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APARICIO POMARES NO FUE UNA INVENCIÓN DE LÓPEZ ALBÚJAR, COMO

SOSTIENEN ALGUNOS DESPISTADOS...


Han transcurrido 137 años del levantamiento protagonizado por un contingente de valerosos
huanuqueños que, provenientes de las zonas alto andinas, sitiaron la ciudad de Huánuco
logrando su objetivo de expulsar a las huestes chilenas que humillaban la dignidad de nuestra
población.
Este episodio de la infausta guerra del Pacífico tuvo como líder a un soldado peruano que ya se
había batido en varias batallas en este conflicto que duró cuatro años. La memoria colectiva lo
identifica como Aparicio Pomares, natural del pueblo de Chupán, lugar dónde murió días
después de la batalla de Jactay registrada el 8 de agosto de 1883.
Don José Varallanos, autor de la extraordinaria monografía "Historia de Huánuco", en la
ampliación del capítulo referido a la participación de Huánuco en la guerra con Chile, da cuenta
del hallazgo de un documento oficial que confirma la existencia de este líder indígena con el
nombre de Asencio Aparicio. Así figura, sostiene Varallanos, como uno de los 50 soldados de la
compañía del batallón "Cazadores del Huallaga" (nombrado después "Batallón Huánuco") en la
revista que se pasó de dicha tropa en San Mateo, cabecera del Rímac, donde se le destacó en
enero de 1880. Don José cita como su fuente al Archivo Militar del Perú.
Otro ilustre huanuqueño, testigo de esta jornada reivindicatoria de los prestigios de la raza, fue
don Ezequiel S. Ayllón, autor del prólogo de "Cuentos Andinos" (1920) de Enrique López
Albújar, donde se incluye el famoso relato "El hombre de la bandera". Como buen conocedor de
este episodio, Ezequiel S. Ayllón, abogado y también recordado alcalde de Huánuco, plasma en
la introducción de "Cuentos Andinos" su testimonio con respecto al viaje que realizó en 1888 a
Chupán, pueblo donde encontró los restos de Aparicio Pomares y conoció a su viuda y tres
pequeños hijos, comprobando la miseria y el dolor que devoraban ese hogar.
Ezequiel S. Ayllón conoció a Enrique López Albújar cuando el periodista chiclayano llegó
como juez el año 1916, para convertirse, merced al libro citado, en el precursor del indigenismo
literario en el Perú.
No es difícil establecer, entonces, que fue Ayllón quien nutrió el genio literario de López
Albújar para que escribiera, con su respectiva dosis de recreación, el relato "El hombre de la
bandera".
P.D: A nombre de la Dirección Desconcentrada de Cultura, Museo Regional Leoncio Prado y
Amarilis Indiana Editores expresamos nuestra gratitud al público y panelistas que la noche de
ayer 8 de agosto participaron en el evento realizado en el paraninfo del Museo Regional
Leoncio Prado.
Texto y fotos: Hevert Laos Visag.
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