas;

sobre el tejido de seda, cae la lluvia fina, en
silencio.

“La vida pasa una sola vez”

“La soledad es y siempre ha sido la experiencia central e


inevitable de todo hombre.”
Tom Wolfe

A través de los sueños,



a través de todos vosotros,

en la cruda realidad del mundo,

no encuentro ninguna compañía.

El mundo, de nuevo,

se detiene en el río de la vida.

Acércate a mí,

eres lo único que recuerdo,

abandonados en la indiferencia,

en el fuego del mismo incendio.
Al otro lado de los sueños,

no tengo ninguna duda,

de que no me recuerdas,

ni apenas os importa nada,

porque hace siglos, que nadie

me llama, ni me visita.

No pido compasión.

Ahora, escribo como cada día,

un poema de aire en la madrugada,

que nadie quiere leer,

pero a mí, me salva la vida

o me conduce a la muerte.

Cuando comienza el amanecer,



abro los ojos con las primeras luces,

del manantial de mis ojos en llamas,

o en las profundidades del mar.

Justo antes de dormir,



en la cueva de una montaña,

abandono como un ermitaño,

un mundo en decadencia.
Te estoy hablando a ti, a quien nadie
recuerda,

al único que no olvida, el río de la luna.
Sus ojos, eran las primeras luces.

Multitudes alienadas,

se atormentan de la soledad,

abandonados durante años,

frente a la pantalla del ordenador.

Miles de horas y años de ausencia,



para crear un museo de arte,

pleno de belleza y de vida,

para conservar para siempre, en una montaña,

en el fondo del mar, y en el espacio estelar,

la memoria del mundo moderno.
Es el precio de la soledad,

convertida en belleza y cultura.
A altas horas de la madrugada durante el
sueño

a través de nosotros se despierta en mí,

la esperanza en el gran sueño eterno,

del otro lado de la vida y de la muerte.
“En un lugar en el mundo”

“La belleza del mundo que tan pronto perecerá tiene


dos filos, uno de risa, otro de angustia, partiendo el corazón
en dos.”
Virginia Woolf

En una esquina del mundo, vienen recuerdos


de la juventud,

parece que fue ayer, pienso de qué modo eran,
esos años.
Me decía, mañana tienes todo tu tiempo,

a fuerza de rumiar pensamientos, en el puerto,
frente al mar,

enfermé para siempre, en un mundo a las puertas
de la locura.
Al lado mío, la alegría verdadera, de la
agradable primavera.

Lágrimas frías, sobre la luz que brota sobre la
tarde,

visiones alucinadas, con el impulso de este calor.
Deslumbramientos, en el fulgor de esta mente,

cuando puedes rehacer tu vida como quieras,

con toda la libertad, del mundo, de las palabras.
Los rostros, diarios del tiempo que pasará,

desde ayer, cuando me senté aquí, y vi la imagen

de mi cuerpo joven. Los placeres del pasado,

cada adiós, en los recuerdos, me hacen pensar

cómo pasan las horas, en la brevedad de la vida.
Recuerdo, los hermosos cuerpos,

que murieron jóvenes, y fueron sepultados

con lágrimas, coronados de rosas,

para sobrevivir, una mañana bajo la luna.
De pronto, a medianoche, oyes voces.

La vacía ilusión de los planes de tu vida.

Sobre todo, no te engañes, no es ningún sueño,

o tal vez alguien, que miente sobre la realidad.

No creas en tan vana esperanza.
Oye con emoción, las canciones, los
murmullos,

confusos en la incertidumbre de la vida,

cuando la juventud fue ayer.
Corto intervalo de tiempo, siempre tendrás

la certeza de que aún estamos vivos,

entre las hojas olvidadas, alguien encontrará

este poema sin firma, imagen de una vida,

con sus ojos profundos, leerá una extraña belleza.
Completando la vida, combinando los días,

tomando impresiones, aún no me abandona del
todo.
He vivido en la noche iluminada, hacia noches
que eran,

mitad reales y mitad imaginaciones de mi espíritu.

Una, y otra vez, he rehecho mi vida, al mismo
tiempo, nueva.
Para no continuar en la misma ciudad, en el
mismo mar,

en otra vida, otro horizonte, en un rincón del
mundo.
En la levedad de este lugar imaginario,
permanece el poema.
Recuerda, el cuerpo, las sensaciones, el sol de
la tarde.

Esta vida, que dura, toda la vida. A veces nos
hablan en sueños,

memorias, que vuelven una y otra vez, me
despiertan.
Una vez, para siempre, mientras recuerdo
todo, en mi lugar en el mundo.


“Bajo el signo de un nuevo tiempo”

“Creo en la vida eterna en este mundo, hay momentos


en que el tiempo se detiene de repente para dar lugar a la
eternidad.”
Fiodor Dostoievski


Nadie por las calles, en la noche sin límites.



Comenzar, bajo el signo de un nuevo tiempo.
Una persona, que se muere de amor, en sus
labios

sin besos, en los ojos negros, de las visiones.
La ceguera de la vanidad y el amor como
locura.

Es más lo que no recordamos, que lo que
recordamos.
Demasiado tarde para ser perfecto. Todo
cambia.

Es triste, la naturaleza habla, y el ser humano no
escucha.
Nuestras flores de hoy, cristales de ausencia
luminosamente tuyos.
Ángel de la sed y del milagro. Tú fuiste la
fruta, del hambre,

tú fuiste el milagro, de las ruinas, no hay nada que
no desaparezca.
No te puedo mostrar nada, que no exista
dentro de ti.

Solo te ayudo a ver tu propio universo. Nadie por
las calles.
La enfermedad del aire, nos arrebata la
libertad,

para decidir nuestro propio camino, con la
conciencia

de que vamos a morir, como todas las cosas.
Vivir en mundos, en los que no hemos estado,

despertar, mientras el mundo continúa
durmiendo.
Es cosa extraña la vida, pero más la felicidad.

Nadie sabe, por dónde, ni cómo, ni cuándo llega,  

por caminos invisibles, cuando menos se la espera.
Con el tiempo te convertirás en quien eres,

con los ojos en el horizonte, en un lugar en el
mundo,

extrañando los buenos momentos e inventando
otros.
Conozco bien la paz, siempre es hermosa.

Solo hay una verdad absoluta, la verdad es
relativa.
No recuerdo cuando comencé a sentirme así,

de improviso, emergió de mí una fuerza
inexplicable.
Mientras la vida continúa, contemplo la
belleza,

pura elevación del alma, porque el mundo es
bello.
El arte es como el pan, de todos.

Lucha por la vida, el amor, la poesía y el pan.

La poesía es esencial para vivir.
Vivir, para regresar.

Alguien espera, en algún sitio,

y eso, da sentido a la vida.
Los árboles esperan, más tú no esperes,

es el tiempo de vivir, el único tiempo.
“Ahora, en este preciso instante”

“Soledad: Un instante de plenitud.”



Michel de Montaigne

En esta hora, en este preciso instante,



todos, cada uno de nosotros,

somos conscientes de la historia

que estamos viviendo.

Todos recordamos, cuando el mundo,



a pesar de sus males, era más habitable.  

Todos teníamos un lugar en la tierra.

Hoy, ahora, ya todos sabemos qué esperar.

Aunque sabemos que el mundo,



no se desvanecerá, pero la realidad,

depende de un hilo muy fino.
Otro día, llegado a su ocaso,

bajo el manto de la oscuridad,  

dejas, que tus últimos pensamientos,

sobre la faz de esta tierra sin futuro,

no caigan en el olvido del viento.

Mostrar los sueños, quizás en ellos,



los mundos de ficción y de visiones,

donde nada es lo que parece;

un poema, un cuento, una historia,

nos hacen conocer la felicidad.

En un momento, aún en un día triste,  

paran todos los relojes,

descuelgan los teléfonos,

y nos dejan apreciar más la vida.

Porque ya nada, puede volver



a ser como antes,  en la historia de lo real.

Lo que era, creer en otra normalidad.

Nadie tiene por qué creer la verdad.

Ya existe, para ser cierta.

Lo primero, es lo primero, está en la medida

de la imaginación, reconstruir la vida.
No olvidaremos jamás, todo esto.

Lejos del desastre, navegando en calma,

aunque en el tiempo, más allá de nosotros,

fuera de nosotros, hay otros mundos.

En cada persona, en otro tiempo en cada historia.

Otras vidas, que viven, a su manera,

en otros espacios y tiempos.

“Biografía de la nada”

“Si lo que vas a decir



no es más bello que el silencio:

no lo digas.”


Nadie, por el mundo.



Nadie, en esta biografía.

Mundos invisibles, creciendo en el frío.

Esta luz, como nada, que no es lo que es.

Un mundo hecho de aire,



que fluye en el aire del aire,

como piedras que desaparecen,

sobre la tierra. A partir de la soledad,

a esa hora, en el insondable vacío,

de una ciudad fantasma,

cuando un lenguaje de piedras,

dará paso a un muro,

y todas esas piedras,

representan, la montaña del alma.
Habla el muro. Escribe todo lo que lees.

Como si la nada, fuera el silencio de la palabra.

Uno mismo, solo, respirando,

la vida no está en ningún sitio.

Está en la esperanza, de la vida

que empieza vivir, lejos de la ciudad.

Todas esas vidas, escritas en las piedras del muro.

No hay más destino y no hay más esperanza,



es el final de nuestro tiempo,

nadie por el pálido cielo, fantasmas de luz,

un resplandor de la memoria, en el brillo de los
ojos.

Ahora, perdidos, somos invisibles.



Si ellos están aquí, también son invisibles.

La fragilidad del hilo del mundo, de flores

de ceniza y de semillas, de la mirada que
permanece.

La vida, que es nuestra, inmune al odio, de la
mañana

a la noche, solo el sol, construye más profundo

la mañana, bajo la primera luz de la naturaleza.
Esta es nuestra tierra baldía,

fundiéndose con el mediodía,

la palabra de los sueños,

los senderos de fuego,

la voz del hombre que se desvanece.

Las noches blancas, más allá de los árboles,



la pluma escribe cada noche, un mundo.

Caminando hacia ti, al otro lado de la realidad,

en una tierra sin final, encontraremos esa luz,

en la lucidez del día y la belleza de la vida.

Olvidarás tu nombre.

Un instante en el mundo, vivirás y olvidarás.

La vida, será tu única oportunidad.  

La vida, será tu único paraíso.
***

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